El Arbol Peregrino
El Arbol Peregrino
El árbol peregrino
Vytautas Subacius
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EL ARBOL
PEREGRINO
Vytautas Subacius
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Dibujo de Edwin Villasmil en LA PALABRA ILUSTRADA
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Diseño, diagramación y portada de Vytautas Subacius
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A mis hijas
Dalia,
Sandra
y Daniela
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Los dibujos en la página 3 y 88 son de Edwin Villasmil, artista, educador y ambientalista nacido
en Venezuela. Se expresa fundamentalmente a través del juego positivo-negativo de figuras
sobre fondo negro. En sus temas participa la tecnología enfrentada a la naturaleza y su lenguaje
indaga las relaciones entre el hombre y la sociedad contemporánea. Desde el 2004 reside en
Miami, Florida, donde desarrolla el frágil ecosistema de los Everglades.
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PROLOGO
Escribir el prólogo para la publicación de un poeta no es una tarea fácil para alguien como yo, sin
experiencia en rimas, métricas y recursos estilísticos, a quien le agrada y complace escribir como
afición, pero resulta un hermoso desafío que no es posible eludir, sobre todo si es una sorpresiva
y honrosa solicitud de alguien que no conocemos personalmente sino mediante la referencia de
sus colegas y múltiples ahijados, más de una docena de promociones de su Facultad de Ciencias
de la Salud, quienes le felicitan y se enorgullecen de él como uno de sus maestros en la profesión
hipocrática, tanto en el área de la clínica médica como por su disciplina y productividad para
escribir y publicar poemas en las redes sociales, donde establecimos el primer contacto y allí
comenzó a tejerse una amistosa red, algo así como la conformación de una especie de holograma.
Cuando en el 2020 comencé a leer sus poemas, una época de pandemia viral en Italia y en la gran
parte del mundo, me atreví con esa audacia de quien descubre un área que no practica
habitualmente, a realizar algún que otro comentario a la producción poética del profesor Vytautas
Subacius, atraído por su transparencia y apertura en interesantes temas de contenido humano,
social y ecológico, con sus matices, intencionalidades y tonalidades, que me condujeron a
identificarme con el tema de la inmigración o cambio de país, por el estado de deterioro de un
territorio de inmensos recursos humanos y naturales desaprovechados por la ingenuidad y
capacidad de autoengaño de muchos de sus habitantes, como por ejemplo elegir emocionalmente
administradores que desconocían hasta el significado de dicho término y que tenían muy bien
encubiertas sus conductas de transgresores de las reglas de convivencia social, auto denominados
“revolucionarios”: fachada para encantamiento de masas desposeídas y que buscaban, por
supuesto desde mi perspectiva, tan solo como coartada, detener el progreso de las múltiples
corruptelas populistas en curso creciente para el inicio del milenio, solo para superarlas.
En el momento que escribo este honroso encargo para el “récipe poético” que publica el colega
clínico, docente y amigo Vytautas, en el país donde ambos egresamos de nuestra Alma Mater, la
Universidad de Carabobo. país que en la actualidad atraviesa una profunda y existencial crisis que
parece definitoria, una etapa compleja de incertidumbres y arbitrariedades que se niega a
desaparecer y dar paso a otra más deseable, armoniosa y democrática que pugna por aparecer y
acabar con el injusto peregrinar de millones de habitantes en diáspora, tal como lo anticipa, cuasi
proféticamente el inspirado y afortunado título que nuestro amigo poeta ofrece para la reflexión,
el deleite y mensaje de buen vivir, acompañado de una polisémica expresión poética, para el
espíritu de sus muchos lectores.
¿Y qué significa el árbol peregrino?, una metáfora vegetal de una vida de devoción, de viajar en
cumplimiento de una búsqueda cuasi religiosa hacia un sitio de culto, algo así como “el camino de
Santiago” o de una forma errante de viajar sin un destino fijo, extraño o exótico, voluntariamente
o por fuerzas circunstanciales.
Me propongo expresar aquí tres vertientes: primero, la imagen que refleja el profesional creador
quien me concede este honroso privilegio; segundo, pergeñar algunas ideas extraídas de mi
percepción subjetiva de media docena de los 54 poemas seleccionados por el autor, y por último,
un intento de concebir el retrato de un vivir apasionado y con propósito definido que me impresiona
en esta reveladora obra.
Sin conocer personalmente a Vytautas, emergió en mí una corriente de empatía generada por la
admiración, reconocimiento y afecto que recibe de sus múltiples amigos, alumnos y colegas,
característico de alguien que no parece buscarlo sino de quien descubre y agradece los merecidos
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elogios de su obra poética y mucho más por ser quien es para aquellos que le conocen íntimamente
al haber compartido las vivencias de su exitoso actuar profesional tanto en cardiología como en
docencia, investigación y cultura universitaria.
Conozco al profesor Subacius por su trayectoria académica universitaria, por sus labores de
investigación, por sus publicaciones y por su prolífico compromiso cultural, su disciplinada
incursión en el teatro y la poesía universitarias, su participación en los encuentros internacionales
de poesía en la sede de la UC. Se que nació en una fronteriza población lituana, Vosiunai, limítrofe
con Bielorrusia y que emigró a Venezuela con sus padres para vivir en el sur de Valencia, como
lo refleja en uno de sus poemas.
¿Cómo lo describiría?, una persona de tendencia independiente, sociable y agradecida que rinde
culto a la amistad, que no es proclive a reunirse con cierto tipo de personas que carecen de valores
positivos como lo revela en su poema Yo no marcho con ustedes y que sus numerosos ahijados de
promoción en la Facultad de Ciencias de la Salud nos muestran su excepcional brillantez en la
docencia universitaria y nos deja una profunda huella de su calidad humana.
Además, tengo la fortuna de conocer a muchos de sus amigos y colegas quienes podrían dar Fe,
mejor que yo, de sus excepcionales cualidades personales y profesionales.
¿Qué percibo en una pequeña selección de sus poemas?
En A la sombra de un árbol se muestra la aparición de diversas emociones, sentimientos, vivencias
y experiencias mediante la metáfora del árbol y su localización en dos mundos diferentes, el
destierro, el amor, la soledad, desilusiones, el desamparo, el encierro como coraza defensiva y el
consejo paterno de transformar realidades.
…cierro los ojos y vienen a mi encuentro otros tiempos,
grandes amores también desilusiones.
…..
Mi padre, cual inefable sabio de Lemuria
me transporta a mundos olvidados con cipreses y abedules
…..
De pronto mi soledad se puebla de breves paraísos,
aparece la luz perdida,
aquella que aún en lo más profundo de las grutas resplandece,
la que me ayudó a cerrar puerta y abrir ventanas
evitar el extravío en el encierro y escudarme contra engaños.
…..
El velo se despeja, trae consuelo a mi errancia,
apacigua el desencuentro y torna soportable el destierro.
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Abro los ojos, el árbol cuya sombra me ampara no es bucare ni samán.
Otoño en Coventry. Aquí parece resurgir la sensación de pérdida, del no retorno del destierro, la
percepción de la “tierra arrasada”, la preocupación ecológica interviene creativamente en el
proceso de elaboración del duelo, la mezclada de la lluvia con las lágrimas, el resplandor otoñal y
la metáfora del verdor vegetal.
En Sueños, el poeta ensaya una categorización que atrae mi atención como Psiquiatra, al que le
entusiasmaba analizarlos con satisfactorios aciertos en algunos momentos particulares de la
práctica psicoterapéutica. En este poema se reflejan sentimientos de pérdida, otros de felicidad y
buenos augurios. Se recuerda mejor aquello que evoca sentimientos profundos.
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Calles muestra el recorrido habitual de diversas calles con los sentimientos, experiencias,
inquietudes y reflexiones que pueden quedar en el pavimento, angustias, alegrías, fracasos y éxitos.
Una invitación a la libertad sin expresión de temores.
Árbol. La metáfora inspiradora del texto que ocupa nuestra atención, una descripción de todos los
beneficios y acompañamientos que le ofrece el árbol al ser humano y al cual el autor le incorpora
la única función que no puede realizar del todo, “ser peregrino” como el ser humano, por necesitar
de sus raíces y de un terreno distinto para cada especie, lo que impide que muchos no puedan ser
trasplantados. Este peregrinar complementario lo asumen en el poema las nubes.
Finaliza con el símbolo del madero, cruz del eterno médico de cuerpo y alma, el eterno peregrino
de los creyentes.
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te hacen mercancía para rebozar sus insaciables arcas.
Son los que Jesús expulsó del templo.
Si regreso. Son las preguntas sin respuesta del reencuentro, de la esperanza, del mito del eterno
retorno, la esperanza que alberga el peregrino, ese anhelado deseo que se explicita en los momentos
del encuentro consigo mismo, con nuestra Esencia.
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o tan solo una sombra de lo allá vivido?
…..
Las distancias cobran un precio establecido,
caducan los boletos de retorno
y solo un eco del intento
queda dando vueltas.
Para no alargar más este prólogo, solo deseaba que la tercera vertiente, el retrato de la concepción
de un vivir apasionado y con propósito, pudiese ser diseñada como una especie de muestra de
investigación cualitativa, para lo cual me hubiera gustado utilizar un recurso como el “Atlas Ti”,
pero para no exceder el espacio del que dispongo, realizaré una breve síntesis de las categorías
temáticas y el análisis de los poemas relacionándolos con las vivencias del autor utilizando, para
la categorización de los tópicos de este nutritivo y original poemario, el esquema de los cuatro
cuadrantes propuestos por el filósofo Ken Wilber como herramienta integral de análisis de los
fenómenos humanos desde perspectivas múltiples, representando dimensiones de la realidad y
asociándolos con los niveles Lógicos de Bateson y Dilts, dos instrumentos de mi interés didáctico.
Cuadrante inferior Izquierdo o Cultural (Interior colectivo): nivel Identidad, Valores: Crecí
en el sur de la ciudad, Yo no marcho con ustedes, Liturgia.
Cuadrante Inferior derecho o Social (exterior colectivo) nivel Espiritual: El amor fue nuestro
aliado, Eva Lucia, Sarah, Amor III.
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*El Dr. Miguel S. Herrera Estraño es Médico Cirujano egresado de la Universidad de Carabobo
en 1968 (Promoción V). Psiquiatra en el Centro de Salud Mental del Estado Miranda y Docente
universitario (jubilado) de Psicopatología y Clínica Psiquiátrica en la Universidad de Carabobo,
sede Aragua. Life Coach desde 2009. Doctorado en Patología Existencial e Intervención en Crisis
en la Universidad Autónoma de Madrid, 2010.
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A LA SOMBRA DE UN ÁRBOL
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EN UN CAFÉ
Palma, su capital.
Frente al mar, la imponente Catedral,
La Almudaina y el Malecón;
estrechas callejuelas tapizadas de múltiples pisadas,
cuentan historias de piratas turcos y berberiscos,
de moros y cristianos.
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OTOÑO EN COVENTRY
Dejo de lado la vida citadina, su absurda veloz marcha con destino incierto
y las pálidas luces de neón que enfría los sentimientos;
Prosigo, me integro en la colorida sinfonía otoñal,
observo con deleite la danza ocre de las hojas en su despedida del follaje
para alfombrar mi caminería,
un sagrario donde no me siento extranjero;
reconozco la semejanza,
la sensación de pertenencia,
allí cumplo mi liturgia en antífona con el universo.
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Fotografía de Sandra Subacius. Coventry, Inglaterra.
EN COVENTRY
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SOLEDAD
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SOMBRA
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MI ÍTACA
El cierre del telón se aproxima, el escenario se despeja, la actuación está por concluir.
Deshilo los recuerdos, la memoria fluye, se detiene, repiensa, se desliza suavemente.
Viene al presente My Way en la voz de Frank Sinatra y el poema Ítaca de Kavafis, para aclarar el
camino recorrido.
Emprendí el viaje a Ítaca con alegría, viviendo a plenitud cada presente, atesoré el Carpe Diem.
La ética fue mi horizonte.
Marché firme sin temor “A Lestrigones y a Cíclopes, o al airado Poseidón”,
sin ser atado al mástil desoí cantos de sirenas.
Mi guía: Atenas y Jerusalén.
Largo fue el camino, lleno de ricas experiencias, de éxitos y fracasos, vividos siempre con algo de
dignidad.
Elecciones las tomé a conciencia, el azar a veces jugó sus cartas y cometí errores,
pero pocos arrepentimientos tuve.
Es cierto que los éxitos se me dieron fácil, no tanto en el amor, me otorgaron galardones,
recibí homenajes, epónimos, preguntándome siempre sorprendido si era merecedor de ellos.
Más que galardones, el “bendición padrino”, “saludos profesor, lo invito a un café”, llenaron mi corazón
de alegría.
Allá en Carabobo, en mi Alma Mater, me sentí realizado, respetado y querido y por ello dediqué mi vida a
corresponderle.
Al fin llegué; estoy en mi Ítaca, lejos de aquellos con los que compartí el camino,
me despojé de sombras y aparté tinieblas, aquí hallé seguridad, confort,
también una profunda tristeza que a veces penetra el alma y de nuevo la ensombrece,
sin embargo, agradezco el extraordinario viaje que Ítaca me brindó.
Al llegar me sentí cercano al que “perdió barco, avío y hasta su soledad” en un poema de César Seco,
Pero finalmente, consciente que mi viaje no fue en pos de un lugar,
hallé la calma, la interna paz
con sentimientos que ayudan a seguir viviendo
en el inexorable deslizar hacia el ocaso.
Coventry 18 de marzo de 2019.
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TIEMPO
El tiempo no pasa y nada es,
un eterno ahora.
Al pasar nosotros él adquiere existencia,
Aparente movimiento entre añoranzas y esperanzas,
entre lo que fue y el tal vez.
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CALLES
Nueva calle, una de tantas,
centenares recorridas, cada vez más lejos.
Todas iguales en su diferencia que
a nada importante me han llevado y
siempre regresan al inicio.
Calles que saben de angustias y alegrías,
de aciertos y desengaños,
de éxitos y fracasos,
de preguntas sin respuestas.
Calles custodias de recuerdos y pesadas cargas;
olvidadas reflexiones reposan en sus piedras
ancladas en el pasado.
Calles con tránsfugas
en permanente movimiento,
sin futuros planes,
sin buscar escaños,
sin ambiciones desmedidas,
sin deseos de cambiar el mundo,
sin ser manipulados por berridos del rebaño y
agradeciendo el dolor, señal de vida en su obstinado persistir,
fatiga y anhelo de reposo.
Cada quien espectador de su propia vida y del entorno,
cómodos en la paradoja,
sin desear mando ni ser mandados,
no ser líder ni guiado,
sin genuflexiones ni ciega obediencia.
Con el alma libre y
sin temor a la noche ni a lo que ella esconde.
El indispensable otro,
de la tribu o hallado en el camino,
el que siempre nos acompaña,
nos regala su presencia.
En la soledad sentimos sus pasos,
habita y puebla la memoria,
tal vez un amigo que ya partió
o alguien de la otra orilla
que por accidente se cruzó en nuestra vida
y firme sigue a nuestro lado,
nos visita siempre,
una melodía,
una acuarela,
un viejo libro
un poema.
Reconocer al otro es asumir nuestra identidad.
Su mirada nos define,
sus verdades nos desnudan
con la transparencia de su alma.
Su existir nos explica,
sin ser nosotros lo es.
Un complemento.
Con la alteridad se hace uno,
enriquece y nos cambia.
En un mundo cosificado expande la imaginación
para hacernos entender el horror,
mostrarnos la futilidad de los espejos
que solo reflejan la fachada,
lo que creemos ser,
lo que queremos ver:
pero ocultan su reverso,
lo que allí anida.
Con él somos dualidad en comunión,
haciendo y respondiendo preguntas
despertamos el uno al otro lo que en nosotros duerme.
Hierbas de marisma apagando la sed con agua salobre,
mar y río.
Escuchamos su voz aún en la tormenta
y la asimilamos para expresarla como nuestra.
Warwick, 13 de julio de 2019.
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SIEMPRE EN UN CAFÉ
Afuera llueve,
tintinean las pesadas gotas en los cristales,
se deslizan en hilos argentinos
como suaves notas de piano y violonchelo
en Le Cygne de Camille Saint-Saens.
Estridentes voces del interior
en crescendo acompasado
por alquimia se transforman en silencio,
escudo contra la acústica del recinto
dando paso al diálogo con los recuerdos.
El tornasol matiza las ventanas,
en la calle se perfilan siluetas borroneadas
en un raudo ir y venir buscando resguardo
de una ligera lluvia veraniega que cae en versos.
distinta a la exuberante de mi tórrida niñez,
raudal de pardas aguas,
implacable avalancha en su curso por mi calle de antaño
de tierra apisonada
para rodar las metras
hacia un destino acordado,
allí donde ayer el trompo bailó su melodía.
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PUERTAS
Puertas orgullosas con brillo en sus aldabas, barniz reluciente y nueva cerradura para llaves
bañadas en oro.
Puertas transparentes, graciosas, delicadas, con pudor en sus ornatos.
Puertas que son espejos, nada dicen de ellas mismas, solo reflejan nuestra imagen y su entorno.
Puertas agresivas, la maldad impresa en su estructura, expelen aromas de advertencia ¡Cuidado!
Puertas ajadas por la intemperie con visibles cicatrices, arrugas impuestas por los años, goznes
oxidados; en su portal yacen historias amargas, tristes recuerdos de traiciones, de amores
extraviados, de fugaces besos entregados sin pasión. Al abrirlas, en el zaguán solo nostalgias
prevalecen.
Puertas sencillas, ingenuas, endebles, carentes de adornos, planas y sin gracia, pero agradables
por su simpleza; no deben ser tomadas a la ligera, detrás de ellas se ocultan almas sensibles.
Puertas siempre entreabiertas, franca invitación al transeúnte. Luminosas francas puertas sin
fantasmas de fácil interpretación.
Puertas grises envueltas en penumbra, pobremente iluminadas, con bases carcomidas por la
inclemente lluvia, atormentadas por vientos tempestuosos, sus bisagras son lamentos de intrigas,
de preguntas sin respuestas; incógnitas tejidas con hilos de madejas ancestrales.
Puertas de difícil acceso pero de interés indiscutible, su reverso oculta los misterios de nuestro
existir, nuestro destino, los derechos y deberes, ética y nobleza; allí moran el espíritu, los
filósofos y los poetas, Las Tablas que Moisés bajó de la montaña son sus residentes.
Puertas enigmáticas, permanentemente cerradas, no permiten ser abiertas, nadie responde a las
llamadas, los golpes dados se escurren entre dedos y se esparcen en el asfalto; ninguna de las
llaves que poseemos permite el acceso.
Puertas que guardan cáscaras vacías, nada tienen que ofrecer al peregrino, su estructura es mero
maquillaje, una triste máscara sin expresión; un halo de opaca luz sale de ellas sin significado
alguno, viven obstinadas en su estupidez.
Puertas que repelen; en ellas están inscritas la violencia, el odio y la ignorancia, con solo mirarlas
sentimos la necesidad de alejarnos sin abrirlas; borrarlas de nuestra mente como si jamás las
hubiésemos visto y seguir nuestro camino.
Ojos que escrutan el alma del caminante son todas ellas.
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FLOR
Lo subjetivo le da sentido,
la mirada le otorga consistencia.
El poeta la entiende,
para Pizolante la rosa azul fue un motivo,
la madre en su día con amor la recibe
y la novia con el corazón
henchido de alegría,
la fe la coloca en los altares,
sirve de símbolo en los escudos,
de corona para las jóvenes en primavera,
complementa el aplauso,
rinde homenaje a la mujer en su día,
y un adiós a los difuntos.
No es aforismo ni axioma,
es promesa, sueño y pasión,
metáfora contra el discurso.
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CIUDAD DE NOCHE
Llegó la noche;
hace horas que el sol quedó a mis espaldas,
me interno en la oscuridad,
en un callejón que no es el mío,
avanzo hacia las fauces entreabiertas,
la piel erizada de temores,
escalofrió en las entrañas.
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Por fin la noche ha llegado a su final,
ya no se escuchan sus profundos estertores,
atrás quedaron los fantasmas,
el alba me saluda con suave brisa sobre el rostro,
su claridad es bálsamo,
caricia y alivio.
Pero algo de aquella oscuridad queda presente,
se anida y acompaña mi regreso.
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ARBOL
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También fuiste utilizado para cegar vidas;
una veloz saeta,
ramas para cumplir sentencias,
la cruz para aquél que vino a redimirnos.
Pero de eso eres inocente.
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AL ENCUENTRO DEL OTRO
Vayamos al encuentro del otro,
rajemos sus paredes,
borremos capas de pintura
que por años lo cubrieron,
asomémonos por rendijas a sus fragmentos,
a pequeñas partes que el todo oculta,
penetremos el tronco abriendo la corteza
para llegar al interior,
a la oculta intimidad
que con más certeza que el conjunto lo define.
Deshagamos estructuras,
para hallar fracciones de existencia,
vayamos en busca de sus vivencias,
de sus acciones.
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AL FINAL DEL CAMINO
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FUI JOVEN
Fui joven, es cierto.
Irreverente, volátil, temerario,
con espíritu aventurero,
creyéndome inmortal
tuve momentos de extravío,
primacía de los instintos,
años locos en el claro de la luna
oyendo cantar el viento.
El éxito acarició mi frágil ego,
por momentos la vanidad me sedujo,
sucumbí a los elogios,
la claridad no siempre iluminó mis pasos,
caminé cargado de miserias
a través de espesas húmedas neblinas,
mi fe flaqueaba,
no se me dieron con facilidad los sacrificios,
me desvié hacia derroteros equivocados
mostrando con ostentación la máscara endeble de la juventud.
Marché en vaivén durante una temporada
hasta que logré apartar el follaje espeso de la ignorancia.
Pude vislumbrar el interior del denso bosque,
cada árbol con su dignidad de individuo.
Allí encontré la “caja negra” y en ella lo ocurrido,
las causas, las consecuencias,
la explicación.
Pasó el tiempo,
me despojé del grueso manto de incertidumbres,
ganó la sensatez.
Caminé tranquilo sin polémicas con ortodoxos,
sin deseos de cambiar el mundo,
aparté a los fanáticos sin contemplación alguna,
con los poderosos no hice pactos vergonzosos,
la grandilocuencia no me sedujo;
la estupidez a veces viste toga y birrete
y recibe alabanzas en Anfiteatros.
Viendo en perspectiva el camino recorrido,
el proceso y lo logrado,
no puedo negar la importancia del pasado,
soy su eco.
El mañana que contemplo es el hoy
y el recuerdo del ayer.
Lo que ocurre ya ocurrió,
la serpiente muerde su cola y
crea un círculo eterno.
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MÚSICA
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CRECÍ EN EL SUR DE LA CIUDAD
a Adhely Rivero.
Crecí en el sur de la ciudad,
sin rencor,
sin amargura,
sin arrepentimiento,
sin avergonzarme de ello,
con orgullo lo digo:
¡Crecí en el sur de la ciudad!
Allí transcurrió mi niñez y mi adolescencia,
en una calle que primero fue de tierra
y barro cuando el cielo se precipitaba sobre ella.
Las casas sencillas con pequeño jardín al frente,
vecinos cordiales de tertulias infinitas,
de trato amistoso,
gente amable sin pretensiones,
con claridad de sentimientos,
filosofía de amas de casa.
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PUENTES
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Puentes que conducen al pasado
o de él nos alejan
pisados con cautela para no caer en el vacío
quemados una vez cruzados
para evitar un retorno amargo
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MI CREDO
“La víctima es el héroe de nuestro tiempo. Ser víctima otorga prestigio, exige escucha, promete
y fomenta reconocimiento. Inmuniza contra cualquier crítica, garantiza la inocencia más allá de
toda duda razonable”.
Daniele Giglione
En estos días de notoria indigencia
del intelecto con desprecio abandonado
ante el omnipresente ciberespacio extenso
ante las redes sociales hoy presentes
por la escucha de sus voces
hago examen de conciencia
sin propósito de enmienda
sin pedir misericordia
sin que me arrepienta
confieso mis pecados
contra ellas cometidos
jamás rodilla en tierra
No pido su «yo te absuelvo»
sin rogar su “sacramento”
seguiré impenitente
sin pedir clemencia
seguiré pecando
con rebeldía
con desobediencia
elevaré siempre mi voz
en las redes con irreverencia
abriendo el corazón y la mente
afirmaré que la tierra es redonda
que la biología molecular es ciencia
los cromosomas no están en la mente
daré gracias a Cervantes por
enseñarme a luchar
contra molinos
y a Cristóbal Colón
por haber traído su idioma
que hablo y con el cual escribo
que toda vida gran importancia tiene
sin discriminación de raza etnia o credo
que la lectura de los libros es indispensable
que la libertad de pensamiento es inviolable
que el libre intercambio de ideas es inevitable
que el estudio de la historia es imprescindible
fundamental es conocerla a fondo
para no repetir sus errores
estúpido es negarla
No creo en teorías conspirativas
pero reconozco que las fortunas
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dominan nuestra tierra
No creo en marcianitos verdes
tampoco en sus platillos voladores
no me afectan los ladridos de chacales
la risa de hienas no hiere mis sentidos
mi existencia no discurre en rebaños
No creo que el reggaetón sea música
ni que algo por ser original es arte
No creo que las vacunas hagan daño
No creo que la ciencia sea capaz
de develar todos los engaños
Sí creo que la maldad existe
que no hay que ocultarla
a la luz hay que sacarla
No creo en la autocensura
No creo que la libre opinión perturbe
No me preocupa que no crean en mis ideas
ni tampoco pretendo que las acepten todos
Creo que la verdad consta de varios matices
depende del punto desde el cual se la vea
No acepto discriminaciones ni racismos
sin importar de qué lado vengan
Creo en las bondades de la vida
Una vida sin odios y sin rencores
No creo en la "diversidad forzada"
tampoco en el lenguaje inclusivo
ni que la gramática tenga sexo
ni en el credo de los ofendidos
ni en la ideología victimaria
Creo en la libertad creativa
sin coerción ni juicios
detesto los prejuicios
la corrupción
la hipocresía
la mentira y los engaños
Solidario con las feministas
pero no apoyo a las extremistas
Creo en el respeto a las minorías
en la importancia de la educación
en la vejez dignamente alcanzada
No creo en los “buenismos”
No acepto atavismos
ortodoxias ni fanatismos
y no me importa en lo que
Hawking insiste
Dios existe
a José Rey
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CUARENTENA
Hablo al reflejo
que el vidrio de la ventana
me ofrece,
le cuento que los días se alargan
interminables,
monótonos,
inclementes.
Recojo las cenizas
de horas menguadas
en forzado encierro,
enramadas en nostalgias
y falsas esperanzas.
¡Terribles son las esperanzas!
Comienzo a notar la erosión
en mi ánimo entumecido,
espero futuros aconteceres,
no escribo nada
solo sueño los sueños ya vividos.
¡Ay, como duele la espera!
Caminar libre en otoño
y cubrirme con las hojas de colores.
Raudos vienen
los recuerdos más lejanos,
sin parar ellos vienen;
no como entes vivos sino
como epitafios en la memoria,
Aguardo en pie de guerra
dispuesto a luchar
contra la plaga invisible
sin hacerme ilusiones,
ella puede acabar
con todos mis anhelos
y mis pasiones.
Sin embargo
persisto en el empeño
inflexible.
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YO NO MARCHO CON USTEDES
Ustedes,
los que solo aman
construcciones de cemento,
grandes edificios,
gustan de lustrosas superficies lisas,
plástico,
poliéster,
metal pulido.
Prefieren la fluorescente luz
de los bombillos,
se deleitan con gritos estridentes
en rebaños compartidos.
Acuden a gimnasios
en vez de subir montañas,
el aire acondicionado,
no el frescor de la brisa.
Desprecian el misterio
de los bosques ancestrales,
el verdor de las praderas,
de los médanos la arena.
Caminan sin voltear la vista al cielo
conformes
con el pavimento de la acera,
van de prisa siempre
desarraigados,
la naturaleza amor no les inspira.
Ustedes no conocen veredas naturales,
solo calles asfaltadas,
las estrellas no les brindan
su fulgor en el camino,
la luna no los honra con su mirada,
el misterio no los ilumina.
No escuchan el canto de los riachuelos
ni conocen sendas
que los antiguos han trazado,
solo amplias avenidas
con edificios a los lados.
Su compás deteriorado
ya no marca el horizonte,
no es verdor, sino el gris opaco
lo que rige su destino.
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Nunca han sentido
el místico vibrar de las llanuras
ni soñaron con el fresco respirar
en las colinas,
la apariencia es el norte
de ustedes.
En procura de fortunas
van en procesión constante,
dispensando
halagos,
reverencias
y adulaciones.
Seres huecos con almas oxidadas
y corazones repletos de cicatrices.
Sus automóviles de lujo
no me impresionan y
mucho menos sus palacios
con amplias piscinas,
tampoco sus trajes confeccionados
a la moda.
No me conmueven
sus angustias
por el colapso
del mercado de valores.
A ustedes autómatas
cuyas vidas están regidas
por precisos engranajes,
existencia artificial,
desde muy hondo de mi alma
yo les digo:
¡quédense con los espejismos!
¡quédense con sus abismos!
Yo no marcho con ustedes,
camino en soledad
por senderos con gusto elegidos
en mi mente sin paredes
y sin rejas construidos.
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Fotografía de Vytautas Subacius. Brighton, Inglaterra.
HUELLAS
Vengo de allá,
vengo de lejos,
por caminos de memorias.
Múltiples huellas dejé impresas,
huellas que hoy lucen más profundas,
complejos y flexibles moldes
fijados en el tiempo;
sello indeleble del pensamiento,
presagios cubiertos
con blancas hojas de ilusiones.
Los caminos me otorgaron
vestimenta de regia dignidad
para que fuese mi propio dueño,
mi capitán,
líder de mis ensueños,
para no caer en trampas de gurúes
ni en promesas de falsos profetas,
tampoco en palabras
de políticos corruptos.
Me asumo tal cual soy.
Independiente.
Mástil inmune a tormentas
en sendas que no dejé desiertas,
y si el viento las esparce,
que sea un viento especial,
viento que abra puertas
para los sentidos
como el agua del manantial,
alivio a lo vivido
en el desierto.
Repleto de añoranzas
llegó diciembre,
seco frio y con pocas esperanzas,
sin guirnaldas de adorno para el alivio.
Una realidad de contornos desvaídos.
La nieve de nuevo cubrirá el campo
y los caminos,
cubrirá mi piel y mis latidos.
Crujirá la escarcha
bajo la fatiga
en espiral de días idos,
del caminar despacio
sin forzar la marcha.
El cansancio dará la bienvenida,
la nocturna razón levantará el vuelo,
cubrirá la voz con gaitas y aguinaldos
al corazón entristecido
con la ilusión del Recién Nacido.
62
SOLILOQUIO
Abrazado a la almohada
sueño sueños
ya soñados,
imágenes elusivas,
suave cadencia,
seductor embrujo
en soledad
del silencio.
Profundos surcos
arados en la memoria,
vestigio de lo vivido,
moldes labrados
con pensamientos
inscritos en páginas
dispersas del silencio.
Armónicos sentimientos,
predicciones de futuros
en cuarentena,
anhelo de senderos recorridos,
renacer de esperanzas
en aquellos sueños
que alguna vez
he tenido.
63
DUALIDAD CREPUSCULAR
64
Salto de mi lecho,
voy hacia la ventana,
aparto las cortinas
en busca de respuestas,
veo que la selva es mar
y el mar es selva
en estrecho abrazo,
fulgor y penumbra,
orden y caos en un retazo.
No sé si dormido o despierto
escucho una voz lejana
sin saber si lo que oigo es cierto.
¡Enfócate en evidencias! Me dice.
¿Pero que evidencian las evidencias
en una hoja en la cual no veo nada escrito?
¿Realidad o fantasía?
Sueño si estoy dormido
o ensoñación si estoy despierto?
65
INTEMPERIE
Lanzado a la intemperie,
expuesto al frío de las tenazas,
desnudo naciste y en desnudes persistes
aunque con sedas te cubras,
aunque todos los mares hayas surcado,
aunque a la tierra hayas sojuzgado
y ahora la arropas con desechos,
aunque con tu ingenio hayas domado al salvaje potro
y unciste su cuello con el yugo,
aunque la palabra por ti mismo hayas aprendido,
aunque en el firmamento con las águilas te codees,
aunque en la tierra superes a la veloz gacela,
aunque hayas dejado estampado tu pie sobre la luna
aunque hayas doblegado a terribles enfermedades
y calmado el dolor con pócimas por ti elaboradas,
aunque con tu astucia hayas dominado la fauna salvaje
y habitas en ciudades con enormes rascacielos,
aunque la ciencia y la tecnología domines a tus anchas
y por todo ello un dios te creas,
un portento,
todavía no has podido vencer la muerte.
La condición finita sigue siendo tu esencia y tu tormento,
sigues vulnerable a los avatares de la naturaleza,
juguete del azar y del caos;
puedes prever tormentas es cierto
y te resguardas de la nieve en cálidas habitaciones,
los temblores de la tierra sin embargo te sorprenden.
Las cavernas te son aún cercanas.
Enfrentas las inclemencias con tu ingenio,
con tu imaginación,
con la razón,
con profecías y oraciones,
esperanzas, miedos y presagios.
Así llenas los vacíos del todo y la nada
con desvanecientes sones
de lo que alguna vez tuvo sentido
en tu vida ambigua y conjetural,
en tu permanente dualidad
entre espíritu y materia,
66
entre afirmaciones que niegan y
negaciones que afirman.
En busca de apacible calma
de sendas perdidas
emprendes tus sueños,
caminas a la vera del peligro
en los acantilados
sin perder el equilibrio.
Anida en ti la paz y la violencia,
crueldad y compasión.
A los abismos insondables te asomas
y ellos te devuelven la mirada,
eres el único animal que esclaviza y tortura
a los de su propia especie
sintiendo deleite en ello,
eres tempestad y sosiego,
musgo sobre olvidadas piedras
con memorias resguardadas bajo ellas
y múltiples vivencias dormidas
ocultas para ojos que las niegan.
El pasado te define,
tu propia historia eres,
eco de lo que fuiste,
de lo que eres y serás,
con la misma fuerza inicial
autor y personaje.
Cubres tu faz con máscaras
y cambias el grosor de tus coturnos
de acuerdo al papel que desempeñas,
pero no puedes cambiar tu esencia,
lo que en el fondo eres.
Nada.
Insignificante mota en el cosmos suspendida,
inmerso en ambigüedades te debates
entre Antígona y Creonte,
entre ángeles y demonios,
entre preguntas y titubeos,
en eterno conflicto con las
leyes que tú mismo inventas
y la idea moral de la justicia.
67
LITURGIA
Desde la razón
por sentimientos cautiva,
más allá de solitarios momentos
fluyes con el sentir del verbo.
Buscas efímeras verdades
uniendo fragmentos de matices,
solidaridad de los contrarios.
Siempre el otro en el camino
dialogar invita.
Ineludible intercambio de destinos,
de tristezas y alegrías,
ensombrecidas esperanzas
deshechas por el peso de la espera.
Solo el canto del turpial,
flujo de viva armonía
entibia las callosidades
del tiempo detenido
en el misterio de la vida
y en el nombre primigenio de la rosa.
68
DOS CAMINOS
a Miguel Herrera Estraño MD.
Al instante supe,
era la señal que esperaba
y para allá me fui sin titubeos,
transeúnte anhelante,
consciente de las dificultades,
de las insuficiencias que la razón impone
para dirimir angustias.
Lleno de incertidumbres apuré mis pasos,
me adapté a sus modulaciones,
a sus declives,
para soslayar el discurrir sinuoso.
Sopesando probabilidades me interné
e hice el camino transitable.
69
Todo lo veía diferente y sin embargo era lo mismo,
antiguos pasos se cruzaban con los nuevos,
mi mente alerta ante lo revelado
en la oscuridad de los abismos,
de las trampas escondidas
cubiertas con deseos y viejas melodías.
70
CAMPOSANTO
En un viejo camposanto
por siglos resguardado
con sepulcros sin lustre,
enmohecidos
epitafios borrados por el tiempo
tristes en pesadumbre consumidos.
En ese camposanto
mi estación de espera,
lejos de estridencias de hojalata,
de voces destempladas,
gruñidos de jaurías
en un tiempo detenido
sin un antes ni un después,
en silencio y consciente de mi finitud
71
acepto al Eros vencido,
que Tanatos gane la partida.
Aquí me despojo de culpas propias y ajenas,
del ya inútil niño de adentro
para esperar el tren de mi destino,
Escucho su traquetear,
se acerca lentamente,
deseo que se atrase,
que no me alcance todavía.
¡No todavía!
72
EVA LUCÍA
Me miras;
en tus ojos yace el misterio,
un futuro para mi vedado.
Caribe y Báltico,
lejanas aguas que la distancia reúne,
raíces que nutren la esencia.
Pájaros y palmeras,
vivo caudal de alegres riachuelos.
Trópico y blanca nieve,
nubes peregrinas,
llanos,
paramos,
sol caliente.
Sonidos guturales,
sonrisa y llanto.
74
SARAH
Abandonas la crisálida;
vivencia blanda y esponjosa,
pluma de ave y mariposa,
hada de los bosques ancestrales
inicias cautelosa tu primer vuelo
hacia los colores del arco iris,
a la complejidad de los resquicios,
con endebles alas membranosas de libélula
de diáfana transparencia.
76
ERRANCIA
SOSIEGO
A diario escucho
ráfagas del vendaval rojizo
lacerante,
batir de alas en la oscuridad de intenciones,
quiebre del silencio,
cascadas de acero afilado,
lluvia ácida en los costados,
balas marcadas.
Odio en botellas molotov.
CANCELACIÓN
DESTRUCCIÓN
¿Los escuchas?
¿Los oyes gruñir?
78
SI REGRESO
Si regreso,
¿hallaré las mismas calles?
¿Qué respuestas me darán a mis preguntas?
¿Quién me dará la bienvenida?
¿Será la gleba arada?
los que se fueron y volvieron?
los que se quedaron?
los ganados por la codicia?
los que habitaron mis ausencias?
los de sentir universitario?
los vencidos por la esperanza vana?
Serán las ramas secas
con pájaros sin nido las que me saludarán?
Seré yo el hijo pródigo que vuelve
o tan solo una sombra de lo allá vivido?
Si regreso
me uniré a la memoria
para escuchar los sonidos de melancólicas pisadas.
¿Se abrirá alguna de las viejas puertas para nombrarme,
volverán a mí las sendas que he perdido?
Cuando camine con los recuerdos adheridos,
cubrirá el silencio mis calcinados pasos?
osarán las brumas perturbar mi sigiloso andar?
Si regreso,
trataré en vano de explicarme,
iré hacia la playa durante la marea alta
para enfrentar el rugido de las olas
con el agua sobre mis pies dolidos.
79
Lanzaré la atarraya para rescatar recuerdos
que quedaron en los barcos encallados.
Me buscaré en el fragor de aquellas olas,
en botellas con mensajes ilegibles,
en barcos frágiles de papel,
en la mansa arena de bajamar.
Me buscaré en los maizales,
en los extensos cañaverales,
en la chachara de los festejos,
en el carmín descanso de las tardes.
Me buscaré en los caminos recorridos,
en los montes y quebradas,
en los médanos del sol ardiente,
en los morichales,
en el verde extendido de los llanos,
en la furia de los vendavales.
80
EL VIEJO CAFÉ
a Freddy Aguirre
Con la brisa vespertina en la frente soñolienta
salí al encuentro de las memorias extraviadas,
dormidas en el sopor de aquel viejo Café
donde tantas páginas en blanco
se cubrieron de milagros;
signos elocuentes brotados de la nada
en espiral teñidos de voces luminosas;
múltiple vergel de un diálogo interior.
Sentado allí de nuevo en aquel lugar de ensueño
contemplo el entorno olvidado,
la atmósfera antes disfrutada,
opacada por la densidad
de los sueños de encierro.
El verano y su lluvia oblicua,
casi horizontal,
reconstruye fragmentos
de las palabras allí quedadas.
Un café, una libreta de apuntes,
mente libre de profundos pensamientos,
la pesadez rendida al sosiego
disipa el agobio,
esfuma las adheridas telarañas
y alienta el deseo de vivir el día
con la levedad en el alma.
La caída se detiene,
deja que el mundo siga su camino,
el corazón en un puño,
para que el instante no desaparezca.
Warwick, 22 de junio de 2021.
81
RECUERDOS
82
AMOR (I)
Errabas en un desierto
con tus lúgubres fantasmas
sin comprender que el desierto nada le da
al incauto que en él se pierde,
solo perpetúa el espejismo,
la engañosa imagen de un oasis.
83
AMOR (II)
Primer beso,
ese el que nunca más se repite,
en aquella tu noche que aún persiste
con la luna más intensa que el sol te había dado,
regalo en el baile por el azar dispuesto;
supiste entonces de lo que de levedad se trataba,
miraste al piso y no estaba,
solo la balada de tu deseo
sonaba en el tocadiscos:
“Don’t forbid me to hold you tight”
cuando aturdido tú te despedías con el hasta luego de ella,
pisaste con sentir de nubes cuando por el medio de la fuente ibas,
no viste lo que siempre allí estuvo,
84
enfilaste tus pisadas en el medio de sus aguas
sin que lo húmedo llegase a ser para ti certeza.
No hubo ley de Newton.
Mota de algodón fuiste,
pompa de jabón que de niño lanzabas al aire.
Las agujas de todos tus relojes dijeron: ¡alto!
para asimilarte a lo que es eterno,
el grano de arena se detuvo en la estrechez cristalina
y solo un sonido de silencio sin peso escuchabas sin oírlo.
85
AMOR (III)
“El amor es una ilusión, una historia que uno construye en su mente, consciente todo el tiempo
de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión.”
Virginia Woolf
Le diste las gracias por aquellos pocos años que ella te dio de los suyos
y un adiós en voz baja confundido con el grito de gaviotas.
Con su libertad también te hizo libre, para que hilvanaras nuevos sueños,
te dejó un ayer de luces y dichas compartidas,
un retrato 8x10 en blanco y negro,
otro más para tu álbum de pérdidas acumuladas
y aquella hoja con sello húmedo y firma ilegible,
que en apariencia los unía con lazo indisoluble,
donde todavía se lee que ambos, en alta e inteligible voz, habían afirmado
¡Sí, acepto!
No fue el final de un cuento de hadas,
quedaron solo tú y solo ella, cada uno por su cuenta, con tus sueños secuestrados,
sin el esperado “y por siempre vivieron felices”.
Ella se fue con parte de la quietud que tu tenías, tú te quedaste con algo de su vuelo errante.
87
Dibujo de Edwin Villasmil en LA PALABRA ILUSTRADA
88
AMOR (IV)
“Bebe
una canción vieja
sombra de una mujer
en el vaho de la copa”
Adhely Rivero
90
AUTOR
Vytautas Subacius nació en un pequeño pueblo situado en la parte más oriental de Lituania,
Vosiunai. Al cumplir los seis años de edad su familia decide abandonar el país ante la inminente
ocupación de Lituania por las tropas soviéticas. Finalizada la Segunda Guerra Mundial se trasladan
a Venezuela, su nueva patria. Valencia es la ciudad que eligen para establecerse. En ella Vytautas
cursa estudios de primaria y secundaria, y en 1958 inicia los estudios médicos en la recién reabierta
Universidad de Carabobo y seis años después culmina la carrera con el título de Médico Cirujano.
En 1966 ingresa por concurso en la Cátedra de Fisiopatología de la Facultad de Medicina, hoy
Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, donde se desempeña como
docente e investigador hasta el año 2016 cuando, por razones ajenas a su voluntad, se ve obligado
a abandonar Venezuela y a su amada Alma Mater para trasladarse a Inglaterra, donde reside en la
actualidad. Durante su permanencia en la Universidad realiza numerosos trabajos de investigación,
los cuales publica en revistas especializados y/o presenta en Congresos nacionales e
internacionales. Realiza pasantías de postgrado de cardiología en Caracas y es admitido en la
Sociedad Venezolana de Cardiología en 1977. Investigador Principal en el Grupo de
Procesamiento de Imágenes Médicas del Centro de Investigaciones Médicas y Biotecnológicas de
la Universidad de Carabobo (CIMBUC). Profesor homenajeado y/o Padrino de 13 promociones
entre médicos y tecnólogos cardiopulmonares. Recibe las dos máximas condecoraciones que
confiere la Universidad de Carabobo a saber: La Orden "Miguel José Sanz" en su Primera Clase
el 13 de octubre de 1987 y La Orden "Alejo Zuloaga" en su Primera Clase el 7 de Julio de 1989.
En el año 2011 se crea en la Escuela de Ciencias Biomédicas y Tecnológicas de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo el Laboratorio de Exploración
Cardiopulmonar, del cual él es epónimo. Su libro en versión digital titulado Electrofisiología y
fisiopatología del corazón. Funcionamiento eléctrico del corazón (5th ed.) disponible en el
Repositorio Institucional de la Universidad de Carabobo y en Academia.edu es ampliamente
consultado en numerosos países.
No se conforma con solo la formación científica y basándose en lo dicho por el Dr. José de
Letamendi (Barcelona, 1828 – Madrid, 1897) de que “el médico que sólo medicina sabe, ni
medicina sabe”, busca ampliar sus horizontes en el humanismo, estudia filosofía, principalmente
la corriente existencialista, lee a los clásicos, a los modernos, poesía y a ratos las novelas del género
policial. Crea un grupo de lectura y discusión con los estudiantes de medicina, El Ornitorrinco. Es
miembro fundador del Teatro Universitario, miembro de la Comisión Consultiva de la Dirección
de Cultura designado por el Consejo Universitario, miembro del Consejo de Redacción de la
revista Poesía del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura, colaborador de la revista
La Tuna de Oro, Órgano de Cultura Universitaria y miembro del Comité Organizador del
Encuentro Internacional Poesía Universidad de Carabobo.
91
Fotografía de Sarah Acha Subacius. Coombe Abbey, Inglaterra.
92
ÍNDICE
PROLOGO 8
A LA SOMBRA DE UN ÁRBO 15
EN UN CAF 16
MALLORCA 17
OTOÑO EN COVENTRY 18
EN COVENTRY 19
SUEÑOS 20
SOLEDAD 21
SOMBRA 22
MI ÍTACA 23
LLUVIA 24
TIEMPO 25
CALLES 26
OTREDAD 27
SIEMPRE EN UN CAFÉ 28
PUERTAS 30
FLOR 31
CAMINERÍA 32
CIUDAD DE NOCHE 34
ÁRBOL 37
AL ENCUENTRO DEL OTRO 39
AL FINAL DEL CAMINO 41
FUI JOVEN 42
REGRESAN 43
MÚSICA 44
CRECÍ EN EL SUR DE LA CIUDAD 46
PUENTES 48
VIGILIA 50
EL AMOR FUE NUESTRO ALIADO 51
MI CREDO 52
AMANECER 54
CUARENTENA 56
YO NO MARCHO CON USTEDES 58
HUELLAS 60
DICIEMBRE 61
SOLILOQUIO 63
DUALIDAD CREPUSCULAR 64
INTEMPERIE 66
LITURGIA 68
DOS CAMINOS 69
CAMPOSANTO 71
EVA LUCÍA 73
SARAH 75
ERRANCIA 77
SI REGRESO 79
93
EL VIEJO CAFÉ 81
RECUERDOS 82
AMOR (I) 83
AMOR (II) 84
AMOR (III) 86
AMOR (IV) 89
AUTOR 91
94