LAS REVOLUCIONES LIBERALES DEL SIGLO XIX
A pesar de los intentos absolutistas, la Restauración no pudo impedir la expansión por Europa de las
nuevas ideas y valores, representados por el liberalismo y el nacionalismo:
 Liberalismo. El liberalismo dejó de lado las los problemas sociales que surgieron en el siglo XIX. La burguesía no
 confiaba en el pueblo y aunque lo utilizó en los procesos revolucionarios impidió su plena participación política.
 Nacionalismo: Los movimientos nacionalistas se desarrollaron a lo largo del siglo XIX y adoptaron dos formas:
     •   Una teoría deseaba la liberación de las naciones sometidas a otras, con las que poco o nada tenían en común,
         y sostenía que los pueblos sometidos debían constituir su propio Estado. Defendía el derecho de cualquier
         comunidad a convertirse en nación si lo deseaba. Esta teoría recibe el nombre de Nacionalismo Progresista o
         Disgregador.
     •   Otra teoría afirmaba que los territorios con elementos comunes (lengua, religión, tradición, historia, etc.)
         pero políticamente divididos, debían aspirar a constituir una nación. Esta teoría recibe el nombre de
         Nacionalismo Tradicionalista o Unificador. En este último hay que incluir el proceso unificador de Italia y
         Alemania.
 Enemigos de la Restauración                                          La Europa de la Restauración
    • Liberalismo                                                     Mapa del Congreso de Viena
    • Nacionalismo                                                    Política internacional: Equilibrio europeo, Santa
                                                                      Alianza y Cuádruple Alianza
 Revoluciones de 1820
 Causas: El nacionalismo y el liberalismo
 Localización: Grecia (se subleva contra el dominio turco), la América española (el nacionalismo se plasmó en la
 formación de una conciencia criolla distinta a la española), España (Fernando VII tuvo que aceptar la Constitución de
 1812), Portugal, Piamonte y Nápoles aprueban sus Constituciones.
 Consecuencias: Grecia se independiza del Imperio turco (1829) y las colonias españolas en América también
 consiguen su independencia entre 1817 y 1824.
 Revoluciones de 1830
 Causas: Económicas (crisis de subsistencia), políticas (recorte de libertades) y el nacionalismo.
 Localización: Francia, Bélgica, área italiana, área alemana y Polonia.
 Consecuencias: En Francia tuvo lugar la destitución del monarca absoluto Carlos X (hermano de Luis XVIII) y la
 implantación de una monarquía constitucional con Luis Felipe de Orleans, “el rey ciudadano”. Bélgica obtiene su
 independencia de Holanda en 1830. La revolución fracasa en el área alemana, italiana y en Polonia (la revuelta será
 duramente reprimida por el ejército del zar).
 Revoluciones de 1848
 Causas: El avance del liberalismo democrático (sufragio universal), una crisis económica (desarrollo del maquinismo)
 y el nacionalismo, el despertar de las naciones sometidas a los grandes imperios.
 Localización: Francia, área alemana, área italiana y el imperio austriaco (húngaros, checos y eslovenos).
 Consecuencias: En Francia las jornadas revolucionarias obligaron a Luis Felipe de Orleans a abandonar el trono, se
 proclamó la II República y se promulgó una Constitución que establecía el sufragio universal masculino. En el área
 italiana el reino de Piamonte consigue una Constitución que servirá para la futura unificación del país. En el área
 alemana la participación del Estado prusiano, en el proceso revolucionario, lo llevará a adquirir un protagonismo
 político en el posterior proceso de unificación de Alemania. En el Imperio Austriaco se abolieron los derechos
 feudales.
Consecuencias de las revoluciones
        A pesar de sus limitaciones, el balance de las revoluciones liberales fue positivo. Muchos países de Europa
adoptaron el liberalismo y se dotaron de constituciones escritas en las que se reconocía el sufragio censitario
masculino. Francia mantuvo el sufragio universal masculino. Se abolieron los derechos feudales en casi toda Europa
Central y Oriental, excepto en Rusia.
        La burguesía fue la gran triunfadora de las revoluciones liberales y se convirtió en conservadora y en
defensora del orden. Los grupos populares, la masa obrera o proletariado, en cambio, resultaron derrotados, al no
conseguir transformaciones políticas y sociales más profundas. Pero tomaron conciencia de clase y comenzaron a
organizarse para enfrentarse a la burguesía.
    Entre 1815 y 1848, el mapa de Europa sufrió sólo dos modificaciones: Bélgica y Grecia
    La burguesía liberal se enriquece a medida que avanza la Revolución industrial
    Las masas obreras toman conciencia de sus intereses y protagoniza el Movimiento obrero