RAMÓN DE LA CAMPA CARMONA
Director y coordinador
ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL MARIANO
CONSOLATRIX
AFFLICTORUM
Historia, espiritualidad, devoción, arte
VOLUMEN II
Real, Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera
Cruz, María Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de Consolación,
Patrona de Carrión de los Céspedes
Sevilla 2022
6
Edita:
Real, Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, María
Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de Consolación, Patrona de Carrión de los
Céspedes
Diseño y maquetación
Páginas del Sur S.L.
Portada
Bruno Halcón Gómez
Contraportada
Blanca Reinoso
Imprime
Artes Gráficas Moreno
Depósito legal
SE 902-2022
ISBN
978-84-09-40262-5
El presente libro compila una serie de trabajos inéditos que fueron objeto de un arbitraje
ciego externo por reputados especialistas en la materia
© Reservados todos los derechos. Este libro no puede ser reproducido
ni total ni parcialmente sin permiso escrito.
Copyright de los textos y de las fotos: sus autores, a no ser que se indique.
7
ÍNDICE
Salvador Guijo Pérez
La devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa
en el monasterio de San Leandro de Sevilla .......................................................................... 11
Ángel Guisado Cuéllar
La Virgen de la Consolación de la Iglesia de
Santa Cruz (Catedral Vieja), de Cádiz ..................................................................................... 37
Georges Hellinghausen
La Consolatrice des Affligés, Patronne de la Ville et du Pays de Luxembourg ................. 55
Ismael Jiménez Jiménez
El lento declinar de una devoción de indígenas limeños:
Consolación (siglos XVIII-XIX) ................................................................................................ 73
Antonio Jesús Jiménez Sánchez & Miguel Norbert Ubarri
La labor evangelizadora de los agustinos en el Virreinato
de la Nueva España y la introducción de la devoción de la
Virgen de la Consolación: Michoacán y Puebla de los Ángeles ....................................... 91
Francisco Miguel Lima Nogueira
Ermida da Nossa Senhora da Consolaçâo da Ribeira Seca
(Terceira, Azores, Portugal) .....................................................................................................111
Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz
Nuestra Señora de la Consolación en la tradición cofrade de la Granada moderna ......119
María Virginia López Moreno
Una advocación de siglos en un barrio nuevo de Sevilla: la imagen de
Nuestra Señora de Consolación en su parroquia de Pino Montano ..............................137
Juan López Vela
La Virgen de Consolación de Sevilla. Una devoción Inmemorial
para la Semana Santa Hispalense...........................................................................................155
Juan Luque Carrillo
Acerca de una interpretación iconográfica del tema de Nuestra Señora
de la Consolación y Correa en la Villa Condal de Luque (Córdoba) .............................175
8
Diego Manetti
“Voglio consolarvi nelle vostre prove”. Maria Consolatrice degli
Afflitti e le apparizioni di Medjugorje...................................................................................193
Antonio Martín Pacheco
Una aproximación a la devoción popular andaluza a través de la música:
el caso de Nuestra Señora de Consolación de Utrera ........................................................213
Juan Carlos Martínez Amores
La imagen de Nuestra Señora de Consolación, titular de la Parroquia
de Umbrete (Sevilla). Consideraciones sobre su posible autoría ....................................231
Antonio Montero Parrilla
Nuestra Señora del Consuelo, Patrona de Alcolea del Río (Sevilla):
historia y devoción ....................................................................................................................251
Juan Manuel Moreno Orta
La Virgen de Consolación de San Juan del Puerto (Huelva)............................................271
Julie-Thérèse Mowinski
Notre-Dame de la Consolation à Uccle, Belgique ..............................................................287
Enrique Muñoz Nieto
Las mujeres fuertes del Antiguo Testamento, consoladoras del
pueblo judío, prefiguras de María. Casos pictóricos sevillanos del siglo XVIII ..........305
Roberto Maria Naso Náccari Carlízzi
La festa della Madonna della Consolazione a Reggio Calabria (Italia).
Storia, riti, rituali .......................................................................................................................333
Manuel Peláez del Rosal
La devoción a la Virgen de la Consolación en el Convento de
San Francisco de la Villa de Priego y la desaparecida Hermandad
de la Esclavitud de Nuestra Señora: una fundación del siglo XVII ................................361
Pilar Pérez Camarero
El arquetipo mariano dentro de nosotros: ¿Qué te da consuelo?
Poner palabras e imágenes que nos sostengan en un tiempo de
revelación apocalíptica .............................................................................................................383
Pedro Luis Pérez Frías
María Santísima de Consolación y Lágrimas de la Archicofradía de la Sangre de
Málaga, camino del primer centenario (1929–2029) ..........................................................399
Eusebio Manuel Pérez Puerto
Consolación y Mayrena del Alcor (Sevilla): la pervivencia de una
devoción a través de la Hermandad de la Humildad .........................................................419
9
Llucià Pou Sabaté
María, Madre de Dios y Madre nuestra, Consuelo de los Afligidos ...............................437
Marion Reder Gadow
Una imagen singular en una cofradía penitencial de Málaga:
la Virgen del Consuelo de la Real Hermandad de
Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro ...............................................................................469
María Victoria Redondo Vega
El consuelo de María como signo protector de la aflicción
psicosomática en el evolutivo de la persona enferma .......................................................479
Juan Manuel Rodríguez Cantero
La Virgen de la Consolación de Molina de Segura (Murcia), una de
las devociones más antiguas de la Diócesis de Cartagena (siglo XIII-1936) ...................499
José Román Delgado
La Hermandad de Consolación de Cartaya (Huelva): tiempo y patrimonio ..................543
Carlos José Romero Mensaque
La advocación de Nuestra Señora de Consolación y Consuelo en las
congregaciones rosarianas de Sevilla durante la modernidad ........................................565
Anna Rotundo
Maria, Consolatrice degli Afflitti: una riflessione teologica ............................................593
Maria Gràcia Salvà Picó
La advocación de la Virgen de la Consolación en Mallorca.
El santuario de Santanyí ..........................................................................................................601
José María Salvador González
La Virgen consoladora en himnos litúrgicos medievales .................................................615
Valeriano Sánchez Ramos
Nuestra Señora de la Consolación, vulgo de Tices, Patrona de Ohanes (Almería) .........629
Valeriano Sánchez Ramos y Carlos Villoria Prieto
La devoción a Nuestra Señora de la Consolación en las Islas Filipinas ........................675
Karen Mª Vilacoba Ramos
La devoción mariana de la monarquía hispánica y la advocación de
Nuestra Señora de la Consolación en las Descalzas Reales de Madrid .........................697
Juan Villegas Martín
Nuestra Señora de Consolación, devoción histórica en Cartaya (Huelva) ...................711
Estudios
La Devoción a Nuestra
Señora de la Consolación y
Correa en el Monasterio de
San Leandro de Sevilla1
Salvador Guijo Pérez
Doctor Internacional en Historia y Estudios Humanísticos
La devoción a la Virgen María en la Orden
de San Agustín2
D
esde los mismos orígenes fundacionales por el propio san
Agustín y con la posterior institución jurídica como Orden de
San Agustín en el siglo XIII, la presencia de la devoción a la
Virgen ha sido asumida como una de las características propias de las
órdenes mendicantes, destacando su lugar en la celebración de la liturgia.
Durante la etapa medieval, concretamente a partir de 1284, la vigilia mariana Benedicta tu, que fue tomada como propia de la orden, era
tradicional entre los agustinos pasando a ser rezada diariamente tras la
oración de Completas. Fue en 1568, cuando san Pío V limitaría a unos
pocos días del año la obligación del oficio Parvo, en honor de la Virgen,
para las comunidades religiosas.
Igualmente, como toda orden de carácter mendicante, la agustiniana
fue instada, a partir de 1318, a realizar de manera obligatoria, el rezo de la
¹ Abreviaturas utilizadas: AMSL = Archivo monasterio de San Leandro; AGAS = Archivo General del
Arzobispado de Sevilla.
² Elementos de esta ponencia fueron publicados en Salvador GUIJO PÉREZ, “La extinta Archicofradía
sevillana de la Correa o Cinta de San Agustín y sus vestigios en el monasterio de San Leandro”, en:
Boletín de las cofradías de Sevilla, n. 743, 2020, pp. 880-886.
12 | Salvador Guijo Pérez
Salve después de cada Hora canónica: “…porque el honor de la madre es de
aquél que nació de ella: por esto, deseando nosotros cuanto podamos, él nos
concederá honrar al Hijo de Dios… para que su piísima Madre sea siempre
abogada nuestra y de toda la orden ante su Hijo”3.
Los agustinos de este período bajomedieval no consiguieron emular
la promoción del culto mariano a los niveles de otras órdenes mendicantes, como los franciscanos, los dominicos, los carmelitas, etc. Tampoco
extendieron un culto mariano propio, como es el caso de la Virgen del
Rosario de los dominicos, la Virgen del Carmen y la devoción del santo
escapulario de los carmelitas y, más tarde, la Virgen de los Dolores de los
siervos de María.
A pesar de ello, el culto y la devoción a la Virgen estaban activos en la
labor apostólica y en la vida litúrgica de la orden, siguiendo el calendario
de la Iglesia o el propio, y manteniendo una rectitud doctrinal exenta
de un marianismo excesivo. Igualmente, a partir de este periodo fueron
propagadores de distintas advocaciones marianas vinculadas al carisma
agustiniano.
Durante la Época moderna, se generalizó entre los agustinos el rezo
del Ave Regina coelorum, Mater Regis angelorum, tras la celebración de
la misa. Igualmente ocurrió con la práctica del rosario, al menos como
devoción particular, propagándose como un ejercicio piadoso extendido
desde el siglo XVI en las comunidades religiosas de la orden.
Finalmente a las puertas del siglo XX, las Constituciones de 1895
prescribieron por primera vez la recitación de otra práctica devocional
mariana del Quinientos, la Corona o Coronilla de la Virgen de la Consolación4. Consistía en la lectura de los trece artículos del Credo de los
Apóstoles y, después de cada artículo, la recitación de un padrenuestro,
avemaría y gloria.
Según Benítez Sánchez, este ejercicio de piedad agustiniana, que aún
hoy se recoge en el último Ritual de la Orden, publicado en Roma en 2001,
tuvo una enorme extensión en la geografía agustina, a la par que la devoción al título de la Madre de la Consolación, por ser práctica habitual en
los fieles que formaron parte de la Orden Tercera de San Agustín o de la
³ David GUTIÉRREZ, Los agustinos desde el protestantismo hasta la restauración católica. 1518-1648. Historia de la Orden de San Agustín, vol. II, Institutum Historicum OSA, Roma, 1971, p. 123.
⁴ John GAVIGAN, Los agustinos desde la revolución francesa hasta los tiempos modernos. Historia de la
Orden de San Agustín, vol. IV, Institutum Historicum OSA, Roma, 1999, pp. 348-349.
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 13
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Archicofradía de Nuestra Señora de la Consolación y Correa5.
A lo largo de los siglos, como citábamos anteriormente, los agustinos
se encargaron de dar culto a la Virgen por medio de cuatro títulos o advocaciones, introduciendo los mismos en su ritual y celebrando sus fiestas.
Estas modestas advocaciones fueron las de Nuestra Señora del Socorro,
Nuestra Señora de Gracia, Nuestra Señora de la Consolación y Correa y
Nuestra Señora Madre del Buen Consejo.
De la mano de estas que podemos llamar “advocaciones mayores”,
se expandió una geografía mariana en la Orden de San Agustín. Junto
a éstas, más generales, existieron otras de menor extensión que tuvieron gran trascendencia en la pastoral agustiniana a nivel provincial o
regional. Destacamos la devoción a la Virgen de Regla, en el convento de
Chipiona, en Cádiz6, que se extendió entre los conventos de la Provincia
de Andalucía. Igualmente mencionamos a Nuestra Señora del Risco de
Villatoro, en la provincia Ávila, advocación venerada en la Provincia de
Castilla hasta la desamortización7, o la Virgen del Parto de la iglesia de
San Agustín, en Campo Marzio, Roma, imagen devocional de la provincia
romana de la orden8.
Del mismo modo, ocurrió a la inversa, y esta advocación con el título
de Consolación fue asumida por otras congregaciones no agustinianas,
como fue el caso de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula,
donde destacamos el santuario bajo su patronazgo en Utrera.
En este caso, la imagen de la Virgen de Consolación generó en torno
a Ella un movimiento milagroso que fue custodiado finalmente por esta
orden, siendo la talla preexistente a los clérigos. Los religiosos mínimos
asumieron su cuidado, llegando a hacer esta un emblema de su institución, nominando, incluso, los nuevos cenobios bajo su título. El femenino
⁵ Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas en la Orden de San Agustín”, en: Francisco Javier CAMPOS (coord.), Advocaciones Marianas de Gloria, Actas del mismo Simposium, vol. I, R.C.U.
Escorial-Mª. Cristina, San Lorenzo del Escorial, 2012, pp. 598-599.
⁶ Basilio ESTRADA ROBLES, Los agustinos ermitaños en España hasta el siglo XIX, Editorial Revista
Agustiniana, Madrid, 1988, pp. 442-448. Esta devoción a la Virgen de Regla hace referencia a la Regla de
San Agustín y está vinculada a la leyenda tardomedieval que la entronca directamente con el santo. Con
la desamortización los agustinos fueron expulsados del convento siendo recuperado a posteriori como
cenobio por los hermanos franciscanos de la Provincia Bética, que actualmente lo ocupan y mantienen
el culto de la Virgen. Confróntese Félix del BUEY PÉREZ y Miguel VALLECILLO MARTÍN, Santa María
de Regla, Cádiz, 1984.
⁷ Basilio ESTRADA ROBLES, Los agustinos ermitaños…, op. cit., pp. 313-321.
⁸ Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas…”, op. cit., p. 599.
14 | Salvador Guijo Pérez
monasterio de Nuestra Señora de Consolación de Sevilla, vulgarmente
conocido como las Mínimas de Triana, fue fundado como tal en 1565,
bajo este mismo patronímico trasladándose de la villa de Fuentes de León.
Sin embargo, fruto de las inundaciones que asolaron el lugar, el edificio se malogró y la comunidad se trasladó a uno nuevo en la calle
Sierpes, en 1596, trasladando a este su título. Una vez reconstruido el
primitivo, el convento se dividió en dos, pasando a ser denominado el
trianero con el nombre de Nuestra Señora de la Salud, desde 1602. En
1837, este edificio fue desamortizado, mudándose las religiosas primero
al de Sierpes y posteriormente, tras la revolución de 1868, al franciscano
de Santa María de Jesús. Finalmente, la hégira de ambas comunidades
concluyó con el regreso al cenobio de la calle de La Cava, Pagés del Corro, desde 1893, que pasó a titularse nuevamente como de Consolación
desde 18789.
En este cenobio son múltiples las imágenes dedicadas a la Virgen de
Consolación de Utrera; con la desamortización de los mínimos, una parte
de los bienes suntuarios utreranos pasó al convento femenino de Triana.
Entre las imágenes de la Virgen en Sevilla, destaca la pintura del ático del retablo de San Francisco de Paula que guarda una gran similitud
con los grabados de la imagen de Utrera, donde se representa a la Virgen
en sus andas procesionales, con niños a los pies y entre exvotos, como
símbolo del enorme poder milagroso que atesoraba. El retablo mayor,
obra de Cayetano de Acosta, se encuentra presidido por la imagen mariana titular del cenobio bajo esta advocación. Esta es de corte barroco
reproduciendo, claramente, la iconografía y gestualidad de la Virgen de
Consolación de Utrera.
La advocación de la Virgen María, Madre de la
Consolación y Correa, en el monasterio de
San Leandro de Sevilla
Con la advocación de Nuestra Señora de la Consolación y Correa, María
es reconocida como patrona de la Orden de San Agustín. Su fiesta se celebra el cuatro de septiembre, con rango de solemnidad.
Una leyenda justifica este título por el consuelo que la Virgen otorgó
a santa Mónica en su aflicción por la muerte de su esposo Patricio y la
⁹ Manuel Jesús ROLDÁN SALGUEIRO, Conventos de Sevilla, Almuzara, Córdoba, 2011, pp. 134-135.
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 15
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
falta de fe de su hijo Agustín, adepto al maniqueísmo durante aproximadamente una década.
El origen de este consuelo mariano lo encontramos en las Sagradas
Escrituras: El Dios que se compadece de su pueblo envió a su Hijo al
mundo, “para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados” (Isaías 61, 2), siendo constituido el supremo consuelo
de los hombres. La Virgen María fue el medio por el cual Dios envió esa
consolación a su pueblo, empezando a ser venerada con el título de “Madre del Consuelo” o “Consoladora de los afligidos”.
Recogen los tratados de piedad medievales que “estando Mónica, mujer
de lágrimas, en plena aflicción por la reciente viudedad y soledad en la que
su hijo le dejaba, se apareció la Virgen María, quien la consoló exhortándole
a vestirse de negro y ceñirse con una correa o cintura del mismo color”10.
Una vez que san Agustín se convirtió, adquirió la manera de vestir
de su madre y legó la correa y el hábito negro a sus discípulos en la vida
religiosa. La propia orden explica el origen de esta historia como fruto de
un amor exacerbado a la Virgen que pudo hacer surgir ciertos elementos
míticos, propios del bajomedievalismo los cuales, al amparo de bellísimas
leyendas, quisieron autentificar determinadas devociones surgidas tardíamente.
Éste pudo ser el caso del título de la Consolación, que, como vemos,
las crónicas antiguas de la orden vinculan al mismo san Agustín y a su
madre, santa Mónica, para enaltecer su figura y honrar su origen11.
El primer dato histórico de este título mariológico lo podemos situar
en torno a 1439 en el convento agustiniano de San Giacomo Maggiore de
Bolonia, al amparo de la cofradía de la Cintura de San Agustín y Santa
Mónica. En 1495, Martín de Vercelli fundó la cofradía de Nuestra Señora
de la Consolación12, siendo finalmente fusionada con la de la Cintura en
1575 por el prior general de la orden.
Esta fusión fue ratificada y bendecida por el Papa Gregorio XIII que
le concedió el título de archicofradía, en razón de su probada antigüedad,
así como numerosas indulgencias. A partir de este hecho numerosas aso10
David GUTIÉRREZ, Los agustinos en la Edad Media. 1357-1517. Historia de la Orden de San Agustín, vol.
I/2, Institutum Historicum OSA, Roma, 1977, p. 125.
11
Ídem.
12
Ibídem, p. 126.
16 | Salvador Guijo Pérez
ciaciones de cinturados o “corregiatos” de San Agustín y Santa Mónica13
se unieron a esta archicofradía durante el siglo XVI y los posteriores.
La correa se convirtió, junto al corazón traspasado y ardiente de
Agustín, en el signo iconográfico agustiniano por antonomasia. Al amparo de la leyenda de la Virgen de la Consolación y los santos fundadores
se le atribuyó un halo milagroso a la misma, generando una devoción
similar al escapulario de la Virgen del Carmen o al Rosario de la Orden
de Predicadores14
El Papa Paulo V concedió en 1606 el privilegio de instituir la archicofradía en las iglesias del clero secular, convirtiéndose el siglo XVII en el
de mayor expansión de la advocación en la geografía agustiniana.
Casi todas las provincias de la orden, a mediados del citado siglo,
tenían establecidas en sus iglesias conventuales la archicofradía, extendiendo el culto a la Virgen bajo este título. Los fieles agregados a la archicofradía eran conocidos como cinturados de San Agustín o de Nuestra
Señora de la Consolación y se comprometían a dar buen ejemplo de vida
cristiana, frecuentar los sacramentos, ceñirse con la correa de cuero y
rezar todos los días, en cuanto les fuera posible, la Coronilla de Nuestra
Señora de la Consolación15.
El convento de San Felipe el Real, en Madrid, hoy desaparecido, fue
pionero en agregarse en España a la citada archicofradía desde el siglo
XVI. Desde éste se distribuían las filiales de la misma funcionando como
matriz en la práctica totalidad de los conventos agustinianos.
En San Felipe el Real se veneraba una imagen de la Virgen, obra de
Juan Pascual de Mena16. Tras la desamortización y demolición del convento, la talla de Pascual de Mena cambió en diferentes ocasiones de destino
Felipe SEVILLA, Compendio sucinto de los milagros de la Sagrada Correa y breve sumario de las grandes
indulgencias y gracias que los Sumos Pontífices han concedido a la Archicofradía de la Correa de N. G. P.
y Doctor de la Iglesia S. Agustín, con el glorioso titulo de Nuestra Señora de la Consolación. Imprenta de
Nuestra Señora de Loreto, Sampaloc, 1797, pp. 21-31.
14
Jesús Miguel BENÍTEZ SÁNCHEZ, “Advocaciones marianas…”, en op. cit., p. 611.
15
Ibídem, p. 612.
16
Juan NICOLAU CASTRO, “El escultor Juan Pascual de Mena”, en: Goya: Revista de arte, nº 214, 1990,
pp. 195-197. Nicolau relaciona Nuestra Señora de la Consolación y Correa de los agustinos de San Felipe
el Real de hacia 1766 con la Virgen del Patrocinio, la del Rosario de la parroquia de Rascafría, procedente
de una de las capillas de la cartuja de El Paular de Madrid, que bien puede datarse antes de 1750. Mientras que también es muy similar y anterior la de Nuestra Señora de las Mercedes, de su villa natal, fechada
en 1747. Sobre la biografía del escultor, Antonio José DÍAZ FERNÁNDEZ, “Notas para la biografía del
escultor Juan Pascual de Mena”, en: Boletín del Seminario de Arte y Arqueología, nº 52, 1986, pp. 501-508.
13
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 17
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
para ser finalmente expuesta al culto en la madrileña iglesia de Nuestra
Señora de la Esperanza. El modelo de Pascual de Mena de la archicofradía
madrileña fue exportado a la mayor parte de sus filiales, siendo el icono
más representativo de esta advocación mariana.
Sevilla se agregó a la archicofradía matriz de Bolonia y popularizó
el culto de la Virgen de la Consolación entre sus habitantes a finales del
siglo XVI, según consta en una carta firmada en Roma por el vicario general de la orden, Agustín Cornato, el diecinueve de abril de 1595.
Posteriormente, Paulo V revalidó, el uno de febrero de 1611, las gracias e indulgencias de la Correa, estableciendo que la procesión se celebrase el cuarto domingo del mes. Esta bula se publicó en la iglesia del
convento de San Agustín el veintisiete de abril de 1614 con gran solemnidad, predicando Pedro Maldonado17.
San Alonso de Orozco fue un gran propagador de la devoción a la
Correa y a la Virgen de la Consolación. Desde el convento de San Felipe
el Real, donde residió muchos años, instó al convento Casa Grande y a
la orden agustiniana en Sevilla a que igualmente lo hicieran por haber
sido prior de aquella comunidad. Fue en este convento sevillano donde
san Alonso recibió en sueños el mandato de la Virgen de que empezara a
escribir su obra en 1542, de ahí el interés en su propaganda.
El abad Gordillo también recogió la existencia en la Casa Grande agustiniana de esta cofradía llamándola de la Correa o Cinta de San Agustín,
e indicando que estaba muy extendida entre los fieles de Sevilla, a principios de 1630.
En su obra refiere que era muy devota la estación que hacía el pueblo
sevillano en los primeros domingos del mes al convento de San Agustín
para visitar la Cinta o Correa, y añade que era muy digna de ser frecuentada y traer (la correa) por ser insignia del santo fundador. Los cofrades de la
Correa acostumbraban a “encinturarse” la misma al modo que lo hacían en
su hábito los religiosos de la orden, de manera “manifiesta y descubierta” 18.
La fiesta principal se celebraba en la domínica infraoctava de san
José María MONTERO DE ESPINOSA, Antigüedades del convento Casa Grande de San Agustín de
Sevilla y noticias del Santo Crucifijo que en él se venera, Imprenta de Don Antonio Carrera y compañía,
Sevilla, 1817, pp. 39-41.
18
Alonso SÁNCHEZ GORDILLO, Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana (con adiciones de Ambrosio de la Cuesta y del copista anónimo de 1737). Sevilla, 1737, punto 96, p. 103r. m.
Signatura A 330/030; consulta online el 28 de agosto de 2020. https://archive.org/details/A330030/page/
n207/mode/2up (consultado 28/8/2020)
17
18 | Salvador Guijo Pérez
Agustín, en cuyo día había bendición pontificia concedida por la gracia de Benedicto XIII, el veintinueve de febrero de 172819. Este cenobio
contaba con diferentes representaciones pictóricas y escultóricas de esta
advocación siguiendo las indicaciones papales para poder afiliarse a la
archicofradía matriz.
Destacaba el retablo de la capilla de los Esquiveles o de la Correa en
el claustro principal con una pintura realizada por Juan Ruiz Soriano,
denominada La Virgen de la Correa. Ésta podría ser fechada alrededor de
1730, tomando el modelo a partir de otra que pintara Juan Sánchez Cotán.
González de León la mencionó con el título Nuestra Señora de la Correa
con San Agustín y el Bautista20. La pintura es propiedad actualmente del
Museo de Bellas Artes de Sevilla21. Entendemos que ésta no fuera la imagen primitiva de la archicofradía sevillana que era anterior.
Gracias a la documentación que se encuentra en el Palacio Arzobispal,
conocemos los datos de la remodelación de la capilla mayor con detalle,
así como una descripción pormenorizada del templo entre 1814 y 1836.
Por ello nos consta que en la nave de la epístola se recogía, seguidamente
a la capilla de Santo Tomás de Villanueva, la propia de la Virgen de la
Correa, imagen de vestir con el Niño venerada en un retablo de caoba22,
pudiendo ser esta talla la titular de la archicofradía.
El convento de San Leandro, siguiendo la corriente impulsada por la
orden, poseyó igualmente diferentes obras que representaban la iconografía de la Consolación. Sus religiosas y los fieles del monasterio practicaron la devoción de la Correa de San Agustín agregándose a la archicofradía y levantando un altar con la citada advocación.
Se conoce que a los pies de la iglesia las religiosas tenían un retablo dedicado a este título mariano. El mismo fue presidido por distintas
MONTERO DE ESPINOSA, José María, Antigüedades del convento…, op. cit., p. 41.
GONZÁLEZ DE LEÓN, Félix, Noticia histórica, artística y curiosa de todos los edificios públicos, sagrados y profanos de de esta Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e Invicta Ciudad de Sevilla, y de muchas casas
particulares. Sevilla, Imprenta de José Hidalgo, 1844, p. 283.
21
Confróntese VALDIVIESO GONZÁLEZ, Enrique, “Pinturas de Juan Ruiz Soriano para el convento de
San Agustín de Sevilla”, en Laboratorio de Arte: Revista del Departamento de Historia del Arte, n. 6, 1993,
pp. 305-316.
22
AGAS, sección II (Gobierno), leg. 16.393, doc. 16, sin foliar. “SEVILLA. SAN AGUSTÍN. INVENTARIO
DE LOS OBJETOS DE CULTO, VASOS SAGRADOS Y ORNAMENTOS PERTENECIENTES A LA IGLESIA DEL INDICADO SUPRIMIDO CONVENTO”. Citado por FLORES HOLGADO, Antonio, El convento
Casa Grande de San Agustín de Sevilla. Referencias documentales en relación al patrimonio históricoartístico, trabajo fin de Grado, Universidad de Sevilla, 2020, p. 70.
19
20
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 19
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
imágenes con distinta advocación. A finales del siglo XIX, la devoción al
Sagrado Corazón de Jesús llevó a las religiosas a remodelar sus altares y
retablos. La imagen del Corazón Deífico pasó a presidir el altar mayor,
desplazando al titular del cenobio al segundo cuerpo de este. Igualmente,
la iconografía del Corazón de Jesús en la iglesia del monasterio se acompañó de la dedicada al Corazón de María que se encontraba en un altar
propio a los pies de la iglesia en el lado del Evangelio, ocupando temporalmente el de la Consolación, durante la primera década del siglo XX.
Desconocemos cual fue el paradero de dicha imagen, aunque creemos
que pudo ser la que actualmente posee el título de Nuestra Señora del
Sagrado Corazón que ocupa el retablo de la capilla del Cristo de la Sangre
o una reconversión de esta, ya que la talla puede datarse como de finales
del siglo XVI.
La imagen de santa Rita de Casia, una vez que fue recuperada de la
iglesia del antiguo convento del Dulce Nombre de Jesús en el año 190023,
se ubicó en uno de los nuevos retablos situados a los pies de la iglesia, en
el muro de la epístola.
Sin embargo, ésta cambió de ubicación en el año 1930, con la llegada
de la talla de la Consolación de Sebastián Santos, al retablo frontero que
hoy ocupa, teniendo el conocido panel cerámico y su cepillo de la Pila del
Pato, a las espaldas del mismo, en el exterior.
La Virgen original, previa a la de Santos, fue una imagen vestidera de
candelero caracterizada por unas facciones toscas, propias de principios
del Setecientos o finales del siglo anterior con claras modificaciones y
adaptaciones posteriores. Con la remodelación de los retablos y las nuevas obras, esta talla pasó a la clausura y ocupó un nicho propio en la
nueva capilla de San Agustín, ubicada en el claustro principal.
El levantamiento de esta capilla se realizó en el año 1907, siendo abadesa Concepción de la Santísima Trinidad Martín Vázquez García. Su ubicación fue privilegiada, ya que se encuentra presidiendo la sala, enfrentada al titular de la orden, obra de Pedro Roldán [figs. 1 y 2].
El actual retablo de Santa Rita es testigo de su pasado, ya que se encuentran en él dedicaciones marianas dedicadas a la anterior titular. En
AMSL, 27 de julio de 1900. Mediante misiva del secretario de la cámara de gobierno del arzobispado,
Manuel Jiménez, concede permiso a las religiosas de San Leandro para poder recuperar la efigie de
santa Rita. Ésta correspondía por derecho a la comunidad de religiosas del Dulce Nombre de Jesús,
incorporadas al de San Leandro, teniéndola en depósito la que era iglesia de las anteriores.
23
20 | Salvador Guijo Pérez
el banco de éste se dispone una obra de pintura sobre lienzo del siglo XIX
que representa a la Virgen de la Consolación entregando la correa a santa
Mónica [fig. 3]. Del mismo modo, el frontón partido que lo remata posee
un resplandor en torno al anagrama de María.
Igualmente, contamos con una ilustración de principios del siglo XX24,
que nos muestra el retablo actual de Santa Rita, ocupado por lo que parece una imagen mariana, mientras que en el opuesto se encontraba provisionalmente la santa desde que llegase al cenobio, lo que nos lleva a
confirmar sin ningún género de dudas que el mismo se dedicaba a la
Virgen de la Consolación.
Con motivo del XV centenario de la muerte de san Agustín, las religiosas decidieron realizar una nueva imagen conforme a la moda del
momento para revitalizar el culto a la misma, muy extendido entre los
miembros de la comunidad.
Siguiendo el modelo de la Virgen de la Consolación de Juan Pascual
de Mena, cuyas estampas se extendieron vertiginosamente entre los devotos españoles a principios del siglo XX y entre las mismas religiosas, el
convento decidió encargar a Sebastián Santos Rojas, en 1929, la realización de una talla que representara a la misma [fig. 4].
La imagen de Nuestra Señora de la Consolación y Correa reproduce
la iconografía más tradicional de la misma siguiendo escrupulosamente
el canon de la anteriormente citada como modelo [fig. 5].
La Virgen se muestra sedente con el Niño en brazos, ofreciendo la correa del hábito agustino. Ésta sería recibida por las religiosas agustinas en
representación de san Agustín y de su madre santa Mónica, que podrían
haber sido igualmente esculpidos, ambos, arrodillados a sus pies.
En su policromía destacan los tonos claros y brillantes con motivos
florales barrocos sobre túnica blanca, envuelta por un manto azul turquesa. El velo de su cabeza también se encuentra estofado y policromado con
motivos florales, el cual, en su origen, según el documento que presentaremos a continuación, se encontraba policromado a rayas, siguiendo la
estética del cíngulo con que se ciñe el vestido.
Esta obra fue catalogada por Sebastián Santos Calero, tanto en su tesis
24
Fototeca Universidad de Sevilla.
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 21
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
doctoral25 como en la posterior obra biográfica sobre su padre26, en el año
1932. Esta datación es incierta pues tanto el archivo monacal y hemerográfico estudiado, así como el testimonio de las religiosas, la sitúa en el
año 1930 convirtiéndose en una de las primeras obras del autor, como así
lo publicamos y corregimos27.
Un estudio hemerográfico nos llevó a descubrir la revista católica La
Hormiga de Oro28 que ofrecía en su número 38 con fecha de 18 de septiembre de 1930 una noticia que nos resulta de especial interés. Bajo el título,
“Sevilla: Las fiestas del centenario de San Agustín”, Cecilio Sánchez del
Pando publicaba un breve con dos fotografías dedicadas a las imágenes
de la Virgen de la Consolación y Correa y a San Agustín, del monasterio
agustino de San Leandro. Ambas se encontraban entronadas en dos parihuelas para ser portadas en procesión por las calles de Sevilla.
El mismo se desarrollaba así: “Pasos con la imagen de Nuestra Señora
de la Correa y de san Agustín, que figuraban en la solemne procesión con
que las religiosas agustinas de San Leandro terminaron las brillantes fiestas
celebradas con motivo del XV centenario de la muerte del santo obispo de
Hipona (S. del Pando)”.
Sánchez del Pando fue un fotógrafo y periodista onubense que llegaría a convertirse en uno de los principales reporteros gráficos de Sevilla.
Colaborador de distintos diarios, enviaba sus reportajes como corresponsal sevillano de La Hormiga de Oro. Esta fue una revista española, editada
en Barcelona entre 1884 y 1936, que surgió como una alternativa católica
a la prensa ilustrada de la época. Haciéndose eco de la noticia, ésta compartía página con otro artículo de carácter histórico sobre “Los agustinos
sevillanos y la cultura”, firmado por Tomás de Aquino García y García
Las instantáneas de Sánchez del Pando mostraban cómo los pasos se
encontraban a los pies del presbiterio del monasterio, delante de las rejas
que antiguamente lo reservaban. Del mismo modo, podemos observar
Sebastián SANTOS CALERO, Iconografía religiosa del escultor Sebastián Santos Rojas. Tesis doctoral
presentada en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, 17 de junio de 1987, p. 167
26
Confróntese Sebastián SANTOS CALERO, Sebastián Santos Rojas. Escultor-imaginero, Guadalquivir
Ediciones, Sevilla, 2005.
27
Salvador GUIJO PÉREZ, “La extinta Archicofradía sevillana de la Correa o Cinta de San Agustín y
sus vestigios en el monasterio de San Leandro”, en: Boletín de las cofradías de Sevilla, nº 743, Consejo de
Cofradías, Sevilla, 2020, pp. 880-886.
28
Cecilio SÁNCHEZ DEL PANDO, “Sevilla: Las fiestas del centenario de San Agustín”, en La Hormiga
de Oro. Ilustración Católica, año XLVII, n. 38, 18 de septiembre de 1930, p. 620.
25
22 | Salvador Guijo Pérez
cómo el retablo mayor se encontraba cubierto de cortinas de terciopelo
rojo, ante las cuales se había levantado un altar efímero presidido por la
imagen del san Agustín de Francisco Dionisio de Ribas del retablo lateral
de la iglesia29.
Igualmente se colocaba a sus pies el manifestador con forma de sol
y rematado en una corona de plata de la comunidad, pues en esos días
se celebraba el Jubileo de las Cuarenta Horas. Esta práctica aún sigue
llevándose a cabo de manera circular por las iglesias de la ciudad de Sevilla, coincidiendo la fecha adjudicada a San Leandro con el triduo de san
Agustín.
La instantánea de la Virgen de la Consolación nos muestra esta talla
sobre las parihuelas del Corpus Christi, que la comunidad utilizaba en las
diferentes procesiones claustrales del convento. En ella la imagen se ve
alumbrada por velas portadas en candelabros de plata de diferentes épocas, destacando el juego perteneciente al ajuar de san Agustín. Igualmente, se aderezó el conjunto con diferentes jarras de plata que se llenaron
de flores.
La imagen se encontraba enjoyada con unos hermosos zarcillos de
cristales, un broche con forma de mariposa que sostenía la correa en su
regazo, así como el aro de doce estrellas que muestra en la actualidad. El
Niño Jesús portaba como atributos las tres potencias y diferentes cadenas
con medallas religiosas en su cuello [fig. 6].
La fotografía de san Agustín nos presenta una talla desconocida por
el gran público. Esta obra, que atribuimos a la gubia de Pedro Roldán, es
el patrono del monasterio y se le rinde culto en la capilla propia que anteriormente mencionábamos.
El santo porta uno de sus ternos bordado en oro, así como los cuatro
atributos que lo definen iconográficamente: una pluma en plata, una mitra con sus dos ínfulas decoradas con piedras preciosas, la cruz pectoral
de plata sobredorada y amatistas, así como la Iglesia sobre su mano izquierda que lo identifica como padre y doctor de la misma. Esta última
alhaja fue donada por la abadesa Francisca de Córdoba en 1675.
En relación a esta talla, contamos con una carta de pago del escultor Francisco Dionisio de Ribas que
permite datarla con fecha diez de septiembre de 1651. Cf. Salvador GUIJO PÉREZ, “Sobre la contratación de retablos para la nueva iglesia del monasterio de San Leandro de Sevilla. Finales del siglo XVI y
primera mitad del siglo XVII”, en Archivo hispalense: Revista histórica, literaria y artística, t. CI, nº 306308, Diputación Provincial, Sevilla, 2018, p. 273.
29
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 23
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
La imagen se yergue sobre una peana con dos ángeles, propiedad del
monasterio y cruzado delante de la misma se dispuso un báculo en plata. Esta pieza, que generalmente es portada por la Virgen de la Granada
como abadesa perpetua del monasterio, proviene del convento del Dulce Nombre de Jesús, siendo una de las pocas preseas que las religiosas
pudieron salvar durante la fusión desamortizadora30. Este era el báculo
abacial que Madre Cristo, la última abadesa, portaba en las grandes ceremonias de su convento. Fue utilizado por última vez en la procesión
pública que las religiosas realizaron desde su cenobio hasta San Leandro
para unirse a esta comunidad31.
Desconocemos la procedencia de los candelabros, así como de los respiraderos de madera tallada que iluminan el paso. Sí se conserva la parihuela del mismo que pudo realizarse para tal efeméride [fig. 7].
Desde el archivo monacal, las fiestas del XV centenario de la muerte
de san Agustín trajeron consigo grandes fastos y los libros de cuentas
son testigos de los mismos. Hemos querido buscar una anotación que nos
certificara el pago de la talla al escultor Sebastián Santos, pero los salarios
aparecen como concepto general, “jornales”, sin especificar en los libros
de clavería el receptor de los mismos.
La abadesa Natividad de Santa Rita Pacheco recogió otra serie de gastos, que sí se relacionan con la Virgen de la Consolación y con la posterior procesión del mes de agosto en las anotaciones de 193032.
En las salidas contables del mes de febrero de ese año se contabilizaron en gastos de trabajos realizados en la iglesia los siguientes: en
concepto de carpintería, 246 pesetas, entendemos para la adecuación del
María Luisa FRAGA IRIBARNE, Conventos femeninos desaparecidos. Sevilla – Siglo XIX, Guadalquivir,
Sevilla, 1993, p. 55.
31
La extinción del convento del Dulce Nombre de Jesús se produjo el doce de mayo de 1837. Su caudal
ya había sido intervenido. Las religiosas se trasladaron solemnemente al monasterio de San Leandro
llevando con ellas lo poco que pudieron salvar. Las monjas de la comunidad procesionaron en oración
por las calles de Sevilla junto a su abadesa María de la Concepción Navarro, “Madre Cristo”, desalojando así el monasterio del Dulce Nombre. AMSL, Año 1837. Manuscrito realizado en 1842 con la
intención de anotar las cantidades percibidas mensualmente por la comunidad de San Leandro según
su número de miembros, tras la desamortización del gobierno de España. Publicado en Salvador GUIJO
PÉREZ, “Lectura histórica, descripción y análisis del Libro de Profesiones de 1700 del monasterio de
San Leandro de Sevilla (1700-1868)”, en: Tiempos Modernos. Revista electrónica de Historia Moderna, nº
39, 2019, p. 168.
32
AMSL. Libro de Clavería del convento de San Leandro de 1930. Todas las anotaciones económicas
posteriores provienen de este cuaderno cuyas páginas no están numeradas y abarca las entradas y
salidas desde 1930 a 1935.
30
24 | Salvador Guijo Pérez
retablo, y 121 pesetas más, durante el mes de marzo, así como 250 pesetas
para la pintura de la iglesia.
Para la realización de los trabajos que se recogen como carpintería se
contrataron los servicios del taller de dorados y talla de José Carrera Baena. Este establecimiento sevillano estaba especializado en construcciones
de “pasos”, altares y ornamentación religiosa, así como en la restauración
de imágenes. El veinticinco de octubre de 1930 se emitió un finiquito de
800 pesetas a cuenta de los trabajos pendientes ya realizados en los retablos neoclásicos de la iglesia de San Leandro33.
Los altares neoclásicos ubicados a los pies del templo eran retablos con vitrina cerrada con puerta de cristal. Con la realización
de la nueva obra de Sebastián Santos la hornacina quedaba pequeña
para la recepción de la misma. Es por ello que ésta se sustituyó y se
modificó el entablamento primitivo haciéndolo más holgado para las
mayores proporciones de la nueva talla34 [fig. 8].
Al mismo tiempo, se trasladó la imagen de santa Rita al retablo
frontero, y a la Virgen del Sagrado Corazón que se encontraba en éste
en esos momentos (antiguamente la primitiva de la Consolación y
Correa) se le adaptó un nuevo retablo en la capilla de la antesacristía,
también llamada del Santísimo Cristo de la Sangre, en la iglesia.
Son igualmente testigos de estas mutaciones los lienzos de ambos retablos que quedaron en el retablo primitivo sin intercambiarse,
como antes mencionábamos. Bajo el actual retablo de la Correa observamos una representación de la Santísima Trinidad [fig. 9].
Continuando con los libros, observamos cómo las religiosas adecuaban y pintaban el templo preparando las fiestas del jubileo y la
novena con procesión de san Agustín. En marzo adquirieron nuevas
esteras y arreglaron otras para la iglesia y el coro, pagando al esterero 203 pesetas, y arreglaron los cristales de los retablos y las vitrinas
desembolsando 96 pesetas más. En mayo se platearon las jarras para
los pasos y el altar efímero dedicado al titular de la orden por 52 pesetas.
En agosto se compraron cohetes para anunciar los cultos y su
AMSL. Factura emitida por el taller de dorados y talla de José Carrera Baena. 25 de octubre de 1930.
Fototeca de la Universidad de Sevilla, autor desconocido, número de registro: 021102, en: https://
citius.us.es/fototeca/serv_imagen.php?id=22a51462bc4&tipo=web (consultado 28/8/2020).
33
34
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 25
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
salida por 13 pesetas, así como se adquirieron centenares de convocatorias por valor de 100 pesetas para repartir entre los asistentes
[fig. 10].
Hemos encontrado dos modelos de estas estampas: el primero con
una imagen piadosa de san Agustín no relacionado con el convento,
mientras que el segundo representaba la talla de Pedro Roldán con el
terno con el que procesionaba y sus atributos en plata. El reverso era
común en ambas indicando la efeméride del “solemne novenario celebrado
en el monasterio de San Leandro con motivo del XV centenario del glorioso
tránsito del gran padre san Agustín (430-1930)”, junto a tres jaculatorias
escritas por el santo35.
Finalmente, las religiosas gastaron 950 pesetas en el blanqueo y reparo de las fachadas del monasterio por donde discurriría la procesión en
los días previos a la salida. Los gastos de sacristía en los meses anteriores,
se multiplicaron exponencialmente, no alcanzando para cubrir los gastos
el total de los ingresos recibidos por las limosnas de la novena de san
Agustín que fueron 450 pesetas.
Por último, el testimonio de las religiosas coincide en que la talla mariana fue encargada al autor con motivo de la magna efeméride del 1.500
aniversario de la muerte del fundador de la orden, como hemos venido
mencionando. El año jubilar, que comenzaba el 28 de agosto de 1929,
terminaría un año más tarde con una procesión extraordinaria en Sevilla
organizada por el monasterio.
Para la realización de la salida procesional de las imágenes, las religiosas solicitaron la aprobación de la prelatura hispalense. Desde la secretaría del arzobispado de Sevilla, el día dos de agosto de 1930, se autorizaba
la procesión para que se celebrara el domingo treinta y uno de agosto de
193036.
Santos Rojas había fraguado una relación con la vecina parroquia de
San Esteban, ya que se le había encargado la talla del Corazón de Jesús
Las convocatorias fueron encargadas a la imprenta Rodríguez, Giménez y Compañía de Sevilla, ubicada en la antigua calle Federico de Castro, que desde 1938 fue llamada Cuna.
36
AMSL. Decreto de la secretaría del arzobispado de Sevilla firmado por Manuel Carrera. 2 de agosto de
1930. “Sevilla 2 de agosto de 1930. Autorizamos la procesión extraordinaria que desean celebrar el domingo
31 del corriente mes la superiora y comunidad del convento de San Leandro de esta ciudad, por este año,
con motivo de la celebración del XV aniversario de san Agustín; recorriendo el itinerario que en la instancia
de 28 de julio último nos indican. Deberá presidir la procesión el señor cura párroco con capa pluvial. El
cardenal arzobispo”.
35
26 | Salvador Guijo Pérez
del templo. Debido a la mediación realizada por su capellán y a la relación
con la comunidad, pues vivía cerca de la misma en la calle Castellar, se le
encargó en esa fecha la realización de la imagen de Nuestra Señora de la
Consolación.
Para la ejecución de la misma refieren las religiosas que se utilizó otra
obra que ya poseía el monasterio. Entendemos que el autor pudo emplear
una mascarilla de una talla anterior y remodelarla, creando la composición conforme a la iconografía encargada por la comunidad siguiendo
el modelo de la talla madrileña, como puede observarse, aunque no nos
consta documentalmente.
La comunidad cuenta con otra talla de terracota de pequeño formato
dedicado a la Virgen de la Consolación que tradicionalmente ocupaba
la sala capitular del monasterio, ubicándose en la sacristía interior en la
actualidad. La misma sigue el esquema de la iconografía de referencia del
autor Juan Pascual de Mena [fig. 11].
El archivo monacal nos muestra cómo tradicionalmente las monjas
han venido celebrando en su liturgia la fiesta de la Consolación como
solemnidad; ésta se celebraba el sábado de la infraoctava de San Agustín
con procesión claustral. En los libros de protocolo litúrgico del monasterio de San Leandro se recoge que la fiesta de la Virgen se considere de
primera clase con “cuatro oficiaderas, dos campanas y procesión de Tercia
cantando el Ave María, y el himno de Nuestro Padre, las velas 10 o 12, o sea,
desde las cantoras de coro para abajo” 37, mostrándonos la importancia de
la festividad para la comunidad.
Diferentes devocionarios de importantes advocaciones marianas
sevillanas fueron adaptados a la Virgen de la Consolación y Correa
por las religiosas leandras. Éste fue el caso de un novenario dedicado a la Virgen del Coral de la vecina iglesia de San Ildefonso38. Las
religiosas tachaban aquellas alusiones al Coral, introduciendo la advocación del Consuelo y modificando la rima en caso de que esta no
casase [fig. 12].
Libro de Protocolo ceremonial del convento de San Leandro, realizado por la cantora de coro, Sor
Teresa María del Carmen. Copiado a partir de un libro de apuntes de 1730, al que se le realizan modificaciones. Año 1919.
38
Novenario al Patrocinio Soberano de María Santísima con su admirable título del Coral, sita en la Iglesia
Parroquial del Sr. S. Ildefonso de esta ciudad de Sevilla, Sacalo a luz su devota y rendida Hermandad, deseosa de aumentar sus cultos, Sevilla, Por la Viuda de Vázquez y Compañía.
37
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 27
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Igualmente, entre la bibliografía más reciente, encontramos en el Epítome de las Indulgencias de la Orden de Ermitaños de San Agustín, con el
nuevo sumario de estas gracias de 1925, la importancia del rezo de la Coronilla de la Bienaventurada Virgen Madre de Consolación.
Se indica que “la devoción principal de los religiosos de nuestra sagrada
Orden es el rezo de la Corona de Nuestra Señora Madre de la Consolación
y Correa, que tiene concedidas indulgencias especiales como puede verse en
el sumario”39. La oración de la Corona consiste en la recitación de “trece
Padrenuestros y Ave Marías en memoria y veneración de Nuestro Señor Jesucristo y de los doce apóstoles que compusieron el Credo”, recopilando en él
los principales misterios de la fe. Cada uno de los misterios se inicia con una
meditación sobre cada una de las verdades de la fe que recopila el Credo,
para finalmente, implorar la intercesión y el auxilio de la Madre de la Consolación, san Agustín y santa Mónica con la Salve y las letanías.
Conclusión
Con este artículo damos a conocer el origen de esta devoción, la Virgen
María bajo el título de Nuestra Señora de la Consolación, tan universal
y de larga tradición, sobre todo, en la familia agustiniana, que completa
el título mariano nombrándolo de Nuestra Señora de la Consolación y
Correa en relación a su establecimiento en Sevilla.
Estrechamente ligado a la vida de san Agustín, se sintetizó en una
piadosa tradición en torno a su madre, santa Mónica, así como a la correa
del hábito y su color negro en la orden de los agustinos.
Igualmente hemos estudiado cómo, a partir del origen real de la advocación en Italia, la fundación de sus cofradías, su fusión y su constitución
como archicofradía matriz, ésta se extendió por el orbe agustiniano hasta
llegar a fundarse en el convento Casa Grande de Sevilla donde encontró
gran número de devotos y simpatizantes.
El monasterio de San Leandro como casa agustiniana también profesó
esta piadosa intercesión, contando con altares dedicados a la imagen y
agregándose a la archicofradía del cenobio masculino.
Una vez que esta última tendía a desintegrarse en la ciudad, el conRODRÍGUEZ, Ángel (traductor), Epítome de las Indulgencias de la Orden de Ermitaños de San Agustín
con el nuevo sumario de las mismas. Aprobado por la Santa Sede, Pamplona, Imp. Torrent y Santa Cruz,
1925, pp. 64 y 42.
39
28 | Salvador Guijo Pérez
vento femenino contempló su revitalización encargando una nueva talla
con motivo de los fastos del XV centenario de la muerte de san Agustín.
La imagen se encargó al escultor onubense Sebastián Santos Rojas y
llegó a procesionar junto a san Agustín el día treinta y uno de agosto de
1930, con motivo de la anterior efeméride. Esta sustituyó a la anterior
imagen de candelero que presidía el retablo de la iglesia del cenobio.
Finalmente, con este trabajo hemos logrado datar correctamente la
talla, ya que se encontraba erróneamente fechada en 1932. Fundamentando este hecho, hemos aportado documentación y testimonios gráficos
que convierten esta escultura en la primera imagen de una Virgen cultual
realizada por el autor.
Éste la esculpió seguidamente a su primera talla, el Corazón de Jesús de la iglesia de San Esteban de Sevilla, habiendo sido encargada en
el año de 1929. Igualmente, hemos aportado documentación del archivo
monacal que nos muestra como tradicionalmente las monjas han venido
celebrando en su liturgia la fiesta de la Consolación como solemnidad de
gran devoción.
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 29
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Fig1. Virgen de la Consolación
original, escuela sevillana,
finales del XVII-principios del
XVIII. Capilla de San Agustín,
claustro principal conventual
Fig2. Virgen de la Consolación
original. Detalle
30 | Salvador Guijo Pérez
Fig3. Virgen de la Consolación
entregando la correa a Santa
Mónica, óleo sobre lienzo, siglo
XIX. Banco del retablo actual
de Santa Rita en la iglesia
conventual
Fig4. Retablo neoclásico de la
Virgen de Consolación y Correa
en la iglesia conventual
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 31
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Fig5. Nuestra Señora de Consolación y Correa, madera estofada y policromada,
Sebastián Santos Rojas, 1929
32 | Salvador Guijo Pérez
Fig6. La Virgen de la
Consolación y Correa en la
procesión por el centenario de
San Agustín, 1930
Fig8. La Virgen de
Consolación y Correa en la
hornacina de su retablo
Fig7. San Agustín en el
paso preparado para dicha
procesión, 1930
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 33
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Fig9. Santísima Trinidad, óleo sobre lienzo, banco del retablo de la Virgen de la Consolación y Correa
34 | Salvador Guijo Pérez
Fig10. Convocatoria de triduo
y función a la Madre de
Consolación y Correa, 1930
Fig12. Novenario de la
Virgen del Coral, adaptado
a la de la Consolación y
Correa
La Devoción a Nuestra Señora de la Consolación y Correa en el 35
Monasterio de San Leandro de Sevilla |
Fig11. Virgen de la Consolación y Correa, barro cocido. Sacristía interior