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Cultura y Creencia en Chiloe

El documento explora la cultura y creencias de Chiloé, destacando su identidad única y el impacto de la geografía en su desarrollo sociocultural. Se aborda la relación entre el hombre y su entorno, así como la influencia de la mitología y el sincretismo en la vida cotidiana de los chilotes. Además, se analiza cómo la modernización y el aislamiento han afectado las tradiciones y creencias de la región.

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Cultura y Creencia en Chiloe

El documento explora la cultura y creencias de Chiloé, destacando su identidad única y el impacto de la geografía en su desarrollo sociocultural. Se aborda la relación entre el hombre y su entorno, así como la influencia de la mitología y el sincretismo en la vida cotidiana de los chilotes. Además, se analiza cómo la modernización y el aislamiento han afectado las tradiciones y creencias de la región.

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CULTURA Y CREENCIA EN CHILOÉ

Fernando Slater S.

1.- INTRODUCCIÓN

La realidad sociocultural de Chiloé se presenta terística está dada por el desmenbramiento morfo
a los ojos del resto del país con una fisonomía par lógico. En elarchipiélago, formado por la Isla Gran
ticular y dotada de una identidad característica. de y una gran cantidad de islas situadas entre ésta

Esta visión se nutre por diferentes vías, desde el es- y el continente, se pueden distinguir tres áreas: la
terotipo caricaturesco del chilote hasta una ideali costa occidental, abrupta y continua; una faja
zación mistificadora de su modo de vida, sin dejar montañosa central, relativamente alta y que des
de anotar la vertiente de los prejuicios y discrimi ciende hacia el este; y la costa oriental y el archi

naciones. piélago interior, correspondiente a la zona agríco

Dicha situación es singularmente válida en la, con la mayor concentración de población y ver

aquel aspecto de la cultura que con mayor vigor se dadero corazón de Chiloé.
menciona como distintivo del hombre del archipié El medio atmosférico se caracteriza por la

lago: el mundo de sus creencias. abundancia de lluvias, convirtiendo a la humedad


El presente trabajo se orienta a establecer un en el ambiente habitual. El paisaje general corres

marco general para abordar el mundo creencial, ponde al tipo de "selva fría", destacando los gran

des bosques. La zona favorecida


"interior"

entregando ciertas aproximaciones centradas en se ve

otros tantos modos de existencia de la creencia. Es por la faja montañosa que detiene la acción de los

así como, junto con insertarla en el contexto social fuertes vientos provenientes del océano.
cultural del se busca delimitar los El mar constituye el gran ámbito del entorno
y que participa,
grandes ejes que la van definiendo como represen chilote. No existe ningún lugar que diste más de 25

tación colectiva, comportamiento, asen


simbólica kms. de él. Además de ser un medio de comunica
timiento y vivencia individual. De igual forma, se ción esencial, orienta la actividad económica en

busca vislumbrar su funcionalidad, vigencia y arrai complemento de la agricultura.


go en un horizonte cultural sometido a alteracio Es imprescindible mencionar la relación exis

nes y cambios. tente entre el hombre, el mar y su tierra. El chilote


Se trata, por cierto, de una visión preliminar convive por lo general en ambos medios, tornándo
cuya finalidad no es más que detectar los grandes se un ser peculiar, integrado y adaptado a su entor

trazos de la teoría y práctica del mundo creencial no y manteniendo una gran proximidad con la na

de Chiloé. Por este motivo el enfoque adoptado se turaleza en su quehacer cotidiano. La relación

centra más en la interpretación de algunos aspectos hombre-medio es la primera coordenada que defi
lógicos, fenomenológicos y culturales de la creen ne al mundo cultural de Chiloé. La cultura tradi

cia, antes que en una exposición descriptiva de sus cional rural debe ser considerada como un sistema

contenidos. adaptativo, no sólo a nivel


tecnoeconómico, sino
también en otros ámbitos de la cultura, cognosciti
2.- CHILOÉ vos y simbólicos.
Con todo, la vida rural chilota se basa en una

La cultura tradicional de Chiloé se ha desarro agricultura tradicional que, junto a la mapuche y a

llado en un marco geográfico cuya principal carac la del altiplano, se ubica entre las más subdesarro-

21
liadas del país. Las causas fundamentales son la es jo comunitario con retribución por "vuelta de ma
no"), los (regalo de alimentos de parte de
"llocos"
tructura agraria contrastada que ha hecho prolife-

rar las micropropiedades en la zona oriental; la so una familia a sus relaciones y amistades).

brecarga demográfica crónica que atomiza las ex Ahora bien, lostradicionales de vida
modos

fuerte migración; el pre


provoca una han estado sufriendo crecientemente los impactos
plotaciones
y
dominio de una economía de subsistencia basada de la modernización. Los nuevos caminos y la faci
la la oveja ; y el arcaísmo de las técnicas litación del transporte rompen el aislamiento íntre
en papa y
que conlleva a la obtención de bajos rendimientos comunidades; se produce una mayor orientación
(Grenier 1973: 39). Todos estos factores, entrela hacia relaciones de mercado ; los medios de comu
la aislamiento, derivan en ba nicación de masas ensanchan los marcos de refe
zados a pobreza y al

jas condiciones de vida en la zona rural, cuyos ha rencia alterando pautas y valores. Las configura
bitantes representan alrededor del 60°/o del total ciones seculares ceden ante la progresiva integra
de la provincia (censo de 1 982). ción al continente. Todo ello confiere a Chiloé una
El aislamiento secular de la región es otra co gran complejidad en el campo cultural, pues no to
definirá a este mundo dos los sectores se ven afectados en igual forma ni
ordenada que cultural, man

tenido y conservado gracias a la marginalidad del ■tampoco la modernización se encauza en los senti

la sociedad dos más apropiados. En tales circunstancias, las co


archipiélago con respecto a nacional,
munidades rurales ofrecen un panorama de cambio
causa a su vez de la subsistencia de estructuras so
transforma los modos
cioeconómicas de atraso (Garlbulsky 1972: 23). cultural que necesariamente

La población primitiva de Chiloé estaba com de relacionarse con el mundo, el medio y la socie

puesta por diferentes grupos étnicos, producto de dad, y correlativamente altera su universo concep
diversas migraciones, ellos, los huilliches (nor tual y
entre simbólico.

te), payos (sur), chonos y cuneos. La conquista es

pañola se lleva a cabo en el siglo XVI alterando los 3.- MITOLOGÍA Y CREENCIA

patrones indígenas. El régimen de las encomiendas


de Chiloé
"mitología"
presen
-que presenta notorias diferencias en su desarrollo La denominada
ta en la actualidad, de un largo
con respecto a Chile central (Contreras, 1 971 : 7)— como producto

de va un alto grado de
deja al indígena bajo el dominio hispano y la ac proceso alteracióncultural,
ción evangelizadora se extiende por la región. La riabilidad, fragmentación y descomposición. Más
cultura indígena recibe en mayor o menor medida que constituir un horizonte mitológico en plenitud,

el impacto cristiano y se da comienzo a un profun ella se manifiesta en forma másbien residual, co


do sincretismo. El mestizaje —tardío, si se compara de un sistema sometido a una fuerte
mo resabios
con otras áreas (Contreras, op. cit.: 14)— se vuelve degradación.
progresivo, subsistiendo no obstante la heteroge La mitología indígena, anclada en un adecua

neidad étnica. De tal modo, hasta hoy la población do basamento cultural e institucional, se ha visto
que a
chilota suele dividirse en "naturales", mestizos y afectada por las sucesivas transformaciones

blancos (Cárdenas, 1978: 23; Azocar, 1967: 66). todo nivel provocaron la el ulterior de
conquista y
El mundo rural chilote estará así enmarcado sarrollo histórico del archipiélago. Al sufrir el
im
tres coordenadas fundamentales: la pacto hispano-cristiano se inicia una
supervivencia
por orienta
ción adaptativa; la marginalidad y aislamiento; y la azarosa, diluyéndose ciertos marcos sociales que la
fusión y sincretismo como distintivos de sus confi sustentaban y perdiendo algunas de sus caracterís

guraciones culturales. ticas conceptuales.


al
Por otra parte, la excesiva subdivisión de las El relato mítico, a medida que acompaña

propiedades entrega la clave de las relaciones socia mestizaje y al sincretismo, se ve alterado en sus

les. El parentesco y la familia serán el núcleo de la múltiples significaciones y conexiones simbólicas,

vida social, caracterizada por la fuerte autoridad de


estéticas, funcionales y rituales. Sin embargo,
paterna. Los vínculos matrimoniales se regulan por terminados ejes fundamentales del universo mítico

la condición socioeconómica y por el origen étni permanecen y se adaptan a las nuevas condiciones.

co, mientras que las relaciones de vecindad inser En efecto, este acervo mítico se mantendrá como

tan al chilote dentro de una red de derechos y de centro del sistema de representaciones insular,
sien

beres de las do sólo parcialmente reemplazado por la


evangeli-

sumamente rica, principal motor rela


ciones sociales. El principio de reciprocidad genera zación en su importancia y gravitación como es

diversas costumbres, tales como la


"minga"
(traba quema simbólico, explicativo, vivencial y
práctico.

22
El circule entre distintos niveles estratégicos, pues la
de permanencia, no obstante, ofrece
modo
transformaciones notables. Dado que la mitología creencia es código, sistema y creación intelectual,
se fragmenta y atomiza sus elementos constituti pero también es patrimonio compartido y convic
y
íntima; es asentimiento nocional pero toma
vos se dispersan, el pensamiento mítico se expresa ción

rá a través de un conjunto de creencias dotadas de su fuerza de lo vivencial; es una proposición pero

una menor estabilidad interna. El relato mítico da también se manifiesta en conductas y objetos, y
así origen a un vasto sistema creencial que man deviene en fundamento para la costumbre y para la
tendrá vigencia y funcionalidad para el habitante receta social, impregna de sentido la vida diaria,
del archipiélago. Sin duda, que en toda tradición está siempre presente, actualizándose y transmitién
dose, y dota individuo del de signos,
y diversos corpus de
al repertorio
coexisten el relato mítico
valores requeridos para su relación
creencias asociadas, ya sea integrando la narración proposiciones y
o como subproductos (Belmont 1971: 109); pero, con los otros y con su entorno.

por las características adaptativas y vivenciales de


La creencia, en su acepción más global, es una

la creencia, será este repertorio de proposiciones el proposición acerca del mundo valorada como ver

más capacitado para conservar el mundo mítico


dadera (Goodenough, 1974H204). Su situación al
ante las vicisitudes de la historia. interior de los contenidos de la cultura es privile
giada: se articula en los esquemas cognoscitivos,
La mitología de Chiloé fio va a consistir tanto
entablando relaciones entre formas y conceptos
en relatos estructurados, sino en un amplio conjun
para entregar proposiciones teñidas ya de valor,
to de creencias cuya actualización narrativa por ex
pues niega o afirma tal o cual vínculo entre estas o
celencia será el "caso", vinculado en mayor medi
aquellas unidades definidas culturalmente como
da a la experiencia cercana y a la práctica.

thrauco o la pincoya,
significativas.En efecto, la cultura, entendida co
"No existe el sino thrau-
mo un conjunto de sistemas significantes, media la
y (Azocar 1967: 63). Esta afirma
pincoyas"

cos
relación entre el hombre y el mundo; no hay rela
ción revela bien la situación aludida: el horizonte
ción directa entre la realidad y lo pensado sin la
mítico se presenta diversificado y aproximado a
instauración entre ambos de un esquema concep
una filosofía natural cuyas proposiciones se cir

cunscriben a ámbitos cotidianos.


tual "por cuya actividad una materia y una forma,
de desprovistas la una como la otra de existencia inde
Por otra parte, al afianzarse en cuerpos

creencias —cuyas características revisaremos más pendiente, se estructuras, es decir


realizan como

como seres a la vez empíricos e


inteligibles"
(Lévis-
adelante—
el pensamiento mítico mantendrá su
Strauss, 1964: 193). La cultura es, pues, producto
posición angular en el plano de las representacio

nes, pues lo que pierde en coherencia y ortodoxia


de función, la función simbólica, encargada de
una

organizar los materiales provenientes de la diversi


lo gana en adaptabilidad y fuerza vivencia!, conser
vando un alto grado de vigencia y credibilidad. dad empírica integrándolas en un sistema intelecti
vo. Esta función impone el orden en la variedad
Ante esta situación, la aproximación al mundo
mítico de Chiloé implica vías complementarias.
del mundo al agrupar y las
y diferenciar los seres

del cosas según los principios de una clasificatoria.


Junto a una imprescindible reconstrucción sis
Este basamento cognoscitivo introduce el sim
tema y de sus grandes estructuras, se requie
mítico
bolismo en el origen mismo de la cultura, es la im
re una visión dirigida al comportamiento de estos
posición de formas a los contenidos, la creación
corpus de creencias desgranadas del sistema, cuyas
del signo intermediario entre lo empírico y lo inte
propiedades nos acercarán a la compleja manifesta
ligible. El ordenamiento torna significante al mun
ción actual del mito. Los planteamientos desarro
do entregando un conjunto discreto de formas, de
llados a continuación apuntan en ese sentido.
finiciones y conceptos.
La creencia, articulada en el esquema concep
4.- LA CREENCIA Y SUS MECANISMOS tual, aparece como un segundo nivel destinado a
expresar en la forma de un enunciado los vínculos

La riqueza y vigencia del mundo creencial de existentes o postulados entre las cosas, continuan

Chiloé imponen un acercamiento a este dominio do así la dominación simbólica del mundo. La per
en base a sucesivas aproximaciones que nos sitúen cepción y concepción de los entornos se va confi

en los diversos "modos de de la creen través de ellas, tiempo


existencia"

gurando a a que representan

cia. Este objeto no sólo soporta varias 'lecturas", la materialización de un movimiento perpetuo de
sino que obliga a una aprehensión múltiple que exploración de las capacidades significantes ofreci-

23
das por la realidad.
(Lévi-Strauss, 1964: 315). Lo del signo, ex
propio
La amplitud del concepto obliga a segmentar
presar una cosa por otra y dentro de
su existencia
la noción de creencia. Hay creencias básicas, muy una sistomacidad, son la clave en la constitución de
cercanas al rúvel de la experiencia, con un alto gra
los universos significantes. Un signo, perteneciente
do de aceptación, referidas principalmente a los
a un primer sistema, puede permutarse por
otro,
constreñimientos ambientales del sistema tecno-
de un nuevo sistema, en virtud de la homologación]
económico Se trata de proposiciones
o social.
Basta las relaciones establecidas
con considerar que
acerca del limitadas a aspectos más bien
mundo
por ese primer signo con los otros dentro del siste
descriptivos, situadas por lo general al interior de ma original son equivalentes a las sostenidas por un
un sólo campo semántico dentro de los estrechos segundo signo en otro conjunto. La
sistematicidad,
márgenes de un ámbito aislado de la experiencia.
definida por relaciones opositivas, permite compa
Si bien estas proposiciones constituyen una rar y asemejar ámbitos diferentes, pues la semejan
parte importante de los modos de concepción del za no radica en los contenidos sino en su organiza
mundo, no cabe duda que ellas no agotan la rique ción formal. Este movimiento analógico faculta la
za de lo creencial. Igualmente, lo que intuitivamen
traducción de un sistema en otro, a tiempo que,
te "creencia em
popular"

percibimos como
por el sólo hecho de confrontarlos, se opera el des
—por

plear un término de uso común en el archipiélago


cubrimiento de nuevas propiedades, inaccesibles en
para referirse a este universo
simbólico—
pareciera
la observación de un sistema aislado.
situarse por sobre estas proposiciones básicas y co
La creencia mítica se ha generado en este mo
mo producto de operaciones intelectuales más
complejas. Las creencias con trasfondo mítico po
vimiento y continúa recurriendo a él, pues ella ex
hace
presa relaciones entre cosas y dominios diferentes
seen un ingrediente suplementario que aflorar
fundamentándose en esta visión analógica del mun
relaciones diversas entre los seres y sus propiedades; do. Es la manifestación en forma de un enunciado
que postula vínculos sorprendentes entre tal cosa y de los logros obtenidos por esta actividad de ex
tal otra; que detalla asociaciones dentro de una di ploración de la empiria a través del signo, la corre
mensión de causalidad mágica; que establece un lación y la analogía.
horizonte que salvaguarda la continuidad entre lo No es otro el camino que conduce, por ejem
humano, lo natural y lo trascendente; que otorga, plo, desde la percepción de las alternativas cíclicas
en fin, un espacio peculiar para la experiencia indi de las mareas y su interiorización por parte del chi
vidual y social.
lote, hasta la creencia en que la muerte sólo sobre
Claro está que esta diferencia cualitativa for viene en la bajamar o, según otra versión, en la mis
ma parte de una visión externa del objeto, origina ma marea en que se ha nacido. Lo que puede pare
da en otros contenidos culturales, y no representa cer una discontinuidad entre lo objetivo y lo ima

la perspectivainterna de quienes participan de ellas; ginario es salvada por la homologación que permite

no obstante, esta discontinuidad nos permite ex pensar una cosa en función de otra, la vida y la
plorar los mecanismos generativos del mundo muerte en términos de las mareas y su ciclo, resca

creenciaL (El término creencia lo emplearemos en tando así la coherencia lógica aparentemente au
lo sucesivo para referirnos al conjunto de proposi sente.

ciones vinculadas al ámbito mítico). Este procedimiento es la base del mecanismo

La exploración de la variedad empírica, en generador de la mitología y de su expresión en un

cuanto potencial de significaciones, ataca a su ob sistema de creencias. Los múltiples lazos postula
jeto de las propiedades sensibles, muy cer
a nivel dos entrelos entornos naturales y sociales, o al in
cano a lo concreto. La organización del mundo se terior de cada uno, permitirán el trabajo lógico y
instaura a partir de la incorporación de los elemen simbólico de concebir y representar el mundo y la
tos y conjuntos, tendiendo una red que de
a clases experiencia (Godelier, 1978: 325).
fine los cortes, los principales hitos de di
grandes Pues bien, la creencia mítica, tal como aparece

ferenciación. Surge así el mundo pensado, domes en el acontecer


diario, es un producto final de la
ticado por la función simbólica. Ahora bien, este acción del intelecto, es la manifestación a través de
movimiento, generado en un nivel cercano a la em un enunciado
y un léxico particular de las relacio

pina, aparece guiado en su acción de dorrúnio inte nes postuladas por el esquema conceptual
y su ca
lectual del mundo por un principio fundamental: pacidad de extensión antes mencionada. Toma su
la capacidad ilimitada de extensión del simbolismo fuerza y sentido de este sustrato fundamental y es

24
la de actualizar estas "representaciones invariantes, que se expre
madura"

encargada o propiedades

base diferentes
"códigos" "léxicos"

colectivas". san en a o que

Tomemos como ilustración las creencias aso bajo


"mensajes"
entregan particulares organizados

ciadas a las categorías de animales. Las creencias . la forma de una proposición. (Los términos han si
relativas a las características, orígenes, manifesta do adoptados del análisis del relato mítico. Cf. Lé
y aparición de los
"pullis"
ción -animales míticos
vi-Strauss, 1968: 199).
que intervienen en la formación del rebaño-
no Por otra parte, las creencias no sólo se limitan
pueden entenderse sino en relación a un conjunto a actualizar o dotar de contenidos a los marcos
de basadas en otras categorías. Los "pu permiten salvar las imperfec
creencias conceptuales; también
llis"

y sus crías, que son aquellas que muestran un ciones o deficiencias de éstos. Ninguna clasificato-
mejoramiento del tipo con respecto al común, se ria permite superar la distancia que media entre la
insertan en un sistema que incluye las creencias cantidad ilimitada de elementos que pueblan el en
vinculadas a los animales normales, a los animales torno físico y de un grupo y el acervo de
social
"piuchén"
-en sentido genérico son animales de significados de dispone para hacerlos inteligi
que
generados que aumentan, desarrollan o exageran
bles (Lévi-Strauss, 1971: 40). Este desfase entre
naturales-, y a los animales
"nación"

sus atributos significante y significado provoca, dentro de cual


-aquellos que presentan carencias o excesos cuan quier esquema conceptual, la aparición de residuos

titativos en sus miembros (Azocar, 1967: 62; Cár refractarios a la categorización, ya sea por estar si
denas y Trujillo, 1978: 74). El corpus de creencias tuados ambiguamente entre límites, o bien porque

basadas en estas categorías, que hablan de peligros, no han tenido cabida o representan situaciones
precauciones, daños, etc., tienen por función nuevas en la experiencia. El mundo creencial, tan
ac

tualizar en proposiciones concretas las representa proclive a preocuparse en sus proposiciones de


ciones colectivas y definen la normalidad de las es aquellos aspectos considerados extraños, atípicos y
pecies y sus límites, más allá de los cuales surge la de difícil aprehensión, intenta, a su modo, salvar
ambigüedad. Esta normalidad parece situarse entre esta distancia. Esta preocupación por "lo descono

las de nación y la multiplicidad semán es en gran parte definitoria de lo simbólico


cido"

categorías

tica expresada por el término "piuchén"; el prime


(Turner, 1980: 29).
ro situado más allá de lo normal por carencia o ex
Hay otro aspecto de este universo creencial
ceso de cantidad, el segundo por la proyección ex que La creencia mítica no ex-*
es preciso abordar.

cesiva de sus potencialidades cualitativas. Se trata presa solamente relaciones de homología y seme

de límites no siempre claros, pues los hijos de "pu janza entre ámbitos diversos; una gran parte de las
al tipo proposiciones son de tipo determinista y estable
y la variación que manifiestan respecto
llis"

común se acercan peligrosamente a la anormalidad. cen nexos causales entre una cosa y otra. Este
de-

Lo normal se ubica en lo que se puede llamar "la tenriinismo diferentes grados, que van des
admite

justa medida"; la especie puede mejorar pero ello de la simultaneidad ("un hombre muere en la mis
no está desprovisto de riesgos. Igualmente, el
"piu ma marea en que ha nacido"), pasando por el pre
su proyección no armónica de atributos, sagio que actúa como indicador de un hecho futu
y
chén"

("la del a la izquierda indica


'chucao'

traspasa la frontera y se aproxima en forma extre ro aparición

a la hibridación. la ocurrencia de un acontecimiento negativo"),


ma a otras especies y
hasta la causalidad directa ("la raspadura de cacho
De este modo, las creencias que actualizan es

clasificatorio remiten en su conjunto a de camahueto dota de vigor físico"). En todos es


te marco
básicas y expresan a su mane tos casos está presente la idea de determinismo, ya
ciertas proposiciones
en forma diluida, apenas esbozada o explícitamen
ra, con sus y procedimientos, una concep
medios
que éste puede te
y de las alteraciones
afirmada.
ción del orden

soportar. Este sistema rector da sentido a las creen Nos encontramos, pues, en presencia, por una
cias particulares, pues no se trata ya del significado parte, deuna aprehensión del determinismo como

sino de uno más profundo y no gramati-


forma de existencia de los fenómenos (Lévi-Strauss,
aparente,
calizado concientemente. De tal modo, si bien la 1 964: 28), y, por otra parte, de una interpretación
creencia se sitúa a nivel de la conciencia, no ocurre de los y las relaciones simbólicas en térmi
signos

lo mismo con los esquemas que la generan y que nos de estímulos o señales físicas (Leach, 1978: 40).
les otorgan su eficacia. El sistema que rige a las cre El primer aspecto, que alcanza su máxima ex

encias se encuentra a este nivel subyacente, cuyos presión en las creencias mágicas
y su sobredetermi-
oposiciones constituirán su "ar nismo, tiene la virtud de establecer los logros prác-
ejes, definiciones y
2S
ticos de la creencia. No cabe duda que muchas de tante; el picaflor, anunciando la llegada de un hijo,
ellas representan descubrimientos válidos de rela etc., son ejemplos de esta condensación significan!
ciones objetivas, aunque no deben ser considera te, de esta estrecha relación propuesta entre
el que
das como una ciencia primitiva, sino como una hacer humano y las aves, merced a la cual éstas in
"metaciencia", un sistema diferente en sus medios, dican, previenen y condicionan al primero.
objetivos y logros (Vallée, 1980: 48). Por otra parte, los agoreros se vinculan direc
El segundo aspecto, la traducción de lo simbó tamente con una forma de conocimiento de lo na
lico en términosde señales físicas, deriva del ante tural que sitúa a las aves como indicadores de lis
rior. La descubre vínculos lógicos y los
creencia condiciones atmosféricas. Este papel universal
asig
expresa como relaciones físicas. Allí donde el inte nado a las aves no está ausente en Chiloé; cambios
lecto capta isomorfías que permiten la extensión de climas, de estaciones y variaciones térmicas son
del simbolismo, la creencia postula una contigüi indicadas por la cotuta, el picamolino o el fraile.
dad causal que transmuta la metáfora en señal. Tales asociaciones se basan en la observación aten
Ilustraremos esta exposición con uno de los ámbi ta de ciertas regularidades de la naturaleza. Los pá
tos creenciales de mayor riqueza en Chiloé: los pá jaros operan como si fuesen indicadores naturales,
jaros agoreros. seleccionados como tales al atribuírseles un víncu
lo objetivo con aquellas situaciones ambientales
5.- LOS AGOREROS. que representan. Corresponden a lo que anterior
mente denominamos proposiciones básicas.
Si bien la creencia tiene a la analogía como Bien puede considerarse que este primer nivel

principal operador, su identificación y reconstruc de asociación más o menos objetiva de aves con ta
ción es compleja. Junto con la dificultad inherente les fenómenos entrega el modelo para ope
o cuales

a la descodificación del mecanismo simbólico, en rar la extensión de su rol significante hacia otros

el caso particular que nos ocupa aparece una con ámbitos. En efecto, dicha asociación da un punto
dicionante suplementaria: gran parte del mundo de partida para su empleo ya no como simples in
creencial representa la atomización de un universo dicadores naturales, sino como unidades expresivas
mitológico que aprehendemos al final de un largo articuladas en un eje eminentemente metafórico.

proceso decreación, descomposiciónyreadaptación. Dicho cambio cualitativo se instaura cuando las


Existen, embargo, ciertos conjuntos de cre
sin conductas de las aves son correlacionadas con la es
encias que permiten ilustrar y proponer modelos fera de la vida e intereses humanos. Para la recons

interpretativos de sus mecanismos lógicos. Tal es el trucción de este proceso es necesario acudir de lle
caso de los pájaros agoreros. no a una etnozoología que ilumine el sistema orni

numerosas las creencias asociadas a los pá


Son tológico, así como configurar el papel de las aves

jaros Chiloé. El conocimiento de las conductas


en en un plano mítico.

y peculiaridades de cada especie sirve de platafor No obstante, la relación analógica puede ilus
ma para la configuración de toda una dimensión trarse con creencias cuyos contenidos muestran

simbólica. Las aves agoreras, anunciadoras de pre una mayor transparencia. "Cuando un sólo jote,
sagios, ligan firmemente el ámbito de la naturaleza inmóvil (. .
.) se alza sobre un caballete, significa
con el de la experiencia humana, social e indivi que muy pronto fallecerá un individuo del pueblo,
dual. Los agoreros tienen la virtud de entrelazar de muy escasos recursos (Quintana,
económicos"

dentro de un sistema unitario tanto la actividad, 1972: 134); la presencia de dos o tres de ellos im
sucesos y proyectos humanos con el constante fun plica que la víctima será de mediana o mayor for
cionamiento del mundo natural. Precisas leyes y tuna. Otra creencia asigna igual papel a los
'frailes'

dependencias van estableciéndose así entre el hom que, al volar asemejando un cortejo camino del ce
bre y los acontecimientos naturales.
menterio, presagian la muerte (Plath 1976: 81).
El agorero se define por un eje analógico que Los diversos contenidos y correlaciones que aflo
asocia la presencia o conducta de un ave con un ran en estos ejemplos cañoneros,
—vida, muerte,
suceso de la esfera humana. Implica,
pues, la codi cantidad, riqueza, etc.-
ejemplifican la asociación

ficación y decodificación de elementos del entorno entre lo humano y lo natural, y tienden un puente

que pasan a ser interpretados como indicadores de para que el carroñen) indicador natural de la pre
,
las propiedades de un futuro individual o colectivo. sencia de la muerte, pueda cumplir esa misma fun
El naneo, posado en las estacas en el plano del devenir del hombre. La fuerte
y anunciando ción
muerte; el pitío, previniendo la llegada de un visi- condensación simbólica que genera la creencia se

2B
ha logrado a partir de la metonimia y la metáfora. causas y efectos y adquiere no sólo una función
Esta operación parece ser el modelo de la fun expresiva sino también la de agente eficiente.

En el agorero chilote el acontecimiento anun


ción agorera, decir, la contigüidad y semejanza
es

postuladas entre dos ámbitos faculta para trasladar ciado está provocado por causas desconocidas o

elementos desde uno al otro sin variar la naturaleza por acción de la brujería. Como sea, el encadena
de su función. Esto implica la conversión de una miento de causas se articula de lleno en mecanis
en un que au
analogía (elaboración intelectual) en indicador na
mos mágicos, sobredeterminismo

lo (Lévi-
tural (relacionado por naturaleza al mensaje), menta lo necesario y reduce contingente

Strauss, 1962: 27). En este marco, la manifesta


(Leach, 1978: 18). En efecto, el significado atri
ción del agorero es parte necesaria, sin la cual el es
buido a un agorero deriva de una metáfora, pero se
interpreta como si estuviese vinculado objetivamen labonamiento se rompe. En efecto, en el indicador
natural el acto mismo de su percepción sólo tiene
te al suceso presagiado.

inteligibuización del
un valor de comunicación y una posible evitación
Ahora bien, la mensaje
libre de del acto no altera ía ocurrencia de los sucesos. No
agorero no está ambigüedades y ofrece una

Ante la mani ocurre lo los agoreros, pues, en este ca


mismo con
gran plasticidad vivencial y personal.
so la evitación puede alterar la cadena causal, con
festación de la conducta pertinente la interpreta
ción oscila entre el anuncio de un acontecimiento lo cual el hecho mismo es a la vez expresivo y eficaz.

(meramente expresivo) hasta la asignación de pro De este modo, el procedimiento generador de


piedades causales. La real ubicación del mensaje
las creencias agoreras se origina en la metáfora que,
entre los dos polos es siempre imprecisa y relativa,
adoptando la apariencia de un indicador natural, es

conjugando atributos de ambos. De este modo, a la


interpretada como señal, es decir como una acción

vez que se descifra la metáfora como indicador na


física capaz de provocar otras acciones en una rela
tural también se la cubre con rasgos de causalidad. ción de causa-efecto. Este proceso puede represen

Participa como un elemento más de una cadena de tarse en el siguiente esquema:

INDICADOR Conducta del ave expresa


la situación natural que la
NATURAL
angina

Metonimia

Metáfora

SEÑAL
Dentro de un ANALOGÍA
marco mágico

el agorero es
de la Establecimiento de
parte
asociaciones
cadena causal
simbólicas entre el

mundo natural y el
social

Causalidad

INDICADOR
AGORERO
Analogía faculta la
acción del ave como
indicador de asuntos
humanos

27
Este esquema tentativo ilustra el sistema de el sometimiento a experimentación.

los agoreros chilotes. La experiencia y el conoci Ya a nivel estructural la variabilidad es un ele

miento del entorno desembocan en la selección de mento esencial. La organización interna de un cor-

indicadores naturales que, a través de la postula pus de creencias sólo puede alcanzarse en un plano
ción de analogías, se convierten en indicadores de subyacente y considerando las diferencias como
asuntos humanos. Finalmente el agorero queda in transformaciones lógicas. Aún más, las diversas va-
cluido en un circuito de causalidad. liantes, a medida que se ordenan y contraponen,
Esta gran armadura de las creencias agoreras muestran varios niveles de semejanza, revaladores
deberá servir de base para el estudio de los códigos de ciertas propiedades invariantes cuya amplitud y
particulares que en cada caso particular estructu persistencia dependen del nivel de abstracción o

ran las diversas proposiciones. Además, a partir de particularidad en que se sitúe el análisis.

este esquema puede ampliarse el mundo simbólico De este modo, los distintos grupos de creen
incluir dimensiones próximas, tal
"armadura"
de las aves para cias poseen una que resume propieda
como las aves participantes de la brujería (Bauda, des comunes a las distintas versiones. Éstos ele

raiquén, etc.). mentos invariantes, integrados en un esquema for


mal ordenado lógicamente, representan el basamen
6.- DIVERSIDAD Y UNIDAD to de los diferentes conteni
o sustrato organizador

dos o léxicos empleados por cada versión. Ejempli


Las consideraciones precedentes nos han lleva ficando con las creencias asociadas a los auxiliares
do al interior de una de las dimensiones privilegia de la brujería (Imbunche, vilpoñi, voladora, etc.)
das de la creencia: sus mecanismos generativos. Sin se puede postular una armadura común que los in
embargo, este nivel, la estructura, es só
situado en tegra en relación a determinados ejes. Un primer

lo una parte de su fenomenología; es preciso abor eje incluye como polos el reclutamiento del perso
darla ahora en algunos aspectos vinculados a su naje —su génesis, creación o transformación para

conversión desde estructura a acontecimiento, es ser empleado en las actividades de los brujos-, y la
decir tal como aparece en la experiencia y práctica. posible eliminación del mismo —su muerte o des
Un puente entre ambos espacios está dado por la trucción—. Un segundo eje estará dado por las
variabilidad. condiciones positivas que permiten o facilitan el

Las creencias son eminentemente variables, su cumplimiento de la función auxiliar de cada agen

formulación se presenta inestable incluso dentro te, y las condiciones opuestas que previenen o im
de ámbitos sociales reducidos. Esto puede com piden logro de tales funciones. Este eje, visto
el

inherente desde la perspectiva de los


"limpios"
prenderse como una propiedad a su me se traduce en

canismo oral de transmisión, pero también respon la oposición correlativa entre mal-bien, connotan
de a la acción de otros factores tales como la fuer do también la oposición entre el mundo de los bru
za vivencia! asociada, la reinterpretación e incluso jos y el mundo social normal.

Mundo Social Normal Mundo de los Brujos

RECLUTAMIENTO

CONDICIONES CONDICIONES
FAVORABLES
OPUESTAS
(bien, protección) (mal, daño)

DESAPARICIÓN

21
El esquema, ubicado el rtível más en to de recuperación del contenido, recurriendo para
general,
cierra en sí los rasgos básicos de concepción de en ello a la experiencia y a la vivencia personal. El res
fermedades y alteraciones sociales, a saber, subver cate más o menos azaroso tiene como consecuen
sión del orden físico o social, agentes provocado cia el aumento en el grado de incertidumbre del
res, acciones preventivas o de reparación, reinstau sistema (en el sentido de la teoría de la informa
ración dé la normalidad. Igualmente sitúa al indivi ción) rompiendo la ortodoxia y provocando con
duo dentro de un modelo actancial, con la presen tradicciones e incluso la confusión entre seres míti-

cia de fuerzas positivas


y negativas actuando en el cosfCf. Azocar, 1966).
devenir, capaz de enmarcar comportamientos y es- Ahora bien, este aumento en la plasticidad del
pectativas personales. sistema va otorgando paulatinamente una mayor li
Una armadura de este tipo integra las diferen bertad en la formulación de las proposiciones. Los
tes creencias y variantes de un grupo códigos se empobrecen y aumenta la reinterpreta
y reconstitu
ye un pequeño sistema. Ahora bien, las creencias ción. Así, en algunos sectores los seres míticos son

asociadas a un determinado personaje presentan a reconsiderados como una fauna natural, poco co
su vez ciertos contenidos, atributos y característi nocida y radicada en zonas remotas. Sin embargo,
cas particulares. Considerándolas como un subcon- las grandes armaduras, firmemente interiorizadas,
junto del grupo mayor también se apueden aislar son lo suficientemente capaces de actuar como re
ciertas propiedades invariantes de extensión más glas gramaticales, orientando en grandes líneas la
restringida. Sucesivamente, a medida que se tome conformación de las creencias. El sistema pierde ri

en consideración un mayor número de detalles y queza y estabilidad pero la experiencia cotidiana

especificaciones será posible a su vez aislar tales ar ocupa el vacío y otorga al espacio creencial una

maduras en diferentes niveles, mediante un proce gran capacidad de adaptación y una plasticidad ap
so permanente de combinación de semejanzas y di ta para modelar el acontecer diario y la percepción
ferencias. Esta operación, que resulta cómodo ima del mundo. El hecho antes señalado que sitúa al

forma
"caso"
ginar como una serie de círculos concéntricos des como principal narrativa es altamen

de una mayor a una menor generalidad, permite te ilustrativo, pues en tales relatos las armaduras

descubrir sucesivas armaduras hasta integrar en fundamentales se adaptan constantemente á los


ellas los elementos más singulares, mostrando a to marcos de experiencias particulares y tienden hacia
do nivel la existencia de propiedades formales la complementación entre lo sabido y lo vivido.
cumplidas por los contenidos. La aparente paradoja que implica el empobre
cimiento del código y el papel preponderante asu
En un sistema de creencias que gozara de gra
mido por el acontecer se resuelve finalmente en
dos adecuados de plenitud, y cohesión, se
vigencia
una plasticidad adaptativa, en un acercamiento en
ría posible al menos teóricamente ordenar las dife
tre creencia y vivencia. Esta plasticidad entrega al
rentes versiones, obteniendo sólo un pequeño resi
individuo una base lo suficientemente moldeable
duo refractario a la estructura y asignable a varia
como para contener su más cercano ámbito de ex
ciones operadas a nivel individual. Pues bien, en un

sistema creencial como el de Chiloé, con un alto


periencia, dotando al mundo creencial de una alta

funcionalidad intelectual y emocional.


grado de desarticulación, la coherencia y sistemati-
Este sutil equilibrio entre código y aconteci
cidad sufren fuertes alteraciones, trayendo como
miento, con la mediación siempre presente de las
resultado la persistencia de sólo ciertas armaduras
experiencias acumuladas por el grupo social, reper
más generales. Al mismo tiempo, junto con descen
cutirá necesariamente en los grados de convicción.
der en el grado de generalidad, sólo subsisten es
quemas fragmentados o únicamente dotados de 7.- CREENCIA Y EXPERIENCIA
existencia formal con dilución de sus contenidos.

Permanecen ciertas armaduras fundamentales, pero


Sin duda, diario y la vivencia per
el acontecer
el léxico que las llena se ha perdido, erosionado o
sonal juegan un rol en la mantención
importante y
ha sido sustituido. nutrición de cualquier sistema de creencias, pues
Tal situación desemboca inevitablemente en constituyen el gran espacio de comprobación; pero

un empobrecimiento del horizonte creencial y se


a la vez son un espejo sobre el cual se refleja el
expresa en una gran variabilidad, pues, a pesar de universo simbólico. Bajo las actuales condiciones

los elementos perdidos, la fuerza y enraizamiento de desarticulación la experiencia asume el papel de


de los esquemas fundamentales obligan a un inten proporcionar contenidos a los esquemas funda-

23
mentales. Al evaporarse la integridad del conoci cedáneo válido, de la carencia de objetivación per
miento será lo vivido quien entregará los elementos sonal. Lo vivido, sea propio o ajeno, se convierte
sensibles que coparán los vacíos. en requisito para el buen status de una afirmación.

Por otra parte, esta recurrencia a lo concreto La experiencia no es suplementaria; es poco menos

consigna a la creencia como un asentimiento real que imprescindible y conlleva una actitud casi em-

antes que meramente nocional (Lisón, 1979: 382). pirista. Se busca su realización y se evalúan los re

En efecto, no es sólo una proposición, no es algo sultados, por ejemplo, de tal o cual anuncio agore

abstracto o de existencia solamente intelectual; ro. En un caso referido, el informante recuerda

por el es un elemento del acontecer indi que, antes del fallecimiento de su mujer, veía todas
contrario,
es cotidiana y cercana, se sitúa en las tardes un pájaro que se posaba en la ventana de
vidual y social,
hay
"chiuque"

casos y hechos reales. Está instalada entre persona su casa; actualmente un que repite

jes y situaciones "Una vez pillaron un


comunes: lo mismo, por lo que "está a la espera de algún

brujo Quilantor, y lo llevaron a la policía, en (Meulín).


acontecim

en
tonces los carabineros lo encerraron con reja y to Esta disposición integran
escrutadora es parte

da la gente que llegaba a mirar se (Hui- desmayaba"


te de la fenomenología For
actual de la creencia.

llinco). Es atingente a individuaüdades, como a ma un cuerpo coherente con el asentimiento y la

"aquel patrón de iglesia que le corrían que era bru duda, a tiempo que la pervivencia de las armaduras
(Meulín). Está fundamentales y la disolución paulatina del léxico
lucecita"
jo y que fue visto con una
ubicada en lugares precisos: "En Apiao también la solicitan.
fondea el Caleuche y fondea en el lugar que le di
cen Agüichicao que está en la parte del lado del es 8.- CREENCIA Y CONVICCIÓN
(Apiao).
te"

Este vigor circunstancial nos acerca a otra ca La creencia implica asentimiento y definición
racterística básica de la creencia: la necesidad de ante la veracidad de lo enunciado. FJ "sistema de
actualización. No sobrevive si no se manifiesta em creencias"

es una abstracción, pues sólo un imagi


píricamente. No puede permanecer sólo en estado nario sujeto omnisciente tendría acceso a la totali
teórico; debe hacerse presente, debe ser vivida y dad del conocimiento acumulado por una cultura.
sufrida dentro del grupo más próximo, deben ma En la práctica, este conjunto no es accesible a un
nifestarse indicios y consecuencias observables de
sólo mdividuo, y aún si lo fuera, el grado de vera
tal o cual postulado. Debe estar siempre presente, cidad asignado no sería homogéneo. En efecto,
ha de ser posible de descubrir en lo concreto. No aún dentro del reducido subconjunto de creencias
basta una afirmación, como por ejemplo: "Si se que conforman el acervo individual se presentan
para un gallinazo en la cruz de una iglesia, anuncia
matices en la fuerza e intensidad de la convicción
la (Meulín);
muerte"

sino que es ejemplificada y (Lisón, 1979: 365).


confirmada por algún hecho reciente que habla por Cada persona opera un proceso de selección a

y de
sí mismo comprobando su ocurrencia.
partir del repertorio de su grupo social su pro
La creencia está permanentemente al acecho
pia experiencia para jerarquizar su convicción ínti
del acontecer para apropiárselo einterpretarlo. El ma. Ante las creencias se sostendrá desde la abso
mundo es visto desde la creencia, se percibe la rea
luta seguridad y convencimiento hasta la duda,
lidad a partir de este bagaje cultural mediador en neutralidad o negación. El escepticismo suele afec
tre hombre y experiencia. Así, "ante la aparición tar de pero se
segmentos algún campo creencial,
de luces en el mar no queda más que reconocer la salvaguarda la de esquemas fundamenta
veracidad
presencia del (Quenac). La
caleuche"

creencia mu
les. Tal es, por ejemplo, lo expresado en cierto ca
chas veces se demuestra a sí misma, encontrando so en que se duda de la brujería dado que, habien
en lo real su reflejo empírico.
do recurrido a la acción de un curandero para ali

De tal modo, ella estructura toda una visión viar un "mal tirado", se descubre que "todo era
del mundo, deriva y traduce esquemas cognitivos "ha
y negocio", pues quien curaba era el mismo que
es parte integrante de la percepción. cía el
mal"

(Compu). La experiencia personal re-


Por parte, la experimentación personal la
y ordena las piezas y los ámbitos de
otra
acomoda
asegura el convencimiento íntimo, pero también convicción.
repercute socialmente. Nos encontramos nueva
"caso"
Al retomar la situación antes anotada referen
mente con el como modo de expresión fa te a la desintegración de los contenidos tradiciona
vorito, pues, a diferencia de otros medios, es un
les,
su-
resulta claro que sus efectos son gravitantes en

30
la esfera de la convicción. La plasticidad, al abrir el creído mediatizando la relación entre individuo y
sistema y aumentar la
"variedad"
incorporada, in creencia, tienen la virtud de sacar a la luz algunos

fuerte aspectos claves que inciden en el asentimiento. La


troduce un elemento de desorden: el cues-

tionamiento. Al aumentar el rol estructurante de la recurrencia a ellos no es irrelevante, pues forma


experiencia se acrecienta el papel de juez indivi parte del peculiar modo de existencia personal de
dual asumido frente a cada proposición. No se tra la creencia.
El común, dele
"dicen"
acerca al patrimonio
ta por cierto de un cuestionamiento frío ni de una

actitud que atente radicalmente contra la veraci


ga en el grupo la responsabilidad sobre la proposi

bien es el resultado de un quiebre, de un ción, permite guardar distancia la re sin allegarse a


dad; más

desencuentro que impide que un sistema alterado futación. Además, es índice del reconocimiento
encuentre su estabili
hacia la experiencia ajena y hacia la acción de un
y
externamente-
—interna

medio social que opera como marco de la convic


dad.
ción personal, ya sea clarificándola o motivando el
El problema de la complejo, im
convicción es

posible de cuantificar y difícil de traducir a indica


interés por detalles y circunstancias inéditas. El "di
traduce también de la dimensión social
cen"

dores objetivos. Además, adopta muchas formas. A parte

veces no es tanto una duda sobre la veracidad de


de la creencia, pues remite a la permanencia de la
esta o aquella creencia, sino la manifestación vela
endoculturación y recuerda, en fin, su uso por par

da de una ignorancia personal provocada por la di te del grupo, pues se articula con aquellas ocasio

solución de la ortodoxia. La duda asume connota nes en que la creencia aflora al discurso de cada

ciones singulares: desconocimiento antes que con cual para ser comentada e intercambiada en velo

traaseveración; carencia de vivencia intima antes rios, novenarios y otros encuentros.

que desaire a una experiencia ajena; otras veces tra La referencia a "los antiguos", por su parte,
duce una actitud ecléctica pero sin rechazo a la tra también implica el patrimonio común al insertar la

dición. afirmación en un horizonte diacrónico, establecien


En lo los recursos expresivos usa
referente a do la instancia más plena en la
conexión con una

dos para revelar el grado de convicción, éstos ofre riqueza y coherencia del mundo creencial. La recu
cen una ilustración de los mecanismos en que se in rrencia a las generaciones antiguas conjuga el es

serta la credibilidad. Usualmente se conjugan el plendor de una tradición con el respeto, y vincula

asentimiento personal, la referencia al patrimonio


la convicción a un sentimiento de la de aceptación

compartido por el grupo y la fuerza de un ancestro


autoridad dentro de la estructura familiar. Los an
cultural.
tiguos incluso salvaguardan la reinterpretación oca
sionada por la irrupción de una nueva visión del
A modo de ilustración: "Las personas antiguas
de Quemchi cuentan que los brujos por las noches mundo. Así, un informante, se refiere a la "mitolo
como relatos de cosas que efectivamente pasa
gía"

llegan a las casas a hacer pesadillas a las personas y


ban en el tiempo de sus abuelos: "entonces no
las hacen los días martes y (Quemchi).
viernes"

mitología, Se la
sí"

eran pero ahora rescata veraci


"Según he sentido hablar tocante a los brujos que

con su arte se transforman dad, pues el descenso en la vigencia y validez de la


en perros, gatos y otros
animales"

(Quenac). "Dicen que para aprender


tradición no deriva de su falsedad, sino de un cam

bio objetivo en las cualidades del mundo y de los


brujo comienzan desde guagua, cuando están en la
seres.
cuna lo llegan a buscar los brujos y lo llevan gua
Los grados de credibilidad de las representa
gua"

(Quenac).
El
"dicen"
y la referencia a "los
antiguos"

re
ciones colectivas, tal cual aparecen hoy en Chiloé,
cohesiona-
están fuertemente modulados por los aspectos re
presentan y
una urdiembre articuladora
feridos. La persistencia de algunos esquemas fun
dora de la exposición. Sin duda, en gran parte son
damentales y la fuerza con que este horizonte cul
indicadores de una actitud defensiva y de toma de
tural enmarca las del hombre con el me
relaciones
distancia inherentes a la revelación de una convic
ción íntima. La formulación de una creencia arrai dio, la sociedad y lo trascendente, asegura aún un

gada no es fácil, más aún con la existencia del tabú


lugar para este asentimiento creencial. Sin embar

de go, este sustrato es cada vez más incapaz de articu


respecto a algunas de ellas en ciertas áreas, o

grados variables de desconfianza frente al receptor. lar una ortodoxia simbólica y ritual, pues la altera

ción de los institucionales impiden su


armazones
Sin embargo, estos recursos expresivos que es
asentamiento funcional. Tal situación amplifica la
tablecen la discontinuidad entre lo contado y lo gravitación asumida por la variante individual den-
tro del sistema de creencias. La fuerza asignada a formado en vegetal), y otros abundantes en la bi
lo vivencial es un ejemplo de ello; pero también se bliografía. El ritual, con su gran poder de conden
expresa en la recurrencia ajena o a los resabios de sación simbólica (Turner, 1980: 30), hace concu
la tradición, pues en ambos casos el vigor con que rrir una enorme cantidad de creencias
entrelazadas,
el medio social impone un cuerpo de creencias está conformando un vigoroso marco actualizador de
debilitado: ya no es tanto la acción de mecanismos todo un horizonte simbólico cultural. La sola pre
institucionalizados, sino cada vez más una simple sencia del ritual -realizado en forma plena, de
adición de experiencias individuales. acuerdo a prescripciones y ocasionalidades y con el
concurso de especialistas— representa la expresión
9.- CREENCIA Y PRACTICA más alta de un cuerpo creencial.

En la actualidad, el acto ritual soporta el mis


El mundo creencial lo hemos visto básicamen mo proceso de desarticulación consignado para el

te como un gran cuerpo teórico, pero cada vez re sistema de representaciones. Si bien tanto su ejecu
saltan con mayor fuerza otros de sus atributos. La ción como la existencia de especialistas forman

variabilidad, lo vivencial y los grados de convicción parte de la fenomenología actual, su campo de ac


nos trasladan a su otro gran modo de existencia: el ción se centra en dimensiones limitadas, especial

acto, la conducta. mente referidas a prácticas curativas. Por otra par

La práctica es inherente a la creencia, pues es


te, la fuerza de la práctica ritual varía enormemen

ta existe sólo si es constantemente actualizada, no te por étnicas y geográficas. Igualmente, el


razones

sólo como lo que hemos denominado reflejos em proceso de evangelización ha dado origen a un pro

píricos, sino principalmente como comportamien fundo sincretismo, a tiempo que la liturgia católica
to guiado por y para la creencia. En esta nueva di ha ocupado con gran lugar reservado a
impulso el

mensión ella interviene paraformar pautas de ac la práctica sentido, la liturgia respon


ritual. En este

ción y recetas sociales; ofrece una base para la to de muy bien a las necesidades de un mundo cultu
ma de decisiones y constituye un referente válido ral altamente ritualista que, afectado por el des

para configurar espectativas sobre el comporta membramiento ha recogido y se ha identificado

miento de los otros. La creencia permite, prohibe con los aspectos formales del catolicismo (Cf. Azo

y prescribe. La aparición de un agorero puede ha car, 1967: 64).


cer variar los proyectos; se cambiará de actitud an Al centrarnos en la hipótesis central que sitúa

te quien está reputado como brujo; se evitarán cier al sistema creencial alterado como eje del mundo

tos lugares; o bien no se hablará de brujos pues simbólico chüote ,


podemos aprehender desde
quien lo hace "es porque lo es"; o incluso se puede otra perspectiva el vínculo entre representación y
provocar una disposición íntima de fortaleza, pues, práctica. En efecto, esta última es esencial para la
"donde hay fé, no hay miedo". existencia de la creencia y su fragmentación ha re

Todas estas conductas y actitudes representan percutido en el plano ritual. Aparecen así lo que
"gestos de la creencia, puesto que tie podemos denominar "gestos como co
efectivos"
expresivos"

nen la virtud de hacerla manifiesta sin que necesa rrelatos rituales de la atomización de la creencia.

riamente los guíe tal intención. Pero la dimensión El gesto efectivo consistirá en un comportamiento
práctica de lo simbólico alcanza su mayor plenitud expresivo, pero que los usuarios consideran eficien

a medida que el comportamiento adquiere un ca te, con claro carácter intencional y que no partici

rácter ritual. En sentido, los cuerpos de creen


este pa de una serie mayor de acciones. Aparece como

cias participan de conductas formalizadas que tra una segmentación y adaptación de la experiencia

ducen importantes valores del saber tradicional, y ritual en varios sentidos. En primer lugar es un re

cuyas implicancias van más allá de la mera exterio- sabio del ritual porque su manifestación material

rización del ámbito creencia], puesto que son un (comportamientos) equivalen a fragmentos de una

medio de acción sobre el mundo y de reafirmación serie ordenada de acciones; en segundo lugar, su

de las normas sociales. fuerza de simbolización y condensación queda re


Conjuntos estructurados de creencias están ducida a pequeños espacios de lo simbólico; por úl
fuertemente incorporados en los rituales y ceremo timo, la tremenda fuerza social del ritual, identifi-
y determinante de roles,
"cheputo"
nias registrados en Chiloé, tales como el cadora con el grupo se

(para purificar los corrales de pesca); la siembra de restringe.

la pincoya (para atraer la fertilidad a las playas); el Con todo, el gesto efectivo mantiene funcio
azote del pahueldún (eliminación del trauco trans nes primordiales, tales como su carácter eficaz —lo

32
que hemos visto como transmutación de lo simbó económicas y sociales.
lico en señal física— y su papel de instancia objeti-
El sistema de creencias de Chiloé ha subsistido
vadora de la creencia, reafirmándola y otorgándole bajo claras condiciones de aislamiento y marginali
el poder de lo vivencial y de lo real. dad; bajo un sistema económico de recolección
Gestos tales como ponerse la ropa al revés co marina y autoconsumo; ba
agricultura orientada al
mo protección contra los brujos; instalar caparazo jo basada en los vínculos de
una estructura social

nes de centolla en los pórticos evitando la acción parentesco y vecindad. El sistema de creencias se
del trauco; o el empleo de elementos sincréticos, ha articulado a estas condiciones y ha representado
tales como escapularios con carbón, ajos, etc.; o un medio simbólico válido y de fuerte arraigo. Su
actos verbales, como contar los sueños tenidos con permanencia refleja una estrecha relación con las
el trauco impidiendo así la consumación del daño; condiciones de
imperantes en la zona. Su vi
vida
o empleando el lenguaje en nuevos niveles ininteli dependen fundamentalmente del
gencia y validez
gibles a través de "románceos", o el empleo de fór entorno y del grado en que, a partir de esquemas
mulas conjuradoras, etc., matizan la diaria al
vida seculares, sean capaces de interpretar las condicio
ser actualizados a medida que las circunstancias de nes reales.
la experiencia lo requieran. La creencia es inseparable de
Por su contexto.

tomar un ejemplo, de los con


consideremos uno
10.- EL PAPEL DE LA CREENCIA juntos simbólicos más arraigados: la brujería. Ella
tiñe aún con gran fuerza la percepción y la práctica
Al concluir esta visión parcial de la fenomeno de la vida social, atribuyéndosele una gran canti
logía de la creencia en Chiloé es necesario conside dad de alteraciones tanto físicas como sociales. De
rar su funcionalidad en la sociedad isleña. Una revi hecho se la vincula a gran parte de los problemas
sión adecuada requeriría traer a colación una gran que corroen lo que debería ser la normalidad en
cantidad de información relativa a la historia y so cada uno de sus planos. Su vigencia no puede con

ciología del archipiélago. Aún así, una interpreta siderarse sin tener en cuenta el medio social que,
ción funcional toparía con grandes escollos, pues por tomar algunos rasgos, se ha caracterizado por

las actuales condiciones de cambio cultural impo una heterogeneidad étnica que implica diferencias
nen dificultades que fácilmente llevarían a conclu de costumbre y provoca antagonismos; una socie
siones contradictorias. Nuestra perspectiva es más dad cuyas comunidades tradicionalmente han man
limitada y sólo pretendemos redondear algunas tenido poco contacto hacia el exterior y cuyas re
ideas sobre el tema. des sociales se basan en relaciones cara a cara ; una

Al observar la posición del sistema creencia] sociedad en la que el principio de reciprocidad ha


en el edificio cultural tenemos una clave para com jugado un importante papel. Es decir, la creencia

prender mejor su papel. El mundo creencial parti vista a la luz del gran juego de la vida social, con
cipa del universo de las representaciones y sirve de sus necesidades, tensiones, recelos, cooperaciones,
sustento a sus cristalizaciones más plenas, represen vicisitudes y conflictos, con normas y espectativas
tadas por los sistemas míticos, mágicos y religio que tanto se cumplen como se trasgreden. En este
sos. En Chiloé es el sistema de creencias fragmenta contexto, el temor a los brujos traduce la posibili
do quien ocupa gran parte de este espacio, pues ha dad de daños al mundo social ideal, percibida co
sido y en gran parte continúa siendo el único siste mo la acción de la antisociedad de los brujos, orga
ma que en las zonas rurales asume los importantes nizados, desconocidos y poderosos, quienes se si
papeles de dotar de significaciones los ámbitos na túan en un esquema mágico y provocan los quie

tural, y trascendente, influyendo decisiva


social bres e introducen la opacidad en la vida social. Las
mente en la configuración de las pautas y prácti alteraciones existen en la realidad, provocadas por
cas sociales. Los grandes marcos del mundo cre la práctica y contraviniendo los marcos ideales. Y
encial han mantenido su fuerza y han logrado con es esa realidad la que se interpreta a partir de dos

jugarse con otros sistemas tales como el catolicis idealidades opuestas; en efecto, la acusación sobre
mo e incluso la educación formal, conservando su brujería enlaza en una red analógica dos realidades
importancia simbólica y vivencial. (las alteraciones objetivas que sufre la experiencia
La plasticidad y capacidad de adaptación de individual y social, y las no menos objetivas rivali
los cuerpos de creencias les han permitido mante dades) y dos idealidades (el mundo social ideal y el
ner su vigencia a través de un uso altamente fun mundo de los brujos en su forma imaginaria). Esta
cional en relación a las condiciones ambientales, múltiple condensación asegurará a las creencias so-

33
bre brujería una alta funcionalidad intelectiva, lo tradicional que afecta a la mayoría de las mani
emocional y práctica. festaciones culturales, especialmente en la juven
Así, examinando las creencias en relación al tud. Si bien este proceso no es la actuali
nuevo, en
contexto aparece una clara conjunción entre los dad muestra una marcada aceleración por los fac-
rasgos objetivos de la y los marcos de
sociedad torcrames «endonados.
pensamiento e interpretación. Esta relación es fun En
este contexto, el sistema creencial, su vi
damental para cualquier juicio sobre el papel y va gencia, importancia y funcionalidad, sólo puede
lidez actual del mundo creencial, pues así como ser planteado desde una perspectiva global. Su fu
hay asociación entre brujería y social, la hay
vida turo no depende, ya de la coherencia interna del
también entre los seres míticos y las condiciones sistema o de su mayor o menor transmisión de una
ambientales o entre creencias sobre la fertilidad y a otra generación; depende del entorno, del desa
las tecnoeconómicas, etc.
condiciones rrollo armónico que logre o no alcanzar el archipié

Ahora en las circunstancias actuales del


bien, lago, de lo adecuado que resulten los nuevos mar
archipiélago, y como consecuencia de un proceso cos conceptuales que se están introduciendo, de la
con profundas raíces en el tiempo, los complejos calidad de las condiciones de vida y del grado de
lazos que unen el armazón sociocultural sufren el integración o marginalidad que se mantenga con la
impacto de la modernización. El aislamiento se sociedad nacional.

rompe,pero no necesariamente se termina la margi Dependiendo de la conjugación de tales facto


nalidad. La acción apabullante de los medios de res, la creencia tradicional podrá perder terreno y
comunicación, especialmente la televisión, alteran transformarse en un cuerpo estereotipado sin ma
los marcos de referencia y la visión del mundo, in yor vigencia y sólo con un valor emotivo e identi
troducen fuertes cambios en la mentalidad, valores ficado!, como ya ocurre en amplios sectores; o

y espectativas del habitante insular, cambios que bien continuar su proceso de alteración y subsistir
no tienen un correlato similar en las condiciones selectiva y adaptativamente en determinados luga
de vida. Entre las múltiples consecuencias de tal si res; o ser simplemente reemplazada por el caudal
tuación se destaca el proceso de desvalorización de de manipulación simbólica proveniente del exterior.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

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