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LIBRARY
    ..         suMARIO GENERAL
     I.-Apreciacion crítica delDr.JoséSalvador Cavero.
     11—Artículo de “La Gironda”.
     III—LaSedición de Huamanga:
     I–San Juan de la Frontera–II. El año de 1812 en el Perú.—III. Las
 agoridades de Huamanga.—IV. La primera tentativa patriótica—V. El
 plan de los patriotas.-VI. Nuevo intento. El anuncio.—VII. La denuncia
 VIII. La sitnación de Huamanga. y las medidas preliminares.—IX. Nuevos
 sobresaltos—X. Disposiciones de Abascal—XI. La rebelión y los pasqui
 nes—XII. La Junta Patriotica—XIII. Dos sucesos interesantes—XIV
 El parte del Virrey—XV. Asechanzas nocturnas.—XVI. El cuerpo patrió
 tico de seguridad.—XVII. Continúan las asechanzas,-su extensión á Huan
 ta: ofrecimientos á los delatores.—XVIII. Abascal y Huamanga.—XIX.
 Don Demetrio O'Higgins y la tranquilidad de la intendencia.—XX. El Ase
 sor Pruna y el Procurador Cabrera.—XXI. El Asesor Pruna y Fernando
 VII—XXII. El batallon de voluntarios y fin de la sedición.
     IV–La Conjuración limeña.
     I. – Historiadores del episodio. — II. El cabildo de Lima en 1812.
 — III. El periodismo. — IV. El Conde de Vista Florida.—V. Fiestas en
 honor de Baqujano. -VI. El plan, los conjurados y las prisiones.—VII.
 Prisionero ilustre.—VIII. Los delatores.—IX. El código de los conjurados
 X. El proceso.-XI. La sentencia. — El parte del Comandante del Aposta
 dero del Callao; El Patriota Hilario Vial; Conexion con los independientes
 de Chile—XII. Lamentos á la Monarquía—XIII. Adhesion miliciana—
 XIV. Congratulacion del Cabildo y exhortaciones de la Gaceta.—XV. El
 Redactor del Peruano en la Metrópoli.—XVI. Tosé Mérida.—XVII. Euse
 bio Mosquera...—XVIII. El ("abildo de Lima.
     V–Segunda tentativa de rebelión en León de Huánuco.
     I.—Huánuco después de la pacificación.—II. El episodio.—III. El secre
, tario del Cabildo.—IV. Documentos jinstificativos.
   Carta del doctor don José Salvador Cavero
  • Fiscal de la Excma. Corte Suprema de la República
                              Lima, marzo 6 de 1913.
Señor don Luis Antonio Eguiguren
           Mi estimado amigo:
    Mis achaques-que cuando recrudecen me incapacitan
para toda función mental—han retardado, muy á mi pesar,
la lectura de suinteresante monografía, “La Sedición de Hua
manga en 1812”, con que se ha servido Ud. obsequiarme.
   Ha hecho Ud. una obra por todo respecto meritoria, rec
tificando la verdad histórica á la luz de una documentación
irrecusable,y disipando con ellas las sombras que empaña
ban el buen nombre de la antigua intendencia de Huaman
ga, acusada, si no de apego al régimen colonial, de indife
rente á la causa de la independencia, cuandoya en el año
1812 fermentaba en su seno el espíritu dc la rebelión, ani
mando á los“patriotas”, qne surgían como por encanto, al
conjuro de la libertad, á sacudir el yugo de la dominación
española,
    Hijo de esa tierra donde se selló el pacto de la emancipa
cipación nacional, debo á Ud. el tributo de mi gratitud por
esa obra generosa de reevindicación, aparte de mi entusiasta
aplausopor la labor tan ardua como fecunda en que lo veo
empeñado, consagrando las energías de sujuventud y los es
fuerzos de su poderosa inteligencia, al cultivo de la historia,
cuyos inestimables tesoros, inexplorados todavía, en gran
parte, comienzan á ejercer felizmente una fuerte atracción
sobre los intelectuales más conspicuos de las nuevas genera
ciones, en cuyas filas toca á Ud. lugar distinguido.
    Haciendo votos fervientes por el éxito de su patriótica
labor, me es grato suscribirme de Ud., con toda simpatía,
afectísimo amigo y S.S.
                                      J. S. Cavero
                    Bibliografía
  (De “La Gironda”, Ayacucho 16 de Abril de 1913.)
   Una muy grata sorpresa será para nuestros abonados,
como lo fué para nosotros, la lectura de la monografía que
comenzamos á publicar en este número, como folletín, refe
rente á los esfuerzos hechos en ésta ciudad en pro de la inde
pendencia nacional, durante aquellos hermosos días de sa
crificio y heroismo que la precedieron.
     El señor Luis Antonio Eguiguren, uno de los más selec
tos espíritus que brillan en los viejos claustros de San Mar
cos, ha reaccionado contra la tendencia general de casi to
das los escritores jóvenes del Perú, pues, lejos de gastar pre
maturamente su vigorosa mentalidad en fútiles ensayos
poéticos y literarios, inspirados las más de las veces en las
hojarascas pornográficas con que las casas editoras de Ma
drid y de Paris han inundado nuestras bibliotecas, ha dedi
cado sus trabajo y energías á la investigación histórica,tan
escasay tan olvidada en el país.
    Y ha comenzado su importante obra haciendo verdade
ros descubrimientos de la época más sujestiva de la historia
patria, cual es aquella en que el Perú, no obstante de ser la
base, el foco de las armas realistas, de modo que se hallaba
bajo la presión de la mayor fuerza de que podia disponer la
Metrópoli española en América, hizo heróicas tentativas pa
ra sacudirse del yugo colonial, en diversas ciudades como
Tacna, Huánuco, Ayacucho, etc. A esos días memorables
se refieren los heehos descritos en la monografia del señor
Eguignren y, por esta razon, la consideramos como una pre
ciosa éinapreciable joya bibliográfica.
    Porlo demás la hermosa carta del doctorJosé Salvador
Cavero es el mejor prólogo con que puede presentarse ante
el público lector, especialmente ante el nuestro: no podemos
emitir conceptos más hondamente pensados ni más elocuen
                         -   X   -
temente expresados, en forma tan clásica y robusta, para
dirigir al señor Eguiguren nuestras congratulaciones por su
brillante trabajo.
    Solo nos resta agradecer al doctor Angel Cavero, presi
dente del Centro Geográfico y magistrado prestigioso, á
quien ha sido obsequiado dicho folleto, se haya servido fran
quearnos para publicarlo y ponerlo al alcance de nuestros
lectores, cuyo entusiasmo, especialmente el de la juventud,
nos permitimos estimular para que en alguna forma culta y
digna haga ver al autor de :      que Ayacucho sabe apre
ciar y reconocer debidamente á quienes lo vindican del olvi
do en que la Historia lo había relegado en hechos tan gul
minantes de su vida.
                                                               »
 là Scdición de huamanga cn                         1812
                              I
                 sAN JUAN DE LA FRoNTERA
    Fué Huamanga una vieja población preincaica, como lo
atestiguan las ruinas de Jutunhuari, las del palacio de Po
macocha y las del templo del Sol, en el antiguo pueblo de
Vilcas-Huamán. Fundóla don Francisco Pizarro, Marqués
de los Atavillos, en 1539, al pie de los Andes majestuosos,
    Pero un día, el caballeroso é inflexible conquistador don
Alonso de Alvarado tuvo á capricho «fundar una ciudad
que fuese tan famosa como el Cuzco, donde todos viviesen
con placer y fraternalmente». Poco después, realizando su
proyecto, trasladó la ciudad de San Juan de la Frontera
(así llamada por haber entrado en ese día los españoles) de
los alrededores de Huamanguilla al aneno paraje de Puja—
ray que hoy ocupa, con el nombre de Ayacucho; y adquirien
do entonces el de «Victoria de Huamanga», en recuerdo del
sangriento triunfo obtenido por Vaca de Castro sobre Al
magro el mozo en el campo de Chupas, el 16 de setiembre de
1542.
    Al correr de los años, á travez de guerras con los natu
rales y de luchas intestinas, triste herencia de nuestrospro
genitores, creció la ciudad y recibió los homenajes que el
Monarca ofrendaba á los pueblos leales que concurrían á la
                           - 6 –
subsistencia del Real Erario. En tal virtud, Huamanga y su
Cabildo recibieron títulos de «muy noble y leal ciudad» y de
«Ilustre   Ayuntamento».
   En 1680, el Monarca Español confirmó la fundación
que el Iltmo. Sr. Cristóbal de Castilla y Zamora había veri
ficado de un Estudio General, al que dió el título de Univer
sidad con el nombre de “San Cristóbal”, y la puso bajo el
Real Patronato con las preminencias de la Universidad"Real
y Pontificia de San Marcos.
    Distante del Cuzco 70 leguas, más ó menos, Huaman
ga era, en lo intelectual, un reflejo de la gran ciudad incai
ca,por la cultura de sus pobladores, los templos, los an
tiguos almacenes y aposentos reales, y por un comercio ac
tivo en ricas minas, sus producciones variadas y colosales
como sus arboledas, la fabricación de ricas telas de lana de
alpaca y de vicuña, proveniente de aquellas manadas que
vagan por las punas de Paras, Totos y Sancos. Cumplióse
la frase de Alvarado de fundar una ciudad tan famosa como
la capital del antiguo imperio de los Incas.
    En 1812, período que vamos á bosquejar, la Intendencia
de Guamanga ó Huamanga, como escriben otros, compren
día siete partidos ó subdelegaciones: Cercado, Anco, Huan
ta, Cangallo, [Vilcas-Huamán]Andahuaylas, Lucanas y Pa          »
rinacochas, y sostenía una población de 5,378 españoles
78.954 indios, 29,621 mestizos y 957 entre pardos y escla
vos, según censo vereficado el año citado por el doctor don
Juan de Herrera Sentmanat, Abogado Mayor de Gobierno,
Guerra y Real Hacienda del Virreynato. Población inferior á
                           – 7 –
la que contaba la Intendencia de Tarma, la vida social éin
telectual de aquella la superaba en mucho.
    Los naturales de Huamanga son de suyo afables, corte
ses y aptos para el estudio. Las mujeres hermosas y discre
tas: allí nació doña María Tereza Cruzat yMunive, Marque
sa de Feria, de quien cuentan las Crónicas que fué dama de
singular talento y erudición, poseía latinidad, filosofía, le
tras humanas y diferentes idiomas. Los hijos de esta ciudad
intelectual y heroica, no sólo se hicieron conocer en los claus
tros de la Universid d de “San Cristóval”, llegaron á la Ca
pital del Virreinato ocuparon puest s de importancia, como
el Iltmo. don Manuel Gerónimo de Romaní (Obispo de Pa
namá y del Cuzco), el Marqués de Valdelirios Consejero del
Supremo Consejo de Indias; y algunos otros, como el doctor
Andrés de Paredes y Polanco, el doctor Antonio Jacinto
Díez de San Miguel y Solier, el doctor Juan de Vargas y
Mendoza, Fray Gabrielde Cárdenas etc., etc., se impusieron
por su talento y virtude. en las aulas de la universidad
limeña.
    Indudablemente la creación de las intendencias fué una
mejora en el régimen eolonial, pues se convirtieron las capi
tales en centro de cultura; pero en otro orden continuaron
los peligrosos rumbos que habían hecho fracasar la institu
ción de los correjimientos.
     Convertidos los Subdelegados en verdaderos Virreyes de
sus Partidos, ejercían un poder despótico en las múltiples
manifestaciones de la vida social. Los intendentes, como Vi
ce Patrones de la autoridad virreinal, vivían rodeados de
una despótica corte militar, y llegaron á enfrentarse á las
autoridades esclesiásticas, veneradas por los pueblos, cau
sando por este y otros motivos el desagrado de estos y la
rivalidad de aquellos.
    Sobre todo, los Obispos llevaron mal las preminencias
reclamadas por los jefes temporales, y en la ciudad de Victo
ria de Huamanga surjió un conflicto entre el Obispo y el In
tendente Marqués de Lara, porque aquel negaba, con justa
razón, la intromisión del poder civil en cuanto directa ó in
directamente tocara al clero; y el cura de Cangallo, ef tran
quilo párroco don Mariano García, hubo de arrancar de la
puerta de la Iglesia el Arancel colocado por orden del Inten
dente, con el pretexto especioso de ser excesivos los der chos
que aquel y otros cobraban.
    Hermosa y pint resca ciudad, Huamanga. Rodeada de
valles, en medio de una alegre y bellísima pradera donde se
cultivan viñedos en “Cangari” y “Toyas”, el Viñaca con
temporáneo; donde existen olorosas y abundantes flores, co
mo en Amancay; ciudad gozoza de su variado y salubérrimo
clima en las llanuras, en los páramos y en cálidos valles,
como el de Vilcas; hermosa región de torrentosos ríos y de
ricas lagunas, como la de Parinacochas; de crecidos maiza
les, cebadas y trigos que dora el herm so sol de Ayacucho,
sol vivificante, que calienta los valles y quebradas y brilla
suave bajo el cielo puro de la sierra.
   Sus elevados picos coronados de nieve son el marco del
paisaje hermoso que desde Sarasara, la mayor altura, con
templa el viajero: hacia el norte, el histórico campo de Quí
nua y hacía el sur los campos de Chupas, reuniendo en una
sola visión las hazañas de épocas diversas, que tonifican el
espíritu aguerrido de los huamanguinos.
                              – 9 –
     Renombrados son sus magnífi os edificios, de soberbias
portadas de piedra, y son elecuente testimonio la Catedral
de arquitectura elegante, la iglesia dc la Compañía de Jesús
y el Colegio Seminario. Su población devota y austera que
contaba en 1812, 59 doctrinas con 176 clérigos, 45 religio
sos y 82 religiosas, háse tornado hoy en ciudad industrial y
agrícola, perdiendo la situación intelectual que en la colonia
sapo conquistarse.
    La antigua Intendencia de Huamanga, hoy transforma
da en Departamento de Ayacucho, no posee yá la tradicio
nal Universidad de San Cristóval, pero vive espiritualmente
orgullosa de su pasado, mirando la floreciente agricultura
que cubre por el trabajo de sus hijos los campos y los lla
nos testigos de su ayer heroico; de ese amor inextinguible
por la Patria que germinó en Huamanga al rayar el alba de
1809, para continuar, á través de la época llamada de la In
dependencia, sacrificando vidas en 1814, con el triunfo del
Comandante Gonzalez en Huanta y Matará al frente de una
centena de Talaverinos; y en 1820, cuando Ricafort, celoso
del indescriptible entusiasmo con que Huamanga recibió al
grave y rígido Arenales, hizo terrible carnicería entre los in
dios que sin armas ni disciplina osaron resistirle. Poco des
pués la ciudad volvió á caer en poder de los patriotas, á cos
ta de sangre y sacrificios, pero alli debía acontecer algo gran
dioso, digno de cantarse por Olmedo, egregio poeta ameri
cano. Es la etapa final de la heroica epopeya. Es el último
mes de 1824.
    En la misma extensión llamada entonces Quínua, qui
nientos años antes, había el Inca Viracocha exterminado á
la nación Pocra, guerrera pertinaz, cuyos caudillos vestían
la piel de un león, del cual se tenían por descendientes. Se creían
nacidos en el lago inmediato de Castro Virreina y ocupaban
los fértiles valles de Andahuaylas, Huanta y Huamanga,
con el nombre de chancas y pocras. Inca Ripac óViracocha,
                           – 10 –
VIII Emperador, destruyó las cilín "ricas fortificaciones que
en Quinua tenia esta tribu, feroz y guerrera, exterminándo
la por completo. Desde entonces cambió el nombre del pue
blo llamándolo como hoy: Aya K’uchu ó Ayacucho: Rincón
de Cadáveres
     Este Inca—dice la leyenda— había pronosticado que “pa
sados doce reyes, el Perú sería subyugado”. Con la conquis
ta, la leyenda se cumplió, en partc. Otra razón dominó cerca
de tres siglos: esa raza había formado hombres libres que en
la mayoridad reclamaban su indepenpencia. Bregaro con
tesón, cayeron muchas víctimas, pero, no la profecía de un
Inca supersticioso, sino la gran ley de la renovaci n, del cam
bio, comprobada por la historia, los alentaba en la empresa
de emancipación. Y la hora llegó, y donde fueron vencidos
los pocras, no pudieron resistir los valientes hijos de Iberia.
    Al fragor de la pelea, en los campos de Ayacucho, bajo
el mando del valeroso Sucre, quedó sellada la independencia
del Perú y del Continente Americano. Huamanga, cuyo nom
bre se vá olvidando, por una de esas visibles injusticias de
pueblo y gobernantes, fué testigo de ese acto, el más hermo
so de la Historia Americana, la Victoria de Ayacucho, obte
nida después de cruenta viacrucis que se inició á partir de
los sediciones patriotas que bosquejaremos en las siguientes
páginas.
                              II
              EL AÑO DE 1812 EN EL PERÚ
    Del 20 de Marzo en que González Prada entró triunfan
te á León de Huánuco, hasta el 13 de Abril en que el Virrey
concedió indulto á los insurgentes de Huamalíes y Panata
                          =- 11 –
guas “un fermento sospechoso minaba los pueblos del
Perú”.
    En Huánuco, Huamanga y sus partidos existían amigos
de la Libertad; y en la misma Lima, circundada de almenas,
con arsenal de guerra que abastecía á toda América, en la
propia capital del Virreinato poblada de monarquistas por
herencia ó por interés, existía también un grupo de criollos
anhelantes de una patria libre de los reyes de España. En
1812, todos los pueblos del Perú estaban contagiados del
dcseo de alcanzar su independencia; v cuando aun humeaba
la sangre de los patriotas Crespo del Castillo, Haro y Rodrí
guez, vertida á la vera de la santa Iglesia Catedral de Huá
nuco, los huamanguinos esolvier n secundar sus nobles
propositos de emancipación.
    El medio perfectamente culto de San Juan de la Fronte
ra era propicio para que se manifestara un movimiento se
paratista; y si el fracaso acompañó á esta y otras tentati
vas de insurrección en el Perú, fué por la falta de un organi
zador genial que, como Castelli ó Belgrano, disciplinasen á
su gente, la llevaran disciplinada y resuelta al campo de la
lucha y que lejos de desilucionarse con la derro a, se reorga
nizaran y fortificaran con el a.
    Fué este un motivo del tardío éxito de los movimientos
separatistas: la falta de dirección traía consigo la pusilani
midad de los subordinados, abatidos con los reveses. Casi to
das las rebeliones fueron sofocadas en una ó dos batallas
campales. Con grandes talentos, los caudillos de la guerra
de la Independencia del Perú, fanáticos de la causa, carecían
de dotes para el comando.
    Togados de la Real Audiencia y sacerdotes de alma vigo
rosa, templada al calor de una religión ferviente como la
misma verdad, fueron jefes de algaradas y complots. No ca
recían de valor, pues lo contrario revelan, cuando se obser
va en personajes ilustres quegozaban de respetable posición
qne arriesgan sus intereses, y lo sacrifican todo á su noble
ideal; cuando se observa en sacerdotes y prelados que con
trariando las providencias de las autoridades episcopales
que les ordenan, bajo seve as penas, no tomar parte en el
bando de los rebeldes, eran instiga ores y muchas veces di
rectores de la acción. Pero unos y otros carecían no solo de
dotes para el mando, sino también de prestigio y populari
dad bastantes para sugestionará las masas y conducirlas á
difíciles empresas.
    En el combate de Ambo, librado el 18 de narzo de 1812,
entre las tropas de don José Gonzalez de Prada y los indios
de Huánuco, los patriotas van á la lucha serenos y resuel
tos. Fray Marcos Martel lleno de valor, como un cruzado de
los tiempos medioevales, los exhorta y anima á sostener la
conquista de su libertad. l'ero el plan había sido concebido
con presteza, y escasos de material de guerra y no contando
con dirección militar, sobrevino el espanto en las filas de los
patriotas: murieron muchos. cayeron prisioneros algunos
otros, y los sobrevivientes huyeron temerosos de la crueldad
del vencedor. Se refugió primero allá en los bosques del Pi
chiu y, en la cueva de Cheglla Pampa fué capturado en 22
de Mayo de 1819 el alma de esta jornada memorable.
    “¿Porqué se perdió guanoco y la paz” se decía en uno
de los pasquine- que se colocaron en Huamanga. Habría si.
do interesante conocer la respuesta dada por un patriota de
la época. Pero no era difícil. Y lo hemos dicho: sólo la falta
de organización y de nociones de táctica militar en los jefes
hicieron fracasar éste y otros movimientos.
    En 23 de Febrero los patriotas de Huánuco se insurrec
cionaron; el 26 de Febrero los indios panatahuas invaden
esa ciudad y Huamalíes, Conchucos y Cajatambo siguen su
ejemplo.
                                    - 13 -
             El 18 de �ferzo tuvo lugar la de: rota de los patriotns
         en Ambo, h?yen y pretenden atrincherarse en Visacava; pe·
't
i        ro desiste:, de su pla11 y <lesaparecer1 de la escena para refu·
         giarse ó caer prisioneros. A pri cipios c�e Abril, Aba ncay y
         Paucartambo, subdelegaciones ele la Intendencia del Cuzco,
         y otras de Puuo se conmuev�;y losindiv:duos de e,-tos par·
         tidos Hbandonan los cuerpo� y las bandera<: delRey.
             iEl 24 de Abril se delata una sedición preparada en Hua·
         m1-111ga, que debía estallar en la Octava de Corpus. A prin·
         cipios de Julio, cuando ya se había dejarlo sentir el castigo á
         los jefes patriotas, se denuncia una conspiración proyectada
         para el 12 de dicho mes en la propia ·capital del Virreynato;
         en Octubre vuelve á sentirse desasosiego en la ciudad de
         León de Huánuco. Este era el Perú en 1812.
              Ent,remos ahora á conocer los personajes que represen
     •   taban la causa real en la cindad:de San Juan de la :Frontera,
         y resignémonos a ignorar los nombres de sus incansables
         adversarios, los patriotat1.
                                       III
                   LAS AUTORIDADES DE HUAMANGA
     •        Verídica y compulrnda relación la siguiente, dará idea
         de las autoridades que en 1812 gobemabanótenían puestos
         oficiales en Hunmanga:
                           GOBERNADORINTESDBNTE
                           D. Demetrio O'Higgins.
         Teniente ast-sor Dr. Francisco de Paula Pruna (Gobernador
            interino)
         Subdelegado <Je Cangallo (Vilcas Huaman) Dn. Cosme de
            Echevarría
                                                          Dig1tized by   Goog Ie
                               – 14 –
" Coronel de Milicias de Huanta, Coronel José Matías de Ca
     brera.
                    EL CABILIDO DE HUAMANGA
 Alcalde ordinario de 1er. voto. "General Dn. José Manuel de
    Goyeneche
 Alcalde suplente de 1er. voto, regidor Don José de Gálvez (1)
 Alcalde de 2º voto Dn. José Joaquín Toledo Pimentel.
 Alcalde Provincial de la Sta. Hermandad, rejidor Dn. José
    Antonio López del Romar
 Rejidor absuelto con los honores de tal Dn. Domingo de la
     Riva Cossio,
 Alferez Real Teniente Coronel            Francisco Antonio   Ruiz
     Ochoa y Monreal.
 Rejidor Dn. Fernando Fernández y García,
 Rejidor Dn. Francisco Fernández Eyzaguirre:
 Regidor Capitán Manuel García Espinoza.
 Rejidor Ldo. Francisco de Chavez Qucvedo. (2)
 Regidor Coronel José Vatías de Cabrera
 Rejidor Teniente Coronel, Diego Balmaceda.
 Rejidor Asesor Dn. Vicente León. (3)
 Síndico Procurador General don José Vicente de Egurrola.
 Ministro y Tesorero de las Reales Cajas. doniJuan Antonio
     Gordillo.
 Ministro y Contador interino Capitán Ignacio del Alcázar.
 Cobernador Militar interino Comandante José Palomino
     de Mendieta.
 Coronel de las Milicias Urbanas             Id.           Id.
 -----
    (1) Alcalde en 1801.
    (2) Alcalde en 1802.
    (3) El Alcalde en 1803, fué Dn. Vicente Ruiz Aldana.
                               – 15 —
 Administrador de las Reales rentas unidas Dn. Martín Arrea
 Contador           Id.             Id.         José Novoa
Vista de la Aduana don Jnan Cantón
Ayudante de Gobierno Capitán José María Franco
Sargento Mayor don Joaquín del Camino
Capitán de Granaderos don José Vicente del Moya
                    LA IGLESIA DE HUAMANGA
Gobernador Dean del Obispado Dr. Andrés de Alarcón y Sa
     lazar.
Cura Rector del Sagrario Dr. Calixto Berrocal
Cura Rector de la Parroquia de Santa Ana Dr. Ramón Mu
     iñoz
Cura Rector de la Parroquia de Santa María Magdalena
   Dr. Mauricio Prado Cruzat (1)
Cura de Cangallo Dr. Angel Pacheco.
Clérigo de Huamanga. Dr. José Narváez
Notario Cursor Juan Fernández de Lara
   Hé aquí las autoridades civiles y eclesiásticas que
veremos actuar en esta rápida reseña de la sedición que pre
paraban los patriotas de Huamanga en el año de 1812.
                                  IV
      LA PRIMERA TENTATIVA PATRIOTICA DE
                           HUAMANGA
    Desde el levantamiento de la Paz, en el año de 1809, em
pezaron en la ciudad de Huamanga las amenazas de exter
minio contra los Europeos. Calmadas las pasiones con la
nacificación de aquella ciudad volvieron á encenderse, y es
    (1) Construyó la Igleeia, en la parroquia de Santa María Magdalena
invirtiendo en la obra las oblaciones que percibía.
                            -16 -
ta vez para ir creciendo, con el llamado plan moderno de
Buenos Aires, y la aproximación de C'astelli al Virreynato
del Perú.
    Entonces eran mfis francos y atr;vidos los movimientos
separatistas y las O¡Jiniones sobre una patria libre é inde
pendiente, eran el pábulo ordinario de las conversaciones
en hosterías y tiendas, como en los tambos 6 ventas que se
extendían desde Quito á Potosí, con maestros de pog-tas
que ronchas veces eran maest-ros, apóstoles de la libertad.
    No ignoraban las autoridades españolas que en juntas
tenebrosas se trataha de la libertad de América, y en vano
luchaban, valiéndose de ardides, por traslucir fijamente
los miembros que las componían, los parajes en que se rea·
}izaban las sesiones y lo que en ellas se trataba.
    Además de las causas genernles µe la rebelión en toda
América, había otras particulares del momento histórico              r
en Huamanga.
   Las gabelas y exacciones de los empleados subalternos,
las cortapisas al comercio, tenían sobreexcitados á los indios
contra el gobierno español y co11tra los "patricios", crio
llos orgullosos de sus riquezas. El monopolio ele "azogue
ros" llegó á increíbles proporciones, y los "doctrineros"
ejercían verdadPros repartimientos á muy subidos pre-                r
cios. Con pretexto de gastos de justicia, se aprovechahán
los subdelegados del producto de censos y del arrendamien-
to de tierras; y mr.s de una Yez acon,eció, que tuvieran que
arrojarlos del empleo, como sucedió con el subdelegado de
Andahuaylas (1804) don Manuel de Ugarte cuyos exct·sos
motivaron su separación. Los '·hacendados" habían enta·
hlado pagará los indios sus jornales en géneros, á precios
excesivos sin ajustarles sus cuentas, �- los "partidarios de
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                              - 17 -
   diezmos" obligaban á los infelices in<ligenas á pagarlos aún
   cuando S. M. por Real Cédula los había dedara<lo exentos.
       Las terribles venganzas contra los caudillos de Huáou
   co, y el fracas de Lt I ebeli6n en esta ciudad y en la Paz
   eran otros motivos que alimentaban el alma de los fervien
   amigos de la emandpación, como conbustible al que falta
   ba una chispa para hfüerla extallar .
                                 • ••
       En un extremo del partido de Vilcas-Huaman. lt; leguas
  distante de Huamanga, hay un caudaloito rfo nombrando
  Pampas que deslindaba este partido del de Andahuaylas.
  El pasaje era por 11n puente ,te sog-as formado en el estre
  cho d-! una quebrada profunda; por él transitaban indii-;pen
  sablemente corret1s y traficantes del Virreinato ele Buenos
• Aires y cll" Lima, por no ha her otro paso. Si alguna noticia
  llegaba ele Buenos Aires, tenía que ser l'Onocida en Huaman
  ga y sus p,,rtido!'.
       Así ,·omo Goteneche miembro ilustre del Cabildo de
  Huamanga envi&ba á él frecuentes comu1icaciones, don
  Juan José Castelli enviaba también sus proclamas á los pue
  blos riel alto Perú 1 ilustrando los pasquines que se repar
  tían en Huamanga, acon ejando el sistema de Buenos Aires.
       La aproximaci6n del tribuno é inteligente militar al
  Virrey na to del Perú y las insignaciones con que repetidé!S veces
  solicitara apoyo, eran d hilo magnético que á la distancia
  comnnicaha espíritus que viuía de una misma y noble idea,
  á la que to<los los patriotas e,;taban resueltos á sacrificarse.
       LUt·go veremos lo que el síudico ¡,rocurador de la ciu.
  ,lar! opi aba sobre la causa del movimiento de opinión, en
  Huamanga, ahora vamos á referir la primera tent1:1tiva de
   la patriótica ciudud.
                                                    Dig1tized by   Goog Ie
                          – 18 –
    La noche del 28 á 29 de Junio de 1811 estuvo destina
da para el exterminio de los españoles y de algunos patri
cios realistas, á la señal de un cohetecillo reventado ó al to
que de un tambor; pero quizás la previsión de que Castelli
podía perder la batalla de Huaqui y echar impetuosamen
te contra los revolucionarios todas las fuerzas cercanas con
tuvo por entonces el designio de los patriotas.
   Sin embargo, el desastre de Huaqui no alcanzó á debi
litar el ánimo de los patriotas, y en la mañana del 31 de
Agosto amaneció este pasquín satírico:
    “Goyoneche, Goyoneche ¿dónde están tus Victorias?”
    Era la parodia del grito “Varo, Varo donde están tus
legiones”; pero si es verdad que tal interrogación envolvía
una ironía, también es cierto que Goyeneche militar valero
soy discreto, podía responderá él comenzando sus triunfos
desde Chacaltaya hasta Huapui y Sipesipe.
   Las elecciones á Cortes aumentaron los entusiasmos de
un lado y los recelos del otro lado; los patriotas aprove
chando el momento lanzaron pasquines, y tornaron sedi
diciosos á sus amenazas á las autoridades.
   Llega el mes de Setiembre, y el Cabildo presidido por don
José Matías Cabrera recibe una invitación anónima, inci
tande al Cabildo para que despojando del Gobierno al In
tende don Demetrio O” higgins, colocara en su lugar al
Dr. Miguel Ruiz de la Vega que acababa de ser electo Dipu
tado á Cortes. Su elección había dado lugará fiestas y re
gocijos relativamente semejantes á los que en Lima se ofren
daron el siguiente año á otro criollo popular, el ilustre Ba
quijano y Carrillo. La razón que daban los consejeros de tan
importante como peligrosa aventura era la opresión y los
daños que las autoridades españolas causaban al vecinda
                          – 19 -
rio; y rogaban á los Alcaldes que los libertasen de la opre
sión que padecían
   No se contentaron con estos los patriotas y   dirijieron car
tas á los Capitularos, especialmente al Jefe del Cabil
do Dr. José Matías Cabrera, para que sacando esta moción
del poder de un clérigo Dn. José Narváez á quien le fué en
tregada ó de las manos del Cura de la Magdalena, Dr. Mau
ricio Prado Cruzat, á quien pasó sin saber cómo, proveyera
sobre su contexto.
   El Ayuntamiento,vacilante quizá entre lo que sin duda
juzgaba conveniencia y sentimiento nacional, y temeroso
de “hacer crímen de la ocultación”, comunicó al Tenien
te Asesor Dr. Pruna el plan que se aconsejaba para que
el gobicrno deliberase lo oportuno, entre tanto regre
saba de su vista al Partido de Lucanas el Gobernador
Intendente. Se convocó al Cabildo nuevamente,y formado el
expediente acostumbrado en tales casos,se remitió al Procu
rador de la Ciudad para que juzgase las quejas de los ano
nimístas, levantase el sumario é hiciese esclarecimientos.
    Dn, José Vicente de Egurrola recibió el 3 de Setiembre
la solicitud del Cabildo y dos días después evacuaba el in
forme siguiente:
     Docm. Nº. 113 “Ilustre Ayuntamiento, Justicia y Rej1
“miento.—El Síndico Procurador General de esta ciudad, don
“José Vicente de Egurrola contestando al traslado que
 Vuestras Señorías sehan servido correrle en decreto de 3 del
“corriente mes; lo que puede decir sobre la materia del presente
 expediente es que no tiene el menor antecedente ni está im
 pu sto en los puntos que contiene, más que en lo que minis
 tranlos papeles mismos, que hacen ninguna mención de ha
«ber ocurrido á su Ministerio en cerca de un año que lo ejerce,
 vecino alguno á exponer ni representar la menor querella
“verbalmente, por papel ni por mensaje valiéndose de algu
“na persona de carácter ó representación sobre los perjui
“cios ó vejaciones que haya sufrido ó sufre este vecindario,
“y así únicamente suplican y ruegan á los dos Señores Al
“caldes, y Rejidores para que enterados de dichos papeles
“tomen los remedios conducentes á libertarlos de la opre
“sión que aseguran estar padeciendo; y en consecuencia de
“todo es de sentir esta Procuración General, que el Ilus
“tre Cabildo atendiendo á la delica deza de la materia trate
“con prudencia y pulso que corresponde de indagar quien ó
“quiénes sean los autores de dichos papeles, y sison ciertos
“los daños y perjuicios con que se dice estar oprimido el ve
“cindario, dando si tuere de su aprobación, comisión á uno
“de los señores Alcaldes Ordinarios para que proceda con el
“sigilo y sagacidad que se requiere á la indagación indicada
“ysi de ella resultare serjusta y fundada lo que sea; es obli
“gación de Vuestras Señorías, como Padres de la Patria, so
“licitar el remedio por los terminos que prescriben nuestras
“Leyes, nuestra sagrada Religión y la prudencia, teniendo
“por norte solo el bien común de este honrado y fiel vecin
“dario, y la tranquilidad pública en una época tan delicada
“como la presente; pero feliz aún en medio de tantas cala
“midades, porque nuestra tierna Madre la Metrópoli se ha
“propuesto desvelarse con un infatigable celo en la reforma
“de los abusos, y males que abrumaban á sus amados hi
“jos. Huamanga y Setiembre 5 de 1811—José Vicente de
Egurrola.
“Es copia de respuesta del Procurador General de la Ciu
“dad, dada al Ilustre Ayuntamiento en el Expediente á que
“se refiere—Pruna–Rubricado.
   Atinadasfrases las del Procurador, ellas hacen meditar
en esa época que juzgaba “muy delicada”. Alegaba en
su informe que en un año que ejercía la Procuración
nadie había ocurrido á interponer querella sobre per
                           – 21 –
juicios ó vejaciones, y consileraba que debía usarse de pru
dencia, para indagar quiénes eran los autores de los libelos
á las autoridades y de la anónima invitación al Cabildo.
Vano intento: los autores no se conocerían jamás, y no se
sabe si la comisión investigadora, propuesta por el Procu
rador, sacó en blanco algo sobre tan importante asunto.
    No negaba Egurrola la opresión de que se quejaban los
autores de la moción al Cabildo y antes bien pedía que se
practicasen amplias investigaciones con sigilo y sagacidad,
para averiguar la verdad, y si resultara justa y fundada la
queja, era su parecer aplicar la ley con todo su rigor.
            EL, PLAN DE L()S PATRIOTAS
   Esperaban los patriotas de Huamanga que el Alcalde
don José Matías Cabrera, impresionado con la idea de la
exaltación á la Intendencia de su concuñado el Diputado
Miguel Ruiz de la Vega, había de acojer con entusiasmo los
términos de la tentadora moción, y ganar para la causa á
los miembros del Cabildo, aprovechándose de que O'Higgins
visitaba los confines de la lintendencia, cumpliendo la obli
gación impuesta por el artículo 21 de la Real Ordenanza.
    El momento era propicio. El partido de Lucanas, el más
lejano de la Intendencia, ofrecía entonces, aún más que hoy,
serias dificultades al viajero; y mientras don Demetrio
O'Higgins recibía la noticia de la insurrección, terminaba de
impartir ordenes al subdelegado don José Irigoyen y atrave
saba las cincuenta y cuatro leguas que separan Lucanas de
Huamanga, la rebelión podía tomar cuerpo y aún era posi
ble que los insurgentes impidieran la entrada al Coronel
Intendente y al centenar de milicianos que le acompañaban.
                            – 22 –
     El plan fracasó porque habría de actuar un elemento oon
 trario: la lógica del Alcalde Cabrera.
     Para él la situación era peligrosa. Así debió comprender
 lo desde el primer momento. ¿Qué podía hacer en esa oca
 sión? ¿Seguir acaso el consejo de los urdidores de tan peli
grosa trama? ¿Podría Ruiz de la Vega resistir por algún
tiempo al frente del gobierno? Cuál habría sido la suerte de
los Cabildantes y de sus familias y bienes, derrocado un go
bierno que ellos habían creado?
    No se escaparon al talento calculador del Alcalde Cabre
ra estas sencillas reflexiones, y se limitó á burlar en la forma
másirónica, con la inutilidad de sus esfuerzos, el plan de los
patriotas, silenciando los anónimos que se le enviaban, y
procurando la salida inmediata de la ciudad del Diputado
Ruíz de la Vega “para ahogar con el disimulo y el olvido
una ocurrencia que examinada á fondo, pudiera haber traí
do escandalosos resultados”.
     Ruíz de la Vega y José Matías Cabrera debieron estar al
cabo de la trama. El primero mereció en esa ocasión el dic
tado de “renuente” por ser remiso en dejar la ciudad, deseo
so tal vez, de alcanzar los resultados, y le sucedió que su
concuñado se vió obligado á exijírselo. Cuanto á Cabrera
que, como veremos, reprochaba en 1812 que el gobierno de
Huamanga “hubiese sindicado con una lijereza delincuente
la fidelidady honor del vecindario” en esta ocasión silenció
los pasquines que se le enviaban, no por despreciarlos en ab
soluto sino que como decía Pruna: “él sabe y yo no ignoro,
que la causa de haberlos despreciado, ó mas silenciado, no
ha sido el filosófico desden de que se jacta, sino interés fo
mal de ahogar un incidente que pudiera muy bien compro
meterlo”.           -
    Descubiertos, como queda referido, sus propósitos, los
descontentos volvieron á calmars, hasta que los sucesos de
                          – 23 –
Potosí y la conmoción de Huánuco, en Febrero de 1812, vol
vieron á excitarlos nuevamente.
                             VI
            NUEVO INTENTO–EL ANUNCIO
  "Mediaba Abril de 1812 cuando el Gobierno de Huaman
ga recibía aviso de que, entre los patricios había un fermen
to de insurrección no despreciable, por haberse divulgado
que los europeos proyectaban librarse de alguno de ellos.
    La rivalidad entre “patricios”—criollos que por su ri
queza descollaban en la ciudad,—y españoles, era visible. De
allí que los más exaltados se echaron á buscar en éste y otros
motivos, ocasión para conmover los ánimos con las especies
más increíbles.
   Como la efervecencia crecía, el Intendente reunió en casa
del Alcalde de 2º voto, don Joaquín Toledo Pimentel: al de
1er. voto don José Gálvez. suplente de Goyeneche, al Coronel
de Milicias don José Palomino de Mendieta y al Capitán de
Ejército don Ignacio de Alcazar, Ministro Contador interino
de las Cajas Reales y les dió parte de la delación, asegurán
doles la inocencia de los “europeos”, exigió de las justicias
garantía igual respecto de los supuestos amenazados; y que
damos—dice el Intendente Francisco de Paula Pruna—en
que rastreando la verdad, me comunicarían sus descubri
“mientos. No lo han hecho quizás porque aun no han explo
“rado cosa de sustancia. De entonces acá han corrido algu
“nos otros temores de sublevación; más no he hecho el ma
“yor aprecio de ella por la clase obscura de su orígen atri
“buyéndolo á la libertad general con que hoy se discurre y
“habla de estas materias”.
   En tan críticas circunstancas, se denunció al Intendente
la sedición proyectada para la Octava de Corpus, y el espí
                            — 24 —
ritu receloso de Pruna, desconfiado y tímido, con el temor
de la responsabilidad, creía estar cercado y oprimido poran
gustiosos peligros. En sucesivas comunicaciones dirijidas al
Virrey de Lima y en frases, contenidas en ellas, se repiten
las palabras: “Yo no sé absolutamente qué hacernine. Ignoro
los síntomas y modos de la revolución que se anuncia. No
tengo la menor confianza del Batallón de la Ciudad por el
carácter sospechoso de casi todos sus oficiales y lo qué es
más no la tiene el mismo Coronel......” Todo me cierra las
puertas á la menor providencia......“En fin, yo he manifesta
do áVuestra Excelencia ingenuamente mis observaciones y
perplejidades”:
    Estas y otras semejantes expresiones dicen claramente
que frente á la Intendencia de Huamanga había un espíritu
receloso, sin virtudes militares: ni serenidad, ni carácter.
                                                                  r
    No debió manifestar sus desconfianzas, aunque teníamo
tivos basados en los tiempos que corrían y en la experiencia.
Oigámosle:
    “Cuando tanta indolencia sea libre para cualquier par
“ticular que á riesgo suyo bien puede despreciar lo que quiere
“cual despreciaba besar el fatal vaticinio de los Idus Martios,
“ella no es un axioma para la teórica de un Gobierno. Ya es
“demasiado fatuo el que no entiende que las chispas tiradas
“son el anuncio de un incendio, á no ser que la vijilancia las
“apague. El Asesor de la Paz Fernandez Dávila tuvo avisos
“bastantes en pasquines y cartas, que debiendo enseñarle
“á ser más cauto, quizas alcanzarían á impedir las desgra
“cias que desolaron á aquel pueblo. La demasiada confianza
“ha hecho perecer en Valladolid de Mechoacaná don José Te
“rán, Asesor y Gobernador interino, como refieren los pape
“les públicos. Y esa misma credulidad funesta hizo que deplo
                        – 25 –
remos sin remedio tanta sangre inocente que ha sido de
rramada en Potosí”.
     Era el Intendente Pruna inteligente funcionario para una
época normal, pero no para ocasiones tan difíciles como la
que atrevesaba Huamanga. No queremos decir que el miedo
le hizo ver mayorespeligros de los que en realidad existían
para la causa de los españoles. Quizás si esta misma pusila
ninuidad y el clamar y dar voces de alarma, el decir sus des
confianzas, el colocar por todas partes ajentes confidencia
lesy otras medidas que dictó, hicieron creer á los enemigos
que se encontraban frente á una autoridad activa y vijilante
que á la primera destrozaría sus planes, y en ello estribó
principalmente el fracaso. Pero ha llegado el momento de
que veamos cómo se delató la sedición preparada para la
Octava de Corpus, y la fermentación que con este motivo
hubo en la ciudad.
    Erase la mañana del 1º de Mayo, todo dormía en la cui
dad de Huamanga, cuando el ordenanza del Intendente pe
netra al dormitorio de éste y le dice que un eclesiástico
mandaba entregarle una carta procedente del Subdelegado
de Vilcas-Huamán, la que contenía un mensaje de imponde
rable urgencia.
   Cuál sería la impresión del Intendente, cuando leyó la
comunicación del Subdelegado don Cosme Echevarría de
nunciando la sublevación preparada.
   Docu N° 114. Decía, así:
“Señor Doctor Don Francisco de Paula Pruna—Cangallo
“Abril 25 de 1812—Muy venerado señor: Con un Cura ami
“go mio, fiel vasallo, amante de la Patria causa pública y
“religión según los conocimientos que tengo de él, tuve ano
“che una larga conferencia y entre los varios puntos que
“tratamos, bajo de riguroso precepto y palabra de honor á
                               - 26 -
uo:> J:>J.lJO .l[ aub) �.1qwou ns OlJ.l!qn:>sap .l.I.l?J ou .lnb .,·p ug.,
"todas Vt'ras) me comun có ror. lágrimas en los ojos, como
'·esa ciudad de Huamanga está di,puestay armada par:t
"suble,·"rse la Octava de Corpus 1 y quede1 do in1:urrir s01?re
 'el autor y datos formales de la e:-pecie no lo pur!e l'Onsegui r.
"solo sé que me lo avisaba con el fin de q•1e diese cuenta á
"Usí1, como dicho Cura lo ve ifica á su Prelado con est: fe·
"ch¡_¡; y yo como igualmente fiel v,,S>illO y amante á las cua-
''tro causas Dios, el Rey, la Rc:ligión y la Patri, lo pongo
"tollo en noticia a� U,ía para que mediante su acreditado
"celo y sus sabi1ts determinaciones, ponga remedio y tome
"la!' precauciones que considere oportunas á lot- males que
''nos amt'nazan-Dios dé á Usía acierto en t0tlo, y mie tras
"me imparta órdenes de su ngrado quecJa ele Us;a !'U más su
,'miso y obediente subdiro que besa ,!-U mano-Cosm� de
"Echev:-irria-E- copia de su original y así lo juro--Hua- �
"manga 1° de Mayo de 1812-Pruna".
    La heroica villa de C:,ngallo no podía permanecer ajena
al movimit'nlO separatista y todo haee creer que la sedición
urdicla en Huamanga tenía Ru má..; rmplia ramificación en
Vilc::.s-Huamán.
    El mismo ch squi portador de 1 a comunicaci1>n para el
Intendente habh traído otra del mismo t.-nor, para la auto·
ridad eclesiástica. La data de ésta anuncia al primero que
tuvo noticia de la sedición. Los senridores de los podere-, ci
vil y eclesiástico anunciaban el pdigro, para que unida!> am·
ba<i Potel-tades, determiuasen los remedios é impidieran que
los facc osos logra"en i-us esperanzos.
    No salía aún don F ancisco de P�ula Pruna del ásom·
hro y estupor, su confusión llegó á lo incomensurable, cuan·
do al ir á comunicar tan infausta nueva al Dean Gvbernador
Dr. D. Andrés de Aiarcóti y S¡¡}azar, éste Prelado con silencio
                                                  Dig1tized by   Goog Ie
                            - 27 -
elocuerte, le mostraba la carta del cura .anunciador, Dr. An
gel Pacheco, de quien se habla en el capítulo siguiente.·
                         LA DENUNCIA
   •
       Misiva de imµonderable va lor, que constituye un intere-
�ante hallazgo, es la carta del Presbítero don An.�el Pa.che·
co. Fué su de!'e,> que se entregara al fuego luego que fuese
leída, y ha salvado á la fuerza de ese elemento y del tiempo
para referir al historiador el nombre del anunciarlor de una
sedición que mantuvo latente la llamarada ele la libertad.
       Veamos el conknido de la carta del cura 1le Hua ncnray·
lla, y luego juzgaremos su proceder   t'll   severo tribunal.
     Docm. No, t 15. "Huancaraylla y Abril 24 de 1812-
"Mi venerado señor: Penetrado de dolor tomo la pluma en
"obsequio de la Religión y de la Pieda,1 para poner en noti
''cia de Usía bajo del mas exacto sig;ilo(d cual trasluciuo !'e·
!'ría sin duda yo el primer blanco del furor faccionario) y es
"que anoche se me comunicó que para el día de In Octava de
"Corpus Cristi se han resuelto los sediciosos levantarse y
"asesinará todos losqueno seandel sistema que ellos llevan,
·'pero principalmenteá los individuos de la nación Europea
"Usia que tiene la rienda del Gobierno espiritual podrá tomar
"las me.-Jidas que su celo y su acrisolada prudenci1-1 le niinis
"tre •. El milagro ha <'stado en q11e el señor d« los ej�!�Í�os
"por esrecial misericordia ha querido se manifieste siquiera á
''uno esta inhumana resolt1<'ión tan oculta, au·uque ·por mu- •
"cho tiempo meditada,ylaprecaución queda enla vigilancia
"y en obser,ar las sabias re-oluciones de los jefes qui• alli es
"tan co ·servando lo, derec-hos de una y otra potestad: Usía
                                                   Dig1tized by   Goog Ie
                          — 28 –
“es el uno, y el Majistrado civil y político es el otro, á este
"se le dá la misma noticia con esta fecha; por lo que impor
“ta á la seguridad que desde visperas de la citada solemni
“dad esten alerta, no sea que quiera la pasión anticipar sus
“rencOres.
    “Con satisfacción de que Usía entregará al fuego esta
“carta luego que lea, firmo rogando á Dios nuestro señor
“guarde la importante vida de Usia muchos años—Besa, la
‘mano de Usia su muy atento y minimo Capellán-Angel
“Pacheco—Señor Dean Gobernador del Obispado Doctor
“Don Andrés de Alarcón ySalazar.
    “Es copia de una carta reserva la que manifestó á la In
tendencia el Señor Dean Gobernador del Obispado—Pruna
—Rubricado.                                                -
   La critica lijera se estrellará contra la fama del capellán
de Huancaraylla por haber delatado el movimiento separa
tista de Huamanga, violando el sijilo de la penitencia;
pero cometen injusticia los que califiquen mal su proceder,
sin meditar las condiciones en que verficó la denuncia y las
opiniones de la época.
     Después de la muerte de Enrique IV, el parlamento de
Francia decretó que el confesor no estaba obligado al sijilo
si intervenía el delito de majestad. Doctrinas nefarias ó erro
neas muy semejantes estuvieron en boga e la época de la
Independencia Americana.
   La intervención de las Logias apuraba la inquina de los
clérigos contra los néofitos de la libertad que luchaban por
la Independencia de un Continente, pero sin cuidarse de ad
quirir, después en sus actos públicos esa libertad que ambi
cionaban.
    Pero la verdad es que no se comprende el porqué del dic
tado de “excomulgados” y ese disfraz religioso que se dióá los
¡nsurgentes patriotas y á los movimientos separatistas. Algu
nos jefes patriotas eran protestantes, y en los barcos de gue
 rra y en los batallones había hombres de todas las sectas y
 esta era la razón porque frailes y clérigos no gustaran de es
 tar en semejante compañía.
     Pero la falta de lógica, que tanto daño hace á las socie
 dades y á los hombres de todas ideas, hacia años después
 que aplaudieran clérigos y religiosos que la misma Es
 paña, por medio de su Embajador en Londres, solicitase
 á Lord Cockrane para Almirante de su arruinada marina.
 Y¿acaso la desecha expedición española sobre Rio de la
 Plata no llevaba por almirante al honorable Fleming, tam
bién protestante? y Lord Wellington no fué Generalísimo
de las tropas de España y á sus órdenes no estaban los reji
mientos católicos con susVicarios Castrenses y Capellanes?
    Se engañaban nuestros antepasados al confundir la
forma de los gobiernos con la Religión y la política, como
sucede en la España contemporánea que alfonsistas, carlis
tas y republicanos católicos marchan divididos en cruda
guerra, perdiendo día á día las mejores posiciones del reino.
     El pretexto de la Religión para hacer una guerra religio
sa tenía que ser despreciado, y con el tiempo se vió que en toda
América, los religiosos y curas eran como los que halló Mo
rillo en Nueva Granada, cuando en 7 de Marzo de 1817 es
cribía desde Mompox al Gabinete Español: “los habitantes
no aguardan sino ocasión de continuar sus designios crimi
nales, y especialmente losCuras entre los cuales no se en
cuentra uno bueno,” es decir que todos eran patriotas.
    Pero una razón mayor tenían los clérigos para abrazar
la causa de la Monarquía. Un decreto de las Cortes decia «entre
las medidas tomadas para el Gobierno de las Provincias que
iban quedando libres de enemigos, se prevendrá á los R. R.
Obispos que los suspendan de sus funciones, nombrándoles
Vicario ó Tenientes que ejerzan el ministerio pastoral, y eli
giendo para aquel cargo eclesiástico de probidad notoria, y
cuya conducta no haya sido sospechosa”.
                          - 30 –
    El artículo 9 dice: “si hubiese algún Prelado Eclesiásti
co de cualquiera clase y dignidad que sea que se haya hecho
sospechoso al gobierno por su conducta con los enemigos,
le hará entender la Regencia del Reino, que se abstenga
de ejercer las funciones de su ministerio hasta que se puri
fique”.                                             -
    Por su parte las autoridades diocesanas en sus pastora
les exhortaban á los eclesiásticos para que denunciasen á los
traidores, contra los que podían combatir sin temor de incu
rrir en irregularidad.
    Eran ideas de esos tiempos en que la forma monárquica
se creía la máspura concepción de gobierno.
    Prueba de que la religión católica estubo siempre al
frentc de todo movimiento de justicia y de progreso es la ac
tuación del clero católico en la Emancipación Americana,
pues á pesar de prohibiciones expresas y de las ideas domi
nantes, se vió entonces por todo el continente, desde Méjico
con Morelos, hasta Buenos Aires, con Funes, sacerdotes be
neméritos que impulsaron los movimientos separatistas;y
en el Perú, desde el padre Martel hasta los tiempos del insig
ne cura Pizarro, vemos religiosos y presbíteros partidarios
de la verdadera libertad é independencia de la Patria.
    No, no era el Padre Angel Pacheco un vulgar espía que
valiéndose de la auricular confesión había conseguido, con
espirituales exhortaciones, arrancar el precioso secreto á
uno de los conjurados de la Octava de Corpus.
    Modesto y virtuoso, no traspasó los límites de su apos
tolado. En la noche del 23 de Abril oyóen confesión la tra
                             — 31 —
ma de la revuelta, quizás el nombre de los conjurados; medi
tó los inmensos crímenes, los asesinatos de que sería
víctima la ciudad y su conciencia piadosa no pudo de
jar de anunciar alJefe espiritual tan infausta noticia, para
que tomase, como pastor degrey en pelígro, “las medidas
que su celo y acrisolada prudencia le ministren”. Pero aún
su conciencia no quedaba satisfecha, pues sin faltar al sijilo
podía salvar de iminente peligro ágran número de sus com
patriotas y   comunica también la infausta noticia al ma
gistrado civil y político.
    El temor de que se le señalara como delator y ser “blan
co del furor faccionario” le obliga á exijir del Obispo y del
Subdelegado el más estricto sijilo. Anuncia el hecho, la fecha
en que debía verificarse, lo meditada y oculta que se había
preparado la rebelión, aconseja estar alerta “no sea que
quiera la pasión anticipar sus rencores;” pero celoso de su
ministerio no complace y antes repele al Subdelegado que
“inquiría sobre el autor y datos formales de la especie,” sin
poderlo conseguir; porque el virtuoso clérigo sabía bien que
le estaba vedado causar daño aprovechando del augusto
Sacramento de la penitencia, de arrepentimiento y dolor.
     Citaremos algunos pasajes de autorizada enseñanza pa
ra los que no consideren juicioso el tratar de asuntos ecle
siásticos con el criterio natural y códigos profanos:
    “Si ingenere dicit, se audivisse tale peccatum in confes
sione, ita tamen ut audientes vinime inpaemitentis cognitio
nem venire.
    Más explícito es el autor Josephus D'Annibale hoy ilus
trecardenal, que en su obra “Summula Theologial Moralís
(Medionali edición 1883) dice: Sigillum violare is dicitur,
non qui audita in confessione ut cunque refert enarrat, sed
qui en referendo Penitentem prodit, vel aggravat quoquo
modo”
     Por último, el sapientisímo Suárez enseña que:
     “Qunto addendum est, hoec omnia qual díximus intel
ligenda esse eum relationae ad personam, verbigracia hu
jus penitentis, et cum revelatione particulari quae non conti
neatur sub generali ratione confessionis. Prior parst sumi
tur ex. c. Omnis utriusque sexus, ibi, caveat me revelet peca
torem; nom ergo sati est (ut sic dícant) revelase peccata in
abstracto, nicipeccator aliquo modo reveletur. Hinc omnes
auctores si tati docent, loqui de peccatis auditis in confes
sioni noc nominando personam, nec cum pesiculo, utin illius
cognitione, vel suspicionen possit devenir, non esse contre
sigillum quia non revelatur pecatur, etita non fitilli injuria
nee ob cam ren polestíllifieri onerosa confessio, ac propte
rea nec sacramento fitinjuria. Ex hesic licitum est consude
ri viscum docum de re audita in confessioni, quando om
nimuspersona ocultatur”.
    Suarez—tomo 22. disput. XXXIII— sect III nº 8.
Sempert amen consultines est ab hujismondi enuntiatio
nibus abstienere, quia evenire potest, ut auditores (prc
sertim si sint etipsi confessioni)io cojuitione aum saltem in
suspicioncm penitentes deveniant”,
    Son expresiones contenidas en las “Instituciones Mora
lis Alphonsione” por P. Clementis Marc (Rome 1904)
    El Subdelegado de Vilcas-huamán no podía engañarse
sobre la procedencia de la noticia. Gran conocimiento tenía
del doctor Pacheco su “amigo, fiel vasallo, amante de la
Patria, causa pública y Religión”
    El Intendente Pruna dirijiéndose al Virrey en comuni
cación de 1º de Mayo del citado año 12, al examinar las ca
“lidades del sacerdote anunciador, dice: “puede muy bien no
“tener efecto la insurrección y haberse engañado al Cura por
“algún hablador, aunque su ilustración, viveza, conocimien
“tos locales y experiencia, lo ponen á cubierto de la nota de
“crédulo; pero seguramente no me cojería de nuevo si por
“desgracia se verificase”. Por otra parte el Dean Goberna
dor daría amplias noticias sobre las calidades del anuncia
dor y al presentará la autoridad civil la carta del Cura y al
darle crédito el mismo, garantizaba la seriedad de la proce
dencia de la especie.
    Mientras las autoridades compulsaban la importancia
da las denuncias, la inquietud más aterradora reinaba en la
ciudad y el mismo día que se recibieron las cartas de Eche
varria y Pacheco procedentes de Cangallo y Huancaraylla.
á las 12 p. m. se oyó un disparo como de pistola que proce
dente de la Plaza Mayor, repercutió solemne y amenazador
en todos los barrios de la ciudad. Por lo demás “nó ocurrió
suceso que mereciera contraerme” dice el Intendente, al tras
mitir el dato á su vigilante superior, de Lima.
                            VIII
   LA SITUACIÓN DE HUAMANGA Y LAS MEDIDAS
                        PRELIMINARES
    La situación militar de Huamanga no era fuerte para
contener una insurrección. Un movimiento disciplinado, por
escaso que fuera el grupo de patriotas, habría conseguido
temporal éxito.
    En Huanta, siete leguas distante de la Intendencia exis
tía un regimiento y otro en Andahuaylas, pero por la mul
ittud de bajas no era posible formar un regimiento com
                           – 34 –
pleto de los cuatro que había en la Intendencia. La misma
autoridad va á decirnos cuál era la situación militar en el
partido de Huamanga.
   “No tengo la menor confianza del batallón de la ciudad
por el caracter sospechoso de casi todos sus Oficiales, y lo
que es mas no la tiene el mismo Coronel según me ha ex
plicado mil veces”.
    Este batallón estaba formado en su mayoría de indios
tributarios, y los oficiales “no saben siquiera los jiros, por
que absolutamente no hay disciplina”.
   Escasos de fusilesy otras armas, en una ocasión que los
veteranos y milicianos, cumpliendo antigua disposición del
Virrey Marqués de Osorno, hacían corte al Intendente don
José Menendez Escalada, antecesor de O'Higgins, se presen
taron algunos soldados de compañía marchando con palos
en los hombros.
    Una insurrección de los 200.000 indios moradores de
Anco y Huanta habría sepultado á las autoridades que no
tenían para defenderse sino pocos cañones, antiguos rifles y
pedreritos.
    El mismo Pruna dando cuenta al Virrey de las fuerzas
con que contaba le dice:
    “La pólvora de la Administración y del Cuartel existe
“en puestos diferentes á una legua de la Plaza; aquella sin
“ningún resguardo y esta á la custodia de dos ó tres solda
“dos. Las pocas armas reales, cartuchos y municiones se ha
“llan en el Cuartel apenas al cargo de ocho ó diez soldados
“y estos de las Milicias del País......El único arbitrio que
“me ha ocurrido es que Vuestra Excelencia se sirviera en
“viar prontamente bajo cualquier pretexto disimulado y co
                         – 35 –
“honestable unos cien hombres de armas con su Comandan
“te y Oficiales de toda satisfacción; pero temo de un lado
“la posibilidad de que el pensamiento de la sublevación no
“pasa adelante gravandose en vano el Exhausto Erario y
“temo de otro que la Expedición pudiera llegar en el corto
“tiempo que resta hasta el quatro de Junio próximo”.
   Reclamaba, por último, en todas sus comunicaciones al
Virrey “que le remitiese tropas y armamento, para evitar
una sorpresa que hiciera arrepentirnos de nuestra misma
confianza”.
   “Todo me cierra las puertas á la menor providencia”,
había dicho el Intendente en su carta de 1º de Mayo al Vi
rrey D. José de Abascal, pero aunque las juzgaba “ineficaces”
no dejó de tomar sus precauciones. Tornó á reunir la Junta
de Gobierno que en Abril había convocado, y como la pólvo
ra estaba distante una legua, mandó llevarla á la ciudad,
hizo acuartelar un número respetable de “milicianos” que
eran reputados vecinos honrados, aseguróá todo evento
armas y municiones, y estableció rondas é hizo doblar las
patrullas.
    Multiplicó cautelosamente los recursos, tomó sus medi
das, “fomentó la decisión y los celos, exaltando sobre las nu
bes la injuria que se hacía á la Patria con tal desconfianza y
con la traición más negra y sostenida”.
                           – 36 –
                              IX
                  NUEVOS SOBRESALTOS
    Fijos los ojos en el Virrey don José de Abascal, “maes
tro consumado en la materia,” “primer atalaya del Virrei
nato,” “columna sobre que toda la América Meridional se
ha sostenido en sus más recias convulsiones” esperaba don
Francisco de Paula Pruna respuesta á su primer parte sobre
“las medidas necesarias para salvar de la sangrienta inmo
“lación que amenaza al gobierno y á una porción florida de
“este departamento;” pero aún no había llegado la respues
ta del Virrey, cuando un nuevo suceso, y suceso era en esos
tiempos de terror, de vigilancia y de respeto al Monarca y á
las autoridades, aumentó los recelos y precauciones del go
bierno de Guamanga.
    ¿Qué amedrentaba al Intendente?
    Era qne el día 11 de mayo amaneció fijado en la tabla
de los Bandos públicos un anónimo, “horrible”, en el que se
concitaba al vecindario para un levantamiento general y ex
terminio de los europeos y de los patricios de carácter.
   Curiosa es la relación que hace el mismo Pruna, de las
medidas que tomó después de suceso tan notable.
    “Coincidió esta maligna tentativa con los avisos reser
“vados, y hube de decidirme á cortar un progreso sin espe
“rar las órdenes que deberían llegarme el 17.
     “El miedo de los amenazados, la alegría cruel que divisé
, en algunos, la confusión de todos, legitimaban el intento de
“desplegar en la Ciudad el valor y energía del gobierno. Ci-‘
                          – 37 —
“té para una junta general consultiva á las Autoridades y
“los Jefes; y verificada en la mañana 12, declararon por
“unánime voto que la Ciudad y la Provincia se hallaban en
“peligro: y resolvieron acuartelar cien hombres entretanto
“que vuestro Virrey á quien daría parte de este nuevo con
“flicto, librase providencias oportunas.”
    Mientras tanto, la situación en la Ciudad, era de una
gran alarma, que se ahondaba por grados.
    Los vecinos emigraban, ocultaban su plata y sus alhajas,
temerosos del saqueo, y una general consternación parecía
indicar la inmediación de un terrible daño.
             DISPOSICIONES DE ABASCAL
   Cuando la Gaceta de Gobierno daba á conocer á los fie
les vasallos de Lima, los partes del Intendente de Tarma, so
bre los acontecimientos de Huánuco, Panatuaguas ylospue
blos de Huacarcaina con los anexos de estas doctrinas, ha
cia las quebradas de Chanpiguaranga, tuvo que sufrir el Vi
rrey, la comunicación dirigida porel gobierno de Huamanga,
anunciándole el proyectado disturbio.
   La experiencia de lo acaecido en Huánuco le sirvió esta
vez para hacer juiciosas observaciones, pero cuanto á contin
gente de hombres y materiales de guerra, muy escaso debió
estar Lima de unosy otros, cuando Abascal evitó enviarlos,
y todo lo esperaba de “los particulares de honor” creyendo
que se presentarían armados á la defensa, y ofrecíendo, por
único alivio, al gobierno de Guamanga, treinta mil cartu
chos y piedras de chispa.
    Pero conocedor de los hombres y de las circunstancias,
Abascal, inmediatamente que recibió la noticia, llamó al In
tendente propietario D. Demetrio O Higgins, y le manifestó
que debía marchar prontamente á su gobierno. Así se lo co
municó á Pruna, manifestándole que, en defecto de O" Higgi
ns que se encontraba delicado de salud, enviaría un Jefe Mi
litar.
    Bien sabía Abascal que no era el Intendente de Huaman
ga un émulo del Intendente de Tarma, don José Gonzalez
Prada, que merced á su táctica y actividad había sofocado,
en parte, el enorme movimiento de Huánuco.
    Sin dar mucha importancia al anuncio, el Virrey reco
mendaba al Intendente mucha vigilancia,y que tomase pre
cauciones, porque en todo caso serían bastantes para retraer
á los insurgentes de poner en práctica sus deseos. Pero la
lójica de Abascal lo obligaba á hacer un pedido especial, impa
ciente de conseguir á los conspiradores á cualquier precio,
con el fin de encerrarles en las cárceles de Lima ó para depor
tarlos á la Península, y con este fín requiere al Intendente
para que indague sobre el fundamento de la denuncia y por
los autores de la conspiración.
    Pero este último dato, habrá de permanecer en las som
bras del más impenetrable misterio.
         El oficio del Virrey decía:
    Docm. No. 116 “Señor Teniente Asesor de la Intenden
cia de “Huamanga=
    “Contestando el oficio de usted de 1º del corriente sobre
“recelo de un próximo alboroto en esa Ciudad he resuelto
“prevenirle, que sin pérdida de momento aliste Compañías
“de vecinos honrados tanto Americanos como Europeos
                           – 39 –
“siempre que se tenga una prudente confianza de su fidelidad.
“poniéndole oficiales de la gente de más honor y que tengan
“que perder.
    “Que los Coroneles de los Regimiento de la Ciudad y el
“de Guanta, junten cada uno os Oficiales, Sargentos,Cabos,
“y soldados de quienes tengan mayor satisfacción aunque
“sean pocos; pues más se puede ésperar de esto que de mu
“chös que sean sospechosos; esta gente la acuartelarán en
“un convento ó casa capaz y fuerte, artillando ó atroneran
“do su parte baxa para desde adentro hacer á cubierto un
“vivo fuego de fusil contra todo los que intenten atacarle ó
“pegar fuego al edificio; si el cuartel actual tuviese la forta
“leza y calidades expresadas en el mismo, se puede practicar
“lo que va dicho; si lo hombres de confianza que se de liquen
“á la defenza llegaren ó que pasaren de 600 á 800 hombres
“se ocuparon los edificios en los términos dichos para domi
“nar mayor porción del Pueblo, y hacer desde ambos sus
“salidas bien ordenadas para arredrar los Insurgentes y es
“torvarles elsaqueo á que naturalmente se entregarán luego
“que se declare lá Insurreción. Puesta la casa ó casas fuer
“tes en los términos indicados, cualquiera de ellos acopiando
“víveres y agua para algún tiempo no hay que temer de to
“da la Provincia puesta en maza si no tiene artillería; por
“esta razón se deberán recojer inmediatamente y poner ser
“vible si es posible los cañones que se encuentren en cual
“quier paraje para hacer uso de ellos y quitar este recurso á
“los malvados.
    “La pólvora se ha de retirar prontamente á lugar segu
“ro, conservándola con la custodia precisa y las precaucio
“nes con que se debe manejar esta arriesgada munición.
    “Para todo lo dicho me hago cargo que escasearán las
“armas de fuego, pero con las del Rey que tenga la Provin
“cia, y las escopetas, caravinas, tercerolas, pistolas, &º
                           – 40 –
“con que se presenten los particulares de honor á la defenza
“de la patria ó atrayéndolas del poder de los que no se pre
“senten, me persuado que se podránjuntar un número com
“petente.
   “Dentro de dos ó tres días saldrán de aquí 30.000 car
“tuchos y piedras de chispa correspondiente á los calibres de
“las expresadas Armas.
    “Aunque haré poner prontamente en marcha, al Infen
 “dente Gobernador propietario, ó en su defecto un Jefe Mi
“litar, quedo muy confiado en que usted no pierda un mo
“mento en particular quanto llevo dicho á precaución, sin
“reparar en la quesca que pueda producir, porque aunque
“algunos la graduen de infundada desconfianza, vale más
“que nos cojan prevenidos si acaso prevenidos tienen algún
“fundamento porque no estamos en el caso de despreciar
“los avisos que usted ha tenido; y aun la misma vigilancia
“y prevenciones que adviertan, puede ser bastante para re
“traerá los malos de poner en práctica sus criminales ideas.
    “Con estas medidas que deberá usted tomar instantá
“neamente juzgo inutil el embío de los cien hombres que i
“de, asi porque podrían hacer falta para dirijirlos desde este
“punto á aquel en que puedan obrar con más utilidad, como
“por la dilación inevitable de su marcha que Usted apunta
“en su citado oficio.
    “Dios guarde á usted muchos años, Lima 10 de Mayo de
“1812—Joseph Abascal.
    “Posdata.—Sin peligro de estas prevenciones, debe usted
“procurar con la mayor seguridad indagar el origen y fun
“damento de la denuncia y autores de la conspiración que
“ella refiere para cortar el incendio oportunamente con la
“aprensión de los delincuentes, de cuyas resultas me dará
“usted pronto aviso.—Rúbrica”.
                          – 41 –
                            XI
           LA REBELION Y LOS PASQUINES
   Sin periódico donde poder fijar las nuevasideas, sin li
bertad para comunicarlas públicamente apesar de la “libertad
genéral con hoy se discurre y habla de estas materias,”
(Carta de Pruua á Abascal) era natural que los patriotas
 buscasen el medio de dar á conocer sus rencores, atemori
zar á los enemigos de la Libertad. conmoverá los indife
rentes, y anunciará los propios. por mediode convenidas
señales la situación del momento y los planes futuros. Des
truír el respeto y sumisión á las autoridades, crear un es
píritu público de independencia, he allí el objeto de los pas
quines, poderosa arma de los insurgentes patriotas de Sur
América.
    El pasquin nunca se vió mejor manejado. A estos es
crítos les declararon guerra los servidores de la causa Real,
ofreciendo muy buenas cantidades y honores, al que dela
tase á los autores, y cada pasquin que aparecía era una
derrota de las autoridades, porque principiaba á reinar la
desconfianza de losjefes militares á quieneszaherían ó ame
nazaban, y que revelaban de todos modos nueva dósis de
irrespetuosa consideración al Excmo. Visorrey y muchas
veces abundaban en denuestos al serenísimo Monarca.
    El pasquin, víl costumbre en la actualidad que goza de
los inefables beneficios del diario y de una libertad de im
prenta—aunque no bien comprendida—que permite á todos
manifestar sus opiniones con extención voluntaria, era
en esa época, un derecho de los pueblos oprimidos.
    El pasquin fué el precursor del diarismo independiente.
                           - 42 –
    Al amanecer del 11 de Mayo, recibió el Intendente el
primer obsequio de esta, para él, aterradora naturaleza.
    Dn. Domingo de la Riva Cossio, Caballero de Carlos III
fué el remitente.   Lo había arrancado de la Tabla de los
bandos públicos, que hacía en San Juan de la Frontera las
veces de la célebre estatua romana, y aprovechándose así,
del mismo lugar donde las autoridades comunicaban sus
acuerdos, esparcían los patriotas las ideas de rebelión   y de
libertad.
    Allí se amenazaba al Intendente, á algunos patricios y
al común de los españoles. “Trataban en él de lejitimar sus
“planes de rebelión motivados en el mismo irritante pretes
“to que me fué denunciado anteriormente unidas al aviso
“del 25 de Abril y profetizados casi para el mismo tiempo
“señalado en éste,no juzgaba verlas con indiferencia, mucho
“más añadiendo el pasquin el vituperio y resistencia decidi
rda á la suprema actividad de vuestra excelencia ó fijando
“por principio de la carnicería meditada la execución del or
“den superior que ha condenado al Capitán Dn. Juan José
“Gonzalez á reparar públicamente el desacto y tropelías
“del 24 de Noviembre”.
    No sólo los abusos de que eran víctimas, movían la con
ciencia de los insurgentes patriotas, era el exceso ó la injus
ticia del castigo de uno de los suyos que exaltaba sus espí
ritus.
    De la intranquilidad de la ciudad en esos días vá á de
cirnos el Intendente:
   “Estas consideracionesimperiosas,el sobresalto éinquie
tudes que advertía en los amenazados, la funesta elección
que penetré en algunos de ausentarse dejando sus familias
en la orfundad y los peligros......... todo interesaba mi sensi
bilidad, mi patriotismo”.
                             43
    Felizmente para lq inocencia de muchoR bastóle al Inten
dente Pruna advertír la funest,a elección de los que se ausen.
ta han, porque en este conjunto de temoreA y desconfianzas -
habría oido posible que recayeran sospechas en tímidos é
inocentes.
    De acuerdo con la Autoridad Eclesiástica y ,·on el Capi
tán de Ejército Dn. Imacio de Alcozer, acordó el I tendt'nte
tomar algunas providt·ncias, que a egnras n l orden, y con
voc4 una Junta para tratar del estado •·de la cam'la pública
y la necesidad de t,11 telar la".
                             XII
                 LA JUNTA PA'rRIOTICA
       CompuestA de fos Autoridades y Corpornciones de indi
  viduos de viso en el Ayuntamiento, laJunti-t Patriótica tuvo
 su primera reunión.
       Acordó el acua_rtelamiento de cuarenta hombres, tres
 !'larjentos, seis cabos, un tambor, un capitán y un sub:dtcr
no, con el objeto de custodiar el treo de guerra. Se nombró
un piquete compuesto de un Capihfo, un subalterno, dos
sargentos, dos cabos y veinte solriados que debían alternar
se en la gu,udia al Intendente, al Coronel Militar. al Cuar
 tel de las Reales Cajas y de la Aduana.
       El retén y la resava estarían formados porgrupos igua
le� al anterior, prevenidos pare. acudir'al Cuartel, al primer
golpe·de tambor; y así, con ciento doce hombres sobre laR
armas, sin mayor costa para la Real Hadenda que el de cin
f'uenta efectivos con el mínimo exceso poco más 6 menos de
sei;enta pesos termin6 sil cometido la Junta Patriótica de
Huamanga.
    Notése la presencia, en el Cabildo del cura de la parro
quia de Santa María Mngdalena, don Mauricio Prado Cra-
                                               Dig1tized by   Goog Ie
                          - 44 –
zat y la ausencia en él de Dn. José Matías Cabrera, el Alcal
de de 1811.
    A propósito de esta ausencia decía meses después su
émulo Paula Pruna: “Cuanto mejor sería, más noble y pro
pio de su oficio, haberle interesado en consolar la angustia
de los perseguidos, y en auxiliará este gobierno con un influ
jo y prudencia para arbitrar los medios de disipar la tem
pestad que se anunciaba. Un silencio estudiado, una con
ducta inerte, una presencia fugitiva no son el Ministerio de
los Procuradores de los Pueblos en circunstancias que peligra
el orden y avanza la insolencia á predicar la conmoción.
¿Porque guardó silencio cuando se provocaba á cada paso
la atroz carnicería que convidaban los Pasquines? ¿Quán
do se ha persuadido tenazmente á obedecer á Buenos Aires?
¿Quándose publicaba en el Pasquin las invectivas mássoeces
contra el Sr. Gobernador de la Provincia? Quándo se
dijó descaradamente que Ud. era un traidor? El ajamiento
de un Virrey, el respeto debido al Intendente propietario, el
honor que merecen los delitos, la amable propensión á defen
der el orden ¿No eran objetos dignos de que el Procurador se
molestara? Pero grita y cuando el gobierno se arma para
obligar á los malos á sepultar sus atentados en un silencio
eterno, ó presentarle una frente heróica para neutralizar
sus teutativas.”
    No hemos logrado conseguir nada sobre la vida de Ca
brera pero ¿nó sería acazo un patriota oculto tras los plie
gues del más aparatoso de los cuidados por la causa del
Monarca?
    He aquí el acto de la memorable sesión de la Junta Pa
triótica.                                                        -
  Docm. No. 117-En la muy noble y leal Ciudad de S. Juan de la
Frontera Victoria de Huamanga Reinos del Perú en 12 dias del
mes de Mayo de mil ochocientos años. Los muy Ilustres Se
ñores Cabildo Consejo Justicia y Regimiento de esta noble Ciu
«lad se jultaron á cabildo abierto, en esta su sal de Ayunta
miento para tratar y confe enciar las cosas tocantes al servicio
de Dios nuestro Señor, del Rey y bien de esta República, á saber:
el Señor Doctor Don Francisco de Paula Pruna, Abogado de
los Reales Consejos v de l Real Audiencia de Lima Asesor Te
miente de este Departamento porsu Majestad y Gobernador
político Interino por aus ncia del Señor Gobernador Inten
dente Presidente el Señor Doctor Dn. Andres de Alarcón y Sa
lazr dignidad de Dean de esta santa Iglesia Catedral y
ProvisorVicario general y Gobernador de esta Diócesis Co
misario del Santo Oficio y de la Santa Cruzada Abogado de
los Reales Consejos y de la dicha Real Audiencia de       Lima:
el Señor Don José de Gálvez Regidor Alguacil mayor Fiel
Executor Juez de Aguas y Alcalde ordinario de primer voto
suplente por el Señor General Don José Manuel de Goyone
che: el Señor Don Joaquín Toledo Alclde de segundo vo
to: el Señor Don Juan Antinio Gordillo, Ministro Princi
pal Tesorero de estas Reales Casas; el Señor Capitán de
Ejército Don Ignacio del Alcazar Ministro Principal Con
tador Interino de la misma: el Señor Capitán Don José An
tonio López del Romar, Regidor Alcalde Provincial de la
Santa Hermandad; el Señor Don Domingo de la Riva Co
sio, Caballero de la Real y distinguida orden española de
Carlos tercero, Regidor absuelto con los honores de tal: el
Señor Capitán Don Manuel García Espinoza, Regidor: el
Señor Licenciado Don Francisco de Chavez Quevedo, Abo
gado-de la Real Audiencia de Lima, Regidor; y Don Vicente
León, Abogado de ls Real Audiencia de Lima, y Asesor de
este ilustre Cuerpo; el Doctor Don Calixto Berrocal Cura
Rector de este Sagrario; el D ctor Don Ramón Muñoz Cu
ra Rector de la Parroquia de Santa Ana; el Doctor Don
Mauricio Prado y Cruzat, Cura Rector de la Parroquia de
Santa María Magdalena; los Señores Don José Palomino
de Mendieta, Coronel de las Milicias urbanas de esta Ciu
dad, Comandante de ellas y Gobernador militar interino:
Don José Vicente de Egurrola, Juez Diputado de Comercio;
Don Martín Arrea, Administrador de las Reales rentas uni
das, y Don José Novoa, Contador de ellas. Estando así
jutos y congregados por recado que les pasó el Señor Pre
sidente se hizo por el mismo Señor una arenga dirigida al
objeto de la presente Junta, en la que expuso , atéticamente
el riesgo que corría esta filelísima Ciudad de perturbarse
tal vez en el buen orien, sumisión á las autorilades y asen
drada lealtal, en virtud  d- una denuncia que se le hizo en el
día primero del corriente, cuyas individualidades reservó de
clarar por el igilo natural, con que que ló ligado al denun
ciador bajo la palabra del gobierno; y también por un pa
pel anónimo que se encontró fijado ayer mañana once en el
tablón de los ortales de las Casas Ca itulares donde se
manifiestan las leyes y los bandos por personas de carácter
que hubiéndolo arrancado lo entregó al gobierno, según
consta de la diligencia que firmó en su reverso:y en que im
putan lo á ciertas personas la fábrica de lanzas y balas se
amenaza de muerte á otros muchos determinándolas por
sus nombres; y diciendo además que cierta providencia de
nuestro dignísimo Señor Virrey no sería ejecutada sin el
derramamiento de mucha sangre, c incluyendo que los ame
nazados no llegarían al término de este mes: que no sien o
la vez primera de la subversión que juzga excitar algún ma
ligno y quizá forastero por la esperiencia dilatada que tiene
este gobierno de la fideidad, honor y patriotismo de este
vecindario Ilustre, acreditado por el testimonio de las accio
mes más gloriosas, pues hacía presente el infame papel que
se encontró fijado antes en una de las columnas de la Plaza
mancillando el honor del Señor General Americano Don José
Manuel de Gayeneche, Regidor Preeminente de este Cuerpo
Ilustre, y su actual Alcalde Ordinario de primer voto, fin.
jiendo hallarse derrotadoy prisiona.Io y zaheriéndole con la
                          – 47 —
amenaza más sensible; todo lo cual exigía á su parecer sin
dilación adoptar las medidas precautorias que poniendo á
cubierto la seguridad del ciudad a no, el respeto de las auto
ridades, y el orden general cortasen ó impediesen la trasla
ción maligna de estas especies desorganizadoras á los áni
mos de los incutos y sencillo-, por lo cual proponían á la
Junta que sin embargo de que estos papeles merecieron
siempre el desprecio de los hombres sensatos, convinada su
relación con la primer denuncia y las actuales circunstan
cias, ofrecía una materia digna para que la Junta reflexio
nara detenidamente y propusiese los remedios prudentes y
adecuados á que pudieren extenderse su Patriotismo ilus
trado y sus conocimientos, en el concepto firme de que el
gobierno se halla muy distante de querer la persecución par
ticular, si no es que se despleguen los arbitrios de precaver
en tiempo los males que se anuncian por si la desgracia los
presenta.—Oido este discurso y discutido la materia en todos
sus aspectos, por los dictámenes que ha manifestado cada
uno, apoyándolos en sus conocimientos y amor decidido
por la Patria, fueron de parecer acord merte que se acuar
tela-en cuarenta hombres inclusos tres sargentos uno de
primera clase y dos segundos; seis cabos tres primeros y tres
segundos, y un tambor con un Capitán y un Subalterno á
sueldo por el reglamento Militar quienes mantendrán su
guardia invariablemente bajo las debidas formalidades de
la carrera y objeto de custodiar igualmente el tren de gue
rra y demás peltrechos, á cuyo intento se trasladará inme"
diatamente al Cuartel la Pólvora que se halla dividida en
dos partes á distancia de media legua, sin guardia propor
cionada por no permitirlo las fuerzas del destacamento del
día, ni del que se previene; que á más se nombren tres pique
tes compuestos cada uno de un Capitán, un Subalterno, dos
Sargentos, dos Cabos y veinte soldados, los que alternando
antre si cubran en el día de su pertenencia desde la oraioón
en adelante las dos guardias del Señor Intendente, y Coro
nel Comandante Militar, compuesta cada uno de un cabo y
cuatro hombres, y del Cuartel á esta misma hora se desta
que la guardia de un Cabo y seis hombres á las Reales Ca
jas, y Aduana que se hallan reunidas, circulando dos Patru
llas desde las nueve de la noche hasta las cinco de la maña
na de dicho Piquete, ó tropa de imaginaria, los que gozaron
por su noche de trabajo, pues han de retirarse luego que
rompa el día, su medio sueldo por la que han trabajado que
los otros dos Piquetes que deberán llamarse retén y reserva,
no podrán moverse de día ni de noche de la Ciudad prontos
y prevenidos que al primer golpe de caxa que oigan, acudirán
al cuartel ocupándose en sus respectivo oficios, y sin goce de
sueldo interin no sean llamados ó entren de fatiga en la no
che de su turno con lo que verifica tener suficientemente
atendida la ocurrencia presente con ciento doce hombres
sobre las a mas sin más costa á la Real Hacienda que el de
cincuenta efectivos con el mínimo exceso poco más ó menos
de sesenta pesos—Deliberado pues el acuartelamiento en es
ta forma por vía de providencia de precaución y defensa in
terina hasta la resolución del Excelentísimo Señor Virrey Go
bernadory Capitán General de estos dominios á quien se
dará parte con oportunidad por este Gobierno con testimo
nio de este acuerdo lo firmaron sus señorías por ante mí de
que doy fé– Francisco de Paula Pruna—Andrés de Alarcón
Salazar—Como suplente del Señor Goyeneche—José de Gál
vez—José Jaoquín Toledo Pimentel—Juan Antonio Gordi
llo—Ignacio del Alcazar—José Antonio López Román-Do
mingo de la Riva Cossio—Manuel García Espinoza-Fran
cisco de Chavez Quevedo—Vicente de León—Doctor Calixto
Cárdenas Berrocal—Ramón Muñoz—Mauricio Prado y Cru
sat-José Palomino de Mendieta —Martín de Harrea Hidal
go—José Novoa—José Vicente de Egurrola-Ante mi, Geró
nimo García, Escribano público de Gobierno y Cabildo—El
                                  - 49 -
      originll l de este traslado se halla en el libro corriente ele AC·
      tas de_e!lte Ilu:,tre Cabildo á que en lo necesario me remito;
"-•   y para que así con-te doy el presente signado y firmado en
      virtud de lo mamfado en, sta Ciudad de Guamanga en vein
      te días del mes de l\fayode mil ochocientos y doce años-Un
      signo-Ge·ónimo García, Escribano púhlico de gobierno y
      Cabildo.
                                    XIII
                    DOS SUCESOS INTERESANTES
          .Mien'tras dormía la Ciudad, Habría ucurrido el día 11
      una excepcional novedad, que los monarquistas considera
      ron como sacrilegio 6 crimen centra el poder real.
-,l       A expensas del Teniente Asesor don Francisco de Paula
      Pruna, se principió en 1806 la obra de la Alameda llamada
      de Santa Clara; pas�o de recreo y de comodidad.          Era el lu
      gar preferirlo de h, culta sociedad de Huamanga, colonial.
          A la entrada de la Alameda habían dos hermosos meda
      llones en los que estaban esculpidos los augustos nombres
      de Carlos y Luisa en uno, y en el otro 1� dedicatoria: "á la
      República. de ese monumento saluqable, como en prueba de
      amor y gratitud á ella".
          Al amanecer del día 12 el medallón que ostentaba los
      nombres rle CRrlo¡; y Luisa estaba completamente destroza
      do, y partido el segundo medallón .
                                       .
          Se comunicó semejante desacato al Cuerpo Patriótico de
      seguridad. El Intenclente 0' Higgíns al tener, en Limt:i, cono
      cimiento del suceso se condolía diciendo: "Está fuera de du
      da que ést� ha sido un acto de pura, deliberada malicia con
      tra el gobiern,,".
          Pero los ánimos decaídos hallaron reconfortativo en
      otro suceso de importancia.
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                          – 50 –
    Antes de terminada la Jun a Patriótica llegó un expreso,
con un pliego reservado para la Intendencia. Era una car
ta de Goyeneche, que como Alcalde ordinario de 1er. voto,
mantenía correspondencia con las autoridades de Huaman
ga Daba amplias noticias de sus tiempos, y manifestaba su
plan de llegar á Buenos Aires por fuerzas convinadas al
mando de Gaspar de Vigodet, y en número de diez y seis mil
hombres
    La noticia llegada en hora oportuna. fué esparcida"por
la Ciudad y amedrentó los “ánimos inquietos” que permane
cieron sin manifestarse al siguiente día con un nuevo acto
de rebelión, como venían ejecutándolo continuada y diaria
mente.
   Pero en la noche del día 14, el Dean Gobernador re mitió
al Intendente, un pasquín que encontró fijado en la puerta
de su casa, mucho más audaz é insultante que el primero.
En él se multiplicaban las amenazas, se estrechaba el plazo
de ellas, y se injuriaba á la milicia del país, asegurando era
cómplice en el movimiento, y se advertía, además, tener
acopio de armas que el Gobierno toleraba, por no poder re
mediarlo.
   Con gran razón decía Pruna que: “se finjía los pretestos
“para justificar los atentados: publicándose aquellos pr
“Pasquines, denuncia- y conversaciones; la prudencia divisa
“cuando menos cierta fermentación emprendedora que pre
*sajia los males cuando la previsión no la destapa y la so
“foca”
                            XIV
                EL PARTE. AL VIRREY
    Documento importante y comprobatorio de lo que has
ta aquí llevamos dicho es el siguiente:
   Reservado] Excelentísimo Señor:
                         – 51 –
   Esta nañana, hallándome aún en cama, me ha sido en
viado por un Sacerdote virtuoso de la Ciudad la adjunta
carta de Don Cosme de Echevarría, Subdelegado del Partido
de Vilcas—Huamán, con prevención de que inmediatamente
la abriela y ley se.
    Hícelo así en la más profunda amargura de mi corazón,
y pasando luego donde el Señor Dean Gobernador del Obis
pado, me manifestó la denuncia que con toda reserva;y en
cargo de quemarla, le hace bajo de su firma el mismo Pá
rroco á quien se refiere el Subdelegado, concebida en los pro
pios términos generales que la inclus; anunciándole junta
mente el aviso igual que me comunicaba el Subdelegado, pa
ra que l s dos Jefes Eclesiástico y político consultemos las
medidas oportunas de seguridad y precaución.
    Puede muy bien no tener efecto la insurrección delatada,
y haberse engañado al Cura por algún hablador, aunque su
ilustración, viveza, conocimientos locales y experiencia, lo
ponen á cubierto de la nota de crédulo; pero seguramente
no me cogería de nuevo, si por desgracia se verificase.
   Desde el fatuo y aislado levantamiento de la Paz en el
año de 809, empezaron aquí las amenazas de exterminio
cotra los Enropeos.
    Calmadas con la pacificación de aquella Ciudad rebelde,
el plan moderno de Buenos—Aires, y la aproximación de
Castilla á este Virreynato, las hicieron revivir furiosamente.
Entonces ya no se guardaba secreto, ni modo con ellas. Se
publicaban sin embozo por las personas más despreciables:
eran el pábulo o d nario de las conversaciones hasta en las
tiendas y pulperías; y no se ignoró que se fomentaban, dis
currían y modificaban en Juntas tenebrosas, aunque no se
pudiesen traslucir fijamente los vocales, los parages y las
sesiones. La noche del 28, ó 29 de Junio de 811 estuvo des
tinada algún tiempo para el sacrificio de los Europeos, y
uqizá de algunos Patricios pudientes, á la señal de un coheto
reventado, y no me acuerdo si de algún tambor; hasta que
la reflexión bien manejada de que Castellí podía perder la
batalla de Guaqui,y hecharse impetuosamente sobre los re
volucionarios todas las fuerzas cercanas, acobardó y sote
rró por entonces aquel funesto pensamiento.
    Añn la memoroble victoria de Guaqui no alcanzó á res
tablecer la confianza y tranquilidad de los ánimos profun
damente recelosos. En la mañana 31 de Agosto amaneció
este pasquín satírico y infame: “ Goyeneche Goyeneche ¿don
de están tus victorias?” Hasta el triunfo de Sipesipe no de
jaron de atizar los inquietos; y aún después corrieron con
tra el Señor Gobernador Inteniente ciertos libelos de racto.
rios y seductivos, invitando al Cabildo á que lo depusiera,
substituyendo en su lugar á Don Miguel Ruiz de la Vega,
electo Diputado á nuestras Cortes; de que juzgo orientado
á Vuestra Excelencia.
   Sin embargo de esto las habladurías públicas y nues.
tros cuidados fueron á igual paso en diminución; hasta que
la obscuridad de nuestros progresos en Potosí, y la reciente
conmoción de Huánuco han vuelto á excitarlos.
   No há muchassemanas qe por un Cura expectable de
la Ciudad fuese avisado de que entre los Patricios había un
fermento no despreciable por haberse divulgado que los Eu
ropeos proyectaban matar catorce ó más de ellos.
   Después de haberme asegurado tanto en la certidumbre
de esta maligna especie, cuanto en la falsedad de los ridículos
hechos sobre que intentaban apoyarla por la mañana inme
diata, junté en la casa del Alcalde de 2º voto Don Joseph
Joaquín Toledo Pimen el, al de 1° Don Joseph de Gálvez,
suplente del Señor Goyeneche; al Coronel de Milicias Don
Joseph Palomino de Mendieta; y al Capitán de Ejército Don
Ignacio de Alcazar, Ministro Contador interino de las Cajas
Reales.
    Les díparte de la delación y de las deligencias practica
                         – 53 –
das: desplegué la malignidad y tendencia de la especie: ase
guré con mi cuello la inocencia de los Europeos, y su tran
quilidad ulterior: exigí de las Justicias otra garantía igual
respecto de los supuestos amenazados; y quedamos en que
rastreando la verdad, me comunicarían sus descubrimien
tos. No lo han hecho quizas porque aún no han explorado
cosa de substancia; y así por esto como porque no se diga
que yó trato de alborotar donde nada hay que temer, según
opinaron en la Junta los dos Alcaldes y el Coronel, hé sobre
seí lo estud osamente de convocarla otra vez.
     De entonces acá han corrido algunos otros rumores de
sublevación; más no hubo hecho el mayor aprecio de ello
por la clase obscura de su origen atribuyéndolo á la liber
tad general con que hoy se discurre y habla de estas mate
"13.
   Tales son Señor Excel, ntísimo las tristes circunstancias
en que recibo la delación actual según las puedo recordar y"
explicar en las angustias del tiempo y espíritu, que me cer
can y oprimen sin algún lenitivo.
   Yó, no sé absolutamente que hacerme. Ignoro los sínto
mas y modos de la revolución que se anuncia preparada pa
ra la Octava del Corpus. No tengo la menor confianza del
Batallón de la Ciudad por el carácter sespechoso de casi to
dos sus Oficiales y lo que es màs no la tienen el mismo Coro
nel según me ha esplicado mil veces. La pólvora de la Ad
ministración y del Cuartel existe en puntos diferentes á una
legua de la Plaza; aquella sin ningún resguardo y está á la
custodia de dos ó tres soldados. Las pocas armas reales,
cartuchosy municiones se hallan en el Cuartel apenas a
cargo de ocho ó diez soldados y estos de las Milicias de
País.
    Todo me cierra las puertas á la menor providencia sufi
ciente de precaución y defensa; pero vamos que pudiese to
mar algunas, aunque ineficaces: Que presentada la denuncia
á la Junta indicada antes, ó por mi solo, mandase traer la
                         – 54 —
pólvora á la Ciudad: que hiciera acuar elar un número res.
petable de milicianos, ó también de vecinos honrados: que
asegurase de todos modos las armas y municiones: que esta
bleciese rondas, doblase patrullas, &. Si el proyecto denun
ciado es cierto, multiplicará cautelosamente sus ecursos á
proporción de esas medidas: fomentará la decisión y los ce
los exaltando sobre las nubes la injuria que se hace á la Pa
tria con tal desconfianza; é imputará á ellas su erupción y
las obras de la traición mas negra y sistemada: cuyo gran
recelo me ha mantenido hasta ahora en tanto silencio á pe
sar de mi celo y sob esaltos continuos.
    El único arbitrio que me ha ocurrido es que Vuestra Ex
celencia se sirviera enviar prontamente bajo cualesquier pre
testo disimulado y cohonestable unos cien hombres de ar
mas con su Comandante y Oficiales de 1 oda satisfacción; pe
ro temo de un lado la posibilidad le que el pensamiento de
la sublevación no pasa adelante grabándose en vano el
exhausto Erario y temo de otro que la expedición pudiera
no llegar en el corto tiempo que resta hasta el cuatro de Ju
nio próximo.
   En fin yó he manifestado áVuestra Excelencia ingenua
mente mis observaciones y perplexidades: Vuestra Excelen
cia es un maestro consumado en la materia, es el primer
atalaya del Virreinato, es la columna sobre que toda la
América Meridional se ha sostenido en sus mas recias con
vulsiones; y Vuestra Excelencia sabrá salvar de la sangrien
ta inmolación que amenaza al gobierno y á una porción flo
rida de este departamento.
   Dios guarde áVuestra Excelencia muchos años. Gua
manga 1º de Mayo de 1812—Excelentísimo Señor.—Por
ausencia del Señor Gobernador Intendente—Francisco de
                           – 55 –
 Paula Pruna—Excelentísimo Señor Virrey Gobernador y
 Capitán General de este dominio.
                             XV
                ASECHANZAS NOCTURNAS
    Irrtados los patriotas con la presencia de las Armas
Reales, multiplicaban sus amenazas. Su rabia llegó hasta
llamar al Virrey congruesos epitetos sin olvidar el de “trai
dor”. La semana del 18 al 26 de Mayo fué de gran inquie
tud para lospobladores de Huamanga.
        “Los unos preparaban la fuga abandonando sus fa
“milias; otros sepultaban sus bienes para librarlos del sa
“queo y yo advertía en muchos las melancólicas señales de
“la desesperación y de la ira”, dice el Intendente.
    En la puerta de la Notaría Eclesiástica se halló fijado,
en la mañana del 18, el siguiente pasquin:
    Docm. No. ll9. Europeos embreados, advertir que lo pre
venido antes, al pié de la letra se ha de cumplír,
       Defendiendo nuestros derechos con tesón,
       Comenzando por el Ladrón de Cantón:
       Luego ha de enabo larse el pendón
       sin recelar áAbascal que es un......
       porque la tomada precaución
       á los patricios servir debe por obligación
       y así levantémonos en montón.
   Hay que juzgar el efecto que en el ánimo del pueblo pa
triota causarian estas llamadas á la rebelión,estas “noctur
nas asechanzas” calificadas así por Don José Abascal
quien pensaba que “los promovedores de tumultos y adic
“tos á la sedición son los que forman los pasquines con el
“fin de intimidar y deslumbrar á los que mandan”,
   Las patrullas vigilantes recorrían la ciudad. Se dobló
á cien hombres la guaria del cuartel. Una comunicación
del Virrey autorizaba que se tomasen las medidas necesa
rias. Seformó un Cuerpo de Concordia, de naturales y eu
ropeos, que divididos en secciones recorrían y rondaban los
diversos barrios. El ayudante del Gobierno, Capitán José
María Franco, no se daba un punto de reposo.
    Pero el 23 de Mayo, á las 9 de la mañana, al abrir pa
ra el despacho la puerta del Oficio Curial, el Notario Cursor.
Don Juan Fernandez de Lara halló la siguiente “asechanza
nocturna”, donde se consagran elocuentes piropos á todas
las autoridades españolas, y lleno de maliciosa sátira decía,
  Docm. No. 120 No se pondrán más pasquines,
              pues los que se han puesto bastan
                 para gobierno de todos
                 en esta pública Plaza;
                 la traída de la Pólvora,
                 ignoramos con qué destino,
                 si es por el Pasquín puesto
                donde Cosio y Camino.
                 Pero la tenemos más cerca
                porque puesta está en el Molino
                más trabajo costaría
                para su buen destino.
                La compostura de Armas,
                 nos es más favorable
                 para tenerlas corrientes
                para su buen combate.
                El acuartelar gente,
                tampoco nos es contrario
                pues la tenemos más pronto;
                para lograr el aplauso,        -
                Y así valerosos Ciudadanos
                           – 57 —
                 no hay que acobardarse,
                 salgamos del yugo puesto
                 y unirse con Buenos-Ayres.
                 Para el dia señalado,
                 El Plenipotenciario.
    Otra “asechanza nocturna” demasiado nimia para te
ner alta procedencia, se encontró, en la mañana del 24, en
la esquina superior del Convento de San Francisco de Pau
la. Si se permite avanzar conceptos, entresacados de las in
genuidades ó maliciosos datos que allí se dice, y de otras
fuentes menos insos echables-que esos simples pesquines la
sedición de Huamanga tenía sus ramificaciones en otros
partidos adyacentes. ¿Porqué en Cangallo fué donde se
tuvo conocimiento, primero, de la rebelión proyect da? Lue
gO veremos como en Huanta no fueron indiferentes á estas
inquietudes.
    El pasquín á que nos referimos decía:
     Docm. No. 121. “Despedirse del Mundo: llegará el feliz día
 “en que se verán abatidos todos los advenedizos y los Palo
“minos, y reinarán los criollos, gobernarán los patricios,
“perecerán los traidores que son sujetos como: Pru
“na: Harrea: Cosio: Noboa: Al Señor Dean se venera y se
“desea bien: los dos Roizes: los Olanos: los Calines: y á los
“otros se pasa: Toledo: Coronel Palomino y su hermano y
“los hijos: Moya, Cantón, Santillana, sujetos que merecen
“ser quemados sobre vivos; Camino, luxica y el Joven Ola
“nito están ya seguros en Guanta, allá dispondrán, paga
“rán bien pagado como lo merecen, mejor está Moya en el
“Cuartel para hacer montará un Cañón, ese Sargento To
“bedo, con el zambo Vizcarra, desollados y cortadas las len
“guas, como si fuera gente el zambo Coronel Palomíno, vá
“Tobedo á avisar señor en tal parte hay juntas, como si
“fuera gente, pero vive Dios pocos días faltan; pidan auxi
                          – 58 –
“lio á Cangallo, á Guanta y vérán: tengan por bufonada si
“el famoso Coronel no deja el mando será     perseguido por
“que no gusta el Batallón, en fin veremos, no es uno solo si
“no quinientos; no parece este señor Capitán ya camino un
propio, yveremos”.
                            XVI
          EL CUERPO PATRIOTICO DE SEGURIDAD
    El 25 de Mayo reunióse el Ilustre Cabildo para conferen
ciar sobre las cosas tocantes al servicio de Dios, del Rey y
del bien público.
    He aquí el acta capitular, cuyo principal objeto fué el es
tablecimiento del Cuerpo Patriótico de Seguridad y vigi
lancia.
                           ACTA
    Docum. N. 122 “En la muy noble y leal Ciudad de San
“Juan de la Frontera Victoria de Guamanga Reyna del Pais
“eu 25 días del mes de Mayo de mil ochocientos y doce años,
“los muy Ilustres Señores, Cabildo, Consejo, Justicia y Reji
“miento de esta noble Ciudad se juntaron en esta su Sala
“de Ayuntamiento según costumbre para tratar y conferen
“ciar las cosas tocantes al servicio de Dios nuestro Señor,
“del Rey y bien de esta República á saver: el Señor Doctor
“Don Francisco de Paula Pruna, Abogado de los Reales
“Consejos y de la Real Audiencia de Lima, Asesor Teniente
“por su Magestad de este Departamento, Intendente de Real
“Hacienda Gobernador político Interino, por ausencia del
“Señor Gobernador Intendente Presidente; el Señor Regidor
“Alguacil Mayor Fiel ExecutorJuez de Aguas Don José de
                         — 59 —
“Galvez, Alcalde de primer voto, Suplente por el Señor Ge
“neral del Alto Perú Don José Manuel de Goyeneche: el Se
“ñor Don José Joaquín Toledo y Pimente, de segundo voto:
“el Señor Capitán don José Antonio Lopez de Romar, Regi
“dor Alcalde Provincial de la Santa Hermandad: el Señor
“Capitán don Manuel García y Espinosa, Regidor: el Señor
“Licenciado Don Francisco Chavez de Quevedo, Abogado de
“la dicha Real Audiencia de Lima, Regidor: el Señor Don
“Francisco Hernandez Eyzaguirre, Regidor: el Señor Te
“niente Coronel Don Diego Balmaceda, Regidor; el Señor Co
“ronel Don José Matías de Cabrera, Regidor; y el Señor don
“Fernando Fernández y García: aquí no asistieron los Seño
“res, Teniente Coronel Don Francisco Antonio Ruiz Ochoa
“y Monreal, Regidor Alferez Real y el Sargeno Mayor Don
“Don Joaquín del Cam no por enfermo y ausente. Y estando
“así sus Señorías juntos y congregados, hizo presente el se
“ñor Presidente el Cuerpo Patriótico de Seguridad y vigilan
“cia, que por las presentes circunstancias ha formado el celo
“de este Gobierno,y visto y meditado por sus Señorías se
“han coniormado con su tenor por útil y necesario or lap
“colocación que se vé, y que sirva interin, se aprueba por el
“Excelentísimo Señor Virrey del Reyno el plan de las Com
“pañías de Concordia propuesto á esa Superioridad en vir
 “tud de acta de diez y ocho de Abil del año próximo pasa
“do sobre el que se insistirá renovándose dicha Acta, á la
“Intendencia con testimonio de es a—Con lo qual se conclu
“yó esta Acta y la firmaron sus Señorías de que doy fé—
“Francisco de Paula P una—Como Suplente del Señor Gene
“ral Goyeneche—José de Galvez—José Joaquín Toledo y Pi
“mentel—José Antonio Lopez del Romar—Manuel García
“Espinoza—Francisco Chavez Quevedo—Francisco Hernáa
“dez- Diego Balmaceda—José Matías de Cabrera–Fernando
                           – 60 –
“Fernández y García—Ante mí Gerónimo García —Escribano
“Púbico de Gobierno y Cabildo.
    Así parece de la Acta capitular, de que certico Guaman
“ga Julio 4 de 1812—Por auséncia del Escribano de Cabildo
“–Esseban Morales”.
    Y el mismo día el Gobierno de la Intendencia dirigía á
los comandantes nombrados para las secciones, el siguiente
oficio circular:
    Docum. N. 123 “Nº 8—Dirijo áU. el plan de una sección,
“del Cuerpo Patriótico de Seguridad y Vigilancia, que des
“pués de anunciado al Ilustre Ayuntamiento deberá organi
“zarse en obediencia á las resoluciones últimas del Superior
“Gobierno.
    “Hallará U. en él la Comandancia ó plaza para que es
“elegido y la Sección que le es perteneciente. Por las notas
“se explican los deberes primeros h esenciales. Otras resolu
“ciones que hubiere de executar el Cuerpo, ó alguna parte
“suya, sin salir de la esfera de su peculiar institacíón, se co
“municarán áV. por su Ayudante.
    “El designio de esta Corporación es tan de suyo mani
“fiesto, como eficaz á interesar, el pundonor de V. para que
“se verifique en el momento de su planta bienhechora. El
“celo que manifiesta todo hombre en los casos y objetos de
“que qende su conueniencia propia: el sacrificio de una pe
“queña parte del reposo, quc se debe á la patria quando lo
“solicita:y una conducta asidua yfirme,forman la garan
“tía qne V. dexa al Gobierno sobre la execución de sus me
“didas.
    “Nuestro Señor guarde áV. muchos años Guamanga 25
“de Mayo de 1112. Por ausencia del Señor Gobernador In
“tendente, Francisco de Paula Pruna”.
                          - 61 –
                            XVII
CONTINUAN LAS NOCTURNAS ASECHANZAS.-SU EX
     TENSION A HUANTA.—OFRECIMIENTOS A LOS
     DELATORES.
    El 26 de Mayo se llevaron al Intendente los dos pasqui
nes siguientes:
    Docm. No. 124 “Ya llegó el día feliz de que hemos de
“ver patalear al Judío Inglés, protestante, sodomita, here
“ge, que á buen tiempo ha de llegará nuestras manos: qué
“aparente está el tiempo: Señores al parecer de los vocales
“cuales son. Primeramente se pondrá un Juez Real de ciencia
“y conciencia; el segundo se le quitará la coronelía al zambo
“ Palomino; el tercero se degollará al Asesor, se quitarán los
“dos Alcaldes: al tropero Toledo se colgará, á Moya él solo
“que puede oponerse en el quartel se hará montar en el ca
“ñón, ySantillana y Cantón desquartizados: Muxica, que
“mado; y los otros advenedizos todos pasados por las ar
“mas,y la familia de los zambos Palominos, lo que dispusie
“ra la Junta, y al cholo ó zanbo Sargento Tobedo se le col
 “gará con la música nueva que han sacado, se le cortará la
“elngua para que no hande buscando onde está laJunta, y
“al zambo Vizcarra. esos no pueden estar en servicio porque
“están á favor de los advenedizos. Donde está tanta victoria
“de Goyeneche? Porqué no han habido repiques?, al fin se ha
“visto derrotado y abatido. A quien le obedeceremos, al Vi
“rrey de Lima ó al de Buenos Ayres? á la Junta de Buenos
“Ayres á qué viene este Intendente? A robarnos: bobo será
“el quien se deja robar, que dé satisfacción el Capitán al
                             – 62 –
“zambo Ruiz con el batallón tendido y veremos entónces, y
“al zambo Coronel.
    “Entregado al Gobierno hoy 26 de Mayo por Justo San
“tillana, afirmando haberlo arrancado por la mañana de la
“puerta de la casa que fué del difunto don Jorge Or
deriz”.
    El segundo pasquín decía:
    Docm. No. 125 “Hermanos compatriotas míos: Que ya
“llegará á quien lo deceamos, se contentarán con ver al la
“drón gringo, colgado en una parte y en otra al Coronel
“zambo Palomino? no contento con haber robado á los po
“bres, claman y clamarán y están clamando que el día de la
“sentencia verán los innumerables contra el Judío. gringo y
“contra el famoso Coronel. No se diga por Mugica, Pruna,
“los dos zambos Ruizes, y el picarón Tobedo; porque se per
“dió guanoco y la paz? Lo que aguardamos es que pongan
“preso á uno de los de la Junta que son muy conocidos: se
“parecen á estos...... que con armar tropa componen mundo?
“En elVirrey nos.....,   en el traidor Abascal. Esta es la nueva
“Junta para el nuevo Gobierno que son de quinientos voca
“les y el parecer y la sentencia es que paguen todos como en
“Guonoco, Esto estaba averiguando el picarón Tobedo que
“de los primeros se castigará como lo merece, ir al zambo
“Coronel á decirle que había Junta, que le va que le viene,
“porque no se contenta con ser criado del tropero picarón
“Toledo, se le cortará la lengua al zambo ó cholo Tobedo y
“á su patrón. A Moya porque mandó hacer lanzas. áSanti
“llana por las bolas y á Cantón, á los tres sobre vivos deso
“llados y quemados y á los otros que son advenedizos, Pru
“na, Pruna. Muxica. Harrea.Cosio: loszambos Ruizes; Ola
“nos: Chucaro: Rodríguez: balines, día llegará en que han de
“patalear.
                           - 63-
     "Entregado por la vista de la Aduana Don Juan Can ton
 "quien lo recibió de mano de Don Juan Bartolomé Allende
 "que lo arrancó (según dixo) de la puerta del Regidor Don
 '·Frrincisco Cha vez Quevedo en esta mañana 26 de .Mayo
 "Pruna".
                               •••
     Huanta no había dejado de sentir, á la distancia, la sim·
 pática algarad11 de los insurgentes de Huamanga.
       El 23 de Mayo un chasqui entregaba al Intendent.e: un
  oficio rt>Ít'r�nte al movimiento de sedición, y á las medidas
  que Jrábía adopta,fo el subdelegado de Huanta para conte·
• ner á los que, en su partido, conmovían al pueblo por medio
  de pasquines y le remitió el siguiente:
            LOS GUAMANOUINOS Á LOS GUANTINOS
     Docm. No. 126 Guantinos despertad, no tenga.is
                cuidado, sacudir vuestra. tira.nía,
                pro;:urar la libertad:
                acabad con los ladrones.
                Franceses chapetones,
                mueran todos todos:
                Canga.llo Andagua.ylas
                Lucanas unidos todos;
                afuera adv,nedizo-.
                no consientais subdelegados
                que son ladrones
                no tengais miedo"
                                                  Dig1tized by   Goog Ie
                          - 64 –
    Los indios huantinos, renombrados por su fervorosa
adhesión al Monarca Español, manifestaron su amor á la
justicia y á la libertad diez y ocho lustros más tarde, en
1883, cuando Baraona, Pollman y Balboltin, eometieron la
hazaña de victimar algunas centenas de indígenas que pre
tendíeron cerrarles el paso.
    En los mismos lugares donde se habían colocado pasqui
nes y en todos los lugares visibles de la población se mandó
colocar el siguiente
                      AvISo AL PúBLIco
    Docm. No. 127“El Gobierno de esta Capital,á nombre de
“Su Magestad que Dios guarde, promete la cantidad de qui
“nientos pesos al ciudadano que entregue la persona que fixa
“re pasquines ó los haya fixado anteriormcn e: y el mismo
“premio al que lo denuncie dando la prueba del delito com
“tra el denunciado.         -
    “Igualmente el Gobierno promete baxo el Real nombre,
“que además de entregar al aprehensor ó denunciador la re
“ferida suma en testimonio de la gratitud pública el digno
“vecindario, interpondría su autoridad é influxo para que el
“Excelentísimo Señor Virrey de estos Dominios, remunere
“perpetuamente su servicio colocando al aprehensor ó de
“nunciador en un destino proporcionado á su amplitud, ca
“rrera ó exercicio. Guamanga 26 de Mayo de 1812–Fran
                          – 65 –
“cisco de Paula Pruna.—Por mandato del Gobierno Geróni
“mo García.—Escribano Público de Gobierno y Cabildo”.
    No siendo bastante el premio y recompensa ofrecidos
para que la delación se verificase, y no dándose por vencido
el Intendente Pruna, hizo fijar, en 30 de Mayo el siguiente
cartel.       -
                      AVISO AL PÚBLICO
   Docm. No. 128 “El Gobierno ha esperado la indagación
“que debe para hallar los autores de los Pasquines que han
“escandalixado á esta ciudad por todo el mes presente; y
“deseando terminarla para cortar la injuria pública que se
 “hace á su Ilustre Vecindario, bomitando en su seno la des
“organización más espantosa, é insultando la fidelidad de
“que blasona dignamente casi por el tiempo de tres siglos:
“Promete en nombre de nuestro Soberano (que Dios guarde)
“el perdón absoluta á qualquiera persona que siendo cóm
“plice en la formación ófixación de los Pasquines se delate
“y denuncie á los otros cómplices y entre baxo la pública
“promesa de reservar su nombre, si lo pide. Guamanga 30
“de Mayo de 1812–Por ausencia del Señor Gobernador
“Intendente—Francisco de Paula Pruna—Por mandado
“del Gobierno. Gerónimo García.—Escribano Público de Go
“bierno y Cabildo”,
                          XVIII
                  ABASCAL Y HUAMANGA
    Mientras el Intendeute Pruna con el “Cuerpo Patrióti
co” se mantenía vigilante y ofrecía premios al que delatase
á los autores de Pa quines, el Virrey Don José Fernando de
Abascal no se alcanzaba para atender á las múltiples necesi
dades de los Virreynatos de Lima y Buenos Ayres.
    Mucha confianza demostró al tener noticia del proyecta
do movimiento de Huamanga pues á la comunicación de
Pruna, participándole el suceso, enviole por única repuesta
la siguiente
    Docm. No. 129 “Contestando el Oficio de U. de primero
“del corriente sobre recelo de un próximo alboroto en esa
“ciudad he resuelto prevenirle, que sin pérdida de momento
“aliste Compañías de vecinos honrados tanto Americanos
“como Europeos siempre que se tenga una prudente confian
“za de su fidelidad, poniéndole oficiales de la gente de más
“honor y que tengan que perder.
    “Que los Coroneles de los Regimientos de la Ciudad y el
“de Guana, junten cada uno los Oficiales, Sargentos, Cabos
“y Soldados de quienes tengan mayor satisfacción aunque
“sean pocos; pues más se puede esperar de estos que de mu
“chos que sean sospechosos. Esta gente la acuartelarán en
“un convento ó casa capaz y fuerte artillando ó atroneran
“do su parte baxa para desde adentro hacer á cubierto un
‘vivo fuego de fusil contra todos los que intenten atacarle ó
“pegar fuego al edificio: si el quartel actual tuviese la forta
“leza y calidades expresadas en el mismo se puede practicar
“lo que vá dicho: si los hombres de confianza que se dediquen
“á la defensa llegasen ó que pasen de seis cientos á ocho
“cientos hombres se ocnparán los edificios en los términos
“dichospara dominar mayor porción del Pueblo, y hacer
“desde ambos sus salidas bien ordenadas para arr, drar los
“Insurgentes y estorbarles el saqueo á que naturalmente se
“entregarán luego que se declare la Insurrección. Puesta la
“casa ó casas fuertes en los términos indicados qualquiera
“quiera de ellos acopiando víveres y agua para algún tiem
                           – (67 –
“po no hay que tmer de toda la provincia puesta en masa
“si no tiene artillería; por esta razón se deberán r cojerin
“mediatamente y poner servible si es posible los cañones que
“se encuentren en qualqui r paraje para hacer uso de ellos y
“quitar este recurso á los malvados”.
   “La pólvora se ha de retirar prontamente á lugar segu
“ro conservàndola con la custodia precisa y las precaucio
“nes con que se debe manejar esta arriesgada munición.
   “Para todo lo dicho me hago cargo que escasearán las
“armas de fuego, pero con las del Rey que tenga la Provin
“cia, y las escopetas, carabinas, tercerolas, pistolas, etc. con
“que se presenten los particulares de honor á la defensa de
“la patria ó extrayéndolas del poder de los que no se presen
“ten, me persuado que se podrán juntar un número compe
“tente.
   “Dentro de dos ó tres días saldrán de aquí treinta mil
“cartuchos y piedras de chispa correspondientes á los cali
“bres de las expresadas armas.
    “Aunque haré poner prontamente en marcha al Inten
“dente Gobernador, propietario, ó en su defecto un Xefe Mi
“litar. quedo muy confiado en que usted no pierda un mo
“mento en particular quanto Ilevo dicho á precaución, sin
“reparar en la quexa qne pueda producir porque aunque al
“gunos la gradúen de infundada desconfianza vale más que
“nos cojan prevenidos si acaso tienen algún fundamento
“porque no estamos en el caso de apreciar los avísos que us
“ted ha tenido; y aún la misma vigilancia y prevenciones
“que advierta, puede ser bastante para retraer á los malos
“de poner en práctica suscriminales ideas.
    “Con estas medidas que deberá usted tomar instantá
“neamente juzgo inútil el cambio de los cien hombres que
“pide, así porque podrían hacer falta para dirigirlos desde
“este punto á aquel en que pueden obrar con más utilídad,
                          – 68 –
“como por la dilación inevitable de su marcha que usted
“apunta en su citado oficio.
    “Dios guarde á used muchos años.—Lima 10 de Mayo
“de 1812—Joseph Abascal: Posdata.—Sin Peligro de estas
“prevenciones, debe usted procurar con la mayor seguridad
“indagar el orígen y fundamento de la de nuncia y autores
“de la conspiración que ella refiere para cortar el incendio
“oportunamente con la aprensión de los delincuentes de cu
“yas resultas me dará ustel pronto aviso.—Una rúbrica de
“Su Excelencia—SeñorTeniente Asesor de la Intendencia de
“Huamanga”.
   (Es copia de un Oficio del Excelentísimo Señor Virrev
“que queda en la Intendencia.—Pruna—Rubricado)
   A esta comunicación respondió el Intendente:
    Docm. No. 130 “Excelentísimo Señor: puestas en execu
“ción las providencias interinas que acordó la Junta general
“del 12 del corriente, y de que dí parte áVuestra Excelencia
“con los documentos respectivos en mi Oficio de fecha 16, ha
“recibido este Gobierno la Orden Superior del 10, en que am
“pliando las facultades diminutas que me están señaladas
“en ausencia del Jeje ha desplegado Vuestra Excelencia su
“anhelo paternal é infatigable para impedir la divergencia
“que asomaba de nuestra justa causa, y fixado la suerte de
“un Departamento, que reclamó el amparo de sus medidas
“protectoras.
    “No había comenzado el plan de operaciones que Vues
“tra Excelencia me señalaba diestramente. por meditar los
“modos más seguros de excutarlas por su orden, pero ama
“neciendo el el dia diez y ocho con un pasquín infame, que se
“en contrófixado en la puerta de la Curia Eclesiástica, y en
“que se improperaba la atención superior de Vuestra Exce
“lencia á estas calamidades, eon cierta grocería que la mo
“ destia no refiere, hnbe de decidirme á practicarlas todas
“las todas las momento, á riesgo de atizarla explosión con
“mis preparaciones. fiado en la providencia que nunca de
“sampara las intenciones justas y en el auxilio de los hom
“bres buenos que me eran conocidos y á quienes no faltaba
“sino es la protección autorizada de su patriotismo y su
”“esfuerzos.
    “:Cité para esa tarde los Coroneles de Guamangasy
“Guanta que Vuestra Excelencia se sirvió designarme, agre.
“hando al Capitán de Granaderos Don José Vicente de la
“Moya, bastante acreditado por su valor pundonoroso, y
“al Ministro de las Caxas Reales Don Ignacio Alcázar por
“la discreta inteligencia con que se distingue como Oficial
“antiguo; é intruyéndose todos resevadamente de la volun
“tad de Vuestra Excelencia, y combinadas as observácio
“nes, acordamos se doblara la fuerza del quartel, al número
“de cien hombres escogidos en este batallón; y que yo dispu
“siera en el momento la fuerza devecinos que el apuro de las
“circunstancias y mi conocimiento general me permitieren.
   “Como era necesario estuviese á mi lado una persona de
“valor con ocido de-expedición y de reserva nombre por ayu
“dante del Gobierno al Capitán Don José María Franco,
“con el sueldo de Teniente, esperando que Vuestra Excelen
“cia los aprobara, como se lo suplico especialmente. Quedó
“encargada áAlcanzar la dirección particular de los acuar
“telados para ayudar al Coronel sin degradar su autori
“dad; y me redujo únicamente á organizar la fuerza popular
“que dexé sistemada.
    “No era tan expedita la reducción á Compañías, por
“cierta repugnancia que me consta de muchos al nombre de
“Milicias ó por quedar más sueltos para sus atenciones, ó
“porque el amor propio no le permite á algunos servir sino
“mandando.     Por eso he variado hasta del nombre, como
“dánd ole el más propio según inteligencia al objeto porque
“se le instituye. La prodígalidad con qué á cada sección
“multipliqué los Comandantes fué con la mira de contentar
“á todos; y esta táctica urbana ha resultado tan feliz, que
“no he mirado sin una gratitud imponderable el afán gene
“roso con que los Comandantes y vecinos, exitados por mi
“Oficio aumentan las secciones cada día y han comenzado
“generosamente el rígido servicio de aguardar la Ciudad en
“el primer quarto desde las nueve á la una de la noche. En
“la del Corpns llevaron la primera y octava todo el segun
“do quarto, más insujrible por la intemperie de la sierra y
“bastantes arriesgados por anunciarse en los pasquines pa
“ra tentar la insurrección; y no fué necesario más estímulo
“que mandaría el Gobierno por el Ayuntamíento de la Plaza.
   “Esta dedicación merece la consideración de Vuestra Ex
“celencia para sancionar el establecimiento de este cuerpo,
“como el Ilustre Ayuntamiento se lo pide por la Acta que
“ elevo honrrándole con su agregación á la concordia espa
“ñola del reino quando se lleve el núme o (que no tardará
“mucho de cuatro Compañías, ellas solas bastarán para se
“guridad de la Ciudad y la Provincia ahorrando al Erarío
“los gastos qde le causa la fuerza acuartelada. Esto mismo
“solicitó, el Cabildo de la bondad de Vuestra Excelencia el
“año antecedente, como indica la Acta que igualmente se
“agrega; y es justo concedcrlo para que la política aprove
“che y aliente el entusiasmo que le manifiesta en beneficio de
“la patria.
    “Plantado ya el servicio de este modo, eos pasquines
“que se repiten éou frecueneia en esta Capital y Guanta, no
“dicen otra cosa que la importante rabia de los espíritus in
“quietos, á quienes imposibilita Vuestra Excelencia sus ho
“rribles intentos, alpaso de dexarles tiempo para detcstarlo
                          – 71 –
“en el silencio de ellos mismos. Aunque no perdona la digni
“dad de Vuestra Excelencia con sus tiros atroces, ha conse
“guido sabiamenfe restituir al vecindario temeroso el aire de
“de seguridad y tierna confianza que respira. Ya veo sus
“pendida la emigración de algunos Europeos que dixe á
“Vuestra Excelencia lo intentaron pnr librarse del riesgo en
“que le envolvía la amenaza; y juntando sus votos á los
“mios, no cesaran de bendecir su mano bienhechora.
    He confiado á don Ignacio Alcázar remitir el estado y
“servicio del Ayuntamiento con los términos y observacio.
“nespropias á una materia que no entiendo; pero mi insufi
“ciencia no me escusa de presentar algunos generales para
“que las califique la ilustración de Vuestra Excelencia.
   “Es evidente por desgracia, la necesidad de mantener las
“capitales preparadas á salvarse asi mismas en él fermento
“absurdo que les penetra sordamente, como á ocurrir de
“pronto á sofocar las tentativas que parezcan en sus demar
“caciones, y en tanto que ia fuerza de vecinos que se organi
“za en esta, mucho más imponente en su sentido por la fuer
“za moral que reconcentran, no alcance á estos objetos es
“evidente de igual modo la de sostener la militar activa de
“un modo suficiente para que cumpla los designios.
    “El aquartelamiento de cien hombres no puede reputarse
“ya bastante. Seis oficiales empleados apenas descansan una
“noche aunque su número parecerá excesivo en razón de los
“hombres á quienes comandan:y esto sin añadirse á su fati
“ga las patrullas por el quarto primero que expiden las sec
“ciones por su orden. Otro Oficial y veinte y cinco hombres
“como de imaginaria y á mitad de paga les permitieron más
“reposo, hasta dar otro ensanche la fuerza de vecinos.
   “El armamento de cincuenta fusiles debería aumentarse
“hasta doscientos, ó ciento cincuenta cuando menos. Las
“secciones presentaron apenas veinte piezas de fuego, como
                           – 72 –
“tengo advertido por la inspección que se hizo de ellas con
“el velo de examinar su fuerza. Sabe bien Vuestra Excelencia
“que el soldado no sirve sin armas expeditas: y el uso de su
“espada es negado ó imposible en esta gente. Aunque puede
“ser más diestra para el manejo de la lanza;pero visoña ca
“si en todo c nservará más confianza y orden hiriendo al
“enemigo á la distancia,
   “Es preciso igualmente habilitar los cañoncitos que esta
“ciudad conserva d scle los movimientos anteriores. Son im
“perfectos sus cureñas, más así scrvirían ventajosamente con
“una refacción muy corta, cuando la multitud que agolpe en
“la desgracia pretenda sofocar nuestras pequeñas fuerzas.
“Esta arma executiva se inutilizaría nuevamente sn una
“partida de artilleros que vengan para enseñar algunas en
“el diestro manejo que economiza el tiempo y la efusión de
“sangre en los combates Dentro de la Provincia no hay ca
“ñón alguno que pueda ocupar los sediciosos: Pero hallare.
“mos una superioridad inmensurable en la rehabilitación de
“los que existen.
“La averiguación de los autores del alboroto meditada y de .
“loss pasquinistas camina al paso lento que dexa á la justi.
“cia la oscuridad fatal de estos proyectos como proceden los
“avusos más graves de ciertos confesores, estos no pueden
“entenderse á revelar en Individuo, porque no se delate el
“vínculo sagrado en que confía el hombre para la confección
“de su flaqueza. He publicado un premio para aquel que de
“nuncie ó aprehenda algún anonimista y aún la exepción de
“su castigo al cómplice que me la descubriere. Creo que
“Vuestra Excelencia se servirá aprobar estos arbitrios por
“que acaso no alcanza á descubrir los delicuentes la enredo
“sa y pesada verificación de los comunes.
    “He presentado á Vuestra Excelencia el términoá     que
“llegan sus mandatos en el modo sencillo que me ha sido po
                          – 73 —
“sible executarlo. Cuando el Jefe se acerque á relevarme de
“la pensión amarga con que las circunstancias me han pro
“bado, lograrán la acertada expedición que Vuestra Exce
“lencia anhela perpetuando el órden en la defenza de los
“pueblos. Todo el honor de haber salvado á una ciudad
“tan digna baxo la protección de Vuestra Excelencia pérte
“nece sin duda al vecindario ilustro que la habitan conten
“tándome e! premi, lisongero de que Vuestra Excelencia re
“conozca y admita los deseos por el bién de la Patria que
“siempre ha de ofrecerle mi obediencia.
    “Nuestro Señor guarde á Vuestra Excelencia      mochos
“años. Guamanga mayo 31 de 1812—Excelentísimo Se
“ñor.—Por ausencia del Intendente.—Francisco de Paula
“Pruma.—Excelentísimo Señor Virrey Gobernador y Capi
“tán generel de estos dominios.”
                           XIX
DON DEMETRIO O'HIGGINS Y LA TRANQUILIDAD DE
                    LA INTENDENCIA
   Don Demetrio cra irlandés. Empezó su carrera militar
en España, y sirvió en 1789 en las Guardias de Corps, hasta
que, en 1796, llegó al Perú con la recomendación especial de
quz se le confiara la primera Intendencia que vacase. Su tío
el Marques de Osorno era entonees Virrey y le confió la Guar
dia de Honor. En 1797, cuando el Almirante Hugo Seimur
amenazaba la ciudad, con su escuadra, ápropuesta del Sub
Inspector General Matalinares, fué O'Higgins nombrado
Comandante del Escuadrón de Caballería “Dragones de la
Reyna Luisa” con el grado de Coronel, como Intendente” in
partibus” que era.
__   _)
                                     - 74 -
          Don Demetrio lo formó y disciplinó en dos meses; y constm
          yó en Lima un cuartd para cnatrociento:-1 cincuenta hom
          bres de eHa arma.
              Pasada la guerra, el Rey mandó disolver ,licho cuerpo
          en 1799; y como en Octubre de ese año muriese el Intenden
          te 1le Guamanga Menendez Escaladtt, le reemplazó O,ffi
          ggins, por   nombramiento de 22 de          Diciembre de dicho
          nño.   El CHbildo de Lima había pedido al Rey título de Re
          gidor Supernumerario para este Jefe.        Trasladado á Hua
          manga mandó dicha Provincia el largo período de dos años.
          Visitó varias vece-, el territorio de su comprensión, dictó ul
          gnnas providrncias para diviar la suerte desgraciada de los
          indíginas, refaccionó varios puentes, construyó otros, edifi
          cí1 c4rceles y puso wredas á las calles de la ciudad, flyudan
          do los gastos con erogaciones de su peculio.
              En 1804 formó una memoria de órdel del Minei sterio de             ,.
          Ultramar Don Miguel Cayetano Soler, m-1.nifestanrlo cir
          cunstanciamente el estado de c. ,da provincia del territorio,
          los defectos de la organización política,    y   las medida que
          convenía ad,,ptar P.n todos los ramos de la administración.
             Esta importante memoria �e publicó el año de 1826 co
          mo apéndice en las "Noticias Secretas de América" escritas
          por los generales Ulloa y Juan y que editó en Londres Don
          David Barry, documento que le fué franqueado por Don To
          más Colgan O'Higgins, sobrino de Don Demetrio.
             Dice el historiarlor Mendiburo que O'Higgins-se trasladó
          á España el año de 1812.
             TP.nemos avt ri�ado que solo salió para la Metrópoli en
          1813 despues del fallecimiento del padre de su esposa Doña
          Ma1ia Echevarría SRntiago de Ulloa.
             Don Demetrio falleció e:i 1816; y su espo�a contrajo se
          gundas nupcias con el Brigadier Don José Bernardo de Ta
          gle, Marques de Torre Tagle.
                                                        Digitized by   Google �--J
                           – 75 –
    Era Don Demetrio un excelente funcionario y solo asi se
explica dada su calidad de extrange o los puestos y los ho
nores que se le dispensaron con frecuencia.
    Cuando salió de la Capital para contener la proyectada
sedición de Guamanga duplicó las jornadas desde Huanca
velica á fin de llegar antes de la fecha indicada en que debía
estallar el movimiento—y en la tarde del día 2 hizo su entra
da á la ciudad.
    Desde Huanta, encontró numerosos vecinos que salían á
recibirlo y «cuando llegué á Quebrada Honda ó Cruz Blanca
fué que en este acto yvista. mi corazón ha tocado el gozo
más inexplicable á que puede percibirse en una alma sensible:
he visto este numeroso vecindar o con los brazos abiertos
para recibirme en sus corazones».
     Pronto pudo darse cuenta O'Higgins que la situación
de Huamanga había variado desde Octubre de 1811 en que
había partido para Lima, y por eso decía “No se me oculta
“, que haigan en la ciudad sentimientos triviales, pero esos
“no militan al desconcepto de un vecindario fiel, noble y de
“esclarecidas familias¿y cuál es el pasaje excento de estos,
“donde hay comercio recíproco diferentes cuerpos, yfueros
“distintos?”.
    Su deseo de descubrir á los autores de la sedición fué es
téril: en Huamanga no existían delatores,
     Notables son las últimas frases de su proclama: “Es muy
“justo y 1atural, fieles hijos míos, decía, que cada uno de
“fienda sus derechos, é intereses peculiares, pero el tiempo no
“estáá propósito para litigar sobre personalidades, injurias
“supuestas, desavenencias triviales, ó competencias que solo
“se fomentan por Abogados 1 omancistas ó mecios papellis
“tas, que son las plagas de los Pueblos incautos”.
   Se refería aquí á la influencia que ejercían los escritos y
proclamas del Dr. Castelli, el elocuente tribuno de Charcas.
                           – 76 –
    Desde su residencia en la Sala del Cabildo, dirigió su pro
clama cuatro días despues de su llegada. y los pueblos de
Huamanga que se extremecían con la lectura de los pas
quines de los insurgentes, vibraron de satisfacción con las
 letras de la primera autoridad.
    Eran la mayor parte de los habitadores de esos pueblos,
pacíficos q leales: su tranquilidad era lo primero.
    Hé aquí la proclama de O” Higgins:
    Docum. N. 13l “Mis amados fieles habitantes de Gua
“manga. A penas se divulgó: en Lima que se había alterado
“la envidiable tranquilidad, firme adhesión á la buena cau
“sa de nuestro Rey, de nuestra Santa Religión y á la amada
“patria Española, en que os dexé en el mes de Octubre últi
“mo, salí apresuradamente, aunque con la salud quebranta
“da y con un temperamento verdaderamente demasiado
“abatido por diversas causas, para averiguar personalmen
“te cual habrá sido el sensible fundamento de esta extraña
“y nunca esperada novedad: más antes de mi salida de aque
“lla capit8l no trepidé por un momeuto de asegnrar con mi
“vida á nuestro dignísimo Jefe qee tan acertadamente nos
“gobierna, y á todos los individuos de aquella Ciudad, que
“Guamanga, la fidelísima Guamanga, compuesta de quaren
“ta y cuatro mil almas y entre ellas infinitos vecinos honrra
“dos, é Ilustres, de familias Criollas y Europeas, no es capaz
“de abrigar en su seno ideas subvérsivas contra la naeión
“espanola, la más antigua, noble, y heróica de la Europa—
“Con esta persuación, he vivido trece años há entre voso
“tros y viviré siempre convencido de vuestra lealtad con
“tantos actos de repetidas demostraciones y protestas de
“derramar la última gota de vnestra sangre en defenza de
“nuestra madre Patria, y en odio eterno al tirano que la
“aflija. I sinecesitare algún comprobante del concepto que
                         – 77 –
“os he formado eu esta parte, ó la verdad no podía apetecer
“otro más lisonjero que el que presencié el día de mi entrada
“en esta Ciudad, que fué el 2 del corriente, encontrando des
“de aquí á Guanta seis leguas, infinitos vccinos de todas cla
“se saliendo á recibirme, y cuando llegué á la Quebrada
“Honda ó Cruz Blanca fué que en este acto y vista mi cora
“zón ha tocado el gozo más inexplicable á que puede perci
“birse en un Alma sensible: he visto este numeroso vecinda
“rio con los brazos abiertos para recibirme ea sus corazones,
“y he visto esta hermosa Campiña de Guamanga favorecida
“de una abundantísima cosecha para mantener á sus dicho
“sos habitantes. así en este instante, mi corazón se halleba
“exaltado con las dulces y perpetuamente numerables expre
“siones de bendita sea la Provincia de Guamanga que ha
“sabido conocer el verdadero bien y conservarlo: bendito
“sea para siempre el supremo número que ha gobernado sus
“operaciones, y la mantiene tranquila, é ensliterable en sus
“ideas y landabl s máaeimas;—No se me ocultan que hay
“gan en la ciudad centimientos triviales, pero esos no mili
“tan al desconcepto de un vecindario fiel, nobles y de escla
“recidad familias ¿y cúal es el pasage excento de estos, don
“de hay comercio recíproco, diferentes cuerpos, y fueros dis
“tintos? Así tengo, y tendré la Ciudad de Guamanga por
“tan fiel como nuestro dcsgraciado Monarca el mismo Fer
“nando Séptimo.—Más nó puedo silenciar uno ó dos delitos
“enormes, que realmente quisiera cubrirlos cod un velo; el
“uno es los Pasouines; estas exceqrables nocturnas azechan
“zas, obra sin duda de algún Sángano, ó cobarde excomul
“gado; pues nuestra Santa Religión así tiene declarado á los
“autores de toda clase de libclos, el otro es, haerse desfigu
“rado las tarjas de la Alameda, paseo de recreo y comodi
“dad. Esta obra fué empezada y concluida por mi Teniente
                             – 78 –
-
    “Asesor á sus propias expersas en el año de 1806, cuando
    “me ausenté de esta Ciudad, en la creencia de estar trasla
    “dado á la Intendencia de Trama, y la considere tan necesa
    “riapara el adorno de la Ciudad, que yo mi mo la hubiera
    “construído á no haber hecho esta ausencia como ha sido
    “bien notorio mi designio Es fuera de duda que este ha sido
    “un acto de pura deliberada malicia contra el Gobierno; pe
    “ro decíaro (y mi carácter de ingenuidad es bien sabido en
    “el Reino) sobre mi honor que dicho mi Tenierte Asesor en
    “las presentes circunstancias jamás se ha manifestado en
    “conversación ó de oficio, sin la más exacta, imparcial jus
    “ticia sin consideración á relaciones, clases ó partidos. Es
    “para mi una sensible gravante obligación descubrir el au
    “tor, ó autores de estos criminales hechos, pero al mismo
    “tiempo es una obligación que le incumbe á todo vecino hon
    “rado, que vela por el honor de esta fidelísima Ciudad de
    “delatarlos y denunciarlos.—Estoy en la firme creencía que
    “las cosas no hubieran Ilegado al incremento que han toma
    “do si no hubiera sido por mi ausencia; ya no me separaré
    “jamás de vosotros mis fieles habitantes; renuncio desde
    “este momento toda pretensión, grados, ascensos y honores;
    “seré, sin embargo, de haber nacido iuera de España, aun
    “que no extrangero (digo si las leyes españolas se hallan en
    “su fuerza) verdadero patriota en todo el sentido de la pala
    “bra, y me contentaré únicamente en la fama póstuma (que
    “á no ser por este dón celestial, la existencia fuera un blan
    “co, un vacio insoportable) lo que se diga ¡aqí yace uno que
    “ha sido benéfico á esta Intendercia de docientos ochenta
    “y ocho mil habitantes y que ha conservado en reposo y
    “tranquilidad esta ciudad en medio de los horrores, calami
    “dades, y convulsiones que aflijen á la Monarquía!
       “Este ha sido mi norte y sistema, este será siempre mi
    “objeto, y esta es la únlca recompensa y ambición á que as
    “piro. Es muy justo y natural, fieles hijos mís, que cada
                          – 79 —
“uno defienda sus derechos, é intereses peculiares, pero el
“tienpo no está á propósito para litigar sobre personalida
“des, injurias supuestas, desavenencias triviales, ó compe
“tencias, que solo se fomentan por Abogados romancistas,
“ó necios papellistas, que son l as plagas de los pueblos in
“cautos: desde este momento la Intendencia no abrigará, ni
“admitirá semejantes demandas, solo trata mantener en
“paz la provincia, trece años há que la conserva así y pro
“testa conservarla en adelante,porque aunque mi salud se
“halla extenuada, mi ánimo y resolución son siempre los
“mismos, escudados en la rectitud, yjusto equilibrio de mis
“operaciones—Guamanga Junio 6 de mil ochocientos y do
“ce.—Demetrio O'Higgins”.
    No hizo buen efecto al asesor Pruna aquellas frases de la
proclama en que decía el Intendente O'Higgins “Estoy en la
“firme creencia que las cosas no hubieran llegado al incre
“mento que han tomado sino hubiera sido por mi ausencia”.
   Con justicia, pues, en Agosto de 1812 pudo dirigirse al
Monarca diciendo á este respecto:“Se desconoce el único
principio de las revoluciones que nos atormentan con fre
cuencia. Ya es un error creer, que se hallen en razón de las
virtudes ó malignidad de los que mandan en los pueblos, y
no de los deses, poco disimulados, de sacudir la unión y
dependencia de la madre Patria. Si fuera lo primero ¿cómo
vuestro Intendente salvará á los Cisneros, Abascal, Vene
gas, Liniers, Concha, Sanz, Nieto y otros Xefes ilustres que
padecieron las revoluciones homicidas de Buenos Ayres,
Guánuco, Provincias Interiores de México, Córdoba, Poto
sí, La Paz y Chuquisaca?”.
     Efectivamente eran aquellas frases excesivamente afec
tadas para quien conocía la fermentación de Guamanga, des
de las excitaciones al Cabildo en Septiembre de 1811, cuando
el mismo don Demetrio estuvo frente al Gobierno.
   Pero en tesis general, la Proclama, fruto de una autori
                         – 80 –
dad discreta, de us espíritu agobiado por el cansancio de
una larga jornada, y por los padecimientos físicos y mora
les, no podía en hora de amargas inquietudes tomar otro
tono: de allí que la nota sentimental fuera el resorte princi
pal de toda ella.
                       LA PROCILAMA
    Docm. No. 132 “Excelentísimo Señor—A pesar de la debí
“lidad de mi salud, y las dificultades que un dilatado y áspe
“ro camino me repetía á cada paso, logré llegará esta en la
“tarde del dos habiendo duplicado las jornadas desde cerca
“de Guancavelica; gustando del placer sensible de encontrar
“en la ciudad en la pácífica quietud de que son dignos sus
“juiciosos moradores.
    “Me he hospedado en la casa del Cabildo y en las solas
“dos piezas que han quedado útiles, fuera de la Sala Capitu
“lar, desoues de la ruina que han causado las últimas aguas:
“y cuya entera refacción tengo dispuesta sufriendo la inco
“modidad que padeciere, no solopor concluir la obra de una
“manera fuerte y duradera, como por dirigir con mi presen
“cia los planes reservados que antes de mi despedida tube el
“honor de proponer á la consideración de Vustra Exce
lencia.
   “Instruído de su órden reservado fecha veinte y cinco,
“he comenzado á disminuir el acuartelamiento, rebajando
“un Capitán, un Teniente y un Sub-alterno, Sargento, un
“Cabo y doce hombres; y continuaré del propio modo, á
“medida que se vaya aumentando la fuerza de vecinos que
“he hallado organizada. No nincuentro convenientepor aho
“ra levantar de un golpe este acuartelamiento. Las circuns
“tancias sucesivas y la experiencia cierta de que los malos
                         – 81 –
“genios (que juzgo no ser muchos) estén desengañados de la
“imposibilidad de   sus intentos, demarcarán el rumbo de
“cumplir esta idea sin peligro.
    Vuelvo á pedir á Vuestra Excelencia se sirva remitir á
“esta Plaza un armero y tres ó cuatro soldados artilleros
“para hacer expeditos los fusiles descompuestos y cañones,
“enseñar el manejo de estas armas inutilizadas por ahora y
“llevarlas hasta el pie de servicio que Vuestra Excelencia se
“dignó prevenir en la orden reservada diez de Mayo; que
“dando yo á la mira de que se restituyan á esa capital lo
“más pronto posible. He visto por la copia del parte dado
“áVuestra Excelencia por mi Asesor Teniente con fecha
“treinta y uno que anticipó esta pretcnción por el convenci
“miento de la grande importancia de estas piezas en cual
“quiera apuro:y es por eso que debiendo adoptarse todas
“las precauciones me hallo en la obligación de repetirla.
    “Nuestro Señor guarde áVuestra Excelencia muchos
“años.—Guamanga Junio 16 de 1812—Excelentísimo Señor
“Demetrio O'Higgins.—Excelentísimo Señor Virrey Gober
“nador y Capitán General de estos dnminios”.
    (Es copia de un Oficio dirigido por el Señor Gobernador
Intendente al Excelentísimo Señor Virrey, igual á la que
existe en el libro de correspondencias del Gobierno.—Pruna.
—Rubricado).
                            XX
 EL ASESOR PRUNA Y EL PROCURADOR CABRERA
   Desde 1793 desempeñaba don Francisco de Paula Pru
na, la Asesoría de la Intendencia dc Huamanga.
    En dos ocasiones, con la anuencia del Intendente O'Hi
ggins, desempeñó el interinato del Gobierno, é hizo á la ciu
                          – 82 –
dad algunos buenos servicios, como la Alameda de Santa
Clara. El historiador Mendiburo dice que desempeñó int ri
namente la Intendencia en 1813 y que, en su época, ocurrie
ron los primeros movimientos revolucionarios en la provin
cia (refiriéndose á 1814) pero ya hemos visto como des m
peñó este interinato dos veces antes del citado año: en 1806,
y desde Octubre de 1811 á2 de Julio de 1812 en que se hizo
cargo el propietario. “Cuan lo es aló la insurrección del
Cuzco, á cuya cabeza estuvieron Pu macahu       y los Angulo,
enviaron estos á Huamanga una columna á órde es de Don
Manuel Hurtado de Mendoza y Don Gabriel Béjar. Con esta
ocasión 400 milicianos que el Intendente Pruna tenía acuar
telados, se sublevaron el 31 de A :osto: le pusieron en grave
apuro y peligro, como que penetraron los del Cuzco en la
Ciudad y hubo en ella desórdenes y escenas sangrientas”.
    Don Francisco de Paula Pruna, como ya hemos dicho,
no era un hombre activo y enérgico: su empleo de Teniente
Asesor lo habría desempeñado muy bien, pero no era capaz
en situaciones difíciles de tener la tranquilidad de espíritu
requerida en los que desempeñan altos puestos.
    Docm. No. 133 “Nº 14. Señor Dr. Don Francisco de Pau
“la Pruna—Cangallo Abril 25 de 1812—Muy venerado Señor:
“Con un Cura amigo mío, fiel vasallo, amante de la Patria,
“causa pública y Religión según los conocimientos que tengo
“de él, tuve anoche una larga conferencia y entre los varios
“puntos que tratamos, baxo de riguroso precepto y palabra
“de honor á fin de que no fuese descubierto su nombre (que le
“ofrecí con todas veras) mecomunicó con lágrimas en los ojos
 “como esa ciudad de Huamangaestá dispuesta y armada para
 “sublevarse la Octava de Corpus, y que iendo incurrir sobre
 “el autor y datos formales de la especie no lo pude conseguir,
 “solo sé que me lo avisaba con el fin de que diese cuenta á
 “Usía, como dicho Cur lo ve ifica á su Prelado con esta fe
 “cha; y yo como igualmente fiel vasallo y amante á las cua
“tro causas Dios, el Rey, la Religión y la Patria lo pongo
“to lo en noticia de Usía para que mediante su acreditado
“celo y sus sabis determinaciones, ponga remedio y tome
“las precauciones que considere oportunas á los males que
“nos amenazan-Dios dé á Usía acierto en todo, y mie: tras
“me imparta órdenes de su agrado queda de Usa su más su
“miso y obediente subdito que besa, su mano—Cosme de
“Echevarria—Es copia de su original y así lo juro-–Hua
“manga 1º de Marzo de 1812—Pruna”.
   Es copia de la que obra al princiio de la Pieza Primera,
reservada de la actuación en la materia...—Francisco de Pau
la Pruna.—Rubricado”.
   El 5 de Agosto de 1816, en el Gobierno del Virrey Pezue
la, se le nombró asesor general del Virreynato por jubilación
del Dr. Don José Muñoz y en 1818 Alcalde honorario del
Crimen de la Audiencia de Lima.
   Verdadero monarquista no omitía nada, que contribu
yera al cumplimiento de su deber.
    Muchas veces tal vez exajeraba los peligros, pero á sus
incomparables dotes de asesor y abogado de los Reales Con
sejos y de la Real Audiencia de Lima habían de bastarle ra
zones, y buenas razones, para defenderse cuando alguien hi
ciese inculpaciones maliciosas, después de pasado el peligro.
    Habiendo tenido conocimiento de que el Síndico Procu
rador de la ciudad Coronel Don J. sé Matías de Cabrera ha
bía criticado su labor como autoridad en los días de la sedi
ción le dirigió al Virrey el siguiente oficio, que es sin duda
muy buena defensa:
    Docm. N. 134 N. 15. Excelentísimo Señor:—Despues de
            e               — 84 —
dada cuenta á Vuestra Excelencia por el Oficio 31 de Mayo
de mis operacioncs consiguientes á los puntos diversos que
comprendía su orden superior del 10, me he instruído de que
el Coronel de Milicias de Guanta Don Josef Matías de Cabre.
ra, Regidor del Ilustre Ayuntamiento y Síndico Procurador
de la Ciudad, se quexó á Vuestra Excelencia por el correo
antecedente, “de que el Gobierno de Guamanga hubiese sin
“dicado con una ligereza delincuente la fidelidad y honor del
“vecindario, que gritando patéticamente por la vindicación
“éindemnidad de esta impostura para alejar la lástima y
“desgracias que deben evitarse en tiempo para no lamentar
“se después infructuosamente, pretende no quedar expuesto
“al sacrificio de una reprobada, deforme y asídua hostili
“dad”.
   Estos son Señor Excelentísimo; el motivo, los términos
y objeto del recurso que he leído; y si bien era justo descan
sase en la verdad y sencillez con que imploré de Vuestra Ex
celencia medidas eficaces para alejar una desgracia, mi pun
donor no queda satisfecho con la esperanza fría de que se re
conozcan en adelante la ignorancia ó malicia de la quexa
del Síndico, que quiere anonadarme con el rayo de toda la
excecración de una Ciudad.
       Si el hecho peligroso de deslucir á este gobierno fuera
notorio solamente á la atención de Vuestra Excelencia, yo
estaba defendido por el simple contesto de mis oficios ante
riores. Pero se trata eficazmente, de inspirar con cautela la
idea de un agravio al vulgo que no piensa, bajo la planta
hermosa de defenderle sus blasones; y este arbitrio insidioso
puede comprometer en adelante mi honor y mi existen
C13.
                          – 85 –
    Dice el procurador que esta calumnia la sostienen “los
mismos á quienes el Patrio suelo alimenta halagueño en su
regazo.” ¿I qué otra cosa se dixo en los pasquines para in
sitará la venganza? ¿Cuántos crímenes de usurpación, y de
alevosía no se han fingido en ellos para empeñar la multitnd
en movimientos homicidas contra los que llamaron advene
dizos y embreados? ¿Fué necesario acaso esta designación
autorizada del síndico del pueblo, para perfecionar la anti
patía que ha inundado de sangre y de delitos el continente
americano? I si aquel no ha temblado de presentar á Vues
tra Excelencia tan peligrosasinvectivas, ¿qué dexará de ha
cer para arrancar de losincautos el aplauso maligno de su
interposición y sus defensas?
    Por más que la malicia, ó una fatal emulación se empe
ñen á porfía en la crítica de mis operaciones, ya sea desmin
tiendo la certidumbre de los datos, ó llamando insultantes
las medidas de seguridad y precaución que acordó en el
principio la junta consultiva; ellas están fundadas sobre
principios evidentes y en reflexiones justas que solo se nega
ron á la estupidez de la indolencia. Se ha dicho á Vuestra
Excelencia, que el fundamento de ellas fué digno de despre
cio; y tal vez se le dixo, que fueron abultados los temores
por defocto de causa que los motivara aún estando muy le
xos del teatro, ó sin haber buscado una instrucción precisa
en los sucesos. Los documentos que se agregan, salvarán
mi conducta en todo evento, auque me priven del deseo de
dilatac áVuestra Excelencia la desazón de registrarlos.
    Omito analizar el espíritu y miras de los Pasquines, por
que juzgo que la expresión no alcanza á decifrar ese tegido
horrible de provocación á la insurgencia, de desolación, y
asesinatos. ¿Qué encargado de la defensa pública, debiera
                          – 86 –
despreciar tranquilo la insolencia con se repetían las amena
zas más atroces contra personas señaladas? ¿Qué bárbaro,
ó quétigre pudiera presenciar sin conmoverse la fuga de la
esposa honesta, que ausente del marido se encaminaba á pié
con sus hijitos tiernos,para evitar una una ciudad amena
zada del robo y del incendio? ¿Quién debió permitir la emi
gración de tantos ciudadanos que ya la preparaban, abomi
nando de un gobierno que no los defendía de la provocación
y los insultos?
    Dígase en hora buena, que el que avis no mata: que los
hombres sensatos desprecian los Pasquines. ¿I si á stos
preceden los avisos, determinados y que presenta un sacer
dote que logra penetrar en el secreto de su función augustu
la revolueion que denunciaban? ¿Qué mal podrá creerse si
todos sus anuncios se desprecian? ¿Qué enfermedad se cura
óse precave, sin observar los síntomas que la determinan y
la fixan.
    Cuando tanta indolencia sea libre para cualquier parti
cular, que á riesgo suyo bien puede despreciar lo que quisie
re, cual despreciaba César el fatal vaticinio de los Idus Ma
tios, ella no es un axioma, para la teoría de un Gobierno.
Ya es demasiado fátuo el que no entiende, que las chispas ti
radas son el anuncio de un incendio, á no ser que la vigilan
cia las apague. El asesor de la Paz Fernandez Dávila tuvo
avisos bastantes en Pasquines y cartas, que debiendo ense
ñarle á ser más cauto, quizás alcanzarían á impedir las des
gracias que desolaron aquel pueblo. La demasiada confian
za ha hecho perecer en Vayadolid de Mcchoacan á Don José
Teran, asesor y Gobernador interino, como refieren los pa
peles públicos. I esa misma credulidad funesta hizo que de
ploremos sin remedio tanta sangre inocente que ha sido de
rramada en Potosí.
                           – 87 –
    Condena el Procurador (y es la desgracia que no es so
lo) las medidas prudentes que tmó este Gobierno, para im
pedir el mal cuerdo cocurriera: ¿y á quién se le ha ofendido
en estas precauciones que la política señala para los tiem
pos desgraciados en que la hidra de la insurrección ha aso
madoporsitios diferentes la infernal multitud de sus cabe
zas? Guánuco no se hallaba en contacto inmediato con Bue
nos Aires ni Caracas, con México ni Santa Fé; y esta lección
amarga es demasiado cierta, para que se permitan á los
malos sus tramas insidiosas, por miedo de que los buenos
no se ofendian. No lo es el ciudadano, que gusta de un esta
do incierto, en vez de aqu l seguro, benéfico y feliz que al
cance á procurarle la vigilancia del Gobierno.
    Más tampoco he mezclado á la cíudad entera en las sos
pechas ominosas que exitaron aquellas precauciones; ni bas
ta que el procurador lo afirme á Vuestra Excelencia, fin–
giéndose ignorante de tantas expresiones decorosas con que
yo he confesado ese patriotismo de que se honra digna men
te. He dicho lo siguiente: “que no siendo esta la vez
“primera de la subversión, que juzga exitar algún ma
“ligno, y quizá forastero, por la experiencia dilatada que
“tenía el Gobierno de la fidelidad, honor y patriotismo de
“este vecindario ilustre acreditado por el testimonio de las
“acciones más gloriosas”—En el edicto hablaba de este
modo:
    “El Gobierno ha empezado la indagación que debe para
“hallar los autores de los Pasquines que han escandalizado
“á esta Ciudad por todo el mes presente y deseando termi
“narla para cortar la injuria pública que se hace á su ilustre
‘vecindario,vomitando en su seno la desorganización más
“espantosa é insultando la fidelidad de que blasona digna
mente por el tiempo casi de tres síglos”..... ...........No puede
                         – 88 –
presentarse mejor modo de haber hecho justicia al Vecinda
rio y yo apelo al juicio de los hombres prudentes, para que
comparando mi lenguaje con el recurso del Coronel Cabrera,
su equívoco sentido y el designio, resuelvan con franqueza,
sobre cuál de los dos ha honrado más á la Ciudad que dice
estar quexosa, sin que ella lo estimule y sin dar un motivo
que acredite la imparcialidad de su querella.
    Cuanto mejor sería, más noble y propio de su oficio, ha
berle interesado en consolar la angustia de los perseguidos
y en auxiliará este gobierno con su influxo y prudencia pa
ra arbitrar los medios é disipar la tempestad que se anun
ciaba. Un silencio estudiado, una conducta inerte, una pre
sencia fugitiva, no son el ministerio de los procuradores de
los Pueblos en circunstancias que peligra el órden, y avanza
la insoleneia ápredicar la conmoción.
   ¿Porqué guardó silencio cuando se provocaba á cada
paso la atroz carnicería que convinaban los Pasquines?
¿Cuándo se ha persuadido tenazmente obedecer á Buenos
Ayres? ¿Cuándo se publicaba en el Pasquín las invectivas
más soeces contra el Señor Gobernador de la Provincia?
¿Cuádo se dijo descaradamente que Vuestra Excelencia era
un traidor? El ajamiento de un Virrey, el respeto debido al
Intendente propietario, el horror que merecen los delitos, la
amable propención á defender el órden? No era objetos dig
nos de que el Procurador se molestara? Pero grita y acusa
cuando el gobierno se arma para obligar á los malos á se
pultar sus atentados en un silencio eterno, ó presentarle
una frente heroica para neutralizar sus tentativas. Pero,
Señor Excelentísimo, á la viveza de mis reflexiones, y con
vertir la que es vindicación de este gobierno en una acusa
ción de felonía. El amor de la patria los influye y la mode
ración las suaviza.
                           - 89 –
     Se h dicho fastidiosamente “ que todo ha sido nada;
  “un embeleco de los Europeos; una mentira indigna de la
 “formalidad de este Gobierno.” Yo añado á esas memtiras
 las de que los vecinos emigravan; que no ha quedado casa
 de Europeo ó Patricio que no hubiese ocultado su plata y
 sus alhajas, que una general consternación no indicaba la
 inmediación del daño: que la junta del 12 se había pre
 venilo fatalmente en ese voto unánimé de diez y seis perso
 nas de carácter que establecieron las medidas de seguridad y
 vigilancia; que las denuncias repetidas de confesores virtuo
 sos fueron un fingimiento de cierta hipocresía plañidera; que
 Vuestra Exelencia mísma se ha equivocado de sus mandatos;
 que todos se aterraron con la risible idea de un Fantasma,
 menos el Procurador de la Ciudad. Condenémonos todos á
ser necios. ¿Pero qué se ha perdido en precaverse, y evitar
la desgracia que el procurador de la Ciudad no habría sub
sanado, si ocuriera? Cesaron los Pasquinesporque la vigi
lancia armada los persigue; y esta aurora agradable que ha
derramado la alegría, no es hija de un astro bienhechor que
se ha acercado, sino de la acertada preparación de Vuestra
Excelencia, á anticiparse á los conflictos.
    He demostrado suficientemente, que ni en los actos pú
blicos. ni en mis providencias: ni en mis modos, he defrauda
do en lo más leve el honor de que es digno el vecindario,
sembrando la sospecha general que su Procurador irreflexi
vo me atribuye; y menos en mis Partes del 1° 16 y 31, de
cuya moderación y sencillez es Vuestra Excelencia principal
testigo. He tenido por base de mis operaciones la convic
ción íntima de que las novedades que ocacionaron el susto
general y las medidas del Gobierno, eran el delito de unos
pocos;y es la prueba de ello, que en el acuartelamiento y en
lassecciones populares no hay otros individuos que Patri
                         – 90 –
cios, á excepción de una docena de Europeos. Si no hubie
se tenido cierta seguridad y confianza en su patriotismo, no
les hubiera puesto las armas, en la mano, y confiándoles el
precioso cuidado de la seguridad universal.
     No contesto porque no lo entiendo, aquello de que con
deno al vecindario “al sacrificio de una reprobada, deforme,
y asídua lentilidad”. Vuestra Exelencia discernirá, si es es
te el modo de criticar las providencia-justas que tienen por
objeto el órden y la celosa vigilancia á que nos autoriza
nuestra santa causa. Decir que el resultado de ellas, sea
precisamente “avanzar el escándalo, el abatimiento y la mul
“tiplicación de los delitos que quieren precaverse”, si es
una profesía del Síndico Procurador General, lo envuelve mi
serablemente en el horrible laberinto de que sobre la dispo
sición del vecindario á comoverse, desmintiéndose del patrio
tismo que defiende á su nombre, le insulta con exeso, y jus
tifica por lo mismo las precauciones generales á que las cir
cunstancias obligaron.
   Se ha dicho en otra parte que la opinión diel Síndico so
bre que en absoluto se despreciaran los Pasquines, no es
tin axioma del Gobierno; y es muy poco argumento, haber
los despreciado el mismo Coronel Cabrera en el año pasado
que fué Alcalde, como lo ha insinuado en su recurso. El sa
be, y yo no ignoro, que la causa de haberlos despreciado, ó
más silenciado no ha sido el filosófico desdén de qne se jac
ta, sino interés formal de ahogar un incidente que pudiera
muy bien comprometerlo. Era nombrado Diputado en Cor
tes Don Miguel Ruiz de la Vega, su concuñado, que aún exis
te en Lima, que escribiéron unospapeles incitando al Cabil
do de Guamanga para que deponiendo al actualSeñor Go
bernador, nombrase en su lugar al Diputado: se dirigieron
cartas á los capitulares y entre ellos al alcalde Cabrera, pa
ra que sacando esta moción anti-socíal y desorganizadora
del poder de un Clérigo llamado Don José Narvaez á quien
dejó entregada, ó de las manos del Cura de la Magdalena
don Mauricio Prado, á quien pasó sin saber como, proveye
ra sobre su concepto: y como el Ilustre Ayuntamiento titu
bease justamente para determinar una materia tan criminal
y osiosa, ausente el señor Gobernador en la Provincia de Lu
canas, me remitió los expedientes pra que el Gobierno deli
berara lo oportuno. l’icados los atizadores de la trama con
la inutilidad de sus esfuerzos, se vengaron con algunos anó
1nimos contra el Alcalde Don José Cabrera, por no haber agi
tado la instalación del concuñado en la Intendencia? ¿I que
debía hacer en este compromiso? Silenciar los anónimos y
empujará que saliera de este pueblo el Diputado renuente
para ahogar con disimulo y el olvido una ocurrencia, que
examinada á fondo pudiera haber traído escandalosos resul
tados. ¿I es esto despreciar limpiamente unos Pasquines.
por sola la opinión de que el hombre sensato no hace jamás
ningún caso de ellas?
     Así intenta la emulación falaz sorprhender la rectitud
del Superior, disfrazando con el aparato de la exijencia pú
blica su intenciones perniciosas. Es Vuestra Exelencia bas
tantemente justo, y su ilustrada previsión no necesita de
mis observaciones para dar al desprecio la quexa artificiosa
del Procurador de la Ciudad, cuando no tenga á bién desen
gañarlo, de que la voz del Pueblo es entidad diversa de un
juicio equivocado que él se forma sobre los sucesos en el la
boratorio de sus preocupaciones, sus miras ó intereses per
sonales. Ha manifestado su concepto, como regla infalible
á que debí guardar mis providencias; yo he presentado he
chos cuya fuerza eminente no era objeto de especulación, en
el riesgo de perderlo todo y cuando alguna hilación se equi
vocara. Las circunstancias no permiten desenvolver esta
trama ya de un modo más extenso: pero si quiere Vuestra
Exelencia otras explicaciones, me será fácil darlas sin miedo
de la rivalidad que se demuestra en el papel á que contesto.
                                  – 92 –
       Nuestro Señor guarde á Vuestra Excelencia muchos años
  —Guamanga Julio 19 de 1812—Excelentísimo Señor.—
  Francisco de Paula Pruna,–Excelentísimo Señor Virrey Go
  bernador y Capitán General de estos dominios.”
                                      XXI
            EL ASESOR PRUNA Y FERNANDO VII
      Como no fuera bastante para un espíritu celoso de su
 nombre, Pruna dirigió á su Magestad la siguiente comuni
 cación donde le presenta sus méritos con motivo de la se
 dición, documento interesante del que envió copia á la au
 toridad de Lima. (1)
      Helo aquí:
     Docm. No. 135 “Serenísimo señor:
     Fl silencio guardado hasta el presente con el objeto de
esta representacíón humilde, convencerá á la sabia penetra
ción de V. SS. de que no sé arrogarme un mérito eminente
sobre la execución de mis deberes; pero criticado por su fiel
desempeño, y receloso de que algún otro aspire á usurparme
la gloria de haber preservado á esta Ciudad de la desolación
y las desgracias en que quisieron envolverla algunos mal
contentos, elevo V A. S.S. la relación      sencilla de los hechos
y de las precauciones que juzgué convenientes para resti
tuír la confianza entre los ciudadanos y afirmar el órden:
suplicándole rendidamente me dispense la gracia de aceptar
mis anhelos por el servicio de la Patria.
    Hallándome con el Gobierno del Departamento desde
Octubre de 811, por ausencia de vuestro Intendente Don
   (1) Este documento ha sido encontrado después de impresas las pri
meras páginas del presente escrito.
                           – 93 –
 Demetrio C” Higgins á la Ciudad de Lima recibí en la maña
 na del 1º de Mayo un aviso secreto del Sub-delegado de Vil
cas Guaman denunciando la conmoción que estaba prepara
da para la octaba próxima de Corpus, que le fuércvelada por
un Cura su amigo que también daba parte con la misma fe
cha al Gobernador Dean del Obispado, para que unidos am
bas Potestades determinasen los remedios para impedir que
lograran los facciosos sus criminales esperanzas.
    Instruído sin pérdida de tiempo por el Dean Gobernador
de este segundo aviso, manifestéávuestro Virrey en parte
de aquel día la verosimilitud que contenían las denuncias
por las personas de carácter que las suscribieron: mis obser
vaciones desde el levantamiento de La Paz sobre el termento
sospechoso que minaba estos Pueblos: y mi perplixidad pa
ra extenderme á las me lidas rápidas que d bieran edir las
circunstancias; concluyéndo me remitiese tropas y armamen
to para evitar una sorpresa que hiciera arrepentirnos de
nuestra misma confianza.
    Lleno de mil congogas interiores por la responsabilidad
que me oprimía, y teniendo á la vista las desgracias recien
tes de la Ciudad de Guánuco, esperaba con ansia la contes
tación del Virreynato; pero en el día 11 amaneció fijado en
la tabla de los bandos públicos un anónimo horrible, que
concitaba al vecindario para un levantamiento general y la
muerte de los Europeos con la de otros patricios de carác
ter. Coincidió esta maligna tentativa con los avisos reser
vados, y huve de decidirme ácortarsu progreso sin esperar
las órdenes que deberían llegarme el 17. El miedo de los
amenazados, la alegría cruel que divisé en algunos, la confu
sión de todos, legitimaban el intento de desplegar en la ciu
dad el valor y energía del Gobierno. Cité para una junta
general consultiva á las Autoridades y los Jefes; y verificada
                          – 94 —
en la mañana 12, declararon por unánime voto que la ciu
dad y la Provincia se hallaba en peligro: y resolvieron
acuartelar cien hombres entre tanto que vuestro Virrey á
quien daría prte de este nuevo conflicto, librase providen
cias portunas.
   Recibí con efecto el 17 una contestación tan digna de
vuestro Virrev, como adecuada al grande puro que pade
cíamos en esto: porque irritados los facciosos con la presen
cia de las Armas multiplicaban sin verguenza sus insolentes
amenazas á los Europeos y Patricios, al Gobernador de la
Provincia que estaba de regreso en el camino, y aún al mis
mo Virrey llamándole traidor en uno de los Pasquines, cu
yas copias se agregan. Se convidaba al Pueblo, junto con
el de Guanta, á sacudir el yugo del gobierno feliz de nuestra
Monarquía para seguir el bárb ro sistema del desgra iado
Buenos Ayres.
    No puede explicarse el pavor y la consternación que
oprimieron al vecindario noble en los días funestos desde el
18 al 26 de Mayo. Los unos pr paraban la fuga abando
nando sus familias: otros ocultaban sus bienes para librar
los del saqueo; y yo advertía en muchos las meláncolic es se
ñales de la separación y de la ira. Resolví entonces levan
tar un cuerpo de concordia formando de naturales y eur
peos que dividí en secciones por sus barrios con acuerdo del
Ayuntamiento y á su celo incansable, rondas, y vigilias con
tínuas, se ha debido en gran parte contener la osadía de los
incitadores pasquinistas, que si burlaron mi promesa de dir
500 pesos al que aprendiese ó denunciara á alguno de ellos,
quedaron convencidos de serles imposible el resultado atroz
de sus infames maniobras.
    Informé extensamente al Virreynato con fecha 31 de la
tranquilidad restablecida, y fueron aprobados los arbitrios
                         – 95 –
de que pude valerme para conseguirla. Llegó vuestro Go
ber ador el 2 de Junio, y recibió el aplauso debido á otros
sudores, desués de publicada la Proclama que acompaña
en copia. Prescindo de la afectación con que se dice “que
“hallándose presente vuestro Gobernador, las cosas no ha
“bían llegado al incremento que tomaron”; porque esta con
fianza degrada más que ensalza y ha sido publicada sin no
ticia de los Pasquines
   Así se desconoce el único principio de las revoluciones
que nos atormenton con frecuencia. Ya es un error creer que
se halled en razón de las virtudes ó malignidad de los que
mandan en los pueblos, y no de los deseos, poco disimula
do, de sacudir la unión y dependencia de la madre Patria.
Si fuera de lo primero ¿cómo vuestro Intendente salvará á
los Cisneros, Abascal, Benegas, Liniers, Concha, Sanz, Nieto
y otros xefesilustres que pad cieron las revoluciones homi
cidas de Buenos Ayres, Guánuco, Provincias interiores de
México, Córdova. Potosí, La Paz y Chuquisaca? Testigo
experimental de los arbitrios insidiosos de que una mano
oculta se ha balido en Septiembre de 1811 incitando al Ca
bildo con la repetición más fastidiosa á que le desposeyera
del gobierno" poniendo en su lugar al diputado en Cortes re
cientemente electo Don Miguel Ruiz de la Vega, debiera
vuestro Gobernador disimular de otra manera, sin injuria
de muchos, al detestable origen de tan odiosas ocurrencias.
    Faltaba á la congoja de haber sobrellevado la responsa
bilidad más delicada por ausencia de un Xefe á quien perte
necía, abandonarme de este modo ingrato al despique de los
insurgentes encubiertos,y á la malignidad de las pasiones.
A pocos días de publicada la proclama, Dn. José Matías de
Cabrera Síndico Procurador de la Ciudad, se quexó al Vi
rreynato de haber yo calumniado al vecindario é insultado
su fidelidad con las medidas precautorias que juzgué conve
                           – 96 –
 nientes y fueron consultadas y aprobadas. Pero tengo in
 formado en 16 de Junio lo necesario á descubrir el equívoco
 objeto del recurso. No fué sorprehendido por esta acusación
 injusta, pues la anuncié á Vuestro Virrey en 1º de Mayo y
 me fué contestado que tomara todas las precauciones “sin
 reparar en quexas, por no estar en el caso de despreciarse
 los avisos”.
    Lexos de calumnia, á la Ciudad con las medidas eficaces
de un gobierno vigilantey activo quería mi delito ensordecer
á las denuncias, y despreciando la experiencia amarga de
 as desgracias de otros pueblos que se llamaron fieles, aban
donarla por más tiempo á la suerte que quisieran fixarla los
traidores, cuando lograsen el efecto de su provocación á la
matanza, el robo y la insurgencia.
    ¡Qué de remordimiento se lloran infructuosamente por
por haber despreciado estos primeros síntomas de la revolu
ciones de los pueblos! ¿Qué de horrores mo habría padecido
la opulenta Lima si vuestro Virrey hubiera desdeñado los
avisos de Septiembre de 809 y Julio del presente año!. La
demaciada confianza ha producido en Guánuco la desla
ción más lamentable. Fueron asesinados por los de Buenos
Ayres en la cabeza del Tigre y Plaza Mayor do Potosí las
víctimas primeras de esta confianza misma; y ya no es dis
culpable, abandonar el mando, á la repetición de estos
exemplos.
    Es una inconsecuencia manifiesta querer aparentar el
Virreynato la falta de motivo para que el Gobierno se pusie
ra en defensa y mantener la fuerza armada que se dispuso
en Mayo, sin que el procurador de la ciudad repetiera sus cla
mores, é informando vuestro Gobernador en 16 de Junio,
“que no era conveniente levantar el acuartelamiento...... por
‘deber adoptarse todas las precauciones”. Si era falso el
                          – 97 –
motivo, ¿porqué se continuúan, se aumentan, y se aclaman?
Será por la desgracia de no calificarse una medida por sus
principios esenciales de necesidad ó conveniencia, si no es
por la más ó menos dignidad del sujeto que la discurre ó
executa.
    He referido á V. A. S. S. la historia de unoc hechos sensi
bles, pero que terminaron felizmente. Los díscolos callaron
obligados por las secciones patrióticas á sepultar sus miras
delicuentes en un silencio eterno:y ellas se han hecho dignas
del reconocimiento de los buenos. Cualquiera otra pintura
que se hiciera, no puede ser conforme á la verdad de los su
CeSOS.
    Nuestro Señor guarde áV. A. S.S. para bien de la Mo
narquía. Guamanga y Agosto 25 de 1812.
    Serenísimo Señor.—Francisco de     Paula   Pruna.—Rubri
cado”.
                           XXII
EL BATALLON DE VOLUNTARIOS Y EL FIN DE LA
                         SEDICION
   El movimimiento había abortado naturalmente, antes
de la llegada de O'Higgins. La entrada de éste, y el recibi
miento bullicioso de la Ciudad acabó por llevará todos los
ánimos la más completa tranquilidad sustituyéndose franca
alegría, á los amargos días que había pasado Huamanga
creyendo inminente una invasión como la de Huánuco.
    Pero el Intendente que en su Proclama, celebraba la fide
lidad de la Ciudad, en su Oficio, de 16 de Junio al Virrey le
manifestaba, contrariando sus órdenes, “que no encontraba
conveniente levantar de un golpe el acuartelamiento”, y que
las sucesivas circunstancias y la experiencia que los malos
                           - 98 -
genios (que juzgo no ser mud10s) estén desengañados de la
imposibilidad de sus intentos, demarcasen el rumbo de cum
plir estit. idea sin peligro''.
   'Don José <le Abascal. ojo a visor, comprendfa qu•� era del
caso, prepar·arse para la defensa, a11 tes que co11 un ''Cuerpo
PRtriótieo" con una foerza moral; cr- an1lo un Batallt.n de
Voluntario·-". Así se Jo manifost6 á O' H;ggins en la !-i·
guiente comunicaci«',n:
    Docm. No. 136 "Con esta f, cha prevengo al señorSub
Inspector de Artillería, apronte un Sargento ó Cabo con d, ,�
Artilleros, que enseñen el mc1nejo de los cañones que existen
en esta Ciudad y además un Armero que ponga corrientl's
así los indicAdos cañones cnmo los fusiles. y luego que se ha
llen en apt;turl de poder marchar, me lo avise para man
darles librar el cot'responcli<-nte pasaporte, q11eclando al cui
dado de Usía el de que se res ituyen á esta Capital lo más
pronto posible; lo que le participo para su intel gt·ncia.
    Aunque la formación del Cuerpo Patriótico propuesta
en 31 de Mayo último por el Teniente Asesor de esa Inten
dencia Don Francisco de Paula Pruna es de�de luego muy
convmiente para la "eguridad y mejor órden de esa Ciudad,
conceptuo puede escusarse si fuese más adaptable el pensa
miento del Coronel Don José Palomino de Mendieta relativo
á la creación de un Batallón de Voluntarios agregado á !-U
Regimiento; y á íin de que de estas medidas se tome la más
útil y ventajosa dispondrá Usía que este asunto se conferer,·
cíe á su presenci« entre • el mismo Teniente Asesor, Coronel
Palomino y don Ignacio Alcázar, y se me dé cuenta del resul
tado para poder yo <leterminar lo conveniente, con el acier
to que deseo, y Usía apetece en su carta reservada de 16 del
corriente.
     Dios guarde á Usía muehos años. Lima 23 de Junio de
                                         Dig1tized by   Goog Ie
                              – 99 —
    1812—Joseph Abascal.–Señor Gobernador Intendente de
-   Guamanga.
       Es copia de u Oficio del Exelentísimo Señor Virrey, que
    existe en la Secretaría de este Gobierno élntendencia—Pru
    ña—Rubricado.
                           CONCLUSIÓN
        Llámese disturbio ó conspiración, el movimiento de
    1812, en la Ciudad de Huamanga era unsíntoma de que elger
    men de la enancipación fructificaba por todos los ámbitos
    del Perú.
        Poco- debieron ser los conjurados ó patriotas prepara
    dos á disturbar la paz y concordia de la Intendencia, con el
    fin de levantar los ánimos y de invit. rlos á la lucha, pocos
    ó nulas eran las fuerzas con que contaban para una franca
    rebelión, pero encendieron la hoguera, y sus vivísimos colo
    res iluminaron los cielos, con el iris armonioso que vieron
    sorprendidos, los pueblos vecinos.
       Lo que importaba entonces era decir á América que en
    ese rincón del Virreynato Heruano también existían patrio
    tas. Júzguese mero movimiento de opinión ó trastorno, el
    Historiador tiene qne ver en la fermentación huamaguina,
    preparada desde 1809 y pronta á estallar en 1812, una co
    laboración tenúe de la antigua Intendencia de Huamanga,
    en el movimiento separatista de Sur América.
       No se disparó un sólo fusil, ni se derramó una sola gota
    de sangre, pero la revolución había germinado en los espíri
    tus. A falta de Gacetas en que se dieran á conocer lasideas
    de libertad y otros derechos del ciudadano, los pasquiues
    cavaron hondo en el ánimo del pueblo.
        Ignóranse quienes prepararon esta sedición, pero ello,
    después de todo. es dato de poca monta. La erudición pier.
                          – 100 —
de nombres, pero en la Filosofía de la Historia, el principio
que dice sobre la solidaridad americana contra el poder de
la Monarquía Española debe sumar con la historia breve
que aquí se refiere, no cuatro ó cinco nombres, sino lo que
más vale: el despertar de una Ciudad que, en la medida de
sus fuerzas y de sus recursos, manifestábase inquieta por la
causa de la Emancipación.
CONJURACION EN LIMA
           Complot limeño cn 1812
                   HISTORIADORES DÉL EPISODIO
    Vámos á bosquejar en las siguientes líneas, los planes de
la conjuración urdida en la misma Ciudad de los Reyes, en
1812, por un grupo de patriotas que trabajaron por la in
dependencia.
    Algunos historiadores se han limitado áindicar el hecho,
Otros lo han puesto en tela de duda.
    En estas páginas trascribimos primero los datos que
consignan los historiadores; y después procuraremos avan
zar ideas sobre el citado complot limeño.
    En un manuscrito intitulado «Floresta Peruana-Espa-
ñola» suscrito durante el sitio de la plaza del Real Felipe, el
17 de Octubre de 1825 se dice: (1)
    “Por resolución pronunciada con vistas fiscales, fué re
“mitido á España en un buque quezarpó del Callao el jue
   (1) Se encuentra depositado en el Archivo del Convento de Santo Do
míngo, habiéndose publicado en el N° 26 de “El Zurriago” periódico de
1848. No sabemos por qué algunos historiadores hacen autor de este ma
nuscrito á Pagador, cuando el original está suscrito por R. L. A.¿Será qui
zá por analogía de título con la Floresta Española? ó quizá á sabiendas de
que esta curiosa crónica escrita por un español Iiberal fué obsequiada por
Riva Agüero Bejarano á Pagador editor de “ElZurriago”?
                            – 104 –
‘ves 27 de Junio de dicho año (1812) por escritor liberal D.
“Gaspar Rico. El Viernes 28 ha circulado en los tribunales y
“oficinas de esta capital la suprema orden del Concejo de
“Gobierno por la que se nombra vocal del Concejo de Esta
“do al Sr. Dr. José Baquíjano, por lo que fué cumplimentado
“por todos los tribunales y autoridades de la capital; más
“una mano oculta paralizó ese regocijo en su país natal, y
“muchos de sus amigos fueron presosy con pretexto de re
“volución popular, fueron cubiertas las calles de tropo ar
“mada, y las mas inmediatas á la casa de este con artillería.”
    El «Quaderno de varias cosas curiosas», que empieza á
correr en 1º de Junio de 1808” (2), dice:
   *28 de Julio (de 1812)—Llegó noticia de haber sido
“nombrado de la nación vocal del Concejo de estado el S. D.
“José Vaquíjano, ha sido cumplimdo de todas las corpora
“ciones de esta ciudad htº el estremo de mandarse al surin
“indirectamte. como sucedió pues a pretexto de revolución
“popularse tomaron varios presos, providencias militares
“de tropas y cañones a horas extraordinarias con lo qºl se
“suspendieron con gran dolor del pueblo de Lima para glo
“ria de aquellos”.
   El historiador Mendiburu en el «Diccionario Histórico
Biográfico del Perú» (3) advierte:
   (2) Tomo II. Revista Histórica.
   (3) Tomo II. pág. 9.
                              – 105 –
     “Es evidente que al tiempo de las fiestas de Lima se de
“nunció una conspiración por un sargento apellidado Pla
“nas y que fueron presos algunos individuos partidarios de
“Baquíjano”.
   En otro lugar de su renombrado Diccionario dice el mis
mo historiador:
   “Con motivo de la agitación del pueblo, estuvieron las
“tropas sobre las armas, y se quiso dar color de sedición á
“unos actos enteramente distantes de tales tendencias; sin
“que por esto dejasen de ocasionar alarma, pues la casa de
“Baquíjano fué teatro de grandes recepciones, arengas y loas,
“tomando parte el bello sexo y hasta los indios y los negros,
“cuyas alocuciones se publicaron en la descripción impresa dé
“estas memorables fiestas, que escribió el sospechoso Miralla.
“Poco se hicieron esperar los resultados de tan notables esce
“nas, y la prisión de algunas personas fué el anuncio de un
“juicio que se le abrió por una conjuración que se aseguraba
“estar traguándose, y que denunció como acusador un sar
“jento del rejimiento de la Concordia, apellidado Planas. Nos
“faltan datos para poder decir algo del término que tuvo es
“ta causa” (4)
                                  &
    Vicuña Mackena, el historiador de «La Revolución de la
Independencia del Perú, hasta 1819» dice, (5) que con moti
vo de las fiestas en honor del Conde de Vista Florida se ase
guró que “estaba al frente de una revolución armada y po
pular” y que, celebrando su nombramiento de Consejero de
Estado:
   (4) Mendiburu, t I pág. 33. Desconocía el nombre de Planas, de otro
modo le habría consagrado aunque fuese dos líneas en el lugar respectivo
de su Diccionario.
    (5) Pág. 159.
                           — 106 –
    “el pueblo se agolpó en masa en su casa habitación, en
“la calle que todavía es conocida con el nombre de Baquíja
“no,y le aclamó como el caudillo de la Nación, celebrando
“su exaltación al poder supremo con regocijos que rayaron
“en verdaderos alborotos populares. El desconfiado Virrey
“abrió los ojos delante de este espectáculo y comprendió que
“una secreta y profunda agitación bullía en el seno de las
“masas”. Continúa el historiador con las frases de la Flores
ta. Peruano-Española que hemos consignado al principio.
   Cordova Urrutia en «Tres Epocas del Perú», dice que:
“en Julio de 1812 fueron presos en esta Capital varios indi
viduos acusados de conspiración por un sub-brigadier de la
Concordia nombrado Planas,
    Los inteligentes historiadores Lorente y Paz Soldán,
Wiesse, Zegarra y Lama absolutamente se ocupan de este
hecho histórico; pero los contemporáneos, señores Aníbal
Galvez, Manuel Nemesio Vargas y José de la Riva Aguero
Osma no han dejado de hacer apuntaciones indirectas en in
teresantes publicaciones que rápidamente examinaremos. El
laborioso autor de «El Real Felipe» sin referirse ni comentar
el episodio dá á conocer documentos relativos á uno de los
complicados en el movimiento de 1812: Eusebio Mosquera,
complicado también en la conjuración de 1818.
                                     ++
                                 +        +4
    El doctor Manuel N. Vargas en «Historia del Perú Inde
pendiente», al referirse al nombramiento de Baquíjano y á
las fiestas en su honor, dice:
                              – 107 –
   “Su casa fué visitada por todas las clases sociales, y des
“pertando la estimación general que había sabido conquis
“tarse un criollo, los celos de Abascal, se admitió la denun
“cia del sarjento Planas, que algunos amígos de Baquíjano
“querían proclamarlo Jefe del Estado, y se dió orden de
“prisión contra todos ellos. Las calles se llenaron de tropa
“y cerca de la casa del supuesto caudillo, se situó la artille
“ría. A este se le remitió á España, y la corte lo confinó á
“Sevilla, donde entregado á sus estudios y rodeado de cuan
“tos le conocieron falleció en 1818.” (5)
    Por último, José de la Riva Agüero y Osma en su exce
lente estudio sobre la atrayente personalidad de Baquíjano,
narra que:
    « Abascal temió que en las fiestas ocurrieran desórdenes
«y tomó precauciones para evitarlo. Hizo colocar gran
« aparato de tropas en las calles. Agregan que llevó á mas
« su desconfianza y que, dando oído á las delaciones de un
« cabo ó sargento del Concordia apellidado Planas, ordenó
« algunos arrestos. Ese asunto de la conjuración delatado
« por Planas es muy dudoso. Lo que de él dicen Vicuña
« Mackena y Mendiburu, se apoya en el poco ilustrado testi
« monio de Pagador. Nada puede afirmarse mientras no se
« descubran los autos del juicio criminal á que dió orígen la
« denuncia del sargento».
    Presentada la corta bibliografía de la conjuración lime
ña de 1812, que Vicuña Mackena llama Revolución de Ba
    (5) El distinguido historiador hace preceder ese movimiento en Lima
á la sublevación de Huánuco que atrasa un año de la fecha en que realmen
te se realizó, colocándola en 13 de Febrero de 1813.
                          – 108 —
quíjano, debemos advertir que ignoramos las fuentes donde
conocerían la delación de Planas los historiadores Córdova
y Mendiburu que son, de los antiguos,   los únicos que citan
su nombre. Cuanto al autor del «Diccionario Histórico» no
ha tenido como fuente de información el testimonio poco
ilustrado de Pagador (como creé Riva Agüero) por que
concretándonos al asunto presente, se observa como aquel
llega á nombrar á Planas, desconocido en las páginas de la
Floresta Peruano—Española.
    Estos historiadores han debido tener otra fuente de in
formación, para nosotros desconocida, y que no serían los
Libros de Cabildo, donde sólo en el folio 120 vuelta y en la
sesión del 2 de Setiembre de 1812 se dice, con laconismo ver
daderamente lamentable:
   « En este Cabildo se vió un oficio de S. Exa. fecha 19 de
 «Julio en que da gracias á este Exmo. Cuerpo por el que le
«pasó en catorce del mismo sobre las ocurrencias,    y movi
« miento que quisieron suscitar unos pocos miserables sedi
« ciosos: Se mandó se archivase».
   Absolutamente ni una frase mas contienen sobre éste
asunto el citado Libro de Cabildo, y cosa singular es, por
que en la Gaceta de Gobierno, se habla de un enérgico dis
curso que el Alcalde marqués de Torre Tagle pronunció con
tal motivo, y en las actas del Cabildo no existe ni una copia
del oficio pasado al Virrey, documento que, sin embargo de
tal omisión donde mejor debía constar, está consignado en
la Gaceta de Gobierno de ese año junto con otros datos so
bre el episodío pero dispuestos de tal modo que han pasado
sin explicación para el historiador.
   Sin pretender aclarar mucho la naturaleza del episodio,
porque lo estorba la complicada sicología de los hombres de
esa época, vámos á dará conocer los primeros días ineditos
que sobre tan borroso asunto nos ha sido dable encontrar
                            — 109 —
en estos archivos peruanos sujetos á mermas contínuas por
el descuido ó la inercia administrativa.
    Merced á los documentos que enseguida trascribiremos,
el Complot Limeño de 1812 pasa de la categoría de «dudo
so» á la de un acontecimiento real, que al verificarse pudo
dejar terminado de una vez la obra de la Independencia, por
tratarse de un golpe que iba dirigido contra el único funcio
nario español, que porsus virtudes políticas y militares po
día haber mantenido por largo tiempo, bajo el cetro de Es
paña, la ciudad de Lima; don José Abascal, que lanzaba sus
legiones para contener la ola arroladora de la revolución
americana.
    Con motivo de la invasión de los indios Panataguas
á la ciudad de Huánuco decíase que ocho días antes de haber
acontecido el asalto de Huánuco se había hablado en Lima
de José Contreras á quien se daba el título de General de re
beldes, lo que persuadió á Abascal de «haber en esa capital
algunos malébolos cómplices en tan enorme crimen» como se
lo hizo saber el Intendente de Tarma, en 5 de marzo de
1812. (1)                                       "   -
    La tranquila capital del virreinato se había conmovido,
por última vez con la prisión de los conspiradores de 1810 y
desde entonces trascurría la misma vida de cándida placidez
para los tibios moradores de Lima.
    Esta ciudad no se preocupaba de la rebelión americana
sino para anematizar á los insurgentes y proveér de recur
sos á los jefes militares que sabían castigar la osadía de los
americanos   separatistas.
   (1) Vide: Guerra Separatista. Docm. Nº 12.
                          – 110 –
    Pero Abascal no creía en la aparente mansedumbre de
todos los pobladorcs de la soñolienta ciudad de los Reyes y
juzgaba que allí existían, cerca de él, cómplices ó instigado
res de las sediciones que se realizaban en otros pueblos del
virreinato,
    Difícil sería trazar un cuadro exacto del Perú en 1812 y
muchos volúmenes fueran menester escribir, á fin de analizar
con precisión los caracteres generales de esa época tan mo
vida; discurrír extensamente sobre la complicada sicología de
Abascal y de Goyeneche, prominentes defensores de Fernan
do VII; y, profundizar los planes de defenza de un poder ago
nisante; y los medios de que habían de valerse para contener
el avance de las conciencias agitadas por el torbellino de
nuevas ideas que, en flujo y reflujo, bullían desde Lima y
Chuquisaca, hasta La Plata y Santiago, Caracas, Bogotá
y Quito.
    Esverdad que Lima había dejado de ser la capital inte
lectual de América Meridional, pero era el oro arrancado á
las entrañas mineras de Pasco y Potosí que servía de ali
mento á las legiones que defendían los derechos del monarca
español. Lima en 1812 no era ya la ciudad colonial de años
anteriores, pues se había transformado en Lima guerrera,
en un verdadero bastión español para mantener sujetas las
colonias.
   Cuatro fuerzas vivas mantenían aún el prestigio de la
causa monárquica. Era la primera, el cuerpo de milicia dis
ciplinada y el de funcionarios merecedores de gracias que
formaban la corte del virrey.
   La Iglesia con su inmaculado prestigio y con sus princi
pios de respeto á la autoridad—que en esta vez era la Mo
narquía—aconsejaba oposición á las ideas de emancipación
y libertad, siendo por su influencia en las almas una verda
ra fuerza, auxiliadora de los derechos del Rey.
                          – 111 –
    Era la tercera fuerza el Periodismo y la Universidad que
en su esfera trabajaban por la sumisión y la obediencia.
Vano intento! Como al pensamiento no es posible presen
tar infranqueables barreras, a pesar de restricciones mil, los
intelectuales lograban introducir reformas en los estudios de
San Carlos y formaban bibliotecas circulantes de lecturas
prohibidas por sus ideas políticas, y poco á poco, á guisa
de instruir al pueblo, burlando la vigilancia de los tenientes
de Abascal, circulaban y se difundían las ideas revoluciona
rias en papeles manuscritos y aún en impresos autoriza
dos.
   Era el Ayuntamiento otra fuerza viva cuyas decisiones
tenían resonancia, y como la mas dependiente del Superior
Gobierno, por la calidad de su personal, fué la última que
convino con el   nuevo orden de cosas que   San Martín creó
en 1821.
    Principiaremos pués, por estudiar la situación del Ca
bildo limeño en 1812.
                              II
            EL CABILDO DE LIMA EN 1812
    Misión secundaria fué la del Cabildo de Lima en 1812,
pues toda su contracción fué para extender informes de mé
ritos y ejecutar obras urbanas y de policía, concretán lose
por último á hacer representaciones de honores y de gracias
á favor de personalidades y aún de los miembros de la cor
poración.
  De vez en vez remitían al Diputado General en Cortes ex
posiciones dirijidas al Monarca donde se hacía lujo de fideli
dad constante y de sentimientos generosos y patrióticos.
                           – 112 –
      La repuesta á las comunicaciones reales era esperada
 por los cabildantes limeños con la impaciencia del jovenzue
 jo, que ansía recibir la primera carta de su amada. Demás
 será advertir que en la Península caían muy agradablemente
 las misivas del Cabildo limeño donde con elocuencia hacían
 alarde de la fidelidad que reb zaba en sus corazones.
    En 16 de abril recibieron una Real orden del Excmo. mi
nistro Ignacio de la Pezucla, dando las gracias por la expo
sición al Rey, y leída en sesión pública, acordando las Cor
tes que el Consejo de Regencia manifestara al Cabildo limen
se «la plena satisfacción con que S. M. ha oído tan grandio
«sos sentimientos, mandando al mismo tiempo que su escri
«to se inserte en el Diario de Cortes, con otras cosas mas
«que se enuncian en su citado oficio de ocho de noviembre».
    El tema del oficio era el siguiente:
    « Docm. Nº 137 Excmo. señor.—Con fecha cuatro del co
«rriente me dicen los secretarios de las Cortes generales y
«Extraordinarias lo que sigue:—Las cortes generales y ex
«traordinarias han resuelto que el Consejo de Regencia ma
«nifiesta á nombre de los mismos al Cabildo de la ciudad
« de Lima que Su Majestad ha oído con la mayor compla
«cencia su exposición de ocho de junio último, y que está
«muy satisfecho de la Lealtad y Patriotismo de aquel cuer
«po, y de todos los habitantes del Reino del Perú, y de su fir
« me adhesión á la Madre Patria.—Lo comunicamos á VE.
«de orden de Su Magestad, á fin de que el Consejo de Regen
«cia lo tenga entendido para su cumplimiento.—Y á este
«efecto me manda. Su Alteza traslade á VE. la referida Real
«Orden como lo executo para inteligencia, y satisfacción de
« ese Ilustre Ayuntamiento, y de los habitantes del Reyno
«del Perú.—Diosguarde á VE. muchos años.—Cadiz nueve
« de noviembre de mil ochocientos once.—Ignacio de la Pe
                           – 113 –
«zuela.—Sores. del Ayuntamiento de la Muy noble y Muy
« leal Ciudad de Lima». (1)
    Recibida esta comunicación se comisionó al Marqués de
Torre Tagle para que á sin cuidado se imprimiese y repartie.
se en competente número de ejemplares, en esta ciudad, y se
hiciese circular á los ilustres Cabildos del Reyno.
                               III
                        EL PERIODISMO
    «La ley de imprenta de 1810—dice un historiógrafo na
cional—permitió la publicación de gran número de periódi
cos noticiosos y políticos. Estos periódicos, casi todos se
manarios, se limitaban por lo general á trascribir los escri
tos notables que aparecían en los papeles de Madrid y Cádiz;
pero por su rápida propagación, por la naturaleza de las
mismas transcripciones y por el tono de los pocos artículos
originales, principalmente de los prospectos, constituían vi
vísimo contraste con el silencio de los años anteriores y una
revelación decisiva del impulso de las nuevas ideas». (1)
    El «Argos Constitucional» y «El Peruano» limitaban sus
exclamaciones al hablar del adelanto intelectual del pueblo,
sin hacer alusión al momento político, sino para tratar del
orden y fidelidad del Perú. La revista «Satélite del Perú»
desde la aparición, en su prospecto (20 de Febrero de 1812),
dió lugará denuncios por parte de los absolutistas escanda
lizados con algunas declaraciones, y tuvo que sucumbir ape
nas nació, porque no era posible que el Virrey permitiese fra
ses como la siguiente: «por patria entendemos toda la vasta
extensión de ambas americas» y aunque Lopez Aldana su
   (1) Libro de Cabildos.—M. S.—MCMXII, pag. XCIX vlta.
   (1) J. de la Riva Agüero. Biografía de Baquíjano» apud «Ateneo»
Tomo VI Nos. 38 y 39.
                              – 114 –
principal redactor, trató de explicar tan atrevida frase di.
ciendo que estaban animados de los sentimientos «mas puros
y acendrados de fidelidad española», los absolutistas habían
ya comprendido la orientación del periódico que hacía su a
parición diciendo: «Si hay algunos que crean que los perua
« nos todos no deben aprender las verdades que enseñan
« nuestras historias presentes, la política y los derechos del
« hombre, si hay algunos que digan que aquí no conviene si
« no la ignorancia, el disimulo y la ocultación, váyanse de
« entre nosotros á ocupar las llanuras de Asia, donde pue
« den ejercitar su vil obediencia en obsequio de los déspotas»
    «El Peruano» apareció el 1º de setiembre de 1811, y allí
se comentaba en animada forma los frutos de la libertad de
imprenta y se aplaudía que; el pueblo, ilustrado sobre sus
derechos y sus verdaderos intereses, se había desengañado
de que no era ningún pecado el raciocinar.
    El editor de este semanario era don Guillermo del Río,
patrióta eminente, compañero de López Aldana en la her
mosa empresa del «Diario Secreto» (1) y su redactor don
Gaspar Rico y Angulo, factor de la Compañía de los cinco
gremios mayores de Madrid en Lima y cuya vida original”
despierta toda clase de sentimientos desde este momento
histórico de su vida política y militante hasta después de
promulgada la Independencia.
     Oigamos al mismo don José de Abascal, el concepto que
le merecía el semanario dirigido por Rico. En el fragmento
de una carta dirigida á España, y cuya copia se encuentra
en un expediente relativo al redactor de «El Peruano» decía
el Virrey:
    (1) López Aldana, Guillermo del Rio, su hijo Manuel del Río, carolino,
y otros patriótas escribían todos los días con letra disfrazada el “Diario
Secreto” donde se exponían ideas separatistas, multiplicando aquel perió
dico con asombro y desesperación del Gobierno español. Vide: “Expedien
te que sigue López Aldana con motivo de la destitución que sufrió en 1831”
                           – 115 –
      Docm. No. 138 «Desde el mes de Setiembre de 811 en que
« principió á circular este papel, se dejaron sentir los funes
« tos efectos de las acaloradas producciones de su autor: que
« las Autoridades iban cayendo en desprecio; se insultaba á
« las personas adictas al gobierno; se repetín las quejas de
« los ofendidos; y se criticaba por los Gefes de las Provincias
«y por los hombres juiciosos la tolerancia con que miraba
« (el Virrey) el abuso que se hacía de la libertad de la im
« prenta.
     «En Marzo de 1812 se denucio el citado periódico por un
« crecido número de sugetos, y pasado á la Junta de censura,
« calificó esta algunas de sus producciones por subversivas
« de las leyes fundamentales de la Monarquía, sediciosas, re
« bolucionarias, y depresivas de las lejítimas Autoridades,
« por lo que siguiendo el método señalado en el reglamento
« sobre la materia mande se diese á Rico copia de la censura
« para que se defendiera, con cuyo motivo publicó despues
« de dos meses otro numero injuriando gravemente á los vo
« cales de la junta.
    «Acaso no hubiera tomado otra providencia que la de
« dar cuenta áVuestra Alteza, si en aquel tiempo no hubiese
« sobre venido la insubrrección de la Provincia de Huanuco
« y otras que se conmovieron: y habiendoseme dado funda
« dos avisos de que se trataba de turbar el orden en la Capi
(
  tal, para evitar toda idea de resentimiento y arbitrariedad
« con que se tacha á los Gefes pasé el expediente á voto con
«   sultivo de Acuerdo donde manifesté la crítica situación del
( Reyno según mis noticias; y conformandome con su discre
« to parecer dispuse separar de Lima al citado Rico, que por
« su caracter arrebatado, su osado genio, y sus conexiones
« compradas á costa de grandes erogaciones de los fondos
« que ha manejado, sehacía notablemente sospechoso; siendo
                          – 116 –
« ademas delincuente en virtud de haber ratificado la junta
« de censura su primera calificación.
    «Despues de la partida de Rico se confirmaron por los
« efectos los temores, que sindiqué en el Acuerdo quando se
« trató de este asunto: pues se descubrió á pocos días de su
« salida cierta conspiración que debía hacer su estiago la
« noche del 12 de Julio, sobre lo que procedí al aseguramien
« to de algunos reos, aprensión de algunos documentos rela
« tivos á su plan y nombrado un militar que forme la causa
« en cuyo progreso aun cuando no cabe seguridad de que Ri
« co resultase el autor, se presume fundadamente habrá con–
« tribuída con sus alarmantes producciones; por cuyas razo
« mes el expresado Rico, ni por consideración alguna debe
« regresar á Lima ni á ningún punto de América».
    Bien claro advierte el Virrey que podía suceder que Gas
par Rico no estuviese ni siquiera comprometido en el plan de
conspiración pero que había «contribuído con sus alarman
tes producciones» á fomentar y encender el fuego de la rebe
lión en la tranquila Capital del Virréynato.
   Muy contrariado delió tener á Alascal los avances de
“El Peruano” y las temeridades y extravagancias del redac
tor Rico cuando á seguido del encarcelamiento de éste, escri
bió al Concejo de Regencia la carta de 26 de Julio cuyo frag
mento se ha leído y una representación de 31 del mismo mes.
Por último con carta de 4 de Agosto le remitía el expediente
de suspensión de “El Peruano”, cuyas partes principales
pueden leerse á continuación.
    Docm. No. 139 “En 1º de Marzo de 1811, se denuncia
“ ron por 72 vecinos los números de “El Peruauo” publica
“ dos hasta entónces: la junta censora recordando la que
“ anteriormente había dado sobre el mismo número 14 en
                                – 117 —
“ que se habló de Don Pedro Abadía (1) y comprendiendo
“ en ella el numero 16, califieó el numero 2.° por comprendi
  do en el artículo 4º del reglamento de mprentas, sin que
“ en el resto de la obra encontrase tosa digna de censura.
“En consecuencia, se mandó recoger el citado numero 2º y
“ entregar al autor copia de la censura si la pidiese como se
“ verificó. Pero Rico dejó pasar dos meses sin contestar
“ hasta que lo hizo en el N° 46 del tomo 3.º del mismo perió
“ dico: que unido al expediente y también el 45, se pasó to
“ do á la junta por voto consultivo del Acuerdo suspendien
“ dose entre tanto la publicación del citado papel segun pro
“pusieron tres de los Ministros que lo compusieron. Exa
“ minado por la junta confirmó su primera censura por lo
“ respectivo al número 2º y calificó el 45 por comprendido
“ igualmente en el referido artículo 4º del reglamento: buel
“to otra vez al Acuerdo tres Ministros fueron de parecer
“ que continuando la suspensión del periódico,se remitiese
“ la causa á la Sala del Crímen, y que el Virrey usase de las
“ fucultades que le correspondían para evitar la rebolución
“ que se temía: dos, (con cuyo dictámen se conformó el Vi
“rrey) que en quanto á la pena que merecía Rico exigía el
“ negocio mayor substaneiación; y en orden á impedir el
“proyecto de sublevación, que se arrestase á dicho Rico y
 “ remitiera á España bajo partida de registro con testimo
“nio de la causa: uno, que en vista de la segunda califica
“ ción de la junta se procediera á la prisión de aquel, for
“mandole la competente causa: y otro, que amenazaba á la
    (1) Natural de Navarra. Vecino notable de Lima era un acaudalado
comerciante. Segundo Factor de la Compañía de Filipinas y Capitán del
Regimiento de la Concordia (1814). Disfrutó de la estimación general por
su caballeroso trato y su afabilidad, dispuesto siempre á obras de benefi
cencia. En 1812 contestó á la posdata de “El Peruano”. No. 14 en que se
zahería al hermano de un recomendable general. Vide No. 3795 “La Im
preinta   en Lima" de don J. T. Medina.
            -
                          – 118 —
“ tranquilidad publica, segun las noticias que había mani
“festado, usase de sus facultades sin sugetarse á los trami
“tes de los juicios ordinarios.
    “ Para comprobar los malos efectos que ha prod "
“ cido la publicación del Peru ano remito testimonio de al
“gunas especies que resultan del sumario formado, sobre
“ la insurrección de Huánuco y Panataguas, reducidos á
“ que varios de los procesados querían disculpar su conduc
“ta con las producciones é ideas manifestadas en dicho pa.
“pel”.
    No se crea que “El Peruano” fuese un papel que echaba
al viento las ideas de emancipación y de libertad; no, ello
habría sido temerario, pero se limitó á hacer las transcrip
ciones de artículos de los periódicos europeos, con talento y
suspicacia inauditas. Así pués no era extraño encontrarse
con artículos sobre: Si los reyes son puestos por Dios en la
tierra; los derechos del hombre; la libertad de imprenta; la
ilustración del pueblo etc., que indudablemente ejercían po
derosa influencia en el ánimo del pueblo. Los discursos pro
nunciados en las Cortes españolas enseñaban también á los
subditos de la Monarquía cosas nuevas que su mente no
concebía antes. Por decreto de 1766 se prohibió hablar
mal del gobierno, pero en 1812 no se consideraba ese delito.
   Deféndiendose el padre Villavicencio de la acusación que
se formuló contra él, de haber escrito versos incitando á los
pueblos de Huánuco para que se sublevasen, respondió que el
no había hecho sino imitar “el tono que en los diarios de
Cortes tomaron los señores Feliu, Morales y Mejía” y se re
firiótambién á los artículos de “El Peruano”, asi mismo
otro patrióta, Sebastián Gonzalez, acusado de haber habla
do de que en España se daba mal empleo á los millones en
viados por la América responde que le enseñaron á pensar
así el papel público “El duende”, edítado en España y “El
                            – 119 —
Peruano” redactado en Lima, y que por eso no creía un crí
men haberse expresado en esos términos.
    Para las autoridades españolas era distinto que se ex
presaran en España ó en América las mismas ideas. Allá po
dían pasar como ideas adelantadas o liberales; aquí el tras
cribir esas mismas ideas se consideraba delito que era nece
sario reprimir.
    Por eso “El Peruano” de don Guillermo del Río y Com
pañía donde se criticaban los abusos de la Administración
Española fué suprimido y por eso también, su editor el ex
travagante editor Doa Gaspar Rico y Angulo fué enviado á
España bajo partida de registro.
    El 27 de Julio (1) fué remitido “por su espíritu libre y re
volucionario”. (2) y con el fin de “contener el activo cáncer
y desasociego que á grandes pasos propagaba con los escri
tos subversivos que con el mas desatinado empeño hacía cir
cular á la sombra de la absoluta libertad mal eutendida de
la imprenta”.
     La fragata Castor comudujo á Rico hasta Santa Fé pues
el Virrey de Lima lo puso á la disposición de dicho Virrey,
quien lo envió á la Metropoli en la fragata denominada
Venganza.
                                 IV
               EL coNDE DE visTAFLORIDA
    Era don José Baquíjano y Carrillo sujeto de amplio é
ilustrado espíritu. Fué el primer rebelde, cuando en 1871, en
los claustros de la Universidad y delante del Virrey Jauregui
    (1) “Zela” II parte por A. Gálvez. Dice, equivocadamente que la Cas
tor zarpó del Callao el 28 de Julio de 1811.
   (2) Guerra Separatista, Docm. No. 41.
                          – 12() —
cuyo «Elogio» pronunciaba dió una vigorosa protesta con
tra la adulación, yuna censura á las autoridades peninsu
lares, que abusaban del indio é imponían contribuciones al
criollo y al mestizo, lo cual había "ado orígen á la r volu
ción de Tupac Amaru. A pro ósito de esta oración universi
taria fué encargado el Virrey de vigilar al audaz americano.
    Baquíjano vivió entregado al estudio, promovió varios
órganos de publicidad y escribió en «El Mercurio» estudios
científicos y de investigación. Su viaje á España lo puso en
contacto con el círculo Riberal de la Metrópoli, y llegado á
Lima, en 1802, comenzó á reorganizar el grupo líberal, que
en esos tiempos se confundía en las Logias.
    Ejerció de protector de los naturales, de Fiscal del Crí
men, de Regente de las Cátedras de   Instituta y Vísperas de
Leyes, de Alcalde del Crímen y de Oidor. Era verdadero de
fensor del indio, había reanimado la enseñanza universitaria,
prestó útiles servicios á la ciudad como procurador del Ca
bildo en España, y manifestó su amor regional cuando rehu
só los empleos que se le ofrecían en la Corte, reiterando su
propósito de no servir sino en su patria.
    Sus ideas americanistas, su talento brillante, su pasado
altivo, las desconfianzas españolas de que había sido objeto
y la posición ventajosa que adquirió en 1808, á la muerte
de su hermano con la adquisición del condado y mayorazgo
de Vista Florida, lo colocó en primera fila, entre los magna
tes de la colonia. Después de Abascal era Baquíjano la per
sona más distinguida del Virreinato. Era el consejero de los
que reclamaban su consejo. De carácter afable, siempre estu
vo á disposición y alcance de todos; era el Mecenas de los
literatos, ysus dádivas á los pobres le habían dado mereci
do prestigio.
    Enciclopedista teórico, en la práctica era un convencido
creyente que no desmintió sus estudios en San Felipe y San
Marcos y en el Seminario de Santo Toribio. Y ¿como había
                          – 121 –
de renunciar él, espíritu selecto, á las tradiciones de su fami
lia conservadora? Era cofrade del Rosario, y regalaba con
explendor á las iglesias y conventos.
    Cuando en 1808, después de los pactos de Bayona, Es
paña entera se conmovió, las colonias americanas reconocie
ron la autoridad de la Junta Central, pero calmados los sen
timientos de solidaridad hacia la metrópoli, los americanos
exaltaron el ideal regionalista que vivía latente en ellos, y
constituyeron, como en la Península, juntas de Gobierno
compuestas de naturales del país, bajo el pretexto de defen
der la integridad del suelo español pero sin sujeción á las au
toridadespeninsulares cuya fidelidad reputaban sospechosa.
    Mientras tanto en España se había decretado la libertad
industrial, la igualdad civil y se hablaba de libertad de la
prensa. Todas las secciones de América Española, á excep
ción del Bajo Perú asumieron el Gobierno, alegando que te
nían derecho de alistarse para mantener su libertad.
    Es en éste momento que adquiere gran relieve la perso
nalidad de don José Baquíjano. Es también en este mo
mento histórico que las conjuraciones y complots toman
en la capital del Virreinato un carácter decisivo. Y, ¿pue
de creerse que Baquíjano maestro de inmenso valor moral
que en medio de cortesanos y funcionarios acostumbra
dos á la lisonja reprendió en tono fuerte y violento «la
sangrienta política», «la tiranía» y «la humillación» en
                         – 122 –
que estaba sumida la colonia, permaneciese inactivo ante
los acontecimientos que se realizaban en Líma en 1812 sien
do él, precisamente, el eje del cambio de opinión? Es imposi
ble considerarindiferente al maestro innovador, que preten
día llevar al claustro universitario, —en época de escolasti
cismo cerrado—las teorías de Gassendi, Newton y Heinecio.
Hasta por su tenacidad en los planes que proyectaba no es
creíble que no fijase atención en el sesgo separatista de la
conciencia americana; y, hablamos de tenacidad, recordan
do que no se conformó con la hermosa derrota en el Recto
rado de la Universidad en 1783,pues colocó en difícil situa
ción al claustro cuando vencido nuevamente en 1785 llevó
sus pretenciones hasta el Consejo de S. M. que lo condenó á
multa.
    Es difícil juzgar indiferente á un lector asiduo de Bayle y
de Rousseau, y menos aún al vanidoso «Cefalio», preocupa
do de los intereses locales, derramando ideas regionalistas
en sus escritos y que audazmente dice que solo aceptaría
empleos cuando estos fuesen en el Virreinato del Perú.
    De otro lado, su descontento del régimen se había mani
festado desde 1781. Debió resentirlo sobrenanera la negati
va que se dió á pretenciones que el Cabildo de Lima le confia
ra en 1793, y debió decepcionarlo del todo la situación de
España en la época en que la visitara, cuando asolados los
gaditanos por la peste y la miseria, después del bloqueo de
Cádiz, por la escuadra inglesa, y sin un poderoso auxilio del
Soberano hubo de sacrificar buena parte de sus bienes en so
correrá la desgracia desvalida.
   Su roce con los liberales de América acrecentaría el en
tusiasmo de las tendencias que desde 1781 había manifesta
do, por lo menos, emancipadoras.
    La ausencia de Baquíjano, acrecentó sus méritos, exaltó
                         – 123 –
la simpatía que sus caridades y su ideal regionalista le hacía
In16reCeI".
    Ahora bien, puede creérse después de las páginas brillan
tes de su vida llena de altivez y energía, que pudiera su pen
samiento ser contrario á la más legítima de las revoluciones.
No, de ninguna manera, y no hay hecho intrínseco que lo
atestigue.
    ¿Cómo se explicaría su protección al conspirador chileno
Henriquez,y al conspirador de la misma nacionalidad Hila
rio Vial? ¿Cómo se explicaría su amistad, y la protección
que dispensó al estudiante argentino Miralla y á otros per
sonajes que en esa época, y despuésfueron ardientes separa
tistas?
     Nada autoriza á creér que desaprobara los procedimien
tos subversivos de lospatriotas nombrados, porque enton
ces habría cesado de tenderles su mano protectora. Amigo
del virtuoso Felipe Cuellar y del no menos virtuoso Cecilio
Tagle, del patriota Miguel Zañartu, lo era asimismo de un
descarado revolucionario, con pretenciones de tribuno como
Rico y Angulo y de López Aldama principal redactor de «El
Satélite».
     A través de su vida, Baquíjano, como maestro universi
tario, como periodista, de ideales amaricanistas, se había
formado, queriéndolo, una cohorte de admiradores y parti
darios que habrían escuchado su palabra y ejecutado sus
órdenes. Era presidente de una logia en Lima, y esto cau
saba desazón al Virrey. Baquíjano pudo ser el caudillo de
la rebelión en Lima porque tenía todas las condiciones y los
méritos.
    Pero la desgracia perseguía á los patriotas, y José Ba
quíjano que había impulsado con sus ideas y con su protec
ción á algunos separatistas entusiastas llegada la hora de
                          – 124 –
prueba no pudo actuar al lado de ellos, porque los planes de
los conjurados se estrellaron contra la delación de Planas; y
Baquíjano que habría sido colocado frente al nuevo Estado,
caso de triunfar la conjuración que preparaban, se vió obli
gado por la emulación y desazón que causaba su presencia
en Lima, al Virrey Abascal, á salir para la Metrópoli donde
terminó sus días. Conjusta razón advierte el historiador Lo
rente que con suma frialdad se vió la salila del antes popular
compatriota, «por habérsele creído opuesto, ó por lo menos
indiferente á la emancipación inmediata».
    Se ha dicho que es ilusión considerar á Baluíjano parti
dario de la Independencia, pero ¿acaso se olvida el proceso
lógico de las ideas del hombre intelectual á travéz de una
vida de lucha y de polémica?
    Sólo hoy en la civilización y cultura contemporáneas,
existen personas amorfas que actúan teóricamente, por
que carecen de esa conciencia integral que al mismo tiempo
que piensa, siente con pasión y actúa con todas las energías
de su alma.
   Don José Baquíjano era hombre de principios del siglo
pasado y era de pura raza española. No se le considere me
ro anunciador de la emancipación, porque fué más que esto,
un maestro de ella. En efecto. ¿Cómo se puede renovar la
cultura de un pueblo sumido en el despotismo, promover la
libertad de la prensa, dirijir la agitación liberal y no darse
cuenta de que se prepara al mismo tiempo un gran novi
miento libertario?
     Por más esfuerzos que hace el talentoso biógrafo de Ba
quíjano, por presentarlo como personaje «eminentemente ci
vil, de gabinete y de cátedra», no lo ha conseguido, porque
no prueba con los caracteres que reclama la historia, que
el maestro no simpatisase con la rebelión separatista.
                        – 125 –
   En cambio historiógrafos del siglo pasado y de la hora
presente advierten todo lo contrario, aunque desgraciada
mente no indican las fuentes en que fundaran su acerto. El
autor del manuscrito trazado en el Real Felípe dice que á
raíz de las fiestas en honor de Baquíjano y de las prisiones
verificadas por la denuncia de Planas, fué vigilada la casa
del Conde de Vista Florida y colocada la artillería muy cer
ca de ella; y, como don José Abascal no era pusilámine ni
nunca procedió portemores se desprende la consecuencia de
que Baquíjano debió estar mezclado, aun que ocultamente,
como sucedía con otros prohombres como Unánue, en los
planes de los que trabajabam por la Independencia Ame
ricana.
    Mendiburu advierte que “fueron presos algunos indiví
duos particulares amigos de Baquíjano”, y Vicuña Mackena,
dice que se aseguró que el Conde de Vista Florida “estaba
al frente de una revolución armada y popular”. Lástima
que no fuese más extricto al señalar la fuente de esta aser
ción, pero no es posible creér que por simple imaginación se
asociase el nombre de Baquíjano, una de las primeras figu
ras de su época, al hecho temerario de un movimiento arma
do en la Capital del Virreinato y hasta el punto de nombrar
á la Conjuración de 1812, “Revolución de Baquíjano”.
    Nosotros no la llamaremos así, porque en nuestra pro
pia investigación no encontramos por ningüina parte el nom
bre de Baquíjano, aunque pensamos que no era posible tam
poco ni convenía al Virrey anunciar que se hallaba compro
metido en un pacto de rebelión el nombrado Consejero de
 Estado.
     Lo dejó partir á España, y nada impide conjeturar que
 sólo la amistad del duque dc San Carlos y Landizábal, mi
 nistros de Estádo y amigos del Conde de Vista Florida, va
                         – 126 –
lió á nuestro personaje para no ser del número de los libera
les castigados rigurosamente después de la entrada de Fer
nando VII en Madrid, como sucedió con el diputado Feliu.
   Pero á la caída de sus protectores, Baquíjano fué notifi
cado para salir de Madrid en el término perentorio de doce
horas y confinado á Sevilla donde falleció en 1818 sin poder
regresar al Perú como lo había ofrecido en su proclama de
despedida. Quizá si el sucesor de Abascal ponía obstáculos
á que se dejara salir de España al popular criollo, quizá si
entónces unidosyá, en América, los liberales desengañados
con la reacción de 1814 se confundían en ideas con el grupo
separatista. Para terminar este capítulo que ha resultado
demasiado extenso y vago, porque el tiempo de que dispone
mos no nospermite sino escribir a correr de pluma, vámos á
advertir en pro de nuestra tesis, que durante la primera es
tadía de Baquíjano en la Península, asegura don Bernardo
O'Higgins, que asistía á la gran “reunión americana”, en
relación con el separatista Miranda, sociedad secreta que ya
sabemos como trabajó por la emancipación Americana. Pa
ra explicar esto, el biógrafo de Baquíjano, con la firmeza de
hacer á su personaje todo lo absolutista posible, guiado del
sensato propósito de presentar un modelo de lo que debieron
ser los patriótas peruanos en orden á no precipitar la obra
de la independencia, dice que “falta saber si todos los miem
bros de la sociedad aprobarían los planes separatistas del
ilustre caraqueño” y que en todo caso, los actos posteriores
prueban que Baquíjano abrazó lealmente la causa de la me
tropoli.
     Pero humanamente ¿puede concebirse que patriótas de
la talla de Baquíjano, Duarez, Unánue, etc., pudieran ser in
surgentes declarados, á riesgo de perder sus brillantes posl
ciones? Solo entónces se les llamaría partidarios de la inde
                            – 127 –
pendencia? Baquíjano era creyente y su vinculación á los
liberales y á las logias sólo podía ser con fines políticos.
    En todo caso......   los actos posteriores, cuando fué confi
nado á Sevilla, probarían que debió sentir que su honradez
política lo obligase un día á ser leal el partido liberal de la
península, tan despotico en el poder como el gobierno presi
dido por el Monarca!
    Los actos posteriores á la restauración de 1814 prueban
que Baquíjano debió pensar, con impaciencia, en la flojedad
de espíritu de los patriótas limeños para proceder con
más actividad y decisión en los ideales de libertad. De
bió pensar que era distinta la tendencia de los liberales
españoles y la de los liberales americanos. ¿Cómo podían
coincidir las ideas regionalistas ó separatistas con el gobier
no constitucional-despotico que había continuado bajo el
gobierno liberal de España?
    La Constitución del año 12 fué ventajosa para los ame
ricanas y destructora para España. Parece obra de adver
sarios de la Monarquía, obra de procuradores de la Emanci
pación. En América sólo la voz de que se había decretado
nueva Constitución con dogmas liberales causo superiores
trago á la causa absolutista, pero cuanto á los liberales es
pañoles en la Metrópoli muchos de ellos sólo tenían por ob
jeto, al proclamar la Constitución, un interés personal, con
virtiéndose las Cortes en regicidas, cismaticas, impías y hos
tiles al clero, y al pueblo de Cádiz, cuyos fueros defendió con
entereza el cabildo gaditano.
    Imparcialmente decimos que la Constitución de 1812 no
llegó á ponerse en vigencia en el Perú aunque fué jurada so
lemnemente causando su promulgación los disturbios consi
guientes, por que las turbas se embriagan al nombre de «li
bertad» aunque ella no sea verdadera, ni entiendan su senti
                         – 128 –
do. Como republicanos de América, juzgámos que la Consti
tución fué un beneficio para la independencia, pero no pode
mos dejar de advertir que de la Gonstitución de 1812 arran
ca el infortunio de la noble España.
       LAS FIESTAS EN HONOR DE BAQUIJANO
   Ya conocemos, á grmendes pinceladas, la personalidad
moral de Baquíjano y de sus correligionarios los liberales de
Lima y de Madrid. Ahora podemos entrar de lleno al estu
dio de las fiestas dadas en su honor, y de la repentina alar
ma de conspiración que paralizó los agazajos y dió origen á
varias prisiones.
   A medida que avanzaba la guerra contra los franceses
predominaba en España el partido liberal, qme comprendien
do el pensamiento de los correligionarios de América, y no
deseando la separación de las colonias en las que España ci
fraba sus esperanzas, como fuentes de recursos, comenzó la
tarea de repartir honores entre los liberales de figuración
americana. Por cierto que ni don Miguel de Lardizábal, ni
Su Magestad Argüelles, ni Herreros, ni Villanueva, ni el Se
cretario de la Junta Central ilustre poeta Manuel Quintana
y el Secretario de las Cortes de Cádiz, el volteriano autor del
Diccionario crítico burlezco don Bartolomé Gallardo, podían
olvidar al contertulio de «la Gran reunión americana» que
á principios del siglo 19 había manifestado su filantropía en
Cádiz, y en 20 de febrero de 1812 lo nombraron Consejèro
de Estado.
    Era coincidencia que el mismo día que se hacía el nom
bramiento en la Metrópoli, apareciese en Lima el «Satélite
del Peruano» órgano del partido llberal y que en su prospec"
to decía:                                            -
                              – 129 –
    «Aquellos que se oponen á la felicidad de América; esto
es, aquellos que desean continúe en ella el antiguo gobierno
colonial y el cetro de hierro que ha regido en estos tres si
glos pasados así la España como las Indias, son peores que
los franceses y es preciso no conocerlos por hermanos......»
    El Satélite sucumbió ante la resistencia de Abascal ypo
co después fué denunciado «El Peruano». Su editor Río fué
multado, y el redactor Rico y Angulo encarcelado y depor
tado á la península precisamente el 27 de julio víspera de la
llegada á Lima de la noticia del nombramiento de Baquí
jano.
    ¿Cómo fué recibido el nombramiento?
    El grupo liberal veía la exaltación de su jefe como prue
ba de haber alcanzado parte de sus designios. Según ellos
la igualdad política estaba asegurada. Algunos de este
grupo eran avanzados en susideas independientes, como Jo
sé Antonio Miralla quien decía con motivo de la exaltación
de Baquíjano: «Por primera vez, un hijo de este opulento
imperio influía en sus destinos». (1)
    ¿Olvidaba el estudiante neogranadino la acción de Mo
rales Duarez y de Lardizábal en España?ó ¿tenía otros moti
vos para creer que la acción de Baquíjano influría en los des
tinos del Perú?
    Otros del grupo liberal no excedían aún del liberalismo
español americano como Sánchez Carrión y los carolinos
que, ayudaban á López Aldana y á Guillermo del Río en la
 publicación de «El Diario Secreto» vulgarizador de ideas se
paratistas. El pueblo, en general, al saber la elevación de
un criollo batió palmas y lleno de júbilo se entregó á regoci
jos. Cuanto á Baquíjano, creemos con Vicuna Mackena que
    (1) Descripción de las fiestas con motivo de la promoción del Exemo.
Sr. Dr. J. Baquíjano, por José A. Miralla. (Lima, 1812).
                                                              r
                               – 130 -
envanecido por su nuevo título, ó acobardado en su empre
sa, desistió de los planes, hasta hoy rodeados de un impene
trable misterio, que se atribuyeron á su ambición ó á su pa
triotismo.
    Que pensamientos debían bullir en su mente reflexiva y
apasionada al verse rodeado de un pueblo adicto, al divisar
doquiera miradas escudriñadoras de sus amigos liberales, in
dependientes, ó separatistas.
    Quizá si el ofrecimiento, que hizo ensu proclama de despe
dida, de un pronto regreso fué la respuesta que dió á los es
píritus agitados que comensaron á dudar de su entusiasmo.
   Dos días después de llegada á Lima la noticia del nom
bramiento se reunió el Ayuntamiento para acordar las fies
tas « en celebridad del Excmo. Conde de Vista Florida, con
« motivo de haberle conferido el alto empleo de Consejero de
«Estado cuyas circunstancias recomendables en la Monar
«quía, no necesitaban ponderarse, y que ellos mismos obli
«gaban á esta Ciudad, á unas Públicas demostraciones: so
«bre que los señores Alcaldes propusieron los repiques de
«tres noches, é iluminación gral. con una noehe de festejo
«en las casas capitulares á su costa y convenido los Señores
«se pasó á dar cuenta al Excmo Sor Virrey, quien aceptó y
« ofreeió su concurrencia. Después de lo general se deliberó
«que el Cavildo pasase, como de facto pasó en cuerpo de tal,
«y baxo de sus Masas, á felicitar al Excmo Conde, quien le
« manifestó con las mas apreciables expresiones este oficio, y
«lo demas de que se le dió aviso». (1)
    Pero la adulación á las autoridades había de exteriori
sarse en esta vez con mayor razón para no herir sus senti
mientosy causar emulación.
    Así como de la Península con los pliegos de la elección de
Baquijano, enviaban los pliegos del gobierno de Regencia
   (1) Libro 42 de Cabildos. MS. fol. 110 vlta.
                           – 131 -
acordando la Gran Cruz de Carlos III y el título de Marquez
de la Concordia (1)," para el Virrey asimismo el ayuntamien
to limeño en la misma sesión de 30 de Junio por medio de su
Alcalde, el Marquéz de Torre Tagle, hizo presente que la ma
nifestación de gratitud al Mariscal Goyeneche, por la proe
za del Alto Perú, y al Brigadier don Juan Ramirez y don
Juan de Imaz no se habían verificado porque no se había po
dido lograr el retrato de Goyoneche aunque se había hecho
el encargo al Cuzco.
    El Cabildo de la Ciudad de los Reyes estaba formado en
1812, con el siguientc personal:
    El Marquéz de Torre Tagle
    Don Andrés de Salazar, de la orden de Calatrava.
    Don Tomás Vallejo, Alcalde Provincial.
    Dn. Francisco Arias de Saavedra; Conde del Villar del
Fuente, Cayetano Belón, Oidor Honorario de la Audiencia
de Charcas; José Irigoyen, Oidor de Chile; Antonio de Elisal
de; Francisco de Alvarado; Joaquín Manuel Cobo; JoséVa
lentin Huidobro; Manuel Agustin de la Torre Tagle, Procu
rador General y José Antonio Ugarte, Alguacil Mavor.
    No se habían visto en la Ciudad fiestas tan generales co
mo las fiestas de Baquijano. Los días 4, 5 y 6 fueron decla
rados festivos. No solo los ricos adornaban sus fachadas
para la iluminacion acordada sino tambien los pobres que
colocaron sus lamparitas entre hojas verdes, enlazadas con
versos é inscripciones, Besamanos y loas le dirigieron las
corporaciones y sus amigos, y hasta las cofradías de negros
congos mostraban su contento en medio de bailes caracte
risticos diciendole:
    Baquijano tuina camine Congo guaienda
Anquituina ei fumu
   (1)—“Quaderno de varias cosas curiosas” apud. Revista Histórica
Tomo II (1907).
                                – 132 –
Ngueie utuferi usala ie moco. (1)
   Los ruidos festivos de las noches buenas y los fueros ar
tificiales y el repique de campanas, ordenado por el Ayunta
miento, daba á la ciudad un aspecto de alegría que causó
sorpresa al Virrey.
     En la última noche de las fiestas oficiales –dice el distin
guido biografo de Baquijano,–lasiluminaciones fueron aún
más vistosas y el gentío más crecido que en las dos noches
anteriores, y el cabildo dió un gran baile, El Alcalde Consti
nal, marquéz de Torre Tagle, condujo á Baquijano en nna
carroza de gala. El trayecto de la casa del Consejero (situa
da en la mitad de la cuadra que todavía lleva su nombre) al
iocal del Cabildo, estaba invadido por el pueblo. En la es
quina de Mercaderes y las Mantas fué tanto el golpe de gen
te y tanta lo apretura y algazara, que tuvo la carroza que
detenerse un breve rato, Los aplausos redoblaron á lo largo
del portal de Escribanos y hasta que descendieron del coche
Baquijano y el Alcalde entraron al cabildo. Allí principió el
baile, presidido por el Virrey Abascal y su hija Ramona. Y
mientras nuestras tatarabuelas ostentaban ricas joyasy for
maban las ceremoniosas figuras del minué, de la gavota, y
de   la contradanza, afuera, en la plaza de Armas y en el puen
te, el público se entregaba á sus festejosy no cesó en sus vi
vas toda la noche. En las semanas posteriores hubo toros y
siguió por casa de Baquijano el inacabable desfile de las cor
poraciones y los gremios (2).
   En el caso de que los separatistas no hubieran pensado
para sus planes en la persona de Baquijano, la situación crea
da debió hacerlos concebir esa idea.
     (1) Baquijano despidete de los Congos al irte
Pues aunque tenemos amos
Tu solo nos dominas hasta las uñas y las manos
    (2)— Don José Salazar y Baquijano por J. de lá Riva Aguero apud. El
Ateneo No. 38 y 39 de 1905.
                               — 133 –
   ¿Cuando la concibieron? ¿Donde se reunian?
   Imposible averiguarlo hasta hoy. Es verdad tambien
que lo propio sucede con la llamada conspiración de Ancho
ris. La denuncia de un oficial vastó para que se procediera
á la captura de las personas dispuestas á secundar el plan
de los porteños. No se trataba como muy bien dice el Dr.
Galvez (1) de un movimiento insurreccional preparado por
Anchoris, Tagle, del Rio, Sarabia etc. ni siquiera de una cons
piración que se hubiese traducido en juntas ú otros actos
preparatorios. Su único delito fué haber recibido comunica
ciones de los miembros de la junta de Buenos Aires. No hu
bo proceso para el juzgamiento por lo mismo que no existía
plan ni conjuración, limitandose el Virrey á tomar medidas
de seguridad preventiva. En cambio á los del complot de
1812 se les siguió proceso con plazo y termino, tuvieron sus
defensores, existió denuncia y acusación fiscal y por último
recurso de suplica como se vera en los capitulos siguientes.
     El 8 de Julio salió un bando publicando la creación por
las Cortes, de la nueva Regencia y llegó crecido númcro de
tropas españolas enviadas para contener la insurrección
americana, lo cual formaba un número considerable de tro
pas con el batallón de Talavera procedente de Cádiz y que
había llegado en el mes de abril (1). Se cambiaron los Co
mandantesy Teniente Coronel de Artillería todo lo cual de
bió causar hondo desagrado en el grupo de los separatistas.
     Continuaban las fiestas del pueblo, incansables en su ale
grías, pero un malestar, una inquictud extraña se notaba
entre los altos jefes y aún en el Palacio del Virrey.
     Ya se tenía noticia por el delator Planas secundado por
 Pérez, Labruce y Fernandez, todos milicianos, de las conspi
raciones de los separatistas, y, Abascal, esperó hasta el últi
   (1)—Zela, II parte pág. 4
   (1)— Mendiburu, t. 4 pag. 152.
                          – 134 –
mo momento para tender la red á los eonjurados. Habían
trascurrido dos semanas de la deportación de Rico y Angulo
que no dió lugará comentarios porque las fiestas de Baqui
jano embargaban todos los espíritus. Estas debían terminar
el domingo 12 con una velada en la Comedia á la que debía
concurrir el Virrey don José de Abascal acompañado de su
sequito de Jefes militares. Todo lo tenían preparado los se
paratistas para caer sobre el Virrey y su comitiva librarse
de unos y otros y ejecutar un plan que expondremos en las
siguientes paginas, pero, la delación contuvo el golpe, y en
la noche del sabado 11 pequeños grupos de patruyas repar
tidos por toda la ciudad vigilaban el orden, mientras que
otras fracciones penetraban á los hogares de los sindicados
como conjurados y los urrojaban en profundos calabozos de
la Real Cárcel de Corte, con grillos y mancornas.
    La conjuración había fracazado y el Virrey podia estar
tranquilo.
    Y, mientras don José Fernando de Abascal libre del peli
gro, junto con su corte militar se divertía en el coliseo de la
Comedia con las armonías de la Opera italiana que dirigía
Pedro de Angelli, en el fondo del calabozo estaban recluidos
los que qnerian libertad para su Patria.
                              VI
  EL PLAN –LOS CONJURADOS Y LAS PRISIONES
    Sin la acción de Abascal y de Goyeneche, la Capital del
Virreinato antes de 1812 habría caído irremisiblemente en
poder de los patriotas. Librar al Perú y América del gran
político y del militar activo era avanzar inmensamente en la
obra de emancipación. Por eso los patriotas que fraguaron
la conjuración de julio de 1812 se propusieron atacar el cen
                        – 135 —
tro de la ciudadela y eliminar del escenario á don Jose de
Abascal.
   Si nos atenemos á la delación de Planas, los faccionarios
se disponían «matar al Virrey y jefes militares, tomar los
« cuarteles, hacerse de las armas y apoderarse de varias ca
«sas de la Ciudad con auxilio de los negros de las chacras,
«ganadas por medio de sus caporales ó mandones y de mil
« cuatrocientos hombres».
    El Sub-Inspector de Artillería á quien los delatores Pla
nas, Pérez, Labruce y Fernández referían las ocurrencias
diarias que se ventilaban en las juntas de los patriotas, vá
á decirnos el plan que éstos proponíanse:
    «Una junta de malvados, soheces, parece tenían proyec
«tado para el día 12 Domingo (Julio de 1812) la subleva
«ción, asonada ó robos, con alta traición, según comprehen
« do; asesinando al Virrey, al retirarse de la Comedia, y á
«los demás Gefes Militares en quienes consideraban mas pa
«triotismo, vigor militar y sucesión al mando por lo que se
«dice no exeptuaban al Teniente General Henestrosa; apo
«derarse de las casas de Européos ricos y de algunos Ame
«ricanos; atacar el Parque de Artillería con 1.600 negros de
«las Haciendas próximas, y proclamar al siguiente día el
«que hubiese de mandarlos ó el metodo y desorden que me
«jor les conviniese, quando la sola muerte del Virrey, si la
« conseguían, influían una alteración temible».
    Seguramente que, si los faccionarios, conseguían dar
muerte al Virrey se habría criado una situación imprevista
que ganada por los independientes secundados en sus planes
por los patriotas que tímidos del castigo que ocasionaría el
secuestro de sus bienes ó la pérdida de sus empleos, no se
atrevían á hablar de los avances de los separatistas de otros
lugares del Continente, por temor de que el viento llevase
sus palabras á la casa Virreinal.
                                – 136 –
         ¿QUIENES FUERON LOS CONJURADOS?
    Difícilmente puede responderse categóricamente á ésta
pregunta tratándose de cualquiera de las rebeliones ó sedi
ciones peruanas, porque los hombres de valía por su posi
ción social y económica, trabajaban por crear la nueva pa
tria, con el mayor sigilo. De modo pues, que aquella inte
rrogación debe cambiarse por esta otra: ¿Cuáles fueron las
víctimas?
    No las busquemos ni en las clases elevadas, ni en las cla
ses intelectuales. Mejor será encontrar las entre el grupo se
paratista, entre humildes menestrales que pagaban gabelas
y no recibían mas honores y dádivas que las misivas diriji
das por los patriotas de Buenos Aires y de Chile, con los que
se encontraban en comunicación frecuente.
    Las víctimas de esta desgraciada jornada no dejan de
ser numerosas, aunque de humilde condición.
    Hagamos el recuento:
    Dr. Pedro Vázquez, Presbítero. Uno de los manuscritos
que presentaremos luego dice que fuépresbítero, pero másbien
creémos que se trata de un ilustrado religioso, llamado tam
bién Dr. Fray Pedro Francisco Vásquez de la Orden de Her
mitaños de San Agustín y catedrático de Prima de Sagrados
Dogmas que desempeñó la cátedra desde el  18 de setiembre
de 1782 (1) y que habiéndose presentado de opositor á la
Cátedra de Instituta no pudo saber ni el resultado de su
   (1) Vide: “Actuacion de los hijos de Chile en la Universidad de San
Marcos” apud Revista Universitaria, Año VII, vol VII, Julio de 1912 pág
100. En nuestro “Catálogo Histórico del Claustro de la Universidad” Li
ma, 1912 pág 78 escribimos. Pedro Francisco Vázquez y Novoa
confundiéndolo así con Pedro de Vásquez de Novoa y Carrasco Catedrá
tico Universitario, casado   con Doña Manuela Plaza y Maldonado y que mu
                             – 137 -
oposición porque fué, como luego diremos, arrastrado á los
calabozos de la Inquisición.
   José Merida, patriota á quien veremos actuar nueva
mente en la tentativa de conjuración en Lima, en 1814.
    Eusebio Mosquera, botonero que tenía su tienda frente
al Palacio del Virrey,y á quien veremos actuar nuevamente
en la conjuración limeña de 1818.
   Pedro Cuenca, personaje para nosotros desconocido y á
quien se acusaba de haber querido, en otra ocasión, asesi
nar al Virrey.
   Hilario Vial, acusado de estar en comunicación con la
Junta Revolucionaria de Chile.
   Bernardo    Herrera,  el “negro Herrera” como se le llama
ba, de oficio peón de albañil.
    Entre los comprometidos figuraban además Apolinario
Cartajena, Miguel Pradas, José Vargas, dos Sargentos del
Regimiento fijo y un voluntario de la “Concordia”, un Mé
dico-Cirujano que curaba á los negros de las haciendas, y un
sastre indio ó mestizo, amén de algunos otros del pueblo y
de 1.600 negros de las haciendas próximas ganados por me
dio de sus caporales y de 1.400 hombres que capitaneaba el
negro Herrera.
    A consecuencia de los refuerzos enviados al Alto Perú,
Lima estaba casi desguarnecida y era momento apropósito
para dar un rápido y quizá decisivo golpe.
    Conociendo el Virrey el proyecto que germinaba en el es
píritu de los conjurados, redobló la vigilancia, sin dará co
rió en 1782. No deben pues confundirse. El R. P. Maestro Pedro Fran
cisco Vásquez fué Ex-Calificador yConsultor del Santo Oficio,Examinador
Sinodal del Arzobispado de Lima y de la Plata y del Obispado de Arequi
pa. Sobre su actuación universitaria vide Libro   XIV de Claustros de la
Universidad–MS–folio 149vlta.
                            – 138 –
nocer que habían sido delatados, para caer sobre ellos, co
mo lo hizo, en el momento oportuno.
                        LAS PRISIONES
    Desconfiado Abascal que el levantamiento se verificase el
día indicado por los delatores ó sea el 12 de Julio; y te
miendo que se aprovechasen los rebeldes del fervor popular
ocasionado por las fiestas en honor de Baquíjano —de las li
bertades que se habían tomado en esos días de júbilo que
rayaron en verdaderos alborotos populares, el 11 en la no
che dió orden de prisión contra los sindicados como conju
rados.
   Oigamos á un narrador contemporáneo; (1)
    «A pretexto de revolución popular se toman varios pre
sos, providencias militares de tropas y cañones á horas ex
traordinarias con lo que se suspendieron las fiestas en cele
bración del nombramiento de Vocal del Concejo, recaído en
Baquíjano».
    Otro cronista de la época dice que con pretexto de revo
lución popular «fueron cubiertas las calles de tropa armada,
y las mas inmediatas á las casas de éste (Baquíjano) con ar
tillería». (2)
   Advierte el mismo narrador quefueron presos muchos
amigos del Conde de Vista Florida.
    Fueran ó nó exactos los vínculos de amistad que unían
á Baquíjano con hombres de tan humilde condición como
fueron los autores del complot, lo cierto es que solo por con
jeturas puede creerse en la intervención del Consejero de Es
tado en la conjuración del año 12.
    Quizá su pasado se reflejó en ese instante y se pensó que
   (1) “Quaderno de varias cosas curiosas”. Revista Histórica.
   (2) “Floresta Peruano Española” por R. L. A.
                         – 139 –
podía volver á las épocas en que desde la tribuna universi
taria dejara notar la energía moral de que estaba dotado,
audacia ó sinceridad que fué un obstáculo en su carrera pues
el gobierno concibió recelos contra el americano que había
revelado en sus frases tanto valor moral, y reputándolo
hombre peligroso mandó recoger la famosa oración donde
se hablaba de sangrienta política y mandó vigilar al audáz
maestrO.
    Aunque la fantasía histórica debe tener un límite cuando
se juzga de las acciones de los hombres sin tener una base de
certeza, ypor más que las inducciones negativas del Sr. Ri
va Agüero nos convencían más que las afirmaciones de Pa
gador, Lorente, Urrutia, Mendiburu, porque aquellas reposan
en la base científica del estudio sicológico del carácter de Ba
quíjano, llegamos á las conclusiones de Vicuña Mackena por
que es probable que como dice el historiador chileno, elilustre
americano «envanecido por su nuevo título, ó acobardado
en su empresa, desistió de los planes, hasta hoy—en lo que
se refiere á su persona—rodeado de un impenetrable miste
rio, que se atribuyeron ásu ambición ó á su patriotismo».
    Si llegáramos á la conclusión del Sr. Riva Agüero sobre
que Baquíjano fué completamente extraño á la conspiración,
sería no sólo por lo que opina el distinguido historiógrafo,
relativo á que temiera el fracazo, ó que el alto honor que le
dispensaron sus correligionarios lo impulsase más bien á
defender el sistema legal, sino sobretodo, por una razón sen
cilla: nada absolutamente, dicen los papeles de la época,
que hemos tenido la suerte de estudiar, y ni una sola frase
revela el comprometimiento de Baquíjano en tan desgracia
da etapa.
                         - 140 –
                            VII
                  PRISIONERO ILUSTRE
   «No hay voces que alcancen á ponderar la tiranía con
«que se ha tenido en una carcel de la Inquisición al Dr. Dn.
«Pedro Vasquez, Presbitero, sin más mérito que una simple
«indicación del malvado Planas, que dijo se contaba con un
«clérigo abogado sin mencionar el nombre de este desgracia
«do eclesiastico, aunque anunció la calle inmediata á su ha-
«bitación, y solo por esto se le sorprendió á la salida de la
«Universidad en que acababa de replicar como opuesto á la
« catedra de Instituta, y se le trasladó como criminal, per     "
«maneciendo preso todavía».
   Esto decia en 10 de Octubre el señor Dn. Pedro Antonio
Madarriaga en el memorial que á nombre de Merida, Carta
gena, Pradas, Mosquera y Herrera dirigió á S. M.
    Por otro lado, el Comandante del Apostadero del Callao
don José Pascual Vivero decía en el Parte que sobre la su
blevación dirigió en 28 de julio al secretario de Estado: “Se
prendieron trece de los conjurados la noche del 11, faltando
un Médico Cirujano, un sastre y un clérigo que dicen los di
rigía”.
   Probablemente la prisión del Dr.       Vasquez debió ve
rificarse despues del 28 de julio de 1812 y no hemos podido
averiguar nada de la vida posterior de esta victima ilustre,
sino que en 10 de octubre aún continuaba en los calabazos
de la Inquisición.
                            VIII
                    LOS DELATORES
   José Planas, individuo del Cuerpo de Artilleria, y no sub
brigadier del Concordia, como dice Cordova Urrutia, tuvo
conocimiento del complot que se preparaba contra el Virrey.
                         – 141 —
    De acuerdo con elSub-teniente de Artillería don Eugenio
Pérez, comunicaron la noticia al Sub Inspector de su cuerpo
y al Teniente Coronel del mismo. quien les dió asesoria para
que en conciencia se asociasen á los conspiradores y fomen
tasen sus ideas.
    Les facilitó á dos sargentos de la brigada nombrados
Francisco Labruce de nacionalidad francesa y Ramón Fer
nández, del mismo cuerpo para que concurriesen tambien á
Juntas y sesiones de los insurgentes con cargo de dar razón,
de las ocurrencias diarias que alli se ventilasen, al Sub Ins
pector del Cuerpo.                             -
   Parece que el tipo del delator siempre fuese igual. Casi
siempre son seres desalmados, habitadores de presidio por
negras faltas, y que en los servicios de espías y falsarios
compraban su libertad.
    Seres depravados eran Planas y Pérez. El primero «bo
«rracho de profesión, vil en sus costumbres, expulso de va
«rios Regimientos, por su iniquidades, procesado en el Cuer
»po de Artillería por ladrón y reo actual de un homicidio ale
«voso que perpetuó el veinte y cuatro de Septiembre ultimo
«(1811)».                          -
    Eugenio Pérez, «era tambien borracho y jugador como
Planas».          " -
   Los delatores eumplieron la consigna. Una vez que lle
garon á adquirir la confianza de los que formaban el com
plot, sorprendieron su buena fé y nobleza y se impusieron de
sus planes.                                        -
                             IX
              EL CóDIGO DE LOS CONJURADOS
    Exhibió José Planas, para probar su acusación, un pa
pel que llamó Código, compuesto de 33 artículos y distribui
dos de la siguiente manera: "
                          – 142 –
    Los artículos 1º, 2º. y 3º trataban de la autoridad, que
según las ideas proclamadas en la República Francesa resi
día en el Pueblo. Los artículos siguientes trataban de los re
presentantes de la autoridad: albaceas, tutores y curadores;
de la Inquisición; los Jesuitas; los Toros; las Comedias; so
bre Entierros; sobre los frailes; las caballerías; sobre las ar
mas y escudos de la nueva organización que empezaban fun
dar. La nueva nacionalidad debía tener por escudo áAdan
y Eva los primerospadres de la humanidad en un campo, y
en otro, la muerte y la eternidad, engeroglificos.   -
    Presentó Planas, ademas, el que llamó Plan de Ataque,
que no ha llegado hasta nosotros.     -
    Ambos documentos formaban el cuerpo del delito, recti
ficado con las declaraciones de Planas, Pérez, Labruce y Fer
nandez, los cuatro delatores.
    Pasemos á dará conocer la manera como se condujo el
Proceso.                                         -
                       EL PRO(CESO
   Recibida las pruebas y las declaraciones, los réos, según
su decir, hicieron multitud de citas que no se absolvieron.
    Es verdad que el Virrey envió al Escribano Mayor de
Gobierno y á un oficial nombrado Muchotrigo para que hi
cieren averiguaciones, por distintas rutas, entre los negros
de las chacras que circundan Lima, pero ambos se presenta
ron á don José de Abascal, desengañados de sus pezquisas y
manifestando que encontraban á las gentes ignorantes del
pretendido complot.
     Los acusados protestaban de su inocencia y aseguraban
ser víctimas de una coartada. Dos Sargentos del Tiro ab
    solvieron las citas que se les hicieron y resultaron favorables
    á los patriótas, pero no por eso salieron de la prisión, donde
    sufrieron todas las estaciones del proceso.
        Horroriza recordar—dicen los patriótas en memorial di
    rigido al Monarca—que tantos hombres inicuamente calum
    niados hayan sufrido mas de dos meses de infiernillos, con
    grillos al mayor peso y las últimas miserias.          -
        Concluído el proceso, con el dictámen Fiscal que justifica
    ba los cargos hechos á los réos, se empezó á franquer el pre
    cedimiento á los Padrinos ó defensores de los réos.
        Uno de ellos solicitó ante el Virrey algunas deligencias
    encaminadas á salvará su defendido del delito que se le im
    putaba. Bastó esto para que el severo Abascal hiciera com
    parecer á los defensores y les intimase con aspereza y bajo
    la pena de perder el empleo, que se abstuviesen de toda soli
    citud y que sus detensas ante el Consejo debían ser completa
    mente sencillas.
        Generalmente los defensores de los réos eran oficiales
    subalternos de los cuerpos de guarnición. Así que la preven
    ción hecha por el Virrey significaba que “entregasen á los in
    felices presos y prostituyesen el cargo que habían jurado”.
        Esta intimación se repetía diariamente por el Fiscal
    Montero, al tiempo de entregar á los defensores el Proceso,
    leyendoles el artículo pertinente de la Ordenanza, que trata
    de su rol.
       Reuniosc por fin el Consejo. Presidía Don Gregorio Ho
-
    yos, Marqués de Valdehoyos hombre violento y de un abso
    lutismo que había de terminar con su vida.
        Mientras se veía la causa, algunos de los oficiales decían
    publicamente en los Cafées “que no importaba la injustifica
    ción ó la calumnia,porque siempre era precisoohrc aar tres
    ó cuatro para dejar al Virrey satisfecho y á cubierto”.
                          – 144 –
    Los autos se habían formado con perfecta ignorancia,
incurriendo en contradiciones y un modo ilegal y absurdo.
Así lo había reconocido el Presidente del Consejo, en una de
las sesiones.
    Las audiencias se repetían y en ellas se daba lectura á
los autos. El público esperaba inquieto la resolución del
Consejo; y trascurrían los días sin que se atreviese á dar el
fallo.
    Don Juan Baldéz, Capitán que había asistido á las sesio
nes anteriores se retiró alegando enfermedad y dejando el
Consejo reducido á ocho miembros.
    El Virrey exasperado con la tardanza ordena la noche
del 30 de septiembre que al día siguiente había de sentenciar
se y se retira á otro de los miembros del Consejo para que
quedase número impar.
    La órden se cumplió como no podía menos de suceder, y
el 1.º de octubre se dictó la sentencia, sucediendo por ironía
de las cosas que ese mismo día, con motivo de la publicación
de la Constitución, donJosé Fernando de Abascal, por decre
to de las Cortes Generales y Extraordinarias comunicado
por la Regencia del reyno promulgaba un bando sobre con
cesión de indulto.
                             XI
                      LA SENTENCIA
    El fiscal había dicho verdad, cuando escribió: el proyec
to de conjuración mas parece locura que un sistema arre
glado.
   Tal es la consecuencia á que podíamos llegar con la lec
tura del famoso Código de la conspiración, pero era una sim
                            — 145 —
ple   detalle, obscurecido por las negativas de los   acusados y
las exageraciones de Planas.
     El fiscal había alegado también los vicios de que adole.
cía el proceso; y estas atenuantes le hicieron dar por conclu
sión que no se atrevía á pedir la pena de muerte, sino en
conciencia, la de destierro por diez años. Habiendo obser
vado uno de los Capitanes que el proceso era vicioso y no
justificaba el delito, bastó para que el Fiscal, fuera de si, ma
nifestase que si él reconocía también la pasión con que se ha
bían formodo los autos, no era posible dejar sin castigo á
los conjurados. Hizo la historia del proceso, manifestó que
Pedro Cuenca estaba prevenido dos meses antes para asesi
nar al Virrey, y atemorizó de tal modo á los tímidos Capita
nes del Consejo que se pusieron de acuerdo para firmar la
sentencia, acordando que fuesen ocho años de destierro.
    Pero el Fiscal tenía que terminar su obra para dejar
agradecido al Virrey, y al redactar la sentencia puso diez
años en vez de ocho. Observado por uno de los presentes
que se negaba á firmar le dijo de imperiosa manera: «lo mis
mo son ocho que diez años». Y todos firmaron. Era la no
che del 1.º de octubre.
    El elemento civil, no podía resistirá tanto absolutismo
militar y hubo abogado que pronunció con altivéz grandes
verdades: tál, Pedro Antonio Madariaga quien se encargó
del patrocinio de los presos, que lanzaron su voz á la Mo
narquía.
                         \
                        – 146 –
                             XII
PARTE DEL COMANDANTE DEL APOSTADERO DEI,
  CALLAO SOBIRE LA REVOLUCION INTENTADA EN
  LIMA.— EL PATRIOTA HILARIO VIAL.—LA (CO
   NEXION CON LOS INDEPENDIENTES DE CHILE
    Docm. N. 140 “Una junta de malvados soheces, parece
“tenían proyectado para el día 12 Domingo la sublevación,
asonada, con alta traición, segun comprehendo; asesinando
“al Virrey al retirarse de la Comedia, y á los demás Gefes
“Militares, en quienes consideraban mas patriotismo, vigor
“militar, y succesión al mando por lo que se dice no excep
“tuaban al Teniente General Henestroza; apoderarse de las
“casas de Europeos ricos, y de algunos americanos; atacar
“el Parque de Artillería con 1600 negros de las Haciendas
“próximas, y proclamar al siguiente día el quc hubiese de
“mandarlos ó el método y desorden que mejor les convinie
“se, quando la sola muerte del Virrey, si la conseguían, in
“fluía una alteración terrible. Para ello tenían ganados al
“gunos de la ínfima pleve, dos sargetos del Regimiento fijo
“y uno de los voluntarios de la Concordia, de los que se
“prendieron trece la noche del 11 faltando un Pardo Medico
“cirujano de los que curan negros de las Haciendas, un sas
“tre Indio ó Mestizo, y un Clérigo, que dlcen los dirigía.
    “La causa se sigue militarmente por el mayor de la Pla
“za, segun ordenanza y Reales Ordenes, como los insultos á
“salvaguardias, y atentados contra las Armas y las tropas;
“asesorado el Virrey con algunos Oidores de esta Audiencia,
“y de los de otras que estan aquí refugiados y transeuntes;
“dexando de contestar con tal dictamen la inoportuna re
“presentación del Fiscal del Crimen pidiendo la causa según
“los decretos de 18 de Febrero, 25 de Agosto y 6 de Octubre
                         – 147 —
“de 811; entendido este aquí, segun creo, á favor de la Au
“diencia, en razon de sus palabras, de que arguyen ser solo
“para las plazas de la Peninsula atacadas por los enemigos,
“ó por sus parciales Españoles, Espías, ó infidentes. Pare
“ciendo impropia la representación del Fiscal que general
“mente se ha mirado mal, ypor el Ayuntamiento en sus
“ofertas al Virrey sin deducirse haber tenido parte en el in
“tentado crimen la milicia de Pardos libres, porque siguen
“sobre las armas los acuartelados; se les ha fiado las guar
“dias de las Puertas y han executado bien el servicio. Es
“quanto puedo participará Vuesencia segun me previene en
“orden de 22 de Enero y con esta reserva por la naturaleza
“del caso...... Y en prueba de que esta Real Sala del Crimen,
“ó su Fiscal, natural del Reyno de Chile, no han sido apro
“posito para juzgar infidencias, pues para sustanciarlas, no
“les es de ningñn modo fácil, ni la brevedad, secreto, y acti
“vas Providencias. agrego copia del sumario contra el Chi
“leno Don Ilario Vial, que despues de puesto en libertad, tal
‘vez protegido por tan malas inteligencias como por simpli
“cidades, de que se adolece en aquel País, volvió á su con.
“ducta sospechosa y el Virrey tubo que hacerlo prender y
“enviar á Chile”.
   “R sulta del testimooio citado que Don Ilario Vial na
“natúral de Penco habiendo recibido dos cartas delante de
“varias personas, y sospechando por su sorpresa y movi
“mientos en ocultarlas, que eran de alguno de los rebolucio
“narios de Penco, y como le mirasen ya como adicto á los
“insurgentes, le acusaron al Capitan del Puerto del Callao
“Don Fernando Camuñez quien le mandó comparecer ante
“él, negando el referido Vial haber recibido semejantes car
“tas; y como no se las encontrasen en las faltriqueras, hizo
“comparecer al Portador de ellas, quien declaró ser cierto
                          - 148 –
“haberle entregado dos cartas la una dirigida á un Cape
“llán, y la otra con sobre para Vial que se las entregó en
“Talcahuano Don Juan Pablo Ramirez, Alcabalero; y habien
“do avisado al mismo tiempo que el Guardián de la barraca
“del Palafox tenía una carta para el mismo Vial, hizo se la
“entregasen, como igualmente los pedazos de la que quiso
“ocultar, encontrados en el camino desde donde lo conduxe
“ron; el tenor de las cartas era aconsejandole que influyese
“en el animo de sus compañeros y amigos para que se unie
“sen á la que ellos llaman buena causa, firmadas por Don
“Ramon Freyre uno de los comisionados por la Junta rebo
“lucionaria de Chile para forjar noticias y engañará los in
“cautos. De todo dió Camuñez parte al Virrey quien le dió
“gracias por su celo, mandandole empezase á formar el co
“rrespondiente sumario; en cumplimiento de lo qual tomó
“declaración á siete individuos que todos contestes dixeron
“que Vial era afecto á los revoltosos, enemigos de los Euro
 peos, á quienes llamaba sarracenos, y que mantenía corres
“pondencia con los Insurgentes. En este estado recibió or
“den Superior el Capitan del puerto para entregar á la Au
“diencia la causa, como de delito de infidencia, así lo verificó
“y quando esperaba que la Audiencia le manifestase el apre
“cio debido ásu celo y patriotismo recibió un Oficio de un
“Escribano en que le manifestaba que aquel Tríbunal en
“fuerza de la estrañeza con que había visto el Fiscal del Crí
“men, la apertura de las cartas que no venían dirigidas á él
“le prevenía se abstuviese en lo sucesivo de semejantes exce
“sos, con otras expreciones asperas y comunicandole orde
“nes como si fuese ese el conducto por donde debían preve
“nírsele las resoluciones del Gobierno; de todo lo qual se
“quexó Camniñez, en Oficio posterior haciendole saber que
“para obedecer qualquiera determinación del altoGobierno
                          – 149 –
“debía venir por conducto de sus Gefes con arreglo á la Or
“denanza General.
    “Dios guarde áVuesencia muchos años.—Lima 28 de Ju
“lio de 1812—José Pasqual Vivero”.
    “All Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho de
“Marina”.
    La respuesta á esta interesante comunicación fué la si
guiente:                     -
    Docm. No. 14l “Gobernación de Ultramar.        Por el Mi
“ misterio de la Gobernación de Ultramar de mi interino car
“go se há enterado la Regencia del Reyno de lo que con fe
“ cha de 28 de Julio de 1812 participa Usía por el de Mari
“ na, relativo á la sublevación que una junta de sediciosos
“ de Lima parece tenía proyectada para el día 12 del mismo
“ mes; como también de los      documentos que acompaño, á
“ saber; la Gaceta del Gobierno de la referida Ciudad de 22
“ de Julio de 1812, y una copia del sumario formado contra
“ el Chileno Don Hilario Vial, de conducta sospechosa según
“ se infiere de la correspondencia que se le descubrió con los
“ revolucionarlos del Reyno de Chile.
   “Su Alteza há hecho de todo el uso conveniente, y há vis
“to al mismo tiempo en el pronto aviso de este suceso, da
“ do en cumplimiento de la orden que se le dirigió por el Mi
“nisterio de Marina una prueba de su celo por la buena
“ causa. Lo comunico á Usía de orden de la Regencia para
“ su inteligenoia y satisfacción.
    “Dios &a.—Cadiz. 5 de Febrero de 1813.
    “Señor Comandante del Apostadero del Callao de Lima.
                        – 150 –
                           XII
            LAMIENTos Á LA MONARQUÍA
    Los p triótas, víctimas de su amor á la Independencia ó
del absolutismo de Abascal, dirigieron un memorial al Po
der Legislativo, con fecha 10 de octubre de 1812.
    A Cádiz debió llegar á principios de Marzo del siguiente
año. La Comisión de Memoriales anotó la solicitud, la co
misión de Justicia no quiso resólver el asunto, la comisión
de legislación, en vista de que no remitían documento algu
no que apoyase su narración, careciendo de datos sobre la
investidura de don Pablo Antonio Madarriaga que firmaba
á su ruego, dictaminó en Marzo de 1814:
    “Estarán ya sufriendo la pena que se les impuso y no
“ han vuelto á reclamar; y como ni el remedio de los agra
“ vios que exponen ni las pretensiones que hacen correspon
“ den al poder Legislativo, es de dictámen la comisión, se re
“ mita la representación al Ejecutivo, para que haga de ella
“ el uso conveniente ó resolverá S. M. lo que sea de su agra
“ do”.
    El memorial de que hablamos es el siguiente, de valioso
interés histórico.
    Docm. No. 142 “Sor.—Bernardo Herrera—José Merida—
“ Apolinario Cartagena—Miguel Pradas—José Vargas y Eu
“ sebio Mosquera, vecinos de la Ciudad de Lima en el Perú y
“ presos en su Real Cárcel de Cortes con la más humilde ve
“ neración áV. M. dicen; que en esta Ciudad se ha seguido
“ una causa escandalocísima contra los recurrentes, tres in
“ dividuos prófugos que milagrosamente escaparon de las
“ manos de la tiranía y ocho que por aborto han sido ab
 “ sueltos del calumnioso delito de sublevación proyecta
“ da, de que fueron acusados todos y condenados los
                                     – 151 —
        seis que implorán el soberano amparo de Vuestra Mages
        tad. Un José Planas, borracho de profesión, vil en sus
        costumbres, expulso de varios Regimientos, por sus
        iniquidades, procesado en el Cuerpo de Artillería por
        ladrón y réo actual de un homicidio alevoso que per
        petuó el veinte y cuatro de Septiembre último, fraguó en
        su malvada imaginación, que se prevenía en Lima una
        asonada y, fué á comunicarla en Lima con su Subtenienté
        de Artillería Don Eugenio Perez, también borracho y juga
        dor y convencido de tres puntos, hechos al Subinspector
        de un Cuerpo, á su Teniente Coronel y á Doña Mariana
    4
        Herrera (?). Este le dió asesoría para que en conciencia se
    4
        asociase á los que le indicó conspiradores y fomentase sus
    4
        ideas. Después le proporcionó dos Sargentos de la Briga
    4
        da nombrados Francisco Labruce, el uno, de Nación Fran
    “ cesa, y Ramón Fernandez el otro, ambos de su facción y su
    “ confianza, para que también concurrieran á las Juntas y
      sesiones sobre el tumulto. Es cierto que estos Sargentos
    4
      afirman haber sido enviados por el Subinspector á quien
      daban razón diaria de las ocurrencios, en compañía de
      Planas y Perez; pero ni estos lo declaran, ni aquel Gefe lo
      ha contestado." El Virrey en el oficio que pasó á Don An
      tonio Montero Sargento Mayor de la Plaza, para que for.
      mase la causa, llama delatores á estos cuatro hombres y
      examinados, responden que losfaccionarios se disponían á
      matar al Virey y Gefes militares, tomar los cuarteles, ha
-     cerse de las armas y apoderarse de varias casas de la Ciu.
       fad con auxilio de los negros de las Chacras, ganados por
       medio de sus Caporales ó mandones y de mil cuatrocientos
       hombres con que contaba el Negro Bernardo Herrera, de
     “ oficio peon de Albañil. Exibió Planas un papel llamado
          (?) Quien es esta mujer.
                         – 152 –
“ código, con treinta y tres artículos, de los que el primero y
“ siguientes hasta el cuarto, hablan de que la autoridad re
“side en el Pueblo; que sus representantes son sus Albaceas,
“ tutores y curadores y por la pluralidad se equiparan á la
“ Santísima Trinidad en razon de las tres personas y conti
“ nua con la Inquisición, los Jesuitas, los Toros, Comedias.
“ Entierros, Frailes, Caballerías, armas y escudos, que deben
“ ser Adan y Eva la muerte y la eternidad en geroglificos.
“ A este papel acompañó otro que lo rotuló plan de ataque
“ con iguales desatinos; piezas ambas que se han tenido por
“instrumentos que forman el cuerpo del delito, con el admi
“niculo de las cuatro declaraciones convencidas de falsas en
“ si mismo y tan varias y contradictorias en infinidad de
“ pasages substanciales que su convinación toca en el impo
“sible. Bajo de esta sumaria se continuo el proceso: los
“pretendidos reos, hicieron multitud de citas que no se ab
“ solvieron: tampoco la del Subinspector de Artilleria, como
“yá se dijo y menos las de los Negros de las Chacras, por
“ que el Virey había enviado al Escribano mayor de gobier
“ no á que reconociese algunos y volvio con el mismo desen
“gaño, que un oficial Mucho trigo, que andubo las demas,
“ y los dos hallaron ignorantes á dichos Negros, omitiendo
“ se de intento la diligencia por que nó constase en los autos
“ descubierta la impostura. Solo se absolvieron las citas de
“ dos Sargentos del Tiro, y en el acto resulto prueba de
“ coartada; pero nó por eso salieron de la prisión, ni han de
“jado de parecer como reos hasta la sentencia que los ha
“ declarado inculpables. Lo mismo ha sucedido con otros
“ cuyos nombres aun nó se ven en la sumaria y sin embargo;
“ han sufrido todas las estaciones en prisión. Horroriza re
“ cordar que tantos hombres inicuamente calumniados, ha
“yan sufrido mas de dos meses de infiernillos, con grillos al
“ mayor peso y las ultimas miserias; pero no hay voces que
                              — 153 –
    “ alcancen á ponderar la tiranía con que se ha tenido en una
    “ carcel de la inquisición al Doctor Don Pedro Vasquez,
    “ Presbítero, sin mas merito que una simple indicación del
    “malvado Planas, que dijo se contaba con un Clerigo Abo
    “gado sin mencionar el nombre de este desgraciado Ecle
    “siastico, aunque anunció la calle inmediata á su habita
    “ ción, y solo por esto, se le sorprendió á la salida de la Uni
    “versidad en que acababa de replicar como opuesto á la
    “Catedra de Instituta y se le trasladó como criminal, per
    “ maneciendo preso todavia. Concluída la causa con estos
    “vicios con el de falsedad convencida al Fiscal en una dili
    “gencia que asegura agregar tres reales ordenes que no exis
    “ten, con el de que á los reos hacia cargos que las afirmaba
    “justificados sin estarlo: con el descubierto de no hacen al
    “gunos en las confesiones á varios que tampoco conocían
    “ en el careo los testigos; y con otra multitud de felonías y
    “ absurdos; se empezo á franquer el Procedimiento á los Pa
    “ drinos nno de ellos pidió ante el Virey algunas diligencias
    “ dirigidas á indemnizará su defendido, y bastó esto para
    “ que el Virey hiciese comparecerá todos y les intimase con
    “ aspereza y bajo la pena de perdimento de Empleo, que se
    “ abstuviesen de toda solicitud y esperasen á presentar en
    “ en el consejo sus defensas sencillas, que fué lo mismo que
    “ prevenirles entregasen á los infelices presos y prostituye
    “ sen el cargo que habían jurado. Esta intimación se repe
    “tía diariamente por el Fiscal Montero, al tiempo de entre
-
    “gará cada oficial el Proceso, leyendole el artículo de la or
    “ denanza que trata del defensor. Formose, por fin el conse
     “jo que presidía el Marques del Hoyo, Brigadier, embiado
     “ de aquellos países sin destino, y mientras se estaba viendo
     “ la causa, algunos de los capitanes, decían públicamente en
     “ los Cafés, que nó importaba la injustificación ó la calum
     “nia, porque siempre era preciso ahorcar tres ó cuatro para
     “ dejar al Virey satisfecho y á cubierto. Despues de varios
                          – 154 —
“ días de lectura y examen de los autos, cuando el Pre
“ sidente había dicho admirado en presencia á todos,
“ que se habían formado con mucha ignorancia ó con
“ mucha pasión, sin que ninguno los entendiese todavía,
“ di9 orden el Virey la noche del treinta de Setiembre
“que al día siguiente habían de sentenciarse presisamen
“te y en su cumplimiento, aun hallándose enfermo Don
“Juan Baldes,Capitán que había asistido á las demás se
“siones, quitándose otros de los nueve para que quedase nú
“mero ímpar, se vino á fallar la noche del primero de Octu
“bre. Leída la conclusión fiscal, que confieza todos los vi
“cios, y por ellos, y porque el proyecto más parecía locura
“que un sistema arreglado (palabras literales de esta bár
“bara acusación) dice que no se atreve á pedir la pena de
“muerte, sino en conciencia la de destierro por diez años
“contra los recurrentes, se procedió á la votación y apenas
“se anunció por algunos de los Capitanes que hallaba vicio
“so el Prosezo y no justificado el delito, brincó el Fiscal co
* mo un León, diciendo que como se había de dejar por es
“simple reparo sin castigo á unos pícaros, y siguió aterran
“do de tal modo á los tímidos Capitanes (que veían volado
“su empleo, sino condenaban) que logró acordarlos á todos
“para que firmasen pena contra los que había acusado, y
“aun tuvo el feróz atrevimiento deinsinuar que Pedro Cuen
“ca, cuyo nombre no se ve en la sumaria, estaba prevenido
“dar meses antes, para asesinar al Virrey. En suma vota
“da la causa, con destierro de ocho años, el Fiscal puso diez
“cuando estendió la sentencia, y reconvenido por uno que se
“resistía á firmar con tono imperioso que manifestaba el
“resguardo y prevenciones superiores que lo arrimaban, di
“jo que lo mismo era ocho que diez y así se firmó: Sor. es
, tas particularidades serán improbables, aunque en Lima se
                         – 155 –
“han hecho notorias; pero los demás vicios y maldades es
“tán escritas. Los recurrentes, no quieren á V. M. piadoso
“ó equitativo lo solicitan recto y justiciero. Sus cabezas
“están prontas á pagar el delito, si hay un átomo de justi
“ficación y valor en el Proseso: mas si á los ojos de V. M.
“aparece nulo, inicuo y calumnioso, como lo es en efecto,
“claman por el castigo de sus tiranos. Los que hablan son
“unos infelices menestrales, sin valimento, sin dinero y sin
“ arbitrios algunos, pero son hombres, son españoles fieles y
“reclaman sus derechos en la fuente misma de la Ley y en
“un congreso que se envilesería si aceptase personas. Los
“Autos han pasado al Auditor pero con toda la recomenda
“ción al Virrey y de cuya orden se ha restituído de nuevo á
“los recurrentes á los infiernillos que desocuparon los po
“cos días precisos para la defensa, y el consejo: indicio evi
“dente de la aprobación de esta sentencia sin ejemplar en su
“barbaridad. Saldrán en breve de esta mansión de tor
“mento, á sufrir los del presidio, sin mas culpa que el despo
“tismo á que han sido cruelmente sacrificados. El mal, es
“inevitable por ahora, (lo conocen) mas llevarían consigo
“la firme esperanza de que V. M. se apresuraría á redimir
“los. Sin vista del proceso, no es posible que V. M. les dis
“pense su justicia y protección. El Virrey no se atreverá á
“enviarlo, porque apesar de sus amenazas á los oficiales de
“fensores, ha habido uno ú otro Abogado que por caridad
“se ha encargado del patrocinio de los procesos y han di
“cho con decoro verdades que los otros por guardar la ca
“saca no se han arrojado á pronunciar, y ya el Virrey vé
“descubierta en el mismo proceso la maldad. Para sobre
“ponerse á este inconveniente, no hay otro remedio sino el
“ de que se dé comisión al Teniente General Enestrosa, para
“que recoja los autos y remita testimonios por todas vias
“No hay otro de quien fiarse en Lima, porque los nó píca
                             – 156 –
“ros descubiertos, son tímidos y aduladores de los Minis
“tros solo se conocen por íntegros á Estiuripa, á Eyzagui
“rre, y Villota que todavía no ha dado pruebas de malo:
“pero con el nombre solo de alguno de los dos primeros,
“bastaría para obstinar más al Virrey y que hiciera lo que
“con la pesquiza de órdenes á que no ha dado cumplimien
“to, porque vino nombrado Asesor el Fiscal del Crimen á
“quien aborrece como á todo hombre de bien é integridad.
“Recomendando pues viva y eficazmente que V. M. tome
“los medios yprovidencias más activas, más prontos y más
“adecuados para redimir á los mártires de la arbitrariedad
“que imploran la tensión de la Ley contra la mas injusta
“violencia. Suplican rendidamente á V. M. se sirva man
“dar que se vea en público este clamor de los apremiados;
“ que se delibere por momentos, que se imprima en los dia
“rios,para que el mundo se horrorice dé las vilesas á que es
“tá sujeta la Capital del Perú que con tales quimeras se
“pretenden manchar su incomparable fidelidad y que sobre
“todo haga V. M. justicia que es á lo que aspiran. Lima y
“Octubre diez de mil ochocientos doce. A ruego de los recu
“rrentes y por hallarse en Infiernillos—Pedro Antonio Ma
“darriaga.—Rubricado”.
                              XIII
                 ADHESION       MILICIA NA
    La jerarquía militar era la fuerza sobre que reposaba la
Monarquía. Apenas se tuvo noticia en los círculos militares
de los planes de la conjuración abortada todos los cuerpos
de Ejército deseaban manifestar adhesión al Virrey.
   Así el 13 de Julio la oficialidad del Regimiento de Drago
nes de Carabayllo ofreció servir sin sueldo y dirigió al ("oro
nel el siguiente memorial:             »
    Docm. N. l43 “En las críticas convulsiones de la Patria,
“quando amenazan perfidas asechanzas á la seguridad sa
“grada del Gobierno, y á la pública tranquilidad; quando
“un corto número de seres serviles y degradados intentan
“transtornar el orden, y sacrificar á sus empresas sanguina
“rias las víctimas más respetables, usurpando sus propieda
“des, y difundiendo por todas partes el terror, la desolaeión
“y la anarquía; y finalmente quando los cuerpos de esta pla
“za se emplean dignamente en custodiarla, eludiendo sus
“ideas delirantes y monstruosas; los xefes y oficiales del Re
“gimiento de Dragones de Carabayllo que abaxo firmamos,
“imperturbables en nuestros principios de fidelidad, aman
“tes del público sosiego, y deseosos de emplearnos y sacrificar
“nos en defenza de las legítimas autoridades, y del bien uni
‘versal, ofrecemos poner dentro de tercero día sobre las ar
“mas un Esquadron de nuestro Rejimiento, siempre que lo
“juzgase oportuno el Excmo. Señor Virrey, en el que servire
“mos gratuitamente sin sueldo alguno, el tiempo que consi
“dere necesario dicho Excmo. Xefe, los oficiales que se elijan
“de nosotros para el expresado efecto. Lo participamos á
“US. á fin de que sirviéndose presentar á S. E. esta oferta,
“conozca nuestrós ardientes deseos de hacernos útiles y pro
‘vechosos, y se digne resolver lo que estime más conveniente
“á las públicas necesidades y mejor servicio del Rey.
    “Dios guarde á US. muchos años.—Lima, 13 de Julio de
“1S1 2–José Ignacio Palacios.—Juan Pedro Saldías.—Ma
“nuel de la Puente.—Juan de Berindoaga.—Manuel Lopez
“Díaz–Baltazar de Laya.—Manuel Salazar.—–Luis Serra
“no.—José María Berdugo.—Santiago Rizo.—Patricio Ben
“tura del Castaño.—Mariano Herrera Semanat.—Tomás
“Ortiz de Zevallos.--Francisco de Riobo.—Agustín Durán.—
“Mariano Garate.—Pablo de Echevarría.—Ignacio Cavero
                         – 158 –
“y Salazar.—Juad Francisco Terrones.—José Osorio.—José
“Garro y Elegarreta.—Pedro Cañedo.—JuanJosé Alzamora.
“—Francisco Naranjo.—Santiago Cachoufeyro y Quiroga.—
“Juan Franciseo González—Manuel Palacios.—José Godoy.
“Manuel Jorge Herrera. --José Bravo de Rueda,–José San
“tiago Cachoufeyro.—José Rueda.—Rafael Hijar Mendoza.—
“Domingo Oyague—Isidro Perla.”
   “Al Señor Coronel del Regimiento de Dragones de Ca
“rabayllo, D. Miguel de Oyague y Sarmiento.”
    Con esta representacióu de la oficialidad remitió Oyague
y Sarmiento al Excmo. Virrey la siguiente carta
    Dem. Nº 144. “Excmo. Señor.—Tengo la gloria de elevar
“áVE. la adjunta oferta que hacen los xefes y oficiales del
“Rejimiento de Dragones de Carabayllo de mi cargo, que la
“suscriben, de emplearse sin sueldo alguno en el servicio de
“S. M., siVE. tubiese á bien aquartelar un Esquadrón de
“dicho Cuerpo. Por mi parte, ofrezco igualmente á VE. mi
“persona, celebrando mucho esta ocasión en que la oficiali
“dad de mi Rejimiento demuestra plausiblemente la fideli
“dad patriotismo y desinterés que la caracterizan”.
    “Dios guarde áVE. muchos oños para la tranquilidad
“del Perú.—Lima, 14 de Julio de 1812.—Miguel de Oyague y
“Sarmiento”.
   “Al Excmo. Sr. Virrey del Perú D. José Fernando de
“Abascal”.
   Recibi'das las presentes comunicaciones, el Virrey atento
y cumplido respondió es la siguiente forma:
    Doem. Nº 145 “A nombre de S. M. doy á US. y á los ofi
“ciales del Rejimiento de su cargo, que subscriben la repre
“sentación que me acompañó con su carta de 14 del corrien
“te, las debidas gracias pop el generoso ofrecimiento que ha
                            — 159 –
“cen de sus personas,para que se les emplée en el servicio,
“sin sueldo alguno, que tendré presente en su oportunidad”.
   “Dios guarde á US. muchos años.--Lima, Julio 17 de
“1812—José Abascal".
    “Al Señor Coronel del Rejimiento de Dragones de Cara
“bayllo”. (1)
CONGRATULACION DEL (CABILL)O Y EXHORTACION
                         DE LA GACETA
    No sabemos si el poder eclesiástico hizo representación
al Virrey por la manera como pudo esquivar el golpe que se
le preparaba, pero los documentos adjuntos si acreditan, que
la Ilustre Corporación municipal hizo presente su dolorpor
la conjuración y rindió su respetuosa congratulación por la
manera feliz como se había resuelto para el Virrey.
    El Ayuntamiento dirigió al Excmo. Virrey el siguiente
oficio:
    Docm. N. 146. “Excmo.Señor.—Cuantas expresiones
“pudiese producir este Cabildo para manifestar su dolor é
“interés en el presente suceso que ocupa la atención de VE.,
“su infatigable celo, sus activas providencias para mantener
“á éste público en su constante tranquilidad, y libertarlo de
“las fatalidades que le prepara una chusma de hombres or
“dinarios, perversos y de la más baja plebe, no se consideran
   (1) Vide “Gaceta’ 12 de Agosto de 1812 N. 62,
                              – 160 –
“bastantes para manifestarlo en toda su intensidad y exten
“sión. Provocado hoy en en Congreso de ordenanza, por un
“enérgico discurso de su Presidente (1) el Sr. Alcalde ordi
“nario Marqués de Torre Tagle, que ha sido adoptado con
“cuanta complacencia es imaginable, se dirige hoy á la su
“perioridad de VE., ya rindiéndole las gracias como á defen
“sor de la Patria por sus desvelos, por su incesante cuidado,
“por la oportunidad y acierto de las medidas que se ha ser
“vido tomar; ya ofreciendo las facultades del cuerpo y de su
“individuo, paro que VE. use de ellas como tenga por conve
“niente, empleando las personas en los destinos que mejor le
“parezca, ya acompañando la de VE., donde y como quiera,
“para su seguridad y conservación, que es el asunto de la
“importancia de esta Capital. No era necesaria esta repre
“sentación para que VE. estubiere poseído de todo lo que
“comprehende; pero quizá no estaría demás en orden al con
“cepto público, y con respecto á que esta fidelísima capital
“representada en su cabildo cuente con que el cuerpo que lle
“lleva su vozypersonería, no pierde ocasión de practicar
“los oficios que le corresponde, y son propios de las circuns
“tancias que ocurren. En las actuales ha expuesto lo que le
“parece propio del caso, y enteramente se remite á las supe
“riores órdenes y deliberaciones de VE.—Dios guarde á VE.
“muchos años—Sala capitular de Lima yJulio 14 de 1812.
“Excmo. Señor.–El Marqués de Torre Tagle.—Andrés Sala
“zar.—Tomás de Vallejo.—Francisco Arias de Saavedra"—
“Dr. José Valentín Huydobro—Joaquín Manuel Cobo.—El
“Conde de Villar de Fuente.
    “Al Excmo, Señor D. José Fernando de Abascal, Virrey
“de estos reynos”.
   (1) En los libros del Cabild» no se habla de este discurso.
                             — 161 —
    Cinco días después el Virrey respondió al Ayuntamiento
del siguiente modo:
    Docm. N. 147. “Excmo Señor.–El contenido de oficio
“de VE. de 14 del corriente sobre disposiciones que he toma
“do pº la seguridad de este fiel vecindario, me ratifica más y
“más en él firme concepto que, sus constantes demostracio
“nes por el bien público, me han hecho formar de su acendra
“da lealtad; y el interés que manifiesta acia mi persona, me
“impone una nueva obligación de redoblar mis esfuerzos en
“cuanto conduzca al bien del estado, servicio particular de
“ese Excmo. cuerpo, y al de su actual digno presidente Sr.
“Marqués de Torre Tagle; asegurándole que las providen
“cias de estos días han sido con el principal objeto de aquie
“tar el ánimo de varios otros individos penetrados de igua
“les sentimientos, á que estoy tan reconocido que solo an
“sío ocasiones de poderles corresponder: debiendo VE. que
“dar persuadido que si antes contaba con las facultades de
“ese Ayuntamiento y sus ilustres miembros, lo haré en ade
“lante con mayor motivo.—Dios guarde á VE. muchos años
“—Lima, Julio 19 de 1812—José Abascal.—Al Excmo. Ayun
“tamiento de esta capital”.
    “Por recibido, archívese é imprímase en la Gaceta.—Li
“ma y Julio 21 de 1812—Seis rúbricas.—Proveído y rubrica
“do por los SS. del Excmo. Cabildo Justicia y rejimiento de
“esta Ciudad, estando haciendo audiencia pública en la sala
“de su Ayuntamiento en el día de su fecha.—Ante mi—José
“Maria de la Rosa.”
    Por lo demás esto era un cumplido del Cabildo limeño,
quien sabía perfectamente la situación por la que atrave
zaba la causa de la Monarquía en los dominios americanos.
El mismo Cabildo en 14 de Julio recibió un oficio del Cabildo
de Montevideo que exhausto de fondos solicitaba auxilio pa
ra sostener la causa real que desesperaba de recursos. (1)
   (1) Libro de Cabildos ms. fol. 11 º
                          – 162 –
    Por último la Gaceta rompió con su acostumbrado for
mulismo oficial, y apenas se dieron á conocer los oficios del
Virrey agradeciendo los servicios que se le ofrecían en seme
jante situación, dió un número extraordinario el 21 de Julio
únicamente para decir
    Docm. N. 148. “¿Hasta cuando abusarás de nuestra
“paciencia Catilina?, dixo Cicerón en el lance de aquel revo
“lucionario. Lo mismo tenemos derecho de decir á los insur.
“gentes de todos los puntos de nuestra América. La lástima
“es que ni las derrotas que padecen por el fruto de sus viles
“intenciones, ni la pérdida de sus sangres y de sus vidas, ni
“la fatalidad con que batallan consiguiente á su indisciplina
“y á la perversidad de su causa, nada los escarmienta, antes
“parece que tanto mas se encarnizan cuanto mas rebeses
‘sufren.
    “Pueblos juiciosos y tranquilos: ved los horrores y ex
“terminio á que conduce el fanatismo. No os dexeis seducir
“por promesasfantásticasy proyectos quiméricos. Las ar
“mas del rey triunfarán en todas partes como que tienen la
“bendición del cielo, excelentes generales, buena oficialidad y
“soldados valerosos y acostumbrados á vencer.”
    Hermoso suelto de literatura periodística en el que lo que
se escribió como censura es hoy el más brillante elogio que
pudo escribirse sobre los patriotas: ni las derrotas que pa
decen, ni la pérdida de sus sangres y de sus vidas, ni la fata
idad con que batallan consiguiente á su indisciplina, nada
los escarmienta y tanto mas se encarnizan cuanto más reve
ses sufren.
                             — 163 –
                          JOSÉ MÉRIDA
        Vecino de Lima, José Mérida era un patriota separa
    tista, de carácter inquieto. Se presentó por primera vez re
    suelto á trabajar por la emancipación en 1812.
        Colocado en la cárcel públiea como queda referido, fué
    sentenciado á destierro por seis años á la ciudad de Hua
    manga y habiendo logrado que no tuviera efecto la senten
    cia, salió indultado en abril de 1813.
         Al año siguiente, cuando se organizaba la formidable re
     volución de Pumacahuá, púsose á conspirar en Lima con
     don Francisco de Paula Quiroz y Matías Várgas de Acuña
     Conde de la Vega del Ren y otros espíritus ardorosos. El
     movimiento fué delatado, y José Mérida que pretendió vin
    •dicarse fué obligado por el Virrey á que cumpliese la pena
•   que se le había impuesto en 1812: En consecuencia debía
    sertrasladado á Huamanga, pero los alborotos ocurridos
    en esa provincia no permitieron que residiese en ella y se le
    permutó la sentencia á la ciudad de Trujillo; pero las auto
    ridades se opusieron á recibirlo, temerosas de que la presen
    cia del insurgente alterase el sosiego que hasta entonces ha
    bía disfrutado. Calculando el Virrey que para los ideales
    de Mérida era igual cualquiera otro lugar de América lo re
    mitió á España bajo partida de registro, á disposición del
    Juez de Arribadas de Cádiz, para que allí cumpliera los seis
    años de destierro,
        Llegado á Cádiz, el Juez de Arribadas, decretó su encie
    rro, y llevado el asunto al Fiscal, éste magistrado en 20 de
    abril de 1816—los años habían trascurrido tristes para es
    te buen patriota-respondió extrañándose de que se hubie
    se remitido á Mérida, sin el testimonio de la condena. Ad
    vertía en su dictamen que debía prevenirse al Virrey del Pe
    rú que bajo ningún motivo ni pretexto dojase de acompa
                         — 164 –
ñar con los reos que remitiese á la Península los testimo
nios de sus causas si estaban aún sin concluir ó de las sen
tencias que hubieren recaído en ellos, conforme estaba man
dado por las Leyes Municipales (61, tit. 3º lib. 3º de la Re
copilación de Indias) “en inteligencia que de lo contrario se
miraná esta falta como voluntaria y grave infracción”.
    Esta censura á Abascal ya se había hecho en otras oca
siones, obteniendo respuestas amargas de este funcionario
que manifestaba que sólo con amplio y absolutos poderes
podría seguir sosteniendo el poder de la monarquía en el vi
rreinato del Perú.
   Extrañeza también, causaba al Fiscal, el apresurado
proceder del Juez de Arribadas para encarcelar á Mérida, y
por eso fué su opinión que se previniera á dicho funcionario
que siempre que se le remitieran de los Reinos de Indias réos
confinados á España, procurarse arreglarse exáctamente á
lo quc resultarede las sentencias ó de las mismas causas, y
dispusiese su traslado inmediato á una de las ciudades,vi
llas, ó lugares del interior del reino que les señale, distante
por lo menos veinte leguas de la Corte y sitios Reales. Re
lativo á Mérida fué de opinión el Fiscal qu se le sacase de la
cárcel pública donde se le había encerrado y que se le tras
ladase al pueblo que elijiese para su residencia y sin que se
hiciese la menor molestia á su persona
    El consejo formado por:
    Don Francisco Requena,
    Don Francisco Javier de la Vega,
    Don Joaquín de Mosquera,
    Don Francisco Ibayez Leyva,
    Don Manuel María Junco,
    El Marquéz de Sobremonte,
    Don Mariano González de Merchante, resolvió de acuer
do con el Fiscal en 4 de mayo de 1816.
                         – 165 -
    Los documentos siguientes justifican esta relación, ellos
encierran cuanto sabemos de José Mérida en un lapso de
tiempo que comprende de 1812 á 1816.
   Docm. No. 149. “Señor: De orden de Vuestra Mages
“tad pasó al Consejo Don Pedro Cevallos en 28 de Marzo úl
- “timo, una carta del 5 del mismo, del Juez de Arribadas de
“Cadiz, en que dá cuenta de la llegada á aquel Puerto en
“partida de registro de Don José Merida remitido por el Vi
“rrey del Perú, y de haberle puesto en la cárcel pública de
“aquella Ciudad hasta la resolución de Vuestra Magestad;
“á fin de que cste tribunal consulte su parecer relativamen
“te á las órdenes que convendría comunicar á dicho Juez de
“Arribadas y demás que estime.
    “Este en su citada carta inserta la del Virrey, de 1º de
“agosto de 1815, de la qual aparece que Merida intervino
“en el proyecto de conspiración que meditaron varios fac
“ ciosos en la Ciudad de Lima en el año de 1812 y de sus re
“sultados tué desterrado por seis años á la Ciudad de Gua
“manga; cuya condena no tuvo efecto por omisión ó des
“cuido;y como en este intermedio hubiese sido sindicado
“nuevamente de cómplice en otra igual tentativa que se fra
“guó en el año siguiente de 1814 aunque se vindicó en al
“gún modo de este último cargo, tuvo por conveniente el
“Virrey separarle de dicha Ciudad de Lima, y obligarle á
“que sufriera su anterior sentencia; pero como según ella
“debía ser trasladado á Guamanga, y los alborotos ocurri
“ dos posteriormente en esta Provincia no permitiesen resi
“diese en ella un réo de esta clase arbitró el medio de   per
“mutarle el destierro á la Ciudad de Truxillo, y por haberse
“ opuesto esta á recibirle temerosa de que alterase el sosiego
“que hasta allí había disfrutado cuyo recelo era igual en
“qualquiera otro lugar de la América á que se le destinase,
“ dispuso remitirle á España, bajo partida de registro á dis
                            – 166 –
“posición del Juez de Arribadas de Cadiz para que se le hi
“ciese cumplir en esta plaza los seis años de destierro.
    “El Consejo en su inteligencia y de lo que expone el Fis
“cal en su adjunta respuesta de 20 de Abril último sobre
“haber remitido el Virrey á Merida sin el testimonio de su
“condena, y acerca de haberle puesto en la cárcel pública el
“Juez de Arribadas, conformándose con el dictamen de di
“cho Ministro: es de parecer debe prevenirse al expresado
“Virrey del Perú, que con ningún motivo ni pretexto deje de
“acompañar con los reos que remita á la Península, los co
“rrespondientestestimonios de sus causas,si estuviesen aun
“sin concluír, ó de las sentencias que legalmente hubiesen
“ recaído en ellas conforme está mandado por las Leyes Mu
“nicipales expecialmente por la 61 título 3º libro 3º de la
“ recopilada de Indias, en inteligencia que de lo contrario se
“mirará esta falta como una voluntaria y grave infracción
“ de ellas: que igualmente se prevenga al Juez de arribadas
“que siempre que se le remitan de los Reynos de Indias reos
“confinados á estos procure arreglarse exactamente á lo re
“sultante de los testimonios de las causas ó sentencias, con
“ que se acompañen para adoptar el modo conveniente de
“tratarlos, y disponga inmediatamente su traslado á una
“ de las Ciudades, Villas, ó Lugares de lo interior del Reyno
“que les señale, y disten por lo menos veinte leguas de la
“Corte y sitios Reales, haciéndoles entender que no salgan
“de ellas aun después de concluído el tiempo de su confina
“ción sin expresa licencia del Consejo pena de cumplirlo do
“blado,y dando los avisos convenientes antes, así á las
“Justicias de los Pueblos, á donde los destinare, con encar
“go de que estén á la vista de su cumplimiento, celen su con
“ducta, y le den cuenta de qualquiera novedad, eomo á este
“Supremo tribunal para su debida inteligencia. Y por lo
“ respectivo á Don José Merida que inmediatamente le ex
                              – 167 –
“traiga de la cárcel pública y disponga se traslade sin dila
“ción al Pueblo donde este réo elija para su residencia con
“tal que diste las veinte leguas de la Costa, bajo las precau
“ciones que le parecieren sin molestia de su persona, y dan
“do cuenta de su resultado para noticia del Consejo.
   “Vuestra Magestad resolverá lo que fuere mas de su
“Real agrado. Madrid 4 de Mayo de 1816–Hay siete rú
“bricas”. (1)
    “Excelentísimo Señor.—Enterado el Rey nuestro Se
“ñor por una carta del Presidente Juez de Arribadas de
“Cadiz de haber llegado á aquel Puerto Don Josef Me
  rida, remitido en partida de rexistro por disposición
“ de Vuesencia sin causa ni testimonio de su condena y di
“ciendo solo que venía á cumplir la de seis años de destie
“rro que le estaba impuesta; ha resuelto Su Magestad, que
“con ningún motivo ni pretexto deje Vuesencia de acompa
“ñar con los reos que remita á la península los correspon
“dientes testimonios de sus causas, si estubiesen aun sin
“concluir ó de las sentencias que legalmente hubiesen recaí
“do en ellas, conforme está mandado por las Leyes munici
“pales especialmente por la 61 título 3º libro 3º de las Reco
“piladas de Indias; en inteligencia que de lo contrario no
“podrá menos Su Magestad de mirar esta falta como una
“voluntaria y grave infracción de ellas. Participo á Vue
“sencia de su Real Orden para su inteligencia y cumplimien
“to. Dios guarde áUS–Madrid 20 de Mayo de 1816—Se
“ñor Virrey del Perú”.
    (1) Este documento corría en la copia del expediente que se encontra
ba en la Real Audiencia de Lima. Las rúbricas corresponden á Requena,
de la Vega, Mosquera, Leyba, Junco, de Merchante y el Marqués de Sobre
monte.
                          — 168 –
EL    REDACTOR DE        a EL PERUANO y
                                  EN LA METROPOLI
     Llegado á Cádiz el redactor de «El Peruano», solicitó
que se le concediera permiso para desembarcar bajo la con
dición de estará derecho en el juicio que habría de seguírse
le, ofreciendo á mayor abundamiento la fianza de don Ber
nabé Antonio de Elías, persona ventajosamente conocida.
   Entiéndase que solo como datos ilustrativos extende
mos aquí el presente capítulo que no tiene relación con el
objeto principal de estas páginas, pues durante la navega
ción habían trascurrido meses,y pasando del marco del año
que aquí estudiamos, llegamos á20 de Febrero de 1813 fe
cha en que arribó á Cadiz la fragata que conducía á nuestro
personaje.                               -          •,
    El Juez de 1º instancia de esa Plaza don Diego de la Pe
ña recibió la solicitud de Gaspar Rico junto con el testimo
nio de la denuncia de «El Peruano». No ha sido posible
averiguar la resolución del Juez, pero si ha sido dable hallar
el siguiente documento:
     Docm. No. 15O. “Cadiz 12 de Marzo de 1813.
     “El Juez de primera instancia de esta plaza Don Diego
“de la Peña á consecuencia de la orden que se le comunicó
“en virtud de la resolución que antecede dice: que ha dis
“puesto se traslade Don Gaspar Rico á casa de Don Bermar
“do Antonio Elías bajo solemne responsabilidad de este:
“que habiendo notificado á aquel la segunda censura dada
“á su periódico por la Junta Provincial de Lima, manifestó
“ ocurriría á la Suprema, con cuyo motivo había mandado
“sacar el correspondiente testimonio para darle la debida
“ dirección.
   ,, Que en quanto al otro extremo relativo á las causas
“que obligaron á enviar á Rico á la Península observaba
                            - 169 –
“que el Virrey en su providencia de 26 de Junio de 1812
“ ofreció remitir testimonio de los autos cbrados sobre el
“particular (1): que podía conceptuarse fuese dicho testi
“monio el que se ha recibido, pero que no adequia los térmi
“nos de la promesa referida, ó al menos puede dudarse sea
“suficiente para fundar cargos contra Rico, consistiendo to
“do en noticias privadas que el Virrey manifestaba tener:
“que es muy regular que en su carta misión aclare el con
“cepto de si debe ó nó esperarse algún otro testimonio, cu
“ya noticia, dice, es muy interesante para las providencias
“que deben tomarse y que reclama yá Rico.
    “Y concluye pidiendo se le remita copia de la carta del
“Virrey á lo menos en lo relativo á este particular si hubie
“re algún inconveniente en que sea integra etc.”
    En 2 de Junio, el propio Don Gaspar Rico hizo represen
tación á S. M. haciéndole presente que:
    Doem. No. 151. “El Juez de 1º Instancia de esta Pla
“za Don Diego de la Peña en vista de los autos fraguados
“por el Virrey de Lima ha dictado con la misma fecha la
“providencia siguiente:............ “mediante á que los testi
“monios remitidos por el Excelentísimo Señor Virrey del
“Perú, y lo actuado aquí en se consecuencia, no producen
“ competente justificación con arreglo á la constitución po
“lítica de la Monarquía para formar cargos á don Gaspar
“Rico de Angulo, ni para prolongarle la detención carcelera
“en que está: sobresease por ahora en los procedimientos,
“y álcese esta, con cancelación de la fianza otorgada en su
“razón por Don Bernabé Antonio de Elías, poniéndose la
“nota correspondiedte al margen de su original: lo qual se
“entienda y execute siempre que se substituya otra fianza
“que responda de su permanencia en Cadizá disposieión de
“ este Juzgado hasta que otra cosa se mande. Líbrese des
   (1) Docm, No, 41 (Guerra Separatista).
                         – 170 –
“pacho requisitorio al dicho Excelentísimo Señor Virrey
“con la oportuna auxiliatoria del Gobierno, que se implora
“rá á su tiempo, para que se sirva comunicar á esteJuzga
“do, conjustificación, qualquiera resultas que el proceso
“formado contra los facciosos en la conspiración avisada al
“Gobierno, arroje respecto del expresado Don Gaspar Rico;
“ ósea testimonio de no aparecer cooperación de     su parte
“en semejante proyecto; remitiendo dicho documento tri
“plicado por las primeras vías que se presenten; y fecho el
“ expresado requisitorio, el presente Escribano lo pasará á
“ su merced con copia testimoniada de esta providencia, pa
“ra dirigirla por el conductöcorrespondiente á noticia de
“Su Alteza Serenísima á los efectos indicados y demás que
“ haya lugar.
    “Mi justicia, mi inocencia, mi honor y mi fuero apare
“cen insultados por esta providencia con la insolencia más
“ erguida que puede intentarse al frente de Vuestra Alteza. "
   “Y por ello solicito que los autos de mi violenta expa
“triación de Lima se manden pasará tribunal lexítimo, en
“ donde se me oyga conforme á derecho sirviendo esta de
“ suficiente reclamación de la providencia del citado Juez.”
    La resolución que recayó en esta representación fué la
siguiente:
   “Cadiz 9 de Junio de 1813.
    “Use de su derecho en el Juzgado que ha dado la provi
“ dencia de que se quexa.”
                                                                 --
    Do m. No. 152. “El mismo Rico en otra representación
“sin fecha dice: que por orden de la anterior Regencia pare
“ce se dispuso subordinarle áJuez de primera instancia de
“ esta Plaza Don Diego de la Peña, causándole un perjuicio
“ enorme, y quebrantando las Leyes rituales de los juicios, ha
“ biendo resultado de esto que haya sido acometido con pro
“videncias mulas, injustas ó gravosas,sentenciándolo sin ha
                              – 171 –
    “berse citado ni oydo, declarándole inocente ytratándole
    “como reo á un mismo tiempo; cuyos desórdenes pueden en
    “mendarse facilmente privando á Peña de la autoridad, en
    “cargo, ó comisión que no debió conferírsele.
        “Que fué remitido á esta Plaza baxo partida de rexistro
    “á virtud de varias actnaciones practicadas por el Virrey y
    “Acuerdo de Lima, sin que en ellas se le hiciesen cargos ni
    “oyesen sus defensas sin embargo de haberlo solicitado, ha
    “ciéndole pasar por espacio de trece meses baxo el concepto
    “de criminal,ignorando todavía el motivo de tales procedi
    “mientos, ápesar de que con arreglo á la constitución al tra
    “tado como reo se debe manifestar dentro de las 24 horas la
    “causa de su prisión, y el nombre de su acusador si lo hu
    “biese.
        “Que habiendose formado la causa por el Virrey y el Acuer
    “do antes de la publicación de la Constitución es evidente que
    “aquella y el réo habrían pasado al suprimido Concejo de In
    “dias si hubiese existido quando llegaron á la Península: y
    “que estando mandado por el Tribunal Supremo de Justicia
    “admita los recursos de los negocios principiados en las Chan
    “cillerías y Audiencias antes de que pudiese obrar sus efectos
    “la Constitución, se ha quebrantado la ley en el hecho de au
    “torizará Peña para que continuase lo que principió el Virrey
    “con la Audiencia: por todo lo qual solicita se mande pasar
    “la causa al referido Supremo Tribunal, para que proceda con
    “arreglo á la Constitución y á las leyes contra quien fuere réo
-   “de delito ó tropelía.
        “El propio interesado en representación de 28 de Agosto
    “último despues de recordar la arbitrariedad con que se le re
    “mitió á la Península dice: que el Juez de primera instancia
    “Don Diego de la Peña declaró en provideacia de 2 de Junio
    “de este año, que los autos remitidos por el Virrey y lo actua
    “do aquí en su consecuencia, no producían competente justi
                         – 172 –
“ficación para formar cargos á Don Gaspar Rico; mandando
“al mismo tiempo retener la causa en suJuzgado, y que aquel
“permaneciese en Cadiz baxo fianza hasta que otra cosa se
“mande. Que conociendo el vicio y tendencia de esta provi
“dencia arbitraria acudió á Vuestra Alteza pidiendo se inhi
“biese del citado Juzgado; pero que entre considerar fundada
“ó infundada, competente ó incompetente la acción y el juz
“gado se ha dilatado la resolución que dice hallarse pendien
“te (la instancia de que habla está resuelta desde 9 de Junio
“último) y el Juez ha dictado autos con el caracter de defini
“tivos sin su citación armando una algarabía que los hicie
“se sonar consentidos para coonestar su injusticia. Que ape
“ló ad cautelam (no dice de que providencia) mjentras Vues
“tra Alteza determinaba el recurso, y que habiéndose decla
“rado no haber lugará la apelación en el efecto suspensivo,
le ha pedido por necesidad declare la apelación admitida en
“el efecto debolutivo para usar de ella si le conviniere.
     “Que en este estado se considera libre y acredorá la re
“paración de los perjuicios que se le han causado, los que de
“mandara ó no demandara; pero que no puede prescindir
“de restituirse á Lima á contener los desastres que padece
“en sus quantiosos negocios é intereses; pues aunque tubiese
“que responder de cosas que nadie le demanda ni acusa de
“bería hacerlo en aquella Capital y ante sus Autoridades;
“concluyendo con la pretensión de que se le permita regre
“sarse á Lima á cuyo fin se espida la competente orden. Dí
“gase al Juez que Su Alteza no puede resolver acerca de la
“última solicitud que hace Rico, la qual se le pasará, por ha
“ber decidido judicialmente que permanezca en esta ciudad;
“porque en vista de las razones que expone y entre otras la
“principal de que Lima debería ser el lugar donde respondie
“se á qualquiera cosa que se pidiere, le administrase pronta
“y cumplida justicia. En quanto áia otra solicitud que ha
                         – 173 –
“hecho Rico sin fecha, use de su derecho donde le parezca.—
“Sentado al folio 170—Fecho en 10 de Setiembre de 1813”.
    Doem. N. 153 “Cadiz 11 de Septiembre de 1813.—El Juez
“de 1º instancia Don Diego de la Peña y Santander remite
“testimonio de la providencia que dictó en la causa de Don
“Gaspar Rico, y habiendo mandado entre otras cosas librar
“cierto despacho requisitorio al Virrey de Lima para que
“conjustificación comunique á su Juzgado si el citado Rico
“resultó ó nó cómplice en el proyecto de conspiración que
“avisó al Gobierno; pide se le remita la oportuna orden
“anxiliatoria á fin de acompañarla al expresado requisito
“rio—Acuda donde toca.—Rexistrado en 9 de Mayo de 1814”.
   Documento interesante es el siguiente por el que sabe
mos lo que don José de Abascal pensaba de la resolución, to
mada en España sobre este asunto.                     -
   Docm. N. 154. “Lima 31 de Julio de 1813–El Virrey en
“contestación á la orden que se le comunicó con fecha de pri
“mero de Marzo del mismo año para que alzase la suspen
“sión de la impresión del periódico titulado El Peruano, y
“que hiciera se devolviesen los exenplares corrientes que se
“hubiesen recogido, arreglandose á las ordenes que le esta
“ban comunicadas sobre la materia dice: que el primer ex
“tremo estaba verificado desde poco tiempo despues de la
“providencia de suspensión, sostituyendo á aquel papel sedi
“cioso otro llamado el verdadero Peruano, que publica una
“sociedad de literatos, en el que se hace conocer al Pueblo
“sus lexitimos derechos, el respeto que se debe á las leyes, y
“se le instruye en otros ramos de utilidad pública; y que el
“segundo es impracticable porque ocultan los exemplares
                         – 174 –
“que no han vendido y solo entregan uno ú otro como últi
“mo residuo, sin que hiciese memoria de que se hubiese reco
“gido alguno, ni menos lo conservara.
     “Dice tambien con este motivo que el estado de insurre c
“ción en que puso dicho papel á varias Provincias de aquel
“ Virreynato, el general descontento que manifestaban los
“fieles Españoles Americanos y Europeos, y la absoluta de
“presión de las Autoridades insultadas por el orgulloso Ri
“co, le obligaron á dictar, con informe de la Junta de Censu
“ra y voto consultivo del Acuerdo, la suspensión del citado
“periódico, como la única providencia capaz de salvar Ia
“Patria del fatal golpe que la amagaba: que el Robespierre,
“el Diccionario crítico burlesco y el Duende prohividos por el
“Gobierno no podían causar en la Península el daño que el
“Peruano en aquellos Dominios, ni encontrarse en ella un
“hombre mas dispuesto que Rico para trastornar el orden
“social, á quien se le veía pasear las calles de Lima ápie y á
“caballo, cargado de armas de fuego, figurandose ser un tri
“buno del Pueblo, tal vez con la loca esperanza de hacerse
“dictador: que no sabe como combinar la citada orden de 1º
“de Morzo con la que se le comunicó en 16 de Enero de 812,
“ratificada en otra de 6 de Noviembre del mismo año (Las
“minutas de estas ordenes están en el espediente). Y por úl
“timo recuerda lo que anteriormente tiene manifestado so
“bre el estado político de aquellos Países asegurando, que
“qualquiera medida que se tone en desaire de aquel Gobier
“no por ligera que sea puede ocasionar una ruina total é         -
“irreparable en América, quedando entonces el Virrey libre
“de toda responsabilidad, por haber anunciado oportuna
“mente tan ominosas resultas.”
   Poco tiempo después regresó á Lima, el redactor de «El
Peruano» y fué Director General de la Real Lotería de la
América Meridional, redactor del «Depositario» y Ministro
                              - 175 –
honorario de las Cajas Generales del Ejército y Real Hacien
da del Reino del Perú.
                                  XV
                      EUSEBIO MOSQUERA
    Otra de las víctimas de la conjuración fué el patriota cu
yo nombre encabeza estas líneas.
    En la Real Cárcel de Corte estuvo encerrado primero,y
luego fue condenado á dos años de destierro.
   Sin embargo la sentencia fué, primitivamente,á diez años
y no conocemos la manera como se le disminuyó después.
    Víctima del delator José Planas en esta conspiración
desgraciada lo fué asimismo del traidor Jacinto Larrey en
ía urdida en 1818.
    Ambas conjuraciones tenían el mismo fin, pues el proyec
to principal era apoderarse del Virrey, contando para esto
con gente de las haciendas vecinas. La preparada para el 21
de Julio de 1818 tuvo mayores proyecciones que la de 1812
y lo fundamental en aquella era la toma de la soberbia for
taleza del Callao y de los cuarteles de lo Capital.
    El santiaguino Jacinto Larrey denunció este movimien
to en el cual debió tomar parte, y toda la hiel de su bajo es
píritu se ensañó contra el maestro botonero Eusebio Mos
quera que fué quien más á menudo conversaba con él sobre
este asunto. (1)
    Comisionado el temible capitán Juan Viscarra para veri
ficar la captura de Mosquera veamos como se verificó según
lo relata el distinguido autor del «Real Felipe».
    (1) En el segundo tomo de El Real Felipe del Dr.'Aníbal Galves, págs.36
y 40, se le llama equivocadamente Eugenio y en las páginas siguientes Euse
bio. Nosotros incurrimos también en error al creer que eran dos personas
 sintas, en nuestra publicación. La Rebelion de Huánuco pág. 51.
                                 – 176 –
    Eugenio (Eusebio) Mosquera, el botonero, que tenía su
tienda en el portal frontero del palacio colonial, recibió una
desagradable visita: la del capitan Viscarra.
    —Pase usted á mi casa que necesito tratar un asunto,
dijo el oficial.
    —Al instante mi capitán, contestó Mosquera.
    Cuando el botonero se presentó en el domicilo de Vizca
rra, este se limitó á ordenar su conducción á la cárcel de
Corte.
    lon Eugenio (Eusebio) Mosquera había sido compren
dido en el enjuiciamiento iniciado en 1812 por delito de infi
dencia, y entonces fué condenado á dos años de destierro.
    Esta circunstancia lo hacía sospechoso á los ojos de la
justicia española, pero en esta nueva ocasión faltó la prueba
nccesaria para condenarle y el consejo de guerra, calificando
de débiles los indicios que contra él resultaron, dió por cum
plida cualquiera pena que hubiera merecido con la carceleria
que sufrió. (1)
    Jacinto Larrey era el nombre de un individuo capturado
por delito de robo y salteamiento y compró su libertad con
la delación más inicua.
   Oigamos el mismo lenguaje de Larrey en su infame de
nuncia: (2)
    “Mosquera, ahora un año, le habló de la pasada insu
rrección y de las causas que la malograron, asi como de que
se salvó del presidio graciás á su habilidad y pluma......   Pe
ro no todo se había perdido, pues en una casa abajo del
puentey en una caja muy grande se guardaban los fusiles
acopiados para la anterior sublevación. A él (á Larrey) le
aconsejó en varias ocasiones que no se moviese de la ciudad
y en caso de ser perseguido se retirase á Cañete, dándole
   (1) El Reál Felipe pág. 40.
   (2) Obra citada pag. 6).
                             — 177 —
aviso, para comunicarle todas las noticias. Solo se espera
ba asegurar los puertos de Chile para dar el golpe aquí. Más
todavía, cuando se hallaba preso, antes de su última fuga,
recibió recado de Mosquera, diciéndole no saliera ni hiciera
movimiento alguno porque en breve estarian todos en la
calle».
    El Fiscal dictaminó, en 20 de agosto, nombrando á don
Martin Tello, teniente de la 3° compañía de Cazadores del
Regimiento de Infantería “Real Infante Don Carlos” para
que procediese al secuestro y embargo de los bienes muebles
semovientes y raíces de los procesados. Fué habilidad de
Mosquera, designar como su defensor, al mismo teniente
Martín Tello.
    Tal vez á esto, á pesar de las perentorias acusaciones de
Larrey, que habrían bastado para condenará otro, se debió
que el fiscal Lanao, calificase de encubridor “de indicios de
complicidad” la falta de Mosquera salvandose así de la ho
rrible sentencia recaída sobre los mártires de la Patria en esa
jornada: José Gomez, José Casimiro Espejo y Nicolás Alcá.
zar, etc.
    Asimismo—dice el Fiscal—“Eusebio Mosquera aunque
fué penado con dos años de destierro, según el auto de
fs. 160, cuaderno 1º, por la complicidad que se le justificó
en la causa de infidencia. actuada el añopasado de 1812, á
mérito de la denuncia que hizo donJosé Planas, es de menos
influencia, porque, cumplida la condena, no es de tenerse por
cierta la reiteración por el desnudo testimonio de Jacinto
Larrey.” (1)
    El infeliz botonero, Eusebio Mosquera, se vió pues libre
de mayor pena contentándose sus jueces con aplicarle pena
pecuniaria, y se le compurgaron los delitos con la carcelería
   (1) Obra cit. pág. 193.
                              – 178 —
sufrida, encargándose al Alcalde del barrio, de que dependía,
y á los jefes militares, estuviesen á la mira de su conducta y
operaciones. La pascua de 1818 pudo pasarla don Eusebio
Mosquera en su tienda del Portal, triste y pesaroso, al ver
fracazados por segunda vez los planes de un levontamiento
en Lima.
                                  XVI
                     EL CABILDO DE LIMA
    Después del oficio al Virrey dando gracias por sus sabias
providencias á las que se debía la quietud de la Capital, y
reiterando una vez más el ofrecimiento de sus personas para
sostener á la Monarquía, el Ayuntamiento recibió con satis
facción la respuesta, en que Abascal elogiaba el celo del A
yuntamientoy se manifestaba satisfecho de sus servicios.
    Las armas reales necesitaban firme apoyo y elementos de
guerra para contrarestar la oposición tenáz de losindepen
dientes. El 28 de Julio. recibió el Cabildo un oficio del
Excmo. Sr. Gaspar de Vigodet, pidiendo auxilio de numera
rio para la guerra con Buenos Aires y remitía á su secreta
rio el Capitán Juan Bautista Estellén para que diese cuenta
verbal del difícil trance en que se hallaban. (1)
    Otros asuntos reclamaban la atención de la corporación
limeña. El diligente Francisco de Salazar, diputado Gene
ral en la Metropoli en oficio de 25 de Febrero comunicó que
se había sancionado el Proyecto de Constitución, y que en
tre sus artículos, el 310 destruía los Regimientos perpétuos
(2) Los cabildantes, por uniformidad de votos, acordaron
interponer recurso al Soberano Congreso diciendo “que
• quando esperaba los condignos premiospor todo lo execu
* tado desde que se recibió la noticia de los sucesos de Ba
   (1)—Libro de Cabildos fol. 113.
   (2)—Libro de Cabildos fol. 113 y 114.
                        – 179 –
“yona en Francia, exercitando á competencia su fidelidad
“ con el Gobierno Superior que ha servido de regla á todas
“ las ciudades del Reyno, y sus contínuos desvelos y cuida
“ dos en la tranquilidad de esta Capital, y de las demás que
“ han concurrido contribuyendo crecidas sumas en común, y
“ en particular, se ven privados de su representación políti
“ ca, exactísima. y lealmente usadas y designadas de la pre
“ eminencia de Regidores, cuyos honores, y fueros podían al
“ menos haberselos conservado para no dexarlos en clase de
“ propietarios de peor condición que los honorarios, á quie
“ nes no se les toca en nada dexandoles por consiguiente dis
“ frutar del apreciable Tratamiento de la Señoría, y del uni
“forme, que se les concedio, y los condecora: En cuyo su
“ puesto los que han servido á satisfacción, de la Soberanía
“ vienen á resultar castigados, y en buen sentido hechos el
“ ludibrio general, y principalm nte de los Ministros Toga
“ dos que por las comisiones se han encarnizado con ellos”.
    Resintió igualmente al Cabildo de Lima la extinción de
las asesorias, empléo de larga data y cuya denominación
parecía indispensable en el régimen del Ayuntamiento. De
sempeñaban éstas D. Cayetano Belón y Dn. José de Irigoyen
abogados acreditados en la capital y cuyos néritos se acre
centaban “desde que empezó el Cabildo á trabajar, y á hacer
“ desembolsos para auxiliar la Reconquista de Buenos Ay
“ res, y repaño de los muros de ésta Capital en la última
“Guerra con la Nación Británica; pero que nunca se había
* tocado en el grado de empeño, y de acierto de dictámenes
“ y trabajo como desde el mes de octubre de 1808 en que se
“ recibió la noticias de los acaecimientos de Bayona de
* Francia, desde la cual ha practicado éste Cabildo quanto
“ cabe en lo posible, tanto por razón de su fidelidad, y sis
“ tenua de tranquilidad, y unión con el Gobierno Superior,
“ como por los ingentes desembolsos en común, y en parti
                                 — 180 —"
“cular que se se han hecho para auxiliará la Nación, sin ha
“ber cesado hasta la fecha de esta Acta en qne se ha trata
“do de un nuevo donativo de veinte y cinco mil pesos, y de
“ cinco mil pesos anuales, según lo que se ha comunicádo
“ al Excmo Sor. Virrey”. (1)
    En Agosto se recibió noticias de la falta que en la Me- .
trópoli habían hecho los ingresos de América, y el Cabildo
recomendó se hiciere un esfuerzo extraordinario “para so
“correr á la Nación, para mantener la dependencia, tran
“quilidad y unión en que se ha distinguido este Cabildo, de
“fraudando en cierta manera á sus principales pensiones, y
“obligaciones para hacer erogaciones de pronto, y situacio
“nes crecidas, como la del Exército del Desaguadero, y de
“la Concordia, que ascienden anualmente á diez y siete mil
“pesos de propios, fuera de lo que han contribuído los indi
“viduos del mismo cuerpo, ya en particular, ya incorpora
“dos en las clases de Hacendados, de Título, de Comercian
“tes, de Doctores y de Abogados”.
    El 2 de setiembre “se vió un oficio de S. Exa. fecha 19
de Julio, en que dá gracias á este Excmo. Cuerpo, por el que
le pasó en catorce del mismo, sobre las ocurrencias,y mo
vimiento que quisieron sucitar unos pocos miserables sedi
ciosos: se mando se archivase”. (2)
    El 9 de setiembre se recibió un oficio y una acta remiti
da por Vigodet, Capitán General de Montevideo pidiendo
auxilio de numerario para la guerra contra los insurgentes
Porteños.
    Por fin el 2 de octubre se proclamó solemnemente la pu
blicación de la Constitución, con la misma solemnidad con
   (1) Reclamaban sfquiera, que continuasen como Abogados del Cabildo
fl. 115.
    (2)    Libros de Cabildos fol. 120 vlta.
                             – 181 –
que se hacía la proclamación y fiesta de Jura del Monarca
Español.
    En las plazuelas de Santa Ana, la Merced, la Inquisición
y la Plaza Mayor se leyó la Constitución, se echaron á vue
lo las campanas, se hizo iluminación general, fuegos artifi
cialesy danzas públicas.
    Levantaron tabladillos lujosamente adornados para
ver el tradicional paséo á caballo.
    La fiesta en el Ayuntamiento fué severamente suntuosa.
  El acta respectiva dice:“quanto las actuales circunstan
“cias demandan un aparato de solemnidad, y demostracio
“nes que podrían excusarse, á ser menos en otros, en que la
“tranquilidad fuere general, ó no se advirtiese en diversas
“provincias la altanería, insurrección y falta de vasallaje”.
   Terminada la sesión del        Cabildo, sus miembros acompa
ñaron al Virrey hasta su carruaje, después de haber repeti
do las gracias por el interés y empeño del Ayuntamiento en
todo lo perteneciente á su mayor exaltación; y últimamente
á la condignificación del Título de Castilla-bajo la domina
ción de Marqués de la Concordia Española del Perú, que era
puramente obra del Cuerpo al cual vivía siempre recono
cido. (1)                                                -
     Los monarquistas estaban de plácemes. Una sedición
abortada en la capital del Vírreinato significaba un aleja
miento, por mucho tiempo, del peligro eminente. Los cabe
cillas estaban apresados, rodeados de grillos y mancornas y
mientras el pueblo y los magnates que habían de aprove
char de los beneficios de la Independencia se regocijaban en
las fiestas de la Constitución, los desgraciados conspirado
res habían escuchado el día anterior la sentencia de destie
rro que se había dictado contra ellos.
   (1) Libros de Cabildos fol. 124 vlta.
    -
    -
-
Segunda tentativa de rebelión en
   León de Huánuco (1813)
            l
Segunda tentativa de rebelión
                  en León de Huánuco (1813)
                             I
     HUANUCO DESPUES DE LA PACIFICACION
    Después de la pacificación de Huánuco, con el ajusticia
miento de los caudillos de la insurrección, el intedente don
José González Prada se retiró, en Octubre, á la capital de
Tarma, dejando una pequeña guarnición, de cincuenta hom
bres, al cuidado de la noble y leal Ciudad.     -
    Pero no fué en vano el sacrificio de los patriótas, por
que la idea de emancipación y de libertad había germinado,
á tal punto que, libres del ejército triunfador en Ambo, en
la misma noche de la ausencia de aquél, empezaron á oirse
“hablillas escandalosas”, y en las noches sucesivas se escu
chaban “cantares alusivos” y “corrillos”, que anunciaban
el júbilo que causaba al Pueblo de Huánuco, la retirada de
una tropa cruel yvencedora.
     El Subdelegado del Partido, sargento Mayor de Mili
cias Urbanas don Diego García, había actuado en la rebe
lión de Febrero, y en ésta nueva ocasión, de zocas en colo
dras, no se daba reposo, organizando las Patrullas noctur
nas, que recorrían la ciudad;porque, la “alegría y regocijo
del bajo pueblo” era para las autoridades españolas, anun
cio de nuevas conmociones populares.
                            ·".
   Dice Lorente que “En 1812, cuando se trataba de ador
mercer el Virreinato celebrando solemnemente la promulga
ción de la Constitución política, los patriotas de Huánuco,
                             — 186 —
aislados y faltos de toda cooperación, osaron proclamar la
independencia (1); pero el distinguido historiador se refiere
aquí, á la primera rebelión de Huánuco, en Febrero, cuan
do aún no había llegado á Lima la Constitución Monárqui
ca. Serían oportunas sus frases si se refiriesen á días poste
riores, á fines de 1812 y principios del siguiente año cuando
se celebró, con solemnidad, la promulgación de la Constitu
ción política.
    Una autoridad peninsular va á decirnos, en documento
de la época, el efecto causado por estas fiestas: “Continuó
“en la subdelegación redoblando sus esfuerzos y diligente
“ cuidado, para solidar la tranquilidad que entonó el respe
“table impulso de las Armas Reales. Cuando trabajaba en
“ esto con feliz suceso sobrevino la abolida Constitución y
“ con ella la formación de juntaspopulares, que fué lo mis
“mo que renovar el fuego que solo estaba sofocado. Bien
“notorio es el funesto comprometimiento que causó aquella
“mal acordada disposición, como se encendieron los ánimos
“para una Anarquía, la errada inteligencia que se daba á
“ los delirantes derechos del Ciudadanato y en que punto se
“pusieron los territorios con una temeraria preponderancia
“ en el pueblo sin fuerza alguna para contenerlo, y con la
“ más decidida inclinación á sacudir la condición del vasa
“llaje. Qué momentos de amarguras tuvo que sufrir el ex
“ponente!! Qué compromisos los que se agolpaban para
“ combinarse á la situación más crítica en que verá prepa
“rarse una explosión más terrible que la que antes había
‘precedido”. (2)
    Las fiestas con motivo de la promulgación de la Carta
política de la Monarquía, tuvieron en Huánuco un éxito
asombroso, y de ellas sacaron partido los amigos de la Li
   (1) Lorente Historia del Perú bajo los borbones. 1700-1821, pag. 310.
   (2) Eguiguren. Guerra separatista del Perú. Docum. No. 89.
                            – 187 —
bertad para manifestar sus opiniones, con sorprendente
energía, interpretando con nobleza los derechos del ciudada
no, en esos tiempos de sumisión.
    Los “susurros” del pueblo se multiplicaban á medida
que llegaban los días de la jura, y el subdelegado era de opi
nión que el movimiento insurreccional de Febrero solo esta
ba sofocado, y que existía en el pueblo decidida inclinación
á sacudir la triste condición de vasallos del Rey de España.
   En Lima, se instaló en 13 de Octubre de 1812 la Junta
preparatoria para las elecciones de Diputados en Cortes or
dinarias, y en las demás intendencias del Virreinato tuvie
ron lugar después que la contaduría de Tributos de los In
dios hubo formado el censo para calcular el número de elec
tores y diputados que habían de elegirse por cada partido.
A la Intendencia de Tarma tocábale elegir tres diputados y
nueve electores.
   Convocada la Intendencia para verificar las elecciones,
González Prada que, de regreso de Huánuco, se encontraba
en Tarma, consultó al Virrei de Lima, con fecha de 22 de
Diciembre, (3) acerca de dos puntos: era el primero, que si los
territorios de Panataguas y Chavin de Pariarca debían con
siderarse como Parroquias y sobre si los       diputados    que de
bía nombrar la Intendencia eran propietarios, y si debía
nombrarse suplente.
   Contestóle en 7 de Enero, afirmativamente, y entónces
comenzó la tarea del activo intendente, para que las elec
ciones se verificasen, en su jurisdicción, con gran tranquili
dad.
   (3) Vicuña Mackena en La Revolución de la Independencia del Perfi,
Lima, 1860 pág. 199                                            w
                              — 188 –
                                   II
                           EL EPISODIO
   En uno de los días de la primera quincena de Enero de
1813, la antevíspera de la elección parroquial, apareció, en
la pared colateral de las Puertas del Cabildo, un amenazan
te “pasquín”, en el que se recordaba los tristes días del 22
y 23 de Febrero del año anterior, y recomendaba se hiciese
“confesión general”, lo cual llenó de pavor, no solo á los
“europeos”, sino también á los huanuqueños que habían si
do testigos de la pasada insurrección.
    La víspera de la elección parroquial           repitióse el mismo
pasquín, colocado esta vez frente á la casa del Subdelegado
á quien se amenazaba con la muerte. En el primer pasquín,
se anunciaba que las campanas de la Iglesia Mayor darían
la señal, como en la anterior rebelión, y el 15 de Enero de
1813, cuando dormía tranquila la ciudad de “Pilco”, (4)
ya entrada la noche, después de tocada la queda, las cam
panas de la Iglesia tañían amenazantes, como una protesta
de las temerarias ejecuciones verificadas á la sombra del
campanario, al pié de sus torres centenarias.
    Todo Huánuco se puso de pié, sobresaltado, y cuando
llegaron las autoridades, era enorme el gentío. Personas de
    (4) Delicioso valle, á la izquierda del Huallaga. El origen de este
nombre indígena, según la tradición es el siguiente: En el lugar donde hoy
ie levanta la ciudad de Huánuco existío un gigantezco monolito, y á la
caída del sol, llegaba á el una ave hermosa, de magestuoso cauto; de plu
maje colorado, cuyo grito Pilko-pichiu, dominante en su estridente canto,
que dominaba el valle dió nombre á éste, y los indígenas respetuosos, cuan
do se les preguntaba:
   Maita-linqui? ¿adonde vas? contestan: Mau Pilco uy huani-A Pilco mi
patrón; y cuando se les dice:
   ¿Maimi canqui? ¿de dónde eres?; responden: Pilco masicuna.
                             – 189 –
     diferente sexo y condición, se hallaban aglomeradas en la
     Plaza Mayor, llamada de la Constitución, con el objeto de
     inquirir el motivo de tal arrebato.
         Con el auxilio de la Patrulla de turno, al frente de la
     cual estaba el Teniente de Caballería de Milicias Urbanas,
     don Pedro de Alvarado, y de la tropa de guarnición, al
     mando del sargento mayor Talancha, y de algunos vecinos
     honrados, el subdelegado García penetró al interior de la
     Iglesia, y recorrió toda su circunferencia y cuadras y huer
     tas adyacentes, investigando el motivo de la alarma. Lla
     mados los “sacristanes” é interrogados por la causa de ha
     ber tocado las campanas, dijeron haberlas movido, porque
     suponían que penetraron ladrones en la Iglesia.           -
          Como dice un relator contemporáneo de este episodio: el
     Subdelegado no tardó en “convencerse de no haber habido
«.
     ladrones de cuya voz se habían valido los sacristanes para
     pulsar con tanto escándalo las campanas,” y salió de la
     Iglesia, sin hallar indicios formales de haber habido “ladro
     nes”, dice otro téstigo ocular.
          Como la mayor parte de los vecinos estaban intranqui
     los temiendo una conmoción, el Subdelegado anunció el mo
     tivo del campaneo—según el decir de los “sacristanes"—re
     comendó que se retirasen en quietud y silencio á sus hoga
     res, y sin abrigar ningún temor.
         Que el pueblo no creyó que se trataba de ladrones, prue
     ban las siguientes palabras de un testigo: “como á las dos
 r   de la mañana se retiró dicho señor (el subdelegado) y todo
     el pueblo, desengañado de la novedad, que todos creyeron
     había sido señal para nuevo alzamiento.”
          ¿Cuál fué el plan? ¿Por qué fracasó? Cuestiones son
     estas que ha sido imposible averiguar. Lo cierto es que los
     pobres sacristanes pagaron su terror á los ladrones ó su
     lealtad á los capellanes sucesores de Durán Martel, Aspiazú
                          – 190 –
y Villavicencio, con algunos meses de prisión y destierro, el
Lima.
    El repiqueteo había de parar en tragedia para los tra
viesos sacristanes.
                              +   --
    Amanece el día siguiente. El pueblo de Huánuco está
nervioso y fatigado con los sobresaltos de la noche. Debían
realizarse las elecciones parroquiales.
   La sala capitular es el lugar de reunión. ,
   Apenas comenzado el acto, todos preveían en la nervio
sidad del auditorio, extraordinarios acontecimientos.
    Allí habían llegado de los primeros: el subdelegado Die
go García; el Ayudante Mayor de Infantería de las Milicias
Provinciales Unidas don José de Binia; el Subteniente de ca
ballería don Pedro Alvarado; el Sargento Mayor de caba
llería de milicias Urbanas, don Manuel Talancha, algunos
miembros del Cabildo: don Pedro Antonio de Echegaray,
Cayetano Arteta, Juan Antonio Garro y el Secretario don
Bernardino Cáceres. Dispuestos á cumplir su deber de ciu
dadanos, también se encontraban presentes una gran canti
dad de vecinos, entre otros, don Francisco Aranda y su ho
mónimo Calero.
    El primero en tomar la palabra fué don Bernardino Cá
ceres: manifestó que los vecinos debían elegir libremente.
Continuó Francisco Calero, que dió la nota de la situación.
    Con voz vibrante, en ese acto solemne, y ante crecido
público dijo: Pueblo oprimido yo os defenderé ya es tien
po que Hevantéis la voz con libertad; yo os detenderé. Lo
que repitió por varias veces entre el estupor de las autori
dades, el terror de los tímidos criollos y la algazara de “una
                        - 191 –
Gavilla de gente díscola sin miramiento á la autoridad”:
así llamaban á los insurgentes patriotas, aquellos que no
podían comprender el deseo de libertad que reinaba en sus
almas.
   Terminado su discurso, el bravo tribuno, don Francisco
Calero arengó á García, el Subdelegado; y, con altivez in
comparable digna de un descendiente de inca y castellano,
terminó diciéndole: quítese Ud. la espada, pues á este acto
no debe venirse con armas.
    El ayudante Binia califica de “insolentes y subversivas”
las palabras de Calero y nada decorosas y altivas las lla
ma el doctor Fuentes y Berrio, abogado de la Audiencia
Nacionaly relator de este pasaje, en uno de los documentos
3116XOS.
    Si, palabras altivas fueron los de Calero, palabras que
estremecieron á un auditorio que nunca las oyó mejores. El
espíritu de Fray Marcos Martel renacía en el alma del in
surgente valeroso. Los patriotas se exaltan á la par con
tan vibrantes palabras, y el subdelegado, vacilante entre el
temor y la emoción, cumpliendo las órdenes del tribuno del
pueblo, se despojó de su arma, con gran prisa, receloso de
alguna tremolina, y la colocó sobre una amplia mesa donde
se hallaba la Constitución de la Monarquía.
    Verdaderamente “Todo hubo de tolerar dicho señor pa
ra evitar muchos escándalos y atrevimientos, á que la elec
ción se hiciese conforme á sus deseos” dice el vecino José
Rodríguez, “tal sorpresa iba dirigida para hacer una elec
ción á placer de dicho complot” advierte el ayudante de in
fantería.
   Era el citado ayudante donJosé de Binia, de 43 años de
edad y protector de naturales, un individuo dotado de be
llas prendas morales y de gran sagacidad. Deseoso de sal
var el principio de autoridad, expuesto á ser terrero de l s
                          – 192 –
insurgentes, rogó al coronel Diego García que volviese á ce
ñirse la espada, pues la Constitución no se refería á los Jue
ees y Presidentes de tales actos, representantes de la Real
autoridad.
     Que tuvieron un plan los patriotas no hay que ponerlo
en duda pues de otro modo, Calero no habría proferido ta
les temporalidades sin contar con el éxito ó por lo menos
con la repercusión de sus palabras entre los que habían en
trado en el eomplot. Que los realistas comprendieron la
trama es indudable, pues la actitud del subdelegado al evi
las recriminaciones manifestaba que menos le importaba
que “se interrumpiesc la elección” que el que los “facciona
rios” decididos, dieran principio á sus “intrigantes planes”.
     ¿Pero cual era el plan? difícil es comprenderlo, pues nada
descubren los doeumentos anexos.
   ¿Acaso fué su intención, andará la zarpa, atropellar al
subdelegado, provocar un conflicto si la autoridad se nega
ba á complacer al Tribuno y envolver á los realistas en un
preparado ataque? Ese plan habría terminado con la de
posición del subdelegado, pero la complacencia de éste y la
diplomacia de los jefes militares atenuó el movimiento y he
allí como una sesión acalorada en su principio tuvo tran
quila conclusión.
                              [[I
             EL SECRETARIO DEL CABILIDO
    Los insurgentes patriotas de Huánuco progresaban en
sus francos trabajos, y la inquietud reinaba en la . Ciudad,
porque en corrillos y conversaciones y en los pasquines con
tinuaban los díceres de próxima insurrección.
    Don Bernarnido Cáceres, el secretario del Cabildo, crio
 o y patriota, era sindicado de bullidor y autor de los pla
 ===                  -     =---                          ----
                             – 193 –
     nes de una segUNDA INSURREccIÓN. El subdelegado le for
     mó causa y lo remitió al Virrey de Lima, en unión de los
     Sacristanes “por haber tocado las campanas, puntualmente
     en la misma noche anunciada en el Pasquín”.
        Con la salida de Cáceres cesaron los anuncios amena
     zantes y el murmullo popular. La ciudad recobró la tran
     quilidad, “substituyéndose en lugar de la sosobra y sobre
     salto en que este vecindario y partido vivía, el regocijo y
     diversiones acostumbradas en el país que hasta hoy conti
     núan (Junio 15 de 1814) por conocido efecto de haber cor
      tado oportunamente en su raíz la causa de aquellas conmo
     ciones”. Pero el secretario del Cabildo era un patriota te
     naz, y valiéndose de mil subterfugios consiguió volver á
     Huánuco, diz que para proseguir su causa, para prueba, y,
3.   á su llegada, renováronse con audacia los “corrillos”, los
     “cantares” los “díceres” y los “pasquines”. La inquietud
     fué creciendo, porque se acercaban los días conmemorativos
     de Marzo, en que 600 patriotas huanuqueños se sacrifica
     ron, en la confluencia del Huallaga y el Huacar, por el noble
     ideal de la Emancipación. Temeroso el subdelegado requi
     rió á Cáceres para que saliese inmediatamente de la ciudad
     y del Partido, expulsándolo de su jurisdicción.
         A no suceder esto, quizá si Bernardino Cáceres cuya
     mente trabajaba una segunda insurrección habría celebra
     do, en los mismos días del año 13, el glorioso acontecimien
     to del año anterior.
                                  - -
        Bernardino Cáceres y Francisco Calero, son los conti
     nuadores de la obra de Crespo del Castillo y de sus valientes
     compañeros de infortunio. Almas viriles no trepidan en
     arengar al pueblo, y sufren castigos y prisiones sacrificán
     dose por una idea á la que consagran su vida,
·   .
                                —194–
            En la numerosa lista de patriotas “huanuqueños” no
        pueden faltar los nombres de Calero y Cáceres. En este año
        centenario en que comenzó la actuación patriótica,   de estos
        dos insurgentes, el historiador descubre sus ilustres nom
        bres, que el polvo de los años había cubierto; y, exhumán
        dolos, los expone á la consideración de los peruanos.
        EL SUBDELEGADO GARCIA PIDE SE HABRA SUMA
            RIA INFORMACION soBRE sUs SERVICIOS Á LA
           MONARQUIA Y RELATA LO SUCEDIDO EN HUA
            NUCO) EN OCTUBRE DE         S12.
           Doem. No. 135. Señor Alcalde Constitucional de segun
        “da nominación.—Don Diego García actual Subdelegado de
        “esta Ciudad y su Partido porSu Magestad Sargento Mayor
        “de Milicias Urbanas de ella ante Usted como sea conforme á
        “derecho dgo: Que al mio conviene dar una Sumaria Infor
        “mación de Testigos por la que se haga constar en suficiente
        “forma como es cierto que á esfuerzos de mi vigilancia y es
        “mero para sostener la publica tranquilidad, sociego y segu
        “ridad de las personas y bienes de los vecinos y poblanos de
        “esta Ciudad y Partido y aun á mi costa hé librado qua
        “tas providencias héjuzgado necesarias á dicho fin, á cuyo
        “efecto es conducente se digne Usted de mandar que los Tes
        “tigos que presentare sean examinados baxo de juramento y
        “con citación de uno de los Síndicos Procuradores al tenor
        “de las preguntas siguientes—Primera, como es cierto que á
        “la retirada del Señor Gobernador Intendente de esta Ciu
        “dad, en Octubre del pasado año de mil Ochocientos doce,
        “despues de pacificada la insurrección dejando aquí una pe
        “queña guarnición empezaron á oirse ablillas escandalosas
        “y por las noches cantares y corrillos que anunciaban por
        “una parte el jubilo, del bajo Pueblo por la retirada de la
                         — 195 –
‘tropa y por otra amagaban nuebas conmociones popula
“res, para cuya conteneión fué necesario se frecuentasen las
“Patrullas nocturnas—Segunda como es cierto que jurado
“publicamente nuestra Constitución Monarquica en fines del
“mismo año se multiplicaban los susurros del Pueblo y que
“en la mañana proxima á la elección Parroquial y en la si
“guiente se hallaron dos Pasquines amenazantes recordan
“do los tristes lamentables dias de la pasada insurrección, y
“que en la misma noche que se anunciaba en uno de ellos, se
“tocaron á rebato y á deshoras de ella las Campanas de la
“Iglesia Mayor con cuyo escandaloso motibo ocurrí inme
“diatamente á la Plaza mayor para inbestigar la causa de
“un tal movimiento donde encontré mucho gentío de todas
“clases de personas y con el auxilio de la Tropa de guarni
“ción y muchos vecinos honrados reconocí dicha Iglesia Ma
“yor y toda su circunferencia hasta investigar haberse su
“puesto para tocar dicho rebato que hubo ladrones en ella—
“Tercera, si saben y les consta como es notarioy verdadero
“que en la mañana de dicha elección Parroquial y estando
“en el mismo acto en la Sala Capitular fué atropellada mi
“autoridad y por el complot de una grande porción de gente
“discola de quienes eran cabezas Don Bernardino Cáceres y
“Don Francisco Calero expresando este con palabras las
“mas altisonantes diciendo haber ya llegado el tiempo de
“hablar con libertad, á las que subsiguieron otras insolentes
“y menos decorosas que hube de tolerar aquel día por no in
 terrumpir la elección, y evitar ótros escandalos aunque co
“nocí que dichos faccionarios estaban decididos á realizarla
“conforme á sus intrigantes ideas—Quarta, como es cons
“tante que con motibo de    dichos   Pasquines, rebato, ocur
“rencias y conversaciones subversivas del buen orden é inju
“riantes á la Real autoridad, y á los que legítimamente la
“exercen, formé causa á los sacristanes de dicha Iglesia Ma
                         - 196 –
“yor y á Don Bernardino Cáceres nombrado Secretario del
“nuebo Ayuntamiento constitucional como autor y origen
“de las conmociones del Pueblo que se notaban y fatales a
“nuncios que se predecían contra el sociego publico y seguri
“dad del estado, cuyas causas concluí las las dirigí con el
“reo Cáceres á disposición del Excelentísimo SeñorVirrey
“habiendo verificado todo esto á solo mi costa--Quinta, co
“mo es publico y notorio que desde que se verificó la remi
“sión de Cáceres cesó el murmullo popular y amenazantes
“anuncios, sobstituyendo en lugar de la sosobra y sobresal
“to en que este vecindario y Partido vivía el regocijo y di
“versiones acostumbradas en el Pais que hasta hoy conti
“nuan por conocido efecto de haber cortado oportunamente
“en su raíz la causa de aquellas conmociones. Y finalmente
“que habiendo presentado aquí Don Bernardino Cáceres á
“mediados del año pasado de ochocientos trece y empezan
“dose á oyr nuebos rumores subversivos le hice salir inme
“diatamente del Partido con lo que há quedado en sociego
“hasta el día: por tanto-A Usted pido y suplico se sirva de
“proveer y mandar como dejo propuesto en el principio de
“este recurso que por conclusión repito, providenciando que
“evaquada la informacion con citación de uno de los Procu
“radores Síndicos se haga todo presente por Usted mismo al
“Ilustre Ayuntamiento para que en vista informe lo que ten
“ga por conveniente y sea conforme á verdad debolviendose
“me original el Expediente para en guarda de mi derecho y
“demás efectos que lugar haya en justicia que es la que pido
“con presedente debido juramento-Diego García-Otro sí
“digo: Evaquada que sea la sumaria información que llevo
“ofrecida en lo principal y con precedencia al Informe del
“Ilustre Ayuntamiento á mi derecho conviene que el Caba
“llero Subdelegado del Partido de Panataguas Don Alfonso
“Mejorada certifique en manera que haga fé lo que le conste
       ----                                          -       --
                                         -   -   -       -
                         - 197 –
“y tenga entendido sobre el asunto á cuya prueba me dirijo
“A Usted pido y suplico se sirva de mandar así pasandole
“para ello el Expediente con el correspondiente Oficio como
“es dejueticia que pido ut supra-García.
    Decreto—Huánuco y Junio quince de mil ochocientos ca
“torce-En lo principal y otro si, como se pide, á cuyo efecto
“se presentaran los tcstigos y expedirá el oficio correspon
“diente al Caballero Subdelegado del Partido de Panata
“guas; todo lo que se practicará con citación de uno de los
“Procuradores Síndico de esta Ciudad—Proveido por mi el
“Alcalde constitucional de segundo nominación actuando
“con testigos á falta de Escribano y se comete dicha intima
“ción á Don José Rodriguez Arce—Ruiz—Testigo Pedro Te
“llo—Testigo José Rodríguez.
EL DoCTOR PEDRO FUENTES BERRÍO, ABOGADO
    DE LA AUDIENCIA, RELATA EL MISMO EPISO
   DIO.
    Docm. No. 136. “En dicho día mes y año: el Señor Don
“Diego García para la pedida información presentó por Tes
“tigo al Doctor Don Pedro Fuentes y Berrío, Abogado de la
“Exelentísima Audiencia Nacional y de su Ilustre Colegio á
 “quien por ante mí y Testigos recibí juramento que lo hizo
“por Dios nuestro Señor y una señal de Cruz baxo el qual
“ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado y
“siendolo con presencia del recurso que dá mérito á ella á la
“primera pregunta dijo: Que por haberse hallado en esta
“Ciudad desde fines de Abril de mil ochocientos doce,y en
“los días en que se partó para Tarma el Señor Gobernador
“Intendente dejando una pequeña guarnición de cincuenta
“hombres le consta que en la noche en que salió dicho Señor,
“y en los subsecuentes hubo los corrillos y cantares que se
                          - 198 –
“enuncian en la pregunta y que esto lo supo por notoriedad
*en los siguientes días en que oyó hablar de ello y que pro
“ducían muchos con palabras escandalosas y que daban mé
“rito á sospechar alguna nueba rebolución, y responde—-A
“la segunda que le fué leída dijo: que le consta de cierta
“ciencia por haberlos visto agregados en proceso que en el
“día de la elección Parroquial verificada en el año de ocho
“cíentos trece y en la siguiente se entregaron inmediato á
“las Puertas del Cabildo en el que se hacía memoria de los
 “días fatales de la insurrección ocurrida en Febrero de ocho
“cientos doce expresandose hiciesen confesión general; y el
“Otro encontrado en la casa frontera á la de dicho Señor,
“ambos con amenazas: que en la noche anunciada por el pri
“mero y despues de tocado la queda, se tocó á arrebato en
“la Iglesia Mayor por cuyo motibo sin embargo de hallarse
“enfermo y en cama el que declara, se vió precisado á salirá
“la calle temiendo algun movimiento perjudicial por lo que
“observó el dicho Señor con alguna parte de la guarnición
“estubo registrando la misma Iglesia y quadras que están
“rá su espaida y cortados por asegurarse haber entrado la
“drones en ella y que no hablendiose hallado ladrón alguno
“se retiró anunciando al mucho Pueblo que habían en la
“Plaza se retirasen, como así se verifieó, y responde—A la
“tercera, éimpuesto de ella dijo: que aunque no se halló pre
“sente en las Casas Capitulares la mañana de la elección
“Parroquial sabe por notariedad que allí se trató de atrope
“llar la autoridad del que lo presenta por mucha parte de
“las personas que allí concurrieron, tomando la voz porto
“dos Don Bernardino Calero, quien se produjo arrojadamen
“te á decir haber llegado yá el tiempo de hablar con libertad
“con otras máspropociciones na la decorosas; y altivas, las
“que en algún modo se contuvieron por otra parte de perso
“nas sensatas y leales que allí estaban y responde--A la
                         – 199 –
“quarta inteligenciado de ella expuso ser cierto quanto esta
“pregunta contiene, y que para contener en su principio las
“especies subversivas que se propagaban por momentos
“contra el buen orden y regalías soberanas formó el Caba
“llero Subdelegado causa á Don Bernardino Cáceres que se
“consideraba principal autor de dichas conmociones y á los
“Sacristanes de la Iglesia Mayor por haberse tocado el re
“bato puntualmente en la misma noche anunciada en el
“Pasquin de que lleva hablado anteriormente; y porque con
“sideró segundas circunstancias notadas en la Iglesia que
“fué supuesta la voz de ladrones para tocar las campanas:
“todo lo que, y la remisión de Cáceres con los procesos los
“procesos lo costeó el presentante de su peculio, lo que le
“consta al deponente por haber estado presente á la recep
“ción de las sumarias,y responde—A la quinta que le fué leí
“da á su primera parte dijo: que inmediatamente que Don
“Bernardino Cáceres fué extraído de esta Ciudad cesaron las
“hablillas, disturbios y amenazas quedando esta Ciudad en
“entera tranquilinad ygozando de sus diversiones públicas
“y particulares con el mayor sociego y srtisfacción: y con
“trayendose el que declara á la segunda parte de esta pre
“gunta há sabido de público porque en la fecha que ocurría
“lo que se expresa se hallaba ausente, ser cierto que habien
“do venido á esta Cíudad dicho Cáceres en procecución de su
‘causa para su prueba, se renovaron los rumores de distur
“bios y qne estos cesaron enteramente con haber mandado
“el Caballero Subdelegado salieee aquel de esta Ciudad en el
“término de pocos días, como uno y otro se verificó. Que lo
“dicho y declarado es la verdad de quanto sabe y decir pue
“de so cargo del juramento que tiene fecho en que se afirmó
“y ratificó siendole leída esta su deposición, que no le tocan
“las generales de la Ley, es de edad de sesenta años y la fir
“mó conmigo el Juez y Testigos á falta absoluta de Escriba
                         – 200 –
“no—Ruiz–Pedro de Fuentes y Berrío -Testigo Pedro Tello
“—Testigo José Rodríguez Arce.
            DOCUMENTOS JUSTIFICATIVOS
    Forman la información seguida, los siguientes documen
tos, idénticos, en lo general, á los anteriores:
   El ProcuradorGeneral y Sindico de Huánuco Don Blas
Morales, relata el mismo episodio.
   Relato de Don José IRodríguez y Arce, vecino de Huánuco.
   El Ayudante Mayor de Infantería de las Milicias Pro
vinciales Urbanas relata el mismo episodio.
    Testimonio que prestó Don José Espinoza, Capitán de
Caballería de Milicias Urbanas.
   Relato de Don Pedro de Alvarado, Subtenignte de Ca
ballería de Milicias Urbanas.
   Relato de Don Pedro Guerrero, Subteniente de Milicias
Urbanas de Infanteria.
   Don José Arce, vecino de Huánuco testifica lo acaecido
con motivo de la segunda tentativa de rebelión.
    Testimonio de Don Francisco Aranda.
            PB 3558-1,5-A