MAD.RID
ISSN
2171-7842
CONSEJO EDITORIAL
Nº 56
MARZO 2019
Coordinador
- Francisco J. García Tartera
Editores
- Antonio Martínez Fernández
- Lilianne Boudon Gorraiz
- Javier Pérez-Castilla Álvarez
DISEÑO E IMAGEN
- Francisco J. García Tartera
- Inmaculada Del Rosal Alonso
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- Francisco J. García Tartera
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NÚMEROS
ANTERIORES Y BBDD
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ACTUALIZACIÓN
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2171-7842
DOCENTE
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EDITORIAL
ISSN
2171-7842
Número 56
(MARZO, 2019)
CONSEJO EDITORIAL
Coordinador
- Francisco J. García Tartera
Editores
- Antonio Martínez Fernández
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DISEÑO E IMAGEN
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Sin sobresaltos, poco a poco, la constancia es la herramienta más
valiosa para llegar al final. Sin ella, las iniciativas se convierten en
efímeras, como el vuelo de un pavo real: espectacular en su inicio, pero solo para
llegar una decena de metros más allá.
Aquí está el número 56 de MAD.RID, de nuevo con nosotros, mostrando un plantel
de seis autores. Algunos veteranos, otros de muy reciente estreno en nuestra revista;
pero todos ellos compartiendo artículos de alto nivel con esta red de lectores eruditos
que conforman el amplio espectro de docentes ávidos de ampliar límites, que abarca la
publicación electrónica de MAD.RID.
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La primavera se acerca, y por tanto la alegría de disfrutar de esos espléndidos días
perfumados de jazmín e iluminados en lo justo. Pronto iniciará su efervescencia en
nuestras almas. En este número 56, antes de que empiece el espectáculo de luz, olor y
color, hemos incluido varios artículos de los que la meditación se hace imprescindible.
Pero mediten rápido, porque la vida está a punto de brotar por todas las esquinas y la
concentración será fatua ante tal explosión de naturaleza arrolladora.
En cuanto a los acontecimientos ligados a la publicación de MAD.RID, podemos
decir que despedimos el número 55 con presidente, y nos reencontramos en éste con
Gobierno en funciones. Así es, se han convocado Elecciones para el mes de abril, de
forma que encadenaremos dos meses electorales abrumadores: elecciones a los
ayuntamientos, elecciones a la mayoría de las comunidades, elecciones al Parlamento
europeo y elecciones al Congreso de los Diputados. ¡Ahí es nada!
Mientras tanto, en el país hermano de Venezuela la tensión se masca en el ambiente.
El hambre entre la población es un hecho y nadie cede. Esperemos que sus
gobernantes guíen a sus ciudadanos por una senda de reconciliación y sin
sufrimientos.
En todo caso, el Nº 56 representa el compromiso con nuestros lectores. Es la señal
que nos indica el camino que hemos de seguir: el de la constancia. ¡Disfrutadlo!
Francisco J. García Tartera
Coordinador y redactor de MAD.RID
ISSN 2171-7842
2 / 96
-
- TEMA
- ORIENTACIÓN
- TÍTULO
- BASES NEUROPSICOLÓGICAS
LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
- NIVEL
- BACH, FP (CGS).
ISSN
2171-7842
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- Francisco J. García Tartera
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- Antonio Martínez Fernández
- Lilianne Boudon Gorraiz
- Javier Pérez-Castilla Álvarez
DISEÑO E IMAGEN
-
AUTOR/ES
ANTONIO DADER GARCÍA
TEMA
DIBUJO TÉCNICO
TÍTULO
DIBUJO TÉCNICO Y EBAU 2018 (2)
- NIVEL
- BACH.; FP (CGS); UNIV.
MAQUETACIÓN
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- FRANCISCO CABALLERO
DÍAZ
MALTRATO FÍSICO INFANTIL
EN EL ÁMBITO FAMILIAR E
INTERVENCIÓN SOCIAL
DESDE LOS SERVICIOS DE
PROTECCIÓN DEL MENOR
DE LA COMUNIDAD DE
MADRID
- Francisco J. García Tartera
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- AUTOR
- TEMA
- ORIENTACIÓN
- TÍTULO
- Francisco J. García Tartera
- Inmaculada Del Rosal Alonso
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AUTOR
SONIA MORALES BARBERÁ
- AUTOR
- MANUEL JESÚS PALOMO
FERRERA
- TEMA
- DIBUJO; EPV
- TÍTULO
- NIVEL
- BACH.; FP (CGS); UNIV.
- AUTOR
MATERIALES Y RECURSOS EN LA
ENSEÑANZA DE LA GEOMETRÍA:
EL GEOPLANO CIRCULAR
- NIVEL
- PRIMARIA; ESO
- AUTOR
- ESTHER MANSILLA
RODRIGUEZ
- TEMA
- ORIENTACIÓN
- TÍTULO
- ALICIA FRESNILLO
POZA
- TEMA
- IDIOMAS
- TÍTULO
IMPLEMENTAR LA MOTIVACIÓN
EN EL AULA MEDIANTE EL USO
DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS
EN CLASE DE FLE
- NIVEL
- ESO; BACH.
REFLEXIONES SOBRE EL
CONFLICTO
INTERPERSONAL, EL ACOSO
LABORAL Y EL FALSO
ACOSO ENTRE DOCENTES
- NIVEL
- BACH.; FP (CGS); UNIV.
ISSN 2171-7842
3 / 96
DE
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- Francisco J. García Tartera
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- Inmaculada Del Rosal Alonso
Í
N
D
I
C
E
Listado de autores
BASES NEUROPSICOLÓGICAS
DE LAS INTELIGENCIAS
MÚLTIPLES
09 – 19
- ANTONIO DADER
GARCÍA
DIBUJO TÉCNICO Y EBAU
2018 (2)
21 – 31
- FRANCISCO
CABALLERO DÍAZ
MALTRATO FÍSICO INFANTIL EN
EL
ÁMBITO
FAMILIAR
E
INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE
LOS
SERVICIOS
DE
PROTECCIÓN DEL MENOR DE
LA COMUNIDAD DE MADRID
33 – 63
- MANUEL JESÚS
PALOMO FERRERA
MATERIALES Y RECURSOS EN
LA
ENSEÑANZA
DE
LA
GEOMETRÍA: EL GEOPLANO
CIRCULAR
66 – 73
- Francisco J. García Tartera
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- SONIA MORALES
BARBERÁ
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Títulos
- ALICIA FRESNILLO
POZA
- ESTHER MANSILLA
RODRIGUEZ
IMPLEMENTAR LA MOTIVACIÓN
EN EL AULA MEDIANTE EL USO
DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS
EN CLASE DE FLE
REFLEXIONES SOBRE EL
CONFLICTO
INTERPERSONAL, EL ACOSO
LABORAL Y EL FALSO
ACOSO ENTRE DOCENTES
NÚMEROS
ANTERIORES Y BBDD
MAD.RID
ISSN 2171-7842
4 / 96
74 – 80
82 – 92
Nº 56. MARZO, 2019
TABLA DE CONTENIDO
SONIA MORALES BARBERÁ
BASES NEUROPSICOLÓGICAS DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
1
INTRODUCCIÓN
11
2
LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
11
2.1 . INICIO DEL ESTUDIO DE LA INTELIGENCIA .............................................................. 11
2.2 . HOWARD GARDNER Y LA IMPORTANCIA DE SUS PRINCIPIOS ............................. 12
2.3. BASES NEUROPSICOLÓGICAS DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
13
3
REFERENCIAS
18
ANTONIO DADER GARCÍA
DIBUJO TÉCNICO Y EBAU 2018 (2)
1
2.
3
INTRODUCCIÓN
23
MODELO DE EXAMEN EN LA COMUNIDAD DE MADRID
24
2.1. EJERCICIO B1
.................................................................................... 24
2.2. EJERCICIO B2
.................................................................................... 25
2.3. EJERCICIO B3
.................................................................................... 27
2.4. EJERCICIO B4
.................................................................................... 29
REFERENCIAS
31
FRANCISCO CABALLERO DÍAZ
MALTRATO FÍSICO INFANTIL EN EL ÁMBITO FAMILIAR E INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS
SERVICIOS DE PROTECCIÓN DEL MENOR DE LA COMUNIDAD DE MADRID
1
INTRODUCCIÓN
2
MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO
3
MARCO JURÍDICO DE PROTECCIÓN DEL MENOR MALTRATADO…
4
INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS SERVICIOS DE PROTECCIÓN…
5
CONCLUSIONES
6
REFERENCIAS
7
ANEXOS
35
38
40
44
49
51
57
MANUEL JESÚS PALOMO FERRERA
MATERIALES Y RECURSOS EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOMETRÍA: EL GEOPLANO CIRCULAR
1
INTRODUCCIÓN
67
2
MATERIALES Y RECURSOS EN LA GEOMETRÍA
67
3
DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL
68
4
DESARROLLO DE ACTIVIDADES
69
5
REFERENCIAS
72
ALICIA FRESNILLO POZA
IMPLEMENTAR LA MOTIVACIÓN EN EL AULA MEDIANTE EL USO DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS
EN CLASE DE FLE
1
EL PAPEL DE LA MOTIVACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE 76
2
DOCUMENTOS AUTÉNTICOS: ¿QUÉ SON Y POR QUÉ UTILIZARLOS EN CLASE?
76
3
CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS
77
4
REFLEXIÓN FINAL
79
5
REFERENCIAS
79
ESTHER MANSILLA RODRIGUEZ
REFLEXIONES SOBRE EL CONFLICTO INTERPERSONAL, EL ACOSO LABORAL Y EL
FALSO ACOSO ENTRE DOCENTES
1
2
3
4
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1. DESARROLLO
CAPÍTULO 2. CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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84
84
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BASES NEUROPSICOLÓGICAS DE LAS
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
SONIA MORALES BARBERÁ
Cita APA recomendada:
MORALES BARBERÁ, S. (marzo de 2019). Bases neuropsicológicas de las inteligencias
múltiples. MAD.RID. Revista de Innovación Didáctica de Madrid. Nº 56. Pág. 09 20.
Madrid.
Recuperado
el
día/mes/año
de
https://www.csif.es/contenido/comunidad-de-madrid/ensenanza/205631
ISSN 2171-7842
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Nº 56. MARZO, 2019
INDICE
BASES NEUROPSICOLÓGICAS DE LAS
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
RESUMEN
ABSTRACT
La educación del s. XXI pretende respetar la
individualidad del alumno y aprovechar al
máximo sus talentos e intereses en pro de la
motivación y de la mejora del proceso de
enseñanza-aprendizaje. La teoría de las
inteligencias múltiples nos ayuda a conseguir
una educación personalizada.
Education in the XXI century aims to respect
the individuality of the student and make the
most of their talents and interests to foster
motivation and the improvement of the
teaching-learning process. The theory of
multiple intelligences helps us to achieve a
personalized education.
PALABRAS CLAVE
Inteligencia,
educación
Howard Gardner.
KEY WORDS
personalizada, Intelligence, personalized education, Howard
Gardner.
ÍNDICE
1
2
3
INTRODUCCIÓN
11
LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
11
2.1 . INICIO DEL ESTUDIO DE LA INTELIGENCIA .............................................................. 11
2.2 . HOWARD GARDNER Y LA IMPORTANCIA DE SUS PRINCIPIOS ............................. 12
2.3. BASES NEUROPSICOLÓGICAS DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
13
REFERENCIAS
18
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1 INTRODUCCIÓN
Siguiendo la normativa educativa actual 1, así como a múltiples autores 2, a los profesionales de
la educación, a nuestros alumnos, a sus familias 3, (e incluso al sentido común), podemos
afirmar que la educación del siglo XXI debe responder a las inquietudes, intereses,
capacidades, talentos, limitaciones y necesidades de los alumnos, buscando la máxima
individualización y personalización de la enseñanza.
Conseguir esa individualización de la enseñanza no es tarea fácil, pues cada día las aulas son
más numerosas y más heterogéneas. De ahí que en la actualidad sea una constante cada vez
mayor el encontrar a profesionales de la enseñanza, profesores y maestros, desmotivados, que
son conscientes de la necesidad de adoptar nuevas metodologías con el fin de conseguir
un cambio educativo pero que no saben cómo afrontar este gran reto.
Paralelamente, en los últimos años, surge un concepto de suma relevancia: inteligencias
múltiples. Los profesionales de la educación interesados en el tema realizan seminarios,
grupos de trabajo, proyectos de formación, relacionados con las inteligencias múltiples,
buscando atender mejor a las necesidades de sus alumnos en las aulas. Pero el día a día con
jornadas lectivas vertiginosas y cada vez más carga de trabajo burocrático hace que de nuevo,
las inteligencias múltiples pasen a un segundo plano en el proceso de enseñanza-aprendizaje
y que al final se prioricen contenidos y resultados.
Aún así, es interesante que los docentes estén informados de esta teoría, aunque sea de
manera muy general, para poder aplicar algunos de sus principios a su práctica docente y
así integrar los intereses de los alumnos y atender mejor a sus necesidades.
2 LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
2.1 INICIO DEL ESTUDIO DE LA INTELIGENCIA
Tradicionalmente se ha entendido inteligencia como entidad única que se tiene en mayor o
menor medida y que es difícil de modificar (Najmanovich, 2011).
La inteligencia es un término difícil de definir, y puede tener diversos significados. De hecho,
la comunidad científica se ha dividido durante décadas, y las controversias siguen causando
estragos en su definición exacta y la forma de medición (Ramírez, 2014).
Factores como la capacidad para resolver problemas, la velocidad mental, el conocimiento
general, la creatividad, el pensamiento abstracto y la memoria son importantes en la medida y
Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la
Educación Primaria (artículo 9).
1
2
Bona, García Hoz, Carrasco, entre otros.
3
CEAPA (Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado).
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el nivel de inteligencia. La mayoría coincide en que la inteligencia es un término genérico
que cubre una gran variedad de las habilidades mentales (Gonzales, 2013).
2.2 HOWARD GARDNER Y LA IMPORTANCIA DE SUS PRINCIPIOS
Los avances científicos en el campo de la neuropsicología permiten reflexionar y ahondar en
los estudios centrados en las nuevas concepciones sobre la inteligencia.
Howard Gardner, psicólogo, investigador y profesor, surge en el campo del estudio de la
inteligencia insatisfecho con la idea tradicional de una única inteligencia, postulando una teoría
alternativa al concepto de inteligencia tradicional. Se trata de una visión pluralista de la
mente, que reconoce muchas facetas distintas de la cognición, que tiene en cuenta que las
personas tienen diferentes potenciales cognitivos.
Los principios básicos de la teoría de las inteligencias múltiples propuesta por Gardner se
pueden resumir en los siguientes postulados:
-Cada persona posee las ocho inteligencias: no se trata de una teoría de tipos diseñada
para determinar cuál es la inteligencia que se da en cada persona.
-La mayoría de las personas puede desarrollar cada inteligencia hasta un nivel adecuado de
competencia siempre que se reciba la estimulación, el enriquecimiento y la instrucción
adecuados.
-Los diferentes tipos de inteligencia trabajan en conjunto. Todas las tareas exigen una
combinación de inteligencias, incluso cuando una o más destacan.
-Hay muchas maneras de ser inteligente. Destaca la diversidad de las formas en las que la
persona muestra sus destrezas dentro de cada inteligencia, así como entre las inteligencias.
En su propuesta, Gardner reconoce ocho tipos de inteligencia:
Inteligencia lingüística: según del Pozo (2005) es la capacidad de formular el
pensamiento en palabras y utilizar el lenguaje de manera eficaz. La inteligencia
lingüística o verbal representa un instrumento esencial para la supervivencia del ser
humano moderno, pues constituye un elemento importante en la comunicación, la
supervivencia y el desarrollo. Una persona con esta inteligencia desarrollada es aquella
que tiene grandes dotes comunicativas, que disfruta de la lectura y la escritura, que
habla en público y realiza exposiciones orales (Prieto, Ferrándiz y Ballester, 2002)
Inteligencia lógico-matemática: esta inteligencia hace posible cálculos, cuantificar,
considerar proposiciones, establecer y comprobar hipótesis y llevar a cabo operaciones
matemáticas complejas. Una persona con esta inteligencia desarrollada es aquella que
analiza y racionaliza la realidad, que tiene facilidad para el cálculo mental y para el
pensamiento lógico (Feldman y Krechevsky, 2008)
Inteligencia viso-espacial: es la capacidad para percibir con precisión el mundo
visual y espacial, recrear aspectos de la experiencia visual y percibir las direcciones en
el espacio concreto y abstracto. Según Gardner (2004), su pensamiento figurativo les
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permite elaborar representaciones mentales de objetos complejos. Aprenden y
comprenden a través de la visión. Las personas con esta inteligencia desarrollada son
aquellas que destacan en percepción, representación, expresión artística y exploración
(de materiales, temas, etc.)
Inteligencia corporal-cinestésica: es la habilidad de utilizar el propio cuerpo para
expresar una emoción (danza), para competir en un juego (deporte) o para crear un
nuevo producto (diseño/invención). Propio de una inteligencia corporal-cinestésica alta
es el control corporal, la sensibilidad al ritmo, la expresividad, la sensibilidad hacia la
música (Feldman y Krechevsky, 2008)
Inteligencia musical: es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y
expresar las formas musicales, sensibilidad al ritmo, al tono, al timbre, a la frecuencia
y a la melodía. Las personas que tienen esta inteligencia desarrollada destacan en
percepción (tono, estilo, instrumentos, sonidos), en producción y en composición
(Feldman y Krechevsky, 2008)
Inteligencia naturalista: es la sensibilidad y la comprensión del mundo natural. Se
refiere a la capacidadde identificación del lenguaje natural y capacidad de curiosidad y
disfrute ante el paisaje. Propio de una inteligencia naturalista alta es la selección,
organización, categorización; el trabajo con las plantas y su cuidado (Feldman y
Krechevsky, 2008)
Inteligencia interpersonal 4: es la capacidad de percibir y comprender a otras
personas, descubrir las fuerzas que las impulsan y sentir gran empatía por el prójimo;
discernir y responder de manera adecuada a los estados de ánimo, los temperamentos,
las motivaciones y los deseos de los demás. Según Del Pozo (2005), las personas con
una capacidad interpersonal alta con aquellas que comprenden a los demás, son
facilitadores (comparten información, median en los conflictos, buscan la inclusión de
todos) y son cuidadores y amigos (animan a los enojados, empatizan y entienden).
Inteligencia intrapersonal: hace referencia a la capacidad de acceder a los
sentimientos propios y discernir las emociones íntimas y la metacognición.
Implica reconocer aspectos internos del yo, los sentimientos y el amplio rango de
emociones, la autorreflexión y la intuición. Mostrar autoestima, autoconocimiento y
autocontrol; y ser ético, son habilidades propias de personas con capacidades
intrapersonal alta.
2.3. BASES
MÚLTIPLES
NEUROPSICOLÓGICAS
DE
LAS
INTELIGENCIAS
La neuropsicología es una especialidad perteneciente al campo de las neurociencias, que
estudia la relación entre los procesos mentales y conductuales y el cerebro. Su definición
4
Algunos autores y manuales mencionan la inteligencia emocional como la suma de las inteligencias interpersonal
e intrapersonal.
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más concreta explica que es la relación entre las funciones superiores y las estructuras
cerebrales. Es una especialidad que converge entre la psicología y la neurología. Estudia
las distintas áreas cerebrales, las funciones que realizan, las consecuencias de posibles daños
cerebrales, enfermedades degenerativas, desarrollo del potencial cerebral, etc. (Marmelada,
2014).
Por lo tanto, podemos decir que desde el punto de vista neuropsicológico, cada inteligencia
se relaciona con diferentes áreas cerebrales, procesos y operaciones que veremos a
continuación.
La inteligencia lingüística se sitúa en las áreas de Broca y de Wernicke, las dos áreas
principales relacionadas con el lenguaje. El área de Broca está situada en la tercera
circunvolución frontal del hemisferio dominante para el lenguaje (generalmente en el
hemisferio izquierdo); relacionada con la articulación del lenguaje. El área de Wernicke está
situada en la mitad posterior de la circunvolución temporal superior y en la parte adyacente de
la circunvolución temporal media; relacionada con la comprensión del lenguaje. Las áreas de
Broca y el área de Wernicke se relacionan mediante el fascículo arqueado/arcuato.
Figura 1: área de Broca y área de Wernicke (Casallas)
La inteligencia lógico-matemática se sitúa en los lóbulos parietales izquierdos y áreas de
asociación temporal y occipital contiguas. El lóbulo parietal, situado bajo el hueso craneal que
le da nombre y entre el lóbulo frontal y el occipital, es una de las estructuras cerebrales más
importantes tanto por su tamaño por los procesos en los que participa. Una de las grandes
funciones del lóbulo parietal es trabajar con símbolos y con la aritmética. La función matemática
se lleva a cabo junto con la anterior, ya que es a partir del análisis de lo que se percibe
sensorialmente como se puede imaginar una secuencia de unidades con las que trabajar
matemáticamente. Al ser el lóbulo parietal un lugar en el que se mezclan muchos procesos
mentales, hace posible el pensamiento abstracto necesario para pensar en símbolos.
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Figura 2: lóbulo parietal, temporal y occipital izquierdos (Gratacós)
La inteligencia viso-espacial se sitúa en las regiones posteriores del hemisferio derecho,
concretamente en el lóbulo occipital, relacionado con la visión. El lóbulo occipital es uno de
los lóbulos cerebrales más pequeños, y ocupa una pequeña porción de la parte trasera del
encéfalo. Comprende la corteza visual, que es la zona de la corteza cerebral a la que llega
primero la información proveniente de las retinas.
La inteligencia corporal-cinestésica se relaciona con múltiples áreas cerebrales como el
cerebelo, los ganglios basales y la corteza motriz (hemisferio izquierdo). El cerebelo, a pesar
de su pequeño tamaño, contiene más de la mitad de las neuronas cerebrales. Esta estructura
tiene un papel protagonista en la coordinación de movimientos, mantenimiento del equilibrio y
monitorización de las señales neuronales encaminadas a activar músculos.
Figura 3: cerebelo (Castillo Díaz)
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Denominamos ganglios basales a un conjunto de núcleos subcorticales interconectados
situados en torno al sistema límbico y del tercer ventrículo. Se ubican a ambos lados del
tálamo, a la altura del lóbulo temporal. Se trata de cúmulos de sustancia gris que poseen un
gran número de conexiones con otras zonas del cerebro, como la corteza o el tálamo. Una de
las funciones por la que más se conoce a los ganglios basales es por la regulación y gestión de
las acciones motoras voluntarias.
Figura 4: ganglios basales (Oiene)
La corteza motora primaria humana se encuentra en la pared anterior del surco central.
Comprende las áreas de la corteza cerebral responsables de los procesos de planificación,
control y ejecución de las funciones motoras voluntarias.
Figura 5: corteza motora (Castro)
La inteligencia musical está íntimamente relacionada con el hemisferio derecho, el lóbulo
frontal y el temporal. El lóbulo temporal está situado en el lateral inferior del encéfalo,
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aproximadamente a la altura de los oídos. En el lóbulo temporal se encuentran las cortezas
auditivas primaria, secundaria y asociativa. Estas zonas del cerebro son las encargadas de,
además de percibir los sonidos, realizar la codificación, descodificación e interpretación de la
información auditiva, siendo un elemento indispensable para la supervivencia y la
comunicación.
Figura 6: hemisferio derecho (Casado)
La inteligencia naturalista se sitúa en el hemisferio derecho (ver figura 6).
Las inteligencias interpersonal e intrapersonal (inteligencia emocional) se sitúan en los
lóbulos frontales. El lóbulo frontal es el de mayor superficie del cerebro, además, es
considerado el lóbulo de mayor importancia funcional en la especie humana. Básicamente las
funciones del lóbulo frontal son todas aquellas que atribuimos exclusivamente a los seres
racionales, con criterio propio, con la posibilidad de actuar según estrategias complejas y bien
preparados para vivir en sociedades muy grandes.
De la información anterior se desprende que cada zona del cerebro humano puede expresar
una forma de inteligencia. Cada inteligencia es neurológicamente autónoma y
relativamente dependiente de otras en cuanto al funcionamiento. Gardner utiliza esta premisa
(entre otras) 5 para demostrar la existencia de las inteligencias múltiples y refrendar su teoría,
basándose sobre todo en la posibilidad de aislamiento potencial por daño cerebral, es
decir, una lesión cerebral puede perjudicar selectivamente una inteligencia mientras que otras
permanecen intactas.
Cada persona desarrolla unas inteligencias más que otras, viéndose influenciado dicho
desarrollo por la historia vital, la cultura, la sociedad, educación, etc.
5
8 criterios de Gardner.
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3 REFERENCIAS
Bona, C. (2015): La nueva educación. Madrid: Plaza y Jané editores.
Carrasco, J. (2011): Educación personalizada: principios, técnicas y recursos. Madrid: SíntesisUNIR.
Casado, M. (2008): Los hemisferios cerebrales. Madrid: Espasa.
Casallas, F. (2006): Teorías implícitas sobre la inteligencia en docentes. EdyPsikné. Revista de
psicología y psicopedagogía. 5(1), 129-142.
Castillo Díaz, P. (2006): Hemisferios cerebrales y teorías cognitivas. Biblos.
Castro, L. (2012): Lateralidad, movimiento y aprendizaje. Barcelona: Graó.
CEAPA (2012): Educación personalizada en la escuela pública. Madrid: Ediciones Morata.
Feldman, D. y Krechevsky, M. (2008): Spectrum project. London: Penguin.
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ISSN 2171-7842
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Nº 56. MARZO, 2019
Autoría
−
−
Sonia Morales Barberá
CEIP San Martín de Tours (San Martín de Valdeiglesias)
INDICE
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VALORAR ESTE ARTÍCULO
DIBUJO TÉCNICO Y EBAU 2018 (2)
ANTONIO DADER GARCÍA
Cita recomendada (APA):
DADER, A. (marzo de 2019). Dibujo Técnico y EBAU 2018 (2). MAD.RID. Revista
de Innovación Didáctica de Madrid. Nº 56. Pág. 21 - 31. Madrid.
Recuperado el día/mes/año de https://www.csif.es/contenido/comunidadde-madrid/ensenanza/205631
ISSN 2171-7842
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INDICE
DIBUJO TÉCNICO Y EBAU 2018 (2)
RESUMEN
ABSTRACT
Análisis y soluciones de la prueba de Dibujo Analysis and solutions of the Technical
Técnico en el año 2018
Drawing test in 2018.
PALABRAS CLAVE
EBAU, Dibujo Técnico
KEY WORDS
EBAU, Technical Drawing.
ÍNDICE
1
2.
3
INTRODUCCIÓN
23
MODELO DE EXAMEN EN LA COMUNIDAD DE MADRID
24
2.1. EJERCICIO B1
.................................................................................... 24
2.1.1. COMENTARIO AL EJERCICIO
25
2.2. EJERCICIO B2
.................................................................................... 25
2.2.1. SOLUCIÓN AL EJERCICIO B2
26
2.2.2. COMENTARIO AL EJERCICIO
26
2.3. EJERCICIO B3
.................................................................................... 27
2.3.1. SOLUCIÓN
28
2.3.2. COMENTARIOS AL EJERCICIO
28
2.4. EJERCICIO B4
.................................................................................... 29
2.4.1. SOLUCIÓN
30
2.4.2. COMENTARIOS AL EJERCICIO
30
REFERENCIAS
31
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1 INTRODUCCIÓN
Continuando el artículo anterior referido a las pruebas de Acceso a la
Universidad, continuamos con la segunda parte del modelo de examen
que presentó la Comunidad de Madrid. Nuestra intención es continuar con
las convocatorias de junio y la extraordinaria de Septiembre que este año
se adelanta a Julio, y seguir como comparación con lo que están haciendo
otras comunidades, ver los exámenes de distintas Comunidades
Autónomas, pues como dijimos, el diseño de las mismas es muy diferente
según la comunidad autónoma en la que se desarrollen.
El nivel es distinto en función de la Comunidad Autónoma, y la selección
del tipo de ejercicios depende, en gran medida, de quien integre la
comisión correspondiente, encargada de realizar dichas pruebas.
Se está difundiendo la idea de que las Pruebas de Acceso a la Universidad
se unificaran en todo el territorio nacional, y finalmente fueran las mismas
para todos los alumnos de Bachillerato.
De esta forma se evitaría, que en cada autonomía se diera diferente
importancia a determinados contenidos del currículo de Dibujo Técnico, en
función de los “gustos” diferentes, de los integrantes de las comisiones de
evaluación.
En la Comunidad de Madrid ha continuado el “diseño” de la prueba que se
estableció en el año anterior, dónde cuatro ejercicios con valores de 3, 2, 2
y 3 puntos, con un tiempo de 90 minutos, intentan equilibrar los tres
grandes bloques en que se distribuye el currículo de la asignatura.
A diferencia de otras comunidades, desaparece el ejercicio de perspectiva
cónica, que suele provocar controversia en determinados sectores del
profesorado, y se continúa con la importancia creciente a todo lo relativo a
las piezas y su representación y normalización. En este sentido señalar
que se ha intentado dulcificar lo referente a proyecciones y acotación,
planteando ejercicios donde se trata de completar la información
presentada (proyecciones), siendo piezas más sencillas que en años
anteriores.
Continúa, eso sí, la subjetividad en las calificaciones de esta parte en
cuanto a la acotación y correcta aplicación de la “definición dimensional”,
que hace muy difícil la obtención de la máxima puntuación en un ejercicio
de este tipo.
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2 MODELO DE EXAMEN EN LA COMUNIDAD DE MADRID
Pasamos a analizar el modelo de examen propuesto por la Comunidad de Madrid:
2.1 EJERCICIO B1
SOLUCIÓN AL EJERCICIO B1.-
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2.1.1 COMENTARIO AL EJERCICIO
Este ejercicio se plantea como un claro ejemplo de los llamados casos de Apolonio, en
relación a los problemas de tangencias.
Se puede resolver por inversión, pero para un alumno normal es preferible que aplique
la teoría de ejes radicales y circunferencias pertenecientes a un haz coaxial.
Sabiendo que el centro de las soluciones se ha de encontrar en el radio que une el
punto de tangencia T dado, con el centro de la circunferencia, deducimos que todas las
circunferencias tangentes a la dad en T tiene como eje coaxial la perpendicular a dicho
radio por T.
Tomando una de ellas, elegida convenientemente para que corte a la segunda
circunferencia, obtendremos un segundo eje radical. El punto de encuentro de ambos,
nos da el centro radical desde el cual obtendremos la potencia común y por tanto la
longitud del segmento de tangencia. Llevando dicha distancia sobre las circunferncias,
obtendremos los puntos de tangencia de las soluciones buscadas. Como sólo nos
piden la de menor radio, elegimos la única que entra dentro del espacio destinado a la
resolución del ejercicio.
2.2 EJERCICIO B2
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2.2.1 SOLUCIÓN AL EJERCICIO B2
2.2.2 COMENTARIO AL EJERCICIO
El ejercicio corresponde al segundo bloque del currículo (sistemas de representación), y
concretamente al Sistema Diédrico. La resolución se plantea mediante la utilización de las
estrategias desarrolladas en el Sistema Diédrico Directo o sin Línea de Tierra.
Mencionemos una vez más, que en sí, el sistema diédrico sin línea de tierra no se
considera dentro del currículo de 2 de bachillerato, por lo que un alumno normal
entendería que previamente debería hallar las trazas del plano partiendo de las tres
rectas que forma el triángulo, con la consiguiente pérdida de tiempo.
La resolución aquí planteada, presenta un camino intermedio entre las dos estrategias
presentadas.
Teniendo en cuenta que el punto C se encuentra en el plano horizontal, y que la recta
que forman los puntos A y B es una horizontal del plano, haciendo pasar por C1 una
paralela a A1B1, obtendremos la charnela que no permitirá abatir sobre el horizontal y
obtener el circuncentro del triángulo. Posteriormente se desabate el punto O, y
ayudándonos de alguna de las mediatrices que hemos utilizado para su construcción,
obtener las proyecciones horizontal y vertical de dicho punto.
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2.3 EJERCICIO B3
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2.3.1 SOLUCIÓN
2.3.2 COMENTARIOS AL EJERCICIO
El único problema que puede plantear este ejercicio es la elección de planos auxiliares
que, conteniendo a las aristas de la pirámide, nos ayuden a hallar los puntos de
intersección de las aristas laterales con el plano dado. Debido a que las caras de la
pirámide no son paralelas a las caras del triedro, las trazas del plano a, no serán
paralelas a las secciones buscadas. Utilizamos las proyecciones de las aristas laterales
de la pirámide para hacerlas coincidir con las trazas horizontales de los planos
auxiliares buscados. Al ser planos proyectantes de dichas aristas laterales, las
intersecciones con el plano a son inmediatas, al igual que la solución buscada.
Ejercicio de dificultad asequible.
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2.4 EJERCICIO B4
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2.4.1 SOLUCIÓN
2.4.2 COMENTARIOS AL EJERCICIO
Típico ejercicio en las últimas convocatorias referente a las normas de representación y
acotación. Si se interpreta correctamente las vistas dadas, la única dificultad sería la correcta
colocación de las cotas mínimas necesarias para su correcta definición dimensional. En este
sentido señalar nuevamente, que no hay una única solución correcta, lo que da la posibilidad
de cierta subjetividad en la corrección de este tipo de ejercicios.
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3 REFERENCIAS
Documentación suministrada por la comisión de elaboración de las pruebas de Acceso a la
Universidad de la Comunidad de Madrid.
Autoría
−
−
ANTONIO DADER GARCÍA
I .E.S. Valle I nclán ( Torrej ón de Ardoz)
INDICE
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MALTRATO FÍSICO INFANTIL EN EL ÁMBITO FAMILIAR E
INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS SERVICIOS DE
PROTECCIÓN DEL MENOR DE LA COMUNIDAD DE MADRID
FRANCISCO CABALLERO DÍAZ
Cita recomendada (APA):
CABALLERO DÍAZ, Fco. (marzo de 2019). Maltrato físico infantil en el ámbito
familiar e intervención social desde los Servicios de Protección del Menor
de la Comunidad de Madrid. MAD.RID. Revista de Innovación Didáctica de
Madrid. Nº 56. Pág. 33 - 63. Madrid. Recuperado el día/mes/año de
https://www.csif.es/contenido/comunidad-de-madrid/ensenanza/205631
ISSN 2171-7842
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Nº 56. MARZO, 2019
INDICE
MALTRATO FÍSICO INFANTIL EN EL ÁMBITO FAMILIAR E
INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS SERVICIOS DE PROTECCIÓN
DEL MENOR DE LA COMUNIDAD DE MADRID
RESUMEN
ABSTRACT
Al inicio de este estudio se narra la
historicidad del maltrato, se especifican los
conceptos básicos relacionados con el
maltrato físico a menores, las tipologías de
maltrato, la situación legislativa al respecto y
la dificultad del abordaje coordinado entre los
distintos profesionales y las instituciones
desde las que se llevan a cabo sus
intervenciones.
At the beginning of the study is related how
mistreatment is a part of the history, the basic
concepts related to the physical child abuse,
mistreatment typologies, the legislative
situation on that subject and the coordinated
approach between the different professionals
and institutions where their interventions are
performed from are specified.
El desarrollo de dicho trabajo estará
orientado a desgranar las intervenciones
llevadas a cabo por los
Servicios de
Protección de Menores de la Comunidad de
Madrid en relación a los menores que son
víctimas de violencia física.
The development of this work is to
provide an insight about the interventions
carried away by the Community of Madrid’s
“Servicios de Protección de Menores” related
to underage victims of physical violence.
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
Servicios de Protección del Menor, maltrato Child Protection Services, child physical
abuse and psycho-social intervention.
físico infantil e intervención psico-social.
ÍNDICE
1
2
3
4
5
6
7
INTRODUCCIÓN
35
MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO
38
MARCO JURÍDICO DE PROTECCIÓN DEL MENOR MALTRATADO…
40
INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS SERVICIOS DE PROTECCIÓN…
44
.................................................................................... 45
4.1 . FASE DE DETECCIÓN
4.2 . FASE DE NOTIFICACIÓN, INVESTIGACIÓN Y EVALUACIÓN.................................... 46
4.3 . FASE DE INTERVENCIÓN Y SEGUIMIENTO............................................................... 47
CONCLUSIONES
49
REFERENCIAS
51
ANEXOS
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1 INTRODUCCIÓN
El tema del maltrato infantil es motivo de interés mundial en vista de su
preocupante aumento en todo tipo de Estados. Como reacción, en la actualidad se
han generado numerosas publicaciones al respecto, incluyendo una revista médica
especializada y de alcance mundial como lo es The Child Abuse and Neglect, así
como periódicos, revistas y boletines asequibles para un público amplio. También
se han realizado reuniones académicas de carácter mundial y regional dedicadas al
análisis integral del problema. Así pues, […] en muchos países ha llegado a
considerarse como un problema social de grandes dimensiones que parece
propagarse con gran rapidez afectando al individuo, al núcleo familiar y como
consecuencia a la sociedad (Romero Ramírez et al., pp. 12, 2009).
Unicef y la ONU estiman que son cientos de millones los niños que sufren en el
mundo algún tipo de violencia o abuso doméstico. Calcular con precisión cuántos
son en España es realmente difícil, ya que las cifras oficiales sólo suponen «la
punta del iceberg» (Martín Hernández, pp. 40, 2009) de un fenómeno sometido aún
al tabú de la privacidad, relegado a la intimidad del hogar (véase anexo 1). Es difícil
saber cuál es la frecuencia real del problema y más bien tenemos que referirnos a
las estadísticas sobre casos localizados por los servicios sociales (Fernández del
Valle et al., pp. 119, 2002), puesto que la falta de registros dificulta la aproximación
al conocimiento del problema (Díaz Huertas en Casado Flores et al., cap. 3, pp. 16,
1997A), aunque existe desde hace pocos años un Registro Unificado de Maltrato Infantil
(RUMI) al que ya pueden acceder distintos servicios hospitalarios.
Por tanto, la prevalencia real del maltrato infantil es desconocida, ya que la
mayoría de los casos no son detectados. La propia naturaleza del problema, que en
gran número se produce dentro de la propia familia, el miedo a la denuncia, la
formación insuficiente de los profesionales, que el agredido sea un niño, etc.,
condicionan el conocimiento del número de casos (Castellanos Delgado en Díaz et
al., pp. 17, 2008).
Es necesario añadir, además de la frecuente aparición simultánea de los
diferentes tipos de malos tratos (Zaldívar et al., 1998; Santana-Tavira et al., 1998),
la importancia concreta del maltrato físico infantil, dada su prevalencia: el tercero
más común, tras la negligencia y el maltrato emocional o psicológico, como
corroboran varios estudios (Moreno Manso, 2003; Díaz Huertas y Hernández López,
2003; Farnós, 2008; Pérez Álvarez, 1997). Asimismo, su importancia queda
reflejada en el hecho de que es el más estudiado a lo largo de la historia (Moreno
Manso, pp.113, 2003).
Como afirma el especialista en maltrato infantil, el doctor Díaz Huertas, el
maltrato no es un acontecimiento aislado, sino un proceso que viene definido por la
interacción de varios factores (multicausalidad): sociales, familiares, del propio niño,
etc., no siempre delimitados cuantitativa ni cualitativamente (2000). Estas
dificultades conllevan que los estudios sobre maltrato denunciado no incluyen a
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todos los menores que hayan sido maltratados (Pérez Álvarez, 1997), por lo que
hallar datos reales y claramente objetivos es realmente complicado.
En España, tampoco es posible cuantificar exitosamente la magnitud de esta
problemática, puesto que las cifras que conocemos son relativas, y la mayor parte
de los datos hace referencia a un solo dispositivo de información que únicamente
interviene en casos extremos en los cuales la Administración pública ha tenido que
tomar parte activa en la tutela de los derechos de los niños (De Paúl Ochotorena y
Arruabarrena Madariaga, 1997).
Pero esta problemática no parte del momento actual, posee una tradición
histórica en las diferentes culturas de los pueblos humanos. Durante siglos, la
agresión a los menores ha sido justificada de diferentes maneras, desde sacrificios
a los dioses (pueblos aztecas y cartagineses) hasta el infanticidio de niñas «por no
ser rentables» (la India), pasando por la regulación del crecimiento de un pueblo
(israelitas en Egipto y el control de la natalidad de la China comunista), por
presentar problemas de salud (Esparta), por cuestiones político-religiosas
(matanzas de Herodes en el 400 a.C.), para alcanzar la supuesta «pureza de raza»
(nacional-socialismo), para conseguir poder (Aun el Viejo fue un rey vikingo de
Suecia que sacrificó a Odín a nueve de sus diez hijos para, según el mito, prolongar
su vida), etc.
Encontramos justificaciones culturales recogidas en la mitología grecolatina:
Saturno devora a su progenie y Medea mata a sus dos hijos para vengarse de
Jasón. El propio Aristóteles decía: Un niño o un esclavo son propiedad, y nada de lo
que se hace con la propiedad es injusto (Aristóteles en Santana-Tavira et al., pp. 2,
1998) por lo que justificaba dichas actuaciones violentas.
Por todo ello, cabe decir que la “protección de menores” es un término reciente,
ya que en las sociedades antiguas no se reconoce a la infancia derecho alguno
(Moreno-Torres Sánchez, pp. 19, 2005). El niño, hasta hace tres siglos, era
considerado como un adulto en miniatura sin necesidades específicas, por lo que
nos referimos a la infancia como un invento moderno (Díaz Huertas en Casado
Flores et al., cap. 1, pp. 1, 1997B).
Moreno-Torres Sánchez ofrece al respecto unas pinceladas básicas de esta
evolución en la que el menor pasa de ser objeto a sujeto de derechos a lo largo del
desarrollo histórico. En la Grecia clásica, considera la autora, el niño era propiedad
del Estado, como confirma la visión aristotélica, mientras que en Roma lo era del
pater familias (el derecho romano nos ofrece conceptos como la tutela, la patria
potestad, la adopción…). Considera que tanto el cristianismo como el derecho
germánico cambiaron esta visión de la infancia, ya que los textos evangélicos
hablan del menor en términos de respeto a su personalidad y el derecho germánico
introducía penas por la venta, el castigo o la muerte de un hijo, siendo éste un claro
signo de protección. Sin embargo, la autora considera que las Partidas de Alfonso X
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el Sabio vuelven a la tradición romana, permitiendo al padre la venta de sus hijos en
caso de extrema pobreza (2005).
A mediados del siglo XIV se realizaron varias reglamentaciones legales en
relación a los castigos corporales (Rico en Moreno-Torres Sánchez, 2005).
Encontramos en el siglo XVI la figura del humanista Juan Luis Vives, preocupado
por la ayuda sin necesidad de humillar a la persona ayudada, y a San Vicente de
Paul en el XVII, quien reformó las obras de caridad y puso el énfasis en la relación
de ayuda (Ramírez de Mingo, 1987).
Posteriormente, Carlos III impulsa la creación de instalaciones de inclusa,
estableciendo salas de maternidad vergonzosa. Y en el siglo XIX, Concepción
Arenal, considerada por Ramírez de Mingo como una precursora del Trabajo Social,
propone una manera racional de ofrecer ayuda, buscando en la ciencia su eficacia
(1987). En ese mismo periodo surge la enseñanza primaria con carácter universal,
gratuita y obligatoria (Ocón en Moreno-Torres, 2005), reconociéndose así a la
infancia y adolescencia como etapas diferenciadas de la adultez.
La protección a la infancia empezó a ser relevante para los occidentales a finales
del siglo XIX y comienzos del XX. Concretamente en España, surgen los Consejos
Superiores de Protección a la Infancia (a raíz de la Ley Tolosa) con la finalidad de
atender a los menores abandonados, y el Tribunal Tutelar de Menores, para corregir
actos delictivos; ambos, ejemplos de instituciones que tuvieron en común el
internamiento de los menores para preservar el orden público (Martín Hernández,
2009), algo común en esa coyuntura histórica, por lo que aún no se aprecia el
principio jurídico de interés superior del menor en estas medidas. Hecho que se
corrobora con las aportaciones de Fernández del Valle cuando señala que se puede
decir que la historia de la protección a la infancia en España durante el siglo XX es
la historia de las instituciones residenciales (pp. 121, 2002). También es cierto que
el apoyo dispensado iba focalizado a las familias pobres económicamente y no
tanto por intervenir frente a los malos tratos (Fernández del Valle et al., pp. 121,
2002).
La mayoría de los autores afirman que es a partir del siglo XX (denominado “el
Siglo de la Infancia”) cuando surge una proliferación de documentos convencionales
y legales respecto a la protección de los menores (Moreno-Torres, 2005; Gotzens
Busquets, 2004; Zaldívar et al., 1998; Martín Hernández, 2009). De hecho, fue
aproximadamente en 1960 cuando se comenzó a hablar de maltrato infantil en los
ámbitos profesionales para referirse a las situaciones de gravedad donde se
manifestaban malos tratos físicos y/o abusos sexuales (Martín Hernández, 2009).
En esa misma década, Henry Kempe introdujo el término de “niño apaleado” como
una condición clínica de los niños que han sido maltratados físicamente de forma
severa por sus padres o cuidadores (Kempe et al., en Díaz Huertas, en Casado
Flores et al., cap. 2, pp. 10, 1997C).
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Merín Cañada considera que la protección a la infancia surge tras la Segunda
Guerra Mundial y con el establecimiento del Estado de Bienestar, puesto que el
menor pasa a tener derechos reconocidos legalmente (1993). El orden social
comienza así a modificarse y a día de hoy son los padres los que se supeditan a los
hijos y ven cuestionada su actuación respecto a ellos (Martín Hernández, 2009). Es
significativo el paso del menor desde un objeto pasivo de derechos a convertirse en
un sujeto activo (e.g.: Cobo et al., 2004) de su desarrollo, que requiere de la
atención de sus necesidades específicas (véase anexo 2), que puede expresar
él/ella mismo/a y que deben ser atendidas (Casado Flores, 1997B) en base a unos
derechos concretos (Díaz Huertas, 1997A).
2 MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO
Para la realización de este estudio, que califico de introductorio y reflexivo sobre
la problemática planteada, la metodología utilizada se concreta en la búsqueda de
información y documentación pertinentes a la materia tratada: el maltrato físico
infantil; pretendo conectar dicha problemática individual, familiar y social con el
trabajo interinstitucional e interdisciplinar (De Paúl Ochotorena y Arruabarrena
Madariaga, en Casado Flores et al., pp. 353, 1997C; Oliván Gonzalvo et al., 1994),
donde me centraré en las actuaciones llevadas a cabo desde los Servicios de
Protección del Menor de la Comunidad de Madrid, y dentro de ellos (los Servicios
Sociales y la Comisión de Tutela del Menor), en la figura del trabajador social en
coordinación constante con el tejido profesional y organizacional que se articula
para hacer frente a la violencia intrafamiliar y física hacia los menores.
Los malos tratos a la infancia, como la práctica totalidad de las problemáticas
sociales, se caracterizan por responder a más de una causa (multicausalidad;
Zaldívar et al., 1998; Santana-Tavira et al., 1998) y manifestarse de forma compleja
(Pino Osuna et al., 2000; Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
2014).
Estas circunstancias exigen que, desde las diferentes instancias implicadas en la
protección de la infancia y la adolescencia, se desarrollen sistemas de actuación
(Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2014) que atiendan a los
factores múltiples anidados en los distintos niveles ecológicos (sistema individual,
familiar y social) (Fuster et al., pp. 73, 1988). Esta multicausalidad tiene como
consecuencia directa su abordaje interinstitucional (Instituto Madrileño de Atención
a la Infancia, 1993) desde unos equipos multiprofesionales (Martínez Martínez y
Montes del Castillo, 2000) y, por consiguiente, se mantiene un enfoque sistémico
para la elaboración del presente estudio (para más información sobre el enfoque
sistémico, véase Payne, 1995).
Esta visión de conjunto a la hora de intervenir en la realidad social queda
respaldada por el artículo 14 del Código Deontológico de los trabajadores sociales
(Consejo General del Trabajo Social, 2012) y por autores como G. Smale y sus
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colaboradores cuando escriben que al destacar la ubicación del Trabajo Social en la
comunidad, nos basamos en un enfoque de sistemas: una perspectiva ecológica
[…]. La perspectiva ecológica sobre nuestro mundo y nuestras acciones dentro de
él nos ayuda a comprender las repercusiones de muchas de nuestras acciones
sobre el entorno, tanto físico como social (pp. 19, 2003).
Estos autores definen el Trabajo Social como las intervenciones practicadas
para cambiar las situaciones sociales, de manera que las necesidades de quienes
precisan ayuda o están en peligro se satisfagan mejor que si no se interviniese
(Smale et al., pp. 19, 2003); y así, ponen el énfasis en una intervención racional y a
nivel social que conlleve necesariamente eficacia en los resultados, es decir, se
trata de que las consecuencias de la no-intervención sean objetivamente peores
que las alcanzadas en una intervención social.
En esa línea, Friedlander describe el Trabajo Social como un servicio
profesional, basado en el conocimiento científico y en la destreza en las relaciones
humanas, que ayuda a los individuos, solos o en grupo, a obtener satisfacción
social y personal e independencia (Friedlander en De la Red Vega, pp. 138, 1993).
Por todo ello, la intervención del trabajador social, conjuntamente con la de los
otros profesionales, queda justificada por numerosas investigaciones que confirman
que el niño maltratado sufre en su desarrollo posterior importantes trastornos tanto
físicos como psico-sociales (Zaldívar et al., pp. 55, 1998). Fiel reflejo de estos
trastornos es el hecho de que estos niños y adolescentes suelen experimentar,
como consecuencia directa de los malos tratos, importantes dificultades de
adaptación personal y social, y mayores problemas de aprendizaje (Gallardo Cruz y
Jiménez Hernández, 1997; Moreno Manso y García Baamonde, 2009; Romero
Ramírez et al., 2009); manifiestan frecuentes problemas conductuales (Fernández
Millán et al., 2002); problemas del sueño (Osofsky en Olaya et al., 2008) y demás
problemas de salud (Oliván Gonzalvo, 1999); mayor consumo de alcohol, tabaco y
drogas (Zunzunegui et al., 1997; Añaños, 2002); mayor tendencia a delinquir
(Masson, 1997), etcétera.
Además, un hecho ampliamente constatado es que las personas que han sido
víctimas de abuso físico en su infancia son más proclives a maltratar a sus hijos que
las que no han pasado por esta situación (Zaldívar et al., pp. 55, 1998). Así, desde
algunos modelos se ha asumido la hipótesis de una trasmisión inter-generacional
del maltrato físico infantil como un fenómeno que desencadena un ciclo de violencia
difícil de romper (Kaufman et al., en Zaldívar et al., 1998; Gómez Pérez y De Paúl
Ochotorena, 2003; Olaya et al., 2008; Benavides, 2013), lo que le convierte en una
problemática de orden social, imprescindible de ser intervenida.
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3 MARCO JURÍDICO DE PROTECCIÓN DEL MENOR
MALTRATADO,
ORGANISMOS
PÚBLICOS
QUE
INTERVIENEN Y CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Todas las sociedades desarrolladas contemplan en sus ordenamientos jurídicos
la necesidad de ofrecer una protección especial a determinados grupos sociales
más vulnerables (García Llorente y Peñas Gil, 2005), a quienes el Estado y sus
ciudadanos les reconocen unos derechos específicos, por lo que se supera el
paternalismo y la beneficencia de épocas pretéritas, de carácter paliativo y
asistencial, y se asientan las bases de un sistema público integrado que garantice
los derechos sociales (Blázquez Mayoral, 2007).
En el ámbito internacional y tras la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de
Naciones elabora la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño (1924),
antecedente de la Convención de Derechos del Niño, que acontece tras la Segunda
Guerra Mundial, que fue redactada por las Naciones Unidas (1989) y que se
convirtió en un hito histórico que ampara a los niños frente al descuido y al abuso al
que pueden enfrentarse, y como algo innovador introduce la protección del niño
frente a sus propios padres (García Llorente y Peñas Gil, pp. 114, 2005), y que
señala un amplio ámbito de protección para los menores como sujetos de derechos,
derechos que deben ser reconocidos, practicados y defendidos por todos, y
especialmente por sus progenitores y por los organismos responsables de su
materialización (García Llorente, pp. 131, 2001A).
Dicha Convención, ratificada por el Estado español en el año 1990, denomina
niño a todo menor de 18 años (arts. 1 y 12 de la Constitución española) y en su
artículo 19 recoge el derecho del niño a vivir sin sufrir ningún tipo de maltrato y la
obligación de los Estados de garantizar este derecho, por lo que la intervención
pública frente al maltrato físico a menores está recogida en nuestro ordenamiento
jurídico también (art. 39 de la Constitución española de 1978).
En la misma línea se hallan la Carta Europea de los Derechos del Niño, surgida
en la Unión Europea y que establece al respecto en su apartado 17 que todo niño
tiene derecho a la integridad física y moral de su persona. En caso de que sea
sometido a tortura, tratamientos inhumanos, crueles o degradantes por parte de
cualquier persona pública o privada, esta circunstancia se considerará como un
agravante especial. Los Estados Miembros deberán asegurar a estos niños la
continuación de su educación y el tratamiento adecuado para su reinserción social
(1992); y la Convención de la Haya, relativa a la protección del menor y a la
cooperación en materia de adopción internacional (1993).
Con respecto a la legislación nacional, nuestro Código Civil define el desamparo
infantil como la situación que se produce de hecho a causa del incumplimiento o del
imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos en las
leyes de guarda de menores, cuando éstos queden privados de la necesaria
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asistencia moral o material (art. 172.1). Algunos autores ahondan más y refieren
que el desamparo viene a identificarse con daños físicos o psicológicos a un niño/a
como consecuencia de la falta seria de cuidado, supervisión o atención y privación
de los elementos esenciales para el desarrollo físico, emocional o intelectual del
menor (Gracia, pp. 361, 2002). Mientras que el artículo 172.1 del Código Civil
(mediante la Ley de Protección Jurídica del Menor) establece como una situación de
desamparo: Los malos tratos físicos […] cometidos por familiares o responsables
del menor […].
Por otra parte, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la Ley de Protección de
Testigos incluyen una serie de medidas de protección de testigos que afectan a la
declaración de los menores víctimas de maltrato. Y según Díaz Huertas y sus
compañeros, la Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, Reguladora de la
Responsabilidad Penal de los Menores, reconduce la legislación española para
adecuarse a la Convención de Derechos del Niño (2002A).
El maltrato físico infantil, como expresión máxima de desamparo y
desprotección, es un problema social y de salud de primer orden. Por ello, se
promulgó en España la Ley Orgánica 1/96 del 15 de enero de Protección Jurídica
del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento
Civil, que recoge el marco de trabajo para las distintas Comunidades Autónomas,
las cuales poseen competencias en cuanto a la protección de menores debido al
traspaso de las mismas, resultado de la descentralización, producto del artículo
148.1 de nuestra Constitución.
En palabras de García Llorente: Este nuevo planteamiento obligó a reorganizar
toda la estructura existente y habilitar recursos nuevos por parte de todas las
Comunidades Autónomas. De este modo el Gobierno de la Comunidad de Madrid
creó un órgano colegiado, la Comisión de Tutela del Menor (pp. 131, 2001A) (hecho
acontecido en 1988); la cual se halla interna en el Instituto Madrileño de la Familia y
el Menor (a partir de ahora IMFM), consecuencia de la desjudicialización del
proceso de acción tutelar, al pasar la competencia a organismos administrativos, y a
la descentralización, al crearse órganos en cada una de las diferentes Comunidades
Autónomas del Estado (García Llorente, pp. 131, 2001A; De Paúl Ochotorena,
2009).
García de Enterria y sus colaboradores hacen hincapié en este proceso de
descentralización y adopción de estatutos regionales para aclarar que fue decisivo
para construir un nuevo mapa administrativo de España en materia de Servicios
Sociales (García Enterria en Méndez de Valdivia, pp.174, 1987). Y en la misma
dirección, Zamanillo nos recuerda que el sistema de Servicios Sociales es un hecho
real desde hace unos años, que nos proporciona una identidad profesional que
antes no teníamos, refiriéndose a los trabajadores sociales (pp. 103, 1987).
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Siguiendo con la Ley de Protección Jurídica del Menor, en ella se reconoce la
evolución de la protección de menores ante el “abandono” de épocas pasadas,
pasando por su protección ante el “desamparo”, para finalizar en la actual
concepción de “Protección Integral de la Infancia” (García Llorente, 2001A).
En la exposición de motivos de la citada Ley queda recogida la distinción entre
las situaciones de desprotección social del menor que dan lugar a un grado distinto
de intervención de la entidad pública (Díaz Huertas y Hernández López, pp. 22,
2003):
•
Las situaciones de riesgo se caracterizan por la existencia de un perjuicio para el
menor que no alcanza la gravedad suficiente para justificar la separación del
menor de su entorno familiar (Sánchez Heras et al., 2012). En este caso la
intervención se limitaría a intentar eliminar, dentro de la institución familiar, los
factores de riesgo (para un visionado general de los factores de riesgo véase
Zaldívar et al., 1998; Añaños, 2002; Pérez Álvarez, 1997; Martín Hernández,
2009), evaluando y potenciando los factores de protección del menor y su familia
(para un visionado general de los factores de protección véase Ministerio de
Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011; Morelato, 2011).
•
Las situaciones de desamparo aconsejan la extracción del menor del núcleo
familiar debido a la gravedad de los acontecimientos. En este caso, la
intervención se concreta en la asunción por parte de la entidad pública de la
tutela del menor y la consiguiente suspensión de la patria potestad de sus
progenitores (por la aplicación de la Ley 21/1987, de 11 de noviembre, por la
que se modifican determinados artículos del Código Civil en materia de
adopción: introduce la novedad en nuestro país de ser un organismo
administrativo quien asume la tutela de los menores en situación de desamparo).
Vega Sombría y Sánchez Carracedo (2004) destacan, al igual que Díaz Huertas
y sus colaboradores (2002B), de la Ley de Protección Jurídica del Menor el
establecimiento de la obligación de denunciar las situaciones de riesgo o posible
desamparo de un menor por cualquier ciudadano y por las autoridades públicas (art.
13.1), así como la protección de información sobre los menores y la consideración
de los menores de edad como sujetos activos, participativos y creativos, que
cuentan con derechos propios (y cuya participación queda recogida en el art. 12 de
la Convención de Derechos del Niños, en los arts. 23 y 88.2 de la Ley de Garantías
de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, en los arts. 7 y 11 de la Ley de
Protección Jurídica del Menor y en el art. 2 de la Ley de Consejos de Atención de la
Infancia y la Adolescencia).
Otro punto importante a tener en cuenta es que esta Ley supuso la
desjudicialización del sistema de protección y la asunción de competencias en esta
materia por parte de las Comunidades Autónomas (Díaz Huertas, 2008) y por
consiguiente, debemos también destacar referente a la situación actual respecto al
maltrato infantil la importancia que los Servicios Sociales municipales tienen en la
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coordinación que desde esos servicios se lleva a cabo de las intervenciones, de la
atención directa de los niños y las familias, de los programas de prevención que
llevan a cabo…, y un amplio conjunto de actuaciones imprescindibles para abordar
este problema (Díaz Huertas en Díaz Huertas et al., pp. 41, 2008).
Dicho de otro modo, en cada Comunidad Autónoma se han desarrollado normas
específicas, planes de actuación, programas marco e incluso protocolos específicos
para atender la problemática del maltrato físico infantil, atribuyendo las
intervenciones a las Administraciones Locales mediante los Servicios Sociales
(Gotzens Busquets, 2004).
En la Comunidad de Madrid se encuentra actualmente en vigor la Ley 6/1995, de
28 de marzo, de Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, que
expone que la protección social de los menores que se encuentren en situación de
riesgo social corresponde al Sistema Público de Servicios Sociales, para lo cual
desde la red de Servicios Sociales Generales se desarrollarán las actividades de
prevención, atención y reinserción que sean necesarias, encuadradas en los
programas correspondientes (art. 50). Por medio de esta Ley, que otorga a la
Comisión de Tutela del Menor (integrada en el IMFM) la protección de los menores
residentes en la Comunidad de Madrid (art. 78), se crearon en los Servicios
Sociales de la Comunidad de Madrid las Comisiones de Apoyo Familiar o CAF y,
concretamente en los Servicios Sociales del municipio de Madrid, los Equipos de
Trabajo con Menores y Familias o ETMF, para orquestar conjuntamente la
protección debida a los menores residentes en dichos territorios, autonómico y local.
Años más tarde, se elabora en nuestra Comunidad la Ley 18/1999, de 29 de
abril, reguladora de los Consejos de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la
Comunidad de Madrid, dando paso a la creación de los Consejos de Atención a la
Infancia o CAI’s como órganos de protección de menores, desarrollados dentro de
los Servicios Sociales específicos para atender a los menores en situaciones de
riesgo social y a sus familias (Martínez Segovia et al., 2003) en coordinación con los
diversos recursos desplegados y, cuyos orígenes, delimitaciones, objetivos y
principios, se reconocen ya en el Capítulo V de la anterior Ley de Garantías de los
Derechos de la Infancia y la Adolescencia.
Asimismo, la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen
Local, establece la obligatoriedad de los ayuntamientos de prestar servicios
sociales. Por lo que en el Sistema de Protección del Menor es necesaria una
constante coordinación entre el sistema autonómico (Instituto Madrileño de la
Familia y el Menor) y el local (Servicios Sociales) (Blázquez Mayoral, 2007).
Ulteriormente surge la Ley 11/2003, de 27 de marzo, de Servicios Sociales de la
Comunidad de Madrid (cuyo antecedente está en la Ley 11/1984, de 6 de junio, de
Servicios Sociales) para su mayor regulación legal, como consecuencia directa de
esta Ley anterior y la trasferencia de competencias del Estado a las Comunidades
Autónomas.
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Para tratar este fenómeno tan complejo, debemos conocer el terreno semántico
en el que se mueven legisladores, investigadores y profesionales (Mulkay et al., pp.
14, 2009).
Lo cierto es que no existe una única definición de maltrato infantil (Alzate
Piedrahita, pp. 49, 2009), aun así, cabe decir que el maltrato puede entenderse por
una gran mayoría de autores como aquella situación que, por acción o por omisión,
no accidental, se priva al niño de sus derechos y de su bienestar, afectando
negativamente a su normal desarrollo físico, psíquico y social, y cuyos autores son
responsables de su cuidado y desarrollo (personas; instituciones o la propia
sociedad) (Gotzens Busquets, pp. 52, 2004).
En la misma línea y especificando aun más, Johnson define el maltrato físico a
menores en términos de acción no accidental de algún adulto que provoca daño
físico o enfermedad en el niño, o que le coloca en riesgo de padecerlo como
consecuencia de alguna negligencia intencionada (Johnson en Pérez Álvarez, pp.
146, 1997). Cabe decir que entre las expresiones más comunes de maltrato físico a
menores de edad se encuentran: las lesiones de piel y mucosas (Casado Flores,
1997A), las quemaduras provocadas (Casado Flores, 1997B), las fracturas y
lesiones óseas (Epeldegui Torre y Abril Martín, 1997), el traumatismo
craneoencefálico intencionado (Casado Flores, 1997C) y las lesiones viscerales, ya
sean torácicas y/o abdominales (Rollán Villamarín, 1997).
También se encuentran daños físicos en el abuso sexual (Calvo Rosales y Calvo
Fernández, 1997; Redondo Figuero et al., 2005), y dada la interrelación referida
anteriormente, es importante subrayar que el maltrato físico a menores está
asociado en la mayoría de los casos al maltrato psicológico (Arruabarrena
Madariaga, 2011).
Descrito ya el contexto general, histórico, legislativo, institucional y conceptual
referente al maltrato físico infantil, nos centraremos en el siguiente apartado en las
intervenciones de los Servicios de Protección de Menores de la Comunidad de
Madrid, dado que los tres ejes básicos para clarificar las cuestiones competenciales
en esta materia: concepción del maltrato, marco legislativo y delimitación del
Sistema de Servicios Sociales (Gotzens Busquets, pp. 51, 2004), ya habrían sido
tratados en los apartados anteriores.
4 INTERVENCIÓN SOCIAL DESDE LOS SERVICIOS DE
PROTECCIÓN DEL MENOR
La Administración Pública no debe limitarse a la aplicación de las medidas que le
corresponden por mandato legal ante situaciones de maltrato físico a los menores,
sino que debe realizar un conjunto de actuaciones preventivas (véase anexo 3) para
evitar la aparición del riesgo (prevención primaria; García Pérez, pp. 70, 2008;
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Pérez Álvarez, pp. 154, 1997) y mejorar el trato a la infancia por parte de sus
familias y la sociedad en general.
En la Comunidad de Madrid, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales
encomienda al IMFM (Ley 2/1996, de 24 de junio, de Creación del Organismo
Autónomo Instituto Madrileño del Menor y la Familia) las medidas administrativas de
protección de menores y su actuación en las diferentes fases de la intervención
sobre la problemática estudiada, quien a su vez, opera en constante colaboración
con los Servicios Sociales (véase, para más información, el Manual de intervención
de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid para la protección de
menores, Ayuntamiento de Madrid, 2008) y demás organismos públicos y privados.
4.1 FASE DE DETECCIÓN
La coordinación entre los sectores que intervienen (véase anexo 4) es
fundamental a la hora de detectar los casos de violencia intrafamiliar a menores
y notificárselo a los organismos competentes. Añaños señala al respecto que las
carencias económicas de estas familias posibilitan su pronta detección al acudir
a los Servicios Sociales para suplir esta necesidad (2002). Y a excepción de los
casos más graves de maltrato físico infantil (detectados por el sistema educativo
y/o sanitario e inmediatamente intervenidos por la Comisión de Tutela del
Menor), los demás encuentran en los Servicios Sociales de Base […] la puerta
de entrada al sistema (De Paúl Ochotorena, pp. 8, 2009), ya que se encargan de
recibir las notificaciones de sospecha de maltrato, de investigarlas, evaluando
las situaciones familiares e interviniendo con los menores y sus familias (e.g.:
Sánchez et al., Manual de intervención para familias y menores con conductas
de maltrato, 2011), al mismo tiempo que comunican a los técnicos de la
Comisión de Tutela de los hechos y posibles riesgos.
Generalmente, la detección de los casos se produce en el ambiente más
cercano al menor: familiares, vecinos y profesionales como los docentes, el
personal sanitario, los trabajadores sociales... (Simón Rueda et al., 1998).
En este sentido se están organizando campañas de prevención y
formación dirigidas tanto a la población adulta (familiares y profesionales) como
a la infantil, definiendo el maltrato e informando de los indicadores y factores de
riesgo (García Llorente, 2001A; Simón Rueda et al., 1998).
Para ello, conviene aclarar y fomentar el buen trato (Espinosa y Ochaita
Alderete, 2005), que consiste en atender al menor según sus necesidades y sus
derechos y, según Díaz Huertas, atender según criterios de buena práctica y
estándares de calidad (Díaz Huertas en Díaz Huertas et al., pp. 59, 2005).
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Encontramos un claro ejemplo de prevención en Balsells y sus
colaboradoras, quienes analizan los resultados de una investigación relativa a la
prevención educativa mediante la acción socioeducativa de las familias
negligentes y maltratadoras físicas, valorado todo ello de manera favorable por
los profesionales de los Servicios Sociales y por los educadores (2007).
Volviendo al tema que nos ocupa, en el caso del maltrato físico, la
detección se suele realizar en la Atención Primaria de los Servicios Sociales y en
los servicios de urgencia de los centros sanitarios; y en ocasiones, los niños son
derivados a estos servicios por otros profesionales e instituciones como la policía
y los centros de enseñanza (García Llorente, 2001A).
4.2 FASE DE NOTIFICACIÓN, INVESTIGACIÓN Y EVALUACIÓN
La notificación consiste en la trasmisión de la información sobre un
supuesto caso de riesgo o maltrato infantil. Es una condición necesaria para
posibilitar la intervención y también es una obligación legal y profesional (Ley de
Enjuiciamiento Criminal, art. 262; Ley de Protección Jurídica del Menor, art. 13;
Código de Deontología y Ética Médica, art. 30; Código Deontológico de Trabajo
Social, art. 34; Código Deontológico del Psicólogo, art. 8), no solo en los casos
graves y evidentes, sino también en los aparentemente leves o cuando exista
sospecha de una situación de riesgo (García Llorente, 2001B; Zamora Posadas,
2011). Por lo cual, en esta fase confluyen y se evalúan (fase de evaluación;
Arruabarrena Madariaga, pp. 17-18, 2009) los factores de riesgo y los de
protección para hallar la gravedad real de la presunta problemática.
Ha de notificarse por el procedimiento judicial la posible comisión de
delitos (lesiones, quemaduras, fracturas…) para el establecimiento de la sanción
penal correspondiente, y a los Servicios de Protección del Menor, para que
investiguen la realidad social y protejan al niño o adolescente de posibles
abusos (García Llorente, 2001B). Esta doble notificación es necesaria debido a
que las medidas llevadas a cabo son distintas, pertenecen a objetivos distintos:
punitivos, por un lado, y protectores, por otro.
Se informará desde el punto de detección (centro de salud, centro
educativo, etc.) a los Servicios Sociales para que investiguen la situación social
del menor con el objetivo de desplegar, si fuera necesario, los recursos
oportunos para la rehabilitación de la familia y, cuando no fuese posible, la
asunción de la tutela o guarda del/los menor/es y la valoración de la extracción
del núcleo familiar (Casado Flores, 2002).
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4.3 FASE DE INTERVENCIÓN Y SEGUIMIENTO
En esta fase se trata de poner en práctica la prevención secundaria
(García Pérez en Díaz Huertas et al., pp. 70, 2008; Pérez Álvarez, pp. 154,
1997), dado que ya se ha constatado el maltrato físico al menor o menores,
miembro/s de un mismo núcleo familiar, y se trata de intervenir con el fin de
reducir la gravedad o continuidad del maltrato.
El tratamiento de los niños físicamente maltratados debe ser abordado
simultáneamente por un equipo multidisciplinario que englobe los aspectos
médicos, sociales y legales (Casado Flores en Díaz Huertas et al., pp. 73,
2002B; García Llorente, 2001B). En este apartado veremos las medidas
administrativas enmarcadas en un marco legislativo detallado anteriormente y
con repercusiones psicosociales para la familia y el menor.
Por un lado, los Servicios Sociales continúan investigando e intervienen
con el sistema familiar mediante el ejercicio de programas con educadores
familiares, grupos de autoayuda, tratamiento psicoterapéutico individual, terapia
familiar y otras prácticas, según la situación concreta (De Paúl Ochotorena y
Arruabarrena Madariaga, 1997).
Por otro, los técnicos de la Comisión de Tutela de Menores del IMFM
valoran la situación y proponen a la Fiscalía de Menores la medida de protección
correspondiente, poniendo los hechos y actuaciones de los profesionales hasta
esa fase en conocimiento del fiscal, quien se encarga de autorizar o denegar las
propuestas de intervención de éstos (Zamora Posadas, 2011).
Si el riesgo del menor puede paliarse o eliminarse, se evitará su
extracción de la familia, y por consiguiente, se procederá, si se estima oportuno,
a asumir la guarda del niño/adolescente por parte de la Comisión de Tutela del
Menor, ya que el maltrato infantil se halla en una coyuntura que no alcanza una
severidad extrema. Aquí las intervenciones tempranas, menos punitivas y menos
intrusivas para la familia, tienen una mayor probabilidad de éxito (Gracia, 2002).
De constatarse un desamparo, este organismo del IMFM asumirá la tutela
por la vía administrativa o judicial, si los responsables del menor se negasen a
aceptar la medida, suprimiéndose así la patria potestad de los padres hacia su
hijo/a/os. En este segundo supuesto, y en ocasiones en el primero (cuando los
guardadores den su consentimiento), la Comisión de Tutela empleará las
siguientes medidas:
Acogimiento familiar: evita la institucionalización del menor y le permite
su desarrollo en un núcleo familiar normalizado (García Llorente y Peñas
Gil, pp. 119, 2005).
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Puede darse el acogimiento (tanto familiar como residencial)
judicial, al no contar con la aprobación de los padres biológicos, y según
la duración prevista, pueden ser acogimientos de corta duración (hasta 18
meses) o de larga duración (de duración indefinida o permanentes)
(Ferrandis Torres en Díaz Huertas et al., 2005).
Según su finalidad, puede ser simple (de breve duración y retorno
a la familia cuando se solucione la problemática), permanente (casos más
prolongados en el tiempo) o preadoptivo (paso previo a la adopción)
(Fernández Molina, 2004).
También pueden ser acogimientos de urgencia (situación grave de
riesgo para el menor; se sigue el criterio de la edad: cuanto más pequeño
es el menor, más urgente es el acogimiento), por la vía ordinaria o
acogimiento especializado (menor con necesidades especiales por
motivos de salud o problemas de desarrollo) (Fernández del Valle et al.,
2009).
Y esta modalidad puede darse como acogimiento en familia
extensa (familia biológica: tíos, abuelos u otros familiares) o como
acogimiento en familia ajena, aunque también existe el acogimiento
profesionalizado (profesionales que perciben una remuneración)
(Fernández del Valle et al., 2009). Y en la Comunidad de Madrid,
podemos encontrar también la modalidad de las familias canguro
(Ferrandis Torres en Díaz Huertas et al., pp. 132, 2005), que son
seleccionadas en el mismo vecindario que la familia de origen para que
ésta no sienta amenazada su responsabilidad parental y en vistas a
reanudar la convivencia con el niño en cuanto sea posible (Ferrandis
Torres en Díaz Huertas et al., 2005).
Acogimiento residencial: en este caso, la responsabilidad del cuidado y
bienestar de los menores recae sobre la Administración Pública, ya sea
Estatal, Autonómica o Local (Oliván Gonzalvo, pp. 155, 1999).
Es la modalidad de acogimientos más utilizada, pese a
considerarse como último recurso (Martín Hernández, 2009) por las
consecuencias negativas que puede acarrear la institucionalización a
nivel psicosocial en el menor (Fernández del Valle, 1992) y en la
formación del tipo de apego: seguro, evasivo/evitativo o ambivalente/de
oposición (Simón Rueda et al., 1998); aunque hay autores que resaltan
los aspectos favorables de la estancia residencial de los menores (De la
Herrán et al., 2008).
Adopción: es la medida menos utilizada para la búsqueda del beneficio
del menor, dado que rompe todos los vínculos legales entre los padres
biológicos y el menor; se constituye siempre por resolución judicial y es
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irrevocable (García Llorente y Peñas Gil, 2005). Autores como Martín
Hernández consideran que éste es el último recurso cuando se han
agotado todas las posibilidades (pp. 88, 2009; Ferrandis Torres en Díaz
Huertas et al., 2002B). Y es preferible que se efectúe a temprana edad,
ya que varios estudios afirman que la adaptación y desarrollo del menor
es más correcta de esta forma (Ferrandis Torres en Díaz Huertas et al.,
2005; García en Fernández Molina, 2004).
El seguimiento consiste en la recopilación de datos relativos a nuevos
hechos (e.g.: cambio de medida de guarda a tutela por parte de la Comisión de
Tutela del Menor); y puede entenderse como la vigilancia ejercida por los
Servicios de Protección de Menores (los Servicios Sociales llevan a cabo el
seguimiento, informando periódicamente a la Comisión de Tutela del Menor), el
análisis y la interpretación de los datos y la aplicación y evaluación continuada
de las intervenciones (Mulkay et al., 2009) multiprofesionales e
interinstitucionales. De este modo se toma un cierto control sobre la exposición
al riesgo de los menores maltratados físicamente en el ámbito familiar y se lleva
a cabo una prevención terciaria (García Pérez en Díaz Huertas et al., pp. 70,
2008; Pérez Álvarez, pp. 154, 1997) de la situación.
5 CONCLUSIONES
De causas y consecuencias diversas para el menor (factores de riesgo versus
factores protectores), el maltrato físico es una constante histórica que llega hasta
nuestros días. Si bien es cierto que el cambio de perspectiva con respecto a los
menores, relegados a un segundo plano en épocas pretéritas, ha posibilitado la
elaboración de recientes estudios que reconocen sus necesidades específicas. Este
cambio de mentalidad ha sido fundamental para el despliegue legislativo que ampara al
menor y le otorga unos derechos propios, y unas obligaciones a los poderes públicos,
profesionales y a la sociedad, con respecto a ellos.
El maltrato físico infantil a menores en el ámbito familiar es un fenómeno
complejo y realmente difícil de detectar y cuantificar. Suele ir asociado a otras
tipologías de malos tratos, por lo que para su abordaje eficaz, deben coordinarse en la
intervención profesionales y organismos sociosanitarios, educativos y de protección de
menores.
Como contrapartida a la coordinación entre un amplio número de profesionales,
Martín Hernández critica duramente el “hiperprofesionalismo”, que ha desvalorizado las
redes naturales tradicionales (familia extensa, vecinos y comunidades) y la
consiguiente infrautilización de las mismas (pp. 120-121, 2009). Considera que debe
fomentarse un equilibrio mayor entre los profesionales y las citadas redes sociales
naturales a la hora de intervenir. No obstante, esta opinión no niega la existencia de
excelentes equipos formados por distintos profesionales realmente expertos en sus
respectivas áreas de conocimiento respecto a la protección de los menores.
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Resulta complicado resolver la tensión existente entre proteger el interés del
niño o adolescente (principio del interés superior del menor) frente a sus propias
decisiones, y darle la participación comentada anteriormente en la determinación de
sus intereses y la satisfacción de sus necesidades. Se diferencia entonces entre su
capacidad jurídica y su capacidad de obrar y, por tanto, el niño es reconocido como el
titular de unos derechos y, a su vez, se le niega la capacidad de ejercitarlos de manera
directa. Esto es, se le protege a través del ejercicio de sus derechos por terceros, lo
cual, según Campoy Cervera, refleja la continuidad de un cierto paternalismo (Campoy
Cervera en Barranco et al., 2007). Por tanto, refieren varios autores, no se debe
trabajar “para” los menores sino “con” los menores (Cobo et al., 2004), teniendo en
cuenta sus limitaciones y capacidades.
Cabe destacar que las leyes y actuaciones en lo relativo a la protección de
menores no están exentas de una cierta moralidad, ya que se establecen distinciones
entre buen trato y el maltrato (véase anexo 5 para una revisión de las normas relativas
a la protección de menores). De ahí la importancia y dificultad de establecer criterios
objetivos basados en las necesidades de los menores para elaborar los protocolos de
actuación coherentes y eficaces. Asímismo, hay autores que consideran ésto como una
imposición de una determinada escala de valores, y con ello, un estricto código moral
(Martín Hernández, pp. 36, 2009), en lugar de explicar esta violencia a través de la
cultura de sus miembros o como resultado de una situación económica precaria en
esas familias.
Una crítica realmente interesante está en la falta de clarificación de fronteras
sobre las competencias en protección de menores, ya que esta materia está a medio
camino entre el derecho civil y el administrativo, entre los Juzgados y la Administración
pública (Moreno-Torres, 2005), lo que sin duda dificulta un abordaje coordinado y
efectivo.
Considero que las ayudas que otorgan los poderes públicos a los ciudadanos
que acogen a menores o los adoptan son subsidiarias y muy deficitarias. Estas
personas cumplen las funciones que las familias de origen no han sabido o no han
querido llevar a cabo y, por consiguiente, cumpliendo una ocupación de
responsabilidad pública, deben ser respaldados, ayudados en todo lo posible. Por otro
lado, animo a que las políticas sociales y económicas vayan encaminadas a proteger a
las familias como principal medida de protección a la infancia (Fernández del Valle et
al., 2002; Díaz Huertas y Hernández López, 2003; Zunzunegui et al., 1997; Fernández
Molina, 2004; Martín Hernández, 2009).
Para finalizar, añadiré la importancia de la prevención en la temática que nos
ocupa. Es necesario dotar a los profesionales de un mayor grado de especialización así
como desarrollar programas de prevención y proyectos de intervención en los distintos
ámbitos señalados. No perdamos de vista que nuestra finalidad es eliminar el maltrato
físico hacia los menores o, al menos, reducirlo al mínimo así como paliar sus efectos
de la mejor manera posible. ¿Por qué no intentarlo? ¿Cómo es posible reducir al
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mínimo el riesgo, aumentar los factores de protección, agilizar las intervenciones,
flexibilizar los protocolos para adaptarse a cada menor…? ¿Y por qué no?
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Anexo 2. Tabla de necesidades específicas de los menores.
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Anexo 5. Normativa básica relativa a la protección de menores.
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Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño de 1924.
Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989.
Arts. 1, 19.
ÁMBITO COMUNITARIO
Carta Europea de Derechos del Niño de 1992. Art. 17.
Convención de La Haya, de 29 de mayo de 1993, sobre la Protección de Menores y la
Cooperación en Materia de Adopción Internacional.
ÁMBITO ESTATAL
Constitución Española de 1978. Arts. 12, 39, 148.1.
Código Civil Español. Art. 172.
Ley Orgánica 14/1882 de 14 de septiembre, de Enjuiciamiento Criminal. Art. 262.
Ley Orgánica 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local.
Ley Orgánica 21/1987, de 11 de noviembre, de modificación parcial del Código Civil y de la
Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de Adopción.
Ley Orgánica 19/1994 de 23 de diciembre, de Protección a Testigos y Peritos en Causas
Criminales.
Ley Orgánica 1/1996, del 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modificación
parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Arts. 7, 11, 13.1.
Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, Reguladora de la Responsabilidad Penal de los
Menores.
ÁMBITO AUTONÓMICO
Ley 6/1995, de 28 de marzo, de Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia
en la Comunidad de Madrid. Cap. V y Arts. 50, 78, 88.2.
Ley 2/1996, de 24 de junio, de Creación del Organismo Autónomo del Instituto Madrileño
del Menor y la Familia de la Comunidad de Madrid.
Ley 18/1999, de 29 de abril, reguladora de los Consejos de Atención a la Infancia y la
Adolescencia de la Comunidad de Madrid. Art. 2.
Ley 11/2003, de 27 de marzo, de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid.
Fuente: elaboración propia.
Autoría
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−
−
FRANCISCO CABALLERO DÍAZ
I nt erino de Secundaria.
INDICE
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MATERIALES Y RECURSOS EN LA ENSEÑANZA DE LA
GEOMETRÍA: EL GEOPLANO CIRCULAR
MANUEL JESÚS PALOMO FERRERA
Cita recomendada (APA):
PALOMO, M.J. (marzo de 2019). Materiales y recursos en la enseñanza de la
Geometría: el geoplano circular. MAD.RID. Revista de Innovación
Didáctica de Madrid. Nº 56. Pág. 65 - 72. Madrid. Recuperado el
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madrid/ensenanza/205631
ISSN 2171-7842
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INDICE
MATERIALES Y RECURSOS EN LA ENSEÑANZA
DE LA GEOMETRÍA: EL GEOPLANO CIRCULAR
RESUMEN
ABSTRACT
En el artículo se presenta una descripción de
un recurso didáctico para el aprendizaje de la
geometría: el geoplano. Se realiza una breve
descripción del recurso y posteriormente se
exponen justificaciones de carácter didáctico
y curricular. Para finalizar, se hace referencia
a su construcción y se presentan una serie de
actividades, a modo de ejemplo, que pueden
aplicarse en un entorno de E/A.
In the article a description of a didactic
resource for the learning of the geometry is
presented: the geoboard. A brief description of
the resource is also made. There are some
reasons about the use of the geoboard from a
didactic and a curricular approach. Finally, the
process of the its construction and several
activities are exposed.
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
geoplano circular, geometría, primaria,
Circular geoboard, geometry, elementary,
didáctica, matemáticas
didactic method, mathematics
ÍNDICE
1
2
3
4
5
INTRODUCCIÓN
MATERIALES Y RECURSOS EN LA GEOMETRÍA
2.1. JUSTIFICACIÓN DIDÁCTICA
2.2. ENCUADRE CURRICULAR
DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL
DESARROLLO DE ACTIVIDADES
REFERENCIAS
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1 INTRODUCCIÓN
El geoplano, recurso didáctico ideado por el matemático egipcio Caleb Gattegno, es de gran
utilidad para introducir los conceptos geométricos de forma manipulativa (Calena, 2014) y
ayuda a introducir y afianzar gran parte de los conceptos de la geometría plana (Cáceres y
Barreto, 2011).
En concreto, el geoplano circular es una colección de puntos de una circunferencia igualmente
espaciados. Permite estudiar algunas propiedades de los puntos de la circunferencia o de
figuras inscritas y circunscritas a ella.
Además del geoplano circular, Cáceres y Barreto (2011) describen otros dos tipos de
geoplanos:
o
o
Geoplano cuadrado: útil para representar líneas poligonales abiertas, cerradas,
segmentos, cálculo de áreas y perímetros.
Geoplano isométrico: también conocido como geoplano triangular, se construye a través
de triángulos equiláteros. Se usa frecuentemente en la construcción de figuras
tridimensionales.
2 MATERIALES Y RECURSOS EN LA GEOMETRÍA
2.1. JUSTIFICACIÓN DIDÁCTICA
Los materiales son el punto de partida para la E/A de las matemáticas. El pensamiento
concreto es el mecanismo de aprendizaje en primaria (tangible, manipulable), por lo que los
recursos materiales deben facilitar el progresivo desarrollo de las capacidades y facilitar la
transición entre las etapas intuitivas y concretas del pensamiento hasta las operaciones
formales.
Los razonamientos verbales antes de la etapa de las operaciones formales no son asimilados.
Por ello es necesario un soporte material que pueda tomarse de aspectos de la realidad vivida
(experiencias reales) o con material adecuado (experiencias simuladas).
La actividad, la acción, hace que se pongan de manifiesto diversas variables y aspectos de un
mismo concepto. Son necesarios materiales “transparentes” a determinadas propiedades y que
éste provoque distintas experiencias.
Alsina, Burgués y Fortuny (1991) destacan que el papel esencial que juega el material didáctico
en la E/A de la Geometría. Así como Castellana, que aduce que es necesario partir de lo
concreto y lo manipulativo para llegar a la abstracción matemática.
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2.2. ENCUADRE CURRICULAR
El uso del Geoplano estaba recogido ad pedem litterae en el Real Decreto 1513/2006, de 7 de
diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria en el
Sistema Educativo español:
“A través del estudio de los contenidos del bloque de Geometría, el alumnado aprenderá sobre
formas y estructuras geométricas. La geometría es describir, analizar propiedades, clasificar y
razonar, y no sólo definir. El aprendizaje de la geometría requiere pensar y hacer, y debe ofrecer
continuas oportunidades para clasificar de acuerdo a criterios libremente elegidos, construir,
dibujar, modelizar, medir, desarrollando la capacidad para visualizar relaciones geométricas. […]
asignando un papel relevante a la parte manipulativa a través del uso de materiales (geoplanos
y mecanos, tramas de puntos, libros de espejos, material para formar poliedros, etc.) y de la
actividad personal realizando plegados, construcciones, etc. para llegar al concepto a través de
modelos reales. (BOE Nº 293, 8 dic. 2006, pg. 43095)”.
El nuevo Real Decreto, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la
Educación Primaria, a pesar de que no recoge literalmente el empleo del geoplano, sigue
haciendo referencia a los contenidos, dentro del Bloque 4 de Matemáticas, que son
susceptibles de ser abordados mediante este recurso manipulativo. (BOE Nº 52, 1 mar. 2014,
pg. 19392).
3 DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL
El geoplano consiste en un tablero
cuadrado, generalmente de madera. En este
caso se ha utilizado un tablón de madera
MDF (aglomerado elaborado con fibras) el
cual se ha divido en cuatro geoplanos con el
fin de que los alumnos, en grupos de cuatro,
puedan realizar actividades paralelas
simultáneas (Imagen 1).
En la placa de madera se ha introducido
clavos de igual longitud, de tal manera que
éstos sobresalen de la superficie de la
madera unos 2cm.
Imagen 1 - Geoplano cuádruple
El consejo generalizado es que la madera no
debería ser excesivamente fina en tanto que
es necesario un grosor (alrededor de 2 cm) para que los clavos puedan penetrar lo suficiente
como para que no se tuerzan y, al mismo tiempo, que sobresalgan con firmeza para resistir las
gomas.
En cuanto a las gomas elásticas, es conveniente el uso de gomas de colores que permiten
comparar las figuras que van a dibujarse en el geoplano. También cabe destacar que para su
construcción pueden emplearse corcho y chinchetas que, aunque el resultado es menos
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estable, no requiere de herramientas como un martillo (necesario para clavar las puntas en la
madera).
4 DESARROLLO DE ACTIVIDADES
Actividad 0: Juego libre
La primera vez que los niños se enfrenten al material, es conveniente dedicar un tiempo
prudencial al juego libre. Es decir, que los niños puedan descargar su curiosidad ante el primer
impacto que provoca el nuevo material. Que lo toquen, lo manipulen y de alguna manera se
sacien para que cuando comience el juego dirigido puedan estar calmados y trabajen
serenamente y sin sobresaltos.
Actividad 1: Elementos de la circunferencia
Uno de los geoplanos está dedicado a la
realización de esta actividad. Con el geoplano
vacío, el profesor entregará gomas elásticas al
alumno y le pedirá que represente e identifique
los elementos de la circunferencia (Imagen 2).
Existen varios puntos, rectas y segmentos,
singulares en la circunferencia:
•
•
•
•
•
•
•
•
centro, el punto interior equidistante de
todos los puntos de la circunferencia;
radio, el segmento que une el centro
con un punto de la circunferencia;
diámetro, el mayor segmento que une
dos puntos de la circunferencia, y
lógicamente, pasa por el centro;
cuerda, el segmento que une dos
puntos de la circunferencia; las
cuerdas de longitud máxima son los Imagen 2 - Elementos de la circunferencia
diámetros;
recta tangente, la que toca a la circunferencia en un sólo punto;
punto de tangencia, el de contacto de la tangente con la circunferencia;
arco, segmento curvilíneo de puntos pertenecientes a la circunferencia;
semicircunferencia, cada uno de los dos arcos delimitados por los extremos de un
diámetro.
Otra tarea puede ir encaminada a ver las relaciones entre un punto y una circunferencia. Por
ejemplo, un punto en el plano puede ser:
•
•
Exterior a la circunferencia, si la distancia del centro al punto es mayor que la longitud
del radio.
Perteneciente la circunferencia, si la distancia del centro al punto es igual a la longitud
del radio.
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•
Interior a la circunferencia, si la distancia del centro al punto es menor a la longitud del
radio.
Actividad 2: Polígonos
Este geoplano estará ya formado tal como se observa en la figura de la derecha. El alumno
tendrá que identificar las figuras que en él aparecen (Imagen 3):
-
Hexadecágono mayor.
Hexadecágono menor.
Octógono.
Trapecio.
Trapezoide.
Triángulo acutángulo.
Una vez las haya reconocido, podrá buscar
nuevas realizaciones para formar nuevos
polígonos.
Actividad
3:
circunscrito
Polígono
inscrito
y
Con esta actividad se trata de que el alumno,
identifique la circunferencia amarilla y defina
el cuadrado más grande como circunscrito a
la circunferencia; y el cuadrado pequeño,
como inscrito en la circunferencia.
Imagen 3 - Polígonos
En lugar de la rueda dentada, puede construir
otra circunferencia para que el cuadrado
pequeño esté inscrito en la circunferencia
grande y a la vez esté circunscrito respecto a
la
circunferencia
pequeña.
Las
dos
circunferencias son circuncéntricas (Imagen
4).
Actividad 4: Rueda dentada
Puede abordarse la actividad explicando la
utilidad de la rueda dentada en engranajes
para la transmisión del movimiento.
Se trata de que los niños visualicen que la
rueda
dentada
se
forma
con
dos
circunferencias circuncéntricas. de 16 puntas
cada una.
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Imagen 4 - Rueda dentada y
circunferencias
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Las puntas de la circunferencia mayor equidistan de las dos puntas adyacentes de la pequeña,
formándose un triángulo que es el diente (Imagen 4).
Actividad 5: Más polígonos.
Identificar los polígonos formados en el
geoplano circular de más externo a más interno:
-
Darles
Octógono regular naranja.
Hexadecágono regular azul.
Octógono regular verde.
8 pentágonos irregulares azules.
Octógono regular azul.
Triángulo equilátero amarillo formado
por
tres
triángulos
isósceles
amarillos.
libertad
a
los
alumnos
para
que
experimenten formando otros polígonos. El
profesor puede ayudar a llegar a la siguiente
conclusión:
Imagen 5 - Otros polígonos
En general, si el geoplano tiene n puntos en su circunferencia, se podrán construir todos los
polígonos regulares de k lados, donde k (>2) es un divisor de n.
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5 REFERENCIAS
Normas APA
ALSINA,
A.
(2004). Desarrollo de competencias matemáticas con recursos
lúdicomanipulativos. Para niños y niñas de 6 a 12 años. Madrid: Narcea
CÁCERES, L. y BARRETO, C. (2011). El geoplano como herramienta didáctica para la
enseñanza de la geometría, Universidad de Puerto Rico. Recuperado en
fecha 20 de septiembre de http://afamac.uprm.edu/Geoplano.pdf
CASCALLANA, M.T. (2002). Iniciación a la matemática. Materiales y recursos didácticos.
Madrid: Santillana.
CENERA GARCÍA, V. (2014). El aprendizaje de la geometría con la ayuda de material
didáctico
en
primer
ciclo
de
primaria.
Recuperado
de
http://uvadoc.uva.es/bitstream/10324/6873/1/TFG-L703.pdf
(Las imágenes utilizadas en el artículo son de fuente propia, es decir, han sido realizadas
por el propio autor)
Autoría
−
−
Manuel Jesús Palom o Ferrera
CEI P Bolivia ( Madrid)
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VALORAR ESTE ARTÍCULO
IMPLEMENTAR LA MOTIVACIÓN EN EL AULA MEDIANTE EL
USO DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS EN CLASE DE FLE
ALICIA FRESNILLO POZA
Cita recomendada (APA):
FRESNILLO POZA, A. (marzo de 2019). Implementar la motivación en el aula
mediante el uso de documentos auténticos en clase de FLE. MAD.RID.
Revista de Innovación Didáctica de Madrid. Nº 56. Pág. 74 - 80. Madrid.
Recuperado el día/mes/año de https://www.csif.es/contenido/comunidadde-madrid/ensenanza/205631
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INDICE
IMPLEMENTAR LA MOTIVACIÓN EN EL AULA
MEDIANTE EL USO DE DOCUMENTOS
AUTÉNTICOS EN CLASE DE FLE
RESUMEN
ABSTRACT
Hoy en día todos los docentes somos
conscientes de lo importante que es saber
motivar a nuestros alumnos.
El uso de documentos auténticos en la clase
de lenguas extranjeras permite acercar la
realidad cultural y social de la lengua
estudiada a nuestros alumnos, lo que, como
veremos,
puede
resultar
altamente
estimulante para ellos.
Es importante establecer qué es exactamente
un documento auténtico, para qué puede
servir y qué criterios podemos utilizar para su
selección.
Today, all teachers are aware of
importance of motivating our students.
the
The use of authentic documents in the foreign
language class makes it possible to bring the
cultural and social reality of the language
studied to our students, which, as we will see,
can be highly stimulating for them.
It is important to establish what exactly an
authentic document is, what it can be used for
and what criteria we can use for its selection.
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
Motivación, Francés Lengua Extranjera, Motivation, French Foreign Language,
documentos auténticos, criterios de selección. authentic documents, selection criteria.
ÍNDICE
1
2
3
4
5
EL PAPEL DE LA MOTIVACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
DOCUMENTOS AUTÉNTICOS: ¿QUÉ SON Y POR QUÉ UTILIZARLOS EN CLASE?
CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE DOCUMENTOS AUTÉNTICOS
REFLEXIÓN FINAL
REFERENCIAS
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1 EL PAPEL DE LA MOTIVACIÓN EN EL PROCESO DE
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
La motivación se ha convertido en un elemento esencial dentro de la adquisición de una
lengua extranjera. Es un factor que está en boca de todos, ¿pero por qué es tan importante la
motivación en nuestro campo?
Según Daniel Goleman (1996): “Las emociones dificultan o favorecen nuestra capacidad
de pensar, de planificar, de acometer el adiestramiento necesario para alcanzar un objetivo a
largo plazo, de solucionar problemas, etc., y, en este mismo sentido, establecen los límites de
nuestras capacidades mentales innatas y determinan así los logros que podremos alcanzar en
nuestra vida. Y en la medida en que estemos motivados por el entusiasmo y el gusto en lo que
hacemos o incluso por un grado óptimo de ansiedad se convierten en excelentes estímulos
para el logro”.
Aparte de Goleman, numerosos autores como Gardner-Lambert o Spolsky han insistido en la
importancia que tienen la actitud y la motivación tanto en el alumno como en el docente.
Inicialmente, se utilizaron los términos de actitud y motivación como nociones
intercambiables. Se les consideraba como dos factores más, entre las numerosas variables
afectivas que participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras. Sin
embargo, hoy en día, está aceptado que es la actitud el factor que determina la motivación, la
cual a su vez tiene un efecto directo sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La intervención del profesor puede mejorar las actitudes y motivación por medio de
técnicas didácticas, materiales, selección de temas, entrenamiento en la utilización de
estrategias adecuadas, etc. Y eso es justamente lo que queremos revisar, cómo a través del
uso de documentos auténticos podemos implementar la motivación en nuestro alumnado.
2 DOCUMENTOS AUTÉNTICOS: ¿QUÉ SON Y POR QUÉ
UTILIZARLOS EN CLASE?
Los documentos auténticos pueden definirse como una extracción de una interacción
comunicativa entre nativos. Es importante señalar que estos documentos son una muestra
social real y en su producción no hay una intención pedagógica.
Para Aránzazu Maestro (2003) es vital reconocer lo social por encima de lo lingüístico.
Para esta autora, que trabaja dentro del campo de la enseñanza de ELE, los documentos
auténticos “son textos de autores, imágenes fijas o animadas de España o de la América de
habla hispana y grabaciones de voces de hispanohablantes cuya fuente de recursos será en la
mayoría de los casos la de los medios de comunicación”.
Según Maestro, cinco son las características que definen a un documento auténtico:
1- No creado.
2- Imagen de un uso lingüístico real.
3- Actual.
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4- Muestra de una realidad propia de esa cultura.
5- No ajeno a los intereses del alumno.
Es importante incidir en que el uso de estos materiales se corresponde con los centros
de interés del alumnado y por lo tanto podemos observar aquí su relación con la motivación.
Otro punto importante de debate en torno al uso de los documentos auténticos en el
aula es la autenticidad de los mismos. Hay profesores que alteran los documentos auténticos
para adaptarlos al nivel de los alumnos. A partir del momento en el que recurriésemos a estas
modificaciones, tendríamos que hablar de documentos semi-auténticos y no de documentos
auténticos como tal. Hay diferentes teóricos que abogan por conservar intactos los documentos
auténticos ya que en caso contrario pierden el sentido de su naturaleza. Pero no todas las
teorías se oponen a realizar estas adaptaciones. Por ejemplo, Lemeunier-Queré (2003)
recomienda este tipo de alteraciones (cortar un texto, reescribirlo, agregar explicaciones de
léxico, simplificarlo, corregir los errores de lengua, etc.) y las justifica siempre y cuando
respondan a necesidades particulares del contexto didáctico.
Por otro lado, y para comprender mejor el porqué de usar este tipo de documentos,
sería interesante repasar los comentarios del profesor Hans Le Roy (1993), quién escribió un
artículo explicando su experiencia con el uso de documentos auténticos en la enseñanza de
ELE. Para él, la utilización de documentos reales estaría destinada a establecer: “una
comunicación auténtica”. Sin embargo, y tal y como acabamos de comentar, el uso de
documentos auténticos no está exento de ciertas dificultades. “En efecto, los textos originales
contienen una multitud de palabras y estructuras desconocidas, y el encuentro con una
cantidad de novedades que pueden originar incertidumbre y duda en los estudiantes”. Pero
realmente no se trata de que el alumno conozca la totalidad del vocabulario y las estructuras
que un documento auténtico nos plantea sino de que se halle ante una situación en la cual
ciertos elementos son conocidos y otros desconocidos, tal y como ocurre incluso en el uso de
la lengua materna. Estas dificultades deberían contribuir a preparar a los estudiantes para
gestionar los problemas de comunicación que surjan ayudándoles a “relativizar la importancia
de los cabos sueltos”.
Todo esto nos lleva a ver las numerosas ventajas que tiene el uso de documentos
auténticos en el aula. Estos nos permiten entre otros: implementar la motivación del alumnado
ya que están en relación con sus intereses, descubrir la actualidad y la cultural de la lengua
extranjera, enseñar una comunicación real y eficaz en contexto, desarrollar estrategias
metodológicas que posteriormente permitan la realización de actividades complejas por parte
de los estudiantes, enseñar las estructuras lingüísticas en contexto…
3 CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE DOCUMENTOS
AUTÉNTICOS
Como bien sabemos, el interés del docente por descubrir nuevas formas de enseñar
nunca duerme. Muchas veces, durante nuestros viajes al extranjero nos encontramos frente a
la publicidad de un escaparate de moda, cogemos el folleto de un supermercado, vemos un
anuncio en la televisión, escuchamos una nueva canción en la radio… y ¡zás! automáticamente
pensamos en nuestros alumnos y en qué podríamos hacer con ese material en clase.
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Intuimos que su uso en clase tiene sentido y que es claramente una muestra de la
cultura meta, pero ¿cómo estar seguros de qué podemos explotar esos documentos
pedagógicamente? A veces la elección de ese material no se basa en criterios objetivos desde
el punto de vista didáctico y el resultado no es para nada el que nos gustaría... De ahí la
importancia de la selección de los documentos auténticos con los que vamos a trabajar.
Varios autores han trabajado y elaborado propuestas para tratar de objetivar esta
selección. Valérie Lemeunier (2003) estableció una tabla con unos criterios completos, precisos
y objetivos que pueden ayudarnos en esta tarea. Según esta autora deberíamos valorar el
documento contestando a las siguientes cuestiones:
1. ¿El documento está adaptado a los destinatarios?
2. ¿Hay elementos no verbales que ayuden en su comprensión?
3. ¿Los parámetros de la situación comunicativa aparecen de forma clara?
4. ¿El documento puede explotarse desde el punto de vista pedagógico?
5. ¿El contenido comunicativo es pertinente en relación a la progresión?
6. ¿El contenido lingüístico es pertinente en cuanto a la progresión?
7. ¿El contenido sociocultural es pertinente?
8. ¿El documento es un buen detonante para el aprendizaje?
Cuantas más respuestas positivas obtengamos, más pertinente será la elección de ese
documento auténtico y más posibilidades tendremos de lograr crear actividades motivadoras y
atractivas para nuestros alumnos.
Una vez el documento haya pasado el filtro de esta selección, la autora nos propone un
guion de actividades para elaborar una unidad didáctica coherente en torno a ese material.
FASE
Exposición
Comprensión
Tratamiento
Producción
TIPO DE ACTIVIDADES
•
Sensibilización frente al documento.
•
Anticipación.
•
Comprensión global.
•
Comprensión detallada.
•
Localización.
•
Conceptualización.
•
Fijación-apropiación.
•
Sistematización.
•
Reempleo.
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4 REFLEXIÓN FINAL
El uso de las TIC en la actualidad nos permite el acceso directo e inmediato a un sinfín
de recursos auténticos en diferentes soportes. Estos materiales son muestras reales de
comunicación y, por ello, su uso está plenamente justificado, y recomendado, en las
propuestas del Marco Europeo, que insisten en la necesidad de enseñar a los alumnos a
interaccionar en situaciones de comunicación del mundo real.
El uso de documentos auténticos dentro de la clase de lenguas extranjeras permite
desarrollar en el alumno no solo las habilidades lingüísticas propias a la adquisición de una
lengua sino también las habilidades comunicativas y pragmáticas propias a dicha lengua. El
objetivo es conseguir que el alumno sea capaz de interactuar de manera eficaz en situaciones
de comunicación cotidianas.
Se trata de trasladar el mundo real al aula y de que el alumno participe activamente en
su aprendizaje. Como hemos visto, además, el uso de este tipo de materiales permite
incrementar la motivación de nuestros estudiantes ya que son altamente estimulantes y
motivadores al estar relacionados con sus intereses, gustos y preferencias, lo que hace que los
alumnos se impliquen en la lengua que están aprendiendo.
5 REFERENCIAS
GOLEMAN, Daniel (1996) La inteligencia emocional. Kairos. Barcelona.
LEMEUNIER-QUÉRÉ, Magali (2003). Créer du matériel didactique: un enjeu et un contrat.
Recuperado en fecha 03/09/2018 de http://www.francparler-oif.org/creer-dumateriel-didactique-un-enjeu-et-un-contrat-2/
LEMEUNIER, Valérie (2003) Élaborer une unité didactique à partir d’un document authentique.
Recuperado en fecha 03/09/2018 de http://www.francparler-oif.org/elaborer-uneunite-didactique-a-partir-dun-document-authentique-2/
LE ROY, Hans (1993) El beneficio del trabajo con documentos auténticos. La concepción de un
curso de español para extranjeros, Lazarillo, Salamanca.
MAESTRO ALEJOS, Aránzazu. (2003). Los medios de comunicación: el gran canal de
“documentos reales” en el proceso de enseñanza-aprendizaje del español
lengua extranjera. XIV Congreso Internacional de ASELE. Universidad de
Burgos.
Recuperado
en
fecha
03/09/2018
de
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/14/14_0426.pdf
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Autoría
−
−
ALICIA FRESNILLO POZA
I ES Ana María Mat ut e ( Velilla de San Ant onio) ( Madrid)
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VALORAR ESTE ARTÍCULO
REFLEXIONES SOBRE EL CONFLICTO INTERPERSONAL, EL
ACOSO LABORAL Y EL FALSO ACOSO ENTRE DOCENTES
ESTHER MANSILLA RODRÍGUEZ
Cita recomendada (APA):
MANSILLA, E. (marzo de 2019). Reflexiones sobre el conflicto interpersonal, el
acoso laboral y el falso acoso entre docentes. MAD.RID. Revista de
Innovación Didáctica de Madrid. Nº 56. Pág. 82 - 92. Madrid. Recuperado
el
día/mes/año
de
https://www.csif.es/contenido/comunidad-de-
madrid/ensenanza/205631
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ÍNDICE
REFLEXIONES SOBRE EL CONFLICTO
INTERPERSONAL, EL ACOSO LABORAL Y EL
FALSO ACOSO ENTRE DOCENTES
RESUMEN
ABSTRACT
Es conveniente diferenciar lo que sería un
conflicto interpersonal, el acoso y el falso
acoso entre los docentes. Tanto el conflicto
interpersonal en el trabajo, como el acoso y el
falso acoso son susceptibles a la prevención,
si se gestiona el centro educativo con las
siguientes características: si se dirige con un
estilo de mando democrático, si se posibilitan
canales adecuados y suficientes de
comunicación
formal
(ascendente,
descendente y horizontal) e informal, si se
favorece la participación del docente en la
toma de decisiones del centro, si se da
autonomía al docente, si se ofrece
información clara de las responsabilidades y
funciones, de los objetivos, de los métodos y
de los medios de trabajo y si se establecen
posibilidades para que el docente pueda
desarrollar su carrera profesional.
It is convenient to differentiate what would be
an interpersonal conflict, mobbing and false
mobbing among teachers. Both interpersonal
conflict at work, as well as harassment and
false harassment are susceptible to
prevention, if the educational center is
managed with the following characteristics: if it
is conducted with a democratic command
style, if suitable and sufficient channels of
communication are made possible both formal
communication (ascending, descending and
horizontal) and informal, if the teacher´s
participation is favored in the decision-making
of the center, if the teacher is given autonomy,
is offered clear information of the
responsibilities and functions, of the
objectives, of the methods and means of work
and if possibilities are established so that the
teacher can develop his/her professional
career.
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
Acoso laboral, falso
interpersonal, docente.
acoso,
conflicto Mobbing, False mobbing, Interpersonal
conflict, teacher.
ÍNDICE
1
2
3
4
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1. DESARROLLO
CAPÍTULO 2. CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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84
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1 INTRODUCCIÓN
La divulgación en los medios de comunicación de los temas sobre acoso en el ámbito
laboral, ha conllevado entre los trabajadores a identificar comportamientos durante un conflicto
interpersonal en el trabajo con acoso, y también se está dando un crecimiento de simuladores
que realizan acusaciones de acoso, porque no todos los trabajadores que dicen sentirse
acosados lo están, y es cada vez más frecuente encontrar denuncias de acoso, que en realidad
es simulación o falso acoso.
Es necesario tomar conciencia de que aunque el acoso laboral sea una realidad tangible en
el mundo laboral, estas situaciones no son fáciles de identificar esas situaciones.
Por tanto, ante situaciones difíciles de identificar como el acoso laboral, es importante
definir y confrontar la situación, ya que se puede confundir y cualquier docente que tenga una
exigencia laboral o un conflicto interpersonal con los compañeros de trabajo puede intentar
justificarlo como acoso laboral.
Por eso es necesario conocer y distinguir entre acoso laboral, conflicto interpersonal en
el trabajo y falso acoso laboral.
2 CAPÍTULO 1. DESARROLLO
En el ámbito educativo el acoso puede identificarse como los conflictos interpersonales en
el trabajo que ocurren ocasionalmente, aunque éstos, puedan llegar a hacerse crónicos, lo que
generaría un deterioro del clima laboral y dicha situación podría comenzar a provocar daños
para la salud.
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El conflicto interpersonal en el trabajo puede tener como protagonistas a un jefe y un
trabajador o a compañeros o puede tomar la forma de rivalidad entre los equipos; puede ser
evidente por la falta de confianza y cooperación entre grupos grandes de docentes y el equipo
directivo del centro educativo. Es decir, hace referencia a situaciones en las que dos o más
partes están en desacuerdo entre sí. El desacuerdo dentro de una organización, generalmente,
es multicausal y puede generar ineficiencia e inefectividad, pero también, puede hacer crecer la
organización.
La diferencia entre conflicto interpersonal en el trabajo y acoso no se sostiene tanto en el
tipo de conductas: impedir que la víctima se exprese, aislarla, desacreditarla en su trabajo,
menospreciarla frente a sus compañeros o comprometer su salud, sino que fundamentalmente
se trata de un criterio estadístico de frecuencia y de duración de las conductas hostiles, que
llevarán a la víctima a una situación de debilidad e impotencia y a un alto riesgo de expulsión
del entorno social. Cuando las conductas de hostigamiento son realizadas a menudo y durante
un largo periodo de tiempo con el fin de acosar a alguien, los contenidos y significados de las
mismas se modifican, convirtiéndose en un arma peligrosa. Es el uso sistemático de conductas
de acoso en las interacciones en el trabajo lo que hacer estallar el desarrollo del proceso de
acoso. Además en el acoso existe la intencionalidad de dañar a la víctima con el propósito
claro de perjudicarla psíquica y socialmente.
El conflicto interpersonal en el trabajo se suele dar entre dos personas, mientras que en el
acoso, suele haber un elemento grupal, ya que la violencia suele ejercerla un grupo contra una
persona; y en menor medida se trata sólo de un acosador y una víctima.
También en el conflicto interpersonal en el trabajo suele haber simetría o igualdad
teórica de los protagonistas, mientras que en el acoso se establece una relación de dominantedominado, en la que el dominante intenta someter al otro y hacerle perder la identidad.
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Se ha llegado a precisar que en un conflicto interpersonal en el trabajo saludable, los roles
y tareas están claramente definidos, las relaciones están basadas en la colaboración mutua,
los objetivos son comunes y compartidos, las relaciones interpersonales son explícitas, las
confrontaciones son ocasionales, las estrategias son abiertas y el estilo de comunicación es
sincero. Sin embargo en situación de acoso se da la ambigüedad de rol, las relaciones son de
competencia y boicot, los objetivos se desconocen o no son compartidos y el estilo de
comunicación es evasivo (Cassito y otros, 2003).
En el conflicto interpersonal en el trabajo se produce una discrepancia explícita tras la cual,
una vez solucionado, la relación recobra la normalidad. En el acoso no existe un conflicto
explícito, sino que todo se desarrolla bajo la apariencia de normalidad sin que nadie perciba lo
que ocurre, salvo la víctima y el acosador (Cordero Saavedra, 2002).
Sea como fuere, el acoso presenta la peculiaridad de que no ocurre exclusivamente por
causas directamente relacionadas con el desempeño del trabajo o con su organización, sino
que tiene su origen en las relaciones interpersonales que se establecen entre los distintos
trabajadores de cualquier empresa (Camps del Saz y otros, 1996).
Consiste básicamente en un conflicto relacional en el que la víctima es sujeto de conductas
hostiles por parte de una o más personas durante un tiempo prolongado y de forma
sistemática, lo que conlleva un proceso de estigmatización. Y puede ser directo, con
agresiones de tipo intimidatorio, que a su vez pueden incluir un daño físico o verbal; o bien
indirecto, como la exclusión social (Carreras y otros, 2002).
En este sentido se orienta la definición de acoso propuesta por Leymann (1990) que implica
comportamientos o comunicaciones hostiles e inmorales, que son dirigidas de forma
sistemática por uno o varios individuos hacia principalmente un solo individuo, el cual debido al
acoso, es empujado hacia una posición de impotencia e indefensión, que existirá mientras se
pretenda soportar las actividades continuadas de acoso. Estas acciones se producen con una
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frecuencia de, al menos, una vez por semana y con una duración mínima de seis meses. Y
debido a esta alta frecuencia y larga duración de las conductas hostiles, las repercusiones de
este maltrato se traducen en un sufrimiento psicológico, psicosomático y social (Gonzáles de
Rivera, 2002).
Para Piñuel y Zabala (2001) el acoso tiene como objetivo intimidar, apocar, reducir,
aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, para eliminarla de la
organización o satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suele
presentar el acosador, que aprovecha la situación que le brinda la situación organizativa
particular para canalizar una serie de impulsos y tendencia psicopática. Y consiste en el
continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de otro u
otros, que se comportan con él cruelmente, con vistas a lograr su aniquilación o destrucción
psicológica y a obtener su salida de la organización a través de diferentes procedimientos
ilegales o ilícitos, que son ajenos a un trato respetuoso o humanitario y que atentan contra la
dignidad del trabajador. Hirigoyen (2001) habla del acoso moral en el trabajo como cualquier
manifestación de una conducta abusiva y, especialmente, los comportamientos, palabras,
actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad
física o psíquica de un individuo, o que puedan poner en peligro su empleo, o degradar el clima
de trabajo.
En todo caso hay que tener en cuenta cuatro elementos esenciales que caracterizan el
acoso:
1. Hostigamiento y persecución.
2. Intensa o extrema violencia.
3. Prolongación en el tiempo, no basta con un episodio aislado o de forma esporádica.
4. Finalidad de dañar psíquica o moralmente al trabajador.
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Es decir, en su forma más general, el fenómeno del acoso consiste en el hostigamiento,
tanto psicológico como físico, por parte de una persona con poder hacia otra persona con
menos poder. Este desequilibrio de poder entre las personas es la característica más relevante,
con independencia de la edad o del tipo de conductas específicas.
Pero el acoso es el desarrollo de un proceso de hostigamiento del acosador a la propia
víctima a su forma ser es un proceso en el que no hay ninguna prueba de la realidad de lo que
se está padeciendo. Cuando hay violencia física, sí hay elementos exteriores que pueden
atestiguar lo que sucede, pero en una agresión de este tipo no hay ninguna prueba objetiva. El
proceso que queda establecido se parece bastante a un proceso fóbico recíproco, de tal
manera que la persona objeto de acoso provoca conductas permanentes de hostilidad en el
perverso y a la vez la visión de su perseguidor desencadena en la víctima un proceso de
miedo. El miedo genera conductas de obediencia, cuando no de sumisión en la persona
acosada, y a la vez en los compañeros que dejan hacer y que no quieren fijarse en lo que
ocurre a su alrededor (Hirigoyen, 2001).
Una vez iniciado el proceso de acoso se establece un circulo vicioso que se retroalimenta
del miedo que la víctima experimenta ante el acosador, ya que este miedo genera una actitud
defensiva que provoca nuevas agresiones, así como fenómenos de fobia recíproca. En muchas
ocasiones el acosador y sus cómplices tratan de convencer a la víctima de que es
problemático, raro, violento...y así la víctima tiende ha sentirse culpable (Fornés, 2003).
Por otro lado, en el mundo laboral, en el que se incluye la docencia, está pasando
desapercibido que con frecuencia se puede simular para obtener beneficios y privilegios
inmerecidos o para sustraerse de las obligaciones en el ámbito laboral.
Dentro del concepto de simulación o falso acoso laboral se ha señalado que los
simuladores o falso acoso laboral siguen dos estrategias a la hora de simular: la asunción
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indiscriminada de síntomas y asignación de una severidad extrema que la literatura no ha
asociado a la simulación (Arce, Fariña y Suárez, 2006).
De manera que en ocasiones, se puede ser testigo de la impostura, de falsas
acusaciones, es decir, de falso acoso. Para descubrirlo, es conveniente la observación de las
relaciones interpersonales, ya que la figura del falso acoso, es un acosador encubierto que no
se percibe a sí mismo como tal y que consciente o inconscientemente se presenta como
víctima de acoso.
Los indicadores que nos pueden permitir distinguir un falso acosado o falso acoso o
simulador laboral o rentista de un caso verdadero de acoso son:
a)
El falso acosado suele presentar un trastorno mental como la paranoia o
una personalidad paranoide (Parés Soliva, 2005) o un trastorno de la
personalidad o un trastorno disocial de la personalidad.
b)
El falso acosado utiliza la comunicación paradójica, el engaño y la
manipulación.
c)
El falso acosado se siente seguro y convencido, no le preocupa la
resolución del conflicto, no buscará el acuerdo y denunciará precozmente.
En cambio, el que sufre un verdadero acoso se siente inseguro, procurará
llegar a acuerdos y desea la rápida resolución del conflicto.
d)
El falso acosado suele tener malos informes de sus antecedentes
laborales por parte de sus compañeros y superiores.
e)
El falso acosado trata de disimular su pobre capacidad y recursos
personales para el trabajo.
f)
El falso acosado hará intentos de denunciar de acoso de forma anónima.
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También hay que señalar la resonancia que el fenómeno del acoso tiene en los medios de
comunicación potenciando que algunos trabajadores denuncien como acoso lo que en realidad
corresponde a una percepción subjetiva de acoso laboral. Esta percepción subjetiva de acoso
suele darse en trabajadores con bajo nivel de recursos profesionales para hacer frente al
trabajo, con escaso rendimiento laboral, con marcada predisposición a culpar a los demás de
su comportamiento y con tendencia a la teatralidad y a expresar exageradamente sus
emociones. Son percibidos en su entorno laboral como trabajadores tóxicos, provocadores de
conflictos en el medio laboral, holgazanes, incompetentes mentirosos, derrochadores de tiempo
en el trabajo, arrogantes y desacreditadores y amenazadores del superior.
3 CAPÍTULO 2. CONCLUSIONES
Para poder establecer una aproximación para objetivar si nos encontramos ante conductas que
pudieran ser consideradas como acoso, es conveniente prestar especial atención tanto al
profesor víctima como a los compañeros y al equipo directivo.
Además es conveniente realizar:
•
El análisis de las condiciones psicosociales del puesto de trabajo.
•
La descripción cronológica de los hechos relevantes para la situación actual.
•
Los recursos personales de afrontamiento.
•
La valoración de las consecuencias para el profesor: personales, laborales,
familiares y sociales.
Tanto el conflicto interpersonal en el trabajo, como el acoso y el falso acoso son susceptibles a
la prevención, si se gestiona el centro educativo con las siguientes características: si se dirige
con un estilo de mando democrático, si se posibilitan canales adecuados y suficientes de
comunicación formal (ascendente, descendente y horizontal) e informal, si se favorece la
participación del profesor en la toma de decisiones del centro, si se da autonomía al docente,
so se ofrece información clara de las responsabilidades y funciones, de los objetivos, de los
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métodos y de los medios de trabajo y si se establecen posibilidades para que el docente pueda
desarrollar su carrera profesional.
En todo caso, aunque se tiende a pensar que una buena relación interpersonal en el
trabajo es aquella en la que no hay discrepancias entre los docentes, lo lógico es que haya
divergencias entre los compañeros y con el equipo directivo, como existen divergencias entre
los partícipes en cualquier relación humana.
Se pueden tener visiones distintas acerca de los objetivos, tareas, procedimientos,
expectativas... pero si se establece entre los trabajadores una actitud de respeto (tener en
cuenta las creencias y sentimientos de los demás), comprensión (aceptar a los demás como
personas, con sus limitaciones, sus necesidades, debilidades y características personales)
cooperación (unir los esfuerzos hacia el mismo objetivo) y cortesía (mantener un trato amable y
cordial ) se conseguirá una atmósfera laboral en el ámbito educativo de comprensión y de
armonía que facilitará la solución de cualquier conflicto interpersonal y favorecerá un buen
clima laboral.
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Santander: Sal Terrae.
Autoría
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ESTHER MANSILLA RODRÍGUEZ
Instituto Carlos Bousoño (Majadahonda).
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