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Corte Suprema de Catamarca

Sentencia judicial, Derecho Penal

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Corte de Justicia de Catamarca

“V.L.A -abuso sexual, etc.-s/ rec. de casación c/ sent. nº XX/21 en expte.

nº XX/20”

SENTENCIA NÚMERO: XXXX

En la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, a los dos días del
mes de junio de dos mil veintidós, la Corte de Justicia de Catamarca, inte-
grada por los señores Ministros doctores Carlos Miguel Figueroa Vicario -
Presidente-, Vilma Juana Molina, José Ricardo Cáceres, Luis Raúl Cippitelli,
Néstor Hernán Martel, Fabiana Gómez y María Fernanda Rosales Andreotti;
se reúne en acuerdo para entender en el Recurso de Casación deducido en
autos, Expte. Corte nº XXX/21, caratulados: “V.L.A -abuso sexual, etc.-s/
rec. de casación c/ sent. nº XX/21 en expte. nº XX/20”.
Por Sentencia nº XX de fecha 08-09-2021, la Cámara de
Sentencia en lo Criminal de 2º Nominación, en lo que aquí concierne, resol-
vió: “I) Declarar culpable a L.A.V, de datos personales ya mencionados en la
causa, como autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual
gravemente ultrajante (dos hechos) y abuso sexual simple (dos hechos), to-
do en concurso real, condenándolo en consecuencia a la pena de catorce
años de prisión, e inhabilitación especial perpetua para el ejercicio de la me-
dicina, accesorias legales y costas (arts. 5, 12, 20 bis, 40, 41, 45, 55, 119 -
primer y segundo párrafo- del CP -según ley 25087, vigente al momento de
los hechos-; arts. 405, 407, 536 y 537 del CPP y art. 1º y cc de la ley
24.660). II). Hacer lugar parcialmente a la acción civil instaurada, condenan-
do en consecuencia a L.A.V a abonar la suma de pesos trescientos cincuen-
ta mil ($350.000) por el daño moral ocasionado a la víctima A.C.V.; doscien-
tos cincuenta mil ($250.000) por el daño moral ocasionado a la víctima
M.Y.C.; ciento cincuenta mil ($ 150.000) por el daño moral ocasionado a la
víctima G.K.C. y ciento cincuenta mil ($ 150.000) por el daño ocasionado a la
víctima S.G.D.I.V.; montos estimados y determinados al día de la fecha, con
más intereses que cobra el Banco de la Nación Argentina en las operaciones
1
de descuento de documentos a treinta días, hasta su efectivo pago y a partir
de que este pronunciamiento quede firme. Con costas (arts. 1737, 1738,
1739, 1744 y ccdtes. del CCyC). (…)”.
Contra este fallo, el Dr. R.F.C.d.P, en su carácter de abo-
gado defensor del encausado L.A.V, interpone el presente recurso, por los
motivos previstos en el art. 454, incs. 1º, 2º y 3º del Código Procesal Penal,
esto es, inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva, inobservan-
cia o errónea aplicación de las reglas de la sana crítica racional en la apre-
ciación de las pruebas e inobservancia o errónea aplicación de las normas
previstas para la individualización de la pena.
1. Bajo el título de Inobservancia o errónea aplicación de
la ley sustantiva, el recurrente dice que la requisitoria de elevación a juicio
fue realizada por 7 hechos, por abuso sexual gravemente ultrajante (hechos
nominados 1º y 3º); y por abuso sexual simple (hechos nominados 2º, 4º, 5º,
6º y 7º), todo en concurso real; pero que, en el juicio, el Ministerio Público
Fiscal decidió “modificar ligeramente” la acusación, manteniéndola sólo por 4
hechos: 2 por abuso sexual gravemente ultrajante y 2 por abuso sexual sim-
ple.
Dice que esa modificación viola el principio de congruen-
cia y el derecho de defensa del imputado, y que “se debió justamente a la
falta de elementos probatorios a los fines de mantener la acusación tal cual
fuera remitida desde la Instrucción”.
2. Bajo el título Inobservancia o errónea aplicación de la
sana crítica en la apreciación de las pruebas, sostiene que “no se encuentra
establecido con el grado requerido para esta etapa procesal los extremos
legales que tipifican el tipo penal por el cual el Señor L.A.V fue condenado”.
Dice que el Tribunal analizó sólo parcialmente las decla-
raciones de las víctimas omitiendo “pormenores que podrían haber sido de
utilidad a los fines de la calificación del hecho, incluso para desvirtuar el
mismo”.

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Corte de Justicia de Catamarca

También, que su valoración es contradictoria con el resto


de las pruebas incorporadas: con el testimonio de los médicos y médicas
que declararon en el juicio y con los protocolos de abuso sexual realizados a
las supuestas víctimas, "que dan cuenta que no existen lesiones en los ór-
ganos genitales que mínimamente le otorguen veracidad a los hechos de-
nunciados”.
Asimismo, que “Aventurándonos en el dolo establecido
para el tipo penal, genera una inseguridad jurídica total, que el juzgador sea
quien afirme de manera categórica el accionar doloso por parte del Sr. L.A.V,
desprendiéndose de lo establecido a través de la pericia psiquiátrica, quien
expresa totalmente lo contrario, por lo que en este estadio procesal, afirmar
en estas instancias, que el Sr. L.A.V, intervino con el dolo requerido para el
tipo penal, no es más, ni menos que afirmar la falta de probabilidad sobre los
hechos investigados hayan ocurrido, al menos como pretende el juzgador
hacerlo notar”.
Y que “no podemos perder de vista en el análisis del resto
del material probatorio, para cada caso en particular, y las pruebas comunes
para todos los hechos, no se adecua el tipo penal a lo acreditado con las
pruebas incorporadas al plenario” (f. 05/05 vta.).
3. Bajo el título Inobservancia o errónea aplicación de las
normas previstas para la individualización de la pena, critica el razonamiento
aplicado para individualizar la pena impuesta en catorce años, sobre todo
teniendo en cuenta la calificación legal de cada uno de los hechos por los
cuales su defendido fue condenado.
Dice que coloca a su asistido en una situación de insegu-
ridad jurídica que viola los principios procesales y constitucionales que dis-
ponen la obligación de fundamentar adecuadamente la sentencia.
Y critica como excesiva y desproporcionada la pena de
inhabilitación perpetua aplicada. Dice que si bien puede ser considerada
agravante -la condición de médico del imputado-, “bajo ningún concepto se

3
puede aceptar como tipificante a los fines de justificar la condena accesoria
impuesta” (sic).
4. Sostiene que correspondía aplicar el principio in dubio
pro reo.
Manifiesta que del material probatorio resulta que solo
existen conjeturas y meras especulaciones sobre la existencia de los hechos
denunciados y la participación en ellos de su pupilo; y que no se ha modifi-
cado el principio in dubio pro reo, toda vez que no existe un mínimo estado
de certeza a los fines de poder afirmar una sentencia condenatoria. Cita doc-
trina y jurisprudencia que estima pertinente (f.07, último párrafo/07vta.).
Solicita a la Corte que declare la nulidad de la sentencia
impugnada, nº XX/21; subsidiariamente, que disponga la absolución por el
beneficio de la duda de L.A.V; y, para el caso de no resultar de recibo lo pe-
ticionado, que adecue la condena, “disponiéndose una condena cuyo máxi-
mo, se ajuste al mínimo legal para cada uno de los hechos que se encuen-
tren debidamente acreditados ante la falta de antecedentes del mismo” (f.08,
último párrafo).
5. Con relación a la condena civil aplicada, sostiene que la
acción civil no fue interpuesta con las formalidades requeridas para el pre-
sente proceso penal.
Dice que no fueron acreditados los extremos y fundamen-
tos de los rubros reclamados.
Solicita el rechazo de la acción civil, por entender que se
está ante una clara pluspetición inexcusable (f.6vta., último párrafo/07).
Efectúa reserva del Caso Federal y del recurso contenido
en el art. 2, apartado 3, inc. b), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Ley Penal
más benigna.
De acuerdo con el resultado del sorteo efectuado para de-
terminar el orden de votación (f.57), nos pronunciaremos de la siguiente ma-
nera: en primer lugar, el Dr. Figueroa Vicario; en segundo término, la Dra.

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Corte de Justicia de Catamarca

Rosales; en tercer lugar, el Dr. Martel; en cuarto, la Dra. Gómez; en quinto


término, el Dr. Cippitelli; en sexto lugar, el Dr. Cáceres y en séptimo lugar, la
Dra. Molina.
Así las cosas, el Tribunal se plantea las siguientes cues-
tiones:
1º) ¿Es admisible el recurso?
2º) En la resolución cuestionada:
¿Ha sido inobservada o erróneamente aplicada la ley
sustantiva; han sido inobservadas o erróneamente aplicadas las reglas de la
sana crítica racional en la apreciación de las pruebas; o inobservadas o
erróneamente aplicadas las normas previstas para la individualización de la
pena? ¿Qué resolución corresponde dictar?
A la Primera Cuestión, el Dr. Figueroa Vicario dijo:
El presente recurso de casación reúne los requisitos de
admisibilidad formal establecidos en el art. 460 del CPP debido a que es in-
terpuesto en forma y en tiempo oportuno, por parte legitimada, y se dirige
contra una resolución que, por ser condenatoria, pone fin al proceso y es
definitiva. Por ende, es formalmente admisible. Así voto.
A la Primera cuestión, la Dra. Rosales dijo:
Adhiero a la conclusión expuesta por el Sr. Ministro, Dr.
Figueroa Vicario, para la solución de la presente cuestión, votando en igual
sentido.
A la Primera cuestión, el Dr. Martel dijo:
El Dr. Figueroa Vicario da, a mi juicio, las razones necesa-
rias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello, adhiero a su
voto y me expido en igual sentido.
A la Primera cuestión, la Dra. Gómez dijo:
Entiendo acertadas las razones expuestas por el Sr. Mi-
nistro emisor del primer voto y por ello me adhiero a su voto y doy el mío en
igual sentido.
A la Primera cuestión, el Dr. Cippitelli dijo:

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El Sr. Ministro emisor del primer voto da, a mi juicio, las
razones necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por
ello, adhiero a su voto y me expido en el mismo sentido.
A la Primera cuestión, el Dr. Cáceres dijo:
Encuentro acertadas los motivos expuestos por el Dr. Fi-
gueroa Vicario y por ello, adhiero al mismo y voto en idéntico sentido.
A la Primera cuestión, la Dra. Molina dijo:
El Dr. Figueroa Vicario da, a mi juicio, las razones necesa-
rias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello, adhiero a su
voto y me expido en igual sentido.
A la Segunda Cuestión, el Dr. Figueroa Vicario dijo:
1. El requerimiento de elevación de la causa a juicio fue
formulado por los siguientes hechos:
“Hecho nominado primero: Que el día miércoles 11 de
enero de 2017, en un horario que no se ha podido determinar con exactitud,
pero estaría comprendido a la hora 11:41 aproximadamente, en circunstan-
cias que M.Y.C. se encontraba presente en el “Hospital Interzonal Villa Dolo-
res”, sito en XXXXXXXXX de la localidad de Villa Dolores, a fin de realizarse
estudios de diagnóstico por imágenes (ecografía abdominal y ecografía
transvaginal), fue atendida en el consultorio nº 5 por el Dr. L.A.V, médico,
mat. Prof. XXX, quien al momento de llevar a cabo el procedimiento ecográ-
fico transvaginal y con claras intenciones de satisfacer sus deseos sexuales,
le introdujo a C. el aparato transductor ecográfico en el ano, provocándole
con su accionar ardor y dolor en dicha zona, siendo todo ello ajeno al normal
procedimiento del estudio prescripto y aprovechando que la víctima no pudo
consentir libremente el acto al desconocer la naturaleza y alcance del estu-
dio en cuestión. Hecho nominado segundo: Que el día miércoles 11 de
enero de 2017, en un horario que no se ha podido determinar con exactitud,
pero estaría comprendido ala hora 12:14 aproximadamente, en circunstan-
cias que G.K.C. se encontraba presente en el “Hospital Interzonal Villa Dolo-
res”, sito en XXXXXXX de la localidad de Villa Dolores, Dpto. Valle Viejo,

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Corte de Justicia de Catamarca

provincia de Catamarca, a fin de realizarse estudios de diagnóstico por imá-


genes (ecografía abdominal y ecografía transvaginal), fue atendida en el
consultorio nº X por el Dr. L.A.V, médico, mat. Prof. XXXX, quien al momento
de llevar a cabo el procedimiento ecográfico transvaginal y con claras inten-
ciones de satisfacer sus deseos sexuales, procedió a efectuarle a la paciente
tocamientos impúdicos con dos de sus dedos en la zona íntima del clítoris,
mientras mantenía introducido el aparato transductor ecográfico en el interior
de la vagina de C., abusando sexualmente de la misma. Accionar del profe-
sional médico ajeno al normal procedimiento del estudio prescripto y no con-
sentido libremente por la víctima. Hecho nominado tercero: Con fecha 11 de
enero de 2017, en un horario que no se ha podido determinar con precisión
pero estaría comprendido a la hora 12:14 aproximadamente, e inmediata-
mente luego de acaecido el hecho nominado segundo, el Dr. L.A.V, médico,
mat. Prof. XXX en el consultorio nº X del “Hospital Interzonal Villa Dolores”,
sito en calle XXXXX de la localidad de Villa Dolores, Dpto. Valle Viejo, pro-
vincia de Catamarca, y en circunstancias de llevar a cabo procedimiento de
ecografía transvaginal, en la persona de G.K.C., procedió a abusar sexual-
mente de la misma con claras intenciones de satisfacer sus deseos sexua-
les, ejecutando un acto ajeno al normal procedimiento del estudio prescripto
y no consentido libremente por la víctima, al introducirle dos de sus dedos en
la vagina, mientras mantenía el aparato transductor introducido en dicha zo-
na. Hecho nominado cuarto: Con fecha 11 de enero de 2017, en un horario
que no se ha podido determinar con precisión pero estaría comprendido al-
rededor de la hora 12:14 aproximadamente, e inmediatamente luego de
acaecido el hecho nominado tercero, el Dr. L.A.V, médico, mat. Prof. XXXX,
en oportunidad de llevar a cabo procedimiento de ecografía transvaginal en
la persona de G.K.C., en el consultorio nº X del Hospital Interzonal Villa Do-
lores, Dpto. Valle Viejo, provincia de Catamarca, abusó sexualmente de C. al
efectuarle un acto ajeno al normal procedimiento del estudio prescripto, co-
locándole el aparato transductor en la zona del ano e intentar introducirle el
mismo, contra la voluntad de la paciente, no logrando hacerlo en razón que

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C. comprimió sus glúteos como forma de resistir al accionar desplegado por
L.A.V, efectuando con claras intenciones de satisfacer sus deseos sexuales.
Hecho nominado quinto: Con fecha 11 de enero de 2017, en un horario que
no se ha podido determinar con precisión, pero estaría comprendido alrede-
dor de la hora 12:14 aproximadamente, e inmediatamente luego de acaecido
el hecho nominado cuarto, el Dr. L.A.V, médico, mat. Prof. XXXX, en circuns-
tancias de llevar a cabo procedimiento diagnóstico por imágenes (ecografía
transvaginal) en la persona de G.K.C., en el consultorio nº X del Hospital
Interzonal Villa Dolores, sito en XXXXXXXX de la localidad de de Villa Dolo-
res, Dpto. Valle Viejo, provincia de Catamarca, procedió con claras intencio-
nes de satisfacer sus deseos sexuales y de manera impúdica, a abusar se-
xualmente de la paciente colocándola de costado sobre la camilla con la cola
hacia fuera e inmediatamente de hacerlo, apoyó sus genitales en la cola de
C. mientras mantenía introducido el aparato transductor ecográfico en la va-
gina, accionar de L.A.V no consentido libremente por la víctima y ajeno al
normal procedimiento del estudio prescripto. Hecho nominado sexto: Que el
día miércoles 11 de enero de 2017, en un horario que no se ha podido de-
terminar con exactitud, pero estaría comprendido a la hora 12:30 aproxima-
damente, en circunstancias que S.G.D.I.V. se encontraba presente en el
Hospital Interzonal Villa Dolores, sito en XXXXXXXXX de la localidad de Villa
Dolores, Dpto. Valle Viejo, provincia de Catamarca, a fin de realizarse estu-
dios de diagnóstico por imágenes (ecografía abdominal y ecografía transva-
ginal), fue atendida en el consultorio nº X por el Dr. L.A.V, médico, mat. prof.
XXXX, quien al momento de llevar a cabo el procedimiento ecográfico trans-
vaginal, de manera impúdica y con clara intención libidinosa de satisfacer
sus deseos sexuales apoyó el aparato transductor ecográfico en el ano de la
paciente e intentó introducírselo contra la voluntad de D.I.V., no logrando su
cometido en virtud a la resistencia opuesta al acto por la víctima. Hecho no-
minado séptimo: Quien en fecha 16 de marzo de 2017, en un horario que no
se ha podido determinar con exactitud, pero estaría comprendido a la hora
17:00 aproximadamente, A.C.V. se hizo presente en la Maternidad Provincial

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Corte de Justicia de Catamarca

“25 de Mayo”, sito en XXXXXXXX de ésta ciudad Capital de la provincia de


Catamarca, específicamente en el sector de ecografías, a los fines de reali-
zarse un estudio de diagnóstico por imágenes consistente en una ecografía
transvaginal, siendo atendida en la oportunidad por el Dr. L.A.V, médico,
mat. Prof. XXXX, quien al momento de efectuar el estudio ecográfico trans-
vaginal y con claras intenciones de satisfacer sus deseos sexuales, colocó el
aparato transductor ecográfico en el ano de V. e intentó introducírselo, no
logrando su cometido en virtud de la resistencia opuesta al acto por la pa-
ciente en cuestión, quien frunció sus glúteos manifestando dolor, siendo el
accionar de L.A.V ajeno al normal procedimiento del estudio prescripto y no
consentido libremente por la víctima”.
2. El Tribunal tuvo por acreditados todos los aconteci-
mientos históricos descritos y condenó al imputado por todos ellos, de con-
formidad con lo solicitado en el juicio por el Ministerio Público Fiscal, según
el siguiente detalle:
Por abuso sexual gravemente ultrajante, 2 hechos: (hecho
1º, en perjuicio de M.Y.C., coincidente con el nominado 1º en la requisitoria
fiscal; y hecho 2º, en perjuicio de G.K.C., comprensivo de los nominados
como 2º, 3º, 4º y 5º en la requisitoria fiscal); abuso sexual simple, 2 hechos
(hecho 3º, en perjuicio de S.G.D.I.V., coincidente con el nominado 6º en la
requisitoria; y hecho 4º, en perjuicio de A.C.V., coincidente con el nominado
7º en la requisitoria fiscal).
3. El recurrente critica la condena como incongruente
con los términos del requerimiento fiscal de elevación de la causa a juicio -la
acusación-.
Pero no demuestra la relevancia de su agravio, conside-
rando que lo resuelto coincide exactamente con la acusación fiscal formula-
da en el juicio y que la garantía del debido proceso y de la defensa en juicio
resulta satisfecha con la congruencia de la sentencia con esa acusación fis-
cal que precedió a la condena.

9
Aparte, el control solicitado revela que la diferencia que
agravia al recurrente, entre la sentencia y el requerimiento fiscal –la acusa-
ción-, es relativa y favorece al imputado.
El Tribunal tuvo por acreditada la existencia histórica de
todos los hechos (7) por los que el Fiscal de Instrucción requirió la elevación
de la causa a juicio y el juzgamiento del imputado por su intervención en to-
dos y cada uno de esos hechos, pero con el alcance solicitado por el Fiscal
de Cámara, esto es, teniendo como único, los hechos nominados en el re-
querimiento fiscal como 2º, 3º, 4º y 5º.
Ese modo en que fue resuelta la causa desvirtúa las
afirmaciones realizadas en el recurso sobre el acogimiento parcial de la acu-
sación y sobre la insuficiencia probatoria de la causa como motivo del recha-
zo parcial de la acusación formulada en el Requerimiento Fiscal de elevación
de la causa a juicio.
Por otra parte, como señaló el Dr. Walther -Fiscal de
Cámara interviniente- en la audiencia de casación (f.26/35), la calificación
legal de los hechos antes de la sentencia es provisoria; por ende, hasta en-
tonces es susceptible de ser modificada.
Y, como también indicó el Fiscal, ningún perjuicio se si-
guió para el imputado de la modificación referida. Al menos, la defensa no
demostró lo contrario en el juicio ni en el recurso en tratamiento.
Por ende, en tanto no demuestra la inobservancia o
errónea aplicación en el caso de la ley sustantiva, el recurso carece de ido-
neidad para obtener la descalificación que de la sentencia pretende.
4. El recurrente se agravia también por la supuesta inob-
servancia en la sentencia de las reglas de la sana crítica racional en el méri-
to de la prueba de la causa.
Dice que los dichos de las damnificadas fueron valora-
dos sólo parcialmente. Pero, no indica las expresiones de las declarantes
que pretende ignoradas por el Tribunal.

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Corte de Justicia de Catamarca

Alude a contradicciones entre los dichos de las damnifi-


cadas y el resto de la prueba de la causa, pero no las precisa.
Así, no demuestra la relevancia de esas supuestas omi-
siones y contradicciones y tampoco lo hace con relación a la discordancia
que predica, de los relatos de las damnificadas con las pericias médicas, con
los protocolos de abuso y con las declaraciones de los médicos y médicas
que depusieron en el juicio.
Destaca que las damnificadas no presentaban lesiones.
Pero los hechos de la condena no requieren la producción de lesiones físi-
cas en las agredidas. El recurrente no demuestra lo contrario.
Por ende, con decir que en los respectivos exámenes
médicos no fueron constatadas lesiones, el recurrente no demuestra el error
de la sentencia por tener los hechos como efectivamente ocurridos con base
en los testimonios de las damnificadas, considerando que dieron explicacio-
nes lógicas y firmes a las múltiples y reiteradas preguntas de la defensa, se-
gún fundamentos de la sentencia que el recurrente no contradice.
Por un lado, debido a que, como surge de las declara-
ciones de las damnificadas y señala la sentencia, el imputado no desplegó
un grado de violencia física intensa en las respectivas ocasiones y ello razo-
nablemente explica la ausencia de vestigios físicos típicos de acceso carnal
violento.
Por otro, cabe razonablemente admitir la ausencia de
lesiones típicas considerando que el instrumento utilizado en la comisión de
los hechos reprochados (transductor vaginal) se encontraba untado con gel,
según surge de las declaraciones de las damnificadas (vg., G.K.C, f.889) y
del imputado incorporada al juicio (f.888), tratándose del procedimiento (a
modo de lubricante) indicado para la práctica médica en cuyo marco tuvie-
ron lugar tales hechos (ecografía transvaginal).
Abona esa conclusión el testimonio del Dr. A (médico
ginecólogo) en el juicio, en tanto preguntado específicamente sobre la posi-

11
bilidad de lesiones por la introducción del transductor en el ano respondió
que puede o no ocasionarlas (f.871).
Aparte, el recurso no demuestra que la falta de reacción
de las damnificadas, concomitante con la realización de los hechos, o que
sean del interior provincial o que alguna haya quedado embarazada con pos-
terioridad, comprometan razonablemente la fiabilidad de los categóricos
relatos que ellas ofrecieron en el juicio.
La pretensión en ese sentido expone, además, un crite-
rio sobre el tema que trasluce un claro prejuicio contra las mujeres con rela-
ción a lo que debería ser interpretado como un comportamiento “normal”,
concepto que es inadmisible; en tanto incompatible con el deber estatal
asumido en la Convención de Belém Do Pará, de investigar y sancionar los
hechos de violencia en contra de las mujeres.
El recurso no se hace cargo de los fundamentos de la
sentencia vinculados con el testimonio de la Dra. LG, médica del Mini Hospi-
tal de Villa Dolores que recibió las inquietudes y reclamos por los hechos (1º,
2º y 3º) de la causa inmediatamente después de su ocurrencia.
No demuestra el error del Tribunal por valorar su decla-
ración como indicativa de la inexistencia de interés espurio o de complot
pergeñado para perjudicar al imputado.
Sin embargo, ello era menester; debido a la circunstan-
cia de que las damnificadas no lo conocieran al imputado antes del hecho, o
que acudieran a ese hospital (las damnificadas de los hechos nominados 1º,
2º y 3) por haber sido derivadas por el Hospital San Juan Bautista, constitu-
yen circunstancias que admiten razonablemente esa valoración; más todavía
considerando que la damnificada del hecho nominado 4º no conocía a las
otras, puesto que esa condición contribuye a excluir cualquier sospecha de
acuerdo malicioso entre ellas.
Tampoco demuestra la violación a las reglas de la sana
crítica racional en la ponderación de los informes psicológicos de las damni-
ficadas sobre la presencia de indicadores con vivencias traumáticas de índo-

12
Corte de Justicia de Catamarca

le sexual y descartando, categóricamente, cualquier atisbo de fabulación o


confabulación de ellas en contra del imputado.
Ni error en el mérito de los testimonios de los médicos
que declararon en el juicio, especialmente, sobre la imposibilidad de confun-
dir las cavidades vaginal y anal (f.871), y sobre la infrecuencia de roce anal
con el transductor vaginal la que, en su caso, “no debería repetirse en el
mismo estudio”.
Con esa omisión, no demuestra lo que predica: que la
prueba rendida no apoye las declaraciones de las víctimas.
El descargo del imputado.
La ausencia de dolo.
En la sentencia, la defensa ensayada por el imputado
fue desestimada con base en un conjunto de indicios; entre ellos, el pedido
de disculpas del imputado a M.Y.C; su ofrecimiento de dinero para que no lo
denuncien y los dichos de las damnificadas según los cuales, durante el es-
tudio, el imputado miraba más sus partes íntimas que el monitor, y su respi-
ración era agitada.
El recurso nada dice con relación a tales fundamentos.
Sin embargo, ello era menester, considerando que, al
menos en principio, especialmente los mencionados en último término,
echan por tierra la excusa del imputado, sobre la posibilidad de roce involun-
tario y sin intención libidinosa a las damnificadas.
Así opino, especialmente considerando que A.C.V.
(damnificada, hecho nominado 4º) precisó en el juicio que el Doctor -por el
imputado- nunca miraba al monitor, la miraba a ella; y que, cuando le sacó el
aparato de la vagina e intentó introducírselo en el ano, haciéndole doler,
preguntado por ella sobre el por qué hacía eso, él no se disculpó sino que le
respondió que se quedara tranquila que era parte del proceso, le introdujo un
poco el aparato y después otra vez en la vagina, y le frotó de nuevo con los
dedos el clítoris, estaba nervioso y con la respiración agitada (f.868).

13
Y que SYM, Psicóloga de A.C.V., da cuenta de la veraci-
dad su testimonio: Dice de ella que tiene total conciencia de la realidad, no
tiende a fabular, es clara en su discurso y es evidente su emoción y su dolor,
que la emoción cuando relata detalles de lo que vivenció demuestra que no
está mintiendo, que quedó grabado en su psiquis el conjunto de todas las
vivencias padecidas, la respiración y la mirada del médico, su demostración
de deseo sexual, al tiempo que aclaró “es muy difícil ocultar el deseo para el
que abusa” (f.872vta.).
Además, en sentido similar declaró M.Y.C. (damnificada,
Hecho nominado 1º): Dijo que después de hacerle la ecografía vaginal [el
imputado] le dio un papel para que se limpiara y le indicó que se sacara la
ropa, “le introdujo el aparato en la vagina mientras miraba el monitor, enton-
ces dijo que veía algo raro y que le tenía que introducir en el ano. Ella estaba
nerviosa y ‘mezquinaba’, el doctor le dijo que se relajara para que él pudiera
ver bien lo que tenía. Después le dio papel para que se limpiara y ella se
retiró del consultorio” (f.871 vta.).
Sobre el principio In dubio pro reo.
Por último, el recurso no provee de fundamento a su sub-
sidiaria solicitud para que el imputado sea absuelto por el beneficio de la du-
da.
El estado de duda no puede reposar en una pura subjeti-
vidad, sino que debe derivarse de una minuciosa, racional y objetiva evalua-
ción de todos los elementos de prueba en conjunto (Corte Suprema: Fallos:
311:512 y 2547; 312:2507; 314:346 y 833; 321:2990 y 3423).
El 3 de marzo de este año, en el caso “Recurso de hecho
deducido por E. M. D. G. en la causa Rivero, Alberto y otro s/ abuso sexual”,
con remisión al dictamen del Procurador, la Corte reiteró esos conceptos con
arreglo a los cuales la mera invocación de cualquier incertidumbre acerca de
los hechos no impide, per se, obtener razonablemente, a través de un análi-
sis detenido de toda la prueba en conjunto, el grado de convencimiento ne-
cesario para formular un pronunciamiento de condena.

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Corte de Justicia de Catamarca

Y adhirió al criterio según el cual el concepto "más allá de


duda razonable" es, en sí mismo, probabilístico y, por lo tanto no es, sim-
plemente, una duda posible, del mismo modo que no lo es una duda extra-
vagante o imaginaria. Es, como mínimo, una duda basada en razón (conf.
Suprema Corte de los Estados Unidos de América, en el caso "Víctor vs.
Nebraska", 511 U.S. 1; en el mismo sentido, caso "Winship", 397 U.S. 358).
En el caso, el recurrente no demuestra que en sustento
de la sentencia recurrida haya sido invocado elemento alguno con “signifi-
cación probatoria dubitativa”.
Con esa omisión, no demuestra la configuración en el
caso del supuesto de sentencia arbitraria a la que, sobre esa base, se refiere
la doctrina que cita (José I. Cafferata Nores, La Prueba en el Proceso Penal,
pág.184, Depalma, 2º edición).
No indica duda alguna del Tribunal de sentencia acerca
de la existencia o significado del hecho imputado. Con tal déficit, no demues-
tra que quepa desechar el atribuido en el caso, como enseña Ricardo Núñez
(Código Procesal Penal de Córdoba, ley 5.606, Anotado, pág. 376-377, nota
14 al art. 410, segunda edición, Marcos Lerner).
Por ende, no demuestra que aplique al caso la norma
legal que invoca, el art. 401, 2º parte, CPP: “En caso de duda sobre las
cuestiones de hecho, se votará a favor del imputado”.
Y en tanto no propone argumentos que revelen la falta
de certeza en la sentencia impugnada, carece de fundamento su pretensión
subsidiaria, para que este Tribunal disponga la absolución del imputado por
el beneficio de la duda.
En resumen, el recurrente no refuta los fundamentos
dados en la sentencia para afirmar, categóricamente, sin duda alguna, la
existencia histórica de los hechos de la condena en las circunstancias fija-
das, y la intervención y responsabilidad que en ellos le fue reprochada al
imputado.

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En especial, no demuestra que hayan sido inadecuada-
mente valorados los testimonios de las damnificadas; de sus parientes
(A.S.C. -hermana de la damnificada del hecho nominado 1º y madre de las
damnificadas de los hechos 2º y 3º- y A.A.V, padre de la damnificada del
hecho nominado 4º); de la médica de guardia del hospital escenario de los
hechos nominados 1º, 2º y 3º, al tiempo de la ocurrencia de éstos; de los
informes psicológicos forenses sobre las damnificadas o el testimonio de la
psicóloga Sabina Morales.
Y, por el contrario, el control de ese mérito revela que el
Tribunal valoró los testimonios de las mujeres damnificadas adecuadamente,
considerando las particulares circunstancias en que, de ordinario, son per-
petradas las agresiones del tipo de las juzgadas: sorprendiendo a la víctima,
en su buena fe y en la confianza depositada en el agente; como en este ca-
so, debido a que se trataba de un médico, en un consultorio de un hospital
público, en el marco de una práctica médica solicitada por ellas mismas.
Estimo, asimismo, que las razones dadas en la senten-
cia son suficientes para tener como carente de fundamento la pretensión en
el recurso sobre la ausencia en el agente del dolo que requiere la configura-
ción de los delitos de la condena.
Por ende, con relación a la cuestión planteada, mi res-
puesta es negativa. Así voto.
5. El recurrente también critica la pena impuesta.
Sobre la pena de prisión dice que, en la medida en que
fue determinada, 14 años, la pena impuesta viola los principios procesales.
Pero, no indica los principios que concretamente tiene por desconocidos en
el caso.
Alega que ese monto no guarda correspondencia con la
calificación legal de los hechos de la condena. Pero no demuestra el error de
la sentencia en la determinación de la escala penal tenida por aplicable.
Sostiene que la sentencia omite dar fundamento de la
pena impuesta. Pero, en tan amplios términos, sin indicar circunstancias

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Corte de Justicia de Catamarca

indebidamente omitidas de consideración o inadecuadamente valoradas a


ese efecto, el agravio no demuestra la irrazonabilidad de la pena impuesta,
cuyo monto se encuentra comprendido en la escala penal de aplicación, no
supera el máximo que tiene previsto y se encuentra más próximo a su míni-
mo que a su máximo. El recurso no demuestra lo contrario.
Y no demuestra la improcedencia de los motivos invoca-
dos por el Tribunal para determinar la pena en esa cantidad. No demuestra
ni dice que sean ajenos a los parámetros previstos en la ley a ese efecto
(arts. 40 y 41 del Código Penal).
Tampoco la insuficiencia o errónea ponderación en con-
junto de las circunstancias merituadas por el Tribunal para justificar la indivi-
dualización de la pena por encima del mínimo posible de la escala de aplica-
ción, el que cabe razonablemente admitir sólo en ausencia de circunstancias
agravantes.
Como atenuantes, fueron valorados los informes favora-
bles al imputado: socio ambiental y de antecedentes penales. Y de esa de-
claración en la sentencia da cuenta la determinación de su monto por debajo
del máximo previsto en la escala de aplicación y más cercano al mínimo po-
sible.
El recurso no demuestra lo contrario. No lo hace con só-
lo pretender, sin poner en evidencia, la suficiencia de esas circunstancias
para contrarrestar el peso de las agravantes computadas.
Como agravantes, fueron computados el modo de comi-
sión del hecho, el aprovechamiento por parte del autor de la buena fe de las
víctimas desde la asimetría de poder que comporta la relación médico pa-
ciente; la mayúscula extensión del daño ocasionado (frustración de un trans-
plante renal, perjuicio emocional y en el psiquismo de las víctimas, perjuicio
en su vida de relación - ruptura de parejas y vínculos con sus hijos-, reitera-
dos intentos de suicidio, necesidad de tratamiento para sanar y preservar la
salud mental de las víctimas); la calidad de los motivos que lo llevaron a de-
linquir; la edad y educación del imputado.

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El recurrente no demuestra la inexistencia de tales cir-
cunstancias ni la desproporción con ellas de la pena discernida.
Por caso, no demuestra el error de la sentencia por es-
timar como agravantes la edad y la educación del imputado respecto del cual
el legajo confirma que se trata de una persona adulta (48 años de edad al
tiempo de los hechos de la causa), en la plenitud de su capacidad intelectiva
y volitiva, sin indicadores de inferioridad psíquica determinados por la edad -
extrema juventud o senectud- o por circunstancias orgánicas (f.336/337),
que por su formación profesional superior (universitaria) se encontraba en
condiciones de conocer la ilicitud de la conducta de la que se trata en el caso
y determinarse con relación a ella (f.299/300).
La pena de inhabilitación.
En cuanto a la también impuesta pena de inhabilitación
especial perpetua para ejercer la medicina, el recurrente cuestiona su proce-
dencia en el caso; pero, no se hace cargo del fundamento normativo de lo
así resuelto: el art. 20 bis del Código Penal.
No demuestra la inexistencia en las presentes de las cir-
cunstancias invocadas en la sentencia como previstas entre los presupues-
tos de aplicación de ese precepto: haberse valido o aprovechado el impu-
tado de su profesión para la comisión de los hechos de la condena, en tanto
accionar que revela incompetencia o abuso en el ejercicio de un derecho o
de una actividad, tal el caso de una profesión que requiere de una autoriza-
ción oficial.
Con esa omisión, no demuestra el error de lo decidido so-
bre la cuestión ni la inobservancia o errónea aplicación de la mencionada
norma, ni de otra. Por ende, sobre el asunto, el recurso carece de fundamen-
to.
Así las cosas, sobre el tema, el recurso carece de fun-
damento y no demuestra la inobservancia ni la errónea aplicación en el caso
de la ley penal sustantiva.
6. El recurrente también critica la condena civil impuesta.

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Corte de Justicia de Catamarca

Pero no indica las formalidades que pretende omitidas en


el caso ni el carácter decisivo de ellas a los fines la admisibilidad de la de-
manda de esa índole en el proceso penal.
Tampoco indica los extremos cuya existencia tiene como
no acreditados en el caso y que estima como indispensables a los fines de la
procedencia de los reclamos efectuados.
Así, sin precisar adecuadamente sus agravios sobre el
tema, el recurrente no demuestra el error de lo decidido sobre los rubros
demandados.
Aparte, omite considerar que la sentencia no acogió todos
los rubros ni todos los montos reclamados.
Con tal déficit el recurso tampoco demuestra la existencia
en el caso de la clara plus petición inexcusable a la que sólo alude, ni que la
sentencia haya acogido la demanda con esa supuesta demasía.
Por consiguiente, sobre el tema, el recurso carece de fun-
damento. No demuestra error en la aplicación de la ley sustantiva ni que lo
resuelto se sustente en el mérito inadecuado de la prueba.
Por las razones dadas, a la cuestión planteada sobre la
inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva; la inobservancia o el
error en la aplicación en el caso de las reglas que rigen el mérito de la prue-
ba; sobre la inobservancia o errónea aplicación de las normas que rigen la
determinación de la pena, mi respuesta es negativa. Así voto.
7. Consideración aparte merece el modo del Dr.
R.F.C.d.P, sobre el ejercicio de la Defensa en el caso.
En especial, sus alegaciones con relación a las víctimas,
sugiriendo que no se habrían sentido tan afectadas por el modo en que
L.A.V realizó el estudio, lo que extrae de la falta de reacción concomitante a
la realización de los hechos de la causa, al lugar de su procedencia (del inte-
rior provincial) y a su maternidad posterior; en tanto revelan, al menos, des-
conocimiento inexcusable de las normas que rigen la cuestión de género
comprometida en la solución del caso, sobre el mayor respeto y considera-

19
ción debido a la supuesta víctima en el proceso penal, evitando su eventual
revictimización.
Conductas como las descritas resultan claramente incom-
patibles con la evolución de las ideas y del derecho, especialmente con la
Convención de Belém Do Pará.
Por ello, estimo pertinente formular un severo llamado de
atención al nombrado litigante, conminándolo a ejercer su Ministerio ante los
estrados judiciales de conformidad con las normas y el espíritu de la citada
legislación.
Asimismo, considero que, a los fines de evitar la repeti-
ción de conductas repugnantes como las verificadas en el caso, resultaría
útil recomendar al Colegio de Abogados el promover la capacitación de sus
matriculados en cuestiones de género.
9. Por todo ello, considero que corresponde declarar al
recurso como formalmente admisible pero improcedente; con costas, de con-
formidad con ese resultado; formular un severo llamado de atención al Dr.
R.F.C.d.P por el modo de su ejercicio del Ministerio de la Defensa en esta
con causa; y recomendar al Colegio de Abogados de la provincia la forma-
ción de sus matriculados en cuestiones de género. Así voto.
A la Segunda cuestión, la Dra. Rosales dijo:
Adhiero a la conclusión expuesta por el Sr. Ministro Dr.
Figueroa Vicario, para la solución de la presente cuestión, votando en igual
sentido.
A la Segunda cuestión, el Dr. Martel dijo:
El Dr. Figueroa Vicario da, a mi juicio, las razones necesa-
rias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello, adhiero a su
voto y me expido en igual sentido.
A la Segunda cuestión, la Dra. Gómez dijo:
Entiendo acertadas las razones expuestas por el Sr. Mi-
nistro emisor del primer voto y por ello me adhiero a su voto y doy el mío en
igual sentido.

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Corte de Justicia de Catamarca

A la Segunda cuestión, el Dr. Cippitelli dijo:


El Sr. Ministro emisor del primer voto da, a mi juicio, las
razones necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por
ello, adhiero a su voto y me expido en el mismo sentido.
A la Segunda cuestión, el Dr. Cáceres dijo:
Encuentro acertadas los motivos expuestos por el Dr. Fi-
gueroa Vicario y por ello, adhiero al mismo y voto en idéntico sentido.
A la Segunda cuestión, la Dra. Molina dijo:
El Dr. Figueroa Vicario da, a mi juicio, las razones necesa-
rias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello, adhiero a su
voto y me expido en igual sentido.
Por los resultados del acuerdo que antecede y por unani-
midad, la CORTE DE JUSTICIA DE CATAMARCA,
RESUELVE:
1º) Declarar formalmente admisible el recurso de casa-
ción interpuesto por L.A.V, con la asistencia técnica del Dr. R.F.C.d.P, en
contra de la sentencia nº XX/21 dictada por la Cámara en lo Penal de 2º
Nominación.
2º) No hacer lugar al recurso de casación interpuesto, y
confirmar la resolución impugnada.
3º) Con costas (arts. 536 y 537 del C.P.P.).
4º) Formular un severo llamado de atención al Dr.
R.F.C.d.P, por el modo de su ejercicio de la defensa del imputado en esta
causa, conminándolo a abstenerse de reiterar ese proceder, con noticia al
Colegio de Abogados.
5º) Recomendar al Colegio de Abogados de la provincia
promover la formación de sus matriculados en cuestiones de género.
6º) Téngase presente la reserva del caso federal y del
recurso contenido en el art. 2, apartado 3, inc. b) del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, Convención America sobre Derechos Huma-
nos, la Ley Penal más benigna.

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7º) Protocolícese, hágase saber y, oportunamente, bajen
estos obrados a origen, a sus efectos.
FIRMADO: Dres. Carlos Miguel Figueroa Vicario -Presidente-, Vilma Juana
Molina, José Ricardo Cáceres, Fabiana Edith Gómez, Luis Raúl Cippitelli,
Néstor Hernán Martel y María Fernanda Rosales Andreotti. ANTE MI: Dra.
María Fernanda Vian -Secretaria-.

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