F. 18. XXXV.
Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/ homici-
dio culposo.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Buenos Aires, 27 de febrero de 2001.
Vistos los autos: ?Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/
homicidio culposo”.
Considerando:
Que los agravios traídos a conocimiento del Tribu-
nal en la presente causa son sustancialmente análogos a los
tratados y resueltos en Fallos: 320:1891, a cuyos fundamentos
cabe remitirse por razones de brevedad.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordina-
rio y se deja sin efecto el pronunciamiento apelado. Hágase
saber y devuélvase al tribunal de origen, a fin de que, por
quien corresponda, se dicte nuevo fallo conforme a lo resuel-
to en el presente. JULIO S. NAZARENO (en disidencia) - EDUAR-
DO MOLINE O’CONNOR (en disidencia) - CARLOS S. FAYT (según su
voto) - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
- ANTONIO BOGGIANO - GUSTAVO A. BOSSERT - ADOLFO ROBERTO VAZ-
QUEZ (en disidencia).
ES COPIA
VO-//-
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F. 18. XXXV.
Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/ homici-
dio culposo.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
-//-TO DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON CARLOS S. FAYT
Considerando:
Que los agravios traídos a conocimiento del Tribu-
nal en la presente causa son sustancialmente análogos a los
tratados y resueltos en Fallos: 320:1891 -voto del juez
Fayt-, a cuyos fundamentos cabe remitirse por razones de bre-
vedad.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordina-
rio y se deja sin efecto el pronunciamiento apelado. Hágase
saber y devuélvase al tribunal de origen, a fin de que, por
quien corresponda, se dicte nuevo fallo conforme a lo resuel-
to en el presente. CARLOS S. FAYT.
ES COPIA
DISI-//-
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F. 18. XXXV.
Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/ homici-
dio culposo.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
-//-DENCIA DEL SEÑOR PRESIDENTE DOCTOR DON JULIO S. NAZARENO
Y DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ
Considerando:
1°) Que la Suprema Corte de Justicia de la Provin-
cia de Mendoza rechazó el recurso de casación interpuesto en
estas actuaciones por la defensa de Pedro R. Fernández Pache-
co contra la sentencia del Tercer Juzgado Correccional de la
Primera Circunscripción Judicial que, a pesar de que el fis-
cal se había abstenido de acusar durante el alegato, lo había
condenado a la pena de seis meses de prisión en suspenso e
inhabilitación especial para conducir vehículos automotores
por el término de cinco años por haberlo considerado autor
penalmente responsable del delito de homicidio culposo. En
consecuencia, contra dicha decisión se interpuso recurso ex-
traordinario fundado en la violación de las garantías del
debido proceso y la defensa en juicio, el que fue concedido a
fs. 195/196 vta.
2°) Que la defensa dedujo recurso extraordinario
basado en la doctrina de esta Corte sobre arbitrariedad de
sentencias por violación de las garantías de defensa en jui-
cio y debido proceso y desconocimiento del criterio del Tri-
bunal sentado en el caso “Cáseres”, agravios que suscitan
cuestión federal en los términos del art. 14 de la ley 48, en
la medida en que conducen a determinar el alcance de la ga-
rantía del debido proceso con resultado adverso a las preten-
siones del apelante.
También planteó la contradicción de los fundamentos
dados por el a quo en cuanto sostuvo que sus críticas sólo
revelaron la discrepancia de la defensa con el criterio de
valoración de la cámara y reclamó la eximición de la pena
accesoria prevista en el art. 27 bis del Código Penal porque
se le había impuesto una pena en suspenso según el art. 26
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del Código Penal.
3°) Que estos últimos agravios conducen al examen
de cuestiones de hecho, prueba y derecho común, ajenos a esta
instancia de excepción por lo que deben ser rechazados.
4°) Que, respecto al primero de ellos, esta Corte
tiene establecido que en materia criminal la garantía consa-
grada por el art. 18 de la Constitución Nacional exige la
observancia de las formas sustanciales del juicio relativas a
la acusación, defensa, prueba y sentencia dictada por los
jueces naturales (Fallos: 125:10; 127:36; 189:34; 308:1557,
entre muchos otros).
5°) Que, por otra parte y antes de entrar a anali-
zar la cuestión de fondo, debe recordarse que esta Corte en
Fallos: 317:2043 y en la causa T.209.XXII. “Tarifeño, Fran-
cisco”, resuelta el 28 de diciembre de 1989, entre otros,
declaró la nulidad de las sentencias condenatorias, puesto
que el Ministerio Público durante ambos juicios había solici-
tado la absolución de los imputados.
6°) Que es jurisprudencia de este Alto Tribunal que
sus decisiones no obligan sino en el caso en que fueron dic-
tadas, y los tribunales inferiores pueden apartarse de su
doctrina aun al decidir casos análogos sin que se produzca
gravamen constitucional (doctrina de Fallos: 280:430;
301:198; 302:748; 307:207; 308:1575 y 2561, entre muchos
otros). Claro que ese apartamiento no puede ser arbitrario e
infundado pues, no obstante que los magistrados sólo deciden
en los procesos concretos que les son sometidos y que los
fallos de esta Corte no son obligatorios para casos análogos,
los jueces inferiores tienen el deber de conformar sus deci-
siones a aquéllos.
Sin embargo, esta Corte ha reconocido que los ma-
gistrados pueden apartarse de sus pronunciamientos cuando
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Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/ homici-
dio culposo.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
introducen nuevos argumentos no considerados en la decisión
de este Tribunal.
7°) Que no obstante ello, un nuevo examen de la
cuestión lleva a este Tribunal al convencimiento de que se
impone la necesidad de revisar la doctrina sentada en los
citados casos, sobre la base de admitir que la autoridad del
precedente debe ceder ante la comprobación de la inconvenien-
cia de su mantenimiento (confr. doctrina de Fallos: 317:312,
voto de los jueces Nazareno y Moliné O’Connor).
8°) Que el ejercicio de la jurisdicción del Tribu-
nal está precedido por una acusación previa formulada al re-
querir la elevación de la causa a juicio en la que se fijan
los hechos en forma clara, precisa y circunstanciada, su ca-
lificación legal y los motivos en que se funda, presupuestos
estos que no deben ser violados a fin de asegurar el derecho
de defensa en juicio, de raigambre constitucional (Fallos:
312:2066 y 315:308, entre otros). Para ello no resulta nece-
sario incluir el pedido de pena que se difiere a la finaliza-
ción del debate ya que resulta razonable que recién al fina-
lizar, el fiscal se halle en condiciones de requerir una de-
terminada especie y monto de pena.
9°) Que, en ese sentido, resulta pertinente desta-
car que el requerimiento de absolución por parte del fiscal
de juicio no desapodera al tribunal del ejercicio de la ju-
risdicción, pues el pedido desincriminatorio por parte del
acusador no se encuentra necesariamente previsto como causal
que determine el cese de la acción penal. Asimismo, el reque-
rimiento de absolución del representante del Ministerio Pú-
blico no afecta el debido proceso legal en tanto la acusación
como tal se ha llevado a cabo en una etapa anterior y que en
la medida en que, en esa ocasión, se haya dado cumplimiento a
todos los recaudos necesarios para tenerla por válida, de
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manera que la defensa haya podido tomar conocimiento de los
cargos que permiten el pleno ejercicio de sus derechos.
10) Que no se advierte violación alguna a la garan-
tía constitucional de la defensa en juicio y del debido pro-
ceso por el solo hecho de llegar a una sentencia condenato-
ria, cuando el fiscal de juicio ha requerido la absolución
del imputado. No resulta lógico pensar que con su sola deci-
sión el fiscal pueda, sin contralor alguno, decidir la suerte
del proceso luego de haber formulado una verdadera acusación
con el pedido de remisión a juicio, postulando un verdadero
reproche penal y convertirse de esta manera en juez y parte.
11) Que, por lo demás, no existe impedimento alguno
para que la defensa técnica pueda verse impedida de defender
a su pupilo; el juicio se limitará, entonces, a las constan-
cias introducidas en el debate, en la forma que prescribe la
normativa vigente, la que contará sin duda y como recaudo
esencial, la lectura del requerimiento de elevación a juicio,
voluntad expresa del representante del Ministerio Público
para perseguir penalmente a una persona, circunscribiendo los
hechos que serán materia de tratamiento.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordina-
rio y se confirma la sentencia apelada. Hágase saber y de-
vuélvase. JULIO S. NAZARENO - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
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Fiscal c/ Fernández, Pedro Ricardo s/ homici-
dio culposo.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
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-//-DENCIA DEL SEÑOR VICEPRESIDENTE DOCTOR DON EDUARDO MOLINE
O’CONNOR
Considerando:
Que los agravios traídos a conocimiento del Tribu-
nal en la presente causa son sustancialmente análogos a los
tratados en Fallos: 320:1891 -disidencia del juez Moliné
O’Connor-, a cuyos fundamentos cabe remitirse por razones de
brevedad.
Por ello, se declara improcedente el recurso extraordi-
nario. Notifíquese y devuélvase. EDUARDO MOLINE O’CONNOR.
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