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Vocación y Misión de Laicos en la Iglesia

El documento habla sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y el mundo. Resalta que todos los fieles laicos, al igual que los pastores, son llamados personalmente por Dios para trabajar en su viña. Explica que el bautismo regenera a los cristianos como hijos de Dios y los une a Jesucristo y su Iglesia, dándoles una dignidad y una participación en la misión sacerdotal, profética y real de Cristo de acuerdo a su naturaleza secular. Insta a los laicos a santific
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Vocación y Misión de Laicos en la Iglesia

El documento habla sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y el mundo. Resalta que todos los fieles laicos, al igual que los pastores, son llamados personalmente por Dios para trabajar en su viña. Explica que el bautismo regenera a los cristianos como hijos de Dios y los une a Jesucristo y su Iglesia, dándoles una dignidad y una participación en la misión sacerdotal, profética y real de Cristo de acuerdo a su naturaleza secular. Insta a los laicos a santific
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Exhortación

apostólica
Christifideles laici
Sobre la vocación y misión de los
laicos en la Iglesia y en el mundo
Introducción
 Los fieles laicos pertenecen a aquel Pueblo de
Dios representado en los obreros de la viña.
 La viña es el mundo entero (cf. Mt 13, 38), que
debe ser transformado según el designio divino en
vista de la venida definitiva del Reino de Dios.
Id también vosotros a mi viña
 La llamada no se dirige sólo a los Pastores, a los
sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se
extiende a todos: también los fieles laicos son
llamados personalmente por el Señor, de quien
reciben una misión en favor de la Iglesia y del
mundo.
 Fieles laicos han aportado una valiosa
contribución a los trabajos del Sínodo.
Id también vosotros a mi viña
 Se pueden recordar dos tentaciones a las que no han
sabido sustraerse: la tentación de reservar un interés tan
marcado por los servicios y las tareas eclesiales; y la
tentación de legitimar la indebida separación entre fe y
vida, entre la acogida del Evangelio y la acción concreta
en las más diversas realidades temporales y terrenas.
 El objetivo que la Exhortación quiere alcanzar es suscitar
y alimentar una más decidida toma de conciencia del don
y de la responsabilidad que todos los fieles laicos tienen
en la comunión y en la misión de la Iglesia.
Las actuales cuestiones urgentes del mundo:
¿Porqué estáis aquí ociosos todo el día?
 El significado fundamental de este Sínodo es la acogida por
parte de los fieles laicos del llamamiento de Cristo a trabajar
en su viña, a tomar parte activa, consciente y responsable en
la misión de la Iglesia en esta magnífica y dramática hora de
la historia, ante la llegada inminente del tercer milenio.
 Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales,
económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, la acción
de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre
algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más
culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso.
Secularismo y necesidad de lo
religioso
 Es verdaderamente grave el fenómeno actual del
secularismo; Y sin embargo la aspiración y la
necesidad de lo religioso no pueden ser suprimidos
totalmente.
 El mundo actual testifica la apertura a una visión
espiritual y trascendente de la vida, el despertar de
una búsqueda religiosa, el retorno al sentido de lo
sacro y a la oración, la voluntad de ser libres en el
invocar el Nombre del Señor.
La persona humana: una dignidad
despreciada y exaltada
 Pensamos en las múltiples violaciones a las que
hoy está sometida la persona humana.
 Pero la sacralidad de la persona no puede ser
aniquilada, por más que sea despreciada y violada
tan a menudo. Al tener su indestructible
fundamento en Dios Creador y Padre, la sacralidad
de la persona vuelve a imponerse, de nuevo y
siempre.
La persona humana: una dignidad
despreciada y exaltada
 De aquí el extenderse cada vez más y el afirmarse siempre con
mayor fuerza del sentido de la dignidad personal de cada ser
humano. Una beneficiosa corriente atraviesa y penetra ya todos
los pueblos de la tierra, cada vez más conscientes de la
dignidad del hombre.
 Se ha dicho que el nuestro es el tiempo de los «humanismos».
 Signo y fruto de estas corrientes humanistas es la creciente
necesidad de participación. Indudablemente es éste uno de los
rasgos característicos de la humanidad actual, un auténtico
«signo de los tiempos» que madura en diversos campos y en
diversas direcciones
Conflictividad y paz
 Quizás como nunca en su historia, la humanidad es
cotidiana y profundamente atacada y desquiciada
por la conflictividad.
 Por otra parte, es completamente insuprimible la
aspiración de los individuos y de los pueblos al
inestimable bien de la paz en la justicia.
Jesucristo, la esperanza de la
humanidad
 El Evangelio vivo y personal, Jesucristo mismo, es
la «noticia» nueva y portadora de alegría que la
Iglesia testifica y anuncia cada día a todos los
hombres.
 En este anuncio y en este testimonio los fieles
laicos tienen un puesto original e irreemplazable:
por medio de ellos la Iglesia de Cristo está
presente en los más variados sectores del mundo,
como signo y fuente de esperanza y de amor.
CAPÍTULO I
YO SOY LA VID,
VOSOTROS LOS
SARMIENTOS
La dignidad de los fieles laicos en
la Iglesia-Misterio
El misterio de la viña
 La imagen de la viña se usa en la Biblia de muchas maneras y
con significados diversos sirve para expresar el misterio del
Pueblo de Dios.
 El evangelista Juan nos invita a calar en profundidad y nos
lleva a descubrir el misterio de la viña. Ella es el símbolo y la
figura, no sólo del Pueblo de Dios, sino de Jesús mismo. Él es
la vid y nosotros, sus discípulos, somos los sarmientos; Él es
la «vid verdadera» a la que los sarmientos están vitalmente
unidos (cf. Jn 15, 1 ss.).
 Sólo dentro de la Iglesia como misterio de comunión se revela
la «identidad» de los fieles laicos, su original dignidad.
Quiénes son los fieles laicos
 El Concilio afirma la plena pertenencia de los
fieles laicos a la Iglesia y a su misterio, y el
carácter peculiar de su vocación, que tiene en
modo especial la finalidad de «buscar el Reino de
Dios tratando las realidades temporales y
ordenándolas según Dios».
El Bautismo y la novedad cristiana
 El Bautismo:
 Nos regenera a la vida de los hijos de Dios
 Nos une a Jesucristo y a su Cuerpo que es la
Iglesia
 Nos unge en el Espíritu Santo constituyéndonos en
templos espirituales.
Hijos en el Hijo
 Por el santo Bautismo somos hechos hijos de Dios
en su Unigénito Hijo, Cristo Jesús.
 Al salir de las aguas de la sagrada fuente, cada
cristiano vuelve a escuchar la voz que un día fue
oída a orillas del río Jordán: «Tú eres mi Hijo
amado, en ti me complazco» (Lc 3, 22).
 El Espíritu Santo es quien constituye a los
bautizados en hijos de Dios y, al mismo tiempo, en
miembros del Cuerpo de Cristo.
Un solo cuerpo en Cristo
 Regenerados como «hijos en el Hijo», los
bautizados son inseparablemente «miembros de
Cristo y miembros del cuerpo de la Iglesia», como
enseña el Concilio de Florencia.
 El Bautismo significa y produce una incorporación
mística pero real al cuerpo crucificado y glorioso
de Jesús.
Templos vivos y santos del Espíritu
 El Espíritu Santo «unge» al bautizado, le imprime
su sello indeleble (cf. 2 Co 1, 21-22), y lo
constituye en templo espiritual.
 De esta manera, mediante la efusión bautismal y
crismal, el bautizado participa en la misma misión
de Jesús el Cristo, el Mesías Salvador.
Partícipes del oficio sacerdotal, profético
y real de Jesucristo
 He aquí un nuevo aspecto de la gracia y de la
dignidad bautismal: los fieles laicos participan,
según el modo que les es propio, en el triple oficio
—sacerdotal, profético y real— de Jesucristo.
 El Concilio Vaticano II nos ha recordado el
misterio de esta potestad y el hecho de que la
misión de Cristo —Sacerdote, Profeta-Maestro,
Rey— continúa en la Iglesia. Todos, todo el
Pueblo de Dios es partícipe de esta triple misión».
oficio sacerdotal
 Porel que Jesús se ha ofrecido a sí mismo en la
Cruz y se ofrece continuamente en la celebración
eucarística por la salvación de la humanidad para
gloria del Padre. Incorporados a Jesucristo, los
bautizados están unidos a Él y a su sacrificio en el
ofrecimiento de sí mismos y de todas sus
actividades.
oficio profético
 Habilita y compromete a los fieles laicos a acoger
con fe el Evangelio y a anunciarlo con la palabra y
con las obras, sin vacilar en denunciar el mal con
valentía.
 Unidos a Cristo los fieles laicos son hechos
partícipes tanto del sobrenatural sentido de fe de la
Iglesia, que «no puede equivocarse cuando cree»,
cuanto de la gracia de la palabra.
oficio real
 Los fieles cristianos viven la realeza cristiana,
antes que nada, mediante la lucha espiritual para
vencer en sí mismos el reino del pecado (cf. Rm 6,
12); y después en la propia entrega para servir, en
la justicia y en la caridad, al mismo Jesús presente
en todos sus hermanos, especialmente en los más
pequeños.
Los fieles laicos y la índole secular
 En razón de la común dignidad bautismal, el fiel
laico es corresponsable, junto con los ministros
ordenados y con los religiosos y las religiosas, de
la misión de la Iglesia.
 La participación de los fieles laicos tiene una
modalidad propia de actuación y de función, que,
según el Concilio, «es propia y peculiar» de ellos.
Tal modalidad se designa con la expresión «índole
secular».
Los fieles laicos y la índole secular
 De este modo, el «mundo» se convierte en el
ámbito y el medio de la vocación cristiana de los
fieles laicos, porque él mismo está destinado a dar
gloria a Dios Padre en Cristo.
 La condición eclesial de los fieles laicos se
encuentra radicalmente definida por su novedad
cristiana y caracterizada por su índole secular.
Llamados a la santidad
 La dignidad de los fieles laicos se nos revela en plenitud
cuando consideramos esa primera y fundamental
vocación: la vocación a la santidad, o sea a la perfección
de la caridad.
 Esta llamada ha sido la consigna fundamental confiada a
todos los hijos e hijas de la Iglesia, por un Concilio
convocado para la renovación evangélica de la vida
cristiana.
 Esta consigna no es una simple exhortación moral, sino
una insuprimible exigencia del misterio de la Iglesia.
Santificarse en el mundo
 La vocación de los fieles laicos a la santidad
implica que la vida según el Espíritu se exprese
particularmente en su inserción en las realidades
temporales y en su participación en las actividades
terrenas.
 Tal vocación, por tanto, constituye un componente
esencial e inseparable de la nueva vida bautismal,
y, en consecuencia, un elemento constitutivo de su
dignidad.
Santificarse en el mundo
 La dignidad cristiana garantiza y promueve el
espíritu de comunión y de fraternidad y, al mismo
tiempo, se convierte en el secreto y la fuerza del
dinamismo apostólico y misionero de los fieles
laicos.
 Es una dignidad exigente; es la dignidad de los
obreros llamados por el Señor a trabajar en su
viña.
CAPÍTULO II
SARMIENTOS
TODOS DE LA
ÚNICA VID
La participación de los fieles
laicos en la vida de la Iglesia-
Comunión
El misterio de la Iglesia-Comunión
 La comunión de los cristianos con Jesús tiene como
modelo, fuente y meta la misma comunión del Hijo con
el Padre en el don del Espíritu Santo: los cristianos se
unen al Padre al unirse al Hijo en el vínculo amoroso
del Espíritu.
 Esta comunión es el mismo misterio de la Iglesia, como
lo recuerda el Concilio Vaticano II, con la célebre
expresión de San Cipriano: «La Iglesia universal se
presenta como "un pueblo congregado en la unidad del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo"»
El Concilio y la eclesiología de
comunión
 Nos lo ha recordado el Sínodo extraordinario de
1985: «La eclesiología de comunión es la idea central
y fundamental de los documentos del Concilio.
 Se trata fundamentalmente de la comunión con Dios
por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo. Esta
comunión tiene lugar en la palabra de Dios y en los
sacramentos. El Bautismo es la puerta y el
fundamento de la comunión en la Iglesia. La
Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana
El Concilio y la eclesiología de
comunión
 La realidad de la Iglesia-Comunión es entonces
parte integrante, más aún, representa el contenido
central del «misterio» o sea del designio divino de
salvación de la humanidad.
 Por esto la comunión eclesial no puede ser captada
adecuadamente cuando se la entiende como una
simple realidad sociológica y psicológica.
Una comunión orgánica: diversidad y
complementariedad
 La comunión eclesial se configura, más precisamente,
como comunión «orgánica», análoga a la de un cuerpo
vivo y operante.
 Está caracterizada por la simultánea presencia de la
diversidad y de la complementariedad de las vocaciones
y condiciones de vida, de los ministerios, de los carismas
y de las responsabilidades.
 Gracias a esta diversidad y complementariedad, cada fiel
laico se encuentra en relación con todo el cuerpo y le
ofrece su propia aportación.
Los ministerios y los carismas, dones
del Espíritu a la Iglesia
 LaIglesia, en efecto, es dirigida y guiada por el
Espíritu, que generosamente distribuye diversos
dones jerárquicos y carismáticos entre todos los
bautizados, llamándolos a ser —cada uno a su
modo— activos y corresponsables.
Los ministerios, oficios y funciones
 Los ministerios presentes y operantes en la Iglesia,
si bien con modalidades diversas, son todos una
participación en el ministerio de Jesucristo, el
Buen Pastor que da la vida por sus ovejas (cf. Jn
10, 11), el siervo humilde y totalmente sacrificado
por la salvación de todos (cf. Mc 10, 45).
 Son múltiples y diversos los ministerios, como
también los dones y las tareas eclesiales.
Los ministerios que derivan del Orden
 Los ministerios ordenados son una gracia para la
Iglesia entera. Expresan y llevan a cabo una
participación en el sacerdocio de Jesucristo que es
distinta de la participación otorgada con el Bautismo y
con la Confirmación a todos los fieles.
 Los pastores deben reconocer que su ministerio está
radicalmente ordenado al servicio de todo el Pueblo de
Dios.
 Los fieles laicos han de reconocer, a su vez, que el
sacerdocio ministerial es enteramente necesario para su
vida y para su participación en la misión de la Iglesia
Ministerios, oficios y funciones de los
laicos
 Los pastores han de reconocer y promover los ministerios,
oficios y funciones de los fieles laicos, que tienen su
fundamento sacramental en el Bautismo y en la
Confirmación, y además en el Matrimonio.
 Después, cuando la necesidad o la utilidad de la Iglesia lo
exija, los pastores pueden confiar a los fieles laicos
algunas tareas que, si bien están conectadas a su propio
ministerio de pastores, no exigen, sin embargo, el carácter
del Orden.
 El ejercicio de estas tareas no hace del fiel laico un pastor.
Los carismas
 Sean extraordinarios, sean simples y sencillos, los
carismas son siempre gracias del Espíritu Santo que
tienen, directa o indirectamente, una utilidad eclesial,
ya que están ordenados a la edificación de la Iglesia,
al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.
 Incluso en nuestros días, no falta el florecimiento de
diversos carismas entre los fieles laicos, hombres y
mujeres. Los carismas se conceden a la persona
concreta; pero pueden ser participados también por
otros y, de este modo, se continúan en el tiempo como
viva y preciosa herencia, que genera una particular
afinidad espiritual entre las personas.
Los carismas
 Los carismas han de ser acogidos con gratitud,
tanto por parte de quien los recibe, como por parte
de todos en la Iglesia.
 En este sentido siempre es necesario el
discernimiento de los carismas. En realidad, como
han dicho los Padres sinodales, «la acción del
Espíritu Santo, que sopla donde quiere, no siempre
es fácil de reconocer y de acoger.
La participación de los fieles laicos en
la vida de la Iglesia
Iglesias particulares e Iglesia universal
 el reciente Sínodo ha solicitado que se favorezca la
creación de los Consejos Pastorales diocesanos, a los
que se pueda recurrir según las ocasiones. Ellos son la
principal forma de colaboración y de diálogo, como
también de discernimiento, a nivel diocesano.
 Está prevista en el Código de Derecho Canónico la
participación de los fieles laicos en los Sínodos
diocesanos y en los Concilios particulares, provinciales o
plenarios.
La parroquia
 La comunión eclesial, aún conservando siempre su
dimensión universal, encuentra su expresión más
visible e inmediata en la parroquia. Ella es la
última localización de la Iglesia; es, en cierto
sentido, la misma Iglesia que vive entre las casas
de sus hijos y de sus hijas.
 En definitiva, la parroquia está fundada sobre una
realidad teológica, porque ella es una comunidad
eucarística
 Comunidad de fe y una comunidad orgánica
El compromiso apostólico en la
parroquia
 En las circunstancias actuales, los fieles laicos
pueden y deben prestar una gran ayuda al
crecimiento de una autentica comunión eclesial en
sus respectivas parroquias, y en el dar nueva vida
al afán misionero dirigido hacia los no creyentes y
hacia los mismos creyentes que han abandonado o
limitado la práctica de la vida cristiana.
Formas de participación en la vida de
la Iglesia
 Los fieles laicos, juntamente con los sacerdotes, religiosos
y religiosas, constituyen el único Pueblo de Dios y Cuerpo
de Cristo.
 El llamamiento del Señor: «Id también vosotros a mi
viña», se dirige a cada uno personalmente; y entonces
resuena de este modo en la conciencia: «¡Ven también tú a
mi viña!».
 Ésta es la «Comunión de los Santos» que profesamos en el
Credo; el bien de todos se convierte en el bien de cada
uno, y el bien de cada uno se convierte en el bien de todos.
Formas personales de participación
 Es absolutamente necesario que cada fiel laico
tenga siempre una viva conciencia de ser un
«miembro de la Iglesia», a quien se le ha confiado
una tarea original, insustituible e indelegable, que
debe llevar a cabo para el bien de todos.
 En esta perspectiva asume todo su significado la
afirmación del Concilio sobre la absoluta
necesidad del apostolado de cada persona singular.
Formas agregativas de participación
 Podemos hablar de una nueva época asociativa de
los fieles laicos.
 Estas asociaciones de laicos se presentan a
menudo muy diferenciadas unas de otras en
diversos aspectos, como en su configuración
externa, en los caminos y métodos educativos y en
los campos operativos.
Formas agregativas de participación
 Sin embargo, se puede encontrar una amplia y
profunda convergencia en la finalidad que las
anima: llevar a todos el Evangelio de Cristo.
 Debe reconocerse la libertad de asociación de los
fieles laicos en la Iglesia.
 Se trata de una libertad reconocida y garantizada
por la autoridad eclesiástica y que debe ser
ejercida siempre y sólo en la comunión de la
Iglesia.
Criterios de eclesialidad para las
asociaciones laicales
 La necesidad de unos criterios claros y precisos de
discernimiento y reconocimiento de las
asociaciones laicales, también llamados «criterios
de eclesialidad», es algo que se comprende
siempre en la perspectiva de la comunión y misión
de la Iglesia, y no, por tanto, en contraste con la
libertad de asociación.
Criterios de eclesialidad para las
asociaciones laicales
 El primado que se da a la vocación de cada
cristiano a la santidad
 La responsabilidad de confesar la fe católica
 El testimonio de una comunión firme y convencida
 La conformidad y la participación en el «fin
apostólico de la Iglesia»
 El comprometerse en una presencia en la sociedad
humana
El servicio de los Pastores a la
comunión
 Los Pastores habrán de acompañar la labor de
discernimiento con la guía y, sobre todo, con el
estímulo a un crecimiento de las asociaciones de los
fieles laicos en la comunión y misión de la Iglesia.
 Es del todo oportuno que algunas nuevas
asociaciones y movimientos, por su difusión
nacional e incluso internacional, tengan a bien
recibir un reconocimiento oficial, una aprobación
explícita de la autoridad eclesiástica competente.
El servicio de los Pastores a la
comunión
 Los Padres sinodales han recordado explícitamente
diversos movimientos y asociaciones de Acción
Católica
 El Pontificio Consejo para los Laicos está
encargado de preparar un elenco de las
asociaciones que tienen la aprobación oficial de la
Santa Sede, y de definir las condiciones en base a
las cuales puede ser aprobada una asociación
ecuménica
El servicio de los Pastores a la
comunión
 La vida de comunión eclesial será así un signo
para el mundo y una fuerza atractiva que conduce
a creer en Cristo: «Como tú Padre, en mí y yo en
ti, que ellos también sean uno en nosotros, para
que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17,
21). De este modo la comunión se abre a la
misión, haciéndose ella misma misión.
GRACIAS!

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