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Unidad 2 - Problematicas Del Conocimiento Cientifico

El concepto y abordaje de las ciencias a partir de los distintos campos disciplinares

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EL CONCEPTO Y ABORDAJE DE LAS CIENCIAS A PARTIR DE LOS DISTINTOS

CAMPOS DISCIPLINARES
Punto 1
CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
Ciencias formales
Las ciencias formales se caracterizan por no ser empíricas, es decir, porque no hacen referencia a ningún dominio específico
de la realidad. Los enunciados de las ciencias formales son analíticos, en cualquiera de sus tipos: aquellos cuya verdad o
falsedad no depende de su correspondencia con la realidad sino de los componentes internos de los enunciados.
Respecto de la naturaleza de las ciencias formales se han sostenido distintas posturas. Una de ellas afirma que se trata de un
conocimiento relativo a entes ideales. Las ciencias formales conocen otro tipo de objetos, que no son temporales ni
espaciales.
Las ciencias formales se apoyan en la deducción como método de estudio, y sus enunciados se componen de sistemas o
relaciones de signos que permiten demostrar o probar de manera deductiva y no empírica su contenido, de allí que se les
considere como autosuficientes.
Por tanto, su información se valida a través de estructuras abstractas que permiten la organización y análisis racional del
contenido para obtener una verdad lógica, es decir, se toman en cuenta todas las posibilidades en las que se puede
combinar un hecho o forma preestablecido.
Lógica.
Matemática.
Estadística.
Computación.
Ciencias fácticas
Las ciencias fácticas o ciencias empíricas tienen como finalidad estudiar, entender y describir un fenómeno natural o hecho
real, que sea observable y medible en un tiempo y espacio específico. Las ciencias fácticas se valen de los enunciados que
exponen procesos de trabajo o investigación, por tanto, su desarrollo es empírico, es decir, conlleva un método práctico o
experimental para validar o no una hipótesis. Por tanto, estas ciencias permiten la verificación de datos o contenidos, incluso,
la representación de algunos hechos o fenómenos.
Ciencias naturales
Las ciencias naturales son aquellas que estudian la naturaleza y sus fenómenos. En estas ciencias se aplica el método
científico para llevar a cabo diversos estudios, en los que se toman en cuenta tanto los aspectos más generales como los más
específicos en torno a la naturaleza y los seres vivos en general.
De esta manera se pueden formular hipótesis y deducir consecuencias que deben ser comprobadas a través de pruebas
experimentales para probar si son válidas o no. De allí que sea de gran importancia llevar a cabo observaciones y
experimentos que permitan describir, exponer, explicar, verificar y predecir fenómenos o hechos que pueden ser simples o
complejos.
A partir de las ciencias naturales se pueden establecer y aplicar leyes y principios básicos, de causa y efecto, que expongan
cómo se deben llevar a cabo los estudios en torno a ciertos objetivos de estudio.
Ciencias físicas. Estudia el contexto inorgánico, como la Química, la Física y la Astronomía.
Ciencias biológicas. Estudia la vida y sus organismos, como la Botánica, la Zoología, la Ecología y la Genética.
Ciencias de la Tierra. Estudia los fenómenos de la Tierra y sus capas, como la Geología, la Oceanografía, la
Meteorología y la Paleontología.
Ciencias sociales
Las ciencias sociales o ciencias humanas o ciencias del espíritu o ciencias del hombre son aquellas que se centran en el
estudio del comportamiento humano, así como en los diversos procesos culturales y sociales que se han desarrollado a lo
largo de la historia de la humanidad.
Estas ciencias estudian a las personas como entes individuales y sociales tomando en cuenta sus conductas ante diversas
situaciones, sus valores, sistemas de creencias o cultos practicados, posturas políticas, actividades económicas, los tipos de
organización a los que pertenecen, entre otros.
Asimismo, en las ciencias sociales también se toman en cuenta las manifestaciones culturales, materiales e inmateriales, como
parte de las expresiones culturales e identidad cultural de los individuos.
La práctica y estudio de estas ciencias conlleva al análisis, descripción y comprensión de diversas acciones de carácter
individual y social que implican una reflexión ética y moral sobre las conductas y acciones que las personas toman ante
ciertas circunstancias.
Sociología. Trata de entender y explicar las interacciones del individuo en una sociedad y de los procesos sociales
globales.
Antropología. Analiza, estudia y describe el pasado y el presente de la humanidad.
Psicología. Estudia lo relacionado con los comportamientos y la mente del ser humano.
Economía. Estudia como cubrir las necesidades materiales con criterio de escasez.
Ciencias Políticas. Se encarga de estudiar los órganos del poder, su desarrollo y evolución.
Hay una gran controversia alrededor de las ciencias sociales y se la puede resumir en tres posiciones:
1. Se las niega como ciencia. Esto proviene del ideal de la unificación del conocimiento por el método de las ciencias
naturales.
2. Se las acepta como ciencia, pero se les exige que adecuen su método al de las ciencias naturales.
3. Se las acepta como ciencia teniendo en cuenta su problemática específica o no se entra en la discusión.

Punto 2
MÉTODO Y CONOCIMIENTO EN CIENCIAS SOCIALES
El uso del método inductivo en ciencias sociales
El método inductivo puede ser un instrumento para obtener hipótesis y conjeturas, pero también para la verificación o prueba
de los enunciados científicos.
Para el pensamiento inductivista la experiencia, lo observable, es el único lugar seguro donde podemos captar la realidad. Si
partimos de la experiencia generalizando lo que en ella observamos a toda la realidad, vamos a poder construir el conocimiento
científico. Claro que el método inductivo no puede construir conocimiento para lo que está más allá de la observación, de la
experiencia.
La inducción consiste en inferir, de un número finito de casos observados de un fenómeno, lo que ocurre en todos los casos de
una cierta clase que se parecen de alguna manera a los casos observados (Mill).
En el campo de las ciencias sociales se aplican frecuentemente procedimientos inductivos. La inducción por enumeración
simple (o inducción típica) muy frecuente y útil en la investigación no permite distinguir ejemplos confirmatorios de genuinas
leyes causales, de meros accidentes o coincidentes. Por otra parte, por este procedimiento solo buscaríamos ejemplos
confirmatorios y tenderíamos a ignorar cualquier ejemplo negativo.
John Stuart Mill formuló un conjunto de procedimientos denominados “métodos de Mill” que si bien observan los rasgos
inductivos básicos tienen un esquema tal que permite la eliminación de las posibles causas de un fenómeno y no la mera
enumeración superando así uno de los problemas que acabamos de señalar.
En el método de la concordancia se eliminan como causas posibles de un fenómeno todas aquellas circunstancias en cuya
ausencia el fenómeno igualmente se produce y luego inferimos que las restantes circunstancias eran la causa. El carácter
esencial de este método es eliminatorio. Mill enuncia este método de la siguiente forma: un fenómeno que varía de cualquier
manera, siempre que otro fenómeno varía de la misma manera es, o una causa, o un efecto de este fenómeno, o está
conectado con él por algún hecho de causalidad.
El método de las variaciones concomitantes es frecuentemente utilizado en las ciencias sociales. Utiliza nuestra capacidad
para observar cambios en la medida en que las circunstancias y los fenómenos están presentes y admite como prueba de la
presencia de leyes causales una cantidad mucho mayor de datos.
El método inductivo tiene dificultades casi insalvables para acceder al nivel teórico, pues los enunciados de este nivel no se
refieren a observables. Además, la inferencia inductiva no está garantizada por la lógica, pues su forma puede llevar de
premisas verdaderas a conclusiones falsas.
El método hipotético deductivo en ciencias sociales: un ejemplo histórico de investigación social
Las ciencias sociales también utilizan el método hipotético deductivo en los procesos de justificación de sus enunciados.
El método hipotético-deductivo consiste en tratar de contrastar hipótesis mediante consecuencias observacionales y de esa
manera puede establecer concluyentemente la falsedad de una proposición, pero no su verdad. Las teorías se irán
contrastando mediante sus consecuencias empíricas, y se mantendrán en tanto sean corroboradas, o se descartaran sin son
refutadas por la falsedad de algunas de sus consecuencias.
El método hipotético-deductivo tiene la siguiente estructura:
Hipótesis fundamentales o de partida que pretenden responder a un problema.
Hipótesis derivadas, deducidas -correctamente- de las anteriores, se concluyen lógicamente de ellas.
Consecuencias observacionales, enunciados del más bajo nivel de generalidad, que se extraen deductivamente de las
hipótesis fundamentales y de las derivadas.
Estas afirmaciones singulares se confrontan con la experiencia, lo que llevará a la refutación de las hipótesis o de las teorías, si
la consecuencia observacional falla, o a su corroboración, si la contrastación resulta favorable.
Popper reconoce a un sistema como científico solamente si es susceptible de ser puesto a prueba mediante la experiencia. Y
sugiere que no es la verificabilidad de un sistema sino su refutabilidad lo que debe tomarse como criterio de demarcación entre
lo que es ciencia y lo que no lo es. Un sistema científico empírico debe poder ser refutado por la experiencia.
Las posiciones metodológicas de Hegel y Marx
Las ideas hegelianas y marxistas sobre el método cargan el acento sobre las leyes, la validez universal y la necesidad. En esto se
asemejan, por lo menos superficialmente, a la tendencia positivista de orientación científico-natural. Pero la idea de ley
presente en los escritos de Hegel y Marx cuando se plantea, por ejemplo, el proceso histórico, difiere lo suyo del concepto de
ley que subyace a las explicaciones causales. El esquema dialectico de desarrollo a través de tesis, antítesis y síntesis no es un
patrón causalista de pensamiento. La concepción hegeliana y marxiana de ley y desarrollo se halla más próxima a lo que
nosotros llamaríamos patrones de conexión conceptual o lógica.
Para Hegel, la idea de ley es primordialmente la de una conexión intrínseca que ha de ser aprehendida por comprensión
reflexiva, no la de una generalización inductiva establecida por observación y experimentación.
Comprensión y hermenéutica
¿En qué consiste el método llamado “comprensión”?
Noción de método comprensivo
Theodore Abel sostiene que los defensores de la comprensión (verstehen) la definen como una forma singular de operación que
realizamos siempre que intentamos explicar la conducta humana. “El rasgo característico de la comprensión es el enunciado de
un proceso intermediario “situado” dentro del organismo humano por medio del cual reconocemos como pertinente o
“significativa” una conexión observada o supuesta. La comprensión consiste en acto de traer a primer plano la sucesión
orgánica interna que media entre un estímulo y una respuesta”.
No es un método de verificación. Pero puede servir como ayuda en las exploraciones preliminares de un tema y puede ser
particularmente provechosa en la formulación de hipótesis, aun cuando no puede usarse para ponerlas a prueba.
El problema de la especificidad de la comprensión
No siempre se acepta que la comprensión sea un método científico. El neopositivismo ha sostenido que el único método, o
procedimiento, que merece un rango es la explicación. Esta posición se llama monismo metodológico o explicacionismo.
Por otro lado, se ha defendido que las disciplinas sociales cuentan con un método propio, la comprensión, irreductible a la
explicación empleada en las ciencias naturales. Se plantea, un dualismo o dicotomía metodológica.
Las fases de evolución de la discusión entre explicación-comprensión:
1° FASE: Dicotomia metodológica psicologista
Dilthey y su escuela.
Sociología comprensiva de Max Weber.
2° FASE: Monismo metodológico neopositivista
Modelo de explicación monológico-deductivo.
Reducción de comprensión hermenética al rol de una preparación para una “verdadera explicación”.
3° FASE: “Nuevo dualismo” metodológico no psicologista
Explicación por causas: comprensión de razones.
4°FASE: Pluralismo metodológico
Tentativa de reunificación de la ciencia sobre una base hermenéutica.
Dicotomía metodológica
Según Droysen, el objetivo de las ciencias naturales consiste en explicar (posibilidad de disponer de leyes generales); el
propósito de la historia es más bien comprender los fenómenos que ocurren en su ámbito.
Afirma von Wright que el uso ordinario no hace una distinción entre explicar y comprender. Cualquier explicación, sea causal o
teleológica, nos proporciona una comprensión de las cosas. La comprensión tiene además una resonancia psicológica de la que
carece la explicación. La comprensión se encuentra además vinculada con la intencionalidad (se comprenden los propósitos de
un agente, el significado de un signo, el sentido de una institución) de una manera en que la explicación no lo está.
La comprensión y el problema psicologista
La comprensión puede ser entendida como la reconstrucción en la propia conciencia del otro; como la reproducción en la
conciencia del investigador de la ciencia del investigado.
Dilthey y la hermenéutica
Es Dilthey quien empieza a hablar de la comprensión como método de las ciencias del espíritu. En Dilthey, comprender es
comprender a otros sujetos, esto es constitutivo de la idea de comprensión. Comprender es comprender a otro en tanto es
también sujeto como yo, no es un objeto.
La idea de Dilthey es la del investigador social que se pone en el lugar, que reproduce el lugar de los sujetos investigados. La
investigación en Dilthey es básicamente histórico-cultural. El problema de reproducir el lugar desde el cual otras personas
producen cultura es una cuestión histórico-cultural, es ir al pasado.
Dilthey rechaza la idea de que para comprender un fenómeno se necesite establecer leyes del comportamiento de toda
sociedad, de toda cultura.
Para plantear la cuestión del método de la comprensión, lo que tenemos que hacer es interpretar los productos de esa cultura,
con lo cual se pone en juego toda una ciencia de la interpretación o hermenéutica. La hermenéutica adquiere en Dilthey la
dimensión de método de la ciencia social.
Weber y los tipos ideales
Según Weber, “la acción es la conducta subjetivamente significativa”. Es en la acción, en donde los intentos de comprensión
deben centrar su interés.
La acción tiene un significado para el sujeto que la realiza; sin motivo subjetivamente conocido no hay acción. Comprender es
tratar de reconstruir el motivo que tuvo un individuo para actuar. Comprender es comprender estados mentales de otro.
Comprender una acción, en los términos que Weber la define, para establecer sus desviaciones respecto de los tipos ideales es
reconstruir en mi conciencia, conciencia de investigador, la conciencia del otro, conciencia del investigado.
La comprensión se convierte en la formulación de hipótesis interpretativas que esperan su verificación empírica.
La superación del problema psicologista
Para Schutz la comprensión del científico social es la reconstrucción de las perspectivas que los individuos tienen de la
sociedad. Se trata de una comprensión de las comprensiones de los sujetos cotidianos y, por consiguiente, es una comprensión
de segundo grado. La comprensión científica se refiere a sujetos, por ello consideramos la posición de Schutz como
psicologista; sin embargo, los individuos son individuos sociales; en esto radica el avance en la solución del problema
psicologista.
Para Schutz, el individuo es un individuo social y la construcción de la conciencia individual es social: nos hacemos individuos y,
por lo tanto, distintos a los demás, en la medida que nos hacemos sujetos sociales y, en consecuencia, semejantes a los demás.
El mundo social es un mundo interpretado por los propios sujetos que lo viven y lo hacen. La sociedad es la totalidad de las
perspectivas sociales, no es otra cosa que la totalidad de las maneras en que los distintos individuos perciben la sociedad y la
tarea del científico será reconstruir esas perspectivas.
El comprensivismo lingüístico de Winch
La comprensión es la reconstrucción de la forma de vida de otro sujeto. Para comprender una forma de vida el científico social
analiza el lenguaje a la manera filosófica. Lo que queremos comprender de otro sujeto es expresable en términos de
adecuación a reglas sociales de uso y significado del lenguaje.
Hermenéutica en sentido estricto de Gadamer
La comprensión y la interpretación son sucesos en un proceso histórico, y solo secundariamente constituyen un método
especifico de las ciencias sociales o humanas.
La comprensión y la interpretación constituyen el modo de ser de todas las tradiciones culturales: estas tradiciones están
necesariamente sumergidas en el lenguaje.
En la hermenéutica de Gadamer, la interpretación se basa en un acuerdo; hay una tensión entre la objetividad del texto y la
subjetividad del interprete, y la única manera de resolver esta tensión es llegar a un acuerdo. Un acuerdo que vaya adecuando
el texto a nuestra tradición, a nuestro mundo de juicios previos, pero a su vez, este acuerdo nos llevará a cambiar nuestros
prejuicios.
El intérprete esta siempre guiado en su comprensión del pasado por su propio y particular conjunto de prejuicios, que
constituyen un resultado y función de su existencia histórica. Los actos de comprensión o interpretación siempre involucran dos
aspectos diferentes:
1. La superación del carácter ajeno del fenómeno a ser conocido y su transformación en un objeto familiar en el que el
horizonte del fenómeno histórico y el del interprete se unen.
2. La comprensión es solamente posible porque el objeto a ser comprendido y la persona involucrada en el acto de la
comprensión no son dos entidades ajenas aisladas la una con respecto a la otra por el tiempo histórico que las separa. El
objeto histórico y la operación hermenéutica del interprete son ambos partes de un proceso histórico y de una tradición
cultural o continuo que Gadamer llama “historia efectiva”.
Pluralismo metodológico, conocimiento y progreso científico
Los problemas metodológicos de las ciencias sociales y en las naturales no es sustancialmente diferente.
Por una parte, el requerimiento de precisión de los enunciados y rigor de los procedimientos pueden plantearse como una tarea
en común, independientemente de las diferencias disciplinarias propias de cada caso.
Lo mismo ocurre con la posibilidad de brindar explicaciones acerca de los fenómenos, sucesos o enunciados legales: en las
ciencias sociales se dispone de una amplia variedad de tipos de explicación (por intenciones, disposiciones, motivos, o razones;
explicaciones genéticas, estadísticas), incluyendo las explicaciones más vinculadas a las ciencias naturales, como las
nomológico-deductivas (o de cobertura legal: explicar es subsumir un hecho bajo una ley general, para decirlo de un modo
esquemático). En ambos tipos de ciencias, por otra parte, los métodos constituyen un instrumento idóneo que aporta al
conocimiento de la realidad que se investiga. La pluralidad de métodos enriquece la posibilidad de ese aporte al conocimiento.
Los métodos, a su vez, que, por un lado, colaboran en el tratamiento de los problemas que se plantean en la investigación, por
el otro también lo hacen en su resolución, así como en la formulación de las preguntas pertinentes y de las respuestas posibles.
Puede tanto darse el caso de la posibilidad de aplicación de métodos diversos, como la aplicación conjunta de algunos de
ellos.
Los acercamientos entre ambos tipos de ciencia son posibles, lo que muestra que son varias las líneas desde las cuales las
culturas que contienen a estas disciplinas tienen puntos de contacto y de ningún modo son incompatibles.

Punto 3
LA VERDAD COMO PROBLEMA
Queremos conocer, queremos saber y creemos porque siempre estamos buscando la verdad sobre aquello que queremos
conocer. El problema de la verdad depende de la posición filosófica que cada uno asuma con respecto al conocimiento, al
saber y a la realidad.
Distintas concepciones acerca de la verdad ¿Qué es la verdad?
Concepción realista: la verdad es una relación entre el entendimiento y la realidad. La relación es una relación de adecuación.
Entre la inteligencia y la realidad se establece una relación de correspondencia, en la que el entendimiento se representa o
capta algún aspecto que está efectivamente en el objeto o, más todavía, que es “la cosa misma” en una parte o bajo algún
aspecto.
Concepción idealista: la verdad es entendida como una relación inmanente al espíritu, como el acuerdo del pensamiento con la
representación del objeto. La verdad es idéntica a la objetividad del pensamiento, la verdad coincide con la idea que la razón
se hace del objeto. Juega un rol importante la coherencia entre las ideas requerida para decir de un pensamiento que es
verdadero. La verdad es el acuerdo del pensamiento consigo mismo.
Concepción pragmatista: hace coincidir la verdad con la acción eficaz para el sujeto o para la comunidad. Lo que define la
verdad dentro del pragmatismo es el éxito de la acción. El pragmatismo considera indudables los hechos de la experiencia y
solo la experiencia que resulta beneficiosa coincide con la verdad.
Concepción relativista: pone el acento en los acuerdos sociales o culturales para determinar lo que es verdadero en un
determinado tiempo y lugar. La verdad depende de lo que cada cultura o cada sociedad considera verdadero en ese momento.
La verdad se multiplica por el número de culturas, sociedades o comunidades, que, establecen lo que es verdadero para ellos.
Concepciones acerca de la verdad y tipos de saberes
Es posible formular distintos tipos de saberes, cada uno de los cuales nos ubica en una perspectiva diferente cuando queremos
establecer un acercamiento de tipo cognoscitivo con la realidad:
Podemos ubicarnos en una perspectiva epistemológica (científica) del conocimiento.
Podemos ubicarnos en una perspectiva semiológico-hermenéutica (descriptiva-interpretativa) del conocimiento.
A cada una de estas formas de entender el problema del conocimiento le corresponde una idea diferente de la verdad.
A la perspectiva epistemológica le corresponde: la adecuación (correspondencia) del intelecto con la realidad.
a. Correspondencia, adecuación entre “la mente” y el referente.
b. Realismo del referente.
En la perspectiva semiológico-hermenéutica le corresponde:
a. Dependencia del lenguaje.
b. Producto del encuentro comunicativo entre las personas.
c. Compartir con el resto de los miembros de la sociedad la manera de representar y de entender los fenómenos.
d. Coherencia con otras creencias.
El saber científico está ligado a una concepción realista de la verdad. Sobre el saber semiológico-hermenéutico se apoyan y se
combinan las otras tres concepciones de la verdad:
La concepción idealista (coherencia entre las ideas).
La concepción pragmática (lo que es bueno que creamos).
La concepción relativista (acuerdo o consenso entre los miembros de una cultura, o una comunidad).
El problema de la verdad en la filosofía contemporánea
Respecto del problema de la verdad, una postura más bien ligada al tipo de saber semiológico-hermenéutico.
Richard Rorty incluye en la versión epistemológica de la verdad a toda la tradición filosófica occidental que va desde Platón a
la actual filosofía de la ciencia pasando por Aristóteles, los empiristas, Kant y el positivismo. Los adherentes a cualquiera de
estas líneas de pensamiento, en sus distintas variantes, pueden unificarse alrededor de una idea de “verdad” ontológica que
implica alguna forma de “contacto con una realidad-en-si”.
El mismo autor adopta una posición pragmática de la verdad y define a la verdad como “lo que es bueno que creamos”. Esta
versión de la verdad se opone a la posición realista que vincula a la verdad con el “contacto con la realidad”. Si aquello que
una comunidad cree en un determinado momento satisface las expectativas de esa comunidad respecto del fenómeno que se
está tratando de explicar, entonces esa explicación es verdadera. Cuando esa explicación del fenómeno no resiste más los
cuestionamientos de parte de la comunidad (o de un sector de ella, la comunidad científica) entonces, se abandona aquella
idea y se la reemplaza por otra más satisfactoria.
Rorty sostiene que la verdad es un producto de juegos lingüísticos que las personas juegan con el fin de persuadir, cautivar,
interesar o involucrar a quienes participan de “la conversación” con el contenido simbólico de los textos.
Desde esta perspectiva la realidad está construida dentro de un universo de lenguajes. Con el lenguaje no se refleja la realidad,
sino que se refieren representaciones y todo lo que se pueden hacer con relación entre lo dicho y lo representado es aceptarla
socialmente porque responde bastante bien a las expectativas de la sociedad, o rechazarla por incoherente. Para que esos
enunciados sean socialmente válidos, no interesa que lo que se diga de la realidad o de la naturaleza sea o pretenda ser “un
fiel reflejo” de una o la otra. Alcanza con que resulte aceptable por dos razones porque es “ventajoso para la vida” y porque es
coherente.
Hilary Putnam propone adoptar una posición que él denomina realismo interno. La verdad está ligada, por un lado, a la idea de
realidad y por otro lado a la idea de “aparato conceptual”, o “esquema conceptual”. No es posible separar a la verdad y a la
realidad de un determinado esquema conceptual con el que se puede hablar de la realidad y con el que se puede decir “la
verdad”. El problema de la verdad está ligado al problema del realismo. Para Putnam el primer componente de la verdad es la
coherencia. Cada vez que alguien dice que un hecho, evento o estado del mundo es verdadero, es necesario que el enunciado
sea coherente. De donde se sigue que la verdad “está” (o no) en lo que se dice, en los enunciados, y no en las cosas.
¿Cuáles son los rasgos que debe poseer un enunciado para resultar coherente y en función de esa coherencia, verdadero?
1. En primer lugar, ese enunciado se sostiene en creencias mayoritariamente ciertas. Cuando alguien afirma algo, está
sosteniendo su posición desde “una buena colocación” en tanto hablante. Una buena colocación del hablante es aquella
que se sujeta a un conjunto de creencias que, a su vez, son consideradas en su mayoría, ciertas. Las creencias consideradas
ciertas son aquellas que “por evidentes” no necesitan ser justificadas para ser sostenidas y, sirven, en conjunto como sostén
y como argumento de otras creencias.
2. En segundo lugar, el enunciado está elaborado dentro de un esquema conceptual socialmente compartido y previamente
adoptado. Lo que es más discutible es pensar que ese mundo real puede ser independiente de la experiencia que nosotros
tenemos de él y además que puede ser independiente de un determinado aparato conceptual que lo pueda expresar.
Somos realistas, en el sentido que aceptamos la existencia del mundo, siempre y cuando aceptemos, al mismo tiempo, que
la realidad es la realidad tal como es concebida dentro del aparato conceptual que utilizamos para hablar o para
representar el mundo real. Solamente dentro de un esquema conceptual, la realidad tiene sentido. Tiene sentido hablar de
la realidad si puede ser dicha, si puede ser pensada de una determinada manera. Según la postura de Putnam, nuestros
conceptos pueden ser relativos a una cultura, pero de aquí no se sigue que la verdad o la falsedad de cualquier cosa que
digamos usando esos conceptos sea simplemente «decidida» por la cultura. Por otra parte, no se puede pretender que la
realidad y lo que se diga de ella sea reducible a una única versión independiente de la elección de los conceptos que se
haga para referirla, explicarla, etc. Esta postura propone, en primer lugar, abandonar la división ficticia entre el mundo en si
mismo y los conceptos que usamos para pensar y hablar sobre él y, en segundo lugar, asumir que solo es posible “decir la
verdad” y creer en ella, una vez que se ha definido previamente con qué esquema conceptual esa verdad será expresada.
La verdad en este caso es relativa o depende del esquema conceptual con que se ha expresado o, podríamos elegir una
forma más clásica de decirlo y recurrir a Aristóteles: “el ser se dice de muchas maneras”.

VERDAD
La palabra «verdad» se usa en muchos sentidos. Aquí solo nos ocupamos solo del sentido en el cual «verdadero» es una
propiedad (característica) de las proposiciones.
¿Qué es una proposición verdadera? ¿En qué se diferencia una proposición verdadera de una falsa? Introduzcámonos primero
el concepto de estado de cosas. En el mundo hay numerosos estados de cosas. Estos estados de cosas se dan o existen en el
mundo, aunque nadie dé cuenta en el lenguaje de su existencia. Su existencia es independiente del lenguaje, pero podemos
describirlos por medio del lenguaje.
Una proposición verdadera describe un estado de cosas que ocurre, o, en el caso de una proposición sobre el pasado, un
estado de cosas que ocurrió, o, en el caso del futuro, que ocurrirá. Una proposición falsa da cuenta de un estado de cosas que
no ocurre (o no ocurrió, en el caso del pasado, o, no ocurrirá, en el caso del futuro). Una proposición verdadera describe un
estado de cosas que es real -que existe realmente- y una proposición falsa da cuenta de un estado de cosas que no existe (o
no existió). Describe un estado de cosas posible pero no es real. Cuando se usa una oración para dar cuenta de un estado de
cosas, y el estado de cosas para dar cuenta del cual se usó la oración es real, entonces, la proposición expresada por la
oración, es verdadera, y podríamos añadir cualquier otra oración que se use para expresar el mismo estado de cosas también
expresará una proposición verdadera.
Puede ser que haya diferentes tipos de verdad, y que descubramos la verdad de las diferentes proposiciones de formas muy
diferentes. Cualesquiera que sean los medios por los que podamos descubrir que son verdaderas, lo serán si describen un
estado de cosas real.
La verdad como correspondencia. La verdad es «correspondencia». Una proposición es verdadera si corresponde a un
hecho. La verdad es correspondencia con el hecho.
¿Qué es un hecho? 1. La palabra «hecho» se usa a veces para significar lo mismo que «proposición verdadera», así, decimos,
“es un hecho que yo fui la semana pasada”, la oración expresa una proposición verdadera. 2. También se usa la palabra
«hecho» para significar lo mismo que “estado de cosas real” refiriéndose al estado de cosas, y no a la proposición.
En esta última definición hay una referencia a la correspondencia: una proposición verdadera es una que corresponde a un
hecho, a un estado de cosas real. En la primera definición, la palabra <corresponde> no aparece.
La verdad como coherencia. No es la correspondencia de las proposiciones con los hechos lo que constituye la verdad, sino
más bien la coherencia de las proposiciones entre sí. La coherencia es una relación entre las proposiciones, no una relación
entre una proposición y otra cosa (un estado de cosas) que no sea una proposición. Un grupo de proposiciones no es coherente
a menos que cada una sustente a las demás, que sean mutuamente sustentantes.
La verdad como lo que «funciona». Verdad es lo que funciona y una proposición verdadera es una que funciona. ¿Qué quiere
decir que una proposición funciona? el de las cosas que funcionan, esto es, funcionan de cierta forma que consideramos normal
o satisfactoria, con respecto a ciertas metas u objetivos cuya enunciación pone en claro qué entendemos por <funcionar> en el
concepto dado. ¿Qué significa que funciona una creencia? Lo que la hizo verdadera fue que la proposición describía un estado
de cosas real.
Verdad y creencia. Estas dos proposiciones tienen significados distintos:
1. P es verdadera.
2. Yo creo que G es verdadera.
Una persona puede creer que una proposición es verdadera, aunque no lo sea, y una proposición puede ser verdadera, aunque
esa persona ni ninguna otra lo crea. La verdad o falsedad de las proposiciones no está influida por nuestras creencias sobre
ellas. Para ser verdaderas, nuestras creencias deben estar de acuerdo con los hechos de la realidad, los hechos de la realidad
no se acomodan a nuestras creencias.
1. “Una proposición es falsa mientras no se pruebe que es verdadera” y “una proposición es verdadera hasta que no se pruebe
que es falsa” revelan errores igualmente evidentes. Puede ser que algunas personas no crean una proposición hasta que no se
ha probado que es verdadera, y a veces ni siquiera entonces; y que otras crean una proposición hasta que no se ha probado
que sea falsa. El grado de la creencia de uno en ella no tiene nada que ver con su verdad.
Creer que algo es falso hasta que se haya probado verdadero parece tan irracional como creer que es verdadero hasta que se
haya probado que es falso. Si se ha mostrado que es falso, entonces se debe no creerlo; si se ha mostrado que es verdadero, se
debe creer, y si no se ha mostrado lo uno ni lo otro, no se debe creer ni rechazar. La creencia, debe ser proporcional a los
elementos del juicio: si es muy probablemente verdadero, pero no probado; la actitud apropiada es «creo que es muy
probablemente verdadero».
2. Decir “por lo que a mí respecta, es verdadera” es equivoco en extremo; suena como si estuviésemos diciendo más que
creemos (correcta o equivocadamente) que es verdadera, que no solo creemos que es verdadera, sino que es verdadera.
3. La más engañosas de todas las formulaciones de este tipo es: <Para mí es verdadero, puede que no lo sea para ti>. Si todo lo
que queremos decir es que creemos que es verdadero, ¿Por qué no decir eso solamente, en vez de dar lugar a la confusión
diciendo “para mi es verdadero”? quizá la respuesta es que esta última formulación suena a que es verdadero y nuestra
creencia lo garantiza.
La verdad no es relativa al individuo, aunque haya verdades sobre individuos.
Las afirmaciones de creencia, son diferentes de las aserciones de verdad.
Casi tan equivoco como decir que una proposición puede ser verdadera para una persona y falsa para otra cosa es decir que
una proposición puede ser verdadera en un tiempo y lugar y falso en otro. Las palabras <este> y <ahora> se refieren a aspectos
de los tiempos y lugares en que son pronunciadas. Una proposición verdadera no deja de ser verdadera con el paso del tiempo;
pero ha de ser especificado el momento en que ocurrió o existió el estado de cosas, para que el enunciado sea completo.
Cuando se hace esto, la verdad es independiente de los cambios de tiempo y lugar. Lo que es verdad siempre lo será. Los
estados de cosas vienen y van, pero las verdades son eternas.

CONCEPCIONES ACERCA DE LA VERDAD


Teoría de la correspondencia o chocolate por la noticia
Sostener que el valor de la verdad de una proposición se refiere a cierta relación de correspondencia entre la proposición y el
estado de cosas que ella describa. La correspondencia exigida consiste en que haya un estado de cosas susceptible de ser
descripto por la proposición cuya verdad tratamos de averiguar.
Una proposición negativa verdadera no corresponde a un hecho real, pero su verdad depende del estado de cosas consistente
en que, entre todos los hechos ocurridos en el tiempo al que se refiere la proposición, no hay ninguno que encaje en la
descripción. Que el “hecho” descripto por la proposición que se niega no existe. Supone cierto acuerdo entre emisor y receptor
sobre la identidad.
Teoría de la coherencia o la bienvenida al club
Consiste en sostener que la realidad es un todo coherente, en el sentido de que las proposiciones que en su conjunto la
describen no pueden contradecirse entre sí y, por el contrario, se apoyan unas a otras.
Un conjunto de proposiciones es coherente (o consistente) en este segundo sentido cuando no contiene ninguna contradicción.
La teoría de la coherencia exige además de la inexistencia de contradicción, que las proposiciones que se acepten como
verdaderas puedan deducirse unas de otras.
La coherencia del conjunto de proposiciones debe estar presidida por un subconjunto de ellas que a su vez sean consideradas
verdaderas por otras razones, y no solo por su coherencia con las demás. Consiste en sostener que la coherencia no debe darse
dentro de un pequeño grupo cualquiera de proposiciones, sino dentro del conjunto de todas las proposiciones que componen
una ciencia o una teoría. Una proposición cualquier sería verdadera si pudiera ser justificada a partir de cualquier subconjunto
de proposiciones verdaderas.
Teoría pragmática
Sostiene que un enunciado es verdadero sí (y solo sí) tiene efectos prácticos para quien lo sostiene. Por efecto práctico debe
entenderse todo lo que tiene importancia respecto de la supervivencia y de la prosperidad de cada individuo. En el caso de las
afirmaciones hechas por la ciencia, su importancia reside en que es posible usarlas para predecir acontecimientos, y así evitar
los indeseados o disminuir sus efectos perjudiciales, o, en su caso, provocar acontecimientos deseados.
La verdad de una proposición (o de un sistema de proposiciones) dependerá entonces de la utilidad que reporte; y tal utilidad,
cuando es reconocida, tiende a incrementar el ámbito de creencia en la proposición de que se trate.
Entienden los pragmáticos que una proposición es verdadera cuando expresa opinión destinada a ser sostenida por todos los
investigadores.

ESTRUCTURA DE LA VERDAD
Verdad como adecuación
La verdad es una relación de coincidencia entre el pensamiento y la cosa a la que éste se refiere. La verdad de una proposición
consiste en su acuerdo con la realidad. Una oración es verdadera si designa un estado de cosas existente.
En una civilización científica como la nuestra se relaciona verdad con:
a. Objetividad. La verdad es objetiva, se manifiesta clara y distinta. Se presenta de igual modo a todos los sujetos.
b. Comunicabilidad. La verdad es contrastable intersubjetivamente.
c. Unicidad. La verdad es univoca, no hay ambigüedad en la relación pensamiento-realidad o proposición-realidad, cuando
esta proposición es verdadera.
d. Conformidad con los principios lógicos. La verdad se corresponde con los principios lógicos.
Principio de identidad- si una proposición es verdadera, es verdadera.
Principio de no contradicción- ninguna proposición puede ser verdadera o falsa a la vez.
Principio de tercero excluido- una proposición es verdadera o falsa, no existe otra posibilidad.
e. Correspondencia con lo real. La verdad se corresponde con lo real, hay una concordancia entre lo que se enuncia y la
realidad a la que se refiere. Esta concepción de la verdad es inseparable de: la demostración, la verificación y la
experimentación.
Si algo es verdad se lo puede demostrar por medio de argumentos o fundamentos que confirmen su verdad. Además, una
proposición verdadera es susceptible de ser verificada, y la contrastación con la experiencia es prueba satisfactoria para
reafirmar la verdad. Puede ser relación entre pensamiento y realidad (adecuación), o entre pensamiento y pensamiento
(coherencia), o entre una proposición y su eficacia.
Nuestra idea de verdad es entonces la de una adecuación.
La historia muestra que a distintos sistemas de pensamiento corresponden distintas concepciones de verdad. Foucault sostiene
que no existe fragmento de verdad que no tenga que ver con el poder. Las verdades se mantienen y siguen vigentes mientras,
directa o indirectamente, total o parcialmente, están avaladas por algún tipo de poder. La verdad tiene que ver con la política.
La verdad como transformadora de la realidad
En Grecia arcaica, el sistema de pensamiento que regía en esa sociedad, lo que valía era la palabra eficaz. Su eficacia
consistía en constituir la realidad misma con la palabra. La Musa es una potencia religiosa que sobrepasa al hombre y cuando
éste siente su presencia tiene el poder de conferir realidad con su decir. La expresión poética no es verdad eficaz porque diga
cosas que se correspondan con la realidad, sino porque instaura la realidad con su palabra. El poeta confirma el ser, da
realidad. El poeta griego entrega o niega la gloria, es un maestro de la verdad que no se pone en duda. Aletheia es verdad en
griego, y significa lo que se manifiesta, lo que se desoculta, lo que se devela. En este sentido lo opuesto a la verdad es lo que
queda velado, oculto, le impide el olvido; para nosotros es lo falso. Para el griego arcaico, mostrar lo oculto, impide el olvido;
para nosotros mostrar la verdad, impide lo falso (contrario a la verdad) o el error (creer que es verdad algo que no lo es).
Otro maestro de la verdad de la Grecia arcaica es el rey de justicia. Cuando el rey tenía que administrar justicia, no investigaba
ni buscaba testigos. El rey, inspirado por potencias divinas, asistía a una ordalía entre el acusado y alguna fuerza natural y
según el resultado de esa prueba, el rey otorgaba la verdad. El rey confiere el ser inocente o ser culpable, su palabra es
verdadera porque es eficaz, dice la verdad, y al decirla la constituye en realidad.
También el adivino era maestro de la verdad en el sentido de ser el dueño de la verdad. El adivino poseía la verdad. La palabra
del adivino es verdadera porque actualiza lo que nombra, le confiere realidad, produce lo real con su palabra.
Características de la verdad arcaica
No se opone a lo falso, se opone al olvido.
Es eficaz.
Tiene connotaciones mágico-religiosas.
Es privilegio de pocas personas.
Amos de la verdad de la Grecia arcaica
Poeta.
Rey.
Adivino.
El maestro de la verdad, inspirado por las Musas, al pronunciar la palabra mágico-religiosa le confiere ser (lo actualiza, la
realiza), desoculta al decir y el que escucha, olvida lo demás, lo que queda oculto.
La verdad como persuasión
La palabra escrita pasa a ser un elemento de cultura común, antes era privilegio de los palacios, ahora se expande por la
ciudad. la implantación de la escritura posibilita la publicidad y la divulgación de los más diversos aspectos de la vida social y
política.
Hay una transformación en “los sabios”, ya no se dirigen a la Physis (la naturaleza), sino a los hombres; ahora se preocupan por
la manera de organizar los conflictos humanos, tratando de racionalizar el desorden para que nazca el orden de la ciudad.
Con el advenimiento de la polis (VIII-VII a.C.) se prepara el terreno para la nueva estructura de la verdad que llamaremos
“verdad como persuasión”. En el ágora, en el centro en la plaza pública; allí se da la crítica, la controversia, los debates. Los
tópicos ahora se abren a la discusión de los ciudadanos. Comienza una trabazón entre política y logos; porque de eso se trata,
de ganar espacio político por medio de la palabra. Se da una preeminencia de la palabra sobre otros instrumentos de poder.
La verdad va a ser la que logre convencer al otro, la verdad es persuasión.
Se busca persuadir. Al exponer algo a la luz del día, se lo somete a juicio, y si se acepta, se convierte en verdad. Cuando las
verdades pasan a ser públicas, son dominio común. Los que manejan mejor esas verdades comunitarias son los capaces de
persuadir con ellas. Pero si no se convence al otro, aparece la falsedad.
La verdad platónica
La finalidad del logos consiste en expresar la realidad única o inmutable. Al coincidir el discurso con la realidad, se hace
verdadero. La verdad entonces se caracteriza por ser única e inmutable. La razón se identifica con esa verdad. La tarea del
filósofo es la búsqueda desinteresada de la verdad racional.
La verdad es adecuación y es objetiva, y además única y comunicable.

CORRELACIONES QUE FUNDAN VERDADES


La verdad tiene relación con el poder, ya que no puede imponerse ninguna verdad que no se sustente en algún tipo de saber.
Tanto la forma como el contenido de la verdad, se relacionan con las practicas sociales. Estas prácticas sociales engendran
dominios de saber, de acuerdo a una dinámica impulsada por las fuerzas de poder. Estos saberes crean nuevos objetos, nuevos
conceptos y nuevas técnicas, que a su vez constituyen nuevos sujetos de conocimiento.

NUEVO NUEVA

Objetos Formas de
PRÁCTICAS DOMINIOS DE
ENGENDRAN Conceptos sujeto
SOCIALES SABER
Técnicas

Podría pensarse que esta dinámica creadora de distintos dominios de saber, en relación a determinadas prácticas sociales,
se unifica o encuentra su hilo conductor en el sujeto. No existe un sujeto que permanezca idéntico a sí mismo a través de los
cambios históricos. El sujeto se constituye también en el proceso de generación de saberes. No hay sujeto previo a los
sistemas de pensamiento, los sujetos son emergentes de las prácticas sociales. Se han constituido nuevos sujetos. En
realidad, no hay sujeto, sino sujetos. Hay sujetos sujetados a las formas sociales que los constituyen.
¿Cómo se genera la dinámica de los nuevos dominios de saber? Las formas sociales de las que surgen nuevas verdades, están
sustentadas en poderes que las harán posibles. La única manera de que un saber se sostenga es que se vincule a un espacio de
poder que le permita ser aceptado y adquirir consenso, el poder no es solamente el tradicionalmente llamado “político” hay una
urdimbre de micropoderes que subyacen en la sociedad y sustentan sus conocimientos, retroalimentándose. El saber entraña un
poder, y todo poder reivindica un saber.
Los poderes que tejen una especie de entramado, en el que se dan las formas sociales generadoras de saberes, favorecen
también la producción de discursos. Cada dominio de saber elabora su discurso. Pero los discursos no son estables, si los
discursos circulan, pasan de un ámbito a otro, se intercambian. Estos discursos del saber, estos discursos verdaderos son, en
última instancia, discursos del poder, que no se imprimen en el sujeto, sino que constituyen un nuevo tipo de sujeto.

MODOS DE BUSCAR LA VERDAD


Estableciendo nexos entre los mecanismos de poder y los dominios del saber, ahora agregaremos que estas relaciones no solo
producen la verdad, sino también el modo de llegar a ella.
La prueba
Prueba es una razón o argumento, o hecho, por medio del cual se pretende mostrar la verdad o falsedad de una proposición.
Tanto la ciencia como la filosofía utilizan la prueba como elemento confirmatorio de sus afirmaciones. Se puede demostrar
racionalmente, con lo cual se establece la relación entre principio y consecuencia, o entre causa y efecto. La demostración
empírica se hace contrastando una hipótesis con la realidad. Otro modo de demostrar es a partir de los hechos, abstraer
simbólicamente, establecer relaciones y obtener conclusiones, si hay coherencia, si no hay contradicciones, se obtuvo una
prueba formal. En lógica se llaman prueba al proceso mediante el cual se establece la conclusión como consecuencia de
ciertas premisas. Probar es demostrar que la conclusión es correcta, utilizando reglas de inferencia para obtenerla.
Encontramos la prueba como método para establecer la verdad, en dos momentos históricos: Grecia arcaica y Edad Media.
Para visualizarla en Grecia tomaremos un pequeño fragmento de la Ilíada: hay una discusión porque en una carrera de carros,
uno de los contrincantes acusa al que llegó primero de haber cometido una irregularidad. El acusado insiste en que no cometió
irregularidad, entonces el agraviado le dice al presunto infractor que coloque su mano sobre la cabeza del caballo y jure por
Zeus que no cometió irregularidad. El acusado retrocede frente a este desafío. Quien les había mentido a los hombres no se
atrevía a mentir a los dioses, porque en este caso el dios mismo puede revelar la verdad mediante un rayo.
La prueba como forma jurídica desaparece al comienzo de la Edad Media, reaparece alrededor del siglo XII. En el antiguo
derecho germánico también se dirimían los conflictos por medio de la prueba, no se consideraba testigo, ni indagación, ni
confesión, lo que determinaba el triunfo era la prueba. No había noción de culpa o inocencia, sino de daño y reparación. La
acción penal revestía las características de un duelo, entre el presunto agraviado a un pariente y quien era acusado de haber
producido el daño. Existía la posibilidad de terminar esa lucha por medio de un acuerdo o transacción, poniendo fin al conflicto
mediante su pago. El vencedor prueba con su triunfo, tener razón.
Había distintos tipos de prueba:
Demostrar el prestigio. En ésta ganaba el que era capaz de hacer valer su importancia social, sus influencias.
Verbal. Se pronunciaba una serie de fórmulas, y el éxito dependía de articularlas correctamente; un olvido o un error
gramatical significaba perder el proceso.
Ordalía. Se sometía al acusado a una lucha con su propio cuerpo o con elementos naturales, como caminar sobre brasas o
resistir bajo el agua.
Juicios de Dios. En los que los acusados o los contrincantes estaban sujetos a que se dieran ciertas condiciones totalmente
ajenas a lo que se litigaba, o a sus propias fuerzas, y de ellas dependía el triunfo o la derrota.
Se pretende buscar la verdad, y en realidad lo que triunfa es la fuerza, o la habilidad, o la casualidad, o el prestigio; sin
embargo, hay formas culturales que se manejan con el sistema de la prueba: podemos considerar a los sistemas de la ciencia y
la filosofía como elaboraciones racionales de la prueba y la demostración. Sistemas que determinan como producir la verdad,
en qué condiciones y con qué tipos de reglas.
Hacia el siglo XII desaparece el recurso de la prueba en pleitos. Ya no es un enfrentamiento entre individuos, porque se deben
someter a un poder exterior (el del señor o rey), además aparece el procurador que representa al soberano lesionado. Si hubo
daño, quien maneja la justicia se siente afectado. Aparece la noción de infracción y de culpa, ésta se puede pagar mediante
una multa. No se aplica la prueba (lucha) porque ni el rey, que simboliza al ofendido, ni el procurado, que simboliza al rey, van a
arriesgar la vida en cada litigio. Se comienza a gestar una nueva forma de generar verdad: la indagación.
La indagación
La indagación es un método para confirmar o refutar una proposición. Indagar es averiguar, encadenando elementos que
guarden relación entre sí y que nos guían hacia lo que queremos encontrar. El que indaga se conduce por medio de una
hipótesis, trata de confirmarla; si lo logra, sobre ello construye otra para seguir buscando; en el caso de que alguna hipótesis
sea refutada, la reformula y sigue investigando.
Uno de los testimonios más antiguos con que contamos, acerca de la busca de la verdad como indagación, es la tragedia de
Edipo.
La indagación como procedimiento jurídico desaparece al comienzo de la Edad Media, comienza a practicarse nuevamente
alrededor del s. XII. La indagación era utilizada por la Iglesia, en lo que se llamaba “visitatio”: eran visitas del obispo a sus
comunidades religiosas, en las que indagaba sobre bienes materiales y espirituales. El poder judicial adopta esta forma de
buscar la verdad por medio de preguntas y testimonios.
Este método surge en la Iglesia, la cual constituye desde el s. X el único cuerpo económico y político coherente de Europa. En el
juego de relaciones de poder cabe destacar el hecho de que la indagación como práctica jurídica está impregnada de
categorías religiosas: lo que antes era daño, ahora es infracción, culpa, es decir, algo muy parecido a “pecado”. Hay una
relación entre infracción a la ley y falta religiosa.
La indagación es una forma política de ejercicio del poder, es una forma de autentificar la verdad y de transmitirla, es una
forma de entender las relaciones entre las determinaciones político-económico-sociales y los dominios de conocimiento.
El examen
El examen es un medio de evaluar la eficiencia de algo según ciertos parámetros establecidos. El examen es un método de
buscar la verdad que requiere que se fijen las normas que hay que cumplir para su aprobación. El que examina tiene una
finalidad: comprobar si lo examinado satisface o no los requisitos que se deben cumplir para obtener un resultado positivo;
dicho resultado está en relación con pautas preestablecidas. Es necesario estipular qué es lo que se requiere para aprobar.
El examen es la forma de acceder a la verdad propia de nuestra época.
Hay distintas vertientes que se originan a partir del siglo XVIII en Europa, pero que van a confluir en una misma noción de
sociedad. Una sociedad en la que el individuo es considerado en función de su peligrosidad potencia; no se tiene en cuenta lo
que el individuo realmente es, sino lo que puede llegar a ser; no se lo ve a la luz de las infracciones reales sino de las virtuales.
Debido a esto el individuo no puede ser manejado por normas penales, porque todavía no las infringió, sino por una serie de
poderes laterales, tales como la policía, las instituciones de vigilancia y control, de educación, de psiquiatría, de psicología,
medicina, laborales, etc. Cualquiera puede ser un infractor. Se realizan los controles en función de la peligrosidad potencial del
individuo.
SOCIEDAD DISCIPLINARIA
Red de vigilancia y control

Policía
Escuela

Hospital
Asilo
SUJETO

Manicomio
Fábrica
Cárcel

Jeremías Bentham imaginó una construcción de forma circular, en medio de la cual había una torre con postigos semi-cerrados,
para que se pudiera ver al exterior pero que no se permitía que se viera al que estaba dentro de la torre; en el anillo había
pequeñas celdas, en las que se encontraban encerrados un niño estudiando, o un prisionero pagando su culpa, o un loco
delirando, o un obrero trabajando; a esta construcción se la llamaría panóptico. Vivimos en una sociedad panóptica.
Esta sociedad se apoya en el examen. Los encargados de vigilar son los que tienen algún tipo de poder: maestro, profesor, jefe,
médico, director de prisión, etc. Quien ejerce el poder puede vigilar, y también puede construir un saber sobre aquellos a quien
vigila. Puede vigilar y puede castigar.
Se trata de determinar si un individuo cumple o no con las reglas estipuladas, si manifiesta señales de progreso, si todo está
normal. Alrededor de la norma se origina el examen.
Los nuevos sistemas establecidos por la clase industrial y propietaria controlan el resto de la sociedad, elaborando métodos que
habían surgido de ella misma, con otra finalidad. Este es el origen de la sociedad disciplinaria, que se rige por la vigilancia, el
control y la corrección que son las dimensiones características de las relaciones de poder de nuestras sociedades. Se tiene
como fundamental vigilar al individuo antes de que la infracción se cometa. Para ello se utiliza: personal de vigilancia,
custodias, porteros, relojes para fichar, grabadores o transmisores disimulados, circuitos internos de TV.
La red de instituciones actual se caracteriza por el control. Se controla el tiempo para transformarlo en salario, es decir en
tiempo de trabajo. Se controla el cuerpo para transformarlo en fuerza de trabajo, esto requiere un poder económico, político y
judicial y toda una red de micropoderes. Requiere también un poder epistemológico, ya que de la observación de los propios
individuos controlados se extraen saberes acerca de sus comportamientos: cuanto puede producir un obrero, o rendir un
alumno, o hacer un técnico. Estos saberes se erigen en verdades, manifestándose en discursos que atraviesan los muros de las
instituciones y circulan en la sociedad, interfiriéndose con otros discursos que provienen de otras esferas de saber y de poder.
La prueba y la indagación no han desaparecido, pero lo que predomina es el examen, es lo propio de la sociedad disciplinaria,
en la que hay normas para todo y se vigila para que se cumplan.

Punto 4
LA OBJETIVIDAD CIENTÍFICA
Objetividad
Objetivo es lo relativo al objeto. Es independiente del sujeto que conoce. Lo objetivo tiene validez compleja, en el sentido de
que si algo es realmente objetivo es reconocido universalmente (intersubjetivamente). Su validez proviene de que puede ser
contrastada por cualquier sujeto. Dada una proposición, una hipótesis o una teoría, cualquier persona que disponga de los
conocimientos, métodos y técnicas necesarias puede ponerla a prueba.
La objetividad científica radica en que sus teorías son factibles de ser corroboradas en la experiencia y contrastadas
intersubjetivamente. El conocimiento objetivo es considerado como algo que se enfrenta a los sujetos, como si estuviera fuera
de las mentes de los investigadores y se les impusiera por el peso de su verdad. En la objetividad no cuentan las creencias, los
supuestos, todo lo que hace a la subjetividad del científico, sino aquello que está fuera del individuo y puede ser transmitido,
comunicado, verificado. La historia de la ciencia registra hechos que avalan la noción de objetividad.
La estructura objetiva de las teorías científicas permite que éstas se independicen de quien las concibió. Se puede dar el caso
de que se obtengan conclusiones contrarias a las enunciadas o totalmente inesperadas respecto de lo que pensaba su creador.
No todas las ciencias disponen del mismo grado de objetividad. Las ciencias formales, al trabajar con un lenguaje que no
necesita correlato con la experiencia, disponen de condiciones óptimas de objetividad. Explicitan las verdades deducibles de
los axiomas propuestos. Esto permite analizar su consistencia y su coherencia. En las ciencias fácticas, que pretenden dar
cuenta de la realidad, no basta la coherencia y consistencia. Se debe recurrir a la experiencia. Para las ciencias sociales no
existe uniformidad en cuanto a la objetividad de sus teorías.
Características de la objetividad científica:
1. El conjunto de objetos estudiados constituye el ámbito de investigación propia de una disciplina. Está compuesto por los
datos exteriores al sujeto de conocimiento. Se refieren a situaciones que nada tienen que ver con la subjetividad del
investigador.
2. El lenguaje científico está compuesto por términos unívocos. El discurso científico determina la comprensión y extensión de
sus términos y la estructuración correcta de sus proposiciones. Los científicos acuerdan los límites del discurso científico en
su lenguaje compartido.
3. La metodología rigurosa es propia de la ciencia. Requiere coherencia y consistencia lógica en su faz puramente teórica y
adecuación con los hechos en su faz experimental. El método (del griego methodos: camino para llegar a un resultado) es
un medio establecido según el cual se obtienen los objetivos buscados. El método puede ser aleatorio. Se establece de
antemano y se cumple con prolijidad.
4. Los sujetos que enuncian teorías y las someten a control forman parte de la comunidad científica. Esta es una sociedad
disciplinada, cuyos miembros están capacitados para desempeñarse en ella. Crea teorías y las somete a critica
intersubjetiva. Aprueba o rechaza según el poder explicativo de las teorías.
Objeciones a esta concepción:
Respecto de la independencia entre el científico y el conjunto de objetos estudiados, puede haber acuerdo en cuanto al
ámbito investigado y no en cuanto a la interpretación que de ese ámbito se efectúa. Pero es posible que no haya acuerdo,
ni siquiera respecto del campo de estudio. Las teorías y las técnicas aplicadas estructuran al objeto investigado y los
resultados de la investigación. La tarea científica se organiza bajo la dirección de teorías que establecen qué se estudia y
cómo se lo hace. La historia de la ciencia manifiesta que no siempre hay acuerdo acerca del objeto de estudio.
Otra dificultad para el concepto de objetividad surge con las teorías contrarias entre sí y coexistentes. Con el paso del tiempo,
a veces, llegan a triunfar unas teorías sobre otras.
Las objeciones a la primera característica defendida por la tesis objetivista, puede resumirse así:
1. Puede que no haya acuerdo en cuanto al objeto estudiado. Este es constituido por las teorías y técnicas.
2. Hay distintas interpretaciones sobre un mismo objeto de estudio.
3. No existe un juez totalmente ecuánime e imparcial para decidir entre teorías rivales.
4. Hay teorías vigentes que definen el objeto de estudio de una ciencia particular en determinado momento, pero su vigencia
sería arbitraria, puesto que no hay pautas para decidir entre teorías rivales, ni tribunal para aplicar tales pautas.

El lenguaje compartido hace factible la intersubjetividad. La univocidad de los términos y las reglas para la construcción de
proposiciones con sentido posibilitan la comprensión uniforme de los enunciados científicos. La delimitación semántica de
los términos depende de las teorías vigentes en cada ciencia. La teoría constituye al objeto de estudio y también al
lenguaje científico.
Otra nota de la objetividad científica es la metodología rigurosa. El científico se encuentra con un conjunto de métodos de
los cuales puede disponer para formular nuevas teorías. Los métodos son un problema a posteriori; no porque los científicos
no los utilicen sino porque en el mismo impulso creativo hay que ir adaptando los métodos a los emergentes. El método es
un medio, y no todos los objetos de estudio requieren el mismo medio para acceder a ellos. El creador fecundo va
acomodando los métodos según su inventiva. Los epistemólogos estudian luego esos métodos, los discuten, pueden intentar
precisarlos. En la medida en que el método surge del sujeto, no otorga por sí mismo objetividad.
La cuarta característica de la objetividad se refiere a los sujetos que enuncian teorías y las someten a control. Es la
comunidad científica, la cual, opera conforme a la metodología científica.
Haremos ahora una referencia a la tecnología para marcar su vinculación con la objetividad científica. Una de las
consecuencias del supuesto rigor objetivo de la ciencia es la eficacia tecnológica. La ciencia aplicada, la tecnología, se
potencializa en la frialdad de la máquina. La búsqueda de un conocimiento con un máximo de objetividad no parece
independiente del éxito de la tecnología. Por un lado, ésta requiere teorías científicas que describan las relaciones entre los
fenómenos, por otro lado, la necesidad de la tecnología revierte sobre la ciencia para incentivar su intento de dar cuenta de los
hechos. El logro de la objetividad es una exigencia no solo en el nivel teórico, sino también en el nivel practico. La
retroalimentación mutua entre ciencia y tecnología tiene un aspecto especial en las posibilidades de control teórico que brinda
la segunda a la primera. La tecnología es eficaz en función de los conocimientos científicos que implementa. Pero lo es, porque
permite operar en la realidad conforme a objetivos extracientíficos, que se conforma y desarrolla también en relación directa
con la estructura social que la solventa y la aprovecha.

UNA CRÍTICA A LA OBJETIVIDAD CIENTÍFICA


Paul Feyerabend es un filósofo de la ciencia. La epistemología es un hibrido, a diferencia de la ciencia y del arte, ni inventa ni
crea, es una actividad que se nutre de la ciencia; es parasitaria.
Polemiza contra las propuestas racionalistas, cuyo modelo es el método hipotético-deductivo y en especial la versión de
Popper: el falsacionismo. Critica duramente cualquier teoría sobre la ciencia que pretenda enmarcar lo científico en un método
único. Sostiene que el mundo en que vivimos es demasiado complejo para ser comprendido por teorías que obedecen a
principios generales.
Al estudiar la teoría cuántica descubrió que la ciencia progresa gracias a que los científicos violan los métodos establecidos.
Todo aquel que quiera resolver un problema debe gozar de absoluta libertad para hacerlo, y el científico no es una excepción a
esa regla.
Feyerabend es hoy un epistemólogo anti metodológico. Defiende la validez de distintos métodos que pueden valer según las
circunstancias y las necesidades. Respeta los métodos, las culturas y las formas de vida alternativas tradicionales y no
tradicionales.
Desmitificación de la ciencia
Desde el siglo pasado, la ciencia constituye un valor indiscutido. Su método brinda los criterios de racionalidad y eficiencia.
Tanto en los aspectos cognoscitivos como tecnológicos. Los epistemólogos se han preocupado en descubrir y precisar las reglas
fijas y universales que gobiernan el desarrollo científico. Paul Feyerabend polemiza, insulta, apela al humor, alterna un estilo
académico con otro vivar, irreverente y desenfadado, para sostener: es pernicioso creer en la existencia de un conjunto rígido
de reglas universales que gobiernen la ciencia. La razón solo no puede desentrañar la complejidad de la realidad.
Feyerabend propone no comprometerse con ningún método que se pretenda único e irremplazable, sino defender la libertad y
el respeto por las soluciones alternativas. En todo caso el único método que garantiza el avance del conocimiento, consiste en
no atarse a ningún método en particular. Lo importante es tomar conciencia de las arbitrariedades de nuestra razón.
A través de estudios de momentos de la historia de la ciencia, Feyerabend intenta demostrar que toda metodología tiene sus
límites y que la única “regla” que sobrevive es el principio de “todo vale” o “todo sirve”. Es este principio el único que queda en
pie cuando se reflexiona sobre la historia de la ciencia. Los que ganan en ciencia no son los que se atienen a rígidos métodos
prescriptos por fríos epistemólogos, sino los que buscan y encuentran la manera de convalidar los propios, aun cuando la
experiencia los refute, aun cuando las escuelas los rechacen, aun cuando la comunidad científica de la época los condeno.
Feyerabend no niega los logros de la ciencia. Destaca que para lograr tal avance y tal excelencia se necesitó “algo más” que
elementos científicos, y que para seguir lográndolos seguirá necesitando de ello.
Feyerabend desconfía de todo valor que intente imponerse proclamándose como “el mejor”, “el único”.
Las tesis de Feyerabend han desatado una lluvia de críticas. Pero él no duda en contestar: “Nunca he dicho, desde el punto de
vista metodológico, que la ciencia sea inferior a otras formas de conocimiento. Pero si me he opuesto a la condena
indiscriminada de esas otras formas por el hecho de que no sean “científicas” y he criticado la imagen de la ciencia propuesta
por los lógicos y los epistemólogos. Imagen que es inferior tanto a la ciencia, como a sus alternativas”.
La ciencia en una sociedad libre
Parecería que el desarrollo científico-tecnológico fuera suficiente para instaurar una sociedad armónica, en la medida en que
se lo aplique adecuadamente a todos los campos. Resulta importante reflexionar sobre la relación ciencia-sociedad.
En la medida en que la sociedad entera se beneficia o se perjudica con la ciencia y ésta necesita de la sociedad para sus
planes de investigación, el problema es político.
Feyerabend define la sociedad libre: “Es una sociedad en la que todas las tradiciones tienen iguales derechos e igual acceso a
los centros de poder”, una característica de la sociedad libre, es dar sentido a la vida de cada uno de los individuos que
participan en ella. En una sociedad libre, los intelectuales constituyen solo una tradición más. Aunque el consejo del especialista
no debiera dejarse de lado, los problemas no los resuelven los super-expertos, sino las personas afectadas, de acuerdo con los
practicas que ellas valoran. La opinión de los especialistas necesita integrarse con la flexibilidad y el respeto hacia todas las
tradiciones.
Feyerabend proclama que, así como se ha conseguido la separación de la Iglesia y el Estado, debe conseguirse la separación
del Estado y la Ciencia. Pero esta separación “no debe introducirse por medio de un único acto político: son muchos los que
aún no han alcanzado la madurez necesaria para vivir en una sociedad libre. Los miembros de una sociedad libre deben tomar
decisiones sobre cuestiones de carácter básico y deben comprender los objetivos de las tradiciones distintas a las suyas. La
madurez a que me estoy refiriendo no es una virtud intelectual, sino una sensibilidad que únicamente puede adquirirse por
medio de asiduos contactos con puntos de vista diferentes. Las iniciativas ciudadanas son la mejor y la única escuela que por
ahora tiene los ciudadanos libres”. Los riesgos no serán mayores a los que tantas veces se han padecido a consecuencia de las
decisiones de quienes, por respetar una sola perspectiva, avasallan los derechos de quienes no piensan igual que ellos.

Punto 5
LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
El enfoque naturalista
Dominante en la actualidad, especialmente en el mundo anglosajón. Lo que caracteriza a esta corriente es la admiración ante
los avances producidos en el seno de las ciencias naturales y formales, y la creencia concomitante sobre el valor e importancia
que la emulación de tales logros podría conllevar para las ciencias humanas y sociales. Adhieren a esta corriente los sociólogos
conductistas, los estadígrafos y todos aquellos para quienes los métodos lógicos y los modelos cibernéticos, numéricos y
matemáticos constituyen una meta ansiada, que se asocia a una madurez de las disciplinas sociales y un acercamiento a
estándares propiamente científicos.
El interés que manifiestan los naturalistas en la búsqueda de regularidades, de patrones subyacentes, de conexiones causales
en la ocurrencia de los hechos sociales, conduce indefectiblemente a desarrollar estrategias de investigación que pasan por
alto las particularidades culturales y motivacionales, para encontrar en las dimensiones biológicas, ecológicas y económicas,
entre otras, una base posible de generalización y comparación transcultural, es decir, atinente a diversas culturas.
El enfoque interpretativo
Aquí nos encontramos con un conglomerado de posiciones y autores: los que se autodenominan “comprensivistas”, como el
filósofo alemán Wilhelm Dilthey; aquellos que proponen una comprensión de la acción humana a través de un análisis de
motivaciones, y, finalmente, quienes atienden a lo que en la filosofía británica del lenguaje ordinario se denomina “razones”.
Cuando los interpretativistas hablan de “razones” lo que quieren destacar son aquellas consideraciones de pensamiento,
emocionales o lógicas, que pueden llevar a una persona a querer hacer algo.
Para el interpretativismo, captar la motivación es entender por qué los agentes actúan como lo hacen (sea por ambición, temor
o simpatía). Aunque la motivación y las razones intervienen aquí esencialmente, quizá lo más importante y característico de esta
posición es un tema que aparecerá en forma reiterada: la significación.
La idea principal es que la conducta humana tiene carácter de signo. El hombre actúa y se comporta de una cierta manera
porque ha incorporado un código -el código de las relaciones sociales- que establece jerarquías, dependencias, vínculos, todo
un concepto que excede el ámbito de lo biológico y se aproxima, más bien, al de la lingüística. Los roles sociales tienen
significado porque hay una gramática social que depende de un grupo humano determinado.
Los interpretativistas aducen que el científico social debe tener, frente a la sociedad, una actitud parecida a la que el lingüista
tiene frente a los lenguajes o el semiótico ante los signos y sus propiedades: una actitud relativa a la captación del significado
de la acción. La posición interpretativista apunta a captar y explicitar las motivaciones y razones que están presentes detrás de
la acción humana en distintas sociedades y momentos históricos, además de las significaciones peculiares que revelan tales
acciones.
Ser interpretativista es practicar algo más bien parecido al método de la lingüística, tendiente a captar un código, a formular lo
que metafóricamente se asemeja a una gramática: la gramática de las relaciones sociales.
La escuela crítica
No debe confundirse con el “criticismo” o escuela critica de Karl Popper, que en la epistemología de las ciencias naturales
tradicionales se relaciona con los usos del método hipotético deductivo.
La escuela critica está vinculada a una serie de trabajos de la escuela marxista francesa, nos referimos especialmente a la de
Louis Althusser y a la llamada “escuela de Frankfurt”.
En la escuela crítica, las características distintitas conciernen al entendimiento de por qué el científico produce determinada
clase de ciencia y por qué, a su vez, el epistemólogo propone análisis de cierto tipo. Los factores que aquí interesan son la
ideología, las fuerzas sociales, las presiones comunitarias o políticas, además de las motivaciones, aunque no en un sentido
psicológico sino ideológico, en conexión con la defensa de intereses sociales y posiciones políticas particulares. La
preocupación fundamental es entender cómo se relaciona la investigación que se está llevando a cabo con el estado político
de la sociedad en ese momento y con la estructura social dominante.

UNA INTRODUCCIÓN A LAS EPISTEMOLOGIAS DEL SUR


En los albores del nuevo milenio necesitamos distanciarnos del pensamiento crítico de occidente. Crear distancia es condición
previa para poder realizar la tarea teórica más importante de nuestro tiempo: que lo impensable sea pensado, que lo
inesperado sea asumido como parte integral del trabajo teórico.
El objetivo de crear distancia respecto de la tradición eurocéntrica es abrir espacios analíticos para las realidades que son
“sorprendentes” porque son nuevas o han sido ignoradas o invisibilizadas, consideradas no existentes por la tradición critica
eurocéntrica. Solo pueden ser recuperadas por la “sociología de las ausencias”. Tomar distancia significa prestar especial
atención a las tradiciones más pequeñas suprimidas o marginadas dentro de la gran tradición occidental. Significa asumir que
nuestro tiempo es un período de transición sin precedentes en el que nos enfrentamos a problemas modernos para los cuales no
existen soluciones modernas. Mantener distancia vis a vis la tradición eurocéntrica equivale a ser consciente del hecho de que
la diversidad de la experiencia mundial es inagotable y, por lo tanto, no puede ser explicada por una única teoría general.
Las Epistemologías del Sur se refieren a la producción y validación de los conocimientos anclados en las experiencias de
resistencia de todos los grupos sociales que sistemáticamente han sufrido la injustica, la opresión y la destrucción causada por
el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Es un Sur epistemológico, no geográfico, compuesto por muchos sures
epistemológicos que tienen en común el hecho de que son saberes nacidos en las luchas contra el capitalismo, el colonialismo y
el patriarcado.
El objetivo es posibilitar que los grupos sociales oprimidos representen al mundo como propio y en sus propios términos, solo así
podrán cambiarlo según sus propias aspiraciones. Es identificar y valorizar lo que a menudo ni siquiera aparece como
conocimiento a la luz de las epistemologías dominantes, lo que en su lugar surge como parte de las luchas de resistencia contra
la opresión y contra el conocimiento que legitima esa opresión.
Ocupar la epistemología
La epistemología hoy tiene que ver con el análisis de las condiciones de identificación y validación del conocimiento en general,
y también como creencia justificada.
Las Epistemologías del Sur desafían a las epistemologías dominantes en dos niveles:
Por un lado, consideran que es una tarea crucial identificar y discutir la validez de los conocimientos y los saberes que no
son reconocidos como tales por las epistemologías dominantes. Su enfoque estriba en saberes “no existentes” porque son
producidos por sujetos “ausentes”, considerados incapaces de producir conocimiento válido debido a su condición o
naturaleza subhumana.
Las Epistemologías del Sur han de proceder de acuerdo a lo que denomino sociología de las ausencias, tomando a los sujetos
ausentes en sujetos presentes, como la condición más importante para la identificación y validación de conocimientos que
puede reinventar la emancipación social y la liberación. Tales sujetos son producidos como ausentes a través de relaciones de
poder muy desiguales, redimirlos es un gesto eminentemente político.
Por otro lado, los sujetos que son redimidos o revelados o traídos a presencia, a menudo son sujetos colectivos, lo que
cambia completamente la cuestión, y, por lo tanto, la cuestión de la relación entre el sujeto que conoce y el objeto de
conocimiento.
Los conocimientos redimidos por las Epistemologías del Sur son técnica y culturalmente intrínsecos a ciertas prácticas. Más que
conocimientos, son saberes. Existen inmersos en las practicas sociales. Mientras que los conocimientos se apropian de la
realidad, los saberes encarnan la realidad.
Según Foucault, el saber implica un proceso anónimo, colectivo, algo no dicho, un a priori histórico, cultural solo accesible a
través de la arqueología del saber. El saber que atañe a las Epistemologías del Sur no es el a priori cultural, lo no dicho de
Foucault. A lo sumo, es lo no dicho de esos no dichos, los no dichos que surgen de la línea abismal que divide a las sociedades y
sociabilidades metropolitana y colonial en la modernidad céntrica occidental.
El peligro de las imágenes espejadas
Las corrientes dominantes en las Epistemologías del Norte se han centrado en la validez privilegiada de la ciencia moderna que
se ha desarrollado principalmente en el Norte global desde el siglo XVII. Estas corrientes se basan en dos premisas
fundamentales:
La primera es que la ciencia basada en la observación sistémica y la experimentación controlada es una creación
especifica de la modernidad occidental.
La segunda es que el conocimiento científico, en vista de su rigor y potencial instrumental, es radicalmente diferente de
otros saberes.
Ambas premisas contribuyeron a reforzar la excepcionalidad del mundo occidental vis a vis el resto del mundo y a dibujar la
línea abismal que separó y aún separa, a las sociedades y sociabilidades metropolitana y colonial.
Ambas premisas han sido examinadas críticamente, y esa crítica, de hecho, ha ido a la par del desarrollo científico desde el
siglo XVII.
Las Epistemologías del Sur se mueven más allá de la crítica interna. No están tan interesadas en formular una línea crítica más,
no necesitan alternativas, más bien necesitan un pensamiento alternativo de las alternativas.
Desde el punto de vista de las Epistemologías del Sur, las Epistemologías del Norte han contribuido de forma decisiva al
convertir el conocimiento científico desarrollado en el Norte global en la manera hegemónica de representar al mundo como
propio y de transformarlo de acuerdo a sus propias necesidades y aspiraciones.
Estar en el otro lado de la línea abismal, el colonial, implica estar imposibilitados por el conocimiento dominante de representar
el mundo como propio y en nuestros propios términos. El sur, lo que se encuentra del otro lado de la línea abismal es el reino de
la ignorancia. El Sur es el problema; el Norte es la solución. Conciben el Norte epistemológico eurocéntrico como la única
fuente de conocimiento válido.
Las Epistemologías del Sur no buscan reemplazar las Epistemologías del Norte. El Sur que se opone al Norte, es un Sur que se
rebela para superar el dualismo normativo existente. La cuestión es borrar las jerarquías de poder que los habitan. Pretenden
demostrar que los criterios dominantes del conocimiento válido en la modernidad occidental, al no reconocer como válidos
otros tipos de conocimiento que no sean los producidos por la ciencia moderna, provocaron un epistemicidio masivo, la
destrucción de una variedad inmensa de saberes que prevalecían del otro lado de la línea abismal. Tal destrucción
desempoderó a estas sociedades, dejándolas incapaces de representar el mundo como propio y en sus propios términos y, así,
de considerar el mundo como susceptible a ser transformado por sus propios medios y en virtud de sus propios objetivos.
Puntos de partida
Dos ideas fundamentales:
1. La comprensión del mundo supera la comprensión occidental del mundo.
2. La experiencia cognitiva del mundo es extremadamente diversa y la prioridad absoluta dada a la ciencia moderna provocó
un epistemicidio masivo (la destrucción de saberes rivales considerados como no científicos), que ahora exige ser reparado.
Como resultado, no hay justicia global sin justicia cognitiva.
Las investigaciones y las orientaciones políticas siguientes emergen de estas dos ideas:
1. No tendríamos que esperar que el Sur epistémico antiimperial imparta lecciones al Norte global. Es más correcto pensar en
maneras y sitios policéntricos de aprendizaje y desaprendizaje, de tal manera que la resistencia contra la injusticia, la
exclusión y la discriminación forzadas al Sur global por el Norte global capitalista, colonialista y patriarcal pueda ser
concebida como un aula global.
2. Situar la resistencia y la lucha en el centro de las comunidades epistemológicas emergentes de ningún modo implica que los
grupos sociales oprimidos solo son tenidos en cuenta mientras luchan y resisten. Las personas hacen muchas otras cosas que
solo resistir y luchar, disfrutan la vida, por más precarias que sean las condiciones, celebran y valoran la amistad y la
cooperación; y a veces también deciden no resistir y aflojar o abandonar las luchas.
3. A la luz del epistemicidio histórico, la autorreflexividad en el Norte global debe estar centrada en la idea y el valor de la
diversidad, el reconocimiento de las maneras diferentes de saber y de ser. En el Sur global, la autorreflexividad debe
centrarse en la forma de representar al mundo como propio y cómo transformarlo de acuerdo a sus propias prioridades
después de tanta expropiación y violencia. Debe incluir la autoestima, ante tanta resistencia frente a la adversidad.
4. Aquellos en el otro lado de la línea no son considerados verdadera o plenamente humanos y, por lo tanto, no tendrán que
ser tratados como si lo fueran. Mientras no se confronte la línea abismal, no será posible la verdadera liberación.
5. La mayoría del conocimiento que circula en el mundo y es relevante para la vida de los pueblos es oral. Nuestras
universidades valoran casi exclusivamente los conocimientos escritos. Sin embargo, deben ser oralizados.
6. Bajo las condiciones del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, no es posible democracia de alta intensidad alguna.
Democracia es todo proceso social, económico, político o cultural a través del cual las relaciones desiguales de poder se
transforman en relaciones de autoridad compartida.
7. La centralidad de la resistencia y la lucha urgen por concepciones nuevas de lo político. Las disciplinas y las categorías
analíticas desarrolladas por las ciencias modernas y las humanidades nos impiden detectar y valorar la artesanía de las
prácticas de resistencia. En tales artesanías reside lo que llamamos la sociología de las emergencias, uno de los conceptos
clave de las Epistemologías del Sur.
8. Las economías sociales solidarias que proliferaron por todo el Sur global antiimperial, en la mayoría de los casos dirigidas
por mujeres, proclaman aquí y ahora, posibilidades humanas más allá del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Son
utopías concretas, que ejemplifican la artesanía de las prácticas de resistencia.
9. Diferentes maneras de saber requieren diferentes maneras de ser. Las epistemologías del Sur reclaman nuevas ontologías.
Los caminos hacia las Epistemologías del Sur
Las principales herramientas de las Epistemologías del Sur son:
Exclusiones abismales y no abismales
Las ciencias modernas, incluyendo las teorías críticas, nunca han reconocido la existencia de la línea abismal. Las ciencias
sociales modernas han concebido a la humanidad como un todo homogéneo que habita este lado de la línea. La ciencia
moderna reconoció la existencia del colonialismo histórico basado en la ocupación territorial extranjera, pero no ha reconocido
al colonialismo como una forma de sociabilidad que es parte integral de la dominación capitalista y patriarcal, y el cual, por lo
tanto, no terminó cuando el colonialismo histórico llegó a su fin.
La teoría critica moderna imaginó la humanidad como algo dado, más que como una aspiración. Creyó que toda la humanidad
se podría emancipar mediante los mismos mecanismos y de acuerdo a los mismos principios, al reclamar derechos ante
instituciones creíbles basándose en la idea de la igualdad formal ante la ley. En el centro de esta imaginación modernista está
la idea de la humanidad como una totalidad construida en torno a un proyecto común: los derechos humanos universales.
La línea abismal es la idea principal subyacente a las Epistemologías del Sur. Marca la división radical entre las formas de
sociabilidad metropolitanas y las formas de sociabilidad coloniales, que ha caracterizado al mundo moderno occidental desde
el siglo XV. Esta división crea dos mundos de dominación, el metropolitano y el colonial, dos mundos que, a pesar de las
victorias, se presentan como inconmensurables. El mundo metropolitano es el mundo de la equivalencia “nosotros”, aquellos que
son, como “nosotros”, plenamente humanos. Hay diferencias sociales y desigualdades de poder entre “nosotros” que tienden a
crear tensiones y exclusiones. El mundo colonial, es el mundo de “ellos”, aquellos con quienes no es imaginable equivalencia o
reciprocidad alguna, no son plenamente humanos.
La prioridad epistemológica, dada las exclusiones abismales y a las luchas en su contra por las Epistemologías del Sur, se debe
al hecho de que el epistemicidio causado por las ciencias modernas eurocéntricas fue mucho más devastador del otro lado de
la línea abismal, mientras que la apropiación y la violencia coloniales se convirtieron en la forma de regulación social.
Las teorías criticas modernas reconocieron los diferentes grados de exclusión, pero se negaron a considerar los tipos de
exclusión cualitativamente diferentes y, por lo tanto, ignoraron totalmente la línea abismal. Desde la perspectiva de las
Epistemologías del Sur, cuando se reconoce la existencia de la línea abismal, las exclusiones no abismales y las luchas contra
estas cobran una nueva centralidad. La agenda política de los grupos que luchan contra la dominación capitalista, colonial y
patriarcal, entonces, debe aceptar como principio vector la idea de que las exclusiones abismales y no abismales están
articuladas y que la lucha por la liberación tendrá éxito solo si las diferentes luchas contra los diferentes tipos de exclusión
están debidamente articuladas.
Luego del fin de colonialismo histórico, la línea abismal persistió como colonialismo de poder, de conocimiento, de ser y
continúa distinguiendo la sociabilidad metropolitana de la sociabilidad colonial.
La diferencia crucial entre la exclusión abismal y no abismal es que solo la primera tiene como premisa la idea de que la víctima
o el objetivo adolece de un capitis diminutio ontológico por no ser plenamente humano, más que un tipo de ser humano
degradado fatalmente. Los tres modos de dominación moderna (capitalismo, colonialismo y patriarcado) están vigentes y
actúan en tándem, los grandes grupos sociales experimentaran en sus vidas, y de una manera sistemática este cruce fatal de la
línea abismal. La dominación moderna es un modo de articulación global entre exclusiones abismales y no abismales, una
articulación que es desigual, ya que varía según sociedades y contextos, y combinada a nivel global.
El fin del colonialismo histórico produjo la ilusión de que la independencia política de las antiguas colonias europeas implicó
una fuerte autodeterminación. Todas las exclusiones fueron consideradas como no abismales; las únicas luchas consideradas
legitimas fueron aquellas que apuntaban a eliminar o reducir las exclusiones no abismales. Esta poderosa ilusión contribuyó a
legitimar luchas que, mientras atenuaban las exclusiones no abismales, agravaban las exclusiones abismales.
Los grupos sociales que son víctimas de la exclusión abismal son tentados a recurrir en sus luchas a los medios y mecanismos
adecuados para la lucha contra la exclusión no abismal. Desde la perspectiva de las Epistemologías del Sur, la liberación se
basa en la construcción de alianzas entre los grupos excluidos de manera abismal y los excluidos de manera no abismal que, de
esta forma, articulan las luchas contra las exclusiones abismales y no abismales. Sin esa articulación, las exclusiones no
abismales, cuando son vistas desde el otro lado de la línea abismal (el lado colonial) parecen creíbles, como formas
privilegiadas de inclusión social. Por el contrario, cuando las exclusiones abismales son vistas desde este lado de la línea
abismal (el lado metropolitano), son consideradas alternativamente como el producto del destino, del daño autoinfligido o del
orden natural de las cosas. Por la misma razón, las exclusiones abismales nunca son vistas de este lado de la línea (el lado
metropolitano) como exclusiones, sino como una fatalidad o como el orden natural de las cosas. Históricamente, los grupos
sociales excluidos por las formas abismales de exclusión se han visto obligados a recurrir a medios de lucha adecuados solo
para luchar contra las exclusiones no abismales.
Las alianzas y las articulaciones son una ardua tarea histórica, no solo porque las diferentes luchas movilizan grupos sociales
diferentes y requieren distintos medios de lucha, sino también debido a que la separación entre las luchas contra las exclusiones
abismales y no abismales se superpone a la separación entre las luchas que se considera que están, primordialmente, contra el
capitalismo o contra el colonialismo o contra el patriarcado. Esta separación da lugar a tipos contradictorios de jerarquías
entre las luchas y entre las subjetividades colectivas que las llevan a cabo.
Entre las exclusiones abismales y no abismales hay una diferencia estructural que afecta contrariamente a las luchas. A
diferencia de las luchas contra las exclusiones no abismales (que luchan por la transformación en términos de la lógica de la
regulación/emancipación), las luchas contra las exclusiones abismales implican una interrupción radical de la lógica de
apropiación/violencia. Esta interrupción implica una ruptura, una discontinuidad. La interrupción se puede manifestar, por un
lado, en la violencia física o en la lucha armada y, por otro lado, en el boicot o falta de cooperación. Reconocer la línea
abismal implica admitir que las alianzas entre las luchas contra los diferentes tipos de exclusión no pueden construirse como si
todas las exclusiones fueran de la misma clase. Pensar que las luchas contra la dominación se pueden realizar como si todas las
exclusiones fueran no abismales es un prejuicio liberal.
Sociología de las ausencias y sociología de las emergencias
Estas dos herramientas se basan en la distinción entre las exclusiones abismales y no abismales, así como en las maneras
diferentes en que el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado se combinan para generar grupos específicos de dominación.
La sociología de las ausencias es la cartografía de la línea abismal. Identifica las maneras y los medios por los cuales la línea
abismal produce la no existencia, la invisibilidad radical y la irrelevancia. El colonialismo histórico fue el tablero de diseño de la
línea abismal, donde las exclusiones no abismales (aquellas que ocurrían del lado metropolitano de la línea) eran visibilizadas
mientras que las abismales (aquellas que ocurrían del lado colonial de la línea) eran ocultadas.
La sociología de las ausencias es la investigación de las maneras en que el colonialismo, en la forma de colonialismo del poder,
saber y ser, opera junto con el capitalismo y el patriarcado para producir exclusiones no abismales, ciertos grupos de personas y
formas de vida social como no existentes, invisibles, radicalmente inferiores o peligrosos, como descartables o amenazantes.
Esto se centra en cinco monoculturas que han caracterizado el conocimiento eurocéntrico moderno: la monocultura del
conocimiento válido, la monocultura del tiempo lineal, la monocultura de la superioridad del universal y lo global, y la
monocultura de la productividad. Tales monoculturas han sido responsables de la producción masiva de ausencias en las
sociedades modernas, las ausencias de grupos sociales y de formas de vida social, respectivamente clasificadas como
ignorantes, primitivas, inferiores, locales o improductivas. El grado más alto de intensidad genera exclusiones abismales y, por
tanto, ausencias.
La sociología de las ausencias es una sociología transgresiva en un sentido muy radical. Para llevarla a cabo, se deben
considerar tres momentos:
1. El primero es una crítica laboriosa y exacta del conocimiento científico social que se produjo para establecer la hegemonía
de las cinco monoculturas mencionadas, durante el periodo moderno. La sociología de las ausencias tiene que ir más allá
del pensamiento crítico eurocéntrico y no quedar presa de las Epistemologías del Norte.
2. El segundo momento consta de reconocer y comprometerse con otras maneras de saber que ofrecen comprensiones
alternativas de la vida social y la transformación social, distintas al conocimiento válido, el tiempo lineal, la clasificación
social, la superioridad del universal y lo global y la productividad de las monoculturas céntricas occidentales. Ofrecen una
crítica externa.
3. El tercer momento es el momento del contexto pragmático, en el que se despliegan los otros dos momentos. La sociología
de las ausencias, más que un esfuerzo intelectual estimulado por la curiosidad cognitiva es, un recurso para las luchas
contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, y tiene que ser implementado en virtud de luchas específicas. El
contexto de lucha proporciona dimensiones no cognitivas que condicionan las maneras en que los saberes y los grupos
sociales ausentes devienen presentes.
La sociología de las emergencias se ocupa de la valorización simbólica, analítica y política de las formas de ser y de saber que
se presentan en el otro lado de la línea abismal por la sociología de las ausencias. El enfoque principal de la sociología de las
ausencias y de la sociología de las emergencias estriba en las exclusiones abismales y en la resistencia y las luchas que estas
producen. Pero mientras que la sociología de las ausencias aborda el aspecto negativo de estas exclusiones; la sociología de
las emergencias se centra en el aspecto positivo de estas exclusiones ya que percibe a las víctimas de la exclusión en el
proceso de dejar de lado la victimización y convertirse en personas que resisten y que llevan a la práctica maneras de ser y
saber en su lucha contra dominación.
La tarea política principal de la sociología de las ausencias: desnaturalizar y deslegitimar los mecanismos específicos de la
opresión. La sociología de las emergencias se inicia a partir de ahí y se centra en las nuevas potencialidades y posibilidades
para la transformación social anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal que emerge en el vasto campo de las experiencias
sociales, que fueron descartadas previamente y ahora son recuperadas.
Mientras que la tarea de la sociología de las ausencias es producir un diagnóstico radical de las relaciones sociales capitalistas,
coloniales y patriarcales; la sociología de las emergencias tiene como objetivo convertir el panorama de la supresión que
emerge a partir de ese diagnóstico en un vasto campo de experiencia social rica, animada e innovadora. Las Epistemologías
del Su están doblemente presentes. Por un lado, ejercen la atención epistemológica vis a vis las experiencias embrionarias. Por
otro lado, proporcionan una defensa epistemológica contra los falsos aliados de las luchas que a menudo fuerzan a estas
emergencias a acomodarse en cajas que separan las diferentes dimensiones de dominación moderna existente: las cajas del
anticapitalismo, anticolonialismo y antipatriarcado.
Tres tipos de emergencias:
1. Las ruinas semillas son un presente ausente, son memoria y futuro alternativo al mismo tiempo. Representan todo lo que los
grupos sociales reconocen como concepciones, filosofías y prácticas originales y auténticas que, a pesar de haber sido
históricamente derrotadas por el colonialismo y el capitalismo modernos, siguen vivas en su memoria y en los más recónditos
recovecos de sus alienadas vidas cotidianas. Estas son las fuentes de su dignidad y la esperanza de un futuro poscapitalista
y poscolonial. Hay cierta nostalgia por un pasado anterior al sufrimiento injusto y a la destrucción causada por el
capitalismo y el colonialismo. Esta nostalgia es experimentada de un modo anti nostálgico, como mera orientación hacia un
futuro que se escapa al colapso de las alternativas eurocéntricas, precisamente porque siempre ha estado fuera de tales
alternativas. Estamos ante unas ruinas que están vivas, porque son “vividas” por personas que están muy vivas en sus
prácticas de resistencia y lucha por un futuro alternativo. Son ruinas y semillas al mismo tiempo. En el mundo de los
colonizados, además de ser el inquietante recuerdo de una destrucción, la nostalgia por las ruinas también es una señal
auspiciosa de que la destrucción no fue total, y que aquello que puede ser redimido como energía de resistencia aquí y
ahora es una vocación única y original para un futuro alternativo.
2. Las apropiaciones contrahegemónicas son las filosofías, los conceptos y las prácticas desarrolladas por los grupos sociales
dominantes para reproducir la dominación, pero que son apropiadas por los grupos sociales oprimidos y, acto seguido,
resignificadas, reconfiguradas, refundadas, subvertidas y transformadas selectiva y creativamente para luego convertirlas
en herramientas para las luchas contra la dominación.
3. Las zonas liberadas son espacios autoorganizados según los principios y regulaciones radicalmente opuestos a los que
prevalecen en las sociedades capitalistas, colonialistas y patriarcales. Son comunidades consensuales, basadas en la
participación de todos sus miembros. Son de naturaleza performativa, prefigurativa y educativa. Su propósito es lograr, aquí
y ahora, un tipo diferente de sociedad, una sociedad liberada de las formas de dominación que hoy prevalecen. Las zonas
liberadas pueden emerger en el contexto de procesos de lucha más amplios o como resultado de iniciativas aisladas
diseñadas para experimentar con formas alternativas de construcción de colectividades. Tales alternativas pueden ser
experimentales según una lógica de confrontación o una lógica de existencia paralela. Las zonas liberadas parecen
combinar la experiencia social con la experimentación social. Por eso las caracteriza la dimensión educativa: se conciben
como procesos de autoeducación. La gran mayoría de las zonas liberadas, en particular las compuestas por población
urbana joven, derivan de un sentimiento de impaciencia histórica. Cansados de esperar por una sociedad más justa,
pequeños grupos se organizan para vivir experimentalmente, para vivir hoy como si hoy fuera el futuro al que aspiran y
porque ya no quieren esperar más. La emergencia se encuentra en la naturaleza permorfativa y prefigurativa de la rebelión.
Ecología de saberes
Consiste en identificar los principales corpus de conocimiento que, si son debatidos en una lucha social dada, podrían destacar
dimensiones importantes de una lucha o resistencia concreta: contexto, reclamos, grupos sociales implicados o afectados,
riesgos y oportunidades. También puede llevar a un análisis teórico, político y cultural.
Traducción intercultural
La traducción intercultural contribuye a convertir la diversidad epistemológica y cultural del mundo en un factor de capacitación
favorable que fomenta la articulación entre las luchas contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Es una
herramienta que, bajo la premisa del reconocer las diferencias, se enfoca en promover el suficiente consenso básico para
permitir que tanto luchas como riesgos sean compartidos.
El trabajo de traducción intercultural tiene una dimensión de curiosidad, fomenta la apertura a nuevas experiencias, esa
curiosidad nace de la necesidad.
La traducción intercultural puede ser difusa o didáctica:
La traducción intercultural difusa es la más frecuente, ocurre de un modo bastante informal y como una dimensión del
trabajo cognitivo colectivo. Se caracteriza por su fluidez, anonimato y oralidad.
La segunda clase es la traducción intercultural didáctica. Tiene lugar cuando se combinan, por un lado, lo individual y lo
colectivo y, por el otro, la oralidad y la escritura. Su individualidad no es individualista; expresa una voluntad colectiva y está
dirigida a fortalecer la lucha contra la dominación económica, social, cultural y política. La oralidad es complementada por
la reflexión escrita y publicada.
Es particularmente relevante distinguir dos clases de traducción:
Sur-Norte o Norte-Sur. Ocurre entre los saberes o culturas del Norte global y el Sur global, incluido el este.
Sur-Sur. Ocurren entre las diferentes culturas o saberes del Sur global.
La artesanía de las prácticas
La artesanía de las prácticas es la cima del trabajo de las Epistemologías del Sur. Consiste en diseñar y validar las prácticas de
lucha y resistencia llevadas a cabo según las premisas de las Epistemologías del Sur.
Ninguna lucha social, por muy fuerte que sea, puede tener éxito si se concentra solo en uno de los modos de dominación.
Hay muchas clases de articulaciones:
1. La articulación entre las diferentes luchas, en la que todas luchen contra las exclusiones abismales.
2. La articulación entre las diferentes luchas, en la que todas luchen contra las exclusiones no abismales.
3. La articulación entre las luchas contra las exclusiones abismales y las luchas contra las exclusiones no abismales.
EPISTEMOLOGIAS FEMINISTAS
Epistemología crítica
Durante los años 70 se desarrolló un número de corrientes críticas del modelo clásico de la ciencia. Estas corrientes
desarrollaron enfoques capaces de expresar cómo es que el conocimiento científico depende, no en menor medida, de factores
externos a la propia practica epistémica, y no se rige exclusivamente por valores intra-científicos como los de la universalidad,
la neutralidad y la objetividad.
Thomas Kuhn fue uno de los máximos exponentes de la epistemología critica. Conceptualiza a la ciencia como la puesta en
marcha de un paradigma. ¿Qué es un paradigma? Kuhn define al paradigma como “los logros científicos universalmente
aceptados que durante algún tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de científicos”. Dentro
del trabajo cotidiano de las y los científicos en los períodos de “ciencia normal” no existe la posibilidad de la novedad, sino que
la resolución de problemas se da dentro de un marco de resultados esperables justamente porque existe un paradigma
regulador de la ciencia que traza un horizonte compartido de comprensión de la realidad.
Sí existen en el desarrollo de la historia de la ciencia, descubrimientos, novedades que exceden la explicación provista por un
paradigma. Pero ese descubrimiento es entendido como una anomalía dentro del periodo de la ciencia normal. Cuando se da
una acumulación de anomalías, y se persiste en el fracaso a la hora de resolver los problemas de la ciencia normal dentro del
paradigma establecido, se produce lo que se conoce como crisis. El momento de crisis es cuando ya no existen certezas acerca
de que la teoría dominante del paradigma sea correcta, de que las preguntas que se formulen sean correctas, y así la autoridad
de la teoría dominante se debilita. Empiezan a escucharse otras voces. Empiezan a escucharse otras alternativas que antes
habían quedado totalmente por fuera del paradigma.
Cuando la crisis es intensa se produce una revolución. Una revolución es el momento en que un paradigma cambia por
completo. Una vez que el nuevo paradigma está instituido, viene una nueva etapa tranquila de resolución de problemas: otros
problemas, otras soluciones, otros expertos, otras preguntas significativas.
Kuhn consideraba que en la elección de diferentes modos de hacer ciencia influyen factores extra científicos. “Para Kuhn el
desarrollo de la ciencia dependía de aquellos elementos ¢arbitrarios¢ de carácter histórico, psicológico y sociológico que
producen discontinuidades entre paradigmas que son por definición inconmensurables”.
La epistemología tuvo su propia revolución interna, dando origen a la corriente de epistemologías críticas. Ellas surgen de la
puesta en cuestión del paradigma dominante dentro de la producción de conocimiento, el cual no solo no logra dar cuenta de
la realidad de sujetos y comunidades por fuera de esas hegemonías del conocimiento, sino que, produce conocimiento que
contribuye a su soslayamiento y opresión.
De acuerdo con Carlos Gallegos Elías y Gerardo Rosales Carranza en su artículo “Epistemologías Críticas”, desde las
comunidades subalternizadas “se planteó la necesidad de reformular opciones que permitieran explicar fenómenos emergentes,
cuya complejidad no se entendía desde los paradigmas dominantes”.
Fundamentos de la epistemología feminista
Por siglos, se ha buscado expulsar de la producción de conocimientos formal todo aquello considerado como femenino. De
modo paralelo, a lo largo de la historia se ha caracterizado a la mujer en general como un ser irracional y dominado por las
pasiones. Esto ha impedido efectivamente que las mujeres, y otras subjetividades subalternizadas, sean validadas socialmente
como legitimas productoras de conocimiento.
Las capacidades de racionalidad, abstracción y universalización no le pertenecen “por naturaleza” a las mujeres, con lo cual
“naturalmente” las mujeres tampoco son aptas para producir ningún tipo de conocimiento válido.
La epistemología feminista surge dentro de la epistemología crítica, revelando la importancia de las variables de sexo y género
en la producción del conocimiento y la actividad científica. Podemos referirnos a algunas ideas centrales que son compartidas
por las distintas ramas teóricas.
En primer lugar, la idea de que todo conocimiento es conocimiento situado.
Las epistemologías feministas ya no consideran el conocimiento como el reflejo trasparente y neutral de una realidad que existe
de manera independiente, ni creen que la verdad y la falsedad son establecidas por procedimientos de escrutinio racional
trascendentes. Al contrario, la mayoría acepta que toda forma de conocimiento es conocimiento situacional, que refleja la
posición del productor de conocimiento en un determinado momento histórico y en un contexto material y cultural dado.
Donna Haraway ha sido una de las epistemólogas que más ha desarrollado esta idea de conocimiento situado. Haraway intenta
dar cuenta de cómo ciertas experiencias y percepciones del mundo son pasibles de ser incorporadas al desarrollo de la
investigación, aspirando a una “objetividad” reconceptualizada. Ningún conocimiento se encuentra desligado de su contexto de
producción y enunciación, con lo cual ningún conocimiento puede ser sino parcial.
En segundo lugar, es central dentro de la epistemología feminista la idea de que la legitimación del conocimiento depende, en
última instancia, de relaciones de poder, y no únicamente de su adecuación empírica.
¿Qué sesgo ha denunciado la epistemología feminista?
El termino sesgo hace referencia a la existencia de un error sistemático en el procesamiento mental de información, que lleva a
una distorsión o interpretación inexacta de la información disponible. Sesgo androcéntrico es un modelo de construcción de
conocimiento que equipara la mirada masculina con la idea de universal.
Androcentrismo
Es una forma de ver y organizar el mundo y las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino. Esto quiere decir
que considera a los varones como sujetos de referencia de toda la humanidad. Así es que los varones son entendidos como los
únicos observadores válidos de lo que sucede en el mundo, los únicos capaces de dictar leyes, de producir conocimientos, de
impartir justicia, de gobernar. ¿A todos los varones? No. Se ha insistido en una figura particular como representación del varón
hegemónico: uno que tiene ciertas características (es adulto, cisexual, blanco, capacitado, propietario, heterosexual). O sea,
hablamos de una porción de la humanidad que tiene estas características específicas y funciona como modelo de toda la
humanidad.
De acuerdo con Juana Robledo Martín en “El sesgo androcéntrico en la investigación”, existe una triple dimensión:
1. El sesgo del investigador, la persona que investiga selecciona qué va a investigar y qué informantes tomará para ello.
2. El sesgo de la realidad observada, siendo más evidente cuando se analizan realidades muy segregadas sexualmente.
3. El sesgo de las categorías, conceptos y planteamientos teóricos de la investigación, que no solo llevan a formular unos
determinados problemas sino también a interpretar los datos que obtenemos y por lo tanto a percibir la realidad observada
de una forma determinada.
La epistemología feminista ha sido la disciplina que ha evidenciado la idea de que la producción de conocimiento científico es
androcéntrica y sexista.
Hay un sexismo, que ha sido señalado por muchas epistemólogas, en las teorías científicas (producto); hay otro en la
composición y exigencias de pertenencia y méritos, en las comunidades científicas (proceso). El desafío del feminismo consiste
en mostrar el vínculo entre ambos, y señalar que una mayor apertura en las comunidades conducirá, si no a un cambio radical
en el conocimiento, al menos a una ciencia menos sesgada.
Que el sujeto androcéntrico sea embajador de lo humano nos pone al resto de las subjetividades (mujeres, varones
subalternizados e identidades disidentes) en una periferia y en una serie de lugares poco ventajosos para que nuestra
producción de conocimiento sea confiable, ya que la aduana de confiabilidad, la que permite ingresar los conocimientos a la
esfera de los saberes científicos y no de las meras opiniones o creencias vulgares, la tiene estos mismos sujetos hegemónicos.
De acuerdo con la sistematización de Evelyn Keller la epistemología feminista ha denunciado:
1. Que las teorías consideradas como universales no han tenido en cuenta las experiencias de las mujeres y otras
subjetividades volviéndose, por ende, particulares y empíricamente inadecuadas.
2. Que las teorías científicas se construyeron en vistas a legitimar diferencias de género y reforzar, las relaciones de
dominación dentro del sistema sexo-genero.
3. Que incluso el orden simbólico (relatos, imágenes, metáforas) mediante el cual se expresa el conocimiento científico
privilegia el punto de vista masculino.
El lenguaje de la ciencia no es neutral. Se filtran en él valores y no es meramente descriptivo. Por otro lado, tampoco es literal.
Las metáforas rompen la ilusión de la mente científica como espejo de la naturaleza. Cuando las metáforas tienen
connotaciones sexuales, se filtra en la aparente neutralidad de la ciencia, a través de diversos periodos, una persistente
ideología patriarcal.
Aportes de la epistemología feminista
En un sentido afirmativo, la epistemología feminista ha aportado lo siguiente:
1. Sacó a la luz aquello que se encontraba en la penumbra: que el género juega un rol relevante en nuestras concepciones
sobre el conocimiento, su producción y su validación.
2. Amplió nuestra comprensión de la historia, la filosofía y la sociología de la ciencia mediante la inclusión no solo de mujeres
a la producción de conocimiento, sino también de aquellos dominios de la experiencia humana que han sido relegados a lo
femenino: el personal, el emocional y el sexual.
Sandra Harding sostiene que, para que un fenómeno social se convierta en un problema digno de indagación, debe existir un
grupo de personas que lo reconozca como tal. Pero las comunidades de producción de conocimiento han estado
históricamente compuestas por varones cis blancos y, se han concentrado sobre los dominios tradicionalmente masculinizados.
Muchos de los fenómenos sociales que resultan problemáticos desde la perspectiva de la experiencia de las mujeres, y de otros
grupos subalternizados, no han sido fuente de interés para la investigación.
La epistemología feminista ha buscado no solo incluir mujeres en la práctica de la ciencia, sino también asignarles un valor
epistémico a sus experiencias y a los ámbitos de lo humano que no habían sido considerados dignos de reflexión.
La categoría de “experiencia” tiene un lugar fundamental en los fenómenos y también en su teoría. Su importancia guarda una
relación directa con uno de los pilares del movimiento: el lema de “lo personal es político”. Este lema expresa que lo político no
se reduce al dominio de lo público, sino que también en el seno de lo privado, en el terreno de lo doméstico, de lo corporal, de
lo afectivo y de lo sexual, existen dinámicas de poder.
Carol Hanisch, feminista radical de los 70, defendía, frente a sus compañeros de la izquierda, que los grupos de conciencia que
llevaban adelante entre mujeres no eran del orden de lo terapéutico, sino de lo político.
Los llamados grupos de conciencia eran un método muy propio del feminismo de esa época. En ellos las mujeres se juntaban a
hablar de su cotidianidad para tomar conciencia de su propia opresión, se le daba valor a su experiencia, se compartían
vivencias, anteriormente siempre silenciadas. Estos grupos eran considerados como “espacios de autoayuda” por los
compañeros militantes de Hanisch, y despreciados por su aparente falta de acción política “real” (como salir a las calles u otras
formas de disputa pública del poder). De este contexto de disputa surge la fuerza del texto de Hanisch, quien exclamó que lo
personal también es un asunto político.
Esta revalorización de la experiencia, y búsqueda conjunta de explicaciones para malestares que no habían sido objeto de
interés para quienes producían saber y disputaban poder político, fue fundamental para el posterior desarrollo e
institucionalización de la epistemología feminista durante la década de los 80 del siglo XX. El feminismo entró en la Academia a
sabiendas de que se necesitaba una revolución epistémica en los modos de producir conocimiento y en los valores que rigen la
actividad científica.
Los estudios de género no ingresaron prolijamente a la academia sino a los empujones. Nacieron, como sostiene Haraway, con
la inocencia epistémica perdida. Las investigaciones con perspectiva feminista se supieron siempre hijas no deseadas de dicho
conocimiento, y comprendieron también que su exclusión había sido fundamental para la construcción de la ciencia tal y como
existía hasta entonces.
A través de la incorporación de la experiencia como dominio de interés epistémico, es como la vivencia de la opresión consiguió
tener una voz dentro de los espacios de producción del saber.
Perspectivas teorías dentro de la epistemología feminista
Dentro de la epistemología feminista existen por lo menos tres grandes corrientes que discuten entre sí y que a la vez, se
relacionan con tres distintas corrientes del feminismo y de la epistemología general: empirismo feminista, teoría del punto de
vista feminista y postmodernismo feminista.
Para el empirismo feminista, cuya referente más reconocida es Helen Longino, el androcentrismo epistémico es una
consecuencia directa de investigadores hombres que permitieron que su sesgo personal afectase la investigación, dejando
de lado los estándares objetivos rigurosos del método científico. Consideraron que, al haber detectado este problema al
interior de la epistemología, las investigadoras mujeres serian menos proclives a cometer este tipo de errores evitando el
sesgo y produciendo resultados empíricamente más adecuados y objetivos. El empirismo feminista ha sido criticado por
presuponer la existencia de un sujeto epistémico individual y transhistórico, por aceptar un concepto acrítico de experiencia
y por sostener de modo ingenuo que la ciencia es capaz de corregir el sesgo de sus teorías sin el auxilio de valores
feministas.
El empirismo feminista podría ser ubicado dentro de la corriente del feminismo de la igualdad, en tanto pugna por la igualdad
de condiciones de acceso para mujeres y hombres a la ciencia, pero no cuestiona la base normativa de la ciencia sino la mala
aplicación del método.
Feminismo de la igualdad
Se centra en la búsqueda por el establecimiento de una igualdad de los sexos a partir de reformas políticas y el acceso a la
educación, entre otros medios. Se suele denominar también como feminismo reformista, un feminismo que busca alcanzar el
objetivo de la igualdad entre los sexos a través de reformas de tipo legislativas. Hoy en día, el feminismo de la igualdad se
encuentra representado por los feminismos de ONGs o feminismos partidarios. Grandes logros del feminismo de la igualdad han
sido la conquista de derechos educativos, económicos y políticos para las mujeres.
La recomendación del feminismo de la igualdad a las mujeres que se orientaban a la ciencia fue “que no se note que son
mujeres”, que le den a la ciencia todo lo que pida, que no soliciten excepciones por ser mujeres, que no se dejen distraer por
obligaciones familiares, que no alteren su ritmo de productividad por la maternidad.

Para la teoría del punto de vista feminista, de la cual Sandra Harding es una de sus mayores exponentes, todo tipo de
conocimiento está mediado por el punto de vista cultural e histórico del sujeto epistémico, el proyecto feminista redundaría
en la producción de conocimiento desde el punto de vista de las mujeres. Para esta teoría, el conocimiento producido
desde el punto de vista de las mujeres es un tipo de conocimiento privilegiado. Las mujeres son más capaces de producir
conocimiento verdadero que los hombres al menos en lo referente a las cuestiones relacionadas con la opresión femenina.
Sostienen que esta teoría no puede proveer una base no circular para decidir qué puntos de vista tienen privilegio epistémico,
que el privilegio epistémico del conocimiento femenino no se puede sostener en base a la opresión sufrida por el colectivo
femenino y que esta teoría está basada en una noción esencialista de la diferencia entre los sexos y que omite otros tipos de
diferencias al interior de la comunidad de mujeres homogeneizando la noción de mujer en un tipo ideal.
Esta teoría puede ser entroncada dentro del feminismo de la diferencia que se destaca por exaltar las virtudes femeninas por
sobre las masculinas y asignarles privilegios epistémicos, políticos, morales, etc.
Feminismo de la diferencia
Surge como una reacción ante el objetivo y las estrategias del feminismo de la igualdad. Propuestas de las feministas de la
diferencia: un programa de liberación de las mujeres que parta del reconocimiento y la exaltación de la diferencia sexual entre
mujeres y varones. El objetivo para estas feministas no consiste en alcanzar la igualdad con el varón, porque consideran que ese
tipo de objetivo implica aceptar el modelo masculino como un modelo universal, al cual las mujeres debían adaptarse.
La recomendación del feminismo de la diferencia para las mujeres que querían hacer ciencia, por su parte, fue que no se
traicione su naturaleza de mujeres, que elijan aquellas carreras con las que se sientan afines y busquen un sentido de éxito
distinto al de la competencia meritocrática, que exijan que se respeten sus condiciones de maternidad y lactancia promoviendo
licencias y horarios especiales para ello.

El posmodernismo feminista parte de afirmar la imposibilidad de producir estándares de verdad y racionalidad universales y
de reconocer la complicidad de esos supuestos estándares en las estructuras de poder dominantes. Se abandona todo
intento de sostener la validez de ciertas visiones del mundo por sobre otras.
Las dos características distintivas de la epistemología feminista posmoderna son el rechazo de la noción de “mujer” como
categoría de análisis, en tanto no se puede constituir un sujeto epistémico homogéneo y unificado, y el perspectivismo, doctrina
filosófica que sostiene que no existen más que perspectivas parciales sobre el mundo, y que no es posible establecer el valor de
unas por sobre otras.
Las críticas más relevantes que se le han hecho a esta corriente son que su aceptación del perspectivismo abisma en un
relativismo desde el cual es imposible criticar, por principio, los discursos naturalizadores de las diferencias sexuales, que la
resistencia a utilizar la noción de mujer como categoría de análisis como una generalización de gran escala impide el análisis
crítico de problemas generales que afectan a las mujeres como colectivo más allá de sus diferencias en tanto sexismo oprime a
las mujeres por igual más allá de las particularidades existentes al interior del grupo y que llevado hasta las últimas instancias, el
feminismo posmoderno disuelve toda nación de colectivo recayendo en el individualismo.
Epistemologías Trans
La deconstrucción de las identidades sexuales, distinguiendo sexo, género, orientación y prácticas sexuales, abre un horizonte
de diversidad y de disidencias a las normas que ponían límites a las identidades y cuerpos admitidos dentro de la norma o por el
contrario patologizados o penalizados. La misma palabra “queer” (raro) pasa de ser un insulto a ser una reivindicación de
quienes no aceptan ser clasificados en una etiqueta de aceptabilidad pública.
Las sexualidades fuera de norma, periféricas, abyectas, revierten la injuria y la transforman en orgullo en el activismo, y voz
propia en las políticas públicas.
Desde la epistemología trans se disputa el saber de los cuerpos y el valor de la experiencia en primera persona. Y también se
devela el modo en que la hegemonía del saber construye una ignorancia y un olvido de áreas enteras del conocimiento, en lo
que la historiadora de la ciencia Nancy Tuana llama “epistemología de la ignorancia”. Ignorancia estratégica (cuando se
defienden intereses empresariales o políticos), ignorancia no consciente (por la fuerza de los prejuicios), ignorancia porque no
se pregunta, porque los intereses de las minorías no forman parte de la corriente principal de problemas de los que la ciencia
decide ocuparse.
Los estudios trans se han constituidos como una disciplina académica recién a partir de la década de los 90, posibilitados por el
desarrollo previo de la teoría feminista, la teoría queer y los estudios gay-lésbicos, aunque no en una continuidad armoniosa con
ellos, sino más bien crítica. Este campo disciplinar constituye el primer momento histórico en el que las personas trans pasan de
ser objeto de estudio a ser sujetos epistémicos.

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