El proceso de globalización que
atravesó la humanidad produjo
modificaciones en múltiples
dimensiones, entre ellas definió
nuevos modelos urbanos y una
nueva red de intercomunicación de las
ciudades a nivel global. Peter Hall
diferencia a las ciudades según su
jerarquía en globales, sub-globales y
regionales. Esta categorización depende de las diversas funciones que cumplen
las ciudades, donde las primeras se convirtieron en centros del poder político,
centros de comercio, de actividad profesional, de acumulación y difusión de la
información, de consumo, y centros de arte y cultura. La ciudad de París juega un
rol importante dentro de esta nueva RED GLOBAL, y junto con Londres son las
principales ciudades europeas consideradas como ciudades globales. Estas redes
globales de vínculos internacionales que muchas veces resuelven la transmisión
de la información a través de medios electrónicos, otras veces necesitan del
contacto cara a cara, y ahí es cuando necesitan del acompañamiento del
desarrollo en las REDES DE TRANSPORTE que permita establecer lazos directos
entre estos principales nodos. Se desarrolló la interconectividad aérea de las
ciudades, lo cual definió nuevos puntos de interés en las ciudades en cuánto a la
cercanía a los aeropuertos, se implementó el tren de alta velocidad, que determinó
corredores vinculando distintas ciudades de relevancia
(Londres- París - Brusellas o París - Lyon – Marsella)
Esta nueva red global establece una nueva geografía económica de centralidades
y marginalidades. París forma parte de esta CENTRALIDAD interurbana entre los
principales centros financieros y comerciales que atraviesan fronteras nacionales.
Sin embargo se necesitan políticas y acciones gubernamentales que permitan la
integración territorial y económica entre ciudad central y el resto de la región para
reducir las nuevas formas de desigualdad espacial y social que genera este
sistema.
El desarrollo de las ciudades durante el siglo XX generó diversos escenarios de
fragmentación y dispersión urbana, esto se debe en parte a las distintas oleadas
de progreso técnico ligados a las comunicaciones y el transporte, desde los
comienzos del transporte ferroviario hasta las más actuales redes telemáticas. A
esta crisis urbana que afecto a Europa a fines del siglo pasado se le dieron
diversas respuestas de RENOVACIÓN URBANA, a través de intervenciones
puntuales que buscaban aportarle a la ciudad un carácter simbólico-representativo
y una lógica funcional. En el caso de Paris se elaboró un plan de renovación
urbano arquitectónico a cargo de Francois Mitterrand, que se trataba de incorporar
diferentes proyectos y monumentos en la escena urbana que definieran su
carácter simbólico y cultural.
La CIUDAD CONTEMPORÁNEA se caracteriza por la mixtura funcional y por
ende debe tener la capacidad de transformarse. Aparecen nuevos sistemas de
compatibilidad e incompatibilidad entre los usos, los sujetos y las prácticas, entre
el presente y el pasado. En este sentido, Bernardo Secchi entiende que el futuro
de la ciudad no es algo que simplemente llega y podemos prever, sino que de
nosotros depende, es una construcción propia que comienza con nuestras
acciones en el presente y nuestra capacidad analítica y proyectiva.