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Egregor LP 51

El documento define el egregor como una entidad colectiva formada por la suma de las energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier propósito. Explica que el egregor de una logia masónica se construye a través del pensamiento colectivo de los hermanos y se ve afectado por factores como el estado del templo y la energía dentro de él. También influye en los hermanos y puede ser positivo si se generan pensamientos elevados o negativo si hay desarmonía.

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Egregor LP 51

El documento define el egregor como una entidad colectiva formada por la suma de las energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier propósito. Explica que el egregor de una logia masónica se construye a través del pensamiento colectivo de los hermanos y se ve afectado por factores como el estado del templo y la energía dentro de él. También influye en los hermanos y puede ser positivo si se generan pensamientos elevados o negativo si hay desarmonía.

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EL EGREGOR DE LA LOGIA

V:. M:.
RR:. y QQ:. HH:.

Egregor” [Del griego Egregoroi] significa velar. La palabra “Egrégor” es una voz verbal del griego
clásico. Significa vigilar, velar, estar despierto, no dormir. Por extensión, la raíz sustantiva ha significado
vigilia, vela, privación de sueño. Por tanto, el concepto masónico de Egrégor es “Vigilante” de la
Logia.

Rizardo da Camino, en su Diccionario Masónico, nos dice que Egrégor es un “Cuerpo Místico que se
forma con sus propias peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con
las mentes para el acto de crear”.

Son muy pocos los escritores que nos entregan una definición sobre el significado de nuestro tema;
Mouni Sadhu es uno de ellos y en su obra “El Tarot”, nos dice que el Egrégor es una entidad colectiva, tal
como una nación, estado, sociedad, religiones, sectas y sus adherentes, e incluso organizaciones humanas
menores. La estructura de los Egrégores es similar a la de los seres humanos. Tienen cuerpos físicos,
astrales y mentales por lo que se constituyen en la suma total de todos estos elementos.

Egrégora también proviene del mismo término y designa la fuerza generada por la sumatoria de las
energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier finalidad.
El origen del término Egregora es el mismo que gregario, del latín «gregariu»: que es parte de grey , o
ser, rebaño, congregación, sociedad, conjunto de personas; conjunto de individuos que tienen algún
carácter común, como el país de procedencia o la clase social, en religión es la Congregación de los fieles
de la iglesia.

La construcción del Egrégor de una Logia está directamente relacionada con varios aspectos, de hecho,
cuando se funda una Logia, esta viene a la existencia bajo ciertas condiciones, que pueden ser de tipos
astronómicas, astrológicas, numerológicas, cabalísticas, etc., y que afectan toda su vida. Algunas nacen
sanas y robustas, otras débiles y enfermizas, permaneciendo así durante el transcurso de muchos años.

Un hecho que es importante considerar, es que el Templo de la Logia debe ser considerado como el lugar
donde habita el Egrégor formado por el pensamiento colectivo de todos los Hermanos que asisten a las
Tenidas. El Templo es el lugar exclusivo para los trabajos de todos los masones y no otro lugar. La
construcción y permanencia del Egrégor no puede ser perturbado por pensamientos desarmónicos, cosa
que ocurre cuando dicho lugar es utilizado para fines que no son iniciáticos.

Nuestro interés por el embellecimiento del Templo debe ser permanente ya que el Egrégor que
construimos se ve agradablemente afectado por los pensamientos de todos los que ingresen en él. Por el
contrario, lo perjudicamos, si al ingresar al Templo este se encuentra sucio, con adornos de mal gusto, los
Hermanos mal decorados, los candelabros deslucidos y no lustrosos, las paredes mal pintadas, mal
iluminado. El Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado de un buen
gusto para estimular el respeto, el recogimiento y el estímulo para la emoción artística, porque el Egrégor
debe ser perfecto en todos los sentidos, y el arte y la belleza son fundamentales para la evolución tanto del
Egrégor de la Logia como de los Hermanos que la componen.
En el Templo no debería haber ninguna murmuración, ni menos ningún pensamiento o gesto poco
fraternal, pues un mal pensamiento y un acto antifraternal por parte de un iniciado es multiplicado por
esta condición que al ser hechos por un profano. No da lo mismo un comentario mal intencionado de
parte de un profano, que una crítica incorrecta, maligna e injusta hecha por un iniciado. Por eso, todos los
hermanos deben procurar que los trabajos siempre estén poblados de los pensamientos más elevados y
con las palabras más respetuosas y afectuosas. Siempre hay que dar paso a opiniones útiles, verdaderas y
agradables.

Las logias vivas son fácilmente discernibles de entre las muertas. Las primeras poseen una atmosfera que
provoca la participación por medio del pensamiento, la reflexión, meditación y la emoción. La simbología
expuesta en la logia cobra manifestación a través del egregor, el cual con voz insonora le habla
internamente de los secretos del símbolo o alegoría.  Así como existen logias con egregores blancos,
existen otras donde la desarmonía por las luchas por el poder, la soberbia, la envidia, el ansia por
sobresalir o notarse egoicamente, también poseen su egregor aunque no precisamente blanco.

Entender intelectualmente lo que es un Egrégor es muy diferente a volverse consciente y entrar en


contacto con él. Todo cuanto percibimos tiene cierto grado de empatía con nosotros, de ahí que nos
volvamos conscientes de ello. Nuestras fuerzas instintivas y demás fuerzas básicas forman la piedra
angular sobre la cual debemos elevar nuestro templo, pero hoy esta piedra es imperfecta por lo tanto,
debemos trabajar eliminando toda imperfección y pulir nuestra propia piedra bruta hasta convertirla en un
cubo perfecto, aplicar la escuadra, el nivel y la plomada para distribuir en forma armónica y en sano
equilibrio las fuerzas del edificio para evitar que se derrumbe sobre nosotros.

El egregor forma parte de nosotros mismos, es una extensión vibratoria de nuestra propia aura espiritual,
el egregor  lo hacemos y alimentamos diariamente con nuestras propias vibraciones provocadas por
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Vibraciones que afectan nuestro entorno familiar, grupo
de trabajo, o grupos informales, el egregor es el ser elemental individual o colectivo que solo se
preocupara de atraernos lo que es simpático a su tasa vibratoria o sea nuestros deseos conscientes o
inconscientes, provocando inclusive que repitamos nuestro pensamiento, sentimiento o acción para su
fortalecimiento.

El hombre se preocupa de proveer alimentos sanos para su cuerpo físico, de igual modo debería
preocuparse por los alimentos para su cuerpo mental, emotivo y espiritual; el egregor puede ser pro útil y
constructivo, pero también puede ser dañino, como podría ser el egregor de una banda mafiosa, un antro
de vicio, o alguien que disfruta por el poder de someter o provocar dolor o sufrimiento

Toda Logia o Templo antes de iniciar los trabajos por primera vez, debe ser consagrado en solemne ritual
donde el egregor o ángel es formado o es llamado por el sincero sentimiento y emotividad de los
participantes; Los rituales o ceremoniales que están exentos de éstas emociones o sentimientos sinceros,
son “rituales muertos” porque no lograran hacer participar a egregor alguno y mucho menos atraerán la
inspiración de las grandes mentes cósmicas.

El egregor es una mentalización que los masones producimos mientras estamos en Logia, es un expresión
de conciencia grupal que produce una gran fuerza. El Egregor es la fuerza generada por la suma de las
energías físicas emocionales y mentales de dos o más personas cuando se producen al reunirse para
cualquier propósito, no solamente en el contexto masónico.

A los Egregores Eliphas Levi, el escritor ocultista francés, los denomina príncipes de las almas. Rizardo
da Camino en su Diccionario Masónico, dice que es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias
peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes para el
acto de crear”. Al Egregor se le supone un centro de coniencia dévico, entendiendo por dévico a las
reacciones del Espacio por cualquiera de los estados de conciencia humanos.

Se le conceptúa esotéricamente como un ente primordial formado por una agrupación de almas en un todo
de sustancia mental o psíquica. Los antiguos consideraban a la Egrégora un ser vivo con fuerza y
voluntad propias generadas a partir de sus creadores o alimentadores pero independiente de las de cada
uno de ellos.
En el plano racional a los Egregores se les entiende como formas psíquicas que tienen que ver con estados
de conciencia humanos. Es un ‘ser psíquico’ de carácter colectivo; un campo de influencia común, es un
fluir sutil, invisible y elástico que ocupa espacios y que transmite energías creadas por un modo de
pensar, de sentir o de actuar de los seres humanos. Es un “ente” real, sensible y actuante, aunque
imponderable, que permite tener a los corazones sintonizados.

Si algunas personas se reúnen y emiten vibraciones fuertes e idénticas por pensamientos de la misma
naturaleza, formarán uno por energía positiva o negativa, según sea el genero de los pensamientos
emitidos, el Egregor creado con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos,
reaccionará sobre nosotros. Es decir; todo impulso vital o substancial que surge de individuos o de
comunidades produce una reacción en el espacio que provoca la forma psíquica de un Egregor, que se
establece alrededor de las personas, de los hogares, de templos, de instituciones, etc, y por el que se puede
percibir las condiciones y carácter de los mismos.

La Egrégora se realimenta de las mismas emociones que la crearon, y a quienes la engendraron, se les
induce a producir repetidamente las mismas emociones. Los hay efímeros y permanentes. Los primeros
obedecen a impulsos psíquicos o estados de conciencia esporádicos y sin fuerza aglutinante; los segundos
son el resultado de la acumulación de materia psíquica realizada de manera constante y permanente por
efecto de los estados de conciencia habituales, ya sea de los individuos o de los grupos. Por ejemplo: Una
persona pesimista producirá un tipo de energía que por ley de afinidad se fijará a su alrededor y se ligará
con personas y sitios que tengan su misma vibración.

Vibración que puede ser uno de los siete principios herméticos, el que dice: “Nada está inmóvil, todo se
mueve, todo vibra”

Si consideramos que hay tres planos de existencia: el plano físico o material, el plano mental o metafísico
y el plano espiritual, también existen tres tipos de vibraciones, la más baja la del plano material y la más
alta que corresponde al plano espiritual. Obviamente así como en el plano físico no todo lo que existe
posee la misma vibración, en los demás planos también hay diferencia vibracional. En el Universo entero
no hay nada que esté inmóvil y quieto sino que en realidad está todo continuamente vibrando y en
movimiento. Cualquier pensamiento (positivo o negativo) es energía que sale de nosotros hacia el mundo
exterior para dar forma a lo que hemos pensado. En su camino se une con pensamientos similares de otras
personas y se fortifica, una vez que es lo suficientemente fuerte, regresa a quien lo creó. Una perfecta
comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones
mentales, así como las de los demás.

Tres axiomas herméticos:

«Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración.» «Para destruir un grado
de vibración no deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese a la atención en el
polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se elimina cambiando su polaridad.» «La mente ,
así como los metales y los elementos, puede transmutarse de grado en grado, de condición en condición,
de polo a polo, de vibración en vibración.»

El Egregor formado por el poder de los ritos, de las ceremonias litúrgicas y de meditaciones llevadas a
cabo regularmente por las distintas religiones, sociedades y escuelas esotéricas de entrenamiento
espiritual del mundo determinan estados psíquicos con gran influencia que afectan el ambiente particular
de tales comunidades y también sobre otras conciencias generando un fenómeno psicológico vivenciado
como un despertar espiritual.

Así, se aprecia una elevación o dignificación de la conciencia. Estos Egregores son deseables, necesarios,
y es lícito pretenderlos como cohesión iluminada. Por el contrario, existen otros negativos que son
generados por actos de egoísmo, por la incapacidad de aceptación del bien y de rechazar al mal. Estos
Egregores son los más numerosos y los que frecuentemente nos encontraremos cruzados en el camino
hacia la máxima elevación espiritual en donde se busca la paz, la serenidad y la comprensión.

Los distintos tipos de Egregores cualifican la vida de individuos y de los grupos que los produjeron por
efecto de sus ordinarios y habituales trabajos y estados de conciencia. Ente mágico y etéreo, fruto de
sinergismo de personas reunidas en la práctica de un ritual, como energía psíquica se dota de una forma
objetiva en el plano donde se manifiesta. Esta forma se adapta a las expresiones de la personalidad
cuando se experimentan estados de conciencia como el odio, la envidia, el miedo o la desesperación o,
por el contrario, la benevolencia, el afecto, la compasión, la decisión o el valor.

El Egregor, siendo básicamente una creación mental ya sea en un sentido positivo o negativo, ofrece la
particularidad de estar dotado de una conciencia embrionaria con capacidades de acción y de reacción, así
como de un alto espíritu de supervivencia. Tiene capacidad de absorción de las energías y también de
expansión de las mismas, oponiendo resistencia a las fuerzas que tratan de destruirle. Los Egregores
influyen muy directamente en la historia humana estructurando ambientes psíquicos que determinan el
grado de civilización y cultura. Jesús formó el Egregor del cristianismo Hitler el del nazismo.

El egregor masónico aparece en las logias durante el trabajo, por ello, sería aconsejable que el lugar esté
exclusivamente dedicado para el oficio masónico y que la tenida se lleve a cabo tanto en el desarrollo del
Ritual como en las intervenciones personales en completa armonia. La Egrégora masónica atribuye a los
trabajos un carácter místico, diferenciándolos de otros tipos de reuniones, por tanto, al ingresar en el
Templo, los hermanos deberían dejar todo pensamiento y actitud profana fuera.

Los Aprendices, Compañeros y Maestros, superando el papel de simples espectadores, deberían estar
dispuestos a realizar aportes de actitud y opinion constructiva que producirán una especie de vibración
involucrada que constituirá un Egregor particular al que nos conectaremos mental o emocionalmente,
alimentándolo, al mismo tiempo que nos alimenta a nosotros en un constante equilibrio.

Si nuestro trabajo en el Taller se limita al simple ejercicio mímico del Rito, si evidenciamos una actitud
desapegada y sin sentido ceremonioso, si nuestra intervención es una simple exposición de palabras
vacuas, una logomaquia sin sentido, si nuestro pensamiento se enroca perezosamente en la rutina y
desprecia aspiraciones elevadas; entonces estaremos contribuyendo a la formación de un Egregor que
sumado a otros con igual actitud aumentará su fuerza y provocará el fracaso de los trabajos.

Cuando un hermano realiza su honesto aporte masónico puede generar una vibración poderosa que se
propagará libremente por el silencio de algún alma opacada estimulando su reflexión. Imaginemos a la
totalidad de hermanos trabajando con similar disposición y será fácil augurar un futuro provechoso para
ése templo.

Hay logias en las que sus características peculiares perduran a pesar de los individuos que entran y salen
de ella, el taller tiene su alma, su Egregor, formado por todos los que participaron en las Tenidas, también
por su embellecimiento y cuidado, que deben ser permanentes. Así, el Templo puede ser sencillo pero
debe estar escrupulosamente limpio, decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque
el arte y la belleza son fundamentales para la evolución del Egregor de la Logia.

Deberían evitarse la murmuración, los gestos poco fraternales. Sería deseable por parte de todos los
hermanos que sus trabajos estén regidos por los pensamientos más elevados y con las palabras más
respetuosas y afectuosas. Convendría que las tenidas fueran constantes y regulares con asistentes sinceros
y entusiastas con los trabajos de la Logia.

Es mi palabra V:. M:.


R:. H:. Roberto Lopez Cahuaza

Bibliografia

 El Egregor Masonico: https://alianzafraternal.org/elegregor-maaonico/


 Autor Anónimo: https://www.diariomasonico.com/opinion/el-egregor-de-una-logia/
 Guillermo Brown: https://logialibertadoresblog-worspress.com/logias-vivas-y-egregor
 Dionisio E. Jara, El Egregor de la Logia: Tema que debería ser tratado en todas las Ordenes de
Iniciación. Valle de Santiago de Chile, Enero de 2004 V.·. L.·.
https://symbolos.com/egregor_logia.htm

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