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Tutela Salud Maria Bernardita Quevedo Pardo Capital Salud

María Bernardita Quevedo Pardo interpone una acción de tutela contra CAPITAL SALUD E.P.S. por la falta de atención médica urgente que requiere debido a su deteriorada salud, diagnosticada con lumbago y trastorno de disco lumbar. A pesar de las órdenes médicas, la EPS no ha agendado la consulta con el especialista, lo que ha agravado su condición y vulnerado sus derechos fundamentales a la salud y a la vida. La acción busca garantizar su derecho a recibir atención médica oportuna y digna, en cumplimiento de la normativa constitucional y jurisprudencial que protege a las personas mayores.

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Tutela Salud Maria Bernardita Quevedo Pardo Capital Salud

María Bernardita Quevedo Pardo interpone una acción de tutela contra CAPITAL SALUD E.P.S. por la falta de atención médica urgente que requiere debido a su deteriorada salud, diagnosticada con lumbago y trastorno de disco lumbar. A pesar de las órdenes médicas, la EPS no ha agendado la consulta con el especialista, lo que ha agravado su condición y vulnerado sus derechos fundamentales a la salud y a la vida. La acción busca garantizar su derecho a recibir atención médica oportuna y digna, en cumplimiento de la normativa constitucional y jurisprudencial que protege a las personas mayores.

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Señor

JUEZ CIVIL MUNICIPAL DE BOGOTA - REPARTO


La Ciudad

Demanda: ACCIÓN DE TUTELA


Accionante: MARIA BERNARDITA QUEVEDO PARDO
Accionado: CAPITAL SALUD E.P.S.

MARIA BERNARDITA QUEVEDO PARDO, mayor de edad identificada con cédula


de ciudadanía N° 41.730.512 expedida en Bogotá D.C., al señor Juez con todo
respeto manifiesto que por medio del presente escrito interpongo ACCIÓN DE
TUTELA, contra CAPITAL SALUD E.P.S., con fundamento en las razones que,
tanto de hecho como de derecho, procedo a exponer:

FUNDAMENTOS DE HECHO

1. Tengo 70 años y me encuentro afiliada a CAPITAL SALUD E.P.S,


perteneciendo al régimen subsidiado de salud.

2. Fui diagnosticada con 1.) LUMBAGO NO ESPECIFICADO y 2.)


TRASTORNO DE DISCO LUMBAR Y OTROS CON RADICULOPATIA.

3. Por lo anterior, el médico especialista me prescribió el siguiente servicio de


salud a saber: 1. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA – CONSULTA DE
PRIMERA VEZ POR ESPECIALISTA EN ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGÍA.

4. Dicho servicio de salud fue ordenado por mi médico tratante, sin embargo,
hasta la fecha de presentación de la acción de tutela, no se me ha agendado
la cita con el especialista descrito en precedencia, a pesar de la urgencia de
este dada la patología que me aqueja.

5. Ante mi desesperación por la negligencia en los servicios de salud referidos


que requiero con urgencia, he estado con insistencia buscando contactarme
con la EPS accionada en la indagación de una solución rápida y efectiva a
mi caso, pero no ha sido posible ya que desde la parte administrativa de la
E.P.S. accionada me indican que no hay disponibilidad de agenda. Estoy muy
preocupada y angustiada por mi salud, ya que ha venido presentando una
desmejora progresiva en mis condiciones de vida, ante la demora de la
accionada en prestarme los servicios de salud ordenados.

6. No entiendo como la accionada me somete a términos perpetuos, a


sabiendas que con la demora en la práctica del servicio médico descrito en
el numeral 3, están imposibilitando que reciba el tratamiento que requiero
para mi vida, me causan un daño irreparable, agravando aún más mi
situación dado que el daño es cada vez mayor. La verdad siento que mi
estado de salud se deteriora día a día, lo que ha hecho que mi calidad de
vida desmejore ostensiblemente y mi estado de ánimo decaiga y todo por el
capricho de la accionada quien me condena al sufrimiento y por su posición
dominante me somete a llevar una vida en condiciones indignas ya que a
ellos la vida digna de las personas y sus sufrimientos no les importa en lo
más mínimo, mucho menos el sagrado derecho fundamental a la salud y a la
vida.

7. Pese a que el tratamiento que requiero es vital para garantizar mi VIDA en


condiciones dignas, no ha sido posible que se AUTORICE y PRACTIQUE lo
prescrito por los médicos tratantes, circunstancia que ha desencadenado en
un deterioro progresivo de mi salud.

8. Al respecto, es necesario referir que existen múltiples pronunciamientos


jurisprudenciales que indican que para garantizar la VIDA y la SALUD de un
paciente que sufre una ENFERMEDAD, no puede simplemente darse
aplicación llana al ordenamiento referido, es necesario analizar cada caso
particular y así ponderar los derechos que se encuentran enfrentados, dentro
de los cuales el DERECHO A LA VIDA prima sobre cualquier política de
racionalización del gasto en salud pública o dificultad administrativa.

9. Considerando lo anterior, se advierte que el comportamiento desplegado por


CAPITAL SALUD E.P.S., al negarse en forma injustificada a PRESTAR DE
MANERA URGENTE LOS SERVICIOS DE SALUD QUE REQUIERO, ha
vulnerado mis derechos fundamentales a la VIDA, SALUD, VIDA DIGNA, y
A LA SEGURIDAD SOCIAL.

CONSIDERACIONES

Algunos de los elementos que deben encontrarse acreditados para que el recurso
de amparo cuente con vocación de prosperidad, no ofrecen dificultad alguna en su
demostración, dada la incuestionable claridad con que están definidos desde la
propia Carta Constitucional. Por ejemplo, nada hay por agregar respecto de la
legitimidad para promover la Acción de Tutela, pues esa condición está concedida
a favor de TODA PERSONA, lo cual significa que el demandante, en tratándose de
tutela, es INDETERMINADO y basta con que se aporte la prueba de existencia de
la persona para que se le deba declarar legitimado para accionar por vía de tutela.

Por su parte, el extremo demandado, debe ser una autoridad o un particular que
preste un servicio público. También en este punto, es necesario aclarar, que, en
contra de las Entidades Promotoras de Salud, se puede interponer una Acción de
Tutela, cuando del ejercicio de su actividad, se deriva agresión a los derechos de
las personas. En conclusión, en contra de CAPITAL SALUD E.P.S., puede
interponerse el recurso de amparo.

En cuanto tiene que ver con la CONDUCTA que merece las censuras que propician
la interposición de esta Acción de Tutela, debemos afirmar que para el evento sub
examine, se concreta en una OMISIÓN consistente en la negativa de prestar el
siguiente servicio de salud a saber: 1. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA –
CONSULTA DE PRIMERA VEZ POR ESPECIALISTA EN ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGÍA ordenado por el especialista para poder mitigar las patologías
que me aquejan y con ello darme la posibilidad de llevar una vida en condiciones
dignas pues al atenuar el dolor, hace que recobre mi calidad de vida, propendiendo
por el derecho a la dignidad humana.

No obstante, la claridad que el asunto ya ofrece gracias a la elaboración


jurisprudencial nacida desde la H. Corte Constitucional, la conducta negligente es
flagrante, tal como puede deducirse en la presente acción.

Otro de los elementos de obligada demostración cuando se trata de resolver una


Acción de Tutela, es el referente al derecho violado o amenazado. En algunas
oportunidades se suscita polémica acerca de si una prerrogativa reviste la doble
condición que es preciso ostentar para merecer la protección de este mecanismo
de defensa de los derechos de las personas. Tal doble condición habla de lo
CONSTITUCIONAL y de lo FUNDAMENTAL del derecho. Así veamos los:

DERECHOS FUNDAMENTALES VIOLADOS

1-. DERECHO A LA SALUD.

El artículo 49 de la Constitución de 1991 consagra este derecho en los siguientes


términos:

“La atención de la salud y el saneamiento ambiental son


servicios públicos a cargo del estado. Se garantiza a todas las
personas el acceso a todas las personas el acceso a los
servicios de promoción, protección y recuperación de la
salud…”

La Ley 100 de 1993 en el libro II, consagra las disposiciones relativas al Sistema
de Seguridad Social en Salud

La Honorable Corte Constitucional mediante Sentencia T-760/08, Magistrado


Ponente MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA, consolidó la línea jurisprudencial
manifestando al respecto lo siguiente:

“3. El derecho a la salud como derecho fundamental

El derecho a la salud es un derecho constitucional fundamental. La Corte lo ha


protegido por tres vías. La primera ha sido estableciendo su relación de conexidad
con el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal y el derecho a la
dignidad humana, lo cual le ha permitido a la Corte identificar aspectos del núcleo
esencial del derecho a la salud y admitir su tutelabilidad; la segunda ha sido
reconociendo su naturaleza fundamental en contextos donde el tutelante es un
sujeto de especial protección, lo cual ha llevado a la Corte a asegurar que un cierto
ámbito de servicios de salud requeridos sea efectivamente garantizado; la tercera,
es afirmando en general la fundamentalidad del derecho a la salud en lo que
respecta a un ámbito básico, el cual coincide con los servicios contemplados por la
Constitución, el bloque de constitucionalidad, la ley y los planes obligatorios de
salud, con las extensiones necesarias para proteger una vida digna. A continuación,
pasa la Corte a delimitar y caracterizar el derecho a la salud, en los términos en que
ha sido consignado por la Constitución, el bloque de constitucionalidad, la Ley y la
jurisprudencia”.
EL DERECHO A LA SALUD DE LAS PERSONAS MAYORES O DE LA
TERCERA EDAD. REITERACIÓN DE JURISPRUDENCIA1[32]

4.1. El artículo 49 de la Constitución Política consagra la atención en salud como


un servicio público de responsabilidad del Estado, correspondiéndole organizar,
dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud de las personas, guiado por
los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. En la actualidad, el derecho
a la salud es autónomo e irrenunciable y su carácter fundamental se lo dio la
jurisprudencia de la Corte, con la sentencia hito T-760 de 2008[33]; y posteriormente
fue el legislador con el artículo 2° de la Ley 1751 de 2015[34] (también llamada, Ley
Estatutaria en Salud) quien la elevó a un rango estatutario y cuyo control previo se
llevó a cabo por medio de la sentencia C-313 de 2014. De igual manera, es
importante destacar que el derecho fundamental a la salud, definido como “la
facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional,
tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando
se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de su ser”[35],
posee unos elementos y principios establecidos en los artículos 6° y 8° de la
mencionada ley, que van al unisonó de la doble connotación que ha referido la
Corte Constitucional, de ser derecho/servicio público.

4.2. Con el propósito de desarrollar el punto anterior, sobresalen varios elementos


y principios como el de integralidad: el derecho de los usuarios del sistema a recibir
la atención y el tratamiento completo de sus enfermedades, de conformidad con lo
prescrito por el médico tratante; accesibilidad: los servicios y tecnologías de salud
deben ser accesibles a todos, en condiciones de igualdad; comprende la no
discriminación, la accesibilidad física, la asequibilidad económica y el acceso a la
información; oportunidad: la prestación de los servicios y tecnologías de salud
deben proveerse sin dilaciones; continuidad: derecho a recibir los servicios de salud
de manera continua y, una vez la provisión de un servicio ha sido iniciada, esta no
podrá ser interrumpida por razones administrativas o económicas; universalidad:
todos los residentes en el territorio colombiano gozarán efectivamente del derecho
fundamental a la salud en todas las etapas de la vida, para que el usuario del
sistema de salud obtenga un servicio de calidad.

4.3. Respecto del principio de integralidad, es necesario mencionar que, cuando el


Estado y las entidades encargadas de la prestación del servicio, a pesar de brindar
un tratamiento, no logren mejorar las condiciones de salud y calidad de vida de los
pacientes, deben proveerles los servicios y tecnologías necesarios para sobrellevar
la enfermedad y para garantizar al usuario una vida en condiciones dignas [36]. Ahora
bien, frente al carácter universal del derecho a la salud, la sentencia SU-508 de
2020 hizo una aclaración, en el sentido de indicar que, el establecer acciones
afirmativas en favor de las personas de la tercera edad[37], como sujetos de especial
protección constitucional, no desconoce ese postulado; en similar sentido, la
sentencia T-338 de 2021 señaló que esta parte de la población “afronta debilidades
para desarrollar ciertas funciones y actividades. Como consecuencia de ello, estas
personas resultan inmersas en situaciones de exclusión en el ámbito económico,
social y cultural. De manera que, es necesario adoptar medidas que permitan

1 Corte Constitucional. Sentencia T – 268/ 2023


suprimir esas barreras para garantizar la igualdad material de esa población”.

4.4. De la misma manera, la sentencia SU-508 de 2020 indicó que el carácter de


especial protección supone “que los derechos fundamentales de los adultos mayores
deben interpretarse en concordancia con el principio de dignidad humana y con la
Observación General No. 14 proferida por el Comité de los Derechos Económicos
Sociales y Culturales, [instrumento internacional] que orienta la interpretación del
derecho a la salud de personas en situación de vulnerabilidad. Asimismo, consideró
que la protección de sus derechos es prevalente. Es decir, tiene una relevancia
trascendental”[38]. Más adelante, la sentencia T-221 de 2021 sostuvo que los servicios
de salud que lleguen a necesitar los individuos en su última etapa de vida serán
garantizados de manera continua, permanente, oportuna y eficiente, en atención,
entre otras cosas, al deber de protección y asistencia consagrado en el artículo 46
superior[39].

4.5. Por último, la Ley 2055 de 2020 incorporó en legislación interna la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores, adoptada en Washington DC, el 15 de junio de 2015, en la que se resalta
“que la persona mayor tiene los mismos derechos humanos y libertades
fundamentales que otras personas”. También que: “la persona mayor tiene derecho
a su salud física y mental, sin ningún tipo de discriminación”. Recalca en que:
“se deberán diseñar e implementar políticas públicas intersectoriales de salud
orientadas a una atención integral que incluya la promoción de la salud, la
prevención y la atención de la enfermedad en todas las etapas, y la rehabilitación
y los cuidados paliativos de la persona mayor a fin de propiciar el disfrute del más
alto nivel de bienestar, físico, mental y social”. Por tanto, se puede afirmar que hay
normas internacionales vinculantes para el Estado colombiano, en materia de
protección del adulto mayor en todos los ámbitos de su vida, incluyendo el de la
salud, porque goza de los mismos derechos humanos y libertades fundamentales
que otras personas, en los que la dignidad y la igualdad son inherentes a todo ser
humano[40].

2-. EL DERECHO A LA VIDA

Fue voluntad del Constituyente que sesionó en el año 91 para dotar nuestra vida
jurídica de una nueva Carta Política, consignar en el TITULO II, agrupados bajo el
CAPITULO 1, los allí expresamente denominados “DERECHOS
FUNDAMENTALES” y entre ellos, como el primero de todos, se escribió en el
ARTÍCULO 11, EL DERECHO A LA VIDA, redactado de la siguiente manera:

“Art. 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte”

Resulta absolutamente claro que se habla en este Canon Constitucional, de una


prerrogativa que debe colocarse por encima de consideraciones que pretendan
desconocerla, pues el contenido de lo que ha de entenderse por derecho a la vida,
en un Estado como el nuestro que, por lo menos en teoría, se declara como Social
de Derecho, debe ser colocado en la cúspide de todo el discurso jurídico que
entraña una Carta de Derechos ciudadanos, tan amplia como la que nos gobierna
desde el año 91.
En este sentido ya ha habido pronunciamientos jurisprudenciales con origen en la
H. Corte Constitucional, Corporación que expresó:

“La vida humana está consagrada en la Carta de 1991 como un valor


superior que, según las voces del preámbulo debe asegurar la organización
política cuyas autoridades, de conformidad con el artículo segundo,
justamente están instituidas para protegerla. En perfecta concordancia con
ese valor, en cuanto constituye proyección del mismo, encabezando el
capítulo correspondiente a los derechos fundamentales, aparece el derecho
a la vida (art. 11 C.P), caracterizado por ser el de mayor connotación toda
vez que se erige en el presupuesto ontológico para el goce y el ejercicio de
los demás derechos, ya que cualquier prerrogativa, facultad o poder deviene
inútil ante la inexistencia de un titular al cual puedan serle reconocidos.

“el artículo 11 superior vincula al Estado y a los asociados a la protección de


la vida en sus dimensiones físicas y moral; esta Corporación ha entendido
que “la vida del ser humano es mucho más que el hálito mediante el cual se
manifiesta su supervivencia material” y que “no puede equipararse a otras
formas de vida, pues agrega al mero concepto físico elementos espirituales
que resultan esenciales” (Sentencia T-067 de 1994. M.P. Dr. JOSE
GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO)

“Así pues, el tenor literal del artículo 11 de la Carta supone una actitud de
las autoridades públicas y de los particulares orientada a evitar cualquier
comportamiento capaz de afectar la vida o producir la muerte, empero, como
se ha visto, el derecho a la vida es de más amplio espectro y por ello no agota
su designio protector en la simple abstención. Actualmente el
constitucionalismo hace eco de postulados que tienden a asegurar siquiera
el mínimo de posibilidades que tornan digna a la vida y, en esas
circunstancias, que concretan la noción del Estado Social de Derecho, se
impone, principalmente a los poderes públicos, la promoción de esas
condiciones; la vida, entonces, ya no puede entenderse tan sólo como un
límite al ejercicio del poder sino también como un objetivo que guía la
actuación positiva del Estado. La relevancia que el Constituyente otorgó a la
persona humana define el especial tipo de relación entre los asociados y la
organización estatal, de ahí que, frente a los derechos fundamentales y en
aras de su protección y goce efectivo no sea irrelevante la manera como se
ejercen las funciones públicas”

Corte Constitucional Sentencia No. T62714 de enero 15 de 1997 M.P. Dr.


Alejandro Martínez Caballero)

3-. EL DERECHO A LA VIDA DIGNA

Ahora al no autorizar y practicar por parte de COMPENSAR E.P.S, LOS


SERVICIOS DE SALUD QUE REQUIERO CON URGENCIA, no solo afecta mi
salud, sino que ponen en peligro mi vida digna.

Sobre el concepto de dignidad humana, vida e integridad personal, la jurisprudencia


constitucional es coincidente en afirmar que:

"... El respeto a la dignidad humana debe inspirar todas las actuaciones del
Estado. Los funcionarios están en la obligación de tratar a toda persona, sin
distinción alguna, de conformidad con su valor intrínseco (C.P. arts. 1,5 y 13).
La integridad del ser humano constituye razón de ser, principio y fin último de
la organización estatal”.

El principio fundamental de la dignidad humana no sólo es una declaración


ética sino una norma jurídica de carácter vinculante para todas las
autoridades (C.P. art. 1). Su consagración como valor fundante y constitutivo
del orden jurídico obedeció a la necesidad histórica de reaccionar contra la
violencia, la arbitrariedad y la injusticia, en búsqueda de un nuevo consenso
que comprometiera a todos los sectores sociales en la defensa y respeto de
los derechos fundamentales.

El hombre es un fin en si mismo. Su dignidad depende de la posibilidad de


autodeterminarse (C.P. art. 16). Las autoridades están precisamente
instituidas para proteger a toda persona en su vida, entendida en un sentido
amplio como "vida plena". La integridad física, psíquica y espiritual, la salud,
el mínimo de condiciones materiales necesarias para la existencia digna, son
elementos constitutivos de una vida íntegra y presupuesto necesario para la
autorealización individual y social.Una administración burocratizada,
insensible a las necesidades de los ciudadanos". (Sentencia T-499/92 - M.P.
doctor Eduardo Cifuentes)

Y si acordamos que no pueden las entidades prestadoras del servicio público de la


salud, negarse a suministrar un tratamiento en forma oportuna, que ha sido recetado
para mejorar la salud, mucho menos podrá sobrevenir tal tardanza, esgrimiéndose
como excusa, que jamás podrá resultar de recibo, que estos se encuentran
excluidos del Plan Obligatorio de Salud, entrando en contradicción con los pregones
de la Carta.

En el presente escrito de tutela insisto en el desconocimiento de los derechos


fundamentales a la salud, y seguridad social consagrados en los artículos 11 y 49
de la Carta Política, los cuales vienen siendo desconocidos por CAPITAL SALUD
E.P.S., como quiera que se encuentra demostrado que requiero atención integral
inmediata para mis patologías.

Es evidente la vulneración de los derechos fundamentales antes mencionados toda


vez que la entidad Accionada ha adquirido un compromiso con la salud, derecho
que es conexo con el de la vida, de ahí que no pueden evadir su responsabilidad,
no pueden negarse a prestar el tratamiento indicado por el médico especialista y el
cubrimiento total de los elementos, medicamentos y tratamientos que en el futuro
requiera, porque lo único cierto es que padezco una enfermedad de alto costo que
requiere atención integral inmediata.

En lo relacionado con los procedimientos NO POS, es de aclarar en este capítulo


que la Constitución Política por ser norma de normas prevalece sobre cualquier otro
tipo de ordenamiento jurídico de manera tal que prima el derecho a la vida y con ello
la existencia digna de la persona sobre cualquier disposición que en algún momento
sea contraria y para tal efecto procede darle aplicación al artículo 4 de la Carta
Magna.

Como se estableciera en uno de los fallos recientes, “Hoy día las normas
constitucionales son de aplicación inmediata, hoy debe utilizarse sin temor, eso sí
habiendo justificación y fundamento para ello, el principio consagrado en el artículo
4 de la Constitución Política que dispone: “En todo caso de incompatibilidad entre
la constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicaran las disposiciones
constitucionales “.

Así las cosas, aunque una disposición legal y/o reglamentaria establezca que solo
algunos medicamentos y/o procedimientos serán suministrados por las E. P. S., lo
cierto es que una norma de carácter Supra Legal, establece que el derecho a la vida
y a la salud, priman sobre cualquier disposición que de cualquier forma le sea
contraria.

De manera que atendiendo a la jurisprudencia, la persona que enfrente una


situación de enfermedad como en este caso, debe merecer la atención que su
estado requiera, con cargo a la entidad a la cual se encuentra afiliado dentro de las
pautas del Plan Obligatorio de Salud, y aún por fuera de este, caso en el cual el
tratamiento, elementos, medicamentos y lo que se requiera debe ser autorizado y
la Entidad podrá repetir en las sumas que desborden su obligación contra el Estado,
pero lo que no puede hacer es dejar desprotegidos en su salud a sus cotizantes y
beneficiarios .

Señor Juez, las insensibles conductas de algunas Entidades Prestadoras de Salud,


para con sus pacientes no tienen explicación, pues está de por medio la salud, la
integridad y la vida misma de una persona a quien los indescifrables designios de
la naturaleza colocaron en circunstancias que merecen toda la solidaridad no solo
de su núcleo familiar, sino de la sociedad en general y, en definitiva, del aparato
Estatal que, por fortuna, diseñó el mecanismo procedimental de que hago uso aquí,
para salvaguardar las prerrogativas ciudadanas de los abusos provenientes de
quienes se les ha entregado la prestación de un importante servicio público, como
lo es la salud.

No pueden las entidades prestadoras del servicio público de la salud, pese a


disposiciones contrarias o a requisitos de tiempo o modo, negarse a entregar en
forma oportuna y constante los medicamentos y elementos ordenados por los
médicos tratantes y que ellos mismos han contratado, cuando son necesarios para
el diagnóstico oportuno o tratamiento de las enfermedades y por ende para
lograr la recuperación de la salud y que traen como consecuencia el mejoramiento
de la calidad de vida del paciente que sin duda se traduce en el derecho fundamental
a tener una vida digna.

4-. DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL.

El artículo 48 de la Constitución de 1991 consagra este derecho en los siguientes


términos:
“La seguridad social es un servicio público de carácter
obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y
control del estado, en sujeción a los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la
ley…”

La Honorable Corte Constitucional mediante Sentencia T-355/12, Magistrado


Ponente LUIS ERNESTO VARGAS SILVA, reiteró la línea jurisprudencial
manifestando al respecto lo siguiente:

“La exigibilidad de medicamentos, procedimientos y servicios no


contemplados en el POS.

Una vez saldada, la discusión sobre la fundamentabilidad del derecho a la salud,


el objeto de estudio se centró en la exigibilidad de medicamentos,
procedimientos y servicios no contemplados en el Plan Obligatorio de Salud, y
es por ello que esta Corte por medio de la sentencia T – 760/08 puntualizó las
reglas de interpretación aplicables para conceder el acceso a dichos servicios
en sede judicial:

“(i) Que la falta del medicamento o el procedimiento excluido, amenace los


derechos fundamentales de la vida o la integridad personal del interesado;

(ii) Que se trate de un medicamento o tratamiento que no pueda ser sustituido


por uno de los contemplados en el Plan Obligatorio de Salud o que,
pudiendo sustituirse, no obtenga el mismo nivel de efectividad que el
excluido del plan, siempre y cuando ese nivel de efectividad sea el
necesario para proteger la vida en relación del paciente;

(iii) Que el servicio médico haya sido ordenado por un médico adscrito a la
entidad encargada de garantizar la prestación de servicios a quien está
solicitándolo; y.

(iv) Que el paciente realmente no pueda sufragar el costo del medicamento o


tratamiento requerido, y que no pueda acceder a él por ningún otro modo
o sistema, esto último es lo que alude a la noción de necesidad, por no
tener el paciente los recursos económicos para sufragar el valor que la
entidad garante de la prestación está autorizada a cobrar.”

Para la Corte, lo anterior se funda en que la normatividad vigente que rige el sistema
de seguridad social en salud no puede erigirse como obstáculo para garantizar el
goce efectivo de derechos fundamentales como la vida, la dignidad humana y la
salud de los afiliados. Por tanto, esta Corporación ha admitido el acceso a
medicamentos, procedimientos o tratamientos NO-POS sólo cuando se cumplen los
requisitos anteriormente enunciados, permitiéndose excepciones únicamente
cuando las circunstancias del caso lo ameriten, como podrá observarse en el
desarrollo de esta sentencia”.

Así las cosas, dignas de protección por el conducto de la Acción de Tutela, se nos
revela mi vida, salud, vida en condiciones dignas y seguridad social.

PRETENSIONES

Con apoyo en todo cuanto se ha dicho, solicito señoría acceder a las siguientes
peticiones:

Primera-. TUTELAR mis Derechos Fundamentales de Orden Constitucional


consagrados en los artículos 11, 48 y 49, de la Carta Política, los
cuales están siendo vulnerados en las circunstancias de modo, tiempo
y lugar, precisados en la tutela por parte de CAPITAL SALUD E.P.S.

Segunda-. ORDENAR a CAPITAL SALUD E.P.S. que proceda dentro del término
que su digno despacho disponga a AUTORIZAR Y PRACTICAR EL
SIGUIENTE SERVICIO DE SALUD A SABER: 1. ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGÍA – CONSULTA DE PRIMERA VEZ POR
ESPECIALISTA EN ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA.

Tercera-. ORDENAR a CAPITAL SALUD E.P.S, garantizar el TRATAMIENTO


INTEGRAL que es necesario para la recuperación de mi salud, en el
sentido que se autorice y materialice la entrega de los medicamentos,
y la práctica de los procedimientos junto con los insumos requeridos
ordenados por los médicos tratantes, de acuerdo con la enfermedad
diagnosticada y las consecuencias de esta, y las secuelas que pueda
tener la actitud negligente de CAPITAL SALUD E.P.S.

PRUEBAS

Para que obren como elementos de convicción, con esta demanda, solicito sean
tenidos en cuenta los siguientes:

1. Copia de mi cédula de ciudadanía.


2. Copia de la historia clínica.
3. Copia de la orden médica.

COMPETENCIA

Es usted Señor Juez competente para conocer del asunto, por la naturaleza de los
hechos, por tener jurisdicción en el domicilio del particular accionado y de
conformidad con lo dispuesto en el Decreto 1382 de 2000.
DECLARACIÓN JURADA

Atendiendo lo dispuesto por el Decreto 2591 de 1991, en su artículo 37, bajo la


gravedad del juramento declaro que por estos mismos hechos e invocando iguales
derechos y en contra del mismo particular, no se ha promovido por mi parte otra
Acción de Tutela.

NOTIFICACIONES

Para los efectos de rigor, manifiesto que las notificaciones, en este asunto, pueden
cumplirse de la siguiente manera:

La Accionante MARIA BERNARDITA QUEVEDO PARDO, en la Calle 20 No. 12 -


37 Apto 801en la ciudad de Bogotá D.C, teléfono: 3146162942, correo electrónico:
mariaqu625@gmail.com

La entidad accionada CAPITAL SALUD E.P.S., en la Carrera 16 No. 40 A - 45 en


la ciudad de Bogotá D.C., teléfono (601) 7427257, correo electrónico:
notificacion.tutelas@capitalsalud.gov.co

Del Señor Juez,

MARIA BERNARDITA QUEVEDO PARDO


C.C. N° 41.730.512 expedida en Bogotá

Ley 2213 de 2022 ARTÍCULO 2. USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA


INFORMACIÓN Y LAS COMUNICACIONES. Se podrán utilizar las tecnologías de
la información y de las comunicaciones, cuando se disponga de los mismos de
manera idónea, en la gestión y trámite de los procesos judiciales y asuntos en curso,
con el fin de facilitar y agilizar el acceso a la justicia. Se utilizarán los medios
tecnológicos, para todas las actuaciones, audiencias y diligencias y se permitirá a
los sujetos procesales actuar en los procesos o trámites a través de los medios
digitales disponibles, evitando exigir y cumplir formalidades presenciales o
similares, que no sean estrictamente necesarias. Por tanto, las actuaciones no
requerirán de firmas manuscritas o digitales, presentaciones personales o
autenticaciones adicionales, ni incorporarse o presentarse en medios físicos.

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