Guía de Autoestudio Noveno Grado
Contenido 4. Medidas para reducir la vulnerabilidad, amenaza antes situaciones de riesgo de
fenómenos, naturales, antrópicos Europa, Asia, África y Oceanía
Europa: Medidas y eventos ante fenómenos naturales y antrópicos
Europa, a pesar de ser un continente con infraestructura avanzada, también ha sido
escenario de eventos naturales y antrópicos graves. Por ejemplo, en abril de 2009, la ciudad
italiana de L’Aquila sufrió un fuerte terremoto de magnitud 6.3 que causó la muerte de más
de 300 personas y dejó miles de damnificados, además de grandes daños al patrimonio
cultural. Más recientemente, en julio de 2021, fuertes inundaciones afectaron regiones de
Alemania y Bélgica, dejando más de 180 muertos y exponiendo fallos en los sistemas de
alerta temprana ante lluvias extremas.
En el sur del continente, particularmente en Grecia y Turquía, se han enfrentado incendios
forestales intensos, como los ocurridos en agosto de 2021, agravados por olas de calor
extremo vinculadas al cambio climático. También se registró un terremoto devastador en
febrero de 2023 que afectó principalmente a Turquía, pero tuvo impacto en parte del sureste
europeo, causando más de 50,000 muertes.
Aunque menos frecuentes, los accidentes industriales también representan un riesgo. Un
ejemplo fue el ocurrido en el Puerto de Huelva (España) en diciembre de 2004, donde una
explosión en una planta química generó preocupación ambiental.
Asia: Región altamente vulnerable a fenómenos extremos
Asia es el continente más expuesto a terremotos, tsunamis, ciclones y conflictos antrópicos.
Uno de los eventos más catastróficos fue el tsunami del 26 de diciembre de 2004, originado
por un terremoto de magnitud 9.1 frente a la costa de Sumatra. Este desastre afectó a países
como Indonesia, Tailandia, India y Sri Lanka, y causó más de 230,000 muertes.
En mayo de 2008, el ciclón Nargis golpeó violentamente a Myanmar, causando la muerte
de más de 138,000 personas y dejando millones de desplazados. Tres años después, en
marzo de 2011, Japón vivió un terremoto seguido de un tsunami que desencadenó la crisis
nuclear de Fukushima, uno de los peores accidentes nucleares desde Chernóbil.
En el sur de Asia, Pakistán ha sido víctima de inundaciones severas, como las ocurridas en
octubre de 2022, que afectaron a millones de personas y provocaron cerca de 1,700
muertes. Asia occidental también fue impactada por el terremoto de febrero de 2023 que
destruyó partes de Siria y Turquía.
África: Vulnerabilidad frente a desastres naturales y conflictos humanos
África enfrenta amenazas tanto naturales como antrópicas. En febrero del año 2000, el
ciclón Eline provocó graves inundaciones en Mozambique, dejando más de 700 muertos y
afectando la infraestructura del país. A esto se suma la constante amenaza de sequías
severas, como la que afectó al Cuerno de África (especialmente Somalia, Etiopía y Kenia)
en septiembre de 2017, provocando crisis alimentarias y migración masiva.
Un caso reciente ocurrió en septiembre de 2023, cuando la tormenta Daniel azotó el noreste
de Libia, provocando el colapso de dos represas en la ciudad de Derna. Este desastre dejó
más de 11,000 muertos y miles de desaparecidos.
A los eventos naturales se suman los conflictos armados, como los registrados en Libia en
mayo de 2020, cuando ataques aéreos destruyeron viviendas, hospitales y servicios básicos.
Además, en 2023, varios países del este africano enfrentaron una invasión de langostas del
desierto, considerada la peor en décadas, que afectó la agricultura y la seguridad
alimentaria.
Oceanía: Impacto del cambio climático y actividad sísmica
Oceanía, aunque menos poblada, sufre eventos severos como incendios forestales, ciclones,
terremotos y tsunamis. En febrero de 2009, el estado de Victoria (Australia) vivió los
incendios conocidos como “Black Saturday”, que dejaron 173 personas muertas y más de
2,000 casas destruidas.
Las islas del Pacífico, como Islas Salomón, también son vulnerables a ciclones tropicales,
como el ciclón Ita en abril de 2014, que causó inundaciones y desplazamientos de
comunidades enteras.
En noviembre de 2016, Nueva Zelanda experimentó un terremoto de magnitud 7.8 en la
región de Kaikoura, que provocó daños significativos y un pequeño tsunami. Más
recientemente, en enero de 2020, Australia volvió a ser afectada por incendios forestales
masivos, que quemaron más de 10 millones de hectáreas y tuvieron un impacto devastador
en la biodiversidad.
Un evento particularmente inusual fue la erupción volcánica submarina en Tonga, en enero
de 2022, que generó un tsunami que alcanzó varias islas del Pacífico y fue registrado
incluso en las costas de América y Asia.
América: Diversidad de riesgos y grandes catástrofes naturales y antrópicas
El continente americano, tanto en el norte como en el sur, está expuesto a una amplia gama
de fenómenos naturales y antrópicos, como terremotos, huracanes, erupciones volcánicas,
incendios forestales, deslizamientos y derrames industriales. Uno de los eventos más
destructivos fue el terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití, que alcanzó una magnitud
de 7.0. Este sismo causó la muerte de más de 200,000 personas y la destrucción de gran
parte de la capital, Puerto Príncipe, debido a la alta vulnerabilidad social, económica y
estructural del país.
En América del Norte, los huracanes han causado grandes pérdidas. Por ejemplo, el
huracán Katrina, que azotó Nueva Orleans (EE.UU.) en agosto de 2005, causó más de
1,800 muertes, millones de desplazados y daños millonarios. Otro evento reciente fue el
huracán Harvey, que en agosto de 2017 provocó inundaciones catastróficas en Texas.
En América Central, Guatemala y El Salvador han sido escenarios de erupciones volcánicas
y terremotos, mientras que Nicaragua sufrió el impacto del huracán Iota en noviembre de
2020, uno de los ciclones más intensos de su historia reciente, apenas dos semanas después
del paso del huracán Eta.
En América del Sur, uno de los peores derrames petroleros ocurrió en la Amazonía peruana
en febrero de 2016, cuando un oleoducto derramó crudo en comunidades indígenas,
afectando ecosistemas y la salud de las poblaciones locales. Además, los incendios en el
Amazonas, que se intensificaron en 2019, afectaron a Brasil, Bolivia y Paraguay, generando
preocupación mundial por la pérdida de biodiversidad y la destrucción del “pulmón del
planeta”.
Otro desastre importante fue el terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile, con magnitud
8.8. Aunque Chile tiene sistemas de alerta y normas de construcción sismorresistentes, el
sismo dejó más de 500 muertos y una gran destrucción en la zona centro-sur.
También hay ejemplos de eventos antrópicos graves, como la explosión del puerto de
Beirut (Líbano) en 2020 —aunque no ocurrió en América, se utiliza como comparación en
clases de gestión de riesgo—. En el caso americano, uno de los mayores derrames
industriales ocurrió en México, en el río Sonora en agosto de 2014, cuando una mina vertió
químicos que contaminaron el agua potable y afectaron a miles de personas.
Actividades
Lea detenidamente el material
Extraiga las fechas de cada continente, así como el desastre, causas, consecuencias y
medidas para hacerle frente al mismo.
Elabore una línea de tiempo ilustrada organizando la información solicitada en el esquema
propuesto.
Desatre
Fecha
Causa
Consecuencia
Medida
Dibujo