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Sedientas de Esperanza Muestra Corta

Lectura

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Esther Malagon
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Lifeway Recursos

Brentwood, Tennessee

CO NT ENIDO
Sobre la autora .................................................................................................... 4

Antes de empezar ............................................................................................... 5

Cómo usar este estudio ...................................................................................... 8

SESIÓN 1: Introducción .................................................................................... 10

SESIÓN 2: Si Dios me ama, ¿cómo pudo permitir que esto pasara?................12

SESIÓN 3: ¿Cómo reconocer la presencia de Dios cuando


lo siento tan distante?....................................................................................... 40

SESIÓN 4: ¿Y si ocurre lo peor?........................................................................ 68

SESIÓN 5: ¿Por qué Dios permite que sufra?.................................................. 98

SESIÓN 6: ¿Cómo puede Dios utilizar mi sufrimiento


si me siento tan inútil?..................................................................................... 128

SESIÓN 7: ¿Y si esto nunca mejora?............................................................... 154

Antes de que te vayas .................................................................................... 184

Momentos difíciles .......................................................................................... 186

Momentos felices .............................................................................................187

Mi línea de tiempo........................................................................................... 188

Referencias ...................................................................................................... 190


SO B RE LA AUTO RA

escribe y habla sobre cómo


encontrar esperanza en el sufrimiento. Sedientas de esperanza: Preguntas
que le hacemos a Dios en nuestros anhelos, pérdidas, y sufrimiento, Walking
through fire [Caminando por el fuego], animan a los lectores a acudir a Cristo
en su dolor. Vaneetha y su esposo, Joel, viven en Raleigh, Carolina del Norte,
donde ella escribe en su blog: vaneetha.com. Vaneetha es una colaboradora
regular de Desiring God y ha aparecido en Family Life Today, Joni & Friends y
Christianity Today.

4 Sedientas de esperanza
ANTES DE EMPEZAR...

¿Dónde estás, Dios? ¿No te importa que esté lidiando con dificultades?
¿Por qué estás permitiendo que esto me suceda? ¿Y por qué no estás haciendo
algo, cualquier cosa, para ayudarme?

He susurrado, clamado en llanto e incluso gritado estas preguntas a Dios. Me


sentía muy sola en mi sufrimiento, lejos de Dios, preguntándome si mi situación
alguna vez cambiaría. Hice estas preguntas, no solo antes de conocer al Señor,
sino también después de haber caminado con Jesús por años. Pero cuando mi
vida se derrumbó, los cimientos de mi fe se sintieron inestables. Las respuestas
de la escuela dominical que podía recitar automáticamente ya no tenían sentido.
Necesitaba algo más.

Quería evidencia de que Dios me amaba y de que estaba conmigo, de que


mi sufrimiento no era en vano, de que este dolor implacable no duraría para
siempre. Quizás tú también te sientas así. Quizás quieras una seguridad y una
ayuda real que sean más sólidas que en lo que has creído en el pasado.

Por eso escribí este estudio de la Biblia sobre las preguntas que le hacemos
a Dios en nuestro sufrimiento. Tuve preguntas al crecer con una discapacidad,
lidiaba con burlas y hospitalizaciones. Tuve preguntas cuando mi hijo murió
después de un error del médico; me cuestioné por qué Dios permitió que eso
sucediera. Tuve preguntas cuando supe que mi dolor y debilidad en aumento
nunca cesarían, y dudé que pudiera manejarlo. Tuve preguntas cuando mi
esposo abandonó a nuestra familia, dejándome sola en la crianza de mis hijas
adolescentes que tenían sus propias luchas. Estos eventos encendieron dudas
sobre Dios, sobre Su amor y Sus propósitos y sobre cómo superaría todo esto.

Sin embargo, al hacerme estas preguntas, Dios me llevó a una vida más
abundante con Él, una vida que no podría haber imaginado. En lugar de
sacudir mi fe, hacer preguntas confirmó y profundizó mi confianza en Dios
mientras aprendía a vivir con incertidumbre. Cuanto más inciertas eran mis
circunstancias, más segura estaba de que Dios nunca me abandonaría, nunca
tendría que enfrentar la vida sin Él.

No tengas miedo de hacerle preguntas a Dios. Él te invita a hacerlas.

5
Entonces, ¿qué quieres preguntarle a Dios? Tómate un minuto y
escribe las preguntas que actualmente están en tu corazón. No le
pongas filtro a lo que escribas. No escribas lo que crees que suena
espiritual. Sé honesta contigo misma y con Dios. Él ya conoce
tu corazón.

De igual manera, dirígete a la página 186 y anota los desafíos a los que te
enfrentas en este momento: el dolor, la aflicción, los miedos, la pérdida y los
anhelos. No necesitan ser pérdidas muy grandes a los ojos del mundo, aunque
pueden serlo. Muchas de nuestras dificultades son lo que una amiga llama «el
dolor que no está de luto». Las pérdidas por las que nadie ora ni te mandan
comida mientras las enfrentas: heridas de la infancia, sentirte rechazada en las
amistades, la soledad, la preocupación por tus hijos, un matrimonio difícil, la
infertilidad, la traición, un trabajo sin futuro. Pon todo lo que se te ocurra en la
lista. Si te importa, importa. Y lo más importante, le importa a Dios.

A lo largo de este estudio hablaré sobre tres anclas a las que me aferro y que
me han ayudado a dar sentido a mi sufrimiento. Son las tres «P» a las que
me aferro en el dolor, y me recuerdan que hay realidades más importantes
que mis circunstancias. Las tres «P» que me anclan son 1) experimentar la
PRESENCIA de Dios, 2) saber que mi dolor tiene un PROPÓSITO y 3) creer en
la PROMESA del cielo.

6 Sedientas de esperanza
Estas anclas servirán como marco de enfoque para este estudio:

SESIONES 2–4: PRESENCIA


SESIONES 5–6: PROPÓSITO
SESIÓN 7: PROMESA

A través de las páginas de este estudio, te estoy invitando a entrar en mi vida. Mi vida
real, no la que parece espiritual y bonita. He incluido extractos de mi diario personal,
tanto las preguntas crudas como las formas en que Dios me respondió. También he
incluido partes de mis cartas de Navidad que envío a mis amigos cada año. En ellas,
comparto las cosas locas y vergonzosas que nuestra familia ha dicho y hecho.

Es posible que te preguntes si deberías realizar este estudio si actualmente no estás


en una temporada de sufrimiento. Si esa es tu situación, creo que Sedientas de
esperanza te será útil por varias razones. Primero, incluso si no estás pasando por un
trauma, supongo que hay cosas en tu vida que desearías que fueran diferentes. Las
verdades que aprenderemos en este estudio se aplican a las dificultades diarias y a
las que te cambian la vida. En segundo lugar, probablemente tengas amigos que
están pasando por dificultades. En estas páginas, encontrarás el tipo de aliento que
necesitan. En tercer lugar, puedes tener pérdidas pasadas que necesites procesar
a través de una perspectiva bíblica. Aquí encontrarás los medios y el espacio
para hacerlo. Por último, ninguna de nosotras sabe lo que traerá el mañana, y el
sufrimiento puede estar a la vuelta de la esquina para ti. No digo esto para asustarte,
sino para hacerte saber que este estudio puede ayudarte a prepararte para lo que
pueda venir. Oro para que cuando vengan las pruebas, te acerques a Dios y no te
alejes, y descubras que Su amorosa presencia te sostendrá.

Si estás sufriendo en este momento, lamento mucho tu dolor. Me doy cuenta de


que incluso comenzar este estudio puede parecer desalentador, así que solo haz
lo que puedas. No superarás tu dolor por arte de magia, y no, no recibirás las
respuestas a todas tus preguntas cuando terminemos. Pero mi oración es que te
encuentres con Dios en estas páginas, y que ese encuentro avive tu alma y cambie
permanentemente tu corazón.

¡Eres amada!

7
SESIÓN 1

INT R O D U C C I Ó N
S ESI ÓN 1 : G U Í A DEL V IDEO
INTRODUCCIÓN
Mira el video de la sesión 1 y toma notas a continuación.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR EN GRUPO

¿Qué parte de la enseñanza del video fue más significativa para ti?
¿Por qué?

En la última semana, ¿cómo has observado el sufrimiento que ocurre


a tu alrededor?

¿Qué cosas le has preguntado a Dios al experimentar adversidades?

¿Crees que en el fondo todos tenemos los mismos miedos?


¿Las mismas dudas? ¿Las mismas luchas? Explica tu respuesta.

¿Por qué es tan importante tener la perspectiva correcta sobre


nuestro sufrimiento?

¿Cómo ha sido afectada tu visión del sufrimiento por lo que has


aprendido hoy?

¿Qué parte de lo aprendido en esta semana de estudio te ha equipado


mejor para ayudar a otras personas que están sufriendo?

Para acceder a los videos de las sesiones de enseñanza, sigue


las instrucciones de la parte posterior de este estudio bíblico.
SESIÓN 2

Pregunta
SI DIOS
ME AMA,
¿CÓ MO P UDO
PERM IT IR
Q UE EST O
PAS AR A ?
DÍA 1

Me encanta recibir notas y cartas, especialmente de mis hijas. Cuando Katie,


mi hija mayor, estaba en preescolar, me hizo una tarjeta con sus respuestas a
varias preguntas que su maestra le hizo. Una de esas preguntas era: «¿Cuál es el
pasatiempo favorito de tu madre?». Lloré al leer su respuesta: «Preparar comidas
para madres con bebés recién nacidos». No tenía idea de que ella notaba las
cosas pequeñas que yo hacía. Su tarjeta me hizo sentir conocida y amada.

¿Qué te hace sentir amada? ¿Cuando alguien te ofrece ayuda sin


que se la pidas? ¿O cuando un amigo te envía una nota de aliento
inesperada? ¿O cuando alguien se da cuenta de que hay algo
diferente en ti y te invita a tomar un café?

Cuando las personas se esfuerzan por ayudarnos cuando tenemos dificultades,


sabemos que les importamos. Por lo tanto, es natural preguntarse si Dios
realmente nos ama cuando conoce nuestro dolor pero no nos rescata. Es difícil
entender por qué un Dios amoroso nos permite sufrir cuando tiene el poder
para eliminar nuestras pruebas fácilmente. No tiene sentido.

En este estudio vamos a explorar cómo es posible que Dios nos ame y permita
que suframos; pero, primero, hablemos sobre el sufrimiento en general. En la
Biblia se mencionan tres grandes categorías de sufrimiento.

1. E
 l sufrimiento porque vivimos en un mundo caído. Jesús se encontró con muchas
personas que sufrían sin tener una razón (Lucas 7:1-10, 11-17).

2. E
 l sufrimiento por el evangelio. Pablo escribió sobre la persecución y las
adversidades que experimentó por amor a Cristo (2 Corintios 11:16-29).

3. E
 l sufrimiento debido al pecado nacional o personal. Podemos ver esto a menudo
en el Antiguo Testamento cuando los israelitas sufrían debido a su idolatría
(2 Reyes 17:6-18).

13
Al leer la Escritura, vemos que todo sufrimiento es consecuencia de la caída en
Génesis 3, lo cual creo que se confirma en Romanos 8:20-22. Si bien a menudo
no entendemos por qué sufrimos, si conocemos a Cristo, sabemos que Él usa
nuestras aflicciones para nuestro bien y para Su gloria. Para los cristianos, el
sufrimiento siempre está interconectado con el amor de Dios.

En las primeras tres semanas, el estudio se centrará en la primera de las anclas


de las tres «P»: LA PRESENCIA DE DIOS. Empezaremos con la historia de la
resurrección de Lázaro en Juan 11, que, paradójicamente, comienza con la
ausencia de Jesús. Este relato resalta las preguntas que muchas de nosotras
hemos hecho o hemos querido hacer y, lo más importante, la respuesta de Jesús.
La historia habla sobre sentirse desesperanzado y abandonado, preguntándose
por qué Jesús nunca apareció.

Comencemos con un panorama general.

LEE JUAN 11:1-44. Anota tus observaciones iniciales. ¿Qué


preguntas tienes sobre el pasaje? ¿Te identificas con algún aspecto?
¿Qué notas sobre el amor de Cristo?

Para darte un poco de contexto, la única familia mencionada en la Escritura con


la que Jesús tuvo una relación cercana es la de María, Marta y Lázaro. El versículo
2 se refiere a un evento posterior, relatado en Juan 12:1-4, que describe una cena
que organizaron para Jesús después de que Lázaro fue resucitado de entre los
muertos.

En Lucas 10:38-42, vemos que Marta dio la bienvenida a Jesús y a los discípulos
en su casa, sirviéndoles diligentemente, pero distraída y frustrada a la vez
porque estaba haciendo todo el trabajo sola. Mientras Marta servía, María se
sentó a los pies de Jesús para escucharlo.

Analicemos este pasaje más de cerca.

14 Sedientas de esperanza
LEE JUAN 11:1-6. ¿Qué podemos aprender sobre
María, Marta y Lázaro de este pasaje?

¿Qué verbo se repite en los versículos 3 y 5 de Juan 11


que indica lo que Jesús sentía por esa familia?

Claramente Jesús amaba a esta familia, pero no fue a verlos


inmediatamente después de enterarse de que Lázaro estaba
enfermo. Es muy probable que María y Marta esperaran que Jesús
fuera tan pronto como escuchara que Lázaro estaba enfermo
o, incluso, que lo sanara desde lejos. Probablemente sabían, o
hasta habían presenciado, que Jesús sanaba a los necesitados
con los que se encontraba: conocidos y extraños, judíos y gentiles,
personas enfermas, poseídas por demonios y discapacitadas. Sin
embargo, Jesús no sanó a Su amigo Lázaro.

¿Qué habrá querido decir Jesús cuando dijo que la


enfermedad de Lázaro era para la gloria de Dios? (v. 4).

La frase la gloria de Dios es difícil de entender. Si bien algunos


eruditos admiten que la frase es tan difícil de describir como la
palabra hermosa; para mí, la gloria de Dios es ver y maravillarse de
Sus atributos invisibles y de Su carácter. Cuando vemos la gloria de
Dios, sabemos que Dios está presente.

Cuando Moisés le pidió a Dios que le mostrara Su gloria en


Éxodo 33:18-23, Dios le dijo que haría pasar todo Su bien delante
de él y que proclamaría Su propio nombre. Dios proclamó Sus
caminos, Su esencia y carácter mientras escondía a Moisés en
la hendidura de una peña porque ningún hombre podía ver el

Sesión 2 15
rostro de Dios y vivir.1 Entonces, parte de ver la gloria de Dios es experimentar
esos atributos invisibles. Cuando vemos la gloria de Dios, pasamos de tener un
conocimiento teórico a una experiencia íntima con la presencia, el amor y la
bondad de Dios que ancla nuestra fe.

Si tienes alguna otra pregunta sobre la gloria de Dios, escríbela aquí.


Es un concepto importante que veremos a lo largo de esta semana
de estudio.

En griego, el versículo 6 comienza con la palabra οὖν, que puede significar «en
consecuencia» o «por lo tanto».2 Esto indica que está conectado a la oración
anterior; entonces, los versículos 5 y 6 están conectados.

Para comprender mejor la relación entre ellos, combínalos en una


sola oración usando tus propias palabras.

¿Te sorprende la acción, o más bien, la inacción de Jesús?


Explica tu respuesta.

Si Jesús respondiera de esta manera a tu sufrimiento,


¿cómo te sentirías? Encierra en un círculo todas las opciones que
correspondan.

Enojada o confundida. Ansiosa por una Otro:_____________________


explicación. ___________________________
Poco amada, ___________________________
preguntándote si tu Tentada a renunciar a ___________________________
relación con Jesús es la relación.
realmente cercana.

16 Sedientas de esperanza
Aunque no conocemos los detalles específicos de su situación familiar, sabemos
que María, Marta y Lázaro vivían juntos. Por lo tanto, su pérdida podría haber
impactado en distintas esferas; sus hermanas habrían tenido diversos motivos
por los cuales llorar: extrañar la presencia diaria de su hermano, la potencial
pérdida de su fuente de ingresos o de su hogar, el miedo al futuro, sentirse
desconcertadas y abandonadas por un amigo.

María y Marta tuvieron que ver morir a su hermano. Procesar nuestro propio
dolor es una cosa, pero ver el dolor de alguien más, especialmente de alguien
que es importante para nosotras, puede ser incluso más difícil de soportar. No
podemos cambiar sus circunstancias, cambiar su manera de interpretar las cosas
ni confiar en Dios por ellos. Solo podemos mirar y orar, a menudo sintiéndonos
impotentes.

Quizás María y Marta se sintieron impotentes al ver a Lázaro enfermarse y,


posteriormente, morir. Al no estar ahí para ayudar a Lázaro, Jesús tampoco
estuvo para ayudar a sus hermanas. ¿Qué dijo y pensó Lázaro en sus últimos
momentos? ¿Se sintió abandonado por Jesús? ¿Estaban María y Marta tratando
de consolarlo mientras sentían exactamente lo mismo que él? ¿Se preguntaron si
su relación con Jesús era tan sólida como creían?

RESPONDE A UNA O A TODAS ESTAS PREGUNTAS:

¿Alguna vez te has sentido decepcionada por Jesús o has visto a


alguien que amas sentirse decepcionado por Jesús? Explica
tu respuesta.

¿Has orado fervientemente por algo, confiando en que Dios te


respondería, pero la respuesta que querías nunca llegó? Explica
tu respuesta.

¿Estás esperando algo de Dios actualmente? Explica tu respuesta.

Sesión 2 17
LEE JUAN 11:7-16.

En Juan 10, Jesús les dijo a los fariseos que Él era el Cristo, lo que fue
considerado como una blasfemia por ellos, por lo que querían apedrear a Jesús;
pero Él escapó con Sus discípulos a Betábara. Este lugar también es conocido
como Betania, al otro lado del Jordán, donde comenzó el ministerio de Jesús
(Juan 1:28). (Para más detalles, lee Juan 10:22-42). Betábara estaba a unas veinte
millas de Betania, aproximadamente un día de camino a pie. Considerando la
línea de tiempo, es probable que Lázaro ya hubiera muerto cuando Jesús recibió
las noticias del mensajero.

¿Por qué se alegró Jesús de no haber estado allí cuando Lázaro


murió? (v. 15).

Esta primera sección de Juan 11 nos deja con preguntas profundas. Sabemos
lo que es esperar a que Jesús arregle nuestra situación, seguir esperando y
observando, pero que Él nunca la arregle, que la respuesta nunca llegue, que
Dios no nos rescate. Podría ser que, como en el caso de María y Marta, un ser
querido muera, que tengamos un hijo rebelde o que recibamos un diagnóstico
terminal... Nuestras pesadillas se vuelven realidad, cualesquiera que sean. Tal vez
las personas nos digan que todo es para bien, que Dios lo usará para Su gloria o
que otros llegarán a los pies de Cristo gracias a esto. Pero estando en medio de
nuestra pérdida, esas palabras pueden parecer crueles e injustas.

Tómate tres minutos, medita en tus sentimientos y piensa en todo lo


que ha sucedido hasta ahora en Juan 11. Siéntete libre de escribir
tus pensamientos a continuación.

18 Sedientas de esperanza
DÍA 2

LEE JUAN 11:17-27. Cuando Jesús llegó a Betania, ¿qué estaba


sucediendo en la casa de María y Marta? (v. 19).

En aquellos días, las personas eran enterradas tan pronto como fallecían.
Después, los judíos guardaban la shivá (y aún lo hacen) durante siete días.3 Esto
significaba que la familia lloraba la pérdida en casa, sentados en el suelo o en
un banco bajo, recibiendo visitas que en su mayoría se sentaban en silencio o
lloraban y gemían de dolor. El duelo era público y aceptado.

¿Cómo manejas el dolor por una pérdida? Encierra en un círculo


todas las frases que correspondan.

No hablas al respecto Procesas el dolor Te retraes o actúas


a menos que alguien con actividades o de como si nunca hubiera
pregunte. manera creativa. pasado.

Muestras emociones, Hablas al respecto Otro:_________________


como el llanto o la ira. frecuentemente. ______________________

Reconocer el dolor es una parte importante de la sanidad tras una pérdida. Si


bien no todos manejan el dolor de la misma manera, algunos internamente
y otros externamente, ignorar la pérdida y fingir que nunca sucedió no es
saludable. Sin embargo, el estoicismo suele ser admirado en la comunidad
cristiana, lo que implica que sentir dolor tras una pérdida es una debilidad. Pero,
en realidad, se necesita valor y mucho esfuerzo para procesar el dolor. Sentir
dolor por una pérdida no demuestra debilidad de carácter o falta de confianza
en Dios. Por el contrario, es una parte esencial de la sanidad que Dios nos da.
Es la respuesta natural y apropiada a la pérdida de algo o alguien amado o
valorado. Es necesario y no puede ignorarse.

Sesión 2 19
Si existen pérdidas por las que nunca has llorado o momentos de dolor
que no has procesado, anótalos aquí. Tómate unos minutos para escribir
tus pensamientos. El duelo es un proceso, y este es solo el primer paso,
así que tal vez tengas que retomarlo más adelante.

Cuando se enteró de que Jesús venía, ¿qué hizo Marta inmediatamente?


(v. 20).

Me gustaría que mi reacción inicial cuando una persona me lastima o me


decepciona fuera confrontarla directamente. Pero, usualmente, hago de todo
menos ir a hablar con ella. A menudo intento ignorar el problema, lo que
puede llevarme a la evasión, mientras añado a mi lista mental (que reviso
regularmente) todo lo que me ha hecho. Así, la relación se vuelve distante hasta
que la otra persona o yo somos lo suficientemente valientes como para iniciar
una conversación al respecto. Solo cuando tengo el valor para decirle a alguien
cómo me siento y también para escuchar la perspectiva de esa persona, nuestra
relación se vuelve más fuerte.

20 Sedientas de esperanza
Encierra en un círculo las áreas de tu vida donde te has sentido herida o
decepcionada por Dios. Describe brevemente tu experiencia al lado de cada
categoría que encierres.

FAMILIA (MATRIMONIO,
HIJOS, PADRES,
HERMANOS)

SALUD

IGLESIA

RELACIONES

CARRERA O FINANZAS

ANHELOS INSATISFECHOS
O ALGO QUE NO RESULTÓ
COMO ESPERABAS

OTRO

Sesión 2 21
Piensa en las formas en las que has respondido a las personas que te
han herido. Compara eso con la forma en que respondes a Dios en
tu sufrimiento. ¿Cómo ha afectado tu relación con Dios la manera en
que le respondes?

Marta entendía la doctrina; ella afirmó inmediatamente su confianza en la


relación de Jesús con el Padre, así como su creencia en la doctrina de la
resurrección del Antiguo Testamento (vv. 22, 24). Pero Jesús no quería que
ella simplemente creyera en la resurrección en el día final; también la estaba
llamando a creer en Él y en Su poder para resucitar a Lázaro ese día. Le
interesaba la teología correcta de Marta, así como su confianza y su fe.

Los versículos 25 y 26 son declaraciones fundamentales sobre el evangelio.


Podemos estar seguras de la vida eterna cuando creemos en Jesús. Él es la
resurrección y la vida, y si creemos en Él, incluso cuando muramos, viviremos
para siempre. Estas palabras no solo se aplicaron a María, Marta y Lázaro en
aquel día, sino que se aplican a todas nosotras hoy.

Al final del versículo 26, Jesús le preguntó a Marta: «¿Crees esto?».


¿Cómo responderías a esa pregunta?

Cuando la vida te da un golpe bajo, ¿eres como Marta, rápida


para correr hacia Jesús, expresar lo que hay en tu corazón y, luego,
escuchar Su respuesta? ¿Por qué sí o por qué no?

22 Sedientas de esperanza
LEE JUAN 11:28-37. ¿Qué le respondió Jesús a María? (vv. 32-35).

Los versículos 33 y 38 contienen la palabra griega ἐμβριμάομαι (embrimáomai),


que usualmente se traduce como «profundamente conmovido».4 Sin embargo,
esta palabra griega significa literalmente «suspirar con disgusto» o «ser movido
por la ira». Es similar a la furia.

¿Por qué podría Jesús haber estado enfurecido en este momento?

El pastor Tim Keller dice que a Jesús le enfurece la muerte.5 Es un resultado del
pecado, y Jesús odia sus efectos en el mundo que Él creó. Jesús lloró con María
(la palabra griega es literalmente «derramó lágrimas») al sentir su dolor por lo que
había sucedido y estaba enojado por cómo la muerte había arruinado la belleza
de la creación de Dios.6 Jesús no estaba enojado porque Su amigo había muerto
(lo resucitaría pronto), sino posiblemente con la muerte misma y todo lo que esta
acarrea. La muerte no está domesticada; a menudo, es desagradable. Nuestra
esperanza es saber que todo será hecho nuevo algún día, pero hasta que eso
suceda, la vida puede ser indescriptiblemente difícil y hacernos enfurecer.

¿Te sorprende que Jesús sienta enojo por la tumba? Explica tu


respuesta. ¿Cómo puede ser reconfortante la respuesta de Jesús?

Sesión 2 23
Jesús participó en el duelo de Sus amigos. Él sabía que resucitaría a Lázaro y, sin
embargo, lloró con María. Las hermanas tuvieron que ver a su hermano sufrir y
morir, preguntándose si Jesús vendría, mientras Lázaro experimentaba el dolor
de morir. Esta familia a la que Jesús amaba y con la que estaba íntimamente
conectado no se salvó de este dolor.

Cualquiera que haya perdido a un ser querido sabe lo insoportable que es ese
dolor. No hay por qué imaginar que fue más fácil para María y para Marta. Es
cierto que Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos, pero eso no quitó el
dolor de su muerte. Y aunque sabemos que nuestros seres queridos en Cristo
serán resucitados, el dolor de su partida es real. Hasta que Cristo regrese, todos
vamos a experimentar los efectos de la muerte.

¿Te identificas con la pregunta de los espectadores en Juan 11:37?


Explica tu respuesta.

¿En momentos de sufrimiento o pérdida, has podido experimentar


el amor y la presencia de Dios? ¿Cómo fue esa experiencia para ti?
Explica tu respuesta.

¿Qué revela sobre Jesús la respuesta diferente que le dio a cada


hermana? ¿Te identificas más con Marta, que quería entender lo que
estaba sucediendo, o con María, que buscaba consuelo?

LEE JUAN 11:38-44. ¿Qué te llama la atención al leer este pasaje?

24 Sedientas de esperanza
Escribe el versículo 40. ¿Cómo se relaciona con el versículo 42 y con
los versículos 4, 14, y 25 al 26 que vimos antes? ¿Cuál es la conexión
entre el creer y la gloria de Dios?

Juan 11 muestra claramente que Jesús amaba a María, a Marta


y a Lázaro. Entonces, ¿por qué no se apresuró a rescatarlos del
sufrimiento? ¿Por qué esperó?

Una razón por la que Jesús esperó fue para revelar la gloria de Dios para
que otros creyeran. Aunque Jesús realizó muchos milagros antes de esto, no
quiso que Su identidad fuera demasiado conocida. Pero, en ese punto, había
comenzado a mostrar abiertamente quién era en verdad. Además, según
la tradición rabínica, el alma abandonaba el cuerpo después de tres días;
esperar cuatro días habría enfatizado que Lázaro realmente había muerto y
fue resucitado.7 Entonces, claramente, resucitar a los muertos sería un milagro
indiscutible para confirmar Su identidad.

Aunque entiendo que la resurrección de Lázaro mostró la gloria de Dios, alguna


vez me pareció despiadado que una familia sufriera solo para que otras personas
vieran a Dios. No le veía el sentido, hasta que me sumergí en el pasaje. Mientras
que las acciones de Jesús llevaron a otros a la fe (Juan 11:45), este milagro también
solidificó la fe de esta familia y profundizó su comprensión de quién era Él.

Sesión 2 25
Jesús odió su sufrimiento y odiaba el dolor de la muerte. Sin embargo, Él sabía
que después de ver a Lázaro resucitado, confiarían en que tenía poder sobre la
muerte y que también los resucitaría. Ver la gloria de Dios y creer en Él harían
que valiera la pena todo el dolor.

Jesús sabía que la mejor manera de demostrar Su amor a Sus amigos era
fortalecer su fe en Él. Por lo tanto, podemos decir que una de las más grandes
formas en que Dios nos demuestra Su amor es mostrándonos más de sí mismo,
aun cuando eso implica sufrimiento. Mi amiga Joni Eareckson Tada estaría
de acuerdo. Joni es una escritora y oradora cristiana que quedó cuadripléjica
después de un accidente de buceo, ha tenido cáncer dos veces y vive con un
incesante e intenso dolor acompañado de noches de insomnio. Ella me anima a
aferrarme a Dios en mi propio dolor con el siguiente recordatorio: «Cuanto más
intenso es el dolor, más cercano es el abrazo».8 Al igual que Joni, si bien yo no
elegiría sufrir, he experimentado el impresionante amor de Dios y Su presencia
en el dolor. A través de mi padecimiento, realmente he visto la gloria de Dios.

¿Qué has aprendido sobre Jesús con este pasaje?

26 Sedientas de esperanza
DÍA 3

Acabamos de examinar detenidamente Juan 11 para comprender el pasaje en


su contexto. Ahora escucha su versión en audio y deja que el Espíritu Santo te
hable a través de Su Palabra de una manera diferente.

Vamos a orar:

Amado Señor, háblame a través de Tu Palabra y muéstrame algo de Ti que necesite


ver. Ayúdame a eliminar todas las distracciones y haz que Tu Palabra, que es viva y
eficaz, penetre en mi corazón para que pueda encontrarte.

Utiliza una aplicación o sitio web de la Biblia en audio para escuchar Juan 11:1-44
leído en voz alta. (Algunas opciones son las aplicaciones de la Biblia YouVersion,
Dwell y biblegateway.com).

Mientras escuchas, imagínate en la historia. ¿Qué frases notas?


¿Qué ves? Escribe cualquier cosa que te hable al escuchar el pasaje.

¿Cómo ha afectado este pasaje tu perspectiva sobre tus pérdidas


y anhelos?

¿Cómo ha cambiado tu visión de Jesús al estudiar esta historia?

Sesión 2 27
La gran pregunta de esta semana planteada de manera un poco diferente sería:
¿Cómo puede Dios amarnos y dejarnos sufrir? Nos preguntamos por qué Él no nos
ha rescatado. Como señalamos ayer, Juan 11 nos dice que Jesús no rescató a Sus
amigos para que ellos vieran la gloria de Dios y creyeran en Él. Pero, para la mayoría
de nosotras, esa respuesta no es satisfactoria, hasta que la experimentamos.

Cuando estaba embarazada de mi segundo hijo, durante una ecografía de rutina


a las veinte semanas, descubrieron que mi bebé tenía una condición cardíaca
rara que requeriría cirugía al momento de nacer. El 8 de abril de 1997, el día que
nos enteramos del problema de Paul, escribí en mi diario:

8 de abril de 1997

Todo saldrá bien. No sabemos qué es esto, pero Tú, Señor, sí.

La primera cirugía de Paul salió mejor de lo anticipado; yo estaba segura de que


Dios tenía grandes planes para la vida de Paul.

Cuando Paul tenía siete semanas de vida, lo llevamos a un chequeo de rutina y


vimos a otro cardiólogo, quien le quitó la mayoría de sus medicamentos ya que,
según él, Paul estaba saludable y bien sin ellos. Estábamos emocionados. Sin
embargo, dos días después, Paul gritó en medio de la noche y dejó de moverse
en los brazos de mi esposo. Llamamos al 911, pero ya era demasiado tarde. Paul
estaba muerto.

Estábamos en shock. Quería procesar este dolor con Dios, desesperadamente


quería aferrarme a Él en esta pérdida.

El día que Paul murió, escribí esto en mi diario:

Por favor, usa esto para bien en mi vida y en la vida de todos los que conocieron a
Paul o incluso oyeron de él. Dame tu consuelo porque me siento vacía por dentro…
Solo quiero gritar.

Mi esposo y yo hablamos en el funeral de Paul, declarando que Dios nunca


comete errores. En ese momento sentí que Dios me sostenía, pero días después
deseé poder retractarme de esas palabras. Me preguntaba por qué Dios no le

28 Sedientas de esperanza
había perdonado la vida a mi bebé. ¿Por qué Dios me había dado esperanzas
con una cirugía exitosa para luego dejar que muriera? ¿De qué servía tener fe si
Dios no iba a rescatarme? Mi Biblia permaneció cerrada mientras me alejaba de
Dios, preguntándome si podría volver a confiar en Él.

Cuatro meses después, escribí en mi diario:

Me alegra cuando la gente habla de Paul, pero es difícil escuchar que su muerte
los acercó más a Dios. ¿Tenía que morir por el bien de todos los demás? Me siento
vacía y sola. Me duele.

Me molestaba que la vida y la muerte de Paul acercaran a las personas a Dios;


sentía que el niño se había vuelto más un principio que una persona. Un día
estaba conduciendo sin rumbo, vacía y deprimida, cuando finalmente le pedí
a Dios que me ayudara. Puse una canción de adoración y, en un instante, la
presencia de Dios llenó mi auto. Cuando apagué la música, sentí que la
presencia de Dios se intensificó y me sentí rodeada por la gloria de Dios. Él
estaba en todas partes, y me sentí abrumada por Su presencia. Ese momento
cambió todo: las verdades sobre el amor y el consuelo de Dios que antes eran
teóricas se volvieron impresionantemente reales.

A través de la vida y la muerte de Paul, entendí que era amada y sostenida,


aunque no fuera rescatada. Todavía no entiendo por qué Dios decidió llevarse a
Paul cuando lo hizo, pero sí sé que ver la gloria de Dios ancló mi fe.

Le conté a mi querida amiga, Christa Wells, sobre mi experiencia con el consuelo


de Dios en medio de mis preguntas y dudas por la muerte de Paul. Ella plasmó
esto en la canción Held (Sostenida), que más tarde fue grabada por Natalie Grant.

El coro dice:

Esto es lo que significa ser sostenida


Lo que se siente cuando te quitan algo sagrado
Y sobrevives
Esto es lo que significa ser amada
Y saber que la promesa fue que
Cuando todo cayera, seríamos sostenidas.9

Sesión 2 29
Escríbele una carta a Jesús diciéndole todo lo que tienes en tu
corazón. Escribe tus preguntas, comparte tus decepciones. Sé
honesta. Habla de las veces en que te has sentido abandonada,
preguntándote por qué no te rescató. Tanto Marta como María
comenzaron sus encuentros con Jesús diciéndole: «Si hubieses
estado aquí, mi hermano no habría muerto» (vv. 21, 32). ¿Has
tenido pensamientos similares sobre tu aflicción y dolor? ¿Crees
que Jesús debería haberte respondido de manera diferente?
Escribe tus pensamientos.

Ve a la lista de tus luchas y pérdidas actuales en la página 186.


Añade a esa lista los eventos más duros y los puntos más bajos de
tu vida con fechas aproximadas. En la página 187, empieza a escribir
una lista de los momentos más felices y los puntos más altos de tu
vida con fechas aproximadas también. Usaremos estas listas para un
ejercicio importante al final.

30 Sedientas de esperanza
DÍA 4

Mis hijas no apreciaban mi opinión cuando eran adolescentes, especialmente


cuando les recordaba cosas que pensaba que debían hacer. Este es un extracto
de nuestra carta de Navidad de 2012:

La noche anterior a un partido de baloncesto que Kristi jugaba en otra ciudad, le


enumeré lo que tenía que empacar. Volteando los ojos, me dijo: «¡Ya lo sé! Deja de
molestarme y de tratarme como a una niña. Ya tengo lo que necesito». Los que son
padres experimentados tal vez se preguntarán: «¿Y cuándo se dio cuenta de que
algo faltaba?». La respuesta es precisamente quince minutos antes de que el autobús
partiera, cuando yo estaba tomando café con una amiga.

A Kristi no le gustaba que la conociera tan bien como lo hacía, pero todos
anhelamos ser vistos, conocidos y amados.

Me mudé varias veces antes de cumplir los treinta años; y aunque me gustaba
la aventura, los primeros meses en el lugar nuevo eran solitarios, anhelaba que
alguien me conociera. Todavía recuerdo a la primera persona que me invitó a
cenar en cada ciudad y que llegó a conocer una parte de mi historia personal.
Esa conexión personal lo cambiaba todo para mí.

¿Qué te hace sentir conocida? ¿Por qué es importante?

Dios nos conoce mejor de lo que nadie jamás lo ha hecho o lo hará. No hay nada
sobre nosotras que Dios no sepa: nuestros miedos, nuestras frustraciones, nuestras
fantasías, nuestros pensamientos fugaces y los sueños que dejamos olvidados.

Salmos 139 se centra en cuán bien nos conoce Dios. Cuando visité a una amiga
cercana que estaba en el hospital después de una crisis nerviosa, le leí Salmos 139,
insertando su nombre mientras hablaba. Ella dijo que esas palabras la cambiaron,
ya que entendió por primera vez que era completamente conocida, amada y
aceptada por Dios.

LEE SALMOS 139. ¿Qué sabe Dios sobre ti? (vv. 1-4).

Sesión 2 31
VUELVE A LEER LOS VERSÍCULOS 13-16 ¿Cómo nos conoce
Dios tan bien? De estos versículos, ¿qué más puedes agregar a la
lista de lo que Dios sabe sobre ti?

LEE A CONTINUACIÓN EL VERSÍCULO 17 EN DIFERENTES


VERSIONES:

¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán
inmensa es la suma de ellos!» (NBLA, énfasis mío).

«Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se


pueden enumerar!» (NTV, énfasis mío).

Medita en este versículo por unos minutos y escribe tus pensamientos.

¿Te ha conmovido esta interpretación/versión tan profundamente como a mí?


Dios piensa en mí todo el tiempo, no puedo contar la suma de los pensamientos
que tiene de mí. Son tan innumerables como los granos de arena.

A pesar de lo maravilloso que es este versículo, quizás te preguntes, así como yo


lo he hecho a menudo, ¿cómo podría Dios pensar en mí y en el resto del mundo
al mismo tiempo? Pero cuando leí sobre una cámara de video que puede filmar
diez billones de fotogramas por segundo, tuvo más sentido para mí.10 Si los
seres humanos pueden crear una cámara que puede procesar tanta información
en un segundo, ¿cuánto más fácilmente podrá Dios saber todo lo que estamos
haciendo y pensando cada segundo?

Dios nos conoce y nos ama. Debemos creer en estas verdades para encontrar
una esperanza real en nuestro sufrimiento. Romanos 8:31-39 es un pasaje
impresionante que nos reafirma el amor inmutable de Dios, que Pablo enfatizó a
través de una serie de preguntas retóricas.

32 Sedientas de esperanza
LEE CADA PREGUNTA EN ROMANOS 8:31-35, y luego respóndela o
escríbela como una afirmación. Brindo la primera como ejemplo.

◆ Romanos 8:31: Nadie puede estar contra nosotras si Dios es por nosotras.

◆ Romanos 8:32:

◆ Romanos 8:33:

◆ Romanos 8:34:

◆ Romanos 8:35:

LEE ROMANOS 8:37-39. Al leer la lista de lo que no nos separará del


amor de Dios en Cristo, ¿qué es lo más significativo para ti?
¿Por qué?

LEE EFESIOS 3:16-19. Escribe una lista de lo que Pablo pidió en


oración por los efesios.

Pablo estaba explicando el amor de Dios y pidiéndole al Espíritu Santo que le


diera a los efesios la fuerza y el poder para entenderlo. Esa oración implica que
necesitamos la ayuda de Dios para conocer Su amor, no podemos comprenderlo
por nuestra cuenta. Además, Pablo usó la palabra griega ginóskó para conocer,
que significa «conocer por observación y experiencia».11 Para comprender
completamente el amor de Dios, necesitamos verlo y experimentarlo.

Como cristianos, a veces entendemos el amor de Dios de manera meramente


intelectual. Conocemos y memorizamos la Escritura, pero eso puede sentirse
ajeno a la vida cotidiana. El amor de Dios es tanto un hecho que fundamenta
nuestra fe como una experiencia que moldea nuestras vidas. No se trata solo
de poder recitar versículos de la Biblia sobre el amor de Dios, sino de recibir
Su amor de una manera concreta. Saber que somos amadas a menudo está
conectado con sentir Su presencia, saber que Él está con nosotras. No se trata
tanto de una sensación mística, sino más bien de notar cómo Dios está ahí para

Sesión 2 33
nosotras. En otras palabras, para experimentar más plenamente el amor de Dios,
debemos estar atentas a la evidencia de ello.

Podemos experimentar el amor de Dios al tener una conversación profunda


con una amiga y sentirnos comprendidas y conocidas, al ver la respuesta a una
oración o al sentirnos conmovidas por la bondad de alguien. Cuando creemos
que toda buena dádiva y que todo don perfecto vienen de lo alto (Santiago 1:17),
podemos ver señales de Su amor en todas partes. Salmos 136 empieza diciendo:
«Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia».
Y luego relata cómo el Señor demuestra Su amor a Su pueblo. Las señales de Su
amor están por todas partes. Solo tenemos que prestar atención y pedirle a Dios
específicamente que nos muestre cómo nos ama.

¿De qué maneras experimentas el amor de Dios?

¿Alguna vez has dudado del amor de Dios por ti? ¿Lo estás dudando
ahora? Explica tu respuesta.

Si estuvieras segura de que Dios te ama, ¿cómo cambiaría eso tu


perspectiva de tu sufrimiento?

La pregunta «Si Dios me ama, ¿por qué dejó que esto pasara?» cambia cuando
estamos seguras de que Dios nos ama. Se convierte en: «Dado que Dios me
ama, ¿por qué dejó que esto pasara?». Esta pregunta nos lleva en la dirección
opuesta a la anterior. Nos lleva a buscar un propósito, creyendo que Dios ha
traído estas situaciones difíciles a nuestras vidas para nuestro bien, por Su amor
hacia nosotras. Ese cambio de perspectiva me cambió la vida.

Dios se deleita en ti, Dios se regocija sobre ti con cánticos (Sofonías 3:17). No
podría amarte más o ser más para ti de lo que es ahora mismo.

34 Sedientas de esperanza
Pero reconozco que es posible que en este momento no te sientas amada por
Dios. Si bien los sentimientos no definen la realidad, sí enmarcan cómo vemos
nuestras vidas, nuestro sufrimiento y nuestra relación con Dios. Si no nos sentimos
vistas, conocidas y amadas, llegaremos a conclusiones muy diferentes sobre lo que
nos ha sucedido. Si no estás segura del amor de Dios, vuelve a leer los pasajes
que estudiamos. Sigue orando y pídele a Dios que te muestre que eres amada. Te
invito a hacer esta oración conmigo:

Querido Señor, yo sola no puedo entender cuánto me amas, pero Tú


puedes hacer que Tu amor sea real para mí. Ayúdame a entender que, en
Cristo, me amas de manera extraordinaria, y que nada puede separarme de
Tu amor. Te pido que hagas que Tu amor sea evidente para mí esta semana.

Este extracto del poema «Beloved is where we begin» [Amada es donde empieza
todo], de Jan Richardson, expresa de manera hermosa mi anhelo para ti:

No te vayas
sin escuchar quién eres:
¡eres amada!
nombrada por el Único
que ha andado por este camino
antes que tú.

No te vayas
sin dejar que resuene
en tus oídos,
y si te parece difícil
aceptarlo en tu corazón,
no te desesperes.
Para eso es este camino.12

Amada es donde empieza todo

Sesión 2 35
DÍA 5

Comenzamos esta semana haciéndonos la gran pregunta: Si Dios me


ama, ¿cómo pudo dejar que esto pasara? ¿Ha ayudado el estudio de
esta semana a responder esa pregunta? Explica tu respuesta.

¿Cómo has experimentado el amor y la fidelidad de Dios hacia ti esta


semana? ¿Dónde has sentido Su presencia? Presta atención a las
señales de Su amor y Su presencia a través de situaciones específicas,
como recibir la respuesta a una oración, experimentar una paz
inesperada, sentir consuelo después de leer la Biblia, etcétera.

¿Cómo está obrando Dios en ti? ¿Y en tu sufrimiento?

LEE SALMOS 31:7. ¿Qué ves en este versículo y qué has aprendido
esta semana sobre ser vista, conocida y amada?

El amor de Dios, ¿es más teórico o práctico para ti? Explica tu


respuesta.

36 Sedientas de esperanza
¿Cómo te ha consolado el Señor en tu aflicción y en las dificultades
durante los últimos días y semanas? ¿Dónde has visto evidencias de
Su amor? Dale gracias por eso ahora.

Elisabeth Elliot dijo: «Dios nunca rehúsa a Su hijo lo que su amor y sabiduría
llaman bueno... El rehusar de Dios siempre es misericordioso. Sí, en ocasiones
son ‹misericordias severas›, pero siguen siendo misericordias».13 Y también dijo:
«Dios nunca nos niega los deseos de nuestro corazón, salvo para darnos algo
mejor».14

¿Que piensas sobre estas frases? ¿Te parecen reconfortantes o


confusas? Explica tu respuesta.

Lee las siguientes declaraciones. Elige una, busca el versículo,


escríbelo en una nota adhesiva o una tarjeta, y colócala en un lugar
donde puedas verla para hacerte acordar del amor de Dios.

Dios se deleita en mí.


LEE SALMOS 18:19.

Dios cuida de cada detalle de mi vida. Él lleva la cuenta de mis penas y


recoge todas mis lágrimas.
LEE SALMOS 56:8.

Dios cuida de cada detalle de mi vida. Él lleva la cuenta de mis penas y


recoge todas mis lágrimas.
LEE SALMOS 54:10.

Incluso cuando parece que todo se está desmoronando, puedo contar


con el amor de Dios
LEE ROMANOS 8:31-32.

Nada podrá separarme jamás del amor de Dios.


LEE ROMANOS 8:38-39.

Sesión 2 37
Reflexión final
En la página 20, te pedí que escribieras sobre algo que te tuviera afligida o
por lo que sintieras necesidad de llorar. El duelo puede sentirse como una
montaña rusa, lo cual es natural. Rara vez se supera de golpe y de manera
sencilla. Tómate unos minutos para reflexionar sobre tu pérdida y cómo
podrías continuar procesándola. Considera orar y meditar en los versículos que
estudiamos esta semana. Escribe sobre tu experiencia. Considera visitar a una
consejera bíblica, hablarlo con amigas o unirte a un grupo como GriefShare®
como opciones para el futuro. O tal vez podrías experimentar con alternativas no
verbales como la música, el arte, dar un paseo, sentarse al sol, cocinar o hacer
actividad física. No guardes tu dolor ni sufras en silencio. Toma los pasos que
sean necesarios para permitir que el Señor sane tu quebranto.

Profundiza
En la página 15, hablamos sobre la gloria de Dios y, en la página 14,
establecimos la conexión entre el amor de Dios y Su gloria.

¿Tiene sentido para ti? A continuación, escribe cualquier pregunta


que tengas al respecto:

Lee los siguientes pasajes sobre la gloria de Dios. ¿Cómo


contribuyen a tu comprensión de la gloria de Dios?

◆ Éxodo 33:17-23; 34:1-8

◆ Éxodo 40:34-38

◆ Lucas 9:28-36

◆ Juan 1:14-18

◆ Juan 2:11

38 Sedientas de esperanza

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