RELIGION
Guía No.8 de actividades y rúbrica de evaluación
               LA VIDA MORAL Y LA RETRIBUCION DIVINA
  INDICADOR
  Identificar los elementos centrales basados en la Palabra de Dios que los cristianos cree y practican con
  respecto a los principios éticos y morales en la opción por el bien.
                          Hay actos que son intrínsecamente malos porque son malos siempre y por sí mismos.
  OBJETIVO ESPECIFICO
  Reconocer la importancia que tiene como persona única creada por Dios a su imagen y semejanza
  descubriendo sus talentos y potencialidades.
  MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS
  «Los actos humanos, es decir, libremente realizados tras un juicio de conciencia, son calificables
  moralmente: son buenos o malos» (Catecismo, 1749). «El obrar es moralmente bueno cuando las elecciones
  de la libertad están conformes con el verdadero bien del hombre y expresan así la ordenación voluntaria de la
  persona hacia su fin último, es decir, Dios mismo». «La moralidad de los actos humanos depende:
  — del objeto elegido;
  — del fin que se busca o la intención;
  — de las circunstancias de la acción.
  El objeto, la intención y las circunstancias son las “fuentes” o elementos constitutivos de la moralidad de los
  actos humanos» (Catecismo, 1750).
   LA CONCIENCIA
  Es el punto de referencia de muchos otros temas cruciales para la moral: pecado y conversión, estructura de
  la respuesta moral, enfoque deontológico o teleológico. Es lo que explica la centralidad que le otorga
  Veritatis Splendor al estudio de la conciencia, en su relación con la verdad, con la ley moral, con la libertad,
  con la opción fundamental, con el acto moral.
MG: FANNY LUCERO GUZMAN              SOR. CELINA                                                   LIC. MATIANZA
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   EL SENTIDO DE LA RETRIBUCIÓN ETERNA ES:
  El deseo de recompensa por una conducta estimada buena y de castigo de una acción condenada como mala,
  es decir, del pago justo y del justo castigo, forma parte del sentido moral y jurídico común. La idea de
  retribución está relacionada con la de responsabilidad y con la de mérito para las acciones buenas realizadas.
  También el concepto de justicia, entendido en pos del derecho romano y de la concepción de santo Tomás
  como "dar a cada uno lo suyo", se inspira en la idea de una retribución justa. El concepto de retribución,
  además de a la esfera jurídica y social, ha sido trasladado por las religiones también a la relación entre el
  hombre y Dios, aunque haya sido criticado por quien sostiene que la conducta del creyente debe ser
  "desinteresada", es decir, que no ha de pensar ni medirse por una recompensa.
  Como procuraremos argumentarlo, hay una dinámica de integración que explica internamente la vinculación
  entre la dimensión subjetiva y la objetiva de la moral. En efecto, el juicio de Dios sobre la conducta humana
  se hace desde la columna de la conciencia moral pero en el esfuerzo honesto, auténtico y sincero por
  aproximarla a la ley moral, de modo que la respuesta se oriente hacia el llamado y la persona –en definitiva–
  vuelva a Dios. La subjetividad no se entiende, entonces, en pugna con la objetividad sino que ambas
  dimensiones confluyen en una tensión dialéctica de articulación integradora. Dicho en términos filosóficos
  modernos, se trata de procurar una armonización kantiano-hegeliana. La presentación de polaridades no
  puede hacerse a costa de la integración. Distinguimos para unir.
   COMPRENSIÓN INTEGRAL DE LA LIBERTAD
  La libertad que aporta la acción salvadora de Jesucristo pareciera entenderse solo desde una opción creyente
  y aplicarse exclusivamente a los que han dado explícitamente el paso inicial del obsequium fidei. En verdad,
  el "primer y segundo nivel" de la comprensión integral de la libertad, están estrechamente vinculados. La
  redención afecta, "salva" al hombre total y, por tanto, también al libre albedrío, de modo que cada miembro
  de la comunidad humana se hace capax Dei, se salva por Cristo y puede orientar su libertad, puede auto
  determinarse por la verdad y por el bien. Si el creyente o el no creyente eligen esa opción que se traduce, en
  concreto, en un amor solidario (Mt 25, 31-46), harán buen uso de su libre albedrío y Jesús los liberará –así–
  del pecado, del cumplimiento externo de una ética y llegarán, en definitiva, a la vida eterna. Por el contrario,
  si eligen con su libre albedrío un camino opuesto, respondiendo negativamente al amor solidario, para esa
  persona en concreto –creyente o no creyente– pudiera haber sido inútil la acción salvadora de Jesús.
MG: FANNY LUCERO GUZMAN            SOR. CELINA                                     LIC. MATIANZA
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  La relación entre libertad humana y libertad divina ha sido un tópico central en la reflexión teológica y toca
  puntos básicos en este binomio "llamado-respuesta". Rahner señala que no entenderíamos lo fundamental de
  la libertad humana si la explicáramos como la sola capacidad de elección entre objetos particulares, entre los
  cuales –entre muchos– estuviera, además, Dios como meta de las aspiraciones del hombre. En esta visión,
  situaríamos a Dios entre los objetos a los que se dirige la elección humana y no lo pondríamos en el plano
  mismo donde se sitúa la esencia de la libertad. "La misma libertad, en efecto, está situada por la patencia de
  ese hacia-donde que nosotros llamamos Dios. En cada acto libre de elección es Dios mismo quien es elegido,
  de forma casi siempre atemática, pero es Dios mismo quien posibilita esa capacidad de auto trascendencia
  del ser humano".
  En la tensión entre naturaleza y gracia, la moral cristiana señala que el carácter ético del comportamiento
  humano está vinculado fundamentalmente con la voluntad de Dios. Ella, sin embargo, no se manifiesta en un
  "texto preciso" de normas positivas, sino en el mismo ser de la persona que se convierte en normativo para
  su quehacer. De ahí que la autocomprensión de la moral cristiana –lo hemos reiterado– se entiende como
  vocación y respuesta a un proyecto humano que ha sido propuesto al hombre desde la creación y cuya
  culminación se alcanza en Jesucristo. "En ese proyecto está expresado el fin del hombre y su felicidad. Su ser
  es su fin. Y su fin es su norma última. A esa luz, la moral cristiana se nos revela como una ética de la
  felicidad, y la libertad se desvela como la capacidad para descubrir y realizar esa íntima verdad del hombre y
  de lo humano".
     CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL
  El segundo nivel es el del conocimiento del bien y del mal y se trata, ya, de un proceso por el cual la persona
  va descubriendo y valorando los preceptos más particulares de la ley moral. Dicho proceso se realiza de
  mecimiento espiritual en el amor, que hace más sensible a la persona en el "aterriza lenta y paulatina y,
  muchas veces, trabajosa. Los caminos para recorrerlo son diversos: la experiencia moral, la formación moral,
  la socialización en una cultura y el coraje" de la verdad y del bien. En este segundo "estrato" la conciencia –
  es decir la persona– puede equivocarse debido a una inadecuada educación moral, a la falta de captación de
  todas las implicancias de una acción, a un insuficiente desarrollo moral, etc., y llegue a decir que es bueno lo
  que objetivamente es malo. Está claro que el dinamismo antes explicado sigue presente, pero la
  "situacionalidad" de un comportamiento puede alterar el juicio moral. "El carácter histórico de la existencia
  humana pone en evidencia que la búsqueda y la apertura a la verdad están marcadas por la ley del camino y
  del descubrimiento. La Gaudium et Spes (GS); “es el título de la única constitución pastoral del Concilio
  Vaticano II. Trata sobre «la Iglesia en el mundo contemporáneo». Fue aprobada por los padres conciliares el
  7 de diciembre de 1965 y solemnemente promulgada por el papa Pablo VI ese mismo día”. Ha puntualizado
  que la ley moral, aunque está presente en la conciencia del hombre, no es creada por este, sino más bien
  descubierta: esto muestra el carácter dinámico de la vida moral". El tratamiento de este punto en Veritatis
  Splendor no es –a nuestro juicio– todo lo amplio que se desearía, en un punto crucial para la respuesta moral.
  El último nivel se conoce en la sistemática moral con el nombre del juicio práctico de conciencia y
  corresponde a la actuación de los dos niveles anteriores en una concreta y precisa decisión moral,
  constituyendo la norma próxima de moralidad de un acto humano. La persona puede preparar este juicio pero
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  en este momento toma la decisión de hacer o no hacer algo en el campo moral y ejecuta dicha decisión. Es en
  virtud de este juicio que la persona se hace responsable de su obrar y mientras no llegue a él todavía no se
  decide y no le es imputable, por tanto, un comportamiento moral. La persona, en este nivel, tiene en su
  interioridad los dos "estratos" anteriores (es decir, su orientación hacia Dios = la verdad y el bien y, además,
  el conocimiento de lo que es bueno y malo) y los vincula con la realidad concreta, haciendo un juicio
  práctico o dictamen de conciencia. Permanece la libertad de obedecer o desobedecer este dictamen y la
  persona asumirá, así, la responsabilidad de esa decisión. En este nivel es donde puede producirse un error de
  juicio, siendo esta ignorancia culpable o inculpable según sea el grado de razonable diligencia que la persona
  ha puesto en buscar la verdad y el bien. Es por ello que GS señala que cuanto más recta es la conciencia más
  posible es que todos los hombres lleguen al descubrimiento del bien moral objetivo. Sin embargo, en este
  mundo "vemos entre velos", también se dan situaciones especialmente conflictivas donde no queda claro
  cuál es el deber mayor. Será signo de buena conciencia, es decir, de rectitud moral, haber hecho un esfuerzo
  razonable para salir de un posible error, máxime cuando la opción ética sea de importancia. Por el contrario,
  esta falta de suficiente diligencia será signo de una conciencia que carece de autenticidad aunque se
  "pretenda" un posible error.
  ACTIVIDADES
  1. ¿De qué manera promocionan el bienestar entre tu familia y tu comunidad? Cuéntame tu anécdota
  2. ¿Cómo podría explicarse, entonces, que entre las personas hubiese diversas apreciaciones sobre la
  moralidad de un mismo hecho?
  3. ¿Cómo analizas el siguiente esquema?
  4. Explica con un dibujo la vinculación entre la dimensión subjetiva y la objetiva de la moral
  5. Nombre 3 elementos centrales basados en la Palabra de Dios que los cristianos cree y practican con
  respecto a los principios éticos y morales en la opción por el bien en su Comunidad.
  EVALUACION
MG: FANNY LUCERO GUZMAN            SOR. CELINA                                     LIC. MATIANZA