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A. 556. XXXIII.

RECURSO DE HECHO
Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Buenos Aires, 4 de mayo de 2000.


Vistos los autos: ARecurso de hecho deducido por Mónica
Graciela Tuneu por Angélica Lía Amadeo de Roth en la causa

Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones culposas -Causa N°


1395/81-@, para decidir sobre su procedencia.
Considerando:

1°) Que el recurso extraordinario, cuya denegación


motiva la presente queja, se interpuso contra la sentencia de
la Sala II de la Corte de Justicia de la Provincia de Salta,
que no hizo lugar al recurso de casación deducido contra la
decisión del Juzgado en lo Correccional y de Menores del Dis-
trito Judicial del Sur -Metán-, que había rechazado la soli-
citud de sobreseimiento por prescripción de la acción penal
efectuada en favor de Angélica Lía Amadeo de Roth respecto del
delito de lesiones culposas.

2°) Que al interponer el remedio federal, la parte


recurrente manifestó que a raíz de un accidente automovilís-
tico se le incriminó el delito de lesiones culposas en un
proceso que se prolongó por un lapso de 18 años sin arribar a
la sentencia definitiva y sin que se aceptara, arbitrariamen-
te, el pedido de prescripción de la acción penal realizado
oportunamente, al otorgarse a la expresión "secuela de juicio"
un alcance que determinaría la imprescriptibilidad de los
delitos de acción pública. Además planteó el tema consti-
tucional referente al derecho a ser juzgado en un plazo razo-
nable para obtener un pronunciamiento judicial que definiese
del modo más rápido su situación de procesada ante la ley y la
sociedad.

3°) Que para desechar el recurso de casación, el


tribunal a quo tuvo en cuenta que las constancias de la causa
referentes a la actividad procesal desarrollada tras la revo-

-1-
cación de la excarcelación de la encartada -12 de marzo de
1987- no permitían apreciar que hubiese transcurrido un pe-
ríodo de dos años sin registrarse actos indicativos de la
voluntad del órgano judicial o del Ministerio Público ten-
dientes a la continuación del proceso. En tal sentido, sostuvo
que el interés del Estado se había manifestado por vía de los
respectivos actos jurisdiccionales, los cuales tendieron a
poner fin a la actitud renuente de la encausada a comparecer
en el proceso. Las reiteradas ordenes de detención, agregó,
pedidos de captura y comparendos por la fuerza pública no
podían en modo alguno considerarse simples reflejos de la
instancia formulada por la parte actora, pues representaban
expresiones acabadas del imperium del Estado en impulsar el
proceso.

4°) Que para resolver el remedio federal deducido es


relevante recordar en primer lugar que en la doctrina de
Fallos: 272:188 esta Corte, al interpretar los principios de
progresividad y preclusión como instrumentos procesales con-
cretos destinados a evitar la duración indeterminada de los
juicios, expresó que ellos obedecían al imperativo de satis-
facer una exigencia consustancial con el respeto debido a la
dignidad del hombre, cual es el reconocimiento del derecho que
tiene toda persona a liberarse del estado de sospecha que
importa la acusación de haber cometido un delito, mediante una
sentencia que establezca, de una vez y para siempre, su
situación frente a la ley penal. Debe reputarse incluido -se
agregó- en la garantía de defensa en juicio consagrada por el
art. 18 de la Constitución Nacional el derecho de todo impu-
tado a obtener, después de un juicio tramitado en legal forma,
un pronunciamiento que, definiendo su situación frente a la
ley y a la sociedad, ponga término, del modo más rápido
posible, a la situación de incertidumbre y de innegable res-

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A. 556. XXXIII.
RECURSO DE HECHO
Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

tricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento penal.


Idéntico criterio se siguió en Fallos: 300:1102, frente a un
proceso que se había prolongado durante veinticinco años. Allí
se reafirmó el principio conforme al cual la defensa en juicio
y el debido proceso "se integran por una rápida y eficaz
decisión judicial". Además, dicha garantía fue reconocida en

el art. 14, ap. 3°, inc. c del Pacto Internacional de Derechos


Civiles y Políticos, que tiene jerarquía constitucional a
partir de la reforma de 1994.

5°) Que, por otra parte, debe destacarse que aunque


esta Corte tiene dicho que las decisiones que rechazan la
defensa de prescripción no constituyen sentencias definitivas,
en tanto no ponen término al pleito ni impiden su continuación
(Fallos: 236:392 y 279:16), también ha sentado el criterio de
que dichas resoluciones pueden ser equiparadas a definitivas
en sus efectos, en la medida en que cabe presumir que hasta la
sentencia final puede transcurrir un lapso tan prolongado que
por sí solo irrogue al procesado un perjuicio que no podrá ser
ulteriormente reparado. Es decir, que se ha reconocido la
relación existente entre "duración razonable del proceso" y
"prescripción de la acción penal" (Fallos: 301:197; 306:1688 y
316:1328), de los que se desprende que el derecho del imputado
a que se ponga fin a la situación de indefinición que supone
el enjuiciamiento penal puede encontrar tutela en la
prescripción de la acción. Así, como se destacó en Fallos:
312:2075, el pronunciamiento garantizador del art. 18 de la
Constitución Nacional puede consistir naturalmente en la
declaración de la existencia de esa excepción.

6°) Que, no obstante que el Tribunal ha establecido


también que la interpretación de las reglas que rigen la
prescripción, y, en particular, la del concepto de "secuela de

-3-
juicio" como causal interruptiva, remiten al análisis de
cuestiones de derecho común y procesal ajenas, en principio, a
la jurisdicción extraordinaria de esta Corte (Fallos: 304:596
y 311:1960 entre otros), se ha abierto excepcionalmente dicha
jurisdicción extraordinaria cuando la sentencia contiene
afirmaciones dogmáticas o carece de fundamentos mínimos
(Fallos: 312:1221). En consecuencia, si la duración indefinida
del procedimiento provoca una lesión a un derecho de rango
constitucional, la decisión que rechaza la extinción de la
acción penal por haber existido actos procesales interruptivos
de la prescripción puede y debe ser revisada en esta
instancia, con el fin de evitar que so color de que se trata
de interpretaciones de derecho común, se omita la intervención
de esta Corte en asuntos que, como se ha dicho, afectan
derechos federales.

7°) Que teniendo en cuenta los principios expuestos,


cabe concluir que en el sub lite es formalmente procedente el
recurso extraordinario, pues existe cuestión federal bastante
al haberse planteado el apartamiento y violación expresa de la
ley sustantiva y el alcance que cabe asignar a la garantía de
obtener un pronunciamiento judicial sin dilaciones indebidas,
derivada del art. 18 de la Constitución Nacional, y la
sentencia dictada ha sido contraria a la pretensión del
apelante.

8°) Que en efecto, a partir de la compulsa del ex-


pediente principal iniciado en febrero de 1979 y en contra de
lo afirmado por el a quo, en modo alguno puede afirmarse que
hayan existido en la causa actos procesales que hasta la fecha
de su pronunciamiento interrumpiesen la prescripción de la
acción penal de dos años establecida para el delito de
lesiones culposas, conforme a lo dispuesto en los arts. 94 y
62 del Código Penal. Ello es así toda vez que, sin abrir jui-

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RECURSO DE HECHO
Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

cio de lo acaecido en etapas anteriores, el simple cotejo de


las actuaciones llevadas a cabo a partir del 12 de marzo de
1987 (fs. 496), en que se revoca la excarcelación de la en-
cartada y se ordena su captura a fin de realizar el debate
público, sólo muestra disposiciones judiciales que reiteran
dicha medida, que no son distintas de las que les dio origen y
que demuestran de una forma harto elocuente que en el sub lite
ha transcurrido en exceso el plazo necesario para que se opere
la excepción opuesta por el recurrente (Fallos: 316:1752).
En consecuencia, el a quo ha desconocido la norma-
tiva prevista en el art. 67 párrafo cuarto del código de fon-
do, al asignarle a la expresión "secuela del juicio" en ella
contenida una amplitud que distorsiona su concepto y vuelve
inoperante el instituto que el legislador estableció en dicho
precepto, pues con su criterio se tornaría en la práctica
imprescriptible la acción penal con la sola exigencia de que
se mantuviese en trámite el proceso, sin importar la natura-
leza de los actos que en él se dicten.

9°) Que en estas condiciones, la inadecuada inteli-


gencia del derecho común que se ha manifestado en lo resuelto,
capaz de dejar en letra muerta las disposiciones penales
vigentes, constituye una causal de arbitrariedad que, recono-
cida por esta Corte, determina la invalidación de la sentencia
impugnada (Fallos: 314:787 y sus citas).
10) Que no obsta a las conclusiones expuestas, la
negligencia que podría haber tenido la encausada en comparecer
en la causa provocando su consecuente dilación, pues, como es
obvio, no está en aquélla instar la prosecución del proceso
instruido en su contra ni su conducta -sujeta a las normas del
procedimiento- puede incidir en la objetiva aplicación del
instituto de la prescripción. Por otra parte, también resulta
inadmisible que la sentencia manifieste que no obran en la

-5-
causa constancias de que la encartada no hubiese cometido otro
delito, como un aparente obstáculo para pronunciarse sobre la
excepción solicitada, pues al tratarse dicho planteo de una
materia de orden público (Fallos: 312:1351 y 313:1224 entre
otros), correspondía al órgano jurisdiccional actuar de oficio
y requerir a los registros oficiales los antecedentes
respectivos.
11) Que atento la naturaleza de los vicios de fun-
damentación de la sentencia impugnada, no corresponde que la
causa sea devuelta para que aquélla sea nuevamente dictada,
pues ello implicaría continuar dilatando una situación de
indefinición incompatible con el derecho de defensa y el de-
bido proceso. Dada la magnitud del tiempo transcurrido desde
la comisión del delito de lesiones culposas -más de veinte
años- y el lapso pasado con ulterioridad al auto del 12 de
marzo de 1987 obrante a fs. 496/496 vta. del principal, con-
forme con la doctrina que deriva de los precedentes citados,
corresponde poner fin a la presente causa por medio de la
declaración de la extinción de la acción penal por prescrip-
ción, en la medida en que ella constituye la vía jurídica
idónea para determinar la cesación de la potestad punitiva
estatal por el transcurso del tiempo y salvaguardar de este
modo el derecho constitucional a obtener un pronunciamiento
judicial sin dilaciones indebidas.
Por ello, y lo concordemente dictaminado por el señor
Procurador General, se hace lugar a la queja, se declara pro-
cedente el recurso extraordinario y se revoca la sentencia
apelada, declarándose extinguida por prescripción la acción
penal en la causa y disponiéndose su sobreseimiento. Déjase
sin efecto la orden de captura de la encartada, a cuyo fin el
tribunal interviniente deberá librar urgentemente las respec-
tivas comunicaciones que correspondan (art. 16, segunda parte,

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Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

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de la ley 48). Este pronunciamiento se dicta sin perjuicio de


los derechos de las partes de naturaleza patrimonial.
Notifíquese, agréguese a los principales y devuélvanse. JULIO
S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O=CONNOR - CARLOS S. FAYT - EN-
RIQUE SANTIAGO PETRACCHI (según su voto)- ANTONIO BOGGIANO
(según su voto)- GUILLERMO A. F. LOPEZ - GUSTAVO A. BOSSERT
(según su voto)- ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
ES COPIA

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Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

-//-TO DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON ENRIQUE SANTIAGO


PETRACCHI Y DON ANTONIO BOGGIANO
Considerando:

1°) Que el recurso extraordinario, cuya denegación


motiva la presente queja, se interpuso contra la sentencia de
la Sala II de la Corte de Justicia de la Provincia de Salta,
que no hizo lugar al recurso de casación deducido contra la
decisión del Juzgado en lo Correccional y de Menores del Dis-
trito Judicial del Sur -Metán-, que había rechazado la soli-
citud de sobreseimiento por prescripción de la acción penal
formulado en favor de Angélica Lía Amadeo de Roth respecto del
delito de lesiones culposas.

2°) Que el hecho que dio origen a estas actuaciones


fue el choque producido entre un automóvil Citroen 3 CV y el
Peugeot 404 conducido por Amadeo de Roth, en la ruta nacional

n° 34, a la altura de la localidad de Lumbreras, Provincia de


Salta, el 26 de febrero 1979. Como consecuencia de la colisión
sufrieron lesiones Pedro Lucio Clemente y Rosa Mabel Bi-
llorno de Clemente -quienes viajaban en el primer vehículo-,
así como la propia recurrente, a quien le fue atribuida, prima
facie, la comisión del delito previsto por el art. 94 del
Código Penal (conf. auto de fs. 97/100, del 25 de julio de
1979).

3°) Que la causa ha continuado su trámite durante más


de veinte años sin que hasta el momento se haya logrado
concretar la audiencia de debate. Sin embargo, y a pesar de
que la duración que ha tenido este proceso excede toda razo-
nabilidad, el a quo rechazó la excepción de prescripción de la
acción penal con argumentos que significan no sólo apartarse
de las constancias de la causa, sino, especialmente,
desconocer el significado de la garantía a obtener un pronun-

-9-
ciamiento judicial sin dilaciones indebidas derivada del art.

18 de la Constitución Nacional y del art. 8°, inc. 1°, Con-


vención Americana sobre Derechos Humanos. Esta situación re-
sulta, en lo sustancial, idéntica a la planteada en Fallos:
322:360, cuyas consideraciones son plenamente aplicables al
sub lite (conf. voto de los jueces Petracchi y Boggiano).
Por ello, y de acuerdo con lo dictaminado por el señor
Procurador General, se hace lugar a la queja, se declara pro-
cedente el recurso extraordinario y se revoca la sentencia
apelada, declarándose extinguida por prescripción la acción
penal en la causa y disponiéndose su sobreseimiento. Déjase
sin efecto la orden de captura de la imputada, a cuyo fin el
tribunal interviniente deberá librar las comunicaciones que
correspondan (art. 16, segunda parte, ley 48). Este pronun-
ciamiento se dicta sin perjuicio de los derechos de las partes
de naturaleza patrimonial. Notifíquese, agréguese a los
principales y devuélvanse. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - ANTO-
NIO BOGGIANO.
ES COPIA

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Amadeo de Roth, Angélica Lía s/ lesiones
culposas -Causa N° 1395/81-.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

-//-TO DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON GUSTAVO A. BOSSERT


Considerando:

1°) Que la Sala II de la Corte de Justicia de la


Provincia de Salta, no hizo lugar al recurso de casación de-
ducido contra la sentencia del Juzgado en lo Correccional y de
Menores del Distrito Judicial del Sur -Metán- que había
rechazado la solicitud de sobreseimiento por prescripción de
la acción penal esgrimida por la defensa de Angélica Lía Ama-
deo de Roth respecto del delito de lesiones culposas.

2°) Que para así decidir el a quo señaló que "las


constancias de la causa referidas a la actividad procesal
desarrollada tras la revocación de la excarcelación (fs. 496),
no permiten apreciar que, hasta el día de la fecha, haya
transcurrido un período de dos años sin registrarse actos
indicativos de la voluntad del órgano judicial o de Ministerio
Público tendientes a la continuación del proceso"; y agregó
que carecía de relevancia a los fines de negar la entidad
interruptiva de los aludidos actos, la circunstancia de que
algunos de ellos hayan sido decretados luego de una solicitud
del actor civil, puesto que esta circunstancia no hacía sino
indicar la coincidencia del interés público y el privado para
instar la prosecución de la causa (fs. 824). Sostuvo, además,
que no obran en la causa constancias de la inconcurrencia de
la otra causal interruptiva prevista por el código de fondo:
la falta de comisión de otro delito (art. 67 Código Penal).
Finalmente, concluyó en que no se encontraban acreditados los
extremos indicados por la ley para declarar extinguida la
acción penal por prescripción (arts. 62 y concs. del Código
Penal). Contra este pronunciamiento la defensa interpuso
recurso extraordinario cuya denegación dio origen a la
presente queja.

-11-
3°) Que al interponer el remedio federal, el recu-
rrente manifestó que a raíz de un accidente automovilístico se
le incriminó el delito de lesiones culposas en un proceso que
se prolongó por un lapso de 18 años sin arribar a una
sentencia definitiva y sin que se aceptara el pedido de pres-
cripción de la acción penal realizado oportunamente, al otor-
garse a la expresión "secuela de juicio" un alcance que de-
terminaría la imprescriptibilidad de los delitos de acción
pública. Además planteó el tema constitucional referente al
derecho a ser juzgado en un plazo razonable para obtener un
pronunciamiento judicial que definiese del modo más rápido la
situación del procesado ante la sociedad.

4°) Que esta Corte tiene dicho que son equiparables a


sentencia definitiva, a los fines de la apelación del art. 14
de la ley 48, los pronunciamientos que por su índole y
consecuencias pueden llegar a frustrar el derecho federal
invocado, acarreando perjuicios de imposible o tardía repara-
ción ulterior, consideraciones que resultan aplicables a cir-
cunstancias como las expuestas en el presente caso (Fallos:
298:50).

5°) Que la interpretación de las reglas que rigen la


prescripción, en particular, la del concepto de "secuela de
juicio" como causal interruptiva, remiten al análisis de
cuestiones de derecho común y procesal ajenas a la jurisdic-
ción extraordinaria de esta Corte (Fallos: 304:596 y 311:1960
entre otros).

6°) Que, por el contrario, existe cuestión federal en


el sub lite en lo referente al alcance de la garantía a
obtener un juicio sin dilaciones indebidas, receptada por la
Constitución Nacional y tratados internacionales suscriptos
por la república.

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7°) Que esta Corte en los casos "Mattei" y "Mozzatti"


ha señalado que "...la garantía constitucional de la defensa
en juicio incluye el derecho de todo imputado a obtener un
pronunciamiento que...ponga término del modo más breve
posible, a la situación de incertidumbre...que comporta el
enjuiciamiento penal" (Fallos: 272:188 y 300:1102). Por su

parte el art. 14, ap. 3°, inc. c del Pacto Internacional de


Derechos Políticos y Civiles -que conforme al art. 75, inc. 22
tiene jerarquía constitucional- consagra expresamente el
derecho a obtener un juicio sin dilaciones indebidas, derecho
que también ha sido motivo de consideración por parte de la

Comisión Interamericana de Derechos Humanos (caso n° 11.245

informe 12/96 del 1° de marzo de 1996).

8°) Que, en principio, cabe poner de relieve que el


derecho a obtener un juicio sin dilaciones indebidas, por su
propia naturaleza impide que se pueda determinar con precisión
a partir de qué momento o bajo qué circunstancias comenzaría a
lesionarse. En otras palabras, la duración razonable de un
proceso depende en gran medida de diversas circunstancias
propias de cada caso, razón por la cual este derecho no puede
traducirse en un número de días, meses o años. Pero sin
perjuicio de ello, este Tribunal puede identificar al menos
algunos factores insoslayables para saber si se ha conculcado
la garantía a obtener un juicio sin dilaciones indebidas: la
duración del retraso, las razones de la demora, y el perjuicio
concreto que al imputado le ha irrogado dicha prolongación.
Tales factores, si bien son de imprescindible consideración,
no pueden ser valorados aisladamente como una condición
suficiente, sino que deben ser ponderados y sopesados uno
frente al otro, atendiendo a las circunstancias concretas de
la causa (conf. disidencia de los jueces Bossert y Fayt en

-13-
Fallos: 322:360).

9°) Que las pautas señaladas anteriormente resultan


similares a las expresadas por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos al definir el alcance del art. 6.1 del C.E.D.H (Caso
König), y que han sido receptadas por el Tribunal Cons-

titucional Español (auto n° 219 del 1° de julio de 1993, entre


otros). Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de los
Estados Unidos de Norteamérica al definir el alcance del de-
recho a obtener un juicio rápido -speedy trial- previsto ex-
presamente en la Sexta Enmienda también ponderó pautas casi
idénticas (conf. considerandos 10, 11 y 12 de la disidencia de
los jueces Fayt y Bossert en Fallos: 322:360).
10) Que, obviamente para saber si en el presente
caso se ha lesionado la garantía invocada, resulta indispen-
sable realizar un relato de la actividad llevada a cabo por
los magistrados y las partes en el transcurso del proceso,
examen que el a quo soslayó al centrar su análisis en si los
actos procesales cumplidos en el sub lite determinaban o no
secuela de juicio, para finalmente rechazar los agravios
constitucionales invocados.
11) Que en primer término corresponde señalar que la
duración del proceso en el sub lite, que ya lleva casi veinte
años -sin que se haya arribado a una sentencia condenatoria o
absolutoria- resulta tan repugnante al sentido de justicia,
que sólo ese dato hace prima facie legítimo el reclamo de la
apelante, máxime teniendo en cuenta que el delito de lesiones
culposas, por su propia naturaleza, no puede considerárselo de
aquéllos de extrema complejidad, ni mucho menos de los más
graves si se pondera que el Código Penal prevé una pena de un
mes a dos años de prisión (art. 94). En tal sentido la Corte
Suprema de los Estados Unidos ha señalado que "la duración que
puede ser tolerada en un crimen callejero ordinario es

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considerablemente menor que para una imputación seria y


compleja de conspiración" (407 U.S. 514, 530).
12) Que sin perjuicio de lo expuesto corresponde
ahora determinar cuáles han sido las causas de la demora. Del
sub lite surge que la presente tuvo su origen en un accidente
automovilístico sucedido el 26 de febrero de 1979 del que
participó la procesada (fs. 1), librándose requerimiento fis-
cal en su contra el 27-4-79 (fs. 51) y tomándosele declaración
indagatoria el 7-6-79 (fs. 73).
El 25.7.79 el juez de instrucción dictó el auto de
procesamiento por el delito de lesiones culposas (fs. 97),
concedió el beneficio de la excarcelación bajo caución jura-
toria y trabó embargo sobre sus bienes. El 11-12-80 el fiscal
solicitó la elevación de la causa a juicio pues entendió que
la conducta de la imputada encuadraba prima facie dentro de la
figura delictiva atribuida (fs. 168), la que fue dispuesta el
2-3-81 (fs. 187).
El 2.11.81, los damnificados por el accidente auto-
movilístico -"actores civiles"- presentaron demanda por daños
y perjuicios y solicitaron fecha para la audiencia de debate
publico, que finalmente fue fijada para el 5.12.84 (fs. 312).
Ese día fue suspendida en razón de no haber sido realizada su
notificación por la autoridad policial por "haberse traspape-
lado los pedidos originarios" y carecer de la cantidad de
personal necesario (fs. 365). El 18.12.84 fue fijada nueva
audiencia para el 21.2.85 (fs. 366) que también fue suspendida
por incomparecencia de la imputada (fs. 397 y 405).
El 14.8.85 los actores civiles solicitaron una nueva
audiencia (fs. 425). El 16.2.86 el juez fijó la nueva au-
diencia para el 19.2.87 (fs. 426). El 13.2.87 el juez la sus-
pendió con motivo de un error en la notificación cursada al
codemandado civil BRoberto Roth- a fs. 460 (fs. 464).

-15-
A partir de aquí, y pese a las reiteradas solicitu-
des del agente fiscal y de los actores civiles (fs. 470, 493,
559, 585), la audiencia de debate público no ha sido fijada,
al considerar el juez que previamente debía hacerse efectiva
la detención de la imputada ordenada con motivo de la revoca-
ción de la excarcelación (fs. 496), para lo cual se libraron
numerosos exhortos sin resultado positivo (fs. 542, 544, 556,
560, 588, 716) que incluso motivó la intervención de la Su-
prema Corte local ante la negativa del juez exhortado de hacer
efectiva la medida, al considerar que ya había prescripto la
acción penal (fs. 609 y 621).
El 17-11-94 la defensa solicitó el sobreseimiento
por prescripción de la acción penal (fs. 684), que fue recha-
zado en febrero de 1995 (fs. 691).
El 12-7-96 la defensa solicitó nuevamente el sobre-
seimiento por prescripción de la acción penal (fs. 721) que
fue denegado (fs. 731), apelado (fs. 737) y denegado (fs.
738). Interpuso recurso de casación local (fs. 739) que, con-
cedido formalmente, fue rechazado en cuanto al fondo (fs.
822), dando lugar al recurso extraordinario federal (fs. 830)
que, también denegado, llevó a la vía procesal en curso ante
esta Corte.
13) Que, según surge de las constancias del expe-
diente brevemente reseñadas, los seis años transcurridos desde
la elevación de la causa a juicio hasta la audiencia de debate
público resultan atribuibles al aparato estadual sin que
existan motivos apreciables que lo justifiquen, lo que no
varía de achacársele a la imputada la frustración de la au-
diencia del 21.2.85, puesto que el lapso entre ésta y su an-
terior fijación sólo asciende a 2 meses -18.12.84 al 21.2.85-
del total señalado. A la misma conclusión cabe arribar en lo
referente a los cuantiosos exhortos improductivos tendientes a

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lograr la detención de la imputada cuya tramitación duró más


de 9 años. Por otra parte, si bien dicho período también se
incrementó con los distintos recursos interpuestos por la
imputada, obviamente ello no puede ser interpretado como ma-
niobras dilatorias, sino como el legitimo ejercicio del dere-
cho de defensa en juicio amparado por la Constitución.
14) Que, en consecuencia, la razón de las demoras
antes expuestas fue la ineficiencia en la dirección del pro-
ceso -incluido el actuar de los auxiliares de justicia- y no
un entorpecimiento producido por la imputada, ni una estrate-
gia defensista que implique presumir la renuncia a obtener un
juicio en tiempo razonable. Por el contrario, la apelante en
el transcurso de estos casi veinte años, tuvo que soportar,
además de las restricciones a la libertad y a la propiedad, el
estado de incertidumbre propio de quien carga con un proceso
penal abierto.
15) Que cabe recordar que la garantía a obtener un
pronunciamiento judicial que defina de una vez y para siempre
la situación ante la ley y la sociedad, se basa en que el
Estado con todos sus recursos y poder no tiene derecho a lle-
var a cabo esfuerzos repetidos para condenar a un individuo
por un supuesto delito, sometiéndolo así a las molestias,
gastos y sufrimientos, y obligándolo a vivir en un continuo
estado de ansiedad e inseguridad, y a aumentar también la
posibilidad de que, aun siendo inocente, sea hallado culpable
(doctrina de Fallos: 272:188).
Además de los perjuicios que le ocasiona al imputado
un proceso que dura tantos años, el Estado también se ve
perjudicado con dicha práctica, no sólo por el dispendio ju-
risdiccional que ello significa, sino porque se distorsionan
todos los fines de la pena, que para su eficacia requiere la
menor distancia temporal entre el hecho y la condena. Mientras

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más tiempo transcurre, las pruebas que apoyan a la persecución
también se debilitan, pues "en la investigación criminal el
tiempo que pasa es la verdad que huye" (Locard, E. "La
Criminalistique", pág. 62, Lyon, 1987).
En síntesis, un proceso de duración irrazonable
"tiene efectos deletéreos no sólo respecto de los derechos del
acusado sino también en el de la sociedad para protegerse
eficazmente" (407 U.S. 5114 -1972-).
16) Que de lo expuesto surge que el tiempo empleado
por el Estado para dilucidar los hechos investigados en el sub
lite resulta incompatible con el derecho a un juicio sin
demoras indebidas, amparado por el art. 18 de la Ley Funda-
mental y por tratados internacionales de jerarquía constitu-
cional. Esta transgresión constitucional exige, como único
remedio posible, declarar la insubsistencia de la acción pe-
nal.
Por ello, se hace lugar al recurso de hecho, se declara
procedente el recurso extraordinario y la insubsistencia de la
acción penal, sin perjuicio de los derechos de las partes de
naturaleza patrimonial. Notifíquese, agréguese a los prin-
cipales y devuélvanse. GUSTAVO A. BOSSERT.
ES COPIA

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