Instituto
Bíblico
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             Trabajo de: HERMENÉUTICA II
                 Tema: Análisis de la carta a Tito
                 Maestro: María Cristina Araica
Elaborado Por:
   MARIO JOSÉ ZELEDÓN C.
                        26 de abril de 2022
                                  Análisis estructural
                                  METODO SINTETICO
1. Determinemos el tema
   Instrucciones pastorales a Tito.
2. Determinar el tono
   Doctrinal – exhortativo
3. Identifique los párrafos
          Saludos (1:1-4)
          Instrucciones (1:5-9)
          Los falsos maestros (1:10-16)
          Características de los hijos de Dios (2:1-10)
          La gracia salvadora del señ or nos enseñ a (2:11-14)
          Responsabilidades de Tito (2:15)
          Sujetarse y estar dispuestos (3:1-5)
          Amor y misericordia de Dios (3:4-7)
          Distinguir entre lo bueno y lo malo (3:8-11)
          Instrucciones personales (3:12-14)
          Despedida y bendició n final (3:15)
4. Bosquejo
   I.        Saludos personales (1:1-4)
   II.       Instrucciones (1:5-9)
                 A- Establecer ancianos en cada ciudad (1:5)
                 B- Requisitos para los ancianos y los obispos (1:6-9)
   III.      Los falsos maestros (1:10-16)
   A-        Cará cter (1:10)
B-      Conducta (1:10-12)
C-      Corrigiendo con la verdad (1:13-16)
IV.     Características de los hijos de Dios (2:1-10)
A-      Habla la sana doctrina (2:1)
B-      El buen comportamiento de los hombres mayores (2:2)
C-      Conducta de las mujeres mayores (2:3)
               a- Enseñ arle la buena conducta a las mujeres mas jó venes (2:4-
                  5)
               b- Enseñ arle a los jó venes que sean sensatos (2:6)
        D- Da buen testimonio en todo (2:7-8)
        E- Comportamiento de los siervos (2:9-10)
V.      La gracia salvadora del señ or nos enseñ a (2:11-14)
        A- Vivir de una manera prudente, justa y piadosa (2:12)
        B- Anhelar la venida de Cristo (2:13)
        C- Ser cristianos de buenas obras (2:14)
VI.     Responsabilidades de Tito (2:15)
        A- Enseñ a y corrigue con toda autoridad (2:15)
VII.    Sujetarse y estar dispuestos (3:1-3)
        A- Que se sujeten a los gobernantes y autoridades (3:1-3)
        B- Considerar a los demá s (3;2)
        C- Esclavizados al pecado (3:3)
VIII.   Amor y misericordia de Dios (3:4-7)
        A- Nos salvó , nos lavó y nos renovó (3:5-6)
        B- Nos justificó y nos hizo herederos (3:7)
IX.     Distinguir entre lo bueno y lo malo (3:8-11)
        A- Ocuparse de las buenas obras (3:8)
        B- Enseñ ar la sana doctrina sin atencionar la cosas vanas (3:9-10)
X.      Instrucciones personales (3:12-14)
        A- Dedicarse a las buenas obras (3:14)
XI.     Despedida y bendició n final (3:15)
                    CONTEXTO HISTORICO GENERAL
1- Quien es el autor?
 El autor es el apó stol Pablo
 Las fuentes fundamentales acerca de la vida de San Pablo pertenecen todas al
 Nuevo Testamento: los Hechos de los Apó stoles y las catorce Epístolas que se le
 atribuyen, dirigidas a diversas comunidades cristianas. De ellas, diversos
 sectores de la crítica bíblica han puesto en duda la autoría paulina de las
 llamadas cartas pastorales (la primera y segunda Epístola a Timoteo y la
 Epístola a Tito), en tanto que existe una prá ctica unanimidad en considerar la
 Epístola a los hebreos como escrita por un autor diferente. Pese a la
 disponibilidad de tales fuentes, los datos cronoló gicos de las mismas resultan
 vagos, y cuando existen divergencias entre los Hechos y las Epístolas se suele
 dar preferencia a estas ú ltimas.
 Saulo (tal era su nombre hebreo) nació en el seno de una familia acomodada de
 artesanos, judíos fariseos de cultura helenística que poseían el estatuto jurídico
 de ciudadanos romanos. Después de los estudios habituales en la comunidad
 hebraica del lugar, Saulo fue enviado a Jerusalén para continuarlos en la
 escuela de los mejores doctores de la Ley, en especial en la del famoso rabino
 Gamaliel. Adquirió así una só lida formació n teoló gica, filosó fica, jurídica,
 mercantil y lingü ística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo).
 No debía, sin embargo, residir en Jerusalén el añ o 30, en el momento de la
 crucifixió n de Jesú s de Nazaret; pero habitaba en la ciudad santa seguramente
 cuando, en el añ o 36, fue lapidado el diá cono Esteban, má rtir de su fe. En
 concordancia con la educació n que había recibido, presidida por la má s rígida
 observancia de las tradiciones farisaicas, Saulo se significó por aquellos añ os
 como acérrimo perseguidor del cristianismo, considerado entonces una secta
 herética del judaísmo. Inflexiblemente ortodoxo, el joven Saulo de Tarso estuvo
presente no só lo en la lapidació n de Esteban, sino que se ofreció ademá s a
vigilar los vestidos de los asesinos.
La conversió n
Los jefes de los sacerdotes de Israel le confiaron la misió n de buscar y hacer
detener a los partidarios de Jesú s en Damasco. Pero de camino a esta ciudad,
Saulo fue objeto de un modo inesperado de una manifestació n prodigiosa del
poder divino: deslumbrado por una misteriosa luz, arrojado a tierra y cegado,
se volvió a levantar convertido ya a la fe de Jesucristo (36 d. C.). Segú n el relato
de los Hechos de los Apó stoles y de varias de las epístolas del propio Pablo, el
mismo Jesú s se le apareció , le reprochó su conducta y lo llamó a convertirse en
el apó stol de los gentiles (es decir, de los no judíos) y a predicar entre ellos su
palabra.
Tras una estancia en Damasco (donde, después de haber recuperado la vista, se
puso en contacto con el pequeñ o nú cleo de seguidores de la nueva religió n), se
retiró algunos meses al desierto (no se sabe exactamente adó nde), haciendo así
má s firmes y profundos, en el silencio y la soledad, los cimientos de su creencia.
Vuelto a Damasco, y violentamente atacado por los judíos faná ticos, en el añ o
39 hubo de abandonar clandestinamente la ciudad descolgá ndose en un gran
cesto desde lo alto de sus murallas.
Aprovechó la ocasió n para marchar a Jerusalén y ponerse en contacto con los
jefes de la Iglesia, San Pedro y los demá s apó stoles, no sin dificultades, porque
estaba todavía muy vivo en la Ciudad Santa el recuerdo de sus actividades
como perseguidor. Le avaló en el seno de la comunidad cristiana San Bernabé,
que lo conocía bien y quizá era pariente suyo. Regresó después a su ciudad
natal de Tarso, en cuya regió n residió y predicó hasta que hacia el añ o 43 vino
a buscarlo Bernabé. A consecuencia de una carestía que atacó duramente a
Palestina, Pablo y Bernabé fueron enviados a Antioquía (Siria), ciudad
cosmopolita donde eran numerosos los seguidores de Jesú s (allí se les había
dado por primera vez el sobrenombre de "cristianos"), para llevar la ayuda
fraternal de la comunidad de Antioquía a la de Jerusalén.
El apó stol de los gentiles
En compañ ía de San Bernabé, San Pablo inició desde Antioquía el primero de
sus viajes misioneros, que lo llevó en el añ o 46 a Chipre y luego a diversas
localidades del Asia Menor. En Chipre, donde obtuvieron los primeros frutos de
su trabajo, abandonó Saulo definitivamente su nombre hebreo para adoptar el
cognomen latino de Paulus, que llevaba probablemente desde niñ o como
segundo apellido. Su romanidad podía parecer oportuna para el desarrollo de
la misió n que el apó stol se proponía llevar a cabo en los ambientes gentiles. En
adelante, sería él quien llevaría la palabra del Evangelio al mundo pagano; con
Pablo, el mensaje de Jesú s saldría del marco judaico, palestiniano, para
convertirse en universal.
A lo largo de su predicació n, San Pablo iba presentá ndose sucesivamente en las
sinagogas de las diversas comunidades judaicas; pero esta presentació n
terminaba casi siempre en un fracaso. Bien pocos fueron los hebreos que
abrazaron el cristianismo por obra suya. Mucho má s eficaz caía su palabra
entre los gentiles y entre los indiferentes que nada sabían de la religió n
monoteísta hebraica. En este primer viaje recorrió , ademá s de Chipre, algunas
regiones apartadas del Asia Menor. Creó centros cristianos en Perge (Panfília),
en Antioquía de Pysidia, en Listra, Iconio y Derbe de Licaonia. El éxito fue
notable; pero también fueron numerosas las dificultades. En Listra escapó de la
muerte só lo porque sus lapidadores creyeron erró neamente que ya había
muerto.
Entre el primer y el segundo viaje, San Pablo residió algú n tiempo en Antioquía
(49-50 d. C.), desde donde marchó a Jerusalén para asistir al llamado "Concilio
de los Apó stoles". Las cuestiones que iban a tratarse en el concilio eran de una
gravedad difícilmente concebible en nuestros días. Había que dilucidar la
licitud de bautizar a los paganos (algunos judeo-cristianos se oponían aú n a tal
iniciativa), y, sobre todo, establecer o rechazar la obligatoriedad de los
preceptos judíos para los conversos que procedían del paganismo. El éxito de
su labor evangelizadora permitió a San Pablo imponer la tesis de que los
cristianos gentiles debían tener la misma consideració n que los judíos;
profundo expositor del valor de la Ley mosaica y de su importancia histó rica,
San Pablo defendió que la redenció n operada por Cristo marcaba el definitivo
ocaso de dicha ley y rechazó la obligatoriedad de numerosas prá cticas judaicas.
El segundo viaje evangélico (50-53) comprendió la visita a las comunidades
cristianas de Anatolia, fundadas unos añ os antes; luego fue recorriendo parte
de la Galatia propiamente dicha, visitó algunas ciudades del Asia proconsular y
marchó    después a Macedonia y Acaya. La evangelizació n se hizo
particularmente patente en Filippos, Tesaló nica, Berea y Corinto. También
Atenas fue visitada por San Pablo, quien pronunció allí el famoso discurso del
Areó pago, en el que combatió la filosofía estoica. El resultado, desde el punto
de vista evangelizador, fue má s bien exiguo. Durante su estancia en Corinto,
donde estuvo en contacto con el gobernador de la provincia, Galló n (hermano
de Séneca), inició al parecer San Pablo su actividad como escritor, enviando la
primera y segunda Epístola a los tesalonicenses, en las que ilustra a los fieles
acerca de la parusía o segunda venida de Cristo y de la resurrecció n de la carne.
El tercer viaje (53-54-58) se inició con la visita a las comunidades del Asia
Menor y continuó también por Macedonia y Acaya, donde San Pablo Apó stol
estuvo tres meses. Pero como centro principal fue escogida la gran ciudad de
É feso. Allí permaneció durante casi tres añ os, trabajando con un grupo de
colaboradores en la ciudad y su regió n, especialmente en las localidades del
valle del Lico. Fue un apostolado muy provechoso, pero también lleno de
fatigas para San Pablo: culminaron éstas con el tumulto de É feso, provocado
por Demetrio, representante de los numerosos comerciantes que explotaban la
venta de las estatuillas-recuerdo de Artemisa. San Pablo, refiriéndose a un
episodio anterior, habla de una lucha con las fieras; es casi seguro que la
expresió n es metafó rica, pero convergen muchos indicios en favor de la
hipó tesis de una auténtica prisió n.
Desde É feso escribió la primera Epístola a los corintios, en la que se
transparentan muy bien las dificultades encontradas por el cristianismo en un
ambiente licencioso y frívolo como era el de la ciudad del Istmo.
Probablemente se sitú a en la misma ciudad la redacció n de la Epístola a los
gá latas y la Epístola a los filipenses, en tanto que la segunda Epístola a los
corintios fue escrita poco después en Macedonia. Desde Corinto envió el
apó stol la importante Epístola a los romanos, en la que trata a fondo la relació n
entre la fe y las obras respecto a la salvació n. Con ello pretendía preparar su
pró xima visita a la capital del imperio.
Ú ltimos añ os
Sin embargo, los hechos se desarrollaron de un modo distinto. Habiéndose
dirigido Pablo a Jerusalén para entregar una cuantiosa colecta a aquella pobre
iglesia, fue encarcelado por el quiliarca Lisia, quien lo envió al procó nsul
romano Félix de Cesarea. Allí pasó el apó stol dos añ os bajo custodia militar.
Decidieron embarcarlo, fuertemente custodiado, con destino a Roma, donde los
tribunales de Neró n decidirían sobre él. El viaje marítimo fue, por otra parte,
fecundo en episodios pintorescos (como el del naufragio y la salvació n
milagrosa), y durante el mismo el prestigio del apó stol se impuso al fin a sus
guardianes (invierno de 60-61).
De los añ os 61 a 63 vivió San Pablo en Roma, parte en prisió n y parte en una
especie de libertad condicional y vigilada, en una casa particular. En el
transcurso de este primer cautiverio romano escribió por lo menos tres de sus
cartas: la Epístola a los efesios, la Epístola a los colosenses y la Epístola a
Filemó n.
Puesto en libertad, ya que los tribunales imperiales no habían considerado
consistente ninguna de las acusaciones hechas contra él, reanudó su
ministerio; pero a partir de este momento la historia no es tan precisa. Falta
para este período la ayuda preciosa de los Hechos de los Apó stoles, que se
interrumpen con su llegada a Roma. San Pablo anduvo por Creta, Iliria y Acaya;
con mucha probabilidad estuvo también en Españ a. De este período datarían
dos cartas de discutida atribució n, la primera Epístola a Timoteo y la Epístola a
Tito; también por entonces habría compuesto la Epístola a los hebreos. Se
percibe en ellas una intensa actividad organizadora de la Iglesia.
En el añ o 66, cuando se encontraba probablemente en la Tréade, San Pablo fue
nuevamente detenido por denuncia de un falso hermano. Desde Roma escribió
la má s conmovedora de sus cartas, la segunda Epístola a Timoteo, en la que
expresa su ú nico deseo: sufrir por Cristo y dar junto a É l su vida por la Iglesia.
Encerrado en horrenda cá rcel, vivió los ú ltimos meses de su existencia
iluminado solamente por esta esperanza sobrenatural. Se sintió humanamente
abandonado por todos. En circunstancias que han quedado bastante oscuras,
fue condenado a muerte; segú n la tradició n, como era ciudadano romano, fue
decapitado con la espada. Ello ocurrió probablemente en el añ o 67 d. C., no
lejos de la carretera que conduce de Roma a Ostia. Segú n una tradició n
atendible, la abadía de las Tres Fontanas ocupa exactamente el lugar de la
decapitació n.
     2- Cuando escribió la carta?
       Entre los añ os 65 y 66 D.C
     3- ¿En qué entorno estaba?
       El apó stol Pablo escribió la carta a Tito en el 1ro y 2do encarcelamiento en
       Roma, pablo no indica exactamente el lugar donde se encontraba, pero en la
       carta vemos que tiene planes de pasar el invierno en Nicopolis.
     4- ¿Qué relación tenía Pablo con Tito?
       Llegó a ser un fiel compañ ero de Pablo durante los misioneros de Pablo. Era un
       confiable colaborador en el ministerio hasta el final.
     5- Cual fue el propósito de la carta?
       Los cretenses tenían una terrible reputació n moral. por esto Pablo escribió
       primordialmente para instruir a Tito en su labor de poner en orden asuntos
       pendientes en las iglesias de Creta, incluyendo designació n de ancianos y
       ayudar a las iglesias a crecer en fe, conocimiento y verdad en la vida piadosa,
       silenciar a los falsos maestros.
   b- Datos sobre los receptores
     1- ¿Quiénes eran los receptores?
El principal receptor era Tito para que el instruyera a la iglesia de Creta.
Era supervisor u obispo de la iglesia en Creta, Pablo lo envió a Dalmacia y le fue
confiada la delicada tarea de entregar la severa carta de Pablo a Corinto y corregir los
problemas de la iglesia ahí.
La genuina preocupació n de Tito por los corintios y su trato imparcial para con ellos
contribuyo a su éxito, que el reporto Pablo en persona.
     2- Como era la ciudad o pueblo?
Creta, Gran isla en el Mar Mediterrá neo, de unos 256 km de largo y de 12 a 56 km de
ancho, a casi 100 km al sudeste de Grecia. La isla es montañ osa; la cumbre má s alta es
el monte Ida, de 2.458 m, en la Creta central, el legendario lugar de nacimiento de
Zeus. De acuerdo con los griegos, cierto rey Minos fundó la civilizació n cretense. Las
excavaciones revelan la existencia de una elevada cultura en la isla desde tiempos
muy remotos. Parte del palacio de Minos en Cnosos, Creta. La historia de esta antigua
cultura se puede dividir en 3 períodos; 1. Minoico temprano, contemporá neo de la
edad de las pirá mides en Egipto. 2. Minoico medio, contemporá neo del Reino Medio
de Egipto. 3. Minoico tardío, contemporá neo de la dinastía XVIII.
Los cretenses de los períodos minoicos habrían sido una nació n marítima con un á gil
intercambio comercial con Egipto, las costas de Siria y el á rea del Mar Egeo. Alrededor
del 1400 a.C. esta cultura minoica fue destruida y reemplazada por la de un pueblo
muy inferior, quizá los filisteos, que en sus migraciones hacia el este destruyeron la
cultura minoica de Creta. Desde entonces, Creta perdió su notable significació n en la
historia. La escritura minoica má s temprana era jeroglífica; De excavaciones en
territorio griego se han extraído tabletas de arcilla con textos escritos con los mismos
signos. Durante los períodos helenístico y romano, muchos judíos se establecieron en
Creta (1 Mac. 15:23; Act 2:11; Tit. 1:10-14). Los romanos la ocuparon en el 67 a.C. y la
transformaron en una provincia senatorial. Posteriormente fue incorporada a la
Cirenaica, en el norte de Africa. Los cretenses tenían la reputació n de ser buenos
arqueros y también grandes mentirosos, como lo expresa el hexá metro citado por
Pablo en Tit. 1:12, que se supone fue escrito por Epiménides. El barco que llevó a
Pablo como prisionero a Roma entró en uno de los puertos de Creta. Esa parece haber
sido la primera visita de Pablo a la isla. Aparentemente, má s tarde, entre el 1er, y el
2Â º encarcelamiento en Roma, Pablo visitó la isla, dejando a Tito para que completara
la organizació n de la iglesia (Tit. 1:5)
Cuál era su posición social?
El sistema social era piramidal y jerarquizado, dependiente de la autoridad palacial.
Segú n la leyenda griega, Minos había sido un rey, pero otra teoría supone que “minos”
es el nombre de una dinastía o la forma de llamar a la autoridad.
La sociedad      Cretense,   ademá s   del   rey, estaba conformada   por   navegantes,
comerciantes, pintores, pastores, agricultores y artesanos que trabajaban la cerá mica
y la orfebrería. La sociedad Cretense estuvo gobernada por un Rey.
Se considera que esta civilizació n tuvo un gran desempeñ o y habilidad con los
metales: fueron buenos hacedores de joyas en oro, bronce y cobre. Arquitectura.
Esta cultura se caracterizó por la construcció n de lujosos y grandes palacios, que
fueron encontrados en lugares como Cnosos y Festos.
                                   CONTEXTO LITERARIO
     1- Texto en estudio :
     Tito 2 :7
Mostrá ndote en todo como ejemplo de buenas obras. Demuestra en tus enseñ anza
integridad, seriedad.
     2- Contexto de párrafo
       -   Determine donde comienza y donde termina el párrafo.
Comienza en el versículo 6 y termina en el versículo 8
Exhorta así mismo a los jóvenes a que sean prudentes, (mostrándote en todo como
ejemplo de buenas obras. Demuestra en tu enseñanza integridad, seriedad) y
palabra sana e irreprensible paras que el que se nos oponga se avergüence, no teniendo
nada malo que decir de ninguno de nosotros.
       -   Determine donde comienza y donde termina la subdivisión.
Comienza en el versículo 1 y termina en el versículo 10
         -    Considere algunas preguntas que puede hacer al pasaje
             1- Como era la condición de Tito?
Tito era supervisor y obispo de la iglesia en Creta, era un joven confiable y abnegado,
de buen testimonio, parece haber sido má s saludable y probablemente má s maduro
que Timoteo.
             2- Que le quería instruir Pablo a Tito?
Insta a Tito a enseñ ar la sana doctrina, corregir las falsas enseñ anzas y que debía ser
ejemplo para todos.
     3- Contexto de libro
Qué relación tiene con el propósito de la carta?
La relació n que tiene es que realmente para enseñ ar a otros y convencerlos del error,
debemos de dar el ejemplo primero nosotros de la enseñ anza en integridad es decir,
que él debía de mostrar su fe en Dios sometiéndose en obediencia y mostrando
serenidad en los asuntos encomendados por pablo.
Para enseñ ar debemos de andar en obediencia porque el enemigo esta pendiente en
que fallamos para asi mismo acusarnos.
Nosotros como hijos de Dios debemos comportarnos diferente a esta sociedad, no
mezclarnos para que podamos distinguirnos como cristianos.
Revise un bosquejo estructural y detalle en que inciso del bosquejo se
encuentra el texto en estudio.
Inciso       IV   sub-inciso D que dice: Da buen testimonio en todo.
En que se relaciona el texto en estudio, explique.
Se relaciona en que nosotros como creyentes debemos de iniciar en obediencia,
seriedad, compromiso y un buen testimonio para asi poder tener la autoridad de
exhortar a los que andan en el error o los que contradicen y niegan a Jesucristo.
Identifique pasajes que hablen del mismo tema en la misma carta.
Tito 3:1
Tito 3:8
Tito 3:14
     4- Contexto del mismo autor en diferente libro.
Mismo tema en otros libros del mismo autor
2 Corintios 9:8
Efesios 2:10
1 Timoteo 6:18
1 tesalonicenses 1:7
1 Timoteo 4:12
Filipenses 3:17
     5- Compare un autor con otro en el mismo testamento.
Mismo tema en diferente libro.
Juan 13:15
1 Pedro 2:21
Santiago 5:10
     6- Compare en testamentos diferentes
En el antiguo testamentos no encontramos testimonios o ejemplos de buenas obras
que se relacionen con el texto en estudio, ya que Jesucristo fue nuestro ú nico ejemplo,
aunque en el Antiguo testamento Dios había puesto en Claro que exigía que los líderes
de su pueblo que mantuvieran elevadas normas de vida en lo moral como en lo
espiritual de lo contrario otros tomarían su lugar.
Gen 49:4,
Num 20:12,
Lev 21:7-17
Jer 23:14
Sal 62:13
Job 34:13
Prov 10:16
Ecl 12:14
Hab 3:2
Determine el género: es una Carta
Identifique las figuras retoricas
El texto en estudio no tiene figuras retoricas, tiene un lenguaje literal ya que esta
explícito y entendible con un lenguaje sencillo y directo.
Interpretación
Tito tenía que ser má s que un maestro, también tenía que ser un ejemplo y no pedía
ser tomado en serio si el mismo no anduviera tras el señ or.
Tito tenía que ser un ejemplo en estabilidad e integridad doctrinal. Si el no estaba
forme en su entendimiento de las escrituras, no estaba listo para liderar.
Si el se mantenía dando buen testimonio sus acusadores se avergonzarían, no
teniendo nada que utilizar en su contra.
Aplicación
       -   Conducta cristiana en todo tiempo
       -   Todo creyente debe mantener un excelente testimonio para dar el ejemplo.
       -   Vivir en sana doctrina
       -   Como cristianos debemos examinarnos a nosotros mismos para estar
           seguros que nuestras vidas estén de acuerdo con nuestra profesió n de fe en
           cristo
       -   Nuestras mentes deben ser renovadas cada día por el Espíritu Santo.