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Cambui Camey y Noche de Estrellas. IJ 2024

El documento narra la historia de Bui Camey, un joven indígena que sueña con convertirse en explorador y emprende un viaje por el Camino del Sol, guiado por las enseñanzas de su abuelo Machinco. A lo largo de su travesía, Bui aprende a observar y apreciar la naturaleza, así como la importancia de ayudar a los demás, ejemplificado en su encuentro con un anciano atrapado en un pantano. La narrativa enfatiza valores como la generosidad, la perseverancia y la conexión con el entorno natural.

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Cambui Camey y Noche de Estrellas. IJ 2024

El documento narra la historia de Bui Camey, un joven indígena que sueña con convertirse en explorador y emprende un viaje por el Camino del Sol, guiado por las enseñanzas de su abuelo Machinco. A lo largo de su travesía, Bui aprende a observar y apreciar la naturaleza, así como la importancia de ayudar a los demás, ejemplificado en su encuentro con un anciano atrapado en un pantano. La narrativa enfatiza valores como la generosidad, la perseverancia y la conexión con el entorno natural.

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Experiencia Cambui Camey y Noche de estrellas.

Ingreso joven 2024


MATERIALES: PALOS Y SOGAS, CUADERNOS Y CARTUCHERAS (CHICOS)

Actividad 1:
9:15: Leer el Primer momento + entrega de la carta
Carta:
Mi estimado Bui Camey
Haz llegado a la cumbre misma del Manchao, frente a ti tienes todo tu camino,
tienes si observas bien en cada paso que haz dado, parte de tu vida, entonces te pregunto:
¿Haz cumplido en él las leyes del Gran Señor? ¿Haz permanecido siempre listo para servir
a los demás? ¿Haz hecho siempre tu Buena Acción? ¿Haz encontrado en tu camino a tu
hermano y en él al Gran Señor? ¿Haz sido educado y limpio en todas tus acciones? ¿Haz
sido generoso, noble y alegre igual que veraz y digno de confianza? ¿Haz admirado la
naturaleza del Señor? Si así lo haz hecho, podrás ser sin dudas un buen Explorador y yo
que estoy mirando ahora mismo la cumbre del monte donde tú estás, quisiera saberlo si lo
haz cumplido. Al anochecer, prende un gran fuego hecho con troncos que significarán tus
buenas obras y de esta forma todos sabremos que haz cumplido con tu noble ideal. Tu
abuelo que siempre te recuerda-

-Machinco.

Primer momento:
Relator
En medio de una inmensa meseta, rodeada de altísimas cumbres nevadas, existe el
pueblo de Canyeu, una posta para las caravanas que por allí pasan rumbo hacia otros
poblados más lejanos. Caravanas que vienen en busca de los expertos exploradores de
Canyeu. En ese pintoresco pueblito, la vida transcurre tranquila y serena, sus habitantes
trabajan la tierra con la alegría plena de hallarse en contacto con la naturaleza, “esa, que el
Señor con tanto amor nos dio” como suelen decir los habitantes de Canyeu cuando se
refieren a sus chacras y cultivos. Los jóvenes desean llegar a ser Exploradores y así
conocer toda la extensión de la patria y sus niños como todos los del mundo, traviesos y
juguetones, cuya escuela no es otra que las enseñanzas de sus Padres y Abuelos.
Así es Canyeu.
Y allí, vive un pequeño indiecito, al que su Abuelo llama BUI CAMEY, pues según su abuelo
y sus padres, dicen que jamás se cansa y su mayor diversión es caminar de aquí para allá,
todo quiere conocer Bui, sólo se duerme si su Abuelo MACHINCO le cuenta cuentos de sus
expediciones allá, más allá de las montañas de la legua Ranquil, en donde la cumbre del
Manchao toca las mismísimas nubes del cielo.
No hay algo que desee más BUI CAMEY, que viajar por el CAMINO DEL SOL. ¿Pero como
pedírselo al Abuelo? ¿cómo explicárselo a mamá o papá?, siempre estaba preguntándose
lo mismo, convenciéndose “hoy sí, hoy se lo voy a decir y mañana ya estaré en camino”. Y
así pasaban los días y BUI CAMEY no se atrevía, cuando estaba a punto de decírselos,
cambiaba imprevistamente de tema.
Un día, ya cuando el sol estaba presto a esconderse, cuando ya el trabajo del día había
finalizado, el pequeño BUI fue junto a su Abuelo quien se encontraba sentado en su silla
predilecta (ese trono al que Bui, nunca se había atrevido a subir, ni siquiera para jugar a los
caballos) mirando las hermosas montañas. Entonces, como para empezar a charlar el
pequeño le comentaba y recomentaba una y otra vez lo mucho que le gustaría conocer
esas regiones, y su Abuelo ni siquiera le respondía, contentándose solamente con
escucharlo y observar de reojo como la mirada de su nietito se perdía en la ilusión de
alcanzar la cumbre del Manchao.
De pronto BUI salió corriendo imprevistamente, llegó a su refugio en lo alto de un árbol y
allí mirándose en un espejo, se dijo a sí mismo: “vamos valiente BUI CAMEY, este es el
momento. Vuelve y díselo de una vez por todas. ¡Vamos ánimo, ánimo!”. Y entonces
corriendo de vuelta regresó al lado de su Abuelo.
Parecía estar agotado, porque no le salían las palabras y cuando por fin se decidió a
hablar, su Abuelo lo interrumpió diciéndole:
Animador:
—Dime BUI CAMEY, tus ojos me han hablado ya hace tiempo de un gran anhelo tuyo ¿ese
anhelo tiene rumbo hacia las cumbres del Manchao?
Caminante y/o chispita: —Sí querido Abuelo. Ese es mi mayor deseo. Sé que si alcanzo el
Manchao y regreso nuevamente a casa, seré considerado un Explorador, y así podré guiar
a las caravanas allá, más allá de las montañas de la legua de Ranquil.
Animador
—¿Sabes Bui (le seguía diciendo el Abuelo MACHINCO) que para llegar a ser un
Explorador, debes viajar por el Camino del Sol, en donde el Gran Señor te probará paso a
paso y pondrá piedras en el camino para examinarte?
— Sí Abuelo;ya parado; Bui ni siquiera podía estarse quieto).
Relator.
El Abuelo poniéndole la mano sobre el hombro al pequeño le mencionó: “Quieres ser un
buen explorador y sabes que para llegar a serlo debes viajar por el Camino del Sol. Sabes
que un explorador jamás descansa y su misión no es solamente guiar a aquellos que no
conocen el camino; es ayudarlos en todo, a llevar sus pesadas cargas y a pasar peligrosos
parajes. ¿a pesar de todo ello sigues deseándolo?
Caminante y/o chispita
—De todo corazón (le respondió Bui)
Animador.
— ¿Me prometes entonces que a pesar de todas las dificultades que en la senda
encuentres, llegarás al final del camino?
Caminante y/o chispita
— Sí Abuelo, te lo prometo, te lo prometo porque quiero ser un Explorador.
Relator:
Su Abuelo, orgulloso de su pequeño lo mandó a jugar, no quería que su querido Bui lo viera
llorar de alegría. Al día siguiente, ya enterados los padres de Bui por medio del Abuelo
MACHINCO, aceptan dejarlo viajar por el Camino del Sol. Y aquella mañana, ya listo BUI
CAMEY escucha las últimas lecciones de su Abuelo.
Animador:
—Mira Bui, emprende hoy tu camino, no tengas miedo de perderte, simplemente camina
que el Gran Señor te guiará a través del Sol que siempre te acompañará, aún en las
noches. Trata de descubrir las pistas que El pone a tus pies. Mantente siempre listo para
servir aquel que en tu camino necesita ayuda y en la mañana, en cada noche y en cada
crepúsculo, agradece al Señor el poder estar caminando rumbo a tu noble ideal. Lleva este
mensaje y solo ábrelo cuando llegues a la cumbre misma del Manchao.
Relator Y así BUI CAMEY, emprendió su viaje por el CAMINO DEL SOL.
11:00 a 13:00 SEGUNDO MOMENTO:
“Bui y el anciano”

El jovencito Bui, ya en camino por la senda del Sol, se aleja día a día de su querido
pueblito Pilcaniyeu.
No quiere distraerse ni un segundo, Bui avanza y avanza, y en ese continuo
caminar se decía “prepárate Maquinchao, por cuanto voy a conquistarte por mi honor tus
laderas treparé y subido en tu misma cumbre alta, tocaré la nube blanca del cielo y un copo
de ella llevaré para mi madre y para todo mi pueblo para que sepan que he vuelto como
todo un Explorador”.
Solo descansaba para comer y beber un sorbo de agua, jamás se detenía si no era
necesario, con su cabeza agacha vencía el camino metro a metro.
Pero el camino se volvió pesado, pues iba en ascenso, iba subiendo por una
empinada loma, tanto empeño puso en subirla que, al llegar a lo alto, cansado decidió
descansar. Entonces volvió la vista atrás, hacia todo lo que había viajado y pudo comprobar
desde lo alto un hermoso paisaje.
Bui que trataba de recordar todo lo que su Abuelo le había enseñado, al mirar tanta
hermosura se dio cuenta que no había hecho lo que se le dijera “Bui, en tu camino observa
todo lo que te rodea, observa los árboles y encuentra en ellos su fortaleza; observa los
pájaros y halla en ellos su alegría; observa las flores y sabrás lo que es la hermosura;
observa jugar a los animales y comprenderás la ternura; observa a las hormigas y
entenderás la perseverancia; observa el sol y las estrellas y descubrirás la inmensidad;
observa a quien te cruza en el camino y veras en él a tu hermano”.
El pequeño indiecito comprobó que por alcanzar el Maquinchao, había olvidado
todo lo que a su lado existía, sintió haber defraudado a su Abuelo y hasta sintió ganas de
volver, pero en vez de eso volvió a darse vuelta y enfrente de sí tenía un paisaje aún más
hermoso.
Ay Abuelo, sí tenias razón. El Gran Señor siempre te da una nueva oportunidad (así
Bui en voz baja murmuró) y lleno de fuerzas emprendió raudamente su ruta.

Preguntas de guía:
¿Acaso no nos habrá pasado lo mismo a nosotros?
¿Habremos observado con atención todo lo que nos rodea?
Buy Camey se dio una nueva posibilidad para observar y disfrutar todo lo que lo rodeaba
¿Nos damos una nueva posibilidad para observar mejor todo lo que nos rodea?
Se puede comenzar, si el lugar lo permite, cerrando los ojos y reconocer algunos sonidos
de la naturaleza (pájaros, viento, sonidos de los movimientos de los árboles o de objetos,
entre otros), tocar el suelo, su textura temperatura. Visualizar y compartir cual espacio que
me resulta interesante, me gusta. Compartir algunas historias del lugar, donde están, de
quien es, porque venimos a este lugar.
35. En esta oportunidad se propone realizar la recorrida de lugar y las siguientes
actividades a partir de los grupos naturales, cada uno a cargo de un animador que llevará
consigo las narraciones, para que en diferentes momentos sea relatado (la recorrida del
lugar con los grupos naturales no debe durar más de 15 min, para luego comenzar con el
relato)
Actividad 3: 13:30
Ahora el paso del pequeño BUI CAMEY, era mas lento, todo observaba, junto a los
zorzales Bui cantaba y simulaba volar, con un quirquincho se dió a encontrar y a éste una
carrera le jugó, así Bui con todos compartía su camino.
Cuando un árbol le mostraba sus ramas, como invitándolo a que subiera sobre ellas,
les decía: “primero yo y luego vos” y así subía por todas sus ramas y después se paraba
frente al árbol con sus brazos abiertos para que el árbol se trepara sobre él y les decía “si
no te subís hasta que cuente diez yo gano” y así les ganaba a casi todos los árboles del
camino, hasta que desafió a un manzano y al pararse frente a éste, una manzana se
desprendió y en su cabeza fue a caer. “Ah sabía que me ganarías, el sauce y el olivo me
habían hablado de tu habilidad” el jovencito le decía, y por haberme ganado en honesta
competencia compartiré contigo mi cena.
Y sentado junto a aquel manzano, Bui cenó por primera vez y cansado ya se durmió.
A la mañana el cantos de los gorriones despertaron a Bui. “sí, si, ya los oí” les decía
mientras bostezaba. A su lado encontró dos manzanas que habían caído del manzano por
el viento de la noche.
“Gracias, gracias mi amigo manzano, me has preparado el desayuno” conversaba
con el árbol, “pero tú también tendrás que desayunar” y rascándose la cabeza se
preguntaba“¿pero que querrás? ¿que comes?” y mirándolo de arriba a bajo vio como la
tierra estaba seca. “Ya sé lo que precisas” y tomando la cantimplora lo regó.
Entonces un rayo de sol atravesó las copas de los árboles y donde estaba Bui
iluminó. “mira amigo manzano, el Sol que me guía me dice que tengo que continuar” y
despidiéndose con un abrazo, continúo su camino.
A cada trecho Bui se daba vuelta y saludaba a todos y pareciera que toda la
naturaleza de aquel paraje también lo saludara y lo despidiera.

ACTIVIDAD 4
14:15
Ya el camino empezaba a cambiar, el monte daba paso a los esteros y aquí las lluvias del
verano habían formado en esta zona, pantanos y barriales.
De pronto Bui, algo escucha. Detiene su marcha, nuevamente siente algo, pero no
sabe lo que es. Era como un lamento que venía de lo lejos. BUI CAMEY recordó
nuevamente las enseñanzas de su Abuelo MACHINCO, acomodó su morral, se ajustó su
cinturón, se arremangó los pantalones y sigilosamente, tras un extenso pantano rastreaba
los quejidos que cada vez se hacían más cercanos.
Bui abriendo unos juncos altos, pudo observar a un anciano enterrado hasta sus
rodillas y junto a él, su carro tirado por un burro que no dejaba de rebuznar. Las fuerzas de
aquel viejito habían terminado y ya se daba por vencido al no poder sacar su carro, de
aquella trampa de fango.
BUI CAMEY, entonces recordó al mirar a ese hombre lo que su Abuelo le había
enseñado “no dejes de ayudar a aquel necesitado que el Gran Señor ponga en tu camino”,
entonces de un salto Bui llegó a aquel anciano.
Yo soy BUI CAMEY señor, yo lo voy a ayudar. El anciano sin decir nada, quedó
mirando al jovencito quien ya se ubicaba para empezar la tarea.
“¡A la una, a las dos y a las tres!” y de un grito “pantano yo te gano” BUI CAMEY
empezó a empujar y a alentar al anciano y al burrito, de a poco el carro comenzó a avanzar,
el patano estaba perdiendo.
Que alegría, Bui saltaba aplaudiendo y riendo, el anciano que no podía imitarlo fue a
sentarse a descansar.

ACTIVIDAD 5
15:00
Momento: después del compromiso de la buena acción
Descripción de la actividad:
• Reunidos todos los participantes de la experiencia, se lee o narra el siguiente episodio del
cuento.
• Se propone a los participantes contar alguna anegdota de lo vivido durante el año, chistes
o canciones. (Optativo realizar este momento en la cena)

Entre risas y risas, Bui se dio cuenta que ni siquiera le había preguntado el nombre
al anciano, entonces arreglándose la ropa, peinándose sus cabellos con el peine que
formaban sus dedos, se presentó nuevamente a aquel señor.
— Por si lo olvidó, yo soy BUI CAMEY El anciano ya casi repuesto, sonrió con esa
tierna sonrisa que los caracteriza, que los hace casi casi jóvenes de nuevo y le dijo:
— grache, grache, amichi Bui. Ma io sey, Vichente Picolo.
El jovencito paró la oreja, lo miró totalmente desconcertado y temiendo tener barro en las
orejas se las limpió con el dedo. “perdóneme, pero no entendí” replicó Bui.
— ¿Ma, io parla en japonés? ¿Vichente Picolo, capisco?
— eh…ah…sí…sí… mejor dicho no, ni un pepino. (Bui no entendía ni una palabra)
El anciano Vichente lanzó una carcajada poniéndose de nuevo de pie, tratando ahora de
hacerse entender: “io, io soy Vichente, si? Ahora sí Bui lo había captado y en un apretón de
manos se empezaron a conocer.
— ¿dígame Vichente, hacia donde se dirige?
— hacia Ruta Ranquil, hacia allá (le indicaba el anciano)
— Entonces Vichente, vamos a seguir juntos (y así el jovencito y su amigo italiano
seguirían juntos hasta el pueblito de Ruta Ranquil)
Como se divertían ambos, mientras cantaban canzonetas italianas. El viejito, como
todo italiano no paraba de parlar y parlar, le contaba a Bui, de la espléndida ciudad de
Roma y de su querida Scicilia, mientras que el niño sin quedarse atrás le contaba lo
hermoso que era su pueblo de Pilcaniyeu.
Así conversando pasaban las leguas y Ruta Ranquil ya casi estaba a sus pies. Ya
era hora de despedirse, Bui veía en Vichente a su Abuelo que había quedado tan lejos y en
ese momento parecía aún mas lejano.
— Bene bene, amichi Bui, es hora de separarnos. Cuanto que se habían encariñado
ambos, en tan pocos kilómetros. La despedida era tan amarga.
Y el anciano continuaba diciéndole “molto grachia por haberme auxiliado”, mientras
que con su mano peinaba el flequillo de Bui que lo miraba con sus ojos inundados de
lágrimas, y sacando coraje le dijo:
— Gracias a usted señor Vichente por haberme dado la oportunidad de hacer mi
buena acción, como mi Abuelo MACHINCO me lo enseñó.
En un abrazo, que los unió para siempre BUI CAMEY y Vichente se despidieron.
El anciano se dirigió hacia el camino que rodeaba el pueblo rumbo a su hogar y Bui
entró al pueblo de Ruta Ranquil.
NOCHE DE LAS ESTRELLAS ANTES DE LOS JUEGOS NOCTURNOS Y LA CENA
NOCHE DE ESTRELLAS:
PRIMER MOMENTO: 18:00 a 22:30
Cuento:
Posibles desarrollos del cuento: El cuento se puede Narrar, leer en vos alta, armar
pequeños subgrupos acompañados por un animador, actuar, etc.
Cuarto Rey Mago.
Se cuenta que había un cuarto Rey Mago, que también reconoció una estrella en el
firmamento; que vio brillar sobre Belén. Esta estrella seria quien lo conduciría al encuentro
con un niño; encuentro que se trasformaría en su compromiso, en su promesa. Desde ese
momento, aquella estrella insignificante para muchos se convirtió en rumbo y sentido para
aquel Rey Mago, por lo que comenzó a seguirla.
Al partir, con su mirada puesta en el horizonte recordaba su deber, en ese momento
su corazón palpitaba rápidamente y una convicción muy profunda le hacía sentir que solo
aquel encuentro daría sentido y rumbo a su vida.
Como regalo llevaba para ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas preciosas. Sin
embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que iban solicitando de
su ayuda.
Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a
cada uno. Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre. Encontró muchos
pobres, enfermos, encarcelados y miserables, y no podía dejarlos desatendidos, su corazón
no se lo permitía.
Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía
su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.
Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño
había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago
siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba, pero si con la convicción segura y
corazón palpitante que le recordaba su compromiso.
Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la
tierra, buscando al Niño y ayudando a los necesitados. Hasta que un día llegó a Jerusalén
justo en el momento que una multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre.
Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar, ojos que parecían haberlos visto en algún
momento, Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, logro ver en la profundidad de aquella
mirada, una estrella, estrella que mucho tiempo pareció perderla. Aquel que estaba siendo
ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado.
La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo. Aunque aún guardaba
una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora,
convertido en hombre, colgaba de una Cruz. Había fallado en su promesa, se decía a si
mismo. Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su
muerte.
Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que la de la
estrella lenó su habitación. ¡Era el Resucitado que venía a su encuentro! El Rey Mago,
cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras
hacía una reverencia. Jesús lo tomó tiernamente y le dijo:
“Tú no fracasaste. Al contrario, me encontraste durante toda tu vida. Yo estaba
desnudo, y me vestiste. Yo tuve hambre, y me disté de comer. Tuve sed y me disté de
beber. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu
camino. ¡Muchas gracias por tantos regalos de amor! Ahora estarás conmigo para siempre,
pues el Cielo es tu recompensa.”
Reflexión: Preguntas guía para el animador:
» ¿Qué buscaba el cuarto Rey Mago?
» ¿Con que situaciones se encontró en el camino?
» Estas situaciones ¿lo desviaron de su propósito o no?
» ¿Por qué Jesús le dice al Rey Mago al final “Tu no fracasaste”?

En esta primera experiencia que realizamos todos juntos, buscamos algo igual que
el cuarto Rey mago, reconocer nuestra estrella, nuestro rumbo, para llegar a nuestra
promesa. Entendiendo que lo importante de llegar a la promesa no solo es la meta de
nuestro camino, sino más bien un “cómo” y “porque medios” llegamos a ella.

Compromiso:
¿Estoy dispuesto/a a buscar la estrella que sea mi rumbo, mi meta? Si estamos
dispuestos gritemos…
Aspirantes queremos, comprometernos en Jesús (los/as animadores/as gritaran,
Aspirantes queremos y los/as aspirantes responderán Comprometernos en Jesús

Preguntas personales acerca de la religión:


1) Cual es su religión? o ¿Que religion sigue su familia?
2) Son creyentes? o lo hacen obligadamente?

Cuarto Momento (Bui camey)


Explicación de la Oración y Canción del Explorador
• Desarrollo: Una vez concluido el juego cada grupo deberá: interpretarla, debatirla y
luego explicarla al resto de los grupos. Aquí los animadores explicaran aquellas palabras
que no comprendan. En relación a la oración del explorador: ¿Qué características tiene que
tener un explorador? ¿Creen que es fácil no desorientarnos en este camino que queremos
comprometernos a transitar? ¿Podemos reconocer que nuestra oración es casi como
nuestra brújula y sirve para no perder nuestro norte? ¿Consideran importante que la
recemos habitualmente para no desorientarnos?

• Reflexión:
No tenes que asustarte por este camino que te estamos presentando, parece largo y
complicado. Pero no estás solo. Tenes a Jesús que, ni bien comenzas a rezar la oración del
explorador se te hace presente, El va a ser el norte que te va a acompañar siempre, como
esa brújula que no permite que te pierdas. Quizás puedas desorientarte pero recordá que
de a poco vas a ir descubriendo compañeros con los que vas a ir creciendo y, sumado a la
compañía de Jesús, no habrá niebla que no te permita ver el sol para orientarte.

• Oración:
Finalmente rezamos todos juntos nuestra oración. Pero ahora con mucha más conciencia y
verdaderamente convencidos de lo que dice ya que hemos descubierto el verdadero
significado de cada estrofa.
ORACIÓN DEL EXPLORADOR/A
Señor Jesús:
Tú que me has dado el aviso de “estar siempre listo/a”
y me has hecho la gracia de tomarlo por lema
concédeme cumplir con él.
Que todas las circunstancia de la vida
me hallen listo/a para el deber,
amando lo que es verdadero,
haciendo lo que es bueno,
fiel a la Iglesia y leal a la Patria,
siempre listo/a a perdonar, siempre pronto a socorrer, alegre y sonriente en el sufrir,
casto/a y puro/a de corazón.
Estas son, Señor, las huellas de tus pasos;
yo quiero seguirte a través de todo sin miedo y sin tacha,
con el alma fuerte y la frente levantada.
Esta es mi promesa de cristiano/a y de explorador/a.
Por mi honor no la traicionaré jamás, confiando, Señor,
en tu bondad y en tu gracia
y con el auxilio maternal de María.
Amén/ Asi sea.

Sexto Momento
Ceremonia Noche de Estrellas
Reflexión: Cada una escogió una estrella. La misma los acompañará siempre como sucedió
con el cuarto Rey Mago. Ella será su norte y su camino.
Lo que sucede con las estrellas es que a veces no las vemos o puede que el cielo
este nublado y las nubes las ocultan, pero más allá de eso, tenemos la certeza de que se
encuentran allí en el firmamento.
Nuestra estrella nos recordará nuestro compromiso y nuestro norte. Nos estamos
preparando para hacer la Promesa, con mucho entusiasmo, energía y aprendiendo día a
día. Ésta estrella marcará el primer paso en este largo camino, pero no imposible: Nuestro
compromiso.
Esta responsabilidad que asumimos debemos tenerlo siempre presente, aunque nos
cueste. Pero si se nos presentan dudas tenemos que recordar que es como nuestra estrella,
solo basta con mirar hacia arriba y tendremos la posibilidad de encontrarlo y redescubrirlo.

ACTIVIDAD 6
Momento: Después de la cena. Descripción de la actividad:
• Juegos nocturnos
• Lectura del siguiente episodio del cuento.
• Oración de la Buenas Noche.
• Dormir.
Era de noche ya, Bui preparó un refugio para pasar la noche, esa noche oscura y fría. Ahora
Bui estaba realmente triste, cuanto añoraba el calor de su hogar, el poder compartir con sus
padres la mesa; su Abuelo fumando pipa… Canyeu…
Parece que el ánimo de Bui había invadido la noche que estaba mas que nunca
oscura. Sentado y apoyado en un árbol, el jovencito miraba aburrido las puntas de sus pies
como jugaban haciendo figuras en la tierra, de pronto, a través de la oscuridad y frente a
sus pies se estacionaron dos grandes botines todos embarrados, Bui levantó lentamente su
mirada y no pudo ver quien era, estaba todo tan oscuro, y temeroso escuchó:
— Ma, amichi Bui, ven, ven con Vichente.
De un salto Bui se prendió en un abrazo a su viejo amigo, esta vez no para
separarse, sino para pasar juntos en el hogar de Vichente, esa noche oscura, esa noche
fría.

TERCER MOMENTO
“Bui y el Padre Juan”

CAPITULO III “EL PEQUEÑO BUI, SE ENCUENTRA CON EL PADRE JUAN”


Una vez amanecido Bui, comienza a reconocer este nuevo pueblo al que había
llegado, Ruta Ranquil. Es diferente a su pueblito natal, o al menos su corazón lo ve distinto.
Sus calles son angostas y pedregosas; sus casas todas pintadas de blanco; las veredas se
ven inundadas de árboles de punta a punta.
Caminando, caminando el jovencito llegó a la Plaza principal. “Esta sí, que es más
linda que la de Pilcaniyeu” pensó Bui. En el medio de ésta se alza un pintoresco aljibe y
más allá una gran feria de curiosidades.
En aquella otra punta de la plaza, un edificio alto, quizás el más alto de todos los del
pueblo cuyas puertas grandes y altas de madera lustrada, hacen suponer a Bui que sería la
casa de algún Rey.
Como para examinarla mas a fondo, se acercó y detrás de ella sintió risas de niños,
llevado por su curiosidad vio a un hombre de vestimentas muy raras nuca vistas por él, a
quién todos los niños rodeaban y correteaban a su lado, mientras él tan sonriente los
miraba. Bui se quedó mirando, esa desbordante alegría lo había atrapado, hasta que ese
señor con su cortejo de alegres niños pasó a su lado. Como deseaba Bui ir con ellos, tantas
ganas tenía que se le iba su mirada. De improviso ese señor lo llamó:
— Ven, ven aquí (Bui se acercó lentamente) ¿cómo te llamas?
— Yo soy BUI CAMEY
— Te he estado observando desde hace algunos momentos y veo que al parecer
estás solo y por tus vestimentas, estás de viaje.
— Así es señor (respondió Bui)
Tras ese pequeño diálogo, sonó una campana y tras ella, todos los niños empezaron
a dejar aquel patio, despidiéndose de aquel señor. BUI CAMEY no sabía que hacer.
Entonces entendió que había llegado la hora de irse, tomo su mochila y se aprestó a salir.
— ¿No quieres quedarte mi amigo? (así el Padre le preguntó a Bui)
— No sé señor…
— Bien, sino sabes, yo te lo diré: quédate. Deja tu mochila y tu abrigo y prepárate
para comer.
Momentos más, el Padre condujo al jovencito hacía el comedor. Allí le dijo: “mi
amigo, vamos a bendecir la mesa”. BUI CAMEY lo miraba sin entender nada, no sabía que
hacer, ni que decir, al verlo el Padre le dijo:
— ¿Ya veo, no sabes rezar verdad?
— Ni siquiera sé que es rezar…
— mirá, rezar es simplemente hablar con Dios.
— ¿Dios? Mi Abuelo MACHINCO nunca me ha hablado de él…
— está bien, almorcemos ahora y luego hablaremos.
Así BUI CAMEY devoró prácticamente todo el almuerzo y hasta postre comió.
— Bien, mi querido amiguito, no hay tiempo para descansar, tenemos mucho de que
hablar. Ven, sígueme.
Tras una breve caminata, luego de haber pasado unos silenciosos pasillos, Bui se
encontró frente a esa gran puerta, que por su apariencia parecía tener mil años, pero que
reflejaba la grandiosidad del Gran rey que la habitaba.
— (Allí se detuvieron) ¿Sabes quien vive allí?
— Desde ya (respondió Bui, seguro de si mismo) Aquí vive el Rey de este pueblo.
— Más que ello, aquí habita el Rey de Reyes (le dijo el Padre Juan)
— Bueno, pero si es un rey tan importante, no querrá atenderme y ni siquiera verme
con esta pinta…
— Este Rey no se fija de que maneras vienes vestido, ni le importa que puedas ser.
Bien sabe El lo que cada uno es.
Bui creía haber entendido, pero a mas explicaciones del Padre Juan, menos
entendía. La puerta se abrió ceremoniosamente llevada por la mano del sacerdote. Bui a
medida que se abría, se estiraba para mirar adentro, pero estaba algo oscuro y no se podía
ver muy bien. Ya cuando la luz por fin entró iluminando todos los rincones y descubrió a los
ojos del pequeño indiecito todo lo que en ella estaba, éste exclamó:
___ ¿Padre Juan? ¿Cómo puede ser que el rey de todos los Reyes viva en tal
humilde palacio? Yo esperaba ver las columnas doradas en oro, el piso con piedras que ni
siquiera imagino, un cuadro de mil colores del dueño de este palacio y que es lo que me
encuentro… paredes de adobes pintadas de blanco, piso de tierra como en cualquier
rancho al algún paisano y en vez de su cuadro, que veo, esa imagen que hasta lastima me
da, ese pobre hombre clavado en esos maderos…
— Ese es, el Rey de todos (dijo el Padre arrodillándose). Ahora si que BUI CAMEY
no entendía ni jota. Se refregaba los ojos por si lo estaban engañando, pero nada, cuando
los volvía a abrir veía más humilde lo que él creía un palacio.
— (El Padre tomándolo de la mano, al lado de esa pobre figura lo lleva) Mira, así
como lo ves, lastimado, flaco, tan humilde con esos míseros trapos, es el Hijo de Dios.
Jesús.
— (Bui atrapado por lo que el Padre le contaba le dijo) Mi Abuelo que todo lo sabe,
jamás me ha hablado de Jesús, ni siquiera del Hijo de Dios, solo siempre me hablaba del
Gran Señor.
— Ahh…veo que tienes razón Bui, tu Abuelo todo lo sabe y ese Gran Señor de que
él te hablaba no es otro que Jesús el Hijo de Dios Ahora sí Bui empezaba a entender y al
momento se arrodilló contemplando la imagen, sin decir nada, solo la honraba con su
mirada. La curiosidad del jovencito lo llevó a mirar a una estatua al lado de Jesús. Era una
Señora con rostro bondadoso…
— ¿Quién es esa Señora, Padre Juan?
— Esa Señora tan buena es la Madre de Jesús. A ella todos los afligidos, los que
sufren, le piden su ayuda la llaman María la Auxiliadora. Y a ella debes pedirle en todo
momento que te ayude, y con la dulzura de tu madre misma, su mano tierna te brindará
para ayudarte en tu camino.
Por un tiempo Bui quedó mirando esas figuras.
— Padre … he caminado durante días por el Camino del Sol, he pasado el monte y
la llanura, he encontrado amigos en mi camino y jamás me he acordado del Gran Señor
Jesús, ni de su Madre y ahora que estoy frente a ellos, parecen saberlo pues ni siquiera me
quieren mirar. — Buen Bui, sé lo que piensas, no es que el Señor esté enojado contigo, sino
que ésta es solo una estatua. El vive en el corazón de las personas que lo aman.
— ¿Y Padre, como podré yo pedirle que en mi corazón viva?
— No te preocupes, El ya está entrando en ti (le dijo el Padre).

Actividad 7: 10:00
• Luego de leer los episodios los caminantes y chispitas se reúnen en grupos y
utilizando los nudos aprendidos durante todos los escalones deberán construir una capilla
con ayuda de los/as animadores/as. Una vez divididos: un grupo se encarga del altar, otro
de la cruz, otro del banco para el sacerdote, otro del ambon,etc.
• Luego de terminadas las construcciones deberan contar de que manera se
enteraron de que Jesus y Maria existían.
• Por grupos naturales ellos mismos deberán hacer una oración a Jesus y Maria

Actividad 8
10:40
» Frente a la capilla armada por ellos se les entrega el siguiente episodio del cuento.
» Se les explica que asi como Bui Camey para continuar su camino necesito
revisarse y ver donde había fallado, nosotros, caminantes y chispitas vamos a proponer
hacer un examen de conciencia en base a nuestra Ley de Honor. Debemos pensar en
aquellas cosas que en nuestro camino hemos fallado o cuando directamente no hemos
cumplido con algún articulo.
» Cada grupo natural se reunirá de 5 a 10 minutos para que cada Caminante escriba
en un pedacito de papel aquellas fallas que se mencionan en el punto anterior. Los
papelitos no llevan el nombre del caminante/chispita. Luego, esos papelitos se colocan una
chinche en un lugar visible de la capilla, para recordarnos todo lo que no hemos cumplido.
Los papelitos se colocarán en una tabla a la que llamaremos tabla de honor.

BUI CAMEY permaneció durante varios días con el Padre Juan, ayudándolo en
todos los quehaceres; cada mañana acomodaba personalmente las flores a Jesús y a
María. Cada mañana conversaba con ellos y no se acostaba sin darles las buenas noches.
Y así, día tras día Bui iba aprendiendo todo lo que el Sacerdote Juan le enseñaba.
Así luego de algún tiempo, el Padre Juan le dijo a Bui.
— Hoy será un gran día para ti. Hoy definitivamente vivirá Dios en tu corazón. Hoy
tomarás tu primera comunión.
A la tarde Juan el sacerdote, llamó a Bui a su habitación comentándole lo que en
ese día viviría y le dió un paquete envuelto en papel madera, diciéndole que vaya a su
cuarto y se lo pruebe. Corriendo como si al refugio del árbol iría, Bui fue a su cuarto.
Al abrir el paquete, encontró un traje blanco igual al que el Padre Juan usaba. Qué
contento que estaba Bui, a pesar que esa sotana de monaguillo, le quedaba corta hasta las
canillas. Se miraba de frente y de reojo y hasta se peinó y todo.
Luego fue a ver al Padre, quién también ya se encontraba vestido con una sotana
de varios colores.
— Bui, te has hecho amigo del Señor y El me ha dicho que desea estar en ti.
— Yo también Padre Juan (contestó el niño interrumpiéndolo) Quisiera ser mucho
más bueno como para merecerlo. ¿cómo podré lograrlo?
— Ven acércate a mí, confiésame todas tus faltas y Dios te hará luego mucho mas
bueno y te tendrá mucho mas cerca de El.
— Hay padrecito, voy a tener que hacer buena memoria… (y así Bui relató al
sacerdote todas sus faltas, faltas de niños, travesuras…)
— Bui veo que conservas ese inmenso tesoro que significa tu inocencia y también
me has dicho que de corazón estás arrepentido (y tras ello el Padre Juan le dijo) Yo te
perdono en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Mas tarde ya en la Iglesia, Bui tenía un sitial de honor, vistiendo su túnica blanca el
jovencito no cabía en su pecho inflado de inmensa alegría. Llegado el momento crucial, Bui
se acercó al Sacerdote y con profunda emoción tomó por primera vez su Comunión.
— ¿Sabe Padre? (le comentaba Bui, esa misma noche regresando de la Iglesia)
Ahora que soy mas bueno, Jesús y su mamá María me han mirado a los ojos.
El Padre Juan sonriendo lo acercó a él en un fraternal abrazo.
Pasó luego varias semanas y Bui una mañana le dijo a su querido Padre Juan:
— Padre, tengo que seguir mi camino. Tengo que regresar a casa. Allí me esperan
mis padres, mi Abuelo, mis amigos…
— ¿Sigues deseando ser un Explorador?
— Así es Padre, por eso es que me despido. Jamás me olvidaré de Usted y de lo
mucho que me ha enseñado; lo quiero tanto como a mi Abuelo MACHINCO. Jamás le
prometo me volveré a olvidar de Jesús, ni de su dulcísima Madre María.
Acompañado del Padre Juan, visita por última vez la Iglesia del pueblo.
— ¿Sabe Padre? Verdad que es hermosa la casa de Dios.

Y así BUI CAMEY, abandona el pueblito de Ruta Ranquil, su nuevo amigo el Padre
Juan lo despide en el camino, mientras el jovencito se aleja llevando en su mano una cruz
de madera que el sacerdote le regaló. Mientras camina y camina, en voz baja Bui, decía:

Señor, amigo mío,


me haz tomado de la mano.
Iré contigo
sin miedo alguno
hasta el final del camino.
Contigo avanzo
entre el viento y el frío.
Avanzo, nada me detiene,
te llevo en el corazón conmigo.
Caminaré ligero
entonando mi canción,
sé que tu me esperas
a la vera de tu bella mansión.
Cuarto momento
11:15

CAPITULO IV
“MIS AMIGOS ÑORQUINCO y ÑORQUIN”

En un día espléndido BUI CAMEY, retoma nuevamente el camino que lo conduce


directamente al monte Maquinchao.
El sol estaba a pleno y ni siquiera una nube rondaba por el cielo.
Bui sin dejar de caminar y mirando al sol que lo iluminaba le decía: “Veo que estás
alegre y feliz, ya me conoces ¿verdad? Hemos caminado juntos por mucho tiempo y te digo,
yo también te conozco a vos”.
“Sé que cuando me porto mal, te molestas, te enojas, entonces todo se nubla y
lloras. Pero cuando me porto bien, brillas como nunca, iluminas todo dando alegría en todos
los rincones de mi corazón, y por las noches cuando te vas, a veces tengo miedo, pero sé
que nada me pasará porque vos a la vuelta de la esquina escondido estás”.
Y así Bui seguía caminando, tropezando con toda piedrita en el camino por estar
mirando para arriba. Al llegar a un cruce del camino por donde iba, vió una polvareda en la
ruta, y en medio de una bolsa de humo estaban dos niños peleándose a toda piña.
Apurando el paso, corriendo BUI CAMEY llega a ellos, los quiere separar, pero hasta
un trompis en el ojo recibe, rabioso Bui dejó su morral, se ajustó su cinturón y nuevamente
entre esa multitud de puños volvió a entrar.
— ¡Basta, basta les digo! ¿Les parece bonito lo que hacen? Miren como he quedado
por separarlos, tengo polvo hasta debajo de la lengua… ¿y a ver díganme porque
peleaban?
Al instante ambos empezaron a hablar, tratando de culparse uno al otro: “si, porque
vos empezaste primero” “no, el que empezó fuiste vos” “que yo, que yo” “no, si fui yo?
¿viste?”, “pero de que te la das”, “mirá, cállate, si no…?”.
— ¡Basta! (terminó diciendo Bui) a ver, dénse la mano y todo terminado. Cada uno
derechito a su casa.
Un jovencito tomó entonces por el camino que iba hacia Ruta Ranquil y el otro
empezó a caminar en la misma dirección en que iba Bui.
— Ya que vas por esta dirección igual que la mía, caminaremos juntos, yo soy BUI
CAMEY ¿y vos?
— Yo me llamo ÑORQUINCO… y aunque no me creas no me gusta pelearme, pero
siempre me están molestando, yo solo soy para ellos un motivo de diversión (ÑORQUINCO
todavía nervioso por la pelea no dejaba de hablar y contarle su vida a Bui que atentamente
lo escuchaba) Claro, ellos se burlan por cuanto yo soy el mas pobre, soy huérfano, no tengo
a nadie y nadie me tiene en cuenta a mí.
Así charlando, llegaron a un pobrísimo ranchito. Al llegar ÑORQUINCO fui recibido
por un perrito chiquito blanco y negro, que pacientemente estaba echado a las puertas de la
casa.
— Pero ÑORQUINCO (le decía Bui) nadie está completamente solo, ni siquiera
cuando no se tiene a nadie o no sabes que a tu lado siempre está tu Ángel de la Guarda, o
no sabes que al que está mas solo es a quien Dios se acerca más, tenés que aprender a
ver todo lo que te rodea, por ejemplo, ese perrito ¿cómo se llama?
—Nunca se me ocurrió ponerle un nombre (respondió ÑORQUINCO)
— ¿Ves? ¿te das cuenta? ¿Si vos te sentís triste, como es que se sentirá este
animalito que ni siquiera tiene nombre? El te espera todas las tardes, no importa si hace frío
o llueve, el siempre te espera y si piensas, encontrarás mucha gente que te tiene en cuenta,
por ejemplo…por ejemplo…por ejemplo el Padre Juan, eso el padre Juan.
— ¿Padre Juan? Y quien es el Padre Juan.
— Ah, no conoces al padre Juan, bueno vení conmigo, ah y que venga también el
perrito. Así BUI CAMEY, ÑORQUINCO y el perrito sin nombre tomaron el camino hacia
Ruta Ranquil. Mientras andaban, Bui decía: “No te rías Maquinchao, no me estoy volviendo
atrás, ya voy a volver para alcanzarte y subirme a babucha sobre tus laderas” mientras
tanto ÑORQUINCO lo miraba raro.
Pasado el mediodía, los tres amigos llegaban al Colegio del Padre Juan.
— Mi querido Padre, volví para presentarle a un amigo mío. Se llama ÑORQUINCO,
está solo y triste, necesita de su ayuda ¿verdad que usted lo ayudará? ¿verdad que con
usted podrá contar? ¿verdad que usted también es su amigo?
— Pero claro Bui, todos los niños son mis amigos. Y ahora sé tu nombre
ÑORQUINCO, pero ya sabía que vivías en el ranchito a las afueras del pueblo, siempre te
he recordado en mis oraciones.
— ¿Ves ÑORQUINCO? Yo te lo decía. Bueno ahora sí me puedo ir. En el Padre
Juan, tendrás a un buen amigo.
Al salir Bui encontró al perrito de ÑORQUINCO, sentado en el umbral de la puerta,
entonces lo tomó en sus brazos y volvió a entrar diciendo:
— Padre me olvidaba. Usted sería tan amable de hacerme un favor.
— Claro Bui dime (le dijo al Padre)
— (el jovencito BUI CAMEY, no sabía como empezar) Sabe, usted me enseñó lo
que significa el bautismo para todo hombre y… yo lo que decía… bueno…
— dime de una vez lo que quieres Bui
— Padre, ehhh … podría usted bautizar a este buen perrito … al fin y al cabo es
también una criaturita de Dios, ¿no es cierto?
— Ay Bui, esto jamás se ha hecho, pero en fin. ¿A ver cual será su nombre?
— En honor a ÑORQUINCO, se llamará ÑORQUIN.
El Padre tomó en brazos al perrito diciendo “Yo te bautizo con el nombre de
ÑORQUIN”.
Ahora sí, ya puedo seguir mi camino, dijo Bui. Despidiéndose de todos, BUI CAMEY,
retomó su ruta.
Otra vez en busca del Maquinchao, y el Sol seguía estando en lo alto, iluminando al
buen BUI CAMEY en su camino, que sin dejar de caminar y mirando al sol le decía: “Yo te
conozco también, y se que me has estado mirando y sabes ahora de mis amigos
ÑORQUINCO y ÑORQUIN, y estás alegre, tan feliz que hasta un sombrero de mil colores te
has puesto”.
Y así, Bui seguía caminando, tropezando con toda piedrita en el camino, por estar
mirando para arriba, hacia el sol y hacía ese arco iris que sobre éste se había formado.

ACTIVIDAD 10

JUEGOS:
• Vóley de a dos Se jugará en una cancha de vóley y, en caso de no contar con una,
se utilizará un espacio de tamaño similares y se dividirá con una soga haciendo las veces
de red. Se formarán dos equipos, pero a su vez los equipos se subdividirán en parejares.
(Aquí es el momento en el cual los animadores deben reunir a aquellos que menos se
conocen). Cada pareja tendrá una tela o un toallón que deberán sujetar entre los dos. El
juego se trata de que cada equipo pueda pasar la pelota de un lado al otro solo utilizando la
tela, si la pelota toca el piso es punto para el equipo contrario.
• Batalla criolla
Los caminantes y chispitas deberán ponerse en parejas. Uno hará de caballo y otro
de jinete, a “caballito” en su espalda. Todos los jinetes llevaran un fibrón e intentaran pintar
a los demás jinetes en sus manos. Cuando un jugador recibe tres rayas, él y su caballo
intercambian roles. Cuando el caballo recibe también tres rayas, quedan los dos eliminados.
Gana la ultima pareja en pie luego de que todos hallan alcanzado las seis marcas.

Actividad: La buena acción del campamento

Aquí cada uno deberá elegir una Buena Acción para realizar en el campamento,
pueden ser: lavar ollas, acomodar la cocina, acomodar las carpas, ordenar materiales, etc.

ACTIVIDAD 11
14:00

• Los caminantes y chispitas vuelven a leer el capitulo: “Mis amigos Ñorquinco y Ñorquin”.
REPASO

• Una vez leído, solo con la presencia del capellán, asesor o jefe encargado del Cambui
Camey. Se volverá a preguntar que han entendido en esta segunda lectura. Muchas podrán
ser las interpretaciones pero, a la que queremos llegar, es a que descrubran en sus
animadores/as a sus hermanos/as mayores. Buy camei en su camino le hablo al sol que lo
había acompañado en tantas oportunidades y le decía que ya lo conocía. Los caminantes y
chispitas ¿Conocen verdaderamente a sus Soles que los han acompañado durante tanto
tiempo?

• Aquí proponemos preparar algo para presentar cuando se invite al equipo animador a
sumarse a la reflexion.

• Se les puede entregar a cada grupo natural un sol en cartulina “vacio” y se les propondrá
que escriban sobre las características de los soles que han sido guias de ellos en todo este
camino. Al termino de esta reflexión, que se propone que sea lo mas profunda posible, y ya
con la presencia de todos, se dará la posibilidad a los caminantes leer lo escrito sobre sus
soles.

Actividad: unida a la anterior

Examen de conciencia en la capilla

En la capilla construida por ellos y, frente a la tabla de honor, se deberá hacer un examen
de conciencia:

“Aquí están aquellas cosas en las cuales nos propusimos cambiar o mejorar, están aquí
nuestros pecados, y frente a ellos pongámonos a pensar si en todo este día: cuando
jugábamos, cuando compartíamos la comida, etc, nos acordamos de lo que aquí pusimos y
tratamos de no hacerlo mas. O pusimos este papel como un cumplido y seguimos actuando
de la misma forma que cuando lo pusimos.

Cada uno pensara si ha cumplido con la propuesta de mejorarnos, y si así lo ha hecho,


podrá acercarse y retirar su papel de la tabla. Pero si no ha sido así lo dejaremos para que
nos recuerde aquello en lo que debemos mejorar.

Aquellos que lo retiren deberán colocarlo en un recipiente que puede ser una lata decorada
especialmente, para ser quemada al día siguiente.

» Cerramos este momento con la “Canción del explorador”

Quinto momento
14:30

CAMINATA

CAPITULO V “SIEMPRE LISTO BUI CAMEY”

• El animador, alienta a los caminantes/chispitas a seguir por El Camino del Sol, rumbo al
Manchao.

“Estamos cada vez más cerca Del Manchao, Bui Camaey no retrocedió en su andar, confió
en sus fuerzas y no dejó de estar SIEMPRE LISTO para afrontar todo lo nuevo,
sorprendente y desconocido que se le asomaba en el camino. Avanzó con alegría
recordando siempre los consejos de su abuelo Machinco con toda su confianza puesta en
El Gran Señor.”

Nota: Compartimos con los caminantes/ chispitas después de la lectura.

¿Recuerdan cuáles era frase que resonaba en la cabeza de Bui, mientras retomaba el
Camino del Sol hacia el Manchao?

¿De qué forma se mantenía alerta y atento durante las noches?

¿Tuvo que ponerse en acción en algún momento? ¿Ante qué situación?

¿Qué pidió como recompensa después de actuar?

• Actividades a realizar durante el tramo del camino El número de los grupos queda a
criterio del coordinador, mientras el grupo resuelve la situación, los demás esperan al
costado del camino. En todas las acciones se controlará el tiempo para crear más
expectativas e intereses.

• Estas actividades deben durar una hora aproximadamente, finalizando la caminata en La


Capilla, donde más tarde se presentará El Manchao.

• Al llegar a la Capilla se les entrega el siguiente capítulo.

CAPITULO VI

“POR FIN EL MANCHAO”

• SE PRESENTA LA IMAGEN DEL MANCHAO, PREPARADA PREVIAMENTE, DONDE SE


INTERIOR ENCONTRAMOS LA IMAGEN DE JESÚS (tapada)

Séptimo momento

14:30 a 15:30

“De regreso a Canyeau”

El Sol de la mañana significaba para BUI CAMEY el momento de regresar a Canyeau.

Tomó pues su mochila, se ajustó su cinturón y empezó a bajar. De pronto miró


nuevamente hacia la cumbre y comprendió que no le había agradecido a Dios el haber
podido llegar allí. Subió entonces de nuevo y, tras darles la gracias a Dios, se le ocurrió
dejar allí una cruz para que de esa forma todos los que lleguen se recuerden de agradecer
a Dios por tanta hermosura que desde allí se observa. Y tomando dos grandes troncos
construyó allí una Cruz.

Luego y ahora mas contento volvió a emprender su descenso. “Siempre bajar es


mas fácil, ¿será por ello que para llegar al cielo hay que hacer mayores sacrificios” - se
preguntaba Bui.

Apurado por llegar a su querido Canyeau, el indiecito ya casi estaba por dejar la
ladera del Manchao y lo logró ya en horas de la tarde.

Sin descansar continuó su camino de vuelta. En su andar recordó aquella familia a


la que había ayudado y decidió ir a saludarla. Ya en aquel paraje vio como todo volvía a la
normalidad hogareña y una nueva choza aun en construcción ya estaba casi lista.

Al verlo llegar los niños que Bui había salvado salieron corriendo para saludarlo.
Luego, nuevamente, reibió el agradecimiento del leñador y de su esposa, para más tarde
despedirse y emprender la marcha.

Llegó a Ranquil y allí fue a visitar a las entradas del pueblo a sus amigos Ñorquinco
y Ñorquin, pero con tristeza comprobó que el ranchito estaba abandonado.

Muy triste fue entonces a visitar al Padre Juan y ¡con quienes se fue a encontrar! Sí,
con sus amigos Ñorquinco y Ñorquin, que vivían todos juntos en la Iglesia. Allí pasó la
noche, visitando como era su costumbre a Jesús y a su mamá María.

Muy tempranito emprendió de nuevo el camino, despidiéndose hasta otro día de sus
tres amigos.

Antes de abandonar Ranquil fue a la casa del viejito Vichente quien no lo dejó irse
solo, y lo acompañó con su carrito varios kilómetros. Otra vez cantando canzonetas
italianas, y riéndose Bui de la forma de hablar sin pausas de Vichente. En un largo abrazo
los amigosse despidieron nuevamente.

Y así Bui, a veces caminando y otras corriendo, día a día se acercaba hacia su
meta.

Aquella mañana subió una loma, de las tantas que ese camino sinuoso tenía y
desde allí pudo ver de nuevo a su querido pueblo Canyeau, y allí quiso detenerse, antes de
seguir. De solo pensar que sería pronto un Explorador se le ponía la piel de gallina.

Y en las puertas mismas de Canyeau, ahí donde hace un tiempo había partido,
volvió la vista atrás, hacia el monte Manchao y pudo ver sobre la cumbre la Cruz que él
mismo había hecho, y tras ella el Buen Sol le dibujaba hermosos reflejos dorados.

Luego de la lectura: se comenta lo sucedido en el capítulo y se retoma desde el


mismo todo lo que le fue sucediendo al pequeño Bui a lo largo del viaje. También, hacer
hincapié en los reencuentros que tuvo a lo largo de su camino a casa y cómo encontró a
todos aquellos que fueron ayudados por él.

• Momento: Después de la misa.

• Actividad: Se les entrega a los chico/as el capítulo VII, lo leen en conjunto.


Cierre:

Palabra de Dios. Mt. 5, 14 – 16 El explorador es luz del mundo que ilumina a los demás en
su camino hacia Dios. 14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad
situada en la cima de una montaña. 15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo
de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están
en la casa. 16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin
de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

Jn. 8, 12 ¿Quién es la luz que debemos seguir en nuestra vida? 12 Jesús les dirigió una vez
más la palabra, diciendo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la Vida».

• Oración:

Si quieres, te acompaño en el camino,

y en el camino vamos conversando.

Y al conversar, tus hombros se descargan;

descargas, pues tu peso voy llevando.

Pues pesa el peso de tu desencanto

y es tu resignación aún más pesada.

Pero te sostendré, pues ya sostuve

la cruz de toda cruz en mis espaldas.

Me duele que te alejes de los tuyos,

y el creciente dolor de tu aislamiento;

pues toda mi pasión es ver reunidos

a los hijos de Dios que andan dispersos.

Yo sé que ya no crees en nuestro sueño.

Buscas seguridad retrocediendo.

Pero hasta en dirección equivocada

lo mío es ir contigo, compañero.

Si quieres, te acompaño en el camino

Si quieres, hoy me quedare contigo. (2)

Escucha profecías, peregrino,

No seas testigo de desesperanza.

Es hora que levantes la cabeza


Y, aunque anochece, alientes la confianza.

Pues es posible ver de otra manera

La trama que se te hizo tan confusa.

¿no ves el hilo de oro de la pascua

Que rediseña todo lo que cruza?

¿No ves que desde dentro de las muertes

La muerte fue implotada y ya no mata?

Y se revela el nombre de la vida:

Y el nudo que te ataba te desata.

Partir juntos el pan en nuestra mesa

Descifra quiénes somos y seremos.

La Pascua nos irrumpe, amor de amores,

Lo más vivo venciendo lo más muerto.

FIN Cambui camey.

15:30 a 16:00

Ultimo momento Noche de estrellas:

¿Qué es un Compromiso para ustedes? ¿Ustedes cumplen con lo que dicen? ¿O no son
gente de palabra? Y los compromisos personales, o sea los que son para ustedes, ¿los
cumplen? ¿Por qué piensan que es importante cumplir con lo que uno dice? ¿No es más
fácil comprometernos en cosas que sabemos menos difíciles? Por ejemplo “me comprometo
a respirar o atarme los cordones 10 veces al día o mirar tele solo 1 hora”. ¿Cuál fue su
mayor compromiso? ¿Qué es más importante Comprometerse en algo o PROMETERLO?

El compromiso es algo previo a una promesa… ¿Y si me comprometo de a poco con las


cosas? ¿Es posible comprometerme en algo con Dios? ¿Qué pasa cuando lo realizo?
¿Cómo me siento? ¿Cómo se sienten los demás?
Enfatizar la importancia de éste pequeño momento con el compromiso que tomarán los/ as
aspirantes al retornar al Batallón. ¿A que se van a comprometer? ¿Qué sacrificio harán para
poder llevarlo adelante? ¿Qué significa?

Fin <3.
Ale y Ro.

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