Grandes privilegios de ser cristianos.
Yo deseo que cada una de las personas en el mundo sean cristianas, especialmente deseo
que aquellas personas que conozco sean cristianas. Mi gran deseo es que ustedes
conozcan a Cristo como su Salvador. Deseo que experimenten lo maravilloso que es
conocer a Cristo; no hay experiencia mas maravillosa que esa. La razón por la cual soy
pastor es porque deseo que todos tenga lo que Cristo me ha dado, me ha rescatado del
pecado, de la muerte y del infierno.
Pero no hay nada más difícil para un pastor que hacer que la gente entienda que el
cristianismo es maravilloso y que los deleites del mundo no se comparan con los deleites
que el Señor da. Uno busca de una manera y de otra, pero las personas permanecen
indiferentes a nuestras palabras. Se muy bien que la salvación de ustedes es una obra de
Dios, pero también es algo por lo que debo luchar.
Así que está noche con la ayuda de Dios me propongo motivarles a que acepten la
palabra de Dios, quiero motivarles mostrándoles los privilegios que un cristiano tiene.
Los cristianos somos ciudadanos celestiales. En un gran sentido no pertenecemos a
este mundo. Así como ser ciudadano de un gran país tiene grandes privilegios, los
cristianos por ser cristianos gozamos de ciertos privilegios.
La mayoría de nosotros desea haber nacido gringo, ser blanquito, hablar inglés,
vivir en ese país, tener toda la abundancia que ellos tienen, pero los cristianos tenemos
cosas más valiosas que esas.
En este capítulo tenemos varios privilegios que tienen los cristianos, deseo que ustedes los
conozcan y que eso los motive a convertirse en fieles cristianos.
I. Los cristianos tienen una verdadera fe en Dios y en Cristo.
A. Y cuando digo una verdadera fe me refiero a una fe que transforma las vidas de los
que las tienen, no es cualquier fe.
No es la fe que la mayoría de personas tiene en Honduras, ellos dicen que tienen
fe, pero sus vidas no son diferentes a las vidas de las personas que los rodean.
Dicen tener fe en Dios, pero odian a las personas que les han hecho daño.
Dicen tener fe, pero no aman a su prójimo como a ellos mismos.
B. Esta fe es una fe que lo lleva a uno a entregar la vida para la causa y la obra de
Cristo.
Las personas dicen tener fe, pero ni siquiera tienen una iglesia donde congregarse.
C. No es una fe perfecta. Seguid confiando en Dios, seguid confiando también en mí.
Aunque tenían fe, esta fe comenzaba a vacilar. En consecuencia (utilizando el presente
imperativo continuativo) Jesús dice, “¡Seguidconfiando!”.
1. Jesús sabe que cuando a las pocas horas muera en la cruz y sea sepultado, esa fe
se debilitaría aún más (Juan 16:20; cf. Mt. 26:31; Mr. 14:27; 16:13; Lc. 24:21).
Aplicación:
1 Pedro 1:7 dice que nuestra fe es más preciosa que el oro, así que tener una
verdadera fe en Dios es un privilegio, es un regalo de Dios: Efesios 2:8-9.
Nuestra fe es preciosa ¿No le gustaría a usted tener esta fe? Pues usted puede
tenerla, venga a Cristo hoy.
II. Los cristianos tienen un hogar en el cielo V 2.
A. La casa del Padre es el cielo (cf. Sal. 33:13, 14; Is. 63:15).
1.Muchas moradas hay. Es un lugar muy espacioso. En él hay moradas completas,
casas, y mansiones permanentes para todos los hijos de Dios. La casa del Padre no
se parece a unos apartamentos chiquitos donde apenas cabe la gente y donde
están amontonados.
2. Mas bien, es más como un hermoso edificio de apartamentos, con una infinidad
de apartamentos espaciosos y completamente amueblados, sin amontonamientos
de ninguna clase.
3. ¡Dentro de la casa única hay muchas mansiones! La única idea que se expresa es
que “hay mucho espacio en el cielo, espacio para Jesús, pero también para
nosotros. Ninguno se va a quedar sin su espacio.
B. Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; La idea es: “Si en la casa de mi Padre no
hubiera mucho espacio para todos los hijos de Dios, yo lo hubiera sabido y se los
hubiera dicho, porque, por medio de mi humillación y exaltación, les preparo un lugar
para ustedes; sin mi ascensión y el envío del Espíritu, no estarían preparados para el
lugar.
C. [Voy, pues, a preparar lugar para vosotros]. Una de las razones para que nuestro
Señor se fuera —dice— era preparar una morada para sus discípulos. Es la misma idea
que hallamos en la expresión de hebreos, “el precursor” (hebreos 6:20; cf. también
Números 10:33).
1. Según el texto, Jesús consolaba a los discípulos, que temían pensar en la
próxima separación. En relación con esto el Señor les asegura que el ir a la casa del
Padre tiene como propósito realizar una reunión, y que no era una separación
permanente.
2. En el lugar a donde va hay lugar también para ellos. De hecho, su misma ida
(piénsese en su muerte en la cruz y la ascensión que le permitirá enviar al Espíritu)
haría posible esta reunión, de forma que lo que parecía ser una calamidad en
realidad era una bendición. Sin la muerte de Cristo y la obra del Espíritu Santo no
hubiera habido lugar en el cielo para los discípulos.
Aplicación:
La biblia dice que los cristianos somos peregrinos y extranjeros, que nuestra morada está
en los cielos. Tenemos un lugar reservado allá. Un hotel cinco estrellas para nosotros.
Hermanos no importa como sea nuestra vida aquí pronto estaremos en esa
mansión celestial, pronto dejaremos nuestras miserias en esta tierra, todos
nuestros dolores y temores se habrán ido. Pronto, Dios quiera que sea muy
pronto, partiremos a nuestra verdadera patria.
Está casa celestial también puede ser suya, Cristo le llama hoy entregarse a él, a dejar su
pecado y venir a él y así ser uno de los que tienen una casa en los cielos.
Recuerde que después de la muerte solo hay dos lugares a los la humanidad irá, una es el
cielo y otra es el infierno, sino llega a las moradas de Dios llegará a las moradas de Satanás.
III. Jesús mismo vendrá a traerlos para llevarlos a su hogar; el cielo. Juan 14:3
A. V. 3: [Y si me fuere […], vendré otra vez […], a mí mismo]. Estas palabras también
ofrecen un gran consuelo. Nuestro Señor dice que no deben pensar que su partida es
definitiva. Les dice que volverá y los llevará a todos al hogar, que los congregará a su
alrededor en una sola familia que ya no volverá a separarse. Ryle
B. Adviértase que en este versículo se encuentra una de las ideas más claras y sencillas
con respecto al Cielo. Es estar con el Señor para siempre. Independientemente de lo
que veamos o no en el Cielo, veremos a Cristo. Independientemente de la clase de
sitio que sea, es un lugar donde está Cristo (cf. Filipenses 1:23; 1 Tesalonicenses 4:17).
Ryle
C. En cuanto al propósito explícito de esta bienvenida, a saber, “para que donde yo
estoy, vosotros también estéis”, véase Ap. 14:1; 19:14; 20:4. Dondequiera que esté el
Cristo, allí también están los creyentes.
Aplicación:
A. 1 Tesalonicenses 4:13-18. Ese día sea un gran día de fiesta, de alegría y elegancia.
1. Desgraciadamente para los no cristianos será algo terrible, tendrán
completa destrucción (Tesalonicenses 5.1-3).
IV. Conocen el camino a su hogar; es decir el cielo donde mora el Padre. 4 Y sabéis a
dónde voy, y sabéis el camino.
A. Los discípulos pudieron conocer el camino.
1. El camino es el medio por el cual los discípulos son llevados al Padre.
Jesús quiere decir, “me conocéis; yo soy el camino”.
1. En cuanto a esto véase sobre Juan 14:6. Podía decir “sabéis”, porque
antes se había revelado a sí mismo como el camino al Padre (Juan 8:19;
10:1, 7, 9, 37, 38; 12:26, 44, 45, 49, 50; cf. Mt. 11:27, 28).
B. V. 4: [Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino]. Es obvio que esta extraordinaria
frase tenía como finalidad reconfortar los corazones de sus discípulos y recordarles
lo que su Maestro les había dicho en repetidas ocasiones.
Es como si nuestro Señor dijera: “No os desaniméis por mi partida, como si
nunca me hubierais oído hablar del Cielo y del camino para llegar a él.
Espantad vuestros miedos y recordad mis enseñanzas.
Sin duda veréis, si tan solo reflexionáis un poco, que os he hablado a
menudo de ello”. ¿No es, como ya he dicho, igual que un padre que habla
con ternura a un niño asustado que le dice que no sabe qué hacer y que
está desesperado, y que le dice: “Vamos, sí lo sabes, solamente tienes que
pensar un poco”?
Aplicación
Cristianos: hermano si usted ha creído verdaderamente en Cristo, si usted
sabe en su corazón que es un cristiano, si puede ver frutos de un cristiano
en su vida, entonces usted conoce el camino al cielo. Pueda ser que ahora
está sufriendo, que no tiene casa, salud, dinero, ni amor. No importa, lo
importante es que pronto pasaran estos dolores pues nos dirigimos al cielo,
estamos en el camino correcto.
Incrédulo: Si usted esta seguro en su corazón que no es un cristiano y no ve
frutos en su vida. Entonces usted no conoce el camino, usted está perdido y
pronto se perderá para siempre, ahora está perdido aquí, pero estará
perdido en la eternidad porque anda sin rumbo en la vida.
Pero, aunque ahora esté perdido puede conocer ese camino, debe
arrepentirse, creer que la biblia es verdad cuando dice que Cristo pagó
por nuestros pecados.
C. Los problemas de esta vida pueden hacer que ellos tenga duda acerca de su fe
y de su conocimiento de su Señor V5.
1. Al decir esto Tomás puede probablemente considerarse como el
portavoz del grupo, quien de hecho dijo lo que la mayor parte de ellos
pensaban (cf. 13:36, 37). En cuanto a su modo de ser, véase sobre 11:16.
2. Su objeción, encerraba un elemento de debilidad y pecaminosidad como
de costumbre, una lentitud en entender por no haber prestado suficiente
atención.
a. Pero también revela su devoción al Maestro. No puede soportar el
pensamiento de que Jesús se vaya a ir. Por esta razón protesta. En
este pasaje Tomás quiere decir:
3. “¿Cómo se puede esperar que sepamos el camino si ni siquiera sabemos
el destino?” Tomás cometió dos errores:
a. Quizá pensó que Jesús se refería a su partida por medio de la
muerte, o bien quizá pensó que el Maestro iba a partir hacia otro
lugar de la tierra. En este caso el camino sería una ruta ordinaria, y
su error sería semejante al de los judíos en 7:35 (véase sobre ese
pasaje).
b. El imaginó que el Señor hablaba acerca del camino que estaba a
punto de seguir, si bien Jesús de hecho se refería al camino que los
discípulos deben tomar para alcanzar su destinación, como resulta
evidente por 14:6b.
i. Sin embargo, la objeción planteada por Tomás contiene un
elemento de verdad. El que no conoce la destinación no
conoce el camino. Véase el versículo 7 en cuanto a la
distinción de significado entre los dos verbos comunes para
saber o conocer.
Aplicación:
Fijémonos que los cristianos saben más de lo que imaginan o confiesan
saber, solo que no utilizan esos conocimientos ni los mantienen frescos.
Ferus los compara con “niños acostados en sus cunas que tienen padres y
riquezas, pero lo desconocen”. Ryle
Fijémonos que Cristo mira con buenos ojos los escasos conocimientos de su
pueblo y los aprovecha al máximo. Puede entender que sus problemas y su
dolor les confundan, no les dejen ver las cosas claras y les impidan entender
la Verdad durante un tiempo. Ryle
D. Jesús nos recuerda que él es el camino al Padre
Este es otro de los siete grandes YO SOY del Evangelio de Juan (en cuanto a
los otros véase en 6:48; 8:12; 10:9; 10:11; 11:25; y 15:1). En el predicado
cada una de las palabras camino, verdad y vida va precedido del artículo
definido.
A. “Yo soy el camino”.
1. Jesús no muestra simplemente el camino; él mismo es el camino.
Es verdad que él enseña el camino (Mr. 12:14; Lc. 20:21), nos guía
en el camino (Lc. 1:79), y nos ha abierto un camino nuevo y vivo (He.
10:20); pero todo esto es posible sólo porque él mismo es el camino.
i. Cristo es Dios. Dios es igual a cada uno de sus atributos,
puesto que “posee” cada atributo en grado infinito. En
consecuencia, Dios no sólo tiene amor (o ejercita amor), sino
que es amor, todo amor; es justicia, toda justicia, etc. Así
también Cristo es el camino: en cada acción, palabra y actitud
es el Mediador entre Dios y sus elegidos.
ii. Cuando nuestro Señor dice que es “el camino”, quiere
decir: “Solo se puede llegar a la casa de mi Padre en el Cielo a
través de mi mediación y expiación. La fe en Mí es la llave
para acceder al Cielo. El que cree en Mí se encuentra en el
camino correcto”. Ryle
2. Ahora bien, Jesús es el camino en un sentido doble (cf. también
en 10:1, 7, 9). También es el camino de Dios al hombre—todas las
bendiciones divinas descienden del Padre a través del hijo (Mt.
11:27, 28)
B. “Yo soy … la verdad”.
a. En el contexto presente verdad es lo que se levanta frente a la
mentira. Jesús es la verdad porque es la fuente confiable de
revelación redentora.
i. El que sea este el sentido en que se utiliza la palabra resulta
claro por el versículo 7, que enseña que Cristo revela al
Padre. Cf. Mt. 11:27.
ii. Quiso decir: “Conocerme es la raíz de todo conocimiento.
Yo soy el Mesías verdadero hacia el que apunta toda la
Revelación, la verdad de la que todos los sacrificios y las
ceremonias del Antiguo Testamento no eran más que
sombras y tipos. El que me conoce verdaderamente sabe lo
suficiente para llegar al Cielo, a pesar de que desconozca
muchas cosas y se preocupe por su propia ignorancia”. Ryle
iii. Mucho de lo que se ha dicho en relación con “Yo soy el
camino” se aplica también aquí. Jesús es la encarnación
misma de la verdad. Es la verdad en persona. Como tal es la
realidad final en contraste con las sombras que lo preceden
(véase sobre 1:14, 17).
b. Pero así como el camino es un camino vivo, también la verdad es
una verdad viva. Es activa. Se apodera de nosotros e influye en
nosotros poderosamente. Nos santifica, nos guía y nos libera (8:32;
cf. 17:17). Básicamente él es la verdad, él mismo en persona. Pilato
preguntó, “¿Qué es verdad?” (18:38). Jesús aquí en 14:6 responde,
“Yo soy la verdad”.
C. “Yo soy … la vida”.
Jesús no se refiere aquí al hálito o espíritu (πνεῦμα) que anima
nuestro cuerpo. No piensa en el alma (ψυχή), ni en la vida en su
manifestación externa (βίος), sino en la vida como lo contrario a la
muerte (ζωή). Todos los gloriosos atributos de Dios están en el Hijo
de Dios (véase sobre 1:4).
1. Cuando nuestro Señor dice que es “la vida”, quiere decir:
“Yo soy la raíz y la fuente de toda vida espiritual, el redentor
de la muerte y el dador de vida eterna. Por muy débil que se
sienta, todo aquel que me conoce y cree en Mí tiene una vida
espiritual en el presente y una vida gloriosa en la casa de mi
Padre en el porvenir”. Ryle
2. Y como tiene la vida en sí mismo (véase sobre 5:26), es la
fuente y el dador de vida para los suyos (véase sobre
3:16; 6:33; 10:28; 11:25).
3. Posee la luz de la vida (8:12), las palabras de vida (6:68), y
vino para que pudiéramos tener vida y vida en abundancia
(10:10). Así como la muerte significa separación de Dios la
vida implica comunión con él (17:3).
4. Los tres conceptos son activos y dinámicos. El camino conduce a
Dios; la verdad libera a los hombres; la vida produce comunión.
a. El contexto indica que predomina la idea de camino. El
significado parece ser: “yo soy el camino porque soy la
verdad y la vida”. Cuando Jesús revela la verdad redentora de
Dios que libera a los hombres del poder esclavizante del
pecado, y cuando imparte la semilla de vida, que produce
comunión con el Padre, entonces, y por ello mismo, él, como
el camino (que ellos mismos, por gracia soberana, han
escogido), los ha conducido al Padre. Por ello, Jesús prosigue:
D. Es un camino único/ Nadie viene al Padre, sino por mí.
1. Como los hombres dependen absolutamente de Cristo para el
conocimiento de la verdad redentora y también para la chispa que
hace que la verdad viva en sus almas (y para que sus almas vivan
conscientes de esa verdad), se sigue que nadie viene al Padre sino a
través de él. Aparte de Cristo no puede haber verdad redentora, ni
vida eterna; por lo mismo, aparte de Cristo no hay camino al Padre.
Cf. Hch. 4:12. Tanto lo absoluto de la religión cristiana como la
necesidad apremiante de las misiones cristianas resultan evidentes.
2. “Por mí” significa literalmente “a través de mí” como puerta,
entrada y camino. Es una expresión que resultaría particularmente
expresiva para los judíos, que habían sido educados desde su
infancia para acercarse a Dios únicamente a través de los
sacerdotes. Ryle
E. 1. V. 7: [Si me conocieseis […], mi Padre conoceríais]. Esta es una
afirmación muy profunda, como todas las relacionadas con la misteriosa
unión del Padre y el Hijo en el Evangelio según S. Juan.
1. El significado parece ser: “Si me conocieron a mí, entonces
conocerán al Padre al que estoy inseparablemente unido. Nadie
puede conocerme verdaderamente sin conocer al Padre, porque el
Padre y Yo somos uno”. Ryle
2. Desde ahora, dice Jesús, le conocéis, y le habéis visto. La
explicación más obvia parece ser ésta: “Sabéis (reconocéis) al Padre
desde ahora debido a estas mismas palabras, porque ahora os he
dicho claramente que yo mismo soy el camino (y la verdad y la vida)
al Padre, de manera que ahora hay menos excusa que antes para la
ignorancia. Habéis visto el camino con vuestros mismos ojos, físicos
y espirituales”.
3. La gran dificultad de este versículo se deriva de lo misteriosa que
es la cuestión que trata. La relación entre el Padre eterno, el Hijo
eterno y el Espíritu eterno que, a pesar de ser tres personas, son un
solo Dios, es una de esas cosas que ninguna mente puede asimilar y
que ningún idioma puede expresar. A menudo debemos
contentarnos con creer en ello y reverenciarlo sin intentar darle una
explicación. Esto es lo único que podemos decir con certeza:
“Cuanto más conocemos a Cristo, más conocemos al Padre”. Ryle
Aplicación:
Aquí, nuestro Señor enseña que no solo es el camino a la casa de nuestro Padre en
el Cielo, sino que no existe ningún otro y que, si los hombres desean ir al Cielo, no
les queda más alternativa que hacerlo por medio de la fe en su muerte y expiación
vicarias. El Cielo se limita clara e inequívocamente a los que creen en Cristo. Nadie
más entrará en él. Si rechazan a Cristo lo pierden todo. Todo depende de esto.
Entre el pecador y el Cielo no hay más obstáculo que la incredulidad. Un hombre
puede ser pobre e iletrado, pero si tiene fe en Cristo se salvará. Otro hombre
puede ser rico y culto, pero se perderá si no confía en la expiación de Cristo. Ryle
Creyentes: Hermanos tenemos que predicar a Cristo a nuestros seres queridos sin
Cristo no hay camino al cielo. Si ellos mueren sin Cristo no llegaran al cielo, llegaran
al infierno.
Debemos traer niños y enseñarles. A mí me preocupa que cada vez haya
menos niños pero más preocupa que nosotros no nos preocupemos.
Incrédulos: Ustedes que no son cristianos jamás llegaran al cielo si se mueren sin
Cristo. Ustedes necesitan a Cristo. Yo se que mucha gente va a decir que ustedes
están en el cielo, su madre va a querer escuchar de labios del pastor que ustedes
están en el cielo, subirán fotos a las redes diciendo que ustedes descansan en paz,
pero ¿Cómo podrán llegar al cielo sino conocen el camino? Peor aún ¿Cómo
llegaran al cielo siendo que no quieren conocer ese camino? ¿Podrá haber
descanso en el infierno?
VI. Tenemos acceso al conocimiento al conocimiento completo del Padre. No conocemos
más el camino porque somos lentos para aprender. V. 8-9/
A. Con sus ojos físicos Felipe (probablemente representando a los demás; nótese:
muéstranos) evidentemente deseaba ver al Padre; claro está que no negaba la
espiritualidad de Dios y su invisibilidad esencial, pero pedía una teofanía:
una manifestación visible de la gloria del Padre, tal como le había sido
concedida a Moisés y a otros creyentes en la dispensación antigua (Ex.
24:9–11; 33:18). No parecía caer en la cuenta de que a él la había sido dado
un privilegio mucho mayor que el que Moisés había disfrutado en la tierra.
En cuanto a “Señor” véase en 1:38; 12:21.
Quizá se deje constancia de la petición de Felipe a fin de mostrar el poco
conocimiento que los discípulos seguían teniendo de la verdadera
naturaleza de su Maestro, y lo poco que habían comprendido que Él y el
Padre eran uno: “Nos bastaría con ver de una vez por todas al Ser divino a
quien llamas tu Padre. Nos daríamos por satisfechos y todas nuestras dudas
quedarían despejadas”.
B. Señala Melanchton que la petición de Felipe representa el deseo natural del
hombre en todas las épocas. El hombre siente en todos los lugares un anhelo de
ver a Dios. Ryle
1. Mucha gente es como Felipe quiere ver una manifestación de Dios y un
gran milagro para estas satisfechos, pero Cristo nos revelo a Dios y esa
revelación está en su palabra escrita. Nain
C. 9. Somos tardos, lentos para aprender las cosas celestiales. Jesús le dijo: ¿Tanto
tiempo hace que estoy con vosotros y no has aprendido a reconocerme, Felipe?
1. Las palabras de Cristo tienen un matiz de tristeza. Tal ignorancia por
parte de los incrédulos (cp. 1:10; 8:19; 16:3) era deplorable, aunque
esperada.
a. Pero el Señor había invertido su vida en estos hombres. Habían
vivido un día tras otro con “la imagen del Dios invisible” (Col. 1:15;
cp. 2 Co. 4:4); aquel en quien “habita corporalmente toda la plenitud
de la Deidad” (Col. 2:9); “el resplandor de [la gloria de Dios], y la
imagen misma de su sustancia” (He. 1:3). Aun así, a pesar de estar
con Jesús por tanto tiempo, los discípulos no entendían
completamente la verdad sobre Él y su unión con el Padre. JM
a. La expresión “tanto tiempo” es digna de atención si
recordamos que Felipe fue uno de los primeros discípulos a
los que llamó Jesús (cf. Juan 1:43). El significado parece ser:
“Felipe, después de tres largos años, ¿no me conoces y
entiendes completamente?”. Ryle
b. Se podría preguntar, “¿había alguna verdad que Jesús hubiera
enfatizado tan repetidamente como ésta: que él, el Mediador
enviado por Dios, había venido para hablar las palabras y realizar las
obras de Dios; que en estas palabras y acciones revelaba al Padre y
que esta manifestación del Padre en él como mediador descansaba
en la relación eterna e intratrinitaria entre el Padre y él el unigénito
de Dios? Véase los siguientes pasajes: 1:18; 3:33–36; 5:17, 18, 19–
32; 6:29, 38, 57; 7:29; 8:16, 19, 28, 29, 42, 54, 55; 10:15, 30, 33, 37,
38; 12:45; 13:31.
2. [El que me ha visto a mí, ha visto al Padre]. Esta profunda afirmación solo
puede significar: “El que me ha visto por completo con los ojos de la fe y ha
comprendido que soy el Hijo eterno, el Mesías divino, ha visto al Padre, de
quien soy la esencia misma, tanto como puede verlo un hombre mortal”.
Entre las personas de la Trinidad existe una relación tan íntima y cercana
que quien ve al Hijo ve al Padre. Y, sin embargo, debemos asegurarnos de
que, tal como sucede con algunos herejes, “no confundamos a las
personas”. El Padre no es el Hijo y el Hijo no es el Padre. Ryle
La clase de reconocimiento que Jesús tiene en mente es de carácter
espiritual.
3. A la luz de la abundante enseñanza del Señor acerca de este tema (véase
comentario en versículo 9 arriba), la observación “¿cómo puedes decir:
‘muéstranos el Padre’?” no necesita más comentarios.
“¡Tú, Felipe, un viejo discípulo, tan ignorante! Tras escucharme
durante tres años, ¿no debieras conocerme mejor?”. Ryle
4. Los tres perfectos (ἔγνωκας; ἑωρακώς; ἑώρακε respectivamente: no me
has aprendido a reconocer; el que ha visto; ha visto) muestran que una vez
que se ha conseguido este conocimiento o visión espiritual, esto tiene
resultados permanentes.
5. Todo el pasaje indica que la revelación redentora aparte de Cristo resulta
imposible. En el Hijo tenemos la revelación final de Dios. Así como es cierto
que el que ha visto al Hijo ha visto al Padre, también es cierto que el que no
ha visto al Hijo no ha visto al Padre. Lo que a los discípulos les faltaba, sin
embargo, no era una fe genuina como tal sino fe genuina en toda plenitud.
Habían visto, pero, debido a su propia pecaminosidad, no habían visto con
la suficiente claridad. Por ello Jesús continúa, dirigiéndose primero a Felipe
solo:
V. Dos razones por las que deberíamos saber más de este camino. 10-11
A. ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
1. Este pasaje muestra que todo conocimiento respecto a los hechos de la
redención se basa en una fe cristiana genuina. Así es como se consigue un
sólido fundamento para una verdadera epistemología cristiana. La razón no
puede penetrar en estos misterios. El monoteísmo judío se niega a aceptar
la posibilidad de que la esencia divina se pueda manifestar en más de una
persona divina. Sólo la fe cristiana lo hará.
2. La expresión “Yo soy en el Padre, y el Padre en mí” tiene sentido sólo si el
Padre y el Hijo son uno en esencia, o sea, en todos sus atributos divinos. El
Padre y el Hijo (también el Espíritu, mencionado en 14:16, 17, 26) “no
existen aparte como individuos o entidades, como lo hacen los individuos
humanos, sino uno en el otro y uno por medio del otro, como momentos de
una sola vida divina autoconsciente.
3. Los judíos no cometieron el error de pensar que cuando Jesús hizo
afirmaciones de este carácter (véase también 5:17; 10:30) se refería
solamente a la unidad moral o armonía ética. Entendieron claramente que
lo que se pretendía era nada menos que igualdad esencial con Dios (véase
sobre 1:1).
B. Las palabras de Cristo y del Padre. Así Ryle
1. Es indudable que esta es una frase muy elíptica. Su significado se
completaría de esta forma: “Las palabras que yo os hablo no las hablo
independientemente del Padre, el Padre que mora en mi habla en mí.
2. Siempre que Jesús habla, el Padre actúa por medio de sus palabras. ¡Toda
palabra de Jesús es obra del Padre! Esto, sin embargo, no quiere decir que
el Padre actúe como un ventrílocuo que habla a través de un muñeco. Por
el contrario, el Hijo expresa la mente del Padre porque ella es también su
propia mente. En este sentido, cuando el Hijo habla, se realizan las obras
redentoras del Padre, sin embargo, las obras del Padre no se limitan a las
palabras del Hijo. También incluyen sus milagros o señales. Estos sirven
para confirmar la fe, fortalecerla, ayudar a solidificarla. En consecuencia,
Jesús dice:
a. “Una vez más os pido que creáis, todos vosotros, mis palabras
cuando digo que el Padre y Yo estamos tan íntimamente unidos que
Yo soy en Él y Él en Mí”. Ryle
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí
a. Los discípulos vacilaban en la fe (14:1), fe que nunca había sido
fuerte (14:7). Pero lo que haya de fe en sus corazones debe
mantenerse y fortalecerse, sobre todo ahora, que el Maestro está a
punto de partir. Por esto Jesús exhorta de nuevo a sus discípulos a
creer (o, como también se podría traducir el original seguir
creyendo) que él está en el Padre, y el Padre en él (véase en el
versículo 10). ¡Se les apremia a aceptar la palabra de Jesús al pie de
la letra! Esta es siempre la clase más elevada de fe.
b. La dificultad de este versículo surge al olvidar la unión íntima,
misteriosa e indisoluble que existe entre las personas de la Trinidad.
¡Qué poco entendemos todo lo que conlleva la expresión: “El Padre
que mora en mí”!. Ryle
3. v. 11 Las obras de Cristo y su Padre. ; de otra manera, creedme por las
mismas obras.
a. Es indudable que esta es otra frase muy elíptica. Su significado se
completaría de esta forma: Las obras que hago no las hago
independientemente del Padre. El Padre que mora en Mí, en Mí
obra.
b. Pero si aceptar sus palabras es difícil para ellos, que crean debido
a las mismas obras. Estas obras tienen valor de evidencia. Acerca de
esto véase 9:31–33; 10:37, 38; 11:39–44; 20:30, 31: cf. Hch. 2:22;
4:31; 2 Co. 12:12.
c. Aquí, nuestro Señor condesciende ante la debilidad de los
discípulos: “Si no creéis de palabra en la íntima unión que hay entre
el Padre y Yo, creedlo al menos por las obras que hago. Son obras
que nadie podría hacer por su cuenta y sin el Padre”. Ryle
Aplicación:
Cristianos:
Qué ejemplo tenemos aquí de la necesidad de enseñar las cosas una y otra
vez. ¡Es obvio que nuestro Señor ya había enseñado estas cosas a los Once
sin que las entendieran ni las recordaran! Ryle
¡Qué pocos motivos tienen los ministros de hoy día para quejarse por la
escasa consideración en que se tiene su enseñanza cuando esa fue la
experiencia de Cristo mismo! Ryle
Incrédulos:
Aplicaciones
Jesús es el único camino. Nosotros no somos el camino, por nosotros mismos no
podemos llegar al cielo. No es por nuestras obras o sabiduría.
Sin el Camino, no hay viaje; sin la Verdad, no hay conocimiento; sin la Vida, no hay
existencia. Yo soy el Camino que tú debes seguir; la Verdad que debes creer; la
Vida que debes esperar. Yo soy el Camino inviolable, la Verdad infalible, la Vida sin
fin. Yo soy el Camino que es más recto, la Verdad que es más sublime, la Vida que
es verdad, la Vida bendita, la Vida no creada. Si permaneces en mi camino,
conocerás la Verdad, y la Verdad te hará libre, y estarás seguro en la vida eterna.