Integración Areal I
Profesora: Maciel, Marisa.
Alumno: SILVANO GUERRA, Leonardo Daniel.
El mundo de Menocchio
Menocchio (1532-1601), dedicado al trabajo de molinero y a la explotación de un terreno
como aparcero, defendió por muchos años sus ideas basadas en sus lecturas e
interpretaciones frente al Santo Oficio.
En la segunda mitad del siglo XVI un molinero, sin pertenecer a los círculos intelectuales y
políticos, interpretó el mundo desde sus razonamientos emanados de una curiosidad
impregnada de imaginarios propios de la época, intrínsecos de las clases subalternas. Las
ideas sinceras de Menocchio lo llevaron a enfrentar los tribunales del Santo Oficio.
Contexto
Durante el siglo XVI las regiones europeas experimentaron una fuerte violencia religiosa,
sobre todo la Europa central, donde las ideas de Lutero y el calvinismo reformista
enfrentaron el poder de Roma. Mientras la convulsión enfrascaba a muchas poblaciones en
el pugilato ideológico, las potencias atlánticas se despegaba hacia la búsqueda de
mercados y la colonización del continente americano, construyendo las relaciones
comerciales intercontinentales. Además, el renacimiento cultural y las ideas humanistas
iniciaban su camino a la llamada “modernidad” en un ambiente complejo frente a las
estructuras de poder clerical y feudal-burguesas. El humano como centro del universo en
camino al “cogito” cartesiano hacia la ilustración.
El perfil de Menocchio
El nombre del molinero es Domenico Scandella, llamado Menocchio, quien mediante
algunas lecturas interpretó su cosmos, entre esas lecturas destacan posiblemente: “La
Biblia en lengua vulgar”, “El florilegio de la Biblia”, Il Lucidario, “Historia del Giudizio”, “El
decamerón”, “El Corán”, entre otros. Pero solo hay certeza de la compra directa por
Menocchio del libro “El florilegio de la Biblia”. Menocchio (1532-1601) dedicado al trabajo de
molinero y a la explotación de un terreno como aparcero, con lo que sustentaba su hogar de
siete hijos, defendió por muchos años sus ideas basadas en sus lecturas e interpretaciones
frente al Santo Oficio. Cuestionó la virginidad de la Virgen, indagaba en el mundo de los
sultanes y en tierras lejanas de pigmeos y antropófagos. Su mundo era el buscar
respuestas a toda la narrativa religiosa, criticando y acoplándose a su visión.
El queso y los gusanos
El origen de la vida y el “Dios de natura” en la mente de Menocchio era comparado con un
elemento básico en la mesa de cualquier familia de la Europa del siglo XVI, el queso. Frente
al inquisidor, Menocchio, con metáforas cotidianas expuso: “al inicio fue el caos: tierra,
agua, aire y fuego, todo estaba junto, y de ese volumen se formó la masa, tal como hace el
queso con la leche…” y del queso nacen los gusanos, en sus palabras: “gusanos nacidos
para la mariposa angelical”.
Finalmente el santo oficio decide ejecutar al viejo Menocchio el 6 de julio de 1601, un año
después de que un intelectual fuera asesinado por la inquisición, Giordano Bruno.
Casualidad o más bien una radical política disciplinaria de Roma contra las nuevas
influencias ideológicas y doctrinales.
El estudio de Ginzburg
El estudio del historiador Carlo Ginzburg sobre el molinero Menocchio (“El queso y los
gusanos”, 1976) abrió una puerta para incursionar en la cultura popular del siglo XVI. Su
trabajo a diferencia de otros estudios sobre personajes de la época, como Montaigne (P.
Burke) o Erasmo y Rabelais (L. Febvre), penetra a los sectores subalternos en busca de
una cultura popular difícil de comprender y articular, una microhistoria que nos posibilita
adentrarnos en los imaginarios de una época crucial donde la racionalidad de los círculos
intelectuales estaban fuera de la órbita de las mayorías poblacionales, donde la estructura
hegemónica buscaba reprimir y aniquilar las manifestaciones populares fuera de su control,
buscando rescatar ideológicamente esas manifestaciones, pero manteniendo las distancias
de clase social.
“...La microhistoria proporciona un método para ver, a través de una reducción de escala,
cómo pueden surgir nuevas perspectivas y nuevas explicaciones, que la historia global
tiende a dar por sentado, habiendo decidido de antemano cómo funcionan las cosas porque
ya sabe lo que sucedió después del período en estudio y, por lo tanto, no registra
descubrimientos sorprendentes que están justo debajo de sus narices”…
Giovanni Levi.