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No Sufras Mas

Este documento habla sobre la felicidad y la salvación. Primero, explica que la felicidad verdadera no proviene de logros materiales sino de Dios. Luego, cuenta la historia bíblica de Zaqueo, un hombre rico pero infeliz que buscaba a Jesús. A pesar de obstáculos, Zaqueo encontró a Jesús y recibió salvación y gozo. Finalmente, invita al lector a aceptar a Jesús como Salvador para recibir vida nueva y eterna.

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No Sufras Mas

Este documento habla sobre la felicidad y la salvación. Primero, explica que la felicidad verdadera no proviene de logros materiales sino de Dios. Luego, cuenta la historia bíblica de Zaqueo, un hombre rico pero infeliz que buscaba a Jesús. A pesar de obstáculos, Zaqueo encontró a Jesús y recibió salvación y gozo. Finalmente, invita al lector a aceptar a Jesús como Salvador para recibir vida nueva y eterna.

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No sufras mas

No sé cuántas veces te has sentido triste, solo y decepcionado, quizá por alguna meta
que no pudiste cumplir, por algo que anhelaste con el alma, pero al final no fue lo que
creíste (o no cumplió con tus expectativas).
He escuchado gente que dice ¿Cuándo construya mi casa voy a ser feliz?
Pero sucede que cuando la casa está terminada siempre habrá algún problema, como
habitaciones pequeñas, el foco de la casa instalado en un lugar inadecuado,
instalaciones eléctricas, etc. Pero la biblia dice en (Jn 14: 1-4) que Dios nos está
preparando un hogar para que tu y yo podamos vivir.
Lu. 19.1-10 narra la historia de un hombre que tenia todo, pero no era feliz.
Cada minuto, cada segundo, pasan una sola vez, y así también pasan las
oportunidades. No pueden volverse atrás. Qué oportunidad aquella... Jesús pasaba
por Jericó. Solo unos minutos, quizá una hora. Y Zaqueo lo sabía.
Nos dice el relato de la Biblia (v3) que él procuraba ver a Jesús. ¿Por qué un
hombre como él, que era rico y tenía un alto cargo y un trabajo que le ocupaba mucho,
quería ver a Jesús? ¿Curiosidad? Quizá un poco. Pero creo que lo que más le
impulsaba, era ese vacío que sentía en su interior. Esa tristeza crónica que ni el
dinero ni el trabajo ni el alto cargo podían quitar. Esa opresión del corazón que Zaqueo
sentía en aquellos días en Jericó, pero que también el hombre siente hoy. Esa
soledad profunda, aunque estuviese rodeado de personas. Ese grito del alma
que no se conforma con una vida tan hueca.
Sin embargo, había dos "impedimentos" que estorbaban a Zaqueo en su propósito
de ver a Jesús. Uno, era inherente a él mismo: su estatura; el otro era exterior:
una multitud que se interponía. Así también hoy los hombres y las mujeres, son
estorbados en la visión correcta de Dios y de su Hijo Jesucristo. El impedimento
interno, es su estatura espiritual, su naturaleza humana corrupta, mezquina,
egoísta e incrédula. Esta naturaleza los ha hecho mentir, robar, fingir, adorar a dioses
falsos, engañar a los demás y engañarse a si mismos. Todo esto, llamado pecado,
crea una barrera, una verdadera división entre el hombre y Dios. El obstáculo externo,
consiste en una "multitud" de problemas, accidentes, situaciones, circunstancias,
calamidades y también ideologías falsas, a veces elaboradas con un aspecto
"científico", corrientes de pensamiento con mucha reputación humana, pero erradas y
necias, negando la existencia de lo evidente o pintando con la ayuda del "enemigo de
las almas".
Pero Zaqueo no se detuvo a causa de estos impedimentos; buscó algo que le
ayudara a salvar los obstáculos de su baja estatura y de la multitud que
estorbaba. Y encontró un árbol sicómoro y allí ubicado entre sus ramas, tuvo un punto
de vista diferente para ver a Jesús. Nuestro árbol, es la Biblia; las maravillosas
verdades del evangelio nos dan una visión correcta de Dios. Derrumban la imagen
mezquina que la religión tiene de Jesucristo. Sabes, Cristo te ve; Cristo nos ve a
todos. La ve tu necesidad; el ve los detalles de tu situación; conoce tus
circunstancias y sabe que quizá tu problema no tiene solución desde el punto de
vista humano. Él te ve y sabe de tu desaliento, de tu desesperanza. La ve a los
pájaros y dice la Biblia que "ninguno de ellos cae a tierra sin vuestro padre" y "más
valéis vosotros que muchos pajarillos". Pero Cristo te llama. Le dijo date prisa: cuando
el Señor llama no conviene demorar. Cristo llama para salvación. Es un llamado
urgente. También le dijo: es necesario que pose yo en tu casa...: Es necesario que
Cristo pose en nuestro corazón. ¿Vive Cristo en ti? ¿O tan solo es un forastero al que
solo de vez en cuando le prestas alguna atención?
Dice el pasaje en el que estamos meditando, que Jesús le dijo a Zaqueo:
Desciende. Desciende nos dice hoy Jesús a ti y a mí. Desciende del pedestal de tu
orgullo, del estrado de tu propia justicia. Desciende de la suficiencia de tus propios
ideales y de tu propia manera de pensar. Humíllate ante Aquel que es tu creador,
reconoce a Aquel que es la verdad y te muestra tu equivocación. Dile Señor me
equivoqué, Señor he vivido dándote las espaldas, te he ignorado he desdeñado
tus consejos y tu justicia llevada a cabo en la Cruz para tener la mía propia.
¡Señor he pecado!
Dice que cuando Zaqueo descendió y abrió su casa, ¡le recibió gozoso! .Aquel triste
Zaqueo aquel jefe de los publicanos solitario y pequeño, ahora tenía gozo. Al igual que
tú si le abres tu corazón a Aquel que morará para siempre contigo.
Dice en el versículo 7 del pasaje leído que la multitud murmuraba. Siempre que
alguien se decide a seguir a Jesús habrá quien murmure; habrá quien se
oponga. Puede ser un pecado que no queremos abandonar, una religión o una
tradición que no queremos dejar. Alguna amistad que nos criticará. A Zaqueo no le
importó lo que dijeran. Y él fue salvo. ¿Lo serás tú? Dios quiera que si. El te
llama... ¡Date prisa! Desciende y recibe a tu Salvador. Dile: Señor, quiero que
entres a mi vida, a mi corazón, y me des esa vida que perdura esa vida nueva. Te
acepto como mi Salvador y mi Señor. Límpiame Señor de todos mis pecados.
Amén

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