Mujeres y Conducción: Cambios y Estereotipos
Mujeres y Conducción: Cambios y Estereotipos
                                                            ABSTRACT
         .
         Until relatively recently, the task of driving a vehicle was almost exclusively one for men. Only in the last few
decades have women taken en masse to driving. This review analyses the driving behaviour of men and women and
attempts to establish whether women are better or worse drivers than men. It is paradoxical that according to the stereotype,
women are less skilful at carrying out manoeuvres such as parking. However, it is said that women are more cautious at the
wheel. The statistics show that men tend to be over-represented in traffic accidents although women are said to get
distracted more easily, for example by looking at themselves in mirrors. This study discusses to what extent women’s
driving patterns differ from those of men, how they have changed in recent decades and what the future predicts, taking into
account the accident data of these groups. We contrast the popular belief, which portrays women as bad drivers, with data
compiled from the literature on evolutionary and constitutional differences and the differing vulnerability of the two
genders. We analyse whether differences exist in the frequency of driving between men and women, evaluating the
characteristics, types of journey, accident data and, among other issues, styles of driving: caution vs. aggression at the
wheel.
RESUMEN
          La tarea de conducir vehículos era casi exclusiva del hombre hasta hace relativamente poco. Sólo en las últimas
décadas las mujeres se han incorporado de forma masiva a la conducción. Esta revisión analiza la ejecución al volante de
hombres y mujeres e intenta averiguar si son las mujeres mejor o peor conductoras que los hombres. Resulta paradójico que
según el estereotipo las mujeres son menos habilidosas realizando maniobras como aparcar y, sin embargo, “se diga” que
las mujeres son más prudentes al volante. Las estadísticas tienden a sobre-representar a los hombres en la accidentalidad del
tráfico, aunque “se comenta” que las mujeres se distraen más, por ejemplo, mirándose en los espejos retrovisores. Este
trabajo discute en qué medida los patrones de conducción femeninos difieren de los masculinos, cómo están cambiando en
las últimas décadas y cuál es la previsión de futuro, teniendo en cuenta los datos de accidentalidad de estos grupos.
Contrastamos la creencia popular que concibe, coloquialmente, a la mujer como mala conductora con los datos recopilados
en la literatura sobre diferencias evolutivas, constitucionales y la distinta vulnerabilidad de los distintos géneros.
Analizamos si existen diferencias en la frecuencia de conducción de hombres y mujeres valorando las características, los
tipos de desplazamiento, los datos de accidentalidad y, entre otros, los estilos de conducción: prudencia vs. agresividad al
volante.
Artículo recibido/Article received: Noviemnre 19, 2008/November 19, 2008, Artículo aceptado/Article accepted: Mayo 7, 2009/May 7, 2009
Dirección correspondencia/Mail Address:
Mercedes Durán Segura, Departamento de Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento. Facultad de Psicología. Universidad de Granada. Campus de
Cartuja, S/N. 18071 Granada (Spain). e-mail: mmduran@ugr.es. David Cantón Cortés, Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Facultad de Psicología.
Universidad de Granada. Campus de Cartuja, S/N. 18071 Granada (Spain). Cándida Castro Ramírez, Departamento de Psicología Experimental. Facultad de Psicología.
Universidad de Granada. Campus de Cartuja, S/N. 18071 Granada (Spain).
International Journal of Psychological Research esta incluida en PSERINFO, Centro de Informacion Psicologica de Colombia, GOOGLE SCHOLARS y DIALNET. Algunos
de sus articulos estan incluidos en Social Science Research Network y está en proceso de inclusion en diversas fuentes y bases de datos internacionales.
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its articles are included in Social Science Research Network, and it is in the process of inclusion in a variety of sources and international databases.
          Los accidentes de tráfico constituyen uno de los              cuando conducía una mujer y los transportaba como
mayores retos de salud pública de las modernas                          pasajeros en su vehículo.
civilizaciones (Arthur, Barrett, & Alexander, 1991; Otte,
Haasper, Eis, & Schaefer, 2008). De todos los inventos que
el hombre ha desarrollado, la tarea de conducir un                      Figura 1. Comic clásico que mostraba el efecto de alarma
automóvil es la más importante ya que, como Gibson y
Crooks (1938) señalaban, un fallo en su ejecución supone
poner en gran peligro su vida.
          El género es una variable relevante para la
seguridad en carretera (D'Ambrosio, Donorfio, Coughlin,
Mohyde, & Meyer, 2008; Jiménez-Moleón, et al., 2004;
Lonczak, Neighbors, & Donovan, 2007; Simon & Corbett,
1996). No obstante, la investigación en este ámbito es
escasa (Lonczak, et al., 2007). Es posible abordar la
problemática de género y conducción desde distintas
ópticas. En este trabajo intentamos recopilar algunas de
estas aproximaciones para comprender mejor el problema:
1) Partimos de la creencia popular que concibe,
coloquialmente, a la mujer como mala conductora (Berger,
1986); 2) Contrastamos este estereotipo con los datos
recopilados en la literatura teniendo en cuenta las posibles
diferencias evolutivas, las diferencias constitucionales y la
distinta vulnerabilidad de los distintos géneros; 3)
Analizamos si existen diferencias en la frecuencia de
conducción de hombres y mujeres y cómo estas diferencias                que producía la mujer conduciendo, en sus pasajeros.
están cambiando en las últimas décadas; y 4) Valoramos las              (Adaptación del dibujo de William G. Stewart. 10-8-1915.
características y los tipos de desplazamientos que realizan             Library of Congress. Washington. D.C. Adaptación de
ambos grupos de población, mostramos los datos de                       Wosk, J. (2001).Women and the Machine: Representations
accidentalidad real por género en los últimos años y las                from the Spinning Wheel to the Electronic Age. Baltimore,
diferencias en los estilos de conducción; y citamos temas               MD: Johns Hopkins Univ. Press.)
como la prudencia vs. la agresividad al volante, que
repercuten en la seguridad conduciendo.
                                                                                 La descripción de las mujeres conductoras estaba
    EL ESTEREOTIPO DE MUJER CONDUCTORA                                  cargada de estereotipos acerca de su condición inherente de
                                                                        mujer, basados en su delicada constitución física y
El estereotipo antes                                                    emocional así como en su inherente nerviosismo que
          Los investigadores se han interesado por estudiar             podría imposibilitar la eficiencia y confianza conduciendo
la relación entre las mujeres y las máquinas, desde la rueda            (Berger, 1986; Wosk, 2001). Asimismo, se apelaba a la
hasta los vehículos de motor (Wosk, 2001). Según la                     incapacidad de las mujeres para reparar sus propios
autora, al inicio del siglo XX las revistas y la publicidad del         automóviles y en caso de que fueran capaces de repararlos
motor presentaban imágenes de mujeres conductoras                       podría disminuir su feminidad, dada la complejidad y
expertas que controlaban perfectamente los vehículos que                suciedad de la tarea (Ver Figura 2).
conducían, aunque, a la vez persistían los viejos                                De hecho, según Wosk (2001) era preciso que las
estereotipos acerca de la incompetencia mecánica de las                 mujeres pasaran un test de ceguera de color y unas pruebas
mujeres. Otros autores (Berger, 1986) han propuesto que                 de corazón, dada su posible debilidad, por si al conducir
los estereotipos aumentaron cuando los coches se                        sufrían algún desvanecimiento y dejaban el coche sin
abarataron y fueron accesibles a las mujeres de clase media.            control. En cuanto a la posibilidad de que las mujeres
A principios del Siglo XX, los estereotipos de las mujeres              condujeran vehículos de carreras se llegó a decir que la
como “malas conductoras” eran mínimos ya que las únicas                 mujer promedio estaba temperamentalmente dotada “en
y pocas mujeres que conducían eran ricas, pertenecientes a              exceso” para un adecuado control de un coche de carreras.
una clase social sin amenazas. Sin embargo, cuando los                  Sólo algunas mujeres que estuvieran cualificadas por
automóviles se hicieron más pequeños, baratos y su manejo               encima de la media podrían tener éxito en dicho deporte.
más sencillo, muchas mujeres empezaron a percibir la                    Wosk (2001) afirma que el tema parecía cambiar poco años
amenaza de estereotipos negativos (Berger, 1986). La                    más tarde: En 1949, la revista Wogue entrevistaba a
imagen del comic de Stewart “Cuando la mujer conduce”                   mujeres famosas (entre ellas Bette Davis) que confesaban
(ver Figura 1) muestra la alarma y ansiedad de los hombres              con frivolidad desconocer por completo el mecanismo
interno de los vehículos que conducían o que su compra se               que los hombres el transporte público para viajes y son con
basó en su aspecto estético.                                            una     mayor     probabilidad     responsables     de    los
                                                                        desplazamientos por motivos diferentes al trabajo,
                                                                        implicando esto el transporte de niños pequeños y los
                                                                        abuelos ancianos.
                                                                                 Wachs (2006) destaca la persistencia, aún en
                                                                        nuestros días, de los roles de género en nuestra sociedad y
                                                                        en nuestras carreteras. Un ejemplo de ello es el artículo del
                                                                        New York Times que trataba sobre la reciente
                                                                        incorporación de los sistemas GPS de navegación en
                                                                        automóviles. Según su autor, Robyn Meredith (1996), todo
                                                                        el mundo sabe que los hombres, aunque se pierdan
                                                                        conduciendo, rara vez se paran para preguntar cómo se
                                                                        llega a su destino. Las mujeres, sin embargo, en la misma
                                                                        situación no dudan en pararse a preguntar en una estación
                                                                        de servicio o en cualquier tienda. Meredith (1996) concluía
                                                                        que los GPSs eran útiles porque los hombres los preferían
                                                                        antes que preguntar por direcciones. El artículo citaba a un
                                                                        profesor de Sociología, Peer Schwartz de la Universidad de
                                                                        Washington, quien afirmaba que incluso en la mayoría de
                                                                        hogares feministas (9 de cada 10) era el hombre el que
                                                                        conducía la mayor parte de los kilómetros y que “para los
                                                                        hombres era difícil pararse a preguntar direcciones porque
                                                                        ello era un gesto de sumisión”. El artículo también
                                                                        mencionaba a ingenieros alemanes de la Philips, empresa
                                                                        responsable del diseño del GPS de los vehículos BMW.
                                                                        Estos ingenieros concluyeron que el ordenador que daría
                                                                        las direcciones en los BMWs tendría una voz masculina.
                                                                        Mr. Francis J. Dance señaló que la decisión técnica de que
                                                                        se usara una voz masculina era porque “los hombres no
                                                                        quieren que las mujeres les den direcciones” (Meredith,
Figura 2. Imágenes clásicas de los años 20, antiestereotipo
                                                                        1996). Estos temas están siendo debatidos actualmente en
de la mujer como mala conductora. Arriba: Mujer
                                                                        las conferencias organizadas por Sandra Roseembloom y el
reparando su vehículo. Abajo: Mujer experta conductora.
                                                                        Transportation Research Board.
(Adaptación de Wosk, J. (2001) Women and the Machine:
                                                                                 Estos y otros ejemplos siguen manteniendo vivo el
Representations from the Spinning Wheel to the Electronic
                                                                        estereotipo según el cual las mujeres conducen peor que los
Age. Baltimore, MD: Johns Hopkins Univ. Press.)
                                                                        hombres (Berger, 1986). Se comenta que tienen menos
                                                                        capacidad de realizar maniobras mecánicas, que estiman
                                                                        mal las distancias y, se bromea, por eso aparcan de oído o a
El estereotipo ahora
                                                                        varios metros de la acera. Los hombres se ofrecen para
         En las últimas décadas algunos trabajos han
                                                                        ayudar a aparcar el coche cuando el espacio es muy
intentado discernir si realmente existen diferencias en los
                                                                        reducido o la cochera muy estrecha y no dudan en decir
patrones de conducción de hombres y mujeres. Wachs
                                                                        “mujer tenía que ser” cuando adelantan a una conductora
(2006) recoge que, de alguna manera, es más probable
                                                                        que previamente realizó alguna maniobra imprevista,
tener carnét de conducir y poseer vehículo si se es hombre,
                                                                        circulaba lento o torpemente. Pero, en qué medida estos
pero esta probabilidad depende más de la cohorte o
                                                                        comentarios son anecdóticos o un reflejo de la realidad, en
segmento de edad que de que exista una diferencia asociada
                                                                        qué medida se está confundiendo la destreza al volante con
al género. Es decir, sólo en los grupos de edad de
                                                                        otras variables, como la experiencia y práctica en
conductores mayores hay un mayor número de hombres
                                                                        conducción o la exposición a la tarea, que pueden verse
conductores, y esta diferencia disminuye en conductores
                                                                        influidas por factores como la frecuencia de conducción.
maduros y jóvenes. Estas diferencias particulares reflejan,
                                                                        ¿Hasta qué punto el mismo estereotipo negativo creado
por tanto, cambios sociales a lo largo del tiempo en el
                                                                        acerca de la mujer conductora podría estar influyendo su
acceso a la movilidad de hombres y mujeres. Ahora bien,
                                                                        comportamiento a la hora de conducir?
según Wachs (2006) sí se encuentran todavía en la
                                                                                 La mujer, como ha ocurrido en otros muchos
actualidad otras diferencias persistentes entre ambos
                                                                        dominios del mundo del trabajo, se está incorporando
géneros, por ejemplo que las mujeres continúan
                                                                        masivamente a la tarea de conducción más tarde que el
conduciendo en tramos más cercanos a la casa, utilizan más
hombre, cuando le ha sido posible salir de los tradicionales            tales como mujeres (Brown & Josephs, 1999; Inzlicht &
roles de género a los que ha estado atada durante siglos. Se            Ben-Zeev, 2000; Shih, Pittinsky & Ambady, 1999;
trata de una revolución tranquila en la que las mujeres van             Spencer, et al., 1999; Steele, 1997), grupos
reduciendo la brecha que les distanciaba de los hombres                 económicamente no privilegiados (Croizet & Claire, 1998),
(Crane, 2007; Goldin, 2006).                                            atletas blancos y negros (Stone, Lynch, Sjomeling, &
          Según las teorías evolutivas (p.e., Eagly, 1995;              Darley, 1999). Es posible que, al igual que ocurre con estos
Evans & Zarante, 1999), las diferencias biológicas entre                grupos, el rendimiento de las mujeres conductoras se esté
hombres y mujeres les llevaron a desempeñar diferentes                  viendo afectado por esta variable. Por ejemplo, Siren y
funciones en la reproducción humana (Fisher, 1999) y ésta               Hakamies-Blomqvist (2005) describen las experiencias de
fue la causa del origen del desempeño de distintos roles                10 mujeres conductoras (mayores), a lo largo de su vida, en
sociales (Alberdi & Matas, 2002). En un primer momento,                 un terreno tradicionalmente masculino como la conducción,
se produjo un reparto de tareas según el cual los hombres se            en el que no siempre se siguen las normas y convenciones
dedicaron a proteger al grupo y a buscar alimento, mientras             culturales, produciéndose la marginación de las mujeres.
que las mujeres se dedicaron a criar a los hijos                        Los resultados de un reciente estudio (Yeung & Von
desarrollando en mayor medida sus capacidades domésticas                Hippel, 2008), muestran que el rendimiento de las mujeres
(Alberdi & Matas, 2002; Cassidy, 2006; 2007; Evans &                    como conductoras se ve afectado por la amenaza del
Zarante, 1999; Lerner, 1990; Maqueira & Sánchez, 1990).                 estereotipo. Por tanto, las diferencias halladas en los
Este reparto, lógico y adaptativo en aquél momento                      patrones de conducción de hombres y mujeres podrían ser,
histórico, sentaría las bases de los futuros roles que                  en parte, una consecuencia del efecto del estereotipo creado
hombres y mujeres desempeñarían en el futuro.                           acerca de la mujer como “mala conductora” (Yeung & Von
          La conducción, al igual que otras conductas como              Hippel, 2008), y no el resultado de “su falta de habilidad”.
trabajar fuera de casa, fumar, salir con amigos, etc., era                       Por otro lado, y en contra de lo que reza el
“cosa de hombres”. Cuando la mujer rompe las barreras                   estereotipo sobre las mujeres conductoras, las estadísticas
existentes entre los comportamientos considerados                       del tráfico muestran que las mujeres tienen un menor
propiamente “masculinos” y desempeña las mismas tareas                  número de accidentes que los hombres (p.e., Chen, Baker,
que el hombre para desenvolverse de manera igualitaria,                 Braver, & Li, 2000; Gebers & Peck, 2003; OMS, 2002;
siempre ha encontrado reminiscencias del pensamiento                    Williams, 2003;), aunque la tendencia de las estadísticas ha
patriarcal (Lerner, 1990; Maqueira & Sánchez, 1990;                     cambiado en las últimas décadas y cada vez es mayor la
Millett, 1970) y machista que considera a las mujeres                   representación de las mujeres en los accidentes (Castro,
inferiores y menos aptas que los varones para el desarrollo             Vargas, Trujillo, & Martos, 2006; Hill & Mackay, 1997;
de determinados comportamientos. En este sentido, cuando                Vargas, Castro, Martos, & Trujillo, 2006). ¿A qué pueden
el número de mujeres “al volante” se hizo representativo de             deberse estos datos y la inversión de esta tendencia? Una
la totalidad de la población femenina, empezó a surgir un               posible respuesta, teniendo en cuenta algunos estudios
estereotipo negativo sobre la mujer conductora, el cual                 centrados en la amenaza del estereotipo que han
sigue profundamente arraigado en nuestros días (Berger,                 demostrado que las mujeres experimentan mayores niveles
1986). Este estereotipo negativo generalmente evoca la idea             de estrés relacionados con la tarea de conducción
de la mujer como “no buena conductora” (Berger, 1986;                   comparadas con los hombres (Simon & Corbett, 1996;
Ekehammar, Akrami, & Araya, 2000) y eso a pesar de que                  Taubmen-Ben-Ari, Mikulincer, & Gillath, 2004), sugiere
la investigación centrada en la mujer conductora es escasa              que la misma amenaza de ser estereotipado como menos
(Lonczak, et al., 2007).                                                hábil, posiblemente disminuya la capacidad de las mujeres
          Los estereotipos pueden llegar a ser perjudiciales            para centrarse en las importantes tareas que componen la
por varios motivos (Steele, 1997). Entre ellos está el hecho            conducción.
de que pueden ser interiorizados por el grupo estereotipado,
el cual podría llegar a comportarse según se espera de ellos                      VULNERABILIDAD FÍSICA Y GÉNERO
de acuerdo con el estereotipo, tal y como repetidamente ha
sido mostrado en la literatura (Aronson, et al., 1999;                           Nos preguntamos en qué medida la probabilidad
Croizet & Claire, 1998; Croizet, Despres, Gauzins, Huguet,              de morir o sufrir daños graves en un accidente de idéntico
& Leyens, 2004; Quiamzade & Croizet, 2007; Spencer,                     impacto físico depende del género o de la edad. Partimos
Steele, & Quinn, 1999). Está bien documentado en                        de la definición de accidente mortal como aquél en el que
psicología social el fenómeno de la “amenaza del                        una persona muere en los 30 días siguientes de haber
estereotipo” (para una revisión, Kit, Tuokko, & Mateer,                 sufrido un accidente (Evans, 2004). Según este autor, entre
2008), el cual puede ser definido como el miedo a que uno               los 15 y los 45 años, el mismo impacto físico tiene un 25%
sea tratado o visto de forma consistente con el estereotipo             más de probabilidad de matar a una mujer que a un hombre.
existente sobre nuestro grupo de pertenencia, o a que uno               De acuerdo con Foret-Bruno, Faverjon y Brun-Cassan
pueda confirmar dicho estereotipo, y su repercusión en el               (1990) la mujer asumiría un 20% más de riesgo de morir en
rendimiento de los miembros de grupos estereotipados,                   un accidente que el hombre por su diferente fortaleza física.
Hay datos, por el contrario, que resaltan las limitaciones de                    Según Romano, Kelley-Baker y Voas (2008),
esta explicación, por ejemplo, se dice que en edades                    aunque los hombres han encabezado las estadísticas de
inferiores a los 5 años y superiores a los 60, los varones              accidentes, recientemente la investigación en varios países
tienen mayor probabilidad de morir en el accidente que las              indica que las mujeres están alcanzándolos. El incremento
mujeres (Evans, 2004). También, según Attewell (1998),                  relativo de las mujeres envueltas en un accidente de tráfico
los hombres tienen un mayor riesgo de morir en un                       se ha asociado con el incremento en su exposición a la
accidente de carretera (Chipman, Macdonald, & Mann,                     conducción, pero también hay otros factores que pueden
2003) mientras que las mujeres presentan mayor riesgo de                explicar el aumento de su accidentalidad. Esto es debido,
sufrir heridas graves y de ser hospitalizadas como                      sobre todo en el grupo de mujeres jóvenes, a que asumen
consecuencia del accidente. Mayor vulnerabilidad física no              un mayor número de conductas imprudentes y arriesgadas
implica siempre una mayor mortalidad, por ejemplo si se                 al volante. En la misma línea, se publica en la revista
adoptan patrones de conducción más prudentes. Algunas                   Emergency Nurse (2008), que la conducción bajo los
investigaciones ponen de manifiesto que el grupo que                    efectos del alcohol ya no es sólo un problema de los
muestra la debilidad, como por ejemplo el grupo de las                  hombres.
personas mayores, puede compensar esta propensión                                De todas formas, los datos ponen de manifiesto
realizando conductas menos arriesgadas. Se ha puesto de                 que, a pesar de la mayor vulnerabilidad física de la mujer
manifiesto que las mujeres se exponen menos a la                        (Foret-Bruno, et al., 1990), son los hombres los que en
conducta de conducción (Calafat, Adrover, Juan, & Blay,                 mayor medida dejan su vida en la carretera (Chen, et al.,
2008; Keskinen & Rajalin, 2003) y también que auto-                     2000; Gebers & Peck, 2003; Romano, et al., 2008;
regulan el riesgo en conducción (D´Ambrosio, et al., 2008).             Williams, 2003).
         Estos comportamientos también se han encontrado
en estudios realizados con personas mayores (Ball, et al.,                    PRUDENCIA EN CONDUCCIÓN Y GÉNERO
1998; D´Ambrosio, et al., 2008; Kedjidjian, 1994;
Raitanen, Törmäkangas, Mollenkopf, & Marcellini, 2003;                            Las mujeres, en comparación con los hombres,
Ruechel & Mann, 2005; Szlyk, Seiple, & Viana, 1995;                     exhiben un comportamiento más prudente al volante
Windsor, Anstey, Buttworth, Luszcz, & Andrews, 2007).                   (Anstey, Wood, Lord, & Walker, 2005; Schechtman,
En concreto, en el estudio llevado a cabo por Ball, et al.,             Shinar, & Compton, 1999; Shinar, Schechtman, &
(1998) se vio que las personas mayores suelen conducir                  Compton, 1999; 2001). Por ejemplo, Shinar, et al. (1999,
durante el día, cuando las condiciones climatológicas son               2001), realizaron varios estudios con el objetivo de analizar
buenas, por trayectos conocidos y además suelen evitar                  la relación entre género y conducción segura. Preguntaron a
conducir durante las horas punta o en situaciones que                   los conductores si usaban el cinturón de seguridad,
suponen un mayor reto para ellos. Esta postura es defendida             observaban los límites de velocidad y si se abstenían de
por autores como Kedjidjian (1994) que afirma que la                    beber cuando conducían. Los autores encontraron que las
mayor parte de los conductores mayores son los más                      mujeres, con algunas pequeñas excepciones, manifestaban
seguros en las autopistas y autovías. En 1992, sólo el 20%              un mayor cumplimiento de estos tres comportamientos de
de los conductores entre 65-74 años tuvieron un accidente               seguridad. Se podría concluir, por tanto, que las mujeres
grave. Este tanto por ciento es más bajo que el de cualquier            son más precavidas. También se afirma que las mujeres son
otro grupo de edad. En la misma línea, Szlyk, et al., (1995)            más receptivas y aceptan mejor los mensajes publicitarios e
analizaron los efectos que la edad y la visión tienen en la             intervenciones dirigidos a modificar el comportamiento de
conducción y en los accidentes. Concluyeron que los                     conducción con exceso de velocidad (Goldenbeld, Twisk,
mayores tienen peores habilidades para la conducción que                & Houwing, 2007). Según los autores, los mensajes que
los jóvenes, aunque protagonizan un menor número de                     apelan al miedo (a través de la exposición de las
accidentes de tráfico. Ello se debe a que los mayores,                  consecuencias de los accidentes de tráfico), que son
aunque con visión reducida, asumen menos riesgo,                        contraproducentes en el caso de los hombres, son aceptados
incrementan sus movimientos oculares y reducen la                       por las mujeres. Estos anuncios publicitarios en T.V. o en
velocidad. Se produce una compensación conductual de sus                prensa, dirigidos a reducir la velocidad de conducción,
déficits motores, visuales o cognitivos. Islam y Mannering              producen su efecto persuasivo en las mujeres conductoras,
(2006) también abordaron el problema de la vulnerabilidad               quienes aceptan una reducción de su velocidad conductora.
de los mayores y las mujeres en conducción. Concluyen                             No obstante, a pesar de estos datos sobre la mayor
afirmando que, si bien el problema de la accidentalidad en              prudencia de las mujeres al volante, a mediados de los años
jóvenes es más bien conductual, el índice de accidentalidad             80 empezó a surgir cierta conciencia sobre el aumento del
de las mujeres de mediana edad puede estar más bien                     número de mujeres que se veían implicadas en accidentes
relacionado con el tipo de vehículo que conducen. Estas                 de tráfico (Beirness, 1988; Cerrelli, 1994; Ginpil &
mujeres conducen vehículos de más de 6 años, cuyo diseño                Attewell, 1994; Hill & Mackay, 1997; Romano, et al.,
aún no contempla sistemas que garanticen la seguridad                   2008). Investigaciones recientes, en diferentes países,
activa y pasiva.                                                        ponen en duda que las mujeres conductoras sean más
prudentes al volante que los hombres. Por ejemplo,                      et al., 1998) sea ésta el número de accidentes brutos, o bien
Beirness (1988) analizó el tipo de accidentes en que se                 su ponderación en función de la frecuencia de conducción,
veían implicadas las mujeres en Canadá durante los años 70              medida a través de otras variables, como el número de
y 80, y los cambios que se habían producido en dichos                   permisos de conducir o el número de kilómetros recorridos
accidentes con respecto a las décadas anteriores. Encontró              al año o la cantidad de combustible repostada. Podemos
que la proporción de mujeres que sufrían accidentes de                  estudiar los cambios surgidos en la exposición a la tarea de
tráfico se había incrementado sustancialmente, de un 9% en              conducción de vehículos de hombres y mujeres teniendo en
1963 a un 20% en 1986. Más recientemente, Hill y Mackay                 cuenta algunas de estas estimaciones. Mayhew, et al.
(1997) afirmaron que los accidentes de tráfico sufridos por             (2003) examinaron los cambios en la magnitud y
las conductoras se incrementaron en los últimos años en el              características de la conducción femenina, con mujeres
Reino Unido. En Australia, Ginpil y Attewell (1994)                     involucradas en accidentes de tráfico, desde 1975 hasta
mostraron que el porcentaje de accidentes mortales en                   1998 en EE.UU. Analizaron el número de permisos de
mujeres conductoras había crecido desde un 13% hasta un                 conducir. Destacaron que, en 1975, la diferencia entre el
27% mientras que hace 45 años, prácticamente, todos los                 número de hombres y mujeres que obtenían dicho permiso
conductores fallecidos en accidentes de tráfico eran                    era considerable, pero en 1998, esa diferencia había
hombres. También en Australia Dobson, Brown, Ball,                      desaparecido. El número de hombres con carnét de
Powers y Mc Fadden (1999) destacaron que las conductas                  conducir incrementó un 32% en un período de 24 años,
arriesgadas de las mujeres conductoras jóvenes estaban                  mientras que el número de mujeres con carnét aumentó un
relacionadas con altos nivel de estrés y consumo asiduo de              55%, llegando a representar en 1998 el 50% de la
alcohol. En Estados Unidos, Cerreli (1994) halló un                     población conductora. También obtuvieron resultados
incremento en el número de accidentes sufridos por las                  interesantes analizando la proporción de permisos de
mujeres, del 16% en 1975 al 24% en 1990. Parece, por                    conducir, comparando la población total que podría obtener
tanto, que se está produciendo una tendencia al incremento              el carnét con el número de permisos de conducción
de accidentes de las mujeres conductoras en las últimas                 realmente expedidos en dicha población. Por ejemplo, los
décadas, a pesar de su mayor desempeño de conductas de                  autores apuntan que en EE.UU. la población total de
seguridad (Shinar, et al., 1999, 2001).                                 hombres incrementó un 33% desde 1975 hasta 1998,
          Por el momento, el número de accidentes sufridos              produciéndose un incremento del 32% en el número de
por las mujeres, en términos absolutos, sigue siendo menor              hombres que obtenían el carnét; mientras que la población
que el de los hombres (Chen, et al., 2000; Prada, Prada, Del            total de mujeres experimentó un crecimiento similar, del
Río, & Álvarez, 1995; Williams, 2003), no obstante,                     32% desde 1975 hasta 1998, pero el número de mujeres
conviene tener en cuenta esta tendencia en accidentalidad               que obtenían el carnét de conducir incrementó mucho más,
del grupo de género “más prudente” y considerar otras                   el 55% (Figuras 3a y 3b).
posibles variables que puedan estar incidiendo en esta                            Si se observa el número de desplazamientos,
nueva tendencia.                                                        también se halla una situación de gran cambio. Hu y Young
                                                                        (1999) hallaron un incremento del 72% en el número de
     FRECUENCIA DE CONDUCCIÓN Y GÉNERO                                  desplazamientos realizados en vehículos en un período de
                                                                        18 años en EE.UU. (Ver Figura 4). Sin embargo, este
         Resulta difícil obtener información fiable sobre               aumento no se produce de forma homogénea, para las
accidentalidad y, en muchas ocasiones, depende de cómo                  mujeres el incremento ha sido mayor en comparación con
midamos esta variable para que obtengamos unos datos u                  el de los hombres
otros y, por ende, una u otra interpretación (Wickens,
Gordon, & Liu 1998). ¿Podemos fiarnos de las estadísticas                               CARACTERÍSTICAS, TIPO DE
sobre accidentes? A veces se expresan en términos de                                   DESPLAZAMIENTO Y GÉNERO
muertes por año (datos brutos) o muertes por kilómetros o
millas recorridas, muertes con o sin heridos, muertes                            Otros cambios en la conducción de las mujeres
teniendo en cuenta la población joven, el tipo de                       están relacionados con la finalidad de los desplazamientos
conducción, profesional u ocasional, o bien, teniendo en                que las conductoras realizan. Attewell (1998) encontraba
cuenta la frecuencia de conducción; averiguando la                      diferencias en cuanto a la edad de las mujeres. Las mujeres
conducción en función de la estimación verbal (subjetiva)               de mediana edad (46 a 51 años) utilizan el vehículo
del número de kilómetros (o millas) recorridos, del número              fundamentalmente para llevar a sus hijos al colegio o de
de carnéts de conducir vigentes, o del número de litros de              paseo. De hecho, se habla de los coches ‘basurero’,
combustible consumidos (Evans, 2004; Mallet, 1999;                      acondicionados con papeleras y dispositivos para que la
Mayhew, Ferguson, Desmond, & Simpson, 2003; Prada, et                   mujer pueda ordenar y mantener más limpio el coche en el
al., 1995; Vargas, et al., 2006). Los resultados obtenidos              que transporta a sus hijos (Miller, 2007) .
dependen, en gran medida, de la variable elegida para
estimar el índice de accidentalidad (Evans, 2004; Wickens,
             Figura 3a: Incremento de la población en EEUU                                Figura 3b: Incremento del número de permisos de
             (1975-1998)                                                                  conducir en EEUU (1975- 1998)
                                                                                           .
                                                                                                                            Hombres
                                                     2000
                                                                                                                            M ujeres
                              Millas (en billones)
1500
1000
500
                                                         0
                                                                    1977           1983                1990                   1995
                                                                       Total de m illas re corridas por año (e n billone s )
                                                                              e n E.E.U.U. de s de 1977 h as ta 1995
                          Figura 4: Total de millas conducidas (en billones) en Estados Unidos, entre 1977 y 1995.
                                            (Adaptado de Mayhew et al., 2003)
          El grupo de mujeres jóvenes (19 a 24 años) lo                                    incremento del 20% en el número de mujeres involucradas
suele utilizar para hacer turismo, salir ir al cine, visitar a los                         en accidentes de tráfico mortales que en el momento del
amigos, etc. y para desplazarse al lugar de trabajo; en suma,                              impacto conducían furgonetas, vehículos de transporte
para su desarrollo personal, social y profesional. El tipo de                              público o camiones ligeros, de reparto. También el estudio
vehículo en el que la mujer acostumbraba a viajar también                                  de Mallett (1999) refleja esta situación: observó que los
está cambiando (Mallet, 1999; Mayhew, et al., 2003). Se ha                                 desplazamientos que realizan las mujeres por motivos de
producido cierta pérdida de protagonismo del tradicional                                   negocios se han triplicado en número entre 1977 y 1995.
turismo. Una gran parte de los viajes realizados tanto por                                          Resumiendo, podemos afirmar que la exposición
hombres como por mujeres, implican “vehículos                                              de la mujer a la conducción (número de permisos de
profesionales”: furgonetas, camiones y medios de                                           conducir expedidos y número de desplazamientos
transporte público, más que turismos. Mayhew, et al.                                       realizados) está experimentando un mayor crecimiento que
(2003) destacan el protagonismo de la mujer en el uso de                                   la del hombre en los países más industrializados (Crane,
este tipo de vehículos profesionales y señalan un                                          2007, Goldin, 2006). Además, se puede apreciar que la
conducción se realiza para desarrollo personal y profesional                     En Australia, Attewell (1998) analizó los factores
de la mujer. Sin embargo, aún existe la tendencia a que la              asociados al riesgo de accidentes de carretera entre dos
mujer conduzca vehículos pequeños y de que el mejor                     grupos de mujeres conductoras (de 19 a 24 años y de 46 a
vehículo de la casa, más potente o nuevo sea normalmente                51 años). Los resultados muestran el mayor riesgo de
conducido por el hombre (Siren & Hakamies-Blomqvist,                    accidentalidad en la población de mujeres jóvenes
2005).                                                                  australianas, comparadas con las mujeres de mediana edad.
                                                                        Los autores encuentran en estas jóvenes un perfil de
 TENDENCIAS DE ACCIDENTALIDAD Y GÉNERO                                  “conductora impaciente”. Podría ser que la ansiedad y el
                                                                        estrés con el que viven algunas mujeres pudiera estar
         Se ha mostrado de forma reiterada una sobre-                   influyendo este aumento en la accidentalidad.
representación de los conductores masculinos en los
accidentes mortales de tráfico (Beirness, 1985, 1988; Bener                 AGRESIVIDAD EN CONDUCCIÓN Y GÉNERO
& Crundall, 2008; Chen, et al., 2000; Mayhew & Simpson,
1990; Prada, et al., 1995, Romano, et al., 2008; Williams,                       Se ha sugerido que la conducción de las mujeres
2003). No obstante, en las civilizaciones modernas se han               es más agresiva que en el pasado (Kostyniuk, Molnar, &
producido muchos cambios en los roles de las mujeres                    Eby, 1998). Un vestigio de la primitiva diferenciación entre
durante las pasadas décadas, motivados por cambios                      hombres y mujeres ha sido la de atribuir al varón, como
sociales, económicos y políticos, que han posibilitado el               manifestación sobresaliente de su condición masculina, la
acceso de la mujer a la educación, abriéndose para ellas un             agresividad como instrumento para la consecución de fines
amplio abanico de posibilidades que han hecho posible su                (Alberdi & Matas, 2002). En la actualidad, asistimos a
incorporación masiva al mundo laboral. El mayor nivel                   distintas formas de expresión de la agresividad
cultural de la mujer, su vida laboral y su poder adquisitivo            generalizada a diversos contextos (ámbito académico,
han derivado en un mayor uso de los vehículos (Hayghe,                  laboral, lúdico, etc.). La conducción también se ha visto
1996). Mayhew, et al., (2003) recogen las tendencias en                 salpicada de este tipo de comportamientos (Simon &
accidentalidad correspondientes al período entre 1975 y                 Corbett, 1996).
1990 en Estados Unidos. Según sus datos, el número de                            El término road rage o agresividad en carretera
conductores implicados en accidentes mortales se mantuvo                es utilizado comúnmente para referirse a aquellos
relativamente estable durante estos 24 años, incluso                    comportamientos beligerantes que se manifiestan al
descendió un 10% la accidentalidad. Sin embargo, el                     volante, como conducir lentamente con la intención de
número de mujeres conductoras involucradas en accidentes                obstaculizar a otros vehículos, no poner el intermitente en
de tráfico incrementó un 60% durante el mismo período.                  los adelantamientos, echar las luces largas, no ceder el paso
         En España, Claret, et al. (2003) realizaron un                 a un peatón, etc. (Dukes, Clayton, Jenkins, Miller, &
estudio retrospectivo (1990-1999) para estimar los efectos              Rodgers, 2001; Sharkin, 2004). También los ataques
de la edad y del género en la causalidad de los accidentes.             personales de unos conductores a otros se pueden
Los autores encontraron un efecto significativo de                      considerar comportamientos agresivos, por ejemplo: gestos
interacción entre la edad y el género. El grupo constituido             obscenos, insultos verbales, lanzar objetos por la ventanilla
por mujeres maduras, entre 25 y 44 años, era el que menor               y en casos extremos, agresiones físicas. Estos
riesgo presentaba, mientras que el grupo de mujeres                     comportamientos suelen ser correspondidos rápidamente
jóvenes, entre 18 y 24 años, presentaba un riesgo superior              por la persona a la que van dirigidos y, en pocos segundos,
al grupo de hombres entre 40 y 44 años. En mujeres                      pueden provocar un altercado que resulte en un accidente
mayores de 44 años el riesgo se incrementaba                            con heridos o con muertos (Galovski & Blanchard, 2004).
significativamente hasta llegar a los 65 años donde el                           La conducción agresiva y el consumo de alcohol
riesgo era máximo, incluso mayor que en el grupo de                     son factores causales de la accidentalidad del tráfico (James
mujeres jóvenes. Otro estudio realizado en España por                   & Nahl, 2000; Martínez, 1997; Wells-Parker, et al., 2002).
Vargas, et al. (2006) que utilizó una muestra de 3673                   Uno de los primeros investigadores que se interesó por el
conductores, apoya estos datos. Los autores calcularon el               tema fue Parry (1968). Demostró la relación existente entre
índice de accidentalidad, realizando la estimación de la                comportamiento agresivo y los accidentes de tráfico. Join
frecuencia de conducción a partir del combustible                       (1997) recoge un estudio de la Automobile Association
repostado, y encontraron que las mujeres muestran índices               realizado en 1995 con personas que habían sobrevivido a
de accidentalidad mucho mayores que los hombres. Este                   un accidente de tráfico. El 90% de los participantes
efecto era más severo en el caso de la accidentalidad sin               admitían haber sido testigos de incidentes de agresión en
heridos, mientras que el índice de accidentalidad con                   conducción durante los últimos 12 meses, y el 60%
heridos de las mujeres continuaba siendo mayor que el de                expresaban que “perdían los nervios” al volante. Ya en
los hombres, pero con una diferencia más contenida que                  1971, Deaux encontró que el 52% de conductores varones,
sólo se disparaba en el caso de las mujeres mayores de 65               frente al 71% de conductoras tocaba la bocina cuando
años.                                                                   conducía. Posteriormente, Turner, Layton & Stanley-
         Una posible explicación al aumento de la                       Attewell, R. (1998). Women behind the Wheel: a statistical
accidentalidad femenina, aún en situaciones de conducción                  overview of road crash involvement. Federal Office of
segura, podría encontrarse en el cambio que están                          Road Safety, Canberra, Australia.
experimentando los patrones de conducción femeninos,                    Ball, K., Owsley, C., Stalvey, B., Roenker, D.L., Sloane,
impregnados de mayor agresividad (Dobson, et al., 1999).                   M.E., & Graves, M. (1998). Driving avoidance and
La conducción agresiva o road rage es un factor causal de                  functional impairment in older drivers. Accident
la accidentalidad del tráfico tan potente como el consumo                  Analysis & Prevention, 30, 313-322.
de alcohol (Martínez, 1997). No obstante, la agresividad                Beirness, D.J. (1985). Female drivers in Canada: an
femenina al volante tiende a pasar casi desapercibida. Sólo                examination of trends in accident involvement.
se muestra de forma sutil (Turner, et al., 1975). Aun así                  Viewpoint (newsletter). Traffic Injury Research
parece que los comportamientos agresivos, aunque menos                     Foundation, Ottawa, Ont, Canada.
explícitos, están cada vez más presentes en la forma de                 Beirness, D.J. (1988). Female drivers in Canada: trends in
conducir de las mujeres (James & Nash, 2000; Wells-                        accident     involvement.    Viewpoint       (newsletter).
Parker, et al., 2002). Las mujeres conducen ahora de forma                 Insurance Bureau of Canada, Ottawa, Ont, Canada.
más arriesgada, realizando prácticas más peligrosas, como               Bener, A., & Crundall, D. (2008). Role of gender and
conducir a altas velocidades, dejando poca distancia de                    driver behaviour in road traffic crashes. International
seguridad con el vehículo precedente y adelantando de                      Journal of Crashworthiness, 13, 331-336.
forma imprudente (Dobson, et al., 1999). Estos autores                  Berger, M.L. (1986). Women drivers! The emergence of
también destacaron que las conductas arriesgadas de las                    folklore and stereotypic opinions concerning feminine
mujeres conductoras jóvenes estaban relacionadas con altos                 automotive behavior. Women’s Studies International
niveles de estrés y consumo asiduo de alcohol y, en el caso                Forum, 9, 257-263.
de mujeres conductoras más maduras, con un mayor nivel                  Brown, R.P., & Josephs, R.A. (1999). A burden of proof:
cultural, vida laboral estresada, con prisas, consumo                      stereotype relevance and gender differences in math
habitual de alcohol y con puntuaciones bajas en una escala                 performance. Journal of Personality and Social
para medir si estaban satisfechas con su vida, lo que ha                   Psychology, 76, 246-257.
conllevado a un aumento en la accidentalidad de la                      Calafat, A., Adrover, D., Juan, M., & Blay, N. (2008).
población femenina.                                                        Relación del consumo de alcohol y drogas de los
         Esta revisión también sirve para desmitificar el                  jóvenes Españoles con la siniestralidad vial durante la
estereotipo de partida (Berger, 1986). La imagen de                        vida recreativa nocturna en tres comunidades
hombres y mujeres como mejores o peores conductores,                       autónomas en 2007. Revista de Salud Pública, 82, 323-
respectivamente, no es un reflejo fidedigno de la realidad,                331.
al menos, teniendo en cuenta los datos de accidentalidad                Castro, C., Vargas, C., Trujillo, H.M., & Martos J.M.
por género. Las estadísticas muestran de forma reiterada                   (2006). Stop driving: A self-awareness question? Una
una sobre-representación de los conductores masculinos en                  versión española. En S. Ballesteros, Aging, Cognition,
los accidentes mortales de tráfico (Beirness, 1985, 1988;                  and Neuroscience (pp. 333-344). Madrid: UNED
Mayhew & Simpson, 1990). Sin embargo, parece que la                        ediciones.
distancia entre hombres y mujeres en cuanto a la                        Cassidy, A. (2006). Evolutionary psychology as public
accidentalidad, se va estrechando en las últimas décadas.                  science and boundary work. Public Understanding of
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