Melodías del Rocío: Poemas

Melodías del Rocío

Enrique Horna

2019

© Enrique Horna – 2019

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ISBN: 978-0-6483699-0-5

El diseño de la cubierta ha sido realizado por el artista peruano Martín Revolo

E-mail: MartinRevolo@shulka.net

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PRINTED IN AUSTRALIA by GLF, Como, NSW (02) 9589 0205.

Con agradecimiento:

v ​A Roy C. Boland Osequeda y Margaret Shepherd,

por la revisión, escribir la introducción y labores de edición de este libro respectivamente.

v ​Al Instituto Cervantes de Sydney, por permitir el lanzamiento de este libro en sus instalaciones.

Introducción

Salga pato o gallareta: un poeta de Oyotún en Australia.

Enrique Horna es un ejemplo de que el Perú es una nación de poetas,  dentro y también fuera de las  fronteras  nacionales.  Oriundo  de  un  pueblo en  Oyotún  en  Lambayeque,  Horna  lleva  muchos  años ganándose la vida en  Sydney  como  ingeniero  industrial,  ejerciendo  como promotor de la cultura hispana y estableciendo  una  reputación  como un poeta de indudable talento en la lengua del Inca Garcilaso y de César Vallejo. Tras  el  éxito  de  su  primer  poemario  Del  amor,  el tiempo y la distancia (2013),  el  vate  presenta  a  los  amantes  de  la  poesía Melodías del rocío, una colección que  palpita  con  arte,  convicción, ideas y una sensibilidad no exenta depasión.

Desde el primer poema, La creación, hasta el último, Se llamaba Nélida, es obvio que para Enrique Horna la poesía representa no sólo el valor fónico, la métrica, el color y la línea, sino también un complejo de experiencias, reflexiones y sensaciones en las que el poeta pone el alma y responde con voz propia al contacto con el mundo. Este poeta canta, sientey medita a través de una nítida serie de técnicas y figuras literarias, entre ellas la sinestesia, tan bellamente captada en el título mismo, y un calidoscopio de imágenes y metáforas, la mayoría inspiradas por la magnificencia de la Naturaleza, que en su memoria sigue deslumbrando a este niño provinciano. Aun después de aterrizar en las calles de grandes ciudades como Lima o Sydney, el poeta, ahora un hombre maduro, culto y cosmopolita, siente latir su corazón campesino, y se adentra en el mundo rural de su niñez, valiéndose para su poesía de las montañas, los sauces, el olor de la tierra, el río de la vega, las pampas de arena, los arrozales, los mangos, paltos y granados. Su universo fue, ha sido y seguirá siendo verde un universo antropomórfico en que hasta las piedras hablan, recuerdan y sonríen.

Otra de las características de este segundo poemario de Enrique Horna es la presencia de la antítesis como recurso lingüístico, estilístico y filosófico. Así, por ejemplo, sorprenden  frases contradictorias como música  muda  o breve inmortalidad. Igualmente, en un mundo dominadopor la majestuosa Naturaleza, de repente saltan de  la  página  las  abstracciones metafísicas y las dudas y preguntas existenciales, como cuando el poeta contrapone el libre albedrío a los juegos del destino, o cuando especula sobre las paradojas del tiempo y la temporalidad: el tiempo que se suma al tiempo viejo con el tiempo joven, para ser del tiempo que nace con la aurora un tiempo nuevo. Su filosofía estética el poeta la define cuando confiesa que me duele la idolatría de lo banal. En verdad, es difícil identificar una banalidad en esta colección de poemas compuestos con pulcritud y gravedad.

Sin embargo, el mismo poeta es capaz de emplear un lenguaje coloquial para   describir la