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Las Obras en La Vida Del Creyente Según Santiago

El documento analiza una aparente contradicción entre las enseñanzas de Pablo y Santiago sobre la justificación por la fe. Explica que Pablo enseña que la justificación inicial es sólo por fe, mientras que Santiago enseña que una fe verdadera se evidencia por obras de amor. Ambos están de acuerdo en que una fe sin obras está muerta.
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Las Obras en La Vida Del Creyente Según Santiago

El documento analiza una aparente contradicción entre las enseñanzas de Pablo y Santiago sobre la justificación por la fe. Explica que Pablo enseña que la justificación inicial es sólo por fe, mientras que Santiago enseña que una fe verdadera se evidencia por obras de amor. Ambos están de acuerdo en que una fe sin obras está muerta.
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Las Obras en la vida del creyente según Santiago, en un Contraste con la

enseñanza de Pablo sobre la salvación por la fe aparte de las obras

La palabra de Dios no se contradice a sí misma


Nosotros creemos que la Biblia está inspirada por Dios (2da a Timoteo 3:16). Es la
misma palabra de Dios, escrita. Por tanto, creemos que la Biblia es verdadera y
coherente, no nos enseña cosas que sean falsas, no se contradice a sí misma.
Creemos esto porque el propio Jesucristo se ha hecho real para nosotros y ha
demostrado ser el fidedigno Hijo de Dios. Él nos ha enseñado que las Escrituras no
pueden ser quebrantadas (Juan 19:35). Él nombró apóstoles para que enseñaran a
la iglesia, y prometió guiarlos a toda la verdad (Juan 16:13). Él nos ha dado su
Espíritu para que sean abiertos nuestros ojos y veamos la realidad por lo que es
(1ra a los Corintios 2:14-15). Así, nosotros hemos venido a recibir su Palabra como
la misma Palabra de Dios (1 Tesalonicenses 2:13), libre de error y contradicción,
porque Dios es verdadero y no un Dios de confusión.

Una contradicción aparente entre pablo y Santiago


Toda esa introducción es simplemente para preparar el terreno a la aparente
contradicción existente entre Pablo y Santiago sobre la doctrina de la justificación
por fe.

Los argumentos de Romanos 4:1-5 para la verdad de que somos justificados sólo
por fe, y no por obras. En Romanos 3:28: “concluimos que el hombre es justificado
por la fe aparte de las obras de la ley”; y más específicamente en Romanos 4:5:
“más al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta
por justicia”. De modo que el veredicto de Dios de no culpable y la imputación de
su propia justicia a nosotros, en Cristo Jesús, en el comienzo de nuestra vida
cristiana, es sólo por fe, sin nada más que nos recomiende a Dios. Confiamos en su
gracia gratuita para que nos perdone y nos absuelva, y nos considere como justos
debido a la obra de Cristo. Así es como comenzamos en la vida cristiana -
justificados sólo por fe.

Santiago 2:21, “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando
ofreció a Isaac su hijo sobre el altar?”. Y Santiago 2:24, “Vosotros veis que el
hombre es justificado por las obras y no sólo por la fe”. De modo que pueden ver
que Santiago no solo dice que una persona es justificada por las obras, sino que
también niega que la justificación sea sólo mediante la fe. Al menos utiliza palabras
que, enfrentándolas aisladas, parecen significar algo muy diferente a lo que dice
Pablo. Aquí Santiago no está contradiciendo a Pablo, sino enseñando algo
compatible con la enseñanza de Pablo y corrigiendo un mal uso de la enseñanza
de Pablo.

Pablo estaba bien consiente de que su enseñanza de que la justificación es sólo por
fe estaba siendo tergiversada y mal utilizada por aquellos que decían, “Bien, si
mientras todavía somos impíos somos justificados sólo por fe, y esto magnifica la
gracia de Dios, entonces sigamos pecando, porque de todas formas somos salvos y
la gracia de Dios obtendrá más gloria”. Esto lo pueden ver, por ejemplo, en
Romanos 3:8: “¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman
que nosotros decimos): Hagamos el mal para que venga el bien?” Así que Pablo
sabe que está siendo calumniado: ‘Pablo enseña que mientras más mal haces más
bien viene de Dios, porque la gracia de Dios se glorifica al justificar al impío’.

O consideren Romanos 5:20. Pablo dice: “la ley se introdujo para que abundara la
transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia”. Pablo sabe
que algunos están diciendo, ‘Bien, si la gracia abunda donde se incrementa el
pecado, ¿Qué diremos?’ Romanos 6:1, “¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos
en pecado para que la gracia abunde?” Eso es lo que estaban diciendo,
“¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?”.

Ahora bien, Pablo tiene respuestas a esta clase de tergiversación y abuso superficial
de su enseñanza. Implícitamente tiene respuestas en todas sus cartas para
demostrar como las buenas obras y el amor, necesariamente fluyen de la verdadera
fe justificadora. Por ejemplo, en Gálatas 5:13 Pablo dice: “Porque vosotros,
hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como pretexto
para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”. De modo que somos
asombrosamente liberados de los mandamientos de Dios como una vía de
justificación. Pero entonces ¿Sitúa Pablo a las obras del amor en la cima de esa
libertad, como un nivel de deber legal? Tienes un buen comienzo a través de la
justificación que es sólo por fe. ¿Pero existe ahora otra vía, aparte de la fe, para
hacer lo que se debe hacer y convertirse en una persona amorosa?

La fe obra por medio del amor

Gálatas 5:6, un texto crucial para ver a Pablo y a Santiago en armonía el uno con el
otro. “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada,
sino la fe que obra por amor”. Y cuando Pablo trató con el abuso de su doctrina de
que la justificación es sólo por fe, dijo: No son las obras adicionales, como la
circuncisión, las que ganarán el favor de Dios. ¿Entonces qué? Es la “fe que obra
por el amor”. Dice. ¿Qué cuenta para Dios? La “fe”. ¿Pero cuál fe? La “fe que obra
por el amor”. No dice que lo que cuenta para Dios es la “fe”, más el nivel de obras
de amor adicionales a la fe. Pablo dice que lo que cuenta para Dios es la clase de fe
que por su naturaleza produce amor. Pero es la fe la que nos da nuestra buena
posición ante Dios. El amor que viene de ella, sólo muestra que la misma es, de
hecho, una fe justificadora, real, y viva.

Ahora bien, eso es, a mi entender, lo que Santiago estaba intentando hacer llegar a
sus iglesias. La fe sin amor es absolutamente inútil; y cualquiera que venga y diga
‘Nosotros somos justificados sólo por fe; por tanto, no hace falta ser una persona
amorosa para ir al cielo’, no está diciendo la verdad.

Santiago corrige esta tergiversación de la enseñanza de Pablo

La preocupación de Santiago tiene que ver con una clase de fe falsa que no
produce amor. Esta fe no puede justificar a nadie. Versículo 14: “¿De qué sirve,
hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa
fe salvarle?”. Allí pueden ver cuál es su preocupación. ¿Podría esa fe salvarte? Una
fe así no va a salvar. ¿En qué clase de obras está interesado Santiago? En la misma
que Pablo -las obras de amor. Versículos 15-16: “Si un hermano o una hermana no
tienen ropa y carecen del sustento diario, y uno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve?”.
Entonces lo que preocupa a Santiago es que las personas tengan una verdadera fe
salvadora, no una fe falsa. Y la diferencia es que la fe verdadera produce un
comportamiento amoroso.

Él tiene tres formas de describir está falsa fe. Primera en el versículo 17, dice que es
muerta: “Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta”. Es una fe
muerta. Si la fe no obra por “el amor” como Pablo dijo, está muerta. Segunda
forma, en el versículo 19 dice: “Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los
demonios creen, y tiemblan”. Existe una fe que hasta los demonios tienen,
específicamente, la creencia en la doctrina correcta. La fe que justifica y obra por el
amor no es simplemente creer en las doctrinas correctas como “Dios es uno”. Los
demonios pueden ser ortodoxos a nivel intelectual. Ellos creen. Pero ello no les
salva. Entonces hay una fe muerta y una fe de los demonios. Tercera, dice en el
versículo 20: “Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras
es estéril [literalmente, muerta]?”. Así que existe una fe que es inútil, inactiva,
inefectiva, vana, y vacía.

Entonces tenemos tres formas, en este pasaje, en las que Santiago habla acerca de
la fe para demostrar que la fe que él dice que no puede justificar, es una fe con la
que Pablo está totalmente de acuerdo que no puede justificar –la fe muerta, la fe
de los demonios, y la fe inútil- la fe que no tiene vida vital que obra por el amor.

La “justificación por obras” definida por pablo y por Santiago

Así que cuando Santiago dice en el versículo 21 que Abraham fue “justificado por
las obras”, tiene en mente un significado que difiere al de Pablo, cuando Pablo
niega que el hombre sea justificado por obras (Romanos 3:28; 4:2; 4:5). Santiago
está respondiendo la pregunta: ¿El reconocimiento en curso, y final, de la justicia
de Abraham depende de las obras como la evidencia necesaria de una fe
verdadera y viva? La respuesta de Santiago a esa pregunta es: sí. Y la respuesta de
Pablo también es sí, en Gálatas 5:6 (lo único que cuenta es “la fe que obra por el
amor”). Si le preguntas a Santiago y a Pablo, “¿Cómo un impío se pone a bien para
con Dios y recibe la justicia de Dios, que es en Cristo, como un regalo?” Ambos,
Santiago y Pablo, responderían con las palabras de Santiago 2:23: ‘Cree en Dios
(cree en Cristo) y esa fe le será contada por justicia’.

Pero si les preguntas, “¿La justificación, como una buena posición, en curso y final,
ante Dios, depende de las obras del amor?” Pablo va a decir, ‘No, si por obras te
refieres a actos hechos para mostrar que merece la bendición permanente de Dios
(El punto de Romanos 4:4)’. Y Santiago va a decir, ‘Sí, si por obras te refieres al fruto
y a la evidencia de la fe, como la obediencia de Abraham en el monte de la tierra
de Moriah’. Y Pablo va a decir, ‘Yo estoy de acuerdo con Santiago, basándome en
sus definiciones’, Y Santiago va a decir, ‘Yo estoy de acuerdo con Pablo,
basándome en sus definiciones’.

Así que cuando Pablo renuncia a la “justificación por obras” renuncia a la opinión
de que cualquier cosa que hagamos junto con la fe nos es contada por justicia.
Solamente la fe obtiene el veredicto, inocente, cuando nos convertimos en
cristianos. No son aceptadas obras de ninguna clase en el momento de la
justificación inicial. Pero cuando Santiago afirma “justificación por obras”, quiere
decir que las obras son absolutamente necesarias en la vida en curso de un
cristiano, para confirmar y probar la veracidad de la fe que justifica.

Para Pablo, “justificación por obras” (que rechaza) significa ‘ganar una buena
posición ante Dios mediante los méritos de las obras’. Para Santiago, “justificación
por obras” (que acepta) significa ‘mantener una buena posición ante Dios, sólo por
fe, con la necesaria evidencia de la fe; es decir, las obras de amor’.

Para expresarlo aun de otra manera: Cuando Pablo enseña en romanos 4:5 que
somos justificados sólo por fe, quiere decir que lo único que nos une a Cristo por
justicia es la dependencia en Cristo. Cuando Santiago dice en Santiago2:24 que no
somos justificados sólo por fe él se refiere a que la fe que justifica no permanece
sola. Estas dos posiciones no son contradictorias. Sólo la fe nos une a Cristo por
justicia, y la fe nos une a Cristo por justicia no permanece sola, lleva el fruto del
amor, debe hacerlo así o es una fe muerta, como la del demonio, inútil; y no
justifica.

El asunto de la fe sola o de la fe más obras, se ha hecho difícil a causa de algunos


pasajes de la biblia difíciles de conciliar. Compare Romanos 3:28, 5:1 y Gálatas 3:24
con Santiago 2:24. Algunos ven una diferencia entre Pablo (la salvación es por fe
solamente) y Santiago (la salvación es por fe más obras). Pablo dogmáticamente
dice que la justificación es por fe solamente (Efesios 2:8-9), mientras que Santiago
parece estar diciendo que la justificación es por fe más obras. Este aparente
problema se resuelve al examinar correctamente lo que Santiago estaba hablando.
Santiago está refutando la creencia de que una persona pueda tener fe sin producir
ninguna buena obra (Santiago 2:17-18). Santiago enfatiza el punto de que la fe
genuina en Cristo va a producir una vida cambiada y buenas obras (Santiago 2:20-
26). Santiago no está diciendo que la justificación es por fe más obras, sino que
más bien una persona verdaderamente justificada por fe, va a tener buenas obras
en su vida. Si una persona afirma ser un creyente, pero no tiene buenas obras en su
vida – entonces es probable que no tenga una fe genuina en Cristo (Santiago 2:14,
17, 20, 26).

Pablo dice lo mismo en sus escritos. Los buenos frutos que los creyentes deberían
tener en su vida, se mencionan en Gálatas 5:22-23. Inmediatamente después de
decirnos que somos salvos por fe y no por obras (Efesios 2:8-9), Pablo nos informa
que fuimos creados para hacer buenas obras (Efesios 2:10). Tanto Pablo como
Santiago esperan una vida cambiada, "¡De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas!" (2ª
Corintios 5:17). Santiago y Pablo no discrepan en su enseñanza sobre la salvación.
Ellos se acercan al mismo asunto desde diferentes perspectivas. Pablo simplemente
enfatizó que la justificación es solamente por fe, mientras Santiago pone énfasis en
el hecho de que la fe en Cristo produce buenas obras.
La gloria de Cristo en el evangelio no es solo que somos justificados cuando
dependemos enteramente de Cristo, sino también que depender enteramente de
Cristo es el poder que nos hace personas nuevas y amorosas. Dependiendo
enteramente de Cristo es como somos justificados y santificados. Pablo dio una
nota. Y Santiago dio la otra. Ambas son verdaderas, y juntas traen a Cristo la
debida gloria a su nombre.

¿Santiago nos enseña que las obras son un componente necesario para la
salvación?

Muchos responderían que Santiago no está diciendo que las obras son
un requerimiento necesario para la salvación, pero un resultado necesario de la
salvación. Otros objetarían que esto sigue haciendo que la salvación dependa de
las obras. ¿Cómo se puede reconciliar este pasaje con la salvación sólo por gracia
que nos enseña Pablo en Ro 3-5 y Ef 2?.

Existen todas las indicaciones de que los lectores eran cristianos. Ellos nacieron
de arriba (1:18), poseen la fe en Cristo (2:1), y se llaman hermanos
(1:2, 1:19; 2:1, 2:14; 3:1; 4:11; 5:7, 5:10, 5:12, 5:19).

El hipotético 'alguno' de 2:14 se identifica como 'no de vosotros' en 2:16. Santiago


supone que hay individuos entre sus lectores Cristianos que tienen fe sin obras.

El contexto está encerrado por el tema del juicio (2:13; 3:1). El único juicio para los
Cristianos es el Tribunal de Cristo, que está basado en las obras del creyente o en
la falta de estas (1 Cor 3:13; 2 Cor 5:10). Esto se ajusta exactamente a la
preocupación de Santiago.

La palabra 'salvar' la utilizan los Cristianos comúnmente cuando son librados de


algún problema (1 Cor 5:5) Santiago utiliza esta palabra para el posible destino de
un Cristiano en 1:21; 5:15, 5:20. Y la usa en 2:14-26 para referirse a un Cristiano
que es librado del indeseable destino de que se quemen sus obras en el Tribunal
de Cristo (1 Cor 3:12-15) y perder sus recompensas (2 Jn 7-8). Por eso el
provecho del que habla Santiago no es la salvación, sino las ventajas acumuladas
en esta vida y la siguiente.

Santiago no está preocupado con la realidad de la fe de sus lectores, sino con


la calidad (1:3, 1:6; 2:1; 5:15) y la utilidad (1:12, 1:26; 2:14, 2:16, 2:20) de su fe.

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