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Esther Corral Díaz Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa: el mecenazgo de Leonor Plantagenet y Berenguela de Barcelona En la circulación de composiciones poéticas en el Noroeste peninsular, ciertas mujeres con poder tuvieron gran relevancia al promover desde sus círculos la producción y transmisión de textos, acogiendo en sus territorios y áreas de influencia a trovadores, juglares y diferentes tipos de artistas. Son figuras que participaron en la vida de la corte y en los procesos culturales que se estaban desarrollando en el contexto europeo y que utilizaron el poder institucional para apoyar y difundir en la medida de sus posibilidades las letras medievales en un momento determinante para la configuración de las diversas tipologías en lenguas vernáculas. En este sentido, no cabe duda de que Leonor de Aquitania, nieta del primer trovador, Guilhem de Peitieu,VII conde de Poitiers y IX duque de Aquitania, se erige como el principal y más conocido modelo de reina mecenas en la Edad Media, cuya acción política y cultural fue esencial para la formación y extensión de la literatura cortés, a través no sólo de su propio empeño sino de la extensa red de relaciones que fue tejiendo en la concertación de uniones matrimoniales de sus hijos con las principales casas reales de Europa.1 Su figura trasciende el contexto histórico en el que vivió para transformarse en un mito femenino en el que convergen corrientes interpretativas confrontadas, pero siempre destacando su protagonismo excepcional. No olvidemos que en la 1 La figura fascinante de Leonor de Aquitania será ensalzada y vilipendiada a lo largo de la historia. Mujer extraordinaria por todas las circunstancias que vivió (doble boda real, madre de 11 hijos, se rebeló contra su segundo marido y este la mantiene prisionera durante 15 años, viajes a los principales enclaves europeos e incluso a Tierra Santa, actividad pública incesante como viuda y una longevidad que duró hasta los 80 años). Entre la ingente bibliografía publicada sobre Leonor de Aquitania, remito el contenido de las actas del Coloquio celebrado con ocasión del VIII centenario de su muerte, Aurell y Tonnerre (2006). Nota: Esta contribución forma parte del Proyecto de Investigación titulado “Voces, espacios y representaciones femeninas en la lírica gallego-portuguesa” (PID2019-108910GB-C22), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Quiero dejar constancia de mi agradecimiento a Mercedes Brea y José António Souto Cabo por la revisión y sugerencias a este trabajo. Esther Corral Díaz, Universidade de Santiago de Compostela Open Access. © 2022 Esther Corral Díaz, published by De Gruyter. This work is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License. https://doi.org/10.1515/9783110756029-005 60 Esther Corral Díaz difusión de la lírica trovadoresca tuvo relevancia “une affaire de famille que se sont partagée Guillaume d’Aquitaine, sa petite-fille Aliénor et les enfants de cette dernière” (Rieger 2002: 40). Sus hijas, sus nietas y hasta su tataranieta, Leonor de Castilla, reina de Inglaterra, no sólo representan un linaje en el que las mujeres tuvieron una gran capacidad de actuación, sino que transmiten un legado en el que el protagonismo de las mujeres y las estrategias matrimoniales favorecieron la difusión de la cultura literaria vulgar.2 El objetivo de esta exposición es examinar precisamente la función relevante que ejercieron las reinas con su apoyo a la gestación y cultivo de la poética gallego-portuguesa en la Edad Media. Para ello fijaremos el estudio en las dos figuras más importantes, Leonor Plantagenet y Berenguela de Barcelona. Su papel fue decisivo en la difusión de la producción lírica procedente de Occitania y su contribución favoreció la producción poética propia en el espacio del Noroeste peninsular. Téngase en cuenta que la relación textual entre las tradiciones occitana y francesa con la gallego-portuguesa se produce fundamentalmente a través de dos vías: una culta, en la que se inserta la línea de investigación que estamos aquí explorando y que estaría ligada a la circulación de textos y de relaciones dinásticas y cortesanas, y otra, más popular, que penetraría a través de vías de peregrinación (particularmente, a Santiago de Compostela), del comercio, de los conflictos contra los musulmanes y, por supuesto, en los múltiples viajes de trovadores por las cortes peninsulares (Brea 2013: 124). 1 Leonor Plantagenet En el ámbito ibérico, el lugar más destacado de las reinas relacionadas con la lírica es ocupado por una de las hijas de Leonor de Aquitania, Leonor Plantagenet o de Inglaterra (1161–1214), un modelo femenino a seguir por sus cualidades y también un modelo de actuación política –que transmitirá a su hija, Berenguela de Castilla, otra reina con poder–.3 Los relatos cronísticos la describen conforme a los cánones marcados: era “pudorosa, noble y discreta”.4 Su matrimonio con Alfonso VIII, rey de Castilla, con el que compartirá tareas de gobierno (cf. la fórmula 2 Sobre la función y significaciones de los contratos matrimoniales en la Edad Media, en tanto juego de alianzas tácticas y de decisiones de gran calado, véase Aurell (2013: 7–21). El papel de la reina en la Edad Media es abordado por los estudios de reginalidad, consúltense entre otros Earenfight (2013: Cap. II Y III) y, sobre los reinos peninsulares, Pelaz (2017). 3 Sobre la influencia en Berenguela de Castilla, consúltese Shadis (2009: 23–24). 4 Jiménez de Rada (1987: 253). La descripción de las cualidades de Leonor en crónicas posteriores (Crónica Latina, Crónica de Veinte Reyes y Primera Crónica General) en Bowie (2020: 58). Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 61 una cum uxor meae Alienor regina utilizada en documentación),5 supuso la vinculación de los reinos hispanos con el centro de poder europeo más importante en aquellos tiempos, el imperio anglonormando-aquitano de Enrique II y de su esposa. El enlace, acontecido en el verano de 1170, entre el monarca castellano y Leonor tendrá tanta repercusión que puede ser considerado, sin ánimo de exagerar, como el “momento inaugural en la relación entre el reino de Castilla y los trovadores occitanos” (Beltrán 2017: 107),6 si bien hay que tener presentes unas nupcias anteriores, las de la abuela de Alfonso VIII, Berenguela de Barcelona, de origen occitano-catalán, con Alfonso VII de Castilla y León, en las que se establecerá el nexo político entre la corona castellana y territorios de tradición occitana (vide infra). La solemne ceremonia de la boda se celebró en Tarazona, un lugar estratégico en la situación geo-política de la época, entre los límites de los reinos de Castilla y de Aragón, en el que gobernaba Alfonso II, que desempeñará una función fundamental como mediador en el enlace.7 El evento –que duraría semanas– será mentado por fuentes documentales8 y, lo que es más interesante, por fuentes literarias coetáneas que dieron a conocer el acontecimiento al público en textos líricos y novas. Se conserva el documento donatio propter nuptias, por el que Leonor tomaba posesión de un vasto patrimonio castellano de villas, castillos y tierras, así como cuantiosas rentas que le permitirían adquirir cierta autonomía económica.9 A cambio, Alfonso VIII obtenía como dote el estratégico territorio de Gascuña, próximo a tierras castellanas y al reino de Navarra con el que Castilla mantenía luchas incesantes, si bien por diferentes circunstancias nunca tomará posesión de este.10 Como reina y domina, el poder de Leonor se percibe no sólo en la independencia de su cancillería respecto a la del monarca sino en su capacidad para otorgar bienes, según se confirma en dos diplomas en los que se visualiza la validación con su propio signo rodado (representado por una mano inserta en el centro de un círculo rodeado del título de reina de Toledo y Castilla) (Cerda y 5 Pelaz (2018); Cerda (2020). 6 Sobre la proyección de este matrimonio real y toda su significación, pueden consultarse Bowie (2020) y Cerda (2020). 7 Su intervención fue esencial en la gestación, en el convite y como garante de los acuerdos establecidos en el contrato matrimonial, según muestra Guida en su exhaustivo trabajo (2019: 100). 8 Información detallada del desarrollo del enlace y de los miembros que acompañaron en los respectivos séquitos en Bowie (2020: 30–34). 9 Rodríguez (2014: 170–171); Cerda (2016). 10 Sobre los problemas ocasionados por esta dote al rey y a sus herederos remito a Cerda (2011) y Rodríguez (2014: 129–132). 62 Esther Corral Díaz Boto 2021).11 Pero lo que nos interesa destacar aquí es su carácter promotor. En el ejercicio del oficio de reina, la práctica religiosa y la fundación de instituciones religiosas, en tanto benefactoras y fundadoras de cenobios, ocupaban un lugar destacado.12 Como aconteció con sus padres en la abadía de Fontevraud, Leonor tendrá un papel fundamental en la fundación del monasterio de Santa María de las Huelgas en las afueras de Burgos junto con Alfonso (en 1178). Rodrigo Jiménez de Rada indica explícitamente que fue construido por consejo de Leonor.13 El monasterio recibió importantes prerrogativas y una amplia autonomía que contrastaba con otros centros religiosos y que lo acercaba al proyecto angevino.14 La literatura alfonsí recoge la edificación de la abadía burgalesa por iniciativa de Alfonso VIII en un texto de las Cantigas de Santa María de Alfonso X (c. 361, vv. 12–13), en el que no se menciona a Leonor como participante de la decisión.15 Además, Leonor (junto a su marido) promovería la fundación del Hospital del Rey en Burgos para atender las necesidades de los peregrinos que viajaban a Santiago de Compostela, y del Studium Generale de Palencia, base de la primera universidad española (Cerda 2012: 637). La afición literaria de Leonor enlaza directamente con el “asunto de familia” mencionado al inicio y con el modelo cultural Plantagenet. Algunos estudiosos consideran que probablemente trajo consigo una copia de la Historia Regum Britanniae de G. de Monmouth, escrita por encargo de la familia Plantagenet y obra basilar para el nacimiento de la materia artúrica,16 y del Roman de 11 Se conserva un diploma de cesión de una hacienda a un particular en pago por sus servicios (Cerda y Martínez 2019), y una donación para una capilla dedicada a Tomás Becket en la catedral de Burgos, que previamente había sido concedida por Nuño Pérez de Lara y Teresa Fernández de Traba, ya reina de León por su matrimonio con Fernando II (Rodríguez Porto 2018: 142). 12 Sobre el mecenazgo religioso por parte de las reinas véanse, entre otros, Graña (2013) y García Herrero y Muñoz García (2017). 13 Poza (2017: 75) alude con detalle a la cuestión de la atribución y las implicaciones que conlleva. 14 La relación de la creación del ámbito funerario privilegiado de las Huelgas como reflejo de Fontevraud parece verosímil, si bien otros factores podrían haber intervenido. Martínez de Aguirre destaca el marco de la renovación de la espiritualidad laica vivida en el siglo XII como elemento para la creación del monasterio (2017: 490–493). 15 En una segunda cantiga la abadía sirve como marco del milagro (c. 221, vv. 284–285). 16 Conviene ser cautos con las influencias que llevan a sobrevaloraciones como la que este autor sugiere al apuntar la posibilidad de la relación de Leonor en el proyecto redaccional de El Cantar de Mio Cid, tomando en consideración la conexión entre el carácter de propaganda de la casa Plantagenet a través de la materia artúrica con la monarquía castellana en las hazañas de El Cid (2012: 640). Tal suposición es, en nuestra opinión, aventurada, puesto que no tiene en Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 63 Troie. Una hipótesis que no puede ser comprobada. Si parece verosímil, en cambio, su intervención en el Salterio anglo-catalán (Paris, BnF. Lat. 8846), una obra con gran valor iconográfico que pudo trasladar a Castilla como presente (Rodriguez Porto 2018: 137).17 El entramado literario (que se podría extender a más volúmenes) reflejaría el apoyo de la soberana al ámbito librario y el patrocinio de la labor iconográfica que acompañaba la copia de los manuscritos y que acrecentaba notablemente su valor.18 Por lo que respecta a la producción lírica, durante el reinado de Alfonso VIII y de Leonor, se desarrolló una intensa actividad que favorecía la entrada de corrientes poéticas procedentes de Europa y alejaba, por consiguiente, al reino de Castilla de la posición periférica que hasta el momento mantenía. La presencia de trovadores occitanos en la Península (sobre todo, en la Corona de Aragón y Cataluña) fue patente desde los inicios del movimiento lírico. Seguramente gracias a la mediación de la reina, los modelos poéticos de más allá de los Pirineos fueron conocidos y, además, apreciados en el entorno del reino de Castilla por parte también de los círculos señoriales. Téngase en cuenta que la afición por la poética vulgar no sólo se reflejaba en el ámbito real, sino que las casas nobles (los López de Haro, los señores de Vizcaya, los Lara, etc.) acogieron trovadores y auspiciaron, por tanto, la circulación de poesía vulgar.19 El punto de inflexión pudo ser la celebración del enlace, en la que se daría cita una extensa comitiva y que fue acompañada por largos días de fiesta en los que concurrirían trovadores, juglares, músicos y personajes de espectáculo que actuarían durante días en los grandiosos festejos.20 Dos referencias claves en la historia lite- cuenta el afán de propaganda intrínseco a la tipología épica, más marcado que en el modelo cultural Plantagenet. 17 Otra Leonor, Leonor de Castilla (1241–1290), hija de Fernando III y de Juana de Ponthieu, casada con Eduardo I, rey de Inglaterra, fue protectora de la cultura letrada y dejó un legado duradero sobre copia e iluminación de manuscritos (Rodríguez 2014: 234). 18 Este afán por el medio librario tiene su continuación en el contexto más amplio del mecenazgo artístico de Leonor (por ej., en el posible bordado de estolas conservadas en el museo de San Isidoro de León); véanse en este sentido Ocón (1996), Valdez (2017) y sobre todo Poza (2017). 19 La corte de Alfonso VIII fue frecuentada por un extenso elenco de trovadores occitanos, entre los que se encuentran Bertran de Born, Folquet de Marsella, Giraut de Bornelh, Aimeric de Peguillán o el mismo Raimon Vidal de Besalú (vide infra) (Alvar 1977: 75–164; Sánchez Jiménez 2004). 20 Los festejos de los esponsales regios eran una exhibición de poder en los que se reflejaba la riqueza de los contrayentes, y se ofrecía al público espectáculos juglarescos. En el relato que ofrece la Chronica Adefonsi Imperatoris (=CAI) de las nupcias del rey don García de Navarra con Urraca (hija de Alfonso VII y de la concubina Gontrodo), celebradas el 24 de junio de 1144, se alude a “una numerosísima muchedumbre de bufones, mujeres y doncellas que cantaban 64 Esther Corral Díaz raria europea hacen mención al evento. Parece bastante probable, en este sentido, que el texto burlesco de Peire d’Alvernha, Cantarai d’aquetz trobadors, en el que se mencionan doce poetas de la lírica occitana a los que retrata de forma mordaz (algunos de ellos se cuentan entre los más ilustres de la tradición, como Peire Rogier, Giraut de Bornelh, Bernart de Ventadorn, Arnaut de Tintinhac, Raimbaut d’Aurenga o Bernart Marti)21 se compusiese durante los actos que acompañaron la celebración de los esponsales.22 Es más, en apreciación de Guida (2019: 107, 118), es probable que se cantase in praesentia con ocasión del evento nupcial, pero un poco más tarde, en el otoño de 1170, cuando la numerosa “brigata di intrattenitori convenuta”, en vez de disolverse, continuaría organizando espectáculos literarios y teatrales bajo el auspicio esta vez del rey de Aragón e invitados por Armengol VII, conde de Urgel, y su esposa Dulce de Foix en tierras de Agramunt (en donde se localizaría Puoich vert,23 sede de la sátira citada en la tornada). La familia de Urgell tendrá una importante labor de mecenazgo cultural en la segunda mitad del siglo XII y en la transmisión de textos hacia el Noroeste peninsular por sus relaciones con las casas reinantes de Castilla y de León.24 Armengol VII mantuvo estrechos lazos con Fernando II de León, como se constata por su nombramiento como mayordomo regio durante largos con órganos, flautas, cítaras, salterios y toda clase de instrumentos musicales” (I, cap. 93) (Pérez González 2015: 124). 21 Para un análisis de los poetas (algunos desconocidos) que intervienen, véase Guida (2019: 121–130). 22 La cronología de la composición del texto es controvertida. Beltrán (2017) y Guida (2019) analizan la contextualización e indicios transmitidos en el vers, y confirman que se escribiría con ocasión de los esponsales de Alfonso y Leonor. Otro sector de la crítica la sitúa en fechas anteriores. Rossi (1995) apunta a finales de 1161, teniendo en cuenta hipótesis precedentes, que la enmarcaban en la boda de Raimon Berenguer II y Rica de Polonia, viuda de Alfonso VII de Castilla, y, sobre todo, tomando en consideración relaciones intertextuales que mantiene con Ben s’eschai q’en bona cort (BDT 389.20) de Raimbaut d’Aurenga. 23 La posible localización de este lugar ha sido debatida desde antiguo. En Agramunt, perteneciente al condado de Urgell, se encuentra el castillo de “Puigvert”, topónimo que coincide, en apreciación de Guida (2019), con el nombre citado en la tornada. Beltrán, en su exhaustivo estudio (2017: 116–117), sugiere, en cambio, un espacio en tierras de Aragón, próximo a Tarazona, en la que se traduciría la expresión “Mont(e) Verde” y que recogería el orónimo “Puech”, extendido por tierras francesas meridionales. 24 En el proceso de implantación de la lírica gallego-portuguesa, la influencia de las casas nobles catalanas fue fundamental como transmisoras de la cultura occitana. El interés por las letras vulgares –y en particular por la floreciente lírica– entre la realeza y la aristocracia catalana fue una constante (Espadaler 2001: 873). Souto Cabo analizó la importancia de ciertos linajes y personajes de Cataluña en los orígenes de la tradición lírica peninsular (2012: 46–53, sobre la familia de los Urgell). Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 65 períodos y en el hecho de recibir la titulación de dominans de las tierras gallegas de Toronto y de la Limia.25 La segunda referencia literaria valiosísima –y también célebre– es dada a conocer por el autor catalán Raimon Vidal de Besalú, del que se tienen escasas noticias biográficas. Su obra es relevante en el ámbito de los estudios occitanos por la composición de las novas y por escribir la primera “gramática” occitana, las Razos de Trobar. En el relato de carácter narrativo breve, Unas novas vos vuelh contar, conocido también como Castia-gilos,26 un juglar dice contar una historia que oyó en la corte de Alfonso VIII, reflejando un activo contexto cultural regio en el que se contaban historias y se cantaban vers. El texto ofrece al inicio una interesante escena significativa que sirve como marco de la narración: después de ensalzar las cualidades del monarca castellano (“era condutz e dos, / sens e valors e cortezia / e engenh de cavalairia;”) (vv. 7–9),27 surge en la “cortz complida” (v. 16) la imagen majestuosa de la reina Leonor vestida de forma lujosa, acorde con su posición, con un manto de seda de ciclatón, bordado en rojo y con el emblema del leopardo propio de los Plantagenet: E can la cortz complida fo, venc la reina Lianors, e anc negus no vi son cors; estrecha venc en un maltelh d'un drap de seda, bon e belh, que hom apela sisclato vermelhs ab lista d’argen fo e i ac un levon d’aur devis. Al rei soplega, pueis s’asis ad una part, lonhet de lui. (vv. 16–23).28 25 Guida resalta la figura de Armengol VII como modelo de “proeza, largueza, devozione all’autorità superiore, socialità cavalleresca, competenza ‘curiale’ e letteraria, raffinatezza di comportamenti e di attitudini mentali, difusi negli ambienti cortesi del suo tempo” con una “corte propia, especifica, distinta e separata da quella dei dinasti” (2019: 109). 26 Espadaler (2018: 324–351). 27 ‘Era hospitalario y generoso, juicioso y valeroso, y con cortesía y espíritu caballeresco’ (esta traducción y las siguientes son mías). Y continúa reiterando: “qu’el non era onhs ni sagratz, / mas de pretz era coronatz / e de sen e de lialeza / e de valor e de proeza‘ (vv. 10–14) ‘No había estado ungido ni consagrado, pero estaba coronado de méritos, de juicio y de lealtad, y de valor y de arrojo’. 28 ‘Cuando la corte estuvo formada, llegó la reina Leonor, cuyo cuerpo nadie había visto antes: venía ceñida en un hermoso y bello manto, de una tela de seda que se llama ciclatón; era roja, con una banda de plata y, encima, tenía un león de oro. Se inclina ante el rey y luego 66 Esther Corral Díaz Nótese cómo el autor, en vez de mentar sus cualidades y virtudes (como en Alfonso), centra la descripción en la vestimenta que lucía como elemento definitorio de la reina. En la época la indumentaria actuaba como un código propio y denotaba el rango social y el linaje (Burns 2002: 12). En este caso, el manto de ciclatón rojo29 con su bordado se configura como el indicio marcado de su procedencia y estirpe, el rasgo de Leonor que Raimon Vidal quiere destacar. Por otra parte, la referencia a que la reina “anc negus no vi son cors” podría situar el relato en la celebración de las bodas, aunque la pista debe tomarse con cautela, puesto que es fácil que se trate de un recurso literario para enfatizar la presentación majestuosa de Leonor. En este sentido, Tavani propone el período entre 1198–1212 para la composición de la obra.30 Lo cierto es que por esta noticia y por otros indicios no cabe duda de que Raimon Vidal tuvo que conocer de primera mano la corte de Alfonso VIII y de Leonor.31 2 Berenguela de Barcelona Además de Leonor Plantagenet, en la consolidación y cultivo de la lírica gallego-portuguesa, se debe mencionar por su protagonismo a la reina Berenguela de Barcelona (1116–1149), cronológicamente anterior. De ascendencia catalano-occitana, se encuentra enterrada en el Panteón Real de la catedral de Santiago de Compostela, en la que también se encuentran su hijo Fernando II y su nieto Alfonso IX, personajes clave en el florecimiento y patrocinio de las letras gallegas.32 La efigie yacente de Berenguela que cubre su tumba fue labrada se sienta a un lado, algo apartada de él’. Sobre la confusión entre el bordado del leopardo y del león en el manto, véase Rodríguez Velasco (1999: 94). 29 El tejido denominado ‘ciclatón’ era un tipo de brocado de origen oriental, trabajado en oro y muy lujoso (Espadaler 2018: 348). 30 Tavani (1999: 49); Espadaler (2018: 299–230). 31 En la nova, Abril issi’e, (vv. 765–767), centrada en la poesía trovadoresca y el arte juglaresco, vuelve a mencionar a Alfonso VIII y a un tal Diego, identificado con el noble Diego López de Haro, perteneciente a una familia de relevancia en el mecenazgo de la lírica gallegoportuguesa. 32 Berenguela falleció en Palencia. Su cuerpo fue trasladado a León, y entregado al arzobispo Pedro Elías para llevarlo a la catedral compostelana, en la que su marido a los 19 años había recibido (y legitimado) la corona de Galicia de manos del arzobispo Gelmírez mientras luchaba contra su padrastro Alfonso I de Aragón. No se conoce el emplazamiento original ni la forma del sepulcro. Moralejo apunta una fecha algo posterior a la muerte de Alfonso IX en 1230 y a una posible renovación del panteón (García González 2013: 979). Parece que el hecho de que Berenguela estuviese enterrada en la catedral, según lo dispuesto años antes por Alfonso VII, Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 67 un siglo más tarde de su muerte y presenta rasgos tradicionales y también modernos en la vestimenta que la adorna, como modelo de reina en el que se asocian las dos corrientes. Lleva una capa con cuerdas, “un tipo de manto que se usaba en occidente, que permitía mayor movimiento que los tradicionales, al ir sujeto con un cordón que cruzaba el pecho”, y por encima un pellote con amplias aberturas laterales, muy de moda en la época; “debajo asoma un brial cerrado y no encordado, y se cubre con una toca corta con barbuquejo más propia de la moda del siglo XII” (Sánchez Ameijeiras 2016: 223).33 Ciertamente que Berenguela no ocupa en la historia literaria un lugar tan preponderante, pero su papel en la introducción de las corrientes poéticas foráneas no fue menor. Era hija del conde de Barcelona Ramón Berenguer III y de Dulce de Provenza,34 y fue la primera esposa de Alfonso VII de Castilla y León, Imperator Hispaniae. El matrimonio, que duraría 20 años, fue planeado por el conde de Barcelona, al que le interesaba expandir Cataluña hacia Europa y entablar una gran alianza política.35 Aunque no existen las menciones documentales –ni, por supuesto, literarias– sobre los esponsales celebrados en la localidad de Saldaña, en enero de 1128, la CAI dedica el libro II a la figura de Berenguela.36 En la crónica se relata el tortuoso periplo que tuvo que seguir la novia y el tuvo cierta influencia para la consolidación del Panteón Real y para que sus sucesores, su hijo Fernando II (muy vinculado a las obras de la catedral) y su nieto y último rey de León, Alfonso IX, eligiesen la sede compostelana para su reposo final. Además, en la capilla se encuentra la tumba de otra reina, Juana de Castro (†1369), perteneciente a la poderosa familia gallega de los Castro y casada con Pedro I de Castilla, de forma ilegítima, cuando el rey aún tenía esposa. Más detalles de los enterramientos en el Panteón Real y del proceso y consolidación del espacio funerario real en la catedral compostelana en García González (2013) e Yzquierdo (2019). 33 Sobre la efigie yacente de Berenguela, véase también Yzquierdo (2019: 28). 34 El matrimonio entre Ramón Berenguer III y Dulce en 1112 aportó a la casa de Barcelona el territorio de Provenza durante casi siglo y medio, y trajo algo de paz al dominio occitano caracterizado por las luchas incesantes de una aristocracia convulsa (el padre de Dulce, Gerbert de Gavald, fue asesinado en 1110). Sobre la importancia de esta unión para Cataluña, véanse Asperti (1999: 335) y Aurell (1998: 43, 371–374). 35 Los contratos matrimoniales orientados hacia Europa tienen como gran precedente la intensa vida nupcial de Alfonso VI, quien eligió, según relatan las crónicas, como primera esposa a Inés de Aquitania, luego se casó con Constanza de Borgoña, más tarde con Berta de Toscana (originaria de Lombardía) y como última de las consortes, Beatriz de Este, perteneciente a una familia del Norte de Italia, protectora e incentivadora de la tradición trovadoresca (Rodríguez 2017: 80–84). 36 La CAI, escrita a mediados del siglo XII en aras de glorificar el reinado de Alfonso VII, constituye la principal fuente documental conservada del papel político y social de la hija del Conde de Barcelona. La figura de Berenguela de Barcelona en esta obra es estudiada por Klinka (2006), Martin (2013), Rodríguez (2014: 93–95) y Recuero (2018). 68 Esther Corral Díaz séquito para evitar pasar por los dominios de Alfonso I de Aragón, padrastro y enemistado con su futuro marido (Aurell 1998: 353). Las cualidades personales de Berenguela recogidas en la CAI obedecen a los estereotipos conocidos del modelo femenino regio en un afán claramente panegírico, siguiendo las directrices de mentalidad eclesiástica (más que de cultura cortés): se dice que era joven, hermosa, virtuosa y procreadora, pues garantizó la perduración de la dinastía dando a luz a los herederos del reino (I, 12) (Pérez 2015: 93).37 Este último aspecto es determinante en el caso de las reinas, y es también recogido por parte de la cronística catalana.38 Comparte el espacio público con su marido y ejerce funciones relacionadas con la práctica del gobierno (destaca sobre todo el ejercicio del consejo en la pacificación del reino),39 además de desempeñar actividades caritativas y de favorecer a la Iglesia, casi siempre en compañía de la infanta Sancha. Como una heroína épica defiende del asedio Toledo, en ausencia de su marido, y recibe a los vencedores de vuelta de la batalla de Montiel, a los que conmina que devuelvan los cabezas que portaban en los pendones a su gente.40 La influencia de Berenguela en la gestación de la lírica se refleja fundamentalmente en dos aspectos y de forma diferente a la referida en Leonor. Por un lado, es necesario tener muy presente que el séquito foráneo que acompañaba a Berenguela a la boda ayudó a dar a conocer la cultura catalano-occitana en el reino castellano-leonés (antes del gran acontecimiento nupcial que supuso el enlace con la Plantagenet). En este sentido, está demostrado que el noble catalán Poncio de Cabrera, que tendrá una relevante posición como promotor de la lírica gallego-portuguesa, se afincó en el Noroeste a partir del enlace en la corte de Alfonso VII.41 Al igual que aconteció con la familia Urgell, la influencia del ámbito catalán en la corte castellano-leonesa se registra, aparte de los múltiples viajes de trovadores entre cortes, la peregrinación a Compostela y otros factores que pudieron intervenir, por casas nobles que se afincaron en tierras castellanas, leonesas y gallegas. Además, la misma Berenguela podría ser transmisora de 37 En la CAI, las mujeres (sobre todo reinas y nobles) adquieren cierta relevancia (Martin 2013, Pérez 2015: 59–65). Aparte de Berenguela, en el libro I ocupa un espacio importante la infanta Sancha; con la que mantenía una estrecha amistad. Sobre este personaje véase García Calles (1972). 38 En los Gesta comitum Barchinonensium se alude con orgullo a su fecundidad (Aurell 1998: 353). 39 “Todo lo que el rey hacía lo deliberaba en primer lugar con su esposa y con su hermana la infanta doña Sancha, que tenía abundante y saludable sentido: todos los consejos de ellas le resultaban bien al rey y muchos le prevenían” (I 12) (Pérez 2015: 93). 40 Más detalles en Klinka (2006). 41 Barton (1995); Souto Cabo (2012: 21–25). Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 69 la poética cultivada en área occitana (era hija de Dulce de Provenza, heredera de numerosos condados y señoríos del Sur de Francia)42 y catalana, y favorecer las representaciones líricas en la corte. Marcabru visitó la corte castellana de Alfonso VII entre 1140 a 1145 (Alvar 1977: 42) y dedica a este rey dos sirventeses Emperaire, per mi mezeis (293,22), una canción de cruzada, en la que se insta a los reinos cristianos a que apoyen al rey en su lucha contra los almorávides, y Emperaire, per vostre prez, (293.23) que acaba con una tornada en la que el trovador envía la composición a Berenguela para que interceda por él ante su esposo: “Emperairiz, pregaz per mei, / q’eu farai vostre prez richir” (vv. 33–34).43 En la CAI se muestra una escena reveladora en el episodio durante el ataque de los musulmanes a Toledo, en el que se ve a la emperatriz “sentada en el trono real” “y con un gran tropel de mujeres honorables a su alrededor cantando con tímpanos, cítaras, címbalos y salterios” (II 55) (Pérez 2015: 150).44 El apoyo de la reina pudo extenderse a otros contextos literarios, aunque aquí nos movemos en un ámbito bastante dudoso. Georges Martin ha apuntado la posibilidad de que la idea redaccional de la CAI se formara en un ámbito femenino y que algunas de las mujeres con poder relacionadas con Alfonso VII pudieran haber influido en el proyecto. Una primera opción es que la propia Berenguela sea la promotora, dado el protagonismo que tiene en la misma y el conocimiento de Cataluña y las “simpatías catalanistas” que se reflejan en la obra, si bien cobra más verosimilitud la mediación de la infanta Sancha, su cuñada, por indicios más firmes como la empatía que la unía a su hermano participando activamente en la política territorial (Martin 2013: 13–15). Volviendo a la lírica es más que probable que, en el contexto cultural descrito, durante el reinado de Alfonso VIII y Leonor se cultivase el género en el Occidente peninsular. Las condiciones eran propicias para que esa poética 42 En aquella época ligado a la tradición occitana. Desde el punto de vista literario y cultural, los límites marcados como espacios propios entre Occitania y Cataluña permanecerán bastante difusos hasta el siglo XIII con la irrupción de la cruzada albigense y la invasión de la política del reino de Francia en tierras meridionales. La situación de bilingüismo occitano-catalán en el ámbito de la lírica en Cataluña se extendió hasta el siglo XV. Véase Asperti (1999: 341). 43 ‘Emperatriz, rogad por mí, que yo haré crecer vuestra fama’. Para la reproducción del texto seguimos edición de Gaunt, Harvey y Paterson (2000: 319–323). Sobre los dos sirventeses, véanse Roncaglia (1950) y Alvar (1977: 27–39). Además, Marcabru pasó también algún tiempo en Cataluña, según se desprende de ciertos indicios literarios que lo relacionan con la familia noble de los Cabrera (vide supra) (Asperti 1999: 341–342). Un trovador algo posterior, el mentado Peire d’Alvernha, en Bel m’es, quan la roza floris (323,7) llorará la muerte de Alfonso VII y animará a su sucesor, Sancho III, a continuar con la política paterna de lucha contra los almorávides en la Península (Alvar 1977: 39–40). 44 Cf. la escena de actividad juglaresca descrita en las bodas de la infanta Urraca (n. 20). 70 Esther Corral Díaz emergiese, y en esa gestación no cabe duda de que tanto Berenguela de Barcelona como Leonor Plantagenet ejercieron una considerable influencia, a la que habría que sumar la desempeñada por una serie de damas destacadas pertenecientes a casas señoriales de Galicia y Norte de Portugal, particularmente la familia Trava.45 3 La reina como sujeto literario La presencia de las reinas en el contexto de las cantigas lírica gallego-portuguesa es escasa.46 En el corpus sólo aparece en cinco composiciones y únicamente en una es la actante principal. Se trata del pranto que Pero da Ponte compone en honor a Beatriz de Suabia, esposa de Fernando III y madre de Alfonso X, cuando fallece en 1235, alabando sus cualidades y virtudes.47 De Beatriz no hay noticias de que fuese mecenas de trovadores. La poca atención que los trovadores dedican a la figura regia femenina en sus cantares se podría explicar por las convenciones a las que el código cortés estaba sometido, en las que, aunque se fijaba el objeto del amor en la dama noble, no se elevaba la condición genérica a la categoría de la esposa del monarca. Por lo tanto, las parcas referencias a las reinas se encuentran en composiciones alejadas de la órbita de los géneros amorosos (cantiga de amor y cantiga de amigo), en el marco de las tipologías en las que el contexto histórico-político es el elemento esencial en la construcción del discurso textual. Además de Beatriz, la otra reina mencionada explícitamente es Juana de Ponthieu (1220–1279), segunda esposa del mismo rey y con la que se casa tras la muerte de Beatriz. El protagonismo femenino, aunque relevante porque no se percibe la habitual aureola laudatoria, es totalmente secundario. En este caso sus cualidades ya no sirven de modelo de virtudes ni de actuación. Su figura es utilizada para zaherir al hermano de Alfonso X, el infante Enrique de 45 Para la labor de mecenazgo femenino de familias señoriales son fundamentales los trabajos de Frateschi (1999) y Souto (2012; 2018). 46 Por límites de espacio no podemos extendernos en el examen de la figura de la reina en los textos líricos gallego-portugueses. En una próxima contribución se estudiarán las cinco cantigas que mencionan a la reina analizando su significación en el contexto lírico románico. 47 Nostro Senhor Deus! ¿Que prol vus ten ora (120,8). Sobre esta composición y la representación de esta reina, véase Corral (2017). Para las cantigas se utiliza la versión de MedDB (Base de datos da Lírica Profana Galego-Portuguesa [base de datos en liña]. Santiago de Compostela: Centro Ramón Piñeiro para a Investigación en Humanidades. <http://www.cirp.gal/meddb> [Consultada 23/09/2021]. Modelos de reinas en relación con la lírica gallego-portuguesa 71 Castilla, con el que el monarca estaba duramente enfrentado por cuestiones políticas por parte de dos poetas, Gonçal’Eanes do Vinhal y Pero Garcia Burgalês pertenecientes a la corte del rey castellano-leonés.48 Las tres composiciones aluden a unas supuestas relaciones amorosas que Enrique mantuvo con su madrasta. La quinta referencia es bastante marginal y se encuentra en una cantiga de Estevan da Guarda, cronológicamente posterior.49 El texto, enmarcado en el ámbito judicial, se burla de un juez sordo. La “Reínha, madre del-rei” (v. 2) que se nombra es identificada probablemente con Isabel de Aragón, esposa de Don Denis y madre de Alfonso IV de Portugal. 4 Conclusiones No se puede juzgar la historia literaria de la lírica gallego-portuguesa sin tener en cuenta que el papel de las reinas iba más allá de acompañar al monarca en la corona.50 Desde el punto de vista político, numerosos reinos aumentaron sus límites territoriales por la transferencia patrimonial de las mujeres (cf. Leonor de Aquitania en Europa y, en ámbito ibérico, el condado de Barcelona con la unión de Ramon Berenguer III y Dulce de Provenza) (Aurell 1998: 453). De igual modo, desde el punto de vista cultural y literario, sus formas de patronazgo y de incitación a la emergencia de una lírica vulgar en la Península Ibérica, ejercieron una influencia considerable destacando las figuras de Berenguela de Barcelona y Leonor Plantagenet. Las crónicas y las escasas fuentes literarias transmiten una imagen laudatoria de la reina que se acomoda a las directrices de las cualidades marcadas en la II Partida por parte de Alfonso X: “el Rey deve catar que aquella con quien casare haya en sy quatro cosas. La primera que venga de buen linaie, e la segunda que sea fermosa, la tercera que sea bien costunbrada, la cuarta que sea rrica” (6,1),51 si bien hay que tener presente una 48 Concretamente en Ai! Deus, que grave coita de sofrer: (125,1) de Garcia Burgalês y en las rúbricas explicativas que acompañan al texto de Sey eu, donas, que deytad’é d’aqui (60,16) y Amigas, eu oy dizer (60,3) de Eanes do Vinhal. 49 Meu dano fiz por tal juiz que nom ouvia ben (30,20) de Estevan da Guarda. 50 Téngase en cuenta que la figura de la reina goza de una posición ambigua en la Edad Media, puesto que detenta un poder legado por un monarca masculino, quien le transmite esa posición en tanto esposa, hija, viuda o madre (Rodríguez 2017: 236–237). 51 Seguimos la edición de Juarez y Rubio (1991: 12). De todas las cualidades señaladas, el monarca sobresale “que sea de buen linaie e de buenas costumbres”, lo cual confirma una vez más los rasgos definitorios de Leonor Plantagenet y Berenguela de Barcelona. 72 Esther Corral Díaz quinta “cosa” fundamental en la dama regia, ser “hazedoras de reyes” para mantener la estabilidad y continuidad a la monarquía, como queda de manifiesto en la historiografía hispana.52 Bibliografía Alvar Ezquerra, Carlos. 1977. La poesía trovadoresca en España y Portugal. Madrid: Cupsa. Aurell, Martí. 1998. Les noces del comte. Matrimoni i poder a Catalunya (785–1213). Barcelona: Ediciones Omega. Aurell, Martin (ed.). 2013. Les Stratégies Matrimoniales (IXe–XIIIe siècle). Turnhout: Brepols. Aurell, Martin y Noël-Yves Tonnerre (eds.). 2006. Plantagenets et Capétiens: confrontations et héritages. Turnhout: Brepols. Barton, Simon. 1995. Comes et maiordomus imperatoris: más apuntes sobre la vida del conde Ponce Giraldo de Cabrera. 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