Definición de trabajo intelectual
A veces escuchamos comentarios en torno a Técnicas de Trabajo Intelectual y Técnicas de Estudio, y –
en muchas ocasiones– se llegan a confundir, sin tener presente que las segundas abarcan poco más
que las estrategias para “almacenar información” que luego se devuelve en un control, sin pasar a
formar parte de la estructura de pensamiento del alumnado.
Para empezar sobre las Técnicas de Trabajo Individual y Técnicas de Estudio, podríamos afirmar que:
No es cierto que todos nuestros alumnos y alumnas puedan y vayan a aprender igual –incluso de
bien–; pero sí lo es que todos pueden – y tienen derecho– a dar pasos en la línea de mejorar y sentirse
más preparados, más felices.
A modo de introducción, es necesario –primero– ubicar dónde se sitúan las Técnicas de Trabajo
Intelectual (en adelante T.T.I.) y las encontramos en la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, “Por la
que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de
la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato”, donde se recogen las
Competencias Clave, y –en concreto– en el Anexo 1, punto 4: Aprender a aprender que pasa a definir…
La competencia de aprender a aprender es fundamental para el aprendizaje permanente que se
produce a lo largo de la vida y que tiene lugar en distintos contextos formales, no formales e
informales.
Esta competencia se caracteriza por la habilidad para iniciar, organizar y persistir en el aprendizaje.
Esto exige, en primer lugar, la capacidad para motivarse por aprender. (…)
En segundo lugar, en cuanto a la organización y gestión del aprendizaje, la competencia de aprender a
aprender requiere conocer y controlar los propios procesos de aprendizaje para ajustarlos a los
tiempos y las demandas de las tareas y actividades que conducen al aprendizaje. La competencia de
aprender a aprender desemboca en un aprendizaje cada vez más eficaz y autónomo. (…)
Centrados en el preámbulo legal, no podemos olvidar la última parte de la definición: aprender a
aprender desemboca en un aprendizaje cada vez más eficaz y autónomo. O lo que es lo mismo, la
autosuficiencia para continuar aprendiendo, que –como se decía con anterioridad– va más allá de un
simple aprendizaje, escasamente funcional.
Primero, ¿cómo podríamos definir las Técnicas de Trabajo Intelectual?: es una tarea ardua, puesto que
comprende desde el plano emocional al cognitivo, así como las propias capacidades y el momento
motivacional de cada persona; y así siguiendo a Ana Cabeza Leiva (2011) podríamos comenzar:
(…) todos aquellos medios o recursos que pueden contribuir a facilitar el aprendizaje del
alumnado, ya sean estrategias de aprendizaje, hábitos de estudio específicos, técnicas
de aprendizaje concretas o métodos de estudio eficaz.
A esta definición añadiríamos la gestión del aprendizaje y de las emociones ante el mismo, como
forma de complementarla, porque el ser humano es un todo, una realidad global, y como tal se
enfrenta a las más variopintas situacio-nes de la vida.
Por ello, tampoco hemos de olvidar las tres grandes leyes del estudio y trabajo intelectual.
1a ley: Hay que saber estudiar (estrategias, técnicas, métodos. ..)
Lo que significa comprender, rela-cionar, intuir, deducir, inducir, analizar, sintetizar, abstraer, prever…
Estudiar es aplicar la inteligencia en su vertiente de entendimiento, pensamiento, razón, juicio…
Se aprende de dos modos complementarios entre sí:
Conociendo los principios generales o leyes de un hecho o suceso.
Aplicando esas leyes de un modo práctico en el mundo de la experiencia. La práctica hace durade-ra la
acción intelectual.
2a ley: Hay que querer estudiar.
Lo cual significa fuerza de voluntad. La voluntad conlleva planificación, atención, interés, motivación y
gestión del propio aprendizaje.
Hay que situarse por encima de las circunstancias y de los sentimientos para centrar la voluntad en el
estudio. Es necesario ser dueños del propio aprendizaje, y no sólo actores que viven dramáticamente
cual-quier situación o acontecimiento relacionado con el mismo.
La fuerza de voluntad también exige decisión firme y enérgica.
3a ley: Hay que poder estudiar.
Lo que significa poseer capacidades suficientes para aprender (inte-ligencia, memoria, razonamiento,
concentración…).
Quien realiza el estudio y repaso en contra de sus inclinaciones, quien estudia rechazando el estudio,
no estudia con pro-vecho.
Por otro lado, las T.T.I. han venido centrándose en la Etapa de Secundaria, de nuevo atribuyéndolas al
aprendizaje (adquisición de conocimiento) como tal, no a una situación de aprehendizaje (hacer
propio el conocimiento y emplearlo en las situaciones diarias).
En este sentido, las contribuciones de la Neurociencia, y en especial de la Teoría P.A.S.S. (Das, Naglieri,
Kirby, 1994) son verdaderamente importantes: hay que aprovechar la plasticidad de los primeros años
de vida.
Y aquí llegados es donde planteamos una forma de trabajo ecléctica, en la que reconocemos varias
fuentes:
Arsitóteles: nada hay en la inteligencia que previamente no haya pasado por los sentidos.
Montessori: su modelo está basado en la interacción con el conocimiento de la realidad, pero siempre
a través de los sentidos.
Neurociencia: advirtiendo de la necesidad de la estimulación desde todos los ángulos posibles,
partiendo desde las más tempranas edades.
Teoría PASS: estimular todos los procesos, y animar a crear nuevas y alternativas ”autopistas de
conocimiento” .
Kolb: modelo de aprendizaje.
García Hoz: modelo S.O.F.E.
Con frecuencia encontramos situaciones como las que siguen:
• Apenas presentamos alguna información, en cualquier soporte, nuestro
alumnado responde inmediatamente, o está levantando la mano para hacerlo.
• Careciendo de todos los datos necesarios, elaboran respuestas sin siquiera
saber qué han de hacer: por ejemplo, entregamos una hoja con casillas para
su nombre, apellidos y varias preguntas, aún no enlazadas a una situación
concreta, y –sin haber acabado de repartir a toda la clase– son varios los
alumnos y alumnas que ya han comenzado a escribir…
• Están acostumbrados a la última fase: la producción de una actividad.
Siguiendo a David Kolb, observamos que las fases del aprendizaje quedan alteradas
desde el principio, ya que la secuencia se interrumpe al emitir respuestas sin haber
trabajado la información suministrada, o la pregunta requerida.
Las fases quedan reducidas a…
Cuando lo que queremos es…
Resumen de las fases del Aprendizaje
Pero aún nos queda una parte, ¿y en casa, podemos hacer
algo?
En casa es posible mejorar el trabajo intelectual si partimos de una
premisa:
Lo importante es que nuestros hijos gestionen su aprendizaje.
O lo que es lo mismo: si nosotros les dirigimos por completo (sus horarios, cómo han
de hacerlo, inducimos a memorizar…), ellos no necesitan planificar, y entonces no
son dueños de su aprendizaje, porque lo somos nosotros.
Por eso luego olvidan en un control, o no son capaces de coordinar sus
conocimientos para resolver una situación
Podemos seguir las indicaciones que nos ofrece la guía “Técnicas y hábitos de
estudio, 2” (1990), donde nos exponen varios aspectos:
• Organizar el lugar de trabajo.
• Nos gustaría aquí apuntar que también los padres necesitamos ser
organizados en nuestra casa, para servir como ejemplo.
• A la misma hora, siempre que sea posible.
• Con un horario definido (evitando que sea después de comer), prestando
atención a cada materia por separado, y con un tiempo concreto para cada
una.
• Teniendo a la vista el horario de cada día, para ser capaces de prever lo
que haremos mañana, creando un “reloj mental” de actividad.
• Teniendo el material organizado.
• Todo a mano.
• Visible, sin tener que perder la atención buscando dónde estará la goma…
o el lápiz…
• Empleando un método personal, que hay que ir construyendo poco a
poco:
• Con el mismo modelo de clase, podemos practicar lecturas con nuestros
hijos e hijas:
• Les pedimos que lean, pero han de ser ellos y ellas quienes, con un modelo previo,
puedan indicarnos ( si aún son pequeños, los adultos les guiamos para que
respondan a estos puntos):
• Si hay imágenes, qué les sugieren, qué creen que pasará
• A la búsqueda de la idea general, pero que así dicha es más compleja, por lo que
nos vendrá bien muy bien que intenten crear un título del párrafo leído.
• En el mismo párrafo: qué acciones, qué personajes, qué situaciones aparecen.
• Cuando han leído varios párrafos,
• ¿pueden darnos un título general de todo lo leído?,
• ¿qué otras cosas conocen que estén relacionadas con esa lectura?;
• ¿dónde podrían buscar información adicional?.
• Identificar estrategias de memoria y visualización para poder evocar estos
contenidos:
• Les ayudamos si enfatizamos el aprendizaje con “pistas”, como si fueran
adivinanzas: les damos datos poco a poco, para que los unan y obtengan el
conocimiento: así les ayudamos a crear “autopistas de aprendizaje”
(relacionar conceptos).
• Cuando se trata de reglas de memoria, si las asociamos a imágenes o
hechos divertidos, es mucho más fácil evocarlas: por ejemplo, si queremos
que recuerden “b” o “v” en cueva, será más simple si les ayudamos a
recordar cómo es una cueva, que está en el suelo, abajo, y entonces la
escribimos con la “baja”.
• Buscar sólo los conceptos y los nombres en un texto, aislándolos de todos
los adjetivos y las acciones, es un buen procedimiento para ayudarles a
crear ideas fundamentales.
• Este punto también es muy útil para realizar resúmenes. Pero ¡ojo!. Un
buen resumen sólo vale si es corto.
• Si animamos a usa r el subrayado, sólo de aquello que ha entendido, nunca
de lo que no tiene claro.
• Y, por fin, verificar cada día qué hecho, qué pasos he seguido; qué procesos
han sido los más utilizados: memoria o asociación; comprobar que se ha
cumplido el esquema que se había planificado previamente; verificar que el
material era suficiente….
• Tan importante o más que el estudio o repaso, es esta verificación: cuando
nuestros hijos o nuestros alumnos comienzan a ser capaces de regular este
proceso es cuando realmente están realizando Técnicas de Trabajo
Intelectual.
• Si sólo repasan, simplemente son Técnicas de Estudio, que necesitan de la
planificación citada.
Para finalizar, aunque parece complicado, no lo es: si nos planteamos hacerlo….,
Referencia: https://www.orientacionriojabaja.info/tecnicas-de-trabajo-intelectual-aprender-a-
aprender/