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La Fidelidad de Dios 1

El documento aborda la fidelidad de Dios como un atributo inmutable y confiable, contrastándolo con la infidelidad humana que puede causar desconfianza y estancamiento emocional. A través de la historia de José, se ilustra cómo la fidelidad a Dios puede sostener y guiar a las personas en medio de la adversidad y la tentación. Se enfatiza que, a pesar de las traiciones humanas, la fidelidad de Dios ofrece paz, propósito y cumplimiento de promesas en la vida de los creyentes.

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La Fidelidad de Dios 1

El documento aborda la fidelidad de Dios como un atributo inmutable y confiable, contrastándolo con la infidelidad humana que puede causar desconfianza y estancamiento emocional. A través de la historia de José, se ilustra cómo la fidelidad a Dios puede sostener y guiar a las personas en medio de la adversidad y la tentación. Se enfatiza que, a pesar de las traiciones humanas, la fidelidad de Dios ofrece paz, propósito y cumplimiento de promesas en la vida de los creyentes.

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La fidelidad de Dios

Introduccion:
"¿Cómo podemos tener seguridad de algo o alguien; cuando todo a nuestro
alrededor cambia?".
Hay personas que en algún momento de su vida fueron traicionadas, por otros
en las que confiaban ciegamente, a las que le diste tu amistad o quizás que
sentiste que conectaste y dijiste esta es la persona ideal; pero esa persona que
pensaste te iba a ser fiel para toda la vida te defraudo , no recibiste el trato que
esperabas , no cumplió con las promesas que te hizo . A consecuencia de ello
muchas personas quedan lisiadas del alma a muchos les cuesta poner su
confianza nuevamente en otra persona, porque creen que les pasara igual, por
ello muchos llegan a la conclusión yo no creo en nadie, yo no creo en hombres,
no creo en amigos, en mujeres.
Eso ha hecho que permanezcan en un tiempo de estancamiento, de duda, de
miedo.
Podemos notar que la infidelidad puede causar daños irreparables , te impide
avanzar , crecer , prosperar , madurar como persona , claro esta que todas las
personas no son iguales , aunque algunas personas te dejaron caer , Dios
viene a levantarte . Dios quiere sanar tu alma y que te des una nueva
oportunidad.
Tenemos una clara convicción:
"Mientras que los corazones humanos son propensos a vagar, la fidelidad de
Dios es inmutable"
Quiere que sepas que, aunque te hallan traicionado, El siempre será fiel,
incluso aunque tú seas quien te equivoques , si Dios te prometió algo , el lo
cumplirá ,su palabra dice: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de
hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará?, ¿ha hablado, y
no lo cumplirá?”. El siempre será fiel.
1-Puedes compararlo con el sol. No importa si te escondes, el sol siempre
brillará; así es el amor fiel de Dios.

La fidelidad: la fidelidad se relaciona con la cualidad de guardar la fe, ser leal y


cumplir con las promesas o los compromisos adquiridos.
Fidelidad implica estabilidad, firmeza, certeza y permanencia. La fidelidad es
inmutable. La fidelidad en inquebrantable. La fidelidad es un fundamento sobre
el cual puede construirse sin preocuparse de cambios futuros.

Puntos Clave
Inmutabilidad: Dios no cambia en su carácter ni en sus promesas; permanece
fiel a sí mismo y a su Palabra.
Veracidad: Su palabra siempre corresponde a la realidad, y sus acciones y
promesas son dignas de confianza.
Consistencia: A diferencia de los humanos, Dios nunca es infiel; su fidelidad es
una cualidad inherente a su ser.
"Dios es fiel", refiriéndose a que es inmutable en su naturaleza, confiable y
digno de confianza, siempre cumpliendo sus promesas y actuando de acuerdo
con su naturaleza justa y amorosa, incluso en momentos de dificultad.

Explicacion: La fidelidad de Dios es eterna, perfecta e inmutable, lo cual sirve


de consuelo y fortaleza para el pueblo de Dios, de quien se espera la misma
constancia.
Porque Dios es fiel y te ha mostrado Su fidelidad en salvarte por la fe , te
sostiene con el poder del Espíritu Santo. La obra que haces no se trata de ti,
pues lo que puedes hacer es porque Él es fiel. Entonces, vives para Él, anhelas
ser fiel a Él y no a tus deseos.
¡Cuán difícil es ser fiel a Dios en medio de la tentación y las circunstancias
adversas! Nuestro corazón continuamente se desvía hacia el desánimo, el
enojo, el odio, la amargura, la desobediencia y la lista sigue. Pero el llamado de
Dios es claro para nosotras, la fidelidad es uno de Sus maravillosos atributos
que Él quiere que sea desplegado en nuestro carácter. Así que hoy quiero
invitarte a recordar la historia de José, un joven sostenido por la fortaleza de
Dios para ser fiel en medio de la tentación y el sufrimiento.
A lo largo del relato de la vida de José en Génesis podemos ver que fue fiel a
Dios en cada etapa de su vida desde que era muy joven y a pesar de las
circunstancias. José tuvo una vida bastante difícil, desde joven fue odiado por
sus hermanos, fue vendido como esclavo, fue llevado a la cárcel injustamente y
olvidado por quien había prometido ayudarle a salir de la cárcel. No me imagino
cómo es pasar por todas esas experiencias y mantenerse en pie. ¿Cómo pudo
sobrevivir a todas estas circunstancias? Él sabía que Dios era soberano y no lo
había abandonado, él solo debía ser fiel.

Fiel en medio de su familia


«…Cuando José tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus
hermanos…Israel dijo a José: “¿No están tus hermanos apacentando el rebaño
en Siquem? Ven, y te voy a enviar a ellos”. “Iré”, le dijo José (Gen. 37:2 y 13).
Puedo imaginar que José era un joven obediente, trabajaba y hacía las labores
que su padre le pedía hacer. No sabemos si se sentía cómodo apacentando
ovejas o recorriendo largas distancias cada vez que su padre le pedía traer un
reporte de cómo estaban sus hermanos y las ovejas. ¡Sí, ir allá solo para ver
cómo les iba (aun sabiendo que él no era la persona favorita de sus hermanos)
y regresar a casa! José sabía que lo correcto delante de Dios era obedecer a
su padre.
Fiel en su trabajo
«Así José halló gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal; y él lo hizo
mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía…y con él
allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía» (Gen. 39:4 y 6).

¡No se preocupaba más que de comer! ¿Qué tuvo que haber sucedido para
que a un joven como José le fuera dada la responsabilidad de cuidar las
posesiones de uno de los hombres más poderosos de Egipto? Exacto. ¡Ser fiel!
No dudo que hubo días que José se sentía abrumado por tanto trabajo y
responsabilidades, otros días tal vez haya sentido que hacía prácticamente lo
mismo mes tras mes, tal vez extrañaba a su familia y estaba propenso a
trabajar con desánimo. Sin embargo, había una evidencia de su fidelidad a
Dios porque dice la Biblia que su amo veía que el Señor estaba con José.
¿Cómo sabía Potifar del Dios de José si era un hombre pagano? Sin lugar a
dudas José no lo había ocultado, sino que había demostrado que tenía fe en Él
a pesar de ser un esclavo, vendido por sus propios hermanos.
Fiel ante la tentación
«Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con
deseo y le dijo: “Acuéstate conmigo”. Pero él rehusó y dijo a la mujer de su
amo: “Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha
puesto en mi mano todo lo que posee. No hay nadie más grande que yo en
esta casa, y nada me ha rehusado excepto a usted, pues es su mujer. ¿Cómo
entonces podría yo hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?”» (Gen. 39:7-
9).
¡Qué difícil situación! José estaba entre la espada y la pared. Por un lado,
estaba una mujer con tal insistencia tentadora para pecar; por otro, su
compromiso con Dios de serle fiel. José pudo haber sido manipulado o
amenazado por ella, o bien pudo haber cedido ante la tentación, pero una cosa
era muy clara para él, debía poner el temor a Dios y la honra a Su santidad por
encima de cualquier circunstancia. Parece que él había resuelto no ceder ante
la tentación y pecar contra Dios.
Fiel en medio de la injusticia y el sufrimiento
«Entonces el amo de José lo tomó y lo echó en la cárcel, en el lugar donde se
encerraba a los presos del rey. Allí permaneció en la cárcel. Pero el Señor
estaba con José, le extendió Su misericordia y le concedió gracia ante los ojos
del jefe de la cárcel. El jefe de la cárcel confió en mano de José a todos los
presos que estaban en la cárcel, y de todo lo que allí se hacía él era
responsable. El jefe de la cárcel no supervisaba nada que estuviera bajo la
responsabilidad de José, porque el Señor estaba con él, y todo lo que él
emprendía, el Señor lo hacía prosperar»(Gen. 39:20-23).
Luego de que la esposa de Potifar acusara falsamente a José, fue echado en la
cárcel. ¡Qué injusticia! ¿Cuál hubiera sido nuestra reacción a esto si
hubiéramos estado en su lugar? ¿Enojo o amargura en contra de Dios por
haber permitido esta situación? ¿Desánimo? ¿Depresión? Yo creo que más de
una de esas reacciones hubiera sido la mía. En cambio, José, fortalecido por la
gracia de Dios pudo dar testimonio de su diligencia y fidelidad al Señor, tanto
así que el jefe de la cárcel le confió responsabilidades. ¡El Señor le dio
prosperidad en todo lo que hacía!
Esta situación me recuerda a nuestro ejemplo por excelencia: Cristo. Nuestro
Salvador fue tratado injustamente y llevado a la cruz por ti y por mí, para poder
ser redimidas. Sin embargo, Él fue fiel a Su Padre celestial porque «se humilló
Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses
2:8).
Fiel al llamado de Dios
«Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido aquí. Pues
para preservar vidas me envió Dios delante de ustedes… no fueron ustedes los
que me enviaron aquí, sino Dios. Él me ha puesto por padre de Faraón y señor
de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto» (Génesis 45:5 y
8).
José tenía «suficientes razones» y todo el poder para castigar a sus hermanos.
Finalmente, sus sueños de joven se habían cumplido, él era el señor de la
tierra de Egipto y podía hacer lo que bien le placiera. Pero el gran poder que
tenía no cambió su fe, convicción y posición delante de Dios. En la mente de
José no había un pensamiento ambicioso ni vengativo, él sería fiel al llamado
de Dios para su vida y preservación de su pueblo. Dios le había enseñado que,
en lugar de destruir a sus hermanos, él había sido llevado ahí para la
preservación de su familia, y tuvo un corazón tierno y perdonador.
Finalmente, José pudo alabar a Dios luego de voltear atrás y ver todo el
recorrido doloroso que tuvo que caminar. En su corazón había agradecimiento
por la obra de Dios.
José no podía negar que había sido un camino duro y de aflicción por el cual
tuvo que atravesar, pero su fe estuvo puesta en Dios y pudo experimentar Su
presencia al traer paz a su corazón en medio de cada circunstancia y hacerlo
prosperar en lo que hacía. Nada de lo que él hizo fue por sus propias fuerzas,
sino gracias a su Dios que siempre lo sostuvo.
Se ejemplo Por lo tanto, vive fielmente cada día frente a tu familia, a tus
vecinos y con tus hermanas que discípulas o que te escuchan enseñar en tu
iglesia local. Vive engrandeciendo el nombre de Dios. Vive para servir a
otras .Vive para que el evangelio de Cristo sea conocido, atesorado y vivido en
medio de tu grupo pequeño y de tu hogar. Vive apuntando a las hermanas a
amar a sus esposos, enseñar a sus hijos y a otras hermanas, y honrar a los
pastores. Como Pablo dijo: «Sean imitadores de mí, como también yo lo soy de
Cristo» (1 Co. 11:1).

La fidelidad de Dios hace toda la diferencia en cómo vemos nuestra vida.

Si Dios es fiel, Su promesa acerca de hacernos más como Cristo permanece y


se cumple (Fil. 1:6) Estando persuadido de esto, que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Si Dios es fiel, Su promesa acerca de sostenernos en la adversidad y en las
pruebas, se cumple (1 Pe. 4:13); sino gozaos por cuanto sois participantes de
los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os
gocéis con gran alegría.
Si Dios es fiel, tu vida tiene propósito e identidad para representarlo con gozo
en este mundo (Ro. 14:8); Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos,
para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor
somos.
Si Dios es fiel, te gozarás en servir a otras mujeres para que ellas crezcan y
brillen incluso más que tú (Mt. 20:26). Mas entre vosotros no será así, sino que
el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
La fidelidad de Dios hace toda la diferencia en cómo elegimos vivir cada día.

El Impacto de la Fidelidad de Dios en nuestro día a día


Paz: Sí, la fidelidad en Dios puede traer paz al permitir confiar en sus
promesas, encontrar seguridad en Él durante tiempos difíciles, y experimentar
su guía y perdón. La Biblia enseña que su carácter fiel nos da estabilidad, y al
ser nosotros también fieles a Él, podemos cultivar una paz que sobrepasa el
entendimiento
Confiar en medio de la incertidumbre: Su fidelidad lo convierte en una fuente
de perfecta lealtad y confiabilidad para los creyentes. Podemos confiar en Él
porque nunca miente ni cambia de parecer, a diferencia de los seres humanos.
En Proverbios 3:5-6, se nos exhorta: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no
te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus veredas.” Confiar en Dios significa creer que Él tiene el control,
incluso cuando las circunstancias parecen contradecir Su promesa.
Cumplimiento de sus promesas: Dios es fiel porque siempre cumple lo que
ha prometido. Sus promesas se realizarán sin importar las circunstancias o las
dudas que puedan surgir en nuestra mente
Una de las grandes señales de la fidelidad de Dios fue el tan esperado
nacimiento del hijo de Abraham, Isaac, para cumplir la promesa y el pacto que
Dios hizo con Abraham.
“ Sara quedó embarazada y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo
que Dios le había prometido.” Génesis 21:2 NVI

La Espera: Un Tiempo de Preparación


La espera puede ser difícil. Cuando Dios nos da una promesa, esperamos verla
cumplida de inmediato. Sin embargo, la espera no es un tiempo perdido; es un
tiempo de preparación. Caleb esperó 45 años para recibir la tierra prometida,
pero durante ese tiempo, Dios fortaleció su fe y su carácter.
En Isaías 40:31, leemos: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.” Este versículo nos recuerda que, mientras
esperamos, Dios renueva nuestras fuerzas y nos prepara para recibir Sus
bendiciones.
Pensemos en las diferentes áreas de nuestra vida donde estamos esperando
una respuesta: la sanidad de un ser querido, la restauración de una relación, o
el cumplimiento de un sueño. Aunque el tiempo parezca largo, Dios está
obrando en el proceso. Cada día de espera es una oportunidad para crecer en
fe y aprender a depender más de Él.

A menudo , podemos ser infieles a Dios , pero el permanece fiel . Creo que
Dios incluyó estos ejemplos de la fidelidad para animarnos a creer que Él hace
nuevas todas las cosas (Isaías 43:19) y que Él verdaderamente hace que todas
las cosas contribuyan al bien de quienes lo aman (Romanos 8:28).
PEDRO – Incluso con la advertencia de Cristo, al ser interrogado, Pedro lo
negó. Esto pudo haberlo devastado. Honestamente, creo que probablemente lo
hizo, pero también lo humilló mucho, para que a su vez pudiera edificar la
iglesia como Cristo lo había llamado. A pesar de su negación, Pedro fue fiel.
PABLO – Inicialmente, Pablo (originalmente Saulo) perseguía agresivamente a
los cristianos. Luego, tras experimentar el llamado de Dios en su vida y recibir
el perdón, Pablo pudo vivir fielmente en él. Se convirtió en el precursor de la
Iglesia Gentil del Nuevo Testamento.

Conclusión
La fidelidad de Dios es una verdad fundamental en el cristianismo que nos da
seguridad y paz, sabiendo que nuestro Dios es constante y digno de confianza
eterna

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