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Sentencia Vicios Del Consentimiento

La Corte Suprema analiza un recurso de casación presentado contra una sentencia que confirmó parcialmente un fallo de primera instancia en un juicio de nulidad de contrato. La Corte Suprema concluye que la sentencia recurrida omitió realizar un adecuado examen de la prueba confesional del demandado, la cual establecía los engaños sufridos por la actora, violando así las normas procesales sobre la forma que deben tener las sentencias.

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Sentencia Vicios Del Consentimiento

La Corte Suprema analiza un recurso de casación presentado contra una sentencia que confirmó parcialmente un fallo de primera instancia en un juicio de nulidad de contrato. La Corte Suprema concluye que la sentencia recurrida omitió realizar un adecuado examen de la prueba confesional del demandado, la cual establecía los engaños sufridos por la actora, violando así las normas procesales sobre la forma que deben tener las sentencias.

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SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:

      Santiago, treinta y uno de enero de dos mil once.

      VISTOS:

      En estos autos rol Nro. 14.562, seguidos ante el Juzgado de Letras de
Nueva Imperial, sobre juicio ordinario de nulidad de contrato, caratulados
"González, Corina con Paredes Díaz, Robert", por sentencia escrita a fojas
329, de fecha veintisiete de diciembre de dos mil ocho, se decidió:

      I.- Rechazar las acciones de nulidad absoluta por falta de


consentimiento, por falta de precio u objeto ilícito y la de nulidad relativa
por error, fuerza y dolo.

      II.- Rechazar la acción subsidiaria de resolución de contrato por


incumplimiento de obligaciones del nudo propietario.

      III.- Rechaza la acción de rescisión por lesión enorme.

      IV.- Rechazar la acción de indemnización de perjuicios fundada en las


nulidades antes dichas y aquella fundada en la resolución del contrato
señalado en el punto II de la parte resolutiva.

      V.- Acoger la demanda de indemnización de perjuicios fundada en el


despojo del derecho de usufructo, reservando a la demandante la facultad
de determinar la naturaleza y monto de los perjuicios para la etapa de
cumplimiento del presente fallo.

      La parte demandante interpuso recursos de casación en la forma y de


apelación en contra de dicho fallo y una Sala de la Corte de Apelaciones de
Temuco, por resolución de trece de julio de dos mil nueve, escrita a fojas
393, luego de rechazar la nulidad impetrada, confirmó la resolución en
alzada.

      En contra de esta última decisión, a fojas 397 la actora deduce recursos
de casación en la forma y en el fondo.

      Se trajeron los autos en relación.

      Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:

      PRIMERO: Que, la recurrente sostiene en su libelo que la sentencia


impugnada incurre en la causal de nulidad formal contemplada en el Nro. 5
del artículo 768 en relación con los numerales cuarto y quinto del artículo
170, ambos del Código de Procedimiento Civil.

      Explica que el vicio indicado se verifica al omitir el fallo censurado


realizar un cabal examen de la prueba confesional del demandado, teniendo
en consideración que el tribunal apercibió al absolvente de acuerdo a lo que
previene el artículo 394 del citado cuerpo legal, por lo que se le tuvo por
confeso que todos aquellos hechos que están categóricamente afirmados en
el pliego en que se pidió la declaración. Añade que resulta contradictorio, de
acuerdo al mérito del proceso, que el fallo de segundo grado reconozca por
una parte la confesión ficta del demandado pero le reste absolutamente
todo valor sin efectuar ningún análisis de la misma, fundado en que, en su
concepto, de los demás elementos de convicción producidos en el juicio,
resulta posible determinar o arribar a una convicción distinta de la emanada
de la diligencia aludida, más cuando la casi totalidad de la prueba aportada
no hace más que reafirmar la prueba confesional.

      Continúa señalando que conforme al artículo 1713 del Código Civil, la


confesión que alguno hiciere en juicio, relativa a un hecho personal de la
misma parte, producirá plena prueba en contra de ella, de manera que no
resulta posible que no se haya considerado tal probanza, en especial las
posiciones 21 y 22 del pliego, para acreditar y comprobar la efectividad de
todas las maquinaciones y engaños del demandado que llevaron a su parte
a desprenderse de la nuda propiedad. Añade que las posiciones 23, 24, 25,
26, 27, 28 y 29 son categóricas, no obstante el fallo no contiene ninguna
consideración al respecto.

      Concluye que la resolución objetada nada dice y ningún análisis efectúa,


acerca de determinados hechos de los cuales se tuvo por confeso a la
contraria y que acreditaba el engaño que sufrió la demandante por parte del
demandado, quien aprovechándose de su avanzada edad y de su condición
de no saber leer ni escribir le hizo creer que su concurrencia a la Notaría se
circunscribiría a la firma de un documento relativo a la administración del
predio y ella, inducida por ese engaño, celebró un contrato que resultó ser
diferente al que tuvo en vista.

      SEGUNDO: Que, como se adelantó, en estos autos se ha formulado,


acción ordinaria de nulidad de contrato. Solicita la actora declarar y ordenar
que: 1) la nulidad del contrato, sea absoluta o relativa, por todos o por
cualquiera de los vicios o infracciones alegados, ordenándose la sub
inscripción del fallo al margen del contrato declarado nulo y de las
consecuentes inscripciones conservatoria, citadas en la demanda,
recobrando su vigencia el título de dominio de la demandante; 2) la
demandante es propietaria del inmueble o, en subsidio, a lo menos del
usufructo, y que el demandado es poseedor de mala fe a la fecha del
contrato o a lo menos desde la notificación de la demanda; 3) en subsidio,
se resuelva el contrato por incumplimiento, con más la indemnización de
perjuicios cuya determinación en especie y monto su parte se reserva para
la etapa de cumplimiento o ejecución del fallo; 4) en subsidio, se rescinda la
compraventa referida del inmueble sub-lite, por lesión enorme en cuanto al
precio, determinando el justo precio en el monto indicado en la demanda o
el que resulte del mérito del proceso, ordenando restituir el inmueble
conforme lo ordena la ley y las peticiones que siguen; 5) se proceda a las
prestaciones mutuas conforme a derecho, esto es, a la restitución del
inmueble, tanto jurídica como material, según el caso, con todos sus bienes
inmuebles por adherencia o destinación, como herramienta, equipos,
maquinaria, construcciones, todos sus animales, vacunos y aves, el hogar y
sus alhajas y utensilios, libre de todo ocupante y su familia, bajo
apercibimiento de lanzamiento con el auxilio de la fuerza pública; 6) el
demandado deberá restituir los frutos civiles y naturales e indemnizar los
perjuicios a la demandante, cuya determinación en especie y monto su
parte se reserva para la etapa de cumplimiento o ejecución del fallo, y
procederse a las demás prestaciones mutuas que son de su cargo conforme
a los artículos 904 siguientes del Código Civil; 7) sea condenado el
demandado a los intereses y reajustes que el tribunal determine, de toda
prestación pecuniaria o avaluables dinero a que sea condenado, desde la
notificación de la demanda y hasta el pago o restitución real o efectiva y 8)
acogida que sea cualquiera de las acciones reducidas a demanda hacia
condena al pago de las costas.

      TERCERO: Que por su parte, el demandado al contestar, solicitó el


rechazo de la demanda, argumentando que el usufructo acordado entre las
partes se realizó dando cumplimiento a todas la solemnidades exigida por la
ley; que su parte no ha dejado de cumplir ninguna de las obligaciones
correspondientes al derecho de usufructo y que el contrato no adolece de
vicio alguno.

      CUARTO: Que la sentencia recurrida confirmó el fallo del tribunal a quo


y acogió la demanda solo en cuanto a la indemnización de perjuicios
fundada en el despojo del derecho de usufructo, reservando a la
demandante la facultad de determinar la naturaleza y monto de los
perjuicios para la etapa de cumplimiento del presente fallo, rechazando las
demás pretensiones de la actora.

      QUINTO: Que, en concordancia con lo expresado debe tenerse en


consideración que el Código de Procedimiento Civil, en los artículos 158,
169, 170 y 171 reguló las formas de las sentencias.

      El artículo 5º transitorio de la Ley Nº 3.390, de 15 de julio de 1918,


dispuso: "La Corte Suprema establecerá, por medio de un auto acordado, la
forma en que deben ser redactadas las sentencias definitivas para dar
cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 170 y 785 del Código de
Procedimiento Civil", ante lo cual éste Tribunal procedió a dictar el Auto
Acordado sobre la forma de las sentencias, de fecha 30 de septiembre de
1920, expresando que las definitivas de primera o de única instancia y las
que revoquen o modifiquen las de otros tribunales, contendrán: "5º Las
consideraciones de hecho que sirvan de fundamento al fallo. Se
establecerán con precisión los hechos sobre que versa la cuestión que deba
fallarse, con distinción de los que hayan sido aceptados o reconocidos por
las partes y de aquellos respecto de los cuales haya versado la discusión; 6º
En seguida, si no hubiere discusión acerca de la procedencia legal de la
prueba, los hechos que se encuentren justificados con arreglo a la ley y los
fundamentos que sirvan para estimarlos comprobados, haciéndose, en caso
necesario, la apreciación correspondiente de la prueba de autos conforme a
las reglas legales; 7º Si se suscitare cuestión acerca de la procedencia de la
prueba producida, la exposición de los fundamentos que deben servir para
aceptarla o rechazarla, sin perjuicio del establecimiento de los hechos en la
forma expuesta en los párrafos precedentes para los fines consiguientes; 8º
Establecidos los hechos, las consideraciones de derecho aplicables al caso;
9º La enunciación de las leyes o en su defecto de los principios de equidad
con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo; 10º Tanto respecto de las
consideraciones de hecho como las de derecho, el tribunal observará al
consignarlas el orden lógico que el encadenamiento de las proposiciones
requiera, y, al efecto, se observará, en cuanto pueda ser aplicable a
tribunales unipersonales, lo dispuesto en el artículo 186 del Código de
Procedimiento Civil", actual artículo 83 del Código Orgánico de Tribunales.
En diferentes ocasiones esta Corte Suprema ha resaltado la importancia de
cumplir con tales disposiciones, tanto por la claridad, congruencia, armonía
y lógica en los razonamientos que deben observar los fallos, entre las que
destaca la sentencia publicada en la Revista de Derecho y Jurisprudencia
Tomo XXV, Sección 1º, Pág., 156, año 1928.

      En este contexto surge toda la distinción racional sobre lo que


efectivamente constituye el fundamento del fallo por parte de los jueces,
distinguiendo lo que son las motivaciones, fundamentaciones, justificaciones
y argumentaciones, resolviéndose por la jurisprudencia comparada que hay
ausencia de fundamento tanto cuando éste se encuentra ausente, como
cuando la ausencia es parcial o son insuficientes los expresados, al igual
que al existir incoherencia interna, arbitrariedad e irrazonabilidad.

      Se han detenido los tribunales y la doctrina en el estudio de este


requisito de las sentencias, por razones procesales y extraprocesales. Está
presente, principalmente, la posibilidad de las partes de recurrir y con ello
dar aplicación al "justo y racional procedimiento" que exige la Constitución
Política, que en mayor medida se debe alcanzar en la sentencia, por ser la
ocasión en que el Estado, por medio del órgano jurisdiccional, responde al
derecho de petición y especialmente a la acción interpuesta en el proceso,
todo lo cual, sin duda, debe tener en consideración el tribunal superior al
revisar eventualmente la decisión.

      SEXTO: Que, en consecuencia, los jueces para dar estricto


cumplimiento a lo dispuesto por el Constituyente y el legislador han debido
agotar el examen de las probanzas rendidas por las partes y, en particular,
de la prueba confesional, considerando que de acuerdo con lo resuelto por
el propio tribunal de primer grado, a fojas 256, se han tenido por
reconocidos por el demandado, Robert Isai Paredes Díaz, todos los hechos
categóricamente afirmados en el pliego respectivo -agregado a fojas 323 y
siguientes de autos- al tenor de lo que prescribe el artículo 394 del Código
de Procedimiento Civil. De manera que el aserto referido a tal probanza,
que se contiene en el motivo décimo cuarto del fallo del a quo, no puede ser
estimado como justificativo para omitir el análisis exigible y la ponderación
a un medio de prueba que se encuentra legalmente reconocido y su valor
debidamente determinado. Luego, a idéntica conclusión se arriba si se
analiza el basamento segundo de la resolución de segundo grado, donde los
jueces del mérito se limitan a afirmar que han de ponderar todos los
elementos de juicio, empero, olvidan consignar las motivaciones que los
han llevado a descartar esta probanza -la confesión- a la cual el legislador,
no obstante ser ésta ficta, le atribuye valor de plena prueba. Así, los
sentenciadores han desentendido su obligación de efectuar una reflexión
que permitiera constatar la apreciación de tal medio probatorio.

      SÉPTIMO: Que, seguidamente, al prescindirse del examen que deben


efectuar los jueces para establecer cada uno de los elementos que consagra
el legislador destinado a regular su fuerza probatoria, se ha obviado,
consecuentemente, las consideraciones de hecho y de derecho que debían
servirle de sustento al fallo.

      Debe, en este mismo sentido recordarse, que "considerar" implica la


idea de reflexionar detenidamente sobre algo determinado, es decir,
concreto. En consecuencia, es nula por no cumplir con el precepto del Nº 4
del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, la sentencia que se limita
a efectuar una afirmación sin que aquella encuentre el debido sustento
argumentativo que conduzca a tal conclusión. Es así como del contexto de
justificación que antecede, queda claramente demostrada la falta absoluta a
las disposiciones y principios referidos en que incurrieron los magistrados
del grado.

      Esta omisión constituye el vicio de casación en la forma previsto en el


artículo 768 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el
precepto citado, por la falta de consideraciones de hecho que le sirven de
fundamento al fallo.

      OCTAVO: Que por las razones expresadas en las motivaciones


anteriores, se procederá a dar lugar a la nulidad formal impetrada.

      De conformidad a lo expuesto y lo normado en los artículos 766, 768 Nº


5, 786 y 808 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de
casación en la forma deducido en lo principal de fojas 397 por el abogado
señor Marco de Améstica Oliveros en representación de la demandante y,
en consecuencia, se declara nula -en lo pertinente al arbitrio- la sentencia
de la Corte de Apelaciones de Temuco, de fecha trece de julio de dos mil
nueve, escrita a fojas 393 y siguientes y se la reemplaza por la que se dicta
a continuación, sin previa vista, pero separadamente.

      Téngase por no interpuesto el recurso de casación en el fondo deducido


por la actora en el primer otrosí de la presentación de fojas 397.

      Regístrese.

      Redacción a cargo del ministro señor Sergio Muñoz G.

      Rol Nº 6.314-09.

      Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros


Sr. Adalis Oyarzún M., Sergio Muñoz G., Juan Araya E., Guillermo Silva G. y
Abogado Integrante Sr. Jorge Medina C.

      SENTENCIA DE REEMPLAZO:

      Santiago, treinta y uno de enero de dos mil once.

      En cumplimiento a lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 786 del


Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la siguiente sentencia de
reemplazo, con arreglo a la ley.

      VISTOS:
      Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de los considerandos
undécimo y décimo cuarto que se eliminan.

      Asimismo, se reproduce el motivo primero del fallo anulado.

      Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE:

      1º Que la actora deduce acción ordinaria de nulidad de contrato.


Solicita la actora declarar y ordenar que: 1) la nulidad del contrato, sea
absoluta o relativa, por todos o por cualquiera de los vicios o infracciones
alegados, ordenándose la sub inscripción del fallo al margen del contrato
declarado nulo y de las consecuentes inscripciones conservatoria, citadas en
la demanda, recobrando su vigencia el título de dominio de la demandante;
2) la demandante es propietaria del inmueble o, en subsidio, a lo menos del
usufructo, y que el demandado es poseedor de mala fe a la fecha del
contrato o a lo menos desde la notificación de la demanda; 3) en subsidio,
se resuelva el contrato por incumplimiento, con más la indemnización de
perjuicios cuya determinación en especie y monto su parte se reserva para
la etapa de cumplimiento o ejecución del fallo; 4) en subsidio, se rescinda la
compraventa referida del inmueble sub-lite, por lesión enorme en cuanto al
precio, determinando el justo precio en el monto indicado en la demanda o
el que resulte del mérito del proceso, ordenando restituir el inmueble
conforme lo ordena la ley y las peticiones que siguen; 5) se proceda a las
prestaciones mutuas conforme a derecho, esto es, a la restitución del
inmueble, tanto jurídica como material, según el caso, con todos sus bienes
inmuebles por adherencia o destinación, como herramienta, equipos,
maquinaria, construcciones, todos sus animales, vacunos y aves, el hogar y
sus alhajas y utensilios, libre de todo ocupante y su familia, bajo
apercibimiento de lanzamiento con el auxilio de la fuerza pública; 6) el
demandado deberá restituir los frutos civiles y naturales e indemnizar los
perjuicios a la demandante, cuya determinación en especie y monto su
parte se reserva para la etapa de cumplimiento o ejecución del fallo, y
procederse a las demás prestaciones mutuas que son de su cargo conforme
a los artículos 904 siguientes del Código Civil; 7) sea condenado el
demandado a los intereses y reajustes que el tribunal determine, de toda
prestación pecuniaria o avaluables dinero a que sea condenado, desde la
notificación de la demanda y hasta el pago o restitución real o efectiva y 8)
acogida que sea cualquiera de las acciones reducidas a demanda hacia
condena al pago de las costas.

      Fundamenta la demanda señalando, en relación con la presunta


compraventa de la nuda propiedad del inmueble que le servía de domicilio y
hogar, que aparece celebrado por escritura pública de 23 de mayo de 2003,
que su parte no puede aceptar haber concurrido a la Notaría con el objeto
de transferir el campo.

      Plantea que el contrato citado es nulo, toda vez que la demandante era
absolutamente incapaz de celebrar dicho negocio, de entender su alcance y
naturaleza, en atención a su avanzada edad, razón por la cual no estaba en
condiciones mentales, psíquicas ni morales que celebrarlo.
      Añade que en el caso sub judice se puede llegar a sostener la nulidad
absoluta del negocio por objeto ilícito conforme al artículo 1463 del Código
Civil y que lo pretendido por el demandado ha sido instituir una suerte de
sucesión de la herencia de la demandante quien aún se encuentra viva, por
lo que realmente se trata de una disposición gratuita de todos sus bienes a
suerte de título universal, sin un precio real pagado, comprendiendo la
universalidad de los bienes del actoras, con engaño.

      Adiciona que el negocio es nulo absolutamente por falta un elemento


esencial, desde el momento que si bien hay un precio estipulado éste
realmente no existió, no se pagó ni se convino.

      Indica que, desde otro punto de vista, el negocio adolece de nulidad


relativa por estar viciado el consentimiento de la actora. Expone que en la
especie existe error desde que su parte dice que no supo a qué ciudad
concurrió, ni que negocio celebró y creyó haber concurrido a un tema de
administración del campo, lo que podría haber sido un poder o un mandato,
lo que no fue. También adolece de fuerza en atención a la presión
psicológica ejercida en su contra para instituir heredero al demandado, en
caso contrario la dejaría en el desamparo más absoluto.

      También adolece de dolo por cuanto toda la maquinación o planificación


de años a que la sometió su nieto para apropiarse de lo suyo, como ocurrió,
constituye un plan maléfico que le ha arruinado la vida y la tiene sumida en
la más profunda amargura y sufrimiento, abandono y pobreza.

      A los vicios del consentimiento debe sumarse el hecho que no sabe leer
ni escribir, de manera que no pudo entender ni estaba en condiciones de
entender que negocio celebraba, y fácilmente engañadas por su edad.

      El subsidio deduce acción de resolución de contrato, toda vez que si no


existen vicio de todas maneras el contrato no se cumplió toda vez que en
vez de respetar el usufructo procedieron a expulsar a la demandante de su
hogar.

      En subsidio plantea que existe lesión enorme por cuanto la nuda
propiedad del inmueble tiene un valor de $58.350.000 y se estipuló un
precio de $3.500.000.

      Finalmente ejerce acción de indemnización de perjuicios y prestaciones


mutuas, exponiendo que el demandado debe ser condenado la restitución
jurídica del inmueble o en el peor de los casos a la restitución material del
predio al menos con todos sus bienes. Además de ser condenado a los
frutos civiles y naturales, tratándose de un poseedor de mala fe.

      2º Que, a su vez, el demandado ha solicitado el rechazo de la demanda


fundado básicamente en que el usufructo acordado entre las partes se
realizó dando cumplimiento a todas la solemnidades exigida por la ley. Hace
presente que el precio se acordó según se trataba de la nuda propiedad
solamente por lo tanto es inferior a la propia plena y éste correspondió al
avalúo fiscal.
      Añade que su parte no ha dejado de cumplir ninguna de las
obligaciones correspondientes al derecho de usufructo, limitándose a
respetar el ejercicio de las facultades de usar y gozar al usufructuario y en
cuanto a los actos de administración de los bienes de la demandante, éstos
obedecen a una agencia oficiosa.

      Con respecto a la nulidad del negocio basada en la supuesta


incapacidad legal de la demandante, alega el demandado que ésta es
totalmente capaz por lo expresado en el artículo 1446 del Código Civil.

      En cuanto a la nulidad absoluta por objeto ilícito, expone que la


prohibición establecida en el artículo 1463 del código citado no afecta al
demandado por estar viva su madre doña Andrea Díaz y; tampoco existió la
venta de una universalidad porque el usufructo versó en un cuerpo cierto
como consta en la escritura pública respectiva.

      En relación con la nulidad absoluta por falta de un requisito esencial del
contrato, el precio, éste fue convenido y pagado por su parte como aparece
en la escritura respectiva.

      Luego, haciéndose cargo de la nulidad relativa por vicio del


consentimiento, señala que aquél prestado por la demandante cumple con
el requisito exigido en el numeral segundo del artículo 1445 del código
sustantivo, y se encuentra libre de todo vicio. Agrega que no ha mediado
error, fuerza ni dolo como plantea la actora.

      3º Que no ha sido materia de discusión entre las partes, constituyendo


en consecuencia, un hecho de la causa, que con fecha 23 de mayo de 2003
las partes demandante y demandado suscribieron un contrato de
compraventa de la nuda propiedad, del inmueble rústico ubicado en
Rucacura, comuna Teodoro Schmidt, de una superficie de 38,90 hectáreas.
Así, el debate ha quedado circunscrito a determinar si dicho contrato
cumple con los requisitos esenciales y de validez del mismo, y si el
demandado ha incumplido las obligaciones que sobre él pesan en su calidad
de usufructuante.

      4º Que, por compartir estos sentenciadores los argumentos vertidos por
el juez de primer grado en relación con la acción de nulidad absoluta y, en
cuya virtud, concordar con la conclusión de improcedencia de la demanda
impetrada en tal dirección, resulta pertinente analizar la acción desde la
perspectiva de la nulidad relativa, también formulada por la demandante, y
que se ha sustentado en la concurrencia de los vicios de error, fuerza y dolo
que habrían afectado el consentimiento otorgado por la actora al celebrar el
contrato en comento. Seguidamente, compartiendo también los basamentos
sobre los cuales se erige la decisión que se revisa, en orden a desestimar la
concurrencia de error y/o fuerza, resta analizar y resolver si en la situación
sub judice ha mediado el dolo que invoca la demandante.

      5º Que, siguiendo lo que dispone el artículo 44 del código sustantivo "el
dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro." Para precisar el concepto anterior la doctrina dice que el
dolo puede definirse como "el artificio empleado con el propósito de inducir
a error en una persona o mantenerla en el error en que se encuentra, a fin
de decidirla a consentir" (Avelino León Hurtado, "La voluntad y la capacidad
en los actos jurídicos"). Por su parte el profesor Emilio Betti lo ha definido
como: "Toda forma de artificio, capaz de inducir a engaño a otros, que
excede de aquel género de habilidades que se pueden considerar permitidos
a las partes en la lucha de astucia que suele desarrollarse en el curso de las
negociaciones de un contrato". Por su parte, para Giusepe Stolfi dolo es "un
error provocado mediante engaño" y para Jean Domat constituye: "Toda
maquinación para engañar a alguien".

      Luego, de conformidad con lo que prevé el inciso primero del artículo


1458 del citado conjunto normativo, para que el dolo en un acto jurídico
bilateral vicie el consentimiento debe reunir dos requisitos copulativos: a)
ser determinante y b) ser obra de una de las partes.

      A su vez, será determinante -principal, causal o inductivo- aquél que


"induce en forma directa a una persona a realizar una declaración o
manifestación de voluntad que, de no mediar el dolo, se habría abstenido de
realizar. La víctima del dolo determinante, como consecuencia de la falsa
representación de la realidad a que fue inducida, celebra el acto o contrato."
(Víctor Vial del Río. "Teoría General del Acto Jurídico". Quinta edición
actualizada. Editorial Jurídica, pág. 118).

      De manera que debe entenderse por dolo principal al que ha movido la
voluntad del sujeto pasivo en el sentido querido por el autor del dolo;
constituye el factor determinante de la voluntad ajena, el dolus causam
dans, o sea, que de no haber mediado no hubiera determinado la
declaración de voluntad. En consecuencia, este vicio es causal de anulación
del acto jurídico, cuando el engaño usado por una de las partes ha sido tal,
que sin él la otra parte no hubiera celebrado el acto.

      Lo anterior conduce necesariamente a concluir que para determinar la


concurrencia del dolo habrá que atender a la magnitud del engaño dentro
de las condiciones de negociación, para poder apreciar si la parte que sufre
el error se ha decidido a consentir solo en razón de él, o si, por el contrario,
aún conociendo la realidad de las cosas hubiere prestado igualmente su
aquiescencia. Asimismo, aparece que el dolo debe existir necesariamente
antes de la celebración del contrato.

      6º Que, sentados los lineamientos generales que regulan la materia


sobre la cual corresponde resolver, procede a continuación que los
antecedentes que obran en el proceso sean examinados a la luz de tales
directrices. Al efecto, la actora ha fundado el engaño que atribuye al
demandado, en la circunstancia de haber éste maquinado un ardid
"abusando de la confianza y de la relación de parentesco y cariño que los
vinculaba; de su edad y analfabetismo" que la condujo a suscribir el
contrato de compraventa mencionado, lo que se verificó con su completo
desconocimiento del negocio y los alcances del mismo. Tal afirmación
vertida por la demandante corresponde sea demostrada por quien la
sostiene y reclama haber sido víctima del dolo, debiendo tenerse
especialmente en consideración que, al tenor de lo que dispone el artículo
1459 del Código Civil, el dolo no se presume sino en los casos
especialmente previstos por la ley, debiendo en los restantes, probarse,
como precisamente sucede en la especie.

      7º Que, en la dirección anterior y a fin de justificar sus pretensiones, la


demandante ha rendido diversas probanzas entre las cuales cobra especial
relevancia la confesional, toda vez que de acuerdo con lo decidido por el
tribunal de primera instancia a fojas 256, se han tenido por reconocidos por
el demandado, Robert Isai Paredes Díaz, todos los hechos categóricamente
afirmados en el pliego respectivo -agregado a fojas 323 y siguientes de
autos- al tenor de lo que prescribe el artículo 394 del Código de
Procedimiento Civil. Así, ha confesado los siguientes hechos: que en octubre
de 2005 expulsó del campo a su abuela Corina, prohibiéndole llevar sus
bienes personales y le ha impedido que regrese, por lo que ella ha debido
refugiarse en la casa de su hijo Arnaldo Díaz González (interrogantes 21 y
22); que llevó a su abuela a la notaría de Nueva Imperial, el 23 de mayo de
2003 y, sin que ella entienda, le pidió firmar un documento para la
administración del campo o como testamento y, que si no lo acompañaba a
hacer el trámite la dejaría sola (posición 23); que su abuela Corina es
analfabeta, no sabe leer ni firmar y a pesar de ello la llevó solo a la Notaría
ese día, sin la compañía de ninguno de sus hijos (pregunta 24); que él
jamás le ha pagado a la señora Corina González (consulta 25); que está
conciente que su abuela no tenía idea de la escritura pública que la hizo
firmar en la Notaría de Nueva Imperial (posición 26); que en todas estas
gestiones tendientes a quedarse con los bienes de su abuela Corina ha
contado con la colaboración y apoyo de su madre (interrogación 27); que le
hizo firmar sin pago alguno la venta de la nuda propiedad del campo de su
abuela Corina consistente en la parcela La Florida, del lugar Rucacura,
sector Hualpín, comuna de Teodoro Schmidt, de 38,90 hás., rol de avalúo
215-427 (pregunta 28).

      Al tenor de lo que dispone el artículo 400 del Código de Procedimiento


Civil, el reconocimiento tácito efectuado por el demandado producirá los
mismos efectos que la confesión expresa. De suerte que, esa confesión,
atento a lo que prescribe el artículo 399 del citado cuerpo legal, debe ser
valorada de conformidad con lo que estatuye el artículo 1713 del Código
Civil, precepto conforme al cual, producirá plena fe en contra de la parte
que la efectuó. Adicionalmente y en la misma orientación depusieron los
testigos presentados por la parte demandante, debiendo tenerse, además
presente al momento de resolver, la edad de la actora y la circunstancia no
rebatida por la contraria relativa al analfabetismo de aquélla, como
asimismo el informe sicológico agregado a fojas 211.

      8º Que continuando con el mismo perfil argumentativo, resulta que se


tendrán por justificados los antedichos presupuestos fácticos, apareciendo
de ellos, de manera inconcusa, que la actora fue conducida por el
demandado a la Notaría, quien, mediante engaño, obtuvo en su beneficio la
suscripción del contrato de compraventa de nuda propiedad, aprovechando
las condiciones personales de aquélla, la confianza y el vínculo afectivo que
los relacionaba; haciéndola en definitiva creer que se trataba de un contrato
diverso del que realmente se celebró entre las partes. Tal artificio fue
determinante para que la actora prestara su consentimiento, de modo tal
que de no haber mediado aquél, ella no habría contratado.
      Ha actuado entonces el demandado con dolo por acción o comisión, a
través de la utilización de la palabra y de hechos tendientes a adulterar la
realidad sobre lo que ha sido objeto del acto jurídico en cuestión y que se
ha visto revestido de una serie de artimañas mediante las cuales se indujo a
la demandante a tomar como cierta la presentación falsa de la realidad que
le mostró.

      9º Que lo anterior conduce a concluir que el contrato es anulable, por


haber provenido el vicio de una de las partes y ser éste evidentemente
determinante, causante o principal, en los términos analizados en la
reflexión quinta que antecede. En efecto, la voluntad de la vendedora se vio
afectada por un vicio que invalida el consentimiento expresado lo que
conlleva, de conformidad con lo prescrito en el inciso final del artículo 1682
del Código Civil, la nulidad relativa de la convención.

      10º Que la actora ha solicitado, para efecto de las prestaciones mutuas


pertinentes al tenor de lo que estatuye el artículo 1687 del Código Civil,
además, se declare que el demandado es poseedor de mala fe. Al efecto el
artículo 706 del Código Civil, ubicado en el Título VII "De la posesión",
dispone en su inciso primero que "la buena fe es la conciencia de haberse
adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y
de todo otro vicio" y el artículo 707 del mismo código dispone, por su parte,
que la buena fe se presume, excepto los casos que la ley establezca la
presunción contraria, debiendo la mala fe ser probada en los demás casos.
La concurrencia de la mala fe en el obrar del demandado ha de tenerse por
justificada con el mérito de los propios antecedentes y argumentos que han
servido para concluir el dolo constitutivo de la causal de anulación
esgrimida.

      11º Que no se emite pronunciamiento respecto de la acción


indemnizatoria que en el punto cuarto de la demanda se asocia a la acción
de nulidad relativa, toda vez que ésta no fue acogida por el juez de primera
instancia y respecto de ella no se alzó la parte demandante, por lo que en
este capítulo quedó ejecutoriada la decisión de primer grado.

      De conformidad con lo previsto en los preceptos reseñados y visto


además lo dispuesto en el artículo 186 del Código de Procedimiento Civil se
declara que:

      I.- Se revoca, en lo apelado, la sentencia de veintisiete de diciembre de


dos mil ocho, escrita a fojas 329, en aquella parte que rechazó la demanda
de nulidad relativa por dolo y en su lugar se dispone que se la acoge en
dicho acápite solo en cuanto:

      a) se declara nulo el contrato de compraventa de nuda propiedad,


celebrado entre doña Corina González y don Robert Isai Paredes Díaz, por
escritura pública de 23 de mayo de 2003, ante la Notario de Nueva Imperial
doña Agnes Muñoz Canovas, e inscrita a fojas 1026 vta. Nº 1632 en el
Conservador de Bienes Raíces de Nueva Imperial del año 2003;

      b) las partes deberán ser restituidas al mismo estado en que se


hallarían si no hubiesen existido la convención cuya nulidad se declara,
observándose, en las restituciones mutuas que hubiere lugar, las reglas que
al efecto prevé el inciso 2º del artículo 1687 del Código Civil y
considerándose al demandado como poseedor de mala fe.

      c) no se condena en costas al demandado por no haber sido totalmente


vencido.

      II.- Se confirma, en lo demás apelado, en referido fallo.

      Regístrese y devuélvase.

      Redacción a cargo del Ministro Sr. Sergio Muñoz G.

      Rol Nº 6.314-09.

      Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros


Sr. Adalis Oyarzún M., Sergio Muñoz G., Juan Araya E., Guillermo Silva G. y
Abogado Integrante Sr. Jorge Medina C.

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