[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
89 vistas9 páginas

Tema 32

Este largo documento describe la cultura renacentista y los debates historiográficos sobre este período. Aborda temas como el humanismo, el arte, la literatura, la ciencia y la política durante el Renacimiento. También analiza el contexto histórico y los principales pensadores de esta época como Erasmo de Rotterdam y Maquiavelo.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
89 vistas9 páginas

Tema 32

Este largo documento describe la cultura renacentista y los debates historiográficos sobre este período. Aborda temas como el humanismo, el arte, la literatura, la ciencia y la política durante el Renacimiento. También analiza el contexto histórico y los principales pensadores de esta época como Erasmo de Rotterdam y Maquiavelo.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 9

TEMA 32. LA CULTURA RENACENTISTA.

LOS
ENFREMIENTAMIENTO POLÍTICO-RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI

INTRODUCCIÓN

El Renacimiento es un periodo histórico que tiene bastante de mito y mucho de


contraste. Frente a la Edad Media, gótica, bárbara, supersticiosa y feudal se oponía
una época de esplendor humanista y Arte que el historiador del arte Jacob Buckhardt
bautizó como la Cultura del Renacimiento. Hoy en día se considera que los cambios
entre las dos épocas fueron mucho menores de lo que se pensaba. Eugene F. Rice
indica que la época todavía es claramente premoderna y que su gran característica es
crear los fundamentos de la modernidad que llegará en el siglo XVIII.

Es una época cuyo denominador común es la transformación, la renovación y la


creación de nuevas pautas de conducta. Aparecen cambios en el ámbito de la cultura,
la política, la economía, la religión, la economía y la sociedad. Ni la cronología ni sus
manifestaciones son equiparables. El descubrimiento de América, la cultura
humanista, las guerras de religión, el aumento del poder de las monarquías y la
evolución de la economía expanden el universo europeo mucho más de sus fronteras
tradicionales tanto físicas como mentales. La peste negra había roto el patrón de
crecimiento medieval, esta vez ya no habrá nada que lo haga. Al final del periodo
moderno Europa ha dejado ser regional para ser mundial.

En la Educación Secundaria, la cultura del Renacimiento se estudia en segundo de la


ESO y tangencialmente en la Historia del Arte de segundo de Bachillerato. Los alumnos
no suelen comprender demasiado bien los debates doctrinales y muchos de ellos
carecen de cultura religiosa con lo que es un tema que presenta cierta dificultad.

LA CULTURA RENACENTISTA

Debate historiográfico. Antes de analizar la cultura renacentista hay que abordar su


definición y el debate historiográfico que hay entorno a este periodo de la Historia, un
debate que se extiende hasta nuestros días. Las principales divergencias se encuentran
en el origen, el carácter, el ámbito espacial y temporal del denominado Renacimiento.

Originariamente el término renacimiento se usó para designar el movimiento que en el


siglo XV y comienzos del XVI intentó resucitar en la cultura europea los valores
formación y espirituales de la Antigüedad. El primer uso se atribuye a Balzac, que se
hacía eco de un término que se usaba en los círculos intelectuales.

Los primeros en aplicar el término con rigor científico fueron Michelet, quien identificó
el Renacimiento como un periodo de la Historia general de Europa como una antítesis
de la Edad Media; y luego Burckahardt, después, quien reflejó el Renacimiento como
un fenómeno que se caracterizaba por ser una civilización italiana asentada sobre
ideas como la consideración del "Estado como obra de arte", "el desarrollo del
individuo", "el descubrimiento del Mundo y del Hombre" o "la vuelta a la Antigüedad”.
Esta concepción se revisó entorno a 1900 por el desarrollo de la historiografía en
terrenos como el económico, el científico y el filosófico. Se revisaban el inicio y el fin,
situados por Burckhardt en los siglos XIV y XV, y se hablaba de una línea de
continuidad entre el pensamiento medieval y el renacentista, o de una intrusión de la
cultura mediterránea en la nórdica por parte de los más radicales.

Actualmente se considera, con R. Mousnier, que los límites temporales se pueden


situar en los inicios del siglo XIV y la segunda mitad del XVI. También hay coincidencia
en que en modo alguno se puede considera la ruptura total con la Edad Media, ya que
hay elementos comunes. La Edad Media preparó el camino al Renacimiento.

Contexto histórico. En cuanto al contexto histórico, a partir de la segunda mitad del


siglo XV, Europa registra signos de recuperación general. Cesan las epidemias,
comienza a aumentar la población y se producen importantes transformaciones
económicas, entre las que destacan, según Tententi, Romano y Wallenstein: el
desarrollo del comercio impulsado por el uso y circulación de la moneda; se tiende a la
acumulación de capital por parte de la burguesía comercial y financiera, mentalidad
que es características del capitalismo; surgen nuevas formas de trabajo, como el
asalariado; existe una relación económica entre las zonas rurales y urbanas, y
comienzan los viajes de exploración; se incrementaron las actividades manufactureras.

Se produce, además, una nueva concepción política y se alumbra una idea de Estado
Moderno cuya concepción ha permanecido hasta nuestros días. El estado unificado de
los Reyes Católicos o de Enrique VII de Inglaterra constituye la culminación de un
nuevo enfoque interpretado en la literatura por Maquiavelo, iniciador del moderno
pensamiento político que establece un Estado fuerte, independiente de la Iglesia, con
un proceso de concentración de poder en contra de la fragmentación medieval. Este
Estado está dirigido por el ‘príncipe’, quien ha de poseer cualidades óptimas de
realismo e inflexibilidad en la aplicación de la razón de Estado y se pasa de una
monarquía feuda a otra autoritaria. Defiende la multiplicidad ideológica en la sociedad
y considera fecundos los enfrentamientos de partidos y grupos sociales.

Humanismo. Arte, literatura y ciencia. Si tenemos en cuenta el renacimiento como un


proceso cultural puro, el Renacimiento sitúa en el centro del Universo al hombre, el
antropocentrismo. La figura emblemática del Humanismo es Erasmo de Rotterdam, un
clérigo holandés que por primera vez utilizará la imprenta y a los editores para
impulsar sus ideas. Impulsa la idea de devotio moderna que supone que la fe y la
creencia es interior y depende de la libertad del individuo

Italia es el área donde aparece el movimiento humanista. Quizás fuera propiciado por
la llegada de refugiados del Imperio Bizantino como Jorge de Trebisonda y Manuel de
Crysolaras. Maquiavelo es otro de los grandes pensadores de la época.

Existe un periodo inicial, de veneración de la cultura romana para luego pasar a otra
por el mundo helénico. Se desarrolla el espíritu crítico y el respeto por la libertad de
opinión y se crea un ideal de hombre renacentista, cuyos valores son el ser culto,
atleta, ético y artista. El humanismo quiso devolver al hombre la legitimación ética del
mundo. Aunque sus orígenes no están claros, tal y como ocurre con el periodo en
general, en el siglo XIII se aprecian signos prehumanistas en el norte de Italia, y hace su
aparición en los primeros años del siglo XV en Italia cuando la familia Medici se
convierten en los grandes mecenas del Renacimiento. La academia de Florenda
sentará las bases para una nueva idea de libertad.

En su vertiente ideológica, el humanismo aparece ligado a los intereses de una


burguesía mercantil, ciudadana y precapitalista, como movimiento defensor de la no
opresión y de la libertad del hombre.

La rápida difusión de sus ideas se debió a la invención y generalización de la imprenta y


no solo tuvo importancia en Italia sino también en los Países Bajos, con Erasmo de
Rotterdam, Francia e Inglaterra, con Thomas Moro a la cabeza. En España, Juan Luis
Vives es considerado el padre de la pedagogía moderna, y también fue muy destacado
Elio Antonio de Nebrija.

En lo que se refiere al Arte, mientras el arte medieval está más interesado en el


significado de la imagen que en la propia imagen, el Renacimiento se va a mostrar
preocupado por la veracidad y la belleza de la imagen. Se puede considerar que en el
caso de la pintura Giotto es el iniciador del cambio con la introducción de paisaje y
ambientación en sus obras. En escultura, aparece en el Trescento un artista que se
separa del gótico estricto, pero que no entra todavía en un arte clásico puro como
Giovanni Pisano. Sin embargo, los tres maestros del Renacimiento van a ser Masaccio,
caracteriza al personaje frente a la uniformidad anterior; Brunelleschi, reclamaba el
valor de arte de la arquitectura por encima del ejecutor de la obra y fue un gran
estudioso del arte romano; y Donatello, con una obra de marcado antropocentrismo.
Todas estas figuras del Quattrocento italiano ejemplifican la lucha entre las nuevas
ideas y quienes defiende la tradición, tal y como ocurría en todos los campos.

La siguiente generación está dominada por figuras como Bramante, que representa a
la arquitectura lo que Leonado en pintura. Hace una definición normativa del
clasicismo y plasma el modelo ideal de templo renacentista, de forma que vincula un
sistema de representación clásico y racionalista con una obra religiosa; Leonardo da
Vinci, formado con Verrochio muestra conocimientos interdisciplinares y una
experimentación constante en la búsqueda de una síntesis normativa de todos los
componentes de la pintura; Miguel Ángel, se despega del clasicismo de Leonardo al
entender los modelos antiguos más como comprobaciones del sentido vital que como
arquetipos y en su último periodo entre de lleno en el manierismo; y Rafael,
sintetizador del clasicismo de Leonardo y las novedades de Miguel Ángel con una cierta
aproximación final al manierismo, mientras en los retratos sigue a Leonardo pero sin
preocuparle la idealización y sí la representación histórica concreta.

En cuanto a la Literatura, los hombres cultos del norte de Italia se sintieron atraídos
por la cultura clásica y se comenzaron a traducir a principios del siglo XV autores como
Tácito, Tito, Livio, Cicerón y Virgilio. Posteriormente, se extendió el interés por el
mundo helénico y comienza la potenciación de una literatura en lengua nacional.
Petrarca es quien marca el punto de ruptura con la literatura anterior, aunque será su
discípulo Boccacio, quien con el Decameron reflejará el espíritu humanista en las
letras.
Uno de los cambios fundamentales del Renacimiento fue el realizado respecto a la
naturaleza, lo que será crucial para el desarrollo de la Ciencia y para el nacimiento de
un nuevo método basado en la observación y en la experiencia.

En Medicina Andrés Vesalio marca un hito en la historia de la Anatomía, y se


investigaron conceptos como el de infección. Fue destacado Miguel Servet, descubridor
de la circulación pulmonar de la sangre. En Astronomía, Copérnico revolucionó este
campo con su teoría heliocéntrica que rompía que la teoría cosmológica oficial, y
cuestionaba los principios mecánicos aristotélicos.

Pero uno de los episodios más característicos del Renacimiento y la ciencia fue el
protagonizado por la iglesia y Galileo, cuyo descubrimiento sobre la rotación de la
tierra, marca un momento especialmente simbólico en la vida intelectual europea.
Galileo representa el espíritu científico y racionalista, que se atiene solo a pruebas
empíricas y a las normas de la lógica frente a los principios de la afirmación dogmática.
La condena de sus teorías es un indicio del recrudecimiento de las actitudes dogmáticas
en Italia y el fin, en este país, de la gran libertad de ideas que había hecho posible su
soberbio Renacimiento. De todos modos, la ciencia moderna, la investigación
experimental, junto con los métodos cualitativo-inductivos y cuantitativo-deductivos
discutidos en las primeras décadas del siglo XVII, encontraron poco a poco su lugar y
aplicación adecuados en todas las ciencias.

ENTRENTAMIENTOS POLÍTICOS Y RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI

Una de las principales preocupaciones de los intelectuales, erudito y filósofos en el


Renacimiento, de todas las ramas culturales y científicas existentes, fue la renovación
de las relaciones entre dios y el hombre, aunque con diferentes conceptos de dios.

Para los humanistas, dios era amor y pretendieron acercarlo al hombre, frente a los
teológicos que debatían sobre los misterios divinos. Frente a la teología medieval, los
humanistas propusieron una fe y unos ritos sencillos y pocos dogmas. Plantearon la
religión como algo individual y la iglesia una institución que solo servía para ayudar a
los hombres en el camino a la salvación. La religió resultante era tan ecléctica que,
individualista y subjetiva que se reducía a un moralismo basado en el Evangelio.
Precursores de la reforma sin pretenderlo fueron Erasmo de Rotterdam, Luis Vives y
Tomás Moro.

LA REFORMA PROTESTANTE La reforma protestante es una de las consecuencias más


trascendentales el nuevo orden impuesto por el Renacimiento. Es un nuevo
planteamiento religioso con una visión diferente de la de la iglesia católica.

Durante la Edad Media ya se habían producido numerosos movimientos contrarios al


poder de Roma que dieron lugar a cismas y herejías, como el movimiento
protagonizado por Jan Hus en el siglo XIV Bohemia y que se considera el precursor del
reformismo protestante.

En general, las causas de la Reforma Protestante fueron la crisis religiosa y la


corrupción generalizada en la Iglesia Católica ostentosa y derrochadora; la falta de
claridad dogmática; la malformación y la situación pobre y miserable del clero; la
compra venta de cargos religiosos; el intervencionismo papal en Alemania; el
sentimiento apocalíptico centroeuropeo; la lucha pequeña nobleza-Iglesia por las
posesiones de la última; el espíritu crítico humanista; y el ascenso de la clase burguesa.

Luteranismo. El día 31 de octubre de 1517, según L Febvre y García Villoslada, el farule


agustino Martín Lutero clavó en la puerta del castillo de Wittenberg el documento de
las 95 tesis sobre su oposición a la actitud de la Iglesia, un acto simbólico que se
considera el inicio de la Reforma Protestante en Europa. La pretensión era la vuelta a
lo que se consideraba el cristianismo puro y primitivo.

El ataque de Lutero, plasmado en las 95 tesis, que fueron propagadas gracias a la


imprenta por parte de sus partidarios se centraba en:

 Niega la autoridad divida al Papa, el papado no fue creado por Jesucristo.


 El culto a la Virgen y a los santos de be suprimirse
 Desarrolla la doctrina del sacerdocio universal
 Defiende el libre examen de las Escrituras.
 Niega la teoría escolástica de la transubstantación en la eucaristía.
 El purgatorio no existe y las indulgencias no valen.
 La salvación viene por la fe
 Solo acepta los sacramentos del bautismo y la eucaristía.

Los agustinos lo acusaron de hereje en 1518, por lo que fue condenado en Roma para
retractarse, algo que no hizo, lo que dio lugar al inicio de las disputas públicas. Roma lo
condenó en 1520 con la bula Exsurge Domine y un año más tarde lo excomulgaría con
la bula Decet Romanum Pontificem.

Carlos V volvió a intentar que se retractara, pero no lo hizo y protegido por Federico de
Sajonia se trasladó al castillo de Wartburg donde escribió nuevas obras.

El imperio romano germánico, poco a poco, se iba dividiendo en dos bloques político-
religiosos: uno dirigido por Juan de Sajonia y Felipe de Hessen, de filiación luterana; y
otro que giraba entorno al archiduque Fernando, garante de los intereses imperiales
en las ausencias de Carlos V.

Los acontecimientos se suceden y en poco tiempo las tropas imperiales chocan con las
de los rebeldes que ahora tienen una ideología que los sustenta. El luteranismo
introduce numerosos nuevos aspectos en la espiritualidad, pero en esencia es un
movimiento que se basa en los nobles y en el orden. La reacción ante las medidas de
Carlos V por parte de los protestantes fue la formación de la Liga de Esmalcalda con
apoyos exteriores de Francia, Inglaterra y Dinamarca, y que la que se da inicio a la
primera gran guerra de religión del mundo moderno.
Las reformas postluteranas: el triunfo del luteranismo fue el fermento de reformas
posteriores basadas en la justificación por la fe, el recurso de las Sagradas Escrituras
como norma y única fuente de autoridad y la ruptura con el papado.

Karlstadt lleva a cabo en Wittemberg reformas drásticas en el clero y las órdenes;


Thomas Münzer y Nicolás Storch predican una religión mística sin sacerdotes y
encienten a los aldeanos contra las injusticias sociales, con lo que el movimiento
reformista se extiende a dimensiones sociales, y aflora un misticismo popular de fondo
colectivista que da lugar a la formación de sectas y comunidades.

En cuanto a los movimientos más importantes están la reforma del cantón de Zurich
por Uldrych Zwinglio que ataca el celibato sacerdotal. El consejo de la ciudad acepta
sus tesis y elimina imágenes, cultos y seculariza los conventos.

Los anabattistas dan lugar a una serie de movimientos declarados heterodoxos y que
negaban cualquier forma de Iglesia, de Estado e, incluso, de sociedad civil.
Convencidos de que el Espíritu Santo lo inspiraba todo constituyeron una forma de
vida basada en el igualitarismo y anarquismo místico y mesiánico. De origen suizo, se
da en Centroeuropa.

El anglicanismo: En Inglaterra las ideas protestantes tuvieron buena acogida. Enrique


XIII, aunque hostil a las nuevas ideas, consideraba perniciosa la excesiva influencia de
Roma sobre un clero rico al que deseaba controlar. Rompe con Roma cuando la Iglesia
Católica se niega a anular su matrimonio con Catalina de Aragón y se erige en jefe
supremo de la Iglesia de Inglaterra, lo que le vale la ex comunión del papa en 1534. El
siguiente paso fue la secularización de los bienes de la Iglesia, lo que supuso una
distribución de la propiedad territorial, y un fuerte apoyo a la nueva reforma religiosa.

El calvinismo: Según las biografías de Doumergue y J. Rilliet, Juan Cauvin o Calvirio


forma parte de la segunda generación de reformadores. Atraído por el luteranismo
elaboró una doctrina clara, lógica y accesible a todos caracterizada por la no libertad
del hombre y la predestinación. Tras intentar construir desde Ginebra una iglesia
nueva que fracasó tuvo que huir a Estrasburgo, donde actúa como pastor hasta que los
ginebrinos aceptan sus postulados para el establecimiento de su Iglesia. Se impuso el
rigor y el fundamentalismo; se dignificaron las ideas burguesas de beneficio y lucro
comercial e industrial; e impulsó el sistema económico burgués. Su irradiación fue
rápida y potente en Suiza, Francia, los Países Bajos y en Escocia.

LA CONTRAREFORMA

La Iglesia de Roma intentó frenar el fenómeno reformista con todos los medios a su
alcance, desde los coercitivos hasta los más radicales como la guerra. El deseo de
renovar la Iglesia católica por dentro se materializó en la formación de la Compañía de
Jesús, portadores del nuevo ideal de la pureza del catolicismo.

En 1545 se convocó el Concilio de Trento y, aunque yo no pudo atajar el problema de


luteranismo, sentó las bases sobre las que todavía hoy descansa la Iglesia Católica.
Destacó la labor del Papa Pablo III, que intentó crear un nuevo clero libre de
corrupción y dignamente formado, prohibió la acumulación de beneficios y se decretó
el establecimiento de seminarios.

LAS LUCHAS DE RELIGIÓN DEL SIGLO XVI

Las luchas se sucedieron por varios motivos, no solo la religión, aunque ésta marcó las
luchas producidas en Europa durante esos siglos.

En el caso de Alemania, Carlos V, emperador del sacro imperio romano germánico era
cristiano partidario de una gran cristiandad unida, luchó contra los protestantes todo
su reinado. Los príncipes alemanes protestantes se unieron en 1531 en la Liga de
Esmalcada. Hubo varios intentos de diálogo y aproximación por parte del Papa y de
Carlos V a través de los concilios de Mantura y Vicenza. Todos ellos fracasados.
Entonces, tras la muerte de Lutero, comenzaron los enfrentamientos armados con una
primera victoria de las tropas imperiales en Mühlberg (abril 1547). Sin embargo, se
produce un segundo enfrentamiento entre los príncipes alemanes, apoyados por
Enrique II de Francia, y Carlos V, que inclinó la balanza contra el emperador. Tras la
derrota, la Paz de Augsburgo de 1955 se reconoció la autonomía religiosa de los
príncipes y la obligación de sus pueblos de adoptar la misma fe, lo que significa una
victoria de la religión luterana.

En los Países Bajos, a medidas del siglo XVI, y a pesar de la vigilancia imperial, se
difundió el calvinismo dando lugar al protestantismo flamenco. Felipe II, sucesor de
Carlos V intentó que los Países Bajos fuesen baluarte de su política religiosa e
intensificó la vigilancia contra el protestantismo. Los nobles y los burgueses se unieron
en el compromiso de Breda (1565) y el pueblo, animado por los extremistas calvinistas,
se sublevó en un movimiento iconoclasta que destruyó iglesias y obras de arte.

Fue la represión de Felipe II la que dio lugar a un movimiento de independencia de


Holanda fuertemente apoyado por la reina Isabel (Inglaterra) y Francia. El Tratado de
Vervins (1598) obligó a Felipe II a devolver Calais, reconoció a Enrique de Navarra,
dirigente calvinista, como Enrique IV de Francia y dejaba el gobierno de lo Países Bajos
en manos de su hija Isabel Clara Eugenia y su marido el Archiduque de Austria.

Por su parte, en Francia, el protestantismo penetró durante el reinado de Francisco I


(1515-1547) pero fue, sobre todo, durante el reinado de su sucesor Enrique II,
defensor del catolicismo, cuando adquirió mayor fuerza. Para 1560, el protestantismo
se había organizado en forma de partido político, los hugonotes. Tras Enrique II,
Francisco II y ya durante Carlos IX, que accedió al trono cuando aún era menor, se
intensifican los ataques a la corona por parte no solo de los hugonotes sino también
del partido de la Guisa, católicos, pues ambos pretendían alcanzar el poder.

El país cayó en una terrible guerra civil, y mientras Felipe II y el Papa apoyaron a la
Guisa, Inglaterra y Alemania se posicionaba con los hugonotes. En 1563 se firmó la paz
de Ambroise tras una cruenta guerra que garantizaba la libertad de conciencia de los
hugonotes aunque restringía el culto.
Una vez mayor de edad Carlos IX la dirección política de Francia cayó en manos del
almirante Coligny, activista calvinista. Ante las protestas de su madre María de Mediéis
y de Felipe de Anjou, Carlos IX permitió la depuración de los jefes calvinistas, algo a lo
que el pueblo se sumó hasta producir una matanza conocida como “la noche de San
Bartolomé”.

Durante el reinado de Enrique III las rencillas seguían, lo que provocó la quinta guerra
interna de Francia. La Paz de Beaulieu (1576) puso fin a esta guerra y dio liberta de
culto a los calvinistas. Los católicos se confederan en la Liga Católica, lo que harIa que
la guerra no cesara. Cuando se nombra sucesor a Enrique de Navarra (Enrique IV)
frente al católico Enrique de Guisa se vuelven a recrudecer los enfrentamientos con
apoyos internacionales. Enrique de IV intenta ocupar París, pero ante la superioridad
militar católica, opta por abjurar del calvinismo y entregarse a la fe católica. El Papa
Clemente VIII le da la absolución y se acaba con el periodo de guerras de religión en
Francia.

Por su parte, en Inglaterra, Enrique VIII funda el anglicanismo, aunque su hija María
(1553-1558) volvió la catolicismo y se casa con Felipe II. La sustitución de ésta por
parte de su hermanastra Isabel (1558-1603) hace que la situación cambie ya que
restablece el anglicanismo con protestas por parte de Escocia, católica, que se
reprimió. En un intento de que Inglaterra volviera al catolicismo, Felipe II envió a la
Armada Invencible que terminó con un sonoro fracaso.

Con respecto a otros países, en Escandinavia el protestantismo se introdujo en relación


con unos acontecimientos políticos que relegaron a segundo plano las consideraciones
doctrinales. En Suecia, se enfrentaron dos tendencias, la favorable a la unión con
Dinamarca y la contraria a la unidad, con luchas internas que terminaron con Suecia
independiente y luterana. Dinamarca también estableció el luteranismo como religión
oficial. En Italia, se redujo el protestantismo a individualidades o pequeños grupos.

El caso de España es diferente, ya que no se desarrolló el protestantismo por la


enérgica represión ejercida por la Inquisición. La cuestión se agravó por los problemas
religioso-raciales entre cristianos, judíos y musulmanes, que hizo que pareciera la
ortodoxia la única solución. Los autos de Sevilla y Valladolid (1558-1562) acabaron con
el protestantismo español. Otra de las rebeliones durante el reinado de Felipe II fue el
de las Alpujarras por parte de los moriscos, que duraría hasta 1570. Sofocada la
rebelión, la mayoría de los moriscos granadinos fueron dispersados por Castilla. Una
vez cerrado este conflicto, se decidió hacer frente a los turcos, vencidos en Lepanto
(1571).

En cuanto a Canarias, la llegada de la Inquisición fue inmediata y los casos más


perseguidos fueron muchos comerciantes de zonas protestantes como Holanda,
Alemania e Inglaterra.

REPERCUSIONES DE LOS CONFLICTOS RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI

La época renacentista tiene luces y sombras, es el momento del Humanismo y de las


guerras de religión. Si bien no es esa época de luces e individualismo gloriosa, es cierto
que es un periodo fascinante que plantea las bases del despegue europeo en los siglos
XVIII y XIX.

El siglo XV y XVI es un momento donde se produce un cambio en la naturaleza de los


conflictos que se vuelven más extensos, más globales y mortíferos. La Europa dividida
vivió un autentica revolución militar, que no tuvo lugar en Asia o el norte de África, que
permitió a los europeos expandirse por otras zonas del mundo.

Queda por discernir el papel de la religión en esta conflictiva época. Para algunos
autores las disputas religiosas son claves a la hora de explicar las guerras y conflictos,
para otros son solo el marco justificativo de otros conflictos latentes que tienen más
que ver con la afirmación del poder imperial, la superioridad de Francia o España o la
construcción de los Estados - nacionales que comienza en este periodo. Durante los
siglos XV y XVI es evidente también que la religión tiene dinámicas propias tanto en el
terreno social, el espiritual y el artístico.

También podría gustarte