PRÓLOGO Desde la Antigüedad hasta nuestros días, la historia nos brinda un claro testimonio: la humanidad nunca se ha considerado a salvo de verse afectada por desastres naturales, epidemias, guerras e incluso intervenciones divinas que desencadenarían el fin de los tiempos. En otros términos, el hombre ha intentado garantizar su bienestar teniendo en cuenta el hecho de que tanto su subsistencia como la de sus descendientes dependía de un conjunto de circunstancias que escapaban a su voluntad y a su poder. A pesar de esto, en nuestros días parece insistirse en un aspecto de nuestra realidad aparentemente novedoso, que la humanidad se encuentra bajo un estado de amenaza permanente, el cual, identificado como una suerte de mal que hay que erradicar, es combatido por gran parte del poder político que se ha propuesto –y así lo ha anunciado– erradicar la amenaza, el peligro, la catástrofe, la inseguridad no ya en el nivel nacional o regional, sino a escala planetaria. El presente libro propone abordar la temática de la inseguridad, comprendida en el más amplio sentido de su campo semántico y presuponiendo la hipótesis de que la misma forma parte consustancial no solo del pensamiento político, sino también de la política. En este sentido, el conjunto de autores que componen la presente obra, así como los temas y épocas en los que cada uno se especializa, nos permiten abordar un amplio espectro del pensamiento político, filosófico y social y su relación con todo ese conjunto de hechos nefastos que sitúan al hombre en una situación de incertidumbre, de temor, de inseguridad. Así, quienes se adentren en estas páginas se encontrarán con una serie de reflexiones teórico-políticas que abordan, a partir de la pluralidad conceptual de la inseguridad y la catástrofe, diversos puntos de vista sobre el problema de la continuidad de la 11 | humanidad. El orden de los textos responde a los diálogos y líneas comunes que se desprenden de ellos, y que abarcan el espectro catastrófico actual. El periplo comienza con arqueologías filosóficas de la catástrofe y de las complejas relaciones entre sus acepciones naturalistas o culturalistas, para adentrarse, acto seguido, en los caminos del arte, la literatura y la ciencia ficción. Luego, la política y la república son pensadas con Cicerón, Smith, el contractualismo y el federalismo, para analizar, posteriormente, formas mítico-religiosas surgidas de Hesíodo y la Torá. El recorrido termina con dos estudios sobre las expresiones más contemporáneas de estas problemáticas, a partir de nuevas formas de subjetivación y la territorialización de los conflictos políticos. Este libro encuentra, como se evidencia, su originalidad en la amplitud disciplinar a la que ofrece un lugar así como en la diversidad de los enfoques de las materias tratadas. Existen, ciertamente, otros estudios recientes sobre la inseguridad y las catástrofes que han sido abordados a partir de los cambios tecnológicos introducidos por el capitalismo global actual.1 Por esta razón, la historicidad de los problemas y de las nociones mismas que articulan este libro ha sido también objeto de especial atención en un campo de estudios muchas veces volcado de manera exclusiva (aunque comprensiblemente) sobre las manifestaciones actuales de situaciones que encuentran su arraigo en tiempos ya remotos, pero no por ello menos candentes.2 Del mismo modo, al tratar las encrucijadas actuales, los autores han querido evitar el riesgo ya señalado, en forma pionera, por Annie Le Brun de solazarse en la catástrofe hasta el punto de constituir con ella un género que “puede ir desde la condena hasta 1 Resulta un libro importante el reciente de Hariman, Robert y Cintron, Ralph (editores). Culture, Catastrophe, and Rhetoric. The Texture of Political Action. Nueva YorkOxford: Berghahn Books, 2015. 2 En el caso argentino, las reflexiones sobre las catástrofes contemporáneas propias del mundo tecnológico encuentran algunos de sus puntos de elaboración más interesantes (cuanto controversiales) en el libro de murena, Héctor. Homo atomicus. Buenos Aires: Sur, 1961. | 12 las instrucciones de uso”3. Ante ese riesgo, la actitud crítica ha buscado mantener su rigor en convivencia con diferentes posturas teóricas ante los mismos problemas, pero evitando los tonos moralizantes desprovistos de sustento en la investigación. De esta manera, también se deja planteado un interrogante que surge a partir de considerar la hipótesis antes aludida y de la cual se desprende que toda forma de organización social guarda una estrecha relación con los modos en los que dicha sociedad concibe sus amenazas. Es por esto que, si consideramos el hecho de que la inseguridad es una parte consustancial tanto del pensamiento como de la acción política, deberíamos preguntarnos qué significa vivir en una época en la que se ha emprendido una batalla para erradicar a la inseguridad del mundo. En todo caso, contamos con que el lector encontrará aquí diversos visos de respuesta y, al mismo tiempo, suficientes estímulos para generar nuevos debates en torno a la temática presentada. 3 Le Brun, Annie. Perspective dépravée. París: Éditions du Sandre, 2011, p. 7. 13 |