Pastor: Pedro Pavez Lugar: Av.
Central-Cortijo
Fecha: 07.02.2013- 05.02.2013
“…Jeremías, Llamado y Excusa…” Jer.1:1-10 (parte 1)
Introd: Jeremías es considerado por los judíos como uno de los tres grandes profetas
escritores que ha tenido el pueblo de Israel. Jeremías tuvo un ministerio de unos 40
largos años. La mayoría de su ministerio sufrió mucho por parte de su propio pueblo,
familia y amigos. Jeremías (el Señor se levantara) era hijo del sacerdote Hilcias (porción
del Señor), de Anatot (respuestas), un pueblecito situado a unos 7 Km al norte de
Jerusalén. Jeremías y el rey Josias tal vez eran de la misma edad, o quizás Jeremías
tendría 1 ó 2 años más que el rey, cuando el Señor lo llamo. En el momento de su
llamado Jeremías tendría unos 23 años de edad. (1:2)
I.S ¿Qué notamos en Dios y en Jeremías en esta pericopa?
O.T: El texto de Jeremías nos muestra las de acciones de Dios y del profeta.
I. La acción de Dios. El llamado a Jeremías. (1:4-5)
1. NO fue Jeremías el que fue a Dios, sino que Dios vino a Jeremías. (1:4-
5; Jn.15:16). En esto notamos el contraste con Habacuc, quien va a
encontrarse con Dios molesto y airado. (Hab.1:2-4).
2. El Señor le declara que lo ha llamado con un tremendo propósito. Ser
profeta no solo a su pueblo sino a las naciones. Sus mensajes no solo
serán ni afectaran a Judá sino al mundo entero.
3. La palabra de Dios no es solo para los creyentes. Debemos compartirla
con los incrédulos. La palabra de Dios no debe ser encarcelada dentro de
los templos o congregaciones. ¡Debe correr y ser glorificada! (2.Ts.3:1).
4. ¿Cuántos de los cristianos todavía no se dan cuenta que fueron llamados
para ser la boca de Dios a las naciones, regiones, villas, poblaciones,
vecindades? ¿Cuántos guardan silencio sin anunciarle la palabra de Dios
a nadie? ¿Cuánta gente se hubiera salvado si le hubiéramos hablado la
palabra de Dios? ¿Esperamos una persecución? (Hch.8:1-4)
5. La Iglesia del Señor no esperara la persecución o el sufrimiento para
anunciar la palabra. Entendemos que es una orden del Señor y como tal,
la cumpliremos. (Mr.16:15; 1.P.2:9-10).
II. La acción de Jeremías. La excusa. (1:6).
1. “…no se hablar porque soy niño…” En realidad Jeremías tiene alrededor
de 23 años. ¿Por qué dice que es niño? En Israel los jóvenes no hablaban
en publico, los jóvenes callaban y escuchaban a los mayores. Dejaban
penetrar en ellos sus palabras y las hacían suyas. Si un joven de 20 años
o más hablaba en público corría el peligro de ser considerado un
orgulloso y presuntuoso. (Job.32:6).
2. La excusa de Jeremías es: “Soy demasiado joven para hablar en publico
y dirigirme a las personas. No aceptaran mis palabras y me tendrán por
orgulloso, altivo y presuntuoso”. Es lo mismo que le sucedía a Timoteo.
(1.Ti.4:12).
3. Por otro lado, a quienes tendría que hablar Jeremías eran los notables y
también el pueblo duro de cerviz. (1:18). Jeremías será un sacerdote
convertido en profeta, y ser profeta no consistía en agradar a las
personas, sino en señalar lo equivocado y pecaminoso. Esto por lo tanto,
le traería como consecuencia, castigos, dolor y sufrimientos. (Sal.34:19).
4. ¿Cuántos de nuestros jóvenes hoy no le hablan a nadie la palabra de
Dios? ¿Cuántos de nosotros tenemos un sinnúmero de excusas para no
proclamar la palabra de Dios? Nos hemos perfeccionado en el arte de las
excusas. (Cant.5:2-6; Lc.14:15-24).
5. El Señor descendió al monte Sinaí y Dios mandamientos que debían ser
obedecidos. El Señor llevo a sus discípulos al monte y le dio
mandamientos. Nosotros obedeceremos esos mandamientos. (Mt.28:16-
20) ¡La misión de la iglesia es salvar almas!
III. La acción del Señor. La promesa de su presencia. (1:7-10).
1. El Señor le reprende y le da la promesa de su presencia. No importa lo
que piensen o digan las personas el Señor estará con Jeremías. (1:8).
2. El Señor extiende su mano y toca su boca. El Señor ha puesto sus
palabras en su boca. Jeremías proclamara las palabras de Dios. Jeremías
tendrá luchas y batallas, sin embargo, será más que vencedor. (1.10)
3. ¿Cuánto pueblo de Dios se siente derrotado? ¿Cuántos hijos del Señor le
dan demasiada importancia a lo que otros dicen? ¿Cuánto pueblo de
Dios piensa que no tiene nada que decir de parte de Dios?
4. El Señor ha puesto sus palabras en nuestra boca. El Señor nos toca con
su mano de poder. No importa cuan grande sea nuestro enemigo. No es
importante el tamaño que el problema haya alcanzado. ¡Somos más que
vencedores! (Ro.8:31; 1.Jn.4:4; Jer.20:9; Mt.28:20).
CONCLUSION: El Señor nos ha llamado como a Jeremías. Debemos dejar las excusas
y no presentarlas al Señor como lo hizo Jeremías. El Señor nos promete su presencia y
la victoria.