Materia:
Proyecto emprendedor 1
Docente:
Jose Rafael rojas beriguete
Sección:
0820
Tema:
Emprendimiento
Realizado por:
Jeovanny Cabral reyes
Que es emprender…?
Emprender es tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio, es decir,
crear una empresa y llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin
que esto quede en una mera intención.
Puntos clave
Un plan de negocios sólido es vital para el éxito del emprendimiento.
Las habilidades personales y la capacidad de innovar son esenciales para
sobresalir.
Emprender: Explicación sencilla
Dicho de otra manera, emprender es el proceso de iniciar tu propio negocio a partir de
una idea original, llevándola a la práctica para crear una empresa. Esto significa
identificar una necesidad en el mercado, desarrollar un producto o servicio para
satisfacer esa necesidad, y luego organizar todos los recursos necesarios para vender
ese producto o servicio.
Emprender requiere planificación, tomar decisiones y asumir riesgos, con el objetivo
de construir un negocio exitoso que pueda crecer y sostenerse en el tiempo.
Que fases tiene un proceso emprendedor..?
Primera fase: la idea de negocio
En una entrada anterior ya habíamos hablado de lo retador que es tener esa primera
idea. ¡Pero ese es el comienzo! En esta etapa es cuando planteas una idea que traerá
una solución para las personas, eso es lo que quieres atacar con tu emprendimiento.
Esta fase inicial es el génesis de tu proyecto en donde esa idea que tienes es
analizada y puesta en perspectiva para saber cuál es la mejor manera de abordarla y
de llevarla a cabo. Ahora bien, ¿Qué es poner en perspectiva y analizar una idea? Es
poner aterrizar la idea y encaminarla.
Es hacer un estudio de lo que ofrece el mercado y qué no ofrece para ver por dónde tú
puedes atacar esas necesidades, es tener un mapa completo de potenciales clientes;
en resumidas cuentas, es poner todo en papel, esta es la parte teórica de tu estudio en
donde haces una hipótesis de cómo desarrollar tu idea de negocio.
Una vez organizas estas ideas, pasas a la segunda fase.
Segunda fase: el modelo de negocio
Esta etapa es decisiva porque es aquí donde vas a poner en marcha tu idea. En esta
fase sentarás las bases sólidas para poder seguir adelante. Deberás hacer trámites
como por ejemplo registrar tu marca ante la Superintendencia de Industria y Comercio
—o sea cual sea la que corresponda en tu país—, empezar a cotizar lo que te
corresponde por ley de impuestos, salud, pensión; mejor dicho, en esta etapa será
fundamental empezar con el pie derecho en términos legales para que después no te
lleves sorpresas desagradables que te cuesten caro.
Por otro lado, esta etapa también se caracteriza por ser el momento en el que buscas
financiación, recursos humanos y materiales necesarios, en otras palabras, es el
momento en donde buscas dinero para seguir adelante con tu proyecto, personas
capacitadas que puedan sacar provecho de esa inversión y herramientas o materia
prima para llevarlo a cabo.
Tercera fase: salida al mercado y crecimiento
¡Hora de producir y vender! Para poder crecer deberás tener listo tu producto o
servicio listo y empezar a expandirlo para que así pueda escalar posiciones dentro del
mercado.
En esta fase será clave empezar a implementar herramientas de mercadeo; presencia
en redes sociales, voz a voz, recurrir a Whatsapp, ¡hay muchas herramientas que te
ayudarán a posicionar tu negocio en la cabeza de tus potenciales clientes! Tener
buenas prácticas de SEO también ayudará a potencializar tu presencia en los motores
de búsqueda como Google. Si quieres saber más acerca de herramientas de
mercadeo, lee este artículo en donde ahondamos más en el tema.
Cuarta fase: consolidación y expansión
Identificar que estás en esta fase es fácil. Pregúntate si tienes una demanda creciente,
si ya el recurso humano no te da a basto, si necesitas ampliar el lugar de trabajo. Si tu
respuesta es sí a todas estas preguntas, ¡felicitaciones! Ya estás en la etapa de
consolidación y expansión. Es momento de dar el siguiente paso: expandirse.
Llegar a esta fase es un síntoma de que estás haciendo las cosas como deberían ser.
Es aquí entonces cuando tendrás que contratar más personal para poder cubrir la
demanda, en donde tendrás que pedir a tus proveedores más materiales para poder
seguir trabajando y donde podrás empezar a plantearte si puedes por ejemplo lanzar
otras líneas de negocio.
Te ponemos un ejemplo: tienes un negocio de camisetas estampadas y vas
fenomenal. Pero resulta que tus clientes te han preguntado si de pronto también
puedes estampar sus pantalones, sus medias (calcetines) o cualquier tipo de prenda.
¡Aquí es cuando puedes considerar darles gusto! Eso que ellos te están pidiendo es la
manera de atacar nuevos problemas a tu mercado. Piensa cómo puedes llevar a cabo
estas ideas y expande tu negocio.
Quinta fase: funcionamiento óptimo e internacionalización
Puede que pongamos esta como la última fase del proceso, pero emprender es un
ciclo sin fin que se va adaptando al mercado, a tus posibilidades y a las necesidades
del usuario. Pero en términos prácticos, esta etapa será considerada como la última
porque aquí es cuando ya tienes autonomía y es esa fase en la que oficialmente
podrás decir “¡lo logré!”.
Esta etapa se caracteriza porque aquí ya tienes muchos procesos, o al menos la
mayoría, tercerizados. Es decir, que ya hay muchas personas que tienen funciones
puntuales que llevan a cabo cada una de las actividades dentro de tu negocio. Esto
implica que ahora puedes dedicarte a una idea ambiciosa: internacionalizar tu
producto o servicio. ¿Te imaginas ver tu negocio en otro país? Eso sería espectacular
y un poco es lo que le da inicio nuevamente a este proceso, pero en otro lugar.
Recuerda que cada país tiene sus propias leyes y parámetros para los negocios.
Averigua cuáles son todos estos requisitos y vuelve al paso dos, en donde te curas en
salud al realizar todos los trámites legales adecuados para el correcto funcionamiento
de tu negocio en el exterior.
Cada una de estas etapas viene con diferentes sentimientos. No te angusties si
sientes que es hora de tirar la toalla, o que te abruma la cantidad de cosas que tienes
pendiente, ¡es normal! Así como habrá días retadores, habrá días gratificantes y todos
esos sentimientos son parte del proceso de emprender. Paciencia, constancia y
decisión. Porque el que persevera, alcanza… ¡y emprende! Recuerda que Treinta te
acompaña en este proceso y que aquí podrás encontrar un aliado en quien confiar
para resolver tus dudas.
Que tipo de emprendimientos hay..?
Que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras". Así define la Real
Academia Española a un emprendedor. Sin embargo, ya sea por su personalidad,
relación con el entorno o intereses, es posible establecer una tipología para todos
aquellos que optan por poner en marcha su propio negocio o impulsar compañías ya
asentadas. Según MIT Management Sloan School, existen cinco tipos de
emprendedores.
Emprendedor corporativo. Asimila el espíritu y pensamiento innovador de
los ‘startuperos’ para ayudar a empresas de gran tamaño.
Emprendedor "listo para empezar". Tiene la idea, el equipo y la tecnología a su
alcance. Todo está preparado para poner en marcha su idea innovadora, pero le falta
un pilar clave: la financiación.
Emprendedor asociado. No posee la idea inicial, pero integra sus valores para que el
proyecto evolucione. Este tipo de emprendedores son el apoyo necesario para
promover la visión de la compañía y permitir que escale.
Emprendedor visionario. Explora nuevas áreas, no duda en aumentar sus
conocimientos y trata de conocer todos los detalles del emprendimiento.
Emprendedor recién llegado. No conoce el propósito de la compañía, pero tiene
plena autoconciencia de sus capacidades para ayudar a crecer al negocio.
No obstante, en el universo del emprendimiento también existen otros tipos de
emprendedores:
Emprendedor inversionista. Cuenta con los recursos y el capital necesario para
invertir en proyectos rentables. Su objetivo es obtener un retorno mayor de la inversión
que ha realizado al inicio.
Emprendedor especialista. Alberga un gran conocimiento sobre un área, de tal modo
que se orienta a un sector concreto. Es técnico, racional y lógico en las decisiones que
toma y se alza como una persona de referencia para sus compañeros.
Emprendedor multifuncional. Dedica su esfuerzo a varios proyectos ejecutados en
paralelo. Es versátil y suele poseer una gran capacidad de adaptación.
Emprendedor intuitivo. Sus acciones están guiadas por impulsos o corazonadas. Es
proactivo y no duda en encarar las dificultades que se presenten en el desarrollo del
proyecto.
Emprendedor apasionado. Disfruta de su labor y muestra una gran capacidad de
resiliencia para que sus ideas y proyectos salgan adelante.
Emprendedor persuasivo. Conoce su audiencia, es capaz de construir diferentes
mensajes dependiendo del público al que se dirige y cuenta con un alto grado de
confianza en su labor.
Los emprendedores, sobre todo aquellos que alcanzan el éxito con sus negocios,
poseen ciertas peculiaridades comunes que les diferencian de otras figuras como los
empresarios. De acuerdo con Harvard Business School, algunas de estas
características son:
Curiosidad. Explorar nuevos caminos e impulsar nuevos servicios permite abrir
nuevas oportunidades. Los emprendedores no se conforman y desafían las reglas
establecidas para encontrar soluciones a las demandas del mercado para hallar
nuevos tipos de emprendimiento.
Adaptabilidad. A lo largo de su trayectoria, los emprendedores deben hacer frente a
escenarios en continuo cambio. Mostrarse flexibles ante cualquier cambio permite que
sus proyectos sigan avanzando.
Capacidad de decisión. Emprender también significa tomar decisiones complejas.
Los distintos tipos de emprendedores confían en su visión y toman la responsabilidad
para realizar aquellas acciones que beneficiarán a la compañía.
Formación de equipos. Para que una empresa evolucione y alcance estatus de
‘scaleup’ o unicornio, los emprendedores impulsan sus capacidades con la creación de
equipos y la suma de nuevo talento.
Persistencia. Los emprendedores poseen una alta capacidad de resiliencia. Son
persistentes en sus ideas y conciben el fracaso como una manera de aprender y
crecer.