Articulo Tobena PE28
Articulo Tobena PE28
FLACSO ARGENTINA
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
28
propuesta@flacso.org.ar
ISSN 1995- 7785
ARGENTINA
2007
La interpelación intelectual a la escuela ante la reconfiguración cultural.
Por Verónica Tobeña,
Propuesta Educativa Número 28 – Año14 – Nov. 2007 – Vol2 – Págs. 75 a 82
La interpelación intelectual a la escuela
ante la reconfiguración cultural
El caso de Beatriz Sarlo
Verónica Tobeña*
1. Introducción
Las cualidades de la época que hoy rasgos de cada una de estas esferas
habitamos son radicalmente distintas (Sidicaro, 1998), la expansión y proli-
de las que caracterizaron el tiempo en feración de los medios masivos de co-
el que se trazaron las líneas rectoras municación y las nuevas tecnologías
que debía seguir la institución escolar. de la información (Martín Barbero,
Además de ser cargada con la fuerte 2002) son todos fenómenos que con-
responsabilidad de incluir a los alum- tribuyen a remover el piso en el que se
nos y sus familias a un colectivo na- había cimentado la escuela.
cional que se pretendía homogéneo
y compacto, la escuela nació con el
mandato de transmitir conocimientos
En virtud del fenómeno de la globali-
zación, el proceso de construcción de
Artículos
y saberes que se debían legar a partir las identidades no tiene como elemen-
de la palabra escrita. La hegemonía tos articulables sólo los que provee el
del libro y la lectura fonética signó a Estado nacional, en buena medida, a
Investigadores
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las prácticas de enseñanza escolar y le través de la escuela por medio de las
confirió a esta institución una meto-
dología de trabajo basada en la linea-
ficciones1 que construyen la idea de la
argentinidad o las marcas identitarias
jóvenes
lidad y el orden secuencial (Quevedo, que provienen de la pertenencia fa-
2003), tal como imponía un mundo miliar y social. La configuración de la
regido por la lógica del libro. identidad hoy tiene referentes múlti-
Esta sección se propone gene-
ples y variados que vuelven cada vez
la institución escolar en virtud de dos démica” y la “historia de divulgación”, sujetos (Sarlo, 1994 y Sarlo, 2001). Nos
fenómenos propios del escenario cul- puede pensarse la diferenciación reali- preguntamos qué relación tienen el
tural de nuestra época: la expansión zada por Sarlo entre el conjunto de ele- declive de la lectura de libros y la pro-
y el éxito de versiones populares de mentos que integran la cultura letrada fundización de la indiferencia que el
la historia, y la centralidad que pro- y los que son propios de la cultura de público tributa a las vertientes más
gresivamente adquieren las nuevas la imagen. En lo que respecta a esta académicas de la historiografía con la
tecnologías de la información y la co- última dicotomía, la comparación o la crisis que atraviesa la escuela en tanto
municación en la vida social y cultural correlación con la anterior es tentadora transmisora cultural.
de los jóvenes. porque se edifica a partir de los mismos
supuestos, y porque en ambos casos Para despejar esta cuestión es insos-
se apela a la escuela como institución layable la pregunta por las causas del
encargada de subsanar la degradación fracaso de la escuela en su función de
cultural que opera la cultura de masas mediadora simbólica y de máquina
2. Historia de divulgación y (Sarlo, 2004; 2006b; 2006c). cultural3. ¿La escuela fracasa porque el
cultura de masas procesamiento de su propuesta cultu-
En principio hay que decir que para ral y sus mecanismos de transmisión
En un artículo titulado “Historia aca- Sarlo el descentramiento cultural2 al de conocimientos son más complejos
démica vs. Historia de divulgación” que asiste nuestra época es sinóni- frente al de las nuevas tecnologías de
y publicado por el diario La Nación, mo de decadencia. La hegemonía de la información, o porque su paquete
Beatriz Sarlo (2006a) presenta en cla- la imagen propia de nuestro tiempo cultural carece de atractivo para una
ve comparativa los rasgos específicos representa desde su perspectiva una generación habituada a convivir des-
que adoptan cada una de estas re- amenaza para el desarrollo intelectual de siempre con la televisión y casi no
construcciones del pasado nacional. del público. Desde esta óptica, las ex- tiene conciencia de que Internet es un
En las versiones populares del pasado, periencias e intercambios que surgen hecho histórico social que modificó
la autora identifica formas narrativas de la relación con las nuevas tecnolo- los modos en que se organiza nuestra
del complot, revelación de las “histo- gías de la información no conducen a relación con el mundo, con el conoci-
rias secretas”, denuncia de las conspi- un incremento del conocimiento y el miento y con los otros?
raciones existentes entre el saber y el saber. Dichos artefactos culturales an-
poder para ocultar la verdad de los tes de ser valorados como medios que Si pensamos que la culpa de la cre-
nos ponen en contacto con mundos ciente impopularidad del libro y de
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hechos pasados, etc., como estrategias
a las que apelan estos productos para desconocidos —capaces de articular las interpretaciones de la historiogra-
conseguir el éxito, de modo de “cerrar elementos y materialidades heterogé- fía profesional son producto de la ge-
sentidos sobre los hechos del pasado y neas (imagen, sonoridad, textualidad) neralización de una cultura de lo fácil
articularlos en una explicación suficien- que abren nuevas posibilidades de propiciada y expandida por y gracias a
te y simple cuya verdad se decide por el aprehender y experimentar y de con- los medios, la escuela resultaría excul-
veredicto del público de la industria cul- jugar los sentidos y el intelecto— o pada de su responsabilidad moral ante
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tural para el que se escriben”. como portadores de una nueva episte- el mandato de transferir un paquete
me son juzgados como obstáculo epis- cultural, ya que sería la instalación de
De acuerdo con esta mirada, la falta temológico (Martín Barbero, op.cit.). artefactos culturales y de valores con-
de interés que inspiran las elaboracio- Desde esta mirada el conocimiento trarios a los que ella propugna lo que le
nes académicas de nuestros tiempos sólo puede ser transmitido por la pa- impide llevar adelante su tarea con éxi-
pretéritos se da, en parte, como conse- labra escrita porque sólo allí descansa to. En cambio, si consideramos que este
cuencia del poco atractivo que guardan algún saber. escenario es el correlato de las trans-
para el público masivo las explicaciones formaciones culturales que vienen su-
fuertemente condicionadas por el rigor friendo las sociedades modernas hace
metodológico, el obsesivo cuidado por varias décadas y que tienen como efec-
el respeto de las reglas que se dan al to una profunda reorganización en las
interior del campo académico, la pre- 3. El llamamiento a la escuela estructuras del sentir, del conocer y del
sentación compleja de los fenómenos ante la “degradación cultural” pensar, la escuela y su falta de prestigio
y los “cierres” siempre parciales y nunca simbólico también pueden explicarse
definitivos que se dan a la interpreta- Ahora bien, ante este panorama en el por las mutaciones que introduce el
ción de los hechos. Según esta postura, que la balanza se inclina a favor del mismo fenómeno epocal.
la adhesión extendida a los formatos triunfo de las versiones populares de
masivos tiene su principal raíz en que la historia y del lenguaje audiovisual, Sarlo parece inclinarse por la primera
la construcción de estos relatos se rige la escuela no puede devolver equili- hipótesis, esto es que debido a la deca-
por las reglas del mercado, mientras brio reivindicando la veracidad de las dencia cultural el lugar subalterno que
que la historia que reproducen los es- versiones académicas de la historia y ocupan los productos pertenecientes
pecialistas está atada a las reglas inter- exigiendo un retorno a la lógica del a la cultura erudita en la escena cultu-
nas del campo académico. libro, porque esta institución ha per- ral actual arrastra en su desgracia a la
dido, al igual que la historia profesio- escuela, la que no encuentra asidero
En otro plano, pero de forma paralela al nal y el texto escrito, su legitimidad y en una sociedad fagocitada por la fas-
binomio que integran la “historia aca- su capacidad de interpelación a los cinación que generan los medios.
Esta creencia en el deslumbramiento en un universo regido por la lógica del ciando a arribar a un gran relato o a
que despiertan los distintos produc- libro y que tramita la brecha tecnoló- una vasta teoría explicativa de la tota-
tos y artefactos que componen el gica que crece entre ellos y las nuevas lidad. Este abordaje no se reduce a una
menú de la industria cultural ha sido generaciones desde la crítica impug- acción traductora o de cartero como
impugnada por otros críticos cultura- nadora de lo nuevo; actitud defensiva simplifica la autora, sino que produ-
les que se preguntan acerca de qué de un orden que, por la incapacidad ce una intervención ligada a la figura
fascinación puede producir un medio de entender la reconfiguración cultu- del intérprete en tanto las sociedades
como la televisión que constituye el ral y el nuevo orden simbólico que se son más centrífugas que centrípe-
medioambiente natural de la genera- articula con ella, objeta desde el argu- tas, es decir, en tanto las formaciones
ción joven de nuestra época (Martín mento del caos y el deterioro cultural sociales se presentan fragmentadas,
Barbero, op.cit.). Jesús Martín Barbero una batería de artefactos culturales discontinuas, hibridadas y no puede
(1987) impugnó hace tiempo la lectu- que se miran con extrañamiento (Mar- identificarse un proyecto común. Ese
ra determinista de los medios y acen- tín Barbero, 2002). La incapacidad de proyecto tenía que ver con la utopía
tuó la importancia de la pertenencia las generaciones que se criaron en lo moderna y con el trabajo que en pos
cultural como mediación clave para que McLuhan bautizó como la Galaxia de ese sueño encaraban los intelec-
la recepción/interpretación del mun- Guttemberg para adaptarse a las nue- tuales legisladores.
do, y consecuentemente contribuyó a vas tecnologías de información y co-
potenciar una nueva manera de mirar municación, así como sus dificultades La posmodernidad, signada por los
los medios y con ello, una estrategia para incorporarlas como herramientas efectos de la globalización que seña-
para mantener ligado el estudio de la para el conocimiento explica, según lábamos en la introducción, hace es-
comunicación en su intersección con subrayan algunos teóricos, su ape- tallar el suelo común a partir del cual
la cultura4. lación a argumentos gerontocráticos construir o perseguir un horizonte
(Dussel y Caruso, 1998, pág. 48), ya que que contemple a todos. La fragmen-
La postura de Sarlo deviene del lugar allí se condensa una crítica a los cam- tación sociocultural de las sociedades
de enunciación (Mignolo, 1998, pág. 45) bios de valores que evidencia un nar- contemporáneas interpela a los inte-
desde el cual se analiza la nueva confi- cisismo generacional (Puiggrós, 1993, lectuales como observadores del tipo
guración del espacio cultural. La cultura citado en Dussel y Caruso, 1998). de cultura que opera en los distintos
legada por la Ilustración y la tradición grupos, en tanto mediación simbólica,
humanista es la principal matriz desde Este narcisismo generacional se crista- atentos a las instituciones y las expe-
la que se juzga la reconfiguración del liza en un artículo titulado Retomar el riencias que articulan lo imaginario y
universo simbólico que se está dando debate (2001) en el que Sarlo polemi- lo real. No como simples mediadores 77
en las sociedades posmodernas. Desde za con otros intelectuales que la tildan y traductores entre diferentes cultu-
allí, la materialidad de los nuevos arte- de “nostálgica” en virtud de sus postu- ras o realidades como espeta Sarlo.
factos culturales, en tanto no se apoyan ras críticas irreconciliables con la con- Esto no implica necesariamente una
exclusivamente en la palabra escrita o dición cultural contemporánea. Allí la renuncia a sus valores, sino que supo-
no se ajustan a las reglas de legitima- autora declara suscribir al rol legislador ne un compromiso político atento a la
rasgos característicos que asumen los detentó la cultura ilustrada que la iden- Por supuesto que Sarlo discute fuer-
intelectuales se alejan del mandato le- tifica, y con el peso que figuras como la temente con esta matriz interpretati-
gislador y se alinean mayoritariamente suya tienen al interior del campo, de va porque a sus ojos reduce la toma
con la intención interpretativa, aunque modo que ante el lugar secundario en de partido estética, el posicionamien-
—como bien afirma Barman— con- el que ponen a dicha cultura las trans- to político y el peso de la ideología a
viven con este tipo de intervenciones formaciones mencionadas, la propia una lucha por el prestigio o la legi-
otras todavía regidas por el estilo ante- posición al interior del campo condi- timidad. Desde su perspectiva, esta
rior, el moderno, en la medida en que ciona fuertemente la acogida con que definición institucional de lo que es
aún se confiesan comprometidas con se reciben estos cambios. En virtud de la cultura que propone la lógica de
ese proyecto utópico. las transformaciones que introducen los campos es insuficiente puesto
los procesos tecnológicos, económicos que no pondera para su análisis las
El apego de Sarlo al proyecto moder- y simbólicos dentro del campo cul- características intrínsecas de cada
no la lleva a producir una operación tural, el status quo hasta entonces allí uno de los agentes, esto es, sus pro-
similar a la que García Canclini (1989) reinante se ve, cuanto menos, inevita- piedades inherentes y el modo en
identifica en Habermas y que tiene blemente desafiado y discutido. De esa que éstas contribuyen a configurar
que ver con encumbrar un ideal de discusión participan distintos agentes de un modo u otro al campo. Oponer
la modernidad desprovisto de sus as- del campo que a través de sus inter- la cultura culta a la cultura de masas,
pectos más autoritarios, antilibertarios venciones y sus creaciones buscan, de la cultura escrita a la cultura popular,
y nihilistas. Estas contradicciones son acuerdo con la posición dominante, el pensamiento crítico al neopopular,
eludidas por la autora al identificar a la dominada o de outsider que ocupen no es, desde el prisma que propone
modernidad con una visión libertaria reproducir, impugnar, replantear o de- utilizar Sarlo para zanjar la cuestión,
de la escuela, con una mirada purifi- safiar el sistema de valores y de jerar- una simple estrategia para conservar
cada de la Ilustración y con una con- quías que éste constituye. un prestigio ya ganado o conseguir
cepción emancipatoria del paradigma la legitimidad deseada. Su planteo
pedagógico. Al igual que Habermas, La revolución cultural que introducen es que el mantenimiento de las di-
Sarlo se rehúsa a abandonar el com- los fenómenos y las prácticas vincula- cotomías y las distinciones al interior
promiso intelectual con una sociedad das con la globalización, como la televi- del menú que propone la economía
más democrática e igualitaria en la sión e Internet, ponen en entredicho el cultural tiene resortes políticos, esté-
que no existan propuestas simbólicas lugar hegemónico que ciertas figuras ticos e ideológicos y no meramente
con distintas valencias en función de relacionadas con la “alta” cultura solían utilitarios como propone el razona-
78 los públicos a los que van dirigidas, ocupar al interior del campo; lo mismo miento sociológico. “El pluralismo y
sino una cultura culta que, gracias a la produce la injerencia que ha cobrado la neutralidad valorativa no significan
acción pedagógica de la modernidad, la lógica del mercado dentro del cam- lo mismo en la esfera del arte que en la
consiga ser patrimonio común y delei- po (García Canclini, op. cit.). El poder, el perspectiva desde la que se juzgan las
te estético para la mayoría. Desde esta peso específico del capital simbólico diferencias entre los pueblos”, alerta
perspectiva, es la fórmula moderna, que poseen intelectuales del linaje de Sarlo (1994: pp. 170-171). Pero a esta
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principalmente a través del dispositi- Sarlo, dependen de la posición que reivindicación Bourdieu respondería
vo escolar, la única eficaz para concre- ocupan al interior del campo. Su auto- que es gracias a la autonomía relativa
tar ese ideal. ridad se ve socavada si sus propieda- del campo cultural que esa postura
des de posición —que no se reducen puede ser defendida, es decir, que es
Al analizar la postura de la autora a la a sus características intrínsecas sino gracias a la emancipación de la reli-
luz de la teoría de los campos de Bour- al modo en que participa del campo gión y de la política que la producción
dieu (2002)6 puede arriesgarse una cultural— se resienten ante la compe- cultural ha conquistado a partir de su
hipótesis del por qué de esta mirada tencia que le presentan una serie de fi- entrada en el mercado, el hecho de
centrada en el valor de la cultura letra- guras, artefactos y productos que me- que todos los posicionamientos esté-
da. Si enmarcamos dentro de la lógica dian la relación de las personas con el ticos, políticos e ideológicos ingresen
del campo cultural la elección de recu- mundo y entre sí, y que adquieren una a competir por su lugar en el campo.
sar valor estético a todos los productos centralidad inédita en la dinámica de De acuerdo a la mirada de García Can-
que se producen al calor de la industria la vida cotidiana. Esta mutación cultu- clini (Ibídem), esto implica compren-
cultural, y al mismo tiempo relaciona- ral no deja demasiados caminos: con- der que las diferenciaciones en las
mos esto con la historia de este campo, duce a la descalificación de los nuevos valencias estéticas y culturales siguen
con su configuración hasta el arribo centros de legitimación en que basan presentes pero que es el mercado el
de las mutaciones de las que venimos su poder los nuevos creadores, esto que consolida la posición que a cada
hablando y con las propiedades de po- es, el público; o bien impele a los inte- una le toca ocupar al interior del cam-
sición que sus agentes detentan allí, la lectuales de viejo cuño a abandonar po cultural y no el capricho político, la
posición de esta Sarlo dentro del cam- el lugar de la legitimidad heredada voluntad religiosa o el buen juicio de
po puede constituir un dato muy elo- del pasado para comenzar a asumir los representantes del saber erudito.
cuente para comprender su postura. un papel menos confortable aunque Esto no significa que la lógica de los
Desde la lógica de los campos de Bour- más prolífico para la comprensión de campos culturales se restrinja a cum-
dieu, este posicionamiento puede leer- la nuevas coordenadas culturales que plir con los mandatos del mercado o
se como la necesidad de reproducir el estructuran y median las relaciones del público “pero si se subordina a ellos
lugar hegemónico que hasta entonces humanas en el entorno social. con lazos inéditos” (pág. 60).
¿Qué política educativa cabe entonces tituciones?, ¿por qué el conflicto que das las culturas y subculturas alternati-
ante el avance de los medios masivos efectivamente existe entre los medios vas a la legítima con las que se sienten
de comunicación desde la mirada le- masivos y la escuela no es productivo? identificados los alumnos, no hay que
trada? Para Sarlo la respuesta es una: A nuestro modo de ver, el conflicto en olvidar que la arbitrariedad cultural de
ante la invasión de las tecnologías y el que están trabadas estas institucio- la escuela también está basada en el
los productos de la industria cultural nes es espurio en tanto el punto de poder que le fue conferido al ser con-
debemos resistir e insistir con más li- partida de la escuela consiste en negar sagrada como “el” espacio legítimo
bros. No hay tregua, para la perspecti- y anular todas esas interpelaciones a de aprendizaje (Bourdieu y Passeron,
va erudita: las que fueron expuestos los sujetos 1977). A la luz del desprestigio simbó-
antes de ser requeridos como alum- lico del que es acreedora hoy, quizás
“…. es la televisión en sí misma, y no nos y que los han constituido previa- es tiempo de que la escuela reconozca
algún tipo de programa, la que refleja mente en consumidores, televidentes, que hay conocimientos que circulan
y refuerza la incultura y estupidez de fans de una banda musical. Es innega- por otras instituciones y otros artefac-
las mayorías. Con el argumento de que ble que lo que se mezcla en la mezcla tos culturales que están cuestionando
‘para ver televisión no se necesita apren- es decisivo para el producto final, pero su carácter arbitrario en tanto se arro-
der’, la escuela —que lo que enseña cómo lograr que se amase el producto ga ser el único espacio legítimo para
es a leer— no tendría nada que hacer. final con aditamentos de la composi- transmitir conocimientos.
Ninguna posibilidad, ni necesidad, de ción letrada si previamente esos con-
formar una mirada crítica que distinga dimentos no seducen a quien debe
entre la información independiente y la incorporarlos en la mezcla. El foco de
sumisa al poder económico o político, la cuestión debería ponerse entonces
entre programas que buscan conectar en cómo seducir desde la escuela para 4. Palabras finales
con las contradicciones, los dolores y que esa masa cultural que los alumnos
las esperanzas de las gentes y los pro- traen consigo se sazone con su pro- Para concluir estas páginas, nos gusta-
gramas que nos evaden y consuelan.” puesta. Si tanto importa qué se mez- ría reflexionar sobre los supuestos que
(Barbero, 2002, pág. 51). cla, por qué no establecer entonces un a nuestros ojos sostienen este tipo de
puente para la relación pedagógica a posicionamientos desde la comuni-
Sarlo piensa desde una tradición para partir de algún producto de la cultura dad intelectual, que es, al fin y al cabo,
la cual la cultura legítima sigue sien- de masas. sobre el colectivo que nos permite
do, a pesar de la revolución cultural, reflexionar una figura paradigmática
aquella basada en la alfabetización y Para el caso de la historia llamada de del pensamiento de la cultura como 79
el paradigma pedagógico; no puede divulgación, este tipo de abordajes im- Beatriz Sarlo.
pensar por fuera de una serie dentro pide la posibilidad de pensar por fuera
de la cual la única innovación posible de los rótulos tradicionales (cultura El punto al que nos queremos referir
es la vanguardia estética. Es decir, acos- culta – cultura de masas) que suelen es el de la cultura popular. Sarlo pien-
tumbrada a pensar dentro del sistema guiar la acogida que prestamos a esos sa a la cultura popular en singular y
tampoco parece una operación que ción en la construcción de las ficciones logía y el sostenimiento de las con-
considere deseable, ya que su preocu- identitarias y en el cumplimiento de vicciones políticas lo que define al
pación está puesta en la transmisión la función de mediadores simbólicos. intelectual. Pero esta postura se revela
de un conjunto de valores basados en La crisis de la escuela implica, desde normativa cuando se constata que no
la alfabetización y el paradigma peda- la concepción de la cultura popular basta con que las intervenciones inte-
gógico. Para decirlo en términos de Pi- de Beatriz Sarlo, la crisis de “la cultu- lectuales estén guiadas por conviccio-
glia, desde la óptica de Sarlo la miseria ra”, la imposibilidad de hacer jugar en nes políticas e ideológicas sino que es
es antes que nada miseria simbólica, las nuevas generaciones y en los sec- imprescindible que esos valores sean
lo popular se expresa como pobreza tores populares el patrimonio ilustra- los correctos, esto es, que sean los va-
simbólica antes que económica. do. En tanto el sistema de enseñanza lores de la Ilustración.
escolar tiene como principal función
¿Qué implican estas representaciones la “conservación cultural, (…) y está En suma, el planteo de Sarlo nos per-
del mundo popular en lo que respecta constreñido a fundamentar y delimitar mite acceder a un posicionamiento
al análisis de la reconfiguración cul- de manera sistemática la esfera de la paradigmático al interior de la comu-
tural? ¿De qué tipo de intelectual nos cultura ortodoxa y la esfera de la cultura nidad que reflexiona sobre la cultura
hablan las consideraciones de las que herética.” (Bourdieu, 2002, pág. 38), la y que divide sus aguas. Por un lado,
parte Sarlo? En tiempos de crisis de los interpelación a la escuela frente a su está representada la postura que lla-
grandes relatos y de desprestigio in- declive simbólico constituye un gesto ma a superar la identificación cultural
telectual, ¿qué lectura hacer de estas a favor de la conservación de un lu- por una búsqueda de empatía cultu-
intervenciones? gar destacado para la cultura letrada. ral que permita desandar los caminos
La crisis escolar a la que refiere Sarlo más sinuosos que anduvo la moderni-
Una concepción de la cultura popular representa la puesta en jaque del lu- dad8 y, por otro, aparece la defensa de
como cúmulo de saberes y costum- gar destacado del discurso intelectual la conservación de un conjunto de va-
bres ligados a la tradición, al atraso dentro del campo de la cultura. Indi- lores y de estrategias vinculados con
y al iletrismo, incapaz de hacer jugar rectamente su intervención contribu- el proyecto moderno clásico para re-
positivamente elementos, experien- ye a defender el lugar que la cultura sistir los cambios. La primera reacción
cias o bienes ajenos a su constitución erudita le tiene reservado y que la ante la posmodernidad apunta a una
más primaria conduce a conclusiones escuela se encargó de legitimar con la aceptación de las transformaciones
muy distintas de las que propicia una transmisión de su arbitrario cultural, a mientras que la segunda trabaja para
noción del mundo popular que parte, partir del gesto de violencia simbólica su impugnación.
80 como fundamento inicial, de desnatu- que implica la imposición de un siste-
ralizar a la cultura legítima al presen- ma de valores. La transformación está en marcha;
tarla como el producto de una cons- depende de las actitudes de toda la
trucción social e histórica, resultado Si lo que inquieta a los intelectuales es comunidad que reflexiona y trabaja
de luchas sociales por la imposición la posibilidad de una transformación para la cultura que los elementos que
del sentido de lo que es cultura eleva- cultural que arrase con los valores en se consideren valiosos e imprescin-
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da y lo que es cultura popular. los que se apoya la escuela y la cultura dibles en lo que resulte de la nueva
legítima, el punto de partida puede es- síntesis simbólica no brillen por su
Los supuestos de los que parte Beatriz tar dado por aceptar y asumir los cam- ausencia. Sólo una intervención que
Sarlo deben enmarcarse en el con- bios acontecidos para luego tratar el esté a la altura de los tiempos que co-
texto de la reconfiguración cultural y rol que en nuestra historia ha cumpli- rren y que se plantee sobre la base de
de una de las transformaciones que do la cultura letrada y para responder las mutaciones acaecidas en el plano
mejor ha captado la autora, que tiene qué tan responsable es su rigidez de sociocultural tendrá posibilidades de
que ver con el desprestigio simbólico los modelos “abyectos” que caracteri- trascender a los ordenamientos que la
en el que ha caído la escuela y el pro- zan el sustrato cultural posmoderno. posmodernidad está estructurando.
tagonismo que en su lugar tienen los
medios masivos de comunicación y Desde la postura de Sarlo es precisa- Recibido: octubre 2007
las nuevas tecnologías de la informa- mente la defensa de la propia ideo- Aceptado: 9 de noviembre de 2007
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Notas
1
Shumway (2002) llama ficciones orientadoras a esos relatos que una nación se inventa para instituir los rasgos de la comunidad y
de esta manera proveer de narrativas que interpelen a los individuos como ciudadanos de una nación.
2
Retomamos esta expresión de Barbero (op.cit.): con ella intenta dar cuenta del desplazamiento del libro del lugar central que
solía ocupar en la cultura y de su reemplazo por la imagen visual.
3
Beatriz Sarlo (1999) bautizó con este sintagma a la escuela de las primeras décadas del siglo XX por partir de su eficacia simbólica
y su capacidad de producir identidades a partir de la narrativa nacional.
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El caso de Menocchio que nos acerca Ginzburg (1981) es un ejemplo bien ilustrativo de las afirmaciones de Barbero; en la misma
dirección van los trabajos de muchos de los teóricos que se ocuparon de observar lo que ocurre en la recepción. Puede consul-
tarse, entre otros, a DE CERTEAU, M., La invención de lo cotidiano: artes de hacer, México, Universidad Iberoamericana, 1996; y a
CHARTEIR, R., El mundo como representación. Historia cultural: entre práctica y representación, Barcelona, Gedisa, 1999.
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Entendemos con Grignon y Passeron (1991) al dominocentrismo como el estudio o la indagación de fenómenos o sustratos cul-
turales centrados en la cultura dominante o consagrada como legítima y juzgados a partir de allí.
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Cómo se verá en el análisis que se presenta a continuación se parte de una concepción del campo cultural que integra en su
interior al campo intelectual. Si bien para Bourdieu cada campo es autónomo de los demás porque cada uno reproduce lógicas
y reglas de juegos que le son específicas, para el caso latinoamericano esta independencia de los campos entre sí no es tan clara
por lo que proponemos un uso flexible y amplio del concepto de campo cultural.
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Estas fueron las hipótesis que estuvieron en la base del único estudio que conocemos de este fenómeno realizado desde una
matriz sociológica que logra soslayar el prejuicio cultural. Nos referimos a una investigación de Pablo Semán (2006) que tuvo por
objeto los principales títulos de la literatura que trata la identidad y la historia argentina desde 2001, observaciones de presen-
taciones de dichos libros y entrevistas a lectores en la Feria del Libro 2005, y las reseñas críticas que el ámbito académico dedica
a estas producciones. El trabajo subraya la importancia de considerar el momento histórico en que este tipo de literatura surge
(año 2001), al mismo tiempo que expresa el desatino de considerar la apropiación que sus lectores hacen de estos libros en clave
pasatista o desde el argumento de la “buena voluntad cultural”. La turbulencia de los años en los que aparece la historia de masas
(que, recordemos, tiene por estilo la retrospección al pasado en busca de las respuestas a las encrucijadas y las dificultades que
plantea el presente) y la superposición del actor que protagonizó el estallido del 2001 y el lector promedio de esta literatura
(clase media) resultan para este estudio muy sintomáticas. En resumen, el estudio concluye: “(…) estos libros han mediado en la
reconstitución de los sentimientos nacionales, y los compromisos políticos, en una secuencia que ha pasado de expresar la distancia y
la expatriación simbólica a enunciar ciertas formas de compromiso histórico-político. En esa secuencia estos libros han articulado la
demanda de explicaciones por el “fracaso nacional”, las narraciones histórico-políticas de la nación en que se entraman y renuevan las
matrices liberales, populistas y jacobinas y los efectos de reconstitución de esos relatos que se han originado en los últimos treinta años
de nuestra historia”.
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El posicionamiento más paradigmático de esta mirada sobre la cuestión lo encarna Néstor García Canclini.
Resumen Abstract
El presente trabajo recorre la literatura de Beatriz Sar- The following work cover the literature work of Beatriz
lo y algunas de sus intervenciones en la prensa escri- Sarlo and some of her interventions in the written press
ta en las que sobresale una interpelación a la escuela where a interpellation to the school’s posture in front of
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ante las transformaciones culturales que introduce el the cultural transformations introduced by the globaliza-
fenómeno de globalización y la escena posmoderna. El tion phenomenon and the post modern scene. These ar-
artículo analiza cómo ésta crítica cultural interpela a la ticles analyze how this cultural critic questions the school
institución escolar en virtud de dos fenómenos propios institution hereunder two proper phenomenons of our era:
del escenario simbólico de nuestra época: la expansión The expansions and the success of the popular versions of
y el éxito de versiones populares de la historia, y la cen- the history and the centrality that progressively acquires
tralidad que progresivamente adquieren las nuevas the new technologies of information and the communi-
DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS
tecnologías de la información y la comunicación en la cation in the social and cultural life of the young people.
vida social y cultural de los jóvenes. El análisis revela una These analyzes reveals a valorisation of both phenome-
valoración de ambos fenómenos por lo general negati- na’s as generally negative, as the first ones are judged as
va, ya que los primeros son juzgados como medios in- insufficient media to achieve the complexity and the dif-
suficientes para asir la complejidad y las diferentes en- ferent entrances that the past allows and deserves, and the
tradas que el pasado permite y amerita, y los segundos second ones are considered as useless cultural artefacts to
son vistos como artefactos culturales inútiles para la the promotion of a fruitful approach and with a critic spirit
promoción de un acercamiento fructífero y con espíritu to those components that themselves propose. From this
crítico hacia los contenidos que ellos mismos proponen. diagnosis the author rescue the school, on one hand, as an
A partir de este diagnóstico, la autora rescata a la escue- space from where can be rebuilt the density and complex-
la, por un lado, como el espacio a partir del cual reponer ity to the knowledge of our history, and on the other hand,
densidad y complejidad al conocimiento de nuestra to thwart the dulling thought that produce the image and
historia, y, por otro, para contrarrestar el embotamiento the culture of the ephemerons and the fragmentary that
del pensamiento que produce la imagen y la cultura de the new technologies of the information and communica-
lo efímero y lo fragmentario que promueven las nuevas tion propose.
tecnologías de la información y la comunicación.
Recibido el 14 de marzo
Aceptado el 10 de abril de 2007