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Se realiza un comentario sobre dos trabajos del antropólogo ítalo-argentino Marcelo Bórmida que hacia finales de la década de 1950 impactaron en la antropología argentina, pues implicaban una ruptura-pero desde dentro de la escuela-con la... more
Se realiza un comentario sobre dos trabajos del antropólogo ítalo-argentino Marcelo Bórmida que hacia finales de la década de 1950 impactaron en la antropología argentina, pues implicaban una ruptura-pero desde dentro de la escuela-con la tradición difusionista alemana de amplio alcance en la tradición local desde fines del siglo XIX. El autor acuña dos conceptos centrales para su proyecto etnológico: barbarie y diacronización de lo sincrónico. Además, ambos textos intentan recrear una historia de la disciplina que se sale de los cánones habituales de ese tipo de relatos; primero por su profundidad histórica; segundo porque no se cierra al ámbito local, a hacer una "historia de la antropología en Argentina" sino a solo hacer una historia de la Antropología, o más específicamente, de la Etnología; y tercero porque prioriza autores latinos-españoles e italianos-y alemanes en vez de franceses y anglosajones.
La desaparición de Santiago Maldonado el 1 de agosto del presente año tras la represión de Gendarmería en la ruta 40 por una protesta mapuche en la provincia de Chubut, ha desatado un debate que no es nuevo para quienes estamos en las... more
La desaparición de Santiago Maldonado el 1 de agosto del presente año tras la represión de Gendarmería en la ruta 40 por una protesta mapuche en la provincia de Chubut, ha desatado un debate que no es nuevo para quienes estamos en las temáticas referentes a las poblaciones que habitan la Patagonia. Específicamente los mapuches tienen una disputa centenaria por conseguir el reconocimiento de sus territorios, usurpados por los Estados argentino y chileno. La cuestión de los terratenientes privados, empresas petroleras, mi-neras y emprendimientos de desarrollo turístico en gran escala agrava el problema (y en rigor no solo para los mapuches, sino para todos los que allí habitan).
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In this paper, which focus on my own researches on the development of Anthropology in Argentina, two of the first works by Marcelo Bórmida that are openly ethnological and phenomenological will be analysed in order to explore certain... more
In this paper, which focus on my own researches on the
development of Anthropology in Argentina, two of the
first works by Marcelo Bórmida that are openly ethnological
and phenomenological will be analysed in order
to explore certain relationships from the point of view of
ethnology with Viveiros de Castro’s work and from that
of phenomenology with Tim Ingold’s propositions. With
this aim in view, the scope will be broadened so as to include
other Argentinean anthropologists who are linked
to Bórmida, as well as anthropologists and social scientists
from the Anglo-Saxon and French academic field.
The comparison seeks to find similarities and differences,
but also to show the extent to which the perspectives of
Viveiros de Castro or Ingold, as well as Bórmida’s, are
based on “residues of non-traditions”.
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Resumen Este artículo busca revertir el énfasis, presente en los estudios actuales sobre cultura material, puesto sobre la materialidad de los objetos en oposición a las propiedades de los materiales. Partiendo de la división tripartita... more
Resumen Este artículo busca revertir el énfasis, presente en los estudios actuales sobre cultura material, puesto sobre la materialidad de los objetos en oposición a las propiedades de los materiales. Partiendo de la división tripartita del ambiente en medio, substancias y superficies planteada por James Gibson se argumenta que las formas de las cosas no son impuestas desde afuera sobre un sustrato de materia inerte, sino que son continuamente generadas y disueltas entre los flujos de material a través de la interfase entre las substancias y el medio que las rodea. Así, las cosas son activas no porque estén imbuidas de agencia sino por el modo en que se ven atrapadas en estas corrientes del mundo de la vida. Las propiedades de los materiales, por ende, no constituyen atributos fijos de la materia, sino que son procesuales y relacionales. Describir estas propiedades significa contar sus historias. Abstract This article seeks to reverse the emphasis, in current studies of material culture, on the materiality of objects, as against the properties of material. Drawing on James Gibson`s tripartite division of the inhabited environment into médium, substances and surfaces, it is argued that the forms of things are not imposed from without upon an inert substrate of matter, but are continually generated and disolved within the fluxes of materials across the interface between substances and the medium that surrounds them. Thus things are active not because they are imbued with agency but because of ways in wich they are caught up in these currents of the lifeworld. The properties of materials, then, are not fixed attributes of matter but are processual and relational. To describe these properties means telling their stories. Antes de empezar a leer este artículo, por favor vaya afuera y busque una piedra más bien grande, que pueda ser levantada y llevada al interior de su oficina. Éntrela y sumérjala en un balde con agua, o póngala bajo un chorro de agua. Luego colóquela en frente suyo, sobre su mesa – tal vez sobre una bandeja o plato para no arruinar su escritorio. Mírela bien. Si quiere, puede mirarla nuevamente de vez en cuando mientras lee este artículo. Al final, haré referencia a lo que usted tal vez haya observado.
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Lo que tengo para explicar en este artículo tiene que ver con las preocupaciones que me llevaron a estudiar Antropología cuando ingresé a Cambridge a fines de los '60. Acababa de completar mi primer año como estudiante de ciencias... more
Lo que tengo para explicar en este artículo tiene que ver con las preocupaciones que me llevaron a estudiar Antropología cuando ingresé a Cambridge a fines de los '60. Acababa de completar mi primer año como estudiante de ciencias naturales y estaba profundamente desilusionado. No es que no estuviera fascinado por el fenómeno de la naturaleza. Mi desencanto provenía de una temprana comprensión de que el establishment científico estaba tan institucionalizado, tan internamente especializado y era tan jerárquicamente opresivo que lo máximo que uno podría alcanzar como científico sería transformarse en un pequeño engranaje de una empresa colosal. Engranaje que parecía haber perdido contacto con su sentido de responsabilidad social y su misión original en ampliar el alcance del conocimiento humano, subordinándose al complejo militar industrial. Al buscar otra área, quería una disciplina que me ayudara a reconectar el sentido de la aventura intelectual asociado con la investigación científica, con las realidades de la experiencia humana en un mundo cada vez más arrasado por la masiva intervención tecnológica. La antropología parecía ajustarse a ese perfil. De hecho, las razones por las que hice buenas migas con ella siguen siendo las razones por las que continúo estudiándola, si
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En este artículo la propuesta es pasar del giro ontológico al geontológico; cruzando los debates actuales sobre ontología y antropoceno 1. La antropología ha sido un intento de definir un " nosotros " no hegemónico. En la actualidad, la... more
En este artículo la propuesta es pasar del giro ontológico al geontológico; cruzando los debates actuales sobre ontología y antropoceno 1. La antropología ha sido un intento de definir un " nosotros " no hegemónico. En la actualidad, la pregunta acerca del " nosotros " está ligada a la aparición de la Tierra en el escenario de la historia, como aquella que nos incluye en tanto " nosotros ". Esto provee a la antropología de un nuevo campo de indagaciones. En consecuencia, el giro ontológico debería convertirse en un giro geológico: definir qué es la Tierra es objeto de la antropología, y es la disciplina que está mejor posicionada para explicar de qué se trata este nuevo actor, porque puede hacer justicia a la globalidad del mismo sin proyectarlo en un reino trascendente donde existiría por encima y más allá de la variedad de sus propias versiones divergentes.
A primera vista no habría algo más distante que la Religión de la Materia. La primera estaría preocupada por lo que en el propio lenguaje religioso se denomina alma o espíritu, y nosotros - los cientistas sociales - las representaciones;... more
A primera vista no habría algo más distante que la Religión de la Materia. La primera estaría preocupada por lo que en el propio lenguaje religioso se denomina alma o espíritu, y nosotros - los cientistas sociales - las representaciones; la segunda correspondería al mundo real, objetivo, mensurable. El alma, espíritu o las ideas - hablemos tanto en términos sacros como profanos - estarían imbuidas de voluntad, acción y de una ética o moral; por ende sólo corresponden a lo humano - y a las leyes de la Sociedad. La materia sería algo inerte - solo sigue las leyes del universo - pero disponible a aquello que tiene voluntad de transformarla; la voluntad y la moral le son ajenas. Si una persona, grupo o cultura osa colocar voluntad en la materia, los antropólogos lo denominaremos animismo o antropomorfismo, tal cual señalaba James Frazer al hecho de que los “pueblos primitivos” concibieran que por ejemplo un árbol, un ente de la naturaleza, fuera el cuerpo de un espíritu arbórico – lo que denominaba estrictamente animismo – o simplemente su morada – lo que denominaba deísmo ([1922] 1996: 151/482).