TEOLOGÍA ESPIRITUAL 1
La vida cristiana. La vida en la Iglesia 1
Seminario Mayor San José.
I de Configuración.
Teología Espiritual.
Albeiro Vargas Pabón.
2021.
TEOLOGÍA ESPIRITUAL 2
Abstracto
La Teología espiritual siempre compromete, aunque se estudie buscando una capacitación
teológica completa o por mera exigencia académica. No puede permanecerse indiferente ante
ella. En el proceso de su estudio se suceden unas fases dentro del propio momento personal, que
muy bien pueden ser éstas: el desmonte de prejuicios; la experiencia de una llamada; el
planteamiento de una definición de vida; el reajuste de criterios; y la motivación de una
respuesta. La convicción del gran valor que es la espiritualidad para el hombre de hoy ha sido la
motivación última para llevar a cabo la elaboración del manual. Desde este convencimiento nace
la confianza en el gran servicio que supone la presentación de la espiritualidad al hombre de hoy.
Como consecuencia, la valoración tanto de la espiritualidad como del servicio de su presentación
es el testigo que se va entregando, de capítulo en capítulo, a lo largo de todo el tratado.
TEOLOGÍA ESPIRITUAL 3
Tabla de Contenidos
LA VIDA CRISTIANA. LA VIDA EN LA IGLESIA..............................................................9
El cristiano en la iglesia..........................................................................................................9
La Iglesia Misterio..............................................................................................................9
La Iglesia Comunión.........................................................................................................12
La Iglesia Misión..............................................................................................................15
La mediación de la iglesia.....................................................................................................17
La Palabra de Dios en la Iglesia........................................................................................17
Los sacramentos en la Iglesia............................................................................................18
Son sacramentos de la Iglesia...........................................................................................19
Son sacramentos de la salvación.......................................................................................19
El servicio fraterno en la Iglesia.......................................................................................20
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LA VIDA CRISTIANA. LA VIDA EN LA IGLESIA
La relación que el cristiano tiene con la Iglesia ¿se reduce a la que nace del sujeto? ¿Cuál es la
naturaleza de la auténtica relación con la Iglesia? Y la segunda serie de preguntas proviene de la
misma espiritualidad; ¿Puede entenderse una espiritualidad cristiana sin referencia a la Iglesia?
¿Será necesario afirmar que la espiritualidad cristiana es esencialmente eclesial? ¿Qué papel
juega la mediación de la Iglesia en la espiritualidad cristiana? En este contexto nos marcamos
estos objetivos: 1. Proponer lo que es la Iglesia en su complejidad, evitando todo reduccionismo,
para saber situar con garantía al cristiano en ella. 2 Plantear la relación que existe entre la
espiritualidad cristiana y el «ser en la Iglesia». 3 Presentar la mediación de la Iglesia en la
espiritualidad cristiana. 4 Servir como llamada de atención a las posturas no correctas, o al
menos incompletas, que se adoptan ante la espiritualidad cristiana, y posibilitarles una revisión
El cristiano en la iglesia
Situamos al cristiano en la Iglesia para estudiar y comprender lo que le supone al ser de
cristiano su relación con la Iglesia, vivir en la Iglesia, ser Iglesia. Las coordenadas que
actualmente focalizan la realidad de la Iglesia son: Misterio, Comunión y Misión. Esta visión de
la Iglesia aparece en el Vaticano II (LG 2; 3; 4), adquirió relieve en el Sínodo extraordinario de
los Obispos en 1985 con motivo de los 20 años del Vaticano II.
La Iglesia Misterio
Frente a una visión meramente socio-jurídica de la Iglesia del pasado, se insiste hoy en
presentar a la Iglesia como Misterio y verla como objeto de fe.
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Su significado. 1) La expresión «Iglesia Misterio» tiene una base escriturística Presente
ya en el A.T., adquiere en los sinópticos, Mt 13,11 y Le 8,10, un contenido teológico peculiar al
verse referida al Reino y a su revelación por parte de Dios en Jesucristo. Para san Pablo el
«misterio» es el plan salvífico de Dios que se realiza en Cristo: «al Misterio escondido desde
siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer cuál
es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros» (Col
1,26-27). 2) Para comprender a la Iglesia como Misterio es necesario recurrir a su origen, que es
la Trinidad. La Iglesia, que es «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo» (LG 4), tiene a la Trinidad como el punto de referencia esencial. 3) Otra
perspectiva desde la que debe contemplarse a la Iglesia Misterio: su misma realidad mistérica.
Viene de la Trinidad y está llena de la Trinidad. Afirma Juan Pablo II: «La Iglesia es misterio,
obra divina, fruto del Espíritu de Cristo, signo eficaz de la gracia, presencia de la Trinidad en la
comunidad Cristiana».
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Implicaciones en la espiritualidad cristiana. Podemos comprobarlo al enumerar los rasgos
que son propios de quien acepta en su vida a la Iglesia Misterio. 1) Después de trascender el
concepto misterio como contenido estrictamente de razón y verlo como contenido salvífico del
Padre, y después de contemplar a la Iglesia radicada en el marco de la Trinidad «económica», es
decir, De la donación de Dios en su gracia salvífica y comprenderla como «una misteriosa
extensión de la Trinidad en el tiempo», nace desde la fe una agradecida admiración veneración
del cristiano por la Iglesia. 2) La aceptación del Misterio de la Iglesia no implica olvido o
postergación de sus elementos humanos visibles e históricos, sino que, por el contrario, supone
una unión indivisible, ya que la Iglesia precisamente por su aspecto visible significa y obra la
salvación. Esta unión de lo divino y de lo humano, de lo visible y de lo invisible de la Iglesia,
siempre en referencia al Verbo encarnado. 3. Desde la visión de la Iglesia Misterio se imponen al
cristiano el conocimiento y la aceptación de todo lo que supone ser Iglesia por la presencia
salvífica en ella de la Trinidad que nos hace partícipes de su vida. Por la relación que entraña con
los demás miembros del Pueblo de Dios que son el cuerpo de Cristo, con todos los hombres para
quienes la Iglesia es sacramento de salvación y con el universo entero llamado a la recapitulación
final en Cristo. 4. Es obligada la referencia al amor. La Iglesia misterio no tiene otra clave
interpretativa que el amor en la autodonación de Dios al hombre en la Iglesia. Desde esta
perspectiva tiene sentido y adquiere realce la imagen de la Iglesia Esposa a la que Cristo se
entrega. Esta realidad del amor, tan propia de la Iglesia misterio, comprende: a) Amor en la
Iglesia. Las nuevas relaciones que el cristiano vive en la Iglesia son relaciones de amor, de
filiación y de fraternidad en Cristo por el Espíritu. En la Iglesia se vive un amor nuevo. b) Amor
a la Iglesia. Es la respuesta normal del cristiano que reconoce todo lo que es la Iglesia misterio
para su vida. c) Amor de la Iglesia. El amor a la Iglesia misterio termina siendo amor de la
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Iglesia al Señor presente en ella. Como la Iglesia es fruto de la entrega de Cristo a ella y sólo se
vive en comunión de todos en él, el amor a la Iglesia se convierte en amor de toda ella al Señor.
La Iglesia Comunión
Nos encontramos ante algo que es constitutivo de la Iglesia, y que, por lo tanto, afecta a todas
las realidades eclesiales: todo está marcado por la «communio».
Su significado. Partimos recogiendo la voz común que afirma que la «communio» es la
clave para la comprensión de la Iglesia como tal, es el tema perenne de la Iglesia vinculado a sus
orígenes, y es la idea central de la doctrina de la Iglesia del Vaticano II.
Al tratarse de una realidad rica y compleja nos acercamos a ella desde perspectivas distintas y
de forma gradual: 1) El pueblo creyente no nace para colmar las propias aspiraciones religiosas,
nace de la iniciativa de Dios: la Iglesia es «pueblo en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo» (LG 4); La razón de la comunión en el pueblo de Dios trasciende la
explicación meramente sociológica. 2) La koinónía significa la común y participación de
muchos en un mismo bien. Los bienes más radicales que participan los miembros de la Iglesia-
comunión son los que hacen referencia a la comunión con Dios, como son la alianza, la
regeneración en Cristo, la «participación (ser partícipes- koinónía) de la naturaleza divina» (2 Pe
1,4), la filiación; y estos dones son, a su vez, la base de la comunión entre los miembros de la
Iglesia. La Iglesia es comunión porque hunde sus raíces en el misterio frontal de la comunión:
Dios Padre, el Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo. 3) La comunión propia de la Iglesia se hace
presente en su realidad sacramental. El Vaticano II designa a la Iglesia como Sacramento:
Afirma que es «sacramento» (SC 5), la presenta «como universal sacramento de salvación» (LG
48), y precisa su contenido: «La Iglesia es como sacramento, es decir, signo e instrumento de la
unión íntima con Dios y de la unidad del género humano» (LG 1), «... para que sea sacramento
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visible de esta unidad salutífera para todos y cada uno» (LG 9). 4) La verdad de la comunión de
la Iglesia incluye la integración de los elementos internos y externos de los que se compone,
como nos los afirma el Vaticano II. 5. No puede plantearse la comunión en la Iglesia sin
referirnos a la Eucaristía. La Eucaristía significa y realiza la unidad de la Iglesia (cf. LG 11). De
hecho, desde la antigüedad, la palabra «communio» (y su reverso «excommunicatio») significa
inseparablemente la manducación del cuerpo de Cristo y la vinculación eclesial. La afirmación
del Vaticano II: «La participación del cuerpo y sangre de Cristo hace que pasemos a ser aquello
que recibimos» (LG 32). La comunión eclesial y la Eucarística son realidades inseparables.
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La comunión eclesial en sus distintas realizaciones. Campos concretos donde se plantea
de forma especial la comunión eclesial. 1) Campos concretos donde se plantea de forma especial
la comunión eclesial. Campos concretos donde se plantea de forma especial la comunión
eclesial. a) La comunión con Dios. Es impensable la comunión con los hombres como fieles
cristianos sin la comunión con Dios. b) La Iglesia en familia. La comunidad reunida por el Padre
en su Hijo Jesucristo, con el amor del Espíritu es en realidad una familia de hijos y de hermanos.
d) La «igualdad diferenciada». Está fundamentada en la acción del Espíritu Santo que sobre la
comunidad formada por hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, suscita carismas diversos. e) La
comunión y la comunidad no son términos sinónimos y no deben tomarse como equivalentes.
Las formas concretas de comunidad no pueden acaparar el sentido de la comunión. j) La realidad
de las comunidades. La comunión, que mana de Dios, encuentra una concreción y toma cuerpo
en las comunidades eclesiales en forma de acogida, de compartir necesidades y bienes, de
confesar la misma fe, etc. 2) La comunión de Iglesias. Nos encontramos ante la delicada relación
Iglesia una-muchas Iglesias. El estudio de esta relación se hace más urgente desde el momento
en que, por un lado, la Iglesia local adquiere mayor relieve y, por otro, se hace valer la realidad
de la Iglesia universal. La garantía de dicha relación está en la communio ecclesiarum
Recogemos estos puntos como los más significativos: a) La Iglesia local. Las Iglesias
particulares no son simplemente partes, y menos, distritos administrativos, sino la misma
realidad de la única Iglesia de Cristo presente y realmente actualizada en un lugar determinado.
b) La Iglesia universal. Esta no se constituye de la suma de Iglesias particulares, no es
simplemente una organización internacional con entidades administrativas en determinados
lugares, sino que c) El sentido de la comunión de Iglesias. La misma y única Iglesia de Jesucristo
se adapta a cada grupo humano en cada lugar; y la articulación entre la Iglesia universal y las
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Iglesias particulares resulta peculiar. 3) La comunión y la institución jerárquica. La comunión
dentro de la misma institución jerárquica: la comunión del colegio episcopal con el Papa, del
presbiterio con el Obispo y de las conferencias episcopales con el presidente. Partimos de que
son planos muy distintos entre sí; pero son instituciones que implican a la jerarquía y en las que
se plantea la comunión, que también debe ser jerárquica. 4) La comunión con la Iglesia celestial.
La Iglesia, que camina hacia la patria definitiva, no puede olvidar la comunión con la Iglesia
celestial. El Vaticano II trata la «Comunión de la Iglesia celestial con la Iglesia peregrinante»
(LG 49) y las «relaciones de la Iglesia peregrinante con la Iglesia celestial» (LG 50). c)
Implicaciones en la espiritualidad cristiana. La Iglesia-comunión nos plantea los aspectos que
más directamente que inciden en la vida del cristiano: 1) Ante la insistencia en una Iglesia-
comunión cabe el peligro de concebirla sólo como una obligación y una exigencia a la que se
debe responder y por la que se debe trabajar. 2) La relación fraterna debe ser la experiencia
eclesial fundamental de la vida del cristiano. 3) En toda institución, también en la Iglesia, es
insustituible el discernimiento en el proceso de las decisiones; pero en el discernimiento eclesial
la comunión es un elemento imprescindible. 4) La comunión incluye integrar los diferentes
aspectos de la Iglesia, que pueden presentarse como antinómicos: visible e invisible, carisma e
institución, comunidad y persona, libertad y jerarquía. 5) Ante el hecho, cada vez más extendido
en la Iglesia, de pequeñas comunidades cristianas, que tienen una clara justificación teológica y
responden a una necesidad sociológica y pastoral, es necesario subrayar la comunión como la
mejor garantía de su calidad de vida. 6) La comunión entre fíeles cristianos y ministros
ordenados debe ser siempre objeto de atención. Aunque la dificultad mayor pueda presentarse en
el campo de la acción y exija planteamientos nuevos de colaboración, sin embargo el punto
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básico de la comunión de los fíeles y de los ministros es más profundo. 7) La comunión en la
Iglesia incluye integrar la unidad y la pluriformidad.
La Iglesia Misión
La comunión afecta radicalmente a la Iglesia en su ser y en su actuar, porque es y existe en
comunión; y lo mismo podremos afirmar de la misión, que está en la base del ser y del actuar de
la Iglesia.
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Su significado. 1) El punto de partida está en que «La Iglesia peregrinante es, por
naturaleza, misionera». En la encíclica Redemptons missio, Juan Pablo II parte de la conciencia
de la Iglesia-misión para potenciar la misión «ad gentes». 2) La fundamentación de la Iglesia-
misión es obvia, la Iglesia ha sido convocada para ser enviada, porque nace de la misión de
Jesucristo y de la efusión del Espíritu Santo «La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza,
misionera, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo,
según el propósito de Dios Padre» 3) Se subraya la relación comunión-misión. La comunión y la
misión de la Iglesia, además de ser dos dimensiones inseparables, se implican mutuamente. 4) La
fundamentación de la Iglesia-misión está también en la misma definición de la Iglesia como
sacramento universal de salvación (LG 48, 9), lo cual indica que su identidad es la misión ser
sacramento de salvación. 5) Siendo la Iglesia en su ser mismo esencialmente misionera, la
misión radica en la comunidad entera, que como tal está encargada de anunciar el Reino de Dios
(LG 9, 17) La misión de la Iglesia incumbe, pues, a todas las personas, las cuales están llamadas
a realizarla según el puesto y la función que ejercen en ella. 6) Se plantea como último punto la
viabilidad de la misión de la Iglesia en el mundo actual. Implicaciones en la espiritualidad
cristiana. La Iglesia-misión tiene una incidencia tan intensa y tan directa en la espiritualidad
cristiana que llega a informarla con características propias. Incluye una serie de exigencias para
la espiritualidad eclesial: a) La humildad de no tener nada propio: b) Vivir una reforma
permanente. c) Conciencia del don que la Iglesia es para el hombre. d) La fidelidad a Dios y al
hombre.
La mediación de la iglesia
Una Iglesia que es también medio de salvación y ministerio de gracia para todos y cada uno
de sus miembros. La Iglesia es a la vez obra de Cristo e instrumento de Cristo para obrar la
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salvación. Para acercarnos a lo que es y supone la mediación de la Iglesia fijamos la atención en
estos puntos: 1) Como sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. 2) La mediación no se da
por la mera des-centralización de la Iglesia a favor del mundo ni por la mera diaconía o servicio
a los demás. 3) Tampoco podemos considerar a la Iglesia mediadora por sí misma y en ella
misma.
Esta descentralización que le viene dada por la referencia a Cristo, hace a la Iglesia pobre y
rica al mismo tiempo: Pobre, porque los dones que ofrece no son frutos de ella misma sino que
los ha recibido como don; Rica, porque vive la experiencia del don de la presencia de Cristo y
de su Espíritu y de los dones que dicha presencia le supone. 4) En la relacionalidad propia de la
Iglesia sacramento ser desde la Trinidad a favor de todos los hombres situamos la mediación de
la Iglesia. 5) La aceptación de la mediación de la Iglesia tiene una gran importancia en la vida y
en la espiritualidad del cristiano por doble motivo: por el contenido de la mediación y por la
actitud que supone acoger la mediación.
La Palabra de Dios en la Iglesia
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Importancia de la Palabra de Dios. Ante un hecho tan significativo como el que la Palabra
de Dios ha ocupado siempre un lugar de privilegio para la vida espiritual, interesa hoy
fundamentar su importancia; y para ello se proponen estos puntos: Partimos de lo que es la
palabra de Dios en su sentido pleno. 1) La Palabra es una persona viviente. La Palabra no se
reduce a una simple expresión verbal, sino que está en relación con quien la dice y con quien la
escucha. 2) La Palabra de Dios es eficaz. Es Palabra eficaz porque es Palabra de Dios viva,
actualizada por la presencia de Cristo (SC 7) y por la acción del Espíritu (DV 21). 3) Situemos
ahora la Palabra de Dios en la Iglesia: a) La Biblia no ha caído del cielo: nace en el seno del
pueblo de Dios, que plasma en ella su experiencia de fe. La Palabra de Dios es comunitaria. b)
La Palabra es para la comunidad; es una Palabra con autoridad sobre el pueblo de Dios, que debe
escucharla y serle fiel. c) La Iglesia es el lugar de la Palabra. Cuando la Iglesia, «comunidad de
fe», se reúne en la acción litúrgica para celebrar la muerte y la resurrección del Señor, vive la
presencia de Cristo en ella. La Palabra de Dios es de hecho inseparable de la Iglesia; Y la Iglesia
es ininteligible sin la Palabra de Dios. La Iglesia es criatura de la Palabra y servidora de la
Palabra. 4) Señalamos, por fin, la fuerza renovadora de la Palabra. b) La Palabra de Dios en la
vida espiritual, La necesidad de la Palabra de Dios en la vida espiritual. Es fácil de descubrir esta
necesidad. 2) El proceso de la vida espiritual y la Palabra de Dios. La Palabra está muy presente
en el momento de conocer a Jesús y optar por Él. 3) La Palabra incide muy directamente en la
oración cristiana. La Palabra debe contar necesariamente con la oración y la oración cristiana no
puede prescindir de la Palabra.
Los sacramentos en la Iglesia
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El valor de los sacramentos. 1) Son sacramentos de Cristo. Esta relación con Cristo es
fundamental para la comprensión de los sacramentos y también para vivirlos. ¿Cómo se entiende
dicha relación? a) Cristo, en su concreta y visible humanidad, es personalmente el sacramento
primordial y esencial de la salvación. b) Cristo es el autor de los sacramentos porque, siendo el
gran sacramento de salvación, permanecen ligados a Él. No puede olvidarse la misión del
Espíritu en Cristo sacramento, en la Iglesia sacramento y en los sacramentos de Cristo y de la
Iglesia. c) Los sacramentos son signos eficaces del misterio de salvación de Cristo.
Son sacramentos de la Iglesia. Esta afirmación de que los sacramentos son «de la Iglesia»
tiene el doble sentido de que existen «por ella» y «para ella».
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Son sacramentos de la salvación. a) Todo sacramento nos pone en comunión con Cristo,
y nos hace participes en el único misterio salvífico de Cristo al ponernos en relación con Cristo-
sacramento de la salvación. b) Los sacramentos en la vida espiritual: Dentro del tema
«sacramentos y espiritualidad» hay muchos puntos que podríamos señalar, pero entresacamos los
que consideramos más fundamentales. Es imposible una espiritualidad cristiana sin sacramentos.
a) La falta de una antropología de los sacramentos, la polarización en el compromiso socio-
político, la praxis concreta de las celebraciones, etc. b) La toma de conciencia de que la
valoración de los sacramentos, que descansa en la fe, debe estar sobre los sentimientos y
reacciones no favorables que la persona pueda estar experimentando en la celebración
sacramental. c) La aceptación de que el proceso de una madurez espiritual pasa por la
profundización en su vivencia de los sacramentos. 2) La celebración de un sacramento es en el
sujeto un verdadero acontecimiento espiritual, que marca su vida espiritual. 3) Es necesario el
planteamiento de la relación entre los sacramentos y la respuesta personal en el proceso de la
vida cristiana. 4) No puede olvidarse el carácter comunitario eclesial de los sacramentos. 5)
Señalamos, por fin, la dimensión escatológica de los sacramentos.
El servicio fraterno en la Iglesia
La mediación de la Iglesia no puede reducirse a la Palabra y a los sacramentos; se dan en ella
otras formas de actuar que incluyen un verdadero ejercicio de mediación. 1) La mediación de la
comunidad eclesial. Una mediación de Vida porque el punto radical de la comunidad eclesial es
la comunión con Dios y con los hermanos. 2) El servicio de los carismas. El punto de partida es
claro. 3) El servicio del ministerio ordenado. Su razón de ser es servir al sacerdocio común (LG
10).
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Lista de referencias
Borges, J.L. (2013). Ficciones. Buenos Aires, Argentina: Debolsillo.
Bastidas, L.R. (2007). El inicio del siglo XXI. Planeta. Sitio web:
http://www.rbastidasl.com/libro-inicio-del-sigloxxi.
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Apéndice
Introduce aquí tablas y figuras. También puedes poner algunos datos que consideres
necesarios o complementarios en tu trabajo académico.