Cultura y Creencia en Chiloe
Cultura y Creencia en Chiloe
Fernando Slater S.
1.- INTRODUCCIÓN
La realidad sociocultural de Chiloé se presenta terística está dada por el desmenbramiento morfo
a los ojos del resto del país con una fisonomía par lógico. En elarchipiélago, formado por la Isla Gran
ticular y dotada de una identidad característica. de y una gran cantidad de islas situadas entre ésta
Esta visión se nutre por diferentes vías, desde el es- y el continente, se pueden distinguir tres áreas: la
terotipo caricaturesco del chilote hasta una ideali costa occidental, abrupta y continua; una faja
zación mistificadora de su modo de vida, sin dejar montañosa central, relativamente alta y que des
de anotar la vertiente de los prejuicios y discrimi ciende hacia el este; y la costa oriental y el archi
Dicha situación es singularmente válida en la, con la mayor concentración de población y ver
aquel aspecto de la cultura que con mayor vigor se dadero corazón de Chiloé.
menciona como distintivo del hombre del archipié El medio atmosférico se caracteriza por la
marco general para abordar el mundo creencial, ponde al tipo de "selva fría", destacando los gran
otros tantos modos de existencia de la creencia. Es por la faja montañosa que detiene la acción de los
así como, junto con insertarla en el contexto social fuertes vientos provenientes del océano.
cultural del se busca delimitar los El mar constituye el gran ámbito del entorno
y que participa,
grandes ejes que la van definiendo como represen chilote. No existe ningún lugar que diste más de 25
trazos de la teoría y práctica del mundo creencial no y manteniendo una gran proximidad con la na
de Chiloé. Por este motivo el enfoque adoptado se turaleza en su quehacer cotidiano. La relación
centra más en la interpretación de algunos aspectos hombre-medio es la primera coordenada que defi
lógicos, fenomenológicos y culturales de la creen ne al mundo cultural de Chiloé. La cultura tradi
cia, antes que en una exposición descriptiva de sus cional rural debe ser considerada como un sistema
llado en un marco geográfico cuya principal carac la del altiplano, se ubica entre las más subdesarro-
21
liadas del país. Las causas fundamentales son la es jo comunitario con retribución por "vuelta de ma
no"), los (regalo de alimentos de parte de
"llocos"
tructura agraria contrastada que ha hecho prolife-
rar las micropropiedades en la zona oriental; la so una familia a sus relaciones y amistades).
brecarga demográfica crónica que atomiza las ex Ahora bien, lostradicionales de vida
modos
jas condiciones de vida en la zona rural, cuyos ha rencia alterando pautas y valores. Las configura
bitantes representan alrededor del 60°/o del total ciones seculares ceden ante la progresiva integra
de la provincia (censo de 1 982). ción al continente. Todo ello confiere a Chiloé una
El aislamiento secular de la región es otra co gran complejidad en el campo cultural, pues no to
definirá a este mundo dos los sectores se ven afectados en igual forma ni
ordenada que cultural, man
tenido y conservado gracias a la marginalidad del ■tampoco la modernización se encauza en los senti
La población primitiva de Chiloé estaba com de relacionarse con el mundo, el medio y la socie
puesta por diferentes grupos étnicos, producto de dad, y correlativamente altera su universo concep
diversas migraciones, ellos, los huilliches (nor tual y
entre simbólico.
pañola se lleva a cabo en el siglo XVI alterando los 3.- MITOLOGÍA Y CREENCIA
de va un alto grado de
deja al indígena bajo el dominio hispano y la ac proceso alteracióncultural,
ción evangelizadora se extiende por la región. La riabilidad, fragmentación y descomposición. Más
cultura indígena recibe en mayor o menor medida que constituir un horizonte mitológico en plenitud,
neidad étnica. De tal modo, hasta hoy la población do basamento cultural e institucional, se ha visto
que a
chilota suele dividirse en "naturales", mestizos y afectada por las sucesivas transformaciones
blancos (Cárdenas, 1978: 23; Azocar, 1967: 66). todo nivel provocaron la el ulterior de
conquista y
El mundo rural chilote estará así enmarcado sarrollo histórico del archipiélago. Al sufrir el
im
tres coordenadas fundamentales: la pacto hispano-cristiano se inicia una
supervivencia
por orienta
ción adaptativa; la marginalidad y aislamiento; y la azarosa, diluyéndose ciertos marcos sociales que la
fusión y sincretismo como distintivos de sus confi sustentaban y perdiendo algunas de sus caracterís
propiedades entrega la clave de las relaciones socia mestizaje y al sincretismo, se ve alterado en sus
la condición socioeconómica y por el origen étni permanecen y se adaptan a las nuevas condiciones.
co, mientras que las relaciones de vecindad inser En efecto, este acervo mítico se mantendrá como
tan al chilote dentro de una red de derechos y de centro del sistema de representaciones insular,
sien
22
El circule entre distintos niveles estratégicos, pues la
de permanencia, no obstante, ofrece
modo
transformaciones notables. Dado que la mitología creencia es código, sistema y creación intelectual,
se fragmenta y atomiza sus elementos constituti pero también es patrimonio compartido y convic
y
íntima; es asentimiento nocional pero toma
vos se dispersan, el pensamiento mítico se expresa ción
una menor estabilidad interna. El relato mítico da también se manifiesta en conductas y objetos, y
así origen a un vasto sistema creencial que man deviene en fundamento para la costumbre y para la
tendrá vigencia y funcionalidad para el habitante receta social, impregna de sentido la vida diaria,
del archipiélago. Sin duda, que en toda tradición está siempre presente, actualizándose y transmitién
dose, y dota individuo del de signos,
y diversos corpus de
al repertorio
coexisten el relato mítico
valores requeridos para su relación
creencias asociadas, ya sea integrando la narración proposiciones y
o como subproductos (Belmont 1971: 109); pero, con los otros y con su entorno.
la creencia, será este repertorio de proposiciones el proposición acerca del mundo valorada como ver
thrauco o la pincoya,
significativas.En efecto, la cultura, entendida co
"No existe el sino thrau-
mo un conjunto de sistemas significantes, media la
y (Azocar 1967: 63). Esta afirma
pincoyas"
cos
relación entre el hombre y el mundo; no hay rela
ción revela bien la situación aludida: el horizonte
ción directa entre la realidad y lo pensado sin la
mítico se presenta diversificado y aproximado a
instauración entre ambos de un esquema concep
una filosofía natural cuyas proposiciones se cir
La riqueza y vigencia del mundo creencial de existentes o postulados entre las cosas, continuan
Chiloé imponen un acercamiento a este dominio do así la dominación simbólica del mundo. La per
en base a sucesivas aproximaciones que nos sitúen cepción y concepción de los entornos se va confi
cia. Este objeto no sólo soporta varias 'lecturas", la materialización de un movimiento perpetuo de
sino que obliga a una aprehensión múltiple que exploración de las capacidades significantes ofreci-
23
das por la realidad.
(Lévi-Strauss, 1964: 315). Lo del signo, ex
propio
La amplitud del concepto obliga a segmentar
presar una cosa por otra y dentro de
su existencia
la noción de creencia. Hay creencias básicas, muy una sistomacidad, son la clave en la constitución de
cercanas al rúvel de la experiencia, con un alto gra
los universos significantes. Un signo, perteneciente
do de aceptación, referidas principalmente a los
a un primer sistema, puede permutarse por
otro,
constreñimientos ambientales del sistema tecno-
de un nuevo sistema, en virtud de la homologación]
económico Se trata de proposiciones
o social.
Basta las relaciones establecidas
con considerar que
acerca del limitadas a aspectos más bien
mundo
por ese primer signo con los otros dentro del siste
descriptivos, situadas por lo general al interior de ma original son equivalentes a las sostenidas por un
un sólo campo semántico dentro de los estrechos segundo signo en otro conjunto. La
sistematicidad,
márgenes de un ámbito aislado de la experiencia.
definida por relaciones opositivas, permite compa
Si bien estas proposiciones constituyen una rar y asemejar ámbitos diferentes, pues la semejan
parte importante de los modos de concepción del za no radica en los contenidos sino en su organiza
mundo, no cabe duda que ellas no agotan la rique ción formal. Este movimiento analógico faculta la
za de lo creencial. Igualmente, lo que intuitivamen
traducción de un sistema en otro, a tiempo que,
te "creencia em
popular"
percibimos como
por el sólo hecho de confrontarlos, se opera el des
—por
la perspectivainterna de quienes participan de ellas; ginario es salvada por la homologación que permite
no obstante, esta discontinuidad nos permite ex pensar una cosa en función de otra, la vida y la
plorar los mecanismos generativos del mundo muerte en términos de las mareas y su ciclo, resca
creenciaL (El término creencia lo emplearemos en tando así la coherencia lógica aparentemente au
lo sucesivo para referirnos al conjunto de proposi sente.
cuanto potencial de significaciones, ataca a su ob sistema de creencias. Los múltiples lazos postula
jeto de las propiedades sensibles, muy cer
a nivel dos entrelos entornos naturales y sociales, o al in
cano a lo concreto. La organización del mundo se terior de cada uno, permitirán el trabajo lógico y
instaura a partir de la incorporación de los elemen simbólico de concebir y representar el mundo y la
tos y conjuntos, tendiendo una red que de
a clases experiencia (Godelier, 1978: 325).
fine los cortes, los principales hitos de di
grandes Pues bien, la creencia mítica, tal como aparece
pina, aparece guiado en su acción de dorrúnio inte nes postuladas por el esquema conceptual
y su ca
lectual del mundo por un principio fundamental: pacidad de extensión antes mencionada. Toma su
la capacidad ilimitada de extensión del simbolismo fuerza y sentido de este sustrato fundamental y es
24
la de actualizar estas "representaciones invariantes, que se expre
madura"
encargada o propiedades
base diferentes
"códigos" "léxicos"
ciadas a las categorías de animales. Las creencias . la forma de una proposición. (Los términos han si
relativas a las características, orígenes, manifesta do adoptados del análisis del relato mítico. Cf. Lé
y aparición de los
"pullis"
ción -animales míticos
vi-Strauss, 1968: 199).
que intervienen en la formación del rebaño-
no Por otra parte, las creencias no sólo se limitan
pueden entenderse sino en relación a un conjunto a actualizar o dotar de contenidos a los marcos
de basadas en otras categorías. Los "pu permiten salvar las imperfec
creencias conceptuales; también
llis"
y sus crías, que son aquellas que muestran un ciones o deficiencias de éstos. Ninguna clasificato-
mejoramiento del tipo con respecto al común, se ria permite superar la distancia que media entre la
insertan en un sistema que incluye las creencias cantidad ilimitada de elementos que pueblan el en
vinculadas a los animales normales, a los animales torno físico y de un grupo y el acervo de
social
"piuchén"
-en sentido genérico son animales de significados de dispone para hacerlos inteligi
que
generados que aumentan, desarrollan o exageran
bles (Lévi-Strauss, 1971: 40). Este desfase entre
naturales-, y a los animales
"nación"
titativos en sus miembros (Azocar, 1967: 62; Cár refractarios a la categorización, ya sea por estar si
denas y Trujillo, 1978: 74). El corpus de creencias tuados ambiguamente entre límites, o bien porque
basadas en estas categorías, que hablan de peligros, no han tenido cabida o representan situaciones
precauciones, daños, etc., tienen por función nuevas en la experiencia. El mundo creencial, tan
ac
categorías
cesiva de sus potencialidades cualitativas. Se trata presa solamente relaciones de homología y seme
de límites no siempre claros, pues los hijos de "pu janza entre ámbitos diversos; una gran parte de las
al tipo proposiciones son de tipo determinista y estable
y la variación que manifiestan respecto
llis"
común se acercan peligrosamente a la anormalidad. cen nexos causales entre una cosa y otra. Este
de-
Lo normal se ubica en lo que se puede llamar "la tenriinismo diferentes grados, que van des
admite
justa medida"; la especie puede mejorar pero ello de la simultaneidad ("un hombre muere en la mis
no está desprovisto de riesgos. Igualmente, el
"piu ma marea en que ha nacido"), pasando por el pre
su proyección no armónica de atributos, sagio que actúa como indicador de un hecho futu
y
chén"
soportar. Este sistema rector da sentido a las creen Nos encontramos, pues, en presencia, por una
cias particulares, pues no se trata ya del significado parte, deuna aprehensión del determinismo como
lo mismo con los esquemas que la generan y que nos de estímulos o señales físicas (Leach, 1978: 40).
les otorgan su eficacia. El sistema que rige a las cre El primer aspecto, que alcanza su máxima ex
encias se encuentra a este nivel subyacente, cuyos presión en las creencias mágicas
y su sobredetermi-
oposiciones constituirán su "ar nismo, tiene la virtud de establecer los logros prác-
ejes, definiciones y
2S
ticos de la creencia. No cabe duda que muchas de tante; el picaflor, anunciando la llegada de un hijo,
ellas representan descubrimientos válidos de rela etc., son ejemplos de esta condensación significan!
ciones objetivas, aunque no deben ser considera te, de esta estrecha relación propuesta entre
el que
das como una ciencia primitiva, sino como una hacer humano y las aves, merced a la cual éstas in
"metaciencia", un sistema diferente en sus medios, dican, previenen y condicionan al primero.
objetivos y logros (Vallée, 1980: 48). Por otra parte, los agoreros se vinculan direc
El segundo aspecto, la traducción de lo simbó tamente con una forma de conocimiento de lo na
lico en términosde señales físicas, deriva del ante tural que sitúa a las aves como indicadores de lis
rior. La descubre vínculos lógicos y los
creencia condiciones atmosféricas. Este papel universal
asig
expresa como relaciones físicas. Allí donde el inte nado a las aves no está ausente en Chiloé; cambios
lecto capta isomorfías que permiten la extensión de climas, de estaciones y variaciones térmicas son
del simbolismo, la creencia postula una contigüi indicadas por la cotuta, el picamolino o el fraile.
dad causal que transmuta la metáfora en señal. Tales asociaciones se basan en la observación aten
Ilustraremos esta exposición con uno de los ámbi ta de ciertas regularidades de la naturaleza. Los pá
tos creenciales de mayor riqueza en Chiloé: los pá jaros operan como si fuesen indicadores naturales,
jaros agoreros. seleccionados como tales al atribuírseles un víncu
lo objetivo con aquellas situaciones ambientales
5.- LOS AGOREROS. que representan. Corresponden a lo que anterior
mente denominamos proposiciones básicas.
Si bien la creencia tiene a la analogía como Bien puede considerarse que este primer nivel
principal operador, su identificación y reconstruc de asociación más o menos objetiva de aves con ta
ción es compleja. Junto con la dificultad inherente les fenómenos entrega el modelo para ope
o cuales
a la descodificación del mecanismo simbólico, en rar la extensión de su rol significante hacia otros
el caso particular que nos ocupa aparece una con ámbitos. En efecto, dicha asociación da un punto
dicionante suplementaria: gran parte del mundo de partida para su empleo ya no como simples in
creencial representa la atomización de un universo dicadores naturales, sino como unidades expresivas
mitológico que aprehendemos al final de un largo articuladas en un eje eminentemente metafórico.
interpretativos de sus mecanismos lógicos. Tal es el trucción de este proceso es necesario acudir de lle
caso de los pájaros agoreros. no a una etnozoología que ilumine el sistema orni
y peculiaridades de cada especie sirve de platafor No obstante, la relación analógica puede ilus
ma para la configuración de toda una dimensión trarse con creencias cuyos contenidos muestran
simbólica. Las aves agoreras, anunciadoras de pre una mayor transparencia. "Cuando un sólo jote,
sagios, ligan firmemente el ámbito de la naturaleza inmóvil (. .
.) se alza sobre un caballete, significa
con el de la experiencia humana, social e indivi que muy pronto fallecerá un individuo del pueblo,
dual. Los agoreros tienen la virtud de entrelazar de muy escasos recursos (Quintana,
económicos"
dentro de un sistema unitario tanto la actividad, 1972: 134); la presencia de dos o tres de ellos im
sucesos y proyectos humanos con el constante fun plica que la víctima será de mediana o mayor for
cionamiento del mundo natural. Precisas leyes y tuna. Otra creencia asigna igual papel a los
'frailes'
dependencias van estableciéndose así entre el hom que, al volar asemejando un cortejo camino del ce
bre y los acontecimientos naturales.
menterio, presagian la muerte (Plath 1976: 81).
El agorero se define por un eje analógico que Los diversos contenidos y correlaciones que aflo
asocia la presencia o conducta de un ave con un ran en estos ejemplos cañoneros,
—vida, muerte,
suceso de la esfera humana. Implica,
pues, la codi cantidad, riqueza, etc.-
ejemplifican la asociación
ficación y decodificación de elementos del entorno entre lo humano y lo natural, y tienden un puente
que pasan a ser interpretados como indicadores de para que el carroñen) indicador natural de la pre
,
las propiedades de un futuro individual o colectivo. sencia de la muerte, pueda cumplir esa misma fun
El naneo, posado en las estacas en el plano del devenir del hombre. La fuerte
y anunciando ción
muerte; el pitío, previniendo la llegada de un visi- condensación simbólica que genera la creencia se
2B
ha logrado a partir de la metonimia y la metáfora. causas y efectos y adquiere no sólo una función
Esta operación parece ser el modelo de la fun expresiva sino también la de agente eficiente.
postuladas entre dos ámbitos faculta para trasladar ciado está provocado por causas desconocidas o
elementos desde uno al otro sin variar la naturaleza por acción de la brujería. Como sea, el encadena
de su función. Esto implica la conversión de una miento de causas se articula de lleno en mecanis
en un que au
analogía (elaboración intelectual) en indicador na
mos mágicos, sobredeterminismo
lo (Lévi-
tural (relacionado por naturaleza al mensaje), menta lo necesario y reduce contingente
inteligibuización del
un valor de comunicación y una posible evitación
Ahora bien, la mensaje
libre de del acto no altera ía ocurrencia de los sucesos. No
agorero no está ambigüedades y ofrece una
Metonimia
Metáfora
SEÑAL
Dentro de un ANALOGÍA
marco mágico
el agorero es
de la Establecimiento de
parte
asociaciones
cadena causal
simbólicas entre el
mundo natural y el
social
Causalidad
INDICADOR
AGORERO
Analogía faculta la
acción del ave como
indicador de asuntos
humanos
27
Este esquema tentativo ilustra el sistema de el sometimiento a experimentación.
miento del entorno desembocan en la selección de mento esencial. La organización interna de un cor-
indicadores naturales que, a través de la postula pus de creencias sólo puede alcanzarse en un plano
ción de analogías, se convierten en indicadores de subyacente y considerando las diferencias como
asuntos humanos. Finalmente el agorero queda in transformaciones lógicas. Aún más, las diversas va-
cluido en un circuito de causalidad. liantes, a medida que se ordenan y contraponen,
Esta gran armadura de las creencias agoreras muestran varios niveles de semejanza, revaladores
deberá servir de base para el estudio de los códigos de ciertas propiedades invariantes cuya amplitud y
particulares que en cada caso particular estructu persistencia dependen del nivel de abstracción o
ran las diversas proposiciones. Además, a partir de particularidad en que se sitúe el análisis.
este esquema puede ampliarse el mundo simbólico De este modo, los distintos grupos de creen
incluir dimensiones próximas, tal
"armadura"
de las aves para cias poseen una que resume propieda
como las aves participantes de la brujería (Bauda, des comunes a las distintas versiones. Éstos ele
lo una parte de su fenomenología; es preciso abor eje incluye como polos el reclutamiento del perso
darla ahora en algunos aspectos vinculados a su naje —su génesis, creación o transformación para
conversión desde estructura a acontecimiento, es ser empleado en las actividades de los brujos-, y la
decir tal como aparece en la experiencia y práctica. posible eliminación del mismo —su muerte o des
Un puente entre ambos espacios está dado por la trucción—. Un segundo eje estará dado por las
variabilidad. condiciones positivas que permiten o facilitan el
Las creencias son eminentemente variables, su cumplimiento de la función auxiliar de cada agen
formulación se presenta inestable incluso dentro te, y las condiciones opuestas que previenen o im
de ámbitos sociales reducidos. Esto puede com piden logro de tales funciones. Este eje, visto
el
canismo oral de transmisión, pero también respon la oposición correlativa entre mal-bien, connotan
de a la acción de otros factores tales como la fuer do también la oposición entre el mundo de los bru
za vivencia! asociada, la reinterpretación e incluso jos y el mundo social normal.
RECLUTAMIENTO
CONDICIONES CONDICIONES
FAVORABLES
OPUESTAS
(bien, protección) (mal, daño)
DESAPARICIÓN
21
El esquema, ubicado el rtível más en to de recuperación del contenido, recurriendo para
general,
cierra en sí los rasgos básicos de concepción de en ello a la experiencia y a la vivencia personal. El res
fermedades y alteraciones sociales, a saber, subver cate más o menos azaroso tiene como consecuen
sión del orden físico o social, agentes provocado cia el aumento en el grado de incertidumbre del
res, acciones preventivas o de reparación, reinstau sistema (en el sentido de la teoría de la informa
ración dé la normalidad. Igualmente sitúa al indivi ción) rompiendo la ortodoxia y provocando con
duo dentro de un modelo actancial, con la presen tradicciones e incluso la confusión entre seres míti-
asociadas a un determinado personaje presentan a reconsiderados como una fauna natural, poco co
su vez ciertos contenidos, atributos y característi nocida y radicada en zonas remotas. Sin embargo,
cas particulares. Considerándolas como un subcon- las grandes armaduras, firmemente interiorizadas,
junto del grupo mayor también se apueden aislar son lo suficientemente capaces de actuar como re
ciertas propiedades invariantes de extensión más glas gramaticales, orientando en grandes líneas la
restringida. Sucesivamente, a medida que se tome conformación de las creencias. El sistema pierde ri
especificaciones será posible a su vez aislar tales ar ocupa el vacío y otorga al espacio creencial una
maduras en diferentes niveles, mediante un proce gran capacidad de adaptación y una plasticidad ap
so permanente de combinación de semejanzas y di ta para modelar el acontecer diario y la percepción
ferencias. Esta operación, que resulta cómodo ima del mundo. El hecho antes señalado que sitúa al
forma
"caso"
ginar como una serie de círculos concéntricos des como principal narrativa es altamen
de una mayor a una menor generalidad, permite te ilustrativo, pues en tales relatos las armaduras
23
mentales. Al evaporarse la integridad del conoci cedáneo válido, de la carencia de objetivación per
miento será lo vivido quien entregará los elementos sonal. Lo vivido, sea propio o ajeno, se convierte
sensibles que coparán los vacíos. en requisito para el buen status de una afirmación.
Por otra parte, esta recurrencia a lo concreto La experiencia no es suplementaria; es poco menos
consigna a la creencia como un asentimiento real que imprescindible y conlleva una actitud casi em-
antes que meramente nocional (Lisón, 1979: 382). pirista. Se busca su realización y se evalúan los re
En efecto, no es sólo una proposición, no es algo sultados, por ejemplo, de tal o cual anuncio agore
por el es un elemento del acontecer indi que, antes del fallecimiento de su mujer, veía todas
contrario,
es cotidiana y cercana, se sitúa en las tardes un pájaro que se posaba en la ventana de
vidual y social,
hay
"chiuque"
casos y hechos reales. Está instalada entre persona su casa; actualmente un que repite
en
tonces los carabineros lo encerraron con reja y to Esta disposición integran
escrutadora es parte
"aquel patrón de iglesia que le corrían que era bru duda, a tiempo que la pervivencia de las armaduras
(Meulín). Está fundamentales y la disolución paulatina del léxico
lucecita"
jo y que fue visto con una
ubicada en lugares precisos: "En Apiao también la solicitan.
fondea el Caleuche y fondea en el lugar que le di
cen Agüichicao que está en la parte del lado del es 8.- CREENCIA Y CONVICCIÓN
(Apiao).
te"
Este vigor circunstancial nos acerca a otra ca La creencia implica asentimiento y definición
racterística básica de la creencia: la necesidad de ante la veracidad de lo enunciado. FJ "sistema de
actualización. No sobrevive si no se manifiesta em creencias"
y de
sí mismo comprobando su ocurrencia.
partir del repertorio de su grupo social su pro
La creencia está permanentemente al acecho
pia experiencia para jerarquizar su convicción ínti
del acontecer para apropiárselo einterpretarlo. El ma. Ante las creencias se sostendrá desde la abso
mundo es visto desde la creencia, se percibe la rea
luta seguridad y convencimiento hasta la duda,
lidad a partir de este bagaje cultural mediador en neutralidad o negación. El escepticismo suele afec
tre hombre y experiencia. Así, "ante la aparición tar de pero se
segmentos algún campo creencial,
de luces en el mar no queda más que reconocer la salvaguarda la de esquemas fundamenta
veracidad
presencia del (Quenac). La
caleuche"
creencia mu
les. Tal es, por ejemplo, lo expresado en cierto ca
chas veces se demuestra a sí misma, encontrando so en que se duda de la brujería dado que, habien
en lo real su reflejo empírico.
do recurrido a la acción de un curandero para ali
De tal modo, ella estructura toda una visión viar un "mal tirado", se descubre que "todo era
del mundo, deriva y traduce esquemas cognitivos "ha
y negocio", pues quien curaba era el mismo que
es parte integrante de la percepción. cía el
mal"
30
la esfera de la convicción. La plasticidad, al abrir el creído mediatizando la relación entre individuo y
sistema y aumentar la
"variedad"
incorporada, in creencia, tienen la virtud de sacar a la luz algunos
desencuentro que impide que un sistema alterado futación. Además, es índice del reconocimiento
encuentre su estabili
hacia la experiencia ajena y hacia la acción de un
y
externamente-
—interna
da de una ignorancia personal provocada por la di te del grupo, pues se articula con aquellas ocasio
solución de la ortodoxia. La duda asume connota nes en que la creencia aflora al discurso de cada
ciones singulares: desconocimiento antes que con cual para ser comentada e intercambiada en velo
que desaire a una experiencia ajena; otras veces tra La referencia a "los antiguos", por su parte,
duce una actitud ecléctica pero sin rechazo a la tra también implica el patrimonio común al insertar la
dos para revelar el grado de convicción, éstos ofre riqueza y coherencia del mundo creencial. La recu
cen una ilustración de los mecanismos en que se in rrencia a las generaciones antiguas conjuga el es
serta la credibilidad. Usualmente se conjugan el plendor de una tradición con el respeto, y vincula
mitología, Se la
sí"
(Quenac).
El
"dicen"
y la referencia a "los
antiguos"
re
ciones colectivas, tal cual aparecen hoy en Chiloé,
cohesiona-
están fuertemente modulados por los aspectos re
presentan y
una urdiembre articuladora
feridos. La persistencia de algunos esquemas fun
dora de la exposición. Sin duda, en gran parte son
damentales y la fuerza con que este horizonte cul
indicadores de una actitud defensiva y de toma de
tural enmarca las del hombre con el me
relaciones
distancia inherentes a la revelación de una convic
ción íntima. La formulación de una creencia arrai dio, la sociedad y lo trascendente, asegura aún un
grados variables de desconfianza frente al receptor. lar una ortodoxia simbólica y ritual, pues la altera
te como un gran cuerpo teórico, pero cada vez re sistema de representaciones. Si bien tanto su ejecu
saltan con mayor fuerza otros de sus atributos. La ción como la existencia de especialistas forman
sólo como lo que hemos denominado reflejos em proceso de evangelización ha dado origen a un pro
píricos, sino principalmente como comportamien fundo sincretismo, a tiempo que la liturgia católica
to guiado por y para la creencia. En esta nueva di ha ocupado con gran lugar reservado a
impulso el
ción y recetas sociales; ofrece una base para la to de muy bien a las necesidades de un mundo cultu
ma de decisiones y constituye un referente válido ral altamente ritualista que, afectado por el des
miento de los otros. La creencia permite, prohibe con los aspectos formales del catolicismo (Cf. Azo
te quien está reputado como brujo; se evitarán cier al sistema creencial alterado como eje del mundo
Todas estas conductas y actitudes representan percutido en el plano ritual. Aparecen así lo que
"gestos de la creencia, puesto que tie podemos denominar "gestos como co
efectivos"
expresivos"
nen la virtud de hacerla manifiesta sin que necesa rrelatos rituales de la atomización de la creencia.
riamente los guíe tal intención. Pero la dimensión El gesto efectivo consistirá en un comportamiento
práctica de lo simbólico alcanza su mayor plenitud expresivo, pero que los usuarios consideran eficien
a medida que el comportamiento adquiere un ca te, con claro carácter intencional y que no partici
cias participan de conductas formalizadas que tra una segmentación y adaptación de la experiencia
ducen importantes valores del saber tradicional, y ritual en varios sentidos. En primer lugar es un re
cuyas implicancias van más allá de la mera exterio- sabio del ritual porque su manifestación material
rización del ámbito creencia], puesto que son un (comportamientos) equivalen a fragmentos de una
medio de acción sobre el mundo y de reafirmación serie ordenada de acciones; en segundo lugar, su
la pincoya (para atraer la fertilidad a las playas); el Con todo, el gesto efectivo mantiene funcio
azote del pahueldún (eliminación del trauco trans nes primordiales, tales como su carácter eficaz —lo
32
que hemos visto como transmutación de lo simbó económicas y sociales.
lico en señal física— y su papel de instancia objeti-
El sistema de creencias de Chiloé ha subsistido
vadora de la creencia, reafirmándola y otorgándole bajo claras condiciones de aislamiento y marginali
el poder de lo vivencial y de lo real. dad; bajo un sistema económico de recolección
Gestos tales como ponerse la ropa al revés co marina y autoconsumo; ba
agricultura orientada al
mo protección contra los brujos; instalar caparazo jo basada en los vínculos de
una estructura social
nes de centolla en los pórticos evitando la acción parentesco y vecindad. El sistema de creencias se
del trauco; o el empleo de elementos sincréticos, ha articulado a estas condiciones y ha representado
tales como escapularios con carbón, ajos, etc.; o un medio simbólico válido y de fuerte arraigo. Su
actos verbales, como contar los sueños tenidos con permanencia refleja una estrecha relación con las
el trauco impidiendo así la consumación del daño; condiciones de
imperantes en la zona. Su vi
vida
o empleando el lenguaje en nuevos niveles ininteli dependen fundamentalmente del
gencia y validez
gibles a través de "románceos", o el empleo de fór entorno y del grado en que, a partir de esquemas
mulas conjuradoras, etc., matizan la diaria al
vida seculares, sean capaces de interpretar las condicio
ser actualizados a medida que las circunstancias de nes reales.
la experiencia lo requieran. La creencia es inseparable de
Por su contexto.
ciología del archipiélago. Aún así, una interpreta siderarse sin tener en cuenta el medio social que,
ción funcional toparía con grandes escollos, pues por tomar algunos rasgos, se ha caracterizado por
las actuales condiciones de cambio cultural impo una heterogeneidad étnica que implica diferencias
nen dificultades que fácilmente llevarían a conclu de costumbre y provoca antagonismos; una socie
siones contradictorias. Nuestra perspectiva es más dad cuyas comunidades tradicionalmente han man
limitada y sólo pretendemos redondear algunas tenido poco contacto hacia el exterior y cuyas re
ideas sobre el tema. des sociales se basan en relaciones cara a cara ; una
prender mejor su papel. El mundo creencial parti vista a la luz del gran juego de la vida social, con
cipa del universo de las representaciones y sirve de sus necesidades, tensiones, recelos, cooperaciones,
sustento a sus cristalizaciones más plenas, represen vicisitudes y conflictos, con normas y espectativas
tadas por los sistemas míticos, mágicos y religio que tanto se cumplen como se trasgreden. En este
sos. En Chiloé es el sistema de creencias fragmenta contexto, el temor a los brujos traduce la posibili
do quien ocupa gran parte de este espacio, pues ha dad de daños al mundo social ideal, percibida co
sido y en gran parte continúa siendo el único siste mo la acción de la antisociedad de los brujos, orga
ma que en las zonas rurales asume los importantes nizados, desconocidos y poderosos, quienes se si
papeles de dotar de significaciones los ámbitos na túan en un esquema mágico y provocan los quie
jugarse con otros sistemas tales como el catolicis idealidades opuestas; en efecto, la acusación sobre
mo e incluso la educación formal, conservando su brujería enlaza en una red analógica dos realidades
importancia simbólica y vivencial. (las alteraciones objetivas que sufre la experiencia
La plasticidad y capacidad de adaptación de individual y social, y las no menos objetivas rivali
los cuerpos de creencias les han permitido mante dades) y dos idealidades (el mundo social ideal y el
ner su vigencia a través de un uso altamente fun mundo de los brujos en su forma imaginaria). Esta
cional en relación a las condiciones ambientales, múltiple condensación asegurará a las creencias so-
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bre brujería una alta funcionalidad intelectiva, lo tradicional que afecta a la mayoría de las mani
emocional y práctica. festaciones culturales, especialmente en la juven
Así, examinando las creencias en relación al tud. Si bien este proceso no es la actuali
nuevo, en
contexto aparece una clara conjunción entre los dad muestra una marcada aceleración por los fac-
rasgos objetivos de la y los marcos de
sociedad torcrames «endonados.
pensamiento e interpretación. Esta relación es fun En
este contexto, el sistema creencial, su vi
damental para cualquier juicio sobre el papel y va gencia, importancia y funcionalidad, sólo puede
lidez actual del mundo creencial, pues así como ser planteado desde una perspectiva global. Su fu
hay asociación entre brujería y social, la hay
vida turo no depende, ya de la coherencia interna del
también entre los seres míticos y las condiciones sistema o de su mayor o menor transmisión de una
ambientales o entre creencias sobre la fertilidad y a otra generación; depende del entorno, del desa
las tecnoeconómicas, etc.
condiciones rrollo armónico que logre o no alcanzar el archipié
y espectativas del habitante insular, cambios que bien continuar su proceso de alteración y subsistir
no tienen un correlato similar en las condiciones selectiva y adaptativamente en determinados luga
de vida. Entre las múltiples consecuencias de tal si res; o ser simplemente reemplazada por el caudal
tuación se destaca el proceso de desvalorización de de manipulación simbólica proveniente del exterior.
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