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Tesis Iii

El documento describe las diferentes causales de divorcio en Costa Rica, incluyendo el adulterio, la sevicia, el atentado contra la vida del cónyuge o hijos, y la separación de hecho por 3 años o más. También discute el divorcio por mutuo consentimiento y proporciona antecedentes históricos sobre el divorcio en las civilizaciones antiguas y en Costa Rica.

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Tesis Iii

El documento describe las diferentes causales de divorcio en Costa Rica, incluyendo el adulterio, la sevicia, el atentado contra la vida del cónyuge o hijos, y la separación de hecho por 3 años o más. También discute el divorcio por mutuo consentimiento y proporciona antecedentes históricos sobre el divorcio en las civilizaciones antiguas y en Costa Rica.

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TESIS III: DIVORCIO

CONCEPTO: el divorcio consiste en la disolución, en vida de los cónyuges, de un

matrimonio válidamente contraído. El divorcio no puede ser más que judicial y

debe ser declarado por sentencia, implica la ruptura del vínculo matrimonial de

forma absoluta.

Bienes Gananciales: De acuerdo al artículo 41 del Código de Familia, con la

disolución del matrimonio por divorcio o muerte del cónyuge, su nulidad, y

declaratoria de separación judicial, cada cónyuge adquiere el derecho a participar

en la mitad del valor neto de los bienes gananciales constatado en el patrimonio

del otro.

En materia de divorcio, nuestra legislación se encuentra desfasada, esto se

evidencia en aquéllos casos donde las parejas, pese a su deseo de disolver su

matrimonio, no pueden hacerlo porque no lo justifica ninguna causal. Se considera

de suma importancia analizar la viabilidad de una posible reforma para la

eliminación de las causales de divorcio y concederle así, prioridad al valor

individual de la libertad y al principio de autonomía de la voluntad como pilares de

la institución del divorcio. Las causales taxativamente establecidas en el numeral

48 del Código de Familia establecen los motivos por los cuales los cónyuges

pueden disolver el vínculo. Sin embargo, de las causales fijadas en la ley, más de

la mitad de ellas están en desuso. En la mayoría de los procesos contenciosos de

divorcio presentados ante Tribunales de Justicia, los solicitantes se acogen a las

causales dictadas por el Código, sin embargo, se evidencia que se ha recurrido a

simulación de la causal para lograr la desvinculación matrimonial de la pareja.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DIVORCIO

La figura del divorcio aparece desde la antigüedad. En las civilizaciones primitivas

también existía la noción de matrimonio, el cual al darse desavenencias, y estas

constituían - a su vez - un tipo de divorcio. A continuación analizaremos algunas

civilizaciones:

1- Civilización hebrea Dentro de ésta se desarrolla una institución denominada

repudiación, se explica en qué consiste: Si un hombre se casa con una mujer y

después resulta que no le agrada por algún defecto notable que descubre en ella,

hará un certificado de divorcio se lo dará a la mujer, y la despedirá de su casa si

ella después pasa a ser la mujer de otro y este también ya no la quiere y la

despide con un certificado de divorcio, o bien, si llega a morir este otro hombre

que se casó con ella, el primer marido que la repudió no podrá volver a tomarla

por esposa, ya que pasó a ser para él como impura…

2- Civilización egipcia En ella tenían establecido el divorcio, y tanto el hombre

como la mujer tenían el derecho de solicitarlo. Así lo muestra la cita la siguiente:

La mujer tenía toda clase de garantías pecuniarias para conservar su posición en

caso de divorcio y aun tenía derecho a pedirlo. El divorcio no fue frecuente en

Egipto, sino al llegar las dinastías decadentes. El hombre tenía derecho a expulsar

a la mujer de la casa cuando esta fuera sorprendida en adultero, y sin darle

ninguno de los bienes familiares. Sin embargo no se daba tanto en igualdad de

condiciones, ya que a la mujer solo se le permitía solicitarlo cuando el esposo

hubiese incurrido en injurias graves, la mujer debía pedir aquella falta, mientras

que para el hombre no se exigía establecer razón alguna, simplemente solicitaba


el divorcio.

3- Civilización hindú Las causas o motivos eran muy abundantes y por qué no

decirlo desmedidas, a diferencia de otras civilizaciones que no eran nada

permisivas en cuanto a la disolución del matrimonio. Es importante recordar que

para este pueblo la proliferación de su población, era vital por ello, la esterilidad

era la razón más justificada para otorgar el divorcio. Constituyeron causales para

romper el vínculo matrimonial, el afecto a las bebidas, el mal carácter, las

enfermedades, la prodigalidad, el exceso de los gastos del hogar, la ineptitud pro

creativa o esterilidad, el hecho de que la mujer no diese a luz varones, estos y

otros motivos más vinieron a constituir un número elevado de causales que daban

ligar al divorcio.

4- Civilización Romana Recordando lo visto en el apartado del matrimonio en

Roma, se menciona que dicha institución era consensual es decir bastaba con que

la voluntad cesará para que el vínculo desapareciera. En Roma operan tres

formas válidas para la disolución del matrimonio a saber: a) Muerte de uno de los

cónyuges, b) Perdida de la capacidad y c) Pérdida de la affectio maritalis.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DIVORCIO EN COSTA RICA

Costa Rica formaba parte de aquellos países en donde no se permitía el divorcio,

algunos autores afirman que “la única forma de disolución del matrimonio era el

divorcio eclesiástico, el cual era autorizado en casos muy aislados” .Sin embargo,

esta situación empieza a cambiar con la introducción de las ideologías liberales y

la separación entre lo civil y lo canónico. Sección 1.Código General de 1841

Contempla un divorcio un tanto diferente a la concepción que opera actualmente.

Este Código plantea una separación eclesiástica, pues el vínculo matrimonial, en


esta época, se disolvía únicamente por la muerte de uno de los cónyuges o por la

anulación realizada por la Iglesia. En este último caso quienes juzgaban dicha

situación eran los Tribunales Eclesiásticos; la persona no poseía libertad de

estado. En otras palabras la persona que se separaba no podía volver a contraer

matrimonio.

Sección 2. Código de 1888 Esta normativa marca el inicio de una nueva figura: el

matrimonio civil. Al mismo tiempo establece el divorcio vincular. Pedro Beirute

Prada (2001) menciona que “este código adoptó un sistema restrictivo que reguló

el divorcio, es decir excluye el divorcio voluntario y el divorcio por causas

indeterminadas, las cuales consistían en una falta a los deberes conyugales” (p

37)

Sección 3. Código de Familia en 1973 Este Código derogó la normativa

correspondiente al Código Civil, es en este momento donde se separa

definitivamente la materia de familia del aspecto civil, y el derecho de familia

adquiere su propia normativa. De este modo se crea el Código de Familia, así “se

le endilga al estado la obligación de proteger a la familia, siendo esto consonante

con lo dispuesto en el artículo 51 de la Constitución Política, con este artículo no

solo se protege a la familia casada, biparental, sino que también se le da esta

protección a ala familia monoparental, biparental, extensa de hecho.

CLASES DE DIVORCIO EN COSTA RICA

1- Divorcio judicial
Antecedentes de las causales

El matrimonio como institución histórica se implementó con una vocación de

perpetuidad. La razón de la existencia de éste se manifiesta de diferentes formas

según cada cultura; así, en algunas, se le concibe como un lazo sentimental

dirigido a la convivencia vitalicia de los cónyuges con procreación voluntaria, no

obligatoria. Cualquiera que sea su finalidad, el matrimonio ha sido considerado

como una unión estable y duradera. No obstante, existen ciertas acciones que un

cónyuge puede realizar en perjuicio del otro y que, por la gravedad que ostentan,

hacen difícil o intolerable la vida en común. Por ello la legislación de cada país

enumera un cúmulo de causas- normalmente taxativas- por las cuales el cónyuge

ofendido entra en capacidad de solicitar el divorcio para romper el lazo

matrimonial.

Como Causales del Divorcio se establecen: el adulterio, el atentado contra la


vida del cónyuge o los hijos, tentativa de prostitución o corrupción al otro cónyuge
y a los hijos, la sevicia, entendida esta como maltrato físico o psicológico, la
separación judicial por un término mayor a un año, la ausencia del cónyuge
legalmente declarado, la separación de hecho por un término no menor de tres
años, y el Mutuo Consentimiento de ambos cónyuges.

Divorcio por Mutuo Consentimiento: Con la reciente reforma de la Sala


Constitucional, se abrió la posibilidad de solicitar el Divorcio por Mutuo
Consentimiento, sin necesidad de que transcurra el plazo de 3 años de celebrado
el matrimonio.

Regulación en Costa Rica


*Causas de divorcio, artículo 48 del código de familia:

El adulterio: consiste en a relaciones sexuales de uno de los cónyuges con un

tercero, es una violación al deber de fidelidad que puede ser cometida incluso con

persona del mismo sexo y que no requiere necesariamente la consumación del

coito. Es una causa de divorcio perentoria, sin embargo la convivencia en el

adulterio impide al cónyuge invocar esta causal. Para la prueba del adulteria se

acreditan los hechos de los cuales racionalmente se puede inducir que esa causal

de divorcio sea cierta.

El atentado de uno de los cónyuges contra la vida del otro o de sus hijos:

para que haya se requiere que se produzcan actos que revelen la intención de

privar de la vida a la persona agredida. Como acción de divorcio caduca al año

contado a partir del atentado o tentativa de homicidio.

La sevicia en perjuicio del otro cónyuge o de sus hijos. La sevicia consiste en un

acto o en una serie de hechos mortificantes, vejatorios, crueles o degradantes,

ejecutados con el propósito de hacer sufrir, dañar u ocasionar un perjuicio a nivel

físico- material o emocional- psicológico al cónyuge o a sus hijos, lo cual provoca

una vida matrimonial insoportable. Ambas implican un desprecio sistemático que

bien puede darse en un solo acto o en varios, dependiendo de la dimensión del

daño o la crueldad en la ejecución de éste.

El atentado de uno de los cónyuges contra la vida del otro o de sus hijos

Esta causal revela la posibilidad de que uno de los cónyuges a través del atentado

ponga en peligro la vida del otro o de los miembros de la familia. El atentado

supone que la intención del cónyuge culpable es provocar la muerte del otro o la

de sus hijos. Hay que demostrar que mediante el atentado se pretende privar la
vida del otro; las simples amenazas no figuran como causal.

La tentativa de uno de los cónyuges para prostituir o corromper al otro

cónyuge y la tentativa de corrupción o la corrupción de los hijos de

cualquiera de ellos Esta es una de las causales que con menor frecuencia es

utilizada como fundamento del divorcio, mas esto no significa que no ocurra. El

cónyuge que insista o provoque que su cónyuge, sus hijos o los hijos de su pareja

realicen actos de prostitución, constituye una causal de divorcio. De igual modo,

cuando el 99 cónyuge motive a su pareja o hijos a tener relaciones sexuales con

terceros de igual o distinto sexo, también provoca que se refiera a la causal

taxativamente enunciada en el inciso 3 del artículo 48 del Código de Familia.

La separación judicial Esta es la causal a través de la cual los cónyuges

adquieren la posibilidad de solicitar el divorcio un año después de la Separación

Judicial. Conviene mencionar que durante este tiempo conviene que no debe

haber reconciliación entres los cónyuges. Recordemos que con la separación

judicial se exime a los cónyuges del deber de convivencia y de la vida en común,

sin embargo, persiste el vínculo matrimonial.

La ausencia del cónyuge legalmente declarada Decretada judicialmente la

ausencia del cónyuge, el divorcio puede solicitarse de inmediato y el juez deberá

nombrar un curador para el proceso de divorcio. La declaratoria de ausencia del

cónyuge debe regirse según el artículo 53 del Código Civil, transcurridos dos años

desde la desaparición del cónyuge. Este plazo de los dos años para solicitar la

declaratoria de ausencia puede verse reducido a la mitad tal como lo menciona el

autor Gerardo Trejos (1982): el plazo se reducirá a la mitad en aquéllos casos

cuando las últimas noticias que se tuvo del ausente fueran las que se encontrara
gravemente enfermo o el peligro de muerte.

El divorcio por mutuo consentimiento. Origen del mutuo consentimiento como

causal de divorcio La figura del mutuo consentimiento como causal de divorcio se

remonta a los tiempos antiguos. En Grecia era posible el divorcio por mutuo

consentimiento sin la intervención judicial, en Roma; el matrimonio era concebido

como un contrato civil y la cesación de la affectio maritatis era sumamente

importante, por ello se sostenía que si la voluntad de ambos los había unido,

también podía separarlos. Respecto a lo anterior, señala Frank Brooks (1985):

“Podemos situar los orígenes del divorcio por mutuo consentimiento el en Derecho

Romano, que nació como una institución libre de formalismos y requisitos propios

de la época, bastando solamente el consentimiento de la voluntad unilateral para

dar por disuelto el vínculo conyugal”. En la Constitución Francesa de 1871 se

autorizó el divorcio por mutuo consentimiento, se estableció que si los cónyuges

son libres para unirse, lo eran también para separarse. Esta idea surgió como

consecuencia de los postulados de libertad proclamados por la Revolución

francesa. En el caso de Costa Rica, podemos situar el origen de la figura del

divorcio en el Código General de 1841, promulgado durante la Administración de

Braulio Carrillo. Dicho código poseía una fuerte influencia del Código Napoleónico

y concebía el divorcio como la separación judicial, esto por la marcada influencia

del Derecho Canónico, en el cual la disolución del matrimonio sólo era viable por

la muerte de uno de los cónyuges. Posteriormente, con el Código Civil de 1888,

se introdujo el divorcio vincular, en el cual se producía el rompimiento conyugal y

se le confería a los ex-cónyuges la posibilidad de contraer nupcias de nuevo. En el

momento histórico donde el divorcio por mutuo consentimiento no era permitido,


las parejas que tenían diferencias dentro del matrimonio y ya no querían

permanecer juntas, eran obligadas a acudir ante un juez y simular una situación

que se enmarcara dentro de alguna de las causales establecidas; de este modo

lograban obtener la disolución de la vida conyugal.

Con el propósito de regular este vacío legal, los legisladores decidieron estudiar la

propuesta de incluir el mutuo consentimiento de la pareja como causal de divorcio.

María Isabel Arce García (1978) sostiene que: La introducción de dicha causal fue

propuesta por el Licenciado Gonzalo Monge Herrera, posteriormente discutida y

aprobada por la Comisión permanente de Asuntos Jurídicos, en sesiones

extraordinarias de dos y cuatro de octubre de 1972. La primera norma que

regulaba el divorcio por mutuo consentimiento estableció, primeramente, un

período de cinco años después del cual podría realizarse la solicitud. Asimismo,

establecía que el divorcio no podía declararse en sentencia, sino hasta seis meses

después de presentada la solicitud. Posteriormente, sufrió una reforma según ley

número 5895 del 23 de marzo de 1976, la cual redujo de cinco a tres años, el

límite temporal. Dispuso, además, que si el divorcio o la separación son

procedentes y no perjudican los derechos de los menores, el Tribunal lo aprobará

por resolución considerada, así logró eliminar el término de seis meses

mencionado antes. Es de relevante descartar que, actualmente el juez aprueba el

convenio y declara disuelto el vínculo, ya sea de separación o de divorcio;

anteriormente, se emitía una sentencia al respecto. Sin embargo, el juez puede

improbar ese convenio, en caso de que éste afecte el interés de los menores; o

bien, en caso de que sea omiso u oscuro, puede pedir que se complete o aclare lo

que corresponda. Ahora bien, al ser el divorcio por mutuo consentimiento de


naturaleza no contenciosa, el divorcio dado bajo esta modalidad surge como un

remedio para aquellos matrimonios conflictivos donde la vida en común se torna

intolerable. Es interesante recalcar, que el mutuo consentimiento también ha sido

denominado por la doctrina y la legislación extranjera, como el divorcio por

presentación conjunta o divorcio consensual, el cual consiste en la voluntad

común de los cónyuges de finalizar su matrimonio. Aquí no se requiere de otros

motivos, tan solo la voluntad. Así los cónyuges llegan a acordar el modo en el cual

van a distribuir sus bienes y deciden sobre la guarda, crianza y todo lo relativo a

los hijos que han procreado.

Régimen legal del Divorcio por mutuo consentimiento Una vez analizado el

concepto y la naturaleza del mutuo consentimiento como causal de divorcio, es

procedente iniciar el examen de los elementos que lo conforman, así como los

requisitos legales necesarios para que resulte la petición de los cónyuges.

Igualmente se examinará el procedimiento mediante el cual se tramita esta figura y

todos los aspectos contenidos en él. De la lectura del artículo 48 inciso 7 del CF,

en el cual se ubica la causal del mutuo consentimiento, se desprenden dos

requisitos básicos para que proceda la solicitud correspondiente.

CONSECUENCIAS DEL DIVORCIO

En definitiva, un divorcio tiene consecuencias legales tales como: -El divorcio es

la disolución definitiva del vínculo matrimonial. -En el divorcio se procede a la

separación de bienes de la pareja, es decir, que los bienes se reparten de acuerdo

con el régimen matrimonial aplicable. -Se regula también el tema de los alimentos

(para los hijos y para los cónyuges). -Si se tienen hijos comunes se resuelve sobre

la patria potestad y guarda crianza, así como el régimen de visitas. Conviene


rescatar que, una vez que el juez aprueba un convenio de divorcio éste

difícilmente puede ser modificado. El convenio de divorcio regula todo lo

relacionado con los hijos, los derechos y las obligaciones de los padres,

entre ellos: la patria potestad, el derecho de visita, los alimentos para los

hijos; asimismo lo concerniente a los acuerdos patrimoniales entre los

cónyuges como la separación de bienes y el pago de alimentos después del

matrimonio.

Resulta indudable que la adquisición de la autoridad parental se realiza por el

hecho natural o jurídico de la filiación, término que proviene del latín filiatio filuis filii

el cual se entiende como la procedencia de los hijos respecto de los padres. El

contenido de la autoridad parental está regulado por los artículos 140 y 143 del

Código de familia. De estas normas se extrae el poder - deber que poseen los

padres, pues tal y como menciona Víctor Pérez Vargas (1984), “(…) se trata de

conductas que se pueden realizar, pero que al mismo tiempo se deben realizar.

Los padres pueden cuidar y educar a sus hijos, pero al mismo tiempo, deben

hacerlo”. Para nuestro estudio, analizaremos las facultades, y para ello, las

enunciaremos tal y como lo realiza nuestra legislación: guarda, crianza y

educación, artículo 56 código de Familia. 1 Guarda Ésta consiste la guarda en

un atributo de la patria potestad. La guarda le otorga a quien esta investido de ella,

el poder y la obligación de velar por la persona del hijo(a), fijar su residencia y

dirigir su educación. Comprende, principalmente, el mantener al hijo (a)a su lado;

por ello, le exige a los padres la obligación de regresar al hogar cuando por

cualquier motivo ha salido de él. También obliga a los padres, cuando por

cualquier motivo ha salido de él, corregirlo en forma maderada vigilarlo y


representarlo

2.Crianza Consiste este deber, en el cuido físico del hijo (a), a fin de lograr su

desarrollo norma y desde luego supone la existencia del derecho de guarda y

conlleva la obligación de vestir y alimentar a los hijos. Comprende la obligación

que tienen los padres de suministrar a sus hijos los medios materiales que les

permitan crecer. Esta obligación se atenderá en proporción a las posibilidades

económicas de los padres, buscando un equilibrio entre lo necesitado y lo

ofrecido, considerando que, no podemos exigir mucho a quien tiene pocos medios

económicos, pero tampoco puede considerarse incumplimiento de que, teniendo

muchos recursos, dedica pocos. La idea es que se cumpla con estos deberes de

la mejor manera posible, brindándole al menor, no solo un buen ambiente familiar,

sino uno social, que facilite su desarrollo integral.

3- Educación La educación se diferencia de la instrucción, porque como

menciona Grettel Solano Pacheco (1998): “…pues educar se refiere a la conducta

de los hijos, en cambio instruir se refiere a los conocimientos que se adquieren

como una enseñanza. Pero la instrucción pertenece a la educación como deber y

derecho de los padres hacia los hijos.” Sin embargo, el deber de los padres

incluye ambos aspectos, asumiendo el primero, en forma personal y confiando, en

la mayoría de los casos, la instrucción a algún centro educativo.

Este aspecto es de gran importancia y así ha sido reconocido por la legislación,

rompiendo el límite de responsabilidad de los padres para con sus hijos estipulado

en 18 años de edad, cuando el mismo se encuentre realizando estudios de

manera satisfactoria y hasta los 25 años, art 173 C.F.: No existirá la obligación de

proporcionar alimentos:. Cuando los alimentarios hayan alcanzado su mayoría,


salvo que no hayan terminado los estudios para adquirir una profesión u oficio,

mientras no sobrepasen los veinticinco años de edad y obtengan buenos

rendimientos con una carga académica razonable.Consiste este deber, en otorgar

una educación completa, es decir, como formación de la personalidad moral e

intelectual del individuo. En efecto, no podrá haber verdadera y completa ecuación

sino mediante la formación de una personalidad propia del hijo y/o hija, la

inculcación de normas y principios que hagan de él o ella un ser valiosos par ala

sociedad a la que pertenece.

SEPARACIÓN JUDICIAL COMO PROCESO JUDICIAL

Artículos 58 al 63 código de Familia

La separación judicial debe declararse mediante la resolución del juez y debe

tener fundamento en una de las causales estipuladas en el art. 58 del Código de

Familia: 1- Cualquiera de las causales por las cuales se autoriza el divorcio. 2- El

abandono voluntario y malicioso de uno de los cónyuges. 3- La negativa infundada

de uno de los cónyuges a acumular los deberes de asistencia y alimentación para

con el otro o para los hijos comunes. 4- Las ofensas graves. 5- La enajenación

mental de uno de los cónyuges que se prolongue por más de un año, u otra

enfermedad o trastorno grave de la conducta que haga peligrosa la vida en

común. 6- El haber sido sentenciado cualquiera de los cónyuges a sufrir una pena

de prisión durante tres años o más por un delito que no sea político. 7- El muto

consentimiento de ambos cónyuges. 8- La separación de hecho de los cónyuges

durante un año consecutivo ocurrida después de dos años de verificado el

matrimonio.

Proceso de separación judicial El artículo 61 del Código de Familia expresa que lo


dispuesto en el divorcio se observará para la separación judicial, en cuanto fuere

aplicable y no contradiga las disposiciones reguladas por la separación judicial.

Rigen entonces para el proceso de separación, las reglas establecidas en el

Código de Familia sobre la facultad de accionar (art. 49), la pensión alimentaria

(art. 57), la reconciliación (art. 52) y las medidas provisionales adoptadas durante

el desarrollo del proceso (arts. 53 y 54): pensión, entrega de efectos personales,

autorización u orden para salir del domicilio conyugal y cuidado provisional de los

hijos. La resolución judicial que declara la separación judicial tiene por efecto

permitir que los esposos no estén obligados a mantener una vida en común y les

permite liquidación de los bienes patrimoniales.

En aquellos casos donde existen hijos menores, deberá disponerse acerca de su

guarda, crianza y educación, así como la pensión alimentaria, es decir, la forma y

la proporción en la que los padres contribuirán a ésta. Una vez que la Separación

Judicial se decreta, persiste el deber de fidelidad y el mutuo auxilio entre los

cónyuges. Cualquiera de los cónyuges que llegue a violar este precepto, comete

adulterio como si todavía estuviera sometido al régimen matrimonial en su

integridad.

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