ISSNde
0325-2221
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada
altura...
Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXXIII, 2008. Buenos Aires.
OCUPACIONES PREHISPÁNICAS EN UNA QUEBRADA DE ALTURA:
EL CASO DE CUEVA DE LOS CORRALES 1 (EL INFIERNILLO,
TAFÍ DEL VALLE, TUCUMÁN)
Nurit Oliszewski
Jorge Gabriel Martínez
Mario alejandro caria***
INTRODUCCIÓN
Desde el año 2005 estamos llevando a cabo un proyecto de investigación en la Quebrada
de Los Corrales que se encuentra en el área de El Infiernillo (Tafí del Valle, Tucumán). Dicho
proyecto tiene como objetivo principal profundizar en el conocimiento de las ocupaciones humanas
prehispánicas en este sector de Cumbres Calchaquíes por encima de los 3.000 metros sobre el
nivel del mar (msnm), en el centro-oeste de la provincia de Tucumán que hasta ahora no había
sido explorado1. El objetivo del presente trabajo es dar a conocer los resultados e implicancias
obtenidos hasta el momento a partir del análisis de las evidencias arqueológicas detectadas
en el sitio Cueva de Los Corrales 1 (CC1) que se ubica en la margen oeste de la mencionada
quebrada. Esta cueva cuenta con un registro estratificado y se caracteriza por el excelente grado
de preservación de los restos orgánicos. Cabe aclarar que, por el momento, CC1 es el único sitio
detectado en la provincia de Tucumán que presenta restos arqueológicos bajo el reparo de una
geoforma natural.
PROBLEMÁTICA Y ÁREA DE ESTUDIO
Las investigaciones arqueológicas sistemáticas aún no han explotado el alto potencial que
tiene la provincia de Tucumán en toda su extensa y variada geografía. En este sentido puede
afirmarse que, por diferentes motivos, en esta provincia ha sido bastante desigual el interés y/o
la inversión de trabajo en arqueología. Por ejemplo, hay áreas que han captado mayor atención
de los arqueólogos, como ocurre con el valle de Tafí, mientras que otros sectores no han sido
* CONICET, Instituto Superior de Estudios Sociales, Universidad Nacional de Tucumán. E-mail: nuritoli@
yahoo.com.ar
CONICET, Instituto Superior de Estudios Sociales / Instituto de Arqueología y Museo, Universidad
Nacional de Tucumán. E-mail: jormartin1969@yahoo.com.ar
**
***
CONICET, Instituto de Geociencias y Medio Ambiente, Universidad Nacional de Tucumán.
E-mail: mcarial@yahoo.com.ar
209
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
abordados aún como debieran. Esto generó una visión parcial del pasado prehispánico en la
provincia que debe cambiar. Coincidimos con Williams et al. (2007) en que tradicionalmente
las investigaciones en el Noroeste argentino (NOA) se han concentrado en las áreas nucleares y
que el estudio de áreas consideradas hasta ahora marginales -como es el caso de El Infiernillocontribuirá al conocimiento de los procesos socioculturales a nivel regional.
El área de El Infiernillo es una zona de hundimiento ubicada en el norte del sistema del
Aconquija, donde se encuentra el denominado Abra de El Infiernillo. Este sector, que tiene una
cota altimétrica promedio de 3.000 msnm, conforma el límite norte del valle de Tafí (orientado
en sentido N-S) y, principalmente, es un espacio que conecta naturalmente a dicho valle con el
valle de Santa María hacia el noroeste. El río de Los Corrales, que recorre en sentido norte-sur la
quebrada homónima, es el que luego toma el nombre de río de Amaicha, tributario del río Santa
María (figura 1).
Figura 1. Ubicación relativa del área de estudio.
A pesar de ser un espacio intermedio y conector de estos dos valles que cuentan con una
larga tradición de investigaciones, los antecedentes arqueológicos son casi inexistentes. Berberián
y Giani (2001) plantean que, debido al escaso desarrollo de los suelos y a su gran altitud (3.000
msnm), la zona no sería apta para actividades agrícolas, aunque sí podrían haber funcionado
asentamientos con actividad pastoril intensa.
210
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
Las investigaciones en la Quebrada de Los Corrales abarcaron la cuenca inferior/media
del río de Los Corrales y sus márgenes entre 2.900 y 3.100 msnm permitiendo identificar una
cueva con ocupaciones prehispánicas y numerosas estructuras a cielo abierto separadas en cuatro
grandes tipos: corrales, andenes de cultivo, recintos habitacionales y recintos de funcionalidad no
definida. Estas evidencias se relacionan con tres espacios ocupacionales bien definidos y articulados
sincrónicamente entre sí: 1) el área septentrional, donde se ubica Cueva de Los Corrales 1 (2.966
msnm); 2) el área media, dominado por un sistema agrícola y pastoril (andenes, canales y corrales)
que habría constituido un sector dedicado a la producción de alimentos y 3) el área meridional,
donde se ubican las estructuras residenciales de planta circular/subcircular asignables a momentos
tempranos (Caria et al. 2006, 2007). La presencia en el sector medio de numerosas estructuras
agrícolas por encima de los 3.000 msnm ofrece una alternativa a la hipótesis antes mencionada
de Berberián y Giani (2001) acerca de la ineptitud de la zona para actividades agrícolas.
En función de tratar de comprender los procesos socioculturales a nivel regional, integrando
las llamadas áreas secundarias y/o marginales, es que nos interesa plantear una breve síntesis acerca
del conocimiento arqueológico generado hasta ahora para las zonas aledañas a la Quebrada de
Los Corrales: faldeos del Aconquija y valles de Amaicha, Santa María y del Cajón hacia el norte
y valles de La Ciénega y de Tafí hacia el sur.
En la localidad de El Mollar, en la porción sur del valle de Tafí, se encuentra una serie de
sitios arqueológicos que corresponden a los primeros momentos de ocupación del área: 2.100-1.700
años AP (Fase Tafí I sensu Berberián y Nielsen 1988) y que se caracterizan por la presencia de
estructuras de piedra simples de planta subcircular de posible función doméstica dispersas entre
andenes de cultivos, corrales y estructuras de carácter ceremonial como montículos y menhires.
Claros representantes de este tipo de sitios arqueológicos son: Casas Viejas (Núñez Regueiro
y García Azcárate 1996), Casa Machado (Chocobar y Corbalán 2005) y El Potrerillo (Gómez
Cardozo 2001).
En las cercanías de la localidad de Tafí del Valle, a lo largo de la actual ruta provincial nº
307, se localizan estructuras domésticas y productivas, observándose un cambio en la utilización
del mismo espacio por grupos posteriores ya que se encuentran tanto recintos de planta circular
asignables a Tafí como recintos de planta cuadrangular (“casas-pozo”) correspondientes a
momentos tardíos y relacionados con Santa María (González y Núñez Regueiro 1960; Gastaldi
y Burke 2001; Núñez Regueiro y Esparrica 2001). Como ejemplo, se puede mencionar al sitio
La Costa I cuyo registro muestra que se estaría ante la presencia de vestigios de dos momentos
diferentes: Tafí y Santa María, resta saber si compartieron únicamente el espacio o también el
eje temporal (Manasse 2007). La Costa 2 y El Tolar pueden asignarse a momentos más tardíos
del desarrollo cultural de Tafí: 1.700 - 1.200 años AP (Fase Tafí II sensu Berberián y Nielsen
1988). Ambos sitios presentan estructuras de piedra complejas de función doméstica y estructuras
agrícolas diversas (Sampietro Vattuone 2002).
La Bolsa se ubica en el sector norte de Tafí del Valle a ca. 2.100 msnm. Se trata de un
sitio de asignación Formativa compuesto por un conjunto de recintos circulares de paredes de
piedra donde se habrían desarrollado, en forma simultánea pero en distintos sectores, prácticas
funerarias y actividades múltiples: almacenaje, procesamiento de materia prima y elaboración de
manufacturas (Giani y Berberián 1999).
Hacia el norte en la localidad de Ampimpa (departamento de Tafí del Valle) se encuentra
el sitio El Observatorio correspondiente al período de Desarrollos Regionales (1.100 - 530 años
AP) cuya funcionalidad habría estado relacionada con el manejo y procesamiento de camélidos
(Gómez Augier 2005). Por otra parte, Los Cardones se ubica en la Quebrada de los Cardones,
departamento de Tafí del Valle, se trata de un sitio de uso residencial y con una complejidad
semiurbana correspondiente también al período de Desarrollos Regionales (Rivolta 2007).
En el valle de Amaicha se encuentran los sitios formativos: Campo Blanco que habría
funcionado como taller de producción lítica y Bajo los Cardones y El Remate con función
211
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
residencial (Somonte 2002; Aschero y Ribotta 2007). Bañado Viejo (Tafí del Valle, Tucumán) se
ubica sobre la llanura aluvional del río Santa María y está datado entre 1.850 y 1.050 años AP. El
sitio, de clara asignación formativa, está conformado por dispersiones de cerámica en superficie
no registrándose construcciones arquitectónicas (Scattolin et al. 2001).
En el valle de La Ciénega, el sitio El Puentecito, donde se encuentra en forma conjunta
cerámica correspondiente a los estilos Tafí, Candelaria y Santa María (Bernasconi de García y
Baraza de Fonts 1985), pone de manifiesto la existencia de una intensa red de interacción entre
pisos ecológicos diferentes además de un uso continuo a lo largo del tiempo. Según Cremonte
(1996) La Ciénega habría tenido un carácter periférico y fronterizo respecto del núcleo de Tafí: El
Pedregal presenta dataciones que van desde ca. 1.900 a 1.150 años AP indicando una ocupación
temporal continua.
Como se hizo mención, el valle de Tafí ha concentrado la mayoría de las investigaciones
arqueológicas. Sin embargo, los últimos años han sido testigos del aporte de información
procedentes de diversos valles y quebradas lo cual permitirá a futuro contar con un panorama
regional de la arqueología de esta porción de las áreas Valliserrana y de Prepuna del NOA. Es
interesante el hecho de que algunas zonas parecen haber sido utilizadas en forma continua a lo
largo del tiempo mientras que otras parecerían haber estado habitadas en tiempos prehispánicos
sólo durante el período Formativo, es decir, no más allá de 1.200 años AP o exclusivamente en
momentos tardíos (posteriores a 1.000 años AP). Otro ítem a destacar es la fluida interacción que
habría existido entre valles altos (por encima de los 3.000 msnm), valles intermedios (entre 1.500
y 3.000 msnm) y zonas pedemontanas ya sea a través del intercambio de bienes suntuarios, de
consumo o de ideas. Ambos puntos marcan la relevancia de la Quebrada de Los Corrales en la
comprensión de la dinámica prehispánica de la región.
CUEVA DE LOS CORRALES 1 Y SU REGISTRO
Se trata de una cueva en la cual se distingue un sector de cueva propiamente dicho (interior)
y otro de alero (exterior), teniendo en conjunto un ancho y profundidad de 4,70 m por 7,60 m,
con una superficie de reparo promediada de 30 m². La superficie pasible de ser excavada estaba
restringida por la topografía interna de la cueva a un área considerablemente reducida en relación
a la superficie total de reparo ya que el sector con sedimentos estratificados que contiene restos
antrópicos ocupaba un área de aproximadamente siete m², ubicada hacia el fondo de la cueva
(figura 2).
Los trabajos de excavación abarcaron una superficie de dos m² que fue subdivida en cuatro
microsectores (B2D, B3C, C2B y C3A en figura 2), y permitieron detectar una secuencia estratigráfica
compuesta por un total de dos capas de origen antrópico, separadas en tres extracciones en cada
caso: capa 1 (1ª, 2ª y 3ª extracción) y capa 2 (1ª, 2ª y 3ª extracción). Estas capas y sus extracciones
conforman un “paquete” estratigráfico de ca. 30 cm de potencia, habiéndose llegado en la capa
2 (3ª) a la roca de base. La capa 1 (2a) se caracteriza y se distingue principalmente por presentar
numerosos haces de poáceas que se disponen en forma homogénea como una especie de “camada”
en los microsectores B2D y B3C, pero en C2B y C3A no cubren totalmente la superficie excavada.
Esta camada se continúa y se introduce claramente en el perfil noroeste, es decir, hacia el fondo
de la cueva. En base a una muestra de poáceas de esta camada (microsector B2D) se hizo una
datación convencional de 14C que dio como resultado 630 + 140 años AP (UGA-01977). Junto
a las poáceas, fueron recuperados varios fragmentos de marlos y chala de maíz, astillas óseas
indeterminadas y material lítico. Debajo de la camada de paja y conectando con la extracción
siguiente (capa 1, 2a extracción) se encuentra un mortero excavado en la roca de base (mortero
nº 5b1) el cual suponemos fue contemporáneo a la misma (figura 2).
La tercera extracción de capa 2 es la que apoya directamente sobre la roca de base de la
212
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
cueva y, por lo tanto, es la que inicia la secuencia estratigráfica. Dicha extracción se restringe sólo
al microsector C3A ya que a esta profundidad los demás microsectores exhiben la roca de base
expuesta. El sedimento presenta aquí la parte final de una potente lente de ceniza blanca que se
inicia en las extracciones superiores. Por debajo de la misma, se registra un sedimento rubefacto
marrón oscuro con poáceas quemadas parcialmente, sobre las cuales se hizo una datación 14C
que dio como resultado 2.060 + 200 años AP (UGA-01616). No se registran carbones grandes,
sólo escasos y muy pequeños carbones aislados. En general esta extracción presenta pocos pero
interesantes hallazgos como desechos de talla, algunas astillas óseas indeterminadas, vellones y
granos de maíz.
Otro aspecto a destacar es que este sector está delimitado -hacia la boca de la cueva- por un
alineamiento de rocas intencionalmente colocadas a modo de “tabique de contención” de todo el
sector en estratigrafía. Debajo de estas rocas se presenta un sedimento ceniciento/rubefacto en el
cual se recuperó un marlo de maíz. Una vez finalizada la excavación en C3A, y en una pequeña
ampliación hacia la boca de la cueva, se detectaron dos morteros confeccionados sobre la roca
de base (morteros nº 8 y nº 9; figura 2) cuya conexión con la capa 2 (3a extracción) debe ser
verificada. Las evidencias no permiten delimitar la existencia de áreas de actividad a excepción,
como ya se mencionó, de la capa 2 (3ª extracción) en la cual se pudo determinar la presencia de
una zona de rubefacción generada por un evento de combustión.
Área
excavable
Roca de
base
B2D B3C
C2D C3A
morteros
Planta CC1
Sector Cueva
Sector Alero
0
Talud
1m
Modificado de Di Lullo (2008)
2.60 m
1.73 m
1.42 m
1.10 m
Corte
7.60 m
Figura 2. Dibujo de planta y corte longitudinal de Cueva de Los Corrales 1 modificado de Di Lullo
(2007). Detalle de área excavada y ubicación de los morteros en la roca de base.
213
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
Las excelentes condiciones naturales de preservación de esta cueva permitieron la recuperación
de una gran diversidad de restos arqueológicos, entre los cuales se destacan aquéllos de origen
orgánico. Entre ellos se recuperaron restos faunísticos tales como fragmentos óseos2, vellones,
cuero y guano correspondientes a camelidae; cordeles de fibra animal; placas de dasipódido;
cabezas, patas y alas de langosta; pinzas de crustáceo y fragmentos de cáscara de huevo. Entre
los de origen vegetal, hay numerosos restos alimenticios y no alimenticios que serán descriptos
más adelante. Entre los elementos inorgánicos, se cuentan núcleos y desechos de talla de cuarzo,
andesita, obsidiana y xilópalo, además de diversos fragmentos cerámicos sin decoración.
Un aspecto particular a destacar de CC1 es el hallazgo de catorce morteros confeccionados
en la roca de base de la cueva (figura 2). Los mismos son de formato tronco-cónico de variables
dimensiones3 y presentan en todos los casos un relleno intencional de restos animales, vegetales
y minerales puestos a presión, los cuales fueron sellados por el agregado de un sedimento
arcilloso preparado para tal fin. Estos “sellos” probablemente fueron confeccionados mediante
el uso de fuego directo, lo cual dejó a los morteros perfectamente ocultos y mimetizados con
la roca de base (análisis en curso). Por el momento no encontramos antecedentes comparables
a este hallazgo en el NOA y menos aún dentro del ámbito de la provincia de Tucumán. Si bien
no es clara la relación de contemporaneidad entre el paquete estratigráfico y los morteros, como
fuera mencionado ut supra, uno de ellos (mortero nº 5b1) se conecta claramente con la capa 1
(2a) fechada en ca. 630 años AP y otros dos (morteros nº 8 y 9) podrían estar conectados con la
capa 2 (3ª) fechada en ca. 2.060 años AP. A partir de los macrorrestos vegetales recuperados del
relleno de los morteros pudieron identificarse las siguientes familias: Asteraceae (dos especies),
Cucurbitaceae (una especie), Fabaceae (cuatro especies), Malvaceae (una especie), Verbenaceae
(una especie), Bromeliaceae (una especie) y Poaceae (siete especies) (Carrizo et al. 2003).
Puntualmente se realizaron estudios sobre gránulos de almidón que produjeron formas diagnósticas
de maíz, pseudocereales (quinoa: chenopodium quinoa Willd. o amaranto: amaranthus sp.) y
tubérculos microtérmicos (Babot 2007); semillas de phaseolus vulgaris (Carrizo et al. 2003) y
marlos de zea mays identificándose diversas variedades (Oliszewski 2007, 2008). Cabe aclarar
que hasta tanto se establezcan dataciones directas sobre el material recuperado a partir de los
morteros, las identificaciones de géneros, especies y/o variedades vegetales carecen de valor para
el establecimiento de relaciones cronológicas.
Dado que gran parte de los ítems materiales mencionados de las diferentes capas/extracciones
aún están en proceso de análisis, nos vemos limitados por ahora a presentar aquí los resultados
alcanzados hasta el momento a partir del material arqueobotánico, lítico y cerámico especialmente,
quedando pendiente un abordaje más completo en cuanto a tendencias, semejanzas y diferencias
para los distintos momentos de ocupación evidenciados por la secuencia estratigráfica bajo
análisis.
Material arqueobotánico
Entre las plantas de probable uso alimenticio registradas en estratigrafía destacan los siguientes
taxa (se consignan únicamente los especimenes correspondientes a las capas datadas: 1(2a), 630
años AP y 2(3a), 2.060 años AP):
1. Celtidaceae
1.1. celtis sp. “Tala” (n= 11): cinco pirenos secos procedentes de Capa 1(2a) y seis pirenos secos
procedentes de Capa 1(2a).
2. Fabaceae
2.1. prosopis L. “Algarrobo” (n= 299): 241 endocarpos completos y fragmentados procedentes
de capa 1(2a); 50 endocarpos completos y fragmentados procedentes de capa 2(3a).
Siete semillas secas completas y fragmentadas procedentes de capa 1(2a); uma semilla carbonizada
214
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
completa procedente de capa 2(3a). Todas las semillas fueron identificadas como prosopis nigra
(Gris.) Hieron “Algarrobo negro”.
2.2. Geoffroea decorticans Jack. “Chañar” (n= 6): un endocarpo completo y cinco fragmentos
procedentes de capa 1(2a), todos los ejemplares se presentan secos.
3. poaeae
3.1. zea mays L. “Maíz” (n= 18): siete granos secos completos y fragmentados procedentes de
capa 1(2a), dos de ellos fueron identificados como maíces de tipo harinoso (¿Capia?).
Ocho granos (seis secos, dos carbonizados) y tres marlos procedentes de capa 2(3a) fueron
identificados como z. m. var. oryzaea Kuleshov (Pisingallo).
Estas evidencias muestran entre las plantas de probable función alimenticia recursos tanto de
recolección (algarrobo, chañar y tala) como domésticos (maíz). Las plantas silvestres son alóctonas
encontrándose su área de obtención hacia el norte, a 30 km de distancia aproximadamente. El
tala se encuentra en idéntica proporción en ambas capas. En cuanto al algarrobo, su cantidad
se cuadruplica en la capa 1(2a); con los recaudos que siempre se deben tener al interpretar
cuantificaciones de macrorrestos arqueobotánicos, se puede proponer que esta elevada cantidad
de macrorrestos de algarrobo esté vinculada a una intensificación en su recolección en momentos
tardíos. Del mismo modo, la ausencia de restos de chañar en la capa 2(3a) podría vincularse con su
“no recolección” en momentos tempranos pero, en este caso, los recaudos deben ser aún mayores
quedando pendiente la contrastación de esta hipótesis por diversas vías. Respecto al maíz, el registro
exclusivo de maíz pisingallo en ca. 2.060 años AP y de maíz harinoso en ca. 630 años AP apoya
la tendencia observada en otros casos del Noroeste argentino de que en momentos tempranos se
encuentran únicamente las razas más primitivas de maíz como Rosita o Pisingallo, produciéndose
la diversificación racial en momentos más tardíos probablemente con posterioridad a ca. 1.500
años AP (Oliszewski 2007).
Material lítico
En cuanto al material lítico, en la capa 1 (2a) a excepción de sólo un filo natural con rastros
complementarios (sensu Aschero 1983), el material se corresponde totalmente con desechos de
talla, habiéndose registrado veintiocho elementos en total (lascas enteras más fracturadas con y
sin talón). Se observa una clara dominancia de materias primas de origen local proveniente de la
misma Quebrada de Los Corrales: dieciocho de cuarzo, dos de andesita y una lasca de materia
prima no diferenciada (n=21) (Funes Coronel 2007). La capa 2 (3a) (ca. 2.060 años AP) presenta
escasos pero interesantes hallazgos como cuatro desechos de talla: tres de cuarzo local y una lasca
de xilópalo alóctono (Funes Coronel 2007).
En síntesis, el material lítico está representado, para ambas capas comparadas, sólo por
desechos de talla de tamaños que van de pequeño a mediano-pequeño. Esto evidencia, en ambos
casos, tareas de producción y mantenimiento de artefactos pero que no fueron descartados en
el sitio. Por otra parte, se observa también para las dos capas una alta dominancia en el uso de
materias primas locales: cuarzo y andesita (97%) y una muy baja proporción de materias primas
no locales como obsidiana y xilópalo (3%) (Funes Coronel 2007). De todos modos, sí puede
marcarse una diferencia entre ambas capas (con sus extracciones incluidas) y se relaciona con una
mayor densidad de desechos de talla en capa 2 (n=103) vs. capa 1 (n=28). Se concluye entonces
que, hacia los momentos más tempranos de ocupación de la cueva, se habría dado un mayor
énfasis en la confección de artefactos líticos tallados y también un mayor rango de movilidad de
sus ocupantes dado que todo el material lítico no local registrado (obsidiana y xilópalo) proviene
de capa 2.
215
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
Material cerámico
Babot y Apella (2007) analizaron las coberturas cerámicas de los fragmentos registrados en
estratigrafía en CC1 y la composición de residuos de uso de los artefactos de molienda (morteros
y manos). Los resultados indican que ambas sustancias corresponderían a los mismos eventos de
manufactura de alfarería, ya que fueron identificados componentes similares: materiales arcillosos
principalmente, coloreados por la presencia de minerales de hierro y manganeso. Estas autoras
agregan que no se han encontrado indicadores específicos del uso in situ de los artefactos cerámicos
producidos y que sólo se recuperaron, en un número muy escaso, fragmentos cuyas coberturas
sugieren una decoración local. Si bien estos fragmentos cerámicos no están asociados a fechados
precisos, el tipo de acabado de superficie de color negro presente en algunos de ellos sugiere
que corresponderían a momentos tardíos, es decir, asociados al fechado de ca. 630 años AP. El
residuo de un molino móvil está constituido por hueso calcinado que podría haber sido empleado
como aditivo de las mezclas pigmentarias utilizadas a su vez, como coberturas cerámicas (Babot
y Apella 2007).
Por último, algunos de los fragmentos óseos de camélido y algunas de las placas de dasipódido
presentan evidencias de haber sido sometidos al fuego, lo cual permite suponer su consumo y
descarte in situ. No obstante, también se registra una alta frecuencia de restos óseos calcinados
que permitiría pensar en la alternativa del uso de hueso como combustible.
COMENTARIOS FINALES
Cueva de los Corrales 1 constituye un sitio arqueológico con un alto potencial para indagar
en las estrategias de subsistencia de grupos prehispánicos asentados en una quebrada de altura
debido a tres motivos:
a) la alta diversidad del registro arqueológico en el cual se han preservado en muy buen estado
de conservación diversos tipos de materiales orgánicos;
b) la particularidad de presentar en un mismo espacio una secuencia estratigráfica y numerosos
artefactos de molienda confeccionados en la misma roca de base, probablemente asociados;
c) dos dataciones radiocarbónicas distantes temporalmente entre sí: una correspondiente a
momentos agro-pastoriles tempranos (ca. 2.060 años AP) y otra correspondiente a momentos
prehispánicos tardíos (ca. 630 años AP).
Sin embargo, a pesar de todo lo mencionado, no es posible definir con claridad la funcionalidad
de las ocupaciones detectadas en esta cueva. No hay elementos suficientes para establecer su
uso como vivienda permanente, más bien parecería haber sido utilizada en forma esporádica, tal
vez estacional, lo cual se ve apoyado por la presencia de estructuras residenciales situadas a un
kilómetro río arriba, muy probablemente asociadas temporalmente. De todos modos, sí es posible
establecer funciones secundarias como:
- procesamiento, consumo y descarte de recursos vegetales evidenciado por los abundantes
vestigios arqueobotánicos registrados en estratigrafía y en los artefactos de molienda, con
especial énfasis en las plantas alimenticias tanto de recolección (algarrobo, chañar, tala) como
domésticas (maíz, poroto común) (Carrizo et al. 2003; Arreguez y González Díaz 2007; Babot
2007; Gramajo Bühler 2007; Oliszewski 2008).
- producción y aplicación local de mezclas pigmentarias empleadas como coberturas cerámicas
y atestiguadas en los residuos de uso del instrumental de molienda de CC1 (Babot y Apella
2007).
- producción y mantenimiento de artefactos líticos que no habrían sido descartados in situ,
evidenciado por la presencia exclusiva de desechos de talla (Funes Coronel 2007).
216
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
- consumo y descarte de recursos animales alimenticios indicados por la presencia de restos
óseos de camélido, placas de dasipódido, pinzas de crustáceo, entre otros.
La duración de las ocupaciones de CC1 en particular y de la Quebrada de Los Corrales en
general merece una discusión más profunda. Como ya fuera mencionado, esta quebrada presenta
una situación geográfica peculiar por encontrarse en un sector intermedio entre el valle de Tafí
y el valle de Santa María. La ocupación más temprana de CC1 se remonta a ca. 2.060 años AP.
Para el valle de Tafí, Berberián y Nielsen (1988) han propuesto la existencia de dos estadios:
Tafí I (ca. 2.100-1.700 años AP) caracterizado por la presencia de un sistema de asentamiento en
unidades residenciales que aparecen dispersas entre campos de cultivo y Tafí II (ca. 1.700-1.200
años AP) caracterizado por estructuras de residencia familiar concentradas que conforman aldeas
y se encuentran separadas de los campos de cultivo.
Para el valle de Santa María, en base a diversos atributos del material cerámico registrado
en la secuencia estratigráfica de Bañado Viejo, Scattolin (2007) propone una secuencia temporal
provisional para las sociedades del valle de Santa María con cronologías anteriores a 1.000 años
AP. De este modo habría existido un primer intervalo -Chimpa- entre ca. 1.850 y 1.550 años AP
en el cual habrían dominado los estilos cerámicos Vaquería y Condorhuasi, registrados además en
Yutopián y Cardonal (ambos en el valle del Cajón), Antigal de Tesoro e Ingenio del Arenal (ambos
en los faldeos del Aconquija). El segundo intervalo -Bañado- habría ocurrido entre ca. 1.550 y
1.350 años AP presentando semejanzas con sitios como Loma Alta (faldeos del Aconquija), La
Ciénega (en el valle homónimo), Molino del Puesto y Caspinchango (ambos en el valle de Santa
María). Finalmente el último intervalo -Colalao- se habría dado entre ca. 1.350 y 1.050 años AP
y habría estado representado por los estilos cerámicos Candelaria y Ciénaga.
La datación de CC1 de ca. 2.060 años AP ubica la primera ocupación en los momentos más
tempranos propuestos por Berberián y Nielsen (1988) para el valle de Tafí, sin embargo, la clara
separación entre sector productivo y sector doméstico llevaría a ubicar las ocupaciones humanas de
la Quebrada de Los Corrales en el lapso 1.700 - 1.200 años AP. La situación topográfica particular
de ser una quebrada, y no un valle como Tafí, permitiría explicar que aún en momentos tempranos
como ca. 2.000 años AP los sectores doméstico y productivo se encuentren separados ya que la
topografía habría sido determinante para el emplazamiento de estructuras agrícolas y pastoriles
en zona de laderas de sustrato loésico y estructuras domésticas en laderas denudativas de sustrato
granítico. La presencia de los estilos cerámicos Tafí y Ciénaga en los recintos de probable función
doméstica permite ubicar las ocupaciones desde ca. 2.100 hasta 1.200 años AP. Ahora bien, si
nos atenemos al registro de Ciénaga en el valle de Santa María, faldeos del Aconquija y valle
de La Ciénega, las mismas serían posteriores a ca. 1.500 años AP. Es decir, que la integración
de la información reunida hasta el momento (dataciones 14C, patrón de asentamiento y estilos
cerámicos) nos permite proponer provisoriamente que las primeras ocupaciones humanas en la
Quebrada de Los Corrales habrían ocurrido entre ca. 2.060 y 1.200 años AP.
De no ser por la datación que asocia la ocupación final de CC1 a ca. 630 años AP, la ocupación
de esta quebrada quedaría acotada a un momento temprano entre ca. 2.100 y 1.200 años AP. Hasta
el momento los únicos datos que permiten pensar en una ocupación en un momento tan tardío
como ca. 600 años AP son el mencionado fechado para CC1 y el tipo de acabado de superficie
de color negro de algunos fragmentos cerámicos. El Observatorio y Los Cardones, situados
aproximadamente a treinta kilómetros al norte de la Quebrada de Los Corrales, presentan una
complejidad semiurbana en su patrón de asentamiento que se asocia claramente con el denominado
período de Desarrollos Regionales (1.100-530 años AP). Hacia el sur, en el valle de Tafí, sitios
como La Costa 1 presentan estructuras tipo casas-pozo y cerámica santamariana, ítems ambos que
se asocian también al período de Desarrollos Regionales. En la Quebrada de Los Corrales no hay
indicios de patrones de asentamiento ni de los clásicos estilos cerámicos relacionados a momentos
tardíos como el estilo Santa María; futuras investigaciones permitirán aclarar tanto la naturaleza de
las últimas ocupaciones como su relación con los valles situados al norte y al sur de la misma.
217
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
Uno de los principales aspectos a destacar que surge de la comparación entre las capas
2(3a) y 1(2a) de CC1 relacionadas con la primera y última ocupación respectivamente refiere a la
presencia de maíz de tipo harinoso en la ocupación más tardía que apoya la tendencia observada
para el NOA acerca de la diversificación subespecífica de z. mayz la cual habría ocurrido en algún
momento entre 1.500 y 1.000 años AP (Oliszewski 2007).
La situación de CC1 en el marco de un área que también presenta sitios a cielo abierto, abre
interesantes perspectivas en cuanto a la exploración y establecimiento de relaciones sincrónicas
intersitios, considerando justamente la naturaleza diferencial de registros y de emplazamientos
de cueva en combinación con evidencias en estructuras a cielo abierto. Otro aspecto de gran
importancia para CC1 y los sitios de la Quebrada de Los Corrales en general, reside en su ubicación
geográfica relativa por encontrarse en un sector que conecta espacialmente el valle de Tafí con
el valle de Santa María, ecológicamente bien diferenciados. Por ejemplo, la presencia de plantas
como el algarrobo y el chañar cuya recolección habrían tenido lugar en zonas como Amaicha o
Ampimpa y de poroto común que con alta probabilidad se habría cultivado en el valle de Tafí a
2.000 msnm constituye un claro indicador de la movilidad y/o intercambio que habría existido
en tiempos prehispánicos con ambos valles. Otro indicador en el mismo sentido es la presencia
de materia prima lítica alóctona: xilópalo procedente del valle de Santa María y obsidiana que
implica mayor movilidad aún ya que su área de obtención se encuentra hacia el oeste, en la Puna,
a una distancia mínima de 130 km lineales (análisis de procedencia en curso). Por último, y a
diferencia de algunas zonas que parecerían haber estado habitadas en tiempos prehispánicos
sólo durante el período Formativo, es decir, no más allá de 1.200 años AP o exclusivamente en
momentos tardíos posteriores a ca. 1.000 años AP, CC1 presenta dos dataciones que sitúan el
inicio de las ocupaciones en momentos agropastoriles tempranos hacia ca. 2.060 años AP y el final
de dichas ocupaciones en momentos tardíos hacia ca. 630 años AP. Queda aún por determinar si
esta ocupación fue continua a lo largo del tiempo o se dio de manera intermitente.
Para finalizar, consideramos que Cueva de los Corrales 1 posee una alta relevancia arqueológica
que permitirá profundizar en el conocimiento de las estrategias de aprovisionamiento y uso de
diferentes recursos bióticos y abióticos por parte de los grupos prehispánicos que habitaron este
sector de altura, en las Cumbres Calchaquíes del centro-oeste de Tucumán.
San Miguel de Tucumán, julio de 2008
AGRADECIMIENTOS
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a todos los que integran el equipo de trabajo:
Guillermo Arreguez, Eugenia Di Lullo, Jorge Funes Coronel, Rosana González, Natalia González
Díaz, Matías Gramajo Bühler, Andrés Izeta, Martín Pantorrilla, Silvana Puentes Duberti. También
queremos agradecer a las instituciones que apoyan nuestras investigaciones: Agencia Nacional
de Promoción Científica y Tecnológica, Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional
de Tucumán (CIUNT) y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(CONICET).
NOTAS
1
Las investigaciones fueron subsidiadas por el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de
Tucumán: proyecto CIUNT-2005-G318 “Arqueología de la Quebrada del Río de los Corrales: un aporte
al conocimiento de sitios prehispánicos de altura en El Infiernillo, Tucumán” y por la Agencia Nacional
de Promoción Científica y Tecnológica: PICT-2006-01245 “Estrategias de subsistencia en sitios prehis-
218
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
2
3
pánicos de altura (ca. 3000 msnm): Quebrada de Los Corrales (El Infiernillo, Tafí del Valle, Tucumán)
como caso de estudio”.
El material óseo es analizado por el Dr. Andrés Izeta (Laboratorio de Análisis Macro y Microscópico de
Materiales Líticos, Museo de Antropología, CONICET – Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba).
Las dimensiones de los morteros varían en diámetro entre 14 y 50 mm (promedio: 26 mm) y en profundidad entre 10 y 32 mm (promedio: 21 mm).
BIBLIOGRAFíA
Arreguez Guillermo A. y Lea N. González Díaz
2007. Uso de recursos vegetales en un sitio prehispánico de altura: Cueva de los Corrales 1 (El Infiernillo,
Tafí del Valle, Tucumán). primeras Jornadas de Jóvenes investigadores uNt-auGM. Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán-Asociación de Universidades Grupo Montevideo. Soporte digital.
Aschero, Carlos A.
1983. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos
comparativos. Apéndice A-C. Revisión 1983. Cátedra de Ergología y Tecnología. Facultad de Filosofía
y Letras. Universidad de Buenos Aires. Ms.
Aschero, Carlos A. y Eduardo E. Ribotta
2007. Usos del espacio, tiempo y funebria en el remate (Los Zazos, Amaicha del Valle, Tucumán). En:
P. Arenas, B. Manasse y E. Noli (comps.), paisajes y procesos sociales en tafí del Valle, pp. 79-94.
Tucumán, Víctor Ataliva editor.
Babot, María del Pilar
2007. Granos de almidón en contextos arqueológicos: posibilidades y perspectivas a partir de casos del
Noroeste argentino. En: B. Marconetto, N. Oliszewski y M. P. Babot (eds.), investigaciones arqueobotánicas en latinoamérica: estudios de casos y propuestas metodológicas, pp. 95-125. Córdoba.
Babot, María del Pilar y María C. Apella
2007. Aproximación al proceso de producción de alfarería en el Área Valliserrana de Tucumán, Argentina: un análisis de mezclas pigmentarias y coberturas cerámicas. En: B. Cremonte y N. Ratto
(eds.), cerámicas arqueológicas. perspectivas arqueométricas para su análisis e interpretación, pp.
13-26. San Salvador de Jujuy, Universidad Nacional de Jujuy.
Berberián, Eduardo E. y Laura Giani
2001. Organización intrasitio y macroespacial en el Formativo del valle de Tafí (Tucumán). actas del
Xiii congreso Nacional de arqueología argentina I: 409-415. Córdoba.
Berberián, Eduardo E. y Axel Nielsen
1988. Sistemas de asentamiento prehispánicos en la etapa Formativa del Valle de Tafí (Pcia. de Tucumán
- República Argentina). En: E. E. Berberián (ed.), sistemas de asentamiento prehispánicos en el Valle
de tafí, pp. 21-51. Córdoba.
Bernasconi de García, Teresa y Amalia Baraza De Font
1985. Estudio arqueológico del valle de la Ciénega (depto. Tafí, Pcia. de Tucumán). anales de arqueología y etnología 36-37: 117-138. Mendoza.
Caria, Mario A., Jorge G. Martínez y Nurit Oliszewski
2006. Geomorfología y Arqueología de la Quebrada del Río de los Corrales (El
Infiernillo-Tafí del Valle-Tucumán-Argentina). En: J. A. Sanabria y G. L. Argüello (eds.), actas de
trabajos del iii congreso argentino de cuaternario y Geomorfología I: 145-154. Córdoba.
219
RELACIONES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ANTROPOLOGíA XXXIII
Caria, Mario A., Nurit Oliszewski, Martín Pantorrilla y Julián Gómez Augier
2007. Relevamiento y clasificación del sistema agrícola prehispánico en la Quebrada del Río Los Corrales
(El Infiernillo-Tafí del Valle-Tucumán). Número especial de revista pacarina I: 49-54. Resúmenes
XVII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, San Salvador de Jujuy.
Carrizo, Julieta I., Nurit Oliszewski y Jorge G. Martínez
2003. Macrorrestos vegetales del sitio arqueológico Cueva de los Corrales (El Infiernillo, Tafí del Valle,
Tucumán). revista del Museo argentino de ciencias Naturales (NS) 5(2): 253-260. Buenos Aires.
Cremonte, Beatriz
1996. Investigaciones arqueológicas en la Quebrada de La Ciénega (Depto Tafí-Tucumán). Tesis Doctoral
inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.
Chocobar, Fabiana y Mariano Corbalán
2005. Las estructuras arqueológicas olvidadas de Casa Machado. resúmenes Vii Jornadas de comunicaciones. Facultad de ciencias Naturales e instituto Miguel lillo. uNt, pp. 13. San Miguel de
Tucumán.
Di Lullo, Eugenia
2007. SIG y Arqueología. Serie Monográfica y Didáctica 46: 31. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto
Miguel Lillo, Universidad Nacional de Tucumán.
Funes Coronel, Jorge A.
2007. Caracterización del conjunto lítico del sitio Cueva de Los Corrales 1 (CC1), El Infiernillo, Tucumán.
primeras Jornadas de Jóvenes investigadores uNt-auGM. Universidad Nacional de Tucumán-Asociación de Universidades Grupo Montevideo. Soporte digital.
Gastaldi, Gabriela y Roy Burke
2001. Entre círculos y líneas: algunas consideraciones espaciales en el valle de Tafí, Provincia de Tucumán. libro de resúmenes XiV congreso Nacional de arqueología argentina, pp. 207. Rosario,
Universidad Nacional de Rosario.
Giani, Laura y Eduardo E. Berberián
1999. Consideraciones acerca de la variabilidad formal en el diseño de las plantas de arquitectura en el
NOA durante las etapas Formativa y de Desarrollos Regionales. actas del Xii congreso Nacional de
arqueología argentina I: 83-88. La Plata.
Gómez Augier, Julián
2005. Geoarqueología y patrones de ocupación espacial en el sitio El Observatorio. Ampimpa, Dpto.
Tafí del Valle, Tucumán, República Argentina. Trabajo Final de la Carrera de Arqueología inédito.
Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán.
Gómez Cardozo, Claudia
2001. Pastoreo de camélidos en el Valle de Tafí (Provincia de Tucumán, Argentina). libro de resúmenes
XiV congreso Nacional de arqueología argentina, pp. 436. Rosario.
González, Alberto R. y Víctor A. Núñez Regueiro
1960. Preliminary Report on Archaeological Research in Tafí del Valle, N. W. Argentina. atken des 34.
internationalen amerikanistenkongresses, pp. 485-496. Viena.
Gramajo Bühler, Carlos M.
2007. Caracterización y descripción taxonómica del contenido del mortero 5b1 del sitio Cueva de Los
Corrales 1. Serie Monográfica y Didáctica 46: 35. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel
Lillo, Universidad Nacional de Tucumán.
220
Nurit Oliszewski y OtrOs – OcupaciONes prehispáNicas eN uNa quebrada de altura...
Manasse, Bárbara
2007. Tiempo antes de la conquista española en el Valle de Tafí. En: P. Arenas, B. Manasse y E. Noli
(comps.), paisajes y procesos sociales en tafí del Valle, pp. 135-164. Tucumán, Víctor Ataliva
editor.
Núñez Regueiro, Víctor A. y Héctor Esparrica
2001. Investigaciones arqueológicas en la zona del km 64,5, Valle de Tafí, Provincia de Tucumán. libro
de resúmenes XiV congreso Nacional de arqueología argentina, pp. 167-168. Rosario.
Núñez Regueiro, Víctor A. y Jorgelina García Azcárate
1996. Investigaciones arqueológicas en El Mollar, Dpto. tafí del Valle, Pcia. de Tucumán. revista del
Museo de historia Natural de san rafael XXV (1/2): 87-98.
Oliszewski, Nurit
2007. El recurso maíz en sitios arqueológicos del noroeste argentino: el caso de la Quebrada de Los
Corrales, El Infiernillo, Tucumán. treballs d’etnoarqueologia. Barcelona. En prensa.
2008. Metodología para la identificación subespecífica de maíces arqueológicos. Un caso deaplicación
en el noroeste de argentina. En: S. Archila, M. Giovannetti, M. y V. Lema (eds.), arqueobotánica y
Teoría Arqueológica. Discusiones desde Suramérica, pp. 181-202. Bogotá, Ediciones Uniandes.
Rivolta, Gustavo
2007. Diversidad cronológica y estructural en los diferentes sectores de la Quebrada de Los Cardones:
sus espacios y recintos (Valle de Yocavil, Tucumán). En: P. Arenas, B. Manasse y E. Noli (comps.),
paisajes y procesos sociales en tafí del Valle, pp. 95-110. Tucumán, Víctor Ataliva editor.
Sampietro Vattuone, María M.
2002. Contribución al conocimiento geoarqueológico del valle de Tafí, Tucumán (Argentina). Tesis
Doctoral inédita. Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán.
Scattolin, Cristina
2007. Santa María antes del año mil. Fechas y materiales para una historia cultural. En: V. Williams,
B. Ventura, A. Callegari y H. Yacobaccio (eds.), sociedades precolombinas suradinas, pp. 203-119.
Buenos Aires, Artes Gráficas Buschi.
Scattolin, Cristina, Fabiana Bugliani, Andrés Izeta, Marisa Lazzari, Lucas Pereyra Domingorena y Leticia
Martínez
2001. Conjuntos materiales en dimensión temporal. El sitio formativo “Bañado Viejo” (Valle de Santa
María, Tucumán). relaciones de la sociedad argentina de antropología XXVI: 167-192. Buenos
Aires.
Somonte, Carolina
2002. El uso del espacio y la produccion y/o descarte de materiales líticos en la Quebrada de Amaicha del
Valle, Pcia. de Tucumán. Trabajo Final de la Carrera de Arqueología inédito. Universidad Nacional
de Tucumán, San Miguel de Tucumán.
Williams, Verónica, Beatriz Ventura, Adriana Callegari y Hugo Yacobaccio
2007. Presentación. En: V. Williams, B. Ventura, A. Callegari y H. Yacobaccio (eds.), sociedades precolombinas suradinas, pp. 21-28. Buenos Aires, Artes Gráficas Buschi.
221