Trayecto de la Tierra a la Luna[editar]
El módulo lunar desacoplado del Columbia.
El módulo de mando y el módulo lunar permanecían aún unidos a la tercera etapa denominada S-IV B. Según
las normas de las misiones lunares, las naves Apolo deben permanecer 3 horas en una órbita llamada órbita de
aparcamiento a 215 km de altura. La tripulación emplea este tiempo en estibar los equipos,
calibrar instrumentos y seguir las lecturas de navegación para comprobar que la trayectoria que siguen es la
correcta.
En el control de misión verifican la localización de la nave, dan instrucciones a los astronautas y reciben los
datos de quince estaciones de rastreo repartidas por todo el planeta, que han de estar perfectamente
coordinadas.
Una vez que el Apolo 11 había completado la segunda órbita a la Tierra y los astronautas terminaron de realizar
sus tareas, Houston dio la orden para ponerlo rumbo a la Luna.
Después de orientarse de forma precisa, la tercera etapa puso en
marcha su motor con las sesenta toneladas de combustible que aún
permanecen en los tanques. El cohete aceleró gradualmente hasta
alcanzar los 45 000 km/h. Esta maniobra recibe el nombre
de inyección trans-lunar, y por su dificultad es el segundo punto
crítico de la misión, ya que comienza a aprovecharse la gravedad
lunar para impulsar a los astronautas.
Cuando se agota el combustible de la tercera etapa, comienza otra
parte crítica de la misión. El módulo lunar permanece oculto bajo un
carenado troncocónico entre la tercera etapa y el módulo de servicio.
Había que iniciar la maniobra de transposición y colocar
al LEM delante del módulo de mando. El carenado que protege al
LEM se fragmentó en cuatro paneles usando pequeños detonadores
explosivos similares a los que se usan para separar las sucesivas
etapas agotadas. El LEM se separaba del S-IV B y tras una
complicada maniobra que ejecuta la tripulación utilizando los propulsores de posición RCS quedan los dos
vehículos ensamblados. Esta maniobra dura alrededor de una hora. Después se desprende la tercera etapa y
se prosigue con la misión.
El planeta Tierra visto desde el Apolo 11.
El Apolo 11 realizaría durante tres días la supervisión de los aparatos de navegación, correcciones de medio
rumbo y comprobaciones de los diversos instrumentos. Durante dos días, el Apolo 11 reduciría su velocidad
regularmente debido a la atracción gravitatoria de la Tierra, tras llegar a la gravisfera lunar, situada a las cinco
sextas partes del recorrido entre la Tierra y la Luna, el vehículo, que avanzaba a una velocidad de 3700 km/h,
comenzó de nuevo a acelerar hasta los 9000 km/h, atraído por la gravedad lunar. El Apolo 11 se encaminaba a
esta velocidad hacia la Luna en una trayectoria denominada trayectoria de regreso libre, la cual permite a la
nave pasar orbitando por detrás de la Luna y volver a la Tierra sin que sea necesario efectuar un encendido de
motor en caso de que se necesitase abortar la misión antes o durante la entrada en órbita lunar, como pasó
posteriormente en la misión Apolo 13.
El cuarto punto crítico de la misión es la ejecución de una maniobra conocida como inserción en órbita lunar o
LOI. Esta maniobra se realizaba en la cara oculta de la Luna cuando no había comunicación posible con
Houston y consiste en un encendido de motor para efectuar un frenado y colocarse así en órbita lunar.
Desde tres inyectores distintos, comienzan a salir tres productos químicos distintos para mezclarse en la
cámara de combustión e iniciar el frenado denominado frenado hipergólico. Estos tres productos,
(hidracina, dimetilhidrazina y tetróxido de nitrógeno), se llaman hipergólicos por su tendencia a detonar por
contacto. A diferencia de los combustibles sólidos, los criogénicos o el keroseno, que necesitan una chispa o
fuente de calor para iniciar su ignición, el combustible hipergólico lo hace espontáneamente al mezclarse los
productos entre sí, sin necesidad de energía de activación. Este combustible es empleado por el Apolo 11 para
todas sus maniobras una vez ha desechado la tercera etapa que utiliza combustible criogénico (LOX y LH2).
La ignición duró cuatro minutos y se apagó automáticamente. El comandante Neil Armstrong verificó en el panel
de control del módulo de mando la lectura de Delta-v o variación de velocidad y observó que el frenado
hipergólico había situado al Apolo 11 a una velocidad correcta para abandonar la trayectoria de regreso libre y
situarse en órbita lunar. También comprueba las lecturas del pericintio; esto es, el máximo acercamiento a la
superficie lunar, y el apocintio, que es el máximo alejamiento. Las lecturas indicaban que el Apolo 11 orbitaba la
Luna con un pericintio de 110 km y un apocintio de 313 km. En un par de revoluciones ajustarían la órbita hasta
convertirla en una circunferencia casi perfecta. Poco más de media hora después de desaparecer por el
hemisferio oculto del satélite, las comunicaciones con Houston se restablecieron y la tripulación confirmó que el
Apolo 11 se encontraba orbitando la Luna