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Apuntes Psicología Del Yo

Apuntes T. psicodinamicas

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Apuntes Psicología del yo

La psicología del yo tuvo sus orígenes


durante la década de 1930 y su momento
culminante hacia la de 1960 en Estados Unidos,
país al que emigraron muchos analistas europeos
debido a la Segunda Guerra Mundial y a la
persecución nazi.
o Hartmann sin lugar a dudas fue el mas
importante de los teóricos de la psicología del
yo.
Lo más apropiado es considerar este modelo como
una profundización de algunas de las ideas de
Freud. Tomó como base, además de la estructura
tripartita de la mente, ello-yo-superyó, las
explicaciones de índole económica de la
metapsicología freudiana, el interés por el estudio
de las defensas y una teorización del desarrollo
basada en las fases libidinales oral-anal-fálica y
genital. En lo esencial, estos planteos clásicos del
psicoanálisis fueron respetados por los psicólogos
del yo y en algunos casos también resultaron
ampliados, no en su profundidad pero sí en su
aplicación.
Los síntomas de los pacientes son interpretados
básicamente en términos de conflictos entre el yo
y el superyó, entre los impulsos (el ello o el
superyó) y el yo o entre la realidad y alguna de las
instancias psíquicas. Los seguidores de esta
corriente enfatizan más que el resto de los
psicoanalistas en la energía (enfoque económico)
que inviste una u otra instancia del aparato
mental.
 Desde su punto de vista, el yo no surge
únicamente del conflicto entre el ello y la
realidad, como se planteó inicialmente en la
teoría psicoanalítica. Está presente desde el
nacimiento representado por algunas
funciones que, por no estar inmersas en el
conflicto entre la realidad interna y la realidad
externa, son autónomas y corresponden a un
área libre de conflictos.
 El autor piensa al yo como una estructura que
contiene, a su vez, cierto número de
subestructuras, originadas en distintos
momentos del desarrollo. Esta organización
compleja del yo admite un ordenamiento
genético y jerárquico. Iguales consideraciones
pueden hacerse acerca de la naturaleza de las
otras dos instancias psíquicas: el ello y el
superyó. El modelo confiere a la clásica
estructura tripartita una mayor complejidad y
riqueza.

De la psicología del ello a la psicología del


yo. El área sin conflicto del yo
El primer trabajo en el que Hartmann propone sus
nuevas ideas, La psicología del yo y el problema de
la adaptación, es el que presentó ante la Sociedad
Psicoanalítica de Viena en 1937 .
“Propongo que adoptemos el término provisional
de área sin conflicto del Yo para aquel conjunto de
funciones que, en un momento determinado,
tienen efecto fuera del campo de los conflictos
mentales. No deseo ser mal entendido: no me
refiero a una provincia de la mente, cuyo desarrollo
es en principio inmune a los conflictos, sino más
bien a aquellos procesos que en un individuo dado
permanecen empíricamente fuera de la esfera del
conflicto mental ( Hartmann, 1939: 17).
Este punto de vista supone la existencia de una
dotación individual con la cual el sujeto, desde el
mismo momento del nacimiento, se enfrenta a las
dificultades que le imponen tanto sus propios
impulsos como la realidad externa.
“En nuestro trabajo clínico observamos
cotidianamente cómo las diferencias en el
desarrollo intelectual, motor, etc., influyen en la
capacidad del niño para manejar los conflictos y
cómo estos a su vez, modifican el desarrollo
intelectual y motor” (1939: 27). Se desprenden de
aquí dos conceptos importantes, en primer lugar,
desde el nacimiento todo ser humano cuenta con
una dotación innata de funciones (percepción,
memoria, motricidad, capacidad de síntesis y de
asociación, etc.) que no guardan relación directa
con los impulsos. En segundo lugar, esta dotación
es considerada como un importante
instrumental auxiliar que el yo podrá utilizar
para resolver los conflictos que se le presentan
en su relación con el ello y con la realidad.
 Hartmann cree que las funciones autónomas
son la base filogenética de los mecanismos de
defensa que utiliza el yo; son moldes sobre los
cuales podrán, en el curso del desarrollo
psíquico, armarse las distintas modalidades
defensivas.
 En segundo lugar, y esto adquiere importancia
teórica al comparar la perspectiva de la
psicología del yo con la de otras corrientes
psicoanalíticas, Hartmann no propone la
existencia de un yo en el inicio de la vida
psíquica sino que considera que el individuo
cuenta con determinadas capacidades innatas,
las que en el curso del desarrollo pasarán a
estar al servicio del yo.
 Finalmente, subrayamos la importancia que
estas funciones autónomas tienen en el
proceso de adaptación del yo a la realidad
externa. El autor dice que el término yo fuerte,
tan utilizado en el psicoanálisis, se refiere a la
solidez y disponibilidad del yo para recurrir a
estas funciones autónomas.
El desarrollo del yo. Su incidencia en el proceso
de adaptación
Hartmann, como Freud, sugieren que el punto de
partida para su formación es una matriz
indiferenciada del yo y del ello. En esta matriz
coexistirían elementos pulsionales con ciertas
funciones que, a lo largo del desarrollo, pasarían a
estar homogeneizadas por el yo. Al explicar los
motivos de este punto de vista, él describe
diversos fenómenos, algunos de tipo
observacional, otros de índole más especulativa.
Hartmann se pregunta cuáles son los motores que
impulsan el desarrollo del yo a partir de la matriz
indiferenciada yo-ello. Este contiene, desde el
inicio, elementos que más tarde serán reconocibles
como pertenecientes a una u otra instancia
psíquica.
No supone que el yo sea inicial, más bien cree que
el individuo nace con potencialidades para
desarrollarlo. El bebé no es un “paquete de
impulsos”, por llamarlo de alguna manera, sino un
ser animado de impulsos y esbozos de funciones
con las cuales controlarlos y canalizarlos para
conseguir la adaptación.
Factores que impulsan la diferenciación del yo y el
ello:
El primer factor mencionado por Hartmann es el
hereditario o constitucional, en el cual se
engloban las capacidades innatas o autónomas del
yo. Este factor interactúa en el curso del desarrollo
con otros tres elementos, a saber: las influencias
de los impulsos instintivos, los condicionamientos
de la realidad externa y, por último, la propia
imagen corporal, que desempeña un importante
papel en la diferenciación del yo con el mundo de
los objetos.
Los impulsos y esbozos de funciones yoicas
presentes al comienzo de la vida como una unidad
indiferenciada siguen un desarrollo separado, lo
que da lugar a estructuras que son autónomas en
relación con la esfera pulsional, pero que pueden
ponerse al servicio de determinados conflictos. A
esto Hartmann lo llama sexualización o
agresivización de la función. De manera análoga,
es posible también que algunas funciones, nacidas
como defensa contra determinados impulsos, se
liberen secundariamente del conflicto que les dio
origen, se desexualicen y pasen a la esfera libre de
conflictos del yo. El modelo en que el autor basa
estas suposiciones es de tipo biológico y se conoce
como el esquema de cambio de función. Explica en
un párrafo de los Comentarios sobre la teoría
psicoanalítica del yo (Hartmann, 1950b):
Hasta aquí hemos hablado del origen del yo a
partir de una matriz indiferenciada yo- ello.
También hemos mencionado los factores que
influyen en dicha diferenciación y las relaciones
dinámicas que se establecen entre las funciones
autónomas del yo y las pulsiones constitutivas del
ello. Hay dos temas que están tangencialmente
relacionados con este proceso. Nos referimos al
origen de los mecanismos de defensa y a la
adaptación al medio. Ambas funciones han sido
reconocidas, desde los inicios de la teoría
freudiana sobro el yo, como actividades
destacadas de esta instancia psíquica.

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