Movimientos literarios del siglo XX – Teoría literaria
El simbolismo
El simbolismo literario fue un movimiento francés que se originó a partir de la
mitad del siglo XIX. Y aunque no perduró mucho tiempo en la escena artístico-
literaria, su influencia se extendió por Europa y América durante el siglo XX.
Se desarrolló especialmente en la poesía, la cual sufrió importantes
transformaciones. El grupo de escritores que dieron vida a este movimiento
literario se conocieron también como «poetas malditos» , quienes infundieron
un nuevo ritmo al verso y una resignificación del lenguaje poético que hasta
nuestros días es apreciada.
¿Qué es el simbolismo?
El simbolismo fue un movimiento principalmente literario , pero del que tuvo
influencia también la pintura. Se considera como uno de los más importantes de
finales del siglo XIX y tuvo poetas de alto nivel en su seno, tales como Charles
Baudelaire, Paul Verlaine, Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé.
Todos se convirtieron en autores de cabecera para muchos escritores
posteriores y para lectores de todo el mundo.
Los simbolistas consideraban el lenguaje poético como el símbolo que
representaba ideas misteriosas, profundas y enigmáticas.
Solo a través del poema se podían materializar los hilos invisibles que unían los
diferentes objetos sensibles de la realidad.
El simbolismo cree en una visión del arte en la que el mundo real es un reflejo
del mundo ideal, no al revés.
Este solo puede ser descrito por la espiritualidad del poeta. Su ideología
encierra una mezcla de enfoques que lo hacen ecléctico.
Entre las ideas de las que toma inspiración se encuentran: la filosofía clásica de
Platón y Aristóteles, la doctrina del mundo fenoménico de Kant, la mística de
Soloviov, entre otras.
El simbolismo en la literatura
Aunque también tuvo cabida en la pintura, el simbolismo como movimiento fue
predominantemente literario.
Allí encontró su razón de ser y su expresión máxima. Sus orígenes se debieron,
fundamentalmente, a una reacción contra el naturalismo y realismo.
Estos fueron movimientos que rechazaron la condición ideal de la realidad e
intentaban proyectar un panorama lo más cotidiano y realista posible del
mundo.
En contraposición, los jóvenes poetas de mediados y finales del siglo XIX se
dieron a la misión de llevar el misticismo, la imaginación, la vida subconsciente
de los sueños y el misterio a su máxima expresión.
Por otra parte, (y aunque alguno que otro crítico de arte lo consideraba un
movimiento procedente del romanticismo) en su manifiesto simbolista, Jean
Moréas se declara «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa
sensibilidad y la descripción objetiva».
Quizás no concordaban por completo con el sentimentalismo de los románticos,
aunque sí compartían la idea de que la visión del mundo era subjetiva.
Contexto histórico del simbolismo literario
La Europa del siglo XIX estaba arropada por el positivismo y todo lo que esto
conllevaba. La visión objetiva de la realidad, el método científico y el realismo
en el arte eran preceptos que predominaban, sin embargo, la juventud
intelectual francesa comenzó a rechazarlo desde el ámbito artístico – literario.
Asimismo, la tradición burguesa tenía fuerza y los jóvenes poetas, a pesar de
que eran en su mayoría parte de la aristocracia, se oponían a ese estilo de vida.
Los excesos de la vida bohemia estaban muy presentes en el grupo que se unió
en torno a este movimiento. Sus ideales de libertad eran compatibles con el
repudio hacia el stablishment de la época.Publicidad
Ya para finales del siglo XIX en Europa comenzaba a conformarse una sociedad
industrial, a lo que el simbolismo también se opuso. La cultura incipiente de
materialismo y consumo era algo que estaba muy lejos de ser compatible con el
arte.
Uno de los primeros en revolucionar el estilo poético dentro del contexto social
fue Baudelaire. Sus líricas se prohibieron en algunos lugares de Europa por ser
demasiado explícitas en cuanto a la idea del mal.
Su obra más emblemática, Las flores del mal (1857) sirvió de inspiración para el
posterior manifiesto escrito por Moréas.
En 1885 se publicó el Manifiesto Simbolista, el cual sentaría las bases de un
nuevo estilo literario, materializado e incentivado gracias a la publicación de
grandes obras y artículos en revistas importantes. El simbolismo apreciaba más
la poesía por su capacidad de simbolizar que por su decadentismo.
Características del simbolismo literario
Aunque ya hemos dado algunas pinceladas respecto a las características del
simbolismo literario, vamos a describir cada una de una forma más clara y
concreta.
Reacción frente al naturalismo y el realismo en el arte
La tradición racionalista, que había heredado Europa del período de
la Ilustración , provocaba rechazo en la generación del simbolismo literario. La
figura del poeta sería, pues, la antítesis de lo normativo, racional, materialista y
realista que agradaba a la sociedad burguesa de Francia.
La literatura, para los simbolistas, no podía ser una mera forma de retratar la
realidad, idea en la que se apoyaba el realismo. La realidad debía permanecer
cubierta por la mirada mística del poeta para darle sentido y eso solo podía
ocurrir a través de la capacidad simbólica de la poesía.
Estética de lo onírico y fantástico
Al rechazar el racionalismo característico de la época, el simbolismo se adentra
en el mundo de lo inconsciente, lo irracional y etéreo.
Pero no desde un sentido idealista, sino más bien apreciando lo invisible,
especialmente si se relacionaba con el mal o lo demoníaco.
Quizás por eso tenía como predecesor a Edgar Alan Poe, quien fue un maestro
de lo fantástico, el misterio y horror de aquello que no siempre se puede
percibir con los sentidos del cuerpo.
En algunas obras, el contenido apuntaba hacia lo diabólico, así como los excesos
en prácticas relacionadas con la droga y el sexo, más como un intento
por abandonar la cordura que por el solo hecho de experimentar placer.
Introducción del verso libre
Los autores del inicio del movimiento simbolista respetaban la métrica de la
poesía romántica y parnasiana, pero luego del manifiesto se promovió el verso
libre de rima, lejos de la forma alejandrina que había predominado.
A partir de ese momento, el verso libre evolucionó. Se apreciaba la sonoridad
de la palabra misma. También se tomaba la estrofa como la mínima unidad
rítmica del poema y no el verso.
Esto no quiere decir que no se considerara al poema como una pieza con
musicalidad, todo lo contrario.
Musicalidad en el lenguaje poético
Se valora y se da prioridad a la musicalidad del lenguaje por encima de su
sentido literal. El autor propio del simbolismo se apoyaba en recursos sonoros
como la aliteración, los ritmos desiguales, la asonancia y la fluidez del
verso para expresar ese matiz musical.
Al mismo tiempo, con esto, dejaba atrás la rima y la estructura inflexible de la
poesía tradicional.
El simbolismo no necesariamente se apartaba de la belleza, solo que promovía
una estética diferente que es, precisamente, lo que aún hoy cautiva a sus
lectores. Y así como el parnasianismo, este movimiento también buscaba la
perfección del lenguaje poético.
Figura semidivina del poeta
El poeta era una especie de semidiós que tenía el poder de percibir el lado
oculto de la realidad. Por eso, gustaba de entrar en estados alterados de
conciencia que le permitían acceder más fácilmente a lo que no se podía palpar
con los sentidos.
La metáfora y la sinestesia eran recursos literarios comunes del poeta
simbolista para expresar esas formas impalpables de la realidad, a través de
evocación de imágenes sensoriales, y así despertar sensaciones profundas en el
lector.
Esto formaría parte de los símbolos propios de la poesía en el simbolismo.
Autores destacados del simbolismo literario
Charles Baudelaire (1821 1867)
El creacionismo
Una de las corrientes literarias que surgieron en la época de las vanguardias fue
el creacionismo literario, un movimiento que surgió en América Latina y cuyo principal
exponente fue Vicente Huidobro. Esta nueva visión artística apostaba porque el artista
alcanzara una autonomía creativa máxima y total, una búsqueda que venía
influenciada por otras corrientes del momento como el Surrealismo o el Futurismo.
Veremos qué es el creacionismo literario, sus características, autores y ejemplos de
este movimiento tan rompedor que apostaba por la libertad y la emancipación de la
clase obrera.
Definición de creacionismo literario
El creacionismo literario fue un movimiento hispanoamericano que surgió a inicios del
XX de la mano de Vicente Huidobro, poeta chileno al que se le considera el padre de
esta estética.
El creacionismo buscaba crear un nuevo mundo a través de la literatura y, para ello,
los poetas creaban imágenes nuevas, así como neologismos que describieran esa otra
realidad que se creaba bajo su pluma. En este sentido, los poetas eran considerados
como dioses que podían crear nuevas realidades. Fueron muy diestros en el empleo
de recursos literarios como las metáforas, que les permitían crear nuevas imágenes
propias de su mundo.
La base del creacionismo literario se centra en considerar que la poesía es
una manifestación artística única e independiente, por tanto, autónoma de
otros géneros literarios y normativas. Esta voluntad está influenciada por las
vanguardias, una corriente que buscaba la libertad absoluta del poeta buscando otras
formas de expresión que rompieran con los moldes y las normas clásicas.
Huidobro, aunque fuera chileno, residía en París cuando bautizó el creacionismo
literario; por este motivo, su influencia en la literatura española fue inmediata y dejó
huella en autores como Juan Larrea, Diego Cendoya y otros creadores vanguardistas
europeos, sobre todo franceses.
Origen del creacionismo
Huidobro publicó las bases del creacionismo literario en la revista Nord-Sud de Francia
en el año 1917. En un artículo firmado por Huidobro y por Reverdy se establecían estas
bases que defendían la libertad creadora del artista que era considerado como un
Dios.
Características del creacionismo en la literatura
Vamos a hablar ahora de las características del creacionismo literario para que, así,
comprendas mejor en qué consistió este movimiento vanguardista. A diferencia de
otras corrientes de vanguardia, el creacionismo daba absoluta libertad a la creación
poética y dejaba la razón en un segundo plano. Pero, al igual que la gran mayoría de
"ismos", el creacionismo también se centraba en mostrar el punto de vista
subjetivo del artista y su mundo interior.
Las características del creacionismo literario más destacadas son las siguientes:
1. Independencia del poeta. El creacionismo literario aboga por la máxima libertad
creadora por parte del artista, que no tiene que seguir normas ni tendencias
impuestas por la sociedad.
2. Artista como creador. El artista no tiene que seguir las normas del pasado porque es
un creador, como un Dios. Por tanto, tiene la absoluta libertad de poder crear los
mundos que desee empleando elementos como las figuras retóricas, creando nuevas
palabras, etc.
3. Crear nuevos mundos. El objetivo del creacionismo literario era la creación de nuevos
mundos, reflejar el mundo interior que el poeta tenía y que era único e inimitable. Tal
y como decía Huidobro "(Un poeta tenía que) hacer un poema como la naturaleza
hace un árbol".
4. Libertad lingüística. La insistencia en alcanzar la máxima libertad también la
encontramos en el campo de la lingüística, ya que los autores creacionistas usaban
libremente el lenguaje e incorporaban nuevas palabras, elementos visuales, etc.
Perseguían la renovación del léxico para crear nuevas palabras que definieran un
mundo nuevo.
5. Rechazo a la realidad. Otra de las características del creacionismo literario es que no
querían crear poesía para imitar la realidad, sino para crear una nueva. La libertad
externa no les interesaba en absoluto, lo que les interesaba era reflejar al exterior su
mundo interior.
6. Uso de diferentes lenguas. Muchos de los poetas creacionistas eran bilingües y su
realidad lingüística se vio, también, reflejada en sus poemas en los que se mezclaban
diferentes lenguas. Algo que, también, reflejaba su mundo de forma única y personal.
7. Influencias del dadaísmo y ultraísmo. Las vanguardias artísticas tuvieron mucha
influencia las unas sobre las otras porque todas perseguían encontrar una nueva
estética para el nuevo mundo. Pero en el creacionismo literario, fue el dadaísmo y el
ultraísmo las dos tendencias que más influenciaron, al apostar por estructuras
irracionales y con un sentido que solamente el autor le podía dar.
EL SURREALISMO
Se trata de una de las vanguardias más importantes de la literatura que surge en
Francia y que se abre paso con el manifiesto de André Bretón. Esta vanguardia estuvo
marcada por una técnica particular que permea todas sus obras literarias, la cual
consiste en la escritura en automático, donde los autores dejan sobre el papel la
información inmediata de su pensamiento, escritura automática.
Uso del término
El término está compuesto por el prefijo su, que hace referencia a -por encima- y el
sustantivo -realismo-. En este sentido, el término es usado para designar todo los que
se encuentra por encima de lo real. El uso del término se dio por primera vez por
Guillaume Apollinaire, poeta y ensayista procedente de Francia.
Manifiesto surrealista
El documento escrito por Bretón expone los fundamentos del surrealismo en la
literatura y el cómo funciona de acuerdo a sus lazos con el pensamiento en forma de
dictado en el que no interviene la razón en su desarrollo y está libre de cualquier
preocupación estética.
Origen del surrealismo en la literatura
El surrealismo surge en Europa en especial en el tiempo comprendido entre la
Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial a mediados del año
1920. Muchos críticos aseguran que el surgimiento de la vanguardia emerge tras el
manifiesto surrealista que publica André Bretón y finaliza hacia el año 1940.
Uno de los movimientos que propició e inspiró el surgimiento de esta corriente fue el
dadaísmo, vanguardia que había aparecido momentos antes de la Primera Guerra
Mundial y que defendía obras literarias consideradas anti-arte, así como también en
sus demás expresiones artísticas. Por su parte, el surrealismo lejos de la negación del
arte como su antecesor, promulga la construcción de una expresión, esta vez positiva
sobre este.
El crecimiento del surrealismo se nutrió de distintas ideas, entre ellas en las que
consideraba que el racionalismo generó efectos profundamente negativos en la
sociedad. Es así que se le atribuyen distintos hechos a la Primera Guerra Mundial,
como fenómenos de distinta índole, incluyendo política, social y cultural. De esta
manera, el surrealismo nace como un medio que permite conciliar el consciente con el
inconsciente, el mundo racional y el de los sueños, la realidad y la fantasía en un solo
espacio.
Sin embargo, tras la premisa de la liberación del individuo del entorno espiritual y
psicológico, los escritores surrealistas se convierten en el blanco de la Segunda Guerra
Mundial, razón por la que los autores tuvieron que exiliarse en América con el
surgimiento del nazismo y el facismo. Este desplazamiento implicó, a la vez, una mayor
extensión de sus ideas dentro del continente americano, razón por la que allí
aparecerán propuestas novedosas de esta misma vanguardia.
Desarrollo de la literatura del surrealismo
Si bien es una vanguardia que tiene un gran alcance en la literatura, en la poesía
quedará expresada su esencia con mayor profundidad. En su escritura, la poesía
yuxtapone palabras que no están relacionadas unas con otras, rompiendo con la
lógica y la linealidad de los textos. Además de ello, se van creando imágenes que
parecen proceder de los sueños y que quedan retratadas a través del uso de
metáforas. Este será uno de los rasgos más importantes de la vanguardia.
Por otro lado, las obras del surrealismo serán producto de un proceso de flujo de la
consciencia, elemento clave que se desenvuelve en la escritura automática a la que se
someten los escritores de la corriente. Sus obras omiten las estructuras establecidas y
plantean saltos que rompen con la linealidad, usando a la vez, ideas abstractas con las
que los lectores podrán construir nuevas asociaciones.
Características más importantes del surrealismo
Es momento de pasar a ver las características principales del surrealismo como
vanguardia dentro de la literatura, una de las corrientes más importantes que
tendrá un gran eco en la evolución de la literatura más adelante. Entre sus
principales rasgos encontramos los siguientes:
Expresión espontánea
Un pensamiento desinhibido podría ser la característica precisa para el
desarrollo de la literatura surrealista, dado que para los escritores la liberación
del pensamiento se convierte en el único canal capaz de permitir el alcance del
inconsciente. Este inconsciente se expresa en el individuo a partir de hechos y
procesos como la imaginación, las fobias y los sueños, principalmente.
Automatismo psíquico
En la literatura hace referencia a la asociación de ideas y palabras que
aparentemente no guardan ninguna conexión. En este caso, el autor
surrealista, pone los términos en relación donde activa el subconsciente y con
ello, el lector recurre a la imaginación, estimulado por el pensamiento
espontáneo que ha registrado el autor en su obra. El sentido lo hallará el lector
desde el consciente o bien, desde el inconsciente.
Cadáver exquisito
La creación de esta técnica que consiste en una práctica colectiva se desarrolló
con la vanguardia del surrealismo. En ella, cada uno de los participantes se
encarga de escribir una línea o bien iniciar un dibujo sin conocer previamente lo
que el anterior ha realizado. Esta técnica se usa para estimular lo que se
conocerá como automatismo psíquico, además de crear nuevos encuentros de
colaboración entre los artistas.
8. Omisión de lo racional
9. Una de las principales características de esta vanguardia tuvo que ver con la
negación aplicada a lo racional, pues el surrealismo como corriente busca una
unión de la realidad con la fantasía y la imaginación. Es así que en este proceso,
los escritores crean historias irreales a partir de la búsqueda de eliminación de
las contradicciones. Esto produjo que muchas de las obras produjeran
sentimientos chocantes, pues tenía sentido en la relación de llevar al individuo
fuera de los límites de lo racional.
10. Uso de metáforas e imágenes
11. Particularmente los escritores del surrealismo recurrieron a elementos que les
permitieran ofrecer imágenes contrastantes. De esta manera las imágenes
permiten que los lectores puedan realizar conexiones distintas que
desemboquen en nuevas ideas como una forma de ampliar la realidad para
quien se acerca a sus textos.
Presencia de temas chocantes
Se trata de escribir en forma de dictado uno a uno los pensamientos evitando
considerarlos o cuestionarlos, por ello uno de los rasgos más importantes de
esta vanguardia es la presencia de temas fuertes para el lector. Esto se debe a
que el escritor toma las imágenes que llegan a su pensamiento y que en
muchos casos se alejan completamente de la realidad.
Autores y obras representantes del surrealismo como vanguardia
Entre los principales exponentes del surrealismo en la literatura, es posible
identificar autores como por ejemplo: Luis Cernuda, José María Hinojosa, Vicente
Aleixandre, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Octavio Paz,
Antonin Artaud, André Bretón, Louis Aragón y Philippe Soupault.
Entre las obras más importantes podemos encontrar: Mueran Los Cabrones Y Los
Campos del Honor de Benjamín Péret, Morir de no morir, La libertad o el amor y La
capital del dolor de Paul Éluard, Le Paysan de París y Tratado del estilo de Lous Aragon,
Manifiesto del surrealismo, Antología del humor negro, Nadja, y El arte mágico de
André Bretón, entre otras.
En la actualidad, una gran parte no solo de las técnicas usadas en el desarrollo de la
literatura, sino también parte de sus ideas, continúan trabajándose en la creación
literaria, especialmente por aquellos autores que están en búsqueda de liberar la
mente del individuo y propiciar espacios para la reflexión. ¿
Expresionismo literario
Origen, Características principales y autores
Fue una de las principales manifestaciones artísticas con especial trascendencia en el
desarrollo de la literatura durante el siglo XX, en especial durante y luego de la Primera
Guerra Mundial. Una de las principales características del expresionismo tiene que ver
con la adopción de formas de expresión particularmente espontáneas y
subjetivas que tuvieron eco en otras vanguardias de la literatura.
El principal eje del expresionismo se construye sobre la búsqueda de representar las
emociones que tanto la naturaleza como las situaciones generan en los personajes.
Este se convierte en el fin de los autores expresionistas que usan varios recursos para
lograrlo, entre ellos la fantasía y la exageración.
Origen del expresionismo en la literatura
El nacimiento del expresionismo se da como una reacción en contra del
materialismo, así como los valores que promulga la clase burguesa y la prosperidad. Es
así que los escritores de esta vanguardia empiezan a oponerse a la urbanización y el
predominio de la clase alta en la sociedad a través de sus textos.
Es importante tener en cuenta que esta vanguardia recibe especial influencia de la
filosofía, en particular con personalidades como Friedrich Nietzsche, quien establece
las bases clave para el desarrollo cuando profundiza en las ideas tradicionales en
relación con la moral y el razonamiento. Si bien esta vanguardia toma una gran
inspiración de movimientos como el romanticismo o el barroco, el principal canal de
influencia será el simbolismo tanto francés como alemán de Baudelaire y Rimbaud.
Hacia el año 1914 el expresionismo empieza a decaer debido a un sentimiento de
pérdida de horizonte de las convicciones pacifistas, idea procedente de personalidades
como Albert Ehrenstein, Franz Werfel, entre otros.
Desarrollo del expresionismo en la literatura
Uno de los géneros en los que más se trabajó el expresionismo como vanguardia, fue
en la dramaturgia. Esto se debió a que, a través de este género los escritores tenían la
posibilidad de retratar los sucesos del interior, las emociones que eran propias de los
individuos y también sus pensamientos, por lo que en sus obras se expresan los
estados de la mente de una forma subjetiva.
En las obras esto se verá a través del desarrollo de extensos monólogos que ponen en
evidencia el malestar del individuo y sus aflicciones producto de sucesos pasados. Sus
escritos están criticando constantemente a las generaciones anteriores.
Por otro lado, en la poesía, el escritor se aleja de la narración de la naturaleza y esta
vez lleva la mirada hacia las emociones del individuo. Adicional a ello, en sus
creaciones el escritor le apuntaba a un lirismo mucho más expresivo. La ausencia de
descripciones le permitiría expresar la base de los sentimientos, de manera que a
menudo en la poesía aparecerán verbos en infinitivo, exceso de adjetivos y sustantivos
extensos. Entre sus temas principales están el horror y hastío de la vida urbana, sátiras
a la vida burguesa y sus valores, entre otros.
Características del expresionismo literario
Ahora veamos cuáles son los rasgos más importantes de una de las vanguardias que
más influyó en el desarrollo de la literatura universal, además de algunos datos que
conviene tener en cuenta para comprender a gran escala el eco de su influencia:
Crítica a la sociedad
Una de las principales características del expresionismo estuvo ligada al estilo que
manejan los escritores de la vanguardia, dado que en él es posible ver la protesta
social con la que expresas sus ideas haciendo críticas a la sociedad de acuerdo a cada
contexto del que emerge.
Estas críticas estaban dirigidas no a personajes o hechos en particular, sino que más
bien se orientaban a situaciones muy generales en función del contexto, razón por la
que a menudo van a usar tipos simbólicos para la representación de sus personajes y
no señalamientos específicos.
Mirada negativa
Esta vanguardia surge en un momento de un auge emocional desentendido y
desesperanzador, razón por la que sus escritores exponentes imprimen una
perspectiva negativa sobre la realidad, elemento que será visible en sus obras
literarias. El individuo ya no confía en las promesas del progresismo y la modernidad,
pues identifica su nudo de contradicciones.
Instinto por encima de la racionalidad
Uno de los rasgos más importantes del expresionismo es su intención de ubicar el
instinto por encima de la racionalidad a partir de la creatividad y sus temas centrales.
De esta manera, el artista expresionista se opone a las composiciones racionales
exaltando la importancia de la improvisación y con ello, el retrato desde la intuición.
Sin embargo, esto no omite la realidad subyacente que el universo representa.
Distorsión de la realidad
Los escritores de esta vanguardia buscarán recursos que les permitan distorsionar
aspectos propios y objetivos de la realidad, es por ello que recurren a distintos
elementos tanto oníricos, es decir, del sueño, como simbólicos que les permitirán
retratar la sensibilidad de los seres humanos, la cual era ocultada por la sociedad a la
que se dirigían en protesta.
Autores y obras más importantes del expresionismo en la literatura
Entre los autores más importantes, encontramos a Frank Wedekind y August
Strindberg, quienes se convierten en los principales precursores de la vanguardia.
Pero también aparecen otros autores que tendrán eco en la posteridad, como lo son:
Reinhard Johannes Sorge con su obra expresionista “Der Bettler”, Federico García
Lorca, Franz Kafka, Frank Wedekind, August Strindberg, Bertold Brecht, Fritz von
Unruh, Georg Büchner, en la dramaturgia Georg Kaiser, Ernst Barlach, Fritz von Unruh,
Reinhard Sorge, Ernst Trolle, Waltrer Hasenclever, Carl Sternheim, Hugo von
Hoffamannsthal y Ferdinand Bruckner, entre otros.
También serán determinantes obras como El despertar de la primavera (1891), El
espíritu de la tierra (1895) y La caja de Pandora (1902) escritas por Wedekind, Camino
de Damasco (1898) de Strindberg, La metamorfosis (1915), El castillo (1926), El proceso
(1925) y El desaparecido (1927) de Kafka, entre otros.
El expresionismo es tan solo una de las corrientes que se desarrollaron en el
vanguardismo, pero que sin duda marcó importantes precedentes para la evolución
de la literatura con importantes obras como referentes. Si quieres conocer más
acerca de otras vanguardias, movimientos y todo sobre el mundo de la literatura, visita
nuestra sección dedicada a este tipo de arte donde encontrarás mucha más
información.
Modernismo literario: contexto histórico, características, temas, autores y
obras
¿Qué es modernismo?
En el contexto de la literatura en español, se conoce como modernismo
a un movimiento literario fundamentalmente poético, desarrollado entre el siglo XIX
y el XX (1880-1920) y que se comprende como la forma hispánica de la crisis universal
de las letras y el espíritu que caracterizó la entrada en la contemporaneidad.
El modernismo se caracterizó por la rebeldía creativa, un refinamiento un tanto
aristocratizante y narcisista, así como un culturalismo cosmopolita, pero su aporte más
importante a las letras hispanas fue su profunda renovación del lenguaje. Tanto así,
que los autores latinoamericanos por primera vez influían en los peninsulares y les
marcaban la pauta, en lo que se conoció como “La vuelta de las carabelas”.
De esta manera, los poemas modernistas tendían al lenguaje culto, a valorar los temas
americanos e indígenas, pero al mismo tiempo profesaban una devoción por París y
por la cultura cosmopolita, así como por la mujer y el amor idealizado. Sin embargo,
en sus versos se puede percibir la desazón característica del romanticismo, su angustia
y profunda melancolía. A menudo se acusó a sus poemas de ser escapistas, de
rechazar la sociedad y preferir la fantasía.
El inicio del modernismo se suele ubicar en 1888 con la publicación del
poemario Azul… del poeta nicaragüense Rubén Darío, cuya repercusión en la literatura
hispana fue gigantesco. Inicialmente, el término con que se designó a los seguidores de
esta corriente (“modernistas”) fue empleado peyorativamente, pero a medida que fue
esgrimido con orgullo insolente por estos poetas, terminó convirtiéndose en el nombre
del movimiento.
Contexto histórico del modernismo
El modernismo profesa un potente desacuerdo con la cultura burguesa imperante en
la época, lo cual hace del movimiento un heredero del posromanticismo del siglo XIX,
similar a las corrientes artísticas del Art Noveau (Francia y Bélgica), Modern Style
(Inglaterra), Sezession (Austria), Jugenstil (Alemania), Liberty (EEUU) y Floreale (Italia).
Según algunos teóricos, el modernismo no fue sólo un movimiento literario, sino
también un reflejo artístico de una vertiente mucho mayor, una crisis espiritual de
Occidente que inició con el siglo XX y duró hasta la Primera Guerra Mundial. Dicha
crisis consistiría en el deseo de la creación de orden en un mundo inarmónico e
inestable, y coincide con la implantación definitiva del capitalismo como modelo
económico y social, así como la decadencia de las monarquías y los grandes imperios,
la mayoría de los cuales se disolvería durante el siglo XX.
Autores y obras del modernismo
La lista de autores y obras modernistas es sumamente extensa, ya que todos los países
hispanoamericanos participaron del movimiento, así como la misma España. Sin
embargo, una lista de los más conocidos incluye a los siguientes:
Rubén Darío (nicaragüense, 1867-1916). Poeta, periodista y diplomático,
considerado fundador del modernismo con su poemario .. (1888), y célebre por sus
poemarios Prosas profanas (1896), Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros
poemas (1905) y sus libros de prosa Los raros (1896), Peregrinaciones (1901)
y Historia de mis libros (1916), entre muchísimas otras obras.
Leopoldo Lugones (argentino, 1874-1938). Poeta, ensayista y periodista de fuerte
raigambre nacionalista, precursor del relato fantástico y de ciencia
ficción rioplatense. Se suicidó ingiriendo cianuro. Sus obras poéticas más célebres
son Las montañas del oro (1897) y Los crepúsculos del jardín (1905), de fuerte
influencia simbolista.
José Martí (cubano, 1853-1895). Político, periodista, pensador, filósofo y poeta,
fundador del Partido Revolucionario Cubano, murió durante la Guerra de
Independencia Cubana, luego de haber viajado por todo el continente y haber
escrito una obra poética y en prosa de muchísimo valor, en la que destacan
las crónicas de Nuestra América (1891) y las poesías de Edad de oro (1878-1882)
y Flores del destierro (1878-1895).
José Asunción Silva (colombiano, 1865-1896). Poeta y viajero, de obra breve pero
importante, en la que destaca El libro de versos (1923, póstumo). Se suicidó de un
tiro en el corazón a los 30 años.
Amado Nervo (mexicano, 1859-1895). Periodista, poeta y diplomático, es célebre
por su amistad con Oscar Wilde en París y por sus obras El bachiller (novela, 1895)
y los poemarios Perlas negras, Místicas (1898) y La amada inmóvil (póstuma,
1922).
Delmira Agustini (uruguaya, 1886-1914). Poeta proveniente de sectores pudientes
de la sociedad, cuya educación le permitió figurar a pesar de
las discriminaciones machistas de la época. Destacan en su obra El libro
blanco (1907), Los cálices vacíos (1913) y Correspondencia sexual (póstuma, 1969).
Manuel Machado (español, 1874-1947). Poeta y dramaturgo, hermano del célebre
poeta Antonio Machado, publicó una extensa obra poética en la cual
destacan Alma (1902), Los cantares (1905) y El mal poema (1909), entre muchos
otros.
Manuel Díaz Rodríguez (venezolano, 1871-1927). Ensayista, novelista y cuentista,
entre cuyas obras más relevantes están las novelas Ídolos rotos (1901) y Sangre
patricia (1902), así como los ensayos Prosas del arte, justicia y devoción (1918)
y Entre las colinas en flor (1935).
¿Qué fue el Ultraísmo?
El Ultraísmo fue un movimiento literario vanguardista, originado en la España de 1918
como oposición al modernismo tradicional que imperaba en las letras españolas desde
finales del siglo XIX.
Aunque incorporó algunos artistas plásticos en sus filas, fue un movimiento
eminentemente literario y poético, muy influenciado por el futurismo italiano y
centrado en valorar la metáfora como esencia de la escritura literaria.
Como muchos otros movimientos vanguardistas, publicó varias revistas poéticas y
agrupó a sus integrantes en torno al Café Colonial de Madrid, donde operaba una
tertulia itinerante dirigida por el escritor sevillano Rafael Cansinos Assens.
El núcleo del movimiento estaba integrado por diversos nombres locales, entre los
que figuró el argentino universal, Jorge Luis Borges, durante su estancia en España.
Nombre Ultraísmo
El prefijo “ultra” de ultraísmo proviene del mismo vocablo griego que se traduce “más
allá” y es de uso común en la lengua española, como en el caso de ultramarino (“más
allá del océano”) o ultratumba (“más allá de la tumba”).
Fue elegido por los ultraístas debido a que proponían, como lo establecen en su
manifiesto, ir más allá del novecentismo imperante y renovar las estructuras
literarias con algo nuevo: “Nuestra literatura debe renovarse; debe lograr
su ultra como hoy pretenden lograrlo nuestro pensamiento científico y político”.
Contexto histórico del ultraísmo
El ultraísmo surge en la España de principios del siglo XX obedeciendo a la necesidad
de superar el modernismo imperante desde 1880, caracterizado por un refinamiento
casi narcisista y aristocrático, un imaginario cosmopolita y cierto empeño renovador de
la métrica.
Esa época era testigo de la explosión de las llamadas “primeras vanguardias”, que
consistieron en posicionamientos renovadores o rupturistas en lo artístico, literario,
político y cultural.
Fueron grandes defensores de la libertad de expresión y de la exploración
artística, superando a menudo las fronteras entre los géneros expresivos y echando
mano a nuevos métodos, imaginarios y filosofías.
Principales representantes del ultraísmo
El ultraísmo contó con un núcleo compuesto por Gerardo Diego, Pedro Garfias, Pedro
Iglesias Caballero, Juan Larrea, Ernesto López-Parra, Lucía Sánchez Saornil, Guillermo
de Torre e Isaac del Vando-Villar.
Otros integrantes fueron Jacobo Sureda, quien no estuvo exclusivamente
comprometido con este movimiento, y a través de él su amigo Jorge Luis Borges, quien
se sumó formalmente en 1921 y lo difundió en Argentina.
Revistas ultraístas
Vl
tra fue una revista ultraísta de 1921 originada en Madrid.
El ultraísmo contó con varias revistas como órganos oficiales de divulgación, que
fueron Grecia (Sevilla-Madrid, 1918-1920) y Vltra (Madrid, 1921-1922). Sin embargo,
otras revistas como Afar (La Coruña), Reflector (Madrid), Ronsel (Vigo)
y Horizonte (Madrid) fueron afines al movimiento.
En su variante argentina, el ultraísmo publicó las revistas Prisma (1921-1922)
y Proa (1922-1923, primera época).
Manifiesto ultraísta
En el manifiesto ultralista se publicó por primera vez en la revista Cervantes.
El manifiesto del ultraísmo titulado “Ultra. Un manifiesto de la juventud literaria” se
publicó por vez primera en la revista Cervantes en 1918, cuando se creó el movimiento
y luego se reprodujo en la revista Grecia.
Lo firmaron Xavier Bóveda, Guillermo de Torre, Fernando Iglesias, Edgar Eduardo,
Pedro Iglesias Caballero, Pedro Garfias, J. Rivas Panedas y J. de Aroca.
En este manifiesto se exponen de manera programática los lineamientos que
persigue el ultraísmo, definidos como la “voluntad de un arte nuevo que supla la
última evolución literaria: el novecentismo”.
Asimismo finaliza con una arenga: “Jóvenes, rompamos de una vez nuestro
retraimiento y afirmemos nuestra voluntad de superar a los precursores”.
Objetivos del ultraísmo
El ultraísmo hacía uso de neologismos, vocablos técnicos y palabras esdrújulas.
El mismo Jorge Luis Borges, en un texto publicado en Buenos Aires en 1921, sintetiza
los objetivos del ultraísmo en:
Un uso de la metáfora como cuerpo mismo del poema.
Borradura de las frases medianeras, nexos y adjetivos considerados inútiles.
Abolir los “trabajos ornamentales” que se identificaban con el modernismo.
Imágenes poéticas chocantes, rupturistas, que aludieran a la novedad técnica
y tecnológica.
Uso de símbolos matemáticos y otras rupturas tipográficas.
Uso de neologismos, vocablos técnicos y palabras esdrújulas.
Eliminación de la rima y de la métrica, y tendencia a esquivar
las motivaciones personales y sentimentales.
Movimientos artísticos afines
El ultraísmo fue muy influenciado por el futurismo, cuyo máximo exponente era el
italiano Marinetti, sobre todo en su fervor por la máquina y por el adelanto
tecnológico.
También se aproximó mucho al creacionismo de Vicente Huidobro, cuya poética
particular entrañaba una enorme libertad artística en la creación del poema.
Ultraísmo argentino
Borges se
sumó al ultraismo en 1921 y lo difundió en Argentina con algunas variantes.
Cuando Borges regresó a la Argentina, llevó consigo el ultraísmo y en Buenos Aires
creó grupos y revistas adscritos formalmente al movimiento.
Sin embargo, la variante americana incorporó otras tendencias que la hicieron
diferente a la peninsular, como son el criollismo y la parodia de la cultura local,
preocupaciones que acompañarían a Borges incluso luego de que abandonara el
movimiento.
Ultraísmo en la pintura
El ultraísmo también tuvo su variante en la pintura, influenciada por el futurismo y
el cubismo a la vez y su epicentro fue la ciudad de Sevilla (y algunas del continente
americano).
Así como su variante literaria, el ultraísmo pictórico apostó por una ruptura con los
motivos y las inspiraciones decimonónicas y apostó por las formas atrevidas,
inarmónicas.
Ejemplos del ultraísmo
Algunos ejemplos de la poesía ultraísta:
NOCTURNOS - Juan Larrea
La noche ha abierto su paraguas
Llueve
Los pájaros de la lluvia
picotean los trigos de los charcos
Los árboles duermen
sobre una pata
Revoloteos, revoloteos
Destartala un coche
su estrépito final de endecasílabo
Un hombre cruza como un mal pensamiento
Los mosquitos de agua
colmenean las luces
Incendios de alas
revoloteos
Llueve
MAÑANA – Jorge Luis Borges
Las banderas cantaron sus colores
y el viento es una vara de bambú entre las manos
El mundo crece como un árbol claro
Ebrio como una hélice
el sol toca la diana sobre las azoteas
el sol con sus espuelas desgarra los espejos
Como un naipe mi sombra
ha caído de bruces sobre la carretera
Arriba el cielo vuela
y lo surcan los pájaros como noches errantes
La mañana viene a posarse fresca en mi espalda.
El modernismo literario fue una corriente literaria que se desarrolló a finales del siglo
XIX y principios del XX. Se caracterizó por su estética preciosista, la exaltación y
refinamiento de los sentidos y por el uso de imágenes y lugares exóticos.
Además, el movimiento modernista se destacó por evadir los temas políticos y sociales
en sus obras, enfocándose principalmente en la perfección del lenguaje y en la
creación de mundos mágicos y lejanos. Así mismo, los sentimientos y las pasiones
humanas también fueron un tema de interés para los escritores de este fenómeno
literario.
Algunos autores consideran que el modernismo nació con la publicación del
poemario Azul (1888) del autor Rubén Darío. Se escogió esta obra debido al impacto
que causó en su época; el poemario le sirvió de inspiración a otros grandes autores del
momento como Amado Nervo y Manuel Díaz Rodríguez.
El modernismo literario nació como una consecuencia del positivismo dominante del
momento, una forma de pensamiento cuyo enfoque científico y mercantilista
rechazaba las manifestaciones subjetivas. Es decir, la literatura modernista surgió
como rechazo a esta corriente filosófica porque los artistas se sentían asfixiados ante
los procesos industriales y el pragmatismo excesivo de la época.
En líneas generales, el modernismo supuso un cambio en la forma de percibir el
lenguaje, la belleza y la métrica. Se trató de una renovación estética que impregnó de
forma notable a la cultura iberoamericana.
Esta corriente literaria fue tan importante en la historia de la literatura que todavía
muchos críticos se dedican a estudiarla y analizarla. Además, constituye una parte
fundamental dentro de los temas que se imparten sobre literatura en las escuelas y
universidades.
Contexto histórico del modernismo literario
Según reconocidos escritores como Octavio Paz, el estilo modernista nació como una
respuesta al positivismo; este último consistió en una postura filosófica que defendía el
conocimiento científico, útil y comprobable por encima de cualquier otro método o
disciplina.
Ante esta rigurosidad, varios artistas decidieron crear un estilo que recuperara las
manifestaciones sensibles y subjetivas del hombre; el fin del modernismo era
sencillamente crear belleza y conmocionar al lector a través de las palabras,
eliminando cualquier sentido utilitario.
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA – NOCTURNA