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Capítulo 1 ABC Pujato

El documento aborda la evolución del concepto de alfabetización, destacando su importancia como un proceso continuo que va más allá de la simple lectura y escritura, abarcando diversas dimensiones y habilidades necesarias en la sociedad actual. Se enfatiza la necesidad de una alfabetización inicial sólida y la transición hacia la alfabetización avanzada y académica, así como el papel crucial de la educación en este proceso. Además, se menciona la influencia de la UNESCO y otros organismos internacionales en la definición y promoción de estrategias de alfabetización que respondan a las necesidades cambiantes de la sociedad.

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Capítulo 1 ABC Pujato

El documento aborda la evolución del concepto de alfabetización, destacando su importancia como un proceso continuo que va más allá de la simple lectura y escritura, abarcando diversas dimensiones y habilidades necesarias en la sociedad actual. Se enfatiza la necesidad de una alfabetización inicial sólida y la transición hacia la alfabetización avanzada y académica, así como el papel crucial de la educación en este proceso. Además, se menciona la influencia de la UNESCO y otros organismos internacionales en la definición y promoción de estrategias de alfabetización que respondan a las necesidades cambiantes de la sociedad.

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Capítulo 1

ALFABETIZACIÓN
"El Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (2003-2012)
representa una nueva oportunidad para fomentar con renovado vigor el
objetivo del alfabetismo universal bajo el lema 'La Alfabetización como
Libertad'. Asimismo, este lema refleja el hecho que en décadas recientes el
concepto de alfabetización ha evolucionado más allá de la noción simplista
que la define como un conjunto de destrezas técnicas de lectura y escritura
hacia un concepto pluralista, compuesto por la gran diversidad de
significados y dimensiones que estas destrezas, cuyo valor es innegable,
pueden adoptar.” UNESCO (2004)
Una cosa es indiscutible, saber leer y escribir nos hace sentir seguros, nos
da la posibilidad de acceder a la información, de elegir el campo del
conocimiento que queremos aprender, de entender el mundo donde
estamos inmersos. Esto ocurre porque la lengua escrita no sólo es
fundamental para la sistematización del conocimiento, para su posterior
conservación y transmisión sino que, además, es la herramienta más
poderosa dentro del ámbito social, cultural y hasta económico.
En un sentido estricto, saber leer y escribir nos da patente de alfabetizados,
no obstante, el proceso de alfabetización es largo y complejo, dura toda la
vida, ya que siempre aparecen nuevos textos e innovaciones en la
forma de escribirlos. A medida que avanzamos en el camino que nos
constituye como lectores y escritores, a medida que nos especializamos en
una rama del saber, más tenemos que aprender a familiarizarnos con las
distintas maneras de tratamiento de la información. Por lo tanto, cuando
conocemos las primeras letras, estamos dando los primeros pasos del arduo
pero mágico tránsito desde la alfabetización inicial hacia la alfabetización
avanzada.
Las definiciones coinciden en establecer que la palabra alfabetización hace
referencia a las habilidades lingüísticas y cognitivas necesarias para
alcanzar los conocimientos y acceder a la apropiación y recreación de la
cultura escrita que la humanidad ha producido a lo largo de su historia.
Estar alfabetizados hoy significa, en principio, poder leer, escribir, poseer
capacidades para el cálculo y la numeración aplicadas al contexto socio-
histórico que es el que demanda estas competencias han cambiado acorde
a las demandas de la sociedad. En realidad, siempre ha sido así, los
conocimientos implicados en la alfabetización han cambiado acorde a las
demandas de la sociedad.
Se sabe, por ejemplo, que en los siglos XVII y XVIII, poca gente dominaba la
lengua escrita, los que leían debían demostrar capacidad para decodificar
palabras en voz alta, sin exigencia alguna respecto de la interpretación y
aplicación de la información. Pasados los años, cuando los grupos sociales
mas acomodados accedieron a la educación, se esperaba de ellos que
fueran capaces de leer en silencio, comprender y responder preguntas sobre
lo leído. Luego, a las aptitudes anteriores se les incorporó la exigencia de
que el alfabetizado pudiera sacar conclusiones del material leído
(Resnick, 1999).
En la actualidad, se considera a la alfabetización como proceso permanente
y progresivo. A medida que se desenvuelve, permite, al sujeto alfabetizado,
acceder a los conocimientos, desarrollar capacidades específicas y entrar a
la cultura de lo escrito con todo lo que ello supone.
En los últimos años, el término alfabetización ha sido redefinido al intentar
relacionarlo con los saberes que se consideran esenciales para que una
persona se desempeñe eficazmente durante el tercer milenio. Se habla de
alfabetización científica, alfabetización informática, alfabetización
tecnológica, y hasta de alfabetización emocional, utilizando la palabra
alfabetización en un sentido amplio, metafórico (Braslavsky, 2004), con la
intención de indicar que todos los sujetos, sin distinciones, deberíamos
poseer destrezas básicas en estas áreas.
Se coloca, así, a la educación, frente a nuevos desafíos, y se genera el
debate respecto de la responsabilidad que tiene la escuela pública en la
formación de sujetos capaces de responder a los requerimientos que los
nuevos tiempos exigen.
Sin embargo, los organismos internacionales (UNESCO, 2004) entendidos en
esta problemática sugieren recuperar el sentido primordial de la palabra
alfabetización, aquel que hace referencia al aprendizaje de la lengua escrita,
la lectura y la escritura. De esta manera lo consideraremos en este libro,
ubicándonos estrictamente en la etapa específica y primordial de la
alfabetización inicial orientada a las competencias vinculadas al texto
escrito.
ACLARANDO TERMINOS
El grado de alfabetización alcanzado por los habitantes de una comunidad
es diverso. En la sociedad coexisten personas que no saben leer ni escribir,
analfabetos puros, con aquellos que, si bien han asistido a la escuela, no
pueden gestionar su propia escritura y leen deletreando porque no
comprenden o comprenden fragmentariamente el texto, analfabetos
funcionales.
El aprendizaje del lenguaje escrito puede comenzar antes del ingreso
escolar y continuarse toda la vida, es decir, fuera del marco de la educación
formal existe un proceso asistemático a través del cual todos podemos
enriquecer nuestros saberes al estar inmersos en situaciones diversas de
lectura y escritura.
También los chicos inician el camino hacia la alfabetización antes de
incorporarse a la escuela, podemos observar cómo adquieren conductas de
lectura y escritura, básicamente, si las ven en su entorno. Estas conductas,
que son parte del proceso alfabetizador, suelen apreciarse en el período
preescolar y se constituyen en base fundamental sobre la que se asienta la
evolución posterior. A esta etapa se la denomina alfabetización emergente o
no convencional, y es un punto de partida a tener en cuenta para plantear
el proceso formal de enseñanza.
El último año del Nivel Inicial y los primeros años del nivel primario permiten
el ingreso a la llamada alfabetización inicial, periodo durante el cual se
sientan las bases para el aprendizaje de la lengua escrita y las habilidades
de lectura y escritura así como de los conocimientos de todas las áreas del
currículum.
Durante este lapso, los niños comienzan su proceso de adquisición de la
lengua escrita, y los contenidos de Lengua que se aprenden sientan las
bases y condiciones para el aprendizaje de los contenidos de todas las áreas
curriculares. Es por ello que las instituciones deben focalizar la mirada en
esta etapa, para optimizar los procesos de enseñanza que allí se producen y
garantizar que los aprendizajes sean sólidos y permanentes.
Más adelante, cuando ya se consolidan los conocimientos adquiridos y se
logran estrategias personales para realizar lecturas y escrituras diversas,
extensas y complejas, podemos afirmar que se ha iniciado la denominada
alfabetización avanzada. Ésta permite la modificación y perfeccionamiento
del habla y la escucha y favorece el desempeño autónomo y eficaz dentro
de la sociedad. Posibilita, además, que los alumnos permanezcan en la
escuela, evitando el desgranamiento y la repitencia. En la medida en que
fortalece las habilidades de lectura y escritura de los alumnos, los capacita
para seguir aprendiendo contenidos disciplinares cada vez más exigentes.
El logro de la alfabetización inicial en una sociedad es un objetivo
importante; pero es la alfabetización avanzada la que permite a los
individuos jugar un papel fundamental en la vida de una sociedad. Por esto,
la cuestión referida a la alfabetización y la distinción respecto de sus etapas
emerge como una temática a clarificar desde lo institucional y a sincerar
desde lo pedagógico.
Si los estudiantes consiguen superar los escalones anteriormente indicados,
ingresan a la llamada alfabetización académica, extenso periodo que suele
comenzar cuando el estudiante llega a los estudios superiores y permanece
allí durante toda la vida. Otorga la posibilidad de acceder a textos científicos
específicos pertenecientes a determinados campos del saber.
En ocasiones, los alumnos revelan durante esta etapa todas las falencias
que arrastran de las fases anteriores, lo que origina la extensión de tiempo
en el alcance del título de grado o, a veces, el abandono de la carrera
elegida.
El proceso, sintetizado tan brevemente, no es lineal, generalmente se ve
obstaculizado por múltiples factores; algunos externos al ámbito
estrictamente escolar, como la condición social y económica, las
expectativas familiares respecto de los logros; y otros, internos a la escuela.
Los factores externos son importantes pero no son determinantes del
fracaso escolar. Sí parecen serlo aquellas causas que pueden ser atenuadas
desde la escuela, entre ellas, las originadas por los contrastes entre los
niños de sectores medios y de sectores desfavorecidos respecto de:
+Las formas comunicativas del hogar y las del aula,
+la participación en situaciones de alfabetización anteriores al ingreso la
escuela,
+el conocimiento sobre los usos sociales de la escritura, el sistema de
escritura y el lenguaje escrito.
La variable cultural y lingúística, los diferentes ritmos de aprendizaje
predisponen al fracaso. Es una tarea difícil para los docentes asumir la
diversidad como riqueza y la diferencia entre los aprendizajes previos de los
alumnos como insumo para planear las actividades diarias en la escuela. Sin
embargo, sigue siendo una tarea que vale la pena realizar porque redunda
en el desarrollo de la autoestima y de la identidad de los niños.
LA ALFABETIZACIÓN SEGUN LA UNESCO
La UNESCO es una organización internacional con función normativa que
proporciona definiciones genéricas sobre alfabetización y estrategias de
alfabetización, y realiza sugerencias sobre la creación de entornos
apropiados para la tarea alfabetizadora. Como estas declaraciones son
tenidas en cuenta por los gobiernos y, en consecuencia, por las instituciones
educativas, consideré relevante comentarlas.
En el documento “La Pluralidad de la Alfabetización y sus implicancias en
Políticas y Programas” (2004) esta organización afirma:
“La manera como se defina la alfabetización se verá reflejada en las metas
y estrategias adoptadas y en los programas diseñados por los encargados
de elaborar políticas, así como también en los métodos de enseñanza y
aprendizaje, en los programas de estudio y en los materiales utilizados por
los docentes en ejercicio” (UNESCO, 2004).
Esta aseveración se ve confirmada a través del recorrido histórico que en
este mismo texto se realiza y donde se dan pruebas evidentes de la función
que esta entidad ha tenido en los planes de alfabetización, como veremos a
continuación.
Desde su fundación en 1946, la UNESCO ha promocionado
internacionalmente la acción alfabetizadora y, en su informe sobre
Educación Fundamental de 1947, consideró a la alfabetización como un
derecho que les corresponde legítimamente a todas las personas.
Al correr de los años, el concepto sobre alfabetización fue cambiando y,
durante las décadas de los 60 y 70, esta organización se hizo eco de los
requerimientos que ese momento histórico exigía. Estas demandas llevaron
a un primer plano las distintas formas en que se vinculaba el desarrollo de
las destrezas de lectura, escritura y aritmética con la productividad. Se dio
origen, entonces, al concepto de “alfabetización funcional”, conectándola
con el progreso socioeconómico y ampliando el concepto de alfabetización.
Corría 1975, cuando Paulo Freire fue distinguido por la UNESCO por su labor
alfabetizadora. Este educador le otorgó una dimensión política a la
alfabetización, ya que desarrolló una metodología cuyas bases estaban
asentadas sobre acciones culturales que debían ser evidentes para el
educando permitiéndole cuestionar el porqué de las cosas a fin de
cambiarlas y mejorarlas. Su método denominado “concientización” (Freire,
1972), relacionó la alfabetización con la política, desplazándola más allá de
las estrechas fronteras socioeconómicas establecidas por la alfabetización
funcional.
En las décadas de los 80 y 90, su trabajo sirvió de fundamento a una
reflexión más profunda sobre el significado de la alfabetización, su forma de
adquisición y su puesta en práctica.

Durante el Año Internacional de la Alfabetización, celebrado en 1990, la


UNESCO, junto a la comunidad internacional, promulgó la Declaración de
Educación para Todos (1990) e introdujo el concepto de alfabetización como
parte de un continuo que abarca la educación formal y no formal de niños,
jóvenes y adultos. Este concepto, junto a los “cuatro pilares de la
educación” —aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos
y aprender a ser— propuestos por la Comisión Internacional de Educación
para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors (1956), se encuentra
estrechamente vinculado al concepto de "aprendizaje durante toda la vida".
Posteriormente, en una serie de pronunciamientos internacionales, tales
como la Declaración de Hamburgo sobre aprendizaje de adultos (1997) el
marco de accion de Dakar (2000) y la resolución de la Asamblea General de
Naciones Unidad sobre el Decenio de las Naciones Unidas de la
Alfabetización(2002), se identifico la naturaleza cambiante de la
alfabetización como un elemento clave del aprendizaje que tiene lugar
durante toda la vida en un entorno contextualizado. Es decir, al relacionar la
alfabetización con las nociones de identidad cultural, derechos humanos,
equidad, ciudadanía y desarrollo socioeconómico, se hicieron necesarias
acciones alfabetizadoras contextualizadas y centradas en el educando.
Sin embargo, incluso estas nociones no fueron lo suficientemente amplias
como para captar la complejidad y diversidad de la alfabetización en todo
su espectro de adquisición y puesta en practica.
En 2003 durante una reunión de expertos internacionales convocada por la
UNESCO se propuso una definición —principalmente con fines evaluativos-
en los siguientes términos:
“Alfabetización es la habilidad para identificar, entender, interpretar, crear,
comunicar y calcular, mediante el uso de materiales escritos e impresos
relacionados con distintos contextos. La alfabetización representa un
continuo de aprendizaje que le permite al individuo cumplir sus metas,
desarrollar su potencial y conocimientos y participar activamente en
actividades comunitarias y sociales.”
Esta declaración se refiere a las formas de utilización de los saberes que,
dentro del grupo de pertenencia, hacen las personas, quienes adquieren la
alfabetización y la ponen en práctica con distintos fines y bajo diferentes
circunstancias. Esto está determinado por la cultura, la historia, la lengua, y
las condiciones socioeconómicas de los sujetos. En esta definición se
abandona definitivamente la noción se abandona definitivamente la noción
de alfabetización como un conjunto de destrezas técnicas y se la proyecta
dentro de una dimensión social, como fenómeno situacional y dinámico. De
la misma manera se hace hincapié en su diversidad lingüística y cultural.
La forma como los sujetos logran alfabetizarse es diversa, así como lo son
las circunstancias en que la acción alfabetizadora se desarrolla y los
métodos que se utilizan para lograr el objetivo.
Según la UNESCO, en la actualidad se deben buscar métodos y estrategias
variadas que tengan en cuenta los conocimientos de los alfabetizandos así
como sus necesidades individuales, las particularidades de su medio
ambiente y las características de su cultura.
Otras organizaciones internacionales, como la UNICEF y las Naciones
Unidas, también le han conferido a la alfabetización un lugar central dentro
de las estrategias que los gobiernos de todos los países deben llevar a cabo
en contra de la pobreza. Estas entidades consideran que la clave del éxito
de los esfuerzos globales en pro de la alfabetización reside en el interior de
los propios países.
Además, han expresado que, para que la implementación de estos planes
sea exitosa, se debe contemplar la alfabetización como
”[...] el núcleo central de todos los planes, acciones y programas. Cada uno
de ellos debe abordar la alfabetización en términos de la igualdad entre los
géneros y las necesidades de quienes no tienen acceso a una educación de
calidad —los niños y adolescentes no escolarizados y los jóvenes y adultos
analfabetos—” (UNESCO, 2004).
Ya indicamos la importancia que los poderes políticos le otorgan a las
declaraciones que realizan estos organismos internacionales, por lo tanto, la
mayoría de los países latinoamericanos han originado proyectos dentro de
las acciones de educación formal que tienen como eje la alfabetización.
LAS PRACTICAS DE ALFABETIZACION
Estos proyectos intentan seguir las siguientes estrategias sugeridas por esta
organización a fin de lograr el objetivo:
+“situar la alfabetización como elemento central de los sistemas educativos
nacionales y de los esfuerzos de desarrollo;
+otorgar la misma importancia tanto a las modalidades de educación formal
como a las de educación no formal;
+ fomentar la creación de un entorno que apoye los usos de la
alfabetización y de una cultura de lectura en la escuela y en la comunidad
local;
+ garantizar que la comunidad local participe en los programas de
alfabetización y que los entienda como algo propio;
+crear entornos alfabetizados sustentables y expansibles
+mejorar la calidad de vida” (UNESCO, 2004).
CONDICIONES PARA LA ALFABETIZACION
El documento que estamos comentando establece que, para lograr un
ambiente adecuado capaz de enmarcar apropiadamente las acciones de
alfabetización, se deberían orientar las acciones de forma tal que los niños y
todos los alfabetizandos puedan interactuar con textos escritos.
Todos usamos la alfabetización de diferentes maneras, lo hacemos cuando
debemos leer señales de tránsito, itinerarios, formularios administrativos,
cuentas bancarias, calendarios, listas de compras, afiches, tarjetas, cartas,
libros, revistas, periódicos, televisión, “e-mails” o sitios de internet. La
existencia en el hogar, en el aula, en el lugar de trabajo y en los demás
espacios comunitarios de entornos alfabetizados capaces de estimular al
individuo, son elementos esenciales para facilitar los distintos usos de la
alfabetización.
La UNESCO recomienda a todos los países interesados en la acción
alfabetizadora tomar las siguientes acciones para crear entornos
apropiados:
* “fomentar y garantizar la libertad de expresión y comunicación;
* mejorar el acceso a los medios de expresión y comunicación, como los
periódicos, la radio, la televisión y las tecnologías de información y
comunicación;
*brindar apoyo a los individuos y a las comunidades en el desarrollo de la
capacidad para gestionar y producir materiales de contenido local que
contribuyan a la expresión y comunicación escrita en conjunción con las
artes visuales, la danza, la música, la narración de cuentos y el teatro,
donde también tenga un espacio la información electrónica;
* crear y prestar apoyo a las bibliotecas locales;
*fomentar políticas multilingües y multiculturales, particularmente en el
ámbito de la educación;
* lograr que los grupos comunitarios, las familias y los individuos, las
organizaciones de la sociedad civil, las universidades e institutos de
investigación, los medios de comunicación y el sector privado, contribuyan a
impulsar iniciativas orientadas al desarrollo de entornos alfabetizados”
(UNESCO, 2004).

Como hemos visto, el concepto de alfabetización es complejo; de la misma


manera, las acciones tendientes a lograr un pueblo alfabetizado pueden ser
consideradas espinosas por las diversas cuestiones implicadas.
Sin embargo, los gobiernos deberían atender al mejoramiento de las
propuestas de enseñanza a fin de fortalecer y facilitar el proceso de
alfabetización de los individuos y particularmente de todos los niños.
¿Y EN NUESTRAS ESCUELAS?
Últimamente, la mayoría de los temas antes comentados. Han llegado a
nuestras instituciones educativas y han sido objeto de reflexión en todos los
niveles de enseñanza. Hemos escuchado hablar de alfabetización inicial,
avanzada, académica en muchas reuniones plenarias llevadas a cabo en las
escuelas, que han tenido como eje esta temática. Es decir, las
organizaciones internacionales se pronuncian respecto de la alfabetización,
estas declaraciones son tenidas en cuenta por aquellos que tienen poder de
decisión y éstos las transmiten a los educadores. Sin embargo, estas
afirmaciones y sugerencias llegan de diferente manera a las escuelas,
filtradas, desdibujadas, mediatizadas por los actores implicados.
Nuestro país no es una excepción; también aquí los problemas de
alfabetización parecen estar originados, por un lado, en la ausencia de una
intervención sólida y sostenida desde las formulaciones de política
curricular, la formación docente, los acuerdos institucionales y las prácticas
de enseñanza; y por otro, en una acumulación de prácticas tradicionales,
ritualizadas y ausentes de reflexión que se hacen presentes una creciente
insatisfacción con los logros de los alumnos, con los niveles de
conocimientos con que ingresan y egresan.
Estamos en un Marco de perspectivas desencontradas en el que aparecen
muchas confusiones, cierta escasez de conocimiento profesional y una
desigual colaboración por parte de todos los actores comprometidos en la
acción alfabetizadora y transformadoras dentro de las escuelas. Este
panorama de desconcierto se profundiza en aquellas instituciones cuya
población escolar esta entre los grupos que se consideran socialmente
comprometidos, los que también están mas ligados al fracaso durante el
periodo escolar.
Las cuestiones antes indicadas Y, en algunos casos, la ausencia de un
proyecto alfabetizador en las escuelas permiten explicar porque el proceso
suele estar lleno de obstáculos. Las acciones dispares, desordenadas,
individuales no benefician en camino hacia la alfabetización, es decir,
entender el dominio de la lengua escrita solo como una técnica instrumental
que la maestra de los primeros años de escolaridad o la maestra de lengua
deben enseñar origina una lentificacion del paso hacia la alfabetización.
"La idea de que la alfabetización acaba en los dos primeros años de la
primaria impide ver cuál es la tarea alfabetizadora propia de los niveles
siguientes, impide ver que la alfabetización es un proceso y no un estado
que se logra de una vez por todas. Entonces, seguiremos quejándonos de
que el nivel anterior no hace lo que hace y nunca haremos lo que nos toca
hacer. Efectivamente, llegan mal pero también es cierto que aunque
lleguen bien uno tiene que seguir alfabetizando. Ese asunto de “llegan mal",
'cada vez saben menos”, no parece un diagnóstico correcto, cada vez que
alguien usa la escritura para algo y pide que se escriba algo para algo esta
vinculándose con la alfabetización. cualquier profesor, el de historia,
ciencias Naturales , el que sea, tiene que preguntar si los alumnos
entendieron o no y si no entendieron analizar qué pasó. Y no, simplemente:
'no lo entendieron, profesor de Lengua, ocúpese. No" (Ferreiro, 2003).
Modificar y allanar las dificultades que emergen en el
Modificar y allanar las dificultades que emergen en el proceso alfabetizador
no es una labor sencilla, sin embargo, puede lograrse si se articulan las
tareas de tal forma que el trabajo se lleve a cabo interdisciplinariamente, a
través de un proyecto coherente, sistemático y reflexivo del que se sientan
responsables todos aquellos que participan en la tarea educativa de la
escuela.
OTRAS CONSIDERACIONES
Como dijimos antes, el proceso alfabetizador puede desarrollarse en la
escuela O fuera de ella. Según donde se realice adquiere características
diferentes.
*Los aprendizajes que se adquieren fuera del contexto escolar son
significativos e influyen tanto que pueden llegar a obstaculizar o beneficiar
el camino de los niños hacia la alfabetización. En la actualidad, conviven los
avances científicos y tecnológicos junto a las convulsiones sociales
(marginalidad, pobreza, violencia) y esto tiñe especialmente el proceso
educativo de los alumnos y lo transforma.
*La escuela, como institución, refleja los cambios sociales y los intereses
materiales e ideológicos de los centros de poder. Éstos son quienes, a su
vez, realizan las modificaciones dentro del sistema educativo y originan
situaciones que filtran el proceso alfabetizador.
*La heterogeneidad de la población infantil que asiste a la escuela se
evidencia en los saberes diferentes que los chicos han adquirido en sus
contextos de pertenencia así como en las dispares condiciones de esos
aprendizajes. Esto también tiene consecuencias, tanto en los niños como en
las acciones específicas de enseñanza y aprendizaje.
Por lo tanto, si bien la alfabetización supone el aprendizaje de la lectura y la
escritura, el modo de desarrollarla, así como la forma de emplear las
habilidades que implica, dependen de circunstancias sociales y culturales
concretas.
No todos los chicos hacen un camino lineal hacia la adquisición de la lectura
y la escritura, muchos de ellos fracasan y egresan del sistema o, aunque
permanezcan dentro de él, no alcanzan el nivel de alfabetización necesario
para seguir aprendiendo.
Los niños que persisten en el proceso no sólo aprenden a leer y escribir, sino
que incorporan modos específicos de trabajo intelectual, aprenden una
escucha sistemática, aprenden a concentrarse, y así desarrollan el tipo de
atención que es necesario para el proceso continuo de alfabetización.
Asimismo, es durante la educación formal cuando el proceso alfabetizador
se vuelve regular, ordenado, pues las instituciones son las responsables de
las propuestas en cuanto a contenidos, metodologías, posibles cronogramas
y articulación de actividades.
Estas apreciaciones ponen en evidencia todo lo amplio, integrador,
abarcativo que es el proceso alfabetizador, proceso de desarrollo lingüístico,
social, comunicativo, que no culmina cuando el niño ha alcanzado un primer
dominio del lenguaje escrito, sino que es en ese momento cuando recién
comienza.

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