2 C ISAAC BENDICE A JACOB
INTRODUCCIÓN
Hemos considerado que Isaac era un hombre excepcional, una gran
personalidad. Recordemos cuando el rey Abimelec y los filisteos,
que le temían y respetaban, vinieron a concertar un tratado con él.
Era un hombre paciente y pacífico y, al mismo tiempo, prominente y
poderoso. Sin embargo, aquí reveló su debilidad. Durante toda su
vida, Esaú había sido su hijo favorito, mientras que Jacob había sido
el favorito de Rebeca. Esaú era el joven amante de la vida al aire
libre, que salía de caza y volvería trayendo un ciervo u otro animal
para asarlo, y para que su padre disfrutase así de una buena
comida. Ahora Isaac, en su ancianidad, quería bendecir a su hijo
favorito. Aunque él sabía bien que Dios había dicho que el hijo
mayor serviría al menor, evitó cumplir lo que Dios había establecido
porque, realmente, quería bendecir a Esaú. Es así que le pidió que
saliese al campo a cazar para traerle y prepararle una comida,
después de la cual le bendeciría. Así estaba la situación y las
relaciones familiares en aquel hogar.
Este capítulo nos relata cómo Jacob y Rebeca se confabularon para
obtener de Isaac la bendición para Jacob que era, en realidad, la
bendición que Isaac tenía reservada para Esaú. Jacob anhelaba
recibir esa bendición de su padre. Él sabía que Dios había prometido
a su madre que el hijo mayor serviría al menor, por lo que la
bendición ya le pertenecía a él. Sin embargo, Jacob no creyó en Dios
ni su madre, Rebeca creyó en aquella promesa de Dios Es evidente
que Isaac, su padre, tampoco la creyó, porque si no, no hubiera
tratado de pasar por alto a Jacob, prometiéndole la bendición a
Esaú. Su actitud revela que se dejó llevar por sus propios
sentimientos y por su apetito, en contradicción con lo que la Palabra
de Dios había expresado con claridad.
El método que Jacob utilizó para obtener su primogenitura no puede
ser respaldado ni justificado por ningún motivo. Se valió del engaño
y de una trampa, por lo que su conducta fue despreciable. Dios no
toleró ese proceder, de la misma manera en que tampoco toleró la
conducta de Sara y Abraham en el asunto de Agar e Ismael. Dios no
podía utilizar ni el engaño ni el ingenio de Jacob. Como veremos más
adelante en el relato, Dios se ocuparía de este hombre de una forma
muy concreta, porque Jacob tuvo que pagar las consecuencias de su
pecado con la misma moneda.
PARTE 1 CONSPIRACION PARA ENGAÑAR A ISSAC
A. ISAAC PLANEA BENDECIR A ESAU (Génesis 27:1-4)
Leamos los primeros 4 versículos, que nos cuentan como
Isaac prometió la bendición a Esaú
"Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles
para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo Isaac: Mira, yo soy viejo y no sé el día
de mi muerte. Ahora, pues, te ruego, toma tu equipo, tu aljaba y tu
arco, sal al campo, y tráeme caza; y prepárame un buen guisado
como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma
te bendiga antes que yo muera."
a. Aconteció que cuando Isaac envejeció: Isaac cree que
ha llegado la hora de su muerte, y esta es su manera de
«resolver sus asuntos», decir su última voluntad como una
especie de último testamento. Su vejez era evidente por su
vista debilitada (sus ojos se oscurecieron quedando sin
vista).
i. Isaac era viejo, pero aún no estaba cerca de la muerte. A
pesar de que Martín Lutero calculó que la edad de Isaac era de
137 años en ese momento, vivió 43 años más; es decir, hasta
los 180 años.
b. Hazme un guisado como a mí me gusta: Isaac pidió
comida, pero parecía gloriarse mayormente en el poder de
Esaú como hombre de caza. Después, encontramos que él
realmente no pudo determinar la diferencia entre lo que Esaú
cazó en el campo y lo que su esposa Rebeca pudo preparar del
rebaño. No era el sabor de la comida lo que lo atraía, sino su
pensamiento de Esaú como hombre de caza.
c. Para que yo te bendiga antes que muera:
Extrañamente, Isaac insistió en dar la bendición a Esaú, al que
Dios no había elegido (Génesis 25:23), quien había
despreciado su primogenitura, y quien se había casado con
mujeres paganas. Parece que Isaac rechazó el pensamiento
piadoso y la sabiduría espiritual, pensaba en la comida y en las
ideas comunes de poder centradas en el hombre.
i. En la voluntariedad de su vieja edad, él estaba determinado
a pasar la bendición a Esaú; a pesar de lo que Dios había dicho
y de lo que los muchachos habían mostrado en sus vidas. De
hecho, Isaac trató de dispensar la bendición secretamente, lo
que mostró que él sabía que lo que quería no era lo correcto.
Tristemente, en esta casa, nadie confiaba en nadie más.
B. REBECA CONSPIRA EN FAVOR DE JACOB (Génesis 27:5-13)
Leamos los versículos 5 al 8, para ver de qué manera
Rebeca conspiró con Jacob para engañar a Isaac
"Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y
cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer a su casa,
Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que
hablaba con tu hermano Esaú, diciéndole: Tráeme caza y
prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga en
presencia del Señor antes de mi muerte. Ahora pues, hijo mío,
obedéceme en lo que te mando."
a. Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú: El
relato aquí no dice, específicamente, que Rebeca espió a Isaac y
Esaú en algún sentido inapropiado. El sentimiento que estaba
tramando y espiando esta aquí, pero es posible que ella escuchara
casualmente esta importante conversación. Cuando Esaú fue al
campo a cazar, Rebeca tenía listo su plan.
b. Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te
mando: En lugar de confiar en que Dios cumpliría lo que Él había
prometido en Génesis 25:23, usó la manipulación y el engaño para
cumplir lo que ella pensaba que era el plan de Dios y,
probablemente, también su preferencia.
En los versos del 9 al 13 leemos:
"Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de
las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre
como a él le gusta. Entonces se lo llevarás a tu padre, que comerá,
para que te bendiga antes de su muerte. Y Jacob dijo a su madre
Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velludo, y yo soy
lampiño. Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un
engañador, y traeré sobre mí una maldición y no una bendición.
Pero su madre le respondió: Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío;
solamente obedéceme, y ve y tráemelos.”
i. «A los buenos hombres les ha ido muy mal cuando tienen
pensamientos de ayudar en el cumplimiento de las promesas y de
las profecías. Vemos como falló Rebeca al tratar de obtener la
promesa de la bendición para Jacob. Es mejor dejar los decretos de
Dios en las manos de Dios». (Spurgeon)
c. Haré con ellos viandas para tu padre, como a él le gusta:
Rebeca conocía a su esposo lo suficientemente bien para saber que
él no podría darse cuenta de la diferencia entre lo que ella preparó y
lo que Esaú traería de la caza.
a. Quizá me palpará mi padre; me tendrá entonces por
burlador: Jacob, fiel a su nombre («tramposo» o «sinvergüenza»),
se apresura para llevar a cabo su plan. Solamente se preocupa por
si será exitoso.
i. Cuando estamos dispuestos a abandonar la cuestión del bien y del
mal, y cuando nuestra única preocupación es «lo que funciona»,
hemos aceptado la idea moderna del pragmatismo, como gran
parte de la iglesia lo ha hecho hoy día.
PARTE 2 ISAAC ES ENGAÑADO, JACOB ES BENDECIDO
A. EL ENGAÑO DE JACOB ES EFECTIVO (Génesis 27:14-24)
Leamos, en primer lugar, los versículos 14 al 20:
" Y él fue, los tomó y los trajo a su madre; y su madre hizo un buen
guisado, como a su padre le gustaba. Entonces Rebeca tomó las
mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía en la casa, y
vistió a Jacob, su hijo menor; le puso las pieles de los cabritos sobre
las manos y sobre la parte lampiña del cuello, y puso el guisado y el
pan que había hecho en manos de su hijo Jacob. Entonces él fue a
su padre, y dijo: Padre mío. Y éste respondió: Aquí estoy. ¿Quién
eres, hijo mío? Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He
hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi
caza para que me bendigas. E Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la
has encontrado tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque el Señor
tu Dios hizo que así me acaeciera."
La preparación de la trama no pudo ser más minuciosa, y Jacob
estuvo listo para entrevistarse con su padre utilizando métodos
fraudulentos con los cuales Dios, por supuesto, no tenía nada que
ver.
b. Él fue y los tomó, y los trajo a su madre: Una vez que Jacob
superó su miedo de ser atrapado en su engaño, estaba listo para
llevarlo a cabo. Rebeca manipuló a Isaac y a Jacob; pero Jacob
estuvo dispuesto a ser manipulado.
c. Su padre […] Rebeca […] Esaú […] Jacob: Significativamente,
en este momento, cada uno de los actores de este drama
claramente nos muestran que se encuentran dirigidos por su carne
y que no están siendo controlados por el espíritu. Incluso Esaú, al
ponerse de acuerdo con el plan de Isaac para darle la primogenitura
a él, hizo caso omiso a su promesa anterior de permitir a Jacob que
tuviera la primogenitura.
i. Ninguno de estos – Isaac, Rebeca, Jacob, y Esaú – confiaba el uno
en el otro. Peor aún, no confiaron en el Señor. Cada uno de ellos
tramó y conspiró contra los otros y contra Dios. «La historia
completa no refleja ningún crédito sobre ninguna de las personas
involucradas». (Spurgeon)
ii. El peor aspecto de todo esto es que parecen considerar la
bendición como algo «mágico», como algo separado de la sabiduría
y voluntad de Dios. Pero, sobre todo, lo más que puede hacer Isaac
es reconocer el llamado y la bendición de Dios sobre Jacob. Solo
Dios puede, verdaderamente, otorgar la bendición. Esaú podría
recibir la bendición de Isaac cien veces, pero solo importa si Dios en
el cielo lo honra.
a. Yo soy Esaú tu primogénito: A veces es difícil discernir una
mentira y, por lo tanto, si es pecado o no reside en la cuestión de la
intención. Pero otras veces, no es difícil. Y aquí Jacob claramente
miente.
b. Porque Jehová, tu Dios, hizo que la encontrase delante de
mí: Jacob, el sinvergüenza, no dudó en incluir a Dios como partícipe
de su engaño.
i. ¿Cómo pudo él hacer eso? Simplemente, porque su única
preocupación es «lo que funciona». Desde que sabe que Dios quiere
que él tenga la primogenitura, justificará cualquier mentira o pecado
que cometa en la búsqueda de la primogenitura y dirá que él está
haciendo lo correcto.
ii. Jacob, probablemente, utilizó la promesa y el llamado de Dios
como una excusa para pecar, y se justificó a sí mismo diciendo que
su conducta pecaminosa estaba cumpliendo la promesa de Dios.
Resulta sorprendente aquí la utilización del nombre de Dios por
parte de Jacob. Esto me lleva a añadir una breve reflexión sobre la
importancia que tiene este asunto en la actualidad, en la que el
comportamiento privado y público de los cristianos se halla bajo el
escrutinio de otros. De acuerdo con los principios éticos de las
Sagradas Escrituras, no existe tal cosa como una " piadosa "
utilización de métodos dudosos o que impliquen engaño u
ocultamiento, por más meritorios que puedan parecer los motivos o
fines. Aquí se aplica, una vez más, la conocida expresión de que el
fin no justifica los medios. No se puede manipular ni utilizar
indebidamente el nombre de Dios, para encubrir o maquillar
conductas claramente no aprobadas por la Palabra de Dios.
Y los versículos del 21 al 24 dicen:
“E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si
eres mi hijo Esaú o no. Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le
palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos
de Esaú. Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las
manos de Esaú; y le bendijo. Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob
respondió: Yo soy.”
c. ¿Eres tú mi hijo Esaú?: Incluso, bajo reiteradas preguntas, Jacob
se mantiene firme en su mentira. En parte, Jacob está tomando
ventaja del buen carácter de su padre. Isaac, probablemente, no
creería que su hijo Jacob le mentiría tan repetidamente.
B. ISAAC BENDICE A JACOB (Génesis 27:25-29)
“Entonces dijo: Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo para que yo
te bendiga. Y le sirvió, y comió; le trajo también vino, y bebió. Y su
padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío.
Y él se acercó y le besó; y al notar el olor de sus vestidos, lo bendijo,
diciendo: He aquí, el olor de mi hijo es como el aroma de un campo
que el Señor ha bendecido, Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de
la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto. Sírvante
pueblos, y póstrense ante ti naciones; sé señor de tus hermanos, e
inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te
maldigan, y benditos los que te bendigan."
Isaac estaba transmitiendo a Jacob la heredad de la promesa, es
decir, la bendición que él había recibido de su padre Abraham, la
promesa que Dios había dado a Abraham. Es interesante observar
que tal bendición, como Dios había indicado anteriormente, ya
pertenecía a Jacob. Dios bendeciría a Jacob pero no aceptaría el
fraude, el engaño utilizado para obtener la bendición.
a. Y le bendijo: Isaac bendice a Jacob como la cabeza espiritual de
la familia. Es Isaac quien tenía el derecho de transmitir esta
bendición en relación al pacto de Abraham, no Ismael, y el hijo
(Jacob o Esaú) que recibiera esta bendición sería capaz de
transmitirla a sus descendientes.
b. Dios, pues, te dé del rocío del cielo y de las grosuras de la
tierra: Las palabras de la bendición están llenas de las imágenes de
la abundante riqueza de Jehová y muestran relación con algunas de
las palabras del pacto que Dios hizo con Abraham.
c. Malditos sean los que te maldijeren y benditos los que te
bendijeren: Una vez más, es importante ver que no era el
otorgamiento de estas palabras sobre Jacob lo que haría que fuera
bendecido; sino que, él fue bendecido porque Dios lo escogió mucho
antes (Génesis 26:23). Lo que importa es que Dios había dicho: «el
mayor servirá al menor» (atrás en Génesis 25:23), no es que Isaac
dijera: «serás señor sobre tus hermanos».
i. «El punto es que la voluntad soberana de Dios se lleva a cabo, a
pesar de nuestra oposición o la de cualquier otra persona». (Boice)
PARTE 3 SE DESCUBRE UN MENTIROSO
A. ESAU RECIBE UNA ANTIBENDICION (Génesis 27:30-40)
Continuemos leyendo el próximo párrafo, los versículos 30 al 40, en
el relato de cómo
La intriga fue descubierta cuando Esaú regresó
"Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir
a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre
Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería. Y también él hizo un
buen guisado y lo trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y
coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas. Y su padre
Isaac le dijo: ¿Quién eres? Y él respondió: Soy tu hijo, tu primogénito
Esaú. Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande, y dijo:
¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes que tú vinieras, y me la
trajo y yo comí de todo, y le bendije? Sí, y bendito será. Al oír Esaú
las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y
dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío! Y
él respondió: Tu hermano vino con engaño, y se ha llevado tu
bendición. Y Esaú dijo: Con razón se llama Jacob, pues me ha
suplantado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y he aquí,
ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿ No has reservado
una bendición para mí? Pero Isaac respondió, y dijo a Esaú: He aquí,
yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus
parientes; y con grano y mosto le he sustentado. En cuanto a ti
¿qué haré, pues, hijo mío? Y Esaú dijo a su padre: ¿No tienes más
que una bendición, padre mío? Bendíceme, bendíceme también a
mí, padre mío. Y Esaú alzó su voz y lloró. Entonces su padre Isaac
respondió, y le dijo: He aquí, lejos de la fertilidad de la tierra será tu
morada, y lejos del rocío que baja del cielo. Por tu espada vivirás, y
a tu hermano servirás; mas acontecerá que cuando te impacientes,
arrancarás su yugo de tu cerviz."
a. Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob: El
ritmo de cada aspecto de esta historia lo hace todo aún más
dramático. Tan pronto como Jacob recibió la bendición y salió de
la presencia de padre, Esaú su hermano volvió de cazar.
b. Para que me bendiga: Imaginamos a Esaú cazando,
regresando, y preparando la comida con placer. Él recibiría la
bendición de su padre y todos los beneficios materiales que
vendrían con ella.
c. ¿Quién eres tú?: Esta pregunta debe de haberle parecido
extraña a Esaú, pero recordó que su padre era viejo y no podía ver
bien. Esaú, probablemente, lo primero que pensó fue que esto era
un simple error.
a. Y se estremeció Isaac grandemente: Isaac comenzó a temblar
convulsivamente. Esta frase es muy fuerte. Estaba abrumado por
una profunda sensación de que algo había salido mal en su plan de
bendecir a Esaú en lugar de a Jacob.
i. Esta frase pudo ser traducida como: «Isaac tembló más
excesivamente que un gran terremoto». (Morris).
b. Y se estremeció Isaac grandemente: Isaac estaba
preocupado, porque sabía que había tratado de obrar en contra del
plan revelado por Dios en Génesis 25:23 — y Dios lo había golpeado.
En este momento, Isaac se percató de que siempre perdería cuando
tratara de resistir la voluntad de Dios, incluso cuando no le gustaba
la voluntad de Dios. Él llegó a comprender que, a pesar de su
arrogancia contra la voluntad de Dios, la voluntad de Dios fue
glorificada.
i. Después, en Hebreos 11:20, se dice: «Por la fe bendijo Isaac a
Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras». La fe de Isaac se
demostró después de que su intento de redirigir la voluntad de Dios
fue destruido, y dijo Jacob: «Yo lo bendije y será bendito».
ii. «Tan pronto como Isaac percibió que había cometido un error en
su deseo de bendecir a Esaú, no persistió en él. Le dio a Esaú la
bendición que le fue posible, pero no pensó ni por un momento
retractarse de lo que había hecho —sabía que la mano de Dio
estaba en eso. Aun más, le dijo a su hijo: “Él es bendecido, sí, y será
bendecido”». (Spurgeon)
a. Clamó con una muy grande y muy amarga exclamación:
Esta es la más fuerte descripción posible para mostrar el profundo
horror de Esaú al comprender que Jacob usó el engaño para
«tomar» la primogenitura.
b. ¡Bendíceme también a mí, padre mío!: Esta es la
preocupación más espiritual que jamás hemos visto en Esaú, pero
entendemos que Esaú valoró la bendición de su padre,
principalmente, en términos materiales. Él no apreció el valor
espiritual de la bendición.
c. Se apoderó de mi primogenitura: Tanto Isaac como Esaú se
afligen cuando se dan cuenta de lo que hizo Jacob. Ahora, ¡Esaú está
preocupado por la primogenitura! Anteriormente (en Génesis 25:22-
34), estuvo dispuesto a vender su primogenitura por un plato de
guisado, y despreció su primogenitura. Ahora quería los privilegios
materiales y las ventajas sociales de la primogenitura.
i. Cuando la apreció como una primogenitura espiritual, Esaú no
valoró la primogenitura; pero ahora que la mira en términos
materiales y sociales, sí la quiere.
d. Ya me ha suplantado dos veces: Esaú no se responsabilizó por
el hecho al que se refirió en la primera de las dos veces. Esaú
realmente despreció su primogenitura (Génesis 25:34) al vendérsela
a Jacob por un plato de lentejas. En la primera de las dos veces,
Esaú no podía decir que Jacob «tomó su primogenitura». Esaú la
dejó ir, y Dios fue señor sobre la primogenitura de todas formas.
e. Alzó Esaú la voz, y lloró: Las lágrimas de Esaú fueron lágrimas
de egoísmo frustrado, no de remordimiento por su propio pecado y
por despreciar su primogenitura.
i. Hebreos 12 usa esta ocasión como una advertencia: «Mirad bien,
para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y para que no
brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a
muchos. Que no haya ningún fornicario o profano, como Esaú, que
por una sola comida vendió su primogenitura. Ya sabéis que aun
después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no tuvo
oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con
lágrimas» (Hebreos 12:15-17).
a. Será tu habitación en grosuras de la tierra: Estas palabras
de Isaac suenan más como una maldición que como una bendición.
Pero, de hecho, Esaú terminó siendo un hombre bendecido. Muchos
años después, cuando se encuentra con Jacob nuevamente, él pudo
decir las bendecidas palabras: «Suficiente tengo yo, hermano mío»
(Génesis 33:9).
i. Barnhouse (y otros) indican que en la bendición que Isaac otorgó a
Esaú dijo: «tu habitación será de las grosuras de la tierra»; esto es,
que Esaú y sus descendientes vivirían como nómadas en tierras en
su mayoría salvajes.
b. Y por tu espada vivirás: Cualquier bendición o seguridad que
Esaú pudiera tener, vendría mientras manejaba hábilmente
su espada. Su vida no sería fácil, aunque podría ser bendecida.
c. A tu hermano servirás: Esaú estaría bajo Jacob, pero no para
siempre. La promesa a Esaú también era: «tú quebrarás el yugo
de tu cuello». Él no serviría ni estaría por siempre debajo de su
hermano Jacob.
Según la narración, en el oportunismo de Jacob funcionó también el
factor tiempo, pues apenas salió éste, entró Esaú. Una coincidencia
de ambos en este episodio hubiese resultado trágica. En esto
podemos ver la intervención de Dios, que evitó así que uno de los
hermanos hubiera sido muerto por el otro, y que ese otro se
convirtiese en homicida de su hermano. Y la reacción de dolor de
Esaú fue comprensible, aunque debamos preguntarnos si su
profunda tristeza se debía solamente a la pérdida de los beneficios
materiales de aquella bendición, o si, en alguna medida, le
afectaban también las implicaciones espirituales incluidas en la
bendición. El escritor de la epístola a los Hebreos, comentando este
incidente en el capítulo 12:17, y refiriéndose a Esaú, dice:
"Porque sabéis que aún después, cuando quiso heredar la
bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el
arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas."
Aquí quizás pueda interpretarse que su arrepentimiento no fue
completamente sincero, sino más bien la expresión de una
frustración por las consecuencias del engaño que había sufrido. De
todos modos, Isaac pronunció para él una bendición relacionada con
su futuro, que finalizaba con una nota positiva, ya que la sumisión
ante su hermano Jacob no sería para siempre.
También hemos de observar en los siguientes capítulos que la
bendición a Jacob no implicaba una vida de bienestar ni carente de
problemas. Su carácter tampoco cambió repentinamente al recibir
esta bendición, sino que fue evolucionando en las sucesivas
experiencias por las que Dios le fue llevando, y por haber tenido que
sufrir las consecuencias de su engaño.
B. JACOB DEBE HUIR DE ESAU (Génesis 27:41-46)
Leamos, pues, en el último párrafo del capítulo, en los versículos 41
al 46, el relato de cómo
Rebeca envió a Jacob a Labán
Para librarle de la ira de su hermano Esaú:
"Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que
su padre le había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mí
padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Jacob. Cuando
las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas a
Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en
cuanto a ti, tu hermano Esaú se consuela con la idea de matarte.
Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz; levántate y huye a Harán, a
casa de mi hermano Labán. Y quédate con él algunos días hasta que
se calme el furor de tu Hermano; hasta que la ira de tu hermano
contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te
traeré de allá. ¿Por qué he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un
mismo día? Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de
las hijas de Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como
éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué me servirá la vida?"
a. Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición: El odio de Esaú se
levantó sobre Jacob por varias razones, pero mayormente fue por
orgullo y envidia. Orgullo, porque su hermano fue preferido antes
que él en lo que respecta al pacto. Envidia, porque su hermano
disfrutaría de una gran prosperidad.
b. Yo mataré a mi hermano Jacob: La preocupación un tanto
espiritual de Esaú por la bendición de su padre, rápidamente
desaparece y se convierte en un odio amargo hacia Jacob, un odio
amargo que tiene intenciones asesinas. Esaú planeó matar a Jacob
tan pronto como Isaac muriera, y esto es un consuelo para
Esaú (Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea
de matarte).
i. La venganza es un pensamiento reconfortante para aquellos que
sienten que han sido explotados como Esaú, pero no funcionaría
como Esaú había esperado o planeado. Él prometió matar a su
hermano después de la muerte de su padre, pensando que sería
pronto (llegarán los días del luto de mi padre); pero Isaac vivió
mucho más, quizás otros 43 años.
ii. Quizás Esaú estaba probando qué tan bendecido era Jacob. Quizá
su intención haya sido matarlo en un intento por derrotar la
voluntad revelada de Dios, en cuanto a la primogenitura.
a. Y mora con él algunos días: Los «algunos días» que Jacob iba
a quedarse con Labán y la familia de Rebeca en Harán, se
convertirían en más de 20 años. Sin embargo, Dios cumplirá su
voluntad en todo esto.
b. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las
hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?: Rebeca
manipuló exitosamente a Isaac para que le dijera a Jacob que se
fuera. Esto salvó su vida, pero es probable que su madre nunca
haya visto a su hijo nuevamente.
i. «La victoria diplomática de Rebeca fue completa, pero ella nunca
volvería a ver a su hijo». (Kidner)
Aquí hemos podido ver a la madre tomando este asunto en sus
manos. Recordemos que Esaú se había casado con mujeres
paganas, lo cual había traído gran aflicción al hogar. En vista de
aquella situación, Rebeca encontró un motivo para convencer a
Isaac de la conveniencia de que Jacob saliese de allí, para evitar que
cometiese el mismo error. De esa manera, en realidad, le estaba
protegiendo de su hermano Esaú. Lejos estaba de imaginar hasta
qué punto pagaría ella las consecuencias de su propia actuación en
este asunto. Nunca volvería a ver a su hijo Jacob; le envió fuera de
su casa con la intención de mantenerle ausente por un tiempo
breve, que en realidad se convertiría en un largo período de tiempo,
nada menos que veinte años y, durante ese período, ella moriría. Y
Jacob regresaría para el funeral de su padre, pero nunca volvería a
ver a su madre.
Un detalle interesante es que Rebeca estaba enviando a su hijo
favorito a la casa de su hermano Labán, precisamente al lugar en
que Jacob tendría que aprender durísimas lecciones, ya que
experimentaría en carne propia los malos resultados de su fraude, y
el duradero y amargo fruto de su carácter engañoso. Creyó ser muy
astuto, pero, durante muchos años, tendría que soportar que su tío
Labán, que le superaba en inteligencia, controlase su vida con
engaños y artimañas.
CONCLUSIÓN
En esta trágica historia, cada uno perdió. Cada uno de los
personajes principales —Isaac, Rebeca, Esaú, y Jacob — maquinó y
maniobró según la sabiduría humana, rechazando las palabras y la
sabiduría de Dios. Sin embargo, Dios todavía cumpliría su propósito.
La tragedia fue que cada uno de los participantes sufrió, porque
insistieron en obrar contra la palabra y la sabiduría de Dios.