Sedientas de Esperanza Muestra Corta
Sedientas de Esperanza Muestra Corta
Brentwood, Tennessee
CO NT ENIDO
Sobre la autora .................................................................................................... 4
4 Sedientas de esperanza
ANTES DE EMPEZAR...
¿Dónde estás, Dios? ¿No te importa que esté lidiando con dificultades?
¿Por qué estás permitiendo que esto me suceda? ¿Y por qué no estás haciendo
algo, cualquier cosa, para ayudarme?
Por eso escribí este estudio de la Biblia sobre las preguntas que le hacemos
a Dios en nuestro sufrimiento. Tuve preguntas al crecer con una discapacidad,
lidiaba con burlas y hospitalizaciones. Tuve preguntas cuando mi hijo murió
después de un error del médico; me cuestioné por qué Dios permitió que eso
sucediera. Tuve preguntas cuando supe que mi dolor y debilidad en aumento
nunca cesarían, y dudé que pudiera manejarlo. Tuve preguntas cuando mi
esposo abandonó a nuestra familia, dejándome sola en la crianza de mis hijas
adolescentes que tenían sus propias luchas. Estos eventos encendieron dudas
sobre Dios, sobre Su amor y Sus propósitos y sobre cómo superaría todo esto.
Sin embargo, al hacerme estas preguntas, Dios me llevó a una vida más
abundante con Él, una vida que no podría haber imaginado. En lugar de
sacudir mi fe, hacer preguntas confirmó y profundizó mi confianza en Dios
mientras aprendía a vivir con incertidumbre. Cuanto más inciertas eran mis
circunstancias, más segura estaba de que Dios nunca me abandonaría, nunca
tendría que enfrentar la vida sin Él.
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Entonces, ¿qué quieres preguntarle a Dios? Tómate un minuto y
escribe las preguntas que actualmente están en tu corazón. No le
pongas filtro a lo que escribas. No escribas lo que crees que suena
espiritual. Sé honesta contigo misma y con Dios. Él ya conoce
tu corazón.
De igual manera, dirígete a la página 186 y anota los desafíos a los que te
enfrentas en este momento: el dolor, la aflicción, los miedos, la pérdida y los
anhelos. No necesitan ser pérdidas muy grandes a los ojos del mundo, aunque
pueden serlo. Muchas de nuestras dificultades son lo que una amiga llama «el
dolor que no está de luto». Las pérdidas por las que nadie ora ni te mandan
comida mientras las enfrentas: heridas de la infancia, sentirte rechazada en las
amistades, la soledad, la preocupación por tus hijos, un matrimonio difícil, la
infertilidad, la traición, un trabajo sin futuro. Pon todo lo que se te ocurra en la
lista. Si te importa, importa. Y lo más importante, le importa a Dios.
A lo largo de este estudio hablaré sobre tres anclas a las que me aferro y que
me han ayudado a dar sentido a mi sufrimiento. Son las tres «P» a las que
me aferro en el dolor, y me recuerdan que hay realidades más importantes
que mis circunstancias. Las tres «P» que me anclan son 1) experimentar la
PRESENCIA de Dios, 2) saber que mi dolor tiene un PROPÓSITO y 3) creer en
la PROMESA del cielo.
6 Sedientas de esperanza
Estas anclas servirán como marco de enfoque para este estudio:
A través de las páginas de este estudio, te estoy invitando a entrar en mi vida. Mi vida
real, no la que parece espiritual y bonita. He incluido extractos de mi diario personal,
tanto las preguntas crudas como las formas en que Dios me respondió. También he
incluido partes de mis cartas de Navidad que envío a mis amigos cada año. En ellas,
comparto las cosas locas y vergonzosas que nuestra familia ha dicho y hecho.
¡Eres amada!
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SESIÓN 1
INT R O D U C C I Ó N
S ESI ÓN 1 : G U Í A DEL V IDEO
INTRODUCCIÓN
Mira el video de la sesión 1 y toma notas a continuación.
¿Qué parte de la enseñanza del video fue más significativa para ti?
¿Por qué?
Pregunta
SI DIOS
ME AMA,
¿CÓ MO P UDO
PERM IT IR
Q UE EST O
PAS AR A ?
DÍA 1
En este estudio vamos a explorar cómo es posible que Dios nos ame y permita
que suframos; pero, primero, hablemos sobre el sufrimiento en general. En la
Biblia se mencionan tres grandes categorías de sufrimiento.
1. E
l sufrimiento porque vivimos en un mundo caído. Jesús se encontró con muchas
personas que sufrían sin tener una razón (Lucas 7:1-10, 11-17).
2. E
l sufrimiento por el evangelio. Pablo escribió sobre la persecución y las
adversidades que experimentó por amor a Cristo (2 Corintios 11:16-29).
3. E
l sufrimiento debido al pecado nacional o personal. Podemos ver esto a menudo
en el Antiguo Testamento cuando los israelitas sufrían debido a su idolatría
(2 Reyes 17:6-18).
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Al leer la Escritura, vemos que todo sufrimiento es consecuencia de la caída en
Génesis 3, lo cual creo que se confirma en Romanos 8:20-22. Si bien a menudo
no entendemos por qué sufrimos, si conocemos a Cristo, sabemos que Él usa
nuestras aflicciones para nuestro bien y para Su gloria. Para los cristianos, el
sufrimiento siempre está interconectado con el amor de Dios.
En Lucas 10:38-42, vemos que Marta dio la bienvenida a Jesús y a los discípulos
en su casa, sirviéndoles diligentemente, pero distraída y frustrada a la vez
porque estaba haciendo todo el trabajo sola. Mientras Marta servía, María se
sentó a los pies de Jesús para escucharlo.
14 Sedientas de esperanza
LEE JUAN 11:1-6. ¿Qué podemos aprender sobre
María, Marta y Lázaro de este pasaje?
Sesión 2 15
rostro de Dios y vivir.1 Entonces, parte de ver la gloria de Dios es experimentar
esos atributos invisibles. Cuando vemos la gloria de Dios, pasamos de tener un
conocimiento teórico a una experiencia íntima con la presencia, el amor y la
bondad de Dios que ancla nuestra fe.
En griego, el versículo 6 comienza con la palabra οὖν, que puede significar «en
consecuencia» o «por lo tanto».2 Esto indica que está conectado a la oración
anterior; entonces, los versículos 5 y 6 están conectados.
16 Sedientas de esperanza
Aunque no conocemos los detalles específicos de su situación familiar, sabemos
que María, Marta y Lázaro vivían juntos. Por lo tanto, su pérdida podría haber
impactado en distintas esferas; sus hermanas habrían tenido diversos motivos
por los cuales llorar: extrañar la presencia diaria de su hermano, la potencial
pérdida de su fuente de ingresos o de su hogar, el miedo al futuro, sentirse
desconcertadas y abandonadas por un amigo.
María y Marta tuvieron que ver morir a su hermano. Procesar nuestro propio
dolor es una cosa, pero ver el dolor de alguien más, especialmente de alguien
que es importante para nosotras, puede ser incluso más difícil de soportar. No
podemos cambiar sus circunstancias, cambiar su manera de interpretar las cosas
ni confiar en Dios por ellos. Solo podemos mirar y orar, a menudo sintiéndonos
impotentes.
Sesión 2 17
LEE JUAN 11:7-16.
En Juan 10, Jesús les dijo a los fariseos que Él era el Cristo, lo que fue
considerado como una blasfemia por ellos, por lo que querían apedrear a Jesús;
pero Él escapó con Sus discípulos a Betábara. Este lugar también es conocido
como Betania, al otro lado del Jordán, donde comenzó el ministerio de Jesús
(Juan 1:28). (Para más detalles, lee Juan 10:22-42). Betábara estaba a unas veinte
millas de Betania, aproximadamente un día de camino a pie. Considerando la
línea de tiempo, es probable que Lázaro ya hubiera muerto cuando Jesús recibió
las noticias del mensajero.
Esta primera sección de Juan 11 nos deja con preguntas profundas. Sabemos
lo que es esperar a que Jesús arregle nuestra situación, seguir esperando y
observando, pero que Él nunca la arregle, que la respuesta nunca llegue, que
Dios no nos rescate. Podría ser que, como en el caso de María y Marta, un ser
querido muera, que tengamos un hijo rebelde o que recibamos un diagnóstico
terminal... Nuestras pesadillas se vuelven realidad, cualesquiera que sean. Tal vez
las personas nos digan que todo es para bien, que Dios lo usará para Su gloria o
que otros llegarán a los pies de Cristo gracias a esto. Pero estando en medio de
nuestra pérdida, esas palabras pueden parecer crueles e injustas.
18 Sedientas de esperanza
DÍA 2
En aquellos días, las personas eran enterradas tan pronto como fallecían.
Después, los judíos guardaban la shivá (y aún lo hacen) durante siete días.3 Esto
significaba que la familia lloraba la pérdida en casa, sentados en el suelo o en
un banco bajo, recibiendo visitas que en su mayoría se sentaban en silencio o
lloraban y gemían de dolor. El duelo era público y aceptado.
Sesión 2 19
Si existen pérdidas por las que nunca has llorado o momentos de dolor
que no has procesado, anótalos aquí. Tómate unos minutos para escribir
tus pensamientos. El duelo es un proceso, y este es solo el primer paso,
así que tal vez tengas que retomarlo más adelante.
20 Sedientas de esperanza
Encierra en un círculo las áreas de tu vida donde te has sentido herida o
decepcionada por Dios. Describe brevemente tu experiencia al lado de cada
categoría que encierres.
FAMILIA (MATRIMONIO,
HIJOS, PADRES,
HERMANOS)
SALUD
IGLESIA
RELACIONES
CARRERA O FINANZAS
ANHELOS INSATISFECHOS
O ALGO QUE NO RESULTÓ
COMO ESPERABAS
OTRO
Sesión 2 21
Piensa en las formas en las que has respondido a las personas que te
han herido. Compara eso con la forma en que respondes a Dios en
tu sufrimiento. ¿Cómo ha afectado tu relación con Dios la manera en
que le respondes?
22 Sedientas de esperanza
LEE JUAN 11:28-37. ¿Qué le respondió Jesús a María? (vv. 32-35).
El pastor Tim Keller dice que a Jesús le enfurece la muerte.5 Es un resultado del
pecado, y Jesús odia sus efectos en el mundo que Él creó. Jesús lloró con María
(la palabra griega es literalmente «derramó lágrimas») al sentir su dolor por lo que
había sucedido y estaba enojado por cómo la muerte había arruinado la belleza
de la creación de Dios.6 Jesús no estaba enojado porque Su amigo había muerto
(lo resucitaría pronto), sino posiblemente con la muerte misma y todo lo que esta
acarrea. La muerte no está domesticada; a menudo, es desagradable. Nuestra
esperanza es saber que todo será hecho nuevo algún día, pero hasta que eso
suceda, la vida puede ser indescriptiblemente difícil y hacernos enfurecer.
Sesión 2 23
Jesús participó en el duelo de Sus amigos. Él sabía que resucitaría a Lázaro y, sin
embargo, lloró con María. Las hermanas tuvieron que ver a su hermano sufrir y
morir, preguntándose si Jesús vendría, mientras Lázaro experimentaba el dolor
de morir. Esta familia a la que Jesús amaba y con la que estaba íntimamente
conectado no se salvó de este dolor.
Cualquiera que haya perdido a un ser querido sabe lo insoportable que es ese
dolor. No hay por qué imaginar que fue más fácil para María y para Marta. Es
cierto que Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos, pero eso no quitó el
dolor de su muerte. Y aunque sabemos que nuestros seres queridos en Cristo
serán resucitados, el dolor de su partida es real. Hasta que Cristo regrese, todos
vamos a experimentar los efectos de la muerte.
24 Sedientas de esperanza
Escribe el versículo 40. ¿Cómo se relaciona con el versículo 42 y con
los versículos 4, 14, y 25 al 26 que vimos antes? ¿Cuál es la conexión
entre el creer y la gloria de Dios?
Una razón por la que Jesús esperó fue para revelar la gloria de Dios para
que otros creyeran. Aunque Jesús realizó muchos milagros antes de esto, no
quiso que Su identidad fuera demasiado conocida. Pero, en ese punto, había
comenzado a mostrar abiertamente quién era en verdad. Además, según
la tradición rabínica, el alma abandonaba el cuerpo después de tres días;
esperar cuatro días habría enfatizado que Lázaro realmente había muerto y
fue resucitado.7 Entonces, claramente, resucitar a los muertos sería un milagro
indiscutible para confirmar Su identidad.
Sesión 2 25
Jesús odió su sufrimiento y odiaba el dolor de la muerte. Sin embargo, Él sabía
que después de ver a Lázaro resucitado, confiarían en que tenía poder sobre la
muerte y que también los resucitaría. Ver la gloria de Dios y creer en Él harían
que valiera la pena todo el dolor.
Jesús sabía que la mejor manera de demostrar Su amor a Sus amigos era
fortalecer su fe en Él. Por lo tanto, podemos decir que una de las más grandes
formas en que Dios nos demuestra Su amor es mostrándonos más de sí mismo,
aun cuando eso implica sufrimiento. Mi amiga Joni Eareckson Tada estaría
de acuerdo. Joni es una escritora y oradora cristiana que quedó cuadripléjica
después de un accidente de buceo, ha tenido cáncer dos veces y vive con un
incesante e intenso dolor acompañado de noches de insomnio. Ella me anima a
aferrarme a Dios en mi propio dolor con el siguiente recordatorio: «Cuanto más
intenso es el dolor, más cercano es el abrazo».8 Al igual que Joni, si bien yo no
elegiría sufrir, he experimentado el impresionante amor de Dios y Su presencia
en el dolor. A través de mi padecimiento, realmente he visto la gloria de Dios.
26 Sedientas de esperanza
DÍA 3
Vamos a orar:
Utiliza una aplicación o sitio web de la Biblia en audio para escuchar Juan 11:1-44
leído en voz alta. (Algunas opciones son las aplicaciones de la Biblia YouVersion,
Dwell y biblegateway.com).
Sesión 2 27
La gran pregunta de esta semana planteada de manera un poco diferente sería:
¿Cómo puede Dios amarnos y dejarnos sufrir? Nos preguntamos por qué Él no nos
ha rescatado. Como señalamos ayer, Juan 11 nos dice que Jesús no rescató a Sus
amigos para que ellos vieran la gloria de Dios y creyeran en Él. Pero, para la mayoría
de nosotras, esa respuesta no es satisfactoria, hasta que la experimentamos.
8 de abril de 1997
Todo saldrá bien. No sabemos qué es esto, pero Tú, Señor, sí.
Por favor, usa esto para bien en mi vida y en la vida de todos los que conocieron a
Paul o incluso oyeron de él. Dame tu consuelo porque me siento vacía por dentro…
Solo quiero gritar.
28 Sedientas de esperanza
había perdonado la vida a mi bebé. ¿Por qué Dios me había dado esperanzas
con una cirugía exitosa para luego dejar que muriera? ¿De qué servía tener fe si
Dios no iba a rescatarme? Mi Biblia permaneció cerrada mientras me alejaba de
Dios, preguntándome si podría volver a confiar en Él.
Me alegra cuando la gente habla de Paul, pero es difícil escuchar que su muerte
los acercó más a Dios. ¿Tenía que morir por el bien de todos los demás? Me siento
vacía y sola. Me duele.
El coro dice:
Sesión 2 29
Escríbele una carta a Jesús diciéndole todo lo que tienes en tu
corazón. Escribe tus preguntas, comparte tus decepciones. Sé
honesta. Habla de las veces en que te has sentido abandonada,
preguntándote por qué no te rescató. Tanto Marta como María
comenzaron sus encuentros con Jesús diciéndole: «Si hubieses
estado aquí, mi hermano no habría muerto» (vv. 21, 32). ¿Has
tenido pensamientos similares sobre tu aflicción y dolor? ¿Crees
que Jesús debería haberte respondido de manera diferente?
Escribe tus pensamientos.
30 Sedientas de esperanza
DÍA 4
A Kristi no le gustaba que la conociera tan bien como lo hacía, pero todos
anhelamos ser vistos, conocidos y amados.
Me mudé varias veces antes de cumplir los treinta años; y aunque me gustaba
la aventura, los primeros meses en el lugar nuevo eran solitarios, anhelaba que
alguien me conociera. Todavía recuerdo a la primera persona que me invitó a
cenar en cada ciudad y que llegó a conocer una parte de mi historia personal.
Esa conexión personal lo cambiaba todo para mí.
Dios nos conoce mejor de lo que nadie jamás lo ha hecho o lo hará. No hay nada
sobre nosotras que Dios no sepa: nuestros miedos, nuestras frustraciones, nuestras
fantasías, nuestros pensamientos fugaces y los sueños que dejamos olvidados.
Salmos 139 se centra en cuán bien nos conoce Dios. Cuando visité a una amiga
cercana que estaba en el hospital después de una crisis nerviosa, le leí Salmos 139,
insertando su nombre mientras hablaba. Ella dijo que esas palabras la cambiaron,
ya que entendió por primera vez que era completamente conocida, amada y
aceptada por Dios.
LEE SALMOS 139. ¿Qué sabe Dios sobre ti? (vv. 1-4).
Sesión 2 31
VUELVE A LEER LOS VERSÍCULOS 13-16 ¿Cómo nos conoce
Dios tan bien? De estos versículos, ¿qué más puedes agregar a la
lista de lo que Dios sabe sobre ti?
¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán
inmensa es la suma de ellos!» (NBLA, énfasis mío).
Dios nos conoce y nos ama. Debemos creer en estas verdades para encontrar
una esperanza real en nuestro sufrimiento. Romanos 8:31-39 es un pasaje
impresionante que nos reafirma el amor inmutable de Dios, que Pablo enfatizó a
través de una serie de preguntas retóricas.
32 Sedientas de esperanza
LEE CADA PREGUNTA EN ROMANOS 8:31-35, y luego respóndela o
escríbela como una afirmación. Brindo la primera como ejemplo.
◆ Romanos 8:31: Nadie puede estar contra nosotras si Dios es por nosotras.
◆ Romanos 8:32:
◆ Romanos 8:33:
◆ Romanos 8:34:
◆ Romanos 8:35:
Sesión 2 33
nosotras. En otras palabras, para experimentar más plenamente el amor de Dios,
debemos estar atentas a la evidencia de ello.
¿Alguna vez has dudado del amor de Dios por ti? ¿Lo estás dudando
ahora? Explica tu respuesta.
La pregunta «Si Dios me ama, ¿por qué dejó que esto pasara?» cambia cuando
estamos seguras de que Dios nos ama. Se convierte en: «Dado que Dios me
ama, ¿por qué dejó que esto pasara?». Esta pregunta nos lleva en la dirección
opuesta a la anterior. Nos lleva a buscar un propósito, creyendo que Dios ha
traído estas situaciones difíciles a nuestras vidas para nuestro bien, por Su amor
hacia nosotras. Ese cambio de perspectiva me cambió la vida.
Dios se deleita en ti, Dios se regocija sobre ti con cánticos (Sofonías 3:17). No
podría amarte más o ser más para ti de lo que es ahora mismo.
34 Sedientas de esperanza
Pero reconozco que es posible que en este momento no te sientas amada por
Dios. Si bien los sentimientos no definen la realidad, sí enmarcan cómo vemos
nuestras vidas, nuestro sufrimiento y nuestra relación con Dios. Si no nos sentimos
vistas, conocidas y amadas, llegaremos a conclusiones muy diferentes sobre lo que
nos ha sucedido. Si no estás segura del amor de Dios, vuelve a leer los pasajes
que estudiamos. Sigue orando y pídele a Dios que te muestre que eres amada. Te
invito a hacer esta oración conmigo:
Este extracto del poema «Beloved is where we begin» [Amada es donde empieza
todo], de Jan Richardson, expresa de manera hermosa mi anhelo para ti:
No te vayas
sin escuchar quién eres:
¡eres amada!
nombrada por el Único
que ha andado por este camino
antes que tú.
No te vayas
sin dejar que resuene
en tus oídos,
y si te parece difícil
aceptarlo en tu corazón,
no te desesperes.
Para eso es este camino.12
Sesión 2 35
DÍA 5
LEE SALMOS 31:7. ¿Qué ves en este versículo y qué has aprendido
esta semana sobre ser vista, conocida y amada?
36 Sedientas de esperanza
¿Cómo te ha consolado el Señor en tu aflicción y en las dificultades
durante los últimos días y semanas? ¿Dónde has visto evidencias de
Su amor? Dale gracias por eso ahora.
Elisabeth Elliot dijo: «Dios nunca rehúsa a Su hijo lo que su amor y sabiduría
llaman bueno... El rehusar de Dios siempre es misericordioso. Sí, en ocasiones
son ‹misericordias severas›, pero siguen siendo misericordias».13 Y también dijo:
«Dios nunca nos niega los deseos de nuestro corazón, salvo para darnos algo
mejor».14
Sesión 2 37
Reflexión final
En la página 20, te pedí que escribieras sobre algo que te tuviera afligida o
por lo que sintieras necesidad de llorar. El duelo puede sentirse como una
montaña rusa, lo cual es natural. Rara vez se supera de golpe y de manera
sencilla. Tómate unos minutos para reflexionar sobre tu pérdida y cómo
podrías continuar procesándola. Considera orar y meditar en los versículos que
estudiamos esta semana. Escribe sobre tu experiencia. Considera visitar a una
consejera bíblica, hablarlo con amigas o unirte a un grupo como GriefShare®
como opciones para el futuro. O tal vez podrías experimentar con alternativas no
verbales como la música, el arte, dar un paseo, sentarse al sol, cocinar o hacer
actividad física. No guardes tu dolor ni sufras en silencio. Toma los pasos que
sean necesarios para permitir que el Señor sane tu quebranto.
Profundiza
En la página 15, hablamos sobre la gloria de Dios y, en la página 14,
establecimos la conexión entre el amor de Dios y Su gloria.
◆ Éxodo 40:34-38
◆ Lucas 9:28-36
◆ Juan 1:14-18
◆ Juan 2:11
38 Sedientas de esperanza