PROGRAMA DE ASISTENCIA LEGAL A
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POBLACIÓN VÍCTIMA DE DESPLAZAMIENTO
universidad Universidad de XXXXX - Facultad de Derecho XXXX
Consultorio Jurídico (nombre del Consultorio
Teléfonos: xxxxxx – Fax:XXXXX – Email: xxxxx@gmail.com
Señor
JUEZ DEL CIRCUITO DE XXXXX (REPARTO)
XXXXX
Referencia: Acción de Tutela
Accionante: XXXXX
Accionada: UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN
INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV) - UNIDAD TERRITORIAL DE XXXXXX-
XXXXXXXXXXXXXX, mayor de edad, identificado(a) con cédula de ciudadanía Nº XX.XXX.XXX, de
XXXXX y domiciliado(a) en XXXXXX, en ejercicio del artículo 86 de la Constitución Política, y de
conformidad con los Decretos 2591 de 1991, 306 de 1992 y 1386 de 2000, interpongo ante su
despacho la presente Acción de Tutela, con el fin de que se me protejan mis derechos
fundamentales de Petición, Dignidad Humana y Mínimo Vital los cuales han sido amenazados,
violados y/o vulnerados por UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN Y
REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV) - UNIDAD TERRITORIAL DE XXXXXX-.
Para fundamentar esta Acción Constitucional me permito relacionar los siguientes:
1. HECHOS
1. Soy desplazado(a) o víctima de – señalar el hecho victimizante- por causa del conflicto político
armado de (Debe señalar el Municipio Vereda – Corregimiento o barrio), por hechos ocurridos
el (fecha del desplazamiento) y por esa razón rendí mi declaración de esos hechos ante
(indicar la entidad ante la cual se presentó la Declaración –Personería, Defensoría del Pueblo,
Procuraduría o Juzgado), el día XX de XXXXX de 20XX.
2. Me encuentro incluido(a) en el RUV con el código de inclusión XXX (si la persona no sabe el
código se elimina esta parte, pues no es fundamental), junto con mi grupo familiar compuesto
por nombrar a cada uno, edad y parentesco. Así mismo señalar si en el grupo familiar existen
personas que sean sujetos de especial protección, tales como personas en situación de
discapacidad, de grupos étnicos, Rrom o afrocolombianos.
3. A mi calidad de víctima se aúna que tengo la calidad de (indicar si tiene enfoque diferencial por
ser ejemplo: madre cabeza de familia, discapacitado, adulto mayor…) y dentro de mi grupo
familiar se encuentran (mencionar si hay y cuantos menores de edad, adulto mayor,
discapacitado…), todos sujetos de protección especial por parte del estado.
4. El pasado XXXXX interpuse Derecho de Petición ante la UNIDAD ADMINISTRATIVA
ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV)
donde solicité la prórroga de la ayuda humanitaria, se me indicara la fecha cierta y determinada para
la entrega de la ayuda y que se programe de manera automática la prórroga de ayuda humanitaria
hasta tanto alcance mi autosostenimiento.1
En caso de que no se haya proferido respuesta al DP
A la fecha la UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN
INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV) - UNIDAD TERRITORIAL DE XXXXXX, no ha emitido
ninguna respuesta sobre cuando me será entregada la ayuda humanitaria, configurando así
una doble violación a mis derechos, ya no sólo sobre mi subsistencia y dignidad humana, sino
también sobre el derecho fundamental de petición.
1
Ver sentencia C-278 de 2007.
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En caso de que se haya proferido una respuesta al DP que resulte desfavorable
El día XXX de XX de XXXX, la UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN
Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV) me dio como respuesta lo siguiente:
INDICAR RESPUESTA.
5. Por su parte la respuesta proferida por la entidad no se corresponde con la realidad en la medida
que (exponer las razones por las cuales no se reclamó el giro)
6. Es preciso considerar que la asignación de un nuevo turno y/o una fecha probable implicaría para
mí una grave situación de vulnerabilidad y urgencia manifiesta, en la medida en que se prolonga el
tiempo sin la posibilidad de acceder al cubrimiento de las necesidades mínimas de subsistencia.
Por lo anterior; es que acudo a la acción de tutela como mecanismo de defensa, en contra de la
irresponsabilidad de esta entidad.
2. DERECHOS AMENAZADOS VIOLADOS O VULNERADOS
Las personas que hemos sido víctimas de desplazamiento forzado nos encontramos expuestas a un
mayor nivel de vulnerabilidad, generado por el empobrecimiento y deterioro de las condiciones de
vida causados por estos hechos victimizantes.
La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha señalado que los impactos generados por la
violencia armada en Colombia hay una mayor vulneración de nuestros derechos fundamentales. En
la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional señala que a las personas en situación de
desplazamiento se les vulneran los derechos fundamentales: a la vida en condiciones de dignidad, el
derecho a escoger su lugar de domicilio, el derecho al libre desarrollo de la personalidad, a la
libertad de expresión y de asociación, a la salud en conexidad con el derecho a la vida, a la
integridad personal, el derecho a la seguridad personal, el derecho a la libertad de circulación por el
territorio nacional y el derecho a permanecer en el sitio escogido para vivir, el derecho al trabajo 2, a
la libertad de escoger profesión u oficio, derecho a una alimentación mínima, el derecho a la
educación, el derecho a una vivienda digna, el derecho a la paz, el derecho a la personalidad
jurídica, el derecho a la igualdad, a la unidad familiar, además de ver sus derechos económicos,
sociales y culturales que por los niveles de afectación adquieren el carácter de fundamental en su
núcleo esencial.
Así mismo que existen personas al interior de la población desplazada que tienen condiciones
particulares de vulnerabilidad en la que se requiere una especial protección como el caso de los
niños, de las mujeres cabeza de familia, los discapacitados y las personas de tercera edad, y de
otros grupos especialmente protegidos.
Considero que en el presente caso se produce una afectación mayor a los siguientes derechos:
DERECHO DE PETICIÓN
Este derecho fundamental está consagrado en el artículo 23 de la Constitución Política, y cualifica a
todas las personas para hacer solicitudes respetuosas ante las autoridades públicas conforme a la
ley. Igualmente, está consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y en la Convención Americana Sobre Derechos Humanos.
En la interpretación jurisprudencial se ha establecido el alcance de este derecho, ha determinado su
finalidad y los lineamientos a seguir, esto se evidencia en la sentencia T 373 de 2005, cuando afirma
que:
2
Ver por ejemplo, la sentencia T-669 de 2003, MP: Marco Gerardo Monroy Cabra, donde la Corte examina el caso de
una mujer cabeza de familia desplazada, madre de cinco hijos menores de edad y con un nieto, analfabeta, a quien no
se le da acceso a los programas de estabilización económica al omitir una respuesta efectiva a su petición. La Corte
analiza la política estatal en materia de proyectos productivos para la población desplazada y concluye que la petición
para ser incluida en un proyecto productivo no ha sido respondida por la Red de solidaridad, violando con ello los
derechos de petición y trabajo. Ver también las sentencias T-1635 de 2000, T-327 de 2001, T-1346 de 2001, y T-268 de
2003, precitadas.
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Se vulnera este derecho ante la ausencia de respuesta o ante la respuesta otorgada sin solución
de fondo o incompleta o tardía; así como con la falta de notificación de lo decidido al peticionario.
Por su parte la sentencia T 1089 de 2001, estableció las siguientes reglas para la garantía al derecho de
petición que se señalan a continuación.
a. El derecho de petición es fundamental y determinante para la efectividad de los mecanismos de la
democracia participativa. Además, porque mediante él se garantizan otros derechos constitucionales,
como los derechos a la información, a la participación política y a la libertad de expresión.
b. El núcleo esencial del derecho de petición reside en la resolución pronta y oportuna de la cuestión,
pues de nada serviría la posibilidad de dirigirse a la autoridad si ésta no resuelve o se reserva para sí
el sentido de lo decidido.
c. La respuesta debe cumplir con estos requisitos: 1) oportunidad; 2) debe resolverse de fondo, clara,
precisa y de manera congruente con lo solicitado; 3) ser puesta en conocimiento del peticionario. Si no
se cumple con estos requisitos se incurre en una vulneración del derecho constitucional fundamental
de petición”
La Corte Constitucional en la sentencia T-839 de 2006 se refiere a la protección del derecho de
petición cuando es impetrado por una víctima de desplazamiento y se refiere a la necesidad de que
la respuesta sea rápida, oportuna y diligente y afirma que
Las peticiones presentadas por personas en estado de debilidad manifiesta, indefensión o vulnerabilidad
requieren de una atención reforzada, acorde con la situación específica de quien acude a las autoridades
a solicitar la protección de un derecho o el cumplimiento de una función pública. Si la satisfacción del
derecho de petición es un deber funcional en sí mismo -a tal punto que su inobservancia constituye falta
disciplinaria-, con mayor razón lo será cuando su atención está relacionada con el cumplimiento de
funciones y deberes específicos del Estado en materia de protección de personas o grupos que por su
condición física, mental o económica, requieren una protección especial y reforzada (art. 13 C.P.).
“En el caso del desplazamiento forzado, la protección reforzada en materia de derecho de petición es
claramente exigible3, más aún de las autoridades encargadas de la superación del “estado de cosas
inconstitucional” que ha generado dicho fenómeno4, en la medida que se trata de personas que se
encuentran en una situación de violación múltiple, masiva y continua de sus derechos fundamentales.5
DERECHO AL TRABAJO
establecido en el artículo 25 de nuestra Carta Magna. Está siendo violado por la entidad accionada
porque al Negar o demorar la expedición de mi tarjeta militar equivale a impedir que acceda a un
trabajo digno que me permita, la obtención de los medios necesarios para lograr el
autosostenimiento de mi familia¸ por lo que el Estado, a través de sus jueces tiene la responsabilidad
de protegerlo. Al Respecto la Sentencia T-472/93manifiesta que:
“El deber del Estado de proteger el derecho al trabajo, conlleva la de proporcionar, en la
medida en que ello esté jurídica, económica y materialmente a su alcance, que las personas
desarrollen sus labores en condiciones dignas y justas”
pues las autoridades competentes deben tener pleno conocimiento de las solicitudes recibidas, su estado,
trámite y respuesta, así como de su comunicación efectiva al desplazado, de manera tal que puedan
3
Sentencia T-025 de 2004: “En razón de esta multiplicidad de derechos constitucionales afectados por el
desplazamiento, y atendiendo a las aludidas circunstancias de especial debilidad, vulnerabilidad e indefensión en la que
se encuentran los desplazados, la jurisprudencia constitucional ha resaltado que éstos tienen, en términos generales, un
derecho a recibir en forma urgente un trato preferente por parte del Estado, en aplicación del mandato consagrado en el
artículo 13 Superior: “el grupo social de los desplazados, por su condición de indefensión merece la aplicación de las
medidas a favor de los marginados y los débiles, de acuerdo con el artículo 13 de la Constitución Política, incisos 2° y
3° que permiten la igualdad como diferenciación, o sea la diferencia entre distintos.”
4
Sentencia T-025 de 2004,
5
En la Sentencia T-025 de 2004, se señaló que la atención de las peticiones de los desplazados debe seguir los
siguientes parámetros, además de los inherentes a cualquier derecho de petición: “Así, cuando las distintas autoridades
reciban una petición proveniente de un desplazado, en la cual se solicite la protección de alguno de sus derechos, la
autoridad competente procederá a: 1) incorporarlo en la lista de desplazados peticionarios, 2) informarle al desplazado
dentro del término de 15 días el tiempo máximo dentro del cual le dará respuesta a la solicitud; 3) informarle dentro del
término de 15 días si la solicitud cumple con los requisitos para su trámite, y en caso contrario, indicarle claramente
cómo puede corregirla para que pueda acceder a los programas de ayuda; 4) si la solicitud cumple con los requisitos,
pero no existe la disponibilidad presupuestal, adelantará los trámites necesarios para obtener los recursos, determinará
las prioridades y el orden en que las resolverá; 5) si la solicitud cumple con los requisitos y existe disponibilidad
presupuestal suficiente, se informará cuándo se hará efectivo el beneficio y el procedimiento que se seguirá para que lo
reciba efectivamente. En todo caso, deberá abstenerse de exigir un fallo de tutela para cumplir sus deberes legales y
respetar los derechos fundamentales de los desplazados. Este mismo procedimiento deberá realizarse en relación con
las peticiones de los actores en el presente proceso de tutela, en particular para las solicitudes de otorgamiento de las
ayudas previstas en los programas de vivienda y de restablecimiento socio económico.”
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garantizar el respeto del derecho fundamental de petición de las personas que se encuentran en esa
situación”.
Este derecho ha sido vulnerado por la entidad accionada dado que a la fecha no ha emitido
respuesta, emitió respuesta basada sin tener en cuenta las condiciones de vulnerabilidad en las que
se encuentra mi núcleo familiar.
Con tal comportamiento de la entidad accionada nuestra situación se agrava ostensiblemente, pues
además de los impactos que implica el desplazamiento forzado, el derecho a la subsistencia mínima
se ve afectado con fuerza, pues no contamos con los medios para garantizarla de manera autónoma
y se dilata la falta de entrega efectiva de la ayuda humanitaria, siendo esta la forma en la que las
entidades estatales garantizan de manera efectiva este derecho.
El silencio o negativa de entrega de la ayuda humanitaria bajo el argumento de que se expedirá un
nuevo turno para poder tramitar la ayuda, no protege de manera efectiva el derecho fundamental de
petición pues no hay una respuesta de fondo a la solicitud realizada. No basta enunciar el
cumplimiento de un trámite sino tener en consideración las condiciones de vulnerabilidad
acentuadas.
DIGNIDAD HUMANA Y MÍNIMO VITAL
Este derecho, que además es principio constitucional, es sobre el que se configura un mayor nivel
de vulneración en este caso concreto, puesto que con la ausencia (o negativa) de entrega de la
Ayuda Humanitaria bajo argumentos exclusivamente formales acentúa las condiciones de
vulnerabilidad y se imposibilita la garantía del mínimo vital.
El componente de la ayuda humanitaria por los derechos que protege, debe responder a los
principios de agilidad, eficiencia y continuidad, estos no pueden ser negados excusados en las
cargas burocráticas que esta entidad impone a las víctimas del conflicto y las razones de tipo formal
no pueden excusar la falta de garantía a los mínimos de protección frente a los derechos de las
víctimas.
La Dignidad Humana es reconocida en el artículo primero de la constitución donde se integra al
desarrollo del Estado Social de Derecho y a los principios de solidaridad y prevalencia del interés
general. Este ha sido uno de los principios que han permitido los avances en materia constitucional
para la comprensión de la vida digna y con ello determinar el alcance de derechos como el mínimo
vital y en el caso de las víctimas del conflicto armado, el derecho fundamental a la ayuda
humanitaria.
El derecho a la vida en condiciones de dignidad implica que deben estar presentes elementos
mínimos para que las personas puedan desarrollar su proyecto vital, es por esto que la Sentencia T-
881 de 2002 considera que este derecho se materializa con la protección y garantía de la integridad
física y moral que resulte necesarias para lograr la inclusión social de una persona excluida o
marginada.
Como se ha afirmado en los desarrollos jurisprudenciales, el desplazamiento forzado (SEÑALAR
LOS HECHOS VICTIMIZANTES PADECIDOS Y SI GENERAN EFECTOS DIFERENTES) pone a las
personas que lo padecen en circunstancias fácticas donde se alteran los modos de vida conocidos
por las personas, así como sus saberes y oficios, genera huellas psicológicas difíciles de superar
que se desprenden del desarraigo de sus territorios.
Las circunstancias propias, que son consecuencia del desplazamiento forzado (SEÑALAR LOS
HECHOS VICTIMIZANTES PADECIDOS Y SI GENERAN EFECTOS DIFERENTES) cambian
radicalmente las condiciones de vida y medios de subsistencia de las personas que lo sufren. El
apremio y el temor hacen que los pocos bienes materiales sean dejados atrás, creando para el
desplazado el nuevo problema de la pobreza extrema y la incertidumbre frente su futuro. En la
sentencia T-868 de 2008 dijo la Corte Constitucional, que:
“La atención humanitaria de emergencia, pretende, en términos del artículo 20 del Decreto
2569 de 2000, cubrir, de forma temporaria e inmediata, las necesidades básicas de alimentación,
alojamiento, salud, atención psicológica, elementos de hábitat interno y salubridad pública de
aquellas personas que han sido víctimas del desplazamiento. No obstante, la atención descrita
únicamente se otorga a quienes han declarado los hechos que dieron origen a su condición de
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desplazado y, en consecuencia, han sido inscritos en el RUPD, cuyo manejo corresponde a Acción
social.
Conforme con lo anterior, una de las características principales de la AHE es su inmediatez, así
se entiende que una vez el desplazado a rendido declaración y ha sido inscrito en el registro, la
ayuda debe hacerse efectiva dentro del menor tiempo posible, ya que de ésta depende la
supervivencia, en condiciones dignas, del afectado y su núcleo familiar, de modo que se
contrarreste la afectación de sus derechos fundamentales. Entonces, aún cuando es evidente que
la entrega de la ayuda depende en gran medida de la disponibilidad presupuestal con que cuente
Acción Social, quienes son víctimas del desplazamiento no pueden ser sometidos a una espera
desproporcionada, que en ocasiones no es de meses sino de años, máxime cuando su
vulnerabilidad los convierte en sujetos de especial protección que requieren la efectiva intervención
del Estado para superar su situación”.
El derecho al mínimo vital sólo se ve satisfecho cuando se proveen al desplazado condiciones
mínimas pero suficientes para que pueda continuar con su existencia en las condiciones más dignas
posibles. Así señaló la Corte Constitucional en sentencia T-074 de 2008:
“(…) 4. El derecho a una subsistencia mínima como expresión del derecho fundamental al
mínimo vital, según está precisado en el Principio 18, lo cual significa que “las autoridades
competentes deben proveer a las personas desplazadas, así como asegurar el acceso seguro de
las mismas, (a) alimentos esenciales y agua potable, (b) alojamiento y vivienda básicos, (c)
vestidos apropiados, y (d) servicios médicos y sanitarios esenciales.” También se dispone que las
autoridades deberán realizar esfuerzos especiales para garantizar la participación plena de las
mujeres en condición de desplazamiento en la planeación y la distribución de estas prestaciones
básicas. Este derecho debe leerse también a la luz de lo dispuesto en los Principios 24 a 27
reseñados en el Anexo 3, ya que es a través de la provisión de asistencia humanitaria que las
autoridades satisfacen este deber mínimo en relación con la subsistencia digna de los
desplazados. Esta asistencia humanitaria se refiere tanto a la ayuda humanitaria de emergencia,
que se presta al producirse el desplazamiento, como a los componentes de asistencia mínima
durante las etapas de restablecimiento económico y de retorno”.6
DERECHO FUNDAMENTAL A LA AYUDA HUMANITARIA.
La atención humanitaria es una obligación de los estados que se desprende de los principios rectores
para los refugiados que se construyen en el marco del Derecho Internacional de los derechos humanos.
Este derecho ha sido entendido en la interpretación constitucional como un derecho fundamental, al ser un
desarrollo directo del derecho al mínimo vital y que es protegido obedeciendo a las situaciones límite que
caracterizan la vida de las víctimas del conflicto armado.
El carácter fundamental del derecho a la ayuda humanitaria para las víctimas del conflicto armado, es
desarrollado en la sentencia T 702 de 2012. En la que se define la ayuda humanitaria como uno de los
mínimos de protección para la subsistencia de la población. Esto significa que sin la misma las personas no
alcanzan a desarrollar su vida en condiciones básicas de dignidad y peligra la subsistencia.
Como parte del catálogo de derechos mínimos que tiene la población desplazada por la violencia, y de las
obligaciones básicas del Estado frente a estas víctimas, se encuentra el otorgamiento de la ayuda
humanitaria, como garantía mínima para la subsistencia de esta población, asistencia que constituye un
derecho fundamental, al proteger el mínimo vital y la dignidad humana de las personas en situación de
desplazamiento.
Por su naturaleza e importancia como derecho fundamental, su finalidad de cubrir necesidades básicas
asociadas al mínimo vital y a la subsistencia de la población desplazada, y dada la condición de extrema
vulnerabilidad y debilidad manifiesta de esta población, la jurisprudencia de esta Corte ha establecido que el
Estado se haya obligado a otorgar la ayuda humanitaria en sus diferentes fases y etapas, de manera
oportuna, pronta, sin dilaciones, y en forma íntegra y efectiva.
Dentro de los marcos interpretativos se estipulan unas consideraciones que dan cuenta del alcance del
derecho a la ayuda humanitaria. Dentro de las que se encuentra que este derecho es uno de los mínimos de
protección que debe garantizar el estado a las víctimas del conflicto armado, pues por su naturaleza atiende a
condiciones de urgencia para conservar la vida en condiciones de dignidad.
En el auto 099 de 2013 La Corte Constitucional desarrolla una serie de reglas de aplicación e interpretación
del derecho fundamental a la ayuda humanitaria enunciando que una respuesta formal o la sola asignación
del turno no pueden considerarse como un cumplimiento de las autoridades a sus obligaciones de entrega
efectiva de la ayuda humanitaria.
6
Citado en la Sentencia T-074 de 2008 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa).
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3. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA EN MATERIA DE DESPLAZAMIENTO FORZADO
La Corte Constitucional en varias oportunidades se ha pronunciado en relación con la procedencia
de la acción de tutela en materia de desplazamiento forzado. Ha afirmado en tal sentido que:
“Un Estado social de derecho debe procurar a sus habitantes los mecanismos suficientes para el
disfrute de las garantías mínimas, de manera que puedan vivir en condiciones dignas. Así, la
Constitución Política colombiana, con la finalidad de lograr la efectiva protección de los derechos de los
asociados, aún más si se trata de personas que, por sus condiciones económicas, físicas o psíquicas,
se hallan en estado de debilidad manifiesta (art. 13 Const.) y, por ende, de mayor vulnerabilidad,
estableció una especial protección que, en lo ahora atinente, se extiende a las víctimas de
desplazamiento forzado”
(…)
Según jurisprudencia de esta corporación, resulta desproporcionado exigir el agotamiento previo de
trámites ordinarios, como requisito para procurar un amparo efectivo a personas que han sido
desarraigadas, dejando atrás la mayoría de sus derechos para tratar de preservar la propia vida y la del
núcleo familiar, frecuentemente disminuido. Así se ha expresado:
“… debido a la gravedad y a la extrema urgencia a la que se ven sometidas las personas
desplazadas, no se les puede someter al trámite de las acciones judiciales para cuestionar los
actos administrativos de la Red, ni a la interposición de interminables solicitudes a la coordinadora
del Sistema. Aquello constituye la imposición de cargas inaguantables, teniendo en cuenta las
condiciones de los connacionales desplazados, y son factores que justifican la procedencia de la
acción de tutela. En este contexto, se ha admitido que cuando quiera que en una situación de
desplazamiento forzado una entidad omita ejercer sus deberes de protección para con todos
aquellos que soporten tal condición, la tutela es un mecanismo idóneo para la protección de los
derechos conculcados.”7
(…)
El desplazamiento forzado interno ha afectado grandes grupos de población en el territorio nacional,
siendo tan serio el drama que la Corte Constitucional declaró un estado inconstitucional de cosas 8,
calificándolo como una crisis humanitaria y una tragedia nacional, que debe ser atendida por todas las
personas de manera solidaria, empezando por los servidores públicos, por encontrarse lesionada, entre
otras potestades, la dignidad de miles de familias, poniéndose en riesgo la estabilidad de la sociedad y el
futuro de la Nación 9. Se ha indicado además:
“… al Estado le compete impedir que el desplazamiento se produzca, porque las autoridades han sido
establecidas para respetar y hacer respetar la vida, honra y bienes de los asociados… si ‘no fue capaz de
impedir que sus asociados fueran expulsados de sus lugares de origen, tiene por lo menos que
garantizarle a los cientos de miles de colombianos que han tenido que abandonar sus hogares y afrontar
en condiciones extremas de existencia la atención necesaria para reconstruir sus vidas’. Lo anterior
comporta que la situación de cada una de las personas y familias desplazadas por la violencia deba ser
un asunto prioritario de las autoridades.”10 Sentencia T- 036 DE 2012
4. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Son fundamentos de derecho: Artículo 86 de la Constitución Política, el Decreto 2591 de 1991, el
Decreto 306 de 1992 y el Decreto 1386 de 2000.
Respecto a las AYUDAS HUMANITARIAS, la ley 1448 de 2011 ampliamente trata el tema en sus
artículos 47, 62 al 65 y el Decreto 4800 de 2011 en sus artículos 106 al 120.
En cuanto al tema del PLAZO RAZONABLE que debe tenerse en cuenta a la hora de atender las
solicitudes de ayuda humanitaria; es importante mencionar ya que es aplicable al caso; el Voto
razonado del juez Sergio García Ramírez, en relación con la sentencia de La Corte Interamericana
De Derechos Humanos, Del 29 De Junio De 2006,En El Caso De Las Masacres De Ituango:
3. PLAZO RAZONABLE
23. Entre las cuestiones analizadas en el Caso de las Masacres de Ituango ha figurado uno de
los temas más abundantemente llevados ante las jurisdicciones sobre derechos humanos: el plazo
razonable para la realización de ciertos actos, la vigencia de una situación (así, p. ej., la prisión
7
T-086 de febrero 9 de 2006, M. P. Clara Inés Vargas Hernández.
8
T-025 de enero 22 de 2004, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa. Dentro de las circunstancias que generaron esa
declaración, cabe resaltar: (i) la vulneración masiva y generalizada de derechos fundamentales a grupos numerosos de
personas; (ii) la omisión prolongada de los deberes de las autoridades estatales competentes para remediar esa
conculcación; (iii) la no adopción de medidas legislativas y administrativas efectivas; (iv) la existencia de un grave y
permanente problema social, cuya solución demanda un alto presupuesto adicional.
9
SU-1150 de agosto 30 de 2000, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
10
T-721 de agosto 20 de 2003, M. P. Álvaro Tafur Galvis.
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preventiva) o la satisfacción misma de un derecho (v. gr., el derecho a recibir justicia, no sólo a
requerirla o aguardarla), en el cauce del debido proceso: ser oído en un plazo razonable para la decisión
sobre responsabilidades, derechos o situaciones que atañen a los derechos y las obligaciones de los
individuos. La justicia quedaría al garete, en suspenso, irrealizada o ilusoria, si no se produjeran
oportunamente las definiciones en las que aquélla se concreta.
(…)
25. A menudo nos ocupamos en el plazo razonable, concepto indispensable y arraigado, pero no
fórmula matemática universal y constante, cuando examinamos las condiciones en las que se encuentra
el inculpado sujeto a proceso. En estos casos valoramos la racionalidad del tiempo transcurrido entre el
principio y el final del procedimiento del que derivan restricciones a derechos o que desembocará, en el
otro extremo, en goce y ejercicio efectivos de éstos. En esta circunstancia adoptamos, para guiar
nuestra apreciación --puesto que no existen, ni podrían existir, ya lo dije, reglas cuantitativas únicas,
aplicables a todos los supuestos--, determinados elementos tomados de la experiencia judicial, a los que
se ha referido la jurisprudencia europea: complejidad del caso, conducta de las partes, comportamiento
de las autoridades, puntos, todos ellos, sujetos a consideración casuística en función de su
razonabilidad y pertinencia. Estos criterios se ven naturalmente influidos por las circunstancias en las
que cada caso se desenvuelve.
26. He sugerido agregar un dato a la estimación acerca del plazo razonable: la mayor o menor
“afectación actual que el procedimiento implica para los derechos y deberes --es decir, la situación
jurídica-- del individuo”, como manifesté en mi Voto razonado sobre el Caso López Alvarez vs.
Honduras, con sentencia del 1 de febrero del 2006. Estimo procedente asociar este elemento a los
otros que generalmente consideramos. En la materia que ahora interesa, es preciso estimar la
razonabilidad de un plazo también --pero no exclusivamente-- desde la perspectiva del gravamen --
desde leve hasta insoportable-- que el paso del tiempo impone al sujeto que aguarda la solución al
conflicto que le atañe.
27. En fin de cuentas, la razonabilidad del plazo para proveer justicia debe analizarse con
referencia al fin que se procura alcanzar y a la mejor manera de obtenerlo, considerando los diversos
extremos que implica la administración de justicia en todos los aspectos que debe abarcar a fin de
alcanzar la plenitud posible y deseable: declaración, previo esclarecimiento de los hechos; disposición
de reparaciones adecuadas en función de las violaciones cometidas y cumplimiento de las decisiones
adoptadas, a este fin, por los órganos competentes.
28. Como señalé, en la mayoría de los casos analizamos el plazo razonable desde el ángulo del
individuo sujeto al procedimiento (regularmente, el inculpado, el enjuiciado), y menos desde la óptica del
otro sujeto de la relación: el ofendido, el victimado, el lesionado, que también tiene derechos --ante todo,
el derecho a la justicia y, a través de éste, el derecho a la satisfacción de sus legítimos intereses-- cuya
definición depende de la mayor o menor diligencia con que actúen los órganos del Estado llamados a
pronunciarse sobre los hechos, a través de investigaciones eficaces, juicios expeditos, decisiones
oportunas.
(…)
32. “En mi concepto, lo que pretende el orden internacional de los derechos humanos es que la
afectación de los derechos de la persona, por acción o abstención del Estado, no se prolongue
injustificadamente hasta generar condiciones de injusticia, inequidad o inseguridad jurídica. La solución
de este problema reclama precisiones que debe suministrar la jurisprudencia y que resulten
aprovechables en diversos sistemas procesales” (párr. 38).
33. Considero, en fin, que el plazo razonable para satisfacer el derecho a la justicia no puede
verse condicionado por la técnica propia de cada sistema procesal, de manera tal que cada uno arroje
conclusiones diferentes, que pudieran ser engañosas, acerca de la eficaz observancia de un mismo
derecho. Tras el tecnicismo se ocultaría la inequidad. De lo que se trata es de que exista un buen
despacho --diligente, razonable, adecuado, pertinente, sin ignorar el peso de las circunstancias-- por
parte de las autoridades del Estado que concurren, conforme al sistema procesal adoptado por éste, al
cumplimiento de los actos que llevan a la solución de la controversia.
34. Si el trámite se distribuye entre diversas autoridades o se concentra en unas solas manos, si
en el curso del procedimiento las definiciones parciales --así, la sujeción a proceso, una vez formulados
los cargos-- se producen en forma inmediata a la vinculación del inculpado o a la denuncia de la víctima
o mucho tiempo después de que éstas se presentaron, nada de ello debe alterar, desviar o encubrir la
exigencia de que exista solución en un plazo razonable a partir de que ocurrieron los hechos que
desencadenaron el procedimiento.
35. El primer acto de autoridad que afecta derechos del sujeto constituye el punto de referencia
para estimar el plazo razonable, medir su duración, cotejarla con las condiciones del asunto y la
razonable diligencia del Estado y apreciar el cumplimiento o incumplimiento de la garantía judicial de
plazo razonable. En este sentido se ha pronunciado últimamente la jurisprudencia de la Corte
Interamericana. Basta, pues, con que exista esa afectación del individuo para que se ponga en alerta la
valoración sobre el plazo razonable, aunque la afectación no se presente, técnicamente, dentro del
“proceso” penal, sino dentro de un “procedimiento” penal. Para los efectos de la tutela de los derechos
humanos, la distinción entre esos supuestos no posee relevancia decisiva: en ambos, en efecto, se
afecta la libertad del individuo a través de vinculaciones que implican injerencia en su esfera de libre
determinación.
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5. PETICIÓN
Con fundamento en lo anteriormente expuesto le solicito señor juez que se tutelen mis derechos
fundamentales invocados como amenazados, violados y/o vulnerados de Petición, Dignidad Humana
y Mínimo Vital, y en consecuencia:
1. SE ORDENE a la UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL PARA LA ATENCIÓN Y
REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS (UARIV) que, reprograme el giro de la Ayuda
Humanitaria, habida cuenta mi condición de vulnerabilidad.
2. De conformidad con el artículo 24 del Decreto 2591 de 1991, me permito solicitar que en el
fallo por Usted dictado se prevenga a la entidad accionada “para que en ningún caso vuelva
a incurrir en las acciones u omisiones que dieron mérito para conceder la tutela, y que, si
procediere de modo contrario, será sancionada de acuerdo con lo establecido en el artículo
correspondiente de este decreto, todo sin perjuicio de las responsabilidades en que ya
hubiere incurrido. “
3. Que se ordene el amparo de aquellos derechos fundamentales no invocados como
amenazados, violados y/o vulnerados y que Usted, en su función de guardián de la
Constitución, pueda establecer como violados, amenazados y/o vulnerados.
6. PRUEBAS
Téngase como pruebas señor Juez las siguientes:
(Relacionar aquí aquellos documentos que se harán valer como pruebas)
7. JURAMENTO
Bajo la gravedad del juramento me permito manifestarle que por los mismos hechos y derechos no
he presentado acción de tutela ante ningún otro despacho judicial.
8. NOTIFICACIÓN
Su respuesta y demás notificaciones se deberá hacer en la CaXX XX N° XX-XX, XXXXX, teléfono
XXX XX XX Celular XXX XXX XX XX , o en el Consultorio Jurídico de la Universidad de, CaXX XX
N° XX-XX, oficina XXX.
A la demandada en la CaXX XX N° XX-XX, oficina XXX, teléfono XXX XX XX.
De manera atenta,
XXXXXXXXXXXX
C. C. N° XX.XXX.XXX