1.
TITULO:
  INFLUENCIA DEL HÁBITO ALIMENTICIO EN EL ÉXITO ACADÉMICO
  EN LA ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE LA MEDICINA
  HUMANA DE LA UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES – HUANCAYO.
2. DEFINICIÓN DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN
  Sobre la base de estos hechos se ha decidido estudiar los siguientes aspectos:
  -   Relación del hábito alimentario de los estudiantes con el éxito académico.
  -   Relación de los estudiantes en el promedio ponderado acumulado.
  -   Relación de los estudiantes con el grado de ingesta energética (glucosa) éxito
      académico.
  -   Relación existente entre las condiciones socioeconómicas, y éxito académico.
  -   Porcentaje de estudiantes con poca ingesta energética existentes y el éxito
      académico.
3. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
  3.1   Planteamiento del problema
        En la sociedad peruana los hábitos alimenticios difieren en calidad, y
        cantidad y horario, estas características es resultado de múltiples factores:
        como el nivel de ingreso de las familias, la composición e los alimentos en
        la dieta, la capacidad de asimilación, ocasionando estados nutricionales
        deficientes en la mayoría de los escolares de primaria, secundaria y por ende
        en el nivel universitario. La nutrición desempeña un papel primordial en la
        salud de los individuos, pues de los imbalances en ésta, se derivan
        enfermedades carenciales, que si ocurren en la infancia, alteran el
        crecimiento normal y desarrollo del individuo y en la edad adulta interfieren
        con el desempeño y productividad de la persona, los factores que influyen en
        la alimentación del individuo que pueden afectar una buena nutrición, como
        por ejemplo la educación, las costumbres, la religión, las creencias, el estado
        emocional, la funcionalidad del tracto gastrointestinal, el dinero y muchos
        más. La desnutrición está en relación directa con el rendimiento académico
        en la educación superior y requiere un estudio minucioso de las causas y
        consecuencias. La desnutrición es consecuencia de la mortalidad en la niñez,
        la frecuencia y gravedad de las enfermedades, el crecimiento físico, la
        productividad y el desarrollo mental. La desnutrición es un problema de
        bienestar, no de desarrollo. La desnutrición influye desfavorablemente en el
        desarrollo mental, físico, productividad y los años de una vida activa y
        repercute en forma considerable sobre el potencial económico del hombre.
        La desnutrición se encuentra ligada directamente con la insuficiencia
        intelectual e influye en el aprendizaje de la instrucción académica básica,
        también motiva su capacidad de concentración, los estudiantes desnutridos
        carece de curiosidad y de avance lento en sus estudios.
  3.2   FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
        A. Problema General
             ¿Cómo influye los hábitos alimenticios en el éxito académico de los
             estudiantes de la Escuela Académico Profesional de Medicina Humana
             de la Universidad Peruana Los Andes?
        B. Problemas Específicos
             -    ¿Qué relación existe entre los hábitos alimenticios y el éxito
                  académico?
             -    ¿Cuál es el rendimiento del promedio ponderado acumulado del
                  estudiante?
             -    ¿Qué porcentaje de glicemia tiene el estudiante?
             -    ¿Qué tipos de alimentos ingiere el estudiante?
4. OBJETIVOS:
  4.1   Objetivo General:
        Determinar la influencia del hábito alimenticio en el éxito académico de los
        estudiantes de Escuela Académico Profesional de Medicina Humana de la
        Universidad Peruana Los Andes .
  4.2   Objetivos Específicos:
        a.       Analizar la relación existente entre los hábitos alimenticios y el éxito
     académico.
b.   Determinar el promedio ponderado acumulado del estudiante.
c.   Analizar el porcentaje de glicemia que tiene el estudiante.
d.   Analizar tipos de alimentos que ingiere el estudiante.
5. JUSTIFICACIÓN:
  5.1   Teórico :
        Analizar los diversos enfoques o paradigmas teóricos en relación a los
        hábitos alimenticios y su influencia en el éxito académico y contrastar en la
        recreación teórico a partir de hechos concretos con los estudiantes de la
        EAPMH.
  5.2   Metodológico:
        Adecuar los modelos metodológicos acorde la naturaleza del objeto de
        estudio y que sea un instrumento útil para otras investigaciones posteriores
        de la misma naturaleza.
  5.3   Aplicativo:
        El resultado de la investigación revertirá en el mejoramiento de los hábitos
        alimenticios y en el éxito académico de los estudiantes. Mediante el
        establecimiento de un comedor universitario con las técnicas y
        requerimientos convencionales planteado en las conclusiones del presente
        trabajo de investigación.
6. REFERENCIA TEÓRICA:
  6.1   Antecedentes o Estado de la cuestión:
        Sobre el tema objeto de estudio existen muchas investigaciones realizadas
        por los tesistas de la Facultad de Sociología, de la facultad de Pedagogía y
        Humanidades, de la facultad de Enfermería, de la Facultad de Trabajo Social
        de la Universidad Nacional del Centro del Perú, sin embargo la mayoría de
        las investigaciones se realizaron en Centros Educativos de educación
        primaria y secundaria y sobre todo relacionado con las variables de
        alimentación y rendimiento académico, no existe el hábito alimenticio y del
        éxito académico en la educación superior universitaria y menos sobre los
        requerimientos energéticos y no está demostrada con precisión en función a
        la glicemia que presenta el estudiante de la Escuela Académico Profesional
        de Medicina Humana de la Universidad Peruana Los Andes, antes de su
        ingreso inmediato al aula de clases; que por la situación geográfica, altitud
        de 3250 m.s.n.m. además determina características fisiológicas y metabólicas
        especiales en el individuo.
6.2   MARCO TEORICO
      Las Necesidades energéticas
      La eficiencia con que una persona puede convertir la energía potencial
      existente en los alimentos en reservas orgánicas de energía está sujeta a
      variaciones individuales y podría explicar la propensión o la resistencia a
      aumentar de peso que muestran distintos individuos a lo largo de
      prolongados períodos de tiempo. El llamado gen frugal puede haber tenido
      un valor de supervivencia para los indios nativos de los Estados Unidos de
      América, sometidos a severas condiciones desérticas con fuentes de
      alimentación limitadas, y podría ser considerado como un defecto de
      adaptación en los Estados Unidos actuales, donde hay abundancia de
      alimentos y la obesidad es casi endémica. Las diferencias entre individuos
      delgados y obesos en la actividad de la bomba de ATP asa Na +, K+, en las
      respuestas termogénicas a los distintos estímulos hormonales o ambientales
      y, posiblemente en la actividad cíclica del sustrato, ayudan a comprender la
      naturaleza bioquímica de esta eficiencia metabólica (2). Varios estudios
      efectuados en animales revelan el papel del receptor ß3-adrenérgico en la
      regulación del gasto energético y en la acumulación de grasa (3). Por tanto,
      el hecho de que se identifiquen frecuencias crecientes de mutaciones del gen
      de dicho receptor en las poblaciones de obesos hace pensar que el mismo
      participa en la tendencia humana a la obesidad (4-6). Recientemente, el
      descubrimiento de una anomalía genética responsable de la obesidad del
      ratón ob/ob ha abierto nuevos e interesantes caminos para la búsqueda del
      defecto o defectos responsables de la obesidad en el hombre (7). Sin
embargo, como subraya Sims (8), cualquier discusión sobre obesidad debe
reconocer la heterogeneidad de las personas obesas, de ayuda a explicar en
parte tos divergentes resultados descritos en diferentes estudios.
Equilibrio Energético
El alimento es el combustible necesario para mantener los procesos que
requieren energía y que, a su vez, mantienen la vida. La energía es necesaria
para mantener el medio fisicoquímico del animal intacto, el denominado
medio interno, y para la persistencia de las actividades electromagnéticas que
definen al organismo vivo. A finales del siglo XVIII, Lavoisier hizo el
fundamental descubrimiento de que el proceso de la respiración que
mantiene la vida es meramente una forma de combustión y que, como tal,
puede medirse de manera precisa. A finales del siglo pasado, Rubner (9)
determinaba ya los índices de excreción de anhídrido carbónico espirado y de
nitrógeno ureico para medir el gasto energético del ser humano. Este método,
conocido Como calorimetría indirecta, permite calcular el índice metabólico
a partir de determinaciones del consumo de oxígeno y de la producción de
anhídrido carbónico. Si se mide la excreción urinaria de nitrógeno, también
es posible calcular los índices netos de oxidación del sustrato mediante las
tablas de Lusk (10).
Se ha demostrado que el sistema de campana de respiración permite
determinar con gran exactitud (porcentaje de error de 2% a 5%) el índice
metabólico de reposo (IMR) del individuo que descansa en decúbito supino,
con mínimas incomodidades para la persona durante el tiempo relativamente
largo de la prueba (varias horas) (11). Debe alcanzarse el estado de equilibrio
en la producción de anhídrido carbónico y el intercambio respiratorio, y el
individuo ha de tener un equilibrio ácido-base normal. Para períodos más
dilatados, se han utilizado durante buenos años las cámaras de calorimetría
indirecta. Esta técnica fue descrita por Ravussin el al. (12). Consiste en una
cámara lo suficientemente grande como para que el individuo se mueva con
libertad y realice sus actividades diarias normales (es decir, dormir, comer y
practicar un ejercicio ligero), permitiendo la determinación precisa del gasto
energético de 24 horas. Una de las ventajas de esta cámara es la posibilidad
de calcular la actividad física mediante un aparato de detección por radar.
La técnica del agua doblemente marcada, que consiste en marcar el agua con
2      18
 H y    O, ha demostrado su capacidad para medir con exactitud el gasto
energético en personas que llevan a cabo actividades normales a lo largo de
períodos de varias semanas (13). Esta técnica ofrece la posibilidad de hacer
estudios más prolongados en personas que realizan actividades diarias
normales, pero no puede aplicarse en forma generalizada a causa de su costo
y de la necesidad de un equipo de espectrometría de masas para isótopos.
La calorimetría directa es probablemente el método más exacto para medir el
gasto energético (error de solo 1% a 2%), pero tampoco se utiliza en forma
general a causa de su costo, del tamaño limitado de la cámara y del tiempo
lento de respuestas. Además, desde la época de Atwater y Benedict (14),
muchos investigadores han demostrado la íntima relación existente entre la
calorimetría directa y la indirecta. Por tanto, el primero de estos métodos se
utiliza rara vez en los estudios actuales de investigación. Una nueva versión
del calorímetro directo, el traje espacial descrito por Webb el (15), parece
interesante, pero aún se encuentra en fase experimental.
Ingesta Energética.
La ingesta energética es un componente muy variable de la ecuación del
balance energético y puede ser muy importante como causa y mantenimiento
de la obesidad. Además de la ingesta total. Danforth (16) subrayó la
importancia de la composición de los alimentos ingeridos en la patogenia del
exceso de peso.
Gasto energético. El gasto energético está formado por varios componentes:
el IMR, el efecto térmico del ejercicio (ETE), el efecto térmico (le los
alimentos (ÉTA, antes llamado acción dinámica específica) y la
termogénesis, facultativa (también llamada termogénesis adaptativa).
Índice metabólico de reposo.
Suele ser el principal contribuyente (de 60% a 75%) al gasto energético
diario total. El IMR es una medición de la energía gastada para el
mantenimiento de las funciones orgánicas normales y de la homeostasis más
un componente utilizado en la activación del sistema nervioso simpático. El
IMR se determina con el individuo en decúbito supino o en posición sentada
en un ambiente confortable varias horas después de la última comida o de
una actividad física significativa. El índice metabólico basal, definido
originalmente por Boothby y Sandiford (17), se mide por la mañana al
despertar, antes de iniciar cualquier actividad física y de 12 a 18 horas
después de la última comida. Puede ser algo menor que el IMR, pero la
diferencia es pequeña y por tanto es este último el que en la actualidad se
mide con mayor frecuencia. Se sabe que son varios los factores que influyen
en el IMR, y entre ellos se encuentran el estado de nutrición, la función
tiroidea y la actividad del sistema nervioso simpático. Las diferencias en el
IMR debidas a las que existen en el tamaño corporal el sexo o la edad se
corrigen en gran parte si se relacionan los datos con la masa corporal magra
(MCM) (12). En general, los distintos estudios no encuentran diferencias
entre las personas delgadas y las obesas cuando se expresa el 1MR en
función de los kilogramos de masa corporal magra. Esta falta de diferencia
subraya la importancia de la determinación exacta de los componentes del
organismo cuando se comparan diferentes grupos de personas en la actual
investigación sobre indicios que expliquen y corrijan el estado de obesidad.
La disminución del IMR con la edad se justifica sobre todo, aunque no
exclusivamente (18), por la reducción de la masa orgánica magra, las
mujeres tienen también IMR inferiores a los de los varones, debido a su
meno tamaño corporal, aunque parece que, en ellas, IMR varía con el ciclo
menstrual (19).
El IMR depende también del estado hormonal del tiroides y de la actividad
del sistema nervioso simpático (SNS). El principal uso clínico de las
determinaciones de gasto energético a comienzos de siglo fue el diagnóstico
de actividad excesiva o insuficiente de la glándula tiroides. Estudios
recientes han demostrado, mediante la perfusión de noradrenalina radiactiva,
que existe una relación entre el IMR y los índices de recambio de
noradrenalina radiactiva, lo que constituye un mejor índice de la actividad
del SNS que la determinación de la concentración de catecolaminas en el
plasma.
Efecto térmico del ejercicio.
El ETE es el segundo componente del gasto energético por orden de
importancia, y representa el costo de la actividad física realizada por encima
de los niveles basales. En una persona moderadamente activa, constituye de
15 a 30% de las necesidades totales de energía. De todos los componentes
del gasto energético, el ETE es el más variable y, por tanto, el más fácil de
modificar. Con un ejercicio intenso pueden lograrse aumentos del gasto
energético de lO a 15 veces superiores al IMR. Son pocos los factores, si es
que existe alguno, que parecen afectar al ETE, salvo la cantidad de esfuerzo
realizado. En varios estudios se ha comparado este parámetro en las personas
delgadas y obesas, y en la mayoría de los casos no se han encontrado
diferencias en la eficiencia del ejercicio cuando se ha valorado el costo
energético del movimiento del mayor peso corporal de las segundas (26). El
ejercicio previo puede aumentar el índice metabólico al menor durante 18
horas y potenciar la respuesta térmica a las infusiones de glucosa-insulina
durante más de 14 horas (27,28).
Parece que el grado de actividad física espontánea es otra variable que puede
permitir un balance energético positivo y el aumento de peso de las personas
propensas a la obesidad. Los primeros estudios sugerían que las niñas obesas
eran menos activas durante los recreos que sus compañeras delgadas (29).
Utilizando una cámara de calorimetría indirecta, Ravussin et al. (12)
demostraron que existen muchas variaciones de la actividad física
espontánea, llamada inquietud motora, entre las distintas personas. Esa
inquietud motora justificaba entre 418 y 3347 kJ/día (entre 100 y 800
kcal/día) en los sujetos estudiados.
Efecto térmico de los alimentos.
El ETA de los alimentos se refiere al alimento del gasto energético por
encima del IMR que tiene lugar varias horas después de la ingestión de una
comida, El término antes utilizado de “acción dinámica específica” se aplicó
primero a las proteínas de la dieta, pero hoy se sabe fue la ingestión de
cualquier macronutriente (proteínas, grasas o carbohidratos) produce un
efecto termogénico. El ETA se debe a la energía utilizada en la digestión,
transporte, metabolismo y depósito de los alimentos. En promedio,
representa cerca de 10% del gasto energético diario, pero difiere según el
destino metabólico del sustrato ingerido. El costo de almacenar en el tejido
adiposo la grasa ingerida con una comida requiere solo 3% de la energía
contenida en dicha comida. Si la glucosa se oxida directamente, se utiliza
toda la energía disponible, mientras que si se almacena primero como
glucógeno, se produce una pérdida de 7% de la energía disponible (30).
Existen pruebas que sugieren que solo alrededor de la tercera parte de la
repleción del glucógeno hepático en ratas sometidas a ayuno durante 24
horas procede de la glucosa por mecanismo directo; el resto procedería de
intermediarios de fosfato triosa y de otros mecanismos (31). El costo de esta
vía indirecta de glucogénesis a partir de intermediarios fosfato triosa es
mayor que el de la síntesis directa de glucógeno a partir de la glucosa.
Teóricamente, el exceso de carbohidratos en la dieta puede dar lugar a una
lipogénesis de novo que produzca un aumento de los depósitos del tejido
adiposo. Sin embargo, este proceso es energéticamente ineficaz y utiliza 26%
de las calorías ingeridas (30). Además, se ha demostrado que el exceso de
ingestión de carbohidratos produce una lipogénesis neta muy escasa a lo
largo de 24 horas (32). Por tanto, el balance de grasa se mantiene negativo,
al menos a corto plazo, después de un exceso de ingesta de carbohidratos, ya
que persiste la oxidación de los lípidos. Estas consideraciones han llevado a
Danforth (16) a la conclusión de que la composición de la dieta es al menos
tan importante como su contenido energético para determinar si se mantiene
el balance positivo de grasa. De los tres rnacronutrientes, las proteínas son
las que producen un mayor ETA (33), lo que parece debido al alto costo
energético que suponen la síntesis y la degradación proteica, que equivalen
en conjunto a cerca de 24% de la energía disponible.
El Sistema Nervioso Central (SNS) parece desempeñar una función
importante en el ETA, sobre todo después de la ingestión de carbohidratos.
La ingestión de glucosa y la infusión intravenosa de glucosa-insulina dan
lugar a un aumento de 5% a 7% en el gasto energético por encima del IMR y
hasta 70% de este aumento puede inhibirse administrando fármacos
bloqueadores ß-adrenérgicos del tipo del propanolol (25,34).
La hiperalimentación experimental en el hombre ha proporcionado algunos
conocimientos útiles. Neumann (49) fue el primero en utilizar el término
«consumo de lujo» en 1902, y en el mismo año Rubner (9) describió, en
estudios con perros, el proceso a través del cual los animales flacos
hiperalimentados podían disipar el aumento de ingesta energética mediante
una pérdida de calor. Aunque ha sido difícil demostrar en forma convincente
este proceso en estudios a largo plazo, las investigaciones que han dado
resultados negativos fueron criticadas por la insuficiente duración o
magnitud de la hiperalimentación.
Se ha descubierto recientemente que el depósito de grasa en un modelo
animal de obesidad está regulado por una proteína desconocida hasta ahora,
llamada leptina (del griego leptus, delgado) (7). La administración de leptina
al ratón obeso ob/ob, que carece de ella a causa de un defecto genético,
normaliza rápidamente su peso corporal (58-60). Esta normalización se debe
a su acción sobre ambos componentes del equilibrio energético, es decir, por
reducción de la ingesta de alimento y por aumento del gasto de energía (58-
59). Conviene señalar que la producción de leptina por los ratones normales
aumenta después de las comidas, lo que sugiere que la regulación fina del
apetito podría ser debida a ella (60). Además, la elevación de la insulina
sérica estimula la producción de esta proteína, mientras no ocurre así con el
incremento de la glucemia (61). Uno de los mecanismos de acción de la
leptina en la regulación de la ingesta alimentaria consiste en la inhibición de
la síntesis y liberación por el hipotálamo del neuropéptido y, una sustancia
que participa en la regulación del apetito (62). Aunque se ha identificado un
análogo de la leptina en el hombre, la extrapolación a este de los datos
hallados en animales debe hacerse con precaución, por varias razones. En
primer lugar, la obesidad humana es una enfermedad heterogénea, mientras
que la del ratón ob/ob se debe a un solo defecto genético. En segundo lugar,
en ratones db/db se ha descrito ya resisten al efecto de la leptina,
probablemente debido aun defecto del receptor postulado para la misma
existente en estos animales; también en el hombre podría haber una
resistencia a la acción de la leptina. En tercer lugar, la obesidad humana
parece asociarse a un aumento, más que a un descenso, de las
concentraciones plasmáticas de leptina y de la expresión de esta por los
adipocitos, lo que hace pensar que esta molécula podría tener una misión
reguladora más compleja (63-65). No obstante, el descubrimiento de la
leptina ayuda a comprender los mecanismos moleculares (le la obesidad y el
estudio de su efecto terapéutico en la obesidad humana será de gran interés.
El hambre, apetito e ingesta alimentaria
En el hombre, los determinantes de la elección e ingesta de los alimentos son
múltiples y de origen tanto fisiológico como psicológico (1). El organizador
de todos los procesos es el cerebro, que integra las señales y equilibra el
gasto y almacenamiento de energía con la ingesta de alimentos (2).
No obstante, hay una pregunta fundamental que todavía carece de respuesta:
¿cómo actúan los complejos procesos del hambre, el apetito y la saciedad
para lograr el equilibrio energético (o el desequilibrio, con la obesidad
consiguiente) y la ingesta adecuada de nutrientes?
La ingesta alimentaria, desde el principio hasta el final
En condiciones estrictamente fisiológicas, el hambre inicia una conducta de
búsqueda de alimento, aunque todavía no se han establecido los orígenes
precisos del hambre y del comienzo del acto de comer (1,2). Al nivel
descriptivo más simple, podría decirse que, cuando el cuerpo necesita
alimentos, las sensaciones características del hambre aumentan de intensidad
hasta que esa necesidad sea satisfecha. Si la persona ha comido
recientemente, las sensaciones serán relativamente débiles, pero serán
relativamente fuertes y desagradables si no lo ha hecho desde algún tiempo
antes. No obstante, son muchos los factores que pueden modificar tales
sensaciones, como la fase cefálica del apetito, que es la respuesta al
pensamiento, visión, sabor u olor de un alimento.
Al iniciarse la ingesta de alimentos, tiene lugar progresión de respuestas
fisiológicas y psicológicas llevan a la saciedad y a la terminación de esa
ingesta. Si las sensaciones de hambre se deben a una deficiencia de energía,
las sensaciones disminuirán y cesarán con la ingestión de alimentos ricos en
los macronutrientes, grasas carbohidratos o proteínas, que proporcionan
energía.
La cantidad de alimento ingerido depende de las respuestas sensitivas y
cognoscitivas del consumidor, y también del contenido energético y nutritivo
del alimento (1). En el hombre, las pautas sociales y culturales actúan
modificando en gran medida las señales procedentes del estado fisiológico y
metabólico. Los factores psicológicos, como la presencia de otros
comensales, los factores sociales, como la ocasión, la cultura y las creencias
religiosas, y los factores hedonistas contribuyen al estado relativa de
saciedad a proceso de terminación del hambre.
Composición de los alimentos e ingesta energética
Grasa e ingesta alimentaria.
El consumo de lípidos produce señales que contribuyen al proceso de
saciedad durante la comida y, al mismo tiempo, podría satisfacer apetitos
específicos de grasas.
Los apetitos de grasas se han observado en animales de experimentación y
sU origen fisiológico ha sido demostrado tanto en estudios de elección de
alimentos como mediante la identificación, en el encéfalo, de neuropéptidos
específicos (p. ej., galanina) que regulan la ingesta de lípidos (5,6). De igual
modo, en el hombre se ha propuesto “amor a las grasas», basado en la
preferencia de los sujetos obesos por los alimentos dulces y grasos, aunque la
naturaleza de esta preferencia podría ser fundamentalmente hedonista (7).
De los tres macronutrientes, los lípidos son los que tienen mayor densidad
energética (37,66 kJ/g, o 9 kcal/g), mientras que su almacenamiento en el
organismo es el que menor gasto de energía requiere.
Aunque la ingesta de lípidos produce saciedad, hoy se admite que es la
fuente de energía alimentaria con mayor tendencia a provocar obesidad, y
ello por cuatro razones. En primer lugar, dadas las características energéticas
del metabolismo y almacenamiento de este macronutriente, hay buenos
motivos para sospechar que la ingesta de grasas tiene más probabilidades que
la de carbohidratos de causar un exceso de grasa corporal (11). En segundo
lugar, los e4udios experimentales confirman esta hipótesis, ya que revelan
que los sujetos sobrealimentados almacenan de 75% a 85% del exceso de
energía procedente de los carbohidratos y de 90% a 95% de la procedente de
las grasas (12). En tercer lugar, el efecto que las grasas ejercen sobre la
saciedad es inferior al producido por los carbohidratos, tanto en el hombre
como en los animales de experimentación.
Carbohidratos e ingesta energética:
El consumo de carbohidratos produce saciedad. Sin embargo, según el
concepto de apetitos específicos por carbohidratos, estos pueden causar
cierto grado de obesidad.
Se han propuesto apetitos específicos por carbohidratos tanto en animales de
experimentación como en el hombre (3) En este último, se ha dicho que tales
apetitos serían la causa de la obesidad de los sujetos “con ansia de
carbohidratos”, proceso que se atribuye a concentraciones bajas del
neurotransmisor serotonina en el encéfalo (18). Se ha comprobado que la
serotonina ejerce efectos inhibidores sobre la ingesta de alimentos. Así pues,
se ha sugerido que estas personas comen demasiado para intentar normalizar
el contenido cerebral de aquella, ya que las respuestas metabólicas a los
carbohidratos inducen un aumento de la captación de triptófano, el precursor
de la serotonina, en el encéfalo (3). Más recientemente se ha identificado el
neuropéptido y como regulador de la ingesta de carbohidratos en la rata, lo
que contribuye a respaldar la existencia de apetitos específicos de
carbohidratos y de mecanismos de control (5).
No hay duda de que el consumo (le carbohidratos influye en los sistemas de
regulación de la ingesta y provoca saciedad. En los animales de
experimentación, la sobrecarga intragástrica de almidón o de azúcar causa
una disminución a corto plazo de la ingesta energética que es proporcional a
la dosis administrada (19,20).
En el hombre, la sobrecarga o el consumo de diversos; carbohidratos, tales
como glucosa, fructosa, sacarosa, maltodextrinas y polisacáridos, suprime la
posterior ingesta de alimento, si bien la fructosa es más efectiva que la
sacarosa tanto en esta supresión corno en la anulación del deseo de comer
(22,23). De igual modo, otros carbohidratos de absorción lenta y que
producen pequeñas elevaciones mantenidas de la glucemia tienen un valor de
saciedad mayor que los de absorción rápida (24).
El papel de los azúcares en el control del apetito ha sido objeto de un
considerable interés, justificado por la hipótesis de que su sabor dulce anula,
en cierto modo, las respuestas normales de saciedad que serían previsibles
con los carbohidratos (25) .Sin embargo, los estudios de experimentación
demuestran que los azúcares suprimen la ingesta alimentaria en la misma
medida que los almidones de absorción rápida (22.26). Los datos
epidemiológicos demuestran asimismo asociaciones inversas entre la ingesta
de azúcar y la frecuencia de obesidad, por lo que sugieren que son las grasas,
y no los carbohidratos, los macronutrientes que se asocian a la obesidad de
las distintas poblaciones (27).
Proteínas e ingesta alimentaria.
Las proteínas Son una; fuente de energía alimentaria, pero es poco probable
que sean capaces de inducir un exceso de ingesta energética aunque se ha
demostrado que existe apetito específico de ellas. Puesto que las proteínas
proporcionan no solo aminoácidos sino, además, aminoácidos esenciales,
sería lógico pensar que existen apetitos por proteínas específicas basados en
las necesidades de dichos aminoácidos (30).
La supresión de la ingesta alimentaria inducida por las proteínas tanto en los
animales de experimentación como en el hombre es superior a lo que podría
preverse solo por su contenido energético, lo que sugiere la existencia (le un
efecto directo de las propias proteínas, o de los aminoácidos que las
componen. en la regulación de la saciedad (31).
Mecanismos de control de la ingesta alimentaria
Los acontecimientos que se asocian al procesamiento de los alimentos
ingeridos, entre ellos la termogénesis inducida por la dieta (TID) y la
liberación de muchas señales antes y después de la absorción, son detectados
por el encéfalo e intervienen en el proceso de saciedad (2).
El encéfalo y las vías nerviosas del hambre y la saciedad.
El encéfalo regula la ingesta de alimentos. Históricamente, el reconocimiento
de las funciones encefálicas comenzó con los estudios que permitieron
identificar las misiones específicas del hipotálamo ventromedial (HVM) y
del hipotálamo lateral (HL) (2) a través de sus lesiones. El HVM fue
identificado como centro de la saciedad, ya que la lesión de esta área provoca
hiperfagia y aumento del peso corporal en la rata (35). A su vez, el HL fue
reconocido como centro del hambre porque sus lesiones producen afagia y
adelgazamiento en el mismo animal (36). Hoy se sabe que varias
localizaciones anatómicas del encéfalo participan en la regulación de la
ingesta alimentaria a través de redes nerviosas complejas en las que están
implicados muchos neurotransmisores y neuropéptidos (2,37). El aminoácido
ácido gamma-aminobutírico y, posiblemente, también el glutamato y los
neurotransmisores monoaminas, incluidas la serotonina, las catecolaminas y
la histamina, son componentes demostrados de los mecanismos de control de
la ingesta. En los últimos 20 años se ha llegado a comprender la importancia
de los neuropéptidos en los comportamientos alimentarios. Estos péptidos,
que comprenden el neuropéptido Y, la galanina, los opiáceos y el factor
liberador de hormona de crecimiento, intervienen fundamentalmente a través
de su acción en el hipotálamo medial (37,38).
Se ignora la forma en que el encéfalo integra las múltiples señales internas y
externas que llegan a él para lograr el equilibrio entre las necesidades y la
ingesta de energía y, posiblemente, también de macronutrientes.
Termogénesis, hambre y apetito
Es evidente que uno de los grandes determinantes de la ingesta alimentaria
total son las necesidades energéticas del organismo. Por tanto, resulta
interesante estudiar el papel de la termogénesis en la iniciación y terminación
de la comida.
Durante unas 4 a 6 horas después de la iniciación de una comida, la
termogénesis inducida por la dieta (TID) genera calor a través de las
respuestas obligatorias y facultativas a la ingesta de alimentos y quema de
6% a 15% de la energía consumida (39). Hasta 75% del calor producido por
la TID se debe al trabajo obligado de la ingestión, absorción, transporte y
metabolismo de los alimentos consumidos. El componente facultativo, que
equivale a 25% o más, parece debido a la activación del sistema nervioso
simpático, secundaria a su estimulación por la insulina y otros mecanismos
(40).
La hipótesis termostática original del control de la alimentación fue
propuesta inicialmente por Strominger y Brobeck en 1953 de la forma
siguiente: «No hay una correlación simple entre las necesidades energéticas
y la ingesta alimentaria que sea válida en todas las circunstancias, y nuestro
objetivo es presentar una hipótesis según la cual el factor más importante en
la regulación de la ingesta alimentaria no es su valor energético, sino, sobre
todo, la cantidad de calor adicional que se libera gracias a su asimilación»
(41). En consecuencia, se propuso que el calor liberado a través de la TID
durante el consumo de alimentos eleva la temperatura corporal central y
causa la terminación de la alimentación. A su vez, cuando la termogénesis
disminuye, la temperatura corporal desciende y este descenso es la clave que
inicia la ingesta.
Recientemente, Rampone y Reynolds llegaron a la conclusión deque la
hipótesis no ha sido convincentemente probada, quizás porque en los últimos
años los estudios sobre la TID se han centrado sobre todo en su papel con el
gasto energético como indicador de la eficiencia metabólica, y no en su
misión en el control de la ingesta. Sugieren que las neuronas sensibles a la
temperatura del hipotálamo rostral, que participan en el mecanismo de
regulación de la ingesta del encéfalo a través del núcleo ventromedial,
podrían apreciar los incrementos, incluso muy pequeños, de la TID (42,43).
Se ha propuesto la hipótesis termostática asociada a la hipótesis glucostática
para explicar el comportamiento alimentario de los recién nacidos. Himms-
Hagen sugiere la existencia de un eslabón entre la grasa parda (órgano
productor de calor en las personas y animales jóvenes), la temperatura
corporal, la glucemia, las neuronas hipotalámicas sensibles al calor y la
iniciación y terminación de la alimentación (44). La iniciación de esta se
atribuye a la disminución de la temperatura corporal central, que eleva la
generación de calor por la grasa parda y crea una demanda de sustrato
(glucosa) y, de este modo hace descender la glucemia. Se afirma que la
terminación de la alimentación tiene lugar cuando la temperatura corporal se
eleva a consecuencia de la producción de calor por la grasa parda.
Señales preabsortivas:
Las señales preabsortivas surgen a consecuencia de la presencia de alimentos
en el aparato gastrointestinal. Parece muy probable que estas señales
alcancen el cerebro a través riel nervio vago y que se deban a respuestas
físicas, químicas, osmóticas u hormonales (10). Se ha dicho que la velocidad
del vaciamiento gástrico influye en la regulación de la ingesta energética,
pues sería tanto mayor cuanto más grande fuera el apetito (46). El
mecanismo que se propone para esta respuesta dependería en parte de un
control de los cambios de volumen del estómago (por los receptores de
distensión) y, en parte, de la llegada de calorías al duodeno. El paso del
alimento al intestino delgado induce la liberación de varias hormonas
peptídicas que podrían contribuir al proceso de saciedad (10,37). De ellas, la
más estudiada es la colecistocinina. Esta hormona lentifica el vaciamiento
gástrico haciendo que el esfínter pilórico se contraiga. Además, su liberación
podría desempeñar un papel más directo en la saciedad, por interacción con
los impulsos nerviosos recibidos por los centros de la alimentación del
encéfalo (10). La digestión libera los componentes de los macronutrientes y
produce señales que alcanzan el encéfalo a través del nervio vago desde los
quimiorreceptores de la pared intestinal. Así pues, en el aparato
gastrointestinal existen componentes mecánicos, secretores y receptores que
contribuyen a regular el comportamiento alimentario (10).
Señales postabsortiva:
Estas señales aparecen tras la absorción de los alimentos digeridos. Pueden
iniciarse con la llegada de los nutrientes a la vena porta hepática o por
fluctuaciones de las concentraciones de esos nutrientes en el plasma o en el
encéfalo (2).
El hígado es el primer órgano al que llegan los nutrientes después de su
absorción. Se cree que desempeña un papel importante en el control de la
alimentación, pues integraría la información procedente del metabolismo
periférico de la glucosa y de los ácidos grasos y remitiría esta información al
encéfalo a través del nervio vago (47,48). Sin embargo, no se han
identificado aún las señales metabólicas específicas (48).
El plasma transporta los nutrientes al encéfalo y a los tejidos y, por tanto, se
han hecho muchos estudios para establecer los papeles desempeñados por las
concentraciones plasmáticas de hormonas y metabolitos en la regulación del
comportamiento alimentario. También se ha prestado una considerable
atención a la glucosa, la insulina y los aminoácidos.
Mayer propuso que la glucemia ejerce una misión reguladora en el
comportamiento alimentario, por ser la fuente principal de energía de las
células del sistema nervioso central (49). Esta teoría glucostática de la
alimentación supone que la glucemia refleja la disponibilidad de energía del
cerebro y de otros tejidos y que sus niveles están estrictamente regulados.
Últimamente sin embargo, la teoría es objeto de una atención considerable.
En la rata, se ha encontrado asociación entre las caídas pequeñas
(aproximadamente de 12%) y transitorias de la glucemia, de unos 18 minutos
de duración, y el comienzo de la alimentación (51). De igual modo, los seres
humanos aislados en ambientes carentes de claves temporales presentan
asociación entre la disminución de la glucemia y el aumento de las
puntuaciones de hambre y de solicitud de alimento (52).
En la periferia del SNC, la insulina es una hormona anabólica que favorece
la captación y el metabolismo de la glucosa y de los aminoácidos por los
tejidos diana (53).
Carbohidratos
Ingesta y distribución de los carbohidratos
Tipo y Cantidad
Los carbohidratos constituyen la mayor parte de la materia viva de nuestro
planeta, por lo que no resulta sorprendente que también compongan la mayor
parte de nuestra dieta: de 50% a 70% de las calorías totales ingeridas.
Dependiendo de las elecciones culturales y alimentarias, la composición de
los carbohidratos naturales de la dieta puede variar, pero en general incluye
almidón, azúcares simples, polímeros complejos conocidos como «fibras
nutricionales» y componentes menores. A estos se añaden otros
carbohidratos diversos: almidón de maíz hidrolizado, jarabes de fructosa
fabricados a partir del almidón de maíz, almidones modificados, gomas,
mucílagos, alcoholes de azúcar y otros productos industriales. Estos
productos se añaden para cambiar la textura, la sensación en la boca, el color,
la viscosidad y el sabor, y prolongar su conservación. Como los
carbohidratos son la fuente de energía más abundante para el ser humano, la
industria de la alimentación ha comenzado a investigar meticulosamente
diversos carbohidratos como forma de reducir el contenido energético de los
alimentos. Así, la industria presta considerable atención a los almidones de
calorías reducidas, alcoholes del azúcar y a una cetohexosa (D-tagatosa, que
tiene propiedades muy interesantes) (2). También se investiga la manera de
aumentar la relación amilosa: amilopectina en los almidones. La amilosa (el
almidón de cadena recta) produce menor elevación de la glucemia que la
amilopectina (almidón ramificado) (3). Los carbohidratos complejos de las
plantas crucíferas y la pectina modificada parecen reducir el riesgo de
cáncer, y tal vez se añadan a los alimentos en el futuro. La nutrición con
carbohidratos se ha vuelto a convertir en un campo de intenso interés
científico.
Digestión, absorción, transporte y regulación.
La propiedad más impresionante de los seres vivos es su c
apacidad para adaptarse a las diferentes condiciones externas e internas de su
medio. El hombre puede sobrevivir con dietas de diferentes niveles y tipos de
grasas, carbohidratos y contenido energético total, puede ganar o perder
peso, e incluso sobrevivir a períodos de inanición total. Todo ello es posible
gracias a su regulación interna. La regulación existe en el organismo a todos
los niveles y afecta a funciones diversas, aunque interactivas.
El mantenimiento de una glucemia constante y el incremento de la
producción de glucosa cuando aumenta la demanda de ella son los
imperativos biológicos más importantes de la disposición de los
carbohidratos en el hombre. Parte de la tarea de mantener constante la
glucemia se logra por la regulación de la ingesta de carbohidratos y por la
velocidad con que estos son absorbidos a través de la sangre. En la persona
media, el apetito está regulado, da forma que el adulto normal permanece en
equilibrio energético aunque la ingesta y el gasto de energía fluctúan de hora
en hora y de día en día. El ser humano medio está diseñado para mantener un
fuerte trabajo físico, y dispone de un aparato sensorial que le permite preferir
una dieta adecuada rica en energía. Dada la predilección sensorial por las
dietas de alta energía, no deja de resultar extraño que la mayoría permanezca
delgada. Todos hemos oído a personas delgadas decir «puedo comer todo lo
que quiero sin engordar». Estas personas regulan su ingesta energética
La ingestión, digestión, absorción y transporte de los carbohidratos son
procesos interactivos y altamente regulados. Las informaciones visuales y
olfatorias de una ingesta inminente de alimentos estimulan la liberación de
saliva (y de amilasa salival) y también de insulina. Esta prepara al intestino
para que aumente el transporte de nutrientes y recluta a transportadores de
glucosa inactivos (los sensibles a la insulina), llevándolos a la superficie de
las células, donde se activan. La presencia de alimento en el estómago
determina la liberación de hormonas que reducen (o suprimen) la
alimentación y activan los procesos intestinales que aceleran la absorción.
Cuando los alimentos llegan al intestino, activan a los receptores que, a su
vez liberan hormonas a partir del intestino. Estas hormonas pueden
determinar una nueva liberación de insulina. La presencia de carbohidratos
en el intestino exagera la respuesta insulinogénica.
En lo que se refiere a los carbohidratos, los sistemas de digestión y transporte
tienen que minimizar la fluctuación de la entrada de glucosa, que la persona
ingiere en comidas que suelen ser muy cortas y separadas.
El hombre puede consumir, digerir y absorber los carbohidratos existentes en
comidas    cortas   y   pequeñas,   en   comidas       muy   copiosas   (incluso
pantagruélicas) y en líquidos.
Por último, el organismo humano debe metabolizar no solo la glucosa (el
producto final de la digestión del almidón), sino también fructosa, galactosa
y una cierta cantidad de manosa, sustancias todas ellas existentes de forma
natural en los alimentos.
Función especial del intestino grueso:
Hoy sabemos que la mayoría de los carbohidratos complejos, distintos del
almidón, son digeridos en cantidad variable en el intestino grueso. Incluso
algunos de los almidones ingeridos, a los que se conoce como dextrinas
límite, pueden escapar a la digestión en el intestino delgado y acaban (junto
con los alcoholes no absorbibles del azúcar) en esta región del tubo digestivo
Enzimas digestivas y transportadores de carbohidratos:
Los carbohidratos se ingieren en tres formas básicas: 1) verduras, frutas o
cereales crudos o procesados (cocinados, hervidos, molidos, etc.), 2)
carbohidratos purificados añadidos a los alimentos y 3) carbohidratos
disueltos en distintas bebidas. El primer paso de la digestión de los
carbohidratos es la masticación de los alimentos por los dientes. Durante la
masticación, los gránulos de almidón quedan expuestos y se rompen, con lo
que su superficie aumenta por disminución del tamaño de las partículas. En
la boca, los alimentos se mezclan con la amilasa salival, que inicia de
inmediato la degradación del almidón. La hidrólisis del almidón se reduce o
se detiene en el estómago (debido al cambio del pH) y vuelve a reanudarse
en el duodeno, hacia donde se secreta la a-amilasa pancreática. La acción
acumulativa de las dos amilasas resulta en la producción de maltosa y
maltotriosa a partir de la amilosa, y de maltotriosa, maltosa y una cierta
cantidad de glucosa más dextrina límite (de tres a cinco unidades de glucosa
[1,4- ] y una unidad de glucosa [1,6- ] a partir de la amilopectina) (4). Las
enzimas del borde en cepillo del intestino completan después la digestión del
almidón. Los polisacáridos no digeridos en el intestino delgado pueden sufrir
una digestión, al menos parcial, por las bacterias del intestino grueso.
La ampliación de los conocimientos sobre las enzimas del intestino delgado
ha sido rápida y ha alterado por completo las ideas sobre su funcionamiento.
La maltotriosa, la maltosa y las dextrinas límite (moléculas que persisten
después de que la amilopectina haya sufrido la acción de la a-amilasa) y los
principales disacáridos (sacarosa, lactosa) se separan en sus monosacáridos
constituyentes en el intestino delgado. Este órgano está revestido por
microvellosidades, gracias a las cuales la superficie absortiva total tiene un
área muchas veces mayor que la intestinal planar. Esta amplia superficie
intestinal puede alcanzar hasta 200 m 2 en el hombre medio (4). Las
microvellosidades se extienden hacia la llamada fase de capa de agua quieta
(CAQ) de la luz intestinal. Las enzimas que completan la hidrólisis del
almidón se fijan a la membrana del borde en cepillo.
El complejo sacarasa-isomaltasa se encuentra fijo al borde en cepillo por sus
porciones N-terininales y las hidrolasas pancreáticas lo dividen en dos
péptidos (5-7). El complejo del péptido de anclaje (isomaltasu [maltasa]) se
mantiene unido al complejo del péptido terminal (sacarasa [maltasa])
mediante enlaces no covalentes (4-7). La maltasa de este complejo se
denomina también maltasa termoláhil. La isomaltasa es la enzima que rompe
el enlace glucosídico 1,6-a (4). El complejo glucoamilasa contiene maltasa
termoestable y glucoamilasa (tanto 1 como 2) que tiene dos lugares activos.
Ambos dominios se mantienen unidos por un enlace covalente y la
glucoamilasa se fija en el borde en cepillo por su región N-terminal (4,8) El
complejo B-glucosidasa contiene lactasa y otro dominio peptídico al que se
denomina glucosilceramidasa o floricina hidrolasa. Este complejo enzimático
contiene un péptido fijo en el borde en cepillo por su región C-terminal (4).
En el borde en cepillo de la rata y del ser humano sano, parece que la
actividad enzimática es más que suficiente para abarcar a todas las sustancias
que entran en contacto con la CAQ (4).
Regulación de la digestión.
La digestión está parcialmente regulada por el vaciamiento gástrico y la.
motilidad intestinal. El resultado conjunto de esta regulación consiste en
reducir las fluctuaciones de la entrada de nutrientes y reducir al mínimo la
sobrecarga osmótica (9). Como las semividas de las enzimas del borde en
cepillo intestinal son más cortas que la longevidad de las células intestinales,
es posible regular la actividad de dichas enzimas, y se sabe que son
adaptativas (4).
Las células animales tienen dos tipos de transportadores de glucosa: uno es
dependiente del Na+ y el otro no lo es (4,23). Los transportadores que
dependen del Na+ se encuentran en la pared intestinal y en el riñón (23). La
estoiquiometría del sistema parietal de la célula intestinal y de uno de los
renales corresponde a un iones de Na + por transportador, mientras que el
segundo sistema renal trabaja con dos iones de Na + por transportador (23). El
resto de los transportadores de glucosa pueden dividirse también en dos
grupos: los del músculo y el tejido adiposo que son dependientes de la
insulina y los demás, que no lo son (4,23).
Se han descrito las características esenciales del transportador de glucosa
dependiente del Na+ (19,28): el sodio se bombea desde la célula para crear un
gradiente de sodio entre la luz intestinal y el interior celular. La bomba de
sodio requiere hidrólisis de ATP, y el gradiente de sodio resultante conduce
al cotransportador, de forma que efectúa el contransporte de una molécula de
glucosa y una de sodio mediante un mecanismo de “apertura de poro”
(23,27). Los transportadores que no necesitan sodio parecen trabajar con una
enzima, salvo por el hecho de que no forman ni rompen enlaces. La fuerzo
motriz de este transportador es el gradiente de glucosa y el cambio de
entropía que se produce cuando el agua muy organizada del transportador es
sustituida por glucosa. El cambio de los campos eléctricos (establecidos por
los movimientos de los electrones) altera los campos magnéticos locales que,
a su vez, desplazan la porción del transportador a la que se ha unido la
glucosa. Por tanto, la glucosa pasa a través de la membrana, donde abandona
al transportador. Gran parte de esta explicación son conjeturas, pero la
cinética de la acción del transportador es similar a la cinética de las enzimas
(29). El transportador de fructosa también está gobernado por un gradiente
de concentración y, como el transportador de glucosa no dependiente del
Na+, no necesita ATP. Este tipo de transporte recibe el nombre de transporte
facilitado (28-29).
Se han aislado transportadores de glucosa en muchos tejidos. El mejor
conocido es el transportador eritrocitario, que tiene 12 asas helicoidales
hidrófobas que cruzan la membrana y otras dos asas, una externa y otra
interna (30). Se han clonado algunos otros transportadores (31-34).
El Concepto de Indice Glucémico
El índice glucémico es la capacidad relativa de un carbohidrato para elevar la
glucemia (42. Un carbohidrato con alto índice glucémico eleva la glucemia
con mayor rapidez y hasta un valor más alto que un carbohidrato con bajo
índice glucémico. En principio, este concepto pareció sencillo. Sin embargo,
más tarde se insistió en que las variables no conocidas del control complejo
de la glucemia dificultan mucho la determinación del índice glucémico (43).
No obstante, es verdad que los carbohidratos pueden dividirse en más de dos
categorías en relación con su capacidad para elevar la glucemia. El hecho de
que el ascenso de esta dependa del tamaño de la comida, de la cantidad de
grasa de la dieta y de la salud, no invalida el concepto de índice glucémico, si
bien este no es tan simple y preciso como originariamente se pensó.
Intentando utilizar el índice glucémico para explicar las respuestas a la
amilosa frente a la amilopectina en el hombre, se demostró que siguen
existiendo muchas lagunas en los conocimientos acerca del metabolismo (3).
El almidón de amilosa despierta una respuesta relativamente lenta y
comparativamente pequeña en la glucemia y en la insulina, mientras que la
amilopectina induce un incremento mayor de la glucemia, la insulina y el
glucagón (3), Aunque la estructura ramificada de la amilopectina permite a la
amilasa atacar en un mayor número de lugares y, por tanto, lograr una
producción de glucosa más rápida, la mayor respuesta del glucagón a la
amilopectina sigue sin explicación. Algunos científicos esperan producir
variedades de maíz y de otros cereales con mayores porcentajes de amilosa
que los disponibles en la actualidad. Es posible que ello permita mejorar la
dieta, al moderar la entrada de glucosa y reducir la glucemia.
Utilización intracelular de los carbohidratos
Utilización de la glucosa.
La mayor parte de las células de los mamíferos monogástricos utilizan
glucosa como principal fuente de energía. Algunas células intestinales usan
ácidos grasos de cadena corta y, en algunas especies, los espermatozoides
utilizan la fructosa, pero todas estas son las excepciones. La regulación de la
glucemia es importante, ya que las condiciones extremas (hiper e
hipoglucemia) constituyen un problema para el organismo. Como el
principal carburante del sistema nervioso central es la glucosa, la
hipoglucemia puede resultar incapacitante. A su vez, la hiperglucemia puede
provocar otra serie de trastornos asociados a la diabetes.
El músculo puede metabolizar la glucosa por una vía anaerobia (glucólisis) a
piruvato. Según la actividad muscular y la cantidad de 02 disponible, el
músculo puede metabolizar el piruvato a CO 2 o enviarlo al hígado a través
del torrente sanguíneo. El NADH producido en la glucólisis muscular debe
ser oxidado de nuevo, lo que se logra convirtiendo el piruvato (producto final
de la glucólisis) en lactato. Durante la contracción muscular potente, no
existe cantidad suficiente de oxígeno para convertir todo el piruvato en CO 2,
por lo que el exceso de poder reductor generado en la glucólisis pasa a la
sangre en forma de lactato. A este fenómeno se lo conoce como deuda de
oxígeno y es el responsable del dolor que se produce en los músculos al
correr. En último término, el hígado convierte la mayor parte del piruvato en
glucosa. El flujo de sangre desde el músculo (glucosa a piruvato) hacia el
hígado (piruvato a glucosa) y de nuevo a la sangre constituye el ciclo de
Cori. El hígado es el órgano clave en el mantenimiento de los niveles
normales de glucosa en la sangre, coordinando la glucólisis, la
gluconeogénesis y la lipogénesis.
Por tanto, durante la absorción de una gran cantidad de carbohidratos, la
glucólisis se activa y la gluconeogénesis hepática se inhibe, mientras que
durante el ayuno se activa la glocuoneogénesis y se inhibe la glucólisis. Es
fácil comprender que estos controles pueden mantener la glucemia en sus
niveles normales. En la diabetes y la obesidad, estos controles se alteran y
ambas vías se activan al mismo tiempo.
En resumen, los carbohidratos (glucosa) se matabolizan de forma que la
concentración sanguínea de la glucosa se mantenga relativamente constante.
El exceso de carbohidratos se almacena en forma de glucógeno y, en último
extremo, como grasas. Los controles metabólicos tienen como objetivo que
los cambios de la glucemia sean mínimos.
Aspectos Sanitarios y Nutrición con carbohidratos
Azúcares simples y salud
Las controversias sobre el azúcar comenzaron con las pubicaciones de
Yudkin y sus colaboradores. En 1968, Yudkin defendió que la diabetes y la
arteriosclerosis se debían únicamente a la ingestión de azúcar (62). En una
serie de artículos demasiado numerosos para ser revisados aquí, los
científicos europeos, estadounidenses y japoneses demostraron que las
premisas de Yudkin eran falsas y su metodología, errónea. Sus resultados no
pudieron confirmarse.
FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL ÉXITO ACADEMICO
El éxito académico o aprendizaje es el resultado de las actividades del
estudiante como reacciones de los estímulos que recibe del ambiente
educacional y social orientado por el docente. Por consiguiente el éxito
académico orientado no es lo que el docente piensa, recibe o hace. sino lo
que el estudiante aprende y asimila en forma de conocimientos, habilidades y
actitudes. Dentro del contexto actual, basado en las competencias.
AsÍ entre los factores que intervienen en el éxito académico, tenemos:
A. El factor Económico.
B. El factor social.
C. El factor pedagógico.
A) FACTOR ECONOMICO:
Las condiciones económicas son los que determinan en el estudiante su
nivel del éxito académico. El estudiante tiene que afrontar diferentes
problemas tales como: alimentación, adquisición de material educativo y
un ambiente óptimo de estudio, sin embargo, cuando la economía
familiar es endeble el estudiante tiene que trabajar para mejorar la
economía familiar. Un porcentaje considerable de los estudiantes de la
Escuela Académica Profesional de Medicina Humana de la Universidad
Peruana Los Andes, trabajan y estudian.
1) ALIMENTACIÓN DEL ESTUDIANTE:
     Él éxito académico esta en relación directa al índice alimentario. Los
     sueldos y salarios percibidos por los padres y los propios estudiantes
     que trabajan no pueden procurar en ciertos casos alimentos de calidad
     y en otros no disponen del tiempo suficiente debido a que laboran
     fuera de la ciudad. Bajo estas condiciones es difícil esperar un óptimo
     éxito académico.
2)   ADQUISICIÓN DE MATERIAL EDUCATIVO:
     Los materiales educativos son las herramientas fundamentales con
     las que el alumno trabajará y moldeará su intelecto y sus habilidades
     para un cambio de conducta duradero. Muchas veces el estudiante, se
     ve imposibilitado de realizar los trabajos asignados en cada materia,
     porque no cuenta con los textos básicos y los que existen en la
     biblioteca no son suficientes para la cantidad de alumnos que existe
     por lo tanto nace un pretexto para el incumplimiento, el cual se
      convierte en costumbre, por lo tanto no puede afianzar su formación
      profesional, descuidándola y por lo mismo el éxito académico es
      bajo.
  3) AMBIENTE DE ESTUDIO: El ambiente juega un papel muy
      importante en el proceso de enseñanza aprendizaje, debiendo el
      estudiante contar con un espacio adecuado para desarrollar sus
      actividades académicas.
B) FACTOR SOCIAL:
  Teniendo en cuenta que la familia es el único medio en el cual es posible
  el desarrollo de una personalidad bien estructurada, llegamos a la
  aseveración; que el hogar es la primera escuela del estudiante y por lo
  mismo depende del tipo de hogar en el que vive, para poder desarrollar o
  retrazar sus capacidades y responsabilidades que determinará el éxito o
  fracaso académico
  Así, el papel de la familia en la socialización y formación de valores,
  actitudes y formas de comportamiento de sus miembros, la ubica
  estratégicamente como reforzador de los valores y estilo de vida que
  llevan.
  La tipología de los hogares la podemos clasificar teniendo en cuenta su
  organización interna, su cohesión y las relaciones sociales que establece
  y desarrollan sus miembros estas son:
1) HOGAR ESTABLE:
 Es aquel donde la presencia del padre y lamadre es permanente, con
 cierta solidez económica, permitiendo una comunicación horizontal
 entre sus miembros y por lo mismo comparten las distintas tareas del
 grupo en forma solidaria.
2) HOGAR    INESTABLE:
 Uno de los padres se encuentra fuera de ella por lapsos de tiempo,
 generalmente es el padreque se ve obligado a estar lejos del hogar por
 razones de trabajo. Este alejamiento justificado haceque las tareas de
 conducción la asuma uno de los        miembros con el consiguiente
 deterioro de la cohesión familiar, en este tipo de hogar, el diálogo
 sufre alguna                alteración y sus miembros, por la misma
 inestabilidad son relativamente inseguros, provocando reacciones de
 autoprotección,   cada   miembro     busca   solucionar   sus   asuntos
 individuales, generando los egoísmos y personalismos.
  3) HOGARES             TRANSITORIOS:
      Son aquellos       que     se responsabilizan de cualquiera de los
      miembros por temporadas limitadas generalmente se pone de
      manifiesto cuando los padres optan por el divorcio, o cuando fallece
      uno de los padres, por lo mismo los hijos deambulan de residencia en
      residencia, las relaciones que establecen sus miembros son inseguras,
      por lo mismo desarrollan una personalidad inestable, poco proclives a
      la solidaridad.
      La relación del docente con los alumnos es de mucha importancia,
      debe existir el diálogo permanente, conocer, sus inquietudes de
      alumnos sin perder la autoridad frente a olios. La relación de
      estudiantes a estudiantes debe ser cordial, de ayuda mutua, de
      colaboración en todo momento, evitar el personalismo para desarrollar
      un ambiente de tranquilidad para desarrollar el proceso de enseñanza–
      aprendizaje óptimamente.
c) FACTOR PEDAGÓGICO:
  El bajo éxito académico también se debe al aspecto pedagógico, donde
  debe tener en cuenta tres variables importantes y estas son:
  -    Es una curricula de estudios de acuerdo a las necesidades y a la
       relación socio-económico, cultural e histórico-geográfico del país.
  -    Tener cuidado en seleccionar los métodos y técnicas para el proceso
       de enseñanza - aprendizaje; y realizar una evaluación cuantitativa y
       cualitativa, eligiendo los criterios condiciones, seleccionando
                procedimientos e instrumentos que ayudarán al docente a obtener una
                evaluación objetiva.
           -    La inadecuada dosificación y gradualidad de las unidades de
                aprendizaje por el docente. También el carácter imponente lleno de
                excesos autoritarismo del docente frente a sus alumnos, a quienes
                muchas veces los tratan despectivamente y despóticamente, sin
                comprender la psicología de los adolescentes.
                LOS HABITOS DE ESTUDIO:
                Está plenamente demostrado que los alumnos no han desarrollado
                hábitos de estudio, porque es muy posible que todavía existan
                docentes que priorizan los criterios escolásticos del memorismo. El
                estudiante no complementa la información que da el docente en el
                aula, con lecturas de investigación fuera de clase, simplemente se
                contenta con lo recibido, tampoco el docente se preocupa por
                desarrollar acciones que conllevan a procurar hábitos y habilidades de
                estudio. Los alumnos creen que asistir es sinónimo de estudio, no
                distinguen si han asimilado y mejorado sus conocimientos
                operándose en ellos un cambio de conducta.
7. HIPÓTESIS:
  7.1   Hipótesis General
        Los hábitos alimenticios, influyen directamente en el éxito académico de los
        estudiantes de la Escuela Académica Profesional de Medicina Humana
        Universidad Peruana Los Andes.
  7.2   Hipótesis Específica
        a.    Existe una relación directa entre los hábitos alimenticios y el éxito
              académico.
        b.    El rendimiento promedio ponderado acumulado de los estudiantes es
              baja.
        c.    El nivel de glicemia de l os estudiantes es baja.
        d.    Los tipos de alimento que consumen los estudiantes es de bajo aporte
              energético.
8. OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES E INDICADORES DE LA
  HIPÓTESIS
  8.1   Variables independientes
        -    Hábitos alimenticios
        -    Tipos de alimentos que ingiere
        -    Bajo grado de ingesta energética
  8.2   Variables dependientes
        -    Rendimiento Académico
        -    Promedio ponderado semestral
        -    Promedio ponderado acumulado en el semestre académico de la presente
             investigación
  8.3   Indicadores de las variables independientes
        -   Miligramos por ciento de glicemia
        -   Porcentaje de estudiantes con alto, medio, bajo Hábito Alimenticio.
  8.4   Indicadores de las variables dependientes
        -   Porcentaje de estudiantes con alto rendimiento académico.
        -   Porcentaje de estudiantes con rendimiento medio
        -   Porcentaje de estudiantes con muy bajo rendimiento.
        -   Porcentaje de alumnos del quinto y del tercio superior.
9. DISEÑO METODOLÓGICO:
  9.1   Diseño Metodológico:
        Se utilizará el diseño correlacional donde (M) es la muestra a observarse,
        (ox) es la observación, (oy) es la observación de la variable dependiente y
        (x) es la posible relación entre la variable independiente (x) y la variable
        dependiente (y).
                           OX
        M                  r
                           OY
  9.2   Métodos a Utilizar
        Por la misma naturaleza del objeto de estudio los métodos a utilizarse serán
        la experimental, casi experimental, descriptivo y explicativo.
9.3   Técnicas para el acopio y procedimiento de la información
         a.   Técnicas                           b. Instrumento
              -       Encuesta                             - Cuestionarios
              -       Observación sistemática    - Guías de observación s
              -       Observación documental         sistemática
              -       Test de glucosa
              -       Laboratorio
         b.       Procesamiento de la información
                  En el procesamiento de la información se utilizarán.
                  -     El paquete SPSS y el MINITAB
                  -     La hoja electrónica Excel.
         c.       Fuentes de Información
                  -     Primaria: Archivo de la Oficina de Asuntos Académicos de la
                        Escuela Académica Profesional de Medicina Humana de la
                        Universidad Peruana Los Andes
                  -     El record académico por alumno de acuerdo es promedio
                        ponderado semestral y acumulado.
                  -     Secundaria: Análisis documental (Oficina de coordinación de
                        asuntos académicos)
                  -     Oficina de desarrollo académico Universidad Peruana los
                        Andes Centro pre universitario
     -   Revisión, análisis del Record Académico de Ingresantes a la
         Escuela Académica Profesionales de Medicina Humana de la
         Universidad Peruana Los Andes Oficina Centro Pre
         Universitario
d.   Población y Muestra
     -   Población.- la población objeto de estudio estará constituido
         por 650 estudiantes de la Escuela Académica Profesional de
         Medicina Humana Universidad Peruana Los Andes.
     -   Muestra:
         N = 650
         P = probabilidad de éxito = 0.5
         Q = Probabilidad de kk = 0.5
         E = Margen de error = 0.05 = 95%
           .= Nivel de significación = 0.05
         Z = Valor de la distribución normal estándar base (1-1/2)% =
         1.96
         n=
         n =150
e.   Análisis de datos:
     -   análisis cuantitativo:
         Uso de la estadística descriptiva para las variables
-   Puntuación “Z”
-   Razones
12. BIBLIOGRAFÍA
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                        PROPUESTA ENCUESTA ALIMENTARIA
Nº FICHA
I. Nombre de la Familia: ………………………………………………………...........
       Nombre de la madre ……………………………………………… Edad: ………..
       Número de personas que viven en el hogar:
       Ingreso económico familiar mensual:
       Saneamiento ambiental:
       Agua potable:             Si                     No
       Desagüe:          Si                        No
       Cuenta con:
       Carro                     Si                     No
       Radio                     Si                     No
       TV                        Si                     No
       VHS/cable         Si                        No
       Casa:
       material noble            Si                     No
       adobe                     Si                     No
II.                                                     Antropometría
       Nombre del Estudiante:………………………………………………………………..
       Edad: ……... Peso: ………. Talla: ………. Pliegue sub cutáneo: …………….
       Índice de masa corporal (IMC): ……………………………………………………..
       Diagnóstico nutricional ………………………………………………………..
III.                                                    Esquema Nutricional
        a. Indique Ud. la cantidad en gramos de los componentes habituales en su alimentación:
    Desayuno:
    Almuerzo:
    Cena:
b. De las preparaciones tipo que a continuación se detallan, ¿Cuál es de su preferencia?
  b.1. Desayuno:
   Tipo 1:                       Tipo 2:                      Tipo 3:
   -               1 taza de -                 1 taza de -                     1 taza de
       leche con café                 avena o quinua con           quinua con leche.
                                      manzana.
   -                1 Vaso de                             -                     1 porción
       jugo de frutas         -                2    panes          de segundo
                                      con queso o huevo
   -                2 panes                               -                    1 Taza de
                                      frito.
                                                                   jugo surtido.
   -                1 porción
       de segundo
  Marque solo una preparación tipo:
  Tipo 1                          Tipo 2                  Tipo 3
    b.2. Almuerzo:
          Tipo 1:                       Tipo 2:                       Tipo 3:
          -                 1 porción -                   1 porción -                    1 porción
              de entrada.                    de sopa                      de segundo
          -                 1 porción -                   1 porción -                    1 porción
              de sopa                        de segundo                   de ensalada.
          -                 1 porción -                   1   unidad -                 1 Vaso de
              de segundo                     de fruta                     jugo de frutas
          -                 1   unidad -                  1 vaso de
              de fruta                       refresco.
          -                 1 vaso de
              refresco.
         Marque solo una preparación tipo:
         Tipo 1                            Tipo 2                Tipo 3
    b.3. Cena:
          Tipo 1:                       Tipo 2:                       Tipo 3:
          -                 1 porción -                   1 porción -                    1 porción
              de segundo                     de segundo                   de segundo.
          -                 2 unidades -                1 Vaso de -                   1 Vaso de
              de panes                       agua de manzana.             leche con café.
          -                 1 Unidad -                    1 Unidad -                     1   unidad
              de fruta                       de fruta.                    de fruta.
          -                 1 Vaso de
              café
         Marque solo una preparación tipo:
         Tipo 1                            Tipo 2                Tipo 3
IV. ¿Estaría Ud. de acuerdo con el funcionamiento de un comedor universitario en la
    Universidad Peruana Los Andes?
    Si                                     No
    Por que? …………………………………………………………………