Área:Prácticas del lenguaje.
Año:4°A B C y D Docente:
Aguirre Ludmila
Fundamentación:
En el recorrido didáctico se procura que los niños avancen
tanto en sus prácticas del lector literario como en la
profundización de saberes acerca de la obra y el autor.
Se complementa con situaciones de reflexión sobre el
lenguaje para desarrollarlas de manera integrada con la formación del lector y escritor.
Propósito didáctico
Promover las condiciones didácticas necesarias para que los alumnos ejerzan prácticas
de lectura y escritura en torno a una obra clásica de la literatura universal: “El traje
nuevo del emperador” de Hans Christian Andersen.
Productos posibles
Escribir en parejas una nueva versión del cuento.
Recomendar colectivamente la obra literaria en la cartelera escolar.
Objetivos:
Se espera que los alumnos…
• Disfruten del ámbito de la literatura y puedan profundizar sobre la obra
• leída y el autor.
• Ejerzan prácticas de lectura con creciente autonomía en torno a una obra
• clásica de la literatura universal.
• Ejerzan prácticas de escritura (planificar ideas, componer y revisar textos)
• en función de propósitos planteados, de los destinatarios y de sus
• conocimientos de la lengua escrita.
• Reflexionen sobre el lenguaje, prestando atención a la situación
• comunicativa, a los propósitos, al género discursivo y al uso que se hace de
• la lengua escrita.
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Leer y escribir: “El traje nuevo del Emperador”
Esta secuencia propone leer y escribir en torno al cuento “El traje nuevo del Emperador”. Se
trata de un cuento creado por el escritor danés Hans Christian Andersen y publicado por pri
mera vez en 1837. Su título original era El rey desnudo. Este cuento se relata en todo el
mundo a través de diversas versiones y con distintos títulos. Ustedes podrán leer una de
esas versiones que lleva el título que les hemos anunciado.
Para empezar, vamos a leer el cuento. Recuerden que pueden leerlo solas o solos o
pedirle a alguien que esté con ustedes que las y los acompañe en la lectura.
FECHA:
El docente entregará una copia a cada alumno, luego invitarà a realizar una lectura
siguiendo al docente.
El traje nuevo del Emperador
Hace muchos años había un Emperador a quien le gustaba lucir cada día un traje nuevo.
No le interesaba el teatro ni los paseos; solo disfrutaba de elegir sus prendas.
Gran cantidad de viajeros visitaban la ciudad donde reinaba el Emperador. Una vez
llegaron dos estafadores que decían que eran tejedores; aseguraban que podían hacer
bellas telas y que sus prendas tenían una virtud: eran invisibles para los que no eran aptos para
sus trabajos o que eran poco inteligentes.
“¡Deben ser unos trajes magníficos!” -pensó el Emperador-. “Si los tuviese podría saber
qué funcionarios no son aptos para el cargo y distinguir entre los inteligentes y los tontos”.
Entonces, ordenó: - ¡Preparad todo para que estos tejedores produzcan sus telas!
Envió dinero para pagarles el trabajo y los dos pícaros armaron un telar y simularon que
trabajaban; pero no tenían hilos, ni lanas en la máquina. Solicitaron sedas finas y hebras de
oro. Pero escondieron el dinero, las sedas y los hilos de oro en un lugar secreto y fingieron
que trabajaban en los telares hasta muy entrada la noche.
Pasados unos días, pensó el Emperador: “Quisiera saber si ya han tejido una parte de la tela”-
. Pero no se decidía a visitar él mismo a los falsos tejedores, prefirió enviar primero a su
viejo Ministro para que averiguase cómo lucían las telas.
El Ministro se presentó en el taller. Los dos embaucadores parecían trabajar en sus
telares vacíos. “¡Qué es esto!” -pensó el Ministro - “¡No veo nada!”. Pero guardó silencio.
Los tramposos le preguntaron si no le parecía magnífica la tela. El anciano solo veía el
telar vacío porque estaba vacío y sentía una gran preocupación. “¿Seré tonto acaso? ¿O
seré inútil para mi cargo de Ministro?” -pensaba-.
Uno de los tejedores le nombraba los colores del hilado invisible: - ¿Le gustan el ocre y el
púrpura, señor Ministro? -¡Oh! -respondió él-. Diré al Emperador que me han gustado mucho
los colores. Y así lo hizo.
Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro para seguir tejiendo. Ni una
hebra se empleó en el telar. Ellos continuaron simulando que trabajaban.
El Emperador envió a otro funcionario a observar la tela y a informarse sobre cuánto
faltaba para que estuviera lista. Al segundo funcionario le ocurrió lo mismo y pensaba:-“Yo
no soy tonto y no quiero perder mi trabajo. Mantendré silencio y nadie se dará cuenta”. Entonces
habló maravillas de la tela que no veía. –¡Es admirable! –decía.
Todos los pobladores hablaban de la tela. Un día, el Emperador quiso verla y se dirigió junto a
su comitiva hacia el lugar donde trabajaban los pícaros. Al llegar, los dos continuaban tejiendo sin
hebras ni hilos.
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– ¡Qué admirable! -exclamaron varios.
– Observe, Majestad, los dibujos –comentaban creyendo que los demás veían la tela.
“¿Qué es lo que ocurre? -pensó el Emperador-. ¡No veo nada! Sería espantoso que el
pueblo pensara que no sirvo como Emperador”.
– ¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Con alegría miraba el telar vacío para no confesar que no veía
nada. Todo el mundo parecía encantado.
Un secretario le aconsejó al Emperador:-¡Ordenad a los tejedores que se apresuren!
El Emperador deseaba estrenar los trajes en la fiesta del pueblo que se celebraría en
pocos días. Los falsos tejedores prometieron que estarían listos para el desfile.
Durante la noche anterior a la fiesta, los embaucadores mantuvieron muchas lámparas en-
cendidas. Simularon quitar la tela del telar, hicieron de cuenta que cortaban con grandes tijeras y
se los veía coser con agujas sin hilos. Al amanecer, exclamaron: -¡Por fin, el traje está listo!
Llegó el Emperador junto a sus caballeros y los dos mentirosos, levantando los brazos como
si sostuviesen algo, fueron anunciando:
– Estos son los pantalones.
– Aquí le alcanzamos a Su Majestad la casaca de oro.
– Sostened vosotros el manto…
A unos y a otros les iban explicando: -Como todos podéis ver, las prendas son livianas como
si fuesen alas de mariposas, es como si no se llevara nada sobre el cuerpo.
¡Sí! -asintieron los cortesanos, a pesar de que no veían nada.
– Por favor, Majestad –dijeron los dos bribones-. Quítese usted el traje para vestirse con
el nuevo.
El Emperador se quitó sus prendas y los dos simularon ponerle los pantalones, la casaca y el
manto. Uno de ellos tomó al Emperador por la cintura, hizo como si le atase algo alrededor
de ella y exclamó: -Observe, Majestad, en el espejo, el extraordinario largo de la cola.
El monarca daba una y otra vuelta ante el espejo. -¡Qué bien le sienta! -exclamaban todos-.
¡Es un traje precioso!
– El desfile está a punto de empezar– anunció el maestro de ceremonias.
– Muy bien -dijo el Emperador-. Los encargados de sostener la cola bajaron las
manos al suelo como para levantarla y avanzaron como si verdaderamente la
sostuvieran.
Ninguno quería confesar que no veía nada. El Emperador avanzó mientras el
pueblo desde la calle, decía: -¡Qué preciosos son los vestidos! ¡Qué cola
magnífica!
Nadie deseaba que los demás lo consideraran incapaz o poco inteligente. Ningún traje del
Emperador había tenido tanto éxito como aquel.
– ¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
Desde ese momento, todo el mundo comentaba en voz baja: -¡Un niño dice que el Emperador
está desnudo!
– ¿Escucharon al pequeño?- preguntaban algunos-. ¡Dice que el Emperador
no lleva nada!
– ¡Pero si está desnudo! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador pues se daba cuenta de que el pueblo tenía razón. Pensó
en- tonces: “Debo seguir hasta el fin de los festejos”. Y continuó más altivo que nunca mientras
los ayudantes continuaban sosteniendo la cola invisible de su traje.
Versión libre de “El traje nuevo del Emperador” de Hans Cristian Andersen.
Ahora les proponemos pensar en esta historia. Si la leyeron con alguien más, será una
buena oportunidad para intercambiar opiniones.
Después, les pedimos que respondan las siguientes preguntas en sus carpetas o cuadernos.
Primero escriban el título del cuento: “El traje nuevo del Emperador” y la fecha.
1. Algunas chicas y algunos chicos se ríen con este cuento, ¿a ustedes les pareció gracioso?
2. Seguro descubrieron que en esta historia hay engaños… ¿Quién les parece que
engaña a quién?
3. Vuelvan a releer el final del cuento. ¿Por qué será un niño quien dice “pero si no lleva nada”?
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Fecha:
Releer para descubrir los motivos de los personajes
Hoy vamos a seguir trabajando con el cuento “El traje nuevo del Emperador”. Les
proponemos releer algunas partes del cuento para descubrir cómo son estos personajes y
por qué hacen lo que hacen: engañan y también se dejan engañar.
Anoten en sus carpetas o cuadernos las respuestas a las siguientes preguntas. Primero es-
criban el título del cuento y la fecha.
1. A este Emperador le encantaban los trajes hermosos y decidió tener un traje muy especial…
¿Qué tenía de especial la tela de ese traje?
2. ¿Por qué les parece que el Emperador quería ese traje especial? ¿Era solamente porque le
gus taban los trajes nuevos?
3. Los otros funcionarios que envía el Emperador para ver cómo iba la confección de su traje
¿se dan cuenta del engaño? ¿Por qué creen que siguen engañando al Emperador?
4. Finalmente, el Emperador, ¿en qué momento se dio cuenta de que había sido engañado?
Fecha:
Escribir sobre los personajes
de “El traje nuevo del Emperador”
Los días anteriores compartimos la lectura del cuento y comenzamos a descubrir que los perso
najes de esta historia a veces son engañados y, otras veces, se dejan engañar. Hoy les
proponemos seguir pensando en cómo son estos personajes. Para eso, vamos a analizarlos un
poco mejor.
Antes de empezar, escriban el título del cuento y la fecha en sus carpetas o cuadernos.
El Emperador
Una chica que leyó esta historia escribió sobre el Emperador:
“parece egoísta y se deja engañar porque se cree el mejor y no cree en sus funcionarios”.
1. Ustedes, ¿qué piensan del Emperador? Relean la historia y marquen las frases que les
permiten describir a este personaje. Luego, anoten la conclusión en sus carpetas o cuadernos.
Los tejedores
2. En el cuento aparecen varias formas de referirse a los “tejedores”. Por ejemplo, al principio
del texto dice: “una vez se presentaron dos estafadores que se hacían pasar por tejedores”.
¿Saben lo que significa estafador?
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Lean la siguiente definición del diccionario de la Real Academia Española:
Estafador/ra
1. m. y f. Persona que estafa.
Estafar: Del italiano. Staffare
1.tr. Pedir o sacar dinero o cosas de valor con engaños y con ánimo de no pagar.
Traten de combinar las dos definiciones para explicar el significado de estafador.
3. Busquen en el cuento otras expresiones que describen a los tejedores. Subráyenlas y si no
saben el significado de alguna de ellas, pueden buscarlo en un diccionario que tengan en casa y
si tuvieran conexión a Internet en https://dle.rae.es/
5
Fecha:
Leer para revisar la ortografía
Hoy vamos a seguir trabajando con el cuento “El traje nuevo del Emperador”.
En esta oportunidad, les proponemos revisar la descripción del Emperador que hicieron otras
chicas y otros chicos. Nos vamos a detener en la ortografía de algunas palabras para que no
haya dudas en su escritura.
1. Primero, las y los invitamos a leer lo que escribió un chico de otro grado cuando
describióal emperador.
El enperador les creyó a los enbaucadores porque sienpre quería usar trajes hermosos.
Cuando los tranposos le probaron el traje el enperador se vio desnudo. La gente pensaba:
-No vemos nada, es un inpostor.
El enperador se conprometió a no desconfiar de su pueblo ni de sus funcionarios.
Como ven, en el texto hay algunas palabras subrayadas. ¿Por qué?
2. ¿Qué le dirían al autor del texto para ayudarlo a corregir lo que escribió? Respondan esta pregun-
ta en sus carpetas o cuadernos pero primero no se olviden de poner el título del cuento y la
fecha.
3. Ahora les presentamos dos grupos de palabras para que observen. En uno, hay palabras
que llevan mb y, en el otro, palabras que llevan mp:
embarcar – embarrado – embaldosar emparejar – empobrecer – empeorar
4. Observen estos pares de palabras:
BARRO EMBARRAR
GRASA ENGRASADO
PAREJ EMPAREJADO
A
En las palabras que acabamos de ver, cuando se le antepone EN o EM la palabra quiere decir
otra cosa relacionada con la primera, pero diferente. Por ejemplo, piensen y expliquen en sus
carpetas o cuadernos: ¿Qué significa embarrado?, ¿y engrasado?
5. Vuelvan a leer lo que escribieron estos días y revisen si hay alguna palabra que deban corregir.
6
.
Fecha:
Escribir para transformar la historia
Para terminar la semana, les proponemos transformar un poco la historia de “El traje nuevo del
Emperador”.
Habrán advertido que el narrador (quien nos cuenta la historia) avisa a las y los lectores que
los te- jedores eran dos tramposos. ¿Y si nosotros creyéramos en la sinceridad de los tejedores?
Observen los cambios.
- Así dice el narrador en un párrafo:
Una vez llegaron dos estafadores que aseguraban que podían hacer bellas telas…
- Así podrían transformarlo ustedes:
Una vez llegaron dos tejedores que aseguraban que podían hacer bellas telas...
-Así dice el narrador en otro párrafo:
… la noche anterior a la fiesta, los embaucadores mantuvieron muchas lámparas encendidas.
1. Ahora les pedimos que escriban en sus carpetas o cuadernos cómo transformarían este
párra- fo si ustedes confiaran en la palabra de los tejedores.
2. Elijan otro pequeño párrafo, donde el narrador se refiera a los engañadores, y escríbanlo
como si ustedes confiaran en estos dos tramposos.
7
Fecha:
Leer y escribir: “Pedro y el lobo”
Esta semana les proponemos leer y escribir en torno a una versión de “Pedro y el lobo”, un
relato popular de origen ruso.
Las y los invitamos a leer esta versión. Recuerden que pueden hacerlo solas o solos, o pedirle
a alguien de su familia que las y los acompañe en la lectura.
Pedro y el lobo
“Érase una vez un pastorcito llamado Pedro, que se pasaba la mayor parte del día cuidando a
sus ovejas en un prado cercano al pueblo donde vivía. Todas las mañanas salía con las primeras
luces del alba con su rebaño, y no regresaba hasta caída la tarde.
El pastorcito se aburría de lo lindo viendo cómo pasaba el tiempo, y pensaba en todas las cosas
que podía hacer para divertirse.
Hasta que un día, echado bajo la sombra de un árbol, tuvo una idea. Decidió que era hora de
pasar un buen rato a costa de la gente del pueblo que había cerca de allí. Dispuesto a hacerles
una broma, se acercó y comenzó a gritar:
-¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo!
Los aldeanos de inmediato agarraron las herramientas que tenían a mano: palas, azadas, marti-
llos, y corrieron a auxiliar al pobre pastor. Pero al llegar a la pradera lo encontraron deshaciéndose
de risas en el suelo, y descubrieron que todo había sido una broma de mal gusto.
Los aldeanos se enfadaron con el pastor y regresaron a sus trabajos, molestos por la interrupción.
A Pedro le había hecho tanta gracia la broma que se dispuso a repetirla. Un par de días después se
volvieron a escuchar en toda la comarca los gritos alarmantes de Pedro:
-¡Socorro, socorro el lobo! ¡Viene el lobo!
Al volver a oír los gritos del pastor, la gente del pueblo creyó que en esta ocasión sí se trataba
verdaderamente de un lobo feroz que se sabía que andaba por bosques y montañas cercanas. Y vol-
vieron a correr para ayudarlo. Pero otra vez se encontraron con que el pastor no necesitaba
ninguna ayuda y se divertía viendo cómo habían vuelto a caer en su broma.
Esta vez los aldeanos se enfadaron muchísimo más, por la actitud del pastor, y juraron no
dejarse engañar más por él.
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Al día siguiente Pedro volvió al prado para que sus ovejas pastaran. Aún recordaba con risas lo bien que se
lo había pasado el día anterior, cuando había hecho correr a los aldeanos con sus gritos. Y estaba tan
entretenido, que no vio acercarse al lobo feroz hasta que lo tuvo muy cerca. Entonces de repente lo vio y ahí
sí que sintió muchísimo miedo, e impotencia, porque el animal se acercaba sigilosamente a sus ovejas.
Entonces comenzó a gritar como nunca antes:
-¡Socorro, que aquí está el lobo! ¡El lobo! ¡Ayuden a mis ovejas! ¡Auxilio! Gritaba y
gritaba, una y otra vez, pero los aldeanos ya no parecían escucharlo.
Hacían oídos sordos ante los gritos de auxilio, pensando que se trataba de otra broma.
El pastor no sabía qué más hacer, por lo que seguía pidiendo ayuda, gritando desesperado y sin entender por qué
nadie acudía.
-¡Socorro, el lobo, el lobo, que se come mis ovejas! ¡Por favor, auxilio!
Pero ya era muy tarde para convencer a los aldeanos de que esta vez era verdad.
Y fue así como Pedro, el pastor, tuvo que ver con dolor cómo el lobo devoraba una tras otra sus ovejas, hasta
quedar saciado.
Solo después de esta lección, Pedro supo arrepentirse de su necio comportamiento y de la tonta manera en que
había engañado a la gente del pueblo.
En lo adelante nunca más repetiría una broma como esta. Pero las
ovejas que había perdido, perdidas estaban”.
Prokófiev, Sergéi: “Pedro y el lobo”, en Ministerio de Educación de la Nación,
Leer x leer, lecturas para compartir en voz alta en la escuela primaria, Buenos Aires, 2020.
Ahora les proponemos pensar en esta historia. Si estuvieron acompañados durante la lectura,
será una buena ocasión para que intercambien pareceres.
Después, les pedimos que en sus carpetas o cuadernos respondan a las siguientes preguntas.
Si pueden, llamen por teléfono a algún compañero o a alguna compañera para ponerse de
acuerdo en qué responder.
Para empezar, escriban el título del cuento y la fecha.
1. ¿En qué se quedaron pensando después de leer el cuento?
2. ¿Cuál fue la idea que se le ocurrió a Pedro? ¿Por qué les parece que tuvo esa idea?
3. ¿Cómo es el lobo? ¿Por qué creen que el pueblo le teme?
4. Cuando el lobo ataca al rebaño y Pedro grita pidiendo auxilio por sus ovejas, nadie le cree,
¿por qué piensan que los aldeanos no responden a sus pedidos de auxilio?
Fecha:
Releer para conocer a los personajes
Hoy vamos a seguir trabajando con la historia de “Pedro y el lobo”. La versión de este relato popu-
lar ruso que leímos ayer fue escrita por el músico Sergéi Prokófiev.
En esta ocasión, vamos a detenernos en algunos fragmentos del cuento que nos ayudarán a ima-
ginar el pueblo en el que vive Pedro.
Recuerden anotar lo que hagan hoy en sus carpetas o cuadernos. Para empezar, escriban el
título del cuento y la fecha.
1. Ahora vamos a pensar en la vida de los habitantes del pueblo de nuestra historia. Para eso,
les pedimos que relean los siguientes fragmentos y respondan las preguntas que se formulana
continuación:
“Los aldeanos de inmediato agarraron las herramientas que tenían a mano: palas, azadas, martillos, y
corrieron a auxiliar al pobre pastor”.
¿De qué creen que trabajaban los habitantes de aquel pueblo? Pueden fijarse en las
herramientas que tienen a mano en el momento de ayudar a Pedro.
“Al volver a oír los gritos del pastor, la gente del pueblo creyó que en esta ocasión sí se trataba
verdaderamente de un lobo feroz que se sabía que andaba por bosques y montañas cercanas. Y
volvieron a correr para ayudarlo”. 9
¿Por qué el pueblo le cree a Pedro por segunda vez?
Fecha:
Releer para entender los engaños de Pedro
Ayer volvimos a leer algunos fragmentos del “Pedro y el lobo” para conocer un poco más al
pueblo de la historia. Hoy nos vamos a detener en los engaños de Pedro, por qué los hace y cómo
se siente. No se olviden de anotar en sus carpetas o cuadernos las respuestas a las preguntas
que les pro-
ponemos pensar. Antes de empezar, escriban el título del cuento y la
fecha.
1. Ahora les pedimos que vuelvan a leer el siguiente fragmento del
cuento:
“El pastorcito se aburría de lo lindo viendo cómo pasaba el tiempo, y pensaba en todas las cosas que
podía hacer para divertirse.
Hasta que un día, echado bajo la sombra de un árbol, tuvo una idea. Decidió que era hora de pasar un
buen rato a costa de la gente del pueblo que había cerca de allí”.
¿Qué les parece que significa que el pastorcito se aburría viendo cómo pasaba el tiempo?
¿Cuánto tiempo les parece que permanecía cuidando a las ovejas? ¿Qué podía hacer mientras
las cuidaba?
2. Como sabemos, Pedro tuvo una idea para divertirse y decidió repetirla. Vuelvan a leer este
fragmento del cuento:
“A Pedro le había hecho tanta gracia la broma que se dispuso a repetirla. Un par de días des- pués se
volvieron a escuchar en toda la comarca los gritos alarmantes de Pedro:
-¡Socorro, socorro el lobo! ¡ Viene el lobo!”
¿Qué motivó a Pedro a repetir la broma? ¿A qué conclusión llegaron los aldeanos al descubrir
el segundo engaño de Pedro?
Fecha:
Hoy les proponemos revisar lo que hicieron esta semana. Recuerden, como siempre, anotar en
sus carpetas o cuadernos lo que les planteamos en las consignas.
1. Primero, les pedimos que vuelvan a leer el cuento “Pedro y el lobo” y fíjense si cambiarían
algo de lo que escribieron en sus carpetas o cuadernos. Si les quedó algo por terminar pueden
hacerlo hoy.
2. Ahora, las y los invitamos a pensar en los tres cuentos que leímos en este cuaderno: “El
gato con botas ”, “El traje nuevo del Emperador” y “Pedro y el lobo”. ¿Qué les parece que tienen
en común?
3. En la historia de “Pedro y el lobo”, al igual que en las otras dos, hay varios engaños y
diferentes motivos que conducen a los personajes a engañar. Si necesitan recordarlos, vuelvan a
leer lo que anotaron en sus carpetas sobre los engaños en estos cuentos. Después, completen
los motivos que llevan a los distintos personajes a engañar:
El gato con botas porque…..
• Los tejedores engañan al Emperador porque………..
• Pedro, el pastor, engaña a la gente del pueblo porque….……
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4. ¿Conocen el cuento “El gato con botas”? ¡Seguro que sí! ¿Y conocen la historia de “El
sastrecillo valiente”?
¿Se dieron cuenta que en esos cuentos también hay engaños? ¿Se dieron cuenta que todo el
mun- do cree que El Gato con Botas y el Sastrecillo son buenos a pesar de que ellos también
engañan?
¿Por qué creen que nadie cree que Pedro o los tejedores o Urdemales son buenos?
En 2016, la Orquesta Sinfónica Nacional, con dirección de Facundo Agudin, presentó en el Centro
Cultural Kirchner la fábula musical de Pedro y el Lobo creada por Serguéi Prokófiev.
Si tienen conexión a Internet, la pueden ver en: http://cck.gob.ar/eventos/pedro-y-el-lobo_1576