Conclusión Con este artículo damos a conocer el origen de esta devoción, la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de la Consolación, tan universal y de larga tradición, sobre todo, en la familia agustiniana, que completa el...
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Con este artículo damos a conocer el origen de esta devoción, la Virgen
María bajo el título de Nuestra Señora de la Consolación, tan universal
y de larga tradición, sobre todo, en la familia agustiniana, que completa
el título mariano nombrándolo de Nuestra Señora de la Consolación y
Correa en relación a su establecimiento en Sevilla.
Estrechamente ligado a la vida de san Agustín, se sintetizó en una
piadosa tradición en torno a su madre, santa Mónica, así como a la correa
del hábito y su color negro en la orden de los agustinos.
Igualmente hemos estudiado cómo, a partir del origen real de la advocación
en Italia, la fundación de sus cofradías, su fusión y su constitución
como archicofradía matriz, ésta se extendió por el orbe agustiniano hasta
llegar a fundarse en el convento Casa Grande de Sevilla donde encontró
gran número de devotos y simpatizantes.
El monasterio de San Leandro como casa agustiniana también profesó
esta piadosa intercesión, contando con altares dedicados a la imagen y
agregándose a la archicofradía del cenobio masculino.
Una vez que esta última tendía a desintegrarse en la ciudad, el convento femenino contempló su revitalización encargando una nueva talla
con motivo de los fastos del XV centenario de la muerte de san Agustín.
La imagen se encargó al escultor onubense Sebastián Santos Rojas y
llegó a procesionar junto a san Agustín el día treinta y uno de agosto de
1930, con motivo de la anterior efeméride. Esta sustituyó a la anterior
imagen de candelero que presidía el retablo de la iglesia del cenobio.
Finalmente, con este trabajo hemos logrado datar correctamente la
talla, ya que se encontraba erróneamente fechada en 1932. Fundamentando
este hecho, hemos aportado documentación y testimonios gráficos
que convierten esta escultura en la primera imagen de una Virgen cultual
realizada por el autor.
Éste la esculpió seguidamente a su primera talla, el Corazón de Jesús
de la iglesia de San Esteban de Sevilla, habiendo sido encargada en
el año de 1929. Igualmente, hemos aportado documentación del archivo
monacal que nos muestra como tradicionalmente las monjas han venido
celebrando en su liturgia la fiesta de la Consolación como solemnidad de
gran devoción.