FACULTAD DE ODONTOLOGIA-
DOCENTE:
Dr. Ronald M.
CURSO:
Endodoncia
TEMA:
Complicaciones en la Obturación de un conducto radicular
INTEGRANTES:
INDICE:
INTRODUCCION-------------------------------------------------------------------------------------------------03
MARCO TEORICO-----------------------------------------------------------------------------------------------06
Aspectos generales de la endodoncia-------------------------------------------------------------------06
Criterios para evaluar el tratamiento--------------------------------------------------------------------07
Accidentes y complicaciones en el tratamiento de conductos durante la obturación-------10
CONCLUCION-----------------------------------------------------------------------------------------------------13
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS------------------------------------------------------------------------------14
INTRODUCCIÓN.
1.1. MOTIVACIÓN DEL ESTUDIO.
En los últimos tiempos, la Odontología ha sido víctima de una mercantilización sin
precedentes. Proliferan grandes cadenas de clínicas cuyo único fin es cumplir los objetivos
económicos mes a mes sin importar estándares de calidad y lo más importarte, de ética
deontológica. Se hacen servir de publicidad engañosa para atraer a los pacientes cual oso a
rico panal de miel, que tan sólo pretende hacer crecer las arcas del empresario (no del
dentista, cuyo salario roza lo indigno debido a la plétora profesional que existe) y no la
calidad del estado bucodental del paciente. Esta última palabra es la primera de las dos
variables que son clave en todo acto médico-sanitario: “paciente”. Según el diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, en su edición de 2014 es, “ Persona que padece física
y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica; com. Persona que es
o va a ser reconocida médicamente”. La segunda variable aplicada a nuestro terreno es el
“dentista”, que según la misma fuente anteriormente citada es “com. Persona
profesionalmente dedicada a cuidar la dentadura, reponer artificialmente sus faltas y curar
sus enfermedades”. Esto es, somos dentistas que atendemos a nuestros pacientes y lo
hacemos para, por este orden, prevenir y tratar la patología bucodental y no para lucrarnos
mediante sobretratamientos o el empleo de materiales de dudosa calidad que haga crecer el
beneficio económico del acto odontológico en cuestión. Luego, debemos cumplir una
máxima de la Medicina “si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia: y si no puedes
aliviar, consuela” (Augusto Morri, S. XIX).
Por otro lado, al mismo tiempo en que esta tendencia hace retroceder a la calidad
asistencial odontológica, numerosos avances tanto científicos como técnicos hacen posible
mejorar el arte de la dentistería en todos sus ámbitos: prevención, tratamiento de
enfermedades, rehabilitaciones orto-protésicas, etc.
Es por eso, que como profesionales sanitarios de bien, con la ética pertinente y el cariño y
vocación que requiere el paciente, debemos pensar siempre en la mejor opción de
tratamiento para/con éste valorando el beneficio-riesgo de cada opción terapéutica
propuesta, evitando toda estratagema de odontología defensiva y mucho menos, onerosa.
La Profilaxis y Prevención serán las reinas de nuestra clínica. Deberemos instruir a nuestros
pacientes en maniobras de higiene y mantenimiento oral. Les reforzaremos sus buenos
hábitos y en otros casos deberemos reeducarles en ellos.
Y lo principal, les transmitiremos el valor de mantener una correcta salud bucal integral que
les reportará una calidad de vida mayor y visitas menos desagradables a nuestra oficina
tanto física, psíquica, como económicamente. Son tiempos donde la Implantología es la
reina de las disciplinas odontológicas. Predomina sobre el resto de ellas en todos los
ámbitos posibles ya que es la que cuenta con más fabricantes (actualmente se ronda las 300
marcas comerciales de implantes).
Positivamente y en cierto modo, por consecuencia dada la aportación económica y humana
de dichas empresas, predomina en volumen de cursos formativos y en publicaciones
científicas que han servido para aumentar tasas de supervivencia de los implantes
colocados, su predictibilidad a medio-largo plazo y superar limitaciones del pasado como
escollos anatómicos o protésicos de cada caso; pero negativamente, también se hace uso de
su popularidad en la (mala) publicidad a la que cada vez más recurren las clínicas dentales,
convirtiéndose en pensamiento único del profesional, y en el objeto de deseo del paciente.
Es por eso que llegado el momento en el que la prevención ha fallado y nos encontramos
ante un diente ciertamente dañado debemos plantearnos si conservar o extraer el diente en
cuestión.
El tratamiento de conductos, está asociado con circunstancias ocasionales indeseadas e
imprevistas, que se denominan de manera colectiva accidentes de procedimiento.
Los accidentes durante la terapia endodóntica pueden definirse como aquellos sucesos
infortunados que ocurren durante el tratamiento, algunos de ellos por una falta de atención
y otros por ser totalmente imprevisibles.
La clasificación propuesta por Ingle de los percances endodónticos, incluye a los
relacionados con la instrumentación, dentro de los cuales están las perforaciones en la
porción cervical del conducto y los percances que se presentan relacionados con la
obturación, entre las cuales están las obturaciones de los conductos radiculares
sobreextendidas o subextendidas.
Una perforación o falsa vía es la comunicación artificial entre la cámara o el sistema de
conductos radiculares a los tejidos de soporte de los dientes o hacía la cavidad oral. Las
causas patológicas, como la resorción radicular y la caries nos pueden llevar a una
perforación. Pero a menudo, la causa es iatrogénica, como resultado del fresado excesivo en
la cámara pulpar. La perforación directa por lo regular se presenta durante la investigación
del conducto, es más un defecto de «punción» en la bifurcación con la fresa. Entre las
causas que condicionan a este tipo de perforación se encuentran la falta de conocimiento de
la anatomía dental y pulpar, y otra de suma importancia para los especialistas del área de la
Endodoncia es la falta de información radiográfica.
En las perforaciones el tiempo es un factor crucial, el mejor momento para reparar la
perforación de la raíz es inmediatamente después de que ésta ocurre para reducir al mínimo
el potencial de aparición de la infección en el sitio de la perforación. El manejo adecuado de
la perforación no siempre es posible, debido a la falta de tiempo, a la falta de experiencia
del operador o falta de equipo adecuado para su manejo, entonces debe establecerse un
sellado temporal adecuado, que impida el paso de bacterias.
El tamaño del defecto también juega un papel importante ya que las perforaciones grandes
no responden tan bien como las pequeñas. Las perforaciones grandes pueden causar el
problema de un sellado incompleto del defecto, permitiendo así la irritación bacteriana
continua de la zona de la perforación. Las perforaciones pequeñas se asocian usualmente a
menor destrucción tisular e inflamación y son más fáciles de reparar; por lo tanto, la
cicatrización es más predecible y tienen un mejor pronóstico. Las perforaciones pequeñas
son aquellas que ocurren con instrumentos endodónticos de tamaño #15 ó 20.
Los cuatro componentes que se deben considerar en el tratamiento de los percances
endodónticos son detección, corrección, pronóstico y prevención. La detección de una
perforación radicular requiere de una combinación de hallazgos sintomáticos, observación
clínica y medios diagnósticos. Torabinejad refiere que un signo inmediato y típico es la
hemorragia abundante que emana del lugar de la perforación. Podemos detectar la
perforación a través de un medio indirecto como son las puntas de papel, o por la imagen
radiográfica de una lima en el ligamento periodontal o el hueso y cuando el paciente no está
anestesiado se produce un dolor periodontal fuerte.
Otro auxiliar de diagnóstico de las perforaciones es el localizador de ápices electrónico,
considerado por Kauffman un instrumento confiable y un factor esencial para el éxito del
tratamiento. Las lecturas nos mostraran una longitud de trabajo significativamente más
corta que la longitud original, indicativo de la perforación.
Autores como Gutmann recomiendan el realizar la evaluación preoperatoria con dos
radiografías para el diagnóstico, una en dirección ortoradial y otra con una angulación de 15°
mesio o distoradial.
Lasala nos señala algunas normas para evitar las perforaciones:
1. Conocer la anatomía pulpar del diente a tratar, el correcto acceso a la cámara y las
pautas para el empleo de los instrumentos.
2. Tener criterio posicional, tridimensional y perfecta visibilidad.
3. Tener cuidado en conductos estrechos en el paso instrumental del 25 al 30,
momento propicio para una perforación.
4. No emplear instrumentos rotatorios sino en casos indicados y conductos anchos El
pronóstico en el caso de un diente perforado, es desfavorable.
De entre todas las variables que afectan el pronóstico a largo plazo, el parámetro más
importante es la localización de la perforación en relación de la cresta, y la capacidad de
sellado del material de restauración.Otro tipo de accidente que se puede presentar durante
la terapia endodóntica es la subobturación que Rodríguez Ponce la define como la
obturación del conducto radicular lejos de la longitud de trabajo determinada con la
conductometría y va a condicionar al fracaso endodóntico.
Al quedar residuos orgánicos dentro del conducto, las causas más frecuentes de la
subobturación son la creación de un tope corto, la falta del ajuste exacto del cono maestro,
la falta de penetración del material de obturación hasta la longitud de trabajo determinada.
La corrección se realiza obteniendo la nueva determinación del largo de trabajo y correcta
obturación
MARCO TEORICO
ASPECTOS GENERALES DE LA ENDODONCIA.
1.2.1.- Definición, criterios de éxito y objetivos.
Muchas son las definiciones que podemos encontrar de “endodoncia”. Unos ejemplos
pueden ser los siguientes:
“La endodoncia es la parte de la odontología que estudia las enfermedades de la
pulpa dentaria y de las del diente con pulpa necrótica, con o sin complicaciones
periapicales”.
“La endodoncia o endodontología es la parte de la odontología que se ocupa de la
etiología, diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades de la pulpa
dental y sus complicaciones” .
“La endo-metaendodoncia (endo = dentro, meta = más allá, odontos = diente) es
ciencia y arte que se ocupa: 1) de la biología, 2) de la profilaxis,3) de las
alteraciones. 4) de la terapia: a) de la pulpa, b) de la cavidad pulpar y c) del
metaendodonto” .
“Endodoncia es ciencia y es arte, comprende la etiología, prevención, diagnóstico y
tratamiento de las alteraciones patológicas de la pulpa dentaria y de sus
repercusiones en la región periapical y por consiguiente en el organismo.
En resumen, esa especialidad atiende la prevención y el tratamiento del endodonto y de la
región apical y periapical. El endodonto comprende la dentina, la cavidad pulpar y la pulpa,
mientras que la región apical y periapical comprende los tejidos de sustentación del diente,
que incluyen y rodean el ápice radicular y que son:
• Límite CDC (cemento-dentina-canal).
• Conducto cementario.
• Muñon pulpar.
• Cemento.
• Foramen
• Membrana (espacio) periodontal.
• Paredes y hueso alveolar”
“La endodoncia se define como la rama de la odontología que se ocupa de la
etiología, diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades de la pulpa
dentaria y de las del diente con pulpa necrótica, con o sin complicaciones apicales” .
“La endodoncia es la parte de la odontología que se ocupa de la morfología,
fisiología y patología de la pulpa dental y los tejidos perirradiculares, así como de su
correspondiente tratamiento. Su estudio y práctica abarcan las ciencias básicas y
clínicas, que incluyen la biología de la pulpa normal, etiología, diagnóstico,
prevención y tratamiento de las enfermedades y lesiones de la pulpa asociada con
las condiciones perirradiculares”
“La endodoncia desde el punto de vista etimológico, es la parte de la odontología
que se ocupa del interior del diente. ¿Y que hay en el interior del diente? Un tejido
conectivo muy específico y que solo se encuentra en los dientes, al que conocemos
como pulpa dental. Por lo tanto, la endodoncia es la especialidad
odontoestomatológica que se encarga del estudio de la morfología, fisiología y
patología de la pulpa dental y de los tejidos perirradiculares, así como del
diagnóstico y tratamiento de dichas enfermedades pulpares y perirradiculares.
Incluye por tanto, el diagnóstico diferencial y el tratamiento del dolor orofacial de
origen pulpar y periapical; los tratamientos de conductos radiculares indicados
cuando la pulpa inflamada o necrótica, tenga que ser extraída de los mismos; los
tratamientos para mantener la vitalidad pulpar y la cirugía periapical. También están
dentro de esta especialidad, los blanqueamientos de piezas dentarias desvitalizadas
con alteraciones del color, el tratamiento de las reabsorciones radiculares, el manejo
de la pulpa afectada en los traumantismos dentales y los retratamientos de
conductos en aquellos casos que han fracasado previamente”.
1.3) Criterios para evaluar el éxito del tratamiento.
Desde el inicio de la endodoncia, los dentistas se han preocupado por el porcentaje de éxito
que puede esperarse de un tratamiento. El problema que se presenta es en decidir el mejor
método para establecer el éxito o fracaso. El método más común de evaluación es por
radiografías de control. Ingle y Beveridge realizaron en la Universidad de Washington un
estudio en el cual cerca del 95% de todos los casos tratados fueron exitosos con este
método. Sin embargo, este método ha demostrado su ineficacia por falta de consenso entre
los investigadores. Por otra parte, el fracaso ha sido propuesto como aquel que lleva a la
extracción del diente, lo cual tampoco dilucida claramente las razones verdaderas. El éxito
en alcanzar los objetivos de la endodoncia, se mide por criterios clínicos, radiológicos y
biológicos.
Criterios clínicos:
El examen de la corona clínica debe demostrar una restauración final adecuada y el paciente
debe relatar un uso masticatorio normal de los dientes. La mucosa lingual y vestibular deben
ser normales en estructura y color sin tumefacción ni trayectos fistulosos. El espacio
periodontal y los elementos de unión deben ser normales, sin ninguna formación de bolsa
de origen endodóncico, y la movilidad dentaria debe quedar dentro de límites fisiológicos. El
tejido blando debe responder normalmente a la palpación y no ha de ser fluctuante ni
sensible.
Criterios radiológicos:
Al finalizar el tratamiento: Un conducto radicular completo debe reproducirse claramente en
una radiografía de buena calidad, con una distorsión mínima. El tratamiento endodóncico
debe tener como resultado una cavidad de acceso que sea continua con la cámara pulpar y
confluir y continuarse con el contorno del conducto radicular. La radiografía debe mostrar
que todos los espacios de la cavidad están densamente rellenados. La cavidad de acceso y
corona clínica deben estar libres de cualquier perforación visible y de caries remanentes. El
conducto radicular debe quedar rellenado hasta 1 mm del ápice radiográfico y la obturación
de la raíz debe mostrar una terminación definida. Una obturación que termina a más de 2
mm del ápice o lo sobrepasa, se considera un error de procedimiento, a pesar de que el caso
clínicamente sea satisfactorio. El conducto radicular debe estar libre de cualquier
obstrucción que pueda interferir con la terminación mecánica del proceso (prominencia,
instrumentos rotos, perforaciones, y partículas de cuerpos extraños). La obturación del
conducto radicular también debe mostrar una opacidad radiográfica uniforme en todas sus
dimensiones, sin espacios visibles. Los materiales para el conducto radicular deben quedar
confinados al interior del diente. La introducción de gutapercha o puntas de plata en los
tejidos apicales puede considerarse un error de técnica, a pesar de que el diente puede ser
clínicamente asintomático.
En visitas de seguimiento:
El ápice de la raíz debe estar libre de reabsorciones visibles que no estuvieran presentes en
el momento de finalizar el tratamiento.
El hueso periapical debe ser normal en apariencia y estructura.
No debe aparecer ninguna imagen radiolúcida nueva.
La radiolucidez original debe haber disminuido en tamaño o haber desaparecido.
Criterios biológicos:
Consideraciones diagnósticas biológicas: las características biológicas de los pacientes son
bastante específicas e individuales. La capacidad para tolerar ciertas enfermedades y heridas
difiere significativamente, lo cual debe ser tomado en cuenta.
Obturación de los conductos radiculares:
Se tratará de una obturación tridimensional de todo el sistema de conductos radiculares que
previamente se ha instrumentado y desinfectado con materiales que sellen herméticamente
y que no sean irritantes para el organismo.
El objetivo de este tratamiento será pues, la obliteración total del conducto radicular y el
sellado perfecto del ápice en el límite cemento dentinario por un material de obturación
inerte. Según Maisto, la obturación de conductos radiculares consiste esencialmente en
reemplazar el contenido natural o patológico de los conductos por materiales inertes o
antisépticos bien tolerados por los tejidos periapicales . Para Sommer, el sellado hermético
de un conducto -implica la obliteración perfecta y absoluta de todo el espacio interior del
diente en todo su volumen y longitud .Grossman dice que la función de la obturación
radicular es sellar el conducto herméticamente y eliminar toda puerta de acceso a los tejidos
periapicales. La finalidad de la obturación es reemplazar la pulpa destruida o extirpada por
una masa inerte capaz de hacer de cierre para evitar infecciones posteriores a través de la
corriente sanguínea o de la corona del diente. Maisto resume los fines de la obturación en
dos: anular la luz del conducto para impedir la migración de gérmenes del conducto al
periápice, del periápice al conducto (perforaciones radiculares externas o internas,
perforaciones, etc..
Para ello se hará uso de:
a) Materiales Sólidos: En forma de conos o puntas cónicas prefabricadas, de tamaños y
longitudes diferentes. Ejemplo conos de gutapercha, conos de plata, etc.
b) Cementos, pastas o plásticos: Son aquellas pastas, cementos o plásticos que
complementan la obturación de conductos rellenando irregularidades y
discrepancias menores entre el material de obturación y las paredes del conducto.
También actúa como lubricante y ayuda a asentar los conos, llena los conductos
accesorios permeables y los forámenes múltiples.
Según Grossman, los materiales de obturación deben cumplir los siguientes requisitos:
1. Debe ser fácilmente manipulable, con amplio tiempo de trabajo.
2. Debe tener estabilidad dimensional, sin encogerse ni cambiar de forma una vez insertado.
3. Debe ser capaz de sellar lateralmente y apicalmente el conducto, conformarse y
adaptarse a las diferentes formas y perfiles de cada conducto.
4. No debe ser irritante para los tejidos periapicales.
5. Debe permanecer inalterado en ambiente húmedo y no ser poroso.
6. Debe permanecer inafectado por los líquidos tisulares y ser insoluble en ellos; no debe ser
corrosivo ni oxidante.
7. Debe ser bacteriostático o, por lo menos, no contribuir al crecimiento bacteriano.
8. Debe ser radiopaco, fácilmente discernible en las radiografías.
9. No debe colorear la estructura dentaria.
10. Debe ser estéril o fácil y rápidamente esterilizable, en forma inmediata antes de la
inserción.
11. Debe ser removible con facilidad del conducto, si fuera necesario hacer un retratamiento
posteriormente o si se quisiera alojar un elemento de retención intrarradicular (poste, pin).
Según el mismo autor, los cementos empleados deben cumplir que:
1. Debe ser pegajoso cuando se lo mezcla y adherirse bien a las paredes de los conductos. 2.
Debe tener tiempo de fraguado amplio, para permitir al clínico hacer los ajustes necesarios
con respecto al material de obturación.
3. Debe ser capaz de producir un sellado hermético.
4. Debe tener partículas de polvo muy finas que se mezclen con facilidad con el líquido del
cemento.
5. Debe ser radiopaco.
6. Debe expandirse al fraguar.
7. Debe ser bacteriostático.
8. Debe ser biocompatible, no irritar los tejidos periapicales.
9. Debe ser insoluble en los líquidos tisulares.
10. No debe manchar las estructuras dentarias.
11. Tiene que ser soluble en los solventes comunes, por si fuera necesaria su remoción.
12. No debe generar respuesta inmunitaria en los tejidos periapicales.
13. No debe ser mutagénico ni carcinogénico.
Existen numerosas técnicas de obturación de canales radiculares. Quizás la que tiene un uso
más extendido sea la técnica de condensación lateral. Tiene por objetivo la obliteración
tridimensional del conducto radicular con conos de gutapercha y sellador condensados
lateralmente.
A pesar de los defectos encontrados por diferentes autores es la más utilizada por su
sencillez y seguridad y está avalada por muchos años de experiencias con éxito. El cono de
gutapercha principal o más largo se selecciona a partir del tamaño del último instrumento
utilizado en toda su longitud para la preparación del conducto.
El tamaño exacto de la punta de gutapercha debe obtenerse y ajustarse individualmente.
Para rellenar las diferencias entre la gutapercha y la pared del conducto radicular debe
usarse, junto con el cono de gutapercha, un material de sellado con el que sólo es necesario
recubrir las paredes laterales antes de inundar el conducto en su totalidad.
Acto seguido se coloca el cono ajustado hasta la longitud medida previamente y se empieza
el proceso de condensación lateral. Los espaciadores son instrumentos largos, cónicos y en
punta que se usan para comprimir la gutapercha contra las paredes de los conductos,
haciendo lugar para la inserción de conos accesorios del mismo grosor que el espaciador
utilizado. Los condensadores tienen extremo apical plano y se usan para condensar
verticalmente la masa de gutapercha.
El proceso de espaciamiento se repite varias veces, hasta que los conos acuñados impiden
todo nuevo acceso al conducto. A partir de un estudio con isótopos radiactivos, Allison y
cols. demostraron que cuando el espaciador penetra hasta las cercanías del espacio apical
de la preparación, el sellado obtenido es mejor .
Con un instrumento calentado al rojo se cortan los extremos de los conos a nivel de la
apertura coronaria, momento en el que la gutapercha es condensada verticalmente con un
condensador frío. Coexisten otras técnicas como el uso de gutapercha caliente bien en
modo de barritas calentadas en un horno (sistema Thermafil) o bien técnicas que partiendo
de la teoría de Schilder y su condensación 45 vertical de la gutapercha, hacen uso de
aparatología específica para tal fin (sistemas System B, Calamus).
Accidentes y complicaciones en el tratamiento de conductos durante la obturación:
El objetivo de la obturación es evitar la filtración de la restauración coronal hacia el foramen
apical y tejidos perioradiculares de una potencial infección bacteriana través de un llenado
del conducto radicular.Los limites anatómicos del espacio pulpar son la unión dentino-
cemento en apical y la cámara pulpar coronalmente. Sin embargo el debate persiste en que
lo ideal es límite apical en la obturación radicular.
La unión dentino-cemento se encuentra entre 0.5 a 0.7 mm de la superficie externa del
foramen apical, como claramente ha sido demostrado por Kuttler y este es el principal factor
que limita el material de obturación radicular.
Existen dos situaciones relacionadas con el sobrepaso de material de obturación fuera del
límite más aceptado actualmente y uno con la deficiencia de material:
Sobreextensión: Se define como la extensión del material de obturación solido o semisólido
a través del foramen apical y comúnmente implica que el espacio del conducto radicular no
ha sido obturado adecuadamente; generalmente va presidida de un sobre instrumentación.
Cuando esto se produce existe una respuesta inflamatoria por parte de los tejidos
adyacentes sin embargo el avance hacia un proceso de reparación se obstruye debido a la
presencia de una percolación de fluidos tisulares ricos en proteínas, los cuales nutren de
substratos a las bacterias residuales, continuando con el proceso infeccioso concluyendo con
el fracaso del tratamiento endodóntico
Sobreobturación: Se define como la extensión de material de obturación sólido o semi-
sólido a través del foramen apical, sin embargo implica que el espacio del conducto radicular
ha sido obturado adecuadamente.
Según Ingle, es la total obturación del espacio del canal radicular con exceso de material
extruido fuera del foramen apical. La presencia de un sobre obturación conlleva a una
respuesta inflamatoria más severa debido a la baja biocompatibilidad y alta toxicidad de los
materiales de obturación, sin embargo el adecuado sellado permite condiciones adecuadas
para que el proceso de sobreobturación se lleve a cabo.
La sobreobturacion asociada a la extrusión de cemento sellador ocasiona una respuesta
inflamatoria inmediata, aguda y transitoria, debido a la baja biocompatibilidad de ellos
produciendo un deño químico hacia los tejidos periapicales. Sin embargo pueden
perpetuarse en caso de que el irritante no sea eliminado, lo cual puede suceder en el caso
de algunos cementos selladores que poseen liberación sostenida de componentes tóxicos
como el eugenol.
Diversos estudios reportan la presencia de células inflamatorias crónicas, linfocitos y células
plasmáticas, junto a fibroblastos que conforman una barrera que encierra los irritantes.
Además se ha demostrado que cuando se utilizan cementos a base de Oxido de Zinc-
Eugenol, es poco probable obtener un cierre apical completo con cemento reparativo, sin
embargo es frecuente encontrar la formación de un tejido cementoide delgado, y localizado
cerca del foramen apical, pero nunca en contacto con el cemento sellador.
La respuesta inicial del tejido periapical a todos los cementos a base de Oxido de Zinc -
Eugenol, será de tipo inflamatorio; pero a medida que los cementos alcanzan su fraguado
final, tiene lugar la reparación celular, a menos que el cemento siga degradándose y
liberando uno o más de sus componentes tóxicos.
Aunque se observan más zonas de necrosis que otros cementos, incluso cuando la extensión
dentro de los tejidos es mínima, aunque cabe destacar que los tejidos finalmente cicatrizan
en la mayor parte de los casos.
Ocasionalmente el proceso inflamatorio puede ser mantenido aunque no exista la presencia
de microorganismos. La reacción de los tejidos periapicales está asociada con la instauración
de un proceso inflamatorio crónico posterior al proceso agudo por la presencia de un factor
extrínseco como la gutapercha ocasionando una reacción a cuerpo extraño.
Histológicamente se caracteriza por la presencia de un infiltrado de células tipo macrófagos,
células gigantes linfocitos y células plasmáticas.
También puede haber mastocitos y eosinófilos. Refleja una reacción persistente. Además,
destrucción tisular, Inducida por las células inflamatorias e intentos de reparación por
sustitución del tejido lesionado por tejido conjuntivo, cuyo principal objetivo es encapsular
el agente irritante.
Frank señala que a veces puede impulsarse inadvertidamente el material de obturación más
allá del límite apical, terminando en el hueso perirradicular, en el seno paranasal, en el
conducto mandibular o incluso sobresaliendo a través de la lámina cortical. Gutmann et
Establece algunas causas que pueden producir la sobrextensión y la sobreobturación cuando
se utiliza la compactación vertical o lateral, entre éstas:
1. Sobreinstrumentación de la constricción apical, resultando en la ausencia de una matriz
apical de dentina.
2. Errores durante la preparación biomecánica como desplazamiento en la zona apical (zip),
perforaciones, desgastes.
3. Fuerzas excesivas en la compactación
4. Excesiva cantidad de sellador
5. Empleo de conos principales pequeños o mal adaptados.
6. Penetración excesiva del instrumento para la compactación
7. Cualquier combinación de las anteriores
Para prevenir una sobreobturación, Frank refiere que debe prestarse atención especial a los
detalles; las longitudes de trabajo exactas y el cuidado para mantenerlas.
La modificación de la técnica de obturación también es preventiva, sobre todo en pacientes
jóvenes con sistemas de conductos radiculares más amplios o en dientes con resorción
apical. Igualmente se recomienda limitar las fuerzas de compactación y adaptar de manera
adecuada el cono principal.
Manisali reportaron un caso de sobreobturación con pasta de yodoformo que se resorbió 4
días después del accidente.
La sobreobturación abarcó desde el segundo premolar inferior izquierdo hasta el ángulo de
la mandíbula. En una radiografía panorámica se observó intacto el conducto dentario
inferior, por lo cual se sospechó que la pasta se encontraba a nivel del trabeculado óseo.
Gatot et reportaron un caso de sobreobturación por gutapercha termorreblandecida
inyectada y concluyeron que con estas nuevas técnicas de obturación se requiere de menor
tiempo para realizar el procedimiento, el material se adapta al conducto y sus
irregularidades y se necesita Autores como Gutmann señalan que en los casos de
sobrextensión con la técnica de compactación lateral, el material de obturación puede
retirarse del foramen siempre y cuando el cemento no haya endurecido; si este ha
endurecido puede retirarse empleando solventes y limas Hedström.
Por su parte Frank refiere que es muy difícil el retiro del material sobrextendido; muchas
veces al intentar removerlo se romperá y el fragmento quedará suelto en el tejido periapical;
igualmente en los intentos por retirar una sobrextensión con limas Hedström y solventes
puede empujarse el material hacia el periápice. Metzger proponen una técnica para la
remoción de gutapercha sobrextendida, en la cual inicialmente se reblandece la gutapercha
con xilol y se remueve hasta 2 a 3 mm del ápice, posteriormente la gutapercha restante que
se encuentra sólida se engancha y se remueve lentamente con una lima Hedström que se
coloca entre 0,5 y 1 mm. Fuera del foramen apical. Lasala y Frank refieren que aun cuando
se sabe que una sobreobturación significa una demora en la cicatrización periapical, en los
casos de una buena tolerancia clínica es recomendable observar la evolución clínica y
radiográfica hasta 24 meses. Si el material sobreobturado es muy voluminoso o si produce
molestias, se podrá recurrir a la cirugía periapical.
Torabinejad refiere que el pronóstico depende del grado de sellado que se consigue, la
cantidad y la biocompatibilidad de los materiales extruidos y de la reacción del huésped.
La incorporación de dos pasos simples en el procedimiento del tratamiento de conductos
radiculares, disminuye significativamente la posibilidad de obturaciones anómalas; en
primer lugar; el confirmar y el mantener la longitud de trabajo del conducto durante todo el
procedimiento de instrumentación, y en segundo, obtener radiografías durante las fases
iniciales de la obturación para permitir medidas correctivas si es lo indicado.
Subobturación: Es otra complicación durante la obturación que está relacionada a la falta de
sellado de la porción apical debido a una mala determinación de la longitud de trabajo,
obliteración del conducto por compactación detritus, o por mala elección del cono maestro.
Es un accidente de procedimiento que consiste en la obturación lejos de la longitud de
trabajo determinada con la conductometría, condicionando en muchas ocasiones un fracaso
endodóntico, al quedar residuos orgánicos dentro del conducto.
La existencia de una barrera natural dentro del conducto, la creación durante la
conformación canalicular da un stop artificial corto, la falta de ajuste exacto de la punta de la
gutapercha maestra o la falta de penetración del material de obturación hasta la longitud de
trabajo previamente determinada con las causas más frecuentes de la subextensión.
Fractura Vertical: La fractura vertical constituye uno de los problemas diagnósticos más
complejos y frustrantes, obligándonos generalmente, una vez que conseguimos su
diagnóstico, a la extracción de la pieza dentaria, si ésta es unirradicular, o a la hemisección y
radiculectomía en piezas multirradiculares.
Las fracturas radiculares verticales se presentan durante diferentes fases del tratamiento:
instrumentación, obturación, por efectos de la oclusión y colocación de pernos.
Tanto en la condensación lateral como en la vertical, el riesgo de fractura es alto cuando se
ejerce demasiada fuerza durante la compactación.
Lasala refiere como causas predisponentes la curvatura o delgadez de los conductos, la
exagerada preparación biomecánica de los conductos y como causa desencadenante, la
intensa o inadecuada presión en el momento de la compactación.
CONCLUSION:
En base a la revisión bibliográfica realizada en este trabajo podemos concluir que el
conocimiento de cada una de las etapas que constituyen parte del tratamiento endodóntico,
así como el respeto a las normas y recomendaciones establecidas en la literatura
constituyen los factores que impedirán la ocurrencia de complicaciones. Sin embargo los
accidentes siempre pueden ocurrir y es necesario que el profesional esté capacitado para
poder enfrentarlas y lograr superar estos de la mejor manera basado en los procedimientos
científicos preestablecidos.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
http://www.cop.org.pe/bib/tesis/ROBERTORAMIREZLOO.pdf
https://www.medigraphic.com/pdfs/odon/uo-2011/uo113h.pdf
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/405656/2017_Tesis_Gil%20Flor_Jose.pdf?
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