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David Trumbull

El documento analiza la legislación chilena sobre matrimonios mixtos, destacando sus efectos negativos en la moralidad, la libertad individual y la independencia religiosa. Se argumenta que la ley actual fomenta la hipocresía y la desmoralización, excluyendo a personas de convicciones sinceras y favoreciendo a quienes carecen de creencias. Además, se enfatiza el impacto perjudicial en las mujeres y los hijos nacidos fuera del matrimonio, quienes sufren las consecuencias de una legislación que no permite uniones legítimas.

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David Trumbull

El documento analiza la legislación chilena sobre matrimonios mixtos, destacando sus efectos negativos en la moralidad, la libertad individual y la independencia religiosa. Se argumenta que la ley actual fomenta la hipocresía y la desmoralización, excluyendo a personas de convicciones sinceras y favoreciendo a quienes carecen de creencias. Además, se enfatiza el impacto perjudicial en las mujeres y los hijos nacidos fuera del matrimonio, quienes sufren las consecuencias de una legislación que no permite uniones legítimas.

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HARVARD LAW LIBRARY

Trumbull
3 2044 059 016 766

La Lejislacion
o
Respect a los

Matrimonios Mistos

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Bd. Oct. 1928

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HARVARD LAW LIBRARY

Received March 22.1928


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LA LEJISLACION

RESPECTO A LOS

MATRIMONIOS MISTOS .

JUZGADA A LA LUZ

DE LOS

INTERESES MORALES, POLÍTICOS Y RELIJIOSOS

DEL PAIS ,

POR

DAVID TRUMBULL .

VALPARAISO :

IMPRENTA DEL UNIVERSO DE G. HELFMANN,


CALLE DE LA ADUANA , NÚM. 41 .

1863.
LA LEJISLACION

RESPECTO A LOS

MATRIMONIOS MISTOS ,
ΜΑ

JUZGADA A LA LUZ

DE LOS

INTERESES MORALES , POLÍTICOS Y RELIJIOSOS

DEL PAIS ,

POR

DAVID TRUMBULL .

VALPARAISO :

IMPRENTA DEL UNIVERSO DE G. HELFMANN ,

CALLE DE LA Aduana, núm. 41 .

1863.
TRU
MAR 22 1928

3-22-28
231

ADVERTENCIA.

Con sumo respeto se ofrece al público esta repro-


duccion de un artículo publicado hace como seis meses
en los periódicos, con las contestaciones hechas des-
pues a varias críticas que han visto la luz sobre dicho
artículo .

En estos momentos de estar el cuaderno en prensa,

se nota con placer que desde el año 1849 ha quedado


consignado entre las bases de la reforma por los Sres.
Diputados J. V. Lastarria y Federico Errázuriz, el
propósito de " UNA BUENA LEI DE MATRIMONIOS MISTOS
A FIN DE PROTEJER LA INMIGRACION. " He aquí una prue-
ba de que hombres de miras patrióticas y liberales han
apreciado y apreciarán el contenido de estos artículos.
MATRIMONIOS MISTOS.

I.

En todos los paises los gobiernos civiles intervienen en


cuestiones de matrimonios. Si bien se reconoce que hai una.
parte relijiosa en tales cuestiones , son arregladas y autoriza-
das , sin embargo, en lo civil, por la lejislacion de congre-
sos . Esta es la regla entre las naciones mas ilustradas ; y, si
entre algunas la práctica ha sido diferente , es escepcional .
Visto, pues , que toca al gobierno arreglar las cuestiones.
matrimoniales , podemos asentar que hai tres objetos que me-
recen su atencion especialísima en esta lejislacion : es preciso
promover la pureza de costumbres; es preciso sostener ilesa
la libertad de los individuos ; y es preciso respetar la inde-
pendencia de la Iglesia . Por tanto, queremos examinar la
lėjislacion vijente en Chile sobre matrimonios, para ver en
qué manera los primeros dos de estos objetos hayan sido bus-
cados, como en qué grado hayan sido conseguidos .
Para casarse en el pais es condicion forzosa , segun la lei ,
que los contrayentes profesen ser ámbos de una misma re-
lijion , sea de la romana , sea de la protestante. Esceptuán-
dose algunos casos en años pasados en la diócesis del obispo
Elizondo de Concepcion , y otros pocos en la actualidad bajo
la administracion tolerante del señor Donoso de Coquimbo,
vemos que se impone aquella regla en toda la república con
inflexibilidad ; y sea lo que fuere la intencion que haya moti-
vado esta regla, nos atrevemos a manifestar que sus efectos
no convienen con la pureza de costumbres , sino que al con-
trario son sumamente desastrosos ; como no convienen tam-
-

poco con la libertad natural de los individuos , la cual queda


hollada contínuamente. Estos efectos se patentizarán con las
siguientes consideraciones .
Primero, en cuanto a la pureza de costumbres , bien se
sabe que muchos se declaran ser católicos romanos , cuando.
no lo han sido , ni lo son , ni piensan serlo. Es que solamente
deseando casarse, y encontrando un obstáculo en la lei sobre
matrimonios mistos , se resuelven a salvar toda dificultad ,
con una conciencia elástica , diciendo sí y diciendo no , como
en el momento mas les convenga. El mayor número profesa
pasar de ser protestantes a ser romanos , mientras que
algunos, mas raramente, han profesado un cambio en la
direccion opuesta, de católicos romanos a protestantes.
Pero , de veras , no hai conviccion ni en un caso ni en el otro.
Lo que hacen estos apóstatas es mas bien contrario a sus
convicciones ; y, sino estuviesen dispuestos por el indiferen-
tismo , ciertamente que no lo harian . Varias veces hemos
oido declarar a hombres, bautizados de nuevo con grande
aparato en la iglesia romana, que aquello no fué mas que una
formula; que de veras no querian decir lo que profesaron; y
que solamente consintieron en ello porque no les quedaba
otro camino para casarse . En tales casos la profesion no est
jenuina, sea de ser protestantes , sea de ser romanos , porque
no es espontánea, ni libre , ni del corazon . Al contrario es
como las profesiones exijidas a los prisioneros del Santo Ofi-
cio en la Inquisicion , compulsiva , forzosa y por tanto falsa.
Tiende directamente a la desmoralizacion , por el camino de
la hipocresia y del sacrilejio .
Si se nos contesta que dichas personas , al decir que profe-
san la relijion de Roma, bajo tales influencias , hácenlo a
causa de no tener alguna creencia fija , replicaremos que todo
eso, por cierto que sea, no puede disculparles de ser hipócri-
tas y sacrilegos . ¿Acaso puede profesar la creencia católica
el que no cree en nada? Es un absurdo , seguramente .
El hecho es que personas verdaderamente concienzudas , y
que abrigan sinceras convicciones relijiosas , quedan , a causa
de su buena fé, escluidas de la posibilidad de aliar su suerte
en matrimonios con los habitantes de Chile: mientras que
cualquier incrédulo, a quien nada le cuesta decir sí o no,
conformándose falsamente con alguna ceremonia, es aceptado
7 -

con la bienvenida mas cordial . Casos de representacion de


ambas clases se han conocido . Nosotros hemos visto, varias
veces , alejarse de las playas de Chile a jóvenes de carácter
alto y recto , cuando tenian ánimo para casarse con las del
pais, porque eran sumamente pundonorosos para consentir
en un engaño sacrílego . Asi han contrariado sus deseos y
afecciones. Y, al mismo tiempo , otros sin fé ni creencia algú-
na, diciendo que todas las relijiones son iguales , y que no les
importaba un comino cual se profese , porque rechazan a to-
das igualmente , se han arraigado en el pais con grande acep-
tacion . Sucede, pues, con la lei actual , que el hombre de ho-
nor, que aborrece toda falsia , se halla escluido por escelente
que sea; y el incrédulo , por indigno que sea , se halla admiti-
do libremente , solo a causa de la facilidad con que puede
mudarse creencias como un tunante se muda vestidos .
Pensará alguien talvez , que acabamos de espresarnos seve-
ramente, pero no es así; nos espresamos francamente y con
firmeza, porque estamos por manifestar una causa prolífica
del escepticismo que echa raices y que cunde en el pais .
Hombres hai , unos sin creencias , otros contrariando su creen-
cia, que han profesado la relijion dominante en Chile, los
cuales despues no han sido buenos católicos ni buenos disi-
dentes . Si acaso la luz de una fé relijiosa hubiera encendido
alguna vez ántes , sus almas , se ha estinguido . Nó creen en
una ni en la otra relijion . Su historia relijiosa es sumamente
funesta y desconsoladora. Con alegria se propala y publica la
noticia de prosélitos convertidos , cuando solo han sido vícti-
mas de una lei inconsiderada que les prohibia casarse si no
profesaran ser lo que no eran .
Y sus hijos! ¿qué serán? ¿Seria estraño encontrarlos en
las filas del indiferentismo? Ningun resultado mas natural
deberia esperarse; y es lo que todos los dias sucede . Habien-
do sido inducidos los padres a consentir en dar un paso
falso, no pueden enseñar a sus hijos relijiosamente el
dogma romano, puesto que no lo creen ; tampoco el dogma
protestante, porque los mismos hijos sabrán que sus padres
han cometido la inconsecuencia de haberlo abjurado . Resul-
ta tambien , en cuanto al mayor número, que las personas
casadas en el modo indicado no asisten a ninguna iglesia;
y si hablan de la relijion ante sus familias, es para hacer
8

broma de la beateria, desprendiéndose por su parte de las


obligaciones del cristianismo.
Hé aquí , pues , la consecuencia de la regla actual , que
compele a los que quieran contraer matrimonio , a profesar
nominalmente ser de una misma relijion . Se ve que el disi-
dente honrado , bueno y creyente, está rechazado ; y el hom-
bre que no cree en nada, que no es bueno ni honrado, est
recibido . Bajo tal estado de cosas el desengaño no ha de tar-
dar mucho en venir, para las familias , para los sacerdotes y
para el pais. Es por esta razon que crece el número de los
escépticos; a causa de lo cual recomendamos a todo hombre
sério y pensador entre los chilenos , y a todos los que desean
la verdadera ilustracion y progreso de la patria, que tomen
⚫ en justa consideracion esta materia , viendo si no hemos in-
dicado, en la lei sobre matrimonios , una fuente de males que
amenguan la fé relijiosa, entre los círculos en que se siente
el influjo del elemento estranjero.

II.

Hasta aquí dejamos consignada una parte solo de los efec


tos de aquella regla sobre matrimonios; pero aun hai otra que
merece una atencion talvez mas séria todavia . Hai quienes
rehusan hacer la profesion de ser lo que no son , no consin-
tiendo en falsear sus convicciones , o resueltos a no cambiar
la relijion de sus padres, para efectuar el apetecido casamien-
to. Es importante notar , cual es la salida adoptada por
ellos : -y preciso es confesar que muchos de estos se apartan
de los caminos de la virtud, elijiendo entre dos males el que
estiman el menor. Ya que no pueden casarse conforme a la
lei, se entregan a vivir en ilícita amistad contra la lei . Pue-
de decirse, con mucha apariencia , que son inconsecuentes en
preferir el concubinato al sacrilejio ; pero no es cuestion de
inconsecuencias , sino de hechos visibles y males palpables.
Casos , como estos, no son infrecuentes ; al contrario son nu
merosos y causantes de la corrupcion . Siendo este uno de los
males que mas conviene conocer, permítasenos indicarlo
clara y espresamente .
Notemos desde luego sus efectos respecto a la mujer, por
que en ella se muestran mas inmediatamente. La mujer que
se entregue a vivir en relaciones ilícitas, se corrompe inevi-
tablemente. Puede ser que ame al hombre, y que le guarde
una entera fidelidad , y que llegue a ser madre; pero no es .
esposa. La noble dignidad de una madre de familia no la
sostiene, porque en la sociedad no le pertenece . Se presenta
entre su misma prole , ofendida siempre en su honor , y de
vida conocidamente indefendible.
A mas de esto , sucede muchas veces que la mujer se halla
despues abandonada por el padre de sus hijos . El hombre
que haya formado tal alianza , no se creerá obligado , talvez,
a quedar siempre fiel a sus compromisos verbales y privados
con la mujer. En un sinnúmero de ocasiones ha sucedido ,
que la mujer chilena, madre de hijos sin casarse, aunque
dispuesta por su parte a toda fidelidad , ha quedado entera-
mente desamparada por la desercion de su compañero ; la
cual no podria ser efectuada con tanta facilidad , si la lei se
hubiera prestado mas para lejitimar sus nupcias . Por ejem-
plo, óigase una historia tristísima , recien llegada al oido del
que suscribe , de la suerte de una hija del pais , y de sus hijos
por un padre estranjero :-
Un oficial norte-americano que residia en este puerto seis
u ocho años há , entabló relaciones con una jóven chilena.
Nació un hijo y despues continuaron viviendo juntos siem-
pre, hasta que el hombre tuvo motivos para retirarse del
pais ; en cuya ocasion no reparó en abandonar a la madre y
su hijo, estando como ella estaba en vísperas de segundo par-
to. Solamente la dejó unos ciento y tantos pesos con que
mantenerse . La niña fue naturalmente entristecida , y murió
en el parto , con la criatura . Escusado es decir que juzgamos
nosotros la conducta de este hombre indigna y culpable . Y
no podemos asentar seguramente, que estos dos se hubieran
casado, caso que la lei se los hubiese permitido ; si bien no es
improbable. Pero el hecho es , que la lei no les permitia
correjir la falta en que habian incurrido. Ni les dejaba otra
alternativa, sino el abandono, o el seguir en relaciones ilíci
tas e inmorales. La lei del pais obraba en contra de la ma-
dre chilena, y aun mas favoreciendo al prófugo padre estran
jero. Cuando él se iba , ella no podia insistir en acompañarle
a su tierra, como su esposa. Quedó enteramente indefensa ,
una chilena oprimida por las leyes de Chile, mientras que su
- 10

compañero, el estranjero, ayudado en su mala conducta por


aquellas leyes , salió libre de sus compromisos. Tenemos ,
pues, en éste un caso mui apropósito , para demostrar lo de-
gradante, lo corruptora y lo impolítica que es la lei actual ,
sobre matrimonios mistos , respecto a las mujeres de Chile .
Vamos en seguida a notar la suerte de los niños , segun la
misma lei . Son ilejítimos y su suerte en nada se halla en me--
jor condicion que la de sus madres . El niñito que sobrevivió
a la mujer , de la cual se acaba de hablar, fue dejado en tan-
ta miseria que , hasta hoi dia , debe la subsistencia a una po-
hre mujer trabajadora que lo recibió en su casa, para que no
pereciese al lado de los restos de la desgraciada madre . Y
casos semejantes suceden continuamente. Familias enteras
han nacido en la ilejitimidad , cuyos padres a lo menos ale-
gaban la escusa de no poder casarse por motivo de la profe-
sion falsa que se les exijia . Ni faltan tales familias mendi-
gando su pan , porque han sido abandonadas por los hombres
que eran autores de su existencia . Los hijos en seguida cre-
cen en ignorancia, prontos para la carrera del crímen si son
hombres, como espuestas a la prostitucion si son mujeres .
Empero la corrupcion emanando de estas alianzas estra-
legales , diremos, a mas de afectar a la mujer y los hijos , se
ha de considerar todavia tocante el estranjero . Este muchas
veces , si estuviera mas espedito el camino legal , se casaria.
Ha habido quienes han ido al cura y preguntádole , si no
seria posible contraer un matrimonio honorable y lejítimo ,
de cuyo intento no han desistido , hasta que han visto, des-
pues de varias pesquizas, que no les era posible conseguirlo,
sino a costa de renegar su creencia y de profesar falsamente
lo que no creen . Por esto, desanimados , los amantes se
hanresuelta a dispensarse de toda regla, toda ceremonia,
toda lei . Asi han formado la union deseada ; con intencion ,
probablemente, al principio , de quedar siempre fieles uno a
otro, como algunos talvez habrán hecho, pero no todos . Por
que, ofreciéndose despues algun motivo para romper las pro-
mesas privadas , y visto que faltaba algun lazo en lo civil , el
hombre ha sido tentado a abandonar su familia , de la cual
debia continuar siendo el protector , y a la cual la lei , en
cuanto sea de su alcance, debia obligarle. Pero allí está la
dificultad . ¿Cómo podrá la lei obligar al hombre a ella, cuan-
11

do ha dicho siempre que no era su familia? Esa lei ha insistido


que la mujer no era su esposa, sino su concubina ; ni lejítimos
sus hijos, sino bastardos; y, cuando el hombre ha querido lo
contrario, y deseado lejitimar su matrimonio , lavar la man-
cha de la frente de su mujer, y librar a su prole del baldon
1 de su nacimiento , siempre ha sido rechazado ..
No se debe, pues , estrañar si el hombre, al fin , se venga
de tales inconsideraciones sociales . Asi sucede. Humillado y
disgustado , dice : - " Convenido ; no es mi esposa ; no son mis
hijos lejítimos ; como los califica la lei , yo los reconozco a fue-
ra de la lei . Dado que no son hijos mios lejítimamente , ni soi
yo padre de ellos legalmente . Me voi , pues , a otros paises en
donde pueda tener una esposa que no sea concubina , e hijos
que no sean bastardos ."
De seguro, tal conducta no es defendible , sino, al contra-
rio , infame; pero no sabemos como calificar el error cuando
las leyes hacen posible tal conducta , si no es que la favorecen .
¡Qué cosa mas inmoral que el abandonar un padre a su mujer
e hijos ! Es una inmoralidad contra la cual las leyes deben
empeñarse y dirijirse incesantemente. La lei chilena , de to-
dos modos , debe protejer a las mujeres chilenas contra las in-
moralidades de los que, venidos del estranjero , pisen estas
playas; y un modo de hacerlo seria permitir a estos entera
libertad para casarse , en lugar de desanimarles con prohibi-
ciones inconsideradas. Porque, una vez formado el matrimo-
nio , aun en lo civil solamente , la mujer chilena podria en-
tonces hacer valer su derecho en cualquiera parte del mundo
civilizado y ante todos los tribunales . Los gobiernos acata-
rian la lei de Chile en este sentido , estendiendo su amparo
en favor de la esposa y de sus hijos, y compeliendo al padre ,
el esposo legal , a dar albergue y proteccion a los que por los
lazos de la naturaleza le pertenecen . Es en este sentido que
se debe lejislar , si no con otro motivo , en defensa propia
de los habitantes de la nacion . Déjese libre al hombre para
contraer el enlace que apetece , por medio de un casamiento
honorable, cuando lo solicite, y no podrá entonces abando-
nar a su mujer chilena y volver a su tierra para entrar en
otras nupcias, despreciando a aquella con quien vivia aquí :
tampoco podrá tener nacida allí otra familia lejítima, que-
dándose aquí sus primojénitos , chilenos, mendigando quizás,
12

si pan, y en todo caso afrentados con el baldon de la bas-


tardia.
¡ Cuánto mas razonable y útil seria la política de quitar
trabas que no promueven la moralidad ni pureza de costum-
bres, y dejar libre el camino para que cada estranjero que
quiera formar una familia, pueda hacerlo , como ciudadado
bueno y digno, como padre virtuoso y atento .
¡ No seria mas que ceguedad , persistir en una práctica de
que se cosecha fruto tan pernicioso, cual es la hipocresía sa-
crílega, por un lado , y por otro el concubinaje !

III.

Pero no se ha de pasar desapercibido el derecho de la li-


bertad natural , inherente en cada individuo ; el cual en la
materia que se discute es contínuamente hollado . El que se
halla en disposicion para asumir las responsabilidades y cum-
plir con las obligaciones de padre de familia, por un matri-
monio honorable , está en su derecho , dado que no sea dentro
de grados prohibidos de consanguinidad , y que él no esté en
compromisos de casamiento anterior . Negarle el ejercicio de
este derecho no es menos que un abuso de poder, compara-
ble solamente con otras tropelias que se cometen contra las
libertades personales . Hai un axioma universal tocante a
tales materias , "Como quereis que os hagan los hombres ,
asi hacedles tambien vosotros ." Júzguese, pues , la regla,
que prohibe matrimonios mistos , a la luz de este axioma; y
para que lo hagamos sin equivocarnos , supóngase que rija
en los Estados Unidos una lei , impidiendo al chileno , ave-
cindado allí, casarse con una mujer norte-americana , sino a
condicion de que niegue la relijion de sus padres , como pro-
bablemente sus mas íntimas convicciones propias ; ¿y no diria
el chileno que era una tropelia? ¿No dirian sus paisanos ,
tambien, que era un ataque intolerante contra los mas caros
derechos naturales? ¿Qué defensa podria alegarse en favor
del gobierno si atropellase, en tal sentido , las afecciones del
estranjero, avecindado en su territorio? Ninguna . Ante la
justicia, la razon y la libertad , tal lei no seria defendible.
Pero una lei que no se podria defender allá , no se podrá
defender acá tampoco . Si los chilenos no deben sufrir bajo tal
13

regla, avecindándose en Norte América, entonces no debe-


rian imponer tal regla a los estranjeros avecindados aquí; y
mas, cuando hemos visto ya, que sus efectos son altamente
inmorales y contrarios a los mas valiosos intereses de la na-
cion. Con igual razon pudieran hacerse revivir las antiguas
leyes comerciales de España , de los tiempos del coloniaje, se-
gun las cuales fue prohibido a hombres de otras naciones te-
ner aun negocios con los habitantes de Chile . La mejor doc-
trina moderna ha sido tan contraria a la de la metrópoli , que
se dice a los hombres de toda nacion, que puedan traer libre-
mente sus mercaderias y venderlas en los mercados chilenos .
De lo cual resulta la prosperidad y bienestar nacional . ¡ Cuán-
to mejor es esto que las esclusiones , y el intentar la conser-
vacion de un monopolio a favor de fabricantes españoles , con
que la nacion perderia , los comerciantes honrados sufririan ,
y nadie ganaria, sino los contrabandistas atrevidos y sin es-
crúpulos !
Pero los verdaderos intereses del pais , no se han de pro-
mover por alguna otra clase de esclusiones , ni por negar cual-
quiera de sus derechos naturales a los estranjeros que se de-
sembarquen en estas costas buscando su bienestar . Mas bien
se les debe ofrecer todas las franquicias posibles , lo mismo
que a los hijos del pais , hasta que sientan latir el corazon
con amor hacia la República de Chile , como si fuese su mis-
ma patria.
El pais tiene necesidad de brazos , de capitales , de luces ,
en una palabra, de hombres ; y, sin embargo, segun la prác-
tica actual mas bien se aleja a los hombres que vienen del
estranjero. ¡ Que vengan , sí; pero que no se queden ! ¡ Que
vivan aquí algunos años , en mala vida talvez ; pero que no
se arraiguen tomando título de esposos y de padres lejíti-
mos! ¡Que sean avecindados transitoria, pero no permanen-
temente!
Si quieren traer familias de ultramar, bienvenidas serán ;
o si vuelven a su tierra a casarse y traer esposas de allá ,
serán bien recibidos ; o si acaso pueden encontrar mujeres
estranjeras aquí, en hora buena, segun la lei formada ad hoc-
les será permitido casarse en Chile, y los chilenos se apresu,
rarán a recibirlos con su acostumbrada hospitalidad ; pero si
desean casarse con hijas del pais y quedarse para siempre,
14

para no volver mas a otra parté ; eso no, eso no se permite !


De vez en cuando , se oyen quejas contra los estranjeros ,
porque despues de trabajar en Chile unos cuantos años , y de
reunir una fortuna, se van a pais lejano para gozarla, des-
cansando y educando sus hijos allí, en lugar de enriquecer a
Chile en donde han pasado tantos años y afanes . Pero toda
la culpa no es de ellos . Con distintas leyes , talvez habrian
elejido distintos caminos y relaciones de vida. Y , aun dado
que exista una propension por parte de los estranjeros , para
volver a sus paises natales , una sábia política debe formar
planes para contrariar esa tendencia benignamente ; debe
empeñarse en hacer que el estranjero se olvide de otra tierra,
que ame a esta como suya, y que no piense mas en salir de
aquí para otra parte. Para conseguir el bienestar de la nacion ,
hé aquí el fin al cual la política debe ser dirijida juiciosa y
jenerosamente, hasta que vengan por miles del estranjero ,
ligándose al pais como hijos adoptivos , por todos los vínculos
-de interes , de amor, de patriotismo y de familia ; buscando el
adelantamiento de su nueva patria ; y prontos a mantener el
derecho de ésta , como a servir en su defensa . No faltaria
entonces el crecimiento , ni la fuerza física y moral de la na-
cion .
Dicen que el pais es capaz de sostener una poblacion de
tres o cuatro millones de habitantes , en lugar de los dos mi-
Ilones que aproximadamente tiene . Hai campos feraces en
superabundancia , incultos. Hai riquezas minerales que toda-
via no se han esplotado . Abraza entre sus confines tribus
que hasta ahora rehusan someterse a las leyes y civilizacion
de la patria. Y, para aprovechar de estos recursos , regalados
por la providencia en beneficio de la nacion , como para
mantener firmemente su autoridad en todo el territorio , es
preciso atraer pobladores valientes e intelijentes . Pero,
en lugar de eso, con una refinada astucia , el mayor número
de los hombres mas emprendedores que vienen , son.incita-
dos a que no se arraiguen , sino mas bien a que se vayan . La
prosperidad y bienestar nacional se posponen por otros mal
entendidos intereses, por preocupaciones ciegas , o por algun
monopolio inconsiderado . Si fuéramos hostiles al progreso de
esta república, callariamos o aconsejariamos que se continúe
una política tan miope y absurda ; pero , ya que no lo somos ,
- 15

llamamos , del modo mas respetuoso que podemos emplear,


la atencion de los ciudadanos sensatos sobre el asunto de que
tratamos ; para que vean , si el negar al estranjero su derecho
de casarse libre y honorablemente, no es uno de los mas po-
derosos estorbos al aumento de las fuerzas de la patria .
Y todo esto, ademas de lo que dejamos ántes indicado y
probado, que la misma negacion de matrimonios mistos es
una fuente prolífica de males , respecto a la moral , sin surtir
buen efecto alguno.
Los que quieren ligar permanentemente su suerte a la na-
cion , son desanimados , si no es que son por la lei repulsados .
O, en caso que los contrayentes consientan en llenar la
condicion que se les exije para casarse , profesando compul-
soriamente ser ambos de una misma relijion , es a costo de la
hipocresía sacrílega , que no hace mas que dañar y destruir
los principios de la relijion en el alma del hombre , y muchas
veces en las de sus hijos despues tambien .
O, en caso que rehusen hacer la profesion indicada, y por
evitarlo contraigan un enlace ilegal y deshonroso , en pos de
esto viene la corrupcion de la mujer, del hombre , y de la
prole , seguida talvez mas tarde por el abandono y la miseria
de la familia entera.
Hé aquí el fruto del tronco que hemos señalado , los efec-
tos de una lei que impone al hombre una violacion de sus
sagradas libertades; contra la cual todo chileno protestaria,
mutatis mutandis, si sus intereses le llamasen a residir en
otros paises ; y por cuya causa hombres de una conciencia
instruida, se han visto ya contrariar sus afecciones y alejarse
del pais , cuando se hallaban en ánimo de casar y quedarse.
Asi sufren los estranjeros . Así se menoscaban los bien en-
tendidos intereses de la moral doméstica . Así se impide la
mas buena inmigracion . Asi se amengua la verdadera fé re-
lijiosa, aumentándose el escepticismo .

IV .

En vista de razones tan poderosas, que motivan un cam-


bio respecto a la lei sobre motrimonios, nos contentariamos
con añadir que merecen la atencion de los hombres patriotas
de Chile, si no fuese que queda a nuestra consideracion , to-
davia, la cuestion importante: -Si es posible iniciar una le-
16

jislacion distinta de la que rije, sin invadir los sagrados re-


cintos de la iglesia.
¿Cuál será, pues, la debida injerencia de la iglesia en ma-
terias de matrimonio? Contestamos , que habia matrimonios
antes que hubiera iglesias , y , por eso , antes que hubiera igle-
sia cristiana; es decir, por ejemplo, en tiempos de la repúbli-
ca romana, los matrimonios eran solemnizados y hechos lejí-
timos, tocante a lo civil , aunque no interviniese la iglesia
cristiana, que todavia no existia, ni la judaica , que en Roma
no rejia . Puede haber matrimonios , entonces, cuándo y en
dónde no hai iglesia, ni sacerdote, ni ministro. El principio
es irrecusable , en lo civil , tocante a lo cual estamos hablan-
do, y hacia lo cual un gobierno tiene que mirar .
Pero, cuando la iglesia cristiana fué planteada en el mun-
do, reclamó el poder de vijilar sobre todas las relaciones del
hombre, por mundanas que fuesen, y con mayor razon sobre
esta relacion de familia a la que dió el carácter de sacra-
mento, dando o negándose a dar la bendicion del sacerdote
segun su conciencia . Este poder lo reclama la iglesia siem-
pre, hasta ahora, y con sobradísima razon . Porque , si las
autoridades eclesiásticas no pueden bendecir ciertas nupcias ,
el compelérselo seria una invasion nefanda contra su indepen-
dencia, que la iglesia a todo trance deberia resistir . La bendi-
cion es la prerogativa esclusiva de la iglesia , respecto a la cual
ningun gobierno tiene facultades para entrometerse . Y, vis-
to que los matrimonios mistos , en algunos paises , no son
conformes con la disciplina de la iglesia , ninguna lejislacion
podrá obligarla, a que se dén las bendiciones sobre ellos , sin
contrariar indebidamente la injerencia de la iglesia en asun-
tos matrimoniales .
Pero eso de permitirse , por la lejislacion civil , a los de
diversa relijion casarse, no invadiria en modo alguno los
derechos sagrados de la iglesia, puesto que no demandaria
1 que ella diese su bendicion. Quedaria la iglesia enteramente
libre, en su propia esfera, tocante a lo relijioso , para rehusar
la bendicion a tales nupcias ; así que su mas acérrimo defen-
sor estaria en la necesidad de admitir que no se invadia en
lo menor su independencia; mientras que los derechos natu-
rales y de conciencia de los individuos, serian justamente
respetados.
17

En apoyo del argumento seguido hasta aquí , no será escu-


sado , talvez , que citemos la práctica de las mismas autori-
dades eclesiásticas . Es bien sabido que , respecto a los matri-
monios mistos , han solido ejercer cierta induljencia, segun
las circunstancias de distintos paises . Por ejemplo , desde
Roma se conceden dispensas contínuamente, en favor de
tales nupcias celebradas en Francia. Los mismos favores
son estendidos a los habitantes de Inglaterra y los Esta-
dos Unidos , con una entera liberalidad . Tales dispensas
han sido concedidas varias veces aqui en Chile , tambien ,
por los obispos ; y , cuando alguno de éstos no han querido
concedérselas , han sido obtenidas sin embargo del Nun-
cio romano, y aun de la curia de Su Santidad misma en
Roma. Con todo lo cual el principio de que hablamos se
autoriza firmemente por ser admitido en los pasados y ac-
tuales actos de las mas caracterizadas autoridades de la igle-
sia, las cuales han reconocido y reconocen la validez de los
matrimonios mistos, con solo omitirse la bendicion sacerdo-
tal sobre las nupcias . Y , desde que el principio ha sido reco-
nocido en un solo caso , y mucho mas desde que ha sido re-
conocido en repetidas ocasiones , no sabemos por qué no se
deberia aceptar de regla en todo caso que se presente . Si a
diez personas se les permite casarse en matrimonio misto,
¿por qué no se ha de permitir a veinte? Si a Pedro se le deja
hacerlo ¿por qué no se le deja a Juan tambien? Mil veces
mas justo seria, que la lei prevaleciese para todos . Y, si a la
iglesia no le conviene dar su bendicion relijiosa , ella debe
tener reconocidos su derecho y razon en rehusarla ; entretan-
to, si hai personas que se contentan con casarse civilmente ,
sin esa bendicion , se las debe dejar gozar tambien de la li-
bertad con que Dios las ha favorecido .
Queda mas que añadir todavia .
El principio de dar el solo efecto civil a ciertos matrimo-
nios, al cual pedimos que se dé ensanche, no es enteramente
desconocido en la lejislacion del pais . Ha sido sancionado ya .
El Supremo Gobierno, viendo que hubo una necesidad de
remover los obstáculos que existian respecto a los matrimo-
nios entre disidentes, promulgó una lei segun la cual éstos
podian casarse civilmente. Ni es moderno el acontecimiento ;
casi un cuarto de siglo há, desde la promulgacion de dicha
2
18

lei ; y prueba es de la alta justicia que rejia aun en aquella


época en los consejos nacionales , como de lo juiciosa que era
su política hácia los estranjeros .
Segun aquella lei , que rije desde el año 1844 , los disiden-
tes que quieren casarse, son exentos del rito católico , y el
cura no ejerce intervencion alguna en el matrimonio , sino
en lo civil . A él no se le obliga a ningun acto sacerdotal .
No teniendo que echarles a los esposos la bendicion , queda
libre en toda sus funciones ministeriales ; mientras que los
disidentes se hallan con todos sus derechos en la materia,
respetados tanto como si estuviesen en sus mismos paises .
No son condenados a profesar ser lo que no son ; ni obligados
a vivir juntos en los relajados vínculos de un matrimonio
desconocido por la lei . Nada se ordena tocante a los actos
relijiosos con que el enlace se ha de solemnizar ; pero , sin
embargo, no hai deshonra ni motivo para desconfianza . La
union es de todo punto honorable ; el matrimonio y su prole
son lejítimos .
Se vé, pues , por esto, que se ha puesto en práctica, en fa-
vor de los disidentes en Chile, la misma justicia que pedirian
los chilenos en un pais protestante; con lo cual el pais gana
en la moralidad doméstica ; los esposos ganan , conservando
su buena conciencia ; las familias ganan en paz y segu-
ridad . Cien veces , cuando en nuestra presencia se ha criticá-
do de intolerante e inhospitalaria la política de Chile , hemos
contestado orgullosamente citando esta lei que dá la aproba-
cion del Supremo Gobierno, en lo civil , a matrimonios
entre disidentes. Quisiéramos ahora tener la oportunidad de
citar, al mismo efecto , otra lejislacion , que estienda el mismo
principio de aprobacion , a una conclusion justa y lójica res-
pecto a los matrimonios mistos .
Con eso ganaria la nacion chilena en la moral pública.
Luego habria de notarse una mejora en las costumbres , por
la disminucion de la ilegalidad . Porque en gobernar escesi-
vamente la ilegalidad siempre se aumenta , se pierde de vis-
ta los principios , y la autoridad es despreciada .
Con eso el contacto del elemento estranjero con la pobla-
cion nacional no tenderia , como actualmente tiénde , en mu-
cha parte, a una contaminacion mútua . La incredulidad no
se veria en aumento entre padres e hijos , como fruto de la
19 -

hipocresia compulsoria ; ni en otros casos podrian los hom-


bres librarse de sus compromisos , rechazando a sus mujeres
chilenas como concubinas, y dejando a sus hijos chilenos en
la mala condicion de ilejítimos .
Con eso, al contrario , los hombres serian arraigados en
Chile, hasta sentir que aquí tienen su pais ; por cuyo pro-
greso trabajarian ; a cuyas libertades consagrarian sus fuer-
zas, sus luces , y, si hai ocasion , su sangre ; y en cuyo suelo,
viviendo toda la vida , dejarian tras sí familias prósperas, bien
educadas y lejítimas .
Ademas nadie sufriria en ninguno de sus derechos . Las
personas que no tienen disposicion hácia matrimonios mis-
tos podrian siempre, como ahora, abstenerse de ellos ; mien-
tras que las personas que buscaran en tales alianzas su bien-
estar y felicidad , se librarian de impedimentos para realizar
deseos tan justos como naturales .

DAVID TRUMBULL .

CONTESTACION A LA " REVISTA CATÓLICA. "

Con vivo interes he leido los tres artículos consecutivos


con que el redactor de la Revista Católica se ha dignado con-
testar a lo que escribí sobre los matrimonios mistos . No pue-
do menos que espresar sentimiento al saber que las aprecia-
ciones respecto a la moral pública , que aduje, se estiman de
tan poco peso por aquel órgano de los sentimientos relijiosos.
Veo que el principio de la autoridad de la Iglesia preocupa,
esclusivamente casi , la atencion del escritor , en oposicion a
la lejislacion civil en cuyo favor habia abogado. Bien puede
ser que la cuestion se presente en variadas luces a varias per-
sonas; y que yo, por una educacion puramente republicana,
haya llegado a tener mas simpatia por los intereses del pue-
blo que hácia los poderes reclamados por el clero.
20

El respetable redactor dice:


"Habriamos deseado que el autor que combatimos hubiera
" seguido el órden lójico y natural de las cosas , tratando
" primero la cuestion primordial : si competia o no a la auto-
" ridad lejislativa del pais dictar una lei contraria a la de
" la Iglesia sobre matrimonios mistos ."
Supongo que esto significa en lenguaje claro , que no
compete al gobierno de Chile ni a ningun otro dictar leyes
que contrarien a las de la Iglesia , en punto alguno tocante a
los matrimonios . Los lejisladores del pais sabrán mejor que
nadie si están o no conformes con tal definicion de sus atri-
buciones ; pero a mi parecer , la pretension del escritor se halla
contrariada por la historia de los paises católicos ; y a mas
de eso , envuelve la sumision del estado a la iglesia , de los
presidentes a los obispos , y de los congresos a los cabildos
eclesiásticos . No quiero incurrir en la responsabilidad de
negar que la Iglesia romana haya insistido en reclamar una
autoridad soberana en materias de los matrimonios ; pero
digo , a la luz de la historia , que los gobiernos no han estado
acordes con semejante reclamo. Un ejemplo histórico mui al
caso tenemos en la Francia, pais tan eminentemente católico
que se ha denominado el brazo derecho del papado, como
lo es , sin duda. Pero por muchos años , en Francia las auto-
ridades lejislativas han creido, que les competia dictar leyes
que permiten matrimonios mistos . Y si son permitidos
en lo civil allí ¿por qué no se han de permitir aquí tambien?
Si la Iglesia no se cree ofendida con aquella lejislacion libre
y justa en Francia ¡ cómo podria quejarse de la misma en
Chile! ¿No se jacta de la uniformidad ? Será que la iglesia
tenga en diferentes paises sus variaciones .
Tales matrimonios son tambien admitidos civilmente en
Béljica, en Irlanda, Alemania, Suiza, y Austria; en vista de
cuyo hecho , confieso grande asombro al leer, en un perió-
dico que debe ser ilustrado, espresiones tan fuertes como las
siguientes:
"Dependiendo de esta lei (de la Iglesia) ya la validez, ya
" la licitud del matrimonio misto , la lejislacion civil que la
" contradijera cometeria un doble atentado (oid . ) Si sancio-
" naba la legalidad del matrimonio misto, sin las solemni- 1
" dades que la iglesia católica prescribe para su validez, tal
- 21

compromiso no seria matrimonio verdadero, sino un con-


" cubinato legal. "
¡Palabras bien poco pensadas son estas ! ¿Puede ser de
veras que un escritor intelijente , hoi dia , en el siglo XIX ,
pretenda ante el mundo que los matrimonios mistos , legali-
zados civilmente en Francia, Béljica , Suiza , Alemania, Aus-
tria, Piamonte , Irlanda, Inglaterra y los Estados Unidos ,
sin las solemnidades que la iglesia católica prescribe , no
son verdaderos matrimonios sino concubinatos legales? Se-
guramente la estravagancia, de avanzar pretensiones cho-
cantes con todo sentimiento de urbanidad y de relijion, no
podria ir mas allá . ¡ Benditos serán , pues , únicamente los
paises como España, Portugal y los Estados Pontificios , cu-
yas autoridades lejislativas no se atreven a asegurar al hom-
bre sus derechos naturales ; y entre tanto los paises mas
adelantados y libres , como Piamonte , Francia y Béljica ,
tambien católicos , en los cuales se ha roto el báculo de la
curia por los gobiernos , han de ser objetos de una tierna y
lacrimosa compasion!
Pero, tampoco escaparán talvez todos los que viven ave-
cindados en Chile , de las inconsideradas apreciaciones del
redactor de la Revista Católica . Existen aqui personas que
no estarán , como se ha creido , enlazadas en matrimonio
verdadero , sino en "concubinato legal . " La lei de 1844 le-
galizó los matrimonios entre disidentes , sin las solemni-
dades que prescribe la Iglesia Católica, porque el cura
párroco no interviene sino respecto a lo civil . ¡ Querrá pues,
mi revisor, seguir el rumbo de su principio , hasta consignar
a los que se hayan casado asi en Chile al concubinato legal?
Si lo hace, una de dos cosas ha de resultar: -o su embarcacion
sc estrellará sobre el arrecife de disgustar a sus conciudada-
nos sensatos , o vendremos todos a concluir que la pala-
bra concubinato ha cambiado de significado, y que repre-
senta una relacion pura y honesta.
Cuando el jinete sesudo distingue que su camino lo lleva
al borde de un precipicio vertijinoso, debe volver a dar pasos
hácia atras ; y de la misma manera , hará bien este redactor,
para salvarse, si repara en no seguir con una teoria que le
lleva a conclusiones tan subversivas, como las que acabo de
citar.
22

Pero, fijemos mas la atencion en la cuestion; ¿Si compete


o no a la autoridad lejislativa contrariar leyes de la iglesia ,
cuando estas choquen con los derechos naturales y particula-
res de los individuos?
Ciertísimo es que muchas veces se ha lejislado en este sen-
tido en paises católicos . Por ejemplo, el Tribunal de la In-
quisicion fue establecido a fines del siglo XII por el papa
Inocencio III, para proceder contra herejes . Se introdujo
en Italia, España, Portugal , la India y algunas partes de
América . Recibió el nombre del Santo Oficio por rescripto
de Pablo III , con confirmacion despues por Sixto V. Fue
orijinada, pues, por la iglesia , y dirijida por los domínicos ,
hasta que vino a ser el monstruo de opresion mas cruel y es-
candaloso que se haya visto en el mundo . Su objeto preten-
dido era promover la pureza de costumbres, conservar la fé
relijiosa, y estinguir la herejia ; fines que sus fautores creian
ser sábios y santos , como de veras lo eran ; pero los medios
eran altamente inícuos y perniciosos . El Santo Oficio fue un
abuso satánico contra los derechos del hombre ; y en lugar de
promover la buena moral , producia la inmoralidad mas es-
pantosa ; lejos de purificar la fé relijiosa , la deshonraba y
corrompia.
¿Quién fué, pues, el que acabó con esta máquina infernal?
¿La iglesia católica talvez , llenando su sublime mision de la
caridad? No; nada de eso . A ella pertenece la infamia de
haberla orijinado, por conducto de sus mas caracterizadas
autoridades. Pero no dió un solo paso para librar los
paises de ella. El Tribunal del Santo Oficio fué abolido
por los gobiernos civiles , uno despues de otro, en los varios
paises en que habia puesto su planta de fuego. Era lei de
la iglesia, y tocaba a las autoridades lejislativas dictar otra
lei contraria a ella. En Chile , sea dicho en su honor , el pa-
triotismo ni consintió en que se estableciese. Nunca jamas
fue deshonrado su suelo con la inquisicion . Este pais no trepi-
dó en contrariar el mandato eclesiástico en aquella ocasión ;
mientras que los otros paises del mundo , el Perú , España ,
Portugal e Italia , no esperaron ni el permiso , ni el consen-
timiento siquiera de la iglesia , para librarse de tan temible
instrumento de la muerte. Si hubieran esperado hasta que
las autoridades eclesiásticas levantasen su voz o su mano
23 -

para destruirlo, es estremadamente probable que hasta ahora


el mundo católico hubiese continuado jimiendo bajo el influjo
maléfico de una institucion tan subversiva del cristianismo .
En España fue mantenida hasta la invasion de la Peninsula
por Napoleon I ; y dicen los italianos que rejia en Roma hasta
la revolucion del año 1848. Claro es pues , que los gobiernos
civiles en paises romanos no han admitido el principio de no
poder dictar leyes contrarias a las de la iglesia ; sino que han
restrinjido el poder eclesiástico a su propia esfera , siempre
que han tenido la fuerza para hacerlo .
Es preciso, pues, declarar y admitir la verdad sin trepidar
ante preocupaciones , que las naciones católicas no admi-
ten el principio , sobre cuya base mi revisor funda su ale-
gato, contra el cambio que pido se haga en la lejislacion civil
del pais . Estas naciones no han solido esperar que la Iglesia
sancionase de antemano, ni muchas veces que reconociese
los derechos que se hayan reclamado.
Rejistrense, por otro ejemplo , los edictos de la tolerancia
o de la libertad de cultos en Francia para ver si nacieron del
seno eclesiástico o de la autoridad lejislativa, o si fue pedido
el acuerdo siquiera de aquel .
Igual cosa podemos indicar respecto a las concesiones a fa-
vor de la conciencia en Piamonte, que han sido las mas bri-
llantes estrellas de honor en la corona de Victor Manuel .
Do quiera que haya alcanzado el poder de su cetro en toda
la Italia, ha sido acompañado por la libertad de cultos . Mas
el clero no introdujo estos cambios en la lejislacion piamon-
tesa. Mas bien temia las reformas y las libertades . El rei
con Cavour y sus coadyutores políticos llevaron adelante las
medidas libres no contando con la cooperacion de la Iglesia ,
sino empeñándose en vencer su resistencia tenaz y resuelta.
Buscando el bien de la nacion , creyeron poder dictar varias
leyes contrarias a las de la Iglesia ; y el levantamiento de la
Italia de la postracion de siglos es el indicio mas evidente
de lo sábia que es la nueva política del rei de Piamonte.
Tambien la lei francesa sobre matrimonios mistos no tuvo
su orijen en consejos clericales . Al contrario, el Papa Pio
VII hizo una protesta , o qué sé yo , contra ella, por ser con-
traria a las leyes de la Iglesia . ¿Y cuál fué el resultado? El
gobierno civil , viendo que era una medida de imperiosa ne-
24

cesidad, tanto para los derechos de los individuos como para


la pureza de las costumbres, se mantuvo firme. La lei fue
promulgada, y por consiguiente hubo una grande correccion
de abusos tan funestos como arraigados . Y cuando diez años
há se le pidió a Napoleon III que restrinjiese en algo las li-
bertades relijiosas galicanas, on dit que su contestacion fué ,
sustancialmente , que la Francia, en cincuenta años de espe-
riencia de las leyes de la tolerancia , habia obtenido resulta-
dos tan útiles, que no consentiria que fuesen alteradas.
Pero no hago bien quizás en citar ejemplos solamente del
viejo mundo , puesto que en Chile mismo tenemos ejemplos
que demuestran que la lei de la Iglesia no haya sido acepta-
da siempre como la suprema lei del pais . Aun aquí han crei-
do que competia al gobierno dictar una lei contraria a la de
la Iglesia, en el caso a que antes me referí. Supongo que la
autoridad lejislativa no recabara el permiso de los obispos ,
antes de dictar la lei sobre matrimonios entre disidentes en
el año 1844. Y creo que los matrimonios entre disidentes no
están conformes tampoco con la lei de la Iglesia. Luego ,
pues, la lei que los sancionó hubo de ser contraria a ella; y
desde que la autoridad lejislativa ha creido que le competia
dictar tal lei sobre los matrimonios entre dos disidentes , no
se podrá imajinar buenas razones para que no dicte otra en
el mismo sentido sobre los matrimonios entre disidentes y
católicos .
Con lo espuesto ahora , creo, pues , que he seguido suficien-
temente el órden lójico y natural , indicado por mi revisor ,
respecto a la competencia del gobierno y Congreso para rom-
per otra liga añeja que daña la moral pública , que impide
el desarrollo de la nacion , y que impone un injusto como
duro yugo sobre particulares , sean estranjeros , sean nacio-
nales .
Tomo la franqueza de añadir que toda la historia moderna
demuestra lo protectora que es , para la conciencia , la doctri-
na de que el Estado puede intervenir e insistir en que vuelva
la Iglesia a su propia esfera. Mi reino no es de este mundo, es
axioma del cristianismo dado por su divino fundador. Aque-
lla intervencion se hace indispensable en paises católicos ro-
manos, donde las autoridades de la iglesia son esclusivamen-
te sacerdotales ; y todavia mas indispensable sobre los matri-
25 -

monios, a causa de estar los sacerdotes bajo el yugo artificial


del celibato forzoso , por cuyo motivo , en la estricta continen-
cia que profesan, es difícil que tengan simpatia por los im-
pulsos naturales de los otros hombres . Por esta razon , es de
suponerse que el gobierno civil , vino, por la lei de 1844, a
relevar las conciencias de los disidentes de una pesada opre-
sion . La regla en la época anterior les prohibia casarse . Era
la lei de la Iglesia, y fue una felicidad que el gobierno inter-
vino para dictar otra contraria a ella. Lo mismo sucederá
cuando dicte otra mas que permita los matrimonios a perso-
nas de distintas creencias .
Y tarde o temprano esto ha de ser. No es mas que
cuestion de tiempo . La moral lo demanda . Crece la cor-
rupcion . Nacionales y estranjeros se dañan mutuamente.
Hé aquí en la lejislacion un remedio . La iglesia se muestra
impotente para contrarrestar el ímpetu de la corriente, como
se ve en los guarismos publicados en el Mercurio , con la fir-
ma de J. V. , en estos dias , los cuales demuestran que hubo
en el año 1854 la proporcion asombrosa entre 68,000 nacidos
de 13,000 ilejítimos .
Por eso es que he indicado una de las fuentes prolíficas de
esta plaga de la sociedad , y pido respetuosamente a los lejis-
ladores , que aman à su patria y desean su bienestar moral ,
que apliquen pronta y eficazmente el remedio de una liber-
tad mas justa y ensanchada.

Habiendo contestado a la Revista en lo que me llamó a


considerar la cuestion: Si competia o no a la autoridad le-
jislativa del pais dictar una lei contraria a la de la Iglesia ;
quiero hacer algunas indicaciones , ahora , sobre los otros
puntos que ha tocado el redactor .
Ha escrito estensamente sobre la libertad y los derechos .
Pero sus ideas son confusas. Segun su método de pensar , no
existe libertad alguna en materias relijiosas , sino en favor
del católico romano . Dice :
"La autoridad lejislativa del pais que impusiera una lei
" civil sobre matrimonios , etc .... haria un ataque directo a
" la libertad católica de la nacion chilena . "
Ai ! pues, de los aflijidos habitantes del Piamonte, Béljica
y Francia, tan oprimidos y de su libertad robados ! Segun
26 .-

esto , la libertad católica significa la de imponer inhabilitacio-


nes sobre conciencias ajenas para no casarse .
El modo de raciocinar no es diferente del que emplean los
dueños de esclavos , cuando mantienen que una lei de eman-
cipacion seria un ataque directo a su libertad , si no se les deja
continuar sirviéndose de esa propiedad en huesos y carne , ya
poseida tantos años. Asi es que no se reconoce que la liber-
tad es un principio universal , ni que tiene la conciencia
inmunidades que han de ser respetadas por todo poder hu-
mano, sino cuando se trata de la conciencia católica. Por
consiguiente, la libertad no seria mas que un provechoso mo-
nopolio en favor de los súbditos romanos esclusivamente.
El propagandista disidente en España , por ejemplo , puede
ser sentenciado por nueve años a las galeras , y todos los ór-
ganos de la Iglesia romana se callan . Ni una sola voz alzan
en favor de las libertades holladas en aquel individuo ; mien-
tras que el Papa mismo sale a la palestra en favor de los
prelados sediciosos y reácios que han sido espulsados de Mé-
jico por aquel gobierno en la lucha mortal que sostiene con-
tra invasores del esterior y traidores domésticos .
Es como el juego de los muchachos con cobres: "cara, yo
gano; cruz, tú pierdes."
"La chilena católica" prosigue en este sentido mi revisor,
፡፡
que quiere contraer un enlace misto , no tiene el derecho de
" infrinjir las leyes de su propia Iglesia. Luego la lei civil
" que la pusiera fuera del alcance de la lei de la Iglesia, la
" induciria a obrar contra los dictámenes de su propia con-
" ciencia, y a encadenar los derechos de su libertad católica ."
Dejarla, pues, libre para casarse con aquel a quien ame,
seria la encadenacion de su libertad .
! Dura libertad ! dirán muchas , y muchos contestarán:
¡ Encadenacion bendita!
Relacionada está con esto la contestacion que se da al caso
supuesto, " que rija en los Estados Unidos una lei impidien-
" do al chileno avecindado allí, casarse con una mujer nor-
" te-americana sino a condicion de que niegue la relijion de
" sus padres ." Ademas del candor que demuestra , es bien
gracioso cuando el redactor replica que esto no es aplicable,
66
porque los poderes lejislativos protestantes no exijen la
" negacion de su relijion al católico, cuando intenta enla-
27
(6
zarse en matrimonio con una disidente . " Es decir, pues,
¡porque los poderes lejislativos protestantes guardan un justo
respeto hacia los derechos naturales de hombres y mujeres !
Mi revisor está andando con cumplimientos para con los pro-
testantes . Acepto el reconocimiento que hace de la rectitud
de su lejislacion de ellos , en el asunto de los matrimonios .
Pero como argumento a favor de la causa de la intolerancia
romana que patrocina, no tiene el valor de una paja . Al con-
trario, el chileno , tratado tan injustamente como en el caso
supuesto , y como se hace aquí siempre hacia los protestantes ,
no diria que eso fue contrario al espíritu del protestantismo ,
sino que era contrario a las leyes inmutables de la justicia
humana; que era una opresion ; que sus derechos naturales
estaban atropellados ; y que el gobierno de los Estados Uni-
dos hacia lo que ningun gobierno tiene el derecho de hacer .
Si las mujeres chilenas se dejasen persuadir por estas ra-
zones de que esta tan jactada libertad católica es efectiva,
cuando no pueden seguir el rumbo de sus mas puras y
tiernas afecciones , no serán tan avisadas como las habia
creido .
Seguro estoi que la nacion chilena no se hallará de acuer-
do con las ideas que dominan al redactor , sobre los puntos
indicados , de no reconocer que el disidente tenga derechos
que respetar, sino es el único de entrar en el seno católico.
No piensa así la nacion , ni tampoco el Supremo Gobierno ,
cuya política por veinticinco años ha sido la de reconocer y
respetar los derechos de los disidentes . Traducido en len-
guaje claro, la política de la nacion chilena dice a las auto-
ridades de la Iglesia : "Vuestras teorias serán sin duda mui
justas , y podrán cuadrar bien en vuestras revistas , discur-
(6
sos , pastorales , alocuciones , etc. , pero no podemos ponerlas
66
en práctica. Los disidentes serán herejes seguramente, y es-
" tarán lejos por eso de gozar de los beneficios de la Santa
Iglesia, como decis ; pero ya que son buenos vecinos , em-
prendedores y caritativos , no podemos estorbarles que
" adoren a Dios segun su conciencia . "
Hé aquí el sentimiento , no solo jeneral , sino creciente en
el pais. Véase , por ejemplo , los bautismos , entierros y casa-
mientos entre disidentes , que son tan libremente permitidos ,
en honor de Chile sea dicho , tantos años há. Pruebas son to-
- 28 -

dos estos hechos que se les ha concedido la libertad de hacer


lo que es conforme con su conciencia en materias de relijion .
Es cierto que todavia hai que pedir mas libertad , pero la
nacion de Chile está mil leguas adelante de mi respetable
revisor en asuntos de libertad relijiosa ; como está adelante
de la autoridad eclesiástica, tambien , dado que la Revista sea
representante fiel de las apreciaciones de ella . Y sensible es
el decir esto ; porque el poder del sacerdocio , para impulsar a
la nacion hácia su bienestar moral , siempre ha de quedar
disminuido , cuando el pueblo reconozca y respete , en prácti-
ca, los derechos y libertades ajenos mas que el sacerdocio .
El ministro de la relijion no debe ser la estátua de piedra
sobre la muralla de una secta , sino el símbolo de la libertad
y del derecho para todos.
¡El benevolo Las Casas ha sido en el mundo promotor de
la verdadera fé relijiosa cien mil veces mas que el inquisidor
Torquemada!
El redactor de la Revista me impone la necesidad de criti-
""
car tambien , sus ideas respecto a " la pureza de costumbres . '
Segun su modo de ver, la cosa mas contraria a dicha pureza
es el no ser profesadamente católico romano. Que el hombre
sea un leal ciudadano , esposo fiel , padre cariñoso , amigo
sincero, y comerciante honrado , no es suficiente; tampoco lo es
que sea cristiano, de vida caritativa , creyente en Jesucristo,
y católico de buena fé. Si no puede añadirse que es romano
tambien y que reconoce la supremacia del obispo de Roma,
todas éstas y otras cualidades no tienen valor para que se
acepte . Mejor será que el caballero hable sobre ésto , en su
propio lenguaje:
"Tambien detestamos las alianzas que se contraen con pro-
" testantes que abrigan de buena té los sistemas relijiosos de
" la secta que los vió nacer.... La cuestion nupcial queda re-
" ducida a la siguiente: los matrimonios de católicos con pro-
" testantes buenos, que tienen de buena fé sus convicciones reli-
jiosas, ¿convienen o no a la pureza de costumbres? Sostenemos
" resueltamente que no, por regla jeneral , que son contrarios
" a la sana moral , ya que se le considere en el individuo ,
" en la familia, o bien en la sociedad . "
Y mientras que al escribir así no sabe distinguir mas allá
de los intereses de su secta, no critica sino en estos suaves
29

términos el sistema actual , segun el cual la iglesia acepta


para los matrimonios al disidente, una vez que dice profe-
sar su dogma, riéndose quizás en el acto:
"Sea como quiera de la conciencia elástica, de la apostasia
.
" y del indiferentismo de los protestantes que abrazan la fé
" católica , y de los defectos desastrosos que de ahi provie-
" nen, por aliar su suerte en matrimonio con las jóvenes
" católicas de Chile ; esto a lo mas seria un mal necesario. "
Con la parte de la frase que dice: " seria un mal , " conven-
go. Aun podia haberse dicho con mas decision que lo es.
Pero necesario no es de ningun modo. Permítase por la lejis-
lacion chilena el goce de sus derechos naturales a los hom-
bres , y el mal desaparecerá desde luego. Supongamos que
una chilena tenga comprometidas sus afecciones de amor a un
jóven estranjero tan intelijente y emprendedor, cariñoso y no-
ble, que seria un escelente esposo y que el amor entre ellos sea
recíproco. Pregunto , pues , ¿ con qué justicia podrá decirse a
esta jóven que no le será permitido casarse con él? ¿Quién se
atreverá a pretender un poder tan violador de los derechos
• de los individuos? ¿El clero romano? Pero en otros paises , el
mismo clero consiente en que se le niegue tal poder . En la
mayoria de los paises romanos los sacerdotes no pretenden
ejercerlo ; mientras que aquí existen personas heridas en sus
mas caros sentimientos , a causa de las pretensiones tiránicas
del clero de Santiago y Concepcion .
Será un mal necesario ese de las falsas profesiones y apos-
tasías , como lo son otros males que nacen de otras formas de
opresion que se hallan en el mundo . La frase es mui favorita
entre tiranos de todo timbre . Les gusta hablar de " ma-
les necesarios ." El amo de esclavos suele consolarse , contes-
tando que los efectos inmorales de la esclavatura, en concu-
binatos, abandono de niños, y separacion de familias por
venderse en remate público al mejor postor, "a lo mas son
males necesarios ."
Mil veces se ha dicho que la esclavatura misma es un mal
necesario, -- porque Noé echó una maldicion sobre su hijo
Cham , porque los africanos son de cútis negro y flojos para el
trabajo, o porque sus amos no pueden desprenderse de lo que
ellos valen en plata . Por eso , " no es mas que un mal nece-
sario" el privarles del goce de su libertad y derechos . Pero no
30

seria necesario, ni por un solo momento mas , si consintiesen


los esclavócratas en darles sus derechos a los oprimidos .
Dénseles sus libertades , y el mal se disminuirá . Reconóz-
canseles los derechos de buscar la vida , la libertad y el bien-
estar, y el mal de la esclavatura , como borron del siglo ,
desaparecerá.
Igualmente en el asunto que tratamos , sobre permitir los
matrimonios mistos en lo civil , el mal que se cree necesario
de tentar los hombres a la disimulacion , se disminuirá luego
que se adopte por nuestra norma la justicia . Dénseles a los
estranjeros como a los chilenos , sus libertades , segun la lei
divina , natural y positiva , para casarse , y el "mal necesa-
rio" de profesiones sacrílegas desaparecerá inmediatamente .
Mas adelante, mi revisor se contrae a demostrar que el
matrimonio misto ha de causar disensiones domésticas . Pero
él debe ser bien candoroso , si piensa por un solo instante ,
que se evitan tales disensiones bajo la lei actual . El que
quiere saber la verdad , sabrá que las disputas no se salvan
por una profesion hueca y falsa del dogma romano . Base
buena de una familia no puede ser la falsía . Es preciso que
el amor lo sea, el respeto mútuo y la confianza en los contra-
yentes . "La puerta del lecho nupcial católico " no debe ser
la hipocresía, sino el decir la verdad . No basta la "aparien-
cia de relijion." Es preciso que haya la mas buena fé entre
los que contraen matrimonio. Si hai engaño , producirá
inmediatamente sus resultados amargos . En estos dias , un
caballero, casado del modo indicado con una señora mui
merecedora, me ha dicho que todo lo que escribí ántes sobre
la materia, era la verdad mas segura . Y otro en igua-
les circunstancias , dijo: " Si acaso hai un jóven que quiere a
una niña, no se detendrá ante lei tan ridícula . Para ca-
sarse dirá cualquiera cosa , puesto que no hai remedio y está
en la obligacion de tenerla . "
Así será, pues . Así es como obra la lei actual . Es una lei
altamente corruptora e inmoral . Algunos son impulsados a
una vida infame y abandonada ; otros a la mentira y engaño
admitido , con que las recriminaciones no tardan en venir
despues. Y si este es el modo elejido para precaver disputas
domésticas, yo me atrevo a decir que es el mas segurò para
causarlas y agriarlas tambien .
31

Varias personas se me han acercado preguntando si me


parece útil y bueno el matrimonio misto, entre un católico
romano y un protestante. Contesto , pues , a todos , que de-
pende sobremanera de las circunstancias . A veces al estran-
jero avecindado en estas playas no le quede otro camino . Pe-
ro, aunque diese consejos en oposicion a tales enlaces , sin
embargo, es cosa mui distinta la de hacer una lei forzosa en
su contra. Si el clero chileno aconsejase con todas sus per-
suasiones a los miembros de su comunion contra los compro-
misos del matrimonio con disidentes , estaria en su dere-
cho, y mas en su deber. Pero cuando exije que el gobierno
civil prohiba tales alianzas , traspasa la línea que Jesucristo
les ha trazado contrariando las libertades civiles de sus feli-
greses o conciudadanos . Los consejos de los ministros de la
relijion merecen respeto y acato; pero no han de ser erijidos
en leyes civiles . Tenemos las leyes de Nuestro Señor , y no
podemos aumentarlas ni enmendarlas , por buenos y santos
que sean nuestros móviles .
Al fin de todo , resta advertir que mi revisor no se ha dig-
nado espresarse en manera alguna sobre la disolucion de cos-
tumbres entre los que prefieren vivir en amistad ilícita , ni
sobre los efectos ulteriores en ellos mismos como en sus hijos
abandonados muchas veces a la miseria. Con mucho gusto
habria escuchado sus apreciaciones sobre esta parte de mi
argumento , puesto que busco , en lo que sea posible, un me-
joramiento social , especialmente en las relaciones entre es-
tranjeros avecindados aquí y nacionales . Abogo en favor del
cristianismo y no de los intereses de secta, cuando hablo so-
bre la pureza de costumbres . Mi motivo , al pedir un cambio
en el sentido de ensanchar la libertad en la lejislacion del
pais , ha sido el estar presenciando todos los dias ejemplos
que demuestran que mas y mas se está minando la sana
moral. Los que se juntan sin casarse, caen en la desmorali-
zacion mas ruin y espantosa ; y los que, para evitar esta vo-
rájine, pasan por la forma ceremonial de abjurar su creencia
y declararse católicos romanos , sacrifican su palabra , su con-
ciencia y la moral de su carácter interior . Todo lo cual encier-
ra graves peligros , tanto para los individuos como para la
familia. En ambos casos , tarde o temprano , la Iglesia y el
Estado han de sufrir resultados de ello en la desmoralizacion
32 -

y relajacion de costumbres . No es posible que las fuentes de


la sociedad se corrompan sin menguarse la vida moral de la
nacion. Y aunque la prohibicion de matrimonios mistos se
haya hecho a nombre del cristianismo, siempre quedará
insostenible, inútil , dañino , inmoral , y por tanto anti-cris-
tiano, puesto que ofrece premios sociales a la falsedad , e
impone castigos a la buena fé . Traducida en lenguaje popu-
lar, dice al disidente: " Dí una mentira y podrás aliar tu
suerte con la nuestra. Entonces se te abrirán las puertas del
lecho católico. Pero si persistes en decir la pura y neta ver-
dad respecto a lo que crees en el corazon , por escrúpulos de
honor y relijion , no podremos recibirte, porque nuestro clero
no lo quiere."
Véase pues en este hecho , el cual a mas de ser injusto es
sumamente impolítico , cómo se presenta al hombre una de
las tentaciones mas poderosas para destrozar la formali-
dad de su carácter y atraerle a una profesion , no sincera
sino falsa, de la relijion que tiene el predominio en el pais ;
como si la relijion pudiera ser cosa que se decide por las
mayorias y no por las convicciones interiores que existen en
el corazon .
Con esto he dicho , y respetuosamente me despido del señor
Redactor de la Revista Católica, ofreciéndome para servirle
en lo que pueda serle útil .
DAVID TRUMBULL.
Valparaiso, junio de 1863 .

CONTESTACION A UN COMUNICADO FIRMADO

"UNOS VERDADEROS C. A. R."

San Matheo, 8, 34. Le suplicaron que


se retirase de su pais.

Su remitido al Ferrocarril del 19 de junio, dirijido a su


humilde servidor, se divide en dos partes , la personal y la
dogmática. En el mismo sentido les contesto.
En primer lugar, pues, la parte personal debe ser de poca
importancia . La cuestion no es de personas , sino de las li-
-33

bertades de los hombres . A donde yo vaya o me quede, o


cuál sea mi color , o qué piensen vuestras mercedes sobre mi
persona, no importa cosa alguna respecto al derecho inhe-
rente al hombre de casarse . Sin embargo, ya que Vds . han
aludido a posiciones personales , será preciso tocarlas, si bien
a la lijera.
Les reconozco suficiente franqueza , cuando dicen : "No po-
" demos menos de mirar a Vd . como una calamidad ... Y si
" le disgustan nuestra relijion y leyes , libertad amplísima
" tiene para ir a establecerse entre sus correlijionarios , o los
(6
mormones, o a donde le plazca mejor . '
Les estoi agradecido por su permiso para irme a otra par-
te. Solo es que se ofrecen dos inconvenientes . Primero , entre
mis correlijionarios reinarán principios justos en materias
de matrimonios , visto lo que dice la Revista Católica, mayo
30 , que " los poderes lejislativos protestantes no exijen la
"" negacion de su relijion al católico , cuando intenta enlazar-
66 se en matrimonio con una disidente . " Yéndome, pues , allá

solo podria proponerles la lejislacion actual de Chile , contra


los derechos de los protestantes , para que ellos la imiten
contra los católicos . A lo cual , en conciencia, no podria resol-
verme, y a lo cual , por otra parte, seria difícil persuadirles .
Segundo , respecto a que busque morada entre los mormones ,
es probable que mi protesta contra los abusos matrimoniales
me valdria entre ellos otro tanto como lo que ha sucedido
aqui, saliendo " unos verdaderos " mormones a echarme en
cara, como Vds . han hecho , "que me miran como una cala-
midad ."
Vdes. tienen la bondad de acusarme de " tomar tantos co-
lores como el cameleon ." El color ha de ser diferente , segun
el prisma que se usa, o segun las opiniones interiores que
influyen en la vista de distintas personas. El color que
tengo será para Vdes . sombrio o rojo , quizás negro ; mientras
que otros, amantes de la justicia y equidad para todos sin
distincion de raza o creencia , me aseguran que mi color no
es feo sino agradable y cándido . Que mi color , pues , no les
haya gustado a Vdes. bien puede ser; pero que se haya
variado lo niego redondamente, desafiándoles a probar su
inconsiderado aserto . Nunca he abogado sino a favor de la
justicia, de la moralidad y pureza de costumbres , de la difu-
3
34

sion de la luz del evanjelio entre el pueblo y contra la tirania


clerical. Y no ha habido variacion ni de principios ni de co-
lores.
+
Vdes . se dignan acusarme "de meter, como se dice , mi
" cuchara en todas las cuestiones en que se presenta ocasion
" de escribir contra el culto y contra la doctrina" de la igle-
sia romana . La lindeza de su estilo es admirable, pero no me
he permitido tales apreciaciones . Al contrario, he guardado
en varias ocasiones un silencio talvez indisculpable . Resido
en Chile diez y siete años, en cuyo tiempo, aunque mas de una
vez la prensa se ha ocupado de la libertad de cultos , y aun-
que estuve mui interesado en ella, no he "metido mi cucha-
ra" en la cuestion . Una sola vez antes he escrito en el sen-
tido que Vdes . indican ; y entonces fue solamente para recha-
zar un aseṛto sumamente equivocado é hiriente, de la pluma
arzobispal , en que decia Su Ilustrísima, "que los protestan-
""
" tes se valian de la distribucion de biblias fraudulentas . '
Como hombre de honor, no pude menos de demostrar lo in-
fundado de aquel aserto . Los Sres . Martinez Garfias , Cha-
parro y Rojas , como tambien el insigne campeon de la ver-
dad, la Revista Católica, todos tomaron parte en la discusion ,
pero nunca me intimaron con la pulida frase de Vdes . , que
habia "metido mi cuchara" indebidamente. A mas de que,
juzgando por el silencio de estos cumplidos caballeros , des-
pues he creido que lo qué escribia en aquella época les habia
aclarado la cuestion bíblica, haciéndoles reconocer que el
aserto del prelado no era defendible, y que tuve razon en
rechazarlo. A lo menos , ¿cómo pueden Vdes . indicar que
"meto mi cuchara , etc. , " en todas las cuestiones , cuando
aquella ha sido la única que he tocado antes de la actual , y
cinco años hace? Desearia continuar pensando que Vdes . son
guiados, no por la pasion , sino por el amor a la verdad ; y no
deben hacérmelo imposible . 1
Asomándose Vdes . en seguida a un precipicio vertijinoso ,
pero imajinario , dicen : " No hemos podido menos de conven-
" cernos de que lo que únicamente Vd . desea es introducir-
66
nos su doctrina protestante , y de ahí iriamos a parar al
" matrimonio civil , que tanto Vd . como su partido desea ;
porque está seguro que allá, a donde éste se ha estableci-
" do, al poco tiempo se ha establecido tambien el medio de
35 -

" disolverlo; leyes ambas que conducirán al caos a las na-


" ciones que las han adoptado, y por consecuencia lójica, al
((
paganismo. " ¡ Horribile dictu ! No puedo convenir con
Vdes. ni en que deseo el caos de las naciones y el paga-
nismo, ni en que el matrimonio civil conduce a resultados
tan ruines . Quisiera que Vdes . preguntasen a los ilustrados
Padres franceses ¿si el caos es el que reina en su pais a cau-
sa del matrimonio civil? Ojalá que Garibaldi tambien nos
dijese ¿si el paganismo ha venido a inundar el Piamonte?
Seguramente que ni en Béljica ni en Inglaterra existe el
caos , ni allí entra cual diluvio el paganismo.
Sus temores son espectros . Son simplemente apariciones
de los que sueñan, fantasmas de media noche, con las
cuales Vdes . no debieran, asustarse, ni querer producir
sustos ajenos . Yo no deseo promover los intereses de par-
tido alguno , a no ser los del partido de la verdad y de la
justicia, el cual es el partido de Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre los matrimonios pido solamente que se deje a los
hombres estranjeros y las mujeres chilenas, en el goce de la
libertad que el Señor les ha conferido. Esto , ni mas ni
menos, es lo que anhelo; confiando enteramente en el buen
sentido de los lejisladores de 1 la patria, que no admitirán
jamas caos ni paganismo en nuestro Chile. Vdes. tienen
miedo de la libertad y de la justicia . No soi de su opinion .
El error de todos los gobiernos ha sido el de gobernar de-
masiado. Chile, rompiendo con el sistema español , ya tiene
uno de sus brazos libre y el otro todavia amarrado ; muchos
de los derechos del ciudadano son admitidos , restan algunos
por admitir. He dicho que seria útil dar la mano a desligar
ese otro brazo ; pero Vdes. con grande espanto gritan que
no, ¡ porque con el libre uso de él vendrán rasgaduras del
cutis , talvez úlceras , divorcios , o qué sé yo , en algun tiempo
venidero, dentro de dos o tres siglos !
Al acercarse al fin de su artículo , despues de la parte dog-
mática que me propongo considerar mas tarde, Vdes . vuel-
ven a hablar de asuntos personales . Me patrocinan con con-
sejos . Su objeto puede ser el despertar preocupaciones y
alarmas contra personas , a fin de que no se oigan argumen-
tos sobre principios . Dicen: -" Deje de querernos introducir
" su protestantismo, socialismo y comunismo . " En esto no
36

han acertado . Nadie entre los sensatos va a creer que soi


socialista ni comunista . La idea nace de pura fantasia. Hé
aquí la parte menos noble e injenua de su remitido . ¿Pensa-
rán vuestras mercedes que pueden estraviar el juico de
nuestros lectores con indicaciones indirectas? Deben re-
cordar que sus conciudadanos , al leer nuestros artículos
sobre los matrimonios , no aceptarán como razones cosas que
no lo son ; y si Vdes . descienden a insinuar que quiero intro-
ducir el socialismo , cuando todos saben lo contrario , se verá
que Vdes. han dicho una falsedad , y por consiguiente , sus
demas apreciaciones serán desconfiadas . Entre colejiales ,
esas artes se emplean ; pero son indignas de ser usadas en
una cuestion de tan alta importancia como esta de los matri-
monios .
Cuando añaden que " En Chile se han estrellado y estre-
" llarán los propagandistas de ideas anti-relijiosas , " digo :
ojalá que me fuese posible participar de su confianza ! A mi
parecer, las ideas anti-relijiosas están creciendo . Mientras
que Vdes . se felicitan tranquilamente , la incredulidad
se está estendiendo sobre manera en la nacion . Temo que
que exista una desconfianza entre un número crecido de sus
paisanos respecto a las verdades reveladas mas fundamen-
tales . La inmoralidad , el vicio entre el pueblo , el escesivo
uso del licor , la profanacion del dia del Señor , la inasisten-
cia de hombres a las iglesias , y el número de nacidos ilejíti-
mos, todo esto se presenta en proporciones asombrosas . A la
hora en que Vdes . piden que me vaya a otra parte, por ha-
ber tenido la franqueza de emitir un criterio respetuoso sobre
los efectos inmorales producidos por la lejislacion respecto a
los matrimonios , temibles adversarios , la sensualidad y
el deismo, estan escalando hasta las puertas de la ciudadela .
En Francia, Luis XIV, sometiéndose a la dictadura de la
curia , espulsó a quinientos mil hugonotes , ciudadanos
activos y honrados ; y en el siguiente siglo, esa gran nacion
se manifestó la mas incrédula del mundo cristiano . El pais
de cuyos confines los protestantes habian sido espulsados ,
aceptó luego a Voltaire, D'Alembert y Diderot por sus
maestros y profesores en relijion .
En todo caso, sea fundado mi temor , 9 sea la confianza de
Vdes. , nadie me aventaja en el deseo de que los propagandis-
37

tas de ideas anti -relijiosas siempre se estrellen en Chile; y


que "los establecimientos de caridad , de que tan justamente
Vdes . se jactan , para alivio de todos los desvalidos " se cua-
drupliquen .
Con esto , dejemos la parte personal de su remitido para
contraernos a la dogmática .
Vdes . han citado catorce proposiciones de Perrone .
1. .... " Si no hai sacramento no hai contrato . " Esto es-
tá en abierta contradiccion con las leyes de Chile . Véase el
Código Civil , art, 118. Véase la lei del año 1844 sobre ma-
trimonios entre disidentes . Dice esta lei : " Art . 2. En lu-
gar del rito nupcial católico bastará para contraer matri-
" monio, en el caso de la presente lei , la presencia que a
" pedimento de las partes deberá prestar el párroco u otro
" sacerdote .... y declarando los contrayentes , ante el dicho
66
párroco y dos testigos, que su ánimo es contraer matrimo-
66
nio, o que se reconocen el uno al otro como marido y
""
" mujer...." Artículo 5 , "El matrimonio contraido con
" arreglo a la presente lei producirá los mismos efectos civi-
" les que si se hubiese celebrado con el rito de la iglesia ca-
tólica, y los hijos habidos en él o lejitimados por él , goza-
" rán de los mismos derechos civiles que los hijos de padres
66 casados y velados conforme al rito católico . " Compárese
el aserto de Unos verdaderos C. A. R. con estas frases de la
lei patria , y se verá que son diametralmente opuestos y con-
trarios. Ya no es mi pobre persona , sino la autoridad lejis-
lativa del pais , la que aquellos señores critican .
2..... "No se infiere que se distingan el contrato y el
" sacramento en el matrimonio cristiano . " La lei del año
1844 citada ya , ha hecho esta distincion como niguna otra.
3. "Que el matrimonio civil por su naturaleza es un
" torpe concubinato en los paises donde se publicó el Conci-
" lio de Trento, y todos los que viven como casados , en vir-
" tud de solo este enlace , están sujetos a las penas estableci-
" das por la Iglesia contra los públicos amancebados ." Esta
frase es un insulto a la civilizacion del siglo. El que se atreve
a decirlo se muestra indigno del oficio sagrado . Si Vdes .
creen tener razon, ¿por qué no prosiguen , con las penas esta-
blecidas etc. , contra las personas avecindadas en Chile que
se hayan casado sin el rito católico en otras partes? ¿o contra
-- 38 --

las que se hayan casado aquí bajo la lei de 1844? ¿Por qué
no obran conforme con estas pretensiones? La verdad es que
tales pretensiones son del mas remoto pasado. En esta época,
no son admitidas bajo ninguno de los gobiernos libres; y por-
que el de Chile es un gobierno libre , no son admitidas aquí.
Su misma lejislacion rechaza tales pretensiones , y manifies-
tamente las ha contrariado en lo que ha podido . Puede ser
que sean aceptadas en España, o en el Ecuador traicionado
recientemente por su Presidente en el concordato con Roma;
pero no son aceptadas en los mas avanzados paises católicos
romanos .
Para sostener su doctrina de que los que viven casados
en matrimonio civil son públicos amancebados , —doctrina
tan infame que hace saltar la sangre hasta la punta de
-
los dedos , tendrán que contrarrestar la marcha de los si-
glos y mudar trescientos años hácia atras los índices del
reloj del tiempo. Tendrán que buscar el amparo de Felipe
II , o solicitar de Torquemada una nueva edicion del regla-
mento de la inquisicion!
4. "Que el matrimonio civil es contra la indisolubilidad
del matrimonio cristiano, y favorece el divorcio ." Hé aquí
una cuestion de hecho, sobre la cual podemos cerciorarnos
desde luego . Hai matrimonios civiles en Chile . ¿Han favo-
recido o no el divorcio? —seguramente que no . ¡ Cuán falsos ,
pues , e infundados aparecen los asertos de Perrone , una vez
sometidos a la prueba de la esperiencia, a pesar de " su in-
flexible lójica e irrefutables razones ! ”
5. "Que el matrimonio civil se opone a la unidad del
matrimonio cristiano y favorece la poligamia material y le-
gal. " ¿Hánse notado tales efectos en Chile , durante una
veintena de años? No , mil veces no. A mas de que el go-
bierno podia tomar medidas de precaucion contra tales abusos ,
sin sostener por eso por mas tiempo la injusta prohibicion
de los matrimonios mistos .
6. "Que el matrimonio civil se opone al público decoro
e induce a la jeneral corrupcion de costumbres ." La espe-
riencia propia aquí en Chile demuestra tambien la sinrazon
de esto. Las personas casadas en lo civil segun la antedicha
lei , me atrevo a decir , no son aventajadas por ningunas otras,
ni respecto al decoro público, ni a las virtudes domésticas.
39

7. "Que el matrimonio civil tiende a la ruina de la


familia y de la sociedad . " Comprobándose este aserto tam-
bien con los hechos ya indicados se patentiza su falsedad .
8. " Que el oríjen del matrimonio civil es moderno , pues
no se encuentra ni en la antigüedad cristiana ni pagana . "
Si fuese el hecho como Vdes. alegan , que no lo es , tambien
las leyes contra la Inquisicion , contra los jesuitas , o contra
cualesquiera otras opresiones eclesiásticas , han de calificarse
igualmente de modernas.
9. "Que el matrimonio civil de los cristianos trae su
primitivo oríjen del protestantismo . " Lo mismo se puede
añadir respecto a casi toda reforma motivada contra los.
avances curiales , a causa de los cuales millares de hombres
han sido inducidos a odiar hasta el mismo Evanjelio .
10. "Que la propagacion del matrimonio civil se debe en
gran parte a la incredulidad , comunismo y socialismo que lo
favorecen ." No, señores ; el motivo mas influyente en favor
de matrimonios civiles ha sido el de escapar de la tirania
clerical . El socialismo y comunismo no han echado sus rai-
ces en los paises donde la Iglesia queda en su propia esfera,
y son respetados los derechos de la conciencia, donde existe
la libertad de cultos .
11. "Que la lei del matrimonio civil entre católicos , pro-
puesta por los seudos-políticos cristianos, es anti-filosófica e
inícua . " Esto es estravagante. La doctrina filosófica es la
de respetar las convicciones de los individuos, por cuya causa
no puede ser inícua , por ser esencialmente justa y tolerante ;
y una lei que permite el matrimonio civil , al que se contente
con ello es corolario de esa doctrina.
12. "Que todos los que deliberada y positivamente con-
curren a propagar la idea de que se dé la lei de los matrimo-
nios civiles , se hacen reos de un crímen gravísimo ante los
ojos de Dios. " Estas palabras son sonoras y fortísimas , pues
condenan al mismo gobierno de Chile por el hecho innega-
ble de haber dado una lei de matrimonios civiles en el
año 1844. Al contrario de lo que Vds . asientan , los verda-
deros reos ante los ojos de Dios, son los que prohiben casarse
a hombres y mujeres , a quienes Dios no lo ha prohibido, o
solo lo permiten a condicion de hacer falsas promesas y de
pagar una buena propina por dispensas .
--- 40

13. "Que la lei de matrimonio civil es anti-política. " Al


contrario, la exijen la pureza de costumbres , sea pública , sea
doméstica ; la exijen los intereses morales de los estranjeros
venidos y por venir a estas playas, la exijen los intereses del
aumento y bienestar material , como moral , de la nacion .
14. "Que la lei que cohonesta el matrimonio civil con el
nombre de la libertad , se convierte en lei que favorece la
tirania. " Es contradiccion palpable. Con igual razon se
mantendria que lo blanco es negro, que lo dulce es amargo,
que lo justo es injusto, o que la España es libre y la Ingla-
terra jime bajo la planta de la tirania. Y la prueba conclu-
yente está a la mano, puesto que en los paises , no digo protes-
tantes sino católicos romanos mas entendidos en lo que es
ser libre, existen "leyes que cohonestan el matrimonio civil
con la libertad ;" leyes que no favorecen en modo alguno la
tirania, sino que, al contrario, la impiden . Los únicos que se
quejan de la tirania de tales leyes, son los que se creen opri-
midos cuando el poder civil no les permite tiranizar a sus
semejantes !
Así se acaba con la portentosa lista de posiciones de Vdes .
o de Perrone . Están atras del siglo. Como guiados por
un presentimiento de que no convencerian a sus lectores ,
Vdes . les remiten siempre a la obra maestra de Perrone para
conocerlas mejor . ¡ Es de suponer que todas las librerias se
hayan rejistrado , y que cada ejemplar de tan incomparable
obra haya sido comprado para ser devorado por ávidos estu-
diantes! Pues yo tambien remito a cuantos deseen de buena
fé conocer la verdad a las palabras del Evanjelio y a los escri-
tos de los apóstoles de Jesucristo , en cuya lectura verán si él
ha indicado el empleo de la compulsion en los matrimonios ,
o si ha exijido la negacion de su relijion al hombre cuando
intenta enlazarse con una mujer . La autoridad de él es su-
perior a la de Perrone , como a la de vuestras mercedes tam-
bien, por merecedoras que sean sus personas o por altos los
puestos que ocupen.
En la creencia en él , quedo de Vds . su servidor obse-
cuente.
DAVID TRUMBULL .
41

CONTESTACION A LA "ESTRELLA DE CHILE."

MATRIMONIOS MISTOS .

El redactor de la Estrella ha dado con calma y caballero-


sidad sus apreciaciones sobre esta materia .
Deja a un lado la cuestion : ¿Si compete al Estado lejislar
sobre los matrimonios? porque crée que "la Revista ha
probado luminosamente que solo a la Iglesia corresponde
formar leyes que anulen o hagan ilícito el contrato matri-
monial misto . " Se contrae , por consiguiente , a combatir
solamente los argumentos que habia alegado el que suscribe
para que se cambie la lei actual, fundados en la desmora-
lizacion que de ella nace . Bajo cuyo punto de vista admite
que "el argumento a primera vista es deslumbrador ," si
bien desconfia de su solidez, porque duda respecto a los he-
chos que indiqué . Si puedo probar, pues , estos hechos , ten-
drá que admitir que mi alegato es incontrovertible . Dice:
"No creemos que el pecado de concubinato tenga su orí-
" jen ni siquiera su estímulo en la prohibicion que pesa
" sobre los disidentes que aspiran a casarse , pues no podria
" citársenos un solo ejemplo de una señorita chilena prefi-
" riendo una vida oprobiosa a la honestidad del celibato . "'
No sé si se fijará estremadamente en la palabra señorita;
pero yo podria citarle ejemplos de mujeres que lo hacen . Si
no me fuera vedado por motivos de decoro , podria citar el
ejemplo de una familia entera nacida de tal enlace fuera del
matrimonio . Tambien recuerdo en este momento de dos
hombres que viven hoi dia con mujeres chilenas en tales
relaciones , de los cuales , uno me ha dicho llanamente que su
motivo es el no poder casarse sin profesar la relijion romana.
Otro ejemplo, hélo aquí: estoi costeando actualmente la
educacion de un niño nacido de tal union y que ha sido
abandonado por su padre.
Estos son hechos . Quisiera que los sensatos chilenos los
meditasen con aprecio y mesura.
No hablo en esto como sectario ni partidario, sino como
hombre, a favor de la moral y la verdad .
42

Tampoco pienso que la lei que impide los matrimonios


mistos ha de ser la sola causa de todo el concubinaje que
existe. De ningun modo . No lo he dicho . Pero sí que es una
causa influyente e inmediata.
Respecto a las profesiones compulsorias de ser romanos ,
dice la Estrella en segundo lugar: "Negamos que deje de
" haber conviccion en el disidente que, despues de un exá-
" men detenido de nuestras doctrinas católicas, se resuelve a
" abjurar sus errores ; pues , si bien pudieran citarse algunos
" ejemplos de apostasia simuladas sin conciencia por el solo
" deseo de casarse, podriamos tambien citar muchos ejem-
" plos de disidentes convertidos que llenan dignamente los
((
compromisos que contrajeron . ”
Contesto que algunos pueden ser sinceros ; pero que mu-
chos no lo son . Y ellos mismos lo admiten . En estos dias ,
cuatro distintos hombres me lo han espuesto espontánea-
mente, que sus profesiones habian sido hechas por forma no
mas .
Ademas , es preciso notar solamente la distinta clase , entre
cuyo número se efectuan estas conversiones . ¿Entre quiénes
se han de contar los convertidos? ¿Será entre padres de fa-
milia que vienen a Chile ya casados? ¿O será entre las mu-
jeres estranjeras? Nó: son casi esclusivamente jóvenes varo-
nes , que no han pisado el umbral de ninguna iglesia por años
enteros antes de convertirse , ni lo hacen por años y años des-
pues tampoco. ¡ Qué será, pues , el hacer un detenido exámen
de las doctrinas católicas ! Es broma no mas.
Los visten a estos convertidos en traje santo ; vienen a la
iglesia amigos y padrinos ; se arriman a la pila de bautismo;
algun candoroso sacerdote los bautiza , y corazones cristianos
se hinchan con satisfaccion jenerosa al ver salvarse el neófito .
¡Qué lástima es tener que advertirles que todo es "una apa-
riencia de relijion " y nada mas ! Pero es cierto . Creen los
fieles que se han ganado un prosélito, cuando no es mas
que un hipócrita farsante . Se jactan de que han hecho un
cristiano, cuando lo es que se ha deshecho un hombre .
El detenido exámen no ha sido de doctrinas católicas,
sino de anodinas para el honor y la conciencia. No ha sido
estudiado el catecismo tanto como el Arte de amar de Òvi-
dio . El verdadero instrumento de la conversion no ha sido
43 -

el predicador, por tiernas que hayan sido sus persuasiones ,


sino las espresivas sílabas y las amables miradas de la mujer.
Algunos quizás se ofendan de que hable con tanta fran-
queza; pero creo que habrá tambien bastantes personas jui-
ciosas que harán juicio de mis apreciaciones , las cuales tienen
a lo menos el mérito de ser verídicas .
Pero el redactor de la Estrella admite lo que dejé sentado
sobre este punto . En el mismo acto de querer negar mis pro-
posiciones consiente en ellas . Dice :
"Si bien pudieran citarse algunos ejemplos de apostasias
" simuladas." Ya se ve, pues , que los hechos son patentes e
innegables y que los mismos sacerdotes lo saben . Queda re-
ducida la cuestion a esto, si son muchos o pocos los ejemplos .
Los hai, y eso es suficiente . No es preciso probar que todas
las conversiones son simuladas. Basta que lo sean algunas ,
segun la admision de este señor , si bien digo yo que no son
pocas sino que constituyen la mayor parte .
Sobre las disensiones domésticas que pueden nacer de ma-
trimonios mistos , la Estrella ofrece el criterio de la Revista
Católica, a la cual he dado una respuesta ya . Por este moti-
vo no será preciso que me estienda mucho en contestar a la
Estrella. Bien puede ser que haya discordias en una familia,
en la cual los esposos son de distintas creencias . Sucede lo
mismo cuando son de distintas nacionalidades , o cuando la
educacion de los casados haya sido diferente , o cuando son
de distintos rangos sociales . Si un jóven sin fortuna se casa
con una niña que tenga algunos reales , pueden venir desa-
venencias despues . Una desigualdad cualquiera suele traer
mas tarde sus ofensas .
Pero ¿qué hai de eso? ¿Debe lejislar el gobierno a fin de
precaver todas estas consecuencias, por incómodas que sean?
Seria imposible . Toda libertad individual seria hollada, y a
fin de cuentas, empeoradas las incomodidades . No pretendo
que el buen juicio favorezca nupcias desiguales ; pero sí digo
que la cuestion ha de ser dejada donde Dios la ha dejado al
arbitrio del hombre y de la mujer . Si ellos están convenidos ,
es una tirania que se les imponga la prohibicion civil de ca-
sarse.
Ademas, ¿no existen desavenencias domésticas bajo la lei
actual?
-- 44 -

Cuando una señora encuentra que su esposo , despues de


haber sido "profesadamente rejenerado por el agua bautis-
mal , " no se muestra mas católico que antes , no quiere acom-
pañarla a su iglesia ni participar en su culto , ¿ síguense o no
las recriminaciones? Supongo que dicha señora quedará re-
sentida y hablará quizás de un engaño . Talvez en momentos
de incomodidad se le oiga pronunciar la palabra de “ here-
je" o de "hipócrita. " Con cuya provocacion no será estraño
que el esposo a su turno suelte la lengua hasta vertir pala-
bras hirientes en el sentido opuesto . Díganme los sensatos
¿si éstos no son los frutos de la compulsion , y si son gratos
o útiles?
Repito, pues, que la práctica de exijir del disidente la ne-
gacion de sus creencias relijiosas , antes de permitirle casarse ,
es mala, anti-filosófica y corruptora . Es establecer como fun-
damento de la familia, no la franqueza , ni la buena fe, ni la
verdad , sino al contrario, la falsedad , el engaño y la men-
tira.
Talvez uno de los muchos males provenientes del celi-
bato forzoso del clero , será el de no poder apreciar en toda
su fuerza el efecto de esto en una familia . Desligados de
la familia, sin que se les permita tener esposas e hi-
jos, pensarán que la cosa mas importante es una profe-
sion , aunque sea esterna , de doctrinas ortodojas ; que tar-
de o temprano el convertido en apariencias , quedará con-
vertido de veras , y de todos modos , que los niños pertenece-
rán al gremio de la única iglesia salvadora . Deberia
serles permitido casarse , pues entonces sabrian que la base
de la felicidad doméstica ha de ser la sinceridad , el mútuo
amor , el mútuo respeto , basados , no sobre la prevaricacion ,
sino sobre la libre adhesion a las interiores convicciones
del corazon . El respeto es una planta delicada y tierna,
fácil de marchitarse . Tiene menos resistencia aun que la
del amor . Y el hombre que haya sido inducido a consentir
en el sacrilejio de una profesion falsa , dificilmente puede
conservar el respeto de sí mismo, o el de su mujer e hijos.
Dado que el amor dure , es malo que el respeto se sacrifique.
Asi es que, ni el interes público del Estado, ni el relijioso
de la Iglesia, ni el particular de la familia se halla promovi-
do por la lei actual .
45 --

Mas adelante, el redactor de la Estrella se propone hablar


sobre la libertad . Dice que es "enteramente de mi opinion ,
" si por tal libertad entiendo la que las leyes acuerdan para
" poder hacer todo lo que ellas no prohiben. " Pero no en-
tiendo la libertad asi , la cual con aquella definicion no seria
mas que una sombra, un sueño , una palabra. Seria un calei-
doscopio presentando figuras siempre variadas , nunca las
mismas. La libertad no emana de las leyes . Estas la defi-
nen y deben ampararla ; pero a veces aun la contrarian . La
libertad es el reflejo de la justicia . El que goza de sus justos
derechos es libre.
Un ejemplo mui al caso tenemos en la Suecia . Allí las
preocupaciones son fuertes contra los católicos romanos, asi
que no se les permite culto público . Hace pocos años que hubo
noticias de haber sido encarcelados miembros de la secta ro-
mana en Suecia a causa de su relijion . Tampoco permiten las
leyes suecas casarse a los católicos con los luteranos , sin exi-
jir la negacion de su verdadera creencia . Pues bien , digan
nuestros amigos de la Estrella si aquello es para ellos la li-
bertad . Es la que defienden en Chile tratándo de concien-
cias ajenas , y por eso pregunto , ¿cómo les parece la misma
cuando las leyes la acuerdan a católicos romanos en Suecia?
Siendo buena aquí, debe ser buena allá .
Yo, por mi parte, no encuentro frases demasiado fuertes
para espresar la reprobacion contra tales leyes . Contrarian la
libertad ; son opresoras , infames, inhumanas , anti-cristianas .
Pero mutatis mutandis , ¿ no existen en la América españo-
la iguales leyes? Ai ! en nuestro querido Chile, si bien hasta
cierto punto son prácticamente letra muerta, ¿no se halla

el principio de aquellas leyes consignado en el art . 5. de
la constitucion?
El Congreso chileno dió un paso en contravencion de aquel
principio en la lei de 1844 , que legalizó los matrimonios en-
tre disidentes . Mas , dió un ejemplo escelente a la Suecia , y a la
España, como a toda otro nacion de las que oprimen la con
ciencia en estas materias . Pero le resta todavia la oportunidad
de borrar otro vestijio de un principio trascendentalmente in-
justo, librando las conciencias ajenas del yugo compulsorio
de negar su relijion cuando se quieren casar con una mujer
chilena .
46

El redactor concluye su editorial refiriéndose a lo que in-


diqué respecto a la Iglesia, que pretendí defender su inde-
pendencia atacándola; y no comprende de qué modo seria
ella mas libre si la lei sobre matrimonios fuese reformada o
abrogada.
No he dicho que la iglesia seria mas libre, pero sí que lo
serian los individuos , y eso sin invadirse la justa indepen-
dencia de la iglesia . Se pide que me esplique mas . Lo hago
pues : -Si a la independencia de la iglesia que domina en un
pais, pertenece el derecho de imponer sus leyes forzosamente
sobre conciencias ajenas, entonces he atacádola ; entonces
tienen razon los escritores que se oponen al cambio solicita-
do en la lei sobre los matrimonios ; y entonces las autorida-
des eclesiásticas en España obraron en su derecho al impo-
ner penas e inhabilitaciones civiles a los españoles protestan-
tes, como las de Suecia, tambien, a los católicos romanos
pari pasu .
Pero el derecho de perseguir no pertenece a la indepen-
dencia de ninguna iglesia. Ni el de inflijir castigos o inhabi-
litaciones. Tales facultades han sido arrogadas por varias
iglesias , por cuya causa han corrido rios de sangre humana,
hasta que seria difícil indicar el pais europeo que no haya
sufrido por esta causa. Léase todas las guerras relijiosas du-
rante tres siglos , que han tenido por objeto el combatir
los avances eclesiásticos . Toda la historia de los últimos
trescientos años han manifestado una tendencia hácia la
restriccion de las iglesias a su propia esféra espiritual .
Hé aquí, pues , su justa independencia ; — entre su gre-
mio puede ejercer la autoridad , dado que sea sin perjui-
cio de tercero, a sus miembros puede imponer penas espiri-
tuales, aunque respecto a ellos no puede usar de penas
corporales , azotes , tormentos , prisiones, multas o inhabili-
taciones . Mas y mas estos principios han sido asentados en
un pais despues de otro, hasta prevalecer en el mayor nú-
mero . El partido ultramontano ha solido desquiciarse casi ,
periódicamente, al ver estos adelantos del estado, creyendo
invadida sobremanera la independencia de la iglesia: mien-
tras que los demas , componiendo un partido siempre en au-
mento , han estado lo mas contento , creyendo que cada ade-
lanto era un paso mas hácia la justicia y la libertad .
47

Volvamos, pues , a la independencia de la Iglesia cual fué


definida por su divino Fundador . Déjesela con el reconocido
derecho de enseñar la doctrina del Evanjelio , de edificar sus
templos , de sufragar sus gastos , de recibir y escomulgar a
sus miembros ; y mas independencia no le pertenece . Si los
católicos quieren enlazarse en matrimonios con otros cristia-
nos , el Estado debe mantener ileso su derecho natural e inhe-
rente para hacerlo; y al mismo tiempo , las autoridades ecle-
siásticas tienen su derecho de enseñar y aconsejar en contra,
de rehusar su bendicion, de privar de la comunion , o de em-
plear cualquiera otra disciplina espiritual , que segun crean
indique el Evanjelio . Pero no tienen ni la mas leve sombra de
derecho para hacer cosa alguna en forma de inhabilitacion
civil. Cuando lo hacen , se arrogan facultades que Jesucristo
no les ha conferido .
DAVID TRUMBULL .

Valparaiso , junio de 1863 .

AL SEÑOR DON T. S. ,
Corresponsal de la "Estrella."

UNA CONTESTACION .

Celebro, al leer su carta fecha 11 del corriente en la Estre-


lla de Chile, reconocer lo distinta que es en estilo y espíritu
de otros comunicados y editoriales que se han publicado re-
cientemente en aquel períódico . Vd . admite que "uno de mis
" argumentos, a primera vista, le ha hecho alguna impre-
" sion, el que saco de la obligacion en que se hallan los disi-
" dentes de abrazar la relijion católica, para contraer matri-
monio con personas que profesan este culto ."
Esta franqueza merece aprecio ; aunque mas adelante Vd .
emplea una espresion de la cual quiero desde luego discul-
parme. Dice que "está de acuerdo conmigo en que los disi-
" dentes que se hacen católicos , únicamente en apariencia ,
66
son hombres despreciables . " Creo que no he dicho esto .
Es difícil despreciar un hombre a causa de lo que haya
48 ----

hecho bajo presion compulsoria . Desapruebo su conducta,


sí. Digo que muchas veces no es mas que broma, farsa,
sacrilejio , el abrazar una relijion por motivos de amor.
Pero no son para mí despreciables , sin embargo . Más bien
les tengo simpatia y compasion, porque han sido víctimas de
una opresion mal prevenida ; y porque bajo la compulsion
han sido inducidos a dar pasos en contra de su misma con-
ciencia.
Tambien tengo que hacer distinciones cuando Vd . dice que,
" en el caso del disidente que cree que ambas relijiones son
" del mismo modo verdaderas , Vd . no divisa inconvenien-
" te en el cambio de relijion . " Señor ¿se contentaria así
Vd. con apariencias solas? ¿Puede llamarse católica romana
sinceramente la persona que cree lo que Vd . deja indicado?
¿No sería mas bien incurrir en la hipocresia de profesar ser lo
que no es? ¿Y en eso no divisa Vd . inconveniente? Déjolo al
criterio de Vd . , pero me asombra que haya asentado un prin-
cipio tan dudoso, y, mas , que el respetable redactor de la Es-
trella lo haya aceptado recomendando “ la juiciosa carta"
de Vd.
Alega despues " que debe ser bien raro el caso de creer
" un disidente que la relijion católica es falsa y la protes-
" tante verdadera , porque siendo el primer fundamento del
" protestantismo el libre exámen , resulta que, el que en-
" tiende la sagrada escritura en sentido católico está en su
" derecho , y por consiguiente en el camino de la salva-
" cion:"
Contesto que eso de decir que la Relijion Católica Romana
es " falsa" es un estilo de espresarse algo fuerte, si bien ella
encierra, en union con las verdades cristianas , abusos in-
negables , los cuales, por no ser de oríjen divino , se deben
reformar.
Tambien quede lejos de mí el asentar que el que concien-
zuda y sinceramente entiende la sagrada escritura en el sen-
tido católico , no esté en el camino de la salvacion .
Celebro que Vd . parezca reconocer las Sagradas Escrituras
como la última autoridad en materia de dogma , desde que hai
personas que enseñan espresamente en el sentido católico una
cosa mui distinta. La táctica de estas parece ser dejar las Sa-
gradas Escrituras en la oscuridad . He encontrado individuos
49

que no sabian aun de la existencia de un libro como el Nuevo


Testamento, menos todavia de la Biblia. En marcado con-
traste con las palabras de Vd . , se leen en otra columna de
la Estrella estas frases " Los Evanjelizadores protestantes
66 que nada edifican en materia de relijion, tienen particular
" empeño en destruir y para ello circulan libros , Biblias ,
" Nuevos Testamentos , etc. , entregándolos por de contado
" al libre exámen de los católicos cuya conversion preten-
" den ."
Siento que Vd. lleve la careta de anónimo, porque será
persona de ideas mas elevadas y respetables , y porque estará
en favor, y no en contra, de la circulacion de las Escrituras ,
para que todos las entiendan en el sentido de una fé, viva,
santa, purificadora .
Habiendo tocado así de paso estos puntos preliminares
contenidos en su carta, resta contestarle, respecto a la
parte mas influyente de ella , el párrafo en que pinta el caso
del disidente de sinceras convicciones que contraiga matri-
monio misto por medio de una dispensa . Prosigue Vd . ha-
blando de "la condicion sine qua non esta dispensa no se
concede. " Pero, señor mio , don T. S. , ¿qué tenemos que ver
en la discusion actual con dispensas o condiciones sine
qua non? Vd . se equivoca grandemente si piensa que en
Francia , Inglaterra y otros paises se celebran matrimonios
mistos solamente con tales condiciones y dispensas . En
aquellos paises , dos personas de distintas relijiones pueden
casarse en lo civil sin pedir dispensa a nadie . Y mas , pre-
sentándose anté cualquier sacerdote católico romano , se ca-
sarán por él sin dispensa y sin exijirse las condiciones tocan-
te a los hijos que Vd . menciona . Hé aquí la variacion que me
asombra: es que la iglesia permite allá lo que rehusa permitir
aquí . El mismo sacerdote que haya casado a personas de
distintas relijiones en los Estados Unidos, no lo hace en
Chile . Allá se prestaria desde luego a solemnizar nupcias sin
exijir ni dispensa ni condicion sine qua non ; mientras que en
el pais de Vd . dice que ambas cosas son indispensables ; y,
mas ¡ ni los señores Obispos de Chile se hallan autorizados a
cederlas ! Si una chilena está en ánimo de casarse aqui con
un disidente los sacerdotes rehusan presenciar sus nupcias ,
pero si ambos se encontrasen en Norte América y se presenta-
4
50

sen ante un sacerdote, católico tambien: ¡ los casaria! Señor


la variacion parece ser fatal .
Pero yo no pido , en mi respetuosa solicitud a la nacion
chilena, que confiera al disidente el derecho de obtener una
dispensa con o sin condiciones . Sabía mui bien que puede
obtenerla desde luego , mandando a Roma, dado que tenga
prontos para pagar a la Curia , sus quinientos pesos , y con la
condicion de hacer las promesas que Vd . ha esplanado . Pero
lo que me atrevo a pedir , en nombre de la moral pública y
particular , como en nombre de la sinceridad y la virtud , es
que se exima al disidente de la necesidad de solicitar la dis-
pensa, y de la tentacion de perjurar ; y (no se ofenda Vd . que
hable francamente en asunto de tan vital interes) lo hago
por estas dos razones , entre otras :
Primera, para que no se autorice , en cuanto a Chile a lo
menos , un escándalo , a causa del cual la incredulidad se mo-
fa de nuestro cristianismo comun . Si es que Jesucristo haya
prohibido los matrimonios mistos , sus ministros , por eleva-
dos que sean los puestos que ocupen , no pueden dispensar
de su divina prohibicion , ni por quinientos mil pesos . Y, si
es que Jesucristo no los haya prohibido , el vender dispensas
para casarse en matrimonios mistos no es en nada menos que
un tráfico altamente sacrílego e inmoral .
Segunda, lo hago para que se reconozcan los derechos
inherentes al hombre de casarse sin pedir, en lo civil , el per-
miso de ningun esclesiástico , sea romano, sea disidente . A
Vd . la cuestion le es ajena y por eso habla con mucha calma
sobre las obligaciones en que tiene que consentir el disiden-
te al casarse con una católica . No parece haber pesado la
materia a la luz de la justicia , cosa que ha de ser de una im-
portancia imposible de exajerar . ¿Tiene una mayoria dere-
cho para imponer al individuo tales condiciones como aque-
llas que acompañan una dispensa? ¿O de privar al padre de
la libertad de conciencia en la materia de educar a sus hijos?
Nó, mil veces nó.
¿Qué diria Vd . si en un pais como la Inglaterra , por ejem-
plo, cuya mayoria es protestante, y la relijion del Estado la
anglicana, fuese negado al Católico Romano casarse con una
protestante , sino a condicion de prometer que los hijos
que han de nacer sean educados en la relijion anglicana, y
51

esto hecho con juramento , constando ademas de escritura


pública? ¿ Qué diria Vd . , señor T. S. ? ¿ Qué era justo ?
¿Qué los fines santifican los medios?
Adoptando sus mismas palabras continúo: "Qué haria
" nuestro buen (Católico Romano) en este caso? ¿Cumpliria
" con lo que con tanta solemnidad ha prometido? No , por-
""
que apostataria de su fé, consintiendo en que la amada es-
66
posa permaneciese en una relijion que, segun él, es falsa ;
(6
y ¿cómo podria convenir en que los tiernos hijos que mas
" tarde han de ser los herederos de su nombre , de su ha-
" cienda, etc. , se educasen en unas prácticas segun él su-
((
persticiosas , en una relijion , en que no podrian hallar
" jamas su salvacion?"
Confieso que Vd . ha hablado enfaticamente en el asunto ,
y ahora, en el caso supuesto en Inglaterra: ¿Cuál habria de
ser el remedio? ¿Cómo podria sacarse al Católico Romano
de una posicion tan desigual? Supongo que Vd . dirá , como
yo, que todo quedaria allanado con el solo hecho de recono-
cer sus derechos como hombre, y de no obligarle a que haga
injustas promesas que no puede cumplir . Y al disidente de
la relijion de la mayoria en Chile ¿por qué no se debe per-
mitir gozar de la misma proteccion que se reclama a favor
del disidente de la relijion de la mayoria en Inglaterra?
Apelo , pues, al honor y buenos sentimientos de Vd . y pido
que me diga si no estoi abogando mui en consonancia con la
justicia y la imparcialidad .
La verdad es , señor T. S. , que los males cuya aparicion
Vd. quiere prevenir y que ha esplicado con tanta destreza ,
no pertenecen al sistema libre que defiendo yo . Al contrario ,
son males inherentes al sistema de emplear fuerza en mate-
rias de conciencia , que Vd . patrocina . Formúlese una lei to-
cante a matrimonios mistos , basada sobre los principios de
la lei del año 1844 que legaliza los matrimonios entre disi-
dentes, y desde luego tendremos deshecho el nudo gordiano .
Entonces no entrará el engaño entre los esposos , ni recrimi-
naciones despues tampoco . No subsistirá mas la vergonzosa
estafa de dispensas compradas. Ni se violarán promesas ju-
ramentadas, ni compromisos solemnes . Ni se arrastrará al
esposo ante los tribunales por inobservancia del contrato . Al
contrario , los esposos se respetarán mútuamente . La relijion
52 -

doméstica no será una materia de compulsion , sino de con-


viccion intelijente y sincera. Cada uno de los contrayentes
se entenderá con el otro desde el principio , y la mútua tole-
rancia desplegará la caridad , sin minarse ni la moral inte-
rior ni el amor conyugal .
Señor T. S. , queda a sus órdenes , su servidor respetuoso y
obsecuente
DAVID TRUMBULL .
Julio 21 de 1853.

RÉPLICA A LOS SEÑORES VERDADEROS C. A. R.

Las catorce proposiciones gozan siempre del aprecio de


Vds . Poco les importa que son chocantes con " las gasta-
das frases de progreso, libertad y civilizacion !" Tampoco
importa el que contradicen la lejislacion de la patria .
Toda la contestacion con que me favorecen Vds . señores ver-
daderos C. A. R. consiste en decir que " confundo maliciosa-
" mente la libertad de conciencia , que nadie me ha negado ,
" con la libertad de cultos . " Perdónenme que les diga que
la distincion que pretenden Vds . es irrisoria ; se mofan de
todos los santos mártires , al hablar en términos tan incon-
secuentes . Cuando confundo estas dos libertades , no es por
malicia como insinúan , sino porque es imposible separarlas .
Esa separacion es un sofisma que merece lugar en el museo
de reliquias de la Inquisicion .
La única diferencia entre la libertad de conciencia y la de
cultos , es la que media entre el poseer un árbol y el comer
su fruta . Al reconocer a Vds . como dueños de una huerta,
les seria sumamente estraño que se les negara el derecho de
probar los duraznos y manzanas que produzca . La libertad
de cultos es fruta lejítima de la libertad de conciencia . Negar
aquella , es privar de ésta . Las dos son como la fé y las
obras ; la una es el complemento de la otra . Cómo la fé no
existe cuando no hai obras , y al contrario se sabe que es
muerta , asi la libertad de conciencia no es respetada siem-
pre que se prohiba la de cultos . Si la una se concede , por
iguales razones se debe conceder la otra.
- 53

Pongamos a prueba de ejemplos esta pretendida distincion


y luego veremos cuán infundada es . Se lée en la historia
que el apóstol San Pablo , habiendo sido traido prisionero al
tribunal de Félix, dijo : "Confieso delante de tí que segun la
" secta, que ellos dicen herejia, asi sirvo yo a mi Padre y
" Dios." Sus acusadores habian alegado en su contra, " He-
" mos hallado que este hombre es pestilencial , que levanta
" sediciones por todo el mundo , y es cabeza de la secta de
" sedicion de los Nazarenos . " Se ve pues , que era reo del
crímen de ser disidente en la ciudad de Jerusalen . Hé aqui
su única ofensa . -Do quiera, en contravencion de la creencia
de la mayoria, habia predicado el Evanjelio . Esto era en
actos de culto público. Y ¡ quién podrá persuadirnos que
aquel noble preso estaba gozando de la libertad de conciencia
cuando a él le impedian la de cultos ! Ni el demonio habria
pedido mas al insigne predicador que eso de sellar los lábios
con el silencio . Los enemigos de la libertad de cultos en Je-
rusalen habrian hecho poco juicio de sus opiniones interiores ,
mientras no las publicase ; y la conciencia de San Pablo ,
iluminada por el Espíritu Santo , le impelia a declarar en
todo el orbe la fé del Salvador , ora a sus paisanos , ora a los
estranjeros, a todos igualmente ; y ¿cómo podrá decir que go-
zaba de la libertad de esa conciencia , mientras se le negaba
la de cultos? Tales distinciones , señores, no aguantan el libre
exámen . La historia es fatal en su contra , visto que con ellas
se defenderia hasta las persecuciones romanas . Monedas son
que ya no corren .
Pero tomemos otro ejemplo todavia mas simpático . En
años ya felizmente pasados existian en Inglaterra leyes
contra el culto de Vds. , cuyo ejercicio público no era per-
mitido. Pues, ¿gozaban los católicos romanos en aquella
época , de la libertad de conciencia? Vds . como yo, contesta-
rán con la negativa mas enfática . Tan claro es , pues , que esa
pretendida distincion no está basada sobre la verdad , sino
sobre una ilójica falsedad.
En Suecia rijen iguales leyes todavia. Durante estos diez
años , católicos romanos han sido encarcelados porque ejer-
cian su culto , el cual alli se dice herejia ; no solo porque en
el interior de su ánimo tenian la creencia, sino porque que-
rian confesarla. Para esto tienen derechos ámplios ante Dios,
- 54

los cuales son hollados por consiguiente, por los tribunales


de aquel pais, sean seglares , sean eclesiásticos , cada vez que
impidan a alguien el ejercicio público de su culto .
Es evidente , pues , que la libertad de conciencia implica la
de cultos ; y que en cuanto se impide la segunda , en tanto se
niega la primera. Por eso no soi yo el que he confundido dos
libertades distintas , sino Vds . , mis eruditos maestros , quie-
nes han adoptado una distincion , donde no existe diferencia
alguna .
Réstame notar que incluyen en la confusion imajinaria
que me imputan , el haber confundido " las leyes sobre ma-
trimonios entre disidentes , con los matrimonios civiles . " No
es fácil entender a Vds . , a no ser que uno piense que se con-
tradicen a si mismos . ¿Será otra distincion fantástica entre
dos nombres de la misma cosa? Los matrimonios entre disi-
dentes son civiles seguramente , y nada mas . Asi los califica
la lei que los autoriza . Completándose , pues , la frase de
Vds . , héla aquí .-" Confundiendo las leyes ¡ sobre matrimo-
nios civiles entre disidentes con los matrimonios civiles !"
No sé si les será posible formular apreciaciones mas inconsi-
deradas contra mí, o no ; pero inconsecuencias mas estrafala-
rias no producirán nunca jamas .
Respecto a lo que preguntan sobre mis estudios en la
Constitucion de la República de Chile , hechos antes de venir
a estas hospitalarias playas , tengo que confesar que no eran
gran cosa. Y probable es que durante los años que gozo de
la benévola acojida de que Vds . con justicia hacen alar-
de, no haya rejistrado tampoco , como merece , esa carta
orgánica . Pero , por esta delincuencia, pido que no se endu-
rezcan en mi contra hasta retirar su soberano permiso para
que no siga permaneciendo bajo estos cielos azules . Debo
confesar y confieso francamente que antes de rejistrar el
último remitido de Vds . , no habia tenido ni la mas
remota idea de que fuese Chile como una aldea de campo ,
en la cual los de "vagabunda vida" reciben una hospitali-
dad tan caritativa que deberian taparse la boca, para no emi-
tir una opinion respetuosa sobre cuestiones de harto interes
público y social . Estranjeros han ofrecido sus pareceres sobre
varias materias en Chile. Han aconsejado cambios de leyes ,
por ejemplo del estanco y de esportacion de cobres . ¿Por
55

qué, pues, les ha de ser vedado tocar una cuestion moral que
afecta tan de cerca a nacionales como a estranjeros? En esto
Vds. no han acertado tampoco . ¡ Se ha de reducir al pais a
la uniformidad y al silencio del sepulcro, respecto a leyes con
las cuales todos no estuviesen conformes ! ¡ Debe uno mar-
charse, una vez que piense posible mejorar nuestra lei !”
Una sola nacion habia en . la antigüedad que no permitia
enmendarse sus leyes , la de los medos y persas ; y no se sabe
el provecho que sacara de regla tan miope , si no fué el de
haber metido a Daniel , estranjero disidente, en el lago de los
Leones, "porque oraba a su manera . " ¡ Pero tan patente era
la injusticia que aun las bestias protestaron , prefiriendo pa-
sar la noche en ayunas , ántes que comérsele !
¿Creerán Vds. que se haya llegado a la última Thule de
progreso moral y relijioso en nuestro Chile? Si tal fuese la
opinion de Vds . , hai muchos que de ella no participan ; y , si
todos los que desean que se cambie alguna lei en el sentido
de ensanchar la libertad del individuo habian de marcharse,
se veria un éxodo , no de " seiscientas mil voluntades" talvez ,
pero de todos modos de un número sumamente respetable.
Para mostrar la impresion que hace su repetida indicacion
de marcharme, permítaseme presentarles un ejemplo:
Supóngase que, en aquella época cuando los chilenos iban
a California por centenares, algun ministro del culto de Vds .
les hubiera seguido ; supóngase que, habiendo quedado en su
ministerio hasta la tempestad de la guerra que ruje alli ,
hubiera emitido una censura franca contra la lei de aquella
nacion que permitia la esclavatura ; supóngase que hubiera
escrito que la esclavatura , por ser causante de vidas viciosas ,
por favorecer promesas falsas en matrimonios , como por ser
una violacion de los derechos naturales del hombre, —era una
fuente tan prolífica de males para la nacion que merecia la
atencion de la autoridad lejislativa para ver si no era posi-
ble conseguir una lei de emancipacion ; y ¿qué tal? habria
obrado ese ministro indebidamente? ¿ O habria merecido mal
de su patria adoptiva ? No pensarán así Vds. Y si alguien le
hubiese contestado que debia o " marcharse o conformarse
con la lei" del pais en que se hospedaba , ¿no estarian Vds.
de acuerdo conmigo para calificarlo de indecoroso y mui
opuesto a lo que "exijia la buena educacion?" Dejo este
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supuesto ejemplo , al criterio de Vds . y de lectores sensatos


como justicieros .
Veo que mas adelante quieren tacharme de propagandista
de ideas anti-relijiosas . Esto rechazo enérjicamente. Anhelo
que todo el mundo escuche a Jesucristo hasta obedecerle.
¡ Y ojalá que aquellos dos poderes de la prensa periódica (1 ) ,
que segun Vds . han nacido a propósito para contrapesarme a
mí, se dedicaran , en lugar de despertar odios infundados , al
santo trabajo de enseñar la doctrina de Nuestro Señor! Ga-
narian mayor galardon que el que se ha de alcanzar por
escribir hasta fines del siglo contra el que suscribe .
Lo que ustedes añaden sobre la efectividad de la fé de los
apóstoles , "sin vapores ni imprentas para conquistar el mun-
do a Dios ," es bueno y cierto ; pero , ¡ cómo será que, cuando
ellos con su sola fé " se apoderaron del alma y cuerpo de las
naciones," se tenga que establecer dos periódicos de imprenta
aqui " para refutar las tendencias" de un solo individuo como
yo ! Montes parturiunt, nascitur mus.
Mas tarde, ustedes encuentran ejemplos "no de progreso,
sino de decadencia y ruina, por violarse leyes eternas , en
las naciones que yo habia citado por modelos ; " es decir, en
Piamonte , Béljica , Inglaterra , Francia y Estados Unidos ,
paises que, a lo menos, no son aventajados por los demas
respecto a la libertad , ni la moral , ni la justicia . El vatici-
nio continuo de los ultramontanos es que ¡ estas naciones
decaen y se arruinan ! si bien con una obstinacion , quizas
indisculpable, de parte de los hechos , crecen y florecen mas
que ninguna otra . La " lei eterna , " atestiguada tanto
en la historia de estas naciones superiores, como en la de
otras menos prósperas , es que, a donde entra la palabra de
Dios, alli prevalece la luz ; y el grado en que las nacio-
nes han aceptado la iluminacion renaciente del Evanjelio
en estos modernos siglos , es la medida de su estabilidad y de
su verdadero progreso . Por progreso , quiero decir el bien-
estar moral de un pueblo ; y digo sin la menor trepidacion que
este progreso se halla mayor donde mas se goza de la libertad .
Hé aquí otra lei eterna , la cual es la del derecho para cada
hombre de saber la palabra de Dios. La España era antes

( 1 ) La Estrella de Chile y El Estandarte Católico.


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uno de lo paises mas aventajados de la Europa , pero negó a


sus habitantes el derecho de que hablo , y por consiguiente su-
frió una postracion de la cual solo ahora da señas de levantar-
se. ¡Cuán distinta no habria sido su historia si , en vez de re-
chazar la luz de la palabra de Dios en el siglo XVI , la hubiera
aceptado ! Pueblo sin superior era pero cayó avasallado por
la fuerza en materia de conciencia , maniatado por un clero
fanático , que le hizo consentir en apagar la libertad de
cultos con la sangre y las cenizas de sus hijos .
En Francia se intentó contrariar el derecho de la concien-
cia por doscientos años , con éxito altamente dudoso y san-
griento; hasta que al fin, la tolerancia, que rije hoi dia , fué
aceptada con paz , provecho y progreso .
En Inglaterra tambien, Enrique VIII y sus hijas Maria la
sangrienta y la Isabel , como los Santiagos y los Cárlos , cada
uno a su modo, pretendian avasallar la conciencia del indi-
viduo, bajo la voluntad y creencia de mayorias que siempre
se titulaban la Iglesia . Torrentes de sangre se vertieron .
Años y años duró la guerra civil , y no se alcanzó la tran-
quilidad estable , hasta que no adoptaron la mútua toleran-
cia en la libertad de cultos . El resultado , segun decia un
respetable chileno , despues de viajar por casi toda la Europa,
ha sido que él " en ninguna parte habia encontrado católicos
romanos tan buenos como en Inglaterra!"
Basten estas consideraciones respecto a la decadencia y
ruina de paises que llevan la antorcha de la civilizacion ,
por ser los mas libres en el mundo ; a lo menos , hasta que no
se divisen señas mas claras de que decaigan y se arruinen .
Vds . prosiguen disertando sobre el libre exámen , de un
modo que prueba que no entienden lo que hablan . Piensan
desacreditar la reforma de Lutero, pero desacreditan mas el
cristianismo , porque parecen admitir que, en su concepto,
éste no puede aguantar el exámen libre . Darán gusto a la in-
credulidad con semejante asercion . Yo sostengo lo contrario;
asentando que lo que necesita la doctrina de Jesucristo para
sujetar al hombre, no es otra cosa que el exámen libre ,
hecho con reverencia y candor . Vds . querrán silenciar dudas
con la prescripcion y autoridades eclesiásticas , diciendo al
hombre que peca cada vez que duda . Pero ya que somos seres
racionales , es preciso satisfacer la razon , si no se quiere tener
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creyentes sin convicciones . El que no cree sino porque la


iglesia se lo ordena y lo que la iglesia le ordena , tendrá su
fé apoyada mas en ella que en Dios.
Para desacreditar mas el exámen libre, inventan Vds . una
especie de supuesto coloquio irrelijioso en que atribuyen fra-
ses fantásticas a Dios , a Moises , y a Jesucristo . El atrevi-
miento es malo y el gusto peor , en estas sentencias . Si es
que Vds. imajinan por un momento que eso es la doctrina
protestante , solo será que Vds . se ponen en el mas terrible、
ridículo . ¿ Por qué se permiten insinuar que los que se em-
peñan en imprimir las Sagradas Escrituras y repartirlas a
precios ínfimos como la revelacion de Dios , creen, sin
embargo, que el hombre ha de ser guiado por su sola razon?
Estas insinuaciones no son mas que argucias de colejiales .
Despues hablan mas al caso , indicando que segun el libre
exámen el hombre tiene que juzgar, " si la doctrina de Jesu-
cristo es o nó emanada del Padre y si a Dios debe obedecer ."
Pero díganme si ¿éstas no son las cuestiones a que tiene cada
uno que hacer frente? Esto es la prueba de nuestra vida . Es
preciso que formemos juicio sobre ellas . No se puede dejarlas
a prelados , ni a curas, ni a antepasados . Son las altas
cuestiones con que Dios está probándonos . Algunos las re-
chazan , y por eso son incrédulos ; otros dicen que las aceptan
ciega y flojamente, porque han sido la relijion de sus padres ,
temiendo sacudir el polvo de la historia, y por eso son cré-
dulos ; otros hai que examinan la prueba reverente y libre-
mente, hasta que convencidos aceptan a Jesucristo como el
Hijo de Dios , y por eso son cristianos intelijentes y decidi-
dos ; lo cual nos trae a la confesion de Pedro que ustedes
han citado . Este favorecido discípulo habia confesado la
sublime verdad que Jesucristo era el Hijo de Dios , por cuya
causa su maestro le enseñó que esa verdad asi confesada, era
la piedra fundamental sobre la cual iba a construir su igle-
sia, que duraria hasta la eternidad .
Eso de decidir , pues , si Jesucristo era o no el Hijo de Dios ,
Dios y Hombre a la misma vez , no es menos que la piedra
de toque para cada conciencia , y ha de ser la piedra de
descanso para cada alma . Y cómo se ha de decidir sin exá-
men, confieso que no me lo puedo imajinar ; pero si ha de ha-
ber exámen, debe ser atento, reverente, libre . Dudar, pues ,
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del exámen libre o es una muestra de incredulidad , o de de-


bilidad . Examinemos , pues , todo y abracemos lo que es bue-
no. La libertad de examinar en este sentido desencadena del
error y del pecado . No es perjudicial de ningun modo si no
se abusa . Suscita un progreso no funesto sino cristiano y por
eso divino ; y todavia hará que tremole la bandera del Cruci-
ficado sobre todo encumbrado monte del globo .
En cuya fé quedo rogando a Dios que asi sea , como que él
des iluminase
Y soi S. S. obsecuente .
D. TRUMBULL .

P. D. - Veo que dos de los pormenores de su carta se me


han escapado . Primero se refieren a un malogrado matrimo-
nio misto, que suponen yo no ignoro, y el cual fué disuelto.
por el esposo, cuando habia vuelto a su pais . Pregunto , pues ,
¿cómo podria haber sido repudiada aquella " desventurada
chilena, " si hubiese existido, en esa época, la lei que solicito
hoi para legalizar los matrimonios mistos? Esto es lo que
dije al principio: las leyes chilenas obran en contra de la
mujer chilena ; en cuyo sentido el caso que Vds . citan es
elocuentísimo . Me convidaron a mí los contrayentes para
que solemnizase aquellas nupcias , y rehusé porque el matri-
monio no tendria fuerza civil . Preví que podrian separarse los
consortes por divorcio mútuo, o por abandono . Ambos , en-
tendia, quedaron resentidos conmigo . Se llamó despues
un capellan marino , y fueron casados . ¡ Por consiguiente,
la repudiacion fué hecha posible ; mas , fué fácil ; y talvez fué
sujerida por la lei actual que Vds . defienden ! Si ese matri-
monio hubiese sido legalizado en lo civil , aquella desventu-
rada chilena podria haber demandado a su marido, ante los
mas altos tribunales del pais en que se avecindaron , y exiji-
do su alimento . Si no pudo hacerlo no fué a causa de las le-
yes de los Estados Unidos, sino a causa de las de Chile ; las
cuales en esta materia segun el mismo ejemplo que Vds . han
citado, a mas de ser sumamente injustas y violadoras del dere-
cho natural , pueden haber sido la ocasion, y quizás la provo-
cacion, de acciones sumamente torpes e inmorales . ¿Quiénes ,
pues , son los que alegan para poner mas al abrigo de la lei
a la mujer chilena? ¿Ustedes? No , de ningun modo . Yo soi
60 -

el que lo hago, pidiendo un cambio para que se permitan


matrimonios mistos en lo civil, como actualmente se per-
miten matrimonios entre disidentes .
Segundo: me dan motivo de queja . Dicen vuestras mercedes
que quieren cortar la polémica . Libertad tienen para cor-
tarla cuando gusten . Pero dicen que puede traer , " compro-
misos sérios , pues la relijion del Estado es la ya indicada
con esclusion de toda otra. " Será ésto porque se me quiere
atemorizar .. ¡ Si contesto se me mete el cuco de esclusion; y
si no contesto se puede pretender que las famosas catorce pro-
posiciones me han muerto y que son de veras " irrefutables. "
Señores, las amenazas contra mí, por ser indefenso y débil,
deben ser armas vedadas , y harán mas daño que provecho
a la causa que Vds . patrocinan , en el ánimo de todo hombre
who loves fair play . Como inconsideradas se las perdono por
esta sola vez; pero añadiré francamente que no les pido favo-
res ni tampoco me arredro ante las responsabilidades de mi
deber cristiano . - S . S.
D. T.

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