LA ORACIÓN CRISTIANA
(Parte 4 Catecismo)
CLASE 4: ARTÍCULO 3
EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
NOTA: Material elaborado por la Vicaría para la Educación de San Bernardo,
como parte del material de apoyo al Diplomado en Catequesis Parroquial.
Se ruega mantenerlo en este contexto.
ANTES DE INICIAR EL ESTUDIO NO OLVIDAR
LA ORACIÓN…
Santo Tomás de Aquino
ACTIVANDO CONOCIMIENTOS
Para comenzar a pensar en el tema,
les invitamos a ver un video:
https://www.youtube.com/watch?v=GmEREQ2vOVo
OBJETIVOS DE LA CLASE
- Descubrir y valorar las diferentes formas de oración que nos
propone la Iglesia a partir de las escrituras.
TRABAJO PERSONAL
1. Lea detenidamente los números 2623-2649 del
Catecismo de la Iglesia Católica. Anote ideas
centrales y dudas que se le presenten.
2. Ingrese el lunes a las 19:00 hrs. (sede San Bernardo)
o el martes a las 18:00 hrs. (sede Buin), a la clase
online con apoyo de las siguientes diapositivas del
PPT, donde se presentan algunos aspectos esenciales
del tema. (Clave de ingreso se enviará vía correo electrónico
en el momento).
CLASE
EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
ON LINE
• 2623 El día de Pentecostés, el Espíritu de la promesa
se derramó sobre los discípulos, “reunidos en un
mismo lugar” (Hch 2, 1), que lo esperaban
“perseverando en la oración con un mismo espíritu”
(Hch 1, 14). El Espíritu que enseña a la Iglesia y le
recuerda todo lo que Jesús dijo (cf Jn 14, 26), será
también quien la instruya en la vida de oración.
• 2624 En la primera comunidad de Jerusalén, los
creyentes “acudían asiduamente a las enseñanzas de
Pentecostés. El Greco. los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a
Museo Nacional del Prado. las oraciones” (Hch 2, 42).
• 2625 Estas oraciones son en primer lugar las
que los fieles escuchan y leen en la sagrada
Escritura, pero las actualizan, especialmente
las de los salmos, a partir de su cumplimiento
en Cristo (cf Lc 24, 27. 44).
• El Espíritu Santo, que recuerda así a Cristo ante
su Iglesia orante, conduce a ésta también hacia
la Verdad plena, y suscita nuevas
formulaciones que expresarán el insondable
Misterio de Cristo que actúa en la vida, los
sacramentos y la misión de su Iglesia.
• Estas formulaciones se desarrollan en las
grandes tradiciones litúrgicas y espirituales.
I. La bendición y la adoración
• 2626 La bendición expresa el movimiento de fondo de la
DIOS oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en
ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se
unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a
los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del
hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de
toda bendición.
• 2627 Dos formas fundamentales expresan este movimiento:
o bien la oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por
medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por
habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien
implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo,
desciende de junto al Padre (es Él quien nos bendice; cf 2 Co
HOMBRE 13, 13; Rm 15, 5-6. 13; Ef 6, 23-24).
• 2628 La adoración es la primera actitud del
hombre que se reconoce criatura ante su
Creador.
• Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho
(cf Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que
nos libera del mal. Es la acción de humillar el
espíritu ante el “Rey de la gloria” (Sal 14, 9-10) y
el silencio respetuoso en presencia de Dios
“siempre mayor” (San Agustín, Enarratio in Psalmum 62,
16).
• La adoración de Dios tres veces santo y
soberanamente amable nos llena de humildad
y da seguridad a nuestras súplicas.
II. La oración de petición
• 2629 El vocabulario neotestamentario sobre la oración
de súplica está lleno de matices: pedir, reclamar,
llamar con insistencia, invocar, clamar, gritar, e incluso
“luchar en la oración” (cf Rm 15, 30; Col 4, 12). Pero su forma
más habitual, por ser la más espontánea, es la
petición: Mediante la oración de petición mostramos
la conciencia de nuestra relación con Dios: por ser
criaturas, no somos ni nuestro propio origen, ni
dueños de nuestras adversidades, ni nuestro fin
último.
El Ciego de Jericó. El Greco. • 2630 …La petición cristiana brota de otras
profundidades, … los “gemidos inefables” del propio
Espíritu Santo que “viene en ayuda de nuestra
flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como
conviene” (Rm 8, 26).
• 2631 La petición de perdón es el primer movimiento de la oración de petición (cf el
publicano: “Oh Dios ten compasión de este pecador” Lc 18, 13).
• Es el comienzo de una oración justa y pura. La humildad confiada nos devuelve a la luz
de la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo, y de los unos con los otros (cf 1 Jn 1, 7-2,
2).
• Tanto la celebración de la Eucaristía como la oración personal comienzan con la
petición de perdón.
El fariseo y el publicano.
• 2632 La petición cristiana está centrada en el deseo y en
la búsqueda del Reino que viene, conforme a las
enseñanzas de Jesús (cf Mt 6, 10. 33; Lc 11, 2. 13).
• Hay una jerarquía en las peticiones: primero el Reino, a
continuación lo que es necesario para acogerlo y para
cooperar a su venida. Esta cooperación con la misión de
Cristo y del Espíritu Santo, que es ahora la de la Iglesia,
es objeto de la oración de la comunidad apostólica (cf
Hch 6, 6; 13, 3).
• Al orar, todo bautizado trabaja en la Venida del Reino.
• 2633 Cuando se participa así en el amor salvador de
Dios, se comprende que toda necesidad pueda "La oración hecha con fe salvará al
convertirse en objeto de petición. Cristo, que ha que no puede levantarse; el Señor
asumido todo para rescatar todo, es glorificado por las hará que se levante; y si ha
peticiones que ofrecemos al Padre en su Nombre (cf Jn 14, cometido pecados, se le
13). Con esta seguridad, Santiago (cf St 1, 5-8) y Pablo nos perdonarán. (St. 5, 15)"
exhortan a orar en toda ocasión (cf Ef 5, 20; Flp 4, 6-7; Col 3, 16-
17; 1 Ts 5, 17-18).
III. La oración de intercesión
• 2634 La intercesión es una oración de petición que
nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús.
Él es el único intercesor ante el Padre en favor de
todos los hombres, de los pecadores en particular (cf
Rm 8, 34; 1 Jn 2, 1; 1 Tm 2. 5-8).
• 2635 Interceder, pedir en favor de otro, es, desde
Abraham, lo propio de un corazón conforme a la
misericordia de Dios.
• En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana
participa de la de Cristo: es la expresión de la
comunión de los santos. En la intercesión, el que ora
busca “no su propio interés sino el de los demás” (Flp
Martirio de San Esteban.
2, 4), hasta rogar por los que le hacen mal (cf. San Esteban
Juan de Juanes. rogando por sus verdugos, como Jesús: cf Hch 7, 60; Lc 23, 28. 34).
Museo Nacional del Prado.
• 2636 Las primeras comunidades cristianas
vivieron intensamente esta forma de
participación (cf Hch 12, 5; 20, 36; 21, 5; 2 Co 9, 14).
• El apóstol Pablo les hace participar así en su
ministerio del Evangelio (cf Ef 6, 18-20; Col 4, 3-4; 1
Ts 5, 25); él intercede también por las
comunidades (cf 2 Ts 1, 11; Col 1, 3; Flp 1, 3-4). La
intercesión de los cristianos no conoce
fronteras: “por todos los hombres, por todos
los constituidos en autoridad” (1 Tm 2, 1), por "Así pues, Pedro estaba custodiado en
los perseguidores (cf Rm 12, 14), por la salvación la cárcel, mientras la Iglesia oraba
de los que rechazan el Evangelio (cf Rm 10, 1). insistentemente por él a Dios."
(Hch., 12, 5)
IV. La oración de acción de gracias
• 2637 La acción de gracias caracteriza la oración
de la Iglesia que, al celebrar la Eucaristía,
manifiesta y se convierte cada vez más en lo
que ella es.
• En efecto, en la obra de salvación, Cristo libera
a la creación del pecado y de la muerte para
consagrarla de nuevo y devolverla al Padre,
para su gloria. La acción de gracias de los
miembros del Cuerpo participa de la de su
Cabeza.
• 2638 Al igual que en la oración de petición,
todo acontecimiento y toda necesidad pueden
convertirse en ofrenda de acción de gracias.
V. La oración de alabanza
• 2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios
es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es.
• Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de
verle en la gloria.
• La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente
y su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual
somos nosotros” (1 Co 8, 6).
• 2640 San Lucas menciona con frecuencia en su
Evangelio la admiración y la alabanza ante las
maravillas de Cristo, y las subraya también respecto a
las acciones del Espíritu Santo que son los Hechos de
los Apóstoles:
• la comunidad de Jerusalén (cf Hch 2, 47),
• el tullido curado por Pedro y Juan (cf Hch 3, 9),
• la muchedumbre que glorificaba a Dios por ello (cf Hch 4,
21),
• y los gentiles de Pisidia que “se alegraron y se pusieron
a glorificar la Palabra del Señor” (Hch 13, 48). "Todo el pueblo le vio cómo
andaba y alababa a Dios;"
(Hechos, 3,9. )
• 2641 Como los autores inspirados del Nuevo
Testamento, las primeras comunidades
cristianas releen el libro de los Salmos
cantando en él el Misterio de Cristo.
• En la novedad del Espíritu, componen también
himnos y cánticos a partir del acontecimiento
inaudito que Dios ha realizado en su Hijo: su
encarnación, su muerte vencedora de la
muerte, su resurrección y su ascensión a su
derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6,
15-16; 2 Tm 2, 11-13).
• De esta “maravilla” de toda la Economía de la
salvación brota la doxología, la alabanza a Dios
(cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).
"El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación,
porque en él fueron creadas todas las cosas,
en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles,
los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades:
todo fue creado por él y para él, Él existe con anterioridad a todo,
y todo tiene en él su consistencia.
El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia:
El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos,
para que sea él el primero en todo,
pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud,
y reconciliar por él y para él todas las cosas,
pacificando, mediante la sangre de su cruz,
lo que hay en la tierra y en los cielos. “ (Colosenses, 1, 15-20)
• 2642 La revelación “de lo que ha de suceder
pronto” —el Apocalipsis— está sostenida por los
cánticos de la liturgia celestial (cf Ap 4, 8-11; 5, 9-14; 7, 10-
12) y también por la intercesión de los “testigos”
(mártires) (Ap 6, 10).
• Los profetas y los santos, todos los que fueron
degollados en la tierra por dar testimonio de Jesús
(cf Ap 18, 24), la muchedumbre inmensa de los que,
venidos de la gran tribulación nos han precedido
en el Reino, cantan la alabanza de gloria de Aquel
que se sienta en el trono y del Cordero (cf Ap 19, 1-8).
• En comunión con ellos, la Iglesia terrestre canta
también estos cánticos, en la fe y la prueba.
2643 La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración: es la “ofrenda pura” de
todo el Cuerpo de Cristo a la gloria de su Nombre (cf Ml 1, 11); es, según las tradiciones de
Oriente y de Occidente, “el sacrificio de alabanza”.
AUTOEVALUACIÓN
1. Señale las diferentes formas de oración que aparecen
en el PPT y busque 2 textos bíblicos acordes a cada una
de ellas.