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RAMÓN DE LA CAMPA CARMONA Director y coordinador ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL MARIANO CONSOLATRIX AFFLICTORUM Historia, espiritualidad, devoción, arte VOLUMEN II Real, Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, María Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de Consolación, Patrona de Carrión de los Céspedes Sevilla 2022 6 Edita: Real, Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, María Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de Consolación, Patrona de Carrión de los Céspedes Diseño y maquetación Páginas del Sur S.L. Portada Bruno Halcón Gómez Contraportada Blanca Reinoso Imprime Artes Gráficas Moreno Depósito legal SE 902-2022 ISBN 978-84-09-40262-5 El presente libro compila una serie de trabajos inéditos que fueron objeto de un arbitraje ciego externo por reputados especialistas en la materia © Reservados todos los derechos. Este libro no puede ser reproducido ni total ni parcialmente sin permiso escrito. Copyright de los textos y de las fotos: sus autores, a no ser que se indique. 7 ÍNDICE Salvador Guijo Pérez La devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el monasterio de San Leandro de Sevilla .......................................................................... 11 Ángel Guisado Cuéllar La Virgen de la Consolación de la Iglesia de Santa Cruz (Catedral Vieja), de Cádiz ..................................................................................... 37 Georges Hellinghausen La Consolatrice des Affligés, Patronne de la Ville et du Pays de Luxembourg ................. 55 Ismael Jiménez Jiménez El lento declinar de una devoción de indígenas limeños: Consolación (siglos XVIII-XIX) ................................................................................................ 73 Antonio Jesús Jiménez Sánchez & Miguel Norbert Ubarri La labor evangelizadora de los agustinos en el Virreinato de la Nueva España y la introducción de la devoción de la Virgen de la Consolación: Michoacán y Puebla de los Ángeles ....................................... 91 Francisco Miguel Lima Nogueira Ermida da Nossa Senhora da Consolaçâo da Ribeira Seca (Terceira, Azores, Portugal) .....................................................................................................111 Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz Nuestra Señora de la Consolación en la tradición cofrade de la Granada moderna ......119 María Virginia López Moreno Una advocación de siglos en un barrio nuevo de Sevilla: la imagen de Nuestra Señora de Consolación en su parroquia de Pino Montano ..............................137 Juan López Vela La Virgen de Consolación de Sevilla. Una devoción Inmemorial para la Semana Santa Hispalense...........................................................................................155 Juan Luque Carrillo Acerca de una interpretación iconográfica del tema de Nuestra Señora de la Consolación y Correa en la Villa Condal de Luque (Córdoba) .............................175 8 Diego Manetti “Voglio consolarvi nelle vostre prove”. Maria Consolatrice degli Afflitti e le apparizioni di Medjugorje...................................................................................193 Antonio Martín Pacheco Una aproximación a la devoción popular andaluza a través de la música: el caso de Nuestra Señora de Consolación de Utrera ........................................................213 Juan Carlos Martínez Amores La imagen de Nuestra Señora de Consolación, titular de la Parroquia de Umbrete (Sevilla). Consideraciones sobre su posible autoría ....................................231 Antonio Montero Parrilla Nuestra Señora del Consuelo, Patrona de Alcolea del Río (Sevilla): historia y devoción ....................................................................................................................251 Juan Manuel Moreno Orta La Virgen de Consolación de San Juan del Puerto (Huelva)............................................271 Julie-Thérèse Mowinski Notre-Dame de la Consolation à Uccle, Belgique ..............................................................287 Enrique Muñoz Nieto Las mujeres fuertes del Antiguo Testamento, consoladoras del pueblo judío, prefiguras de María. Casos pictóricos sevillanos del siglo XVIII ..........305 Roberto Maria Naso Náccari Carlízzi La festa della Madonna della Consolazione a Reggio Calabria (Italia). Storia, riti, rituali .......................................................................................................................333 Manuel Peláez del Rosal La devoción a la Virgen de la Consolación en el Convento de San Francisco de la Villa de Priego y la desaparecida Hermandad de la Esclavitud de Nuestra Señora: una fundación del siglo XVII ................................361 Pilar Pérez Camarero El arquetipo mariano dentro de nosotros: ¿Qué te da consuelo? Poner palabras e imágenes que nos sostengan en un tiempo de revelación apocalíptica .............................................................................................................383 Pedro Luis Pérez Frías María Santísima de Consolación y Lágrimas de la Archicofradía de la Sangre de Málaga, camino del primer centenario (1929–2029) ..........................................................399 Eusebio Manuel Pérez Puerto Consolación y Mayrena del Alcor (Sevilla): la pervivencia de una devoción a través de la Hermandad de la Humildad .........................................................419 9 Llucià Pou Sabaté María, Madre de Dios y Madre nuestra, Consuelo de los Afligidos ...............................437 Marion Reder Gadow Una imagen singular en una cofradía penitencial de Málaga: la Virgen del Consuelo de la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro ...............................................................................469 María Victoria Redondo Vega El consuelo de María como signo protector de la aflicción psicosomática en el evolutivo de la persona enferma .......................................................479 Juan Manuel Rodríguez Cantero La Virgen de la Consolación de Molina de Segura (Murcia), una de las devociones más antiguas de la Diócesis de Cartagena (siglo XIII-1936) ...................499 José Román Delgado La Hermandad de Consolación de Cartaya (Huelva): tiempo y patrimonio ..................543 Carlos José Romero Mensaque La advocación de Nuestra Señora de Consolación y Consuelo en las congregaciones rosarianas de Sevilla durante la modernidad ........................................565 Anna Rotundo Maria, Consolatrice degli Afflitti: una riflessione teologica ............................................593 Maria Gràcia Salvà Picó La advocación de la Virgen de la Consolación en Mallorca. El santuario de Santanyí ..........................................................................................................601 José María Salvador González La Virgen consoladora en himnos litúrgicos medievales .................................................615 Valeriano Sánchez Ramos Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de Tices, Patrona de Ohanes (Almería) .........629 Valeriano Sánchez Ramos y Carlos Villoria Prieto La devoción a Nuestra Señora de la Consolación en las Islas Filipinas ........................675 Karen Mª Vilacoba Ramos La devoción mariana de la monarquía hispánica y la advocación de Nuestra Señora de la Consolación en las Descalzas Reales de Madrid .........................697 Juan Villegas Martín Nuestra Señora de Consolación, devoción histórica en Cartaya (Huelva) ...................711 Estudios La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el Monasterio de San Leandro de Sevilla1 Salvador Guijo Pérez Doctor Internacional en Historia y Estudios Humanísticos La devoción a la Virgen María en la Orden de San Agustín2 D esde los mismos orígenes fundacionales por el propio san Agustín y con la posterior institución jurídica como Orden de San Agustín en el siglo XIII, la presencia de la devoción a la Virgen ha sido asumida como una de las características propias de las órdenes mendicantes, destacando su lugar en la celebración de la liturgia. Durante la etapa medieval, concretamente a partir de 1284, la vigilia mariana Benedicta tu, que fue tomada como propia de la orden, era tradicional entre los agustinos pasando a ser rezada diariamente tras la oración de Completas. Fue en 1568, cuando san Pío V limitaría a unos pocos días del año la obligación del oficio Parvo, en honor de la Virgen, para las comunidades religiosas. Igualmente, como toda orden de carácter mendicante, la agustiniana fue instada, a partir de 1318, a realizar de manera obligatoria, el rezo de la ¹ Abreviaturas utilizadas: AMSL = Archivo monasterio de San Leandro; AGAS = Archivo General del Arzobispado de Sevilla. ² Elementos de esta ponencia fueron publicados en Salvador GUIJO PÉREZ, “La extinta Archicofradía sevillana de la Correa o Cinta de San Agustín y sus vestigios en el monasterio de San Leandro”, en: Boletín de las cofradías de Sevilla, n. 743, 2020, pp. 880-886. 12 | Salvador Guijo Pérez Salve después de cada Hora canónica: “…porque el honor de la madre es de aquél que nació de ella: por esto, deseando nosotros cuanto podamos, él nos concederá honrar al Hijo de Dios… para que su piísima Madre sea siempre abogada nuestra y de toda la orden ante su Hijo”3. Los agustinos de este período bajomedieval no consiguieron emular la promoción del culto mariano a los niveles de otras órdenes mendicantes, como los franciscanos, los dominicos, los carmelitas, etc. Tampoco extendieron un culto mariano propio, como es el caso de la Virgen del Rosario de los dominicos, la Virgen del Carmen y la devoción del santo escapulario de los carmelitas y, más tarde, la Virgen de los Dolores de los siervos de María. A pesar de ello, el culto y la devoción a la Virgen estaban activos en la labor apostólica y en la vida litúrgica de la orden, siguiendo el calendario de la Iglesia o el propio, y manteniendo una rectitud doctrinal exenta de un marianismo excesivo. Igualmente, a partir de este periodo fueron propagadores de distintas advocaciones marianas vinculadas al carisma agustiniano. Durante la Época moderna, se generalizó entre los agustinos el rezo del Ave Regina coelorum, Mater Regis angelorum, tras la celebración de la misa. Igualmente ocurrió con la práctica del rosario, al menos como devoción particular, propagándose como un ejercicio piadoso extendido desde el siglo XVI en las comunidades religiosas de la orden. Finalmente a las puertas del siglo XX, las Constituciones de 1895 prescribieron por primera vez la recitación de otra práctica devocional mariana del Quinientos, la Corona o Coronilla de la Virgen de la Consolación4. Consistía en la lectura de los trece artículos del Credo de los Apóstoles y, después de cada artículo, la recitación de un padrenuestro, avemaría y gloria. Según Benítez Sánchez, este ejercicio de piedad agustiniana, que aún hoy se recoge en el último Ritual de la Orden, publicado en Roma en 2001, tuvo una enorme extensión en la geografía agustina, a la par que la devoción al título de la Madre de la Consolación, por ser práctica habitual en los fieles que formaron parte de la Orden Tercera de San Agustín o de la ³ David GUTIÉRREZ, Los agustinos desde el protestantismo hasta la restauración católica. 1518-1648. Historia de la Orden de San Agustín, vol. II, Institutum Historicum OSA, Roma, 1971, p. 123. ⁴ John GAVIGAN, Los agustinos desde la revolución francesa hasta los tiempos modernos. Historia de la Orden de San Agustín, vol. IV, Institutum Historicum OSA, Roma, 1999, pp. 348-349. La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 13 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Archicofradía de Nuestra Señora de la Consolación y Correa5. A lo largo de los siglos, como citábamos anteriormente, los agustinos se encargaron de dar culto a la Virgen por medio de cuatro títulos o advocaciones, introduciendo los mismos en su ritual y celebrando sus fiestas. Estas modestas advocaciones fueron las de Nuestra Señora del Socorro, Nuestra Señora de Gracia, Nuestra Señora de la Consolación y Correa y Nuestra Señora Madre del Buen Consejo. De la mano de estas que podemos llamar “advocaciones mayores”, se expandió una geografía mariana en la Orden de San Agustín. Junto a éstas, más generales, existieron otras de menor extensión que tuvieron gran trascendencia en la pastoral agustiniana a nivel provincial o regional. Destacamos la devoción a la Virgen de Regla, en el convento de Chipiona, en Cádiz6, que se extendió entre los conventos de la Provincia de Andalucía. Igualmente mencionamos a Nuestra Señora del Risco de Villatoro, en la provincia Ávila, advocación venerada en la Provincia de Castilla hasta la desamortización7, o la Virgen del Parto de la iglesia de San Agustín, en Campo Marzio, Roma, imagen devocional de la provincia romana de la orden8. Del mismo modo, ocurrió a la inversa, y esta advocación con el título de Consolación fue asumida por otras congregaciones no agustinianas, como fue el caso de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, donde destacamos el santuario bajo su patronazgo en Utrera. En este caso, la imagen de la Virgen de Consolación generó en torno a Ella un movimiento milagroso que fue custodiado finalmente por esta orden, siendo la talla preexistente a los clérigos. Los religiosos mínimos asumieron su cuidado, llegando a hacer esta un emblema de su institución, nominando, incluso, los nuevos cenobios bajo su título. El femenino ⁵ Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas en la Orden de San Agustín”, en: Francisco Javier CAMPOS (coord.), Advocaciones Marianas de Gloria, Actas del mismo Simposium, vol. I, R.C.U. Escorial-Mª. Cristina, San Lorenzo del Escorial, 2012, pp. 598-599. ⁶ Basilio ESTRADA ROBLES, Los agustinos ermitaños en España hasta el siglo XIX, Editorial Revista Agustiniana, Madrid, 1988, pp. 442-448. Esta devoción a la Virgen de Regla hace referencia a la Regla de San Agustín y está vinculada a la leyenda tardomedieval que la entronca directamente con el santo. Con la desamortización los agustinos fueron expulsados del convento siendo recuperado a posteriori como cenobio por los hermanos franciscanos de la Provincia Bética, que actualmente lo ocupan y mantienen el culto de la Virgen. Confróntese Félix del BUEY PÉREZ y Miguel VALLECILLO MARTÍN, Santa María de Regla, Cádiz, 1984. ⁷ Basilio ESTRADA ROBLES, Los agustinos ermitaños…, op. cit., pp. 313-321. ⁸ Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas…”, op. cit., p. 599. 14 | Salvador Guijo Pérez monasterio de Nuestra Señora de Consolación de Sevilla, vulgarmente conocido como las Mínimas de Triana, fue fundado como tal en 1565, bajo este mismo patronímico trasladándose de la villa de Fuentes de León. Sin embargo, fruto de las inundaciones que asolaron el lugar, el edificio se malogró y la comunidad se trasladó a uno nuevo en la calle Sierpes, en 1596, trasladando a este su título. Una vez reconstruido el primitivo, el convento se dividió en dos, pasando a ser denominado el trianero con el nombre de Nuestra Señora de la Salud, desde 1602. En 1837, este edificio fue desamortizado, mudándose las religiosas primero al de Sierpes y posteriormente, tras la revolución de 1868, al franciscano de Santa María de Jesús. Finalmente, la hégira de ambas comunidades concluyó con el regreso al cenobio de la calle de La Cava, Pagés del Corro, desde 1893, que pasó a titularse nuevamente como de Consolación desde 18789. En este cenobio son múltiples las imágenes dedicadas a la Virgen de Consolación de Utrera; con la desamortización de los mínimos, una parte de los bienes suntuarios utreranos pasó al convento femenino de Triana. Entre las imágenes de la Virgen en Sevilla, destaca la pintura del ático del retablo de San Francisco de Paula que guarda una gran similitud con los grabados de la imagen de Utrera, donde se representa a la Virgen en sus andas procesionales, con niños a los pies y entre exvotos, como símbolo del enorme poder milagroso que atesoraba. El retablo mayor, obra de Cayetano de Acosta, se encuentra presidido por la imagen mariana titular del cenobio bajo esta advocación. Esta es de corte barroco reproduciendo, claramente, la iconografía y gestualidad de la Virgen de Consolación de Utrera. La advocación de la Virgen María, Madre de la Consolación y Correa, en el monasterio de San Leandro de Sevilla Con la advocación de Nuestra Señora de la Consolación y Correa, María es reconocida como patrona de la Orden de San Agustín. Su fiesta se celebra el cuatro de septiembre, con rango de solemnidad. Una leyenda justifica este título por el consuelo que la Virgen otorgó a santa Mónica en su aflicción por la muerte de su esposo Patricio y la ⁹ Manuel Jesús ROLDÁN SALGUEIRO, Conventos de Sevilla, Almuzara, Córdoba, 2011, pp. 134-135. La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 15 Monasterio de San Leandro de Sevilla | falta de fe de su hijo Agustín, adepto al maniqueísmo durante aproximadamente una década. El origen de este consuelo mariano lo encontramos en las Sagradas Escrituras: El Dios que se compadece de su pueblo envió a su Hijo al mundo, “para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados” (Isaías 61, 2), siendo constituido el supremo consuelo de los hombres. La Virgen María fue el medio por el cual Dios envió esa consolación a su pueblo, empezando a ser venerada con el título de “Madre del Consuelo” o “Consoladora de los afligidos”. Recogen los tratados de piedad medievales que “estando Mónica, mujer de lágrimas, en plena aflicción por la reciente viudedad y soledad en la que su hijo le dejaba, se apareció la Virgen María, quien la consoló exhortándole a vestirse de negro y ceñirse con una correa o cintura del mismo color”10. Una vez que san Agustín se convirtió, adquirió la manera de vestir de su madre y legó la correa y el hábito negro a sus discípulos en la vida religiosa. La propia orden explica el origen de esta historia como fruto de un amor exacerbado a la Virgen que pudo hacer surgir ciertos elementos míticos, propios del bajomedievalismo los cuales, al amparo de bellísimas leyendas, quisieron autentificar determinadas devociones surgidas tardíamente. Éste pudo ser el caso del título de la Consolación, que, como vemos, las crónicas antiguas de la orden vinculan al mismo san Agustín y a su madre, santa Mónica, para enaltecer su figura y honrar su origen11. El primer dato histórico de este título mariológico lo podemos situar en torno a 1439 en el convento agustiniano de San Giacomo Maggiore de Bolonia, al amparo de la cofradía de la Cintura de San Agustín y Santa Mónica. En 1495, Martín de Vercelli fundó la cofradía de Nuestra Señora de la Consolación12, siendo finalmente fusionada con la de la Cintura en 1575 por el prior general de la orden. Esta fusión fue ratificada y bendecida por el Papa Gregorio XIII que le concedió el título de archicofradía, en razón de su probada antigüedad, así como numerosas indulgencias. A partir de este hecho numerosas aso10 David GUTIÉRREZ, Los agustinos en la Edad Media. 1357-1517. Historia de la Orden de San Agustín, vol. I/2, Institutum Historicum OSA, Roma, 1977, p. 125. 11 Ídem. 12 Ibídem, p. 126. 16 | Salvador Guijo Pérez ciaciones de cinturados o “corregiatos” de San Agustín y Santa Mónica13 se unieron a esta archicofradía durante el siglo XVI y los posteriores. La correa se convirtió, junto al corazón traspasado y ardiente de Agustín, en el signo iconográfico agustiniano por antonomasia. Al amparo de la leyenda de la Virgen de la Consolación y los santos fundadores se le atribuyó un halo milagroso a la misma, generando una devoción similar al escapulario de la Virgen del Carmen o al Rosario de la Orden de Predicadores14 El Papa Paulo V concedió en 1606 el privilegio de instituir la archicofradía en las iglesias del clero secular, convirtiéndose el siglo XVII en el de mayor expansión de la advocación en la geografía agustiniana. Casi todas las provincias de la orden, a mediados del citado siglo, tenían establecidas en sus iglesias conventuales la archicofradía, extendiendo el culto a la Virgen bajo este título. Los fieles agregados a la archicofradía eran conocidos como cinturados de San Agustín o de Nuestra Señora de la Consolación y se comprometían a dar buen ejemplo de vida cristiana, frecuentar los sacramentos, ceñirse con la correa de cuero y rezar todos los días, en cuanto les fuera posible, la Coronilla de Nuestra Señora de la Consolación15. El convento de San Felipe el Real, en Madrid, hoy desaparecido, fue pionero en agregarse en España a la citada archicofradía desde el siglo XVI. Desde éste se distribuían las filiales de la misma funcionando como matriz en la práctica totalidad de los conventos agustinianos. En San Felipe el Real se veneraba una imagen de la Virgen, obra de Juan Pascual de Mena16. Tras la desamortización y demolición del convento, la talla de Pascual de Mena cambió en diferentes ocasiones de destino Felipe SEVILLA, Compendio sucinto de los milagros de la Sagrada Correa y breve sumario de las grandes indulgencias y gracias que los Sumos Pontífices han concedido a la Archicofradía de la Correa de N. G. P. y Doctor de la Iglesia S. Agustín, con el glorioso titulo de Nuestra Señora de la Consolación. Imprenta de Nuestra Señora de Loreto, Sampaloc, 1797, pp. 21-31. 14 Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas…”, en op. cit., p. 611. 15 Ibídem, p. 612. 16 Juan NICOLAU CASTRO, “El escultor Juan Pascual de Mena”, en: Goya: Revista de arte, nº 214, 1990, pp. 195-197. Nicolau relaciona Nuestra Señora de la Consolación y Correa de los agustinos de San Felipe el Real de hacia 1766 con la Virgen del Patrocinio, la del Rosario de la parroquia de Rascafría, procedente de una de las capillas de la cartuja de El Paular de Madrid, que bien puede datarse antes de 1750. Mientras que también es muy similar y anterior la de Nuestra Señora de las Mercedes, de su villa natal, fechada en 1747. Sobre la biografía del escultor, Antonio José DÍAZ FERNÁNDEZ, “Notas para la biografía del escultor Juan Pascual de Mena”, en: Boletín del Seminario de Arte y Arqueología, nº 52, 1986, pp. 501-508. 13 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 17 Monasterio de San Leandro de Sevilla | para ser finalmente expuesta al culto en la madrileña iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza. El modelo de Pascual de Mena de la archicofradía madrileña fue exportado a la mayor parte de sus filiales, siendo el icono más representativo de esta advocación mariana. Sevilla se agregó a la archicofradía matriz de Bolonia y popularizó el culto de la Virgen de la Consolación entre sus habitantes a finales del siglo XVI, según consta en una carta firmada en Roma por el vicario general de la orden, Agustín Cornato, el diecinueve de abril de 1595. Posteriormente, Paulo V revalidó, el uno de febrero de 1611, las gracias e indulgencias de la Correa, estableciendo que la procesión se celebrase el cuarto domingo del mes. Esta bula se publicó en la iglesia del convento de San Agustín el veintisiete de abril de 1614 con gran solemnidad, predicando Pedro Maldonado17. San Alonso de Orozco fue un gran propagador de la devoción a la Correa y a la Virgen de la Consolación. Desde el convento de San Felipe el Real, donde residió muchos años, instó al convento Casa Grande y a la orden agustiniana en Sevilla a que igualmente lo hicieran por haber sido prior de aquella comunidad. Fue en este convento sevillano donde san Alonso recibió en sueños el mandato de la Virgen de que empezara a escribir su obra en 1542, de ahí el interés en su propaganda. El abad Gordillo también recogió la existencia en la Casa Grande agustiniana de esta cofradía llamándola de la Correa o Cinta de San Agustín, e indicando que estaba muy extendida entre los fieles de Sevilla, a principios de 1630. En su obra refiere que era muy devota la estación que hacía el pueblo sevillano en los primeros domingos del mes al convento de San Agustín para visitar la Cinta o Correa, y añade que era muy digna de ser frecuentada y traer (la correa) por ser insignia del santo fundador. Los cofrades de la Correa acostumbraban a “encinturarse” la misma al modo que lo hacían en su hábito los religiosos de la orden, de manera “manifiesta y descubierta” 18. La fiesta principal se celebraba en la domínica infraoctava de san José María MONTERO DE ESPINOSA, Antigüedades del convento Casa Grande de San Agustín de Sevilla y noticias del Santo Crucifijo que en él se venera, Imprenta de Don Antonio Carrera y compañía, Sevilla, 1817, pp. 39-41. 18 Alonso SÁNCHEZ GORDILLO, Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana (con adiciones de Ambrosio de la Cuesta y del copista anónimo de 1737). Sevilla, 1737, punto 96, p. 103r. m. Signatura A 330/030; consulta online el 28 de agosto de 2020. https://archive.org/details/A330030/page/ n207/mode/2up (consultado 28/8/2020) 17 18 | Salvador Guijo Pérez Agustín, en cuyo día había bendición pontificia concedida por la gracia de Benedicto XIII, el veintinueve de febrero de 172819. Este cenobio contaba con diferentes representaciones pictóricas y escultóricas de esta advocación siguiendo las indicaciones papales para poder afiliarse a la archicofradía matriz. Destacaba el retablo de la capilla de los Esquiveles o de la Correa en el claustro principal con una pintura realizada por Juan Ruiz Soriano, denominada La Virgen de la Correa. Ésta podría ser fechada alrededor de 1730, tomando el modelo a partir de otra que pintara Juan Sánchez Cotán. González de León la mencionó con el título Nuestra Señora de la Correa con San Agustín y el Bautista20. La pintura es propiedad actualmente del Museo de Bellas Artes de Sevilla21. Entendemos que ésta no fuera la imagen primitiva de la archicofradía sevillana que era anterior. Gracias a la documentación que se encuentra en el Palacio Arzobispal, conocemos los datos de la remodelación de la capilla mayor con detalle, así como una descripción pormenorizada del templo entre 1814 y 1836. Por ello nos consta que en la nave de la epístola se recogía, seguidamente a la capilla de Santo Tomás de Villanueva, la propia de la Virgen de la Correa, imagen de vestir con el Niño venerada en un retablo de caoba22, pudiendo ser esta talla la titular de la archicofradía. El convento de San Leandro, siguiendo la corriente impulsada por la orden, poseyó igualmente diferentes obras que representaban la iconografía de la Consolación. Sus religiosas y los fieles del monasterio practicaron la devoción de la Correa de San Agustín agregándose a la archicofradía y levantando un altar con la citada advocación. Se conoce que a los pies de la iglesia las religiosas tenían un retablo dedicado a este título mariano. El mismo fue presidido por distintas MONTERO DE ESPINOSA, José María, Antigüedades del convento…, op. cit., p. 41. GONZÁLEZ DE LEÓN, Félix, Noticia histórica, artística y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos de de esta Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e Invicta Ciudad de Sevilla, y de muchas casas particulares. Sevilla, Imprenta de José Hidalgo, 1844, p. 283. 21 Confróntese VALDIVIESO GONZÁLEZ, Enrique, “Pinturas de Juan Ruiz Soriano para el convento de San Agustín de Sevilla”, en Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte, n. 6, 1993, pp. 305-316. 22 AGAS, sección II (Gobierno), leg. 16.393, doc. 16, sin foliar. “SEVILLA. SAN AGUSTÍN. INVENTARIO DE LOS OBJETOS DE CULTO, VASOS SAGRADOS Y ORNAMENTOS PERTENECIENTES A LA IGLESIA DEL INDICADO SUPRIMIDO CONVENTO”. Citado por FLORES HOLGADO, Antonio, El convento Casa Grande de San Agustín de Sevilla. Referencias documentales en relación al patrimonio históricoartístico, trabajo fin de Grado, Universidad de Sevilla, 2020, p. 70. 19 20 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 19 Monasterio de San Leandro de Sevilla | imágenes con distinta advocación. A finales del siglo XIX, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús llevó a las religiosas a remodelar sus altares y retablos. La imagen del Corazón Deífico pasó a presidir el altar mayor, desplazando al titular del cenobio al segundo cuerpo de este. Igualmente, la iconografía del Corazón de Jesús en la iglesia del monasterio se acompañó de la dedicada al Corazón de María que se encontraba en un altar propio a los pies de la iglesia en el lado del Evangelio, ocupando temporalmente el de la Consolación, durante la primera década del siglo XX. Desconocemos cual fue el paradero de dicha imagen, aunque creemos que pudo ser la que actualmente posee el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón que ocupa el retablo de la capilla del Cristo de la Sangre o una reconversión de esta, ya que la talla puede datarse como de finales del siglo XVI. La imagen de santa Rita de Casia, una vez que fue recuperada de la iglesia del antiguo convento del Dulce Nombre de Jesús en el año 190023, se ubicó en uno de los nuevos retablos situados a los pies de la iglesia, en el muro de la epístola. Sin embargo, ésta cambió de ubicación en el año 1930, con la llegada de la talla de la Consolación de Sebastián Santos, al retablo frontero que hoy ocupa, teniendo el conocido panel cerámico y su cepillo de la Pila del Pato, a las espaldas del mismo, en el exterior. La Virgen original, previa a la de Santos, fue una imagen vestidera de candelero caracterizada por unas facciones toscas, propias de principios del Setecientos o finales del siglo anterior con claras modificaciones y adaptaciones posteriores. Con la remodelación de los retablos y las nuevas obras, esta talla pasó a la clausura y ocupó un nicho propio en la nueva capilla de San Agustín, ubicada en el claustro principal. El levantamiento de esta capilla se realizó en el año 1907, siendo abadesa Concepción de la Santísima Trinidad Martín Vázquez García. Su ubicación fue privilegiada, ya que se encuentra presidiendo la sala, enfrentada al titular de la orden, obra de Pedro Roldán [figs. 1 y 2]. El actual retablo de Santa Rita es testigo de su pasado, ya que se encuentran en él dedicaciones marianas dedicadas a la anterior titular. En AMSL, 27 de julio de 1900. Mediante misiva del secretario de la cámara de gobierno del arzobispado, Manuel Jiménez, concede permiso a las religiosas de San Leandro para poder recuperar la efigie de santa Rita. Ésta correspondía por derecho a la comunidad de religiosas del Dulce Nombre de Jesús, incorporadas al de San Leandro, teniéndola en depósito la que era iglesia de las anteriores. 23 20 | Salvador Guijo Pérez el banco de éste se dispone una obra de pintura sobre lienzo del siglo XIX que representa a la Virgen de la Consolación entregando la correa a santa Mónica [fig. 3]. Del mismo modo, el frontón partido que lo remata posee un resplandor en torno al anagrama de María. Igualmente, contamos con una ilustración de principios del siglo XX24, que nos muestra el retablo actual de Santa Rita, ocupado por lo que parece una imagen mariana, mientras que en el opuesto se encontraba provisionalmente la santa desde que llegase al cenobio, lo que nos lleva a confirmar sin ningún género de dudas que el mismo se dedicaba a la Virgen de la Consolación. Con motivo del XV centenario de la muerte de san Agustín, las religiosas decidieron realizar una nueva imagen conforme a la moda del momento para revitalizar el culto a la misma, muy extendido entre los miembros de la comunidad. Siguiendo el modelo de la Virgen de la Consolación de Juan Pascual de Mena, cuyas estampas se extendieron vertiginosamente entre los devotos españoles a principios del siglo XX y entre las mismas religiosas, el convento decidió encargar a Sebastián Santos Rojas, en 1929, la realización de una talla que representara a la misma [fig. 4]. La imagen de Nuestra Señora de la Consolación y Correa reproduce la iconografía más tradicional de la misma siguiendo escrupulosamente el canon de la anteriormente citada como modelo [fig. 5]. La Virgen se muestra sedente con el Niño en brazos, ofreciendo la correa del hábito agustino. Ésta sería recibida por las religiosas agustinas en representación de san Agustín y de su madre santa Mónica, que podrían haber sido igualmente esculpidos, ambos, arrodillados a sus pies. En su policromía destacan los tonos claros y brillantes con motivos florales barrocos sobre túnica blanca, envuelta por un manto azul turquesa. El velo de su cabeza también se encuentra estofado y policromado con motivos florales, el cual, en su origen, según el documento que presentaremos a continuación, se encontraba policromado a rayas, siguiendo la estética del cíngulo con que se ciñe el vestido. Esta obra fue catalogada por Sebastián Santos Calero, tanto en su tesis 24 Fototeca Universidad de Sevilla. La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 21 Monasterio de San Leandro de Sevilla | doctoral25 como en la posterior obra biográfica sobre su padre26, en el año 1932. Esta datación es incierta pues tanto el archivo monacal y hemerográfico estudiado, así como el testimonio de las religiosas, la sitúa en el año 1930 convirtiéndose en una de las primeras obras del autor, como así lo publicamos y corregimos27. Un estudio hemerográfico nos llevó a descubrir la revista católica La Hormiga de Oro28 que ofrecía en su número 38 con fecha de 18 de septiembre de 1930 una noticia que nos resulta de especial interés. Bajo el título, “Sevilla: Las fiestas del centenario de San Agustín”, Cecilio Sánchez del Pando publicaba un breve con dos fotografías dedicadas a las imágenes de la Virgen de la Consolación y Correa y a San Agustín, del monasterio agustino de San Leandro. Ambas se encontraban entronadas en dos parihuelas para ser portadas en procesión por las calles de Sevilla. El mismo se desarrollaba así: “Pasos con la imagen de Nuestra Señora de la Correa y de san Agustín, que figuraban en la solemne procesión con que las religiosas agustinas de San Leandro terminaron las brillantes fiestas celebradas con motivo del XV centenario de la muerte del santo obispo de Hipona (S. del Pando)”. Sánchez del Pando fue un fotógrafo y periodista onubense que llegaría a convertirse en uno de los principales reporteros gráficos de Sevilla. Colaborador de distintos diarios, enviaba sus reportajes como corresponsal sevillano de La Hormiga de Oro. Esta fue una revista española, editada en Barcelona entre 1884 y 1936, que surgió como una alternativa católica a la prensa ilustrada de la época. Haciéndose eco de la noticia, ésta compartía página con otro artículo de carácter histórico sobre “Los agustinos sevillanos y la cultura”, firmado por Tomás de Aquino García y García Las instantáneas de Sánchez del Pando mostraban cómo los pasos se encontraban a los pies del presbiterio del monasterio, delante de las rejas que antiguamente lo reservaban. Del mismo modo, podemos observar Sebastián SANTOS CALERO, Iconografía religiosa del escultor Sebastián Santos Rojas. Tesis doctoral presentada en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, 17 de junio de 1987, p. 167 26 Confróntese Sebastián SANTOS CALERO, Sebastián Santos Rojas. Escultor-imaginero, Guadalquivir Ediciones, Sevilla, 2005. 27 Salvador GUIJO PÉREZ, “La extinta Archicofradía sevillana de la Correa o Cinta de San Agustín y sus vestigios en el monasterio de San Leandro”, en: Boletín de las cofradías de Sevilla, nº 743, Consejo de Cofradías, Sevilla, 2020, pp. 880-886. 28 Cecilio SÁNCHEZ DEL PANDO, “Sevilla: Las fiestas del centenario de San Agustín”, en La Hormiga de Oro. Ilustración Católica, año XLVII, n. 38, 18 de septiembre de 1930, p. 620. 25 22 | Salvador Guijo Pérez cómo el retablo mayor se encontraba cubierto de cortinas de terciopelo rojo, ante las cuales se había levantado un altar efímero presidido por la imagen del san Agustín de Francisco Dionisio de Ribas del retablo lateral de la iglesia29. Igualmente se colocaba a sus pies el manifestador con forma de sol y rematado en una corona de plata de la comunidad, pues en esos días se celebraba el Jubileo de las Cuarenta Horas. Esta práctica aún sigue llevándose a cabo de manera circular por las iglesias de la ciudad de Sevilla, coincidiendo la fecha adjudicada a San Leandro con el triduo de san Agustín. La instantánea de la Virgen de la Consolación nos muestra esta talla sobre las parihuelas del Corpus Christi, que la comunidad utilizaba en las diferentes procesiones claustrales del convento. En ella la imagen se ve alumbrada por velas portadas en candelabros de plata de diferentes épocas, destacando el juego perteneciente al ajuar de san Agustín. Igualmente, se aderezó el conjunto con diferentes jarras de plata que se llenaron de flores. La imagen se encontraba enjoyada con unos hermosos zarcillos de cristales, un broche con forma de mariposa que sostenía la correa en su regazo, así como el aro de doce estrellas que muestra en la actualidad. El Niño Jesús portaba como atributos las tres potencias y diferentes cadenas con medallas religiosas en su cuello [fig. 6]. La fotografía de san Agustín nos presenta una talla desconocida por el gran público. Esta obra, que atribuimos a la gubia de Pedro Roldán, es el patrono del monasterio y se le rinde culto en la capilla propia que anteriormente mencionábamos. El santo porta uno de sus ternos bordado en oro, así como los cuatro atributos que lo definen iconográficamente: una pluma en plata, una mitra con sus dos ínfulas decoradas con piedras preciosas, la cruz pectoral de plata sobredorada y amatistas, así como la Iglesia sobre su mano izquierda que lo identifica como padre y doctor de la misma. Esta última alhaja fue donada por la abadesa Francisca de Córdoba en 1675. En relación a esta talla, contamos con una carta de pago del escultor Francisco Dionisio de Ribas que permite datarla con fecha diez de septiembre de 1651. Cf. Salvador GUIJO PÉREZ, “Sobre la contratación de retablos para la nueva iglesia del monasterio de San Leandro de Sevilla. Finales del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII”, en Archivo hispalense: Revista histórica, literaria y artística, t. CI, nº 306308, Diputación Provincial, Sevilla, 2018, p. 273. 29 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 23 Monasterio de San Leandro de Sevilla | La imagen se yergue sobre una peana con dos ángeles, propiedad del monasterio y cruzado delante de la misma se dispuso un báculo en plata. Esta pieza, que generalmente es portada por la Virgen de la Granada como abadesa perpetua del monasterio, proviene del convento del Dulce Nombre de Jesús, siendo una de las pocas preseas que las religiosas pudieron salvar durante la fusión desamortizadora30. Este era el báculo abacial que Madre Cristo, la última abadesa, portaba en las grandes ceremonias de su convento. Fue utilizado por última vez en la procesión pública que las religiosas realizaron desde su cenobio hasta San Leandro para unirse a esta comunidad31. Desconocemos la procedencia de los candelabros, así como de los respiraderos de madera tallada que iluminan el paso. Sí se conserva la parihuela del mismo que pudo realizarse para tal efeméride [fig. 7]. Desde el archivo monacal, las fiestas del XV centenario de la muerte de san Agustín trajeron consigo grandes fastos y los libros de cuentas son testigos de los mismos. Hemos querido buscar una anotación que nos certificara el pago de la talla al escultor Sebastián Santos, pero los salarios aparecen como concepto general, “jornales”, sin especificar en los libros de clavería el receptor de los mismos. La abadesa Natividad de Santa Rita Pacheco recogió otra serie de gastos, que sí se relacionan con la Virgen de la Consolación y con la posterior procesión del mes de agosto en las anotaciones de 193032. En las salidas contables del mes de febrero de ese año se contabilizaron en gastos de trabajos realizados en la iglesia los siguientes: en concepto de carpintería, 246 pesetas, entendemos para la adecuación del María Luisa FRAGA IRIBARNE, Conventos femeninos desaparecidos. Sevilla – Siglo XIX, Guadalquivir, Sevilla, 1993, p. 55. 31 La extinción del convento del Dulce Nombre de Jesús se produjo el doce de mayo de 1837. Su caudal ya había sido intervenido. Las religiosas se trasladaron solemnemente al monasterio de San Leandro llevando con ellas lo poco que pudieron salvar. Las monjas de la comunidad procesionaron en oración por las calles de Sevilla junto a su abadesa María de la Concepción Navarro, “Madre Cristo”, desalojando así el monasterio del Dulce Nombre. AMSL, Año 1837. Manuscrito realizado en 1842 con la intención de anotar las cantidades percibidas mensualmente por la comunidad de San Leandro según su número de miembros, tras la desamortización del gobierno de España. Publicado en Salvador GUIJO PÉREZ, “Lectura histórica, descripción y análisis del Libro de Profesiones de 1700 del monasterio de San Leandro de Sevilla (1700-1868)”, en: Tiempos Modernos. Revista electrónica de Historia Moderna, nº 39, 2019, p. 168. 32 AMSL. Libro de Clavería del convento de San Leandro de 1930. Todas las anotaciones económicas posteriores provienen de este cuaderno cuyas páginas no están numeradas y abarca las entradas y salidas desde 1930 a 1935. 30 24 | Salvador Guijo Pérez retablo, y 121 pesetas más, durante el mes de marzo, así como 250 pesetas para la pintura de la iglesia. Para la realización de los trabajos que se recogen como carpintería se contrataron los servicios del taller de dorados y talla de José Carrera Baena. Este establecimiento sevillano estaba especializado en construcciones de “pasos”, altares y ornamentación religiosa, así como en la restauración de imágenes. El veinticinco de octubre de 1930 se emitió un finiquito de 800 pesetas a cuenta de los trabajos pendientes ya realizados en los retablos neoclásicos de la iglesia de San Leandro33. Los altares neoclásicos ubicados a los pies del templo eran retablos con vitrina cerrada con puerta de cristal. Con la realización de la nueva obra de Sebastián Santos la hornacina quedaba pequeña para la recepción de la misma. Es por ello que ésta se sustituyó y se modificó el entablamento primitivo haciéndolo más holgado para las mayores proporciones de la nueva talla34 [fig. 8]. Al mismo tiempo, se trasladó la imagen de santa Rita al retablo frontero, y a la Virgen del Sagrado Corazón que se encontraba en éste en esos momentos (antiguamente la primitiva de la Consolación y Correa) se le adaptó un nuevo retablo en la capilla de la antesacristía, también llamada del Santísimo Cristo de la Sangre, en la iglesia. Son igualmente testigos de estas mutaciones los lienzos de ambos retablos que quedaron en el retablo primitivo sin intercambiarse, como antes mencionábamos. Bajo el actual retablo de la Correa observamos una representación de la Santísima Trinidad [fig. 9]. Continuando con los libros, observamos cómo las religiosas adecuaban y pintaban el templo preparando las fiestas del jubileo y la novena con procesión de san Agustín. En marzo adquirieron nuevas esteras y arreglaron otras para la iglesia y el coro, pagando al esterero 203 pesetas, y arreglaron los cristales de los retablos y las vitrinas desembolsando 96 pesetas más. En mayo se platearon las jarras para los pasos y el altar efímero dedicado al titular de la orden por 52 pesetas. En agosto se compraron cohetes para anunciar los cultos y su AMSL. Factura emitida por el taller de dorados y talla de José Carrera Baena. 25 de octubre de 1930. Fototeca de la Universidad de Sevilla, autor desconocido, número de registro: 021102, en: https:// citius.us.es/fototeca/serv_imagen.php?id=22a51462bc4&tipo=web (consultado 28/8/2020). 33 34 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 25 Monasterio de San Leandro de Sevilla | salida por 13 pesetas, así como se adquirieron centenares de convocatorias por valor de 100 pesetas para repartir entre los asistentes [fig. 10]. Hemos encontrado dos modelos de estas estampas: el primero con una imagen piadosa de san Agustín no relacionado con el convento, mientras que el segundo representaba la talla de Pedro Roldán con el terno con el que procesionaba y sus atributos en plata. El reverso era común en ambas indicando la efeméride del “solemne novenario celebrado en el monasterio de San Leandro con motivo del XV centenario del glorioso tránsito del gran padre san Agustín (430-1930)”, junto a tres jaculatorias escritas por el santo35. Finalmente, las religiosas gastaron 950 pesetas en el blanqueo y reparo de las fachadas del monasterio por donde discurriría la procesión en los días previos a la salida. Los gastos de sacristía en los meses anteriores, se multiplicaron exponencialmente, no alcanzando para cubrir los gastos el total de los ingresos recibidos por las limosnas de la novena de san Agustín que fueron 450 pesetas. Por último, el testimonio de las religiosas coincide en que la talla mariana fue encargada al autor con motivo de la magna efeméride del 1.500 aniversario de la muerte del fundador de la orden, como hemos venido mencionando. El año jubilar, que comenzaba el 28 de agosto de 1929, terminaría un año más tarde con una procesión extraordinaria en Sevilla organizada por el monasterio. Para la realización de la salida procesional de las imágenes, las religiosas solicitaron la aprobación de la prelatura hispalense. Desde la secretaría del arzobispado de Sevilla, el día dos de agosto de 1930, se autorizaba la procesión para que se celebrara el domingo treinta y uno de agosto de 193036. Santos Rojas había fraguado una relación con la vecina parroquia de San Esteban, ya que se le había encargado la talla del Corazón de Jesús Las convocatorias fueron encargadas a la imprenta Rodríguez, Giménez y Compañía de Sevilla, ubicada en la antigua calle Federico de Castro, que desde 1938 fue llamada Cuna. 36 AMSL. Decreto de la secretaría del arzobispado de Sevilla firmado por Manuel Carrera. 2 de agosto de 1930. “Sevilla 2 de agosto de 1930. Autorizamos la procesión extraordinaria que desean celebrar el domingo 31 del corriente mes la superiora y comunidad del convento de San Leandro de esta ciudad, por este año, con motivo de la celebración del XV aniversario de san Agustín; recorriendo el itinerario que en la instancia de 28 de julio último nos indican. Deberá presidir la procesión el señor cura párroco con capa pluvial. El cardenal arzobispo”. 35 26 | Salvador Guijo Pérez del templo. Debido a la mediación realizada por su capellán y a la relación con la comunidad, pues vivía cerca de la misma en la calle Castellar, se le encargó en esa fecha la realización de la imagen de Nuestra Señora de la Consolación. Para la ejecución de la misma refieren las religiosas que se utilizó otra obra que ya poseía el monasterio. Entendemos que el autor pudo emplear una mascarilla de una talla anterior y remodelarla, creando la composición conforme a la iconografía encargada por la comunidad siguiendo el modelo de la talla madrileña, como puede observarse, aunque no nos consta documentalmente. La comunidad cuenta con otra talla de terracota de pequeño formato dedicado a la Virgen de la Consolación que tradicionalmente ocupaba la sala capitular del monasterio, ubicándose en la sacristía interior en la actualidad. La misma sigue el esquema de la iconografía de referencia del autor Juan Pascual de Mena [fig. 11]. El archivo monacal nos muestra cómo tradicionalmente las monjas han venido celebrando en su liturgia la fiesta de la Consolación como solemnidad; ésta se celebraba el sábado de la infraoctava de San Agustín con procesión claustral. En los libros de protocolo litúrgico del monasterio de San Leandro se recoge que la fiesta de la Virgen se considere de primera clase con “cuatro oficiaderas, dos campanas y procesión de Tercia cantando el Ave María, y el himno de Nuestro Padre, las velas 10 o 12, o sea, desde las cantoras de coro para abajo” 37, mostrándonos la importancia de la festividad para la comunidad. Diferentes devocionarios de importantes advocaciones marianas sevillanas fueron adaptados a la Virgen de la Consolación y Correa por las religiosas leandras. Éste fue el caso de un novenario dedicado a la Virgen del Coral de la vecina iglesia de San Ildefonso38. Las religiosas tachaban aquellas alusiones al Coral, introduciendo la advocación del Consuelo y modificando la rima en caso de que esta no casase [fig. 12]. Libro de Protocolo ceremonial del convento de San Leandro, realizado por la cantora de coro, Sor Teresa María del Carmen. Copiado a partir de un libro de apuntes de 1730, al que se le realizan modificaciones. Año 1919. 38 Novenario al Patrocinio Soberano de María Santísima con su admirable título del Coral, sita en la Iglesia Parroquial del Sr. S. Ildefonso de esta ciudad de Sevilla, Sacalo a luz su devota y rendida Hermandad, deseosa de aumentar sus cultos, Sevilla, Por la Viuda de Vázquez y Compañía. 37 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 27 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Igualmente, entre la bibliografía más reciente, encontramos en el Epítome de las Indulgencias de la Orden de Ermitaños de San Agustín, con el nuevo sumario de estas gracias de 1925, la importancia del rezo de la Coronilla de la Bienaventurada Virgen Madre de Consolación. Se indica que “la devoción principal de los religiosos de nuestra sagrada Orden es el rezo de la Corona de Nuestra Señora Madre de la Consolación y Correa, que tiene concedidas indulgencias especiales como puede verse en el sumario”39. La oración de la Corona consiste en la recitación de “trece Padrenuestros y Ave Marías en memoria y veneración de Nuestro Señor Jesucristo y de los doce apóstoles que compusieron el Credo”, recopilando en él los principales misterios de la fe. Cada uno de los misterios se inicia con una meditación sobre cada una de las verdades de la fe que recopila el Credo, para finalmente, implorar la intercesión y el auxilio de la Madre de la Consolación, san Agustín y santa Mónica con la Salve y las letanías. Conclusión Con este artículo damos a conocer el origen de esta devoción, la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de la Consolación, tan universal y de larga tradición, sobre todo, en la familia agustiniana, que completa el título mariano nombrándolo de Nuestra Señora de la Consolación y Correa en relación a su establecimiento en Sevilla. Estrechamente ligado a la vida de san Agustín, se sintetizó en una piadosa tradición en torno a su madre, santa Mónica, así como a la correa del hábito y su color negro en la orden de los agustinos. Igualmente hemos estudiado cómo, a partir del origen real de la advocación en Italia, la fundación de sus cofradías, su fusión y su constitución como archicofradía matriz, ésta se extendió por el orbe agustiniano hasta llegar a fundarse en el convento Casa Grande de Sevilla donde encontró gran número de devotos y simpatizantes. El monasterio de San Leandro como casa agustiniana también profesó esta piadosa intercesión, contando con altares dedicados a la imagen y agregándose a la archicofradía del cenobio masculino. Una vez que esta última tendía a desintegrarse en la ciudad, el conRODRÍGUEZ, Ángel (traductor), Epítome de las Indulgencias de la Orden de Ermitaños de San Agustín con el nuevo sumario de las mismas. Aprobado por la Santa Sede, Pamplona, Imp. Torrent y Santa Cruz, 1925, pp. 64 y 42. 39 28 | Salvador Guijo Pérez vento femenino contempló su revitalización encargando una nueva talla con motivo de los fastos del XV centenario de la muerte de san Agustín. La imagen se encargó al escultor onubense Sebastián Santos Rojas y llegó a procesionar junto a san Agustín el día treinta y uno de agosto de 1930, con motivo de la anterior efeméride. Esta sustituyó a la anterior imagen de candelero que presidía el retablo de la iglesia del cenobio. Finalmente, con este trabajo hemos logrado datar correctamente la talla, ya que se encontraba erróneamente fechada en 1932. Fundamentando este hecho, hemos aportado documentación y testimonios gráficos que convierten esta escultura en la primera imagen de una Virgen cultual realizada por el autor. Éste la esculpió seguidamente a su primera talla, el Corazón de Jesús de la iglesia de San Esteban de Sevilla, habiendo sido encargada en el año de 1929. Igualmente, hemos aportado documentación del archivo monacal que nos muestra como tradicionalmente las monjas han venido celebrando en su liturgia la fiesta de la Consolación como solemnidad de gran devoción. La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 29 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Fig1. Virgen de la Consolación original, escuela sevillana, finales del XVII-principios del XVIII. Capilla de San Agustín, claustro principal conventual Fig2. Virgen de la Consolación original. Detalle 30 | Salvador Guijo Pérez Fig3. Virgen de la Consolación entregando la correa a Santa Mónica, óleo sobre lienzo, siglo XIX. Banco del retablo actual de Santa Rita en la iglesia conventual Fig4. Retablo neoclásico de la Virgen de Consolación y Correa en la iglesia conventual La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 31 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Fig5. Nuestra Señora de Consolación y Correa, madera estofada y policromada, Sebastián Santos Rojas, 1929 32 | Salvador Guijo Pérez Fig6. La Virgen de la Consolación y Correa en la procesión por el centenario de San Agustín, 1930 Fig8. La Virgen de Consolación y Correa en la hornacina de su retablo Fig7. San Agustín en el paso preparado para dicha procesión, 1930 La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 33 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Fig9. Santísima Trinidad, óleo sobre lienzo, banco del retablo de la Virgen de la Consolación y Correa 34 | Salvador Guijo Pérez Fig10. Convocatoria de triduo y función a la Madre de Consolación y Correa, 1930 Fig12. Novenario de la Virgen del Coral, adaptado a la de la Consolación y Correa La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 35 Monasterio de San Leandro de Sevilla | Fig11. Virgen de la Consolación y Correa, barro cocido. Sacristía interior